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EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
I. CONCEPTO Y SIGNIFICADO
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de PAC contiene la regulación sobre “el procedimiento administrativo común” y dos
especialidades del mismo: “el procedimiento especial sobre potestad sancionadora” y
“el procedimiento especial sobre responsabilidad patrimonial”, como así pone de
manifiesto el art. 1.1 de la Ley 39/2015, de la PAC.
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de parte. Su fundamento es la existencia de un interés público en el
procedimiento administrativo que no puede ser dejado en manos de los
sujetos privados (también es denominado principio de oficialidad y principio
inquisitivo). En este sentido es un principio que, a su vez, deriva de los
principios de legalidad y eficacia (art. 9.3 y art. 103 de la CE).
2. Orden de despacho de los asuntos: El deber de la Administración de respetar
la posición de igualdad de los ciudadanos, derivada del art. 14 CE, obliga a
cada órgano administrativo a guardar un orden riguroso en la incoación de los
asuntos de homogénea naturaleza que estén a su cargo que, viene
determinada por la fecha de entrada de los actos de los interesados a los
registros del órgano, aunque, mediante orden motivada, el titular de la unidad
administrativa puede alterar el orden de incoación establecido (art. 71.2 Ley
39/2015 de PAC). La inobservancia de este principio no afecta, en principio,
a la validez de la resolución que ponga fin al procedimiento.
3. Acumulación de expedientes: El principio de eficacia (art. 103.1 CE) exige,
como una de sus manifestaciones, la simplificación del procedimiento. Así,
respondiendo al principio de economía procesal y para evitar decisiones
contradictorias, el art. 57 Ley 39/2015 de PAC, permite acumular dos o más
procedimientos que guarden identidad sustancial o íntima conexión,
tramitándose en un único procedimiento. Es una facultad del órgano
administrativo, pero no un derecho procedimental atribuido a los particulares,
por ello el acuerdo de acumulación no es recurrible por los particulares
afectados (art. 57 Ley 39/2015 de PAC).
4. Celeridad: este principio (art. 71. 1 Ley 39/2015 de PAC) exige que el órgano
competente adopte durante la tramitación del procedimiento todas aquellas
medidas que resulten necesarias para evitar que el cumplimiento sucesivo de
los distintos trámites alargue indebidamente la duración del procedimiento.
Así se establece la obligatoriedad de "De acuerdo con el principio de
simplificación administrativa, se acordarán en un solo acto todos los
trámites que, por su naturaleza, admitan un impulso simultáneo y no sea
obligado su cumplimiento sucesivo” (art. 72.1 Ley 39/2015, de PAC).
5. Cumplimiento de trámites: Cuando algún trámite deba ser realizado por un
órgano distinto al competente de la tramitación, en la petición se deberá
consignar "el plazo" que la normativa sectorial establezca para la realización
del trámite, “Al solicitar los trámites que deban ser cumplidos por otros
órganos, deberá consignarse en la comunicación cursada el plazo legal
establecido al efecto” (art. 71.2 Ley 39/2015, de PAC.). Para el supuesto de
que los interesados deban cumplimentar trámites, éstos deberán realizarse en
el plazo de 10 días (art. 73. 1 Ley 39/2015, de PAC). Si la actuación del
sujeto interesado adolece de algún defecto, el órgano competente debe
concederle un plazo de 10 días para que lo subsane (art. 73. 2 Ley 39/2015,
de PAC). Si éste no cumple el trámite en el plazo establecido, no procede la
subsanación del defecto, y el órgano competente puede facultativamente
declarar decaído al interesado en su derecho al trámite correspondiente,
debiéndose notificar al interesado la caducidad del trámite (art. 73.3 Ley
39/2015 de PAC).
6. Cuestiones incidentales: Son aquellas que surjan en la tramitación del
procedimiento en relación con el objeto del mismo o con la validez de las
actuaciones instrumentales producidas y que requieren un tratamiento y
resolución específicos. La resolución de estas cuestiones incidentales no tiene
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virtualidad suspensiva del procedimiento principal, salvo que se trate de la
recusación de la autoridad o personal que lo tramite y resuelva (arts. 74 Ley
39/2015, de PAC).
7. Términos y Plazos: La actividad de los órganos administrativos y, también,
las actuaciones de los interesados están limitadas en el tiempo. esta limitación
temporal se lleva a cabo mediante el señalamiento de términos o plazos.
