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El Peso del Deber de Asistencia a Pueblos Foráneos Frente a

las Exigencias de Justicia Doméstica


Hugo Omar Seleme

1. El Estado Social de Derecho y la Tensión entre Justicia Doméstica y Justicia


Internacional

1.1 El Dilema de la Imposibilidad

- La concepción de justicia seguida por el modelo de estado social de derecho comparte


los siguientes presupuestos:
a.- Los principios de justicia domésticos se pueden formular con anterioridad e
independencia de abordar el problema de la justicia en relación con los extranjeros.
b.- La distribución de los recursos debe ser eficiente. Ningún recurso debe
quedar sin distribuir. // Una distribución justa en el ámbito doméstico no deja ningún
excedente de recursos.
c.- El deber de justicia en el ámbito doméstico es prioritario en relación con
cualquier deber fundado en la justicia que se pueda tener hacia los extranjeros.
- De acuerdo con lo anterior, independientemente de si el esquema doméstico es justo,
no queda ningún monto de recursos disponible para satisfacer un deber de justicia en
relación con los extranjeros.
i.- Si es justo: dados a. y b.
ii.- Si es injusto porque, dado c, la tarea prioritaria será volverlo justo; y una vez
que sea justo: dados a y b.

1.2 Rawls y el Dilema de la Imposibilidad


- La concepción de justicia Rawlsiana comparte los presupuestos que conducen al
dilema de la imposibilidad.
a.- En TOJ Rawls señala que se trata de principios de justicia aptos para una
sociedad autocontenida.
b.- Debido a que el principio de la diferencia es maximizador, toda distribución
de acuerdo con él no dejará ningún monto sin distribuir.
c.- Rawls señala que el deber de justicia es un deber positivo (TOJ). Dado que,
como señala Pogge (WPHR), es plausible pensar que los deberes positivos tienen mayor
peso cuando se refieren a allegados, el deber doméstico es prioritario.
- [El problema es el siguiente:] La concepción de justicia doméstica rawlsiana manda
maximizar la posición del grupo de individuos que menos tiene. La concepción de
justicia internacional manda asistir a los pueblos extranjeros que no tienen instituciones
decentes. Como ambos son deberes positivos, se debe dar prioridad al primero. Como el
primero es maximizador, no queda ningún recurso disponible para satisfacer el segundo.

2. Soluciones al Dilema de la Imposibilidad

2.1 Soluciones Alternativas

- Una de las formas de negar el dilema es negar uno de los presupuestos.


- Henry Shue niega el primer presupuesto.
- Singer niega el tercer presupuesto: partiendo de su consecuencialismo, no ve ninguna
prioridad entre los deberes respecto de la esfera doméstica y la extranjera.
- Pogge también niega el tercero: su estrategia es mostrar que los deberes con los
extranjeros son especificaciones del deber negativo de no dañar y, por tanto, prioritarios
respecto de los deberes positivos en la esfera doméstica.
- Estas posiciones padecen una debilidad: tienen poco poder persuasivo frente a
alguien que sostuviera los presupuestos en los que se funda la concepción de justicia
rawlsiana. Estos presupuestos poseen cierta plausibilidad moral. La mejor salida al
dilema es aquella que compromete el menor número de ellos.
- Desarrollaré una solución fundada en la posición rawlsiana que tiene la virtud de no
comprometer las intuiciones morales que subyacen a los presupuestos que conducen al
dilema.

