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Deersas de acceso de a psién po hablar y dscute que tenfan los anciguos 59s tic haba que recordares que debian volver as bors rurales. in Thar y das encontramos también el mito dela decadencia de Jos seres humanos a través del tiempo. Segtin ‘Hesfodo, existieron cinco to dso ert lade oo, lade plata, la de bronce, lade los héroes a Ailtima, la de hierro. Tos dioses, primero, cearon [a etizpe humana de oro la primers generac de sere mortaes que vivian como dies sin preocupacio- fhes: no conocian la vejez y carecian de ‘maldad. Posefan todo tipo de ale- gras el campo produciaabundantesy excelens frutos. Estos seres aerpales eran ricos en rcbafos y rendian culo alos doses. Perot da TJaas decid que viveran bajo tierra; como benignos protectors de los Potpales yen vu veemplaz0, cre una este mucho peo: de plata ‘Durante los primeros cien afios de vida, vivian junto 2 8 madre sin. preocupaciones. Al legar ala edad adults, moran al poco tiempo, ya mre eran muy violents y no respetaban 2 los doses Zeus los sepultd bajo tierra. Luego el todopoderoso ‘Zeus cred la tercera estirpe: la de bronce. A los hombres de bronce, s6lo le importaba la guetra, eran soberbios y tenfan el corazén de metal. La tierra también los sepulté. En supa ced Zeus a cust espe. Era justly Wrest Te divi- side los hétoes ques laman semidios raza que nos precede sobre la tierra sin limites”. La Gltima estirpe es la de hierro. Los hombres de fiero munca podrin mantenerse sin tabsiat, los dioses es dardn POW fnentes preocupaciones, pero también ‘es ocasionardn penas y alegrias. ann espe lgé a su fin, erin Hesfodo, porque “El padre nos mo hos i Tos hijos al padre; el anfiion no apreciard a so Piasped i el amigo au amigosy nose avert al hermano como an DDespreciarn asus padres apenas e gan vijos yf insulearén con iloms palabras, cruclmente (sy unos saquearin ls ciudades de los se Wingnreconocimient habré par cl que cumple con [a palabra t-pain honrado sino que tend 6 mas considera MTnathechory l hone violent. La justia esarten a fuera de ‘manos, y no existed cl pudor” @rertas de acceso "Abandonemos a estos sere malvados y vlvamos a aquellos que r0¥- aban «as divnidades por su bella y sentido del honor os héroes. ad de los héroes fue muy breve. Todos los que combatieron cm la guerra de Tioya perteneciron ala cuara estirpe huranas igual que la ages familia de Edipo, que rciné en Tebas. Si bien los héowes eran sor tales, tenfan excelencas o virtudes que los hacfan semejantes & os dioses. Segiin Hestodo, los héroes habitardn para siempre y pot orden de “Zeus, kjos de los morales, en los confines de la serra, en a la de los Bienaventurados, en medio del océano. Permanecen felices, con dl cora- on sin preocupaciones. St isa produc ruts dues como la mic. Las excelencias o virtudes de los héroes EL héroe pertenecia als aristos’ (en grego: ‘distinguidos)y wena una serie de encelencias 0 ares, denominadas por ls romans virtudes 1 filsofo y fldlogo alemn Werner Jaeger (1881-1961) sostiene, cen eas esuadioe sobre la cosmovisin gricga", que I areréen su sentido Griginal y tradicional, era la desteza guerera Sin embargo, Y= 6 ha primera obra de Homero, la dada, la areté no silo cs una fuerza isica epmpanada de gran valenia, sino que él poet le suma La integtidad ‘Spiritual. Para Jaeger, as obras de Homerosirven al educacion de los jévenesgriegos como un modelo de conducta para imiar y de con- ductas por rechazat. Lacrarife, primero, deblan pertenecer a una estirpe destacada- Por esto, se sienten orgullosos al mencionar la familia a la que per- vor cam, gu nobleza de sangre. El héroe se jacta de descender de un largo y valiente linaje: Fim Gaclimer epemon To pba aaa, que wiamos prs denominators, San ie qe pertenccen aa nab. Tambidn arial, sii ee cio como I forma de gobierno del noble arisen aera © poder de los superior) roe te vecgs Pads. Bs. As. Fondo de Caer Ecos, 1995. Qoerias ae acceso Eneas le respondis y dijo: ~iPélidat(...) Ambos sabemos nuestro linaje y conocemos a nues- ‘ros progenitores por los famosos relatos quc hemos oido a las mor- tales gentes, que de vista ni thas conocido a los mis ni yo a los tuyos Dicen que ti ers la prole del intachable Pelco, y que tu madre es la mari na Tetis la de bellos bucles. Yo, por mi pare, hijo del magndnimo ‘Anquises, me jacto de haber nacido y de que mi madre es Afrodi Miada, Canto 20, 199-209" Al resto de las excelencias o virtudes, podemos clasificarlas en tres tipos. En primer lugar, las excelencias flicas, como la belleza y la fuerza; en segundo lugar, las excelencias expirituales, como el valor, la elocuen- cia, la