Además “Los términos y plazos establecidos en ésta u otras leyes obligan a
las autoridades y personal al servicio de las Administraciones Públicas
competentes para la tramitación de los asuntos, así como a los interesados
en los mismos” (art. 29 Ley 39/2015, de PAC). La expresión "término"
supone la exigencia de que la actuación se lleve a cabo en un "momento"
determinado (al día siguiente, a los treinta días, etc.), mientras que el "plazo"
permite su práctica durante un período de tiempo más o menos prolongado
(en diez días, en un mes), siendo igualmente válida cualquiera que sea el
momento en que se realice dentro de ese plazo. Pero hay que anotar que ni la
legislación, ni la jurisprudencia observan esta distinción, empleando ambas
palabras como sinónimos. El señalamiento de términos y plazos es muy
habitual, aunque hay supuestos en los que no se establecen, sobre todo para
las actuaciones de la Administración. Las consecuencias del incumplimiento
pueden ser diferentes. En relación con la Administración, aunque es exigible
el cumplimiento de los plazos, la regla es que las actuaciones administrativas
extemporáneas son válidas, por lo que no implican la anulabilidad del acto
"La realización de actuaciones administrativas fuera del tiempo establecido
para ellas sólo implicará la anulabilidad del acto cuando así lo imponga la
naturaleza del término o plazo" (art. 48. 3 Ley 39/2015 de PAC). Además,
desde el punto de vista de los interesados, en los procedimientos iniciados a
su instancia, el transcurso del plazo establecido para resolver, sin que haya
recaído la correspondiente resolución, tiene una gran trascendencia por la
aplicación de la institución del "silencio administrativo" que veremos más
adelante. Las reglas básicas para el cómputo de los plazos son las siguientes
(art. 30 Ley 39/2015 de PAC):
-cuando los plazos se señalen por horas, se entiende que éstas son hábiles (salvo que por
Ley o Derecho de la Unión Europea se disponga otro cómputo). Son hábiles todas las
horas del día que formen parte de un día hábil;
-cuando se señalen por "días", se entiende que éstos son hábiles, excluyéndose del
cómputo los sábados, los domingos y los declarados festivos (salvo que se establezca
otra cosa por "Ley" o normativa comunitaria europea) y se computan a partir del día
siguiente a aquel en que tenga lugar la notificación o publicación del acto de que se trate
o desde el siguiente a aquél en que se produzca la estimación o desestimación por
silencio administrativo. (Cuando los plazos se hayan señalado por “días naturales” por
declararlo así una Ley o por el Derecho de la Unión Europea, se hará constar esta
circunstancia en las correspondientes notificaciones;
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particularidad de que, si en el mes de vencimiento no hubiere día equivalente a aquél en
que comienza el cómputo, se entenderá que el plazo expira el último día del mes;
-cuando el último día del plazo sea "inhábil", se entenderá prorrogado al primer día
hábil siguiente;
-el cómputo del plazo establecido en meses o años se inicia al día siguiente de la
notificación o publicación o aplicación del silencio administrativo, pero termina el
mismo día (del mes o año correspondiente). Por ejemplo, si la notificación se practica el
10 de abril y el plazo es de un mes, se computa a partir del día 11 y termina el día 10 de
mayo (incluido) y no el 11 de mayo. La redacción del art. 30. 4 Ley 39/2015 de PAC
ha suprimido la referencia al cómputo "de fecha a fecha" establecido en el Código civil
art. 5.1;
-los plazos son ampliables, salvo disposición en contrario, por un período que no exceda
de la mitad del establecido (art. 32 Ley 39/2015 de PAC). La ampliación se acordará de
oficio o a instancia del interesado, pero siempre antes de que haya vencido el plazo de
que se trate. El acuerdo de ampliación, que debe ser notificado, no es susceptible de
recurso.
A) La Administración actuante.
La Ley 40/2015, de Régimen Jurídico del Sector Público en sus arts. 23.2 y 24
establece las circunstancias de abstención y recusación en los procedimientos
administrativos, así:
-motivos que suponen una especial vinculación con el asunto: tener interés personal
en el asunto de que se trate o en otro cuya resolución pueda influir en la de aquél, y
haber tenido intervención como perito o como testigo en el procedimiento de que se
trate;
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-motivos que suponen una especial vinculación con el interesado: ser administrador
de la sociedad o entidad interesada, tener parentesco de consanguinidad dentro del
cuarto grado o de afinidad dentro del segundo, con cualquiera de los interesados, con los
administradores de entidades o sociedades interesadas o, también, con los asesores,
representantes legales y mandatarios que intervengan en el procedimiento, así como
compartir despacho profesional o estar asociado con éstos para el asesoramiento, la
representación o el mandato ; tener amistad íntima o enemistad manifiesta con alguna
de las personas antes mencionadas; tener cuestión litigiosa pendiente con el interesado;
tener relación de servicio con persona natural o jurídica interesada directamente en el
asunto o haberle prestado en los dos últimos años servicios profesionales de cualquier
tipo.
El art. 23. 1 de la Ley 40/2015, de RJ del SP, establece que si se dan las causas
reseñadas la autoridad o funcionario tienen el deber de abstenerse a intervenir en el
procedimiento, debiendo comunicar el hecho al superior inmediato, quien resolverá lo
procedente.
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curatela. Sólo se exceptúa a los menores incapacitados, cuando la extensión de la
incapacitación afecte al ejercicio y defensa de los derechos e intereses de que se trate.
También, cuando la ley así lo declare, “los grupos de afectados”, “las uniones y
entidades sin personalidad jurídica” y “los patrimonios independientes o autónomos”.
