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Exposito Siluetazo PDF
Exposito Siluetazo PDF
El siluetazo
Las siluetas de
los desaparecidos
en Argentina
son una forma
genuina de arte
activista
Para menores
Libros de terror,
épica, suspense,
comedia o
fantasía. El lector
joven se apropia
del género
Páginas 6 a 17
Siluetazo
Visto en perspectiva, el episo- pués, las figuras silueteadas conti-
dio, en ciertos aspectos, merece núan mirándonos. Con sus cuer-
ser pensado junto al genocidio per- pos aún ausentes. |
ARTE Y ACTIVISMO
XAVIER ANTICH
Contra la dictadura
TEMA
Representación
de lo
irrepresentable
Cultura|s La Vanguardia
ya desde los años precedentes. Mu- cipativa de herramientas creativas
chas personas son secuestradas y de producción de imágenes, que
sin más se desvanecen. Desapare- sirven como modo de visibiliza-
cen masivamente. Casi de inmedia- ción y al mismo tiempo de estruc-
to, sus madres comienzan la bús- turación tanto de la protesta pun-
queda. Tan temprano como el 30 tual como de todo un movimiento
de abril de 1977 se fundan como or- social.
ganización: son las Madres de la El libro compilado por Ana Lon-
Plaza de Mayo. La perseverancia goni y Gustavo Bruzzone (El silue-
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de su lucha es un eje que estructu- tazo) lo explica de manera admira-
ra en los años siguientes la resisten- ble: el llamado siluetazo era, en su
cia contra la dictadura. origen, una propuesta artística; pe-
Buenos Aires, 21 de septiembre ro fue su desbordamiento hacia el
de 1983, día del Estudiante: las Ma- campo social y su socialización
dres han convocado para hoy la ter- anónima en el seno de los movi-
cera de sus Marchas de la Resisten- mientos por los derechos huma-
cia. Apenas quedan unos pocos me- nos en Argentina lo que finalmen-
ses para que el régimen militar fi- te le dio entidad. Rodolfo Aguerre-
nalice. Por la tarde comienza a berry, Julio Flores y Guillermo
fluir la protesta hacia la plaza, y en Kexel, tres artistas y docentes de
esta va adquiriendo presencia un artes plásticas comprometidos de
inquietante motivo visual: centena- diferentes maneras con las resis-
res de cuerpos a escala humana si- tencias políticas y culturales al régi-
lueteados sobre papel y pegados men, planearon presentar, en el
en vertical sobre las paredes de la marco de un importante premio
Catedral, del Cabildo, alrededor de nacional de artes plásticas, un pro-
la Casa de Gobierno. Una multitud yecto pictórico que consistiese en
EDUARDO GIL. El autor de las imágenes de esta doble página es Eduardo Gil, fotógrafo argentino autor de fantasmática prolifera y observa er- visualizar la dimensión del vacío
numerosas exposiciones, publicaciones y cuya obra se encuentra en las colecciones de diversos museos
americanos y europeos. Gil recogió con su trabajo, en los años ochenta, el testimonio del siluetazo
guida, interpelando a los vivos. Las de lo que entonces eran ya decenas
fuerzas del orden están desconcer- de miles de desaparecidos. Pero se
tadas. Nadie conoce el origen ni pu- requerían demasiadas manos para
do prever el uso de este recurso; pe- producirlo, y no habría suficiente
vida (y viceversa)
do por el régimen militar– el lema
se convirtió en poco tiempo en una
proclama de insubordinación por
parte de la ciudadanía frente al ré-
gimen.
“No + muerte”, “No + dolor”,
Miguel López MIGUEL LÓPEZ LÓPEZ represión y de lucha frontal por el los circuitos del arte, inscribiendo “No + dictadura”, “No + hambre”,
(Lima, 1983) es Pocas experiencias sociales y polí- poder simbólico. una dinámica de acción y participa- “No + tortura”, afirmaban carteles,
artista e
investigador. Integra ticas han propiciado tal grado de Las maneras de leer el siluetazo ción en donde cada sujeto devenía telas, intervenciones o pancartas
la red movilización colectiva, de rabiosa han sido también múltiples. Gene- productor de una gran enuncia- en la ciudad, producidos por una
Conceptualismos del denuncia y de recuperación radi- rado por iniciativa de tres artistas ción colectiva. Quizá por ello en multitud ilocalizable. Una propaga-
Sur y ha co-curado cal de la esfera pública como los visuales (Rodolfo Aguerreberry, los últimos años su recuperación ción imparable e inédita, cuyas ili-
recientemente
‘Subversive efectos impensados de la siluetea- Julio Flores y Guillermo Kexel) algo tardía para una historia del ar- mitadas posibilidades se expandi-
Practices. Art under da del 83 durante la III Marcha de con el apoyo de las Madres y Abue- te ante la cual fue largamente invi- rán geográficamente a lo largo de
Conditions of la Resistencia de las Madres de la las de la Plaza de Mayo, y algunos sible no ha estado exenta de repa- los siguientes años a través de ac-
Political Repression. Plaza de Mayo. Un acontecimien- activistas y grupos de derechos hu- ros y divergencias. ciones, convocatorias públicas e in-
60s-80s / South
America / Europe’ to mejor conocido como el silueta- manos, su realización pasó de in- El desplazamiento no resulta cluso por medio de las organizacio-
(WKV Stuttgart, zo. Más de 25 años después de mediato a formar parte de la histo- tampoco hoy nada sencillo. Las nes antidictatoriales que la convir-
2009) aquella primera aparición, el imagi- ria de la política en la batalla por pugnas por redefinir el sentido de tieron en el lema de su lucha.
