Está en la página 1de 10

GUIA N ° 3

Materia: Cs de la Tierra
Prof. Daniel Garcia

Alimentos y agua para una población creciente


Los recursos que la persona humana necesita para la vida: alimentos, agua, energía,
minerales y otros materiales, los obtenemos del ambiente. Nuestro planeta nos suministra
una gran variedad de bienes que en alguna ocasión han podido parecer inagotables.
La lucha de la humanidad ha estado centrada durante muchos siglos en asegurar su
alimentación y el agua limpia y la energía, o el resto de los recursos, no han sido una fuente
de problemas. En la actualidad, como veremos, la producción de alimentos ha llegado a ser
suficiente para alimentar a la población, a pesar del crecimiento que ha tenido en estos
últimos decenios. A pesar de todos los problemas subsisten para un gran número de
personas que no puede acceder a esos alimentos y pasa hambre o está mal alimentada.
Pero nuevos problemas han surgido y amenazan al futuro de la humanidad si no hacemos
una explotación más racional de los recursos. En este tema se estudian los alimentos y el
agua y en el siguiente la energía.

Importancia del problema

Los alimentos son imprescindibles para la vida. La necesidad de alimentarse ha movido a


los hombres a explotar la naturaleza y a buscar las mejores maneras de usar de los otros
seres vivos, fuente de su alimento. A la actividad recolectora y cazadora de nuestros
antepasados, sucedió, hace unos 10 000 años el comienzo de la actividad ganadera y
agrícola, lo que llevó a una revolución social y cultural y a una expansión de la población
sin precedentes hasta ese momento.

En el mundo actual el reto es alimentar a una población creciente, más numerosa que
nunca, con el tipo de alimentos y la cantidad adecuados a la vida humana y logrando que
lleguen a todos los hombres de una forma equitativa. Además debemos obtener estos
alimentos sin esquilmar la naturaleza y sin dañar el ambiente de forma irreparable.

En la Cumbre mundial sobre la alimentación de Roma en noviembre de1996 se afirmó: "La


producción mundial de alimentos ha aumentado rápidamente durante los últimos 30 años, y
ha llegado a superar el crecimiento demográfico. Sin embargo, en el mundo de hoy, que
puede producir suficientes alimentos para suministrar una dieta adecuada para todos,
centenares de millones de personas sufren hambre. Aún persiste la desnutrición crónica,
principalmente en los países con bajos ingresos, que en su mayoría dependen en gran parte
de la agricultura. Mientras sea ésta la situación, será necesario hacer un esfuerzo concertado
a fin de acelerar el desarrollo agrícola y rural en esos países para eliminar el hambre
generalizada".

Enfermedades producidas por malnutrición

La malnutrición aumenta el riesgo de contraer infecciones causadas por virus o bacterias y


provoca diversas enfermedades típicas de personas deficientemente nutridas. Las más
comunes son el kwashiorkor y el marasmo y algunas enfermedades producidas por no
ingerir suficientes vitaminas.

El kwashiorkor (palabra de un dialecto africano que significa "niño desplazado") es típica


de bebés y niños pequeños que sufren una fuerte deficiencia de proteínas. Su estómago esta
hinchado, porque está lleno de líquido y sus brazos y piernas enflaquecidos. Otras
consecuencias de la enfermedad son diarrea, daños en el hígado, falta de crecimiento, etc.
El niño que sufre kwashiorkor tiene una mirada perdida y ha perdido la viveza de
movimientos.

Estos niños suelen tener una dieta relativamente alta en carbohidratos, pero muy baja en
proteínas. Se produce esta situación, por ejemplo, cuando el niño pasa de una dieta de leche
materna rica en todos los nutrientes a otra de grano que proporciona las calorías suficientes,
pero no así las proteínas.

Si este tipo de malnutrición no dura demasiado se pueden corregir los daños con una dieta
equilibrada, aunque puede dejar secuelas de daños irreparables en el crecimiento o en el
desarrollo intelectual

El marasmo (de una palabra griega que significa consumirse) se produce cuando la dieta es
insuficiente tanto en calorías como en proteínas. Los niños con esta enfermedad están muy
delgados, con los ojos agrandados y una cara que aparenta más edad, pero con una actitud
de actividad y con la mirada despierta.

