Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Entre finales del siglo XIX y comienzos del XX surgen a la luz pública en La Habana la
guajira, la clave y la criolla, denominaciones genéricas estrechamente relacionadas con un
modelo formal que se derivó de la música campesina cubana.
La relación entre los géneros de la guajira, la clave y la criolla constituye quizás el más
evidente ejemplo de sinonimia en el estudio de los géneros de la música popular cubana; ya que
aunque existen diferencias estructurales entre algunas de las piezas que integran esas categorías
genéricas, las diferencias parecen ser producto de ciertas variaciones introducidas a un mismo
modelo formal, en vez de las que pudieran determinar la existencia de tres géneros diferentes.
La Guajira española
El compositor y musicólogo cubano Natalio Galán menciona que ya el punto cubano era
conocido en España desde el siglo XVIII, donde se le llamaba punto de La Habana,1 y cita los
siguientes ejemplos:
En Andalucía se ofrecían al público a comienzos del siglo XIX unas “décimas nuevas
para cantar por el punto de La Habana”, que eran publicadas en ciertas ediciones populares
baratas llamadas “pliegos de cordel”, ya que sus páginas estaban unidas por una cuerda.
A mediados del siglo XIX, las características básicas del punto cubano fueron adoptadas
por los cultivadores del entonces naciente estilo flamenco, y originaron un nuevo género que fue
llamado guajira debido a su ancestro cubano, el punto guajiro. Hacia 1880, la guajira había sido
firmemente establecida como uno de los palos del flamenco, y hasta el momento presente su
parentesco con el punto es ampliamente reconocido. Algunas de las características comunes al
punto y la guajira son:
uso del metro poético de la décima
ritmo sesquiáltero
textos que hacen referencia a las bondades de la vida rural en Cuba.
1
Galán, Natalio: Cuba y sus sones, Pre-Textos, Artegraf S.A., Madrid, España, 1997, p. 29.
2
Armando Rodríguez Ruidíaz
A pesar de las evidentes analogías ente el punto y la guajira, ésta fue plenamente
integrada al estilo del flamenco y adquirió una personalidad genuina y original, con rasgos
melódicos y armónicos profundamente enraizados en la tradición popular española. En el
siguiente ejemplo mostramos una guajira flamenca de 1914, titulada “Azúcar-Cande-Guajiras
Gitanas”, donde es posible apreciar a simple vista su característico ritmo sesquiáltero, similar al
del punto cubano: 2
2
Manuel, Peter: The guajira between Cuba and Spain: A study in continuity and change. Latin American Music
Review, volume 25, No. 2, Fall/Winter, 2004.
3 La Guajira, la Clave y la Criolla de Cuba
versiones memorables de este género, tales como la famosa guajira de La Revoltosa, compuesta
en 1897.3
3
Manuel, Peter: 2004.
4
Chapí, Ruperto (1851-1909): La Revoltosa N. 3bis Guajiras [Música notada]: sainete lírico en un acto , Casa
Dotésio, Madrid, ca. 1900. La obra reproducida pertenece a los fondos de la Biblioteca Nacional de España y es
utilizada bajo una licencia de Reconocimiento-No Comercial-Compartir Igual 4.0 Internacional de Creative
Commons
4
Armando Rodríguez Ruidíaz
En ésta es evidente la utilización del ritmo sesquiáltero, que la emparenta con el punto
cubano, pero la estructura melódica y armónica, donde se aprecia una fuerte presencia de la
cadencia andaluza, le otorgan un indiscutible sabor español.
