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Método Inductivo
Consiste en analizar primero los casos o hechos particulares y después formular un principio o Ley general. En
la Inducción hay tres etapas:
1. El Análisis y comparación de los hechos.
2. La Formulación de la hipótesis.
3. La Comprobación de la hipótesis formulada.
Método Deductivo
Consiste en partir de un principio o Ley general para llegar después al estudio de los casos o hechos particulares. En
la deducción también hay tres etapas:
1. Formulación de un principio o ley general.
2. Estudio comparativo de los casos particulares.
3. Comprobación del principio enunciado.
Leyes universales: son leyes que rigen en todas las etapas del desarrollo de la
sociedad, en todos los modos de producción. Estas leyes expresan la sucesión en el
desarrollo histórico de la sociedad, los vínculos de todos los modos de producción.
Figuran entre estás leyes, ante todo, las que reflejan los nexos, la interdependencia de
las fuerzas productivas y las relaciones de producción.
En el conjunto de leyes específicas de cada modo de producción existe una ley que expresa
el rasgo fundamental, lo más significativo en las relaciones de producción dadas. Tal ley se
denomina ley económica fundamental del modo de producción, alrededor de la cual giran
todo el conjunto de leyes económicas, ya sean universales, particulares o específicas.
Conceptos:
Plusvalía: se refiere al aumento del valor de un objeto o cosa por motivos extrínsecos a ellos. De acuerdo con
lo expuesto por Marx, la plusvalía consiste en el valor que el obrero que percibe un salario por su labor genera
por encima del dinero que representa su esfuerzo laboral. Dicho valor, que podría definirse como trabajo no
pagado al obrero, queda en poder del capitalista, quien ve en la plusvalía la base de la acumulación monetaria.
Trabajo: la valoración del esfuerzo realizado por un ser humano. Sin embargo, desde la perspectiva neoclásica
de la economía, por citar otro caso a modo de ejemplo, el trabajo consiste en uno de los tres elementos que
determinan toda producción, como sucede con la tierra y el dinero. Así, por un lado, nos referimos a él como
la acción que realiza una persona que se está ocupando de llevar a cabo una serie de tareas o actividades ya
sea a nivel físico o bien intelectual.
Valor: es una cualidad que confiere a las cosas, hechos o personas una estimación, ya sea positiva o negativa.
Para la corriente filosófica del materialismo, la naturaleza del valor reside en la capacidad del ser humano para
valorar al mundo en forma objetiva. Hablamos de valor de cambio.
A grandes rasgos, el capitalismo se diferencia de su sistema económico predecesor, el feudalismo, porque los
capitalistas compran trabajo a los obreros a cambio de un salario y no bajo una exigencia moralista que
obligue a las personas a trabajar de forma esclavista. Así mismo, la diferencia más marcada entre el
capitalismo y el socialismo es la existencia de la propiedad privada como un derecho que todos los individuos
tienen, en el socialismo existe la propiedad social de los elementos de producción y el intercambio de bienes.
Cabe señalar que ningún Estado socialista mantuvo estas ideas a rajatabla y que, la forma de imponer dicho
sistema económico y social fue a través de medidas de fuerza.
Acumulación Originaria: es el proceso histórico de disociación entre el productor y los medios de producción.
Se la llama “originaria” porque forma la prehistoria del capital y del modo capitalista de producción.” Sirve
para explicar la génesis o la prehistoria del concepto de “capital”. En el feudalismo quien es rico es el posesor
de tierras, en el capitalismo, es el que posee capital, es decir, el propietario de los medios de producción y la
materia prima con la que se produce mercancía. El obrero pone su fuerza de trabajo para producir dicha
mercancía, en el capitalismo, el obrero ya no es propietario de sus medios de producción ni de las condiciones
de su trabajo.
Conciencia de Trabajo:
Dictadura del proletariado: Una vez que la clase obrera haya tomado conciencia de la explotación y opresión
sufre, se organizará en torno a partidos de carácter revolucionario, siendo dirigida por
una vanguardia especialmente capacitada y activa, empeñada en planificar la destrucción del sistema
capitalista.
