Está en la página 1de 36

VALORES ÉTICOS, SOCIALES

Y POLITICOS
 Valores éticos,
sociales y políticos
Los valores son determinadas
maneras de apreciar ciertas cosas
importantes de la vida por parte de
los individuos que pertenecen a un
determinado grupo social o cultura.
Los valores se mueven a la vez en
los planos espiritual y material de la
actividad humana, se forman partir
de cualquier área y tienden a
convertirse en un contenido
relativamente estable en la cultura
general.
Los valores más importantes de la
persona forman parte de su
identidad, orientan sus decisiones
frente a sus deseos e impulsos y
fortalecen su sentido del deber ser.
Los valores se aprenden desde la
temprana infancia y cada persona
les asigna un sentido propio, de
acuerdo a sus experiencias,
conocimientos previos y desarrollo
cognitivo, construye un sentido
propio de los valores. Así por
ejemplo, aunque a todos nos
enseñen que la solidaridad es algo
deseable, y aunque todos lo
aceptamos como cierto, la
interpretación que haremos de este
valor, el sentido qué le |
encontraremos en nuestra vida, será
diferente para cada persona.
Los valores están relacionados con
los intereses y necesidades de las
personas a lo largo de su desarrollo.
Los valores de los niños pequeños
están definidos en buena medida por
sus necesidades de ¡Subsistencia y
por la búsqueda de aprobación de
sus padres: sustento biológico y
amor filial. Los adolescentes guían
sus valores personales por su
necesidad de experimentación y
autonomía: amistad, libertad.
Mientras que en la edad adulta se
plantean nuevas prioridades: salud,
éxito profesional, responsabilidad.
Algunos valores aprendidos desde
temprana infancia permanecen a lo
largo de la vida de las personas.

Valores éticos:
Solidaridad, disciplina,
generosidad,
cooperación, honestidad
y respeto.
Los valores éticos o morales son
aquellos que nos permiten
experimentar una preferencia,
sentido del deber u obligación hacia
las relaciones o acciones buenas,
correctas o justas y aversión hacia
sus manifestaciones contrarias.
Esto viene dado en primer término,
por la amplia penetración de la
moral en las restantes esferas del
desenvolvimiento humano y el
contenido normativo de ciertos
parámetros provenientes de la
experiencia histórica social, en aras
del buen funcionamiento de las
comunidades.

Solidaridad
La solidaridad nace del ser humano
y se dirige al ser humano.
Trasciende todas las fronteras
políticas, religiosas y culturales
para instalarse en el ser humano ya
que el único objetivo es ayudar al
más necesitado. Por ello la
solidaridad implica afecto: al
maltratado, al perseguido, hacia las
causas nobles. La solidaridad tiene
los siguientes valores esenciales:
Compasión, es un sentimiento que
determina un modo de ver y
acercarse a la realidad humana y
social. Supone ver a los otros y las
cosas que nos rodea con "los ojos
del corazón" es decir, con un
sentimiento de fraternidad y de
identificación con el prójimo.
Reconocimiento, ya que no toda
compasión genera generosidad, para
ello es necesario reconocer en el
otro su dignidad de persona.
Universalidad, quiere ello decir que
la solidaridad no tiene rostro preciso
y que se manifiesta hacia todas las
personas. Se practica sin distinción
de sexo, raza, nacionalidad,
afiliación política.
La verdadera solidaridad implica
ayudar a alguien sin recibir nada a
cambio y procurando que nadie se
entere, ya que quien es solidario
debe ser también desinteresado y
actuar impulsado por un sentimiento
de justicia e igualdad.

La Disciplina
Es la capacidad del ser humano para
actuar de forma ordenada y
perseverantemente para conseguir
un bien o alcanzar una meta. Es un
valor fundamental para poder
alcanzar otros, ya que sin disciplina
es prácticamente imposible tener
fortaleza y templanza ante las
adversidades que se presentan día a
día. La principal necesidad para
adquirir este valor es la
autoexigencia; es decir, la
capacidad de demandarnos a
nosotros mismos un mayor esfuerzo
para hacer las cosas de la mejor
manera. Debemos tener presente
que para alcanzar más rápido las
metas y objetivos que nos fijamos es
necesario proceder con orden y
soportar las molestias que ello
ocasiona y para ello debemos
disciplinarnos.
Quien se exige a sí mismo es
comprensivo con los demás,
estudia, trabaja y produce mejor y le
da sentido a todo lo que hace. Este
valor es fundamental y básico para
poder desarrollar muchas otras
virtudes. Una persona disciplinada
es capaz de lograr todos los
objetivos que se propone y mantener
un equilibrio en los aspectos físico,
mental, emocional y social.

