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El Propósito de la Sabiduría

Proverbios 1: 1 – 19
1. Introducción: La Sabiduría antes y ahora
Si nos ponemos a averiguar cómo era la formación de las personas en la Antigüedad con
respecto a ahora, podemos encontrar un gran contraste. En la actualidad vemos que la
formación académica de las personas está más enfocada en adquirir conocimiento científico,
conocimiento humanista. De manera que en la medida que pase el tiempo puedan desarrollar
algunas habilidades académicas que les permitan desenvolverse como profesionales, como
técnicos, en fin, como personas que sean útiles para el progreso de la sociedad en su conjunto.
Debemos reconocer que, en la actualidad, en colegios y en universidades, se imparten algunas
clases de ética. Sin embargo, no es el enfoque principal para la educación en este tiempo. Sin
embargo, la formación valórica se sume que esta se imparte en las en las casas a través de la
familia. Sin embargo, esto es una aparente contradicción debido a que la sociedad cada vez
quiere prescindir más de la institución de la familia y reemplazarla con lo que sería el Estado
como aquel promotor de los valores dentro de esta. Por lo tanto, cada vez hay un desmedro
de lo que sería la formación valórica en torno al buen vivir, a cómo tomar buenas decisiones,
a cómo discernir entre lo bueno y lo malo.

Esto que les acabo de comentar es muy distinto a como se concebía la formación de las
futuras generaciones en las naciones de la antigüedad. Egipto (Instrucción de Ptah-hotep,
·Enseñanza de Amenemope,·Instrucción de Ani) y Babilonia (·Instrucción de
Shuruppak,·Consejos de sabiduría,·Palabras de Ahiqar) tenían una amplia tradición en la
transmisión del conocimiento, sobre todo en la nobleza. Pero este conocimiento no era
meramente científico o humanista. No. Consistía en la transmisión de sabiduría, con tal de
que las personas supieran como tomar buenas decisiones, como poder discernir, como tener,
finalmente, un buen vivir.

No por nada, podemos decir que vivimos en la “era de la información”, pero no en la “era de
la sabiduría”.

2. El Propósito del Libro de Proverbios


El pueblo de Israel no era ajeno a la tradición de transmitir sabiduría en el tiempo. Con la
aparición del rey David, y, mayormente, con el surgimiento del rey Salomón, Israel tuvo un
importante crecimiento cultural en la tradición de la transmisión de la sabiduría. Esto se
traduce en lo que se conoce como la Literatura Sapiencial, escritos donde se escribían
proverbios, parábolas, poesía, etc., donde se buscaba preservar la sabiduría para la formación
de las futuras generaciones. Sin embargo, si comparamos la tradición de Israel con la de sus
vecinos, solo Israel contó con la verdadera sabiduría, porque esta provino de la mejor fuente
de conocimiento que el ser humano ha podido acceder: Dios.

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Y este es el propósito del libro de Proverbios: Producir la capacidad de vivir piadosamente
mediante la sabiduría y la instrucción, y desarrollar el discernimiento. Y esto lo lleva a cabo
por medio de, valga la redundancia, proverbios.

Ahora ¿Qué es un proverbio? Es una afirmación (o ilustración) sencilla y moral que enfatiza
y enseña sobre verdades fundamentales acerca de la vida.

Algunas personas ven al libro de Proverbios como una fuente de promesas por parte de Dios.
Por ejemplo, si soy trabajador, entonces el libro me dice que seré muy prospero. Pero esta no
es la perspectiva que tiene este texto.

Lo debemos entender de la siguiente forma: Un abuelo está hablando con su nieto, buscando
darle buenos concejos para su vida. Él ha visto a lo largo de su existencia a muchos jóvenes
de diversas características, pero siempre ha encontrado ciertos patrones de conducta y sus
respectivas consecuencias. Ha visto que los jóvenes más dejados y flojos, suelen tener poco
éxito en su vida, tienen problemas económicos constantemente y tienden a ser un carga para
quienes le rodean. En cambio, ha visto a jóvenes proactivos y laboriosos, los cuales tienen
vidas más estables y exitosas a los ojos de las personas. Luego, esto le ha dado una lección
de sabiduría a este abuelo, quien le enseña a su nieto: “Si te esfuerzas y trabajas, vas a ser
exitoso en la vida”. Es un concejo de cómo vivir, no una promesa de éxito para el futuro si
el niño cumple con las condiciones.

¿Qué conseguiremos si escuchamos atentamente las enseñanzas del libro y las


aplicamos a lo largo de nuestra vida?

