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Kóraj
significa “depilado”
A los hijos de Levi, he aquí que les he dado todos los diezmos de Israel por
posesión a cambio del servicio que realizan, el servicio de la Tienda de la Reunión,
Pues el diezmo que los Hijos de Israel le elevan a El Eterno como un regalo se los
he dado a los levitas por posesión; por eso les dije: Entre los Hijos de Israel no
heredarán posesión».
«A los levitas les hablarás y les dirás: cuando toméis de los Hijos de Israel el
diezmo de ellos que os he dado por posesión vuestra, elevaréis de él un regalo a
El Eterno, un diezmo por un diezmo.
Vuestro regalo será considerado para vosotros como el cereal del granero y como
el mosto de la tina.
Vosotros también elevaréis el regalo de El Eterno de todos vuestros diezmos que
aceptéis de los Hijos de Israel y daréis de él un regalo de El Eterno a Aarón el
Sacerdote.
«Les dirás: cuando hayáis elevado lo mejor de él, será considerado para los
levitas como el cereal del granero y el mosto de la tina.
El diezmo, en hebreo maaser, es la parte de los productos agrícolas que hay que
separar una vez al año y entregar a sus respectivos destinatarios. Hay tres tipos
de diezmo: el primer diezmo, en hebreo maaser rishón, el segundo
diezmo,maaser shení, y el diezmo del pobre, maaser aní.
Los obreros que obtenían sus ganancias en trabajos que no tenían que ver con la
agricultura, por ejemplo pescadores y mercaderes, diezmaban también en el
séptimo año.
El diezmo fue dado al Eterno, y luego Él se lo dio a los levitas. Así que, ninguno
puede decir que está dando el diezmo a los hombres, aunque en lo práctico son
los hombres los que reciben el diezmo. El diezmo es dado a cambio del ministerio
levítico. Parte de ese ministerio es la enseñanza de la Torá, como está escrito en
Deuteronomio 17:9-11: “y vendrás al sacerdote levita o al juez que oficie en
aquellos días, e inquirirás de ellos, y ellos te declararán el fallo del caso. Y harás
conforme a los términos de la sentencia que te declaren desde aquel lugar que el
ADÓN escoja; y cuidarás de observar todo lo que ellos te enseñen. Según los
términos de la ley que ellos te enseñen, y según la sentencia que te declaren, así
harás; no te apartarás a la derecha ni a la izquierda de la palabra que ellos te
declaren”.
18:21 “Y he aquí que yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel
por heredad, a cambio de su ministerio en el cual sirven, el ministerio de la tienda
de reunión”. – El diezmo, en hebreo maaser, es la parte de los productos agrícolas
de la tierra de Israel que hay que separar una vez al año y entregar a sus
respectivos destinatarios. Hay tres tipos de diezmo: el primer diezmo, en hebreo
maaser rishón, el segundo diezmo, maaser shení, y el diezmo del pobre, maaser
aní.
Los obreros que obtenían sus ganancias en trabajos que no tenían que ver con la
agricultura, por ejemplo pescadores y mercaderes, diezmaban también en el
séptimo año.
En este caso el Mesías secundó la halajá de los fariseos que dice que hay que
diezmar también de las hortalizas y las verduras, no solamente de los siete frutos
de la tierra mencionados en la Torá, Deuteronomio 8:8.
El diezmo fue constituido por Elohím como un principio para el hombre desde la
creación al igual que el Shabat. Adam tenía que labrar todos los árboles del
huerto, pero no podía comer de todos ellos. El árbol de la ciencia del bien y del
mal tenía que ser trabajado pero no comido. El principio del diezmo es trabajar
cierto tiempo sin poder aprovecharse de ello. El que trabaja 40 horas a la semana,
está trabajando 4 horas para su diezmo sin poder “comer” de esas horas. Con
otras palabras, el diezmo corresponde al trabajo de 4 horas. El obrero no podrá
sacar beneficio propio de él. El mismo principio fue establecido en el huerto del
Edén. Adam tenía que trabajar el árbol de la ciencia cierto tiempo sin sacar
beneficio personal de él. De los otros árboles podía sacar beneficio de su trabajo.
Pero aunque el principio del diezmo fue establecido desde la creación no es un
mandamiento obligatorio para los hijos de Noaj sino un medio para reconocer la
soberanía del Creador en la vida económica y los beneficios de dar el diezmo lo
constituye en prácticamente obligatorio para los justos de las naciones.
Los levitas tienen la obligación de enseñar Torá al pueblo. Si una persona ocupa el
lugar de maestro de Torá, en cierto sentido está haciendo el trabajo de un levita,
y merece una recompensa económica por su labor, como está escrito en 1
Timoteo 5:17-18:
“Los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor,
principalmente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza. Porque la
Escritura dice: NO PONDRÁS BOZAL AL BUEY CUANDO TRILLA, y: El obrero es
digno de su salario”.
“Aquí, ciertamente hombres mortales reciben el diezmo, pero allí, los recibe uno
de quien se da testimonio de que vive”.
