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Tema No.

3: COMPROMISO DE LOS PADRES EN LA VIDA SACRAMENTAL


DE SUS HIJOS.
Objetivo: Que los padres de familia adquieran por amor a sus hijos el compromiso
de educarlos en la fe y acompañarlos en la vida sacramental.
I. Inicio.
 Saludo
 Lectura de frase:

“La criatura concebida ha de ser educada en la fe, amada y


protegida. Los hijos, con el fundamental derecho a nacer y ser
educados en la fe, tienen derecho a un hogar que tenga como
modelo el de Nazaret y sean preservados de toda clase de insidias
y amenazas”. (V Encuentro Mundial de las Familias-Valencia España, Papa
Benedicto XVI)

 Dinámica: repollo

Preguntas del repollo: ¿Cómo fue el día de tu primera comunión?


¿anécdota del día de tu 1ra comunión? ¿confesaste todo el día de
tu primera confesión? ¿hubo celebración en tu casa por tu 1ra
comunión? ¿Quién escogió el vestido/traje de tu primera
comunión? ¿te sabía el credo a la fecha de tu 1ra comunión? ¿con
que sacerdote diste tu 1ra comunión? ¿en qué Parroquia diste tu
1ra comunión? ¿recuerdas el nombre de tu catequista de 1ra
comunión? ¿qué paso al año siguiente que recibiste tu 1ra
comunión, seguiste en catequesis? ¿tus padres te siguieron
mandando a la iglesia después de haber recibido tu 1ra comunión?
¿a la fecha continúas asistiendo a la celebración eucarística?

II. Introducción
Tal como ustedes experimentaron la alegría, emoción, nervios y todos esos
sentimientos relatados el día su 1ra comunión, debemos recordar que nuestros hijos
experimentaran lo mismo, esa alegría que les invade al saber que por primera vez
se alimentaran de Cristo, mezclado con los preparativos que eso conlleva.
Por eso, la participación y el apoyo familiar son fundamentales para recibir la
Primera Comunión, puesto que es uno de los momentos más importantes en la vida
de todo niño o niña, algo que no olvidaran.
Ellos, luego de una larga preparación espiritual, recibirán el sacramento de la
Eucaristía ante la presencia de familiares y fieles.
La Primera Comunión es el día de más ilusión, fe y esperanza para cualquier niño/a,
pues representa un encuentro muy especial con Dios. “Recibir el cuerpo y la sangre
de Cristo refuerza la alianza de amor entre el Padre y sus hijos”.
III. Desarrollo

Los padres de familia deben trabajar unidos en el seno del hogar para que sus hijos
conserven esa ilusión de poder siempre recibir a Jesús en la Eucaristía, tal como
sucedió el día de la 1ra comunión.
Por eso, la Primera Comunión es una fiesta que hay que vivirla con alegría y que,
si los padres se las hacen vivir en grande a sus hijos, no olvidarán nunca ese
momento, por lo que siempre podrán responder a la fe, así como a la consagración
de los sacramentos.
La Eucaristía es la fiesta del amor, de ese amor que Jesús nos profesó al entregar
su vida por salvar a la humanidad, y dejar como legado el pan y el vino. que la
comunidad católica lo recibe consagrado.
a) Preparación para la Primera Comunión en el seno familiar:
Una buena preparación para la Primera Comunión empieza mucho antes de que se
inscriba en la catequesis.
La preparación para recibir a Jesús en la Eucaristía, empieza desde el momento en
que los padres llevan al niño a la iglesia para ser bautizado. La sola intención de los
padres al bautizarlo, implica el deseo de que el pequeño/a se una íntimamente con
los demás cristianos y con el mismo Jesucristo en el Sacramento de la Eucaristía.
En el Bautismo, además de quedar limpio del pecado original y recibir la Gracia
santificante, el niño se convierte en hijo de Dios, miembro de la Iglesia y templo del
Espíritu Santo; recibe los dones de la Fe, la Esperanza y la Caridad y se hace
partícipe con Cristo de sus funciones de sacerdote, profeta y rey. Sin embargo, su
pertenencia a la Iglesia no se llevará a cabo plenamente hasta que se una al Cuerpo
Místico de Cristo a través del sacramento de la Eucaristía.
Poco a poco y a lo largo de la infancia, los padres estarán encargados de preparar
al niño para ese encuentro personal con Cristo a través de los actos cotidianos:
 la convivencia en familia,
 el interés por el bien de los demás,
 la preocupación por las necesidades ajenas,
 la oración en familia al inicio y al final del día,
 la bendición de los alimentos,
 la asistencia a la misa dominical,
 las visitas a los abuelos,
 el trato con los amigos y
 el cumplimiento fiel de las obligaciones diarias con el consecuente
desarrollo de las virtudes cristianas: la caridad, el respeto, la
paciencia, la ternura, la comprensión y la obediencia.
En cada una de estas actividades, el niño se irá dando cuenta de que forma parte
de una gran familia que es la Iglesia, en la cual todos son importantes y todos
necesitan de los demás. Esta preparación es la más importante, pues el niño
captará entonces fácilmente el significado de unión de los cristianos en la Eucaristía
si ha visto desde pequeño la manera como lo viven sus padres en la vida diaria.
Para que el niño saque el mejor provecho del sacramento, la Iglesia ha establecido,
como requisito para hacer la primera comunión, que el niño conozca las verdades
fundamentales de la fe católica, las leyes de Dios y de la Iglesia, las oraciones
básicas del creyente y el significado de los sacramentos. Esto es lo que el niño
estudia y aprende en las clases de catecismo.
b) Responsabilidad de los Padres posterior al sacramento de la Eucaristía
Los padres, como cabeza de familia, tienen la responsabilidad de no descuidar de
llevarlos a la misa dominical, de encaminarles por el camino de la fe e indicarles que
a pesar de su corta edad son una parte importante de la Iglesia.
La familia debe entender como una bendición que sus hijos puedan acercarse al
sacramento, puesto que “es el mismo Jesús hecho hombre, presente en ese
misterio, el que viene a la vida de los niños, por ende, a la vida de la familia”.
En la actualidad hay muchos casos de jovencitos que van a recibir la Confirmación,
y dicen que la última vez que se confesaron y comulgaron fue cuando hicieron la
Primera Comunión, lo que significa que hay un grave descuido en la familia de no
darle continuidad a que los niños participen del sacramento y del crecimiento
espiritual.
III. Conclusión
Por tanto, es deber de los padres de familia, acompañar a sus hijos en su vida
sacramental, cuidando que maduren su fe mediante los sacramentos, hacerlo en el
tiempo adecuado a su edad, y estar con ellos continuamente, no dejarlos solos en
este camino sino, brindarles respuesta de testimonio y amor, a la vez educarse en
la fe junto con ellos.
Oración Final:
“Padre Santo, los hijos que han nacido de nuestro amor existen porque Tú los amas
desde toda la eternidad. Enséñanos a cuidarlos siempre con cariño exigente y con
exigencia cariñosa. Danos luz y consejo para que podamos transmitirles las
palabras de tu Hijo. Ayúdales a vivir según tu Amor. Protégelos de los peligros del
mundo. Sobre todo, permítenos ser, como esposos y como padres, ejemplos limpios
y alegres de tu bondad y de tu misericordia. Para que así, algún día, podamos cantar
tu gloria, todos juntos, como familia, en el lugar que Cristo nos ha preparado en el
cielo. Amén”.

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