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Las personas con síndrome de Down por su propia condición genética nacen con una serie de
características físicas, que permiten ser identificadas con facilidad por miembros de su entorno
social, siendo así que en muchas ocasiones, esta identificación está acompañada de prejuicios
sociales, los cuales se constituyen en barreras sociales y psicológicas que tienen que vencer. En
el presente trabajo abordaremos aspectos relevantes acerca del SD, más conocido como el
trisomio de par 21, así mismo se dará a conocer sus características intelectuales, físicas y otros
aspectos cognitivos. El núcleo familiar cumple un rol muy importante en el desarrollo de los
niños, ya que a partir de la familia, obtienen el apoyo que precisan y se favorecen las
condiciones más propicias para que se desarrollen plenamente. A continuación se detallará la
influencia que tiene el entorno social y familiar hacia las personas con Síndrome Down.
SINDROME DOWN
El Síndrome down es la causa más frecuente del retraso mental; se trata de una alteración
cromosómica caracterizada por un exceso de material genético. Con el termino síndrome se
quiere destacar que las personas afectadas presentan un conjunto de síntomas diversos:
cognitivos (bajo nivel intelectual), fisonómicos (ojos almendrados, nariz pequeña, con una
depresión en el tabique nasal, forma normal de las orejas, etc.) y médicos por ejemplo
(cardiopatías). El síndrome down fue descrito por primera vez en 1866 por el doctor John
Langdon Down, el cual no descubrió su causa. Sin embargo el Dr. Jerome Lejuene descubrió
que las personas con síndrome down tenían material genético extra, la mayoría de las veces un
cromosoma 21 de más, a partir de ahí se denominó trisomía del par 21. El exceso de material
genético origina un desequilibrio en distintos sistemas biológicos, como cada cromosoma está
implicado en el desarrollo de varios órganos, la alteración de ellos afectara a varias funciones.
La incidencia del síndrome down es de un niño nacido por cada 800 nacimientos. El riesgo a
tener un hijo/a se incrementa progresivamente a partir de los 35 años de la madre.
Los niños con Síndrome Down tienen que recibir un tratamiento adecuado desde los primeros
meses de vida, este tratamiento tiene que ser multidisciplinar de manera que abarque las
distintas áreas que están afectadas en cada uno: Fisioterapia, Logopedia, terapia ocupacional,
psicomotricidad, etc. Por otro lado estos niños deben escolarizarse como cualquier otro niño
antes de elegir el centro educativo de nuestro hijo el equipo psicopedagógico debe evaluar sus
capacidades y necesidades de apoyo y en función de estas podrá asistir a un centro de
educación especial.
Cuando llegan adultos aunque con las dificultades que implica integrarse en una sociedad que
discrimina, si se pueden conseguir un trabajo adecuado a sus capacidades en un centro
especial de empleo.
Cara plana
Nariz pequeña y plana
Ojos achinados, almendrados con fisuras oblicuas palpebrales las aperturas de los ojos
se inclinan para arriba.
Oreja displastica. Desarrollo anormal de las orejas.
Pliegue profundo en la palma de la mano.
Maxilares y boca reducidos, con mala oclusión dental, lo que les puede obligar a
respirar por la boca. Los problemas en la respiración afectan al desarrollo de las
mejillas y limita la capacidad pulmonar.
Problemas de desarrollo corporal. Con cierta tendencia a la obesidad.
Entorno familiar:
No todo tiene que ser trabajo, educación y tratamiento. Las personas con síndrome down
tienen el derecho de disfrutar de momentos de ocio, en aquellas actividades en que sean más
felices.
Ofrecerles la oportunidad de participar en actividades que más les gusta no quiere decir que
les dejen delante del televisor durante horas, sino facilitarles diversión y la oportunidad de
relacionarse con otras personas de su edad, tengan o no síndrome down. En todo caso, no hay
que planificar la diversión como si fuese una tardea más de cara a tratamiento, lo que se busca
es el esparcimiento.
Las actividades en que participan deben estar acorde con su edad cuando son pequeños
pueden compartir el ocio con el padre o la madre.
Integración social con personas con Síndrome Down a través del deporte:
En las distintas etapas del desarrollo del niño con síndrome de Down hasta que se convierte en
un adulto, ha de recibir distintos niveles de apoyo, siendo uno de estos la práctica de una
actividad deportiva. En las etapas iniciales, el deporte debe ser ofrecido al niño a manera de
juegos, que le causen diversión.
A partir de los 7 años de edad, no es una norma fija, el niño ha de comenzar una práctica
deportiva definida, que le permita mejorar su rendimiento en la misma, puesto que más
adelante, al ingresar al deporte organizado, tendrá posiblemente oportunidades de participar
en competencias deportivas.
El deporte en personas con discapacidad ha alcanzado tal desarrollo, que desde hace tiempo
existen deportistas de alta competencia. A través del movimiento el niño aprende y, a partir de
poder arrastrarse, gatear, caminar y correr, logra explorar su entorno, desarrollar el concepto
de espacio, establecer relaciones con personas, conocer objetos y cosas. El movimiento les da
la oportunidad a estos niños de aprender nuevas habilidades y de disfrutar de nuevas
actividades.
El niño con síndrome de Down recibe muchos beneficios del juego, de la actividad física y del
deporte, pero no han sido considerados hasta el presente en igual medida que los restantes
aspectos del desarrollo, como puede ser el académico y el lenguaje.
Conclusión:
Concluimos que las personas que sufren del síndrome de down se ven afectados con
enfermedades cardiacas, dificultad en la educación, a su vez está relacionado con el retraso
mental, es decir que no cuentan con autonomía de cuidado, dependen de su familia.
Es importante integrar actividades de ocio dentro de su vida cotidiana, para que aprendan a
relacionarse y jugar con personas de su edad, así mismo el deporte se torna como una
actividad que contribuye para mejorar su psicomotricidad, elevar su autoestima,
reconocimiento personal, etc.
BIBLIOGRAFIA