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Pini, Ivone (2000) en Busca de Lo Propio
Pini, Ivone (2000) en Busca de Lo Propio
Ivonne Pini
Editorial: Universidad Nacional de Colombia (Sede Bogotá)
Facultad de Artes
Universidad de Los Andes
Facultad de Artes y Humanidades
Comité de Investigaciones
ISBN: 958-695-050-6
Índice
I. A Manera de Presentación
Recuperar memorias
Caminos diversos para el abordaje de la memoria colectiva
1. Multiculturalidad
Presencia de culturas no occidentales
Reflexiones en torno a la hibridación en la plástica cubana de los 80
Pensar la multiculturalidad desde el sur
Reformular la relación con el entorno
Miradas a la cultura popular
Lo “Kitsch”
3. Violencia y desplazamientos
Manifestaciones de la violencia
Exilio y desplazamientos
4. Introspecciones
IV. A manera de Reflexión: Distintos Abordajes en la Relación Arte y
Pasado
1. Crear imaginarios
2. Inicios de la modernidad y memoria
3. Cuestionando supuestos
4. Memoria e identidad en las últimas décadas del siglo XX
Bibliografía
Libros
Catálogos
Artículos de Revistas
Listado de ilustraciones
Ilustraciones en blanco y negro
Ilustraciones en color
2. EN BUSCA DE "LO PROPIO" [9]
Ildefonso Pereda Valdés, uno de los pilares del nativismo uruguayo, respondía
diciendo: Creo que el artista americano debe revelar una preocupación
esencialmente americana. Esta preocupación empieza a germinar en algunos
países, que por su originalidad racial y por su tradición aborigen, están más
capacitados para esa deseada americanización [12].
Para el escritor mexicano Jaime Torres Rodet: ...Que la obra del artista
americano deba revelar una preocupación americana me parece necesidad tan
obvia que me admira casi hallarla formulada, como pregunta, en el inteligente
cuestionario de "1928". Sin que el escritor mismo o el poeta quieran transparentar
esa preocupación, algo involuntario los traiciona en el momento en que, acaso,
creen haberla ocultado mejor. Un grito, una lágrima, una sonrisa, pueden tener y
tienen un significado regional que el más depurado control evitaría difícilmente [14].
El escritor cubano, Luis Felipe Rodríguez, diría: Sí, la obra del artista
americano debe revelar una preocupación americana, como el espejo que revela la
imagen del hombre y las cosas, que aunque tengan un origen lejano están delante
de él. Yo sé "que de viejos clavos" pende mi nuevo ideal americano, pero vuelvo a
repetir lo que he dicho una vez más: SI NUESTRO ARTE Y NUESTRA LITERATURA
NO TIENDEN A SER "ESPEJO DEL CIELO NATAL", AL MISMO TIEMPO QUE SEAN EL
VASTO ESPEJO DE LA VIDA UNANIME, NO NOS PERTENECERÁN TAN
INTEGRAMENTE EN EL RELATIVO CIRCULO FISICO, ESPIRITUAL Y MORAL, DONDE
SE GENERA LA CONCIENCIA SOCIAL Y NACIONAL DE LOS PUEBLOS. (Las
mayúsculas aparecen en el texto original) [15].
Ante el desgaste cultural sufrido por la guerra, los europeos descubrieron unas
culturas vitales, incontaminadas, auténticas, y las ansias de apropiación del
vanguardismo; abrieron las puertas a la influencia de manifestaciones culturales
diversas. Sin olvidar que en esta actitud había un cierto romanticismo y nostalgias
colonialistas, se abrió un espacio que puso a pensar a más de un artista
latinoamericano. Descubrir en París al mundo precolombino, a las culturas
populares y a lo africano, les abrió los ojos a una realidad poco valorada. La
posibilidad de acceder a las colecciones de los museos, el despliegue que hacían las
galerías parisinas de piezas originales procedentes de África, Oceanía, América
Latina, fortaleció no sólo la noción de identidad cultural, sino que acrecentó la
necesidad de dar a conocer ese pasado del cual formaban parte directamente. El
orgullo de pertenecer a tan rico mundo cultural, llevó a destacar e intentar el
rescate de los valores regionales.
Notas
[1] Wiener, Chili et les chiliens, París, 1888, citado por Gustavo Beyhaut en Raíces
contemporáneas de América Latina, pág. 69-70, Eudeba, Buenos Aires, 1964.
[2] Citado por G. Beyhaut, ob. cit., pág. 70
[3] Pierre-Joseph Proudhon, "El principio del arte y su destino social", en Las
vanguardias del siglo XIX, págs. 160-162. Edición a cargo de Mireia Freixa, Gustavo Gili,
Barcelona, 1982.
