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El siluetazo
Las siluetas de
los desaparecidos
en Argentina
son una forma
genuina de arte
activista

MIÉRCOLES 8 DE JULIO DEL 2009


Páginas 2 a 5

Para menores
Libros de terror,
épica, suspense,
comedia o
fantasía. El lector
joven se apropia
del género
Páginas 6 a 17

Ruinas contemporáneas En directo


Dancing in the dark La música expandida
El escritor Agustín Diversas obras artísticas
Fernández Mallo inicia su de nuestro tiempo
serie de artículos sobre lo reclaman la participación
desechable. La primera de los músicos. Unas
ruina está bajo tierra, en prácticas que desbordan la
los túneles sala de conciertos
Página 23 Página 25
L
a realización de siluetas es la petrado por los nazis durante el
más recordada de las prácti- Tercer Reich. Si este régimen, co-
cas artístico-políticas que mo señaló Hannah Arendt, provo-
proporcionaron una potente có la aparición de una nueva cate-
visualidad en el espacio público de goría política, la del paria, como in-
Buenos Aires y muchas otras ciuda- dividuo al que jurídicamente se le
des del país a las reivindicaciones va privando de todos sus derechos
del movimiento de derechos huma- hasta que, al final, el exterminio
nos en los primeros años de la déca- viene a culminar su aniquilamien-
da del ochenta. Consiste en el tra- to físico, las dictaduras latinoameri-
zado sencillo de la forma vacía de canas, y no sólo la argentina, hicie-
un cuerpo a escala natural sobre ron su siniestra aportación a la rea-
papeles, luego pegados en los mu- lidad y al pensamiento políticos
ros de la ciudad, como forma de re- del siglo XX con la trágica figura
presentar la presencia de la ausen- del desaparecido. Una práctica
cia. La de los miles de detenidos criminal que vino a trastocar la po-
desaparecidos durante la última sibilidad misma de una experien-
dictadura militar”. Así empieza la cia del duelo por las políticas de eli-
introducción a El siluetazo (Adria- minación radical, incluida la del
na Hidalgo Editora, Buenos Aires, cuerpo mismo de los sujetos asesi-
2008), el antológico volumen que nados.
Ana Longoni y Gustavo Bruzzone “Identificar la muerte con la
han editado para recopilar los do- nada es lo que querría hacer el cri-
cumentos textuales y fotográficos minal”, le escribió Derrida a Lévi-

Hoy, más de un cuarto de siglo después,


las figuras silueteadas continúan mirándonos;
con sus cuerpos aún ausentes
de testimonios e interpretaciones, nas. De ahí, a su juicio, la dimen-
nunca reunidos hasta ahora, de un sión política del duelo, que se en-
episodio que pronto trascendió la frenta al peligro siempre presente
situación política singular de la dic- de sellar el olvido y de convertirlo
tadura argentina. en definitivo. El siluetazo, surgido
Con el tiempo, puede decirse por una iniciativa de tres artistas
que el siluetazo “señala uno de argentinos que fue sometida a un
esos momentos excepcionales de proceso de apropiación colectiva
la historia en que una iniciativa ar- en las manos y las prácticas de
tística coincide con la demanda de miles de activistas y resistentes, se
un movimiento social, y toma cuer- convirtió en un proceso de duelo
po por el impulso de una multi- creativo: no por su dimensión ar-
tud”. En definitiva, un cruce emble- tística, que en seguida pasó a
mático de arte, política y activismo segundo plano, sino por su volun-
que marca época y que señala el ca- tad de oponer, como una impugna-
mino hacia un cierto tipo de prácti- ción, la presencia fantasmática de
cas colaborativas que han replan- los desaparecidos a un régimen
teado de raíz las nociones de auto- que empezaba a disolverse y que
ría, de producción y de circulación pretendía irse de rositas después
de las prácticas artístico-políticas de casi siete años de impunidad.
de nuestro tiempo. Hoy, más de un cuarto de siglo des-

