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es/2009/03/ano-internacional-de-la-astronomia-el-
origen-de-nuestros-atomos

Si a cualquiera de nosotros nos preguntan de dónde salieron todos los átomos que
hay presentes en el universo, seguro que lo primero que se nos ocurre es que
tienen su origen en el Big Bang. Bueno, eso hasta cierto punto puede ser correcto,
ya que en el modelo cosmológico actual es la explicación que tenemos para el
inicio de todo el universo que conocemos. Sin embargo, no nacieron todos los
elementos químicos en aquella “megaexplosión”; ni muchísimo menos. Vamos a
ver qué ocurrió y cómo surgieron realmente nuestros átomos.
En los primeros instantes de vida del universo ni siquiera existían los más
conocidos constituyentes de los átomos, tales como protones o electrones, sino
que todo estaba formado por un plasma conocido como plasma de quarks-
gluones. Poco a poco, y tras diferentes procesos físicos, fueron apareciendo los
protones y neutrones, constituyentes básicos de los núcleos atómicos.
Transcurridos unos 300.000 años aparecen ya los primeros átomos ya que con la
disminución de la temperatura los núcleos atómicos pueden comenzar a captar
electrones. Es a partir de entonces cuando se puede decir que nuestros átomos
comienzan su andadura. Todo este proceso recibe el nombre de nucleosíntesis
primordial.
Sin embargo apenas aparecen un par de tipos diferentes de átomos: diferentes
isótopos de hidrógeno, de helio y el más “pesado” litio. Con estos tres elementos
se formaron las primeras estrellas de nuestro joven universo. Ahora bien, ¿de
dónde salieron el resto de elementos químicos? La respuesta es sencilla: de los
procesos nucleares que tienen lugar en el interior de las estrellas en un proceso
llamado nucleosíntesis estelar.
Nacimiento y vida de la estrella 

A grandes rasgos y sin entrar en el tema de cómo se forman las estrellas, cualquier
estrella empieza su vida siendo una gran bola supercaliente compuesta
principalmente de hidrógeno. Debido a las reacciones de fusión termonuclear, dos
átomos de hidrógeno (un protón) se combinan para dar lugar a uno de helio (dos
protones). Este proceso genera una cantidad descomunal de energía que
proporciona a la estrella combustible suficiente para sobrevivir durante un periodo
comprendido entre millones de años (estrellas más grandes) y miles de millones
de años (estrellas más pequeñas). Esta fase de la evolución estelar recibe el
nombre de secuencia principal y ocupa un 90% del total de la vida de la estrella.
Nuestro Sol, que es una estrella de las pequeñas, tiene actualmente unos 4.500
millones de años y está todavía en la mitad de su vida, así que tiene combustible
para otro periodo de tiempo similar al que lleva vivido.
Pero todo en la vida se acaba, y llegado el momento, el hidrógeno comienza a
escasear. Es entonces cuando el combustible de la estrella pasa a ser el helio (dos
protones), que al combinarse da lugar al berilio (cuatro protones). Una vez que se
acaba el helio se utiliza el berilio, y así sucesivamente. Contado de esta manera
parece que todo es muy sencillo y que tan solo hay un tipo de reacción, pero esto
no es así. Existen muchas reacciones diferentes englobadas en tres
grupos: cadenas protón-protón, el ciclo CNO y el proceso triple-alfa. De esta
forma se crean los elementos más ligeros de la tabla periódica.

Decadencia de la estrella 
Una vez superada la etapa de secuencia principal, la estrella empieza con su
decadencia. Esta etapa cambia mucho en función de la masa de la estrella, pero
como nuestro objetivo es estudiar cómo surgen los elementos químicos, vamos a
centrarnos únicamente en lo que ocurre en estrellas de más de 9 veces la masa de
nuestro Sol. En estas estrellas, además de los procesos comentados antes de la
quema de hidrógeno y de helio, se da también la quema de metales.

Una vez que el combustible básico se ha quemado se


comienzan a utilizar metales (se incluyen también semimetales y gases nobles)
para mantener la estrella activa. A medida que se queman metales más pesados la
estrella se comprime y se aumenta la temperatura para facilitar los procesos de
fusión. Se llevan a cabo cuatro procesos fundamentales en esta etapa: la quema
del carbono (seis protones), del oxígeno (ocho protones), del neón (diez protones)
y del silicio(catorce protones). En estos cuatro procesos se obtiene una amplia
variedad de elementos químicos diferentes llegando finalmente hasta el hierro (26
protones) y el níquel (28 protones).

A lo largo de estos procesos la estrella ha ido diferenciándose por capas, como si


fuera una cebolla, en la que los diferentes elementos químicos se han ido
depositando en una capa determinada. En el centro de la estrella están los
elementos más pesados como el hierro y el níquel.

En todas las transformaciones anteriores siempre hay una ganancia de energía, ya


que la energía producida en la fusión es mayor que la energía necesaria para unir
los átomos. El punto máximo es el del hierro, por lo que a partir de este metal, la
energía obtenida es menor que la suministrada. Esto provoca que la estrella entre
en decaimiento, lo que la lleva irremediablemente al fin de sus días.

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