La Generosidad
La generosidad consiste en dar y
ayudar a los demás, teniendo como
meta el logro del bien común. Puede
consistir también en ayudar al
prójimo y prestar un servicio
desinteresadamente, sin esperar
nada a cambio.
La generosidad puede manifestarse
de muchas maneras: con el trabajo
voluntario al servicio de las
personas que nos necesitan en
situaciones de desastres, en
incendios, acompañando a personas
enfermas o ancianas en los
hospitales. También puede
manifestarse mediante el tiempo,
cariño y compañía que les
brindamos a las personas que lo
requieran sin esperar ninguna
recompensa.
Una persona generosa está siempre
dispuesta a colaborar con los
demás, sin hacer distinciones de
ningún tipo. Existen múltiples
oportunidades para manifestar
nuestra generosidad, algunas de
ellas podrían ser:
• Participar en acciones
comunitarias, tales como la limpieza
de espacios comunes como los
parques, recuperación de escuelas.
• Ayudar a las personas mayores, a
los discapacitados.
• Ser generoso nos hace sentirnos
bien con nosotros mismos, lo cual
no solamente favorece nuestro
crecimiento personal, sino también
permite la consolidación y
crecimiento de la comunidad donde
convivimos. Con nuestro
crecimiento personal para
desarrollarnos como individuos más
amables y colaboradores.

La Cooperación
Consiste en la realización de
actividades o de un trabajo en
común llevado a cabo por un grupo
'e personas o varias entidades,
hacia un objetivo compartido,
generalmente usando herramientas
en forma conjunta. La cooperación
facilita la comunicación, incrementa
el rendimiento y promueve nuevas
ideas que se comparten en el grupo
hacia el logro del bien común. La
cooperación se debe fundamentar
en el respeto mutuo. Para practicar
la cooperación y hacer que el mismo
se implante como un valor en
nuestras vidas, podemos realizar
algunas tareas, tales como:
• Realizar actividades en grupo,
desarrollando así habilidades para el
trabajo en equipo.
• Efectuar trabajos voluntarios
dentro de nuestra comunidad o en
diferentes instituciones para
colaborar con otras personas.
• Ayudar a nuestros compañeros de
estudios en aquellas actividades
donde tengan mayor dificultad.

La Honestidad
La honestidad significa armonizar
las palabras con los hechos, tener
identidad y coherencia para estar en
armonía con nosotros mismos. La
honestidad es una forma de vivir
congruente entre lo que se piensa y
lo que se hace, conducta que se
observa hacia los demás y se exige
a cada quien lo que es debido.
Para ser honesto es importante ser
sincero con uno mismo, fiel a la
promesa hecha con las personas
con quienes convivimos o tratamos.
Ser honesto es tener un
comportamiento adecuado,
correcto, justo y desinteresado. La
honestidad es una forma de vivir
congruentemente entre lo que se
piensa y lo que se hace, conducta
que se observa hacia los demás y se
exige a cada quien lo que es debido.
Para ser honesto es importante ser
sincero con uno mismo, fiel a la
promesa hecha con las personas
con quienes convivimos o tratamos.
Ser honesto es tener un
comportamiento adecuado,
correcto, justo y desinteresado.
Si podemos hacer un listado de las
cualidades que nos gustaría ver o
mejor aún poseer, seguramente
diremos que la honestidad garantiza
confianza, seguridad,
responsabilidad, confidencia, lealtad
y, en una palabra, integridad.
Si somos honestos seremos
reconocidos por los demás, porque
el interior y el exterior son el reflejo
el uno del otro. Para una persona
honesta no existen contradicciones
entre los pensamientos, palabras o
acciones; ésta integración nos
proporciona claridad y ejemplo a los
demás; ser interiormente de una
forma y exteriormente de otra
ocasiona daño y conflictos, porque
no se puede estar cerca de los
demás, ni los demás querrán estar
cerca de una persona que no es leal
o digna de confianza. El valor de la
honestidad es visible en cada acción
que se realiza.
Cuando existe honestidad y limpieza
en lo que se hace, hay cercanía y
cariño; sin estos principios la
sociedad no puede funcionar, esto
significa no hacer un mal uso de lo
que se nos confía, por ejemplo, usar
los recursos de manera adecuada
para las necesidades básicas, pues
los recursos bien utilizados crean
bienestar y se multiplican.
La persona comprometida con el
desarrollo y el progreso mantiene
una actitud honesta como un
principio para construir un mundo de
paz, sin desperdicios y con más
esplendor.