En principio, para que una persona (o los supuestos indicados en el párrafo anterior)
pueda participar en un procedimiento administrativo concreto se le exige que ostente
una "legitimación", es decir, un "status" específico, de manera que no basta con la
simple condición de ciudadano, sino que se requiere una especial relación con el objeto
del procedimiento de que se trate, que permita considerar a tal persona como
"interesada".
-quienes sin haber iniciado el procedimiento sean titulares de derechos que puedan
resultar afectados por la resolución que en el mismo se adopte;
En cuanto a la legitimación colectiva, el art. 4.2 Ley 39/2015 de PAC incluye las
asociaciones y organizaciones representativas de intereses económicos y sociales que
serán titulares de intereses legítimos colectivos en los términos que la Ley reconozca
(así, por ejemplo, véase el art. 24 del Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de
noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa
de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias).
Por otro lado, el art. 5 de la Ley 39/2015 de PAC permite a los interesados con
capacidad de obrar para actuar por medio de representante, de manera que las
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actuaciones administrativas se entenderán con el representante, aunque el interesado
puede revocar la representación en cualquier momento. Cualquier persona con
capacidad de obrar podrá actuar en representación de otra ante la Administración
pública, no exigiéndose ningún título académico o profesional. No obstante, el art. 5. 3
de la Ley 39/2015 de PAC exige que se acredite la representación para unos
determinados supuestos: formular solicitudes, entablar recursos, desistir de acciones y
renunciar a derechos en nombre de otra persona. En cambio, para los actos y gestiones
de mero trámite, la Ley presume la existencia de la representación.
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- A comunicarse con las Administraciones Públicas a través de un Punto de Acceso
General electrónico de la Administración.
-A ser asistidos en el uso de los medios electrónicos en sus relaciones con las
Administraciones Públicas.
-A ser tratados con respeto y deferencia por las autoridades y empleados públicos.
a) “las personas físicas podrán elegir en todo momento si se comunican con las
Administraciones Públicas para el ejercicio de sus derechos y obligaciones a
través de medios electrónicos o no, salvo que estén obligadas a relacionarse a
través de medios electrónicos con las Administraciones públicas”, además, el
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medio elegido por la persona para “comunicarse” con las Administraciones
Públicas podrá ser modificado por aquella en cualquier momento”. La Ley
autoriza a que, por vía reglamentaria, las Administraciones puedan establecer la
obligación de relacionarse con ellas a través de medios electrónicos para
determinados procedimientos y para ciertos colectivos de personas físicas por
razón de su capacidad económica, técnica, dedicación profesional u otro
motivos quede acreditado que tienen acceso y disponibilidad de los medios
electrónicos necesarios;
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-derecho a no presentar documentos originales salvo que, de manera excepcional, la
normativa reguladora aplicable establezca lo contrario. En caso de que,
excepcionalmente, deban presentar un documento original, tendrán derecho a obtener
una copia autenticada de éste.
-derecho a ser notificados de los hechos que se le imputan, de las infracciones que
tales hechos puedan constituir y de las sanciones que, en su caso, se le pudieran
imponer;
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VI: LA ADMINISTRACIÓN ELECTRÓNICA
1. Introducción.
Asistimos, desde el final del Siglo XX, al nacimiento de una etapa histórica,
calificada como “Era de la Información”, cuyo origen consiste en la implantación de
“las tecnologías de la Información y el Conocimiento” (TICs), que han proporcionado el
desarrollo de herramientas muy potentes para el tratamiento de la información y la
creación de redes, como Internet, que suponen la generalización de un mundo mucho
más informado e interrelacionado.
Esta Ley 39/2015, de PAC y la Ley 40/2015, de RJSP deben ser consideradas como
leyes dictadas en virtud de la habilitación constitucional del art. 149. 1ª, 18ª de la CE,
mediante la que se establece el régimen jurídico básico de las Administraciones
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Públicas y el Procedimiento Administrativo Común. Este extremo pone de manifiesto
que en muchos casos estas dos leyes contienen normas programáticas que no son
directamente aplicables y que, por ello, requieren un desarrollo normativo posterior
(tipos de firma electrónica, requisitos sobre notificaciones electrónicas, etc.). Estos
desarrollos corresponden a todas las Administraciones públicas (Estado, CCAA,
Entidades Locales, Universidades, etc. Existen ya muchos ejemplos, Ley foral de
Navarra 11/2007, sobre Administración Electrónica, Ley Valenciana 3/2010, de
Administración Electrónica, el Real Decreto 1671/2009 –aunque han sido derogados el
art. 6.1,f), la disposición adicional tercera, la disposición transitoria segunda y la
disposición transitoria cuarta-, de desarrollo parcial de la Ley 11/2007, Real Decreto
4/2010, Esquema Nacional de Interoperatividad –ENI-, etc.).
