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METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
Trabajo Integrador Curricular
Profesor orientador:
JORGE JOFRE.
Alumnas:
ABELEDO, CELESTE.
PEREYRA, GISELA.
SACABA, BRENDA
PALABRA CLAVES..............................................................................................................1
KEYWORDT.................................................................................................................................................1
INTRODUCCION:.................................................................................................................1
1.3. La creatividad......................................................................................................................................4
CAPITULO 3: Arte-Terapia................................................................................................18
3.1. ¿Qué es el arte terapia?..........................................................................................................................18
CONCLUSIONES:................................................................................................................23
BIBLIOGRAFIA:..................................................................................................................25
RESUMEN
En este trabajo de investigación nos dedicaremos a demostrar, que es el arte una necesidad
de expresión social e individual que trascienden la salud mental.
ABSTRACT.
In this research we dedicate ourselves to demonstrate that art is a need for social and
individual expression that transcends mental health.
PALABRA CLAVES
Arte / creatividad / salud mental / expresión / locura.
KEYWORDT
Art / creativity / mental health / expression / madness.
CAMPO DE LA INVESTIGACION:
Arte y psiquismo.
INTRODUCCION:
La presente investigación se refiere al transcender del arte sobre la salud mental. En esta misma
explicaremos las diversas concepciones, definiciones e interpretaciones acerca del arte y a su vez acerca de
la salud mental.
Para analizar esta problemática, fue necesario romper con las concepciones tradicionales y “entender a la
salud mental como un estado de equilibrio entre una persona y su entorno cultural”.
Surgió el interés, que fue en aumento al profundizar sobre este dilema socio-cultural.
Indagar desde una mirada inclusiva, a la salud mental y al arte nos fue de interés tanto académico como
profesional. Desde el ámbito profesional, como profesoras de artes visuales, el interés estuvo en conocer
sobre estas problemáticas, ante las posibles situaciones que pudiesen manifestarse en el aula, para permitir
ampliar nuestra mirada hacia las diversas expresiones más allá de la salud mental de los estudiantes. Así
mismo desde el interés académico, tratamos de aportar estadísticas recientes sobre la problemática tratada.
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En el marco de la teoría sociológica, la investigación se realizó a través de encuestas on-line y de una
entrevista a un profesional de la salud especializado en el tema.
CAPITULO 1:
Arte y salud mental
1.1. ¿Qué es el Arte?
El arte intenta comunicarnos algo acerca de las personas y su universo, hasta del mismo artista. Ya que ha
sido desde siempre uno de los principales medios de expresión del ser humano, a través del cual manifiesta
sus ideas, sentimientos y su forma de relacionarse con el mundo. Utilizando diversos recursos, como los
plásticos, lingüísticos, sonoros, corporales y mixtos; con el propósito de expresar lo material o inmaterial y
crear así “algo”. En sus inicios, el arte tuvo una función sobre todo para rituales, asociada a la magia y a la
religión. Con el transcurrir del tiempo, esta se fue modificando y le fueron atribuyendo componentes
estéticos, funciones sociales, pedagógicas, ornamentales y mercantiles. Puede ser duradero o efímero. En el
siglo XX se pierde incluso el sustrato material.
El arte añade más posibilidades para abstraer, conceptualizar y comunicar de las que permiten los lenguajes
naturales o formales. Dicha información no tiene por qué estar sujeta a límites. Puede transmitir ideas o
sentimientos, limitarse a producir un efecto estético o incluso expresar percepciones y sensaciones que no
sean explicables de otro modo.
Hay que tener en cuenta que el arte es algo más cotidiano y cercano a nosotros de lo que creemos. No
porque puede estar en un cuadro de nuestra casa, con una función decorativa, sino porque está presente
donde miremos: en la arquitectura de los lugares que frecuentamos, en las publicidades que vemos, en la
ropa que usamos, en los objetos que nos rodean. No siempre nos quiere decir algo. Simplemente está frente
a nosotros, mostrándonos los alcances de la imaginación y la creatividad humana. Hace uso de la libertad de
crear algo que antes no existía y lo instala frente a nosotros. En ese sentido el arte está haciendo algo
importante: muestra que las cosas pueden percibirse de maneras diferentes de cómo estamos acostumbrados.
El arte no se limita a la interpelación emotiva o intelectual de cada uno de nosotros de manera individual,
sino que también se proyecta a otras dimensiones de la vida social y cultural. Los alcances de la creatividad,
cuestiona los límites con los que hemos sido educados y que reproducimos a diario para vivir con otros. Es
por eso que el arte es crítico, porque quiebra un orden y nos invita a pensar cómo es o cómo nos gustaría que
sea el mundo en el que vivimos.
Al igual que la ciencia, el arte va más allá de lo que creemos que es la realidad: es una forma de
pensamiento que despliega situaciones complejas, hace preguntas y plantea problemas. Igual que la
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tecnología, el arte transforma lo que hay a nuestro alrededor y lo vuelve otra cosa. Pero a diferencia de la
misma, el arte no da respuestas ni soluciones únicas, sino que nos hace participar, nos convoca para que
pensemos opciones más allá de lo posible. Dicho esto, en los museos hay un tipo de arte creado a los fines
de la contemplación y la comunicación. Pero hay arte en los libros, los teatros, los espacios públicos y
privados, en algunos cines y medios de comunicación, en la vestimenta, la comida, los sonido, etc. A
diferencia de lo que creemos habitualmente, el arte no es algo bello que podemos ver, sino una perspectiva
desde donde interrogar y transformar la realidad. El arte es una de las múltiples formas que adopta el
pensamiento, apelando a otras dimensiones que la ciencia y la tecnología no pueden asumir desde la pura
racionalidad
Como conclusión, cabría decir que las viejas fórmulas que basaban el arte en la creación de belleza o en la
imitación de la naturaleza han quedado obsoletas, y hoy día el arte es una cualidad dinámica, en constante
transformación, inmersa además en los medios de comunicación de masas, en los canales de consumo, con
un aspecto muchas veces efímero, de percepción instantánea, presente con igual validez en la idea y en el
objeto, en su génesis conceptual y en su realización material.
