CURSO DE MECÁNICA DE SUELOS

MÓDULO 1. INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA DE SUELOS

DOCENTE:

JUAN JOSE PÉREZ

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MÓDULO 1. INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA DE SUELOS

.- ÍNDICE:

1.1. Generalidades

1.2. Historia de la mecánica de suelos

1.3. Origen y formación del suelo

1.4. Uso y empleo del suelo

1.5. Los suelos en ingeniería geológica

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1. INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA DE SUELOS

1.1. Generalidades

El presente curso de mecánica de suelos pretende ofrecer las herramientas básicas

necesarias para abordar con éxito el análisis y las soluciones vinculadas con el manejo de los
suelos en la práctica de la ingeniería civil y afines.

El vocablo suelo deriva de la palabra latina "solum" con la que se denominaba a la superficie
sólida de la Tierra, que solo constituye, con sus 149 millones de km², al 29 % de la superficie
del planeta, que alcanza los 510 millones de km².

La idea o concepto de suelo es compleja y ha ido evolucionando con el tiempo, presentando

diferencias conceptuales según la disciplina que lo describa. Así, desde un punto de vista
geológico, se denomina suelo a la parte superficial de la corteza terrestre, biológicamente
activa, que proviene de la desintegración o alteración física y química de las rocas y de los
residuos de las actividades de seres vivos que se asientan sobre ella.

Desde un punto de vista más ingenieril, según (UNE-EN ISO 14689-1) se denomina suelo a
todo agregado natural en forma de depósito no cementado de granos minerales y materia
orgánica descompuesta junto con el agua y aire que ocupan los espacios vacíos entre
partículas sólidas, formado por acumulación del material meteorizado suelto que cubre gran
parte de la superficie terrestre y que puede presentar una profundidad variable.

La mecánica de suelos consiste en la aplicación de los preceptos de la mecánica y la

hidráulica a los problemas geotécnicos, estudiando las propiedades de los suelos y su
comportamiento bajo esfuerzos y deformaciones unitarias en condiciones ideales, para
ofrecer seguridad, durabilidad y estabilidad a las estructuras.

En geotecnia, las clasificaciones de suelos están basadas en la naturaleza de los granos, en

el estado tensional y en el contenido de humedad.

La mecánica de suelos incluye por tanto:

a. La teoría sobre el comportamiento de los suelos sujetos a cargas, basada en

simplificaciones necesarias, dado el estado actual de la teoría.
b. La investigación de las propiedades físicas de los suelos.
c. La aplicación del conocimiento teórico y empírico de los problemas prácticos.

El muestreo, la clasificación y la obtención de los parámetros mecánicos de los suelos

son requisitos indispensables para la aplicación de la mecánica de suelos a los problemas de
diseño. Para ello se emplean técnicas de investigación in-situ, así como métodos de
investigación de laboratorio a través del tratamiento de las muestras (alteradas o
inalteradas). Todas las prácticas de la mecánica de suelos se basan en estas campañas de
prospección en campo y en el laboratorio para identificar y caracterizar los materiales que
integran las áreas de los proyectos de ingeniería. De ahí la necesidad de tener claridad sobre

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el alcance y el objetivo de los trabajos de campo y de laboratorio para lograr los registros y
parámetros que permitan resultados exitosos.

Por otro lado, la instrumentación de los suelos es cada vez más vital, necesaria y frecuente
dentro de las prácticas de la ingeniería. La medición de variables como la deformación del
suelo, los cambios de las presiones totales, la presión de poro o la respuesta frente a
perturbaciones dinámicas son necesarias cuando se construyen estructuras grandes y
complejas.

1.2. Historia de la mecánica de suelos

La mecánica de suelos es una ciencia relativamente joven que se origina sólo a mediados del
siglo veinte. La historia de la Mecánica de Suelos como la de otras ramas de la ingeniería,
muestra que su estado del arte se ha construido sobre la necesidad de plantear soluciones a
los retos socio-ambientales del hábitat con nuevas estructuras, como vías, muros, canales,
edificaciones y otras obras.

La recopilación, revisión y análisis de las experiencias fueron contribuyendo a la consolidación

de la ingeniería como una disciplina aplicada. Así mismo, el desarrollo de nuevas tecnologías
y técnicas asociadas a procesos ingenieriles y a materiales de construcción, resultaron ser
fundamentales.

