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LA HISTORIA PROHIBIDA

Rebeldía y resistencia
A cien años de la muerte de Emiliano Zapata
Yetiani Romero Rebollo
Facultad de Filosofía y Letras de laUNAM

“El campesino tenía hambre, padecía miseria, sufría explotación, y si se


levantó en armas fue para obtener el pan que la avidez del rico le nega-
ba; para adueñarse de la tierra que el hacendado, egoístamente, guar-
daba para sí; para reivindicar su libertad”.
Emiliano Zapata, Manifiesto al pueblo mexicano , agosto de 1914.

E
ste 2019 se cumplen cien años del asesinato de La imagen de consenso y unidad nacional que pre-
Emiliano Zapata. El Caudillo del Sur, como era tendía dar el régimen priista hizo que en la idea de
conocido, fue asesinado a traición por el gobier- historia patria se pusieran las luchas de los caudillos
no de Venustiano Carranza, en su último intento como parte de un solo movimiento, idea que se plasmó
por continuar con la lucha campesina ante la desleal- al grabar en letras de oro sus nombres en la Cámara
tad del nuevo gobierno surgido de la Revolución. de Diputados, una distinción que un personaje como
Los gobiernos posrevoluciona- Zapata habría despreciado en vida,
rios construyeron un régimen en el como lo demostró cuando recha-
que se pretendió integrar a todos los La imagen de consenso y unidad na- zó sentarse en la silla presidencial
sectores combatientes en el conflicto cuando tomó el Palacio Nacional
revolucionario. Así, con el pasar de cional que pretendía dar el régimen junto a Francisco Villa en 1914.
los años, se fue elaborando una his- priista hizo que en la idea de historia Pero en esta historia de héroes y
toria oficial de la Revolución Mexi- patria se pusieran las luchas de los villanos, se pasa de largo el hecho
cana, la que se enseña en la educa- de que los grupos armados com-
ción básica y que aprendemos todos
caudillos como parte de un solo batían por reivindicaciones pro-
los mexicanos, donde parece que las movimiento, idea que se plasmó al pias, algunas veces enfrentados
facciones reconocidas como revolu- grabar en letras de oro sus nombres entre sí. Por ejemplo, casi siem-
cionarias tenían un mismo objetivo en la Cámara de Diputados, una pre se omite explicar que Zapata
en común: derrotar al gobierno de no sólo enfrentó al dictador Díaz,
Porfirio Díaz y democratizar al país. distinción que un personaje como también se opuso a Madero y Ca-
Esta narrativa fue de utilidad para Zapata habría despreciado en vida, rranza, de la misma forma que se
el partido que gobernó México du- como lo demostró cuando rechazó alío con Pancho Villa.
rante décadas y que se designó a sí Emiliano Zapata no provenía
sentarse en la silla presidencial
mismo como el legítimo heredero de una familia pobre, pero tam-
de la Revolución: el Partido Revolu- cuando tomó el Palacio Nacional poco eran grandes finqueros. Tra-
cionario Institucional (PRI). junto a Francisco Villa en 1914. bajó para varias haciendas de la

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región, donde se acomodó por su afición a los caba-