Existen otros preceptos, en particular el art 17. 2 Ley 39/2015 de PAC, que
contienen diversas exigencias técnicas que podemos resumir de la siguiente forma:
a) Integridad: El medio utilizado debe ser capaz de demostrar que el documento
está completo sin haber perdido parte de la información que contenía.
b) Inalterabilidad: Tiene que ver con lo anterior, pero supone que nadie ha
manipulado deliberadamente el documento alterando su contenido.
c) Autenticación en origen y en destino: Debe poder demostrarse que el autor del
documento es precisamente quien dice ser y no otra persona. Este aspecto es
tanto para el órgano administrativo que dicta el acto, como del ciudadano
cuando es el responsable de un escrito que remita o cuando firma el acuse de
recibo de una notificación.
d) Conservación: El soporte elegido para dictar el documento y archivarlo debe
ofrecer garantías de duración.
e) Confidencialidad: la confidencialidad en el tráfico del documento por redes
abiertas debe garantizarse sin que nadie pueda acceder a su contenido.
f) No rechazo o no repudio en origen y destino.
g) Fechado: algunas operaciones electrónicas requieren sellado de fechas,
especialmente las notificaciones telemáticas, pues a partir del momento de su
práctica comienza, por lo general, la eficacia del acto administrativo notificado y
los correspondientes plazos de recurso.
Con el objeto de asegurar todas estas garantías cuando se empleen los medios
electrónicos, informáticos y telemáticos, la Administración del Estado ha aprobado
el “Esquema Nacional de Seguridad” (RD 3/2010), que constituye una guía o
protocolo claro de cómo afrontar en cada momento los requisitos técnicos y
jurídicos que recaen sobre el empleo de medios EIT para el ejercicio de las
facultades y competencias administrativas.
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Una novedad importante introducida por la Ley 39/2015 de PAC ha sido la
separación entre “identificación” y “firma electrónica” y, quizás, la simplificación de
los sistemas para estas dos funciones. Como consecuencia de que el art. 9 de la Ley
39/2015 de PAC impone la obligación a las Administraciones Públicas de “verificar la
identidad de los interesados en el procedimiento administrativo, mediante la
comprobación de su nombre y apellidos o denominación o razón social” se abre la
puerta a que los interesados puedan identificarse electrónicamente ante ellas a través de
diversos sistemas que cuenten con un registro previo como usuario que permita
garantizar su identidad, fijando particularmente como tales:
Según el art. 3.1 de la Ley de Firma Electrónica (Ley 59/2003), ésta es el conjunto
de datos de forma electrónica, consignado junto a otros o asociados con ellos que
pueden ser utilizados como medio de identificación del firmante. La firma electrónica
hace referencia, en puridad, a los documentos del interesado (no a su identificación,
aunque el último número del art.10 de la Ley 39/2015 los hace coincidir).
El art. 10 Ley 39/2015 de PAC establece diferentes tipos de firma electrónica, así:
1. Los interesados podrán firmar a través de cualquier medio que permita acreditar la
autenticidad de la expresión de su voluntad y consentimiento, así como la integridad e
inalterabilidad del documento.
2. En el caso de que los interesados optaran por relacionarse con las Administraciones
Públicas a través de medios electrónicos, se considerarán válidos a efectos de firma:
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prestadores incluidos en la «Lista de confianza de prestadores de servicios de
certificación». A estos efectos, se entienden comprendidos entre los citados certificados
electrónicos reconocidos o cualificados los de persona jurídica y de entidad sin
personalidad jurídica.
c) Cualquier otro sistema que las Administraciones Públicas consideren válido, en los
términos y condiciones que se establezcan.
Cada Administración Pública, Organismo o Entidad podrá determinar si sólo
admite algunos de estos sistemas para realizar determinados trámites o procedimientos
de su ámbito de competencia.
3. Cuando así lo disponga expresamente la normativa reguladora aplicable, las
Administraciones Públicas podrán admitir los sistemas de identificación contemplados
en esta Ley como sistema de firma cuando permitan acreditar la autenticidad de la
expresión de la voluntad y consentimiento de los interesados.
4. Cuando los interesados utilicen un sistema de firma de los previstos en este artículo,
su identidad se entenderá ya acreditada mediante el propio acto de la firma.
Conforme a la Ley de Firma Electrónica, se puede establecer que:
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electrónica, se permite un cierto desarrollo normativo a cada Administración pública en
esta cuestión. Los sistemas son:
6. La Sede Electrónica.
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la creación de sedes mediante Decreto del Alcalde, y en las CCAA se dan casos de
creación mediante Decreto del Consejo de Gobierno y otros mediante Ordenes de
diferentes Consejerías.
