INFORME TRIBUTARIO
Facultades de la
Administración Tributaria
¿ES JURÍDICAMENTE VIABLE LA MEDIDA CAUTELAR GENÉRICA
DE ADMINISTRACIÓN DE BIENES?
EL AUTOR HACE UN ANÁLISIS DEL CÓDIGO TRIBUTARIO,
DEL CÓDIGO PROCESAL CIVIL Y DEL REGLAMENTO DEL PRO-
CEDIMIENTO DE COBRANZA COACTIVA DE SUNAT, PARA
AFIRMAR QUE ES JURÍDICAMENTE VIABLE QUE LA SUNAT
PUEDA PRACTICAR UNA MEDIDA CAUTELAR GENÉRICA DE
EMBARGO DE INTERVENCIÓN EN ADMINISTRACIÓN.
La Administración Tributaria tiene la facultad de coacción frente
a los deudores tributarios a través de una cobranza administrati-
va, lo que resulta útil en un país con una cultura del no pago de
tributos, con un índice de evasión que se ubica entre los más
elevados de América que, a decir del Banco Mundial, genera
que seamos la quinta economía más informal del mundo. En con-
secuencia, frente a una cultura del no cumplimiento de las obliga-
ciones tributarias, resulta importante que reflexionemos sobre el
hecho que la cobranza administrativa resulta más efectiva y efi-
ciente frente a un esquema judicial, cuando los tributos son la
principal fuente de ingresos del Estado peruano para el cumpli-
miento del gasto social que demanda el país.
Es así que al determinarse esta facultad, la Administración
Pública ha contado desde mucho tiempo atrás(1) con una acción
propia y exclusiva: la coerción con la finalidad de hacer efecti-
vas las obligaciones tributarias, acción que se materializa a tra-
vés de un procedimiento breve, sustancialmente de ejecución,
como es el Procedimiento de Cobranza Coactiva y que se ejerce
a través de un funcionario público denominado Ejecutor Coacti-
vo. Al respecto Sáinz de Bujanda sostiene que la circunstancia
de que la recaudación por apremio sea un procedimiento admi-
nistrativo no impide que por su contenido tenga naturaleza ju-
risdiccional, pues su finalidad es dar satisfacción al crédito del
ente público mediante el despliegue de una acción ejecutiva y
de carácter unilateral que aspira a vencer la resistencia del obli-
gado y a operar sobre sus bienes y derechos en beneficio del
fisco acreedor(2)
Esta Cobranza Administrativa es seguida en España(3), Esta-
dos Unidos, Francia, Inglaterra, Alemania, Colombia, Ecuador,
México, Bolivia, Panamá, Perú, Cuba, y República Dominicana,
entre otros. Y, además, recomendada por el Centro Interameri-
cano de Administración Tributaria (CIAT)(4).
JUNIO 2009
José Nava Tolentino (*)
I. MEDIDAS CAUTELARES Y MEDIDAS DE
EJECUCIÓN
Existe una diferencia conceptual entre una Medida Cautelar
y una Medida de Ejecución, dado el rol que cumplen ambas en
un procedimiento Administrativo o Judicial. Dicho de distinta
manera, el embargo, entre otras medidas, como forma de afec-
tación específica de los bienes o derechos del deudor, puede
manifestarse como medida cautelar o medida de ejecución.
Las Medidas Cautelares, por ejemplo a través de un embar-
go, en esencia buscan la eficacia de la pretensión principal en
un proceso definitivo, a efectos que este no resulte ineficaz al
momento de la sentencia, donde probablemente un deudor tri-
butario pueda desprenderse de su patrimonio, y es ahí donde la
medida cautelar asegura el pago. Este tipo de medidas, regula-
das por el Código Tributario (CT) en sus artículos 56° al 58°, se
pueden adoptar incluso cuando no se hayan emitido resolucio-
nes de determinación de la deuda tributaria, a propósito de una
fiscalización. Es decir, aunque no exista deuda firme y a efectos
de garantizar su cobranza es posible que la Administración Tri-
butaria adopte este tipo de medidas que nuestra norma tributa-
ria la ha denominado como “Medida Cautelar Previa”, porque
resulta anterior a un procedimiento coactivo.
