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EL DERECHO CONSTITUCIONAL Y SU OBJETO DE

ESTUDIO
Patrocinio L. Correa Noriega1
1. EL DERECHO CONSTITUCIONAL:

A primera vista, el Derecho Constitucional es una Ciencia


jurídico-política. Su finalidad esencial es el estudio sistemático
de la Constitución Política.
Mirada más de cerca, esta disciplina se encarga del
conocimiento metódico de las normas jurídicas que gobiernan
la vida del Estado, regulando su organización, estructura,
competencias y operadores de la autoridad. Se encarga
también de conocer los derechos y obligaciones fundamentales
de las personas naturales que residen en el territorio estatal, y,
por supuesto, el rol de las instituciones que garantizan el
respeto y la observancia de esta normatividad fundamental.
Dicho sintéticamente, el Derecho Constitucional se ocupa de
aprehender integralmente el ordenamiento jurídico
constitucional de la unidad política nacional denominada
Estado.
Su acción cognoscitiva recae sobre la Constitución, las leyes
constitucionales, los tratados internacionales, las leyes
cualificadas, así como las leyes de desarrollo constitucional.
Estudia, incluso, las leyes ordinarias, así como otras normas de
inferior categoría, siempre y cuando éstas contribuyan a
consolidar la institucionalidad del Estado y su gobernabilidad
cotidiana.
Es materia concreta de las actividades académicas de esta
disciplina: La estructura y funciones de los poderes públicos, la
organización de las competencias gubernamentales, las
relaciones entre el gobierno central, gobiernos intermedios y
locales, así como la interacción que se opera entre estos
órganos gubernamentales y las personas naturales,
Allí no queda el asunto. Nuestra ciencia se preocupa también
de estudiar la realidad constitucional. Esto implica, indagar
sobre la forma en que la sociedad vive su Constitución Política.
Cómo la aplica a sus usos y costumbres; cómo se vale de ella
para resolver sus controversias de intereses; cómo la recrea
mediante la jurisprudencia de sus tribunales; cómo la enriquece
con la opinión de sus juristas; finalmente, cómo la integra,
recurriendo a los principios constitucionales, que determinan e

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Profesor Titular de Derecho Constitucional de la ULADECH.
informan al resto del ordenamiento jurídico y político de la
nación.
Para el desaparecido maestro sanmarquino Darío Herrera
Paulsen, Derecho es “el conjunto de preceptos de conducta
obligatorios, establecidos por los hombres que viven en
sociedad, destinados a hacer reinar en las relaciones sociales,
el orden y la justicia”. Sobre el Derecho Constitucional, afirma
que éste es una verdadera disciplina jurídica, o mejor dicho,
“una rama del Derecho, a la que concierne la organización
política general del Estado”, puesto que busca el
encuadramiento jurídico de los fenómenos políticos.
Maurice Duverger, prefiere afirmar que “el Derecho
Constitucional estudia las instituciones políticas desde un
ángulo jurídico.”
Se trata de un concepto amplio, pues comprende el estudio
de todas las disposiciones normativas que tienen por objeto la
regulación de la vida interna y externa del Estado, sin importar
si tales disposiciones se encuentran dentro o fuera del texto
constitucional, inclusive si hubieran sido emitidas por gobiernos
de facto. Como lo señala enfáticamente Duverger, “a pesar de
su nombre, el Derecho Constitucional no es únicamente el
Derecho de la Constitución”.
Coincidimos con el Dr. Víctor García Toma, quien piensa que
“el Derecho Constitucional estudia las instituciones y
categorías jurídico-políticas relativas a la organización del
Estado, el ejercicio, competencias, relaciones y controles del
poder público adscrito a un territorio y población determinados;
así como los derechos, obligaciones y garantías de las
personas vinculadas con dicho cuerpo político”.
Es que en su afán por conocer la normatividad que gobierna al
Estado y a todo cuando en él se halla, el Derecho
Constitucional, además del terreno jurídico, está impelido a
estudiar los fenómenos políticos, sociales, económicos y
culturales generados por la interrelación de hombres,
instituciones, pueblos y naciones en el marco del
desenvolvimiento de los Estados.

2. CARACTERES:
El Derecho Constitucional se distingue, entre otras
características, por ser dual, público, principista, fundamental y
pedagógico.

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2.1. Es Dual:

El Derecho Constitucional es dual porque tiene dos facetas. La


una de naturaleza jurídica; la otra, de indiscutible raigambre
política.