Esa acción no debe circunscribirse a un solo país ya que, siendo las condiciones y los intereses de la clase
trabajadora idénticos en todo el mundo capitalista, ha de tener un carácter internacional. A través de la acción
revolucionaria los obreros han de derribar el gobierno burgués y sustituirlo por uno de carácter obrero. Ello
puede requerir el uso de la violencia, pues los trabajadores se encontrarán con la fuerte oposición de la clase
dominante.
Una vez conseguido el control del Estado será necesario salvaguardar las conquistas realizadas mediante el
ejercicio de una dictadura de los trabajadores, constituyendo éste el primer paso hacia la consecución de una
sociedad comunista sin clases. El nuevo Estado que surge de la revolución habrá de suprimir la propiedad
privada de los medios de producción (elemento primordial en la explotación de la clase obrera) y sustituirla
por la propiedad colectiva de los mismos.
Fetichismo de la mercancía: El fetichismo es el atribuirle a una cosa propiedades que no le son propias, es
decir, considerar que una cosa es algo distinto a lo que realmente es. Más aún, es atribuirle propiedades
mágicas, mistificar una cosa. Esto es muy usual y puede ocurrir por una mezcla de ignorancia y creencias
animistas, como cuando antiguamente se creía que las yeguas, y las mujeres, eran fecundadas por el viento.
Este viento era fetichizado como algo que no es. También algo se puede fetichizar si se lo asocia con ideas
mágicas o religiosas, así los creyentes consideran a la hostia y al vino como al cuerpo y la sangre de Jesús. Pero
un ejemplo más actual, ya que hoy nadie va a misa, o al menos no cree que se está comiendo a Jesucristo,
podemos verlo con las cábalas futboleras. Cuando un hincha se sienta en un sillón a ver el partido, si su equipo
gana, ese sillón pasa a ser un objeto mágico que va a garantizar la victoria cada vez que se lo use.
Con las mercancías pasa algo parecido, pero lo extraño es que el fetichismo de las mercancías surge por
considerarlas como “lo que son” a primera vista, es decir que no surge de algo ajeno a ellas, sino de una forma
que les es propia. Las mercancías se nos presentan tal cual son, no nos ocultan que son cosas útiles y que
tienen un precio. Al contrario, tan claro vemos que las mercancías son valores de uso con valores de cambio,
que sólo vemos eso: valores de uso que portan valores de cambio. El valor de cambio aparece unido a cada
mercancía y parece ser una propiedad del valor de uso que constituye cada mercancía. Los precios de las cosas
parecen depender de las cosas mismas: un auto es más caro que un televisor “porque los autos son más caros
que los televisores”. Es una cualidad de los objetos el tener cada uno un precio distinto, los autos por ser
autos, y los televisores por ser televisores, y así por el estilo con toda la lista de mercancías.
Ideología Burguesa: es el concepto que originalmente utilizó Karl Marx para describir la ideología propia de
la burguesía. Normalmente, la ideología burguesa es beneficiosa para la burguesía, y es por esto que la
burguesía la defiende, pero sin estar del todo consciente de las contradicciones que contiene.
Para Marx, la ideología burguesa era una característica indeseable de la sociedad, producto de la capitalista,
de sus condiciones materiales de producción, de sus relaciones sociales, sus relaciones económicas, sus
relaciones de conciencia, etc. Según Marx, la ideología burguesa era un mal de la sociedad capitalista que
ocultaba las condiciones reales de producción, pero, aunque se estuviera consciente de estas condiciones,
esto no la hacía desaparecer, sino que se requería cambiar las condiciones materiales de producción.
Imperialismo:
Lucha de clases:
Plus-trabajo:
Plus-valor:
Proletariado:
Trabajo vivo:
Trabajo Muerto:
Trabajo Reproductivo:
Explotación:
Mercancía: Marx llama mercancía al elemento básico de la vida económica en la sociedad capitalista.