2.2 La Solución Rawlsiana al Dilema de la Imposibilidad

A. El Deber de Asistencia como una Especificación del Deber Natural de justicia

- Rawls entiende el deber de asistencia como una especie del deber natural de justicia.
Esta interpretación se basa en dos premisas:
a) En LOP Rawls presenta el deber de asistencia [DAs] como análogo al deber
de ahorro justo [DAJ] de TOJ. La semejanza más importante entre ambos deberes es su
objetivo: realizar y preservar instituciones justas o decentes. Rawls señala que en este
aspecto, el deber de asistencia y el deber de ahorro justo expresan “la misma idea
subyacente”.
b) En TOJ el deber de ahorro justo es una especificación del deber natural de
justicia entre individuos pertenecientes a distintas generaciones 1. La idea que subyace al
deber de ahorro justo es “que poseemos un deber natural de justicia en relación con los
individuos, con independencia de la generación a la que pertenezcan.”
Conclusión: dada la analogía entre el DAJ y el DAs,, la relación que el DAJ
tiene con el deber natural de justicia debe ser la misma que el DAs tiene con el deber
natural de justicia. El DAs sería una especificación del deber natural de justicia de TJ.

B. La solución al problema del ahorro justo. ¿Qué les debemos a las generaciones
futuras?

- La solución que Rawls brinda en TJ al problema de la justicia entre generaciones es


hacer que el principio de ahorro justo restrinja el monto de recursos sobre el que se
aplica el principio de la diferencia.
- Para que esto sea posible, el DAJ debe poseer un punto de corte más allá del cual
ningún ahorro sea exigido (sino, no restarían recursos a los que aplicar el ppio. de la
diferencia). Este punto de corte es: la realización y mantenimiento en el tiempo de un
esquema institucional bien ordenado.
- Una pregunta soslayada: ¿Cómo caracterizar de modo específico el estado de cosas en
el cual se alcanza el punto de corte [es decir, el objetivo del ahorro]?
- Respecto de la determinación del punto de corte, se presentan dos problemas:
a) Rawls parece tener en mente dos estados de cosas en diferentes momentos: i.-
Alcanzar las condiciones para el establecimiento efectivo de instituciones bien

1
Rawls señala: “El principio de ahorro representa una interpretación, a la que se arriba en la posición
original, del deber natural de justicia –previamente aceptado- de sostener y promover instituciones
justas…”.
ordenadas. ii.- El establecimiento efectivo de dichas instituciones. La respuesta a este
cuestión es: el deber de ahorro justo determina una obligación de garantizar los medios,
no el resultado. De acuerdo con esto, el punto de corte es: “alcanzar y mantener el nivel
de desarrollo social –y económico y cultural- necesario para gozar de tales
instituciones.”
b) Para determinar si se han alcanzado las condiciones materiales necesarias para
establecer instituciones justas debe empelarse a concepción de justicia rawlsiana. Si el
principio de la diferencia se incluye en la caracterización de la sociedad justa cuyas
condiciones deben garantizarse, el principio de ahorro justo deja de tener punto de corte.
La solución a este problema es: el principio de la diferencia se refiere a cómo una
generación debe distribuir los recursos de que dispone; pero no sirve para establecer de
cuántos recursos debería disponer.
Para determinar este punto de corte, nos preguntamos por el monto de recursos
materiales mínimos que una sociedad liberal debe poseer para organizarse de modo
justo.
- Las exigencias de ahorro justo restringen al principio de la diferencia del siguiente
modo. La prioridad es que la generación actual posea los recursos materiales mínimos
para permitir el establecimiento efectivo de instituciones justas [DJactual]. Una vez
satisfecho esto, pueden darse dos situaciones:
a) Que pueda destinar recursos al ahorro sin poner en riesgo las bases materiales
mínimas actuales. No se trata de mantener el mismo esquema institucional, sino de
mantener los recursos materiales mínimos para posibilitar la existencia de algún
esquema institucional bien ordenado. Puede ocurrir que para satisfacer el DAJ la
generación actual deba reducir su estándar de vida: en ese caso estaría obligada a
hacerlo.
b) Que no se pueda destinar recursos al ahorro sin poner en riesgo las bases
materiales mínimas actuales. En este caso hay un conflicto entre las pretensiones de la
generación presente y la generación futura. Es necesario realizar cierto sacrificio y se
necesita un criterio que indique qué sacrificio puede exigirse razonablemente, i.e. la tasa
de ahorro. En los actuales sistemas liberales tal situación es improbable: los recursos
más costosos de producir –culturales y educativos- ya han sido obtenidos.

