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Contenido
1. Formulación del problema.....................................................................................................................1

2. Justificación del problema....................................................................................................................4

3. Objetivo General..................................................................................................................................8

4. Objetivos específicos..............................................................................................................................8

5. Referencias Bibliográficas....................................................................................................................8

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Análisis de las dificultades y las posibles soluciones existentes actualmente para una

educación de calidad en los niños con discapacidades físicas y cognitivas en

Colombia

1. Formulación del problema

A nivel mundial, se estima que 93 millones de niños, o 1 de cada 20 entre los que tienen hasta

14 años, viven con una discapacidad moderada o severa. En la mayoría de países con ingresos

bajos y medios, los niños con discapacidades tienen más probabilidades de no escolarizarse que

cualquier otro grupo de niños. Las tasas de primera inscripción escolar de niños con

discapacidades son muy bajas. Además, cuando asisten a la escuela, los niños que sobrellevan

discapacidades son más susceptibles de renunciar y finalizar su escolarización

tempranamente. (Campaña Mundial por la Educación, 2019).

Un informe realizado por (Sarmiento, 2010), revela que los niños y niñas de entre 3 a 5 años

sin discapacidad, asisten un 11% más que los niños y niñas con discapacidad en el nivel de

preescolar. En primaria, se estima que tan solo el 1,2% de población estudiantil tiene

discapacidad. Para la educación secundaria y media la proporción de adolescentes y jóvenes con

discapacidad es apenas del 12%, mientras que los de igual edad sin discapacidad presentan un

promedio de asistencia de 72,9%. No hay que analizar detenidamente estas estadísticas para

determinar que la educación para niños discapacitados en Colombia está siendo vulnerada.

En un estudio realizado en diciembre del 2017 por el Banco Mundial y la Alianza Mundial

para la Educación arroja que las brechas entre los niños con discapacidad y aquellos sin

discapacidad se han incrementado acentuadamente con el transcurrir del tiempo. El estudio se

basa en datos censales de 19 países e indica que los logros educativos y la alfabetización han

aumentado entre los niños con discapacidad, pero a un ritmo mucho más lento que entre los niños

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sin discapacidad. Además, se estima que menos de la mitad de los niños con discapacidad

completan su educación primaria y que 3 de cada 10 jamás han asistido a la escuela (Goto, M.

2017).

Sin embargo, ante toda esta problemática relacionada con la discriminación educativa y social

hacia los niños con discapacidad, los distintos entes del estado reguladores y supervisores de la

educación como el Ministerio de la Educación, la Contraloría General de la República, la

Superintendencia de educación, la Procuraduría General de la Nación, entre otros, han actuado

generando leyes, normas, procedimientos y estatutos orientados a resolver dicha problemática,

entre estos, el artículo 45 de la Ley 115 de 1994 expone que “el Estado apoyará y fomentará la

integración al sistema educativo de las personas que se encuentren en situación de discapacidad a

través de programas y experiencias orientadas a la adecuada atención educativa y asimismo la

formación de docentes idóneos”.

A partir de esta situación actual surge la siguiente inquietud. ¿En qué se está fallando para que

no se haga el total y adecuado cumplimiento de la inclusión educativa de los niños y niñas con

discapacidades físicas y motrices? En los últimos años, los marcos de derechos humanos han

empezado a contemplar una forma de hacer realidad el derecho a la educación de los niños con

discapacidades, y a articularlo para llevarlo a la práctica. En 2006, la Convención sobre los

Derechos de las Personas con Discapacidades (CRPD) de la ONU, logró algo importante. La

CRPD aprobó la educación inclusiva como mecanismo clave para realizar el derecho a la

educación de los niños con discapacidades. Además, en el 2013 se aprobó la Ley 1618, que hace

énfasis en la inclusión educativa en Colombia, afirmando que las personas con alguna

discapacidad cognitiva tienen derecho hacer parte del sistema educativo convencional (Muriel &

Galeano, 2015).