Distingue dos tipos de valores en las cosas y en las mercancías: su valor de uso y su valor de cambio. El valor
de uso de un objeto es su capacidad para satisfacer alguna necesidad humana, y el valor de cambio es el valor
que un objeto tiene en el mercado y que se mide en dinero, en términos puramente cuantitativos. Hay objetos
que tienen valor de uso, pero no valor de cambio (el aire que respiramos, los sentimientos de las personas, el
propio cuerpo humano), pero la tendencia de las sociedades de explotación (particularmente del capitalismo)
es hacer de todo objeto que sirva para algo un objeto para vender y comprar, es decir una mercancía (se
intenta vender el propio cuerpo, el talento y los sentimientos, ...). Podemos llamar mercancía a todo objeto
que se pone en el mercado, a todo objeto producido con vistas a su cambio por otros objetos, con vistas a ser
vendido en el mercado.
Desde las primeras páginas de El capital, la mercancía se entiende como la unidad mínima de
análisis que contiene y sintetiza la relación social del capital, pues explica las relaciones de
explotación. En última instancia, la mercancía representa una categoría económica del modo
capitalista de producción, como la totalidad presente en la parte; de ahí la importancia de su
comprensión. Al respecto, Luckacs señala que la mercancía no es sólo un problema particular, ni
aún el problema central de la economía como ciencia particular, sino que representa el problema
estructural de la sociedad capitalista en todas sus manifestaciones vitales.
El materialismo histórico
Para el marxismo, son las circunstancias materiales y no las ideas o la voluntad de los hombres las que
determinan los hechos históricos. En tal sentido, diferencia entre infraestructura (la
economía) y superestructura (la organización del Estado, los aspectos políticos, jurídicos, ideológicos, el
pensamiento filosófico, las creencias religiosas, la producción artística, las costumbres, etc).
Entre ambas instancias existe una estrecha relación dialéctica. La infraestructura económica constituye la base
de la historia y genera unas determinadas relaciones de producción. Las variaciones en la infraestructura
provocan a su vez cambios en la superestructura, pero no de forma mecánica automática, sino que cada
instancia ejerce una peculiar influencia sobre la otra. A largo plazo, sin embargo, el
papel determinante corresponderá a la infraestructura.
Esta dinámica hay que situarla en el influjo que ejerce sobre el marxismo la teoría del proceso dialéctica de
Hegel. Según este filósofo cada hecho o circunstancia (tesis) lleva en su seno su propia
contradicción (antítesis). De la pugna entre ambas surge una nueva realidad (síntesis) que implica la
superación de las anteriores y que a su vez se transforma en una nueva tesis.
La humanidad ha pasado por varios estadios con diferentes estructuras y sus propias contradicciones:
sociedad comunitario-tribal, esclavista, feudal y capitalista. En ésta última la burguesía ha creado unas
condiciones (económicas, legales, unos modos de vida y hasta la religión) que le permiten prosperar material y
socialmente, pero a costa del proletariado. Del mayor o menor desarrollo del movimiento obrero depende
que la clase trabajadora reconozca cuáles son realmente sus intereses y luche por ellos a través de la acción
revolucionaria.
2.3 El Valor
El valor es la expresión del trabajo incorporado a las mercancías y el precio es la estimación de ese valor que
hace el mercado. La relevancia de el valor es que es la única cualidad que contienen las mercancías que
permite equipararlas unas a otras en el mercado, es decir, el valor es el denominador común porque las
mercancías son fruto del valor. El valor de las mercancías materializa el trabajo social en producirlos. El cambio
de mercancías esta determinado por la visión social del trabajo. Al equiparar las mercancías, se equiparan los
tipos de trabajo, y el doble carácter de la mercancía responde al doble carácter del trabajo materializado en
ellas. El valor de uso se plasma y materializa en un tipo de trabajo que, al tomar una forma determinada,
constituye el trabajo concreto, de modo que el valor de uso lo determinado el trabajo en concreto. En cambio,
el trabajo de lo productores de mercancías, es decir la inversión de fuerza humana del trabajo
independientemente de la forma concreta que adopte, es el trabajo abstracto. De modo que el trabajo
abstracto determina el valor de las mercancías. Entonces trabajo abstracto y concreto son diferentes en la
materialización de la mercancía. La magnitud del valor de las mercancías se determina por el tiempo de
trabajo. La productividad del trabajo se mide por la cantidad de tiempo necesario.