Después de mediados del siglo XIX, la actividad del teatro ligero se intensificó. Según
Alejo Carpentier, fue Rafael Otero quien elevó el sainete criollo al rango de la zarzuela en 1853,
con su obra Trespalillos o el carnaval en La Habana. Otras dos piezas de ese género fueron
estrenadas al año siguiente, Don Canuto Ceibamocha o el guajiro generoso de Antonio Medina
y El industrial de nuevo cuño de Pedro Carreño.6 A partir de los años setenta, se sumaron al
antiguo teatro Tacón nuevos espacios dedicados principalmente al género bufo. El Albisu en
1870, el Payret en el setenta y siete, el Irijoa en el ochenta y cuatro, y el Cervantes en 1897. 7
La Guajira cubana
Tal como ya había sucedido con la música del teatro vernáculo, los compositores cubanos
incluyeron en sus zarzuelas algunos géneros criollos como la habanera, la canción cubana, el
punto y la guaracha, pero también adoptaron la novedosa guajira que habían recibido de vuelta
desde España en las zarzuelas de Chapí y otros compositores. En 1923 escribía Eduardo Sánchez
de Fuentes al respecto que: "existe bastante semejanza entre nuestro punto y guajira con la así
llamada del sur de España... tenemos nuestra guajira similar de la española ya mencionada, y
nacida de nuestro zapateo y punto. Diferénciase de éstos, en que su ritmo, en el compás de "seis
por ocho", y a veces con alguna combinación de "tres por cuatro", como la española, es más
lento, conservando siempre su melodía el sello netamente cubano, sin los adornos ni cadencias
que caracterizan a los de la hermosa Andalucía… Así como el zapateo y punto se escriben
siempre en modo mayor, en la guajira se observa que su primera parte, generalmente, se escribe
en menor y la segunda en mayor, siendo de este corte las más conocidas en nuestro país."8
5
Carpentier, Alejo: La música en Cuba, Editorial Letras Cubanas, 1979, p. 181-184.
6
Carpentier: 1979, p. 199.
7
Pérez Cabello, Rafael: En Escena: Crónicas y Retazos Literarios. Habana, Imprenta "El Fígaro", Obispo 62, 1898.
8
Sánchez de Fuentes, Eduardo: El folk-lor en la música cubana. Imprenta El Siglo XX. Teniente Rey 27, La
Habana, 1923, p. 51 y 56.
5 La Guajira, la Clave y la Criolla de Cuba
También la ralentización se hace evidente en el análisis evolutivo del bolero cubano, que
tuvo en sus inicios un tempo y un carácter muy análogo al del danzón, y hacia los años cuarenta
del siglo XX se transformó gradualmente en un tipo de canción mucho más lenta, dramática y
melancólica; muy similar al fado portugués y sus derivados. Es importante también señalar la
estrecha relación que existe entre los géneros vocales y los bailables en la música cubana, la cual
parece influir decisivamente en el proceso anteriormente mencionado. Es preciso señalar que el
surgimiento de los tres géneros analizados con anterioridad, guardan una estrecha relación con
previas formas de danza, tales como la contradanza en el caso de la habanera, el danzón en el
del bolero y el zapateo en el de la guajira. Esa relación parece conducir a un cambio de carácter,
a medida que la estructura formal de la pieza musical se va adaptando a una función diferente de
la original.
9
Giro, Radamés: Diccionario enciclopédico de la música en Cuba. Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba. p.
68.
10
Lapique, Zoila: Cuba Colonial: Música, compositores e intérpretes. 1570-1902. Publicaciones de la oficina del
historiador de la ciudad. Ediciones Boloña, La Habana, 2007, p. 264.
11
Pérez Cabello, Rafael: 1898, p. 131.
6
Armando Rodríguez Ruidíaz
Entre 1896 y 1898, Marín Varona estrena otra zarzuela cubana, llamada La ganzúa de
Juan José, sobre la cual dice el crítico Pérez Cabello: "La música de esta pieza es grata y
agradable. Marín Varona la compone muy buena y así lo patentizan sus postreras labores. La
guajira que se canta luego de las primeras escenas y que se repite al final, casi se confunde con
la lindísima de El Brujo, que es ya tan popular. Por ella El Brujo se ha salvado."14
12
Sánchez de Fuentes, Eduardo: Artículo en “Folklorismo”editado por Imprenta “Molina y Compañía”, Ricla, Num
55-57, La Habana, 1928.