Consideramos al arte como un puente entre el sujeto y su inconsciente. Teniendo como base la concepción
del ser humano como una totalidad indisociable, que sin embargo se encuentra facetada entre: cuerpo
biológico, ser social, consciencia e inconsciente. Además de su estudio desde el terreno de la psicología
moderna con Sigmund Freud y la revelación del inconsciente, quien aplicó el psicoanálisis al arte en Un
recuerdo infantil de Leonardo da Vinci (1910), defendiendo que el arte sería una de las maneras de
representar un deseo, una pulsión reprimida, de forma sublimada. Opinaba que el artista es una figura
narcisista, cercana al niño, que refleja en el arte sus deseos, y afirmó que las obras artísticas pueden ser
estudiadas como los sueños y las enfermedades mentales, con el psicoanálisis. Su método era semiótico,
para él las imágenes del inconsciente son apenas un lenguaje simbólico que el psiquiatra debe descifrar. Por
otra parte, a finales del siglo XVIII con el movimiento Sturm und Drang, aparece la idea de un arte que
surge espontáneamente del individuo. Autores como Novalis y Friedrich von Schlegel plantearon las
primeras manifestaciones de la autonomía del arte, ligado a la naturaleza. Para ellos, en la obra de arte se
encuentran el interior del artista y su propio lenguaje natural.
1.3. La creatividad
La creatividad juega un papel fundamental en el ser humano, es algo universal que se puede aplicar a
cualquier campo de nuestra vida. Podemos afirmar que la creatividad es un don que todos los seres humanos
poseemos gracias a nuestra habilidad de imaginar. Entonces ¿si todos somos creativos porque cuando nos
enfrentamos a un problema, nos damos, una otra vez, contra la misma pared y nos vemos impotentes ante la
posibilidad de encontrar la solución de una forma diferente o creativa? Porque, la creatividad constituye una
función humana progresivamente reemplazada por el pensamiento lógico formal. Esto se debe, a una razón
innata y evolutiva, donde la principal función de nuestro cerebro es garantizar la supervivencia de nuestro
organismo. Para esto el cerebro creo bloques de información a los que se pueda acceder fácilmente cuando
nos enfrentamos a un problema similar. (Modelos mentales). Esto se refleja en nuestro crecimiento, donde la
presencia de modelos y la educación van haciendo que nuestro pensamiento creativo vaya desapareciendo.
Algunos de estos bloques de información se sistematizan de tal manera que nos permiten llevar a cabo
tareas, especialmente motrices, de forma automática, como puede ser montar bicicleta (memoria
procedimental).La desventaja es que una vez formado es muy difícil modificarlos. En esto consiste
justamente la creatividad, en desafiar o producir cambios en las estructuras lógicas de estas redes neuronales
o modelos mentales, mediante la imaginación. Es hacer visible lo invisible. Es la falta de estos modelos, los
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que hacen a los niños y enfermos mentales que los hacen tan creativos. También las posibilidades de
pensamiento creativo son mayores, cuando nos imaginamos algo que nunca hemos visto.
Muchas veces se relaciona al hemisferio derecho con la imaginación que podríamos decir que es la base de
la creatividad; pero como el cerebro trabaja en un todo” en red; no podemos reducir una función tan
importante a una zona limitada y especifica del mismo. Es el factor sociocultural el que juega un rol crucial,
son las experiencias la cual remodela las conexiones cerebrales necesarias para generar las soluciones
innovadoras que resultan de este pensamiento divergente. El contexto y los factores sociales pueden
estimular la explosión de creatividad.
La noción de inteligencias múltiples surge en 1983 por Howard Gardner. Para él, la inteligencia no es un
conjunto unitario que agrupe diferentes capacidades específicas, sino una red de conjuntos autónomos,
relativamente interrelacionados. Para el desarrollo de algún tipo de inteligencia depende de tres factores:
Biológico, culturales e históricos y de la vida personal; menciona que los seres humanos poseemos una
gama de capacidades y potenciales ―inteligencias múltiples― que se pueden emplear de muchas maneras
productivas, tanto juntas como por separado. La teoría de las inteligencias múltiples se desarrolló con el
objetivo de describir la evolución y la topografía de la mente humana, Un buen ejemplo de esta idea se
observa en personas que, a pesar de obtener excelentes calificaciones académicas, presentan problemas
importantes para relacionarse con otras personas o para manejar otras facetas de su vida. Gardner afirma que
todas las personas son dueñas de cada una de las ocho clases de inteligencia, aunque cada cual destaca más
en unas que en otras, no siendo ninguna de las ocho más importantes o valiosas que las demás. Entre ellas se
encuentran: la inteligencia lingüístico-verbal, lógico-matemática, musical, corporal, intrapersonal,
interpersonal, naturalista y la inteligencia espacial o visual. Esta última se caracteriza por la habilidad para
poder observar el mundo y los objetos desde diferentes perspectivas. Suele tener la capacidad de crear
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imágenes mentales, confeccionar bocetos, dibujar y detectar detalles visuales, además de un sentido personal
por la estética.
Teniendo en cuenta que la Organización Mundial de la Salud establece que no existe una definición oficial
sobre lo que es salud mental y que su definición estará siempre influenciada por suposiciones, diferencias
culturales y por la forma en que las personas relacionan su entorno con la realidad. Resulta casi inevitable su
comprensión separándola de aspectos que derivan de lo social. A partir de esto entendemos la salud mental
como, el estado de equilibrio entre una persona y su entorno socio-cultural. Tiene un valor positivo en
términos sociales y es considerada como un recurso personal que contribuye a la calidad de vida y que
puede ser aumentada o disminuida por las acciones de la sociedad. Ya que Contempla parámetros de
bienestar emocional, psicológico y social. En cambio, la enfermedad mental radica en lo físico tanto como
en lo psíquico; en lo consciente como en lo inconsciente. Esto deriva en una noción impregnada de
connotaciones negativas, que llevan a sentirla como déficit, como obstáculo para las relaciones sociales. Ya
que en muchos casos afecta la forma en que pensamos, sentimos, actuamos, nos relacionamos con los demás
y tomamos decisiones.
Desde tiempos remotos el arte se ha vinculado a la salud mental, ya que el ser humano ha plasmado sus
ideas y emociones a través de diversos lenguajes artísticos; sin embargo, no es hasta el siglo XX cuando se
convierte en una técnica estructurada con una base metodológica definida. En este marco de referencia,
queremos recordar que Hermann Rorschach, fue uno de los pioneros en combinar la orientación pictórica
con la psicopatología como método para estudiar la dinámica de la personalidad. Una de las cualidades
fundamentales del arte es que permite visualizar, las emociones y sentimientos. Tiene por una parte, un
componente social, que refleja la realidad histórica concreta de un momento determinado y por otra parte, un
componente individual, único, personal e irrepetible, que está dado por un proceso de creatividad. Cuando el
proceso creativo alcanza una concepción estética, el producto de la creación se convierte en una obra de arte,
y el creador en un artista. Este proceso creador artístico es inherente a todas las personas, y está
estrechamente vinculado al estado de salud mental.
