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Evaluación de los aprendizajes.

Diego Novaira

Prof. Elizabeth Bossana

Actividad de la clase 5

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Buenas noches….

Sin dudas uno de los aprendizajes que atesoro como más valioso, es el de haber comprendido que
la evaluación es un instrumento que nos dá el poder de conocer una determinada situación y que
desde esa posición, podemos ayudar a nuestros alumnos a construir una mayor y mejor justicia
educativa ya que una evaluación no es otra cosa que un modo de expresarse y ser escuchados.

Otro valioso aprendizaje tiene que ver con poder entender que la evaluación debe ser parte de todo
el proceso de aprendizaje y no un hecho aislado al final del camino, con el objeto de generar un
listado de alumnos. Evaluar de este modo, demanda mantener abiertos los ojos a fin de ir
encontrando las pistas que guíen el trabajo de evaluar, en la medida que desarrollamos los planes
de clases. He logrado además, hacerme de nuevos recursos con los cuales ver y revisar mi papel
de evaluador, dotándolo de sentido, librándolo de la subjetividad de alguien que hasta hace un
tiempo evaluaba más por instinto que apoyado en el saber.

Fue interesante también, abordar la idea de que una evaluación lejos de servir para ordenar un
ranking de alumnos, es una oportunidad para hacer visibles las responsabilidades de todos. Los
malos y buenos resultados, no son solo imputables a nuestros alumnos, tenemos que también
bajar la mirada en dirección a nosotros mismos, mirar a la escuela, la sociedad y solo levantarla
cuando tengamos la firme convicción de que tenemos la fortaleza para poder superar entre todos
esos malos resultados.

Me ha resultado también importante comprender que los únicos criterios validos en una evaluación
justa, son los que se hacen visibles, sobre los que se debate o se discute, son criterios adecuados
los que se convierten en habituales. Porque entonces, la evaluación se convierte en un
instrumento de regulación, de aprendizaje y autocritica, que es aceptada con mayor confianza por
parte de los chicos, lo cual se traduce en mejores y más valiosos resultados

Escribir mi matriz de valoración, fue quizá lo más difícil del curso, pero comprendí que son la forma
más apropiada de trasparentar la evaluación, además de poder no solo a alumnos sino también a
padres y autoridades en el proceso de enseñar y aprender en la escuela. Escribirlas en papel sin
dudas no es fácil, pero valen la pena el esfuerzo, si entendemos que resultan un verdadero
contrato, que nos guía con seguridad tanto a los evaluadores como nuestros evaluados, tiñéndola
de pura objetividad. Tengo la intensión de ponerlas en práctica más a menudo.

Las lecturas de las primera clase fueron por lejos las que más me gustaron, de hecho disfrute re
leerlas una vez más, comprendiendo mejor algunos aspectos, reflexionando de modos diferentes
sobre otros. El trabajo de revisar el operativo aprender me dio la oportunidad de analizarlo a la luz
de la lectura del material de clases (Dusel y Dubet) y construir una opinión mucho más profunda y
objetiva que pude nutrir además del aporte de mis compañeros de foro. La lectura de la clase, 5 el
relato de aquel profesor, me hizo sentir identificado, cuantas veces nos hemos encontrado en la
situación de querer otorgar mayor puntaje a nuestros alumnos mirando en todo su entorno que
fortalezas eclipsan un mal desempeño?

En cada actividad exprese mis ideas, a veces con evidente inseguridad, otras veces con la
convicción de quien las vive día a día en el aula. Expresarlas, debatirlas, ponerlas en tensión, me
sirvió para derrumbar algunas o reforzar otras, volver a levantarlas con más sólidos cimientos.
Disfrute de cada foro, de la cordialidad, de la solidaridad, de poder aprender de mis compañeros y
saber que mis aportes también eran valorados.

Las retroalimentaciones de cada actividad y en especial la de mi compañera, resultaron


oportunidades geniales para revisar y reconocer errores, destacar aciertos y desandar la huella
para retomarla con seguridad. después de todo “4 ojos ven mejor que dos”. Pero además
retroalimentar la actividad de alguien más fue la oportunidad de ponernos a prueba desde “el otro
lado”.

Tengo la sensación de que este espacio del trayecto, el seminario de evaluación, es uno de esos
en los que seguiré aprendiendo, mucho tiempo después que cerremos los libros o apaguemos el
monitor. Seguramente en poco tiempo una nueva situación, una nueva experiencia me traerá de
nuevo a reflexionar una vez más sobre este espacio que hemos construido y caminado entre todos.

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