13
Sánchez de Fuentes, Eduardo: El folk-lor en la música cubana. La Habana, Imprenta “El siglo XX”, Teniente Rey
27, 1923: http://dloc.com/UF00073996/00001/1j?search=cuba, p. 58.
14
Pérez Cabello, Rafael: 1898, p. 192.
7 La Guajira, la Clave y la Criolla de Cuba
15
León, Argeliers: Del canto y el tiempo. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, Cuba, 1981.
8
Armando Rodríguez Ruidíaz
En esta partitura se destaca de nuevo el ritmo de la hemiola vertical en el bajo, así como
una gran similitud con elementos de estilo del zapateo cubano.
16
Pérez Cabello, Rafael: 1898, p. 131.
17
Pérez Cabello, Rafael: 1898, p. 192.
18
Díaz Ayala, Cristóbal: Cuba canta y baila: Discografía de la música cubana. Fundación Musicalia, San Juan,
Puerto Rico, 1994. p. 179.
9 La Guajira, la Clave y la Criolla de Cuba
19
Grenet, Emilio: Popular Cuban music, La Habana, 1939, p. 10.
10
Armando Rodríguez Ruidíaz
20
León, Argeliers, Del canto y el tiempo, Editorial letras cubanas, Habana, Cuba, 1984, p. 209.
11 La Guajira, la Clave y la Criolla de Cuba
La Clave
Hasta nosotros han llegado dos manifestaciones culturales que son remanentes de lo que
pudo haber sido la práctica musical de los Cabildos de Nación en Cuba, sobre la cual existe muy
poca información debido a su reservada y exclusiva naturaleza; éstas son las Tonadas Trinitarias
y los Coros de Clave habaneros. Según la investigadora María Teresa Linares, en los locales de
los Cabildos pertenecientes a diferentes barrios en La Habana, Matanzas, Sancti Espíritus y
Trinidad, entre otras localizaciones, se organizaron durante el siglo XIX agrupaciones corales
que realizaban actividades competitivas, y que en ocasiones eran visitadas por las autoridades
locales y vecinos prominentes, los cuales les brindaban como estímulo propinas, golosinas y
bebidas. 21
Como mencionamos anteriormente, aquellas agrupaciones corales representaban a una
localidad o barrio específico y usualmente llevaban su nombre, aunque también eran
denominadas como flores, árboles y maderas preciosas. Algunos de esos nombres fueron: La
Moralidad, La Unión, La Nobleza, El Desengaño, La Generación, El Timbre de Oro, El Arpa de
Oro, La Discusión, La Juventud y Los Jóvenes Lindos.22
Los coros, que en ocasiones llegaban a incluir hasta cien o más participantes, tenían
probablemente como objetivo principal el de enmascarar el sonido de las celebraciones rituales,
que estaban prohibidas por las autoridades coloniales.23
Sabemos que, específicamente en el poblado de Trinidad, ciertas agrupaciones corales
pudieron haber estado activas en los Cabildos de Nación desde mediados del siglo XIX. Esas
agrupaciones interpretaban cantos llamados Tonadas Trinitarias que incluían una fusión de
elementos estilísticos hispanos y africanos. Ya hacia 1860, las tonadas eran ejecutadas por
cantantes y percusionistas durante las festividades locales, y los grupos corales de diferentes
barrios se reunían para competir desfilando por las calles.24
De forma muy parecida, en La Habana se integraron grupos llamados Coros de Clave, los
cuales, de acuerdo con Helio Orovio surgieron en las zonas aledañas al Puerto de La Habana, y
más tarde, a comienzos del siglo XX, se extendieron a otras zonas de esa ciudad, así como a las
ciudades de Matanzas, Cárdenas y Sancti Spíritus. Los Coros de Clave consistían en grupos
corales mixtos que cantaban en el estilo de las agrupaciones corales españolas. Un solista
masculino, llamado tonista, solía dar comienzo a la canción entonando una melodía sin texto,
21
- Entrevista a María Teresa Linares en: Tonadas Trinitarias, documental. Director Hector Veitia, 1974:
https://www.youtube.com/watch?v=Os--Qom3CfI. Consultado 12/03/16.
