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Teoría Bifactorial
Si bien las personas poseemos diferentes fortalezas y debilidades cognitivas, todos nosotros
diferimos en el factor G, y las pruebas de cociente intelectual válidas nos pueden dar una
buena medida de esas diferencias individuales.
Contenido [mostrar]
Charles Spearman también ayudó a desarrollar una técnica estadística conocida como análisis
factorial. El análisis factorial permite a los investigadores medir las habilidades generales a
través de una serie de diferentes elementos de prueba.
Así, el concepto de inteligencia general lo podríamos comparar con el deporte. Una persona
puede ser una gran nadadora, pero esto no significa necesariamente que también sea una
excelente saltadora de obstáculos. Sin embargo, debido a que esta persona es atlética y está
en forma, es probable que se desempeñen mucho mejor en otras tareas físicas que una
persona menos coordinada y más sedentaria.
la aptitud espacial (habilidad para reconocer una figura cuya posición en el espacio
había cambiado);
la aptitud numérica, y
la memoria.
Louis Leon Thurstone (1887-1955) es considerado uno de los autores más influyentes en el
campo de la psicometría. Su aportación principal es su teoría de las 7 aptitudes mentales
primarias, que se opuso a los modelos unitarios y jerárquicos de la inteligencia propuestos por
otros pioneros como Charles Spearman o P. E. Vernon.
Junto con autores como Charles Spearman y Raymond B. Cattell, Thurstone es considerado
uno de los principales responsables del establecimiento de los métodos de análisis factorial
en la psicología. Estas pruebas matemáticas tienen el objetivo de identificar el número y la
estructura de los distintos factores que pesan en algún tipo de medida psicológica.
El objetivo de Thurstone era hallar una configuración de la inteligencia que fuera fiel a los
datos empíricos pero manteniéndose lo más sencilla posible; es decir, procuró explicar las
diferentes aptitudes que forman la inteligencia con unos pocos factores de orden superior.
Cada uno de ellos mantenía una fuerte correlación con un tipo concreto de pruebas
intelectuales.
Numerosos estudios posteriores han validado repetidamente 7 de estos factores, de modo que
podemos decir que el modelo de Thurstone tiene una capacidad de medición sólida.
El factor comprensión verbal se asocia con los conocimientos relativos al lenguaje en todas
sus manifestaciones; incluiría, por tanto, el vocabulario, la semántica, la sintaxis o la
pragmática. Las pruebas que ponderan en el factor v incluyen pruebas de comprensión lectora,
de ordenación de segmentos de texto, de ortografía, de analogías verbales, etc.
Esta aptitud se puede definir como la capacidad de una persona para emitir secuencias
verbales coherentes y estructuradas de forma rápida y natural. Para medirla se emplean
diversos tipos de test que implican la producción veloz del discurso; así, por ejemplo, se
podría usar la clásica prueba de dar nombres de animales que empiecen por una letra
determinada.
Los seres humanos hemos estado interesados en la inteligencia desde el principio de nuestra
historia escrita. Los primeros filósofos griegos fueron quienes empezaron a discutir la
naturaleza de la lógica y el conocimiento, el pensamiento y la memoria.
Raymond Cattell hizo un estudio junto con Galton y Wissler en el cual no les permitió
encontrar relaciones estadísticamente significativas entre las pruebas mentales que
administraron, lo que parecía sugerir que no estaban midiendo una sola capacidad subyacente,
sino una amplia gama de habilidades.
Por otro lado, Spearman encontró correlaciones positivas entre todas las variables medidas
por las pruebas mentales y también encontró que esas puntuaciones se correlacionaban con
otras medidas de habilidad mental.
Este hecho lo llevó a ser capaz de demostrar que una fuente común de varianza explicaba las
correlaciones entre todas las pruebas mentales, y llamó a esto el factor general de inteligencia,
o g.
