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LAS RAZONES PORQUE JESUS MURIO EN LA CRUZ

Mateo 16:21. “Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le
era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales
sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día”

La Semana Santa, nos permite recordar el sacrificio de Cristo en la cruz del


calvario para dar salvación y vida eterna a toda persona que cree en Jesucristo.

Todos sabemos que Jesús murió para darnos salvación. Pero, ¿Por qué no podía
salvarnos de otra manera? ¿Porque Dios no proveyó de otro método para salvarnos
de la condenación? ¿Porque era necesario que el hijo de Dios muriera por nosotros?

La respuesta la encontramos en la Palabra de Dios. Veamos las razones por la cual


Cristo tenía que morir en la cruz.

A. la primera razón es: PORQUE SOMOS PECADORES, Jesús murió por causa
de nuestros pecados.

1 Corintios 15:3. “… Cristo murió por nuestros pecados tal como dicen las
Escrituras”

Muchos hablan del juicio realizado a Jesús como algo injusto, como ilegal,
consideran que era un juicio político, que era un juicio preparado por celo y
envidia de los religiosos de aquella época, etc.

Y aunque todos estos argumentos pueden ser verdaderos, pero la verdadera


razón por la que Jesús fue a la cruz, es porque nosotros somos pecadores, el
verdadero motivo de la pasión de Cristo no es solamente por el amor que Él
nos tiene, sino nuestros pecados.

Cada uno de nosotros somos pecadores, nacemos en pecado, Salmo 51:5,


“Pues soy pecador de nacimiento, así es, desde el momento en que me concibió mi
madre”. No somos pecadores porque cometimos algún pecado. Somos
pecadores porque el pecado está en nuestra naturaleza. Romanos 5:12. “…El
pecado de Adán introdujo la muerte, de modo que la muerte se extendió a todos,
porque todos pecaron”
B. La segunda razón: PORQUE EL JUICIO DE DIOS TIENE QUE SER
EJECUTADO SOBRE NUESTRA VIDA.

Romanos 6:23. “Porque la paga del pecado es muerte”. Ezequiel 8:20. “El alma
que pecare, esa morirá…”

Dios es un Dios de amor, pero también, es santo y justo, por eso, Él no puede
actuar en contra de su propia justicia, Él no puede obrar en contra de su
naturaleza. Su justicia demanda la muerte del pecador, no solo la muerte física
sino también la muerte eterna en el infierno.

Desde el inicio de la humanidad Dios dejo bien claro que la paga del pecado era
la muerte. Génesis 2:17, “más del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”. Cuando Adán
y Eva cayeron en pecado toda la raza humana fue contaminada con el pecado
y todos estamos bajo el juicio de la muerte.

C. La tercera razón: La única forma que el pecador no muera ES QUE SEA


PERDONADO, pero el hombre no puede hacer nada para obtener ese
perdón

Isaías 64:6. “Estamos todos infectados por el pecado y somos impuros. Cuando
mostramos nuestros actos de justicia, no son más que trapos sucios...”

Ninguna obra por buena o justa que sea, no puede llenar el estándar de Dios.
Aun nuestras mejores obras son como trapo de inmundicia ante Dios.

Dios estableció una sola forma para que nuestro pecado sea perdonado y no
traiga el juicio de Dios sobre nuestra vida. Hebreos 9:22, “… según la ley de
Moisés, casi todo se purificaba con sangre porque sin derramamiento de sangre
no hay perdón”. El pecado puede ser perdonado únicamente por medio de la
sangre. Por eso, Jesucristo fue crucificado, allí derramo su sangre, para que
nuestros pecados sean limpiados.
D. Cuarta razón: Jesús murió para CUMPLIR POR NOSOTROS, LOS
REQUISITOS DE LA JUSTICIA Y SANTIDAD DE DIOS.

Juan 19:30. “Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y
habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu”.

El hijo de Dios se hizo hombre como nosotros de carne y hueso para


representar a la raza humana pecadora delante de un Dios santo, él es nuestro
vicario (sustituto) ante Dios.

Dios cargo en Jesús todos los pecados, de todos nosotros. Isaías 53:5-6. “Más
Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El
castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos sido sanados.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su
camino; pero el Señor hizo que cayera sobre Él la iniquidad de todos nosotros”

Dios tomo la sangre de Cristo derramada en la cruz para otorgarnos perdón de


todos nuestros pecados. Mateo 26:28. “Porque esto es mi sangre del
nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados”.

Mediante su muerte, Cristo pagó por completo la pena de nuestros pecados y


así cumplió por completo el requisito que demandaba el justo de Dios. La paga
de nuestro pecado fue satisfecha (cumplida) con la muerte de Cristo en la cruz.

Así como por el pecado de Adán la muerte paso a todos los hombres, por la
muerte de Cristo el perdón y la justicia de Dios pasa a todos los hombres.
Romanos 5:18-19. “Así pues, tal como por una transgresión resultó la
condenación de todos los hombres, así también por un acto de justicia resultó la
justificación de vida para todos los hombres. Porque, así como por la
desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así
también por la obediencia de uno los muchos serán constituidos justos”.

La muerte de Cristo hizo algo maravilloso por nosotros: Dios, el Padre celestial
tomó la muerte de Cristo como la nuestra y somos declarados libres de la
condenación del pecado. 1 Pedro 2:24. “Quien llevó él mismo nuestros pecados
en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados,
vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”.

Nadie absolutamente nadie podría hacer eso por nosotros, por eso Cristo tuvo
que morir, porque no hay otro mediador entre Dios y los hombres que cristo
Jesús. Hechos 4:12, “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre
bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”.

CONCLUSION

Ahora que sabes porqué Cristo tuvo que morir en la cruz, no queda más que
decirle Gracias Señor por amarme de tal manera que diste tu vida por mí. Y si
no lo has recibido Cristo en tu corazón, recíbelo hoy mismo y se libre de la
condenación del pecado y del juicio de Dios.

Romanos 10:9,13. “… si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres


en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo… porque todo aquel
que invocare el nombre del Señor, será salvo”.

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