nario de desobediencia civil allí los desaparecidos. Aunque impul- estas prácticas se viene librando Al igual que el siluetazo, la socia-
desatado continúa atizando las for- sado inicialmente por artistas, su tanto dentro como fuera de lo artís- lización radical del procedimiento
mas más beligerantes de protesta, combate se ubicó siempre en un lu- tico. Y ahora con particular énfa- estético del NO + exigía que el tran-
de confrontación activa contra la gar enérgicamente distinto al de sis, frente a un escenario global seúnte lo modifique en su traslado,
uso colectivo, se podría hacer ex- primer lugar, el enfoque materialis- procedimiento de realización de- rialidad social para referirse a la ac-
tensible a las imágenes políticas ta de Julio Flores, basado en el aná- bía ser socializado... valorizando la ción de los movimientos sociales
producidas artísticamente dentro lisis semiológico de la imagen y en discontinuidad discursiva y el im- revolucionarios argentinos de la
del movimiento internacional Act el Walter Benjamin de El autor co- pacto comunicacional”. En segun- década de 1970. Y en cuarto lugar,
Up originado en Estados Unidos; mo productor: “La figura humana do lugar, la lectura ritualística de la manera en que Eduardo Grüner
a los signos y acciones de colecti- Gustavo Buntinx: “La toma de la ubica el caso de estudio en un pro-
vos argentinos como Arte en la Ka- El siluetazo bebe, entre Plaza tiene una dimensión política blema histórico más general: cómo
lle, Etcétera o el Grupo de Arte Ca- y estética, pero al mismo tiempo ri- pensar las relaciones entre el arte
llejero para los escraches; o a las
otros, de proyectos tual. No se trata sólo de crear con- y la violencia política. Para ello,
experiencias colaborativas tem- de Mayo del 68 ciencia sobre el genocidio, sino de Grüner conjura a un Benjamin me-
pranas en España que impulsó La revertirlo”. En tercer lugar, el análi- siánico frente al productivista que
Fiambrera. vacía y de tamaño natural fue el sig- sis que del siluetazo hace Roberto moviliza Flores, a la hora de plan-
Para finalizar, me gustaría resal- no que iba a representar a cada Amigo en términos de aconteci- tear lo que denomina el dilema
tar cuáles son, a mi modo de ver, uno y a todos los que fueron vícti- miento, como una resignificación adorniano del pasado siglo: cómo
las más ricas matrices interpretati- mas de la desaparición. En el con- del espacio de la plaza, remitiéndo- representar lo irrepresentable, el
vas que contiene el hermoso libro junto, cada figura debía verse úni- se a lo que Juan Carlos Marín de- horror de la desaparición física de
coral de Bruzzone y Longoni. En ca, múltiple e irrepetible, pero su nominó producción de una territo- las personas a escala masiva. |
de Arte!, el GAC (Grupo de Arte Ca- dad Civil –integrado inicialmente GUILLERMO KEXEL.
llejero) o Etcétera..., articulados en por artistas visuales pero también Autor de las
fotografías de esta
los márgenes del circuito artístico. por ciudadanos de diversas forma- doble página,
Un eco que también resuena ciones y procedencias –, la acción to- desarrolló en 1982,
–aunque sin conexión directa– en mó la plaza Mayor a pocos días de la junto con Rodolfo
otros acontecimientos no suficien- segunda vuelta de un irregular pro- Aguerreberry y Julio
Flores, el proyecto
temente documentados como la ac- ceso electoral que pretendía prolon- ‘Siluetas’ y coordinó
ción que Eduardo Villanes realiza gar la dictadura de Fujimori. la primera ‘silueta-
en 1995, frente a la matanza de nue- El lavado de banderas se inició da’ en septiembre
ve estudiantes y un profesor por en la pileta colonial de la plaza, pa- de 1983 durante
la Tercera Marcha
parte de un comando paramilitar ra luego ser paulatinamente acom- de la Resistencia
del Estado peruano, y cuyos restos pañado por decenas, cientos, y pos- de las Madres de la
mortuorios fueron entregados en teriormente miles de ciudadanos Plaza de Mayo
cajas de cartón de leche evaporada que transportaban sus propias ban-
de la marca Gloria. Villanes realiza deras, bateas y jabón, semana tras
una intervención anónima en la semana, conformando un ritual de
Vía Expresa de Lima en donde la rechazo público incontrolable.