G era un factor común compartido entre la mayoría de las medidas mentales, y cada medida
también tenía un factor o factores específicos únicos para esa medida. Es decir, existía un
factor general de inteligencia. Durante las décadas siguientes, Spearman y muchos otros
investigadores realizaron investigaciones que apoyaron en gran medida la existencia e
importancia de g.
El modelo de CHC ha resultado de dos modelos teóricos prominentes formado por el modelo
de inteligencia de Cattell y Horn (Gf-Gc) (Cattell, 1943, Horn, 1985, 1988, 1991, 1994), que
posteriormente se incorporó a los tres de Carroll Teoría del estrato. Este modelo contempla
diferentes capacidades, en las cuales se encuentran la inteligencia fluida y la cristalizada.
Desde sus publicaciones, los conceptos de estas inteligencias se han establecido al campo de la
inteligencia, con lo que ya no han sido rutinariamente atribuidos a Cattell o a Horn. El gráfico
de sedimentación de Cattell se ajustó en la práctica del análisis del concepto del subconsciente
de Freud, encajado este en psicología y en las percepciones de la gente sobre la mente.
La inteligencia fluida (gf) se refiere a las operaciones mentales que un individuo puede usar
para resolver problemas novedosos sin ningún conocimiento previo (no se pueden realizar
automáticamente). Es la capacidad de analizar nuevas tareas, razonamiento lógico, identificar,
relacionar, resolver y extrapolar conceptos. La gf está influida por el proceso madurativo, se
deteriora con la edad,a partir de los 20 años, ya que está determinada genéticamente. Esto es
imprescindible en los ámbitos científico, matemático y de resolución de problemas técnicos.
En el razonamiento fluido están incluidos los razonamiento inductivo y deductivo.
Las dos inteligencias (Gf y Gc) están bastante relacionadas entre ellas. Existe una elevada
correlación de 0.61 obtenido a partir del analisi del WAIS, dónde se aplicaron distintas pruebas
para medir las dos inteligencias. *(Las pruebas de vocabulario y la subescala verbal se
consideran buenas medidas de Gc)
Estos resultados han llevado a argumentar que Gf y Gc son simplemente distintos aspectos de
un factor de inteligencia (CI). Las pruebas para hallar este cociente intelectual (CI) tratan de
medir ambas variables. Existen distintas formas y escalas para evaluar estas inteligencias. Por
ejemplo, la Escala de Wechlsler de Inteligencia para Adultos mide la inteligencia fluida en la
escala de la actuación y la inteligencia cristalizada en la escala verbal. El resultado del cociente
intelectual se basa en una combinación de esas dos escalas.
Al decir que las dos inteligencias están relacionadas nos lleva a afirmar que no son
independientes entre ellas. Las diferencias individuales en Gc dependen del nivel de Gf.
Jerárquicamente Gf es superior a Gc. No es sorprendente que las personas con una alta
capacidad de Gf tienden a adquirir más conocimientos de Gc ya que presentan tasas más
rápidas. El proceso de adquisición de conocimiento factual se denomina a veces "inversión
cognitiva".
Las dos inteligencias aumentan con la edad pero a partir de la juventud sus procesos de
desarrollo se diferencian. La inteligencia fluida disminuye con los años mientras que la
inteligencia cristalizada aumenta. Eso puede explicar el hecho de que el rendimiento es
inferior en la gente mayor que en jóvenes.
Por otro lado encontramos las diferencias a nivel de variabilidad: la inteligencia fluida se
mantiene estable a lo largo de la vida y la cristalizada aumenta.
Planteamientos jerárquicos[editar]
Sin embargo encontramos soluciones diferentes para crear las jerarquias. Autores como Burt
(1940) y Vernon (1965) tienden a incluir el factor “g” de Charles Spearman en el nivel superior
de la jerarquización de factores, mientras Raymond Cattell (1963) se centra en los factores
secundarios, sobre todo en los de la inteligencia fluida (innata, no influida por los aprendizajes
anteriores) y el correspondiente a la inteligencia cristalizada (determinada por los aprendizajes
anteriores). Ahora bien, uno y otro dependen del factor “g”.
