Conforme la búsqueda de áreas prospectivas de hidrocarburos se vuelve más compleja, más compañías de exploración y perforación están recurriendo a la geoquímica para evaluar un componente que es esencial para el éxito de cada pozo: la roca generadora.
Todas las extensiones productivas (plays) de petróleo o gas provienen de rocas
generadoras. La viabilidad de cada extensión productiva (convencional, no convencional, de gas o petróleo) depende de su roca generadora. Sin esta fuente petrolífera, todos los demás componentes y procesos necesarios para la explotación de un play se vuelven irrelevantes. Una roca generadora se puede definir en sentido amplio como cualquier roca de grano fino, rica en materia orgánica, que puede generar petróleo dada una suficiente exposición al calor y a la presión. Su potencial para la generación de petróleo se relaciona directamente con su volumen, riqueza orgánica y madurez térmica. La riqueza en contenido orgánico se refiere a la cantidad y tipo de materia orgánica contenida en la roca. La madurez térmica alude a la exposición de una roca generadora al calor con el tiempo, este se incrementa a medida que la roca es sepultada a mayor profundidad por debajo de las capas sucesivas de sedimentos. La transformación térmica de la materia orgánica es lo que hace que una roca generadora produzca petróleo.
Luego de la depositación de sedimentos ricos en contenido orgánico, los procesos
microbianos convierten parte de la materia orgánica en gas metano biogénico. El calor hace que la materia orgánica se convierte gradualmente en una materia orgánica insoluble denominada kerógeno. La alteración del kerógeno continua conforme el calor incrementa, estos cambios producen la liberación de los compuestos del petróleo que son generados sub- siguientemente. Este calentamiento convierte el kerógeno en bitumen y petróleo. El incremento de la madurez también hace que los compuestos del petróleo inicialmente complejos experimenten un proceso de simplificación estructural; generalmente comienzan con petróleo, continúan con gas húmedo y terminan con gas seco. El sistema petrolero, da cuenta de la generación, expulsión, migración y acumulación del petróleo y el gas; y la roca generadora constituye su base. El petróleo generado por la roca térmicamente madura es expulsado hacia el interior de una capa productora porosa y permeable, y luego migra hacia una roca yacimiento en la que es entrampado estructural o estratigráficamente por debajo de un sello impermeable.
Las extensiones productivas no convencionales, reflejadas en el auge de la producción
de gas de lutitas, se fundamentan en sistemas petroleros en los que la roca generadora también actúa como yacimiento y sello. El petróleo generado en este tipo de sistemas no migra. Las lutitas petrolíferas (oil shales) constituyen otra variación de los recursos no convencionales, los operadores que explotan estas rocas generadores deben aplicar calor para producir el petróleo. Las rocas generadoras son el resultado de una convergencia de procesos físicos, bioquímicos y geológicos, que culminan en la formación de rocas sedimentarias de grano fino con contenido de materia orgánica rica en carbono e hidrogeno. Esta se forman en donde las condiciones sustenta actividades biológicas que producen grandes cantidades de materia orgánica, en donde las condiciones depositacionales concentran esta materia y en donde las condiciones post- depositacionales permiten su preservación. El contenido orgánico es controlado en gran medida por la productividad biológica, la mineralogía de los sedimentos y la oxigenación de la columna de agua y sedimentos.
Los sedimentos pobres en oxigeno o anóxicos, constituyen el mejor medio para la
preservación de la materia orgánica. La mineralogía también desempeña un rol esencial en el desarrollo de las rocas generadoras, los minerales son transportados y precipitados en sedimentos y pueden reaccionar con los compuestos orgánicos y finalmente diluir la concentración relativa de materia orgánica presente en los sedimentos. En general, las rocas generadoras de calidad presentan numerosas características en común. Se forman en ambientes anóxicos o altamente reductores, son generalmente laminadas, poseen un valor de carbono orgánico total (TOC) que oscila entre alto y moderado, y contienen materia orgánica que se caracteriza por exhibir relaciones entre los átomos de hidrogeno y los de carbono superiores a 1.2. dados suficiente calor, presión y tiempo, los sedimentos se litifican y la materia orgánica que contienen se convierte en kerógeno.
El kerógeno puede clasificarse en cuatro
tipos, basados en su proveniencia. También pueden clasificarse en base al contenido de hidrogeno, carbono y oxígeno. Cada uno posee una incidencia clara sobre el tipo de petróleo que se producirá, en caso de que exista producción. En general, los kerógenos ricos en contenido de hidrogeno son responsables de la generación de petróleo e hidrocarburos gaseosos; los que contienen menos cantidades de hidrógeno generan principalmente hidrocarburos gaseosos.
Algunos compuestos del petróleo presentes en la roca generadora son liberados a
temperaturas inferiores a las necesarias para descomponer el kerógeno. Por otra parte, la temperatura correspondiente a la liberación máxima de gas constituye una indicación de la madurez de la roca generadora. Los geocientíficos emplean una diversidad de técnicas para evaluar la capacidad de generación de hidrocarburos de las rocas generadoras. Las pruebas geoquímicas de las muestras de afloramientos, los recortes de formaciones, los núcleos laterales (testigo de pared) y los núcleos convencionales, ayudan a determinar la cantidad de la materia orgánica presente en la roca. Los resultados ayudan a los geocientíficos a indagar cuanto, cuando y que tipo de petróleo podría haber sido generado. El carbono es un elemento esencial de cualquier compuesto orgánico y una forma de evaluar la riqueza orgánica de una roca consiste en medir su contenido de carbono, la medición del TOC es una prioridad en la evaluación de las rocas generadoras.
Consideradas en conjunto, estas mediciones obtenidas con el método de pirolisis
proporcionan conocimientos acerca de la composición química y la madurez de la materia orgánica contenida en la roca generadora. La relación existente entre estos componentes constituye la base para los diversos índices utilizados en la interpretación de las características de las rocas.
El índice de hidrogeno, HI, se obtiene a partir de la
relación entre el oxígeno y el TOC; se define como 100 x S2/TOC. Es proporcional a la cantidad de hidrogeno contenido en el kerógeno y un HI alto indica un mayor potencial para la generación de petróleo.
El índice de oxígeno, OI, se obtiene a partir de la relación
entre CO2 y el TOC; se define como 100 x S3/TOC. Se relación con la cantidad de oxigeno contenido en el kerógeno y es útil para el rastreo de la maduración o el tipo de kerógeno.
El índice de producción PI, se obtiene a partir de la relación existente entre los
hidrocarburos generados durante la primera y segunda etapa del proceso de pirolisis. Tiende a incrementarse con la maduración de la roca generadora. Se define como S1/(S1 + S2).
El potencial de petróleo representa la cantidad máxima de hidrocarburos que podría
originar una roca generadora suficientemente madura; se define como la suma de S1 + S2.