A su vez, en un procedimiento de cobranza coactiva, cuan-
do la deuda ya es exigible y se discutió el tema de fondo o se
vencieron los plazos para la impugnación, la Administración
Tributaria para hacer efectivo el pago de la deuda tributaria
puede proceder a la ejecución forzada de los bienes del deudor.
Es decir, el embargo como medida de ejecución cumple un rol
distinto al de una medida cautelar, ya que no busca garantizar
una acreencia para que el proceso no resulte ineficaz, sino que
en esta etapa lo que pretende la medida de embargo es empe-
zar la ejecución forzada para el cobro efectivo de la acreencia
–––––
(*) Abogado por la Universidad de Lima. Diplomado Internacional en Derecho Tributario
y Tributación Fiscal. Con Estudios en la Maestría de Derecho Tributario de la Pontificia
Universidad Católica del Perú (PUCP). Docente del Curso de Cobranza Coactiva en el
Centro de Educación Continua de la PUCP.
(1) Como primer antecedente está la Ley Nº 4528 (1922) y posteriormente el Decreto Ley
Nº 17355, que aprueba la Ley de Procedimientos Coactivos.
(2) SÁINZ DE BUJANDA, Fernando. “Lecciones de Derecho Financiero”, Universidad Com-
plutense, Madrid, 1979, pág. 315.
(3) En la doctrina administrativa española se conoce con la denominación de procedi-
miento de apremio.
(4) El Modelo del Código Tributario del CIAT, propone la cobranza por la vía administra-
tiva, de todos los créditos fiscales constituidos en base a la declaración de los sujetos
pasivos o determinados por la Administración Tributaria, con resolución firme.
13
INFORME TRIBUTARIO
porque ya se está en una etapa final del procedimiento como si
fuera una sentencia en última instancia.
En el artículo 118° del CT se ha establecido los diferentes
tipos de medidas de embargo que puede adoptar el Ejecutor
Coactivo, que como forma de ejecución busca la cobranza efec-
tiva o la ejecución forzada para el cobro de acreencias; sin
embargo, la norma tributaria las ha denominado como “Medi-
das Cautelares”, denominación inexacta que no altera la natu-
raleza de la esencia de la institución regulada en nuestra nor-
matividad y que se explica tal vez por ser tal artículo de aplica-
ción también a las Medidas Cautelares reguladas en los artícu-
los 56° al 58° del CT.
Al respecto, el CT establece que el Ejecutor Coactivo puede
ordenar, sin orden de prelación, cualquiera de las formas de
embargo específico que regula, es decir puede ordenar indistin-
tamente un embargo en forma de intervención en recaudación,
en información o en administración de bienes (numeral 1), en
forma de depósito, con o sin extracción de bienes (numeral 2),
en forma de inscripción (numeral 3), o en forma de retención
(numeral 4). Se señala además en el primer párrafo de la refe-
rida norma (y en el numeral 2 del artículo 14° del Reglamento
del Procedimiento de Cobranza Coactiva de SUNAT), que el
Ejecutor Coactivo podrá adoptar otras medidas no contempla-
das en el mencionado artículo y siempre que aseguren de la
forma más adecuada el pago de la deuda tributaria materia de
la cobranza. Es decir, en este extremo el CT recoge la “Medida
Cautelar Genérica”, institución jurídica que, a su vez, está tam-
bién definida y regulada en el Código Procesal Civil y que con-
forme a su primera disposición final es de aplicación supletoria
a la normatividad procesal siempre que sean compatibles con
su naturaleza, compatibilidad que se da con el procedimiento
de cobranza coactiva(5).
