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Cinco Elementos Tenzin Wangyal Rinpoche PDF
Cinco Elementos Tenzin Wangyal Rinpoche PDF
PREFACIO
En muchos niveles de la tradición Bon, la comprensión de los
cinco elementos resulta de vital importancia, razón por la cual
he dedicado los últimos quince años a comprenderlos. Durante
este tiempo, he investigado estos cinco elementos y mantenido
una relación estrecha con las diosas de los elementos
mediante la práctica. Cuando tuve preguntas acerca de los elementos
o de las prácticas, recé a las diosas de los elementos.
Recibí sus enseñanzas y sus bendiciones en mis sueños. Éstas
y otras experiencias me motivaron a escribir este libro.
Si bien todas las enseñanzas incluidas en el libro están basadas
en textos antiguos, la manera en que se las presenta aquí
también se basa en gran parte en mi experiencia y entendimiento
personales. Para no escribir algo que contradijera las
enseñanzas, revisé muchos de los puntos con mi maestro, Lopon
Tenzin Namdak Rínpoche, y con otros Geshes eruditos de
Nepal y la India, cuando estuve ahí en el año 2000. Agradezco
la orientación y el gran apoyo que me brindaron mediante su
entusiasmo y alegría por la creación de este libro. Si bien ellos
me dirigieron, cualquier confusión o error es totalmente mío.
Durante algunos años he enseñado las prácticas elementales
a mis estudiantes, diseminados por todo el mundo. Me he
sentido feliz de atestiguar los resultados positivos de estas prácticas
tanto en su vida personal como en su crecimiento espiritual.
Quisiera agradecer a todos los estudiantes que han llevado
a cabo las prácticas de los elementos.
Doy las gracias a aquellos que me han apoyado durante
largo tiempo en mi trabajo para traer a Occidente las enseñanzas
del Bón, especialmente a Gerald y Barbara Hines y a Murari
PREFACIO
y Prachi Garodia. Sin su apoyo constante, hubiera sido mu- .
cho más difícil crear el Instituto Ligmincha y hacerla funcionar.
Agradezco a todas las personas de Snow Lion Publícations
por su generosidad y amabilidad, en particular a Christine
Cox, cuyas habilidades han mejorado este libro de numerosas
maneras.
Doy las gracias a Mary Ellen McCourt por su tiempo y su
experiencia en el diseño gráfico, así como a Radek Dabrowski
por proporcionar los dibujos de línea para el libro, no sólo
una vez sino dos, ya que la primera vez los dibujos se perdieron
en el correo.
Por la lectura y los comentarios del manuscrito en diferentes
etapas y ofrecer varias sugerencias que han mejorado el
libro, agradezco a Laura Shekerjian, Alejandro Chaoul, Cecile
Clover y John Jackson. Agradezco también a Steven Goodman
por sus sugerencias en una versión anterior del texto y por las
correcciones que hizo al glosario. Agradezco, asimismo, a Susan
Yenchick por su apoyo.
Especialmente, deseo agradecer a mi querido amigo y estudiante,
Mark Dahlby, quien ofreció varias ideas y sugerencias
que han hecho que esta obra sea más accesible para los
lectores occidentales. Sin su esfuerzo entusiasta, este libro no
podría haber sido realizado.
INTRODUCCIÓN
Crecí profundamente conectado con el poder del mundo
natural; nuestra manera de vivir lo requería. No teníamos
agua entubada ni estufas eléctricas. Acarreábamos el agua en
cubetas desde un manantial cercano, calentábamos nuestras
casas quemando leña y cocinábamos sobre fogatas. Teníamos
un pequeño huerto donde cultivábamos hortalizas -cebollas y
tomates- y, de esa manera, metíamos las manos en la tierra.
Las lluvias del verano significaban tanto inundaciones como
agua para el resto del año. La naturaleza no era conservada en
parques o como adorno al otro lado de la ventana, y el contacto
con los elementos no era por placer, aunque había placer
en él. Por lo tanto, existía una relación directa entre nuestras
vidas y el fuego, la madera, el agua y el clima. Para sobrevivir,
dependíamos de los elementos burdos de la naturaleza.
Quizá dicha dependencia ayudó a que nuestra cultura, al
igual que la mayoría de las culturas indígenas, comprendiera
lo sagrado del mundo natural, lleno de vida, de seres y fuerzas
tanto visibles como invisibles. Durante el Losar, la celebración
tibetana del año nuevo, no bebíamos champaña para celebrar,
sino que acudíamos al manantial local para llevar a cabo un
ritual de gratitud. Hacíamos ofrendas a los nagas, los espíritus
del agua, quienes activaban ese elemento en el área. Hacíamos
ofrendas de humo a los espíritus locales asociados con el mundo
natural que nos rodeaba.
LA RELIGIÓN BON
Dado que muchas personas en Occidente no están familiarizadas
con la tradición Bon, quiero relatar un poco de su historia.
Como en la historia de cualquier tradición, de cualquier
pueblo, de cualquier país, hay varias versiones de su pasado.
La tradición oral afirma que la religión Bón empezó hace más
de diecisiete mil años, pero los estudiosos modernos creen que
fue mucho más tarde. De cualquier modo, el Bon es reconocido
como la religión nativa del Tíbet y el origen de muchas
de sus tradiciones espirituales.
Yungdrung Bón (Bón Eterno) fue el primer camino completo
de liberación espiritual en el Tíbet. Se inició con el Buda
Tonpa Shenrab, nacido en la familia Mushen. Su padre fue
Gyalbon Thokar y SU madre, Yoche Gyalzhema. Vivieron en
'Olmo Lung Ring, en el país llamado Tazig, lugar considerado
por algunos como la nación al noroeste del Tíbet y por otros
como la tierra mítica de Shambala.