Siluetazo
Visto en perspectiva, el episo- pués, las figuras silueteadas conti-
dio, en ciertos aspectos, merece núan mirándonos. Con sus cuer-
ser pensado junto al genocidio per- pos aún ausentes. |

ARTE Y ACTIVISMO
XAVIER ANTICH
Contra la dictadura

TEMA
Representación
de lo
irrepresentable

MIÉRCOLES, 8 JULIO 2009


MARCELO EXPÓSITO nismo tan sencillo como sobreco-
24 de marzo de 1976: un golpe de gedor: un grupo humano se organi-
Estado impone el último gobierno za en el espacio de la calle para pro-
militar de los sufridos por la Argen- ducir la presencia de la ausencia
tina en el siglo XX. El llamado Pro- masiva. Se convierte así en uno de
ceso de Reorganización Nacional los ejemplos más relevantes que se
sistematiza la represión que crecía hayan dado de socialización parti-

Cultura|s La Vanguardia
ya desde los años precedentes. Mu- cipativa de herramientas creativas
chas personas son secuestradas y de producción de imágenes, que
sin más se desvanecen. Desapare- sirven como modo de visibiliza-
cen masivamente. Casi de inmedia- ción y al mismo tiempo de estruc-
to, sus madres comienzan la bús- turación tanto de la protesta pun-
queda. Tan temprano como el 30 tual como de todo un movimiento
de abril de 1977 se fundan como or- social.
ganización: son las Madres de la El libro compilado por Ana Lon-
Plaza de Mayo. La perseverancia goni y Gustavo Bruzzone (El silue-

3
de su lucha es un eje que estructu- tazo) lo explica de manera admira-
ra en los años siguientes la resisten- ble: el llamado siluetazo era, en su
cia contra la dictadura. origen, una propuesta artística; pe-
Buenos Aires, 21 de septiembre ro fue su desbordamiento hacia el
de 1983, día del Estudiante: las Ma- campo social y su socialización
dres han convocado para hoy la ter- anónima en el seno de los movi-
cera de sus Marchas de la Resisten- mientos por los derechos huma-
cia. Apenas quedan unos pocos me- nos en Argentina lo que finalmen-
ses para que el régimen militar fi- te le dio entidad. Rodolfo Aguerre-
nalice. Por la tarde comienza a berry, Julio Flores y Guillermo
fluir la protesta hacia la plaza, y en Kexel, tres artistas y docentes de
esta va adquiriendo presencia un artes plásticas comprometidos de
inquietante motivo visual: centena- diferentes maneras con las resis-
res de cuerpos a escala humana si- tencias políticas y culturales al régi-
lueteados sobre papel y pegados men, planearon presentar, en el
en vertical sobre las paredes de la marco de un importante premio
Catedral, del Cabildo, alrededor de nacional de artes plásticas, un pro-
la Casa de Gobierno. Una multitud yecto pictórico que consistiese en
EDUARDO GIL. El autor de las imágenes de esta doble página es Eduardo Gil, fotógrafo argentino autor de fantasmática prolifera y observa er- visualizar la dimensión del vacío
numerosas exposiciones, publicaciones y cuya obra se encuentra en las colecciones de diversos museos
americanos y europeos. Gil recogió con su trabajo, en los años ochenta, el testimonio del siluetazo
guida, interpelando a los vivos. Las de lo que entonces eran ya decenas
fuerzas del orden están desconcer- de miles de desaparecidos. Pero se
tadas. Nadie conoce el origen ni pu- requerían demasiadas manos para
do prever el uso de este recurso; pe- producirlo, y no habría suficiente