El libro de Proverbios representa esto con las palabras:

- Sabiduría: La aptitud para vivir una vida piadosa como Dios quiere que el hombre
viva.
- Doctrina (castigo): Disciplina de la naturaleza moral.
- Razones prudentes: Es decir, ser capaz de discernir en momentos donde sea difícil
tomar una decisión acorde a la voluntad de Dios.
- Prudencia: O discreción en la forma de actuar.
- Justicia: La capacidad de amoldarse a la voluntad de Dios.
- Juicio: Ser capaz de aplicar la justicia, para con los demás.
- Equidad: Es decir, ser capaz de vivir de forma honrada y agradable.

¿Para quién es útil este libro? La misma introducción del libro nos dice a quienes les puede
ser útil:

- Los simples (personas con poca inteligencia y/o ignorantes), para que sean sagaces,
es decir, astutos y prudentes.
- Los jóvenes, para que sean inteligentes y cuerdos.
- Los sabios, para aumentar su sabiduría.
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- Los entendidos (o quienes ya tienen conocimiento), para que adquieran la capacidad
de guiar a otros con la verdad.

Básicamente, para todos. Tontos e inteligentes, ignorantes o eruditos. No hay persona en este
mundo que no esté en uno de estos dos grupos, o entre medio. Esto también lo vemos a lo
largo del libro, donde hay palabras dedicadas tanto a hijos como a padres.

Como podemos ver, este libro nos aporta con muchas cosas realmente deseables.

Si le preguntásemos al mundo cuáles serían, entonces, los primeros concejos para que uno
pueda encontrar la sabiduría, de seguro las respuestas serían algo como: Estudia una carrera
universitaria, lee muchos libros de ciencia y filosofía, busca un grupo de filósofos para que
te enseñen a pensar.

Sin embargo, Dios nos da otros concejos para saber dónde empezar a buscar la sabiduría.

3. Los 3 Primeros Principios de la Sabiduría


Es interesante ver cuáles son los primeros concejos que nos da Dios, a través de este libro,
para buscar la sabiduría.

3.1 El Temor de Jehová


El principio de la sabiduría es el temor de Jehová: los insensatos desprecian la sabiduría
y la enseñanza. (Pro 1:7)

¿Quiere ser sabio? Entonces sea como el hombre sabio que construyó su casa sobre la roca y
no sobre la arena. La misma Biblia se encarga de mostrarnos a Dios como aquella roca
inmutable, imperturbable, donde nos podemos refugiar, afirmar, sostener.

Porque tú eres mi roca y mi castillo; y por tu nombre me guiarás, y me


encaminarás. (Sal 31:3)

El Señor no nos manda a buscar otro cimiento para nuestra vida que no sea Él mismo. Si
queremos ser sabios, entonces nuestra vida debe estar sometida a Dios, por medio de un
temor reverencial. Aquel temor que nos lleva a admirar su grandeza, a querer alabar su
perfección, a rechazar completamente el pecado que ofende su infinita santidad y a amar la
ley que nos lleva a vivir una vida que glorifica su nombre.

Es la misma enseñanza que nos entrega la parábola del hombre sabio y el hombre necio. El
hombre sabio/prudente ha construido toda su vida desde la base del temor a Jehová. El
hombre necio sustenta su casa, su vida, en la sabiduría inestable de este mundo.

Nosotros debemos hacer los mismo. Si queremos adquirir conocimiento, sabiduría,


prudencia, etc. Debemos empezar construyendo a partir de una base firme. Porque, si

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buscamos aplicar todos los concejos que aparecen en el libro de Proverbios, o es más, en toda
la Palabra de Dios, pero no tenemos un verdadero temor a Él, entonces toda esa sabiduría
que pensamos que hemos adquirido se convierte en necedad. Si no me creen, pregúntenles a
los fariseos. Toda una vida buscando obedecer la ley de Dios, pero cuya motivación no era
el temor a Jehová, sino la admiración de los hombres. Demostraron su ineptitud al rechazar
a aquel que les venía a mostrar el verdadero camino de la sabiduría celestial, para abrazar la
condenación que vino con sus corazones llenos de podredumbre.

Pero, esto es importante ¿Cómo va a temer, reverenciar y respetar a un Dios que usted no
conoce? La búsqueda del conocimiento de Dios es necesaria para que el temor de Dios sea
un motor efectivo para mover y dirigir nuestras vidas.

3.2 La Atención y Obediencia a los Padres


Oye, hijo mío, la doctrina de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre: Porque
adorno de gracia serán á tu cabeza, y collares á tu cuello. (Pro 1:9)

El segundo concejo sigue siendo muy interesante. Dios podría habernos mandado, como
segundo concejo para adquirir sabiduría, a escuchar a nuestros líderes, a los ancianos, a los
sacerdotes, al rey, pero sin embargo nos envía a poner atención a las palabras y enseñanzas
de nuestros padres.

