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SISTEMA IMNUNE

Sihomara Garcia

El sistema inmunológico es la defensa del cuerpo ante organismos infecciosos y


otros invasores. Mediante una serie de pasos llamados "respuesta inmune", el
sistema inmunológico ataca a los organismos y las sustancias que invaden los
sistemas del cuerpo y causan las enfermedades.

El sistema inmunológico se compone de una red de células, tejidos y órganos que


trabajan en conjunto para proteger al cuerpo. Las células mencionadas son
glóbulos blancos (leucocitos) de dos tipos básicos, que se combinan para
encontrar y destruir las sustancias u organismos que causan las enfermedades.

Los leucocitos se producen o almacenan en varios lugares del cuerpo, que


incluyen el timo, el bazo y la médula ósea. Por este motivo, estos órganos se
denominan "órganos linfáticos". Los leucocitos también se almacenan en masas
de tejido linfático, principalmente en forma de ganglios linfáticos, que se
encuentran en todo el cuerpo.

En el cuerpo, los leucocitos circulan desde y hacia los órganos y los ganglios por
medio de vasos linfáticos y vasos sanguíneos. De esta manera, el sistema
inmunológico funciona de forma coordinada para controlar el cuerpo en busca de
gérmenes o sustancias que puedan ocasionar problemas.

Los dos tipos básicos de leucocitos son:


1. los fagocitos, que son células que destruyen a los organismos invasores
2. los linfocitos, que son células que permiten al cuerpo recordar y reconocer a
los invasores anteriores y lo ayudan a destruirlos

Los fagocitos incluyen varias células diferentes. El tipo más común son
los neutrófilos, que principalmente atacan a las bacterias. Si los médicos
sospechan una infección bacteriana, pueden pedir un análisis de sangre para
saber si el número de neutrófilos del paciente ha aumentado debido a la infección.
Los otros tipos de fagocitos tienen funciones específicas para garantizar que el
cuerpo reaccione adecuadamente a un determinado tipo de invasor.

Los dos tipos de linfocitos son los linfocitos B y los linfocitos T. Los linfocitos se
originan en la médula ósea y, o bien se quedan allí y se convierten en células B, o
se dirigen al timo, donde se convierten en células T. Los linfocitos B y los linfocitos
T tienen funciones diferentes: Los linfocitos B funcionan como el sistema de
inteligencia militar del cuerpo, ya que localizan el objetivo y envían defensas para
atraparlo. Las células T se asemejan a los soldados: destruyen a los invasores
que el sistema de inteligencia identifica.

Funciona de esta manera:


Cuando se detectan antígenos (sustancias extrañas que invaden el cuerpo), varios
tipos de células trabajan de forma conjunta para reconocerlos y responder a la
amenaza. Estas células inducen a los linfocitos B a producir anticuerpos, proteínas
especializadas que atrapan antígenos determinados.
Una vez fabricados, estos anticuerpos permanecen en el cuerpo de la persona, de
modo que, si el mismo antígeno regresa, el sistema inmunológico ya cuenta con
los anticuerpos para atacarlo. Por lo tanto, si una persona se enferma, por
ejemplo, de varicela, generalmente no volverá a contraer la enfermedad.

Las inmunizaciones también previenen algunas enfermedades de esta forma. Las


inmunizaciones introducen un antígeno en el cuerpo de modo que no le produzca
ninguna enfermedad pero le permita fabricar anticuerpos para proteger a la
persona de ataques futuros del germen o sustancia responsable de esa
enfermedad determinada.

A pesar de que los anticuerpos pueden reconocer un antígeno y atraparlo,


necesitan ayuda para destruirlo. Esa es la función de las células T, que forman
parte del sistema que destruye los antígenos que los anticuerpos han identificado
o las células infectadas o modificadas. (En efecto, algunas células T se denominan
"células asesinas".) Las células T también ayudan a indicar a otras células (como
los fagocitos) que cumplan con su función.

Los anticuerpos también pueden neutralizar las toxinas (sustancias tóxicas o


perjudiciales) producidas por distintos organismos. Por último, los anticuerpos
pueden activar un sistema de proteínas llamado complemento que también forma
parte del sistema inmunológico. El sistema de complemento ayuda a matar a las
bacterias, los virus o las células infectadas.