Se suele producir esta enfermedad cuando los niños no han sido suficientemente
amamantados o cuando el alimento que reciben es muy escaso, después de que se ha
producido el destete, porque haya muerto su madre, por pobreza o por otros motivos.

Si el niño recupera a tiempo una dieta equilibrada la mayor parte de estos síntomas suelen
desaparecer.

Las enfermedades por no tomar la cantidad necesaria de vitaminas no son frecuentes en los
países desarrollados en la actualidad, pero en los países poco desarrollados se producen
millones de casos todos los años. Así, por ejemplo, se calcula que al año más de 500 000
niños sufren problemas en la vista, algunos hasta quedarse ciegos, por tomar dietas con
déficit de vitamina A.
La ausencia de nutrientes minerales como hierro o iodo también origina enfermedades en
muchos países pobres. La falta de hierro produce anemia que en algunas poblaciones de
Asia, Africa y Latinoamérica llega a afectar a la mitad de las mujeres y los niños, en mayor
o menor grado. Las dietas pobres en iodo provocan bocio y afecta, sobre todo, a los que
viven en terrenos pobres en este elemento, sin recibir alimentos del exterior.

Aditivos para los alimentos

Los aditivos son sustancias químicas, naturales o sintéticas, que añadimos a los alimentos
para facilitar su conservación, mejorar su apariencia, darle sabor o color. Además de estos
aditivos incorporadas voluntariamente a los alimentos, algunas sustancias químicas se
añaden de forma indirecta en el proceso de embalado, o en el de producción.

Añadir sustancias a los alimentos ha sido hecho por el hombre desde la antigüedad, así, por
ejemplo, sal para conservar el pescado, vinagre para pepinillos y otros vegetales, humo para
ahumar carnes, especias para mejorar el sabor, etc.; pero en la actualidad han aumentado de
número, hasta llegar a ser casi 3000 las moléculas autorizadas como aditivos.

Los aditivos han traído grandes ventajas. Así, por ejemplo, el propionato de sodio y el
sorbato de sodio retrasan el crecimiento de bacterias y hongos y se usan para conservar los
alimentos en condiciones saludables. Vitaminas, nutrientes esenciales, elementos minerales,
etc. se añaden a los alimentos para evitar las enfermedades carenciales. Colorantes diversos
se usan para dar aspecto atractivo y apetecible a los alimentos. Antioxidantes, como el butil
hidrxianisol (BHA) o el butil hidroxi tolueno (BHT) se añaden para impedir que los
alimentos se destruyan cuando sus lípidos se oxidan. Gracias a ellos se puede alimentar de
forma eficiente y mejor que nunca en la historia a una creciente población urbana, alejada
de las zonas agrícolas, a la que tienen que llegar los alimentos a través de largos recorridos.
Además han hecho que este proceso de alimentación haya sido posible a unos costos cada
vez menores.

Para que los aditivos reciban autorización oficial deben pasar por largos procesos de
estudio en los organismos correspondientes y se puede decir que nunca hemos controlado
de una forma tan exhaustiva como en la actualidad las sustancias que forman parte de
nuestra alimentación.

Pero, como no podía ser menos, no están libres de inconvenientes. Varios de ellos han
tenido que ser retirados de su uso porque se ha demostrado que podían originar cánceres, al
menos en experiencias de laboratorio. Otros provocan alergias en algunas personas. Otros
se encuentran bajo sospecha (sacarina, nitratos, nitritos, BHA, BHT, el pigmento rojo para
naranjas y otras frutas, etc.).

Algunos piensan que algunos de estos productos, junto con otras sustancias como
pesticidas, plásticos, etc., pueden estar interfiriendo de forma lenta pero muy dañina con el
funcionamiento de las hormonas y les achacan problemas de fertilidad, reducción de la
capacidad intelectual y otros peligros que podrían afectar a nuestros descendientes.
Otros opinan que se está exagerando mucho el riesgo que pudieran tener los aditivos para la
salud. En su opinión habría que reducir estos riesgos a su justa medida, porque incluso los
alimentos naturales poseen sustancias químicas, desarrolladas por las plantas para su
defensa, que son inductoras de cáncer cuando se estudian en el laboratorio. Todos
reconocen, de cualquier forma, que es claramente mayor el riesgo de producción de cáncer
del tabaco que el que pueden tener estos productos

Producción de alimentos

Según las famosas predicciones de Malthus la población hambrienta debería ir aumentando


en el mundo. Malthus pensaba que mientras la población crecería exponencialmente, los
alimentos y los recursos aumentarían en mucha menor proporción y, por tanto, cada vez
habría más diferencia entre la cantidad de alimento y la población.