Un policía arranca una de las siluetas de papel


y una de las madres se abalanza sobre él y
le exige: “Suéltalo, ese que llevas ahí es mi hijo”
ro es fácil constatar que muchas de espacio en todos los museos argen-
esas siluetas contienen el nombre tinos para acoger semejante volu-
de algún detenido-desaparecido. men. Fue entonces cuando decidie-
Cada vez más personas se tiran al ron proponer el proyecto a las Ma-
suelo para dar cuerpo a un perfil dres. En una asamblea de prepara-
humano sobre papel. Un policía ción de la III Marcha, estas acepta-
arranca una silueta para que la ana- ron que la propuesta sirviese para
lice un superior; una de las madres visualizar a gran escala su reciente
se abalanza sobre él y colgada de consigna Aparición con vida, intro-
sus ropas le exige: “Suéltalo, ese duciendo matices importantes en
que llevas ahí es mi hijo”. el modus operandi que original-
La metodología, transmitida por mente se les había propuesto.
testigos visuales y participantes en Prestemos atención al momento
la acción de la plaza, contada boca que acabamos de describir sucinta-
a boca o canalizada a través de la mente, porque en él hallamos el
prensa, se reproduce a escala na- instante justo en que eso que luego
cional durante años: incontables se denominó el siluetazo, o la silue-
acciones públicas comienzan a es- teada, comienza a adquirir su con-
tructurarse alrededor de ese meca- dición de experiencia clave en la >
Ana Longoni y > historia de las articulaciones en- ción brechtiana del teatro comuni- políticamente sino también estéti- características compartida por mu-
Gustavo Bruzzone tre práctica artística, política de tario que efectúa el argentino Gru- camente... una idea propuesta por chas experiencias de anudamiento
(compiladores)
El siluetazo
movimientos y activismo social. El po Octubre y de una experiencia artistas la lleva a cabo una multi- entre el arte, la política y el activis-
siluetazo se puede entender, en pri- clave en el desbordamiento sesen- tud sin ninguna intención artísti- mo que se han dado en los últimos
ADRIANA HIDALGO mer lugar, como un puente excep- tayochista desde el arte de van- ca... no importaba si era o no era veinte años: se trata de pensar el ar-
EDITORA cional entre dos momentos históri- guardia hacia la política revolucio- arte”. Exactamente en la misma di- te como una práctica colaborativa
BUENOS AIRES, 2008
cos del activismo artístico habitual- naria: el proyecto Tucumán Arde. rección reflexionó el ya fallecido de la cual surgen modelos visuales,
515 PÁGINAS mente escindidos: el del ciclo revo- (Véase nuestra reseña del libro de Aguerreberry, extrayendo de la ex- materiales y estéticos, cuyo objeti-
23 EUROs lucionario del 68, por un lado, y el Ana Longoni y Mariano Mestman, periencia agudas conclusiones: “El vo es ponerse a circular y prolife-
del actual ciclo de conflictos, des- Del Di Tella a Tucumán Arde, en artista, más que productor de las rar a través de la utilización que de
de finales de la década de 1980, por Cultura/s, 4 de junio de 2003.) obras, podría serlo de los proyec- ellos hacen anónimamente sujetos
otro. En lo que respecta al prime- Precisamente el (gran) León Fe- tos que, al generar la participación, colectivos. Lo que Brian Holmes
ro, el siluetazo bebe de proyectos rrari, participante de Tucumán Ar- permitirían el desarrollo de la ex- afirmó a propósito de los signos di-
de autoemancipación colectiva co- de, afirmó lo siguiente (en unas de- periencia estética popular... crean- señados colaborativamente por el
mo la pedagogía del oprimido de claraciones a Longoni que El silue- do sistemas para que los demás se colectivo francés Ne Pas Plier, en
Paulo Freire o el teatro del oprimi- tazo recoge): “El siluetazo fue una expresen”. He ahí la manera en el sentido de que su significado y
do de Augusto Boal, de la actualiza- obra cumbre, formidable, no sólo que el siluetazo avanza una de las su forma se modelan a través del