Ojo, este concejo no tiene una cláusula especial que diga “obedece a tus padres, solo si son
cristianos”. No. Dios valora grandemente la labor de los padres en la formación de sus hijos.
Incluso protege a los padres de una forma bien especial en su ley. En los 10 mandamientos,
los primeros 4 mandamientos rigen como debemos relacionarnos con Dios, mientras que los
siguientes 6 mandamientos dirigen nuestro comportamiento para con nuestros prójimos. De
estos 6 mandamientos ¿En quienes se fija Dios primero para establecer una correcta relación
entre nosotros y nuestros prójimos? En los padres.

Honra á tu padre y á tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu
Dios te da. (Éxo 20:12)

Nos manda a honrarles, lo que implica una atención atenta a sus enseñanzas, a sus concejos
y a sus reprensiones, y una obediencia absoluta a sus palabras, a menos que atenten contra la
ley de Dios.

Pero, también aquí hay una observación para los papás. Es cierto, sus hijos les deben
obediencia y oído atento a sus palabras. Dios está de su parte. Pero también el Señor está
atento a los actos de los padres. El mismo Señor dice que “visita la maldad de los padres
sobre los hijos” (Núm 14:18).

Padres, ustedes también tienen el deber de ser sabios. Miren a Salomón. El mismo es la
representación histórica universal de la sabiduría. Pero ni con toda la sabiduría que Dios le
había dado, fue capaz de guiar a su hijo Roboam, el futuro rey de Judá, de la manera correcta.

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Salomón se apartó de los caminos de Dios, se volvió a la insensatez, y luego su hijo fue quien
fue el responsable de la división del reino de Israel, encaminando a las tribus que le siguieron
a adorar a ídolos, alejándolos de Dios.

3.3 El Rechazo a los Malos Concejos


Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, no consientas. (Pro 1:10)

El tercer principio que nos muestra Dios para crecer en sabiduría es simple y directo. Es
revelador que diga la palabra “engaño” para referirse al concejo de los perversos. No se trata
de un engaño como una estafa. Sino a que los pecadores nos van a querer motivar a seguir
sus mismos pasos de perversidad. Es a eso a lo que no debemos consentir.

El mismo pasaje de proverbios nos provee un ejemplo del tipo de engaños al cual puede ser
sometida una persona. Los pecadores nos motivarán con los tesoros de esta tierra,
independiente de si eso significa pasar a llevar o dañar a terceros. La riqueza de este mundo
puede tener diferentes rostros. Puede ser la fortuna o la fama, puede ser el renombre
profesional o académico. Hay muchas maneras de cómo el mundo y quienes le habitan
pueden impulsarnos a apartarnos de los caminos del Señor, prometiéndonos cosas que solo
son valiosas para esta tierra y la sociedad que vive en ella.

¿Qué significa “no consentir”?

No es solo que no digamos que sí. Proverbios 1: 15 nos dice que significa “no consentir”.

Hijo mío, no andes en camino con ellos; aparta tu pie de sus veredas: (Pro 1:15)

Es decir, no debemos vivir la misma vida que ellos viven. Debemos apartarnos si estamos
dirigiendo nuestra forma de andar por la vida de la misma manera que los inconversos lo
hacen.

De ahí la importancia del libro de Proverbios. No solo afecta nuestra forma de tomar
decisiones, sino que va un paso más allá, apunta a nuestra cosmovisión, a nuestra manera de
comprender el mundo. Sin embargo, para comprender este punto, vamos a abordar el
siguiente y último punto antes de la conclusión de esta predicación.

4. Cristo y la Sabiduría del Cristiano


Me perdonarán, pero cuando abordé el primer principio de sabiduría presentado en
Proverbios, omití deliberadamente un aspecto que es importante, pero que me permitiría
cerrar esta predicación con una pequeña meditación entorno a Jesús.

Cuando se nos dice que el principio de la sabiduría temor de Jehová, se nos está hablando
de que la base de la sabiduría, su sustento, su cimiento, es el temor a Yahveh.

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¿Por qué esto es importante? Porque, habiendo distintos nombres que le pertenecen a Dios a
lo largo de la Biblia, este nombre es aquel con el que se presentó a Abraham, Isaac y Jacob
para establecer y afirmar su pacto para con aquellos que serían el inicio de una nación que
traería bendición a todas las naciones por medio de la simiente que nacería de sus
genealogías.