También, la actuación administrativa puede ser automatizada (se entiende por ella:
“cualquier acto o actuación realizada íntegramente a través de medios electrónicos por
una Administración Pública en el marco de un procedimiento administrativo y en la que
no haya intervenido de forma directa un empleado público”, art. 41. 1 Ley 40/2015),
pero en este caso, la Ley 40/2015 exige que deberá establecerse previamente el órgano u
órganos competentes, según los casos, para la definición de las especificaciones,
programación, mantenimiento, supervisión y control de calidad y, en su caso, auditoría
del sistema de información y de su código fuente, indicándose el órgano competente a
efectos de impugnación. El sistema de firma para este tipo de actuación automatizada
puede ser:
a) Sello electrónico de Administración Pública, órgano, organismo público o
entidad de derecho público, basado en certificado electrónico reconocido o
cualificado que reúna los requisitos exigidos por la legislación de firma
electrónica;
b) Código seguro de verificación vinculado a la Administración pública, órgano,
organismo público o entidad de Derecho público, en los términos y condiciones
establecidos, permitiéndose en todo caso la comprobación de la integridad del
documento mediante el acceso a la sede electrónica correspondiente.
El art. 39 de la Ley 40/2015 establece que: “Se entiende por portal de internet el
punto de acceso electrónico cuya titularidad corresponda a una Administración
Pública, organismo público o entidad de Derecho Público que permite el acceso a
través de internet a la información publicada y, en su caso, a la sede electrónica
correspondiente”.
Hay que tener en cuenta que la Ley 39/2015, de PAC se refiere reiteradamente al
“Punto de Acceso General (PAG)”, por ejemplo, en el art. 13, a) (estableciendo el
derecho de los ciudadanos a comunicarse con las Administraciones Públicas a través de
un PAG), el art. 43. 4 (los interesados pueden acceder a las notificaciones desde el
PAG), art. 53. 1, a) (Quienes se relacionen con las Administraciones Públicas a través
de medios electrónicos, tendrán derecho a consultar en el PAG el estado de la
tramitación de los procedimientos en los que tengan la condición de interesados, etc.).
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Siguiendo al Profesor Eduardo Gamero, parece claro que la referencia al “Portal de
Internet” de la Ley 40/2015 equivale al PAG de la Ley 39/2015, y, con fundamento en
la Disposición Adicional 2ª de la Ley 39/2015 PAC, cada Administración Pública debe
tener un PAG, a través del cual se hipervincule el acceso conjunto de sitios wed o
servicios electrónicos de la Administración correspondiente y que, en dicho PAG, debe
poderse realizar el acceso a la sede o sedes electrónicas creadas por dicha
Administración. De esta manera la “sede electrónica” viene a constituirse en una
prolongación de las “oficinas administrativas presenciales”, mientras que el PAG es un
portal genérico que enlaza (hipervincula) el conjunto de direcciones electrónicas de las
que es titular la Correspondiente Administración (Gamero y Valero Torrijos).
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d) Terminación del procedimiento: la Ley exige que el acto resolutorio se dicte
electrónicamente, garantizando la identidad del órgano competente, así como la
autenticidad e integridad del documento que se formalice mediante alguno de
los dispositivos de firma que ya hemos expuesto, procediendo acto seguido a la
notificación telemática del acto (art. 88 ).
e) Acceso de los interesados al expediente: se regula el acceso electrónico que
preceptivamente deberá articularse en este tipo de procedimientos, previa
identificación del interesado. Se deberá informar sobre el estado de tramitación,
incluyendo una relación de los actos de trámite realizados, con indicación de su
contenido y su fecha de adopción. También el art. 36. 1 establece que “Los actos
administrativos se producirán por escrito a través de medios electrónicos, a
menos que su naturaleza exija otra forma más adecuada de expresión y
constancia.
f) Actuación administrativa automatizada: el art. 41 de la Ley 40/2015 de RJ del
Sector Público permite la generación automática de actuaciones administrativas,
por ejemplo, actos de admisión o certificación, siempre que se reúnan ciertos
requisitos.
Se debe concluir señalando que la sustanciación del procedimiento administrativo,
como regla general, es siempre íntegramente electrónico.
El art. 16. 1 de la Ley 39/2015 establece que cada Administración Pública dispondrá
de un “Registro Electrónico General”, en el que se hará el correspondiente asiento de
todo documento que sea presentado o que se reciba en cualquier órgano administrativo,
Organismo público o Entidad vinculado o dependiente a éstos. También se podrán
anotar en el mismo, la salida de documentos oficiales a otros órganos o particulares.
La Ley establece un modelo organizativo general aplicable a todas las
Administraciones siguiendo el modelo de la Administración General del Estado (que
implantó el Registro Electrónico Común “REC” como instrumento centralizado para la
tramitación de solicitudes, escritos y comunicaciones dirigidas a sus órganos y
organismos que no estén vinculados a procedimientos administrativos conectados con
los registros propios de cada uno de ellos, además se ha constituido el denominado
“Sistema de Interconexión de Registros” para permitir el intercambio de asientos
electrónicos de registro entre diferentes Administraciones Públicas).
Consecuencia de lo anterior, la Ley 39/2015 de PAC admite la posibilidad de
presentar solicitudes por medios electrónicos dirigidas a otras Administraciones, pero
no solo en el Registro de la Administración General del Estado, sino también en los
registros electrónicos de cada una de las Administraciones públicas (art. 16. 4, a).
