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El tercer día de la cuenta del Omer es Tiferet shebejesed, la belleza en la bondad, armonía en el

amor, que combina la compasión y la disciplina, es el balance y la belleza en el amor, pero no es


simplemente la combinación de jesed y de guevurá en jesed, va más allá de eso. Tiferet, sabemos,
es algo nuevo que se genera. Esto significa que Tiferet se genera cuando uno recibe lo que el otro
me da y esto lo hago con satisfacción; es decir, permitir al otro que comparta. Así, quitamos el
egoísmo de ser solamente nosotros los que podemos compartir. Los seres humanos tendemos a
que nos guste o nos parezca bello todo lo que es simétrico y posteriormente tenemos la tendencia
a confundir lo que nos gusta o nos atrae físicamente con Amor. Tiferet o la columna central del
Amor se genera cuando uno recibe lo que sea que el otro da, o es, con satisfacción, ya que uno lo
hace por permitirle al otro que dé y cuando damos lo que tenemos para dar sin esperar nada a
cambio. Estas son las únicas bases sólidas para construir un amor (y por lo tanto, unidad que ya
analizamos el día de ayer, tienen la misma guematría) duradero. Esto no es fácil de hacer ya que
nuestro cuerpo pide exactamente lo contrario. En el esfuerzo por lograrlo es donde encontramos
el justo balance entre la conciencia de nuestro cuerpo y su deseo de recibir placer y la conciencia
de nuestra Alma y su deseo de impartir. Esa justa medida o equilibrio genera algo nuevo en
nosotros que no es una mezcla, es simplemente un nuevo ser. Ese nuevo ser en el que nos
convertimos tiene una simetría espiritual que lo hace verse Bello ante los ojos de las personas
espirituales, más allá de las apariencias físicas.

Tiferet es también dar a aquellos que te han herido; reconoce la disciplina de guevurá y, no
obstante de ello, convoca al amor compasivo hacia todos.

Hoy trata de encontrar ese lugar de balance y presta atención al tipo de persona en que pudieras
convertirte si actuaras siempre así, tal vez te gusta más que quien eres ahora y te sea más fácil
amarte.

Recordemos que es Iaacov quien representa, en cuanto a los patriarcas, a Tiferet. Iaacov es
conocido como así, pues integró en su vida los dos atributos, el de su padre Itzjak (guevurá) y el de
su abuelo Abraham (jesed).

Se accede a la verdad a través de la abnegación personal: elevándote por encima de tu ego y


predisposiciones, permitiéndote tomar conciencia de una verdad más elevada. La verdad te brinda
una visión más clara y objetiva de tus necesidades y de las de los demás. El desequilibrio entre
amor y disciplina resulta de una perspectiva subjetiva, y por lo tanto limitada. El introducir verdad,
al dejar en suspenso los prejuicios personales, te permite expresar tus sentimientos (incluyendo la
síntesis de Jésed y Guevurá) de la manera más sana.

Pregúntate a ti mismo;

¿Mi compasión es tierna y afectuosa, o se expresa como lástima?

¿Mi simpatía es condescendiente o altiva? Incluso si esa no es mi intención

¿Desborda mi compasión amor y calidez, es expresada con entusiasmo, o es estática y sin vida?
EJERCICIO DEL DÍA:

Cuando ayudes a alguien, bríndate de la forma más plena. Ofrece, además, una sonrisa o un gesto
cálido.

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