Los modelos jerárquicos resultan más comprehensivos que los modelos factoriales, ya que la
organización de factores de distintos niveles produce una estructura mucho más rica y
compleja y también más cercana a los modelos explicativos actuales.
Sin embargo, desde los modelos factorialistas la capacidad intelectual se desglosa en múltiples
aptitudes, con lo que el perfil de cada sujeto, corresponde a diferentes tipos de inteligencia, en
función de las combinaciones de aptitudes, por lo que la perspectiva sería fundamentalmente
cualitativa, ya que concibe el intelecto como un conjunto de factores diferenciados que
guardan entre sí diversas formas de dependencia y organización según la teoría concreta en la
que nos situamos. Esta es también la razón por la que la teoría factorialista, a diferencia de los
enfoques monolíticos, es capaz de explicar el fenómeno del talento.
Castelló (1997) considera que a partir de cualquier teoría factorialista concreta es posible
realizar cierta estimación de los recursos mentales individuales siempre con limitaciones
instrumentales y metodológicas-, pero asumiendo en todo caso una estructura intelectual
compuesta por múltiples recursos diferenciados. De esta forma “el análisis intelectual se
realiza a partir de un perfil de recursos (aptitudes) y no sobre un valor único, tal como se
pretende desde el enfoque monolítico” .
Teoría de los tres estratos de la inteligencia de Carroll John B. Carroll es autor de una teoría
donde también habla sobre la inteligencia fluida y cristalizada. A comienzos de los años
noventa Carroll (1993) propuso un modelo en que utilizaba también técnicas de análisis
factorial para realizar estudios de relaciones entre habilidades mentales (Berk, 1998). Después
de realizar varios estudios, Carroll formuló la teoría de los tres estratos de la inteligencia, con
lo que extendía los modelos propuestos por Spearman, Louis Leon Thurstone y Cattell. Carroll
representa la estructura de la inteligencia como una pirámide en cuyo vértice superior se sitúa
el factor general de la inteligencia “g”,mientras que las habilidades se encuentran en un
segundo estrado, colocadas de izquierda a derecha en función de la relación con “g”. En un
estrado inferior aparecen las manifestaciones específicas de los factores del segundo estrado,
que resultan de la experiencia de tareas particulares. La Gf y la Gc se encuentran en el segundo
estrado con otras inteligencias
La heredabilidad de GFy GC: Cattel consideraba que la " inteligencia fluida histórica " estaba
determinada genéticamente y la Inteligencia Cristalizada no; en cambio Horn afirma que
ambas están influidas genéticamente , y son heredables, pero con influencias diferentes.
Jerarquías integradoras más recientes: modelo de Carroll. Estas intentan integrar todos los
modelos estructurales existentes en uno sólo.
La teoría de la Inteligencia de Guilford
La inteligencia es un constructo complejo que a lo largo de la historia ha sido conceptualizado
de muy diferentes formas por diversos autores.
Desde una visión clásica que tratan la inteligencia como una capacidad única y unitaria a otras
que consideran que se trataba de un conjunto de capacidades independientes entre sí y
pasando por otras en las que se estipulaba la existencia de conjuntos de habilidades
organizadas jerárquicamente, han surgido una gran cantidad de teorías y modelos que
intentan explicar qué es la inteligencia, cómo se estructura y cómo actúa.
Tal y como se acaba de mencionar, existe un gran variedad de perspectivas respecto a qué
significa el término inteligencia, y las investigaciones llevadas a cabo han variado en gran
medida el enfoque de su estudio y análisis.
Sin embargo, de un modo general podemos considerar que se trata de la capacidad o conjunto
de capacidades mentales que permiten nuestra adaptación, permitiéndonos gestionar
nuestros recursos cognitivos de la manera más eficiente a la hora de hacer frente a diferentes
situaciones.