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1.5. La creación como expresión de la salud
La actividad artística ha sido considerada tradicionalmente por el psicoanálisis como una forma de “salud”,
en el sentido de resultar una buena vía para la canalización de la energía. Constituye un camino para
internarse en el estado psíquico del individuo, en sus experiencias en cuanto ser humano capaz de producir
objetos artísticos que den cuenta de sí y de su particular relación con el mundo. Permite o favorece la
vinculación entre la realidad interna y la realidad externa, utilizando como canales vinculares los propios
canales sensoriales; es decir que la creación artística introduce en el conjunto de posibilidades terapéuticas,
una vía diferente de aproximación a la realidad, a través del arte pueda darse forma a los delirios, todo
objeto artístico aparece como cristalización de un proceso que no es separable de la realidad. Estos procesos
psicopatológicos inciden de forma directa en la interpretación de la realidad que tiene el individuo, y, por
ende, en su modo de expresarla. Aun así, su creatividad no es un efecto de esa patología; es decir, su
genialidad no se debe a su “locura”, sino que la posibilidad de crear está presente a pesar de la enfermedad.
Por ejemplo, en el caso de la pintura, es especialmente fácil detectar tristeza o melancolía en los colores
utilizados y en el tema representado. Puede deberse a la idea que se quiso expresar, a una alteración en la
percepción por alguna enfermedad mental, y por el uso de drogas o fármacos. Cuando la pintura en general
carece de lógica, o cuando se expresa a través de símbolos, está sugiriendo un grave proceso patológico.
El proceso creativo es muy complejo de explicar, es un proceso no lineal, no conocido ni explicable, implica
recorridos que van desde la percepción, hasta la representación, pasando por la interpretación de la realidad;
cuestiona y restituye aspectos elementales de la vida se nutre de “problemas”, para volverlas capaces de
significar.
CAPITULO 2:
Enfermedad y Locura
2.1. Genialidad y Locura (Los Mitos):
“Si un hombre va a la puerta de un poeta que
o ha sido tocado por la locura de las
Musas, creyendo que la técnica sola lo hará
un buen poeta, él y su sana composición
nunca alcanzara la perfección”.
(Sócrates).
Con la separación del arte y la artesanía, surgirá la construcción cultural de una “identidad del artista” que
ha fomentado -desde sus inicios- la creación popular de un mito que nace de la falta de una educación social
extendida en torno al arte y sus técnicas. Su posición marginal y aislada frente al resto de profesiones y
quehaceres comúnmente extendidos, elevará al artista a la categoría de lo desconocido y por tanto lo exótico
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y secreto. Este supuesto “conocimiento secreto” de la práctica artística se relacionará con lo divino ya desde
la antigua Grecia, sirva de ejemplo la consideración del artista y el poeta como profetas poseídos –de manera
voluntaria- por la divinidad. Fruto de este atributo pseudo-divino de la posesión, encontramos otra de las
características fundamentales del mito en la capacidad de inspiración (Platón aseguraba que la inspiración
llegaba en momentos de “locura divina”); un don que se presenta en términos de completa irracionalidad, y
por tanto –para el mundo griego- claramente superior al pensamiento lógico -que está delimitado por las
barreras de lo racional-. Será éste el origen de una estrecha vinculación entre creatividad y enajenación, ya
que la inspiración divina generará en la opinión pública una frágil barrera entre la posesión y la locura. El
proceso de mitificación del artista tomará cuerpo a la par que crece el interés histórico hacia su biografía
individual.
Se vuelve necesario distinguir entre un individuo creador y un genio. Intuitivamente, lo primero que puede
decirse a propósito de esta distinción es que todo genio encierra un individuo creador, pero no ya al revés.
Esto es, no todo creador —ni todo talentoso— es, evidentemente, un genio, mientras que todo genio —más
claramente en el mundo del arte y la literatura— es en cierto modo un creador.
La creatividad, puede decirse que excede el ámbito estrictamente clínico (ya Platón diferenciaba entre locura
clínica y locura creativa). La creatividad es un fenómeno amplio que no es plausible agotar desde la mirada
del ojo clínico, por más profunda que esta mirada sea.
La locura no hace, por su puesto, al genio, sino que esta le proporciona unas dimensiones hasta entonces
inusitadas en su desarrollo artístico. De ser la genialidad la consecuencia ineludible de la locura, todos
aquellos individuos con un mismo diagnóstico tendrían que haber alcanzado o deberían de estar
desarrollando un nivel artístico equiparable. Por el contrario: es decir, al preguntarse si es la locura la
forzosa consecuencia de la genialidad podríamos asegurar que ‘nullum magnum ingenium sine mixtura
dementiae fuit’ (No hay gran fuerza imaginativa sin mezcla de locura”), tal y como reza Séneca en su
tratado De Tranquillitate Animi, a propósito de una cita de Aristóteles (1) o, más simplemente ‘todos los
genios están locos’. Pero esto no puede asegurarse inequívocamente, pues hay genios que no pueden ser
considerados locos (quizás, como mucho, algo excéntricos).
Como venimos viendo, la locura puede cambiar de aspecto o significación de un periodo histórico a otro,
según el sentido que cada sociedad le atribuya en qué momento o lugar. Pensadores como Thomas Szasz, R.
D. Laing o Michael Foucault han argumentado en este siglo, desde posturas más o menos radicales y ópticas
diversas, que la locura podría ser un producto o una etiqueta más que una realidad. Sin entrar ahora en esa
dialéctica, lo que sí nos parece adecuado resaltar, es el hecho de que la estigmatización de los enfermos
mentales está muy relacionada con las fuerzas sociales o psicológicas de cada contexto social. Si la locura se
ve afectada por las circunstancias sociológicas, la creatividad también.
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Lo que en algún momento fuera la realidad del artista-loco ha ido perdiendo fuerza en el curso de estos
últimos tiempos para reformularse como “mito”. Actualmente la “locura”, si bien no ha abandonado del todo
al artista, ha pasado a convertirse en una cualidad de la que se desprende un hálito de irracionalidad que
viene a circundar tanto su vida como su obra, y a cuyo trasluz, parecen comprensibles la inspiración, la
genialidad o la gracia. Ha perdido su carácter patológico (de enfermedad real), y al margen de las
consideraciones que pudieran hacerse acerca de las actitudes que el artista mantiene ante la vida, en el
sentido de ser tenidas por más o menos saludables, su “locura” se entiende como expresión consciente de
una opción. Podría decirse que forma parte de esa especial mirada con la que el artista percibe e interpreta la
realidad, o que se encuentra incluida dentro de los principios que al arte le otorgaron las vanguardias:
novedad, originalidad, diferencia. De esta manera la “locura” ha dejado de ser expresión de la degeneración
para convertirse en una condición de artista, en una cualidad necesaria para la creación, y que se descubre
gracias a una forma de estar que queda vinculada sin duda a la excentricidad del genio.