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Sin embargo, nos encontramos con que instituciones educativas y docentes no se sienten

preparados y capacitados para atender a esta población, se les ha convertido en un reto ya que hay

un desconocimiento sobre las diferentes metodologías de aprendizaje que se pueden emplear con

estos niños, por tanto, hay temor al recibirlos y trabajar en igualdad de condiciones con niñas y

niños que no tienen ningún tipo de discapacidad. Además, las infraestructuras dirigidas a orientar

a estos niños no se encuentran en óptimas condiciones, por lo que dificulta su aprendizaje y su

desarrollo (Atención Integral de la Primera Infancia, 2013).

En un artículo del Tiempo de noviembre del 2018, exponen que la cantidad y el porcentaje de

estudiantes con discapacidad matriculados en colegios del país han aumentado, al pasar de

156.600 estudiantes con discapacidad en 2014 a 194.901 en 2017, que representan el 1,92%. Sin

embargo, tanto la cantidad como el porcentaje siguen siendo bajos y esto se debe a que continúan

existiendo barreras para el acceso, como lo han manifestado docentes y rectores invitados a

presentar sus experiencias en eventos regionales de educación inclusiva. Rechazo, miedo,

desconocimiento y dificultades de movilidad forman parte de la larga lista de obstáculos que

tienen niños y jóvenes para acceder a la educación, en la cual también están las barreras que

ponen los mismos padres de los niños con discapacidad, quienes consideran que sus hijos no

requieren estudiar; los padres de los estudiantes que no tienen discapacidad que no ven con

buenos ojos que sus hijos estén con ellos; los maestros que sienten temor de no responder a las

necesidades de sus alumnos y la falta de dispositivos didácticos para estudiantes con ciertas

discapacidades (Jerez, Angela, 2018).

Según el Registro para la localización y caracterización de personas con discapacidad (Rlcpd),

90% de los niños con discapacidad no asisten a una institución educativa regular y solo 5,4%

alcanza el nivel de educación superior, 34% no sabe leer ni escribir y 27% no estudia por causa

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de su discapacidad. Por tal razón esta investigación desea determinar ¿Qué factores intervienen

en el impedimento de generar una completa educación inclusiva para los niños con

discapacidades físicas y motrices y cómo podrían implementarse de manera adecuada cada una

de las estrategias diseñadas para la solución de este problema, además de cómo a partir de las

estrategias ya hechas poder estipular otras para garantizarle educación de calidad a esta

comunidad de niños, y velar por su desarrollo social y el de sus cuidadores?

2. Justificación del problema

La Declaración Universal de los Derechos Humanos define a la educación como un Derecho

Fundamental, del que son sujetas todas las personas sin distingo de etnias, ideologías políticas,

condición social o ninguna otra, es decir que es obligación de los Estados fomentar las

condiciones necesarias para hacerlo accesible a todos y todas (Muriel & Galeano, 2015).

En relación al problema planteado, resolver esta grave discriminación es un asunto urgente por

varias razones. En primer lugar, negar el derecho a la educación es despojar a los niños los

futuros beneficios que conlleva la educación y la oportunidad de acceder a otros derechos, por

ejemplo, limitando las oportunidades laborales o la participación cívica activa durante el

transcurso de la existencia. Limita la plena participación social, exacerba la exclusión, y restringe

la posibilidad de que una persona escape de la pobreza. (Atención Integral de la Primera Infancia,

2013).

Cuando un niño con discapacidad tiene la oportunidad de recibir educación de calidad, se le

abren puertas. Esto les capacita para garantizar otros derechos a lo largo de toda su vida, facilitar

un mejor acceso al trabajo, la salud y otros servicios. A fin de que la educación tenga este papel

de “derecho capacitador”, debe ser de gran calidad, equitativamente disponible, pensado para

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acabar con la discriminación y para fomentar que cada niño dé los frutos que su talento e

intereses le permitan. (Caballero, Daniel. 2018).

Asimismo, Fulvia Cedeño, asesora del Ministerio de Educación Nacional explica que “si

formamos a estas poblaciones que anteriormente estaban marginadas de la educación, le

apostamos a que se vuelvan productivas, sean autónomas y fortalezcan relaciones sociales; así, la

educación se convierte en un factor de desarrollo para sí mismas, para sus familias y para los

municipios en donde viven". También afirma que cuando la Revolución Educativa estipula que

estas poblaciones son prioritarias, consiste en que los establecimientos educativos deben

transformarse y modificar su cultura de atención a ellas. De ahí la importancia de que los Planes

de Mejoramiento Institucionales (PMI) contengan acciones dirigidas a la atención pertinente a

estas poblaciones en todos los ámbitos de la gestión: directiva, académica, administrativa y

comunitaria. (Campaña Mundial por la Educación, 2019).

