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1. Introducción
2. El reduccionismo
Descartes dejó formulado el principal postulado del método científico: era necesario
separar para comprender. Dicho esquema considera la existencia de entidades
individuales, o de conjuntos de entidades particulares. En consecuencia, para entender
una totalidad, era preciso buscar sus partes más pequeñas, identificar aquellos elementos
constituyentes. En adelante, la ciencia moderna seguirá por el sendero cartesiano. La luz
sólo se podrá comprender por sus partículas simples, los fotones; los organismos
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multicelulares deberán explicarse en términos de células; las sociedades se analizarán
partiendo de su unidad básica, la persona; los textos se tendrán que descomponer en
enunciados. En términos generales, a partir de lo micro se podría comprender lo macro.
Así, el secreto del mundo estaría escrito en los átomos.
“La reducción es una clase de análisis. Puede ser ontológica o epistemológica: vale
decir, puede referirse a cosas o a ideas. En ambos casos, reducir A a B es o bien
identificar A con B o bien incluir A en B, o afirmar que todo A es un agregado o un
promedio de múltiples B [....] Es afirmar que, si bien A y B pueden parecer muy
diferentes uno de otro, en realidad son lo mismo; o que A es una especie del género
B…; puesto de modo más vago, que todo A “se reduce” a B” (Bunge, 2003: 168).
Hoy, anota Bunge, el proyecto del genoma humano resplandece en los ojos de los
científicos. La idea central es que todo lo humano puede ser sometido al imperio de los
genes. A punto de finalizar el proyecto de analizar los 23 cromosomas, los científicos
radicales sólo encontraron la desilusión del soñado determinismo genético. El hombre
posee aproximadamente 32.000 genes sólo 30% más de los que componen a un gusano
milimétrico (Caenorhabditis elegans). Sus 959 células contrastan con nuestras 100
billones de células. Sus 302 neuronas contrastan con nuestras 100.000 millones de
neuronas. En comparación con el arroz el ego de los investigadores declina. El arroz tiene
más genes que un científico. “La moraleja es clara: no se trata de cuantos genes tienes,
sino de lo que hacen especialmente de cómo se combinan unos con otros y qué proteínas
contribuyen a sintetizar, y de cómo están organizadas las células” (Bunge, 2003: 171).
Así, todos los asuntos humanos no pueden ser reducidos a la ingeniería genética “La
microrreducción, aun cuando sea factible, rara vez es suficiente para explicar y mucho
menos para controlar. Para desarrollar o aplicar conocimiento es a menudo necesario
combinar dos o más teorías, o aun campos de investigación íntegros, antes que reducir
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unos a otros” (Bunge, 2003: 172).
Bunge señala que los proyectos reduccionistas pueden tener un éxito relativo. Sin
embargo las investigaciones que camina por las sendas de la reducción no son
omnipotentes. Es necesario, entonces, reconocer sus limitaciones. Su principal obstáculo
es, sin duda, la incapacidad de distinguir distintos niveles de realidad. El reduccionismo
somete todos los aspectos de la realidad a un solo nivel. Así, para el neurocientífico la
explicación de los humano estaría escondida en las neuronas y la sinapsis. Para el
economista todos los problemas mundiales son una cuestión de cifras y mercadeo. Cada
uno de estos microexpertos ignora la existencia de distintos niveles y es incapaz de
comprender la relación entre lo micro y lo macro.
3. Microniveles y macroniveles
Un nivel “no es una cosa, sino una colección de ellas” (Bunge, 2003: 33). En todo
sistema se puede reconocer, básicamente, dos niveles: un macronivel y un micronivel. El
primero es un conjunto de sistemas que tienen propiedades comunes. El segundo es la
agrupación de los elementos que componen un sistema. Así pues, el nivel social está
integrado por individuos y el nivel celular está compuesto por un conjunto de células.
Cada nivel posee características y propiedades particulares, esto impide que un nivel
actué sobre otro. Es decir el individuo que pertenece a una sociedad está constituido por
células (nivel celular) sin embargo las transformaciones sociales (nivel social) no podrían
ser explicadas por la acción de las mitocondrias y los nucléolos.
Es necesario señalar que “ningún nivel de realidad constituye un lugar privilegiado desde
el cual uno es capaz de comprender a todos los otros niveles de realidad. Un nivel de
realidad es lo que es porque todos los demás niveles existen al mismo tiempo” (Bunge,
2003: 175). Los niveles no están organizados en un esquema piramidal esto quiere decir
que no hay un “nivel rey” ni mucho menos una jerarquía vertical. No obstante, no se
podría concluir lo contrario: la existencia de una anarquía esencial o una suerte de caos
ontológico. Los niveles poseen una interacción coherente.
En efecto, existe una relación micro-macro de tipo ontológica. Parafraseando uno de los
ejemplos anteriores se puede señalar que, desde un punto de vista ontológico, Simón
Bolívar estaba compuesto de células y átomos. Sin embargo los procesos de
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emancipación en América Latina no podrían ser explicados por los movimientos
celulares y atómicos que ocurrían en el cuerpo de El Libertador. El grito de
independencia de las distintas naciones requiere una explicación en el orden de lo
epistemológico. Es decir, es preciso utilizar conceptos y redes de ideas.
Anteriormente se señaló la existencia de dos niveles básicos: uno micro, otro macro.
Estos niveles establecen distintas relaciones. Se puede señalar al menos cuatro:
1. Micro-micro (mm)
Ejemplo: los intercambios celulares, las transformaciones atómicas.
2. Micro-macro (mM)
Ejemplo: una transformación social emprendida por un líder, las explosiones
atómicas.
3. Macro-micro (Mm)
Ejemplo: el efecto de un terremoto sobre un individuo, el impacto de las
corrientes oceánicas en una embarcación.
4. Macro-macro (MM)
Ejemplo: una teoría de las placas tectónicas, un estudio de las relaciones
internacionales.
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4. Conclusión
Para redondear el tema del reduccionismo se puede decir que tiene dos caras. Se presenta
bajo una forma micro o macro. En el primer caso se reduce el mundo a un simple juego
atómico. En el segundo todo depende de las grandes estructuras. Se trata de un
individualismo metodológico y de un holismo. En ambos casos el mecanismo de
funcionamiento se observa así: o se reduce el todo a la parte o se somete la parte al todo.
Tanto en el uno como en el otro existe una evidente arbitrariedad. Se desconoce la
existencia de distintos niveles y sus posibles interacciones. Es necesario entonces estudiar
los distintos niveles sin someter uno a otro.
5. Bibliografía
BUNGE, Mario.
(2003) Emergencia y convergencia. Barcelona: Gedisa.
MAYR, Ernst.
(2006) Por qué es única la biología. Buenos Aires: Editorial Kats.
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