“¿No soy libre? ¿No soy emisario? ¿No he visto a Yeshúa nuestro Adón? ¿No sois
vosotros mi obra en el Adón? Si para otros no soy emisario, por lo menos para
vosotros sí lo soy; pues vosotros sois el sello de mi ministerio en el Adón. Mi
defensa contra los que me examinan es ésta: ¿Acaso no tenemos derecho a
comer y beber? ¿Acaso no tenemos derecho a llevar con nosotros una esposa
creyente, así como los demás emisarios y los hermanos del Adón y Cefas? ¿O
acaso sólo Bernabé y yo no tenemos el derecho a no trabajar? ¿Quién ha servido
alguna vez como soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta una viña y no
come de su fruto? ¿O quién cuida un rebaño y no bebe de la leche del rebaño?
¿Acaso digo esto según el juicio humano? ¿No dice también la Torá esto mismo?
Pues en la Torá de Moshé está escrito: NO PONDRÁS BOZAL AL BUEY CUANDO
TRILLA. ¿Acaso le preocupan a Elohím los bueyes? ¿O lo dice especialmente por
nosotros? Sí, se escribió por nosotros, porque el que ara debe arar con esperanza,
y el que trilla debe trillar con la esperanza de recibir de la cosecha. Si en vosotros
sembramos lo espiritual, ¿será demasiado que de vosotros cosechemos lo
material? Si otros tienen este derecho sobre vosotros, ¿no lo tenemos aún más
nosotros? Sin embargo, no hemos usado este derecho, sino que sufrimos todo
para no causar estorbo a las buenas nuevas del Mesías. ¿No sabéis que los que
desempeñan los servicios sagrados comen la comida del templo, y los que
regularmente sirven al altar, del altar reciben su parte? Así también ordenó el
Adón que los que proclaman las buenas nuevas, vivan de las buenas nuevas”.
De la misma manera como los que servían en el templo comían de los diezmos,
las ofrendas y los sacrificios, los que están sirviendo con la predicación y la
enseñanza a tiempo completo en la congregación del Mesías, tienen el derecho
de vivir de los diezmos y de las ofrendas. Esto es lo justo. Sin embargo, si desean,
podrán negarse ese derecho, como fue el caso de los emisarios Shaúl y Bernabé.
“Y al que se le enseña la palabra, que comparta toda cosa buena con el que le
enseña”.
“No es que busque la dádiva en sí, sino que busco fruto que aumente en vuestra
cuenta”.
Un líder tiene que estar más interesado en el beneficio del pueblo que en el suyo
propio.
“Y he aquí que yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por
heredad, a cambio de su ministerio en el cual sirven, el ministerio de la tienda de
reunión… Porque el diezmo de los hijos de Israel, el cual ofrecen como ofrenda a
Adonái, yo lo he dado a los levitas por heredad; por tanto, he dicho en cuanto a
ellos: "Entre los hijos de Israel no tendrán heredad”. ”
“Y de Leví dijo: Tu Tumim y tu Urim sean para tu varón santo, a quien pusiste a
prueba en Masá, con quien luchaste en las aguas de Merivá; el que dijo de su
padre y de su madre: "No los conozco"; y no reconoció a sus hermanos, ni
consideró a sus propios hijos, porque obedecieron tu palabra, y guardaron tu
pacto. Ellos enseñarán tus ordenanzas a Yaakov y tu Torá a Israel. Pondrán
incienso delante de ti, y ofrendas de ascensión perfectos sobre tu altar”.
“Entonces sabréis que os he enviado este mandamiento para que mi pacto siga
con Leví--dice Adonái de los ejércitos. Mi pacto con él era de vida y paz, las cuales
le di para que me reverenciara; y él me reverenció, y estaba lleno de temor ante
mi nombre. La verdadera Torá estaba en su boca, y no se hallaba iniquidad en sus
labios; en paz y rectitud caminaba conmigo, y apartaba a muchos de la iniquidad.
Pues los labios del sacerdote deben guardar la sabiduría, y los hombres deben
buscar la Torá de su boca, porque él es el mensajero de Adonái de los ejércitos”.
18:29 “De todos los dones que recibís presentaréis toda porción separada
(terumá) a Adonái, de lo mejor de ellas, la parte consagrada de ellas”. – esto
significa que el levita tiene que dar primero una porción separada al sacerdote de
lo que ha recibido del pueblo, en hebreo terumá guedolá, que corresponde más o
menos a una cincuentava parte del total. Luego entrega el diezmo al sacerdote, la
terumat maaser.
“¿Robará el hombre a Elohím? Pues vosotros me estáis robando. Pero decís: "¿En
qué te hemos robado?" En los diezmos y en las ofrendas. Con maldición estáis
malditos, porque vosotros, la nación entera, me estáis robando. Traed todo el
diezmo al alfolí, para que haya alimento en mi casa; y ponedme ahora a prueba
en esto --dice Adonái de los ejércitos-- si no os abriré las ventanas del cielo, y
derramaré para vosotros bendición hasta que sobreabunde. Por vosotros
reprenderé al devorador, para que no os destruya los frutos del suelo; ni vuestra
vid en el campo será estéril --dice Adonái de los ejércitos. Y todas las naciones os
llamarán dichosos, porque seréis una tierra de delicias --dice Adonái de los
ejércitos”.
En esta parashá están los mandamientos número 388 – 396 de los 613:
389. Prohibición para los sacerdotes de desempeñar el cargo de los levitas y para
los levitas de desempeñar el cargo de los sacerdotes, Números 18:3.
391. Prohibición de descuidar el cargo del Santuario y del Altar, Números 18:5.
396. Precepto para los levitas de dar el diezmo del diezmo recibido, Números
18:26.
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