22
León, Argeliers: Del canto y del tiempo. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, Cuba, 1981, p. 146.
23
Entrevista a María Teresa Linares en: Tonadas Trinitarias, documental. Director Hector Veitia, 1974:
https://www.youtube.com/watch?v=Os--Qom3CfI. Consultado 12/03/16.
24
Frías, Johnny: Notes to the CD Tonadas Trinitarias. Conjunto Folklórico de Trinidad. EGREM LD – 4383.
12
Armando Rodríguez Ruidíaz
Ese patrón rítmico, llamado también ritmo compuesto, ritmo cruzado o hemiola vertical,
se escribe usualmente en esta forma reducida28:
25
León, Argeliers: Del canto y del tiempo. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, Cuba, 1981, p. 146.
26
Orovio, Helio: Cuban music from A to Z. Tumi Music Ltd. Bath, U.K., 2004, p. 54.
27
Sublette, Ned: Cuba and its music. Chicago Review Press, Inc., 2004, p. 263.
28
Rodríguez Ruidíaz, Armando: La metodología de los "Complejos Genéricos" y el análisis de la música popular
cubana autóctona:
https://www.academia.edu/31616832/La_metodolog%C3%ADa_de_los_Complejos_Gen%C3%A9ricos_y_el_an%
C3%A1lisis_de_la_m%C3%BAsica_popular_cubana_aut%C3%B3ctona
13 La Guajira, la Clave y la Criolla de Cuba
El estilo de las canciones que cantaban los Coros de Clave, y particularmente su ritmo
característico, dio lugar a un género popular llamado clave.
29
León, Argeliers: 1981, p. 147.
30
Carpentier, Alejo: La música en Cuba, Editorial Letras Cubanas, 1979, p. 151-154.
31
Ver Fig. 8. - Guajira de Rosendo Ruiz, p. 12.
32
Sublette, Ned: 2004, p. 264.
14
Armando Rodríguez Ruidíaz
Algunos elementos del estilo de la clave popular o folklórica fueron: una estructura
formal muy libre, flexible y asimétrica; sesquiáltera horizontal en la melodía y sesquiáltera
vertical en el ritmo; ralentización del tempo con respecto al punto y al zapateo; movimiento de
las voces en terceras paralelas, así como carácter vocal y no danzario.
Según Emilio Grenet: "La clave era en sus orígenes una composición para ser cantada por
conjuntos vocales acompañados por instrumentos rítmicos (tambores, marugas, claves etc.), que
recorrían las calles de la ciudad, en una manifestación jubilosa de los negros esclavos, a quienes
en ciertos días se le concedían estos esparcimientos. La fecha más destacada era el Día de Reyes.
33
Grenet, Emilio. Música cubana. Orientaciones para su conocimiento y estudio. Artículo publicado en: Panorama
de la música popular cubana. Selección y prólogo de Radamés Giro. Editorial Letras Cubanas, 1998, p. 62.
15 La Guajira, la Clave y la Criolla de Cuba
participaron algunos miembros, ya ancianos, de antiguos Coros de Clave. De esa forma nos
proponemos brindar una idea más clara y objetiva de cómo sonaban aquellos cantos populares.
Y a continuación reproducimos otro canto de clave popular por el Coro del Ministerio de
la Cultura de Cuba con integrantes de los antiguos coros de clave de Santa Ana y Jesús Maria:
34
Fouchet, Max-Pol: Marcha La Moralidad en L'art et Revolution. Film,1970:
https://www.youtube.com/watch?v=i8pjq4uGb9Q
16
Armando Rodríguez Ruidíaz
35
Como brillan las estrellas. Tradicional. Coro de clave (Juan Echemendía): Coro del Ministerio de la Cultura de
Cuba. La Música del Pueblo de Cuba. LP doble: https://www.youtube.com/watch?v=AZ_2SuwWAs4
17 La Guajira, la Clave y la Criolla de Cuba
La clave a Martí
Quizás la clave más famosa sea la llamada clave a Martí, cuyo origen se encuentra todavía
envuelto en un halo de misterio que posiblemente nunca podrá ser aclarado.