C. La solución al problema del deber de asistencia. ¿Qué les debemos a los


extranjeros?
- [P. 111] El hecho de que el DAs sea una especificación del deber natural de justicia
permite construir un segundo argumento por analogía que provee la solución al
conflicto entre DAs y principio de la diferencia. El argumento procede por analogía, a
partir de la solución que Rawls ofreció al conflicto entre el DAJ y el principio de la
diferencia.
- Para satisfacer a la vez las exigencias del DAs y del principio de diferencia en la esfera
doméstica es necesario: interpretar el principio de la diferencia de modo que incluya
restricciones fundadas en el DAs.
- Lo anterior es posible debido a que tanto el DAs como el DAJ poseen un punto de
corte. Si se tratara de un conflicto entre exigencias maximizadotas, satisfacerlas de
modo conjunto sería imposible.
- El panorama general es el siguiente:
1.- Condición de que queden recursos materiales mínimos para el mantenimiento
de un esquema doméstico justo.
2.- DAJ: mínimo para garantizar que las generaciones futuras tengan
instituciones justas.
3.- DAs: mínimo para garantizar que otros pueblos tengan instituciones justas
(liberales) o decentes.
4.- Los recursos que resten pueden ahorrarse por motivos distintos de los de
justicia, emplearse en beneficio de pueblos foráneos o distribuirse sobre la base del
principio de la diferencia.
- Nuevamente, pueden darse dos situaciones una vez que los pueblos han satisfecho 1 y
2:
a) Es posible satisfacer el DAs sin comprometer los recursos materiales mínimos
que permiten tener y mantener un esquema justo. No hay conflicto entre DAs y deberes
domésticos.
b) No es posible satisfacer el DAs sin comprometer los recursos materiales
mínimos que permiten tener y mantener un esquema justo. Sólo en este caso es
relevante dar prioridad a los conciudadanos.
- ¿Se encuentran las sociedades liberales en una situación como la descripta en a) o
como la descripta en b)? Esto depende de dos variables:
1) La magnitud de los recursos materiales mínimos para gozar de un esquema
justo en el ámbito doméstico.
- Respecto de 1: La magnitud es baja, ya que las sociedades liberales
poseen los recursos materiales mínimos más costosos de producir:
culturales y humanos.
2) La magnitud de los recursos necesarios para permitir el establecimiento de
instituciones liberales o decentes en los pueblos que no las tienen.
- Respecto de 2: El número de sociedades que se encuentran en esta
situación es amplio y los factores por los cuales se encuentran en esta
situación son difíciles de cambiar [vinculados a su cultura política,
tradiciones morales, laboriosidad, etc.], lo cual vuelve onerosa la tarea de
asistencia. La magnitud de 2 es elevada.
- Los niveles de 1 y 2 muestran que es probable que las sociedades liberales se
encuentren en la situación a), pero no determinan que efectivamente se encuentren en
esa situación. Para esto, es necesario determinar el monto de recursos que poseen
efectivamente y qué tan distantes están del monto de recursos mínimos. Esto debe ser
determinado caso por caso, pero ciertos datos son reveladores.
- [Datos respecto de la distribución global del ingreso:] [Datos respecto de os gastos
superfluos en sociedades liberales, comparados con datos del costo anual de proveer
agua potable, asistencia sanitaria y educación básica a todos los habitantes del planeta].
Lo anterior prueba que las sociedades liberales poseen más que el mínimo necesario
para garantizarse instituciones justas.
- En esta situación, ¿qué exige el DAs? Los recursos que resten una vez satisfecho del
DAJ deben destinarse a garantizar que otros pueblos tengan la posibilidad de alcanzar
un esquema institucional bien ordenado. Sólo una vez satisfecho el DAs, el excedente
podrá ser distribuido domésticamente de acuerdo con el principio de la diferencia.
- Dado que la satisfacción de DAs será onerosa, ella requerirá probablemente un
descenso en el estándar de vida de las sociedades liberales.

3. Conclusión

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