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La participación en conflictos
socioambientales:
la paradoja institucional
colombiana1
Yulieth Hillón
1. Introducción
El modelo económico global imperante tiene como uno
de sus principales pilares el aprovechamiento de las “ventajas
competitivas” poseídas para posicionarse de forma exitosa en el
comercio exterior. Por ello, varios países “en desarrollo” (entre
ellos Colombia) parecen seguir esa directriz y apostarle a una
economía minera y agrícola exportadora, sustentada en una ex-
pansión y mejoramiento de su infraestructura, que les permita
comerciar y competir internacionalmente2.
La implementación de esta política de desarrollo en los ámbi-
tos internacional y nacional no ha sido pacífica. Hay múltiples
10 Como ya dije, una nueva ley estatutaria sobre participación ciudadana está en
revisión previa de constitucionalidad.
11 El caso más representativo de esas pugnas es el de las veedurías ciudadanas. Al
respecto, ver sentencias C-180/1994, C-1338/2000 y C-292/2003.
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12 Sobre los obstáculos normativos y prácticos del cabildo, ver Cogollo y Ramírez
(2007).
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le presentó la solicitud (art. 18, nueva ley). Así mismo, las con-
sultas populares de origen popular tienen vedadas las siguientes
materias: 1) las de iniciativa exclusiva del gobierno nacional,
los gobernadores o los alcaldes; 2) las presupuestales, fiscales o
tributarias (art. 18, nueva ley).
Las limitaciones de este mecanismo son evidentes en los
conflictos socioambientales. El caso de la construcción de
un relleno sanitario regional en el municipio de Nemocón
(Cundinamarca) lo ejemplifica perfectamente. Los nemoco-
menses rechazaban el proyecto, por lo que el alcalde del lugar
los convocó a una consulta popular para que se pronunciaran
al respecto. El 98% dijo no al basurero. Si bien el Consejo
Municipal adoptó la decisión tomada en la consulta popular,
la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, auto-
ridad ambiental en lo regional, aprobó la licencia ambiental
para que se realizara, aduciendo que la consulta no la obligaba.
Viendo lo sucedido, los lugareños interpusieron una acción de
tutela para que se les protegiera su derecho a la participación
expresado en los resultados de la consulta popular. El expe-
diente, después de dos instancias judiciales adversas, llegó a la
Corte Constitucional.
El Tribunal, en su sentencia T-123/09, reconoció el derecho
fundamental que tenía la comunidad a participar en esta de-
cisión, avaló la consulta popular que se había llevado a cabo y
admitió el recurso de tutela como medio idóneo para proteger
ese derecho. Sin embargo, circunscribió los alcances que puede
tener este mecanismo a la libre configuración que el legislador
tuvo al momento de desarrollarlo. El art. 51 de la Ley 134/94
estatuye que la consulta debe respetar su ámbito territorial, por
tanto, una consulta municipal debe tocar solamente asuntos
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14 Los actores que tienen pleno derecho para hablar son ciertas autoridades
gubernamentales taxativamente señaladas, los que pidieron la audiencia y el
solicitante de la licencia ambiental.
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Bibliografía
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Minería y sociedad:
construyendo pactos de
gobernanza y transparencia
Adolfo Eslava
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