2.2. Es Público:

El Derecho Constitucional es público porque estudia las normas


que rigen los asuntos de Interés general, las cuales se han
derivado de las costumbres, la religiosidad, la moral, las
necesidades de intercambio, las condiciones económicas
colectivas, etc.

2.3. Es Principista:

El Derecho Constitucional es principista, ya que se preocupa


por estudiar los principios constitucionales, es decir, las
grandes pautas que dirigen las conducta humana y guían el
quehacer de las instituciones.

2.4. Es Fundamental:

El Derecho Constitucional es fundamental, debido a que las


normas que constituyen su materia de estudio, sirven para dar
validez a todo el ordenamiento jurídico del Estado, y para
otorgar competencia efectiva, a todo el sistema de autoridades
que encarnan y representan al aparato estatal. Pero además
eso, las normas constitucionales sirven para fundamentar, o
sea para justificar nuestras solicitudes, reclamos, demandas,
denuncias y todo tipo de pretensiones que interpongamos por
ante las autoridades oficiales.

2.5. Es Pedagógico:

El Derecho Constitucional es pedagógico, toda vez que las


normas jurídicas que estudia, están encaminadas a formar
ciudadanos concientes de sus roles socio-culturales en el seno
de la comunidad política estatal. El Derecho Constitucional nos
enseña a forjar instituciones eficientes, que sustenten la
fortaleza del Estado de Derecho, la solidez del sistema
democrático y la seguridad jurídica individual y colectiva, sin

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sacrificar el bienestar general, la libertad, la paz social y la
justicia.

3. OBJETO DE ESTUDIO DEL DERECHO CONSTITUCIONAL

La visión que los entendidos han tenido respecto del objeto de


estudio del Derecho Constitucional, ha variado con el paso de
de los tiempos. Paulatinamente se han ido descartando
concepciones fragmentarias y, cada vez con mayor precisión,
se ha visualizado este asunto de un modo más pleno e integral.
Al comienzo, se creyó que el objeto del Derecho Constitucional
era, exclusivamente, el estudio de las constituciones políticas
liberales.
Décadas después, se extendió notablemente este ámbito
referencial, estableciéndose que el Derecho Constitucional
estudia todos los tipos de constituciones políticas, sean
liberales o de cualquier otra índole.
Como se puede apreciar, esta visualización fue más plena que
la anterior, pero seguía siendo incompleta. Su amplitud no
superaba los estrechos marcos cognoscitivos de las
constituciones políticas formales.
En la segunda mirad del siglo XIX, surge el materialismo
filosófico y, con él, las corrientes positivistas, que cuestionan
duramente al formalismo jurídico y, por supuesto, a las
constituciones escritas. El jurista alemán Ferdinand Lassalle,
dijo que ellas son simples “papeles mojados en tinta”.
Más tarde se amplió aún más la concepción acerca del objeto
que el Derecho Constitucional, pues se afirmó que éste estudia
el ordenamiento constitucional del Estado, tanto desde el punto
de vista formal como desde el material. Se tuvo así un
panorama más real y completo del tema que nos ocupa, puesto
que con él se aludía a las normas supremas, a la realidad
socio-cultural y los valores axiológicos.
Concisamente el constitucionalista francés, Maurice
DUVERGER sostiene que el Derecho Constitucional tiene por
objeto estudiar las instituciones políticas desde el ángulo
jurídico, entendiéndose que éstas, son el conjunto de reglas de
derecho relativas a los órganos esenciales del Estado:
Parlamento, Gobierno, tribunales, elecciones, etc., que se
hallan escritas en la Constitución o tuera de ella.

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Agrega este mismo autor, que las instituciones políticas que no
se hallan en la Constitución, hay que buscarlas en los decretos
y reglamentos del Gobierno, en las órdenes de los ministros y
de las autoridades locales, en las resoluciones de las
asambleas de organizaciones diversas, en las costumbres
juridizadas y en los principios generales del Derecho, etc.

4. INSTITUCIONES JURÍDICO-POLÍTICAS:
La palabra institución, según el Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española, proviene del latín institutĭo,
-ōnis, que quiere decir todo aquello que está fundado,
establecido, instaurado o instituido. La palabra institución,
desde el punto de vista etimológico, expresa orden y
estabilidad.