CAPíTULO 1
Los ELEMENTOS
En la cultura tibetana se considera que los cinco elementos
tierra, agua, fuego, aire y espacio- son la sustancia de todas
las cosas, objetos y procesos. El estudio de sus interacciones
permea el pensamiento tibetano. El entendimiento de los elementos
forma la base de la medicina, la astrología, el calendario
y la psicología, y es el fundamento de tradiciones espirituales
del chamanismo, el tantra y el Dzogchen.
Los nombres de los elementos son simbólicos; sugieren
una descripción de las cualidades particulares y modos de acción
análogos a los elementos que nos son familiares en el ambiente
natural. Al igual que la mayoría de las culturas, la tradición
tibetana utiliza los elementos naturales como metáforas fundamentales
para describir fuerzas tanto externas como internas.
Por ejemplo, se asignan a los elementos propiedades físicas: la
tierra es solidez, el agua es cohesión, el fuego es temperatura,
el aire es movimiento y el espacio es la dimensión espacial que
alberga a los otros cuatro elementos activos. Además, los elementos
están relacionados con diferentes emociones, temperamentos,
direcciones, colores, gustos, tipos de cuerpo, enfermedades,
maneras de pensar y carácter. A partir de los cinco
elementos surgen los cinco sentidos y los cinco campos de
experiencia sensorial, las cinco emociones negativas y las cinco
sabidurías, y las cinco extensiones del cuerpo. Son los cinco
pranas primarios o energías vitales, así como los componentes
de todo fenómeno físico, sensorial, mental y espiritual.
El uso metafórico de los elementos también es común en
los idiomas de Occidente: una persona puede tener los pies
en la tierra o andar flotando en el espacio, puede ser fluida o
fogosa. La ira es caliente, la tristeza es acuosa; algunas actitudes
pueden ser asentadas o estar al aire.
EXTERNO:
INTERNO:
Los elementos internos son las energías de los elementos, más -
que sus formas. En el cuerpo, éstas son las energías físicas que
bombean nuestra sangre, digieren nuestra comida y encienden
nuestras neuronas. También son las energías más sutiles en las
que se basan y de las cuales dependen nuestra salud y nuestras
capacidades. Actualmente algunas de estas energías sutiles
son reconocidas y estudiadas en Occidente gracias a una reciente
familiaridad con los modelos de medicina oriental que
informan la acupuntura y a los usos novedosos que los médicos
e investigadores occidentales están dando a los distintos
tratamientos basados en las vibraciones. Existen además otras
energías mucho más sutiles que no pueden ser detectadas por
mediciones físicas, pero a las cuales se puede tener acceso mediante
la experiencia directa a través de disciplinas contemplativas
y yóguicas. Este nivel más sutil de energía elemental
no sólo se encuentra dentro del cuerpo, sino que también es .
la dimensión de la energía que los practicantes expertos de
feng shui -el arte chino de ubicar adecuadamente los objetos perciben
en el ambiente. Éstas son las energías que se manifiestan
en fenómenos grupales tales como la conducta de las
masas, el patriotismo y otros. El tantra trabaja con estas energías,
guiándolas en el cuerpo con propósitos específicos valiéndose
de medios yóguicos directos que incluyen la postura
física, la respiración, la visualización y los mantras. El tantra
reconoce las energías como fuerzas divinas.
SECRETO:
TIERRA.
La tierra es la base de nuestra vida ordinaria.
En la visión chamánica del mundo,
la tierra es el centro de todo y está
situada al centro del mandala, tanto en
representaciones gráficas como en la experiencia.
(En tantra y Dzogchen, el espacio es considerado la
base y el centro.)
La mayoría de las cualidades elementales de la tierra pueden
ser percibidas de manera intuitiva: pesada, sólida, conectada,
segura. La tierra tiene gravedad. Puede ser rica y fértil
cuando está en armonía con los demás elementos -cuando
hay suficiente calor, humedad y buena ventilación. También
puede ser fría e insoportable si no hay suficiente calor, árida
y áspera si no hay suficiente agua, y estéril y sin vida si le falta
arre.
Cuando en nosotros la tierra está equilibrada, nos sentimos
estables, firmes, confiados. No somos demasiado pesados
ni demasiado ligeros. Estamos arraigados en nuestra experiencia.
No es fácil que perdamos el equilibrio ni el contacto con
lo que es importante. Cuando sabemos algo, no perdemos ese
conocimiento. Nuestra fe es estable. Nuestras intenciones no
son fácilmente desviadas por el impulso y nuestros esfuerzos son
consistentes. Somos responsables y podemos valemos por
nosotros mismos. La dimensión más elevada de esta cualidad
es el arraigo en el ser puro.
Si hay demasiada tierra, todo nos cuesta trabajo, somos
lentos y perezosos, estamos embotados, apagados, demasiado
sólidos, incapaces de movemos. Nuestro pensamiento es pesado,
literal y falto de creatividad. El exceso de tierra puede dar
como resultado la depresión o la inmovilidad o la resignación en
nuestras profesiones, en nuestras relaciones o en nuestras
prácticas espirituales. Entonces se hace difícil realizar cambios;
nos identificamos con los problemas y éstos parecen ser muy
sólidos. Nos agrada dormir. Intentamos meditar pero nos quedamos
dormidos. Y después, al despertar, tendemos a olvidar
nuestros sueños parcial o totalmente. Un exceso de tierra puede
hacemos insensibles o faltos de inspiración. El exceso de tierra
puede hacer que estemos callados todo el tiempo o que, una
vez que empezamos a hablar, no podamos parar. Llegar tarde
a todas las citas o ser puntuales al minuto pueden ser expresiones
del elemento tierra. Tradicionalmente, el aspecto negativo
de la tierra es la ignorancia.
Si tenemos poca tierra, no tenemos ancla. Somos volátiles,
divagamos o estamos agitados. Puesto que no podemos completar
lo que empezamos, nos sentimos desarraigados e insatisfechos.
No nos sentimos en casa en ningún lado; siempre
estamos buscando algo que nos estabilice y nos haga sentir
seguros.
Si nos falta tierra, existen distintas maneras de tomar arraigo.