Todas estas células y componentes especializados del sistema inmunológico


protegen al cuerpo de las enfermedades. Esta protección se denomina inmunidad.
INMUNOTERAPIA
La inmunoterapia, también denominada terapia biológica, es un tipo de tratamiento
para el cáncer que estimula las defensas naturales del cuerpo a fin de combatir el
cáncer. Utiliza sustancias producidas por el cuerpo o fabricadas en un laboratorio
para mejorar o restaurar la función del sistema inmunitario. La inmunoterapia
puede actuar:
 Al detener o retrasar el crecimiento de las células cancerosas.
 Al impedir que el cáncer se disemine a otras partes del cuerpo.
 Al ayudar al sistema inmunitario para que funcione mejor a la hora de
destruir las células cancerosas.
Existen varios tipos de inmunoterapia, incluidos los siguientes:
 Anticuerpos monoclonales y terapias agnósticas del tumor.
 Inmunoterapias no específicas.
 Terapia con virus oncolíticos.
 Terapia con células T.
 Vacunas contra el cáncer.

Anticuerpos monoclonales y terapias agnósticas del tumor


Cuando el sistema inmunitario del cuerpo detecta algo nocivo, produce
anticuerpos. Los anticuerpos son proteínas que combaten las infecciones.
Los anticuerpos monoclonales son un tipo específico de terapia que se fabrica en
un laboratorio. Se pueden utilizar de diversas maneras. Por ejemplo, los
anticuerpos monoclonales se pueden usar como terapia dirigida para bloquear una
proteína anormal en una célula cancerosa.

Los anticuerpos monoclonales también se pueden utilizar como una


inmunoterapia. Por ejemplo, algunos anticuerpos monoclonales atacan a proteínas
específicas de las células cancerosas. Estos señalan las células para que el
sistema inmunitario pueda encontrarlas y destruirlas.

Otros tipos de anticuerpos funcionan liberando los frenos del sistema inmunitario a
fin de que este pueda destruir las células cancerosas. Las vías PD-1/PD-L1 y
CTLA-4 son cruciales para la capacidad del sistema inmunitario de controlar el
crecimiento del cáncer. Estas vías a menudo se denominan puntos de control
inmunitarios (inmune checkpoints). Muchos tipos de cáncer utilizan estas vías para
evadir el sistema inmunitario. El sistema inmunitario responde al cáncer
bloqueando estas vías con anticuerpos específicos denominados inhibidores de
los puntos de control inmunitarios. Una vez que el sistema inmunitario es capaz de
encontrar el cáncer y responder a este, puede detener o desacelerar el
crecimiento del cáncer.

Inmunoterapias no específicas
Al igual que los anticuerpos monoclonales, las inmunoterapias no específicas
también ayudan a que el sistema inmunitario destruya las células cancerosas. La
mayoría de las inmunoterapias no específicas se administran después o al mismo
tiempo que otros tratamientos para el cáncer, por ejemplo, la quimioterapia o la
radioterapia. Sin embargo, algunas inmunoterapias no específicas se administran
como el principal tratamiento del cáncer.
Las dos inmunoterapias no específicas que se usan con más frecuencia son las
siguientes:
 Interferones. Los interferones ayudan al sistema inmunitario a combatir el
cáncer y pueden desacelerar el crecimiento de las células cancerosas.
 Interleuquinas. Las interleuquinas ayudan al sistema inmunitario a producir
células para combatir el cáncer.

Terapia con virus oncolíticos
La terapia con virus oncolíticos usa virus genéticamente modificados para matar
células cancerosas. Primero, el médico inyecta un virus en el tumor. Luego, el
virus ingresa en las células cancerosas y se reproduce. Como resultado, las
células explotan y mueren. A medida que las células mueren, liberan sustancias
específicas denominadas antígenos. Esto provoca que el sistema inmunitario del
paciente se dirija a todas las células cancerosas del cuerpo que tengan esos
mismos antígenos.

Terapia con células T


Las células T son células inmunitarias que combaten la infección. En la terapia con
células T, algunas células T se quitan de la sangre del paciente. Luego, estas
células se modifican en un laboratorio para que tengan proteínas específicas
denominadas receptores. Los receptores permiten que las células T reconozcan
las células cancerosas. Las células T modificadas se cultivan en el laboratorio y se
regresan al cuerpo del paciente. Una vez ahí, salen y destruyen las células
cancerosas.

Vacunas contra el cáncer


Una vacuna contra el cáncer (en inglés) es otro método usado para ayudar al
cuerpo a combatir la enfermedad. Una vacuna expone al sistema inmunitario a un
antígeno. Esto provoca que el sistema inmunitario reconozca y destruya ese
antígeno o los materiales relacionados. Existen 2 tipos de vacunas contra el
cáncer: vacunas para prevención y vacunas para tratamiento.

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