inscripción “EVAPORADOS”, rea- Convirtiendo la plaza Mayor, y lue-
lizada en cartón con recortes de si- go las muchas plazas de la ciudad y
luetas de manos, emergía en alu- del país entero (e incluso embaja-
sión al empaque de leche pero más das peruanas en el extranjero) en
aún a las desapariciones. Convo- gigantescos tendales callejeros que
cando luego a una marcha pública clamaban por una limpieza simbó-
de protesta con dirección al Con- lica: el retorno a la democracia. Un
greso, portando cajas de leche so- proceso que acompañó decisiva-
bre la cabeza (la frase “leche evapo- mente no sólo la caída del régi-
rada” de las cajas era tachada para men, sino que se ha extendido has-
afirmar “GENTE evaporada”), aso- ta hoy como uno de los más signifi-
ciando así la violencia y los cuer- cativos gestos de impugnación y re-
pos de los desaparecidos con los sistencia apropiados por distintos
de cualquiera. grupos minoritarios.
Sin lugar a dudas, repensar el si- Al igual que experiencias como
luetazo y sus tensiones desde el el NO + o el siluetazo, el potencial
presente podría permitirnos insta- político de Lava la bandera no des-
lar en otros términos la reflexión cansa únicamente en su dimen-
sobre el alcance relacional con que sión icónica o alegórica, sino en
ciertas retóricas han inundado los esa fuerza liberadora que en su de-
discursos del arte contemporáneo, venir anónimo emerge para cues-
y más las políticas estatales y pro- tionar toda asignación previa de
pagandas populistas que han insta- los cuerpos. Esa toma estética –co-
lado eficazmente una noción des- mo enfatiza el historiador Roberto
politizada del espacio público en Amigo al referirse al siluetazo–
tanto que lugar de todos, borrando que acompaña a la toma política, y
eludiendo así, en su aparición in- Perú en 1980-1982, el grupo Suma sutilmente las oposiciones por un que pone en evidencia pública lo
cierta e imprevisible, todo orden o el grupo Mira de México duran- ideal compartido que promueve que parecía imposible de ser dicho
policial. Una estética de reproduc- te los años 70, entre varios otros). una falsa participación. Frente a por los medios, transformando es-
ción que evoca transversalmente En un registro distinto se pue- ello, el accionar múltiple de la si- téticamente la realidad, y en ese
los usos de la serigrafía como he- den ubicar los posibles legados del lueteada argentina parece decir proceso ensanchando los contor-
rramienta política de comunica- siluetazo. La historiadora Ana Lon- que un espacio es sólo público en nos de lo que parecía posible de
ción popular –y con ello una tradi- goni ha señalado ejemplos en algu- tanto que permite reinstalar un es- imaginar sobre una situación toda.
ción extensa de gráfica en los gru- nos de los contextos recientes de cenario de posiciones enfrentadas, Hay sin duda una energía eman-
pos de izquierdas: el esténcil, el resistencia política como las silue- reintroduciendo los conflictos y an- cipadora que los vincula. Una di-
grafiti, los murales, las fotoco- tas y escraches que HIJOS –orga- tagonismos erosionados. mensión que escapa a cualquier or-
pias–, y que encauza no accidental- nismo de derechos humanos de hi- Así también, una experiencia co- den funcional, y que se inscribe en
mente algunos de los más filosos jos de desaparecidos– promueve mo Lava la bandera, iniciada en Li- el registro sensible, subjetivo e in-
cruces entre arte y política en desde fines de los 90 en contra de ma en mayo del 2000, puede reve- material de una forma de experien-
aquellos mismos años en el conti- algunos viejos represores, o tam- lar otro de los intensos desbordes cia siempre destinada a regenerar-
nente (colectivos como el Taller 4 bién a través de acciones e interven- en los que una energía mínima es ca- se: allí donde la estética logra ser
Rojo en Colombia entre 1972- ciones de un renovado activismo paz de detonar una protesta incesan- finalmente un reducto de resisten-
1976, el Taller E.P.S. Huayco en argentino, con colectivos como Ar- te. Impulsada por el Colectivo Socie- cia inagotable. |