La ingeniería a lo largo de la historia presenta un difícil periplo, del cual podemos destacar los
siguientes hitos hasta llegar a la mecánica de suelos como disciplina per-se:

 En la dinastía Chou, 1.000 A. C, se dan recomendaciones para construir los caminos y

puentes. El siglo XVII trae las primeras contribuciones literarias sobre ingeniería de
suelos y el siglo XVIII marca el comienzo de la Ingeniería Civil, cuando la ciencia se
toma como fundamento del diseño estructural.

 Vauban, 1.687, ingeniero militar francés formula reglas y fórmulas empíricas para
construcción de muros de contención.

 Bullet, 1.691, presenta la primera teoría sobre empuje de tierras y a ella contribuyen los
también franceses Couplet (1.726), Coulomb (1.773), Rondelet (1.802), Navier (1.839),
Poncelet (1.840) y Collin (1.846). Más adelante el escocés Rankine (1.857) y el suizo
Culman (1.866).

 En 1773, el francés Coulomb, relaciona la resistencia al corte con la cohesión y fricción

del suelo.

 En 1857, Rankine (Escocés), presenta su teoría del empuje de tierras.

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 En 1856, se presenta la "Ley de Darcy" (Francia) y la “Ley de Stokes” (Inglaterra),

relacionadas con la permeabilidad del suelo y la velocidad de caída de partículas
sólidas en fluidos.

 Culman (1866) aplica gráficamente la teoría de Coulomb a muros de contención.

 En 1871, Mohr (Berlín) desarrolla el cálculo de esfuerzos (una representación gráfica)

en un punto del suelo dado.

 En 1873, Bauman (USA) afirma que el área de la zapata depende de la carga de la

columna y recomienda valores de carga en arcillas.

 En 1885 Boussinesg (Francia) presenta su teoría de distribución de esfuerzos y

deformaciones por cargas estructurales sobre el terreno.

 En 1890, Hazen (USA) mide propiedades de arenas y gravas para filtros.

 En 1906, Strahan (USA) estudia la granulometría para mezclas en vía.

 En 1906, Müler, experimenta modelos de muros de contención en Alemania.

 En 1908, Warston, investiga en USA las cargas en tuberías enterradas.

 En 1911, Atterberg (Suecia), establece los límites de Atterberg para suelos finos.

 En 1913, Fellenius (Suecia), desarrolla métodos de muestreo y ensayos para conocer

la resistencia al corte de los suelos y otras propiedades. Además, desarrolla el método
sueco del círculo para calcular la falla en suelos cohesivos.

 En 1925, Karl Von Terzagui, presenta en Viena el tratado Erdbaumechanikauf

Bodenphysikalisher Grundlage. Enuncia la ley de tensiones efectivas. Este científico
nacido en Praga, es considerado el padre de la Mecánica de Suelos.

 A partir del tratado de Terzaghi la Mecánica de Suelos evoluciona ya como una rama
autónoma de la Ingeniería.

Según Terzaghi, “la mecánica de suelos es la aplicación de las leyes de la mecánica y la

hidráulica a los problemas de ingeniería que tratan con sedimentos y otras acumulaciones no
consolidadas de partículas sólidas, producidas por la desintegración mecánica o la
descomposición química de la roca, independiente de que tengan o no materia orgánica”.

Hoy más que nunca los procedimientos y técnicas de construcción, cuentan con herramientas
de análisis y cálculo complementarias a los necesarios modelos físicos a escala, como son los
modelos digitales, como un valioso soporte de la vida moderna.

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1.3. Origen y formación del suelo

Los suelos son sistemas complejos y variables, sus propiedades y características forman un
continuum con transiciones graduales y abruptas, donde ocurren una vasta gama de procesos
físicos y biológicos que se ven reflejados en la gran variedad de suelos existentes en la tierra.

Actividades como la tectónica, el clima, la acción biológica y la hidrotermal intervienen en los

macizos rocosos (roca madre) y los preparan para la meteorización.

La Figura 1.1 muestra uno de los ciclos de evolución de las rocas, típico de los suelos
constituidos por silicatos y de los suelos arcillosos.

Figura 1.1. El ciclo de evolución de los suelos y rocas constituidos por silicatos (adaptada de Magnan, 2000).

A partir de estos macizos rocosos preexistentes se originan los suelos por la acción ambiental
de la erosión. Esta erosión de la roca madre como acción disgregadora, presenta tres
diferentes facetas:

A. Física: Alteración mecánica de las rocas por la acción erosiva originada por la
variación térmica y la acción del agua.

a. A través de los cambios térmicos se originan dilataciones diferenciales entre los

diferentes minerales que forman las rocas dando lugar a una fisuración interna.

b. Por otro lado la acción del agua debida a:

i. Posible acción directa por congelación produciendo tensiones internas

por el aumento de volumen del hielo respecto al agua (figura 1.2).