Para la teoría de la inteligencia de Guilford las tres principales dimensiones de cada una de las
aptitudes que configura la inteligencia son tres: los contenidos o percepciones, las operaciones
que se llevan a cabo con ellas y por último los productos o resultado de elaborar las primeras.
1. Los contenidos
Por contenidos se entienden toda aquel conjunto de informaciones y datos recabadas, sean
del medio externo o provenientes del propio sujeto. Se trata principalmente de los datos, sin
que se haya realizado ningún tipo de trabajo sobre ellos. En definitiva, estamos hablando del
elemento básico desde el cual el organismo trabaja para elaborar contenidos a partir de
operaciones.
Simbólica: se trata de la información también visual, pero en este caso son elementos
empleados como signos de un lenguaje para representar un concepto o idea y que no
tienen sentido por sí mismos..
3. Los productos
En los años 50, Paul Guilford, en su modelo de estructura del intelecto incluye más de
ciento veinte factores (en una revisión posterior incluye ciento cincuenta) de la mente. De
acuerdo con Guilford, la inteligencia puede comprenderse en términos de un cubo que
representa la intersección de tres dimensiones: operaciones (procesos mentales),
contenidos (semánticos, simbólicos, visuales y conductuales) y productos (tipos de
respuestas requeridas o forma de tomar la información procesada).
La importancia sobre los estudios de J.P. Guilford es que fue el primero en que clasificó a la
creatividad como una característica independiente a la inteligencia (cociente intelectual).
Posteriormente, se introdujo la creatividad como cualidad de la inteligencia.
NUEVO “Acaso el énfasis más extremo puesto en las facultades específicas se nos presenta
en el modelo estructural de inteligencias propuesto por Guilford (1967). Este modelo
distingue tres componentes mayores de la inteligencia: operaciones, contenidos y
productos. Cada uno de estos componentes está representado por varios tipos. Los tipos de
operaciones que postula su modelo son la cognición, las operaciones convergentes, las
operaciones divergentes, las operaciones de la memoria y las operaciones evaluativas. Hay
contenidos conductuales, figurales, semánticos y simbólicos. Los productos son las
unidades, las clases, las relaciones, los sistemas, las transformaciones y las implicaciones.
Las 120 combinaciones posibles de las cinco operaciones, los cuatro contenidos y los seis
productos se exponen como representación de la “estructura de la inteligencia” completa. Y
se supone que cualquier actividad intelectual es reducible a una o más de esas
combinaciones” [Nickerson, R., Perkins, D. y Smith, E. (1987). Enseñar a pensar.
Aspectos de la aptitud intelectual. Barcelona: Paidós. Pp. 33-34]
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Productos mentales
La capacidad cognitiva del ser humano es uno de los aspectos más investigados por parte de
la psicología. El concepto de inteligencia ha ido variando a lo largo de la historia, si bien en su
mayor parte de ha considerado como la capacidad de resolver problemas y adaptarse de
manera eficiente al medio.
Existen teorías que la consideran una única capacidad general, o bien un conjunto de
capacidades jerarquizadas y supeditadas a una capacidad básica, mientras que otros teóricos
ven que este concepto es un conjunto de capacidades más o menos independientes que nos
permiten adaptarnos exitosamente. Una de las teorías existentes que intentan explicar cómo
se estructura la inteligencia es la teoría triárquica de la inteligencia de Robert J. Sternberg.
Para Sternberg la inteligencia es toda actividad mental que orienta a la adaptación consciente
al entorno y a la selección o transformación de éste con el propósito de predecir resultados y
ser capaz de provocar activamente la adecuación de uno al medio o del medio a uno. Se trata
del conjunto de capacidades de pensamiento que se utilizan en la resolución de problemas
más o menos cotidianos o abstractos.
Sternberg elabora una teoría según la cual considera la existencia de tres tipos de inteligencia
que explican el procesamiento de la información a nivel interno, externo y a nivel de
interacción entre ambos.
