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Evaluación Por Competencias
Evaluación Por Competencias
No obstante los años transcurridos, hay que reconocer que la implementación del
currículum por competencias enfrenta diversas limitaciones; en parte porque
quienes deben implementarlo no fueron formados bajo ese enfoque o porque las
capacitaciones que se realizan para implementarlo son insuficientes o poco
prácticas. Además, la propia administración que iba normando la aplicación de los
diseños curriculares tuvo que pasar por un proceso de aprendizaje, lo que significó
cambios continuos en la estructura, los conceptos empleados y la estructura de
contenidos de la propuesta curricular nacional.
La Unión Europea adoptó en el 2004 ocho competencias clave, las cuales son el
referente para las reformas curriculares que sus países miembros vienen
implementando. Ellas son: comunicación en lengua materna, comunicación en
lengua extranjera, competencia matemática y científico tecnológica, competencia
digital, aprender a aprender, competencias interpersonales y cívicas, espíritu
emprendedor y expresión cultural.
La evaluación más importante es la criterial. Ella mide hasta donde llega el alumno
después que se ejecuta una programación curricular donde se combina lo
cognitivo, procedimental y actitudinal. La medición es por naturaleza comparativa:
cuánto sabía al momento de iniciarse el aprendizaje de una competencia y cuánto
sabe al momento de evaluar la consecución de la misma. Se distinguen tres
momentos en la evaluación: al inicio, durante el proceso y al final de la
intervención.
Se hace referencia a una evaluación colectiva porque quizá uno de los rasgos más
característicos y distintivos de la evaluación por competencias es que resulta muy
difícil que un profesor disponga del tiempo necesario, tanto para enseñar como
para evaluar una competencia. Por su carácter interdisciplinar y porque en la
evaluación no solo interviene un factor de observación sino que hay que realizar
muchas observaciones, la recomendación es hacerla por grupos de alumnos y
tomando como referente el trabajo conjunto del colectivo de profesores que podría
estar apoyado por portafolio de evidencias. Además, y los saben los profesores
que día a día están en las aulas, que la evaluación por competencias es de por sí
onerosa en tiempo y dedicación. En promedio un profesor de educación primaria
debe evaluar en cada período unas 40 capacidades, las cuales suponen, cada
una, tres o cuatro habilidades o destrezas. Si fueran tres, deberíamos monitorear
alrededor de 120 por alumno, las que deberían multiplicarse por el número de
alumnos de la clase. Si ella tiene 35 alumnos, entonces la evaluación demandaría
monitorear 4,200 habilidades y destrezas, lo cual no resulta práctico.
A manera de conclusión
Siendo un proceso complejo, la evaluación por competencias demanda un proceso
lento de consolidación. Se avanzará gradualmente y es posible que tarde años en
ser dominada por los equipos docentes. Entonces, una advertencia es que en el
camino de su implementación podrán haber avances y retrocesos; lo importante
será no caer en el desánimo. En segundo lugar, es difícil imaginar un trabajo
individual de programación y evaluación de competencias; su carácter
interdisciplinar obliga a trabajar en equipo, a desarrollar prácticas colectivas y
reflexión y de toma de decisiones en conjunto. Asimismo, a abrir las aulas hacia
otros espacios que permitan asociar los conceptos y procesos cognitivos a los
hechos cotidianos que son fuente de primer orden en los aprendiza