[4] Citado por Gabriel Peluffo en "De Blanes a Figari" pág. 12, Historia de la pintura
uruguaya, Tomo I. Ediciones de la Banda oriental, Montevideo.
[5] Ibíd, pág. 16.
[6] Comentario de 1874, hecho por Manuel Olagibal. Texto citado en "100 pintores
mexicanos", pág. XXVII. Catálogo publicado por el Museo de Arte Contemporáneo de
Monterrey, Monterrey, 1993.
[7] Beatriz González, Torres Méndez, pág.5. Carlos Valencia Editores, Bogotá, 1985
[8] Dawn Ades, Art in Latin America, pág. 84, Yale University Press, London, 1989
[9] Ivonne Pini, En busca de lo propio, inicios de la modernidad en el arte de Cuba,
México, Uruguay y Colombia 1920-1930, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá 2000
[10] Revista de Avance, No. 29, diciembre 1928, pág. 361.
[11] Ibíd.
[12] Revista de Avance: No.35, junio de 1929, pág. 213.
[13] Ibíd.
[14] Revista de Avance: No. 28, abril de 1928, pág. 313.
[15] Revista de Avance: No.33, abril de 1929.
[16] Fernando Ortiz. La cubanidad y los negros. Estudios Afrocubanos, págs. 4 a 15,
La Habana, 1939.
[17] Blaise Cendras publicó su Antología negra en 1921 y Andrés Gidé su Voyage au
Congo en 1927.
Son múltiples los ejemplos particulares que ilustran esta situación. Para los
cubanos, lo propio se nutrió con la tradición afrocubana, los guajiros y las
manifestaciones de arte popular, conscientes de que el peso indígena había sido
mínimo en su configuración cultural. Los componentes que procedían de África o de
España terminaron formando parte de esa cubanidad tan buscada. Tomaron
conciencia de que la mirada de los europeos era ajena, externa, no despojada de
cierto exotismo hacia estos mundos culturales. Lo que para los extranjeros tenía el
valor de una cierta arcadia perdida, para ellos era la posibilidad de recuperar
recursos que ayudaran a configurar una ideología integradora, en tanto formaba
parte efectiva de su estructura cultural.
Afirmaba Ortiz:
Las ideas "racistas" son, al igual, contraproducentes. El concepto de raza, que
es el más sobado y de mayor ingenuidad aparente, es también, sin duda, muy
perjudicial. Ante todo porque es falso. No hay una raza hispánica, ni siquiera
española. Y menos en América donde conviven las razas más disímiles, con tal
intensidad numérica que en pocas repúblicas no es la que pudiera decirse raza
hispánica, la predominante...
Se abordó con frecuencia el tema de los campesinos, aunque con una mirada
diferente a la que proponía la literatura. Los artistas plásticos suelen idealizar a los
guajiros, sin mostrar las dificultades y privaciones a las que estaban sometidos. En
los años 20 eran todavía herederos del primitivismo modernista y las imágenes
muestran al campesino, en general, rodeado de un ambiente calmo, sensual, que
remite a la visión polinésica de Gauguin. Baste mencionar algunos trabajos de
Víctor Manuel García en los que sobresale esa sensación de placidez colorida, con
palmeras y bohíos. Su visión del paisaje cubano hace pensar en un mundo
descomplicado y generoso en medio del ambiente tropical. La pintura proyectará;
recién en los años 30, una visión más crítica del campo cubano. En cambio, la
literatura de los 20 ya comenzó a mirar esa realidad con otros ojos.
García Anzola afirma que la novela cubana de las dos primeras décadas de
este siglo, ya se planteó problemas como el latifundio, la dependencia semicolonial,
el fraude, la politiquería, las deformaciones culturales [19]. En esa temática se
destacan los nombres de Carlos Loveira (1882-1928) y Luis Felipe Rodríguez El
primero escribió dos novelas "Generales y doctores" (1920) y "Juan Criollo" (1928),
donde expone la situación social cubana desde la colonia hasta la república,
creando un documento de costumbres, cuya calidad literaria no es lo más
rescatable.
2. Víctor Manuel García: "Gitana Tropical".
Luis Felipe Rodríguez hizo una serie de cuentos que fueron calificados como
"martirologio del cañaveral" [20] pues allí caracteriza las dificultades de los
trabajadores que dependen de la caña de azúcar. Entre sus novelas se cuentan: "La
Conjura de la ciénaga" (1924) y "La Pascua de la tierra" (1928); en la primera
compara la ciénaga con la inestabilidad y corrupción social, política y económica de
la Cuba posterior a la guerra de Independencia.