que ha empezado a digerir institu-


cionalmente la objetualidad fetichi-
zada de sus registros sin que ello
implique una puesta en riesgo insti-
tucional ni una apuesta por una
participación activa en aquellas
mismas disputas.
Sin embargo, recontextualizar
el siluetazo dentro de aquella ge-
nealogía podría permitirnos invo-
car una memoria política distinta:
las trazas de un arte decidido a in-
tervenir en los debates públicos, ca-
paz de apostar por la construcción
de un proyecto democrático del di-
senso. Fragmentos decisivos –aquí
aún breves e incompletos– que aca-
so sirvan para pensar una incipien-
te cartografía de prácticas subversi-
vas que redefinen permanente-
mente la proyección social de cier-
tos procedimientos artísticos.
En el mismo septiembre de
1983, el grupo chileno C.A.D.A.
(Colectivo de Acciones De Arte)
realiza una acción titulada NO +.
La acción, desarrollada casi al mis-
mo tiempo pero sin conexión con
la silueteada argentina, era una res-
puesta a la conmemoración de los
diez años de la dictadura en Chile:
Arte en el debate público una intervención capaz de ofrecer
una frase (No +) que movilice de-

Empujar el arte hacia la


mandas de la sociedad civil. Así, a
través de la inscripción masiva de
la frase con pintura sobre los mu-
ros de la ciudad –un gesto prohibi-

vida (y viceversa)
do por el régimen militar– el lema
se convirtió en poco tiempo en una
proclama de insubordinación por
parte de la ciudadanía frente al ré-
gimen.
“No + muerte”, “No + dolor”,
Miguel López MIGUEL LÓPEZ LÓPEZ represión y de lucha frontal por el los circuitos del arte, inscribiendo “No + dictadura”, “No + hambre”,
(Lima, 1983) es Pocas experiencias sociales y polí- poder simbólico. una dinámica de acción y participa- “No + tortura”, afirmaban carteles,
artista e
investigador. Integra ticas han propiciado tal grado de Las maneras de leer el siluetazo ción en donde cada sujeto devenía telas, intervenciones o pancartas
la red movilización colectiva, de rabiosa han sido también múltiples. Gene- productor de una gran enuncia- en la ciudad, producidos por una
Conceptualismos del denuncia y de recuperación radi- rado por iniciativa de tres artistas ción colectiva. Quizá por ello en multitud ilocalizable. Una propaga-
Sur y ha co-curado cal de la esfera pública como los visuales (Rodolfo Aguerreberry, los últimos años su recuperación ción imparable e inédita, cuyas ili-
recientemente
‘Subversive efectos impensados de la siluetea- Julio Flores y Guillermo Kexel) algo tardía para una historia del ar- mitadas posibilidades se expandi-
Practices. Art under da del 83 durante la III Marcha de con el apoyo de las Madres y Abue- te ante la cual fue largamente invi- rán geográficamente a lo largo de
Conditions of la Resistencia de las Madres de la las de la Plaza de Mayo, y algunos sible no ha estado exenta de repa- los siguientes años a través de ac-
Political Repression. Plaza de Mayo. Un acontecimien- activistas y grupos de derechos hu- ros y divergencias. ciones, convocatorias públicas e in-
60s-80s / South