El artículo 629° del Código Procesal Civil señala que “ade-
más de las medidas cautelares reguladas en este Código y en
otros dispositivos legales, se puede solicitar y conceder una no
prevista, pero que asegure de la forma más adecuada el cum-
plimiento de la decisión definitiva”.
Es decir, la medida cautelar genérica responde a aquella
forma de afectación a los bienes y derechos de un deudor, que
no esté prevista en una normatividad y cuya ausencia no impide
el poder ejercerla para asegurar una acreencia ya sea a través
de un procedimiento de medida cautelar o en un proceso defini-
tivo de ejecución y ello responde a una situación fáctica que no
debe impedir que un acreedor impago o un demandante (en un
esquema judicial) se encuentre desprovisto de accionar ante una
ausencia de tipicidad cuando el deudor tiene bienes o derechos
que podrían responder a su acreencia.
Y es que la normatividad procesal ingresa a la administrati-
va y son dichas reglas las que resultan de aplicación de manera
supletoria o propia en la medida que la norma tributaria vaya
recogiendo las referidas instituciones. Por ejemplo, antes de la
regulación específica de la intervención excluyente de propie-
dad o de los remates que resuelve y dirige un Ejecutor Coacti-
vo(6), se aplicaba supletoriamente el Código Procesal Civil, de
igual forma como ocurrió con la medida anticipada sobre bie-
nes perecibles que regula el artículo 618° del Código Procesal
Civil que se utilizaba de manera supletoria cuando la Adminis-
tración Tributaria embargaba bienes perecederos hasta que
posteriormente se establecieron reglas específicas en los artícu-
los 56° y 58° del CT a través del Dec. Leg. Nº 953.
14 JUNIO 2009
II. MEDIDAS CAUTELARES GENÉRICAS
ADOPTADAS POR LAS ADMINISTRACIONES
TRIBUTARIAS
El Tribunal Fiscal (TF) en frondosa Jurisprudencia desde hace
más de una década confirmó la legalidad de la adopción de las
Medidas Cautelares Genéricas como facultad de la Administra-
ción Tributaria(7). Se adoptaron medidas cautelares genéricas
sobre bienes comisados(8) que se encontraban en los depósitos
de la Administración Tributaria y que como tal no podrían en-
cuadrarse dentro del supuesto de una medida de embargo en
forma de depósito con o sin extracción de bienes o de retención
a terceros. Al respecto el TF señaló ante un equívoco en la deno-
minación de la medida cautelar por parte de la SUNAT que
“(…) atendiendo al principio según el cual hay que estar a la
naturaleza de las cosas y no a la denominación que acuerden
las partes, el equívoco de una modalidad de embargo adopta-
da por la Administración no enerva el interés fiscal para pre-
cautelar la deuda tributaria del contribuyente”, afirmando en
otro considerando que: “Si la Administración deseaba aplicar
una medida cautelar que le permitiese evitar el retiro de bienes
del depósito por parte de la quejosa, al haberse cumplido con el
plazo determinado en la sanción de comiso de bienes, debió
hacer uso de lo establecido en el segundo párrafo del artículo
118° del Código Tributario, el mismo que otorga la facultad al
Ejecutor Coactivo de adoptar otras medidas no previstas, siem-
pre que aseguren de la forma más adecuada el pago de la
deuda tributaria”.
Así, en una revisión de nuestra Jurisprudencia Fiscal adver-
timos que otro tipo de medida cautelar genérica que ha adopta-
do la Administración Tributaria, y que el TF(9) la ha considerado
conforme a Ley, es la medida cautelar genérica de inmoviliza-
ción de bienes de propiedad del deudor tributario a efectos de
asegurar el pago de la deuda tributaria.