La realidad de los últimos decenios, en los que se ha dado el mayor crecimiento


demográfico de toda la historia humana, ha desmentido totalmente las previsiones de
Malthus. La producción de alimentos está aumentando desde los años 1950, especialmente
en los últimos 30 años, a un ritmo tan rápido que ha superado el crecimiento de la
población. A comienzos del decenio de 1960 la producción mundial de alimentos para
consumo humano era sólo de 2300 calorías por persona y día, cantidad que estaba
distribuida de forma muy desigual. En 1994 había pasado a ser 2710 calorías por persona y
día, suficientes para permitir la correcta nutrición de toda la población humana, aunque al
persistir todavía graves problemas de distribución de hecho sigue habiendo muchos
millones de personas que pasan hambre o están mal nutridas. Más de 800 millones de
personas del mundo en desarrollo sufren de desnutrición crónica. Entre ellos, la falta de
energía y proteínas esenciales resta fuerzas al cuerpo y a la mente, y disminuye la esperanza
de vida de unos 200 millones de niños.

Alimentos agrícolas

Se calcula que unas 80 000 especies de plantas son comestibles, pero sólo usamos unas 100
de ellas que proporcionan alrededor del 90% del alimento que la humanidad consume, bien
sea directamente, comidas por las personas, o indirectamente, sirviendo de alimento al
ganado. De cuatro de ellas: trigo, arroz, maíz y patata obtenemos más de la mitad de los
alimentos agrícolas que consume toda la población mundial.

La agricultura empezó hace unos 10 000 años, cuando los hombres comenzaron a cultivar
plantas o a esparcir semillas de las plantas de las que obtenían alimento (cereales del tipo
del trigo) alrededor de los lugares en los que vivían. Las prácticas agrícolas fueron muy
importantes para el desarrollo de la sociedad humana. Obligaron a que el hombre, que hasta
entonces había sido cazador y recolector, con una forma de vida nómada, pasara a vivir en
lugares fijos y así comenzaron las primeras ciudades. Además, aumentó tanto el alimento
disponible que se dio el primer gran crecimiento de la población humana.

En una sociedad agrícola, cada cultivador produce alimento suficiente no sólo para él
mismo sino también para otras personas y esto hizo posible que algunas personas se puedan
dedicar a las artes, la religión o el comercio y que la organización social se fuera haciendo
más y más compleja. Con el paso de algunos milenios, hace unos 5000 a 6000 años,
alrededor de ríos especialmente aptos para el cultivo, como el Nilo, Eufrates, Tigris, etc., se
fueron desarrollando las primeras grandes civilizaciones en las que surgió la escritura y
tuvieron un gran impulso las actividades culturales, científicas, comerciales, etc.. Se
formaron los primeros imperios y el éxito de la agricultura fue tan claro que muy pocos
grupos sociales han vuelto a las prácticas cazadoras o recolectoras una vez que han
desarrollado la actividad agrícola.

La gran mayoría de las especies que cultivamos en la actualidad fueron domesticadas en los
comienzos de la agricultura por nuestros remotos antepasados. Pocas especies nuevas se
han añadido aunque los cambios en las plantas agrícolas sí han sido muy grandes. Por
ejemplo las mazorcas de maíz que se han podido encontrar en los más antiguos yacimientos
arqueológicos, tienen entre dos y tres centímetros de longitud. En la actualidad, después de
un largo proceso de selección que lleva miles de años, usamos variedades de maíz con
mazorcas más de diez veces más largas que las prehistóricas, de granos grandes y
compactos y recubiertas por hojas que protegen los granos. Todavía existe en praderas altas
de México la hierba salvaje de maíz de la que proceden las variedades que cultivamos en la
actualidad, pero su aspecto es muy distinto al del maíz evolucionado. Sus granos no están
todos apretados y protegidos, sino al revés, sueltos a lo largo de un tallo y sin cobertura de
hojas.