Lo que hace un siglo fuera tomado como confrontación, discrepancia, arremetimiento contra los valores
tradicionales que daban forma a las principales características del Arte, poco a poco ha ido volviéndose
normalidad a fuerza de costumbre y actitud, para pasar a convertirse en parte sustancial del actual concepto
del artista.
El “artista loco” se ha vuelto una construcción social consolidada, la cual dicta que la locura o trastorno
mental es algo inherente al proceso creativo e innovador que realizan los autores de distintas formas de arte.
Se ha manejado la hipótesis de un extraño vínculo que las uniría, se ha visto o se ha querido ver la causa de
una en la otra, o se ha negado toda conexión entre ellas. Pero, por diversas que hayan sido las posturas, la
idea de que la imaginación, la capacidad creativa, la inspiración, la creación artística y que la enajenación, la
conducta aberrante, el sufrimiento, la enfermedad, la locura..., pertenecen a una misma familia, y de que no
se da una sin la otra, ha estado y está de aún presente en la imaginería social.
El genio creador y la locura se encuentran emparentados no sólo en el mito y la imaginación humana desde
tiempos ancestrales sino que también guardan entre si un extraño parentesco, ambiguo y paradójico en tanto
que las pruebas de su asociación son incuestionables al mismo tiempo que sabemos que la enfermedad
mental por sí misma es devastadora para la creatividad.
Este pasaje del Fedro de Platón demuestra que la identificación del genio con la locura no es un invento del
Romanticismo, sino que se remonta a la Antigüedad clásica y aparece ya en los escritos de Platón y
Aristóteles. Para Platón la locura es un don divino, relacionado con la predicción del futuro. Cuando el
filósofo habla de la manía como arte no se refiere, claro está, a las artes figurativas, aunque esta asociación
introduce el concepto de posesión divina, una idea interior que guía al demente y que a partir del
cristianismo se relacionará con la inspiración divina del artista. El vínculo entre la locura y las bellas artes se
establece sobre todo a partir de la época del humanismo, durante la que el culto al artista melancólico se
convierte en un lugar común para referirse a la genialidad del creador. Sin embargo, hay que esperar hasta el
Romanticismo para encontrar el punto álgido alcanzado por la fascinación por la locura o el delirio como
fuente de inspiración artística, lo que llevará además a delimitar el concepto de genio artístico, separándolo
del científico.
Como reacción contra el racionalismo cartesiano del siglo de las luces, el culto a lo irracional adquiere
grandes dimensión esa partir de finales del siglo XVIII, propiciando así el resurgir de un creciente interés
por todo lo esotérico, lo onírico, lo sobrenatural y en general por todo lo que se escapa a la norma
establecida. De este modo la locura se convierte en símbolo del artista, del poeta, es decir del genio creador
y sustituye a la razón –o a la sensatez de la que hablaba Platón– como punto de partida para alcanzar un
estado de lucidez superior.
En 1810 Schelling juega con esta paradoja y habla de la locura como requisito imprescindible de la razón,
pero advierte del peligro que conllevaría para ello el que el espíritu enfermara. Esta idea revela una
característica importante de la concepción estética de la locura durante el Romanticismo: el delirio que se
considera imprescindible para la creación artística no tiene nada que ver con la enfermedad mental en
sentido clínico. Esto explica la manera que tiene el arte de esta época de tratar el tema de la locura. Por un
lado, el culto a lo irracional y la fascinación por la locura son parte de una estrategia de estilización del
artista “oficial”, que pretende legitimar su inspiración creadora por medio de la introducción de una
1
Platón, Fedro. Edición bilingüe, traducción, notas y estudio preliminar por
Luis Gil Fernández. Madrid 1957, p. 28-29
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instancia superior, más allá del entendimiento humano, que desde la Antigüedad viene unida a la noción de
genio. Así por ejemplo representa Eugène Delacroix en su obra “Tasso en el manicomio”(1) al gran poeta
del Renacimiento italiano en primer plano, sentado en su celda con la cabeza apoyada sobre la mano,
evocando de esta manera una pose que desde Durero se había establecido como representación
paradigmática del artista melancólico. La actitud del resto de los enfermos, que se acercan cuidadosamente
al “genio” y le miran con curiosidad y respeto, revela lo excepcional del estado de Tasso. El poeta aparece
claramente separado del resto de los “locos”, que no son genios, sino meramente enfermos. La distinción
que lleva a cabo Delacroix en su obra entre el poeta genial y los enfermos mentales pone de manifiesto otra
función que adquiere la representación de la locura en el romanticismo. La figura del “loco” como verdadero
enfermo mental todavía no se relaciona con el sujeto creador, cuyo estado psíquico le convierte en genio,
sino que pertenece al repertorio temático romántico y constituye un frecuente objeto de representación
artística. La serie de retratos de enfermos mentales de Géricault (2), así como otras obras de Fusseli son los
ejemplos más célebres de este tipo de representaciones, en las que el “loco” aparece como expresión
romántica del individuo que se encuentra al margen de la sociedad. De esta manera, la identificación del
artista romántico con el “loco” se basa en buena parte en la idealización de la situación marginal de éste,
que se asocia con un aumento de la originalidad y de la autonomía con respecto a las convenciones sociales.
Así se crea un vínculo entre marginalidad y autenticidad, que marcará la relación entre arte y locura a partir
de este momento y durante gran parte del siglo XX.
Ilustración 1. Eugene
Delacroix, Tasso en el
Ilustración 2.Alberto Durero.
manicomio, 1824
La melancolía, 1514, grabado
(fragmento)
(fragmento)
Toda la época romántica proporcionó un panorama artístico en el que la frontera entre la “locura” (la pérdida
de la razón o la exclusividad de la emoción) y la creación se torna muy difusa; tal vez sea el ámbito de la
literatura el que ofrece los casos más notables: Rimbaud, Hölderlin, Kafka, Proust, Nietzsche, Virginia
Wolf, las hermanas Brontë... la enfermedad puede llegar a ser, incluso, realmente devastadora, y forma parte
de la misma “naturaleza” fronteriza del creador. El artista se hace eco de una realidad que le resulta
insoportable, la propia vida, y la somete a todo tipo de inclemencias emocionales y físicas. Viaja hasta las
profundidades de lo humano, hasta los abismos en los que puede vislumbrarse la auténtica “locura”. El
romanticismo, afirma Baudelaire, no está en la elección de los temas ni en la verdad exacta, está en la
manera de sentir. (Baudelaire, 1996:103).
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Para el pensamiento y la poesía de principios del siglo XIX, lo que la “locura” dice de sí misma es también
los que dice el sueño en el desorden de sus imágenes: una verdad del hombre, muy arcaica y muy próxima,
muy silenciosa y muy amenazante: una verdad debajo de toda verdad, la más cercana del nacimiento de la
subjetividad.