sabidurfa; y en tercero y tiltimo término, las excelencias morales y ligioxas la moderacién, que significa no ser inflexible, ni inexorable y ser modesto en la consideracién del propio vale; la piedad, que ence- rraba dos caracteristicas esenciales: el respeto 0 pudor (aidés) y el temor (iebas) por los dioses, que siempre estaban atentos a castigar a 4os hombres por su impiedad (asebia). Ademis del concepro de areté y de las excelencias 0 virtudes, existen ‘otros concepros importantes que nos ayudarin a comprender el mundo de Homero que, lejano en el tiempo, es la fuente mas precisa que tene ‘mos del nacimiento de lo que hoy conocemos como la cultura occidental, sdecr, la nuestra Con respecto a la bellesa, debemos aclarar que los griegos utiliza- ban una misma palabra para nombrar lo “bello” y lo “bueno”: kalés. Es decir que no diferenciaban lingiifsticamente lo que estaba bien de lo que era bello (lo mismo sucede con su anténimo kakés, que significaba tanto ‘feo’ como ‘malo’) Nosotros tampoco, en muchas ocasiones, no hacemos diferencias entre los dos adjetivos; por cjemplo, cuando decimos que alguien es una bella persona, no nos referimos especificamente a su aspecto exterior, sino "Ts as cias des Madson naan de mers Mada: Medd, Bec Wika Gos 2000, Taduccin de Emilio Crapo Games Qeertas de acceso que hablamos de sus cualidades morales. Ya que tanto los griegos anti {gu0s como nosotros solemos considerar que las virtudes espirieuales se Feflejan, con frecuencia, en el aspecto exterior de las personas. Aunque ‘muchos de nuestros contemporineos parecerfan querer realizar el proce- so contrario: tener un bello exterior para poder sentirse mejor interior- mente. La excelencia espiritual se ha trasladado del campo de batalla a los quit6fanos de los cirujanos plisticos. ‘También es importante observar cémo la elocuencia, es decir, el domi- nio de la palabra, es una virtud espiitual, ya que permite aliviar los males sin violencia. El héroe utilizaba la palabra para dar consejos y érdenes. Hoy también valoramos a aquellos que nos hablan en forma apropiada, y «casi imposible imaginar que alguien pueda llegar a ser un conductor 0 lider si no domina la palabra. Destacamos la madenacién o prudencia, pues la mitologia gricga nos ‘muestra innumerables caidas de sus hombres superiores a causa de la hybris 0 desmesura. Sobre todo, en las tragedias de los dramaturgos ‘sriegos", se representa cl momento de debilidad del héroe, su hybris, su aspecto més humano: sus errores y sus excesos. Por ejemplo, en Antigona, la tragedia de Séfocles", en cl éxodo", el coro termina la ‘obra con estas sabias palabras que conviene recordar: “La prudencia «s la primera condicién para la felicidad; y es menester, en todo lo que a los dioses se refiere, no cometer impiedad; pues los insolentes arrebatos que castigan a los soberbios, con atroces desgracias, les ‘ensefian a ser prudentes en la vejez”” En la cosmovisién griega, los héroes no poseen la totalidad de las virtudes ya que los dioses reparten dones proporcionalmente a los mortales, compensando, muchas veces, un sufrimiento con un don 0 regalo divino. También porque las excelencias se ven contaminadas Toss andes wg gigs vvon durante Taig Va, Cy Ron, orden aomlogioe xq (525-456 a. C),Sfodes(496-406 aC) y Epes (485-406 C) ° Werner Jager: idea. BAS, Fondo de Calera Exndenc, 1993, “El dds eal ima sparc de coro en as waged " Sélocle:Edipo-ry Amigo (aged). Bs. Ae Editorial Gioia, 1977. Taduecidin de Jost Alemany Boller @Qeertas de acceso por defectos propios de los seres humanos: la envidia, la ira, la soberbia, los celos. En los tiempos de Homero, el poseer excelencias no bastaba para ser un héroe, se debia tener una conducta excepcional. Por esto, un aristos estaba obligado al ejercicio de su areté, incluso frente a la muerte. A su vez, debia tener respeto por la areté ajena ya que la falta de respeto por la virtud del otro ofendia tanto al ofendido como al ofensor. La honra del héroe, entonces, nacfa de sus virtudes y del es- peto de las virtudes del oponente. 