El trabajo abstracto en cambio es que todos trabajan en conjunto, “trabajo en general”. Marx desarrolló
la teoría del valor-trabajo a partir de Smith y Ricardo. En ella el valor de una mercancía se expresa por el
tiempo de trabajo socialmente necesario para producirla. El trabajo abstracto permite la división del trabajo,
algo ajeno en la sociedad pre-capitalista. En el capitalismo es posible almacenar fuerza de trabajo, y con ello
tiempo de trabajo de la producción de determinadas mercancías producidas por otros, y producir una riqueza
desconocida hasta entonces que aparece como una “monstruosa colección de mercancías”.
Trabajo abstracto: a la energía que se gasta para producir el bien. (Ej. Sastre)
Trabajo concreto: la que tiene como resultado el bien o el servicio. (Ej. Traje)
En un sentido marxista se denomina trabajo complejo o cualificado a todo aquel trabajo socialmente
condensado y multiplicado por el aprendizaje, aquel que exige una formación especial, una preparación
profesional más dilatada que el promedio.
El trabajo complejo no equivale, por lo tanto, a un trabajo más intenso; tampoco se diferencia por la mayor
habilidad o pericia del trabajador, que es un rasgo peculiar de cada trabajador en concreto: no alude al trabajo
de dos trabajadores de la misma profesión sino de dos trabajadores de profesiones diferentes. En cualquier
clase de trabajo lo que importa no es su característica individual, la del trabajador en concreto, sino sus rasgos
generales en una sociedad determinada, es decir, importa el trabajo socialmente necesario.
El trabajo complejo se diferencia del trabajo simple en que el valor de los productos del trabajo cualificado es
mayor y en que el valor de la fuerza de trabajo cualificada -su salario- es también mayor. La primera diferencia
es propia de cualquier economía mercantil, ya que caracteriza a las personas como fabricantes de mercancías;
pero la segunda es característica del capitalismo porque singulariza a las personas como compradoras y
vendedoras de fuerza de trabajo respectivamente.
Además, Marx argumentó que la división del trabajo crea trabajadores menos cualificados. A medida que el
trabajo se vuelve más especializado, se necesita menos entrenamiento para cada trabajo específico, y la mano
de obra, en general, es menos calificada que si un trabajador hiciera un trabajo completamente.
Entre las aportaciones teóricas de Marx está su clara distinción entre la división económica y social del trabajo.
Es decir, algunas formas de cooperación laboral se deben exclusivamente a la "necesidad técnica", pero otras
son resultado de una función de "control social" relacionada con una jerarquía de clase y de estatus. Si se
combinan estas dos divisiones, podría parecer que la división del trabajo existente es técnicamente inevitable
e inmutable, y no (en buena parte) socialmente construida e influenciada por las relaciones de poder. También
sostiene que, en una sociedad comunista, la división del trabajo es trascendida, lo que significa que el
desarrollo humano equilibrado ocurre donde las personas expresan plenamente su naturaleza en la variedad
de trabajo creativo que realizan.
Trabajo socialmente necesario, productivo e improductivo
Trabajo productivo: es la que permite la generación de un bien con un fin concreto. Es aquel que produce
beneficios.
3. El Dinero
El dinero en Marx, es dinero-mercancía, y de esta misma naturaleza es que engendra sus diversas funciones.
Por tanto, la primera función del dinero es la de servir como medida de los valores, siendo este el vínculo que
expresa los tiempos de trabajo socialmente necesarios en términos monetarios.