Las creaciones plásticas de los artistas románticos suponen sin duda una ruptura definitiva con el realismo, o
mejor dicho con el naturalismo tal y como se había concebido hasta entonces; el ser humano abandona su
hegemonía a favor de la naturaleza, se rinde ante el despliegue de su fuerza, tanto exterior como interior, y
es en este dejarse llevar por su latencia donde reside el riesgo de perderse a sí mismo. La noche; la
tempestad; la tormenta... La oscuridad y la amenaza vienen a convocar el universo del misterio que atraviesa
las sendas de la muerte, El artista romántico, escribe, se propone convertirse, voluntariamente, en sonámbulo
para así, más allá de la consciencia diurna, ser capaz de indagar en la torrencial riqueza de las sombras.
(Argullol, 2000:67).
Los artistas románticos inauguran una “raza” de artistas, cuyo compromiso con las revueltas del espíritu se
proyecta en sus obras, convirtiéndose éstas muchas veces en manifiestas puertas al abismo. A partir de aquí
las revoluciones de la forma van a ser numerosas, pero el artista ya nunca abandonará el carácter
introspectivo y proyectivo de su obra. Arribando al territorio de lo onírico, de lo ideal, de lo espiritual o de la
trascendencia; recorriendo cada poro del cuerpo o descubriendo cada fibra del alma: pintores, escultores,
músicos, poetas... han ido dando cuenta desde entonces de lo más hondo de sí: su propia subjetividad,
dejando al margen servidumbres más o menos gravosas.
Podríamos decir que, si a partir del romanticismo ocurrió que el artista escogió libremente el camino de la
emoción, de la pasión por contraposición a su herencia racional y contenida, para llegar al fin a los confines
de la realidad.
Durante el siglo XX, las vanguardias históricas no tardaron en encontrar el camino de vuelta.
Las nuevas formas no describían formas antiguas, sino lugares diferentes, a los que se llegaba desde el alma.
La equivalencia: el artista loco y el loco artista, resultó inevitable, tanto para explicar las razones de la
creación, como para entender las nuevas vías de expresión artística.
Dado que la historia no puede ser parcelada o estudiada por franjas de saber, sino que su entramado discurre
inseparable de los movimientos y formas de comprender el mundo que depara la época, sucede que los
movimientos artísticos acontecidos en el principio del siglo XX, a partir de la aparición de las primeras
vanguardias, herederas de los planteamientos y la ruptura romántica, contribuyeron de forma decisiva a la
convergencia formal del arte y la “locura”.
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2.3. El Arte de los enfermos mentales
“Si Dios existe, le voy a pedir cuentas de lo absurdo de la
vida, del dolor, de la muerte, de haber dado a unos la razón y
a otros la estupidez…, y de tantas otras cosas. Donde hay
más sensibilidad, allí es más fuerte el martirio. El arte vive
de límites y muere de libertad”
(Leonardo Da Vinci).
El genio y la locura son, en ocasiones, dos caras de una misma moneda. Una línea muy delgada donde
conviven el Arte y la obsesión, la armonía junto a la búsqueda enfermiza de lo perfecto y lo divino con los
fantasmas.
Algunos artistas dedicaron su vida a la pintura, se dice que incluso, su “enfermedad” desarrollo su
creación…
Francisco de Goya, icono del arte español, adquirió en 1819 una finca
en Madrid, cercana al Puente de Segovia. El pintor arrastraba una
sordera incipiente y al lugar se le bautizó como la Quinta del Sordo.
Allí, tras el retorno de la monarquía absoluta de Fernando VII y el
turbulento Trienio Liberal, Goya emprende un inquietante trabajo en
las paredes de la casa: sus famosas Pinturas Negras.
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crisis depresivas e internamientos en centros psiquiátricos, sin intuir la influencia que su obra tendría en
tiempos futuros.
¿El talento de Van Gogh se sustentó de una mente atormentada que potenció su arte? No todos están de
acuerdo. Por ejemplo, el crítico Robert Hughes insiste en que los cuadros del artista holandés se ejecutaron
en pleno uso de sus facultades, cuando Van Gogh no sufría crisis mentales. Aunque sabemos que, en 1889,
durante su ingreso en el manicomio de Saint Paul de Mausole, se habilitó un cuarto para servirle de taller. Su
pintura se llenaría entonces de aquellos característicos “remolinos”, como en la obra Noche Estrellada. Un
año después se suicidó.
Josef Förster
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Adolf Wölfli
Martín Ramírez
Louis Wain
Artistas como André Masson, que comenzó en 1924 haciendo dibujos automáticos en los que utilizaba lápiz
y tienta china y continuó en esta misma línea, a partir de 1927 con cola y arena.
Joan Miró, quien se interna en el universo del juego de las formas a través de un juego que nos remite a la
infancia gracias a un repertorio de signos y elementos simplificados cuyas relaciones se tornan cada vez más
complejas.
Tanguy, con sus paisajes desolados, como recién llegados del mundo de los sueños, paisajes atravesados por
una extraña luz, en los que los objetos aparecen petrificados, fósiles, pero insólitamente verosímiles.
Leonora Carrington, que nos trasporta a universos fantásticos, venidos tal vez de lo esotérico o de los
sueños.
Salvador Dalí, que aprovecha las investigaciones en psicoanálisis de Lacan y desarrolla lo que él llamará: el
método “paranoico-crítico”, basado en la asociación interpretativo-crítica de los estados delirantes, imágenes
oníricas que son analizadas y construidas como si fueran fotografías del sueño.
Magritte, quien se aventura en el universo de los juegos de palabras, lo que le permite desarticular la imagen
tradicional combinando conceptos contrapuestos, paradojas, ironías, metáforas imposibles... que conducen al
desconcierto y al misterio. De esta forma los elementos cotidianos parecen volverse del revés, transformarse
o cosificarse a través de la descontextualización, del cambio de escala, del ocultamiento o de la
transparencia, de la repetición... participando así de una retórica visual que nos acerca a la retórica onírica a
partir de la naturaleza del discurso poético.
Leonor Fini, quien a partir de la exploración de la naturaleza y de sus propias raíces biológicas y
psicológicas, nos muestra una sociedad en la que la mujer toma protagonismo a través de un imaginario
simbólico personal, lleno de flores, huevos, calaveras y esqueletos.
Ernst, quien utiliza todo tipo de formas de trabajar la imagen a partir de la imagen encontrada o fortuita, y su
posterior recomposición por asociación: collage, frottage, de calcomanía, grattage...
