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-A partir de la pubertad, después de haber dedicado tres años a otras enseñanzas, conviene
que realicen ejercicios duros y un régimen alimenticio riguroso. Es conveniente trabajar en
este periodo duramente con el cuerpo, pero no la mente ya que ambos son incompatibles.
-Si es por recreo y descanso, la música se colocaría junto a la danza en el mismo orden que el
sueño y la bebida.
Si la música incita a la virtud, infunde ciertas cualidades al carácter al igual que la gimnasia,
acostumbrándole a poder recrearse rectamente.
El juego tiene por fin el descanso y el descanso es agradable, mientras que la diversión
debe contener la belleza y el placer. Ambas cosas, juego y diversión, forman de esta manera
parte de la música.
De la misma manera, puede deducirse la necesidad de que forme parte de la educación de los
jóvenes no en cuanto a alcanzar un fin sino por el placer que lleva consigo y por ser útil para el
descanso. Sin embargo, esa utilidad no es algo accidental y la naturaleza misma de la música
es más valiosa que la que se limita a la mencionada utilidad .
También, es preciso participar del placer común que nace de ella ya que también contribuye a
la formación del carácter del alma.
Como la música es una de las cosas agradables y la virtud consiste en gozar, amar y odiar de
modo correcto , es evidente que nada debe aprenderse tanto como juzgar con rectitud y
gozar de las buenas disposiciones morales y las acciones honrosas.
Al contrario que en otros sentidos, tanto en los ritmos como en las melodías se dan
imitaciones perfectas de las disposiciones morales ( ira, mansedumbre, fortaleza, templanza…)
y de los estados de carácter ( ya que la naturaleza de los modos musicales desde su origen es
diferente , de modo que los oyentes son afectados de manera distinta) por lo que cambiamos
de estado ánimo al escuchar tales melodías.
Hay en nosotros una afinidad con la armonía y el ritmo, por lo que muchos sabios afirman
que el alma es armonía o que tiene armonía. De estas consideraciones resulta evidente que la
música puede imprimir una cierta cualidad en el carácter del alma, por lo que se debe dirigir a
los jóvenes a una educación musical.
¿ Deben los niños aprender la música cantando y tocando ellos mismos?. La música, para
Aristóteles, debe ser enseñada de modo que los jóvenes participen en su ejecución ya que es
imposible llegar a ser buenos jueces sin participar en estas acciones ( hay que participar en la
ejecución para poder juzgar rectamente en el futuro, por esa razón deben los jóvenes tomar
parte en las ejecuciones y abandonarlas al hacerse mayores ).
Está en contra de los que reprochan a la música el hecho de volver vulgares a los hombres ya
que para Aristóteles, el aprendizaje de la música no debe ser un obstáculo para las actividades
futuras, ni debe degradar el cuerpo , ni hacerlo inútil para las prácticas militares y cívicas. Es
conveniente, no obstante, que en este aprendizaje los discípulos no es esforzaran en
certámenes para profesionales ni en obras sensacionales y solo se aplicaran a ella en la
medida precisa para poder gozar de las buenas melodías y ritmos.
Aristóteles admite la división de las melodías establecidas por algunos autores versados en
filosofía. Así, distingue entre melodías éticas, prácticas y entusiastas. Atribuye a cada una de
ellas una naturaleza peculiar de los modos, un modo respondiendo a una clase de melodía.
Tenemos que servirnos de todas las melodías, pero no debemos emplearlas todas de la misma
manera, sino utilizar las más éticas para la educación y las más entusiastas y prácticas para la
audición interpretadas por otros ( pues aunque la emoción se da en todas las almas, en
algunas se presenta en mayor grado que en otras y da lugar a la compasión, el temor y el
entusiasmo ).
De un modo análogo, piensa Aristóteles, las melodías catárticas procuran a los hombres una
alegría inofensiva. Por eso, los que ejecutan la música teatral en las competiciones deben
caracterizarse por el uso de tales modos y de tales melodías para el descanso de todo tipo de
espectador ( tanto el libre y educado como el vulgar), por cuanto que a cada uno le produce
placer lo familiar a su naturaleza. Los concursantes tienen que tener la facultad de emplear
para cada tipo de espectador tal género de música.
Para la educación, como ya se ha dicho, hay que utilizar las melodías éticas y los modos
musicales de la misma naturaleza ( como por ejemplo el modo Dorio). También se debe
admitir cualquier otro que nos aprueben los que participan en los estudios filosóficos y la
educación musical.
Rechaza frontalmente el modo Frigio por ejercer entre los modos la misma influencia que la
flauta entre los instrumentos ( son orgiásticos y pasionales ).Por eso, el modo Dorio al ser el
modo más grave, expresar mejor el carácter viril y ocupar una posición central ( término
medio )respecto a los extremos de los otros modos conviene preferentemente a la educación
de los jóvenes.
Hay dos objetivos: lo posible y lo conveniente. Cada individuo debe ocuparse de lo posible y lo
conveniente pero también esto se divide según las edades ( en edades adultas se les sugiere
modos relajados, a las edades de los niños el modo lidio por implicar orden y educación y en
las demás edades el modo agudo).