Hasta hace un siglo la agricultura había ido sufriendo cambios poco a poco, pero se seguía
trabajando de una forma tradicional que, en lo esencial, era muy parecida a la que se había
venido empleando durante milenios. Algunas técnicas especialmente útiles, como el
regadío, sabemos que se empleaban ya hace unos 5000 años

En el último siglo, y especialmente en los últimos 50 años, los avances tecnológicos,


biológicos y químicos han supuesto un cambio enorme, una auténtica revolución.

Impactos ambientales de la agricultura moderna

La agricultura siempre ha supuesto un impacto ambiental fuerte. Hay que talar bosques para
tener suelo apto para el cultivo, hacer embalses de agua para regar, canalizar ríos, etc. La
agricultura moderna ha multiplicado los impactos negativos sobre el ambiente. La
destrucción y salinización del suelo, la contaminación por plaguicidas y fertilizantes, la
deforestación o la pérdida de biodiversidad genética, son problemas muy importantes a los
que hay que hacer frente para poder seguir disfrutando de las ventajas que la revolución
verde nos ha traído.
Los principales impactos negativos son:

a) Erosión del suelo

La destrucción del suelo y su pérdida al ser arrastrado por las aguas o los vientos suponen
la pérdida, en todo el mundo, de entre cinco y siete millones de hectáreas de tierra
cultivable cada año, según datos de la FAO de 1996. El mal uso de la tierra, la tala de
bosques, los cultivos en laderas muy pronunciadas, la escasa utilización de técnicas de
conservación del suelo y de fertilizantes orgánicos, facilitan la erosión. En la península
Ibérica la degradación de los suelos es un problema de primera importancia.

En los lugares con clima seco el viento levanta de los suelos no cubiertos de vegetación o
de los pastizales sobreexplotados, grandes cantidades de polvo que son la principal fuente
de contaminación del aire por partículas en estos lugares.

b) Salinización y anegamiento de suelos muy irrigados

Cuando los suelos regados no tienen un drenaje suficientemente bueno se encharcan con el
agua y cuando el agua se evapora, las sales que contiene el suelo son arrastradas a la
superficie. Según datos de la FAO casi la mitad de las tierras de regadío del mundo han
bajado su productividad por este motivo y alrededor de 1,5 millones de hectáreas se pierden
cada año.

c) Uso excesivo de fertilizantes y plaguicidas

Los fertilizantes y pesticidas deben ser usados en las cantidades adecuadas para que no
causen problemas. En muchos lugares del mundo su excesivo uso provoca contaminación
de las aguas cuando estos productos son arrastrados por la lluvia. Esta contaminación
provoca eutrofización de las aguas, mortandad en los peces y otros seres vivos y daños en
la salud humana.

Especialmente difícil de solucionar es la contaminación de las aguas subterráneas con este


tipo de productos. Muchos acuíferos de las zonas agrícolas se han contaminado con nitratos
hasta un nivel peligroso para la salud humana, especialmente para los niños.

Un ejemplo especialmente dramático ha sido el del mar de Aral.

Al mismo tiempo, en otros países, el uso de cantidades demasiado pequeñas de fertilizantes


disminuye los nutrientes del suelo, con lo que contribuye a su degradación.

d) Agotamiento de acuíferos

En las zonas secas y soleadas se obtienen excelentes rendimientos agrícolas con el riego y
en muchos lugares, pro ejemplo en los conocidos invernaderos de Almería, se acude a las
aguas subterráneas para regar. Pero los acuíferos han tardado en formarse decenas de años
y cuando se les quita agua en mayor cantidad que la que les llega se van vaciando. Por este
motivo las fuentes que surgían se secan, desaparecen humedales tradicionales en esa zona,
y si están cerca del mar el agua salada va penetrando en la bolsa de agua, salinizándola,
hasta hacerla inútil para sus usos agrícolas o para el consumo humano.

e) Pérdida de diversidad genética

En la agricultura y ganadería tradicionales había un gran aislamiento geográfico entre los


agricultores y ganaderos de unas regiones y otras y por eso, a lo largo de los siglos, fueron
surgiendo miles de variedades de cada planta o animal domesticado.

Esto supone una gran riqueza genética que aprovechaban los que hacían la selección de
nuevas variedades. Su trabajo consiste, en gran parte en cruzar unas variedades con otras
para obtener combinaciones genéticas que unan ventajas de todas ellas. Si se quiere
conseguir una planta de trigo apta para un clima frío, que tenga el tallo corto y sea
resistente a unas determinadas enfermedades, los genetistas buscaban las variedades que
poseían alguna de esas características y las iban entrecruzando entre sí hasta obtener la que
reunía todas.