America / Europe’ to mejor conocido como el silueta- manos, su realización pasó de in- El desplazamiento no resulta cluso por medio de las organizacio-
(WKV Stuttgart, zo. Más de 25 años después de mediato a formar parte de la histo- tampoco hoy nada sencillo. Las nes antidictatoriales que la convir-
2009) aquella primera aparición, el imagi- ria de la política en la batalla por pugnas por redefinir el sentido de tieron en el lema de su lucha.
nario de desobediencia civil allí los desaparecidos. Aunque impul- estas prácticas se viene librando Al igual que el siluetazo, la socia-
desatado continúa atizando las for- sado inicialmente por artistas, su tanto dentro como fuera de lo artís- lización radical del procedimiento
mas más beligerantes de protesta, combate se ubicó siempre en un lu- tico. Y ahora con particular énfa- estético del NO + exigía que el tran-
de confrontación activa contra la gar enérgicamente distinto al de sis, frente a un escenario global seúnte lo modifique en su traslado,
uso colectivo, se podría hacer ex- primer lugar, el enfoque materialis- procedimiento de realización de- rialidad social para referirse a la ac-
tensible a las imágenes políticas ta de Julio Flores, basado en el aná- bía ser socializado... valorizando la ción de los movimientos sociales
producidas artísticamente dentro lisis semiológico de la imagen y en discontinuidad discursiva y el im- revolucionarios argentinos de la
del movimiento internacional Act el Walter Benjamin de El autor co- pacto comunicacional”. En segun- década de 1970. Y en cuarto lugar,
Up originado en Estados Unidos; mo productor: “La figura humana do lugar, la lectura ritualística de la manera en que Eduardo Grüner
a los signos y acciones de colecti- Gustavo Buntinx: “La toma de la ubica el caso de estudio en un pro-
vos argentinos como Arte en la Ka- El siluetazo bebe, entre Plaza tiene una dimensión política blema histórico más general: cómo
lle, Etcétera o el Grupo de Arte Ca- y estética, pero al mismo tiempo ri- pensar las relaciones entre el arte
llejero para los escraches; o a las
otros, de proyectos tual. No se trata sólo de crear con- y la violencia política. Para ello,
experiencias colaborativas tem- de Mayo del 68 ciencia sobre el genocidio, sino de Grüner conjura a un Benjamin me-
pranas en España que impulsó La revertirlo”. En tercer lugar, el análi- siánico frente al productivista que
Fiambrera. vacía y de tamaño natural fue el sig- sis que del siluetazo hace Roberto moviliza Flores, a la hora de plan-
Para finalizar, me gustaría resal- no que iba a representar a cada Amigo en términos de aconteci- tear lo que denomina el dilema
tar cuáles son, a mi modo de ver, uno y a todos los que fueron vícti- miento, como una resignificación adorniano del pasado siglo: cómo
las más ricas matrices interpretati- mas de la desaparición. En el con- del espacio de la plaza, remitiéndo- representar lo irrepresentable, el
vas que contiene el hermoso libro junto, cada figura debía verse úni- se a lo que Juan Carlos Marín de- horror de la desaparición física de
coral de Bruzzone y Longoni. En ca, múltiple e irrepetible, pero su nominó producción de una territo- las personas a escala masiva. |

