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El creador de la

fisica matemática moderna

Newton

RBA
Pam Ernesto, un hijo maramlloso.
Ojalá tengas loda ¿o suerte que mereces.

Sumario

INTRODUCCIÓN

© 2016, José Muñoz Santor\ja por el texto capítulo 1 La revolueíon científica y las matemáticas
© 2016, RBA Contertidos Editoriales y Audiovisuales, S.A.U.
© 2017, RBA Coleccionables, S.A. capítulo 2 Las leyes matemáticas del universo .... ....

Realizaciónr EDITEC
capítulo 3 Una teoría luminosa.. ' ..103
Diseño cubierta: Uoreng Martí
Diseño interior: Luz de la Mora
capítulo 4 La renovación de las matemáücas .___t23
Infografías: Joan Pejoan
Fotografías: Album: 33, 95ad, 95b, 107; Archivo RBA: 19,24,
LECTURAS RECOMENDADAS ._______153
26,30,62, 64, 71,93,95ai, 109,119ad, 119b, 128,131,141,143;
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ÍNDICE .. . ... . ... . v.., T55
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esta publicaeión puede ser reproducida, almacenada
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ISBN (Obra completa): 978-84473-8775-5


ISBN: 978-84473-8840-0
Depósito legal: B 3862-2017

Impreso y encuademado en Cayfosa (Impresia Ibérica)

