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El impacto de la primera infancia en la definición de la personalidad de niños peruanos

no es determinante, ya que en el transcurso de su desarrollo adopta cambios


psíquicos y emocionales.

Argumentos:

Argumento N° 1: El impacto de la primera infancia en la definición de la


personalidad de niños peruanos no es determinante, ya que en el transcurso de
su desarrollo adopta cambios neurológicos, lo cual se evidencia en lo afectivo y
cognitivo.

Refieren los autores Gómez-Andrés, Pulido, Fiz (2015), “el desarrollo psicomotor
implica los cambios neurológicos en las habilidades motrices, cognitivas, emocionales
y sociales del niño, desde el periodo fetal hasta la adolescencia. El término suele
limitarse por consenso a los primeros dos años de vida”. (p. 640 i.e.1) Esto quiere
decir, que el desarrollo neurológico involucra los cambios en las capacidades motrices,
afectivas, cognitivas y sociales del niño, iniciando desde la etapa fetal hasta la
adolescencia y esto incide determinantemente en la definición de la personalidad de
los niños, puesto que el desarrollo de la personalidad será fuertemente influenciada
por los cambios neurológicos que vive el niño. La demostración de lo afectivo y lo
cognitivo por parte del niño en el transcurso del desarrollo de su personalidad será la
prueba más fehaciente de su evolución personal.

Se valora este argumento de forma positiva puesto que, los cambios neurológicos que
se presentan en el organismo del niño si van a influir sobre el desarrollo de su
personalidad, por lo tanto se recomienda fomentar la inteligencia emocional y/o
afectiva, la percepción, la atención, la memoria, el pensamiento y el lenguaje todo lo
cual constituye procesos afectivos y cognitivos que forman parte de la vida cotidiana
del niño.

Respaldo 1: afectivo

La demostración de lo afectivo evidencia los cambios neurológicos, al respecto la


autora Martínez (2008) esboza que se puede “definir el apego como un vínculo
afectivo que se forma con alguien especial, que persiste en el tiempo, que hace que se
tienda a buscar la proximidad con esa figura y que es fácilmente observable desde el
primer año de vida de cualquier niño, en cualquier cultura. La conducta que se observa
en el vínculo afectivo no es exclusivamente humana, pero sí lo es el papel primordial
que juega en la competencia autobiográfica afectiva futura, en cuanto a calidad de las
relaciones interpersonales, autoestima, salud emocional e, incluso, en los vínculos
afectivos con los hijos y el tipo de relación de pareja en la edad adulta.” (pág. 299)

Esto quiere decir que el conocimiento de sí mismo está unido profundamente al rol que
el afecto y las emociones encarnan en este proceso, que a su vez está influido por los
vínculos afectivos que establece el niño con las personas mayores y con sus iguales.
Es necesario acotar que el rasgo fundamental del vínculo afectivo es la proximidad
entre los dos miembros, por tanto la amenaza de esta unión produce ansiedad y
frustración, por el contrario el mantenimiento de un vínculo firme es fuente de
seguridad, sosiego y alegría.

En la misma línea se encuentra el autor Macmillan (2018) quien plantea “el desarrollo
afectivo es un proceso que da comienzo desde el momento en el que el niño establece
sus primeras relaciones. (…) Precisamente la calidad de estos primeros encuentros es
lo que determinará la manera en que el bebé interpretará las relaciones humanas, y
posteriormente, influirá en la manera en que el niño desarrollará su afectividad y
expresará sus emociones y sus sentimientos. El establecimiento de los vínculos
afectivos a edades tempranas resulta de vital importancia, ya que el desarrollo afectivo
actúa como motor o estímulo en el desarrollo integral del niño, lo que favorece la
adquisición de conductas sociales, capacidades cognitivas, normas morales, etc., que
a su vez influirán en el propio desarrollo de los afectos.” (p. 7)

Esto quiere decir, que el desarrollo afectivo es uno de los aspectos más importantes
de la persona, ya que está enlazado al resto de las manifestaciones del ser humano,
como la personalidad, las relaciones sociales, la sexualidad, entre otras. Esto quiere
decir, que las emociones concurren en todos los espacios de la vida, por ello es de
gran importancia la formación de las relaciones afectivas en el transcurso de los
primeros años de vida. Tomando en consideración esto, se puede definir el desarrollo
afectivo-emocional como un conjunto de emociones, sentimientos y elementos de
naturaleza social que conforman la correspondencia del individuo con su medio
personal y social.