De acuerdo a las investigaciones realizadas por el maestro Odilio Urfé, la clave a Martí
fue compuesta alrededor de 1897 por José Tereso Valdés, director del coro de clave "La llave de
oro", quién la dedicó a la clarina del Barrio del Pilar, Doña Caridad Valdés, una mujer muy bella
que murió joven. A continuación reproducimos el texto de la clave original:
Según la tradición, el músico Emilio Villillo adaptó posteriormente otra letra con tema martiano
a la ya conocida melodía; una de cuyas versiones es la siguiente:37
36
Díaz Ayala, Cristóbal: 100 Canciones cubanas del "Milenio". Alma Latina, 1999.
37
Rojas, Rafael: Otro gallo cantaría: essay on the first cuban republicanism. En: The Cuban republic and José
Martí. Reception and use of a national symbol.
18
Armando Rodríguez Ruidíaz
Pero existen otras versiones de esa misma historia, tal como nos cuenta el comunicador
cubano José (Pepe) Forte; el cual cita una entrevista del periodista habanero Guillermo
Villarronda, publicada en la revista Bohemia el 27 de abril de 1958.
En ese artículo, Villarronda relata una conversación con los integrantes del Dúo Espirituano
(fundado en 1904), Francisco Albo Salazar, conocido como Pancho Majagua (1876-1966) y
Carlos (Tata) Díaz de Villegas (1886-1989); los cuales le informaron al periodista que la clave a
Martí fue compuesta en realidad por Silvestre Iglesias, un músico que murió en La Habana en
1950, y que la canción fue estrenada por ellos en 1914.
38
Forte, José (Pepe): ¿Quién escribió la Clave a Martí?:
http://www.elcubanointransigente.com/2014/01/cubaquien-escribio-la-clave-marti.html
19 La Guajira, la Clave y la Criolla de Cuba
Fig. 12 - Clave a Martí – versión grabada por la soprano Marta Pérez. Transcripción del autor.
39
Díaz Ayala, Cristóbal: Música cubana, del Areyto a la Nueva Trova, Ediciones Universal, Miami Florida, 1993,
p. 86-87.
40
Grenet, Emilio: Popular Cuban music, La Habana, 1930, p. 30.
21 La Guajira, la Clave y la Criolla de Cuba
La clave, como nuevo nombre de marca (brand name), reemplazó al de guajira con el
propósito de designar a un mismo género o estilo en la música del teatro lírico cubano. La
denominación guajira simplemente "pasó de moda", y fue sustituida gradualmente por la de
clave.
Ese proceso está ejemplificado en el análisis que realizó Cristóbal Díaz Ayala de los
listados correspondientes a las sesiones de grabación programadas en Cuba por las principales
casas disqueras norteamericanas, Edison, Columbia y Victor, entre los años 1898 y 1925. En
éstos sólo aparecen cinco guajiras, en comparación a las veintisiete claves grabadas durante ese
mismo período. Esta es una imagen proporcional comparativa que muestra la decadencia de una
denominación genérica con respecto a la otra.41
La Criolla
Nos dice Helio Orovio que: "Finalmente, la clave de la escena teatral sirvió como punto
de partida para la creación de un nuevo género de música popular: la criolla. La primera de las
cuales, "Carmela", fue compuesta por Luis Casas Romero en 1909."42 Pero de manera diferente a
Orovio, Cristóbal Díaz Ayala nos informa que: "En 1910, Luis Casas Romero crea un nuevo
género musical, cuando escribe la primera criolla, "Carmela", a la que le siguen otras como
"Hortensia y Dolores".43 Casas Romero también compuso una de las más famosas y apreciadas
canciones del repertorio lírico cubano, la criolla "El Mambí".