Dicho de otro modo, considera la existencia de tres capacidades básicas que determinan la
capacidad intelectual. Concretamente establece la existencia de una inteligencia analítica, una
inteligencia práctica y una inteligencia creativa.
Este tipo de inteligencia hace referencia a la capacidad del ser humano de adaptarse al
entorno en el que habita. En primer lugar el organismo intenta sobrevivir a partir de lo ya
existente en el ambiente, aprovechando las oportunidades que ofrece para adaptarse.
Sin embargo, si esto no es posible la persona deberá establecer otros mecanismos para lograr
adaptarse y sobrevivir. Estos otros procesos son la selección de ambiente y estímulos con el fin
de mejorar su situación y/o el moldeamiento del entorno en los casos en que no es posible
cambiar de ambiente, en este caso haciendo modificaciones en el propio ambiente para
ajustar mejor sus posibilidades.
Por ejemplo, una persona que tiene hambre puede seleccionar el ambiente y moverse a un
lugar donde haya abundancia de comida o aprovechar elementos presentes en el entorno que
anteriormente no formaban parte de su dieta para alimentarse, o bien puede decidir modificar
el entorno poniéndose cultivar en un huerto su propia comida. Se trata de aplicar las
habilidades cognitivas con un propósito adaptativo.
Hoy en día la mayoría de nosotros sabemos que es un test de inteligencia. Empleados en los
ámbitos de la clínica, la escuela y el mundo laboral, gracias a ellos podemos tener una medida
aproximada de la capacidad intelectual de cada uno, cosa que permite por ejemplo ajustar la
educación y formación a las necesidades específicas individuales de aquellos sujetos con un
nivel muy por encima o por debajo de la media.
Sin embargo, los tests de inteligencia no siempre han estado ahí, siendo de hecho un invento
relativamente reciente. El primero de todos ellos fue creado por Alfred Binet; a continuación
repasaremos brevemente su biografía.
De padre médico y madre pintora, Alfred Binet nació en Niza durante el ocho de julio de
1857.
Sus padres se separarían pronto, trasladándose junto a su madre a París. Allí continuó su
educación en el Liceo Louis-le-Grand, donde terminaría secundaria. Una vez acabados dichos
estudios, y tal haría Piaget tiempo después, Alfred Binet decidiría estudiar la carrera de
derecho, en la Sorbona. Sin embargo, terminaría desarrollando cierto interés por la psicología,
en la que se iniciaría de forma autodidacta.
Binet se casó con 1884 con la hija del embriólogo Edouard-Gérard Balbiani, el cual le incitó al
estudio de las ciencias naturales, y posteriormente sería animado por Ribot a continuar sus
estudios de psicología.
Atraído por el trabajo psicológico sobre hipnosis y sugestión, temas de gran interés en la
época, acabaría trabajando junto con Charcot en la Salpêtrière en aspectos como la hipnosis,
la transferencia y la polarización perceptiva. Permaneció en ese hospital hasta el año 1891, en
que fue obligado a reconocer públicamente como propios una serie de errores metodológicos
cometidos por Charcot como director de la investigación durante la investigación con sujetos
supuestamente hipnotizados. Tras ello dejaría la Salpetriere y a su hasta entonces mentor, así
como la investigación sobre la hipnosis y la sugestión.
El nacimiento (en 1885 y 1888) y crecimiento de sus hijas le ayudaría a centrarse en otros
aspectos de la psicología, contribuyendo en gran medida a que centrara sus investigaciones en
el desarrollo evolutivo. Realizaría gran cantidad de observaciones respecto a su crecimiento,
que le llevarían a desarrollar un concepto de inteligencia e incluso a empezar a desarrollar
unas bases de cara al surgimiento de la psicología diferencial.
