La danza, en cualquiera de sus formas, nos revela el estilo especial de vida del hombre de una
determinada época. La danza primitiva, mas adelante convertida en folclor, se caracteriza por la
naturalidad, espontaneidad y autenticidad de sus movimientos. Completamente libre de artificios
busca únicamente la expresión de emociones y sentimientos, en los que la relación del hombre
con la naturaleza y el poder religioso cumplieron un rol fundamental. El ballet clásico, surgido en
una sociedad llena de artificio, se caracteriza, a su vez, por su movimiento artificial, estereotipado,
creado por el hombre, en que la técnica elimina lo espontaneo, el ropaje se torna exhuberante y
majestuoso y la plasticidad prima sobre la naturalidad en busca de lo espectacular. Podemos decir
que en ambas existe belleza, pero su esencia es muy diferente.
El ballet clásico ocupo un lugar de privilegio en la sociedad moderna al ir ganando cada vez en
sofisticación y tecnificación hasta alcanzar una plasticidad y espectacularidad.