Se valora estas opiniones, ya que la posesión más resaltante del individuo, es su


capacidad de constituir y conservar relaciones afectivas necesarias para poder
aprender, sobrevivir, amar, trabajar y engendrar. El niño presenta en su desarrollo de
personalidad cambios neurológicos que se afianzan sobre todo en las relaciones
humanas desplegadas de muchas formas, pero las más intensas, son las que causan
placer y a veces dolor, sobre todo las que tienen que ver con la familia, amigos y
personas amadas. Por ello es recomendable cuidar las relaciones afectivas del niño en
esta etapa de la vida, puesto que es ahí donde crea un círculo interno de relaciones,
en las que queda vinculado a otros con un “adhesivo emocional. 

Respaldo 2: cognitivo

Sobre el asunto opina la autora Linares (2008) que “se entiende por desarrollo
cognitivo al conjunto de transformaciones que se producen en las características y
capacidades del pensamiento en el transcurso de la vida, especialmente durante el
período del desarrollo, y por el cual aumentan los conocimientos y habilidades para
percibir, pensar, comprender y manejarse en la realidad. Entre las diferentes teorías
que describen el desarrollo cognitivo, nos centraremos en dos de las más importantes:
las Teorías de Piaget y las Teorías de Vygotsky. La teoría de Piaget nos ayuda
entender cómo el niño interpreta el mundo a edades diversas. La de Vygotsky nos
servirá para comprender los procesos sociales que influyen en la adquisición de sus
habilidades intelectuales.” (p. 2)

Esto quiere decir que el desarrollo cognitivo es el resultado de la voluntad de los


individuos por concebir la situación y desempeñarse en la sociedad, vinculándose a la
capacidad natural que tienen las personas para acomodarse e integrarse a su
ambiente y entender su realidad.

De igual manera Piaget, citado por Ordoñez & Tinajero (2005), citado por Albornoz &
Guzmán (2016), expresa que “el desarrollo cognitivo es el producto de los esfuerzos
del niño y la niña por comprender y actuar en su mundo. En cada etapa el niño
desarrolla una nueva forma de operar, este desarrollo gradual sucede por medio de
beneficios interrelacionados con la organización, la adaptación y el equilibrio. (p. 187)

Esto quiere decir que el desarrollo cognitivo en la presunción del Procesamiento de la


Información se fundamenta en primer lugar en una captación por medio de los
sentidos (registro sensorial), teniendo en cuenta principalmente la teoría de Piaget en
cuanto a que la cognición de un niño es beneficiaria de sus propios rasgos, esta
especificidad es la que admite el proceso del desarrollo del pensamiento del niño en
contacto con el ambiente que lo rodea. Por ello se recomienda fomentar la percepción
y la memoria, el pensamiento y el lenguaje pues con ello se constituyen los procesos
cognitivos que integran la vida diaria del niño.

Argumento N° 2: El impacto de la primera infancia en la definición de la


personalidad de niños peruanos no es determinante, ya que en él se ve
evidenciado en sus cambios emocionales ya sea en su humor y en la búsqueda
de la exploración con el medio exterior.

 
Según Haeussler (2000), "El desarrollo emocional o afectivo se refiere al proceso por
el cual el niño construye su identidad (su yo), su autoestima, su seguridad y la
confianza en sí mismo y en el mundo que lo rodea, a través de las interacciones que
establece con sus pares significativos, ubicándose a sí mismo como una persona
única y distinta. A través de este proceso el niño puede distinguir las emociones,
identificarlas, manejarlas, expresarlas y controlarlas. Es un proceso complejo que
involucra tanto los aspectos conscientes como los inconscientes" (pág. 55).