Por otro lado, fomentar una educación de calidad para los niños con discapacidades es algo

beneficioso para la comunidad entera y para el país, puesto que estos niños ya no serán

considerados como una “carga” para su familia, sino que por el contrario podrá generar ingresos

económicos, asumir responsabilidades que normalmente eran atribuidas a sus cuidadores y

contribuir de forma activa en el desarrollo de una sociedad. Además, al hacer una completa y

total inclusión educativa de esta comunidad de niños estamos contribuyendo al desarrollo de un

país y a que no se estanque en la discriminación que diariamente se ve a nivel mundial, afectando

esencialmente a los países tercermundistas.

Desde la perspectiva de la presente investigación el derecho a la educación es, sin duda, uno

de los más importantes derechos de la niñez y probablemente el más importante de los derechos

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sociales. A la luz de la Constitución, el derecho a la educación de los niños se considera un

derecho fundamental, y en palabras de la Corte Constitucional, éste es un derecho fundamental

prestacional. Es mediante la educación -en sus distintas formas y modalidades- que el ser

humano, en buena medida, deviene en ser social, en persona, en hombre o mujer, y es por tanto, a

través de ella que adquiere las condiciones y capacidades necesarias para vivir en sociedad. Por

lo anterior, la educación, en todas sus manifestaciones, es la vía por excelencia de la socialización

humana, es decir, la vía de su conversión en un ser social (Cardona, Alejandra. 2004).

El artículo 24 de la Convención, que consagró el derecho a la educación inclusiva para las

personas con discapacidad e instauró las pautas para hacerlo efectivo sin discriminación y sobre

la base de la igualdad de oportunidades, solicitó a los Estados miembros a garantizar un sistema

de educación inclusivo a todos los niveles así como el aprendizaje a lo largo de la vida, buscando,

fundamentalmente: (a) desarrollar enteramente el potencial humano y el sentido de la dignidad y

la autoestima y fortificar el respeto por los derechos humanos, las libertades esenciales y la

diversidad humana; (b) desarrollar al máximo la personalidad, los talentos y la creatividad de las

personas con discapacidad, así como sus aptitudes mentales y físicas; y (c) Hacer posible que las

personas con discapacidad participen de manera efectiva en una sociedad libre (UNESCO, 2008).

En Colombia, el derecho a la educación se encuentra consagrado en el artículo 67 de la Carta

Política, el cual, sumado al artículo 44 mediante el cual se establece la prevalencia de los

derechos de los niños sobre los demás, se convierte en un derecho fundamental. Tal ha sido la

postura de la Corte Constitucional cuando en la Sentencia T – 329 de 1997 sustentó que la

educación es uno de los derechos constitucionales principales, cuya importancia para el

desarrollo de toda persona es incuestionable, pues contribuye a la efectividad del principio de

igualdad, contemplado en el artículo 13 de la Carta Política, ya que en la medida en que la


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persona tenga igualdad de posibilidades educativas, tendrá igualdad de oportunidades en la vida

para efectos de su realización como persona. Debe, sin embargo, entenderse que el núcleo

esencial del derecho a la educación comprende no solo el acceso, sino también la permanencia

dentro del sistema educativo y la calidad del servicio que se presta. (Unicef, 2000).

Además de los referidos artículos de orden constitucional que en la materia edifican el derecho

a la educación para personas discapacitadas, se aparejan a los mismos los Tratados

Internacionales de protección de los derechos de los niños y en especial de los menores

discapacitados, los que se entienden incluidos en el bloque de constitucionalidad consagrado en

el artículo 93 de la Constitución.

