El nacimiento de la modernidad

Resumen: El texto trata de reunir la totalidad de una época, sin embargo, el autor hace
explicito el carácter diverso del concepto de tiempo, dejando en claro que lo que
corresponde como modernidad, no trascurre bajo una misma noción de tiempo, es decir, la
fecha del descubrimiento de América (1492) transcurre dentro del calendario gregoriano, y
no dentro de la diversificación astronómica de los calendarios de otras culturas, como lo
son : las asiáticas , árabes, mayas, incas entre otras. No obstante, es importante decir que
la revisión historiográfica propuesta por el autor se concentra en una visión teológica del
mundo como unidad; se habla de un renacer, es decir una época de optimistas que
transcurre entre España, Florencia y Roma; hombres que tienen como principal condición
la fantasía, soñar por un momento lejos de las invasiones turcas, moras y árabes. Todo
desde el espacio que se abre a partir de ese gran descubrimiento de los geógrafos clásicos
de Nuremberg que entre falsedades y conocimiento de una cierta tradición dieron un nuevo
aire a los pueblos europeos; que por primera vez, en los archivos históricos se demostraban
los rasgos fundamentales del mundo en el que vivimos.
Ideas principales del autor
La tesis principal que subyace a modo teológico y que permite descifrar el sentido del
descubrimiento de América y que, por usos de la tecnológica, la ciencia y el pensamiento
hemos decido llamar mundo por totalidad de lo descubierto; Se hace posible de cierta
manera gracias a la visión cristiana de la historia como vida, obra y resurrección. Es decir,
en la disputa entre los optimistas y pesimistas que conjuraban los peores males para
occidente, ganaron quienes en sus presagios y profecías se pusieron a conjurar como
virgilio sus sueños, con el fin de que estos se convirtieran en oro puro.
La tesis que de manera consecutiva seguirá dando sentido al texto, es aquella que guarda
especial rigor en hechos concretos como la expansión turca (otomana) e islámica, las
diferentes dificultades que presentaron Fernando e Isabel para impedir el avance moro,
aunque realmente su intención fuera todas menos frenar esta; cuyas verdaderas intenciones
era hacer de la guerra su negocio. Sin embargo, fueron hechos que desde la gran caída de
Constantinopla acelerarían la visión trágica del fin del mundo para occidente; pero que
elementalmente empezaría a constituir la importancia de una nueva mirada. Hombres de
ciencia, comercio y finanzas empezaran a mirar hacia otros lugares, esperando de algún
modo, que los hombres de occidente pudiesen abrirse a la comprensión de los vientos
alisios, de las rutas de navegación, de los sistemas de comercio, entre otras cosas, esto con
el fin de descubrir el exquisito sabor del mundo en su totalidad.
Otra tesis anticipatoria del optimismo declarado, son los hechos sucedidos en Nuremberg
por parte de Behaim, quien habiendo construido el globo terráqueo llevo a declaraciones
tales como “las de san fráncico de Borja quien escribió a su tío una carta de agradecimiento
por haberle regalado un globo terráqueo, en la que decía no haberle reparado en lo pequeño
que era el mundo hasta haberlo tenido en sus manos. Al igual que Colon, que baso su teoría
de que el atlántico era estrecho y navegable en la convicción de que, como el mismo dijo,
<< el mundo es poco>>(…)” ( Como se cita en) , a propósito de lo mencionado
anteriormente Behaim no hubiese logrado su fama sin el temor a las maravillas divinas de
Georg Holzschuher quien decidió fomentar y organizar el proceso de fabricación del globo
terráqueo. Todo desde su posición de edil y comerciante de la gran ciudad de Nuremberg.
Por lo tanto, no es de extrañarse que la ambición de Behaim lo llevase a tomar
conocimientos obtenidos de la tradición greco-romana como los del gran bibliotecario de
Alejandría Eratóstenes , quien midió por primera vez la circunferencia del planeta, de la
cual más adelante para sorpresa de todos resultaría ser cierta.
Es así que los conocimientos geográficos antiguos y cartográficos empezaron a divulgar en
el mundo un aire de sorpresa, el descubrimiento de la imprenta, las especias, entre otras,
tuvo como resultado una nueva era de hombres a los que el mundo les resultaba insuficiente
y que por lo tanto les sería necesario dominar la totalidad del espacio para su beneficio.
Comentario critico:
Es importante rescatar por parte del autor que leyendo los distintos documentos, crónicas,
declaraciones, poetas y humanistas, encuentre en aquellos hombres de grandes re nombres
como Felipe, Isabel,Behaim errores humanos que instalan un tipo de mentalidad basada en
la fantasía y los deseos. Por tanto, resulta curiosa la advertencia del autor de no describir las
experiencias concretas vividas en aquel momento, la causa es que aquel año (1492) no es el
mismo para todo el mundo.
Ahora bien , tambien es importante leer dicha mentalidad teniendo presente lo que parece
ser una forma de lectura del autor que me resulta bastante curiosa, ya que parece tener una
estrecha relación con la lectura hermenéutica propuesta por mauricio ferraris. La división
que realiza Armesto es la misma división que realiza Ferraris, y sino no lo es pareciese
que lo llegase a ser por mucho. La división es tal que ferraris dice que la historia es una
desde la antigüedad ( entendida como Grecia y roma) y otra con la cristiandad. La razón de
su declaración radica en la posibilidad de hacer visible el origen de una forma de historia ,
pero salvaguardando, que no existe ninguna historia, es decir, el problema de lo trajico y lo
cómico hace que la historia sea posible de una manera tal que no exista algo así como la
historia, ya que la historia como línea dice maurizio ferraris la conocemos por la santísima
trinidad . por la forma en que la historia se vuelve hacia su cristiandad, de alli que una de
las ideas principales del autor me resulte demostrar esta especie de teología de la historia,
donde 1942 sea una resurrección, es decir, la tierra prometía, el desencanto y un nueva
vida, esto resulta como una explicación coherente en la medida en que muestra el fantasear
de los hombres de la época con la aparopiación de su historia cristiana.