El Respeto
El respeto es la base fundamental
para una convivencia sana y
pacífica entre los miembros de una
sociedad. Abarca todas las esferas
de la vida, empezando por el que nos
debemos a nosotros mismos y a
todos nuestros semejantes,
incluyendo el que le debemos al
medio ambiente, a los seres vivos y
a la naturaleza en general, sin
olvidar el respeto a las leyes, a las
normas sociales, a la memoria de
los antepasados y a la patria en que
nacimos.
El valor del respeto se ejerce
cuando mostramos aprecio y
cuidado por el valor de algo o de
alguien. Puede estar dirigido hacia
los derechos y la dignidad de las
demás personas, hacia los de
nosotros mismos y también hacia el
ambiente, incluyendo las plantas y
los animales que lo integran. Nos
ayuda a conservar intacto aquello
que más apreciamos en la vida; nos
enseña a reconocer aquello que más
aprecian los demás. Puede vivirse
en forma colectiva, en un país o una
región, o en forma individual entre
dos personas.
El respeto es un valor que podemos
practicarlo todos los días; hacerlo
nos conducirá a ser excelentes
ciudadanos. Si este comportamiento
se multiplica, lo cual sería posible
mediante el ejemplo, podemos
garantizar el verdadero desarrollo
del país en beneficio de todos.
El respeto lo practicamos cuando:

• Respetamos a nuestros padres y


las normas del hogar. El irrespeto y
la violencia en el hogar degenera
nuestro comportamiento como
personas en la sociedad.
• Cumplimos las leyes, normas y
reglamentos del país, de nuestra
comunidad y de nuestro grupo
cercano.
• No ofender ni humillar a ninguna
persona, independientemente de su
condición.
En algunas oportunidades las
dificultades hacen que muchas
personas decidan no cumplir con las
leyes y normas y hasta obligar a las
demás personas para conseguir sus
fines. Aunque por esta vía obtengan
lo que se proponen deben conocer
que solo propiciarán la
deshonestidad, la violencia y el
sufrimiento.

Valores políticos y
sociales: territorialidad,
seguridad, soberanía,
libertad, justicia,
igualdad, religión, salud,
educación

Al concebir el hecho social como un


elemento dinamizador para el
desarrollo de los pueblos, es
imposible dejar de pensar en los
valores sociales como el principal
elemento para mantener buenas y
armoniosas relaciones sociales.
Dentro de valores sociales, podemos
mencionar la territorialidad, la
seguridad, la soberanía, la libertad,
la justicia, la igualdad, la religión, la
salud y la educación. Estos valores
están interrelacionados y son
fundamentales para garantizar el
desarrollo de las naciones y para
mantener las relaciones humanas en
los individuos, las organizaciones y
entre los países.

Los valores políticos pueden ser


definidos como aquellos asumidos
por la sociedad que contribuyen
-satisfacer las necesidades
reconocidas por ésta y a conservar
la estabilidad política necesaria
para garantizar el desarrollo. Es
imposible desarrollar una actividad
política en beneficio de un pueblo
sin considerar los valores que deben
prevalecer en cada uno de los actos
políticos como uno de los aspectos
más significativos. Los valores
condicionan la proyección integral
de los sujetos hacia el sistema
político y constituyen en sí mismos
un componente de la cultura
política.
Cuando la población siente que no
existe una identificación entre los
contenidos de los valores y los
planes y proyectos de desarrollo que
deben conducir un país hacia el
logro de objetivos concretos, genera
el desaliento, la tristeza y la falta de
identificación con los valores o con
las acciones que se desarrollan.

Por ello los valores sociales y


políticos no pueden representar un
interés particular ya que deben
englobar el anhelo de todo un pueblo
hacia el bien común, de allí la
importancia de su estudio dentro de
esta asignatura.