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Figura 1.2. Meteorización por congelación.

ii. Por arrastre de fragmentos ya erosionados.

iii. Por cambios de humedad (acción alternante de humedad-sequedad).

Estas acciones físicas tienden a romper la roca madre y a dividirla en fragmentos cada
vez más pequeños, que pueden verse separados por agentes activos (agua, viento y/o
gravedad) y trasladados a otras localizaciones en las que continúa la acción erosiva
tendiendo a formar las partículas formadoras del suelo.

B. Química: Acción erosiva mediante procesos o fenómenos químicos entre el suelo y los
agentes como el agua y los fluidos que permean el sustrato y dan como resultado el
suelo. Las reacciones químicas pueden ser (figura 1.3) por agua (hidratación, hidrólisis,
disolución), por CO2 (carbonatación) o por O2 (oxidación, reducción).

Figura 1.3. Procesos de meteorización química.

C. Biológica: Acción erosiva vinculada con los formadores biológicos mediante la

actividad fisiológica de la flora y la fauna y a través de la formación de ácidos orgánicos
y gases en el agua que reaccionan con el suelo. También se produce por la actividad
bacteriana que induce la descomposición de la materia orgánica mezclando el producto
con otras partículas de origen físico-químico; o bien actuando como elemento
catalizador contribuyendo así a la formación del suelo.

Todas estas acciones de alteración o meteorización (física, química y biológica) dan lugar a la
disgregación y transformación de la roca madre, generándose el denominado perfil de
meteorización de un suelo (figura 1.4).

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Figura 1.4. Perfil de meteorización según diferentes autores. Fuente: Ingeniería Geológica. Luis G. Vallejo.

Algunos suelos permanecen donde se forman y cubren la superficie rocosa de la que se

derivan y se llaman suelos residuales. En contraste, como ya hemos comentado, algunos
productos meteorizados son transportados por medio de procesos físicos a otros lugares y
posteriormente depositados denominándose suelos transportados. Según el agente de
transporte, se subdividen en tres categorías principales:

1. Aluviales o fluviales: depositados por agua en movimiento.

2. Glaciales: depositados por acción glaciar.
3. Eólicos: depositados por acción del viento.

Adicionalmente a los suelos transportados y residuales, los suelos orgánicos (turbas, etc.) se
derivan de la descomposición de materiales orgánicos encontrados en áreas de poca altura
donde el nivel freático está cerca de la superficie del terreno.

1.4. Uso y empleo del suelo

En la ingeniería del terreno el suelo puede ser tratado de diferentes maneras:

A. Como soporte de estructuras:

Prácticamente todas las estructuras de ingeniería civil, edificios, puentes, carreteras,

túneles, muros, torres, canales, presas y obras de tierra, deben cimentarse sobre la
superficie del terreno o dentro de él. Para que una estructura se comporte
satisfactoriamente debe poseer una cimentación adecuada ya sea superficial y/o
profunda. El análisis de las particularidades del suelo o terreno como elemento soporte
de las diferentes tipos de cimentaciones, implica el estudio de su estructura y

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componentes físico-químicos y el comportamiento de estos ante las cimentaciones con

cargas estáticas o dinámicas aplicadas sobre el mismo.

Como veremos más adelante, la conducta del terreno bajo tensión está afectada por su
densidad y por las proporciones relativas de agua y aire que llenan sus huecos. Estas
propiedades varían con el tiempo y dependen en cierto modo, de otros muchos
factores.

B. Como elemento estructural:

En la mayoría de las obras de construcción se utiliza el suelo como elemento

estructural, ya sea mediante la formación de rellenos (terraplenes o pedraplenes); ya
sea mediante obras de sostenimiento o contención; ya sea realizando excavaciones
superficiales y/o subterráneas; o bien creando infraestructuras para las obras viales. En
todas ellas el suelo o terreno actúa como elemento estructural.

C. Como material de construcción:

El suelo es el material de construcción más abundante que existe y en muchas zonas

constituye el único material disponible localmente.

Cuando se emplea el suelo como material de construcción se debe seleccionar el tipo

de suelo adecuado en función de su ubicación y disponibilidad de extracción, así como
el método de colocación. Debido a la gran diversidad de puntos de extracción (minas y
canteras), denominados zonas de préstamo, es primordial cerciorarse de que las
propiedades del material son adecuadas a las previstas en el proyecto.