En la actualidad cuando una variedad es muy ventajosa, la adoptan los grandes cultivadores
de todo el mundo, porque así pueden competir económicamente en el mercado mundial. El
resultado es que muchas variedades tradicionales dejan de cultivarse y se pierden si no son
recogidas en bancos de semillas o instituciones especiales.

Por otra parte, la destrucción de bosques, pantanos, etc. para dedicar esos terrenos a la
agricultura provoca la desaparición de un gran número de ecosistemas.

También la agricultura moderna ha introducido el monocultivo, práctica en la que enormes


extensiones de terreno se cultivan con una sola variedad de planta. Esto supone un
empobrecimiento radical del ecosistema, con la consiguiente pérdida de habitats y de
especies.

f) Deforestación

Alrededor de 14 millones de hectáreas de bosques tropicales se pierden cada año. Se


calcula que la quema de bosques para dedicarlos a la agricultura es reponsable del 80% al
85% de esta destrucción.

La agricultura moderna no es la principal responsable de esta deforestación, porque sus


aumentos de producción se han basado mucho más en obtener mejores rendimientos por
hectárea cultivada que en poner nuevas tierras en cultivo. De hecho, en España, por
ejemplo, todos los años disminuye la extensión de las tierras cultivadas cuando muchas de
ellas son abandonadas por su baja productividad.

La principal causa de destrucción del bosque es la agricultura de subsistencia de muchas


poblaciones pobres de los países tropicales. Estos agricultores queman los bosques y la
superficie así conseguida, gracias al abono de las cenizas, les permite obtener unas pocas
cosechas, hasta que el terreno se empobrece tanto en nutrientes que se hace improductivo y
deben acudir a otro lugar para quemar de nuevo otra porción de selva y repetir el proceso.

g) Consumo de combustibles fósiles y liberación de gases invernadero

La agricultura moderna gasta una gran cantidad de energía, como comentamos en las
páginas anteriores, para producir los alimentos. Esto significa un elevado consumo de
petróleo y otros combustibles y la emisión a la atmósfera de gran cantidad de CO2, con el
consiguiente efecto invernadero. A la vez la quema de bosques y de pastizales es
responsable muy principal del aumento de CO2 y de óxidos de nitrógeno en la atmósfera.

La Pesca

Los océanos del mundo son una importante fuente de alimentos. El 90% de todo lo que se
extrae del mar son animales del grupo de los peces pero, además, se capturan otros
animales y algunas algas. Los calamares, pulpos, almejas, ostras y otros moluscos suponen
el 6% del total capturado. Los crustáceos como gambas, langostinos, langostas, etc. son el
3%; y el 1% restante incluye a las algas que se recogen para diversos usos.

Se pescan al año unos 100 millones de toneladas. En cantidad son sólo un 5% de las
calorías que la humanidad consume, pero para algunos pueblos, por sus costumbres
alimenticias, es una parte importante de su alimentación. Además es un alimento que
contiene nutrientes muy interesantes para completar una dieta equilibrada, sobre todo por
su aportación de proteínas y de ácidos grasos poliinsaturados.

De las 20 000 especies de peces que hay se capturan la mitad, pero sólo 22 en grandes
cantidades (más 100 000 tm/año). Entre arenques, bacalaos, lucio, salmones, caballas y
atunes forman casi las dos terceras partes de las capturas comerciales anuales.

Desde los años del decenio de 1940 hasta el comienzo del decenio de 1990 las capturas
anuales fueron aumentando con un ritmo cercano al 7% anual. En 1940 se capturaban algo
más de 20 millones de toneladas al año y en 1990 se sobrepasaron los 100 millones. Desde
entonces las capturas anuales se han estabilizado y tienden a mostrar más bien un cierto
descenso. La sobrepesca, junto a otros factores como la contaminación o la destrucción de
ecosistemas por algunas técnicas pesqueras explican esta disminución que, previsiblemente,
continuará en los próximos años.