El tema de la educación inclusiva gira en torno a la búsqueda de la eliminación de la

discriminación de personas por motivos de raza, etnia, religión, sexo, situación de

desplazamiento, situación de discapacidad física, sensorial o cognitiva, siendo esta última la base

para el desarrollo del presente trabajo. Además, en el ámbito educativo, la inclusión promueve

que la diferencia sea reconocida no como un problema, sino como una oportunidad para mejorar

los procesos académicos y las practicas pedagógicas al interior de los centros escolares.

(Rodríguez, 2013).

Desde el punto de vista de la educación para esta comunidad, se busca que niños con

discapacidad y también con necesidades educativas especiales salgan del aislamiento de centros

especiales y se integren a escuelas regulares, pues esto va a influir en el bienestar del niño, ya que

no se va a sentir excluido por la sociedad, sino que sentirá acogimiento y más confianza para

creer en sí mismo y desarrollar todas sus capacidades intelectuales (Proyecto Miranda, 2012).

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En este orden de ideas, el estudio cobra un interés primordial para los miembros de la

comunidad educativa, y de su resultado se beneficiarán en primer lugar los estudiantes con

discapacidades físicas y cognitivas, que verán mejorado el nivel de su educación, reflejado en

mejores condiciones en el aula, una atención más adecuada y orientada a sus necesidades

específicas y un ambiente propicio para su normal desarrollo y cuidado de su integridad; en

segundo lugar los docentes, quienes estarán más capacitados y tendrán una visión más clara sobre

los procesos a seguir y las nuevas estrategias que serán un reto en su quehacer del aula; en tercer

lugar el resto de la comunidad educativa que tendrá a cargo funciones y tareas específicas en aras

de ser partícipes en el proceso de mejoramiento; y en general las instituciones educativas, tanto

públicas como privadas, que ya hayan iniciado o vayan a iniciar su proceso de inclusión y deseen

impartir una educación de calidad en la prestación del servicio a los niños con discapacidad

físicas y cognitivas (Valenciano, 2009).

3. Objetivo General

Identificar cómo se podrá implementar de manera correcta y adecuada los reglamentos ya

diseñados, e incluso, reglamentos a diseñar para la educación de calidad y el bienestar social para

niños con discapacidades físicas y cognitivas en Colombia.

4. Objetivos específicos

 Determinar las posibles fallas que se presentan en el país al implementar una educación

inclusiva para niños con discapacidades físicas y cognitivas

 Trabajar en la elaboración de estrategias que influyan de manera positiva en la completa

inclusión estudiantil de estos niños, teniendo siempre en cuenta las leyes, derechos y deberes

establecidos por el Estado

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 Velar porque los niños mencionados que ya se encuentren vinculados a un plan estudiantil se

sientan acogidos por toda la comunidad que lo rodea y así evitar la suspensión de sus

estudios.

5. Referencias Bibliográficas

Atención Integral de la Primera Infancia. (2013). Discapacidad en la primera infancia: una

realidad

incierta en Colombia. De Cer0 a 5Iempre, 5, 32.

Caballero, Daniel. (2018). La educación inclusiva aporta más a la persona sin discapacidad que

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https://eldiariodelaeducacion.com/2018/05/21/la-educacion-inclusiva-aporta-mas-a-

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Editorial Ltda. Organización de Estados Iberoamericanos – OEI. Calidad de vida en el ámbito de

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(monográco) N.º 63. Septiembre-Diciembre Madrid / Buenos Aires, CAEU - OEI, 2013

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http://repository.ut.edu.co/bitstream/001/1040/1/RIUT-BHA-spa-2014-Proyecto%20de

%20inclusi%C3%B3n%20de%20estudiantes%20con%20discapacidad%20cognitiva.pdf

Muriel, D; Galano, J. L. (2015). ¿Hay inclusión educativa en Colombia? Primera parte: niños y

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http://hechoencali.com/portal/index.php/actualidad/6492-hay-inclusion-educativa-en-

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Proyecto Miranda. (2012). Justificación del proyecto estudiantil. Bogotá: Colombia. Obtenido

de: http://proyecto-miranda.blogspot.com/2012/11/justificacion-al-proyecto.html

Sarmiento, A. (2011). Situación de la educación en Colombia. Preescolar, básica, media y

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Ginebra: Unesco.

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