Territorialidad
La territorialidad proporciona un
sentimiento de pertenencia sobre
una porción particular de territorio
sobre el que se tienen derechos
exclusivos; implica además un modo
especial de comportamiento en el
interior de esa entidad. Con la
territorialidad es posible planificar
el desarrollo sostenible, buscando el
justo equilibrio entre la mejor
calidad de vida de la población
mediante el aprovechamiento
racional de los recursos naturales y
la conservación del ambiente. Para
algunos, la territorialidad es una
conducta humana que intenta influir,
desarrollar o controlar acciones,
mediante el establecimiento de un
control sobre un espacio o territorio
específico.
La territorialidad tiene tres
elementos: el sentido de la identidad
espacial, el sentido de la
exclusividad y la compartimentación
de la interacción humana en el
espacio.

Seguridad
Este término proviene del latín
securitas que traduce cualidad de
seguro, es decir aquello que está
exento de peligro, daño o riesgo; es
decir, es algo seguro, cierto y firme.
Hay distintos tipos de seguridad,
entre las cuales podemos
mencionar:
Seguridad alimentaria: hace
referencia a la disponibilidad y
acceso de los alimentos en
proporciones y cantidades
adecuadas a fin de garantizar el
acceso físico y económico para
todas las personas que habitan en
un territorio determinado.
Seguridad jurídica: se refiere a la
certeza que tienen los ciudadanos
de la correcta aplicación de las
leyes y la garantía de su recta
aplicación, por jueces y funcionarios
idóneos, dentro del Estado.
Seguridad pública implica que los
pobladores de un territorio dado
pueden vivir en protegidos, cada uno
respetando los derechos
individuales de otro. El estado es el
garante de la seguridad pública y
por lo tanto quien debe garantizar el
orden y la vida de los ciudadanos.

Soberanía
Como ya lo explicáramos en
anteriores temas, la soberanía es el
ejercicio de la autoridad suprema
que reside en el pueblo y que se
ejerce a través de los poderes
públicos de acuerdo a su propia
voluntad y sin la influencia de
elementos extraños. La soberanía,
además de ser un principio jurídico,
es un valor que debe ser defendido
para garantizar la seguridad del
Estado.
Como recordarás es uno de los
elementos más representativos del
Poder del Estado, y es el pueblo, tan
mencionado en nuestro
ordenamiento jurídico, quien lo
detenta y ejerce por medio de los
órganos destinados para tal fin. Es
por eso que los valores condicionan
la proyección integral de los sujetos
hacia el sistema político y
constituyen en sí mismos un
componente de la cultura política.
Libertad
La libertad es la situación donde uno
tiene la posibilidad de actuar con o
sin interferencias, presiones ni
contradicciones; es la forma de
expresar por voluntad propia
nuestros actos. Es un valor
primordial, ya que permite que los
demás valores existan; en efecto, a
partir de allí nacen las libertades
específicas: de expresión, de
tránsito, de religión, de asociación,
por solo mencionar algunas. Sin
embargo, aunque individualmente la
libertad significa que podemos
decidir por nosotros mismos,
obedeciendo nuestro propio criterio,
en el ámbito social, la libertad tiene
sus límites, porque implica el
respeto a las libertades de los
demás que constituyen la sociedad
y la responsabilidad de participar en
decisiones colectivas, como la
elección de nuestros gobernantes,
el respeto y acatamiento de leyes y
normas que garanticen la
convivencia y la calidad de vida de
todos.

Justicia
La palabra justicia tiene su origen
en el término latino Justicia, que era
considerada como una de las cuatro
virtudes que garantizaban la vida de
los pueblos. La justicia consiste en
dar a cada uno lo que le
corresponde. Cuando ello no se
logra entre los individuos de forma
natural, debe regularlo el derecho i y
las leyes. La justicia tiene una base
moral fundamentada en lo que es
bueno o malo para el individuo y una
formal que son las leyes, normas y
regulaciones que rigen el
comportamiento del ser humano, de
acuerdo a la base moral.
 A mediados del siglo XIX, con el
nacimiento de los Estados surge el
concepto de justicia social,
estrechamente vinculado con la
necesidad de lograr un reparto
equitativo de los bienes del Estado.
La justicia social incorpora el
compromiso del Estado para
compensar las desigualdades que
pudieran aparecer en la sociedad
como resultado de la
industrialización y el incremento de
los mercados. Por ello debe
generarse mecanismos de
compensación y regulación que
garanticen la satisfacción de las
necesidades de la población.