Los registros electrónicos permitirán la presentación de documentos todos los días
del año durante las 24 horas (art. 31. 2, a) de la Ley 39/2015). No obstante la ley
establece un régimen para el cómputo de plazos en los registros electrónicos de la
siguiente manera:
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a) el registro de cada Administración se regirá a efectos de computo de los plazos
por la fecha y hora oficial de la sede electrónica de acceso;
b) a los efectos del cómputo de plazos fijado en días hábiles, y su cumplimiento por
los interesados, la presentación en un día inhábil se entenderá realizada en la
primera hora del primer día hábil siguiente (salvo que una norma permita
expresamente la recepción en día inhábil);
c) los documentos se considerarán presentados por el orden de hora efectiva en el
que lo fueron en el día inhábil. Los documentos presentados en el día inhábil se
reputarán anteriores, según el mismo orden, a los que lo fueran el primer día
hábil posterior;
d) teniendo en cuenta el carácter permanente de los registros electrónicos, se
incluye el computo de los plazos por horas, entendiéndose hábiles todas las horas que
forman parte de un día hábil (art. 30. 1 Ley 39/2015).
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constancia de la recepción de la notificación en la dirección electrónica, transcurrieran
10 días naturales sin que se acceda a su contenido, se entenderá que la notificación ha
sido rechazada a los efectos previstos en el art.43. 2, segundo párrafo de la Ley 39/2015
de PAC.
1. Iniciación.
a) Iniciación de oficio
Tiene lugar, de acuerdo con el art. 58 Ley 39/2015 PAC, por acuerdo del órgano
competente, bien por propia iniciativa o como consecuencia de orden superior, a
petición razonada de otros órganos o por denuncia.
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Ley 39/2015), debiéndose tener en cuenta que la denuncia no confiere, por sí sola, la
condición de interesado en el procedimiento; además, el art. 62 de la Ley 39/2015,
establece que cuando la denuncia invocara un perjuicio en el patrimonio de las
Administraciones públicas, la no iniciación del procedimiento deberá ser motivada y se
notificará a los denunciantes la decisión de si se ha iniciado el procedimiento o no; y
cuando el denunciante haya participado en la comisión de una infracción y existan otros
infractores, el órgano competente para resolver el procedimiento deberá eximir al
denunciante del pago de la multa que le correspondería (este extremo se incorporó por
primera vez en España como consecuencia del Derecho de la Competencia por la Ley
15/2007 de Defensa de la Competencia, y recibe el nombre de “Clemencia
Administrativa” que favorece con la exención/reducción de multas al autodenunciante
que implica a otros terceros).
Hay que señalar que la solicitud no precisa cumplir requisito de forma alguno
(salvo cuando la Administración en un procedimiento concreto establezca expresamente
modelos específicos de presentación de solicitudes, que serán de uso obligatorio por los
interesados, art. 66. 6 Ley 39/2015), aunque debe contener una serie de determinaciones
como la identidad del solicitante, firma del mismo, identificación del medio electrónico
o lugar físico en que desea se practique la notificación, objeto de solicitud, petición que
se realiza, lugar y fecha de la solicitud, en su caso correo electrónico, órgano al que se
dirige y su correspondiente código de identificación. Sin embargo, la fecha y hora
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determinante de la solicitud es la de presentación de la misma ante los registros o en las
oficinas de asistencia en materia de registros de la Administración, donde se podrá
exigir el correspondiente recibo de presentación según el art. 66.3 Ley 39/2015.
La solicitud debe contener una petición fundada, por lo que debe estar
acompañada de los elementos de prueba, no bastando la alusión a referencias genéricas,
ya que la Administración puede inadmitir la solicitud, decretando su archivo. La misma
posibilidad asiste a la Administración cuando se solicite el reconocimiento de derechos
no previstos en el Ordenamiento jurídico (art. 88. 5 Ley 39/2015 de PAC).
c) Medidas provisionales
Existen dos momentos en que se pueden adoptar medidas provisionales por parte
de la Administración pública:
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b) Una vez iniciado el procedimiento administrativo, de oficio o a instancia de
parte, si existiesen elementos de juicio suficientes para ello, de forma
motivada, bajo los principios de proporcionalidad, efectividad y menor
onerosidad.
3. De acuerdo con lo previsto en los dos apartados anteriores, podrán acordarse las
siguientes medidas provisionales, en los términos previstos en la Ley 1/2000, de 7 de
enero, de Enjuiciamiento Civil:
b) Prestación de fianzas.
De acuerdo con el art. 75.1de la Ley 39/2015 de PAC, esta fase tiene por objeto
la realización de las actuaciones necesarias, a través de medios electrónicos, para la
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determinación, conocimiento y comprobación de los datos fácticos y jurídicos en virtud
de los cuales debe dictarse la resolución que ponga fin al procedimiento. Los hechos,
adecuadamente comprobados, y las normas en que se subsumen constituyen el
fundamento de la decisión administrativa. La verificación de tales extremos debe
disponerse de oficio por la Administración, sin perjuicio del derecho que asiste a los
interesados de proponer todas aquellas actuaciones que requieran su intervención.