Asimismo, se encuentra la medida cautelar genérica sobre
el saldo a favor del exportador a devolver(10), o sobre la devolu-
ción del saldo a favor del IGV del Régimen de Retenciones(11),
ambos a efectos de garantizar el pago de la deuda tributaria.
O aquella medida cautelar genérica ordenada por la Admi-
nistración Tributaria sobre los certificados de depósitos emitidos
por el Banco de la Nación(12) como consecuencia de efectuar los
embargos en forma de retención que aún no son ejecutables por
no existir deuda exigible y ante un pedido de variación de dicha
medida corresponde dejarla sin efecto, consignando el monto
retenido así como su afectación genérica.
Resultaría pues un contrasentido a la esencia de la medida
cautelar genérica el que ella se encuentre regulada en la nor-
matividad para su aplicación, si justamente su existencia se debe
a la falta de tipicidad de estas figuras cautelares o de ejecución
y de ahí que la recoja la normatividad procesal civil y el CT
como un mecanismo garantista para el acreedor impago.
–––
(5) Regulado en el Código Tributario y el Reglamento del Procedimiento de Cobranza
Coactiva de SUNAT, aprobado por la R. de S. Nº 216-2004/SUNAT.
(6) En el Reglamento de Cobranza ya referido.
(7) Véase, entre otras, las RTF Nºs. 4432-4-2007 y 2605-1-2008.
(8) En la RTF Nº 1144-3-98 se señaló a la medida cautelar genérica como la forma de
afectar los bienes comisados, posteriormente el TF se pronunció en el mismo sentido en
las RTF Nºs. 7116-1-2004, 6753-2-2002, 3585-2-2005, 1194-4-2005, 1606-5-2005,
3791-5-2006, 4249-5-2006 y 6967-2-2006.
(9) En las RTF Nºs. 253-3-2000 y 855-1-2007.
(10) En la RTF Nº 664-2-2006.
(11) En la RTF Nº 9746-1-2001.
(12) En las RTF Nºs. 1103-2-2009 y 3227-5-2008.

Ahora bien, en las líneas que siguen procederemos a anali-
zar los alcances de la medida cautelar genérica a propósito de
una intervención de SUNAT a un medio de comunicación o si la
medida se encuentra tipificada en nuestra normatividad y por
ende si legalmente ello es posible.
III.EL EMBARGO DE INTERVENCIÓN EN
ADMINISTRACIÓN Y LA MEDIDA CAUTELAR
GENÉRICA DE ADMINISTRACIÓN DE BIENES
1.- El Embargo de Intervención en Administración en la
normatividad tributaria
Nuestro CT regula dentro de sus tipos de embargos específi-
cos(13) al Embargo en Forma de Intervención en Administración
de Bienes, el que es desarrollado en el numeral 3 del artículo 17°
del Reglamento del Procedimiento de Cobranza Coactiva de SU-
NAT, que establece que tal medida recae en los bienes del deudor
con la finalidad de recaudar los frutos o utilidades que pudieran
producirse, señalando como función del Interventor Administra-
dor el verificar y supervisar la administración de los frutos o utili-
dades que produzca el bien o los bienes embargados.
Señala a su vez la norma que si “el bien embargado es la
fuente principal de ingresos del Deudor, comprobar que de lo
producido por este, sólo se realicen los gastos necesarios para
el mantenimiento de la fuente productora, así como para el cum-
plimiento de las obligaciones legales de naturaleza laboral, tri-
butaria y alimenticia cuyo vencimiento o fecha de pago se pro-
duzca durante la intervención”.
Por otro lado, la norma establece entre las funciones princi-
pales del Interventor Administrador: “Poner a disposición de la
SUNAT las utilidades o frutos obtenidos, dejando constancia de
ello en el Acta correspondiente, cuya copia será entregada al
Deudor, a su representante o a la persona con quien se entiende
la diligencia”.