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Y así un sin número de artistas para quienes el arte deja de ser una forma de representación de lo
razonablemente real, y pasa a convertirse en una puerta abierta al conocimiento de lo diferente o de lo
arcano.
El término 'arte marginal' fue apropiado por el crítico Roger Cardinal en 1972 trasladando al inglés el
concepto de 'art brut' de Dubuffet, para describir el arte creado fuera de los límites de la cultura oficial.
Más allá de los términos, fue sólo hasta 1945 cuando el arte de las personas que padecían alguna patología
fue considerado como una corriente artística; anterior a la fecha sólo se los tenían cuenta como inspiración
para los artistas de vanguardia.
Dubuffet afirmaba que todos llevamos un potencial creativo que las normas sociales anulan, esto se observa
en las creaciones de personas mantenidas al margen de la sociedad, tales como internos de hospitales
psiquiátricos, autodidactas, inadaptados o ancianos. Sus obras son el reflejo de una creatividad pura, sin
contaminar por la imitación de los modelos ya establecidos.
De allí el nombre art brut, arte en bruto: estas personas (en su mayoría autodidactas) al no tener una
formación académica utilizaban sus propios recursos, guiados por el instinto y sus propias capacidades de
exploración creativa. En 1948, tras la recopilación de estas obras, Jean Dubuffet fundaba la “compagnie
d’art brut” junto a Bretón, M. Tapia y otros. Esta compañía artística, vigente hasta la fecha actual,
colecciona más de 5000 obras que se exponen por primera vez en 1967 en el “musée des arts décoratifs” de
París, instalándose definitivamente en 1976 en el Chateû de Bealieu de Lausana.
“Según la definición anterior la creación de arte a la que se le exige que se diferencie tan fundamentalmente
de los usos corrientes tiene quizá los caracteres de anormalidad que pueden evocar la noción de patología
parece no obstante que la patología se define por otros aspectos y que es abusivo considerar como enfermizo
no que no tiene otro defecto que mostrado demasiado invención” (Dubuffet, P.61y 62)
En sus ‘escritos de arte' el fundador del art brut, desestimaba la idea de un arte ligado únicamente a las
patologías; y así como en esta tesis, promueve el arte más allá de la salud mental de sus autores. En todo
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caso, se destacan las particularidades artísticas ligadas a las vivencias, recursos particulares, ideas y
creencias personales.
Dubuffet intenta mostrarnos en sus investigaciones y las exposiciones artísticas, que el arte es ajeno a las
enfermedades mentales y que cualquier persona puede realizarlo si su deseo es intrínseco, más allá de las
normas, prejuicios o los cánones establecidos por las academias y la sociedad.
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CAPITULO 3:
ARTE - TERAPIA
3.1. ¿Qué es el arte terapia?
El arte terapia (Art.t) es una profesión asistencial que utiliza la creación artística como herramienta para
facilitar la expresión y resolución de emociones y conflictos emocionales o psicológicos. A través de los
medios propios de las artes, pretende facilitar la comunicación y la exploración de estos conflictos psico-
emocionales; se distingue de un ‘taller de plástica’ en que no es una ‘actividad ocupacional’ o ‘puramente
educativa’. En art t no es tan importante la producción de objetos, sean o no decorativos, se destaca ante
todo el proceso mismo de creación artística.
Dentro de las profesiones asistenciales, es una forma de psicoterapia que se practica siguiendo una
metodología específica y bajo un marco terapéutico definido; en ella se incluyen los medios artísticos
propios de las artes visuales: desde la performance, la instalación, la escultura, hasta la narrativa ligada a la
imagen; la fotografía y el video, la pintura, el dibujo y el grabado.
No utiliza otras artes como la música, la danza o el teatro, esas terapias artísticas son: drama terapia (DT),
danza - movimiento - terapia (DMT) y musicoterapia (MST). En este capítulo nos dedicaremos a describir
sólo las intervenciones e investigaciones del art t.
Los tratamientos arte-terapéuticos pueden ser de corta, media, o larga duración, dependiendo de si el trabajo
es de contención; focalización en el conflicto, de exploración interpersonal o intrapsíquico. Algo muy
importante sobre el rol del arte-terapeuta, es que debe tener conocimientos y formación académica en artes
visuales, para realizar su profesión; ya que estos conocimientos forman parte del art t.
Según Laura Rico2, en una entrevista sobre su rol, asegura que definitivamente el arte en todo su desarrollo,
atraviesa el arte terapia y a sus integrantes. Nos propone que "el arte tiene que servirnos para nuestro
desarrollo"; y plantea que en su tratamiento (más que nada con niños) utiliza técnicas propias del arte
contemporáneo, el expresionismo, o técnicas de artistas como Jackson Pollock. (Magda Brozo, “entrevista a
Laura Rico Caballo, “la terapia del arte”, 2014, laterapiadelarte.com)
2
Laura Rico Caballo (psicóloga y arte-terapeuta con más de veinte años de experiencia, Madrid).
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3.2. Reseña histórica: comienzos del Arte terapia.
A comienzo del siglo XX, las artes focaliza su atención sobre la subjetividad del artista, con los aportes del
psicoanálisis y su idea del inconsciente, los artistas modernos reflejaban en sus imágenes el mundo interno y
no sólo la apariencia imitativa del exterior. El valor que el expresionismo por ejemplo, como corriente
estética da la auto-expresión y la concepción interna del artista. En este sentido, comenzó el interés y la
valoración creativa de las personas que sufrían enfermedades mentales, que hasta ese entonces sólo sirvieron
como inspiración para los artistas como Picasso, Breton, Dalí, etc.
Por otro lado, posterior a la Segunda guerra mundial, las diversas instituciones y profesionales de la salud
mental se enfrentaron al desafío de tratar y rehabilitar a grandes poblaciones de personas afectadas, dañadas
y traumatizadas por los efectos de una guerra devastadora.
Todos estos hechos marcaron los inicios de la búsqueda de nuevas prácticas terapéuticas que permitieran el
tratamiento y rehabilitación integral de las personas. Surgieron y se desarrollaron nuevas técnicas y métodos
terapéuticos, tales como las terapias grupales, la terapia ocupacional y las terapias a través del arte.
Específicamente las primeras experiencias en salud mental de vienen de las prácticas de enseñanza de artes
al interior de los hospitales psiquiátricos. Los artistas se insertan dentro de los hospitales y ayudan en un
comienzo a los diversos pacientes a ocupar su tiempo libre en actividades recreativas grupales y centradas
más bien en hacer objetos de arte.
Sin embargo, progresivamente a medida que las diversas ciencias de la salud mental profundizaba sus
nociones de psicoterapia y tratamiento, los artistas o profesores de arte y van reconociendo en la práctica
artística no sólo un medio de recreación sino también una forma de experiencia que permite desplegar un
conjunto de funciones afectivas, motivacionales y sociales en los diversos grupos de pacientes.