Además de hacer los ejercicios descritos más adelante en
este libro, podemos utilizar otros enfoques adicionales. Por
ejemplo, una casa segura, una relación sana, o un trabajo estable
pueden ayudar a generar un sentido de arraigo. En ciertas
situaciones, el corregir la situación externa puede ser lo
apropiado. Una vez que desarrollamos cierta seguridad externamente,
el sentido de estabilidad puede servir como base en
la cual desarrollar cualidades internas positivas. Por lo general,
es mejor encontrar la cualidad positiva dentro de nosotros y
manifestada hacia fuera, pero a veces resulta útil invertir la
secuencia.
AGUA.
Cuando el elemento agua está en equilibrio,
nos sentimos a gusto con nuestra
vida y con nosotros mismos. Podemos
fluir, movemos con facilidad tanto en
nuestro entorno como en las situaciones
y relaciones de la vida. El agua en equilibrio,
es la aceptación de las situaciones;
es el gozo y la satisfacción. La dimensión
superior del agua en la experiencia personal es la felicidad de
ser; es la alegría de estar vivo que es algo innato, más que algo
que dependa de las circunstancias externas. Cuando estamos
conectados con el gozo del elemento agua, ésta se manifiesta
hacia fuera. Tendemos a estar contentos con la gente que conocemos,
con los lugares a donde vamos. Disfrutamos la vida.
Esta alegría puede perderse con el sufrimiento inevitable
que acompaña la experiencia dual. Y así, la buscamos afuera,
creyendo que estaremos a gusto una vez que encontremos una
pareja nueva, un trabajo nuevo, la riqueza, un grado académico,
un título, el reconocimiento o aquello en lo que estemos
enfocados en el momento. Pensamos que la felicidad se encuentra
en el tener y el hacer, en lugar de en el ser.
FUEGO.
El aspecto positivo del fuego es la capacidad
de crear, de iniciar proyectos en
todos los niveles y lograr aquello que la
creatividad pone en movimiento. La intuición
está relacionada con el fuego, así
como el entusiasmo y la exaltación. El
fuego en equilibrio da como resultado
iniciativas inspiradas, alegría en el trabajo
y logros. El fuego está relacionado con un gozo y una alegría
que son diferentes del gozo del elemento agua, que está
vinculado con la aceptación y la satisfacción. El gozo del fuego
está más relacionado con el entusiasmo y con el goce en el
cuerpo, así como con el gozo de las experiencias del despertar.
La experiencia más elevada del fuego es el gozo de ser. Su
expresión más elevada es el desarrollo de la sabiduría del discernimiento.
Las personas con demasiado fuego se agitan con facilidad.
Las cosas sencillas provocan su irritabilidad, y pueden reaccionar
de manera impulsiva, estallando, sin pensar, con palabras
y ademanes de enojo. Al carecer de tolerancia, pueden sentirse
molestas frente a las diferencias en materia de religión, de raza
o de filosofía. Pueden llegar a molestarse incluso por la manera
como se sientan o hablan los demás.
Debido a que el fuego es lo opuesto a la tierra, el exceso
de fuego suele dar como resultado una falta de arraigo. Hay
mucho movimiento rápido e inestabilidad. Si además del exceso
de fuego hay falta de agua, la incomodidad y la inquietud
pueden ser persistentes. Para una persona así, es difícil permanecer
sentada por más de cinco minutos; siempre hay algo que
hacer. El silencio y la quietud le pueden resultar molestos.
Tiene dificultad para dormir. Es frecuente que las personas
con demasiado fuego hablen mucho y muy rápido; antes de que
hayan terminado de articular una idea, les surge la siguiente.
Todo les viene a la mente de manera continua.
En la práctica de la meditación, el exceso de fuego da como
resultado pensamientos que llegan rápido y son difíciles de controlar.
Surgen constantemente ideas nuevas, que parecen demasiado
importantes para ser hechas a un lado. Hay falta de
tranquilidad, falta de paz y demasiada agitación e inquietud.
La agitación puede surgir de una relativa falta de agua; la inestabilidad
puede ser falta de tierra.
Cuando no hay suficiente fuego en el camino espiritual, el
practicante no tiene la energía ni la inspiración requeridas
para hacer la práctica, o tiene dificultad para encontrar gozo
y alegría en la misma. Lleva a cabo la práctica como rutina,
sin la inspiración para dar el salto hacia un nuevo entendimiento
o una experiencia nueva. Como resultado, el desarrollo
de la práctica es mucho más lento.
Cuando hay deficiencia de fuego, también hay falta de
vitalidad y de inspiración. No se disfruta el trabajo. No hay
entusiasmo. Nada nuevo surge. La vida puede ser un ciclo de
existencia rutinaria y trabajosa. 0, si hay una falta de fuego
con predominio del aire, puede haber movimiento, pero éste
es repetitivo y poco creativo. La persona puede ser aguda intelectualmente
debido al aire- pero incapaz de crear a partir
de aquello que aprende.
Las prácticas para desarrollar fuego son: el fuego interno
tummo), práctica que se ha hecho famosa por la documentación
sobre los practicantes que, sentados sobre la nieve, son
capaces de secar toallas mojadas con el calor de su cuerpo; la
práctica del rushen externo, en la que el practicante se rinde a .
la experiencia de las tendencias kármicas para poder diferenciarlas
de la experiencia pura, y algunos yogas físicos.
AIRE
Aire es el elemento que conlleva el cambio
y, cuando está desarrollado, podemos
transformar lo negativo en positivo, el odio
en amor, los celos en apertura, la codicia en
generosidad, el orgullo y el egoísmo en paz.
El aire está relacionado con la curiosidad,
el aprendizaje y la flexibilidad del intelecto.
En su aspecto más avanzado, está la sabiduría que todo lo
logra.