Si bien es cierto que el Reglamento del Procedimiento de
Cobranza Coactiva de SUNAT regula el embargo en forma de
Intervención en administración de bienes, considerando las fun-
ciones ya señaladas, podemos afirmar que su regulación res-
tringe las facultades del interventor a las de un “Verificador” y
“Supervisor” de la administración, mas no las de administrador
o gestor directo de los bienes de la unidad de producción o
comercio. Es decir, si bien el interventor tiene como función po-
ner a disposición los frutos obtenidos, ello dependerá del efecti-
vo cumplimiento vigilado y supervisado al administrador de la
empresa.
También debe advertirse que este tipo de medida de embar-
go recaída sobre el bien, como principal fuente de ingresos, no
afecta el cumplimiento de las obligaciones legales de naturale-
za laboral, tributaria y alimenticia cuyo vencimiento o fecha de
pago se produzca durante la intervención y tampoco el que se
permita los gastos necesarios para el mantenimiento de la fuen-
te productora. Y es que la medida de intervención en adminis-
tración por su propia naturaleza responde a un objetivo de afec-
tación en la gestión de los bienes a efectos de garantizar el
pago de obligaciones, lo cual implica mantener la fuente pro-
ductora, caso contrario se afectaría la marcha del negocio de
manera inmediata, lo que va en contra de la propia normativi-
dad tributaria. En la misma línea señalada, el Reglamento del
Procedimiento de Cobranza Coactiva de SUNAT, al normar el
embargo de Intervención en Recaudación por el que se afectan
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INFORME TRIBUTARIO
directamente los ingresos del deudor tributario con la finalidad
de hacer efectiva la cobranza de la deuda, establece como fun-
ción del Interventor Recaudador el verificar que durante la dili-
gencia se realicen los pagos necesarios para el funcionamiento
del negocio y para el cumplimiento de las obligaciones legales
del deudor de naturaleza laboral, tributaria y alimenticia cuyo
vencimiento o fecha de pago se produzcan durante la interven-
ción.
Asimismo, ello es concordante con la fórmula legal prescrita
en el artículo 20° del Reglamento del Procedimiento de Cobran-
za Coactiva de SUNAT, cuando regula la medida de embargo
en forma de retención bancaria o de terceros al establecer que
el deudor tributario pueda solicitar al Ejecutor Coactivo que el
embargo no le impida el cumplimiento de las obligaciones lega-
les de naturaleza tributaria, laboral o alimenticia a su cargo y
de los pagos necesarios para el funcionamiento del negocio siem-
pre que acredite determinadas situaciones fácticas(14) .
Como se advierte, estas formas de embargo, si bien afectan
bienes y derechos, resultan sustentadas en el ejercicio regular
de la facultad que la Administración Tributaria tiene al igual que
todo acreedor. A su vez resulta razonable que esta facultad se
ejerza bajo el principio de razonabilidad.
Finalmente, es bueno precisar que la norma reglamentaria
establece que quien asuma las funciones de Interventor Admi-
nistrador deberá ejercerla en un plazo específico y deberá tener
experiencia en funciones similares a la encomendada, es decir
debe ser una persona que conozca el negocio de administrar
empresas, a efectos de poder ejercer eficientemente esta labor
de verificación y supervisión de la administración que ejerce el
deudor tributario.
2.- El Embargo de Intervención en Administración en la
normatividad procesal civil
En el artículo 669° del Código Procesal Civil se tipifica el
Embargo en forma de Administración de Bienes, señalándose
que cuando la medida recae sobre bienes fructíferos, estos pue-
den afectarse en administración con la finalidad de recaudar
los frutos que produzcan. Cabe recalcar que esta clase de medi-
das puede ser solicitada por cualquier tipo de acreedor frente a
una acreencia no satisfecha.
Preliminarmente podemos afirmar que conceptualmente los
alcances de esta norma resultan ser los mismos que los de la
normatividad tributaria. Sin embargo, al seguir revisando la nor-
matividad procesal advertimos algunas diferencias importantes.