El dinero no logra mediar la magnitud de valor contenida en las mercancías por ser dinero, sino que dado que
el dinero es una mercancía y todas estas son producto de trabajo abstracto es que mide el valor de los
productos en el mercado. Como dice Marx (1978 pág. 115): “[…] Por ser todas las mercancías, en cuanto
valores, trabajo humano objetivado, y por tanto conmensurables en sí y para sí, pueden medir colectivamente
sus valores en la misma mercancía específica y esta convertirse en su media colectiva de valor […]”. Entonces,
pensar que el dinero es el que permite medir a las mercancías es una simple apariencia que surge del
intercambio, es el dinero en cuanto representante de trabajo abstracto.
Al concurrir al mercado, las mercancías llevan en la frente el estigma del precio, han sido ya medidas y
enfrentadas al valor del oro como dinero, sin embargo, ningún intercambio real ha sido efectuado, pues este
solo ocurre cuando la compra o la venta se ha llevado a cabo; por lo tanto, la primera función del dinero
es puramente ideal: para el proceso de formación de precios no es necesario que aparezca ni un ápice de oro
verdadero.
En esta misma función es donde se despliega una de las principales contradicciones del capitalismo; está
figura de precio oro imaginario, que reclama su posterior realización oro real, requiere de un proceso de venta
y compra ininterrumpido, es decir que los sueños dorados de los capitalistas se hagan realidad mediante la
realización de sus mercaderías , sin embargo la decisión entre el tiempo de compra y venta puede ocasionar
que aquellos precios, resultado de la medida de valor del oro, no se realicen: que no haya venta y por lo tanto
esos sueños se transformen en el infierno de los capitalistas, la crisis. Expresándose así “[…] toda la
contradicción resultante de que el producto sea mercancía o de que el trabajo esencial del individuo privado
deba, para producir un efecto social, manifestarse en su inmediato, el trabajo general-abstracto [es decir,
valor y precio] […]” (Marx, 1996 pág. 90).
Según la teacher, el dinero es una representación no-exacta de los bienes. El dinero es la representación
abstracta del valor de las cosas. El dinero es un a derecho, una capacidad, un poder, un activo. Para los
Marxista, el dinero es una mercancía equivalente general de la demanda de mercancía. Asumen que el dinero
es la expresión corpórea del trabajo humano. El dinero es un crédito a cargo del producto social.
1.2.Medio de circulación
La división del trabajo y la propiedad privada de los medios de producción encierra una contradicción, la cual
es la necesidad de realizar las mercancías (venderlas), que de ninguna manera se supera ni con la forma
dineraria del valor. Sin embargo, el dinero mueve a las mercancías dentro del mercado, en este sentido, este
encierra y expresa las contradicciones que se encuentran presentes en el desdoblamiento de las mercancías
en valor y valor de uso. A pesar de esto, el mercado ayuda (aunque no evita ni elimina) a mitigar las
contradicciones de manera temporal; puede por ejemplo ayudar a la realización de las mercancías, en el
movimiento de los precios, por encima o por debajo de su valor, por ejemplo ante un exceso de oferta de
algún bien los precios tenderán a bajar, para corregir el trabajo social extra gastado de manera inútil, es decir,
el mercado reconocerá como trabajo útil una proporción menor que el gastado. Pero a la postre, la
acumulación de contradicciones hará que estos mecanismos del mercado sean impotentes para lograr el buen
funcionamiento del sistema mercantil capitalista.