Esto quiere decir que, el desarrollo emocional o afectivo se representa con los
cambios emocionales que se observan dentro del proceso a través del cual el niño
construye y desarrolla su personalidad en su contexto, salvando las relaciones que
construye con sus iguales, para convertirse en una persona diferente. Estas opiniones
se valora positivamente, ya que exponiendo este proceso el niño logra apreciar las
emociones, manejarlas, identificarlas, controlarlas y expresarlas, el cual involucra tanto
los aspectos consientes como los inconscientes, lo que provoca la definición de la
personalidad del niño, evidenciado en sus cambios emocionales ya sea en su humor y
en la búsqueda de la exploración con el medio exterior. Se recomienda controlar los
cambios de humor que pueden afectar al niño y permitir que explore su entorno, su
contexto para que estimule su desarrollo de personalidad.

Respaldo 1: Cambios de humor

De acuerdo a Fernández (2014) los “cambios de humor o de personalidad están a la

orden del día, además, son súbitos, rápidos y sin aparentes excusas o razones, en

especial la irritabilidad. Así, también surge una suerte de indiferencia o una falta de

interés generalizado, a veces se trata de una actitud que escogen como defensa a la

intrusión adulta. Los cambios de humor repentinos sin causa aparente, una depresión

profunda y un enojo desbordado son algunas de las emociones en esta etapa de la

vida”. (p. 452)

Esto quiere decir que las alteraciones en el estado de ánimo o los cambios de humor

repentinos consisten en una serie de vaivenes emocionales que aparecen de forma

súbita y en las que la persona experimenta diversas emociones en un plazo de tiempo

muy corto. En estos momentos la persona puede pasar de un estado de ánimo jovial o
satisfecho a una angustia profunda o un nerviosismo intenso sin que ocurra nada que

lo provoque de manera directa o consciente.

Para Martínez (2018), “los cambios de humor repentinos o del estado del ánimo son

altibajos emocionales”.(p. 1). Esto quiere decir que la persona percibe algunas

emociones distintas en un breve lapso de tiempo, estos cambios pueden tratarse de

una enfermedad o un síntoma y suelen estar acompañados de más problemas físicos,

psicológicos o del contexto. Por ejemplo, se puede pasar de percibir alegría a percibir

tristeza, de modo súbito y sin causa que lo explique.


Estos cambios pueden ser considerados bruscos y suelen interferir en la vida social
y/o en otros aspectos de su vida (académica, laboral, pareja, entre otras) del individuo.
Habitualmente los cambios de humor suelen estar atribuida a mujeres en ciertas
etapas de su vida, pero no es determinado para ningún género, se puede dar en
edades diferentes (niños, adolescentes y personas mayores).

Estas opiniones se valoran de forma positiva, ya que el desequilibrio emocional puede


producir muchas interferencias en el ritmo de vida diario del niño, tanto a nivel
personal como social o laboral. Por ello se recomienda, ante estos cambios de humor,
mantener el control e intentar llevar a la calma al niño afectado.

Respaldo 2: exploración del medio exterior

De acuerdo con Malaguzzi (2001) “El niño aprende interaccionando con su ambiente,
transformando activamente sus relaciones con el mundo de los adultos, de las cosas,
de los acontecimientos y, de manera original, de sus coetáneos. En este sentido
participa en la construcción de su yo y en la construcción del yo de los otros”. (p. 58)

Esta experiencia de actuar y de relacionarse en el tiempo y en el espacio con las


personas, objetos, situaciones, sucesos y contextos, propicia un proceso de
construcción de sentido de lo que es y pasa en el mundo, y de lo que implica habitar
en él. Esta construcción de sentido, en la que intervienen las capacidades con las que
se nacen es un proceso recíproco: las niñas y los niños significan y dan sentido al
mundo en el que viven y, a su vez, ellas y ellos se van conformando como sujetos del
mundo a partir de lo que reciben de él.