Aunque los dos investigadores coinciden en declarar a Carmela como la primera criolla,
su afirmación de que ésta constituye la inauguración de un "nuevo género" es muy dudosa; ya
que, como decía Alejo Carpentier en su libro La música en Cuba en cuanto a la criolla y su
estrecha relación con la guajira y la clave: "Si puede advertirse una diferencia entre clave,
guajira y criolla es meramente superficial: melodía, tempo, atmósfera armónica – más simple en
una clave, más ambiciosa en una criolla. Pero la base rítmica y tonal es la misma.”44
41
Díaz Ayala, Cristóbal: Discografía de la Música Cubana. Editorial Corripio C. por A., República Dominicana,
1994.
42
Orovio, Helio: 2004, p. 54.
43
Díaz Ayala, Cristóbal:1993, p. 100.
44
Carpentier, Alejo: La música en Cuba, Editorial Letras Cubanas, 1979, p. 151-154.
22
Armando Rodríguez Ruidíaz
Podemos constatar esa afirmación al analizar la siguiente partitura de Mi canto eres tú,
una criolla de Jorge Anckermann, y compararla con Oye mi Clave, una clave del mismo
compositor, así como con la guajira Un paraíso es mi Cuba de Rosendo Ruíz, las cuales ya
hemos presentado anteriormente.
45
Grenet, Emilio: Popular Cuban music, La Habana, 1939, p. 46.
23 La Guajira, la Clave y la Criolla de Cuba
Mediante esa comparación podemos apreciar que las tres piezas poseen características
muy similares, las cuales resultan determinantes en cuanto a la clasificación de su género, tales
como el ritmo de la hemiola vertical en el bajo, así como la relación contrastante entre el tono
menor de la primera sección y la modulación a su relativo directo mayor en la segunda.
La criolla fue cultivada también por los llamados trovadores; que fueron miembros de un
movimiento surgido a fines del siglo XIX, pero cuya participación en la creación del son, entre
los años veinte y treinta del nuevo siglo fue my destacada. En las canciones de algunos de esos
trovadores es posible apreciar una evolución del estilo de la criolla en comparación con el más
tradicional de la guajira y la clave. En el próximo ejemplo, compuesto por uno de los más
destacados creadores de la música cubana, el trovador Sindo Garay, podemos apreciar los rasgos
de ese proceso evolutivo.
A pesar de ser un artista folklórico en el más estricto sentido de la palabra, ya que nunca
recibió entrenamiento formal en las técnicas musicales, su admirable intución y condiciones
naturales le permitieron a Sindo Garay alcanzar un avanzado nivel en el dominio de disciplinas
como la armonía y la forma musical. En su famosa canción La Bayamesa, un fragmento de la
cual reproducimos a continuación, Garay sustituye la modulación (relativamente más simple) de
un tono menor a su relativo directo mayor en la segunda sección de la pieza, por una compleja
progresión armónica basada en acordes alterados con función de dominante secundaria; y
además incluye una segunda voz que interactúa con la primera, en un estilo francamente
contrapuntístico.
46
Díaz Ayala, Cristóbal: Discografía de la Música Cubana. Editorial Corripio C. por A., República Dominicana,
1994.
24
Armando Rodríguez Ruidíaz
25 La Guajira, la Clave y la Criolla de Cuba
47
Grenet, Emilio: Popular Cuban music, La Habana, 1939, p. 15.
26
Armando Rodríguez Ruidíaz
La criolla acabó por desaparecer del panorama de la música cubana, y ese fue el fin de
los descendientes de las danzas españolas de ritmo ternario en Cuba. El renacimiento de aquellas
danzas en los géneros de la guajira, la clave y la criolla fue como el canto de cisne de los
antiguos ritmos sesquiálteros en la música popular cubana, ya que desde entonces, y hasta el
momento presente, ningún otro ritmo ternario ha logrado establecerse con fuerza en ese ámbito.