Por lo tanto, el desarrollo del art.t en salud mental se presentaba entre las primeras prácticas basadas en el
taller de arte con pacientes, a la actualidad en que las diversas modalidades de art.t incluyen distintas
estrategias psicoterapéuticas individuales y grupales.
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3.3. El arte como tratamiento (enfermedades y adicciones).
Como explicábamos con anterioridad, el art t como tratamiento es una alternativa indicada para aquellas
personas con dificultades de verbalizar experiencias o enfrentar conflictos psicoemocionales, pero también
se recurre en muchos casos como tratamiento contra trastornos, padecimientos o enfermedades mentales
(esquizofrenia, depresión, autismo, ansiedad) y adicciones (alcoholismo, drogodependencia, etc.)
"La conveniencia del uso del arte terapia como modalidad terapéutica dependerá no tanto de la patología
como de las circunstancias específicas de cada paciente, su nivel de perturbación, el potencial para
establecer relaciones significativas, la capacidad para expresar y reflexionar sobre las propias emociones y la
voluntad del paciente para emprender un proceso terapéutico en el que la creación de imágenes es un factor
importante." (Charles Ramos, “arte terapia en salud mental/adultos”, metáfora).
Durante este tratamiento, el arte-terapeuta utiliza la intermediación artística que permite con el paciente un
vínculo menos amenazante, qué facilita el surgimiento de diversos factores terapéuticos individuales y
sociales.
"Da miedo lo desconocido, lo grande, lo inabarcable, pero cuando el miedo se le da forma, se concentriza, se
trabaja, entonces deja de dar miedo" (Laura rico).
En las sesiones, los materiales y las técnicas artísticas cumplen un rol de contención; volviendo las
emociones y situaciones conflictivas menos amenazantes y más claras al momento de su contemplación. Las
imágenes metafóricas que se utilizan en el lenguaje verbal no son permanentes mientras que las imágenes
visuales, incluso tiempo después realizadas, mantienen su carga emocional y poder comunicativo: esto
permite poder volver sobre estas imágenes, y aun habiendo olvidado su realización, poder recordar las
emociones vividas.
La intervención con los lenguajes artísticos desde la salud emocional, es una forma de terapia que a su vez,
interviene sobre la salud física y mental.
Este concepto se relaciona fundamentalmente con aquellas acciones que recuperan la visión del ser humano
como actor sensible, como único en su hacer según las vivencias y experiencias a las que se enfrente, según
sus limitaciones y fortalezas.
Desde aquí, podemos afirmar que el arte es un bien común del cual todos podemos beneficiarnos
independientemente de nuestras capacidades o conocimientos artísticos; más allá de nuestras limitaciones
físicas o mentales, la expresión artística puede permitir al ser humano al entrarse en lo sensible, articular un
discurso ligado a lo retórico o no, encontrarse descubriendo un camino de reciprocidad personal o
compartiendo con otros.
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"Nos inclinaríamos a creer que la idea de enfermedad debe ir, por el contrario, asociada a una incapacidad de
hacer obra de creación" (Dubuffet, P.62 y 63).
Dicen "quien no puede crear destruye lo construido por el otro", la exploración artística como herramienta
terapéutica o como tratamiento también favorece la contención y pueden plasmar aquellos impulsos
destructivos (hacia uno mismo u otros), ofreciendo la posibilidad de reflexionar y crear otros caminos menos
agresivos o amenazantes sobre las visiones de nuestro mundo interior y exterior.
Entrevista
Roque Narváez
Licenciado en imágenes, especialista en neurociencias.
Más de 40 años de experiencia en su área, actualmente trabajando en ARGUS, San Miguel.
La salud mental discierne o trata de discernir lo que está bien de lo que está mal. La salud mental no es
solamente la afección psicológica de un 'loco' o 'trastornado' o de un 'enfermo', es una asociación de
hechos que la vida te está dando para completar una salud mental, por ejemplo físicamente estar bien,
tener una salud próspera, tener un equilibrio, tener un trabajo, tener una educación, tener en qué emplear
el tiempo libre.
El hombre, las personas, cometen un hecho grave cuando tienen un tiempo de ocio.
Cuando las personas, en su tiempo de ocio, le dan tiempo a pensar y tratan de buscar dentro suyo o en su
`yo ‘interno, tratan de buscar aquellas cosas que les hace mal, no lo bueno. Esas cosas malas, son las que
te hacen discernir de una manera distinta de las buenas.
Cuando vos tenés trabajo, tenés prosperidad, buscas lo bueno, haces cosas dentro de lo normal.
Aquella persona que tiene adicciones al alcohol, cigarrillo, aquellas personas que tienen dificultades
motoras, traumatismo isquémico de cráneo, sufren ciertas cosas; su 'yo' interno los lleva a una posición de
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buscar expresar ciertas formas y cosas que ellos en algún momento lo vivieron o pensaron.
Ellos lo que logran es expresar un sentimiento vivido o 'que alguien les contó'.
Dicen, la mayoría de los psiquiatras, vos por ejemplo: podes escribir un poema, pero vos vas a romper un
cuaderno lleno de hojas hasta que te salga. ¿Por qué? porque empezás a sub analizar las expresiones,
palabras que pones, sí rima o no rima, cómo acentúa, cómo termina.
En cambio, ellos no; el que está en su entorno, en su mundo (como dicen los psiquiatras: 'no es loco, vive
en su mundo'). Son personas normales que perciben las cosas anormales, nosotros "nos creemos cuerdos
pero para ellos somos los anormales".
Por eso la salud mental es un hecho de la vida, en su propio mundo.
"Hay personas que por ejemplo, en su vida nunca tejieron, pero cuando tienen un ACV hemorrágico que
quedan con la discapacidad, se les da por tejer."
¡Claro! el arte es para cualquier persona, pero si padece un cuadro clínico los doctores lo derivan al arte.
¿Por qué? porque es su mundo. No hay gente únicamente sana, todos padecemos alguna enfermedad
física o mental, algunos se les agrava más y a otros menos.
La mayoría de las personas con enfermedades mentales descargan toda su fuerza y capacidad de su
mundo en el arte.
Trabajé 10 años en un hospital de día, granaderos a caballo en San Miguel, donde se tratan adicciones,
enfermedades, violaciones, violencia de género.
No. Era terapéutico, pero a la mayoría de la gente, los profesionales de la salud de ahí los derivaban a un
centro de arte sobre la calle Pte. Perón.