Estamos hablando de Yahveh como el Dios que crea el Pacto de Redención en la eternidad
para crear un camino para que sus criaturas caídas vuelvan a Él. El mismo Dios que hace el
Pacto de Obras con Adán y Eva para que estos pudieran vivir bien, y saber como mantener
una comunión perfecta y feliz con su creador. El mismo Dios que, ante la caída en pecado de
sus criaturas, se acerca a Abraham, Isaac y Jacob para hacer un Pacto de Gracia con ellos,
prometiendo una simiente por medio de la cual todas las naciones de la tierra serían
bendecidas, por medio de la cual se reestablecería la comunión con Dios y, de esta manera,
nosotros pudiésemos encontrar la forma correcta de vivir para la gloria de Dios, y gozarnos
de Él para siempre.

Jehová, Yahveh, no solo es el creador del pacto, sino su guardián. Gloria a Dios de que los
términos del pacto no están en las manos de los imperfectos hombres, sino que está en las
manos de aquel que es fiel, que mantiene sus promesas y tiene el poder para hacerlas cumplir.

Aquí es donde se presenta Cristo. Jesús es la representación misma de la sabiduría, y el


ejemplo de vida que el cristiano debe tener para regir su vida. El mismo Antiguo Testamento
nos habla de Jesús como aquel que sería la figura que representa la sabiduría encarnada.

Y SALDRÁ una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces.

Y reposará sobre él el espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu


de consejo y de fortaleza, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Y harále
entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni
argüirá por lo que oyeren sus oídos (Isa 11: 1 – 3)

Con esto volvemos al asunto de la cosmovisión. Ya lo mencionamos, sin el temor de Jehová,


todo ejercicio del ser humano no es nada más que necedad. Pero el hombre, muerto en sus
delitos y pecados, no tiene forma de poder vivir sabiamente, porque le es imposible someter
su voluntad a la voluntad divina, y poder tener ese temor reverencial que debe caracterizar al
cristiano.

Pero en Jesús encontramos el verdadero sentido de nuestra vida, y la forma en la que debemos
vivirla. Él mismo se presenta como la verdad:

…Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí. (Jua 14:6)

Jesús es LA VERDAD. Y que más sabio por parte de una persona que anhelar la verdad y
vivir acorde a ella y no a través de un espejismo. No se trata de que en Jesús encontraremos
la respuesta a todas las interrogantes de la ciencia. Jesús no es una enciclopedia de física o

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astronomía. No, Jesús nos muestra la manera correcta de vivir, así como los Proverbios nos
aconsejan de forma práctica como dirigir nuestras vidas.

Y decía Jesús á los Judíos que le habían creído: Si vosotros permaneciereis en mi


palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; Y conoceréis la verdad, y la verdad os
libertará. (Jua 8:31 – 32)

¿Nos libertará para poder hacer lo que queramos con nuestra vida? No, nos liberará del yugo
del pecado, y nos hará libres de poder cumplir con la ley de Dios y gozarnos en ella, y de esta
manera encaminar nuestra vida de la forma correcta. En Cristo encontramos la manera
correcta de vivir la vida.

5. Conclusión: La Importancia de la Sabiduría en Tiempos de


Necedad
Para concluir. Vivimos en un mundo donde la información lo es todo. Quien maneja más
información, tiene más herramientas para vivir en este mundo y sacarle todo el provecho
posible.

Pero Dios no quiere que busquemos información, Dios quiere que busquemos sabiduría.

Si usted no se ha arrepentido de sus pecados, ni ha creído en Cristo como su Señor y Salvador,


le invito a que se postre delante del trono de Dios, clame por el perdón de sus pecados, y
deposite su confianza en aquel que hizo TODO lo necesario para que usted pueda hallar
salvación. Con eso, podrá empezar a vivir la vida como se debe, bajo la dirección de Dios,
con el ejemplo de Jesús guiándonos en todo momento.

Si usted es cristiano, entonces le insto a hacer lo siguiente:

- Si es un hijo/a que vive con sus padres, lea su Biblia, aprenda de Dios, lea libros que
complementen su conocimiento del Señor, y aprenda a temerle. Escuche a sus padres,
obedézcales, hónreles. Y no se dejen llevar por las modas ni las ideologías de quienes
te rodean para dirigir su forma de vivir. No consientan con aquellos que viven
alejados de Dios. Ellos no son sus ejemplos para seguir. Ese es Cristo.
- Si usted es un padre/madre que vive con sus hijos. Lea su Biblia, aprenda de Dios,
lea libros que complementen su conocimiento del Señor, y aprenda a temerle. Busque
el ejemplo de Cristo, y conviértalo en su modelo de vida, para que con su ejemplo,
usted sea a su vez un modelo a seguir por sus hijos y ellos SI QUIERAN
CONSENTIR con sus enseñanzas y no con la de los inconversos que los rodean.

Por último, lean y estudien el libro de Proverbios, y obtendrán: Sabiduría, Doctrina, Razones
prudentes, Prudencia, Justicia, Juicio y Equidad.

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