El tipo más usual es el hipocondriaco croruco, que tampoco llega a hacer auténticos delirios, sino que todo queda en su debilidad, en el cuidado de su salud, en la prevención de corrientes de aire. Hay en ellos muchos rasgos de carácter obsesivo referidos a este ámbito. El tipo opuesto lo encontramos en esas personas, con una tonalidad hipomaniaca permanente, en las que todo es su fortaleza física, su potencia, sus músculos. Curiosamente suele tratarse de tipos para los cuales la conducta erótica apenas si desempeña papel alguno. Todo su exhibicionismo se centra en su tórax, en sus músculos, en la capacidad de elevar más pesos que nadie. Nada tienen que ver con el deportista, profesional o no, antes al contrario, en manera alguna ponen en cuestión su sel] corporal en competición alguna.