En la misma línea se encuentra la opinión del Ministerio de Educación de Colombia


(MinEduCo, 2014) quien ha planteado que “explorar el medio es una de las actividades
más características de las niñas y los niños en la primera infancia. Al observarlos, se
puede ver que permanentemente están tocando, probando, experimentando y
explorando todo cuanto les rodea; ellas y ellos están en una constante búsqueda de
comprender y conocer el mundo. Un mundo configurado por aspectos físicos,
biológicos, sociales y culturales, en los cuales actúan, interactúan y se interrelacionan
con el entorno del cual hacen parte”. (p. 13)

Esto quiere decir, que en el desarrollo de la personalidad del niño, la exploración del
medio involucra que se aprecie, se proteja, se guarde y se promueva la búsqueda,
indagación y el planteamiento de preguntas dirigida a que los niños y adolescentes
tengan curiosidad de conocer y apreciar todo lo que les brinda el mundo.

Estas opiniones se valoran en forma positiva, ya que se hace necesario acotar que es
claro que este proceso de exploración del mundo exterior toma más peso cuando se
habla de los primeros años de vida, ya que es aquí donde se puede demostrar que la
apropiación de varias conductas positivas y enriquecedoras forjarán niños
empoderados de sí mismos, confiados y autónomos, que viven su contexto desde su
mirada y su actuar, sin prejuicios o limitaciones. Por ello es recomendable que en este
período en el que se precisa por parte del niño una observación exhaustiva del
ambiente se oriente al niño y se trate de predecir los cambios que se aproximan en el
desarrollo de la personalidad. Si el niño hace una buena exploración del ambiente
puede anticipar los cambios y las tendencias antes de que se presenten en su entorno.
REFERENCIAS

Albornoz, E. & Guzmán, M. (2016). Desarrollo cognitivo mediante estimulación en


niños de 3 años. Centro desarrollo infantil Nuevos Horizontes. Quito, Ecuador.
Universidad y Sociedad [seriada en línea], 8 (4). pp. 186-192. Recuperado de
http://rus.ucf.edu.cu/

Fernández, A. (2014). Adolescencia, crecimiento emocional, proceso familiar y


expresiones humorísticas. EDUCAR, vol. 50, núm. 2, julio-diciembre, 2014, pp.
445-466. Universitat Autónoma de Barcelona. Barcelona, España

Gómez-Andrés D., Pulido I., Fiz L. (2015). Desarrollo Neurológico Normal del Niño.
Pediatr Integral 2015; XIX (9), pp. 640.e1–640.e7. [Revista Digital]

Martínez González C. Desarrollo del vínculo afectivo. Introducción. En: AEPap ed.
Curso de Actualización Pediatría 2008. Madrid: Exlibris Ediciones; 2008. p. 299-
301.

Linares A. (2018). Desarrollo Cognitivo: Las Teorías de Piaget y de Vygotsky. Libro


digital. Centre Londres 94 Familianova-Schola. Universitat Autonoma de
Barcelona. Barcelona, España.

Haeussler Isabel, “Desarrollo emocional del niño”, incluido en Grau Martínez A y otros
(2000), Psiquiatría y psicología de la infancia y adolescencia. Editorial médica
Panamericana. España.

Martínez (2018). ¿Sufres cambios bruscos de humor? “Hoy te quiero y mañana no”.
Health, Brain & Neuroscience. Revista Digital. Pp. 1-5

Malaguzzi, L. (2001). La Educación Infantil en Reggio Emilia. Barcelona: Octaedro.

MinEduCo (2014) La exploración del medio en la educación inicial. Documento N° 24.


Bogotá, Colombia 2014 ISBN 167322 Ministerio de Educación Colombia.
Recuperado en: www.mineducacion.gov.co

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