Usualmente, cuando el aire predomina, las cualidades de
tierra yagua son deficientes. Por lo tanto, hay poca estabilidad
y satisfacción. Nos es difícil perseverar. Si estamos en algún
lugar, otro nos parece mejor, y una vez que estamos en el
nuevo lugar, queremos estar en cualquier otro. Es difícil aceptar
las cosas tal como son, encontrar y conectarse con la comodidad
con aquello que es. Podemos estar nerviosos, preocupados,
volátiles o incapaces de enfocarnos. La felicidad da
paso a la infelicidad cuando encontramos aun una pequeña
negatividad. La determinación cede ante la incertidumbre. La
creencia se derrumba fácilmente. No hay gravedad interna,
por lo que las influencias nos arrastran de un lado a otro.
Cuando hay deficiencia de aire, es fácil quedarse atascado
y es difícil hacer cambios. Cuando surge una inquietud, permanece
allí. Cuando se presenta una preocupación simple, se
aloja en nuestro interior.
Cuando el aire está en equilibrio, las inquietudes y las preocupaciones
dan paso a lo siguiente, se encuentra una solución.
El aire en equilibrio nos permite ser flexibles. Si las cosas
no van bien, aún podemos apreciar otros aspectos de la experiencia:
puede haber malas noticias y al mismo tiempo un
cielo hermoso. El aire permite que la mente se mueva en nuevas
direcciones, que veamos las cosas desde perspectivas diferentes,
y esto permite la acumulación de conocimiento y entendimiento.
La prontitud con la que podamos transformar la
negatividad de la ira, la depresión, la irritación o la auto conmiseración
en algo positivo, depende de qué tan desarrollado
tengamos el elemento aire.
El elemento aire también es el prana que conduce a la
mente. Razón por la cual, en tantra y Dzogchen, se recomiendan
movimientos físicos y posturas para controlar al elemento
de manera que éste sea un apoyo para experiencias particulares.
Cuando el aire está perturbado, es difícil para la mente
poderse concentrar. Es difícil sentarse a meditar. Hay impaciencia.
Surgen preguntas y hay necesidad de planteadas.
Cuando hay demasiado aire, es difícil experimentar el vacío de
la base de todas las cosas, el kunzhi, porque la mente y la
energía se disparan hacia todos lados, atraídas hacia la claridad
y la manifestación.
El aire lo conecta todo; tiene que ver con todo tipo de comunicación.
Como prana, el elemento aire permea todas las
cosas y todos los lugares; es la energía esencial de la existencia.
En las prácticas tibetanas que se llevan a cabo en el momento
de la muerte, el lama invoca al espíritu del muerto a
través del elemento aire, mediante la inhalación. Una vez que
el espíritu ha sido contactado, el lama le ayudará a resolver
aquello que dejó pendiente al morir.
Algunos de los tan tras hablan de la relación del aire con
los poderes mágicos. La magia siempre tiene que ver con la
transformación; sin la energía elemental del aire, no hay transformación.
Tradicionalmente, se dice que la falta de aire inhibe
la capacidad de realizar magia y que dificulta la posibilidad de .
dirigir el propio renacimiento.
Cuando hay falta de aire, es frecuente que no haya progreso
en las prácticas espirituales y que no seamos capaces de
transformar en práctica aquello que surge.
Las prácticas que desarrollan aire son las prácticas de tsa
lung, que trabajan con los canales y el prana en el cuerpo.
Éstas incluyen el yoga físico de trul khor, el pho wa o transferencia
de la conciencia; la respiración contemplativa, durante
la cual el canal central se abre utilizando la respiración y la
visualización, y otras. Algunas de estas prácticas se describen
en detalle más adelante en el libro. En general, las prácticas
relacionadas con el aire separan el prana puro del impuro, lo
cual además significa separar los estados mentales puros de los
impuros. El aire es el elemento que da lugar al discernimiento
y a la separación de dichos estados.
ESPACIO.
Todo surge del espacio, existe en el espacio
y se disuelve en el espacio. En nosotros,
este elemento sagrado se manifiesta
como la conciencia despierta. La experiencia
es lo que surge en la conciencia
despierta, como el contenido de la conciencia
despierta; pero no es algo distinto
de la conciencia despierta.
Cuando el elemento espacio está equilibrado, hay suficiente
lugar en nuestra vida, podemos albergar cualquier cosa que
surja. Hay suficiente tiempo, suficiente capacidad emocional
y suficiente tolerancia. Todos los elementos de la experiencia
tienen cabida; no son demasiados ni demasiado pocos. No estamos
disociados de la experiencia ni atrapados por completo
en ella. En lugar de perseguir el contenido de la experiencia o
huir de él, estamos más arraigados en nosotros mismos o en
aquel que experimenta.
Cuando este elemento domina, estamos "flotando en el espacio"
y no podemos conectamos con los contenidos del espacio,
es decir, con los demás elementos. Dicho estado no es una
integración con la mente primordial. Simplemente perdemos
la conexión. Puede haber una pérdida de la razón de ser, y no
por efecto de la depresión que puede ser producto del predominio
del elemento tierra, sino debido a una conexión superficial
con la vida que nos deja desenraizados y a la deriva. El
exceso de espacio da como resultado una falta de conciencia
despierta, una falta de presencia. Estamos perdidos y perdemos
el contacto.
Mientras que el exceso de espacio nos hace perder el contacto
con las cualidades que surgen en el espacio, la falta de
espacio nos hace estar dominados por cualquier cosa que surja.
Todo nos parece sólido e impenetrable. Los problemas
pequeños pueden ser avasalladores, y las grandes dificultades,
devastadoras. El tener muy poco espacio facilita el predominio
de otro elemento y hace más factible que éste determine
nuestras reacciones.
Una persona con espacio en equilibrio puede trabajar de
tiempo completo, tener una familia, cuidar un hogar, meditar
y emprender prácticas espirituales, y dar cabida a todo. Hay
suficiente espacio para todo. Otra persona en la misma situación
pero con muy poco espacio, no puede soportado; el trabajo
es demasiado, los hijos son una molestia, no hay tiempo
para los amigos, no hay tiempo para cocinar y no hay manera
de relajarse. Otra persona que se encuentre en la misma situación
pero que esté dominada por el espacio va a la deriva por
la vida: no le importa su trabajo, se distancia de sus hijos, su
cónyuge es sólo un compañero de habitación, le da igual si se
llevan a cabo las tareas o no. No hay suficiente enfoque.