En este tipo de economía, el metabolismo social pasa, necesariamente, por la esfera de la circulación, es decir,
por el cambio de forma de una mercancía que comienza con la venta y termina con el consumo del valor de
uso final. Cada una de las mercancías en cuestión despliega en este espacio su carácter bifacetico: como valor
y valor de uso. La circulación es el proceso de metamorfosis de las mercancías. Este cambio es una mediación
para que el productor haga el cambio “[…] entre el producto de su trabajo y el producto del trabajo ajeno, el
intercambio de productos.” (Marx, 1978:129). Que implica M 1 – D – M2, donde M1: donas de chocolate y
M2: Ipad. Para que el productor de pan obtenga su tan ansiada Ipadhabrá de asegurarse que las donas que
hornea sean del agrado de todos, es decir, que sean verdaderos valores de uso. El salto mortal de las
mercancías tendrá de llevarse a cabo:
“[…] Si fracasa, la que se verá chasqueada no será precisamente la mercancía sino su poseedor. La división
social del trabajo hace que el trabajo de tal poseedor [nuestro panadero] sea tan unilateral como
multilaterales sus necesidades. Es por eso que su producto no le sirve más que como valor de cambio. Pero
ocurre que sólo como dinero puede adoptar la forma de equivalente general socialmente vigente, y el dinero
se encuentra en el bolsillo ajeno. Para extraerlo de allí, es necesario que la mercancía sea ante todo valor de
uso para el poseedor del dinero, y por tanto que el trabajo gastado en ella lo haya sido socialmente útil […]”
(Marx, 1978: 129).[2]
En este punto, observamos que el dinero no es un velo ni mucho menos, no es la expresión de un trueque
complejizado por la sociedad, o un vehículo que hace del intercambio directo de mercancías un proceso más
eficiente; en el sentido de Marx, al estar el dinero incorporado (aunque sea en forma de oro) están ya
prefijados los precios de las mercancías. Es decir, el volumen de mercancías se encuentra expresado en el
valor dinerario y a su vez, el dinero encierra la forma de equivalente general y es inmediatamente
intercambiable a voluntad, por cualquier mercancía.[3]
Estos actos incesantes de compras y ventas, el metabolismo social, funciona siempre que este vaivén
mercantil no se detenga; que el flujo y reflujo de dinero (y mercancías) no cese, que el mercado funcione
adecuadamente. Sin embargo, como nos dice Marx, este ciclo (en apariencia) sin fin, se ve, tarde que
temprano, interrumpido por crisis comerciales cuando el salto mortal no se lleva a cabo. Esto es sólo
una posibilidad, la probabilidad de que la venta no se lleve a cabo y con esto tampoco las subsecuentes
compras. “[…] Para que dicha posibilidad se desarrolle, convirtiéndose en realidad, se requiere todo un
conjunto de condiciones que aún no existen, en modo alguno en el plano de la circulación simple de
mercancías.” (Marx, 1978 pág.139).
En este estado de cosas, sin el dinero, las mercancías por sí solas se convierten en objetos inanimados, el
dinero, en este caso como medio de circulación, será quien ejerza una fuerza cinética sobre las mercancías: las
mueve, las reanima y las hace circular en el mercado. Las mercancías aparecen y desaparecen constantemente
de la circulación, cambiándose unas por otras, cambiando los primitivos poseedores y cambiando también en
el espacio geográfico, pero el dinero permanece durante todo ese tránsito, por lo que el dinero es un medio
de circulación (pues cambia a las mercancías de lugar y poseedor). [4]
En cuanto medio de circulación, el dinero, comienza el proceso de movimiento de las mercancías y a su vez,
este mismo proceso implica la circulación del dinero. “[…] La utilidad de la mercancía comienza al salir de la
circulación, mientras que la utilidad del dinero como instrumento de circulación, estriba en su circulación […]”
(Marx, 1994 pág.127).
¿Cómo se determina el dinero que circulará en el mercado? ¿Cuál es la suma de dinero que logra mover
satisfactoriamente las mercancías? Está determinado por tres elementos. El primero es la suma total de los
precios de todas las mercancías; el segundo elemento es la velocidad de circulación del dinero, la cual no es
más que el número medio de veces que una misma pieza de dinero realiza el precio de más de una mercancía.
Donde esta velocidad estará determinada por el dinamismo del proceso de circulación, del funcionamiento de
la economía en su conjunto. El último elemento es el cambio en el nivel general de precios de las mercancías
(ya sea por un cambio en el valor de estas o del dinero).
