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LA CLÍNICA MÉDICA, LA MIRADA Y EL LENGUAJE

DRA. MARITÉ COLOVINI

La medicina, la estructura del discurso y la práctica médica, no siempre fue como se la


conoce, y que toma su estructura de acuerdo a determinadas condiciones de posibilidad, esto es
lo que fundamentalmente Foucault plantea.

Foucault va mostrando las condiciones de posibilidad y va situando las mutaciones que se


van produciendo en un discurso y por ende en una práctica, a partir de estas condiciones de
posibilidad. Foucault trabaja las modificaciones que en la clínica médica se producen a partir de la
anatomía patológica, pero, la anatomía patológica fue posible en la medida en que se pudo
superar el prejuicio y la prohibición moral de tocar al muerto.

Fue necesario que en el movimiento social y del pensamiento cayera esta cuestión
religiosa que hace del cadáver algo sagrado, de la muerte algo sagrado, y entonces se pudiera
empezar a trabajar con los cadáveres. Esto produce toda una mutación en el discurso médico, y
también respecto a lo que se entiende como enfermedad, respecto a donde se localiza la
enfermedad, porque si en el tiempo de la medicina clasificatoria o la medicina botánica, donde lo
que se armaban eran esas grandes clasificaciones, y se armaban, según el modelo botánico:
especie, género, clase, la enfermedad se localizaba en la clasificación, no en el cuerpo, el espacio
de la enfermedad era el espacio de la clasificación, no se superponía con el cuerpo del enfermo, es
recién a partir de que se abren los cadáveres que nuevamente la enfermedad se va a localizar en
el cuerpo del enfermo.

Foucault plantea, que la mirada es soberana, pero la mirada en el orden de lo perceptible,


entonces, se trata de la mirada, pero de una mirada que requiere toda una serie de procesos para
que lo invisible en lo visible se haga posible. Una mirada que requiere de una serie de operaciones,
que no solo mira, no solo ve, sino que está formada de un modo que ve lo que en general la gente
no ve, pero, eso tiene que ser posible de ser comunicado, entonces allí aparece la descripción, y
eso se hace a través del lenguaje, en un uso del lenguaje muy particular, que tiene que intentar
hacer coincidir lo que se dice, lo que se describe, con el objeto.

Entonces, hay uso del lenguaje, hay creación de un lenguaje y hay todo un trabajo entre lo
que se mira y lo que se dice, vieron que Foucault habla de lo que se mira y lo enunciable, de poner
en correspondencia la mirada y lo enunciable, de forma tal que no haya resto, esto sería como el
ideal.

Pero todo este proceso se fue cambiando, en la medida en que iban apareciendo nuevos
descubrimientos, no solamente del médico, sino nuevos descubrimientos en la filosofía, en las
matemáticas, todo este proceso iba incidiendo sobre el concepto de enfermedad.

¿Qué se entiende por enfermedad?, ¿Qué es una enfermedad? No es lo mismo localizar la


enfermedad en relación a las clasificaciones, que localizar la enfermedad en modificaciones de los
tejidos, como en la época de la anatomía patológica.

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La clínica médica según el modo en que Foucault lo está situando, se ubica en otro plano
que en el de cualquier relación entre esos dos sujetos que se llaman médico y enfermo, es más, en
un momento va a plantear que el médico y el enfermo son un obstáculo para el pensamiento
clínico, pensamiento que se intenta que adquiera la categoría del pensamiento científico. Lo que
va a decir Foucault es que cuanto más complejo se vuelva el espacio social en que la enfermedad
se manifiesta, más cerca y naturaliza a la enfermedad, y va a situar ahí uno de los capítulos que
trata de la aparición de los hospitales en la historia de la medicina y dice: “El hospital, como la
civilización, es un lugar artificial, donde la enfermedad corre el riesgo de perder su rostro
esencial.”

Parecía importante poder situar a la clínica como la reunión de tres cuestiones, que es lo
que hace Foucault, plantea que la clínica es: “Una forma de experiencia, un método de análisis y
un tipo de enseñanza”.

Entonces el lenguaje aparece cargado de una función muy particular, por un lado tiene
que tener valor de exactitud, pero por el otro tiene que tener valor denominador, valor de dar
nombre. Esta es una de las vertientes del lenguaje, pero no es todo, no es todo el lenguaje. La
clínica médica utiliza esta función del lenguaje, pero esta no es todas las funciones que puede
tener el lenguaje. El lenguaje tiene una cara objetivante u objetivadora, y este es el lenguaje que
se usa en cualquier discurso científico.

Ahora bien, el lenguaje tiene otra función, que es una función subjetivante, y esta es una
función que el discurso científico rechaza, o deja afuera. ¿La función subjetiva qué implica? Que
hablándole a otros voy, por un lado constituyéndome como sujeto de ese decir, en el que me hago
representar como sujeto por lo que digo; y a la vez, recibo del otro un reconocimiento de mi
posición subjetiva, en tanto me escucha y me responde. Hablando me voy identificando también,
porque me hago representar, y a la vez, en este movimiento de hablarle a otro voy cavando el
lugar en el cual mi deseo encuentra alojamiento.

Esta vertiente subjetivante del lenguaje es la que utiliza el psicoanálisis como única
herramienta y material para las curas, por todo lo que venimos diciendo. Por otro lado, si yo
hablando me hago representar por eso que digo, y me reconoce el otro, en tanto el otro me
contesta o me cree, entonces recibo el reconocimiento de algo que a mí me falta, porque yo sola
no me puedo reconocer, y si además de lo que digo voy estableciendo los lugares en los cuales se
aloja el deseo, Uds. entenderán porqué un tipo de cura que lo único que requiere es que un sujeto
se encuentre allí con su verdad, con su verdad de deseo, solo por usar el lenguaje en esa función,
puede funcionar.

Lo que podría situar es que el médico se encuentra escindido entre esas dos funciones del
lenguaje, por un lado tiene que usar, para que su discurso sea valorado en el terreno de la ciencia,
el lenguaje que corresponde a cualquier discurso pasional y científico, pero a la vez en cualquiera
de sus actos, ya sea, cuando le tiene que ir a preguntar al enfermo donde le duele a Ud. (como
dice Foucault, este cambio de que tiene Ud., a donde le duele a Ud.), cuando habla con la
enfermera, cuando vienen los familiares, está inmerso en esta otra función del lenguaje, en la
función subjetivante, y recibe los efectos también de esta otra función del lenguaje, lo sepa o no lo
sepa.

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Se mezclan dos funciones del lenguaje porque mientras un doctor dice: qué puede ser que
tenga tal cosa y tal otra no; y el otro le tiene que responder como en un múltiple choice,
rápidamente, y sale un diagnóstico y otro y otro, aparecen las ironías, aparecen las visitas,
aparecen los enojos, entonces, esta es la función subjetivante del lenguaje. En la que se pone en
juego a sujetos que hablan, y todos los procesos que se producen más allá de lo que
efectivamente dicen, más allá de los dichos, es por el solo hecho de haber dicho, de decir, y de
relacionarme con el otro en ese decir.

Cuanto más complicado es el espacio social en donde se desenvuelve la enfermedad, más


se desnaturaliza, porque empieza a tomar todo esto que le imprime el espacio social, así como en
el hospital la enfermedad se desnaturaliza, la enfermedad en una sala de terapia intensiva se
desnaturaliza mucho más.

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