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L onja de investigadores
Se van a dedicar estas breves páginas a algunos comentarios sobre una fórmula de
interpelación que no desconocen desde luego los asiduos lectores e investigadores del
teatro aurisecular español, y que incluso consta, aunque muy parcialmente, en
diccionarios usuales. Pero dicha fórmula, por lo menos en el teatro de Lope, se presenta
bajo formas diversas no reseñadas en dichos diccionarios, utilizadas con un sentido algo
diferente del que mencionan éstos, y que a veces dificultan la intepretación textual. No
parece pues inútil, desde la perspectiva informal de esta Lonja de investigadores,
reflexionar sobre ejemplos sacados de la Comedia lopesca para ilustrar las variantes de
una locución que en el Diccionario de Autoridades sólo se consigna bajo la forma
«Digo, digo».
Autoridades define esta locución con las palabras siguientes: «Usadas estas voces
como interjección, sirven para llamar a alguna persona que se acaba de apartar de la
compañía de otra, y equivalen a “Venid, volved acá”». En su utilísima Enciclopedia del
idioma (1958), Martín Alonso consigna una forma idéntica, pero proponiendo una
definición algo más amplia: «Voces que se usan para llamar la atención de una persona,
o parar al que va a hacer una cosa». Y, desde luego, los casos que voy a comentar se
relacionan sin duda, tanto semántica como morfológicamente, con esta locución que se
podría llamar «académica». Pero «digo, digo» no es ni mucho menos la forma más
frecuente en el teatro de Lope, e incluso puedo decir que no la he visto nunca en la
modesta extensión de mis lecturas (bien es verdad que están todavía muy lejos de la
exhaustividad). Lo que hasta ahora he encontrado en boca de los personajes lopescos es,
indistintamente, «a quien digo» o «que digo». Me propongo ahora citar una serie de
ejemplos de ambas expresiones, empezando por la primera y puntualizando brevemente
el contexto cuando me parezca necesario para aclarar su sentido. Las cito tal como
figuran en las ediciones utilizadas, dejando para más adelante las consideraciones sobre
las cuestiones de puntuación:
CRITICÓN. Núm. 106 (2009). Frédéric SERRALTA. Digo, digo: sobre las variaciones de una fórmula de interpelación ...
74 F RÉDÉRIC S ERRALT A Criticón, 106, 2009
• Hablando con Alfredo, Fulgencia asiste a una escena de galanteo en la que Lupercio
provoca sus celos (Los embustes de Celauro, Parte IV, ed. PROLOPE, t. 3, I, vv. 1008-1011):
• Llega el conde Albano donde están los dos «hidalgotes» don Claros y don Blas, y al ver
al primero pregunta a su criado (Los hidalgos del aldea, Obras de Lope, Nueva edición RAE,
t. VI, III, p. 315b):
• Sale Mendo buscando a don Juan. Después de preguntarse «¿Si le hallaré por aquí?»,
prosigue (La vega del Parnaso, ed. facsímil, Madrid, editorial Ara-Iovis, 1993, II, fol. 53 r°-
v°):
CRITICÓN. Núm. 106 (2009). Frédéric SERRALTA. Digo, digo: sobre las variaciones de una fórmula de interpelación ...
DIGO, D I G O EN EL T EAT RO DE LO P E 75
Bastarían, creo yo, estos ejemplos para dejar bien claro el sentido de la expresión «a
quien digo» (sobre todo —huelga recordarlo— considerando que la palabra «hola», que
con frecuencia la acompaña, no tiene por supuesto el valor actual sino el de
Autoridades: «Modo vulgar de hablar usado para llamar a otro que es inferior»). Se
trata pues, como su variante académica «digo, digo», de una interjección de llamada en
su sentido más amplio, el señalado por Martín Alonso, sin la limitación que sugiere la ya
citada definición de Autoridades1. Lo malo para los editores actuales es que, al incluir la
preposición «a» y sobre todo el pronombre relativo «quien», no se presenta bajo la
forma más corriente de una interjección, y por lo tanto, en función del contexto
inmediato, puede dar pie a confusiones y puntuaciones discutibles 2. Lo mismo ocurre a
veces, como se verá, con la otra modalidad citada, de la cual propongo a continuación
otra breve serie de ejemplos:
1
«…Para llamar a una persona que se acaba de apartar de la compañía de otra».
2
Un caso en una edición reciente, por lo demás muy pulcra y cuidada, del texto de Laura perseguida
(Lope de Vega, Parte IV, edición PROLOPE, t. 1). Habla un galán, Oranteo, que inmediatamente después de
un monólogo advierte la presencia en el escenario de un paje (en realidad su amada disfrazada) y se dirige a él:
«Aquí está un paje, a quien digo: / ¡Hola! ¿Sabes tú del Rey?» (I, v. 505-506). La puntuación no carece de
cierta coherencia, pero en función de los ejemplos que acabo de aducir me parece equivocada.
CRITICÓN. Núm. 106 (2009). Frédéric SERRALTA. Digo, digo: sobre las variaciones de una fórmula de interpelación ...
76 F RÉDÉRIC S ERRALT A Criticón, 106, 2009
• Hernandillo está hablando con una dama y, cuando parece que está ella a punto de
marcharse, le dice (La ocasión perdida, Parte II, ed. PROLOPE, t. 1, I, vv. 904-905):
• En Quien más no puede, ed. Reichenberger, Teatro del Siglo de Oro 118, III, vv. 2733-
2737:
• Llama un alcaide desde fuera a la puerta de una prisión (El amigo por fuerza, Parte IV,
ed. PROLOPE, t. 2, vv. 2135-2136):
• En La fábula de Perseo, ed. Reichenberger, Teatro del Siglo de Oro 6, vv. 2295-2297:
Difícil me parece, a raíz de los casos citados, determinar una hipotética diferencia de
sentido entre la locución que se acaba de ejemplificar («que digo») y la anterior («a
quien digo»). Ambas tienen el mismo valor, aunque posiblemente matizable en función
del contexto inmediato, de fórmula interpelativa. Pero «que digo» vuelve a plantear el
problema de cuál habría de ser la puntuación —y la acentuación— pertinente de la una
y la otra, y de los posibles errores de interpretación que puede provocar una puntuación
inadecuada. Voy a ilustrar brevemente esta problemática mediante el comentario de lo
que hoy me parece un desacierto cometido hace unos quince años en mi propia
traducción al francés de El perro del hortelano.
Recuérdese la dinámica escena inaugural. Teodoro y Tristán cruzan rápidamente el
escenario, huyendo para no ser descubiertos. «Entr[a] tras ellos Diana, condesa de
Belflor», que no los ha conocido, y los llama con palabras muy vehementes que
transcribe así la conocida edición de A. D. Kossoff 3:
3
En Clásicos Castalia, n° 25, vv. 5-10.
CRITICÓN. Núm. 106 (2009). Frédéric SERRALTA. Digo, digo: sobre las variaciones de una fórmula de interpelación ...
DIGO, D I G O EN EL T EAT RO DE LO P E 77
4
En Tamesis Books, London, 1981.
CRITICÓN. Núm. 106 (2009). Frédéric SERRALTA. Digo, digo: sobre las variaciones de una fórmula de interpelación ...