Por lo general, nos identificamos con nuestra situación .
externa: trabajo, relaciones, intereses, cuerpo, etcétera. Esto es
identificarse con el contenido del espacio, con la experiencia
en lugar de con el experimentador. Desde luego, entonces,
cuando perdemos alguna de estas cosas, nos sentimos perdidos.
La relación cesa, el trabajo termina, nos mudamos a otro
lugar, y decimos que estamos perdidos. Estamos a medio camino
y no sabemos quién o qué somos.
Si nos integramos completamente con el elemento espacio,
conocemos la naturaleza de la mente. Entonces, somos
libres porque no estamos atados a aquello que surge en la experiencia.
Nos percatamos de nuestra verdadera naturaleza y
no tratamos de encontramos en las particularidades de nuestra
situación. Estamos conectados con la esencia y no buscamos
afuera la causa de nuestros problemas. Sabemos que cualquier
problema que estemos experimentando es simplemente algo
que surge en el espacio; no tenemos que convertimos en el problema.
Podemos sostenemos mediante la experiencia del ser,
en lugar de a través de cómo nos ven los demás o de lo que
tenemos o lo que hacemos. Hay más aceptación de nosotros
mismos y de aquello con lo que nos encontramos.
Por ejemplo, un hombre que tiene una hermosa familia y
un negocio exitoso y se identifica con estas dos cosas, puede
perder ambas. Entonces puede perderse o abrirse, dependiendo
de su relación con el espacio. Una situación dolorosa puede
tener resultados negativos o positivos, dependiendo de la reacción.
Con la pérdida de la definición externa, la identidad
.puede volverse estrecha, temerosa y frágil, o puede extenderse
más allá de sus límites normales al identificarse con el espacio
en el que surge la experiencia.
En la práctica de la meditación, el espacio en desequilibrio
da lugar a una falta de enfoque y de presencia. La mente se
distrae con facilidad con todo lo que surge en ella porque nos
identificamos con la experiencia en lugar de identificamos con
el fundamento de la experiencia. Dzogchen es la práctica principal
para desarrollar el elemento espacio; sin embargo, cuando
los otros cuatro elementos alcanzan el equilibrio, también
el espacio alcanza su realización. La sabiduría del vacío está
relacionada con el espacio.
LA PURIFICACIÓN Y EL CULTIVO
Hay herramientas para interrumpir o transformar los aspectos
negativos de la experiencia que van encaminados hacia la manifestación.
Las prácticas de purificación pueden ser efectivas.
En el nivel físico, dichas prácticas pueden incluir restricciones
alimenticias, austeridades y reglas de conducta. En el nivel emocional,
consisten en renunciar a ciertas actitudes y emociones
negativas. En tantra hay diversas prácticas de visualización que
nos purifican a nosotros, a otros seres y a toda la existencia.
Además, podemos cultivar aspectos positivos de la experiencia.
Nadie tuvo que instruimos para cultivar cualidades
negativas: cuando tenemos un problema, rumiamos en él indefinidamente.
En cambio, podemos entrenamos para tener
pensamientos positivos. Cuando nos damos cuenta de que tenemos
fantasías de ira, podemos generar pensamientos compasivos.
Podemos cultivar el amor y la alegría, la creatividad y
la estabilidad -las cualidades positivas de los elementos puros.
Por ejemplo, en las enseñanzas sútricas, tanto en el Bon
como en el budismo, está la enseñanza de cultivar los cuatro
inconmensurables: amor, compasión, gozo y equilibrio. Se considera
que estas cuatro cualidades apoyan particularmente el
camino espiritual. Si tratamos de cultivar alegría, por ejemplo,
primero encontramos la experiencia del gozo en nosotros
mismos. En aquellos momentos en que nos sentimos naturalmente
gozosos -tal vez cuando estamos con personas queridas,
o frente a la belleza de la naturaleza, o escuchando música-,
podemos traer ese gozo a nuestra conciencia. El gozo no
depende de esas situaciones, es una capacidad que tenemos y
que es activada cuando se encuentra con un objeto externo
o una situación que la sustenta.
LA, YI Y SEM
un amanecer o de flores en plenitud son considerados propicio.
En la cultura tibetana, cuando se encuentra una señal
desfavorable, hay remedios para proteger las cualidades positivas
que se ven amenazadas o para recuperarlas cuando se han
perdido. Por ejemplo, cuando se percibe un augurio negativo,
la gente podría imaginar sus manos derecha e izquierda como
los discos del sol y de la luna; imaginan el poder y la energía
solar y lunar, los visualizan mentalmente, tratan de sentir dicha
energía en el cuerpo y luego juntan sus manos dando una
palmada, diciendo: "Para aquello que me amenazó en la pesadilla"
-juna palmada! o, "Disperso las fuerzas negativas representadas
por estos símbolos (señales o sueños)" -juna palmada!
El propósito de la fuerte palmada es ahuyentar las fuerzas
negativas.
Creo que este proceso es similar a lo que hacen los católicos
cuando hacen la señal de la cruz al encontrarse frente a
algo negativo o que los asusta. Otras culturas tienen sus propios
símbolos y acciones. Aun aquellas personas que creen que
todo esto es superstición infundada se sienten incómodas
cuando encuentran ciertas señales o una serie de imágenes y
sucesos negativos. Hay un malestar, una sensación de desorden,
un sentimiento de opresión negativa. En las culturas seculares,
culpan de ese malestar a un alimento descompuesto o a
las primeras señales de una enfermedad (algo aceptable). Pero
ésa no es una manera muy útil de responder ante la situación.
