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COMPOSICIÓN INDUSTRIAL SEGÚN EL AREA METROPOLITANA

La industria manufacturera en Colombia ha estado altamente concentrada en


las regiones de mayor población relativa, situación que poco se ha modificado
en las últimas dos décadas. Considerando la composición industrial por áreas
metropolitanas, se encuentra Santafé de Bogotá, Medellín y Cali, -principales
ciudades en población y urbanización- son en su orden las que mayor
importancia relativa han tenido en cuanto a su participación en el producto, el
valor agregado y el empleo industriales.

En conjunto, estas tres ciudades representan más del 60% de la industria


manufacturera. En 1994 participaron con el 65.7% del valor de la producción, el
67.7% del valor agregado y el 71.6% del empleo. Mientras que Medellín y Cali se
han mantenido relativamente estables a lo largo de estas dos décadas, Santafé
de Bogotá ha tenido una mayor dinámica, incrementando su participación en la
industria de manera importante, sobre todo entre 1984 y 1994 (Cuadro 12.15).

Santafé de Bogotá, además de tener la mayor importancia relativa dentro de la


industria manufacturera, presenta la mayor concentración en sectores
específicos en cuanto a la producción, valor agregado y empleo (17). En
términos de producción bruta participa, en promedio, con cerca del 50% en el
caso de ocho de los veintinueve sectores industriales. Entre éstos sobresalen
sectores como. Derivados del petróleo y del carbón (81.1 % en 1994),
fabricación de plásticos (559%), material de transporte (66%) y maquinaria
excepto la eléctrica (50.9%).

En el área metropolitana de Cali se concentra la fabricación de papel y


productos de papel, con una participación del 50% entre 1974 y 1984, la que en
1994 descendió al 40%. La producción industrial en Medellín estaba altamente
concentrada en la fabricación de textiles (63.7% del total industrial en 1974 y
57.5% en 1984, la cual, luego de perder dinamismo, pasó a representar en 1994
el 44.8%) y por la producción de productos de barro y loza, con más del 50% de
la producción industrial. Finalmente, en la zona denominada resto del país se
destaca una alta concentración en el sector de refinación de petróleo alcanzó
-el 100% en 1994-.

Las ciudades más pequeñas han tenido una participación poco representativa
dentro del conjunto de las estructura industrial, y en general vienen
presentando una tendencia decreciente. El caso más representativo de dicha
situación es el de la ciudad de Barranquilla, que pasó de contribuir con el 8.4%
de la producción bruta industrial en 1974, al 4.7% en 1994 y de aportar el 7.9%
del empleo industrial al 4.4% en 1994.

A nivel sectorial, la industria manufacturera cuenta con una relativa


especialización regional, particularmente acentuada en algunos sectores. En la
producción de textiles, fabricación de confecciones, industria del cuero e
industria del calzado, se destacan las ciudades de Bogotá y Medellín, y, en
menor grado, Barranquilla y Cali. La industria de papel y productos de papel, así
como la industria de imprentas y editoriales, están altamente concentradas en
Cali y medianamente en Bogotá.

En la industria química y petroquímica Bogotá tiene una participación


importante, excepción hecha de la producción de petróleo. Cali resulta bastante
representativa en la producción de otros productos químicos y plásticos. En el
sector de minerales no metálicos se encuentra que la producción de vidrio y
productos de vidrio es abastecido en buena medida por Bogotá y Medellín,
mientras que la fabricación de cemento y otros minerales no metálicos, además
de estas dos ciudades, se concentra en Barranquilla y Cali.

Dentro del grupo metalmecánico, Bogotá es sin duda la ciudad que más
concentra la producción y el empleo, con participaciones cercanas o superiores
al 45% del total nacional, para el caso de sectores como maquinaria excepto la
eléctrica, maquinaria eléctrica y material de transporte. De menor importancia
relativa, pero aun así representativas, son las participaciones en el sector
metalmecánico de Cali y Medellín.

Finalmente, cabe hacer mención de la recomposición regional en la estructura


industrial, la cual se ha caracterizado principalmente por la ganancia relativa de
la participación de Santafé de Bogotá en varios sectores industriales y
especialmente en el período comprendido entre 1984 y 1994. Los casos más
significativos, en los que Bogotá gana alrededor de diez puntos porcentuales en
participación, son: el sector de café y productos alimenticios diversos, en
detrimento de la participación de Barranquilla y Cali, y los sectores de textiles y
calzado, a costa de la participación de Medellín.

La distribución regional de la actividad industrial en Colombia refleja cómo ha


estado tradicionalmente concentrada en la zona andina -centro del país-, y
cómo además ha venido ganado importancia relativa en los últimos años en
deterioro de la participación de zonas como las costas Atlántica y Pacífica.
Dicha situación, aunque responde en buena medida a los patrones de
urbanización del país, así como al crecimiento geográfico de la demanda
interna, parece ir en contravía de un patrón de desarrollo industrial orientado al
mercado internacional. En efecto, la necesidad de transportar insumos y bienes
de capital foráneos requeridos por la actividad productiva doméstica, y de
movilizar en el otro sentido los bienes industriales producidos en el interior del
país hasta los puertos de embarque ubicados en las respectivas costas, acarrea
una serie de sobrecostos al productor que en ciertos productos -alimentos,
industria pesada- pueden resultar excesivamente elevados, más aún a
sabiendas de la deficiente infraestructura vial y de comunicaciones de que
dispone el país (18) En contraposición, en algunos países asiáticos se han
dispuesto zonas francas en las inmediaciones de los puertos marítimos con el
fin de buscar el desarrollo de actividades industriales con una clara orientación
exportadora.

Este trabajo revela que “el 71,4% del personal ocupado por la industria nacional de
concentra en los establecimientos ubicados en tres áreas metropolitanas.
el Dane correspondiente al primer periodo de 2012, “logramos determinar que Bogotá concentra
el 40,1%; Medellín el 19,8% y Cali el 11,6%. Estas ciudades ejercen un rol articulador con el
desarrollo de centros urbanos, de acuerdo a la especialización de la producción de las industrias y
a la aglomeración de dichas actividades con mayor valor agregado”.
La investigación también revela que no sólo la oferta de empleo y la presencia de las industrias son
las únicas razones de concentración urbana, también otros fenómenos sociales como el
desplazamiento y la violencia, influyen en el crecimiento de las áreas  metropolitanas.
“El hecho de que las personas migren a las ciudades capitales por la violencia es una de las razones
por las cuales las urbes crecen de forma desordenada con asentamientos en lugares inadecuados,
altos índices de desempleo, deficiencias económicas y carencias de calidad de vida. Lo anterior
impide el desarrollo de los centros metropolitanos de Colombia de manera organizada y
separando las zonas de trabajo industrial y la vivienda,”, dice la investigadora.

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