de Arte!, el GAC (Grupo de Arte Ca- dad Civil –integrado inicialmente GUILLERMO KEXEL.
llejero) o Etcétera..., articulados en por artistas visuales pero también Autor de las
fotografías de esta
los márgenes del circuito artístico. por ciudadanos de diversas forma- doble página,
Un eco que también resuena ciones y procedencias –, la acción to- desarrolló en 1982,
–aunque sin conexión directa– en mó la plaza Mayor a pocos días de la junto con Rodolfo
otros acontecimientos no suficien- segunda vuelta de un irregular pro- Aguerreberry y Julio
Flores, el proyecto
temente documentados como la ac- ceso electoral que pretendía prolon- ‘Siluetas’ y coordinó
ción que Eduardo Villanes realiza gar la dictadura de Fujimori. la primera ‘silueta-
en 1995, frente a la matanza de nue- El lavado de banderas se inició da’ en septiembre
ve estudiantes y un profesor por en la pileta colonial de la plaza, pa- de 1983 durante
la Tercera Marcha
parte de un comando paramilitar ra luego ser paulatinamente acom- de la Resistencia
del Estado peruano, y cuyos restos pañado por decenas, cientos, y pos- de las Madres de la
mortuorios fueron entregados en teriormente miles de ciudadanos Plaza de Mayo
cajas de cartón de leche evaporada que transportaban sus propias ban-
de la marca Gloria. Villanes realiza deras, bateas y jabón, semana tras
una intervención anónima en la semana, conformando un ritual de
Vía Expresa de Lima en donde la rechazo público incontrolable.
inscripción “EVAPORADOS”, rea- Convirtiendo la plaza Mayor, y lue-
lizada en cartón con recortes de si- go las muchas plazas de la ciudad y
luetas de manos, emergía en alu- del país entero (e incluso embaja-
sión al empaque de leche pero más das peruanas en el extranjero) en
aún a las desapariciones. Convo- gigantescos tendales callejeros que
cando luego a una marcha pública clamaban por una limpieza simbó-
de protesta con dirección al Con- lica: el retorno a la democracia. Un
greso, portando cajas de leche so- proceso que acompañó decisiva-
bre la cabeza (la frase “leche evapo- mente no sólo la caída del régi-
rada” de las cajas era tachada para men, sino que se ha extendido has-
afirmar “GENTE evaporada”), aso- ta hoy como uno de los más signifi-
ciando así la violencia y los cuer- cativos gestos de impugnación y re-
pos de los desaparecidos con los sistencia apropiados por distintos
de cualquiera. grupos minoritarios.
Sin lugar a dudas, repensar el si- Al igual que experiencias como
luetazo y sus tensiones desde el el NO + o el siluetazo, el potencial
presente podría permitirnos insta- político de Lava la bandera no des-
lar en otros términos la reflexión cansa únicamente en su dimen-
sobre el alcance relacional con que sión icónica o alegórica, sino en
ciertas retóricas han inundado los esa fuerza liberadora que en su de-
discursos del arte contemporáneo, venir anónimo emerge para cues-
y más las políticas estatales y pro- tionar toda asignación previa de
pagandas populistas que han insta- los cuerpos. Esa toma estética –co-
lado eficazmente una noción des- mo enfatiza el historiador Roberto
politizada del espacio público en Amigo al referirse al siluetazo–
tanto que lugar de todos, borrando que acompaña a la toma política, y
eludiendo así, en su aparición in- Perú en 1980-1982, el grupo Suma sutilmente las oposiciones por un que pone en evidencia pública lo
cierta e imprevisible, todo orden o el grupo Mira de México duran- ideal compartido que promueve que parecía imposible de ser dicho
policial. Una estética de reproduc- te los años 70, entre varios otros). una falsa participación. Frente a por los medios, transformando es-
ción que evoca transversalmente En un registro distinto se pue- ello, el accionar múltiple de la si- téticamente la realidad, y en ese
los usos de la serigrafía como he- den ubicar los posibles legados del lueteada argentina parece decir proceso ensanchando los contor-
rramienta política de comunica- siluetazo. La historiadora Ana Lon- que un espacio es sólo público en nos de lo que parecía posible de
ción popular –y con ello una tradi- goni ha señalado ejemplos en algu- tanto que permite reinstalar un es- imaginar sobre una situación toda.
ción extensa de gráfica en los gru- nos de los contextos recientes de cenario de posiciones enfrentadas, Hay sin duda una energía eman-
pos de izquierdas: el esténcil, el resistencia política como las silue- reintroduciendo los conflictos y an- cipadora que los vincula. Una di-
grafiti, los murales, las fotoco- tas y escraches que HIJOS –orga- tagonismos erosionados. mensión que escapa a cualquier or-
pias–, y que encauza no accidental- nismo de derechos humanos de hi- Así también, una experiencia co- den funcional, y que se inscribe en
mente algunos de los más filosos jos de desaparecidos– promueve mo Lava la bandera, iniciada en Li- el registro sensible, subjetivo e in-
cruces entre arte y política en desde fines de los 90 en contra de ma en mayo del 2000, puede reve- material de una forma de experien-
aquellos mismos años en el conti- algunos viejos represores, o tam- lar otro de los intensos desbordes cia siempre destinada a regenerar-
nente (colectivos como el Taller 4 bién a través de acciones e interven- en los que una energía mínima es ca- se: allí donde la estética logra ser
Rojo en Colombia entre 1972- ciones de un renovado activismo paz de detonar una protesta incesan- finalmente un reducto de resisten-
1976, el Taller E.P.S. Huayco en argentino, con colectivos como Ar- te. Impulsada por el Colectivo Socie- cia inagotable. |

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