Las prácticas chamánicas proporcionan instrumentos que pueden
equilibrar energéticamente una situación y restaurar la
armonía en la relación entre el individuo y el medio ambiente.
LA, YI Y SEM.
En los vehículos chamánicos hay diversas maneras de considerar
la salud y el bienestar; todas están basadas en el entendimiento
de los elementos. Como mencioné antes, cuanto más .
equilibrados estén los elementos, mejor será la salud, y cuanto
menos equilibrados, peor será. Lo Mismo ocurre en todos los
niveles: físico, emocional, psicológico, energético y espiritual.
Algunos textos se refieren a lo anterior en términos de la (bla)
yi (yid) Y sem (sems). No hay una traducción exacta al español
de estos términos. Además, estas palabras pueden tener distintos
significados dependiendo del nivel de las enseñanzas. En
textos Dzogchen, por ejemplo, sem (mente) incluye aquello
que en los vehículos causales está dividido en sem y yi. Obsérvese
que aquí los términos se relacionan con los vehículos
chamánicos y que los mismos términos se explican de diferente
manera en distintos contextos.
En general, la se traduce como "alma", pero, más precisamente,
la es la profundidad de quienes somos. En el nivel más
profundo, es el equilibrio de las cinco luces puras, las energías
elementales puras. En el nivel de la vida ordinaria, la es
la capacidad de experimentar las cinco cualidades elementales:
estabilidad, comodidad, inspiración, flexibilidad y adaptabilidad.
La está asociado con las huellas kármicas que nos hacen
humanos en lugar de alguna otra cosa, como una tortuga o un
dios. Nuestro la es un la humano. El la de un tigre es un la
de tigre. El la determina qué tipo de ser seremos, así como
gran parte de nuestra identidad y capacidad individual.
El la es la base de nuestra vitalidad, de nuestra fuerza
interna como individuos. Puede ser dañado o acrecentado,
robado y recuperado. Si somos humillados, se debilita. Si
tenemos éxito en ·10 que es importante para nosotros, se ve
reforzado. Si actuamos con integridad, se fortalece. Si nos
traicionamos, pierde vigor.
A menudo traduzco la como "bondad fundamental humana"
porque es el fundamento de nuestra capacidad de experimentar
las cualidades positivas. Nacemos con la capacidad de
confiar en nuestra madre, de desarrollar amor y conexión, de
ser bondadosos. Esto es bondad fundamental humana: amor
básico, confianza básica, conexión básica, etcétera. La bondad
fundamental humana puede ser desarrollada mediante tradiciones
y orientaciones religiosas, morales y espirituales, pero es
innata. A medida que se lo desarrolla, el la se hace más fuerte
y puede ser sanado si es necesario.
Siempre nos encontraremos con condiciones y sucesos que
perturban al la: problemas familiares, opresión política, enfermedad,
accidentes. Las entidades no físicas también pueden
afectamos de manera negativa. Cualquiera que sea el origen,
si el la es lastimado -por cualquiera de estas causas- y no hay
suficiente fuerza para sobrellevar esa herida, la bondad fundamental
humana puede resultar dañada. Las capacidades para
confiar, amar, dar y recibir pueden verse restringidas. Esta es
la forma psicológica en la que se manifiesta el daño en el la.
También puede manifestarse física y energéticamente. Los aspectos
positivos de las cualidades elementales pueden perderse.
En la astrología tibetana se dice que la es la madre de la
fuerza vital; si se daña el la, la fuerza vital disminuye. El daño
puede ocurrir lentamente, a lo largo de un período de tiempo,
o de golpe. Después de un accidente, por ejemplo, puede
haber un daño duradero: un temor que no cede, un cambio
negativo de perspectiva, y otros. A este tipo de daño o perturbación
de la bondad fundamental humana lo llamamos "pérdida
del alma".
Mientras que el la determina las cualidades y capacidades
del individuo, el yi es el movimiento de la experiencia conformado
por el la. La es la capacidad de sentir alegría o tristeza,
confianza o desconfianza; yi es aquello que de hecho siente
alegría o tristeza, confianza o desconfianza. Y1 es el aspecto
reflexivo de la mente, en el cual las capacidades y cualidades
contenidas en la surgen en la experiencia.
El sem es la mente activa, conceptual. Tiene la capacidad .
de entender, juzgar, conocer y decidir. La condición de la y de
yi determina qué tan bien lo hace.
La condición del la se manifiesta como las capacidades y
cualidades de la mente individual. Cuando ella está equilibrado,
de manera similar las imágenes y los pensamientos que se
manifiestan en la mente son sanos y equilibrados. Cuando el
la está dañado, los pensamientos y las imágenes en la mente
son correspondientemente negativos y malsanos.
Los tres -la, yi y sem- no pueden separarse. Deben ser considerados
juntos en la práctica chamánica porque la salud de
cada uno de ellos depende de la salud de los tres, y la salud
de los tres está relacionada con el equilibrio de los elementos.
LA, SOK y TSE
Otro trío de términos que también se utiliza en los vehículos
causales para referimos a la salud del individuo es: la, sok
(srog), y tse (tshe). La, como expliqué antes, es la capacidad
kármica para las cualidades humanas positivas básicas. Tse
(o duración de la vida) es el potencial de la extensión de nuestra
vida. Consideramos que puede ser dañado o acrecentado.
Sok, la fuerza vital, es la vitalidad y está estrechamente relacionada
con rigpa, la conciencia despierta innata. Al igual que
rigpa, la fuerza vital, más que personal, es ilimitada y sin
identidad. A diferencia de rigpa, la fuerza vital puede ser perdida
o acumulada. Cuando sentimos aversión a la experiencia,
nuestra fuerza vital se debilita. Cuando percibimos la belleza
aun en la peor situación, nuestra fuerza vital se ve acrecentada.
La belleza relativa puede avivar el intelecto y abrimos en cierta
medida, pero el percibir la belleza del ser puro alimenta la
fuerza vital en un nivel más profundo.
