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Sustituir emociones

Puede sentir Podemos sentir inseguridad, falta de


confianza en el futuro, dificultad para concentrarnos.
Son sentimientos normales, pero hay que dejarlos pasar
porque luchar contra ellos no es efectivo y recrearnos en
ellos nos va a hacer daño”. Y aconseja que cuando surgen
esas emociones negativas, las aceptes pero hagas cosas
para sustituirlas: darte una ducha, hacer ejercicio,
escuchar música, preparar la cena. Cualquier cosa menos
quedarse anclado en ellos.

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calma

Asorey apunta que una de las emociones que sin duda


surgirá a medida que el aislamiento se alargue es
la frustración. “Sentirse frustrado es normal e incluso
sano: nos puede ayudar a reaccionar y a preparar un
nuevo plan de confinamiento” para estas dos próximas
semanas que nos quedan por delante. 

Enfatiza, además, que vinculamos confinamiento con


emociones negativas pero también puede ser un buen
momento para experimentar emociones agradables
(estabilidad, ilusión) derivadas del reencuentro con la
familia y del contacto digital con el grupo social.

La extensión de la cuarentena supone un desafío que debemos aprender a


canalizar, y que tendrá sus altibajos. Foto: Rolando Andrade Stracuzzi
San Román puntualiza que la evolución de las
emociones no sigue una pauta lineal –hay días buenos
y días malos – y depende tanto de nuestra personalidad o
subjetividad –“cuanto más controladora, miedosa o rígida
sea la persona peor lo va a llevar, y cuanto más flexible,
alegre o tranquila, mejor asumirá los cambios”–, como de
las circunstancias y la experiencia de cada uno.

Y en eso coinciden los psicológos: esta situación de


emergencia nos pasa y pasará factura a todos, pero hay
colectivos más afectados, como las personas
con trastornos mentales previos, aquellas cuyo trabajo
o fuentes de ingresos están comprometidas, las que están
enfermas, tienen a alguien cercano ingresado en una
clínica o las que lo pasan solos.

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“La experiencia interna depende de cada uno y sus


circunstancias, y hay que dejar espacio para que cada
individuo se vaya transformando. Unos empezaron
preocupados y se van relajando, otros arrancaron
animados y se van desesperando conforme pasan los
días”, reflexiona San Román.

El reto, dice, es aprender a manejar la indefinición relativa


en cuanto a plazo. “Con las luces cortas no vemos una
fecha concreta para que esto acabe, pero, si ponemos las
luces largas, sabemos que tiene un límite, que no va a
durar seis años, y eso hay que recordarlo para
tranquilizarse“, enfatiza.

Para ese tranquilizarse y ocuparse en lugar de


preocuparse, los psicólogos consultados también plantean
algunas estrategias y consejos útiles.

Rutinas y obligaciones
La primera recomendación para afrontar esta fase de
prórroga aislados, y las que puedan llegar en el futuro,
es fijar rutinas y obligaciones. Quizá nos sirvan las que
hemos aplicado los últimos 15 días o quizá hayamos de
adaptarlas, dependerá de cada uno y sus circunstancias.

Mantener las rutinas de sueño, trabajo y tiempo libre, aunque adaptadas, es


la manera más saludable de pasar la cuarentena. Foto: Shutterstock
Lo que tienen claro los psicólogos es que es necesario
organizarse, porque tanto si cumples home office como
si no, tu día a día debe tener una estructura mínima de
horarios de higiene, sueño, comidas, obligaciones (es
importante mantener la casa limpia y en orden para
facilitar las cosas y sentirse cómodo, que el espacio sea
agradable) y ocio.

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