D. Como acuífero:

El suelo o terreno, es nuestra gran reserva de agua y en muchas ocasiones le

mantenemos como grandes reservas acuíferas subterráneas o superficiales.

De todo ello se desprende que el suelo o terreno, no es sólo un elemento portante o de

soporte de las construcciones sino que participa y aporta innumerables elementos
aprovechables.

1.5. Los suelos en ingeniería geológica

La mecánica de suelos es una ciencia experimental, es decir que se ha desarrollado a partir

de la observación, la medición, la comprensión de los fenómenos, la modelación y la
definición de acciones cuyos resultados pueden ser observados, medidos y analizados. Como
ocurre con otras ciencias los mecánicos de suelos no tienen acceso a una descripción
perfecta de los materiales de los cuales deben ser capaces de predecir su comportamiento,
ya que como hemos visto, el suelo de un determinado lugar no es no perfectamente
homogéneo ni está uniformemente distribuido en capas regulares. Por lo tanto, el ingeniero

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geotécnico debe ser capaz, en primer lugar, de reconstruir el contexto general del problema al
que se enfrenta antes siquiera de empezar a desarrollar una solución.

El ingeniero de suelos debe conocer el contexto geológico del suelo, las condiciones
agrológicas de las unidades, el clima de la región y el relieve. Sin ese entendimiento, su
trabajo estará lleno de incertidumbres que pueden traducirse en pérdidas de oportunidades al
desconocer las propiedades inherentes al material, y sobretodo, al no incorporar los
elementos de riesgo para el diseño, por omitir circunstancias fundamentales intrínsecas y
ambientales.

Una de las grandes dificultades en geotecnia radica en la interacción entre la exploración del
sitio y el cálculo y/o diseño de obras. En ese sentido, la calidad de un análisis dependerá
fuertemente del grado conocimiento del terreno. Las propiedades del suelo y su distribución
en el terreno dependen de forma importante de sus orígenes geológicos, por lo que el
ingeniero geotécnico requiere algún grado de conocimiento en geología. Además, en
mecánica de suelos es fundamental ser capaz de describir el material antes de pasar a un
estudio de comportamiento mecánico o físico.

El desarrollo de un proyecto de ingeniería geotécnica requiere de diversas competencias

(Magnan, 2000):

 Conocimiento del tipo de situaciones que se pueden encontrar en la práctica a fin de

identificar y caracterizar el problema a resolver.

 Familiarización con los procedimientos y técnicas de construcción, así como sus

dominios de aplicación, a fin de guiar el proceso de cálculo/diseño y de comparación de
posibles soluciones.

 Comprensión de los fenómenos físicos y mecánicos que permitirán predecir el

comportamiento del suelo antes y después de la ejecución de la obra.

Si bien la experiencia es fundamental para la práctica de la ingeniería geotécnica, el

aprendizaje adecuado de las nociones fundamentales ligadas tanto a la observación como al
cálculo y al diseño facilita la adquisición de dicha experiencia.

Durante la planificación, diseño y construcción de estructuras, los ingenieros deben conocer el

origen de los depósitos de los suelos sobre los que se construirán las mismas debido a que
cada depósito de suelo tiene atributos físicos propios y únicos.

De ahí la necesidad de estudiar los suelos desde las diferentes ópticas y necesidades dentro
de las prácticas de la Ingeniería del Terreno. La estabilidad volumétrica de un suelo, donde no
se admiten deformaciones altas; la estabilidad de los taludes y de las estructuras que hacen
parte de la cimentación de una estructura; la saturación de los suelos y sus consecuencias en
la inestabilidad de taludes; la estabilidad del suelo frente a procesos de erosión hídrica o sus
cambios de volumen y resistencia cuando se deshidrata, son algunos de los comportamientos
que se deben estudiar en la mecánica de suelos para dar respuesta a problemas frecuentes
vinculados con los materiales térreos.

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La respuesta del terreno a la alteración debida a la acción antrópica depende, por tanto, de su
constitución y características, de los condicionantes geológicos del entorno, de las
propiedades que están relacionadas con las diferentes actividades humanas y de la
acomodación de la obra realizada al entorno natural.