Cuando nos referimos a las instituciones jurídico-políticas,


hablamos de un “conjunto de principios, normas y prácticas”
que regulan las interrelaciones entre gobernantes y
gobernados, buscando consolidar la vida estatal de una
comunidad humana concretamente determinada.
En otras palabras, las instituciones jurídico-políticas, están
constituidas por un variado y amplio conjunto de instrumentos,
materiales y formales, que originan y consolidan la vida de un
pueblo, en un espacio geográfico delimitado por fronteras
convencionales, y en una época histórica, debidamente
identificada.
Subrayamos el carácter instrumental de las instituciones
jurídico-políticas, ya que éstas no son fines en si mismas, sino
entidades destinadas a servir como medios, para lograr el
cumplimiento del fin esencial del Estado: “La defensa de la
persona humana y el respeto de su dignidad.”

5. DERECHO CONSTITUCIONAL COMO SISTEMA


NORMATIVO Y COMO CIENCIA:
Cuando hablamos de Derecho Constitucional, podemos hacerlo
desde dos puntos de vista: a). Jurídico Positivo y b).
Académico.
5.1. El Derecho Constitucional como Sistema Normativo:
Desde el punto de vista jurídico positivo, corresponde hablar del
Derecho Constitucional como un sistema de normas
fundamentales. Esto equivale a un ordenamiento de estructura

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básica y directriz; o sea un conjunto de normas de rango
especial y de naturaleza suprema, que tienen la virtud de
infundir valides y vigencia a las normas infraconstitucionales.
Ello se debe a que han sido elaboradas por un órgano
legislativo plenipotenciario, con la finalidad de configurar el
régimen jurídico estatal y garantizar el óptimo funcionamiento
de los órganos gubernamentales.
No se trata, pues, de una norma única, sino de una gran
pluralidad de normas jurídicas metódicamente ordenadas, a tal
punto que conforman un solo cuerpo de disposiciones
fundamentales. Resulta absolutamente necesario comprenderlo
como un todo, y hacerse de cuenta que la más mínima
afectación de cualquiera de sus aspectos, aparentemente
irrelevantes, incide profundamente en la totalidad del conjunto,
dañando incluso a los más notables elementos de dicho cuerpo
normativo.
5.2. El Derecho Constitucional como Ciencia:
Desde el punto de vista académico, el Derecho Constitucional
es una ciencia social, o sea un conjunto de conocimientos,
metódica y sistemáticamente expuestos, que estudia, describe,
analiza y compara los diversos elementos del sistema jurídico
constitucional.
Este saber científico nos permite interpretar, determinar,
integrar y aplicar la legislación nacional a los hechos
conflictuales concretos que se general en el diario quehacer de
la sociedad. Con ello, garantizaremos la libertad, el respeto a la
autoridad y la observancia del orden establecido,
trascendentales pasos que nos permitirán alcanzar la paz, la
seguridad y la justicia.
6. EL DERECHO CONSTITUCIONAL EN LA FORMACIÓN
PROFESIONAL DEL ABOGADO:
El esqueleto le da forma, unidad, armonía y presencia al
cuerpo. Sin él solo habría un montón de carne y nada más.
Exactamente lo mismo sucede en el campo jurídico. Las
disciplinas que estudian el ordenamiento legislativo de un
Estado, se estructuran en forma de árbol gigantesco, de cuya
parte superior se derivan tres grandes ramas, cada una de las
cuales representa al Derecho Público, Privado y Social,
respectivamente.

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Éstas últimas se vuelven a dividir y subdividir en ramas más
pequeñas, las mismas que representan las disciplinas
particulares del Derecho. Pero todas las ramas, tanto las
grandes como las pequeñas, se entroncan con el tallo y, éste
último, con las raíces. El tallo simboliza el Derecho
Constitucional; las raíces, los Derechos Humanos.
Si cortamos el tallo, cae toda la fronda del árbol y las ramas
perecen inexorablemente. Si separamos al Derecho
Constitucional del resto de las ramas jurídicas, le habremos
quitado a estas últimas, su soporte, sustento, unidad y vida.
Lo que la Filosofía es a las ciencias particulares, el Derecho
Constitucional es a las demás disciplinas que estudian la
legislación nacional.
El Derecho Constitucional es el núcleo central del saber
jurídico. Es su base fundamental. Con él, el Derecho es ciencia;
sin él, solo será una curiosa colección de conocimientos
jurídicos.
El Derecho Constitucional es el real sustento científico y
filosófico del jurista. Sin él no hay abogado, hablando en el más
exacto sentido de la palabra. Sin él, solo habremos formado
técnico de mando medio o leguleyos tirando a tinterillos.

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