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La omisión o defectuosa realización del trámite de audiencia únicamente
determina la anulabilidad de la resolución que pone fin al procedimiento cuando se
genera una situación de indefensión material en el particular (art. 48. 2 de la Ley
39/2015 de PAC). No obstante, la omisión del trámite de audiencia en los
procedimientos sancionadores determina siempre la indefensión del particular,
generándose aquí la nulidad de pleno derecho por vulneración del derecho fundamental
recogido en el art. 24 de la CE (art. 47.1, a) Ley 39/2015 de PAC).
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informe es vinculante cuando el órgano responsable no puede decidir en contra del
mismo, aún cuando no esté obligado a seguirlo. El informe es "no vinculante" cuando el
órgano competente no está ligado imperativamente por el sentido del informe o
dictamen. Salvo norma expresa, los informes y dictámenes se considerarán facultativos
y no vinculantes (art. 80. 1 Ley 39/2015 de PAC).
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impeditivos de un derecho al sujeto frente al que se recurre –SSTS 21/IX/1998, Ar.
6918-).
De acuerdo con lo dispuesto por el art. 77.1 Ley 39/2015 de PAC, los hechos
relevantes sobre los que exista contradicción podrán acreditarse por cualquier medio de
prueba admisible en Derecho y su valoración se realizará con los criterios establecidos
en la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil.
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Como consecuencia del principio de congruencia se establece la prohibición de
la denominada "reformatio in peius" en los procedimientos iniciados a solicitud del
interesado, sin perjuicio de la facultad de la Administración de incoar un nuevo
procedimiento. Además, debe contener la motivación en los supuestos previstos en el
art. 35 de la Ley 39/2015 de PAC. Igualmente, la resolución ha de hacer referencia a los
recursos que contra la misma procedan, órgano administrativo o judicial ante el que
hubieran de presentarse y plazo para interponerlos (art. 88. 3 Ley 39/2015 de PAC) y, si
la resolución se adopta por delegación, se exige expresamente la indicación de esta
circunstancia (art. 9.4 Ley 40/2015 de Régimen Jurídico del Sector Público).
En ambos casos existe una voluntad expresa del interesado, sin que pueda
presumirse o entenderla implícita en su comportamiento, ya que su inactividad a lo que
da lugar es a la caducidad del procedimiento. Una vez manifestada esa voluntad
expresa, el procedimiento termina con una resolución administrativa, en la que se acepta
con carácter reglado u obligatorio el desistimiento y la renuncia (“la Administración
aceptará de plano…”, declarándose concluso el procedimiento (art. 94. 4 Ley 39/2015
de PAC). Sin embargo, existen dos excepciones, primero, cuando solicitado el
desistimiento, se personen en el procedimiento terceros interesados que insten la
continuación del mismo y, en segundo lugar, cuando la cuestión suscitada afecte al
interés general o sea conveniente suscitarla para su definición y esclarecimiento (art. 94
Ley 39/2015 de PAC).
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un expediente sancionador); y, 3) por una modificación legislativa (por ejemplo,
iniciado un expediente sancionador, se produce un cambio legislativo por la que ya no
está tipificada como infracción administrativa la conducta imputada). La resolución que
se dicte en este supuesto siempre tiene que ser motivada (art. 84.2 Ley 39/2015, de
PAC).
Por otro lado, el art. 86 Ley 39/2015 de PAC impone unos límites a este tipo de
acuerdos, así:
-han de tener por objeto específico la satisfacción del interés público que tenga
encomendado la Administración que lo suscriba;
-no pueden celebrarse como convenios del art. 86 Ley 39/2015 de PAC, los
contratos que tengan por objeto las materias reguladas en la Ley de Contratos del Sector
Público.
4. EL SILENCIO ADMINISTRATIVO
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La obligación de resolver los procedimientos que se inicien debe considerarse como
una exigencia de los principios constitucionales de seguridad jurídica y de eficacia.
También parece implícito en el mandato constitucional dirigido al legislador de regular
"el procedimiento a través del cual han de producirse los actos administrativos" (art.
105, c) CE). No obstante, es llamativo que el derecho a obtener una resolución no figure
de manera expresa en el catálogo de los derechos de los ciudadanos en sus relaciones
con la Administración pública (art. 53 Ley 39/2015 de PAC).
De acuerdo con el art. 21. 1:"la Administración está obligada a dictar resolución
expresa y a notificarla en todos los procedimientos cualquiera que sea su forma de
iniciación", es decir, la Administración tiene que dictar resolución en todos los
procedimientos, y esa obligación se aplica a los casos de prescripción, renuncia del
derecho, caducidad del procedimiento, desistimiento de la solicitud o imposibilidad
material de continuar el procedimiento. Además la obligación de resolver no puede
excusarse alegando silencio, oscuridad o insuficiencia de los preceptos legales
aplicables (art. 88.5 Ley 39/2015, de PAC). Las únicas excepciones a la obligación de
resolver que se mantienen son las siguientes: 1) los supuestos de terminación por pacto
o convenio, en los que el convenio es una forma de terminación alternativa a la
resolución, como hemos visto; 2) los procedimientos relativos al ejercicio de derechos
sometidos al "deber de comunicación previa" a la Administración (por ejemplo, la
realización de obras menores en un inmueble, en que basta comunicar a la
Administración las características básicas de la obra y su importe aproximado), en los
que entra en juego “la Declaración Responsable” y “la Comunicación” de acuerdo con
lo establecido en el art. 69 de la Ley 39/2015 de PAC.