llos y sus servicios de domador que brindaba a los
ricos terratenientes. Sin embargo, Zapata no dejó de
preocuparse por los asuntos de su localidad y sus
habitantes.
La figura de Zapata comenzó a emerger local-
mente en su natal pueblo de Anenecuilco, estado de
Morelos, al sur de la Ciudad de México, donde en
1909 fue elegido presidente del concejo regente del
pueblo, reconociéndole autoridad sobre los asuntos
de su comunidad. Desde ahí apoyó, en 1910, el plan
de San Luis de Francisco I. Madero, que oficialmen-
te iniciaba el conflicto armado más sangriento de la
historia de México. Pero fue el 11 de marzo de 1911
cuando tomó las armas en Villa de Ayala al lado de
unos cien campesinos. El hecho fue ignorado por
las élites de la capital, pero no por sus compañeros
trabajadores del campo. Así, el 25 de marzo de ese
año se forma el Ejército Libertador del Sur, con Za-
pata a su cabeza, el cual juntó a más de cinco mil
hombres en tan solo unas semanas y extendió su
presencia a Puebla, Guerrero, Tlaxcala, Estado de
México y el Distrito Federal durante sus nueve años
de existencia. El Ejército Libertador era un ejército popular:
La lucha de Emiliano Zapata no fue la lucha de
un hombre, fue la lucha de un pueblo por recupe- El zapatismo real fue un movimiento de campesinos co-
rar parte esencial de su vida, la tierra, de la que ha- muneros, peones, rancheros, abigeos, obreros, estudian-
bían sido despojados por los hacendados azucareros. tes, cantineros, exseminaristas, mineros, periodistas,
Morelos se había convertido desde 1870 en el ter- predicadores, arrieros, carboneros, fogoneros, profeso-
cer principal productor de azúcar a nivel mundial, res, hombres, mujeres, niños, ancianos, homosexuales,
gracias a la introducción del ferrocarril y a un na- valientes, traidores, indios, ladinos, mestizos, morelen-
ciente capitalismo nacional favorecido por Díaz que ses, poblanos, guerrerenses, tlaxcaltecas, mexiquenses y
aumentó enormemente la proliferación de grandes algunos palestinos, entre muchos otros.”1
haciendas, que para el inicio de la Revolución ocu-
paban la mitad del territorio del estado. Este despojo Si el hecho de que el zapatismo era mayoritaria-
no era nuevo ni propio del régimen de Porfirio Díaz, mente un movimiento indígena ha tratado de ser
desde la época colonial los indígenas habían perdido invisibilizado, hay otro que ha sido completamente
tierras y eran usados como peones en las haciendas. borrado no solo de la historia del zapatismo, sino de
Efectivamente, la resistencia del Ejército Libertador la de todo el país: la presencia no menor de afrodes-
del Sur, del que Zapata era el principal jefe militar, cendientes. Las haciendas e ingenios azucareros colo-
era continuación de la resistencia indígena por sus niales habían usado a esclavos negros como peones.
territorios. Cuando se dice que Zapata era mestizo, A pesar de que con la independencia se dio por ter-
se pone énfasis en la ascendencia española de sus pa- minada de manera formal la esclavitud, relaciones
dres, lo cual es un intento por blanquear al rebelde, laborales semejantes continuaron operando en todo
hacerlo más “civilizado”, demostrar que su lucha no el país, y la presencia de negros no desaparece por
era la de los “indios bárbaros”, sino de campesinos una disposición que termina con el trabajo esclavo.
“integrados”, con justas demandas y un jefe civiliza- Los descendientes de los esclavos permanecen en el
do a su cabeza. territorio y una de las regiones con presencia de afro-

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descendientes es justamente Morelos, donde negros y generación aparecía constantemente la lucha de Za-
mulatos se relacionaron con los indígenas. La presen- pata y se simpatizaba con su causa. Zapata no era un
cia de afrodescendientes en el Ejército Libertador ha anarquista, pero los militantes del PLM creían en él
sido tratada tan solo marginalmente en el prólogo de como si lo fuera, por ejemplo, el hermano de Ricardo
la última edición de uno de los libros canónicos del Flores Magón, Enrique “compartía con varios de sus
zapatismo, el de Zapata y la Revolución Mexicana, a correligionarios la idea de que Zapata era un compa-
pesar de que su autor, John Womack niega el carácter ñero de ruta y por tanto sus acciones revolucionarias
indígena de la Revolución zapatista2. merecían ser apoyadas y propagandizadas; su mayor
Cuando Madero derrota a Díaz y toma el poder deseo era reorientarlo ideológicamente por el sende-
en noviembre de 1911, el zapatismo se distancia rá- ro libertario trazado por el PLM.”4 El principal mo-
pidamente de él. Madero era un rico liberal del norte tivo de entusiasmo en las filas del PLM sobre Zapata
y no pretendía modificar las estructuras económi- era su llamado a la expropiación de la propiedad pri-
cas y de explotación. Tan solo buscaba un cambio vada, destinada a ser abolida por los anarquistas. La
político moderado que permitiera emancipación de los campesinos,
cierta democratización. En el Plan además, coincidía con las luchas
de Ayala del 28 de noviembre de Zapata no era un anarquista, pero obreras del norte encabezadas por
1911 suscrito por Zapata y demás el PLM. Decía Magón en 1914:
jefes militares del Ejército Liberta- los militantes del PLM creían en él
dor, se calificaba a Madero de am- como si lo fuera, por ejemplo, el Que el movimiento del sur no sea exclu-
bicioso, tirano, traidor e incapaz hermano de Ricardo Flores Magón, sivamente comunista y anarquista, eso
para gobernar. El señalamiento de no basta para que todos los revoluciona-
Enrique “compartía con varios
traidor a los principios por los que rios sinceros le extendamos toda nuestra
los zapatistas habían luchado en la de sus correligionarios la idea simpatía. (…) Quienquiera que haya leí-
Revolución maderista no era me- de que Zapata era un compañero do los documentos zapatistas (…) que-
nor, pues Madero se había nega- de ruta y por tanto sus acciones dará agradablemente sorprendido del
do a cumplir las exigencias de los progreso de nuestros ideales anarquistas
campesinos zapatistas, además de
revolucionarias merecían ser en la República Mexicana durante los
intentar asesinar a Zapata. apoyadas y propagandizadas; cuatro años de la Revolución.5
En el Plan de Ayala no solo se des- su mayor deseo era reorientarlo
conoce a Madero, también se decre- ideológicamente por el sendero El Ejército Libertador siempre
ta la devolución de tierras despoja- fue incómodo para los que toma-
das por los hacendados a sus viejos libertario trazado por el PLM.” ron el poder en los años de la Re-
dueños, la expropiación de tierras volución. Madero intentó cooptar
para el reparto a los pueblos y la nacionalización de a Zapata y desarmar al Ejército Libertador, en res-
bienes de hacendados, caciques y Los Científicos.3 És- puesta se le declaró la guerra. Cuando Madero es
tos últimos eran un grupo de tecnócratas consejeros asesinado en medio de un golpe de Estado en 1913
de Porfirio Díaz, llamados así por su relación con el y toma el poder Victoriano Huerta, éste también
positivismo y su idea de progreso y desarrollo basado intenta incorporarlo a sus filas, pero Zapata se nie-
en la ciencia. ga a apoyarlo. Luego, cuando Venustiano Carranza
Estas causas, incluyendo el desconocimiento a pretendió asumir la presidencia, ignorando el de-
Madero, coincidían con la de los anarquistas del Par- signio de la Convención de Aguascalientes de 1914
tido Liberal Mexicano (PLM) encabezado por Ricar- que reunió a los principales jefes revolucionarios,
do Flores Magón. De hecho, aunque Zapata y Ma- Zapata lo desconoce. En enero de 1919, meses an-
gón no se conocieron y no tuvieron ningún tipo de tes de su muerte, Zapata decía: “En este conflicto,
contacto, los zapatistas hacían lecturas del periódico Carranza abiertamente se puso del lado contra el
Regeneración, la publicación de difusión del PLM. En derecho, de parte del imperialismo, contra la de-
las filas del Ejército Libertador también se integraron mocracia, a favor del gobierno militar contra las
anarquistas miembros del PLM. En las líneas de Re- libertades populares.6