Durante el año 1892 contactaría con él el psiquiatra Théodore Simon, que con el tiempo
colaboraría con el en la creación de las primera escala de inteligencia. Binet tutorizaría su tesis
doctoral respecto a niños con discapacidad intelectual.
Además de ello, en el año 1895 Binet creó la primera revista francesa de psicología, l'Année
Psychologique.
Midiendo la inteligencia
En aquella época el gobierno francés declaró la escolarización obligatoria de todos aquellos
infantes de entre seis y catorce años de edad. Sin embargo, el repentino surgimiento de dicha
ley provocó que se observara una gran diferencia en el nivel basal de conocimientos y
habilidades de los alumnos, con lo que la administración decidió que era necesario poder
clasificar a los alumnos que presentaran grandes dificultades para seguir una educación
formal.
Para ello, el gobierno galo organizó una comisión que estudiara de forma científica cómo
identificar a aquellos individuos con dificultades para seguir una educación ordinaria, así como
la manera en que podrían ser educados y las medidas que habría que tomar con ellos. Binet
formaría parte de dicha comisión, la cual terminó dictando que era necesario establecer un
método para identificar a los alumnos con retrasos educativos e/o intelectuales. Se
determinaría también la necesidad de separar a dichos alumnos de las clases ordinarias,
surgiendo la educación especial.
Si bien de cara a clasificar las capacidades de los alumnos era necesario emplear algún tipo de
mecanismo o instrumento, en aquella época las únicas mediciones psíquicas existentes se
basaban en el método biométrico de Galton, el cual obtenía datos a partir de la medición de
atributos físicos y fisiológicos. Sin embargo, la inteligencia es un constructo que no podía ser
medido del mismo modo, de modo que se solicitaría a Binet que desarrollara algún tipo de
instrumento con dicho fin.
La escala Binet-Simon
Esto cambiaría en 1908, momento en que Binet realizaría una revisión de dicha escala en la
que incluiría el concepto de edad mental, entendida como la edad a la que la mayor parte de
las personas consideradas normativas son capaces de resolver un mismo número de
problemas. Ello permitió establecer si había retrasos más o menos significativos, así como
una mejor clasificación de los individuos.
Posteriormente a su muerte e incluso antes de ésta, otros muchos autores se interesaron por
la escala creada en colaboración con Simon. Un año antes de su fallecimiento Goddard
traduciría al inglés dicha escala e intentaría llevarla a Estados Unidos, si bien la presencia de
diferencias significativas entre la población francesa y estadounidense provocaba que
existiesen dificultades metodológicas.
Poco después, en 1912, Stern trabajaría sobre los resultados obtenidos de la escala y haria
incapié en que la presencia de retrasos concretos en diferentes edades tiene un significado
más relevante y supone mayor o menor alteración a determinada edad, creando el concepto
de Cociente de Inteligencia.
En conclusión, las aportaciones de Alfred Binet a la psicología han sido de gran importancia,
siendo sus trabajos inspiración para muchos otros autores como Weschler o Piaget. Sin
embargo, su trabajo ha sido empleado en muchas ocasiones para separar, etiquetar y
disgregar a los niños con dificultades intelectuales, siendo su escala aplicada con un propósito
opuesto al pretendido por el autor (reforzar y ayudar a los niños con dificultades).
Otras aportaciones
Si bien Alfred Binet es principalmente conocido por ser el creador del primer test de
inteligencia, su obra no se versó exclusivamente en este aspecto.
Otros trabajos de interés incluyen varios estudios sobre memoria visual e inteligencia, que
llevaría a cabo en base al juego del ajedrez. Si bien inicialmente se planteaba que el buen
jugador poseía una memoria visual elevada y ello inducía que fuera capaz de jugar
correctamente, las conclusiones del estudio mostraban que también era necesaria la
creatividad y la experiencia.
Por último, también resulta conocido su trabajo respecto a la grafología, o como la manera de
escribir de una persona nos puede proporcionar información sobre su manera de ser y
percibir.