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CARTA A MIS COMPAÑEROS DOCENTES.

Alguien de los que leen las cosas que escribo y sabiendo que me desenvuelvo en la vida
en el campo de la docencia, me pregunto o me insinuó, para ser más exactos, de si
alguna vez había escrito algo para mí como docente, y créanme me surgió la idea no de
escribir esta carta para mí como tal, sino para escribirla como un homenaje a mis
compañeros docentes, a esos compañeros que de una otra manera han dejado huellas
en mi vida y en mi persona, en la actualidad y en el otrora, compañeros de quienes sin
lugar a dudas aprendí mas que todo el tiempo que dure en la universidad, y les escribo
no para obsequiarles simples halagos y lisonjas escritas como un discurso solo para
elevar los egos, no, eso no es el fin de esta carta, esta misiva tiene como objetivo
resaltar de muchos de ellos ese amor y esa vocación que tienen por la enseñanza, el
sentir como docentes, y el mostrar instantes tras instantes el deseo puro para mejorar la
vida de muchos seres humanos, y querer transformar sus vidas y sus mundos.

En primera instancia quiero darles mis más sentidas y emotivas gracias a esos
compañeros que se desprenden de la individualidad y se hacen compañeros en el más
alto sentido de la hermandad, las gracias a esas personas que forjan cada día nuevos
destinos, a esos educadores que no solo se dedican a enseñar, sino a educar, a
construir seres íntegros, a muchos de esos educadores que desde mi época de
estudiante me hicieron sentir que ante todo, lo que importa son las personas no las
asignaturas, que vale muchísimo, antes de hacer buenos estudiantes, hacer buenos
seres humanos, esto, y el principio con que me crio mi madre de “mano de hierro,
guante de seda” los convertí como estandarte de mi educación.

El trasegar en esta profesión sin compañeros como ustedes, no me hubiese permitido


comprender que ser educador es una profesión que necesita de mucha dedicación, de
mucha paciencia, que tener mucho conocimiento no sirve de nada si no somos capaces,
de transmitirlos y hacer que quien los recibe sepa utilizarlos, que el verdadero educador,
es quien trabaja en función de su profesión y no en condición de sueldo, que prepararse
para educar es estar preparado para formar a cada estudiante como si fuera parte de ti
mismo, hay una frase que aprendí un día de Manuel Batista Jinete “es más importante
enseñar a un estudiante a utilizar sus habilidades a que apruebe un examen” de mi
amigo y hermano Juan Tejedor “aquí estamos y tenemos que saber que todos
aprendemos de todos, nadie lo sabe todo “, la del maestro Wilfrido Bello “al estudiante
hay que construirle unas buenas bases para que pueda resistir el edificio del
conocimiento”, las disertaciones de los maestros Jesús Romero y José Ardila “directas,
contundentes y acertadas” y la del hermano Raúl Puerta “la educación debe estar llena
de comprensión y de amor” cuanta sabiduría amigos, escondida en estas simples frases.

Cuando retomo las ideas de estos inigualables maestros, pienso en que sería de mi vida
si no hubiese logrado ser educador, porque haber llegado a un aula de clases me ha
permitido querer convertirme en un gran maestro, emularlos a todos y tener la sapiencia
de cada uno de ustedes, para llegar a convertirme en una gran biblioteca humana, y
alcanzar la perfección en el intercambio de ideas con mis otros maestros, mis
estudiantes, porque quienes nos enseñan a ser educador, son los otros compañeros y
los estudiantes.

No puedo negar, que soy muy afortunado y quiero agradecerle al Gran Maestro de la
Vida, la oportunidad que me ha dado de conocerlos y tenerlos como amigos, como
quisiera tener espacio para mencionarlos a todos, pero se me hace cuasi imposible, por
eso dejare por aquí el nombre de la institución donde el Dios bueno me permitió
conocerlos, Colegio Liceo Esperanza, Escolombias de Cartagena, Instituto Simón
Almansa Julio, Colegio San Carlos de Cartagena, Colegio San Juan Bosco, Colegio
Militar Almirante Colon, Institución Educativa de Cañaveral, Colegio Suramericano de
Turbaco y mi amada Institución Educativa Cuarta Poza de Manga.

Pedro Castellón Córdoba.

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