La plegaria sincera, expresión emocional pura, incrementa
la fuerza vital. Las experiencias sensuales del color y de la
belleza en la naturaleza, así como la apreciación de dicha experiencia,
alimentan la fuerza vital. Si no sientes apreciación
por la vida en la actualidad, utiliza tu mente para generada:
"Éste es un hotel bonito, éste es un árbol hermoso, ésta es una
buena persona", y así sucesivamente. La fuerza vital puede ser
recuperada de cualquier dimensión mediante la apertura, la
aceptación y la apreciación. Las personas que tienen una pareja
a la 'que aman, o incluso una mascota a la que quieren,
viven más tiempo y sanan más rápido que aquellas que están
solas. Donde hay amor hay conexión y apreciación. Por medio
de la conexión se fortalece la energía del elemento tierra, y ésta
fortalece la fuerza vital.
Dado que la relación con la naturaleza -los elementos
burdos y la belleza del mundo natural- es tan importante, es
bueno practicar la apreciación consciente de la tierra, el aire,
el cielo, el calor y el agua. Una conexión positiva con los espíritus
asociados con los elementos también puede aumentar
la fuerza vital.
PRACTICAS.
Los vehículos chamánicos contienen un gran número de prácticas
que incluyen meditaciones, visualizaciones, mantras y
oraciones. Hay múltiples rituales de rescate, recuperación del
alma, cultivo de la fuerza vital, longevidad, sanación, purificación,
invocación y protección. Algunas prácticas son sencillas
y otras, muy complicadas. Aquí sólo me enfoco en dos de
ellas. La primera implica trabajar con los elementos naturales
en bruto para obtener sanación y apoyo. La segunda es una
práctica que recurre a las cinco diosas de los elementos que
nos ayudan a recuperar las energías perdidas o dañadas. En el
Tíbet se llama a esto "recuperar las esencias de los elementos"
('byung bdi bcud 'dus). También incluyo información acerca de
cómo hacer ofrendas.
TIERRA.
Ve a un escenario natural donde haya una sensación intensa
de las cualidades de la tierra y siéntate en el suelo. Si eres sensible
a estos tipos de energías o te gustaría desarrollar esta
sensibilidad, camina a tu alrededor y trata de encontrar el
lugar con mayor energía de tierra. No te pongas neurótico al
respecto: ya sea que realmente tengas esta sensibilidad o que
utilices tu imaginación, por ahora no importa; estás encontrando
apoyo para la práctica, yeso es lo importante. Cuando
encuentres el lugar, siéntate ahí. Si quieres hacer algo más,
puedes excavar un hoyo, de preferencia en forma de cuadrado.
FUEGO.
Cuando tengas tiempo, encuentra un sitio soleado, como una
banca tibia. Si no hay sol, siéntate cómodamente frente al
fuego. Si no puedes hacer ninguna de estas dos cosas, siéntate
cerca de un calentador o de una estufa, o imagina que estás
cerca de una fogata. Pon atención en lo que sientes: el calor
en tu piel, la relajación. Lleva el calor hacia dentro de tu piel,
a los canales del cuerpo. Siente el calor del fuego circulando
por tu cuerpo, el calor de la sangre, el calor del metabolismo,
el calor de los músculos, el calor de los impulsos nerviosos.
Siente la emoción cálida y la alegría. Recupera esa cualidad.
Siente cómo llena el centro de tu cuerpo, cómo llena el
canal central. Siente la calidez en tu corazón, el centro de tu
ser. Permite que impregne toda tu conciencia.
Es un placer sentarse bajo los rayos del sol, pero si uno no
interioriza la cualidad del fuego, sólo recibe una parte de lo
que se le está ofreciendo. La energía del fuego no sólo tiene que
ver el calor y lo reconfortante sino también con la maduración.
El fuego purifica mientras quema lo negativo. El fuego
es la energía elemental subyacente en la creatividad y los logros,
en la dicha tanto sustancial como insustancial. El fuego
está relacionado con el orgasmo y, más sutilmente, con el gozo
de la energía que circula por el canal central.
Cuando no te sientas inspirado, o estés aburrido o apagado,
conéctate con el fuego. Cuando trabajes con un hábito o
tendencia negativa, quémalos en el fuego de tu práctica. Usa
tu mente para llevar el fuego a las áreas de tu cuerpo que están
enfermas o heridas; utilízalo para purificar la zona y reforzar
el proceso de curación. Cuando te sientas débil e inseguro,
conéctate con el fuego para recibir su fuerza y su visión creativa.
Cuando estés fatigado o poco inspirado, recurre al fuego para
fortalecer tu voluntad.
AIRE.
ESPACIO.
Mirar el cielo es una práctica muy importante. Súbete a la
cima de una colina desde donde tengas un panorama claro y
amplio del cielo. Enfrente de ti hay un espacio vasto. Tus ojos
deberán estar abiertos y tu cuerpo, relajado, y tu respiración
deberá ser libre y suave. Inhala la claridad del cielo y
disuélvete en ella al exhalar. Deja que el espacio puro, infinito,
penetre tu cuerpo, tu energía, tu mente. Integra tu conciencia
despierta con el espacio. Fúndete con el espacio.
Cuando te integras con el espacio, ocurre la curación. Los
nudos apretados y restrictivos de la ira y el temor, del deseo
y la preocupación, se disuelven. Las tensiones se disuelven.
Los pensamientos se disuelven. Tus diversas identidades comienzan
a disolverse. Cuanto más te integras con el elemento
espacio, tu conciencia se vuelve más clara y expansiva, no se
mancha de aquello que surge en ella, se mantiene siempre
fresca, abierta y espontánea. El espacio da cabida a todo sin
esfuerzo alguno. No dejes que esta práctica sea sólo un ejercicio
conceptual; lleva a tu interior la experiencia del espacio
vacío, encuéntralo en ti mismo y descubre que eso eres tú. En
este nivel de práctica, no se trata de percatarse de la naturaleza
de la mente (como sería si fuera una práctica Dzogchen),
sino de disolver los problemas cotidianos, haciendo espacio
para la experiencia positiva y encontrando y desarrollando la
capacidad de liberar lo negativo.