Pese a que en las artes plásticas el tema se desarrolló más en los 30, hay por
ejemplo ilustraciones aparecidas en la Revista de Avance donde artistas como
Abela, Enríquez y Rafael Blanco, entre otros, mostraron el legado y la presencia
africana en la cultura cubana.
MÉXICO
Tratar al indio, no como "indio", sino como hombre, igual a los demás
hombres... Las razas indígenas no serían otra cosa que un sumando más en el total
de razas que forman lo hispánico, en la misma categoría y derecho que cualquiera
de ellas | [21].
URUGUAY
Cuando estaba viviendo en París entre 1925 y 1933, el uruguayo Pedro Figari
le envió una carta al director del periódico montevideano "La Pluma", en la que
reflexionaba acerca de cómo plasmar la noción de lo propio: Justamente, lo que no
nos permitía ver claro era que mirábamos nuestra leyenda, nuestro ambiente,
nuestras tradiciones y demás elementos nativos bajo el prisma egipcio, griego o
romano, Recuerdo la resistencia que nos ofrecían los artistas nuestros cuando
trataba de interesarlos en nuestros caminos, Se encogían de hombros como si
dijera una necedad, "Si aquí no hay paisajes; no hay asuntos; no hay carácter,
nada hay". Claro, no había lo que ellos buscaban, esto es, el carácter ajeno [22] .
Para países como Uruguay, donde no había una fuerte presencia indígena,
africana o de arte popular ¿en dónde se buscarían esas raíces? No había casi
indígenas en el siglo XIX, pues sus comunidades fueron destruidas. La influencia
africana fue poca, siendo escaso el mestizaje, El gaucho era desde mediados del
siglo XIX, cuando se modernizó el medio rural, un personaje en vías de
desaparición. Sin embargo se intentaba rescatar su figura tanto en literatura como
en pintura.
Fernán Silva Valdés, fundador del nativismo, y Figari estaban en esa línea.
Veían al gaucho como uno de los símbolos originales del pasado, propicio para
construir su propia identidad. No hay la posibilidad de una discusión cultural de
carácter étnico, como había sucedido en Cuba, en México o en países de la región
andina.
Figari diría:
Pereda Valdés no sólo trabaja en torno a la figura del gaucho, sino también en
el estudio de la incidencia negra. Dos de sus libros publicados en los 20 los dedicó a
la poesía negra. Se trata de La guitarra de los negros y Raza negra. Su activa
correspondencia con otros escritores interesados en el mismo tema, como los
brasileños Gilberto Freire y Mario de Andrade, lo llevó a expandir sus estudios fuera
del caso del Uruguay, para darle una proyección latinoamericana a sus
indagaciones sobre la poesía negra.
BRASIL
Klaxon sabe que la vida existe. Y aconsejado por Pascal, mira el presente.
Klaxon no se preocupará por ser nuevo sino por ser actual. Esa es la gran ley de la
novedad.
Klaxon sabe que la naturaleza existe. Pero sabe que el impulso lírico,
productor de la obra de arte, es una lente transformadora y también deformadora
de la naturaleza.....
Klaxon no es futurista.
Klaxon es klaxista...
Las formas tan diversas de explorar las fuentes de sus culturas, plantean la
necesidad de rechazar el facilismo homogeneizador con el cual se miró, en la
historiografía posterior, la búsqueda de identidad. Esos pioneros de los 20, con una
preocupación un tanto ingenua por lo propio, iniciaron un recorrido solitario, a
veces sin resonancia inmediata, abriendo un camino aprovechado y transitado años
después por artistas que reconocen y valoran el pluralismo de la cultura
latinoamericana. Los aparentes cambios de rumbo, que a veces surgen en el
quehacer artístico, deben relacionarse con la búsqueda de una libertad creadora
que los llevaba a cuestionar lo tradicional, no sólo en el plano formal, sino por ser la
continuidad de un sistema al que se oponían. No se trataba sólo de oponerse a los
modelos estéticos existentes, sino de señalar el conservadurismo político y social
que sustentaban tales propuestas.
[1] Jorge López Anaya, Historia del arte argentino, pág. 18, Editorial Emece, Buenos
Aires, 1997.
[2] Norberto Lechner, "Orden y memoria", pág. 69 en Museo. Memoria y Nación,
Museo Nacional de Colombia, Bogotá. 2000.
[3] Gabriel Peluffo. "Crisis de un inventario”, en Identidad Uruguaya ¿Mito, crisis o
afirmación?. pág. 65, Editado por Hugo Achugar y Gerardo Caetano. Ed. Trilce, Montevideo,
1992.