La mayoría hacían pinturas y artesanías, esculturas: trabajaban en arcilla. Por ejemplo acá en la clínica,
hay un chico con síndrome de Down, que por supuesto vive en su mundo, con su retraso mental, pero vive
en su mundo. Él pinta cosas, es un surrealista, cosas que quizás nunca vio o ve por ejemplo una ballena
en el mar en la televisión y es como si se le grabará.
Es muy visual.
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Durante la entrevista, hablando sobre el arte de los presos en las cárceles, surgió la siguiente
experiencia:
Había una chica que había sido violada en reiteradas oportunidades. Y esa chica no se expresaba o
hablaba muy poco, muy cerrada, no era comunicativa, no socializaba con nadie.
Se quería reintegrar a la sociedad pero le daba miedo todo. Y ella siempre hacía (en este caso haciendo
referencia a la actividad artística) un parque, agua como un río/un mar y hacía dos o tres gaviotas.
Y un día esa ilusión que ella tenía, empezó a poner plantas en sus obras la misma imagen que ella ponía
(aquí hace alusión a una psicóloga que le realizaba preguntas sobre lo que dibujaba y pintaba) donde poco
a poco empezó a modificar con arbustos y después plantas.
Todo esto pasó en el hospital de día donde trabajaba.
Cada cosa que la chica iba poniendo en su obra era algo que ella iba sintiendo, y así progresaba se
estacionaba, y luego seguía. Pero ella seguía expresándose.
Desgraciadamente el personal que la acompañaba se fue por cuestiones personales, y ella no apareció
más.
Sí. Cuando ella estaba bien anímicamente y socializaba, pintaba un árbol más o uno más grande. El árbol
más frondoso que había pintado, ella decía que era su resguardo.
Ella lo que siempre decía es que "estaba naciendo de vuelta", "empecé a nacer", "empecé a crecer".
La expresión que ella tenía podía haber elegido a cualquier otra cosa, no sé: artesanías, trabajar con
cerámica; pero ella eligió expresar en la pintura. Era lo que le servía a ella.
CONCLUSIONES:
A modo de reseña final, nos gustaría enfatizar algunos aspectos que, al menos para nosotras poseen cierta
relevancia:
Fuera de la creación artística propiamente dicha, el proceso creador se lleva a cabo en todos los terrenos
de la actividad humana, es algo universal que se puede aplicar en cualquier campo de nuestra vida.
Siendo una capacidad que todos los seres humanos poseemos gracias a nuestra habilidad de imaginar.
En este sentido, cualquier padecimiento físico mental de las personas no sería un limitante a la hora de
crear.
La actividad artística, es un bien común del cual todos podemos beneficiarnos independientemente de
nuestras capacidades o conocimientos artísticos. Sobre todo cuando es utilizada como tratamiento para
aquellas personas que lo requieran, consideramos al arte como puente que sitúa al sujeto en una relación
diferente con respecto a su malestar y la creación.
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Según lo investigado en la historia del arte, la psicología, sobre todo en el movimiento artístico “art
brut”, las “enfermedades mentales” no serían un impedimento para considerarlos artistas. Si bien los
procesos y contextos históricos han sido atravesados por diversas visiones: mitos, movimientos
artísticos y avances en las ciencias (psicología, sociología, neurociencia); hoy sabemos que esas
concepciones están ligadas a características y prejuicio de cada época.
En base a las encuesta online y a la entrevista con un profesional de la salud, llegamos a los siguientes
porcentajes:
Afirmamos con esto, que el pensamiento colectivo considera al arte como una capacidad ajena a la
enfermedad que padezca cada individuo. Sin embargo, las concepciones que tienen del arte fueron
puramente subjetivas y en muchos casos la noción de artista estaba condicionada bajo la idea antigua de algo
divino (como dice Platón y su concepción de lo divino) en algunos casos lo llamaban “don o dotes ligados a
la genialidad”. Este pensamiento hegemónico o elitista, ya no estaría unido sola con las enfermedades
mentales sino que se reservaría para aquellas personas que pertenecieran a un determinado sector social.
Teniendo en cuenta la entrevista realizada al licenciado Roque Narváez (especialista en imágenes y
neurociencias), nos pareció interesante todo lo que nos aportó desde su profesión y experiencia humana. Nos
dejó en claro que más allá de las enfermedades existen otros factores que condicionan las realidades o las
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acciones de las personas, y que el arte (sobre todo en los momentos críticos) es una herramienta de
contención esencial para expresarse.
El arte trasciende la salud mental, ya que trasciende la propia vida. Más allá de los procesos que avanzan en
las enfermedades mentales, los artistas continúan vivos en sus obras y mensajes.
BIBLIOGRAFIA:
El Deseo De Crear Es Uno De Los Anhelos Más Profundos Del Alma De Un Ser Humano, “La Creatividad”, 2017.
http://loriani.blogspot.com/2017/12/creatividad-la-creatividad-es-una-de.html
Franz De Paula, Genialidad y locura: turbulencias de una mente creadora, creatividad, 2018.
www.bicaalu.com/atico/2018/creatividad_20180103.php
Marga arroyo, “La terapia del arte”, “Entrevista a Laura Rico Caballo”, 2014.
https://laterapiadelarte.com
Ricardo Kirschbaum, Prueban que hay un vínculo entre la creatividad y las enfermedades mentales, clarín, 2012.
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https://www.clarin.com/sociedad/Prueban-vinculo-creatividad-enfermedades-mentales_0_SkTHaYRsPXx.html
Victoria Quirosa García, Acercamiento a la representación plástica de la locura en Occidente, el genio maligno .
http://www.elgeniomaligno.eu/numero1/materia_arte_quirosa.html
William Lee Adams, El lado oscuro de la creatividad: Depresión + ansiedad x locura = ¿genialidad?, CNN, 2014.
https://cnnespanol.cnn.com/2014/01/22/el-lado-oscuro-de-la-creatividad-depresion-ansiedad-x-locura-genialidad/
Wiltold Gombrowicz – Jean Dubuffet, “Correspondencia”,Jean Dubuffet “El art brut” pág. 59, 1970,
Editorial L`Herne
Tabla de ilustraciones
Ilustración 1. Eugene Delacroix, Tasso en el manicomio, 1824 (fragmento).........................11
Ilustración 2.Alberto Durero. La melancolía, 1514, grabado (fragmento).............................11
Ilustración 3. Francisco de Goya.............................................................................................13
Ilustración 4. Van Gogh (1853-1890), Noche Estrellada........................................................13
Ilustración 5. Edvard Munch (1863-1944), El grito................................................................14
Ilustración 6. Adolf Wölfli......................................................................................................14
Ilustración 7. Josef Forster......................................................................................................14
Ilustración 8. Martin Ramírez.................................................................................................15
Ilustración 9. Louis Wain........................................................................................................15
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