Si permanece constante la velocidad de circulación del dinero, resulta obvio que un incremento (disminución)
del nivel general de precios, incrementará (disminuirá) el dinero necesario en circulación. Si permanece
constante el nivel general de precios y aumenta la velocidad de circulación, el dinero necesario disminuirá y
caso contrario para una disminución de la velocidad de circulación. Empero, en la realidad el efecto se da por
la interacción de estos dos elementos a la vez. Una conclusión general sobre el movimiento del circulante
necesario nos lo da Marx: “[…] la suma de los precios de las mercancías depende tanto de la masa como de
los precios de cada clase de mercancías. No obstante, los tres factores – el movimiento de los precios, la masa
de mercancías circulantes y por último de la velocidad del curso del dinero – pueden variar en sentido
diferente y en distintas proporciones […]” (1978 pág. 148-149).
1.2.1. Los signos de valor
El dinero, en la circulación, alcanza cierto grado de autonomía, pero esto tiene un costo, el cual es (dada su
génesis) que genera sus propias contradicciones. En Marx, las monedas áureas y plateadas se enfrentan a una
actividad difícil: movilizar el mundo de las mercancías. Cambian de mano una y otra vez, tantas como la
velocidad de circulación del dinero les exija; cada mano, cada transacción, desgasta un poco la moneda. Al
cabo de un tiempo, aquella moneda que pesaba, por ejemplo, 10 gramos de oro, ha perdido la mitad de su
masa, es ya una moneda raída. Sin embargo, bajo la tutela del Estado, tiene en su frente grabada la figura de
10 gramos (pues las funciones del dinero como patrón de precios y de unidad de cuenta lo aseguran). La
estampa de 10 gramos ahora no es sino ficticia, figurada. Además, las monedas en circulación, indefensas
personificaciones de valor, son falsificadas; se les extrae el alma (el valor) y no queda más que figuras
fantasmagóricas, signos de valor:
“[…] El cuerpo de la moneda no es más que una sombra. Así como al principio ganaba peso en el proceso,
ahora lo pierde; pero sin embargo sigue valiendo el mismo ‘quantum’ de oro primitivo en cada compra. […] En
tanto que otros seres pierden su idealismo por su roce con el mundo exterior, la moneda se idealiza por la
práctica […] ocasionada por el proceso mismo de la circulación, o la escisión entre su contenido nominal y su
contenido real, explotada en parte por los Gobiernos […]” (Marx, 1994 pág. 136-137).[5]
El oro figurado, oro simbólico, funcionará siempre que, en algún momento de su existencia este billete (dinero
estatal), pueda ser cambiado por oro verdadero. El dinero fiduciario, estará ligado directamente al oro
que idealmente sería necesario para poner en movimiento las mercancías. En este caso, los signos de valor, no
son dinero porque representen un valor intrínseco (tiempo de trabajo) sino que, por el contrario, los billetes
son dinero porque no tiene valor alguno, pero representan una porción de materialidad dorada (que si posee
sustancia de valor).
“El papel moneda es signo áureo o signo dinero. Su relación con los valoresmercantiles se reduce a que éstos
se hallan expresados de manera ideal en las mismas cantidades de oro que el papel representa simbólica y
sensorialmente. El papel moneda es signo de valor solo en cuanto representa cantidades de oro, las cuales,
como todas las demás cantidades de mercancías son también cantidades de valor.” (Marx, 1978 pág. 156-
157).
Ahora bien, ¿de qué depende el valor que representa cada signo? Depende única y exclusivamente de su
cantidad. Esto no implica el control estatal de la economía a través de este tipo de dinero, ni mucho menos
que pueda influir sobre el valorde las mercancías. La relación directa entre cantidad y valor del dinero
fiduciario es así porque la suma de dinero en circulación, cambiante o no, se ajustará a la masa de oro que
idealmente sería necesario para hacer las veces de medio de circulación, es decir, que los cambios en el valor
del dinero en forma de billetes se ajustará al valor social representado en oro; los aparentes cambios (por la
diferente cantidad de circulante) en los precios no será pues, más que un cambio nominal y en su numerario,
si cambiase el valor del oro, por ejemplo, el Estado con su máquina de billetes tendría poco o nada que hacer
aquí.[6]