Igualdad
La palabra igualdad también
proviene del latín aequalitas, es
sinónimo de equidad, es la
correspondencia y proporción de
muchas partes que componen un
todo. Como valor político hablamos
de igualdad social que significa que
todos los ciudadanos tenemos los
mismos derechos y las mismas
oportunidades en la vida, entendida
esta como la posibilidad de accesar
de igual manera a los recursos. De
esta manera, aunque la igualdad
debe ser rechazada, es
comprensible y aceptable cuando
proviene de la realización del
individuo. Así por el ejemplo el
individuo que estudia, trabaja y se
esfuerza tiene mayores
posibilidades de alcanzar las metas
y obtener recursos que el flojo y
holgazán. Las sociedades han
luchado siempre por alcanzar esta
igualdad social y aunque se han
alcanzado la eliminación de las
diferencias sociales fundamentadas
en la raza, el credo o el sexo, aún
queda mucho por hacer para
alcanzar la igualdad social, que
garantice el goce de los derechos
sociales y económicos,
independientemente del logro
individual alcanzado.

Religión
El concepto de religión tiene su
origen en el término latino religigare
que significa volver a unir, juntar
algo que está separado y se refiere
al conjunto de creencias o dogmas
acerca de una divinidad. La religión
implica sentimientos de veneración,
amor y temor hacia Dios o hacia los
dioses, cumplimiento de normas
morales y de conducta e individual y
social y la prácticas de cultos o
rituales incluyendo la oración y en
alguno caso el sacrificio.
Existen distintos tipos de religiones
de acuerdo a su concepción
teológica. Así hablamos de
religiones monoteístas
(cristianismo, judaismo y el
islamismo), entendidas como las
que se basan en la existencia de un
solo Dios y politeístas las que se
fundamentan en la existencia de
varios dioses (hinduismo)
La religión puede ser considerada
como un valor ya que en la medida
que el ser humano practica una
religión se relaciona con Dios y
como consecuencia de ello crea una
relación positiva entre quienes
practica una religión y su entorno.

Salud
Los cambios sociales que se han
llevado a cabo a través de la historia
han conducido a considerar a la
salud como un valor en el contexto
humano con proyección social,
reclamando la construcción de toda
una cultura alrededor de la salud.
Cuando el ser humano es educado
desde su infancia a la prosecución
de la salud, puede formarse un
criterio propio, entender y realizar
medidas de prevención de
enfermedades y cuidado de la salud
que repercuten en el bienestar de la
sociedad. Si consideramos la salud
como un valor que se debe cultivar,
lograremos erradicar algunas
enfermedades y ser más eficaces en
la aplicación de los programas de
prevención.
Como ya lo indicáramos, la salud
está considerada en la Carta Magna
como un hecho social fundamental.
La norma contenida en el artículo 83
establece lo siguiente:

Artículo 83. La salud es un derecho


social fundamental, obligación del
Estado, que lo garantizará como
parte del derecho a la vida. El
Estado promoverá y desarrollará
políticas orientadas a elevar la
calidad de vida, el bienestar
colectivo y el acceso a los
servicios. Todas las personas tienen
derecho a la protección de la salud,
asi como el deber de participar
activamente en su promoción y
defensa, y el de cumplir con las
medidas sanitarias y de
saneamiento que establezca la ley,
de conformidad con los tratados y
convenios internacionales suscritos
y ratificados por la República.

Educación
La educación, entendida no
solamente como un derecho humano
sino también como un valor, permite
a las personas crecer espiritual y
materialmente. Haber recibido una
educación, estar formado y poseer
suficiente información debe ser
valorado socialmente. En nuestra
sociedad ha sido siempre el deseo
de los padres el que sus hijos se
eduquen y adquieran los
conocimientos, valores y
costumbres necesarios para
incorporarse activamente a la
sociedad.
Debemos recordar que la educación
no sólo se adquiere a través de la
palabra, se encuentra presente en
todas nuestras acciones,
sentimientos y actitudes. Es un
proceso de vinculación y
revalidación cultural, moral y
conductual. Así, a través de la
educación, las nuevas generaciones
asimilan y aprenden los
conocimientos, normas de conducta,
modos de ser y formas de ver el
mundo de generaciones anteriores,
creando además otros nuevos.
Existen tres tipos de educación: la
formal, la no formal y la informal. La
educación formal hace referencia a
los ámbitos de las. escuelas,
institutos y universidades. La no
formal se refiere a los cursos,
talleres, academias, etc. y la
educación informal es aquella que
abarca la formal y no formal, pues
es la educación que se adquiere a lo
largo de la vida.
La Constitución de la República en
su artículo 102, señala lo siguiente
en relación a la Educación.