27 La Guajira, la Clave y la Criolla de Cuba
Bibliografía
Chapí, Ruperto (1851-1909): La Revoltosa N. 3bis Guajiras [Música notada]: sainete lírico en un acto , Casa
Dotésio, Madrid, ca. 1900. La obra reproducida pertenece a los fondos de la Biblioteca Nacional de España y es
utilizada bajo una licencia de Reconocimiento-No Comercial-Compartir Igual 4.0 Internacional de Creative
Commons
Como brillan las estrellas. Tradicional. Coro de clave (Juan Echemendía): Coro del Ministerio de la Cultura de
Díaz Ayala, Cristóbal: 100 Canciones cubanas del "Milenio". Alma Latina, 1999.
Díaz Ayala, Cristóbal: Cuba canta y baila: Discografía de la música cubana. Fundación Musicalia, San Juan,
Puerto Rico, 1994.
Díaz Ayala, Cristóbal: Discografía de la Música Cubana. Editorial Corripio C. por A., República Dominicana,
1994.
Díaz Ayala, Cristóbal: Música cubana, del Areyto a la Nueva Trova, Ediciones Universal, Miami Florida, 1993, p.
86-87.
Entrevista a María Teresa Linares en: Tonadas Trinitarias, documental. Director Hector Veitia, 1974:
https://www.youtube.com/watch?v=Os--Qom3CfI. Consultado 12/03/16.
Galán, Natalio: Cuba y sus sones, Pre-Textos, Artegraf S.A., Madrid, España, 1997, p. 29.
Giro, Radamés: Diccionario enciclopédico de la música en Cuba. Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba. p. 68.
Grenet, Emilio. Música cubana. Orientaciones para su conocimiento y estudio. Artículo publicado en: Panorama de
la música popular cubana. Selección y prólogo de Radamés Giro. Editorial Letras Cubanas, 1998, p. 62.
Lapique, Zoila: Cuba Colonial: Música, compositores e intérpretes. 1570-1902. Publicaciones de la oficina del
historiador de la ciudad. Ediciones Boloña, La Habana, 2007, p. 264.
León, Argeliers: Del canto y el tiempo. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, Cuba, 1981.
León, Argeliers, Del canto y el tiempo, Editorial letras cubanas, Habana, Cuba, 1984, p. 209.
Manuel, Peter: The guajira between Cuba and Spain: A study in continuity and change. Latin American Music
Review, volume 25, No. 2, Fall/Winter, 2004.
Orovio, Helio: Cuban music from A to Z. Tumi Music Ltd. Bath, U.K., 2004, p. 54.
28
Armando Rodríguez Ruidíaz
Pérez Cabello, Rafael: En Escena: Crónicas y Retazos Literarios. Habana, Imprenta "El Fígaro", Obispo 62, 1898.
Rodríguez Ruidíaz, Armando: La metodología de los "Complejos Genéricos" y el análisis de la música popular
cubana autóctona:
https://www.academia.edu/31616832/La_metodolog%C3%ADa_de_los_Complejos_Gen%C3%A9ricos_y_el_an%
C3%A1lisis_de_la_m%C3%BAsica_popular_cubana_aut%C3%B3ctona
Rojas, Rafael: Otro gallo cantaría: essay on the first cuban republicanism. En: The Cuban republic and José Martí.
Reception and use of a national symbol.
Sánchez de Fuentes, Eduardo: Artículo en “Folklorismo”editado por Imprenta “Molina y Compañía”, Ricla, Num
55-57, La Habana, 1928.
Sánchez de Fuentes, Eduardo: El folk-lor en la música cubana. Imprenta El Siglo XX. Teniente Rey 27, La Habana,
1923, p. 51 y 56.
Sublette, Ned: Cuba and its music. Chicago Review Press, Inc., 2004, p. 263.