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Kaili blues

Kaili Blues (2015) es la primera obra del asombroso Bi Gan. Aquí, él hace una reminiscencia del
tiempo y los sueños: un doctor debe viajar a un lejano y apesumbrado pueblo para encontrar a su
sobrino y llevar un encargo de la compañera con la que trabaja. Durante su viaje, a bordo de un
solitario vagón, se verá inmerso en un olvidado y pequeño pueblo a la orilla de un río tan calmo
como un reloj, en donde su pasado, presente y futuro convergen en un mismo tiempo, en un
mismo sitio. Sin embargo, pareciera que él no es consciente de ello, su melancolía no le permite
darse cuenta que está siendo testigo de su propia historia. A él simplemente lo llevan esos
incomprendidos impulsos humanos que determinan tantas de nuestras decisiones, y nuestra vida
ciertamente. Sin comprender exactamente el por qué o la nostalgia que esto le provoca, Chen se
deja llevar por esos impulsos y, sucumbe sin resistencia alguna a reencontrarse y descubrirse en la
inmensidad de tristezas que demarcan su vida. El espectador es el único en esta narración capaz
de discernir la naturaleza de sus actos, asimilar las heridas oscuras del pasado de Chen, para así
darle sentido a su aflicción y a la pobreza profunda que consume lentamente al marginado pueblo
en que él hace una reminiscencia del tiempo y los sueños.

Un filme que explora una China tan profunda y mísera como olvidada, que recorre desde sus
agrietadas calles hasta sus sucios antros, que hurga y penetra en la vida de un hombre arraigado a
este olvido, que es testigo de una tradición cultural resquebrajada por el tiempo, reducida a un
mero mito. Un filme que a cuerda de símbolos y poesía pura, logra calcar con pulcritud la nostalgia
que ahoga la vida de un hombre.

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