1a falta de respeto nos lleva a uno de los defectos mayores de los humanos: la soberbia. Sus consecuencias son funestas para el héroe, pues lo conducen a la impiedad, cuando su conducta traspasa los, Imites de lo aprobado por los dioses; es decir, cuando el héroe sien- te que es mis sabio que todos los demés y no escucha consejos ni plegarias, cntonces, cae en desgracia o fatalmente muere. En la época de Ulises, el héroe ocupa un lugar central; y todo lo aque lo rodea también tiene grandeza y virrud: sus caballos, sus armas, sus naves y otros objetos reciben las excelencias de su poseedor. Aquiles y Ulises: dos héroes, dos destinos Estos dos heroes son los protagonistas de cada una de las obras de Homero. Mucho se hablado de ellos desde la Antigiiedad. Los mismos sgriegos han discutido largamente sobre las cualidades y defectos de uno y de otro; y resultan un buen ejemplo de los cambios que el hombre griego realizd desde la época de la guerra de Troya (siglo xi. C.) hasta los tiem- pos de Homero (siglo vit a. C). La Tada narra un episodio de la guerra: la clera (en griego: meni) de ‘Aquiles. Asi comienza Homero la narracién: La célera maldia, oh diosa del Pelida Aquiles.que causé a los aqueos incontables dolores, precipit6 al Hades muchas valientes vidas de hérocs y a ellos mismos los hizo presa para los perros y para todas las @eertas de acceso aves ~y aise cumplia el plan de Zeus~ desde que, por primera ven, se separaron tras haber refido el Atrida,soberano de hombres, y Aquile, de la casta de Zeus. Mada, Canco 1, 1-7 ‘Una pasién entre todas era la que perdfa a los humanos: la bybris. Tisai pita soci vosen‘denenlmne, ai ee insolencia, soberbia, arrogancia’. Es lo opuesto a la prudencia, a la areté esperable en todo héroe, en todo conductor. Aquiles deja de lado [a guerra por un enfrentamiento personal con el més poderoso de los sriegos, Agamendn, quien pretendia quedarse con una joven esclava que habja sido otorgada a Aquiles. ‘Aquel que estd poseido por la hybris se convierte en un dpolis, uw fuera de la sociedad de los demés. baci que sus oe an los tinicos verdaderos y no acepta consejos ni pedidos. Agamenén envia a Aquiles una embajada para que deponga su actitud y para que vuelva a la lucha, pero el hijo de Tetis y Peleo no atiende ninguna razén, No escucha los sabios consejos de Ulises. Entonces, a punto de comenzar el regreso de Aquiles a su patria, toma la palabra el anciano Fénix: Mas, Aquiles, doblega tu altivo énimo. No debes tener el corazén Aespiadado. Los propios dioses son flexible; y eso que su supremacia, su honra y su fuerza son iayores. Pero incluso a ellos, con ofrendas y amables plegarias, con libaciones y grasa de victims, los hombres los aplaca, Mada, Canvo 9, 496-500 Ayax, también miembro de la embajada agrega: ‘Aquiles ha vuelto feroz el magninimo corazén que hay en su pecho. jl cruel, y nile inmuta la amistad de sus compafieros. Mada, Canto 9, 628-630 QDeerias te acceso «la inmortalidad: seguir viviendo, como recuerdo grato, en la memoria de los corazones de quienes nos sobreviviran. Héroes contemporineos Nuestros héroes actuales, ficcionales o de carne y hueso, parecen muy Iejanos de los homéricos. Aunque si observamos un poco més, podemos ver que todavia permanecen algunos rasgos. Todos tienen una ‘excelencia: una bella vor 0 una “zurda” de oro, pueden dominar la ‘magia o volar con una S en el pecho por Nueva York... Tienen elemen- tos que los distinguen: la vestimenta, un instrumento musical, una raqueta, una marca en la frente. También manificstan debilidades, y algunos pecan de soberbios. Suelen ser bello, y sus rostros aparecen por todos lados. Son buenos en las notas de las revistas y en programas de ‘moda. Y, cuando caen, son victimas de las harpias que, para los griegos, ran unas diosas muy crueles y vengativas. embargo, hay una diferencia que deberfamos destacar. Aquiles y Ulises debieron demostrar, primero, que eran héroes, para luego ser conocidos y recordados por todos. En nuestros dias, pare- cerfa ser que tener tna imagen conocida, salir en televisién y en las revistas, estar en la web y ser muy popular es la primera condicién para poder ser héroe. Pareciera que cada época imagina o construye sus héroes y se ve ‘eflejada en sus costumbres, sus aspiraciones, sus inseguridades y en sus errores. Muchos caerin en el olvido; s6lo algunos, muy pocos, permanecerdn para siempre en nuestra memoria, pues como dijo Borges, el tiempo es el mejor filtro para las obras literarias: “Lo que un hombre no puede hacer, las generaciones lo hacen”, "7 orgs Jorge Las Ea Plog « Neen Anois Povo. Buenos Aires, Club Braga, 1980. Doers te acceso Preembarque Aquello que los investigadores y especialistas llaman la cuestién ‘homérica, € decit, todos los estudios, versiones, descubrimientos, discu- siones y controversias existentes sobre Homero y sus obras nos llevarian por extensos caminos de complejo transitar. ‘Aqui sélo quisimos comenzar un grato didlogo entre ustedes, jove- nes lectores, y el mundo del relato clisico. Comenzarin muy pronto a saber de naufragios y sirenas, héroes perdidos, mujeres magas, mares profundos y reinos extrafios. Pénganse cmodos y presten atencién: comienza el vigj.

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