-"El plazo máximo en el que debe notificarse la resolución expresa será el fijado
por la norma reguladora del correspondiente procedimiento. Este plazo no podrá
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exceder de seis meses salvo que una norma con rango de Ley establezca uno mayor o
así venga previsto en el Derecho de la Unión Europea" (art. 21.2);
Los supuestos en que, de acuerdo con el art. 22, puede suspenderse el plazo son
los siguientes:
También, añade la Ley 39/2015, de PAC, en su art. 22. 2, los tres nuevos
supuestos:
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1) Cuando una Administración Pública requiera a otra para que anule o revise
un acto que entienda que es ilegal y que constituya la base para el que la
primera haya de dictar en el ámbito de sus competencias, en el supuesto al que
se refiere el apartado 5 del artículo 39 de esta Ley, desde que se realiza el
requerimiento hasta que se atienda o, en su caso, se resuelva el recurso
interpuesto ante la jurisdicción contencioso administrativa. Deberá ser
comunicado a los interesados tanto la realización del requerimiento, como su
cumplimiento o, en su caso, la resolución del correspondiente recurso
contencioso-administrativo.
d. Ampliación de plazos
e. Responsabilidad
B) El silencio administrativo
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La ley 4/1999 que modificó la hoy derogada LRJYPAC introdujo novedades de
gran calado en relación con el silencio administrativo. Merece la pena traer aquí lo que
expresó La Exposición de Motivos de la misma, declarando que:
- los supuestos en los que una norma con rango de ley o una norma de Derecho de la
Unión Europea o de Derecho internacional aplicable en España establezcan lo contrario
los supuestos en los que una norma con rango de ley o una norma de Derecho de la
Unión Europea o de Derecho internacional aplicable en España establezcan lo contrario.
Cuando el procedimiento tenga por objeto el acceso a actividades o su ejercicio, la ley
que disponga el carácter desestimatorio del silencio deberá fundarse en la concurrencia
de razones imperiosas de interés general;
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El sentido del silencio también será desestimatorio en los procedimientos de
impugnación de actos y disposiciones y en los de revisión de oficio iniciados a solicitud
de los interesados
-Que una norma con rango de Ley o de Derecho de la Unión Europea lo establezca;
Los efectos del silencio administrativo son muy diferentes según que el sentido sea
estimatorio o desestimatorio. En el primer caso, el acto presunto "tiene a todos los
efectos la consideración de acto administrativo finalizador del procedimiento" (art. 24.
2, primer inciso). Por el contrario, el silencio administrativo negativo no da lugar a la
producción de un verdadero acto administrativo, sino que se trata de una "ficción legal"
que "tiene los solos efectos de permitir a los interesados la interposición del recurso
administrativo o contencioso-administrativo que resulte procedente" (art. 24. 2,
segundo inciso).
3. La resolución tardía
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la Administración impuesta por el art. 21 Ley 39/2015 de PAC. Por lo tanto, la Ley sale
al paso de los supuestos en que la Administración dicta la resolución expresa, de forma
tardía, éstos es, fuera del plazo para adoptarla y notificarla, habiéndose producido la
entrada en juego de la institución del silencio. El alcance es diferente según que el
silencio haya sido positivo o negativo, de manera que:
-si el silencio es positivo "la resolución expresa posterior a la producción del acto
(presunto) sólo podrá dictarse de ser confirmatoria del mismo" (art. 24. 3, a) Ley
39/2015 de PAC). Con este criterio la Ley elimina la posibilidad de que la resolución
tardía pueda ser de signo contrario al sentido positivo del silencio, porque constituiría
“de facto” una revisión del acto presunto;
-si el silencio es negativo "la resolución expresa posterior al vencimiento del plazo
se adoptará por la Administración sin vinculación alguna al sentido del silencio" (art.
24. 3, b) Ley 39/2015 de PAC). La posibilidad de que la Administración lo haga en
sentido contrario al del silencio se justifica porque aquí no hay un verdadero acto
administrativo, que vendría a ser revocado por la resolución tardía, sino una ficción
legal que hace posible la impugnación por parte de los interesados.
El art. 24. 4 Ley 39/2015 de PAC prevé la posibilidad de que la existencia del acto
presunto se acredite "por cualquier medio de prueba admitido en Derecho, incluido el
certificado acreditativo del silencio producido que pudiera solicitarse del órgano
competente para resolver". De este precepto se deduce que la solicitud del certificado
es potestativa, no obligatoria y que, por ello, este certificado es un medio de prueba de
la producción del acto presunto.
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