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El 19 de abril de 1919, Carranza


organizó la emboscada en la que es
asesinado Zapata, haciéndole creer
que uno de sus aliados (Jesús Gua-
jardo) estaba descontento y lo con-
vocaba a una reunión para ofrecer
apoyo al Ejército Libertador del
Sur. Este se quedó así sin jefe po-
lítico y militar, y aunque intenta-
ron reorganizarse, el zapatismo se
desarmó en 1920.
La lucha de Zapata no fue, sin
embargo, infructuosa. Con el fin de
la Revolución, se expide la ley de la
Reforma Agraria, que desaparece
las haciendas en México y estable-
ce un sistema de propiedad ejidal,
con el cual se materializó el repar-
to agrario exigido por el zapatismo.
Sin embargo, en 1992, esa ley fue
modificada por el gobierno neoli-
beral de Carlos Salinas de Gortari, dando paso a la variopintas de lo que fuera un hombre, revestido de ca-
privatización de los ejidos y al despojo de las tierras lificativos, dibujan un perfil que no deja de sorprender.7
una vez más.
Es interesante observar que los restos del Caudi-
Tras su muerte, Zapata se convirtió en un mártir, un llo del Sur descansan en su natal Morelos y no en el
mito y un emblema de las luchas campesinas e indígenas. mausoleo del Monumento a la Revolución, como el
Hoy nos quedan las huellas de una vida y las múltiples resto de los caudillos revolucionarios. Quizás sea por
interpretaciones que de ellas se han hecho. Testimonios, esa incomodidad que causaba a los que finalmente
rumores, murmullos, corridos, notas periodísticas exa- vencieron en la Revolución. A cien años de su ase-
geradas, manifiestos combativos y órdenes escritas de ac- sinato, Zapata sigue representando la rebeldía y la
ciones de guerra, datos más o menos seguros y biografías resistencia contra el poder y el despojo.

NOTAS
1. Francisco Pineda Gómez, La irrupción zapa- 1917, Instituto Nacional de Antropología e ponible en: https://www.bibliotecas.tv/zapa-
tista, 1911, Era, México, 1997, p. 34 Historia, México, 2016, p. 35 ta/1919/z01ene19.html.
2. Se trata de la Edición del Fondo de Cultura 5. Ricardo Flores Magón, “El Movimiento Re- 7. Salvador Rueda Smithers, “Emiliano Zapata,
Económica. John Womack, Zapata y la Revo- volucionario” en R. Melgar Bao, op. cit., p. entre la historia y el mito” en Federico Nava-
lución Mexicana, FCE, México, 2017. 259. rrete y Guilhem Oliver (coord.) El héroe entre
3. Véase: Plan de Ayala, Villa de Ayala, 28 de no- 6. Emiliano Zapata, Manifiesto de Emiliano el mito y la historia, UNAM-Centro Francés
viembre de 1911, disponible en: https://www. Zapata al pueblo mexicano sobre la criminal de Estudios mexicanos y centroamericanos,
bibliotecas.tv/zapata/1911/z28nov11.html ambición de Venustiano Carranza, Cuartel México, 2000, p. 252.
4. Ricardo Melgar Bao, El zapatismo en el imagi- General en Tlaltizapán, Enero 1, 1919, dis-
nario anarquista norteño: Regeneración, 1911-

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