La respuesta del terreno, por tanto, es bastante compleja y depende primero del material o
materiales preexistentes en la zona y después del tipo de acciones a que se ve sometido.
Si el terreno es un macizo rocoso, esa respuesta estará condicionada por la resistencia de la
roca, la presencia de zonas alteradas, discontinuidades, etc. Mientras que si se trata de
suelos, es decir, materiales sueltos originados por la erosión ejercida sobre rocas
preexistentes, como ya hemos visto, la respuesta es totalmente diferente y depende
fundamentalmente de los siguientes condicionantes derivados de la constitución del suelo
(figura 1.5):

 El suelo es un sistema formado por pequeñas partículas individualizadas no

cementadas o con pequeña cementación que pueden considerarse como
indeformables.
 Entre esas partículas quedan huecos con un volumen total del orden de magnitud del
volumen ocupado por ellas.
 Un suelo es un sistema bifase o trifase, como luego veremos en detalle.
 Los huecos, poros o intersticios pueden estar llenos de aire (suelos no saturados), de
agua (suelos saturados), o aire y agua (suelos semisaturados), lo cual condiciona la
respuesta del conjunto del material. En condiciones normales de presión y temperatura
el agua se considera incompresible.

W: Líquido (agua + electrolitos)

S: Sólido (partículas sólidas)
S: Aire
Figura 1.5. Constitución de un suelo.

En función de la roca que dio origen al suelo la materia sólida que constituye el mismo
presenta una composición química diferente.

Desde el punto de vista de la ingeniería geológica, el suelo se define como un agregado de

minerales unidos por fuerzas débiles de contacto, que se pueden separar por medios
mecánicos de poca energía o por agitación directa en agua. La respuesta del suelo a nivel
práctico, frente a las acciones que introducen las obras de ingeniería, supone un movimiento
de esas partículas a través de giros y deslizamientos entre las mismas que depende de:

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 La proporción de materia sólida que exista en un volumen unitario de suelo de

referencia.
 El tamaño y distribución de las partículas, lo que facilita o dificulta el movimiento de los
granos entre sí.
 El volumen relativo de huecos, siendo el suelo más deformable cuanto mayor sea este.
 El tamaño medio de los huecos.

Por todo esto resulta necesario, para el análisis de los suelos, estudiar las problemáticas:

A. Derivadas de la deformabilidad que introducen las cargas y acciones exteriores que

producen tensiones perpendiculares y tangenciales sobre los contactos entre
partículas, produciendo una tendencia al movimiento y al cambio de volumen aparente
que estas ocupan. Estas deformaciones pueden llegar a una situación de rotura en la
que el cambio de volumen aparente aumenta en gran medida al cambiar muy poco las
cargas exteriores, quedando la resistencia definida por una gran deformabilidad y no
por rotura de partículas.

B. Derivadas del flujo de agua en el interior del suelo, que condicionan su respuesta,
debido a que las deformaciones producidas por las cargas necesitan un tiempo para
producirse, ya sea por expulsión o por absorción de agua. Este proceso necesario para
la estabilización de las acciones exteriores se denomina consolidación.

De forma simplificada, los materiales que están presentes en los suelos naturales se clasifican
en cuatro tipos:

- Arenas y gravas.
- Limos.
- Arcillas.
- Materia orgánica.

Las arenas y gravas son materiales granulares no plásticos.

Las arcillas, se componen de partículas mucho más pequeñas, exhiben propiedades de

plasticidad y son muy cohesivas.

Los limos son materiales intermedios en el tamaño de sus partículas y se comportan, de modo
típico, como materiales granulares, aunque pueden ser algo plásticos.

La materia orgánica consta principalmente de desechos vegetales.

Por tanto, desde el punto de vista de la mecánica de suelos y para simplificar las
clasificaciones y denominaciones de los suelos, estos se clasifican como:

 Suelos no cohesivos: Las partículas no tienden a juntarse ni adherirse, sus partículas

son relativamente grandes, también llamados suelos granulares o friccionales (arenas,
gravas y limos).

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 Suelos cohesivos: Existen partículas muy pequeñas donde predominan los efectos
electroquímicos superficiales. Las partículas tienden a juntarse (interacción
agua/partícula) en suelos plásticos como las arcillas.

 Suelos orgánicos: Son suelos esponjosos, con grumos y compresibles. No aptos para
su uso ingenieril.

En el siguiente módulo estudiaremos de manera pormenorizada las diferentes clasificaciones

utilizadas en el ámbito de la ingeniería geotécnica, las cuales, como veremos, se realizan en
función de varios parámetros denominados propiedades índice como son la granulometría y
la plasticidad que presentan las partículas de una masa de suelo.

Sin embargo, como veremos, no existe una propiedad índice única que sea apropiada para la
clasificación de suelos, sino que se necesitan varias, y que pueden ser diferentes para arenas
y arcillas.

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