Sobrepesca

Se produce sobrepesca cuando se captura un excesivo número de peces de una población,


de forma que no se dejan los suficientes como para que al reproducirse reconstituyan la
población. Es un típico ejemplo de una explotación de la naturaleza no sostenible. .Por
sobrepesca no se suelen producir extinciones biológicas de las especies, porque antes de
que esto suceda el caladero suele dejar de ser explotable desde el punto de vista económico,
y deja de usarse; pero si se producen daños económicos y biológicos muy importantes.
Situación de las pesquerías

Según la FAO no se pueden capturar más de 100 millones de tm de las especies ahora
explotadas, si no queremos dañar los caladeros. Como hemos comentado ya se está
pescando en la actualidad alrededor de esta cantidad

De 280 caladeros vigilados por la FAO, sólo 25 se pueden considerar moderadamente


explotados o sub-explotados. El resto está excesivamente explotado. En algunas zonas esto
se ha hecho notar de forma dramática en el descenso de capturas, por ejemplo en el
Nordeste del Atlántico, con el bacalao y el arenque. También el Mediterráneo y el Mar
Negro están sobre-explotados. NE, SE y centro del Pacífico, SE del Atlántico e Indico están
explotados cerca del máximo.

Donde es posible pescar más es, sobre todo, en el SE del Atlántico (Argentina), Nueva
Zelanda y parte del Indico. Las especies cuya explotación podíamos aumentar son sobre
todo: pulpo, calamar. pez linterna y "krill".

Krill

Se llama krill a pequeños crustáceos que viven en las aguas oceánicas.


Dentro de este nombre se incluyen alrededor de 85 especies distintas. Su
aspecto es como el de langostinos o langostas de un tamaño reducido,
variable entre 1 cm y algo más de 10 cm. Los más abundantes suelen
alcanzar, cuando son adultos, los 6 o 7 cm de longitud.

El krill es enormemente abundante en las aguas que rodean a la


Antártida. Se estima que se podrían capturar más de 150 millones de
toneladas al año sin poner en peligro la población de este crustáceo. Es
decir, más que toda la cantidad que se pesca en la actualidad, entre todas
las especies.

La pesca comercial del krill comenzó al principio de la década de los


1970 y actualmente se capturan unas 300 000 toneladas al año. Lo que se
pesca es preparado en los mismos barcos para hacer alimento para las
personas o harina para alimentar ganado o peces que se crían en
piscifactorías. La captura de krill ha ido subiendo más despacio de lo
que se pensaba porque hay varias dificultades importantes que superar.
Por una parte pescar en las aguas del Antártico es complicado y caro
porque está lejos de los lugares habitados y las condiciones de vida en
esos mares son difíciles. Por otra parte el krill tiene en su estómago
enzimas digestivos muy poderosos que hacen que el animal se
descomponga muy rápidamente en cuanto muere y también sus tejidos
tienen un exceso de fluoruro que conviene reducir antes de usarlo como
alimento humano. Todas estas dificultades encarecen los productos que
se pueden fabricar con este animal. En la actualidad es pescado
principalmente por Corea del Sur, Chile, Polonia, Japón, Rusia y
Ucrania.

Un posible riesgo ambiental de la captura de krill proviene de que es el


principal alimento de las ballenas, focas y otros animales de las aguas
antárticas y si se pescara en exceso podría poner en peligro la cadena
trófica que mantiene a las poblaciones de estos animales. Se están
haciendo estudios para conocer mejor el ciclo de vida de estos
crustáceos y poder determinar así con seguridad que cantidades se
podrían pescar sin poner en peligro el ecosistema de esos océanos.

Piscicultura

La piscicultura o acuicultura es la cría de peces o moluscos en zonas cerradas. Es un


sistema prometedor de aumentar la producción de alimentos. Ahora rinde unos 15 millones
de tm. al año.

En los países desarrollados se usa sobre todo para especies comercialmente valiosas como
marisco, rodaballo, trucha y salmón; o para producir alevines que sirven para repoblar los
ríos y lagos en los que luego se hace pesca deportiva.

Los países poco desarrollados son los que más alimentos producen por esta técnica. Caso
las tres cuartas partes del total mundial se crían en estos países.

Esta forma de obtener pescado tiene ventajas. Por ejemplo, puede tener un gran
rendimiento por unidad de área dedicada a ella y no consume demasiada energía. Pero tiene
también algunas dificultades. La preparación de grandes charcas destinadas a esta técnica
ha supuesto la destrucción de bosques de mangles de gran interés ecológico. Así ha
sucedido, por ejemplo, en Filipinas, Indonesia, Panamá, etc

También podría gustarte