[4] Rita Eder, "Muralismo mexicano e identidad cultural" pág. 112 en Modernidad e
Vanguardas Artísticas na América Latina, Editora Unesp, Sao Paulo, 1990.
[5] Ivonne Pini, "En busca de lo propio", pág. 252, Ob.cit.
[6] Para analizar las características del debate ver: Damian Bayón. El artista
latinoamericano y su identidad, Monte Ávila Editores, Caracas, 1976.
[7] Ibíd, pág. 93.
[8] Ibíd, pág.43.
[9] Serge Gruzinski, La guerre des images, de Christophe Colomb a Blade Runner,
pág.13, Ed. Fayard, París, 1990.
[10] Gerardo Mosquera, "Postmodernidad, Arte y Política en América Latina", pág. 67,
Revista Arte en Colombia, No.68, 1966.
[11] M. Augé, Los no lugares. Espacios de anonimato, Ed. Gedisa, Barcelona, 1992.
[12] Ivonne Pini, Algunas alternativas de representación en el arte latinoamericano de
los 80. Revista Gaceta, No. 16, Bogotá, 1993.
[13] 13 Gerardo Mosquera, "Arte e identidad en el contexto latinoamericano" en Arte
latinoamericano Actual, Museo Municipal de Bellas Artes Juan Manuel Blanes, Montevideo,
1993.
[14] Ivonne Pini: "¿Y de la identidad qué?-, págs. 76 a 83. Revista Arte en Colombia.
No. 79. 1999.
[15] Sergio Marras, América Latina, marca registrada. pág. 58, Grupo Editorial Zeta,
buenos Aires. 1992.
Bibliografía
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ARTÍCULOS DE REVISTAS
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Álvaro Medina, "César Paternosto". Arte en Colombia, No. 65, Bogotá 1996.
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9. Luis Felipe Noé, "Amantes en acción". Pintura sobre tela colocada sobre una
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10. Alberto Gironella, "La reina Mariana". Madera y metales, 1962. Colección
particular.
11. Beatriz González, "Apuntes para la Historia Extensa". Tinta china sobre
papel 24x34 cm. 1967. Colección particular.
12. Wifredo Lam, "Ilustración para Fata Morgana". Revista Sur (Buenos Aires)
1942.
14. Ana Mendieta, Sin titulo. De la Serie Fetiches. Tierra, arena, agua y palos.
1977. Realizado en Iowa.
15. José Bedia: "El golpe del tiempo". Pintura sintética sobre la pared, objetos
encontrados medidas variables. 1986
20. Rocío Maldonado, "Guadalupe". Tinta sobre papel arroz. 140x 180 cm.
1988. Colección particular.
21. Luis González Palma, "El ángel". Fragmento de Lotería II. Fotografía y
técnica mixta, 50x50cm. 1990. Colección del artista.
22. Flavio Garciandía, Sin título, acrílico 1987. Colección del artista.
24. Luis F. Benedit, "Boleadoras". Lápiz sobre papel. 140x 159.7 cm. 1990.
25. Juan Fernando Herrán, Lat. 50° 02' N Long. 5° 40' W. Esfera de huesos 78
cm. diámetro. 1994.
26. Luis Camnitzer, De la Serie "La tortura uruguaya" técnica mixta, detalle
instalación. 1983.
31. Kcho (Alexis Leyva), "En mi pensamiento". Crayón sobre papel, 1995-
1997.
ILUSTRACIONES EN COLOR
I. Juan Manuel Blanes, "El juramento de los 33". Óleo sobre tela. 564x311 cm.
1875-1877. Colección Museo Municipal Juan Manuel Blanes.
II. José Ma. Velasco. "Citlaltépetl", óleo sobre tela. 106x 162 cm. Museo
Nacional de Arte, México.
III. Rufino Tamayo, "Autorretrato", óleo sobre tela 178x127 cm. Museo de
Arte Internacional Rufino Tamayo.
IV. Francisco Toledo, "Serpientes", Gouche sobre papel, 47x59 cm, 1980.
Galería de Arte Mexicano
V. Juan Francisco Elso. "Por América". Técnica mixta, 150x100x100 cm. 1986.
Colección Magali Lara.
VI. Dulce María Núñez, "Pan". Óleo sobre tela, 100x150 cm. Colección
particular.
IX. Doris Salcedo. "S/t". Técnica mixta, madera, concreto, acero 1989-1992.
XI. José Antonio Suárez, "Todos ladrones". Aguafuerte, aguatinta. 10x10 cm.
cada uno 1991. Colección Biblioteca Luis Ángel Arango.