Artículo 102. La educación es un


derecho humano y un deber social
fundamental, es democrática,
gratuita y obligatoria. El Estado la
asumirá como función indeclinable y
de máximo interés en todos sus
niveles y modalidades, y como
instrumento del conocimiento
científico, humanístico y
tecnológico al servicio de la
sociedad. La educación es un
servicio público y está
fundamentada en el respeto a todas
las corrientes del pensamiento, con
la finalidad de desarrollar el
potencial creativo de cada ser
humano y el pleno ejercicio de su
personalidad en una sociedad
democrática basada en la
valoración ética del trabajo y en la
participación activa, consciente y
solidaria en los procesos de
transformación social,
consustanciados con los valores de
la identidad nacional y con una
visión latinoamericana y universal.
El Estado, con la participación de
las familias y la sociedad,
promoverá el proceso de educación
ciudadana, de acuerdo los principios
contenidos en esta Constitución y
en la Ley.

Para finalizar el desarrollo de este


tema, quisimos incluir un valor que
consideramos fundamental para la
consolidación de los anteriores e
imprescindible para el logro de
nuestro crecimiento como personas
comprometidas con el pleno
desarrollo del país. Nos referimos a
la autenticidad

Autenticidad
Es ser uno mismo y del todo, en
cada situación. Es una respuesta
inmediata, directa, inteligente y
sencilla ante la vida. Se produce
instantáneamente desde lo más
profundo de nuestro ser, es un
sentimiento que nos hace sentirnos
bien con nosotros mismos. Se
relaciona directamente con la
sencillez, porque es lo que surge
después de que se ha eliminado los
complejos y las limitaciones
adquiridas.

Es la expresión más genuina de la


libertad interior, la cual se
encuentra en oposición a todo
condicionamiento y se expresa a
través de una sensación de
bienestar con nosotros mismos y
nuestro entorno.
Cuando somos auténticos, estamos
en armonía con nosotros mismos y
la trasmitimos a los demás.
Reconocemos nuestras capacidades
y limitaciones y por lo tanto nos
podemos fijar metas alcanzables.
Además la autenticidad nos
proporciona la seguridad, certeza y
claridad necesarias para actuar
positivamente y sin temor.

Algunas reglas para lograr la


autenticidad:
• Evitar la mentira y la personalidad
múltiple. Ser el mismo siempre,
independientemente de las
circunstancias.
• Luchar contra la vanidad. Que nos
lleva a elevarnos por encima de lo
que somos para cubrir nuestras
flaquezas o exaltar nuestras
cualidades.
• Vivir de acuerdo a nuestras
posibilidades, evitando lujos fuera
de nuestro alcance.
• Prepararnos para adquirir aquellas
destrezas o habilidades que nos
hacen falta para el trabajo o para
sacar adelante a la familia.
• Cooperación y comprensión para
evitar el deseo de dominio sobre los
demás, respetando sus derechos y
opiniones.
• Ser fieles a las promesas que
hemos hecho, de esta manera,
somos fieles con nosotros mismos.
Cumplir responsablemente con las
obligaciones que hemos adquirido
en la familia o el trabajo.
• Hacer a un lado simpatías e
intereses propios, para poder juzgar
y obrar justamente.
• Esforzarnos por vivir las leyes,
normas y costumbres de nuestra
sociedad.
• No tener miedo a que "me vean
como soy".

"La autenticidad da a la persona una


natural confianza, pues con el paso
del tiempo ha sabido cumplir con los
deberes que le son propios en el
estudio, la familia y el trabajo,
procurando perfeccionar el ejercicio
de estas labores superando la apatía
y la superficialidad, sin quejas ni
lamentaciones. Por la integridad que
da el cultivo de este valor, nos
convertimos en personas dignas de
confianza y honorables, poniendo
nuestras cualidades y aptitudes al
servicio de los demás, pues
nuestras miras van más allá de
nuestra persona e intereses."
Tomado de
www.proyectosalongar.com

También podría gustarte