Efectivamente, el artículo 671° del Código Procesal Civil es-
tablece, según corresponda al bien o empresa, entre otras obli-
gaciones del administrador:
“(…)
1. Gerenciar la empresa embargada, con sujeción a su ob-
jeto social;
2. Realizar los gastos ordinarios y los de conservación;
3. Cumplir con las obligaciones laborales que correspon-
dan;
4. Pagar tributos y demás obligaciones legales. (…)”.
–––
(13) Se tratara de una medida cautelar o una medida de ejecución, conforme se ha dife-
renciado.
(14) La norma exige que el deudor tributario acredite de manera fehaciente: “(i) Que el
vencimiento de las obligaciones o las fechas de pago se producen durante la vigencia
del embargo en forma de retención. (ii) Que no cuenta con otros ingresos o deudas
por cobrar que permitan el funcionamiento de su negocio.
Queda a criterio del Ejecutor aceptar la solicitud. De aceptarlo podrá ordenar que se
reduzca el monto de la retención que el tercero esté por entregar o reducir los montos
que se retengan con posterioridad”.
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INFORME TRIBUTARIO
Es decir, a diferencia de la normatividad tributaria, el Inter-
ventor Administrador no tiene como función supervisar o verifi-
car la administración de los frutos o utilidades que produzca el
bien o los bienes embargados, sino una más amplia que es la
de gerenciar la empresa embargada con sujeción a su objeto
social.
Para determinar los alcances o atribuciones de quien geren-
cia una sociedad corresponde recurrir a la normatividad socie-
taria. Así, el artículo 186° de la Ley General de Sociedades, al
regular las atribuciones del gerente, prescribe entre las princi-
pales la de celebrar y ejecutar actos y contratos ordinarios co-
rrespondientes al objeto social, así como representar a la socie-
dad, con las facultades generales y específicas prevista en el
Código Procesal Civil(15). Por lo que correspondería la anotación
de esta Medida de Embargo en los Registros Públicos.
La norma procesal (el Codigo Procesal Civil) establece ade-
más la obligación del interventor administrador de cumplir con
las obligaciones laborales, las obligaciones tributarias y los gastos
ordinarios y de conservación. Es decir, la norma procesal hace
prevalecer, al igual que la norma tributaria (el CT y el Regla-
mento del Procedimiento de Cobranza Coactiva de la SUNAT),
la conservación de la fuente productora del bien o negocio en el
que al final se aseguran el pago de las acreencias necesarias
para el funcionamiento de la empresa y las legales. Sin embar-
go, advertimos que las normas tributaria y procesal tienen dife-
rencias sustanciales en la forma de aplicación de esta medida
de embargo que se explica a partir del alcance de las facultades
y obligaciones del Interventor Administrador.
3. La Medida Cautelar Genérica de Administración de Bie-
nes
La interrogante que surge a continuación es si es legal o
jurídicamente posible que la Administración Tributaria a través
del Ejecutor Coactivo pueda ordenar la medida de embargo de
Intervención en Administración que regula el Código Procesal
Civil en sus artículos 669° y siguientes, es decir, aquella que
permite nombrar a un Interventor Administrador que pueda ge-
renciar las empresas, tenga las facultades de representación de
la empresa intervenida conforme a los artículos 74° y 75° del
Código Procesal Civil y pueda celebrar y ejecutar actos y con-
tratos correspondientes al objeto social.