DEDICACIÓN ..
Al final de todas las practicas, imagina que has acumulado
méritos al emprender prácticas espirituales. Dedica estos méritos
al bienestar de todos los seres. Genera el deseo sincero de
que todos los seres sean liberados del sufrimiento y que encuentren
la senda espiritual. Hay muchas plegarias que se
pueden recitar o cantar, pero es más importante desarrollar
verdaderamente la compasión.
LOS ESPÍRITUS ELEMENTALES
Muchas culturas que viven en cercanía con la tierra desarrollan
una apreciación de la dimensión espiritual de los elementos
naturales. Reconocen que los elementos no son sólo materiales
burdos -también son un medio ambiente habitado
por deidades y espíritus inferiores y superiores. Hay seres
sintientes que viven en cada uno de los elementos.
HACER OFRENDAS:
En todas las tradiciones de la práctica espiritual tibetana, se
hacen regularmente ofrendas a los espíritus. El mandala, parte
de las prácticas fundamentales del Bon, así como de las cuatro
escuelas de budismo tibetano, es una ofrenda para la primera
y la segunda clases de invitados. La práctica de chod es una
ofrenda para las cuatro clases de invitados y en particular para
los invitados kármicos. La dedicación del mérito, que sigue
a toda práctica, es una ofrenda a todos los seres, en especial a
las tres clases de invitados inferiores que aún están en samsara.
Ofrecemos los alimentos que comemos y lo que bebemos.
Ofrecemos lo bello a aquellos que están por encima de nosotros.
Ofrecemos lo que nos sobra a quien pueda obtener
beneficio de ello. Todo puede ser ofrecido; el único límite es
el que impongamos. En los vehículos causales se describe un
gran número de prácticas de ofrendas.
Algunos rituales de ofrendas son muy elaborados y requieren
varios días de preparación. Las ofrendas pueden incluir
todo tipo de alimentos, torma (figuras hechas de harina de
cebada pintada), alcohol, textos preparados especialmente, piedras
preciosas y joyas, rezos extensos, repeticiones de mantras
y muchos otros materiales. Las ofrendas también pueden hacerse
con los alimentos sobrantes de la comida, o llevarse a
cabo totalmente en la imaginación. Si bien la mayoría de las
veces hacemos ofrendas por medio de visualizaciones, también
es bueno hacer ofrendas sustanciales, ya que ayudan a enfocar
y profundizar el ritual.
Con ciertas prácticas, como la de recuperar el alma, estamos
recobrando aquello que hemos perdido o curando lo que
está dañado, y el hacer ofrendas forma parte de estas prácticas.
Pero además, podemos hacer ofrendas regularmente, aun cuando
todo esté en orden. Podemos hacer ofrendas para conservar
la armonía con seres no físicos y evitar que causen obstrucciones,
para pedirles que eliminen obstáculos existentes, para beneficiar
a los espíritus; para solicitar su apoyo en asuntos
mundanos y espirituales, para honrar nuestras obligaciones
hacia los protectores y guardianes y deidades tántricas, y para
desarrollar la generosidad.
Aunque no ahondo en los detalles de la práctica de las
ofrendas, he incluido información acerca de algunas de las maneras
de hacer ofrendas regularmente.
La práctica se repite una vez para cada uno de los cinco elementos.
Recita el mantra de larga vida.
El mérito de la práctica se dedica al bienestar de todos los
seres.
GURU YOGA
Realiza la práctica del Guru yoga.
El Guru yoga es una práctica fundamental en todas las
tradiciones tibetanas. Si no has aprendido alguna forma de la
práctica, puedes visualizar a todos los seres iluminados y
maestros con quienes estás conectado y rezarles. Relaja tu
cuerpo y abre tu corazón. Genera sentimientos de devoción y
de gratitud. Haz una petición sincera de ayuda y apoyo en tu
camino espiritual, y especialmente para la práctica que estás
por realizar.
La figura central en la visualización puede ser un buda o
tu maestro. Si has recibido la iniciación o transmisión apropiada,
puedes visualizar a una deidad masculina o femenina.
Visualiza un gran fuego de sabiduría que viene del corazón del
maestro, quemando tus huellas kármicas negativas y obstáculos.
Después de la llama, imagina vientos poderosos de sabiduría
soplando con fuerza desde el corazón del maestro y
llevándose los residuos que el fuego ha dejado, así como cualquier
obstrucción restante. Por último, visualiza un torrente
de agua pura que corre desde el corazón del maestro, lavando
cualquier negatividad que haya quedado, dejándote completamente
purificado -como una vasija pura, apta para recibir las
enseñanzas sagradas.
Ahora, recibe la iniciación del maestro: un rayo de luz
blanca pura, que se origina en el chakra detrás del entrecejo
del maestro, brilla hacia tu chakra correspondiente, situado
detrás de tu entrecejo. Al hacer lo anterior, recibes la iniciación
y la investidura del poder del cuerpo. Siente tu cuerpo
entero relajado. Luego, una luz roja pura irradia desde el chakra
de la garganta del maestro hacia tu chakra de la garganta. Con
esto, recibes la iniciación y la investidura del poder de la energía.
Siente una relajación más profunda. Después, una luz azul
pura brilla desde el corazón del maestro hacia el tuyo. Así,
recibes la iniciación y la investidura del poder de la mente.
Siente la relajación en la dimensión más sutil de ti mismo.
Luego, imagina al maestro y a los seres iluminados que lo
rodean transformándose en una luz que penetra tu cuerpo a
través del chakra de la coronilla y luego desciende para descansar
en tu corazón. Deja que todo esfuerzo, visualización y
pensamiento se disuelvan, y descansa en la presencia clara. Si
has sido instruido en la naturaleza de la mente, reposa ahí
durante la práctica. Si no, permanece tan presente y atento
como sea posible.