Al ser esta forma de embargo uno no regulada en el CT y su
Reglamento, y considerando la posibilidad legal de llenar estos
vacíos a través de la medida cautelar genérica, como institución
procesal creada para dicho fin, institución que además ha veni-
do utilizando la Administración Tributaria hace más de una dé-
cada en sus diversas formas conforme se refirió en el punto 2
del presente análisis y que han sido corroboradas en su legali-
dad por el TF en frondosa jurisprudencia, considerando ade-
más que la esencia de la medida cautelar genérica implica su
no tipificación y reglamentación debiendo respetarse en todo
caso las normas generales de la teoría cautelar, somos de la
opinión que es legal y jurídicamente posible que la Administra-
ción Tributaria a través de su Ejecutor Coactivo pueda adoptar
la Medida de Intervención en Administración de Bienes regula-
da en el Código Procesal Civil y siendo ella de alcances distintos
a la institución del mismo nombre que regula el CT, resulta cohe-
rente denominarla Medida Cautelar Genérica(16) de Administra-
ción de Bienes, la cual tiene conceptualmente la seguridad en su
aplicación racional ya que sus alcances normativos han sido
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ponderados y normados a partir del Código Procesal Civil, ase-
gurando teóricamente su correcta aplicación.
Más aún, si complementamos la institución referida con la
exigencia de la experiencia que deberá tener el Interventor Ad-
ministrador en funciones similares a la encomendada, que pres-
cribe la norma tributaria, y no la norma procesal, ello coadyu-
vará a la razonabilidad en la aplicación de este tipo de medi-
das de embargo.
Por ende, los cuestionamientos de que esta clase de medidas
podría resultar ilegales y desproporcionadas, así como que las
medidas cautelares solo sirven para el cobro de deudas tributa-
rias o que la Administración Tributaria no puede designar a un
Interventor Administrador, resultan ser, a la luz de lo expuesto
en el presente análisis, afirmaciones lejanas a la normatividad
procesal de manera específica, y tributaria general.
En tal sentido, la medida cautelar genérica de administra-
ción de bienes resulta ser una medida de afectación patrimonial
que como cualquier otra de embargo regulada por la normati-
vidad tributaria debe ejercerse respetando las reglas generales
aplicables a las medidas cautelares y las que establece el Regla-
mento del Procedimiento de Cobranza Coactiva de la SUNAT,
en su artículo 16°, como por ejemplo, haberse hecho las inda-
gaciones previamente a fin de que al adoptarse esta medida,
ella resulte ser la más adecuada para recuperar lo adeudado,
así como tener en consideración el costo-beneficio al adoptarse
este tipo de acciones y que ella tenga como objetivo garantizar
el pago de la deuda tributaria, inclusive las costas y gastos que
se devenguen hasta la fecha de cancelación de la deuda.
Finalmente, debe señalarse que aún si la norma tributaria
no hubiese regulado el embargo de intervención en administra-
ción de bienes con los alcances ya señalados, resultaría factible
la aplicación supletoria del Código Procesal Civil al procedi-
miento de cobranza coactiva por cuanto es compatible con su
naturaleza y porque de no ser así el Estado a través de la Admi-
nistración Tributaria sería un acreedor con menos posibilidades
legales que cualquier otro acreedor común para poder garanti-
zar o recuperar sus acreencias tributarias, lo cual es contrario al
principio de igualdad y a la esencia de la teoría cautelar.
En ese sentido, resulta importante señalar que los Ejecuto-
res Coactivos deben actuar dentro del marco normativo ya se-
ñalado, respetando las garantías del debido proceso y, de no
ser así, los contribuyentes tienen las herramientas necesarias
para poder direccionar el procedimiento conforme correspon-
da(17).
–––
(15) En los artículos 74° y 75° de dicho Código.
(16) O Medida de Ejecución Genérica de Administración de bienes, según se esté en una
etapa de ejecución, es decir, de empezar a ejecutar y no en proceso cautelar, confor-
me al doble rol del embargo analizado en el presente Informe.
(17) A través de la queja regulada en el artículo 155° del CT, o de la Demanda Contencio-
sa Administrativa que es posible ejercerla ante una actuación material de ejecución
que transgrede principios o normas del ordenamiento jurídico regulado en el numeral
4 del artículo 4° de la Ley Nº 27584, Ley del Proceso Contencioso Administrativo.