Impreso en España - Printed in Spain


Introducción

Si se pregunta a cualquier persona qué matemáticos de renombre


conoce, lo normal es que la mayoría mencione, como mucho, a
Pitágoras. Y, seguramente, solo lo recuerden porque da nombre a
un teorema que se enseña en la educación obligatoria En cambio,
si se amplía el abanico y la pregunta incluye a científicos, es proba-
ble que oigamos nombres como Albert Einstein, Marie Curie o el
protagonista de este libro, Isaac Newton. Y es que el genio inglés
es una de las figuras más célebres en la historia de la cienda. En
parte debido a la anécdota que asegura que, después de que una
manzana cayese de un árbol, se le ocurrió la idea de la gravedad
Curiosamente, Newton es más conocido como físico que como
matemático. Resulta llamativo que no se relacione con las matemá-
ticas a quien las liberó de las ataduras geométricas clásicas, a quien
abrió la puerta para que los matemáticos pudieran crear la ciencia
moderna y les otorgó una de sus herramientas más poderosas:
el cálculo infinitesimal. Con apenas veintidós años Newton había
asimilado todo el conocimiento matemático de la época Poco más
tarde había realizado ya los descubrimientos que colocaron su
nombre en el Olimpo de la ciencia.
Isaac Newton, nacido en 1643 en el condado inglés de Lin-
colrishire, vivió una época convulsa, principalmente a causa de la
religión. Los enfrentamientos entre una sociedad protestante y una
realeza católica le obligaron a adoptar un papel de lider ajeno a su
personalidad. Llegó a ser parlamentario, lo que le abno ^puertos Sorprendentemente, el libro que tuvo más ediciones a lo largo
de la soeiedad londinense, y fue director de la Casa de la Moneda del siglo xvm fue Arithmetica universalis, una obra escríta entre
en plena reacuñación de esta. También fue uno de los protagoms- 1673 y 1683 y que, probablemente, recogía sus clases en la Univer-
tas de una revolución científica que comenzó en el siglo antenor sidad de Cambridge.
con Nicolás Copémico y, de hecho, terminó con él. Ese siglo y Debe tenerse en cuenta que Newton era muy reacio a publicar
medio cambió radicalmente el panorama matemáüco. Se abando- sus resultados. Prácticamente todos sus iibros salieron a la luz
nó la restricción impuesta a la geometríapor los antiguos griegos, por la insistencia de sus amigos en que divulgara sus descubri-
desarrollándose poderosamente el álgebra, factor imprescindible mientos. Sin ir más lejos, el Tmctactus de methodis serieru m et
para los iogros que se avecinaban. Además, surgieron nuevos des- pLXionum fue publicado sesenta y cinco años después de haber
cubrimientos como laprobabilidad, los logaritmos o la geometría sido escrito. Esta aversión al texto impreso no era exclusiva de
analítica, descubierta de formaindependiente por Pierre de Fermat Newton; a otros matemáticos, como Fermat o GUles de Roberval,
y Reué Descartes. Todos estos avances sentaron la base para dar les ocurría lo mismo.
el salto a ur» cálculo potente y libre. Aunque puede considerarse a Newton el precursor de la cien-
E1 dentífico inglés realizó aportaciones imprescindibles. En cia modema, su mentalidad parecía arraigada en los cánones clá-
primer lugar, unanuevateoría de la luz y los colores que, durante sicos. En este sentido, el economista JohnMaynard Keynes (1883-
todo el siglo xvm, no fue discutida. En segundo lugar, el descu- 1946), que realizó importantes estudios sobre Newton, afinnaba
brimiento del cálculo diferencial e integral, que pemútía resolver lo siguiente: «Fue el último de los magos, el último de los babüo-
problemas generales como el trazado de tangentes, la resolución nios y sumerios, la última gran mente que se asomó al mundo vi-
de problemas de máximos y mínimos, o el cálculo de áreas y vo- sible e intelectual con los mismos ojos que aquellos que empezaron
lúmenes. Por último, descubrió las leyes de la naturaleza, cuya a construir. hace 10 000 años, nuestro patrimonio intelectual».
índole matemáticaya había sido advertida por Gaiileo Galilei. Unió En cualquier caso, con solo veinticuatro años había descu-
la física terrestre de Galileo con la de Johannes Kepler y la ma- bierto las tres grandes teorías científicas que le hicieron famoso,
tematizó, establedendo un sistema del mundo que duró hasta la dedicando el resto de su vida a revisarlas y perfeccionarlas.
llegada de Einstein, dos sigLos después. Sus bases, partiendo de Su otra gran pasión al margen de la ciencia fue la religión.
las matemáticas, fueron la fuerza y el moviiniento. Newton estaba convencido de que la Biblia había sido corrompida
Newton se dio cuenta de que la física requería de un funda- por los encargados de las copias y traducciones. También, de que
mento sólido que solo podía encontrarse en las matemáticas. No en la Iglesia había introducido el misterio de la Santísima Trinidad
vano, la máxima que sintetizó el espíritu de la revolucíón científica en fechas muy posteriores a los textos bíblicos oríginales. Por
fue: «Primero inventar, luego demostrar». ese motivo, se interesó por el arrianismo, corriente religiosa no
EI genio inglés publicó libros esenciales para entender la cien- trinitaria que consideraba a Jesucristo desligado de la divinidad.
cia contemporánea Por un lado, obras magnas como los Principia Newton mantuvo en secreto estas creencias durante toda su vida,
(Principios matemáticos de lafísica) y la Óptica\ por otro, nume- ya que, de haberse conocido, podría haber perdido sus cargos y
rosos manuscritos y textos matemáticos que fueron recopilados prebendas.
en su Análisis mediante series, fluxiones y diferencias. Además, Newton no era solamente un genio en el plano intelectuaJ, sino
como ya hiciera Descartes en ei Discurso del método, Newton también en el manual. Ya en su niñez, diseñaba y constmía con sus
incluyó importantes apéndices en su óptica: un texto sobre el propias manos molinos de viento, relojes de soly diversos juguetes
cálculo diferencial y otro sobre las curvas cúbicas. para sus amistades. Incluso pulía sus propios prismas y lentes,

INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN 9
los mismoB que, máa tarde, le pemffieron demostrar sus ideas.
Cabe recordar que aicansó la celebridad con la construcc.on de
un telescopio que dtspertó la admiración de sus contemporaneos.
Su intelecto rayó a gian altura, no as. su personalidad. A su
puritanismo religioso y un sentímiento de culpa enfemuzo se le su-
maba su dificultad para entabiai amistad con los demas, asi como 1642 Nace el 25 de diciembre (4 de enero de 1604 Tras la visita del astrónomo Edmund
una cólera incontrolable cuando se sentía atacado. E1 lustonador 1643 según eJ calendario gregoriano) en Halley, retoma los estudios sobre el
estadounidense Richard S. WestfaU resalta su falta de contemplacio- Woolsihorpe, Lincolnshire, hijo póstumo movimiento celeste. Halley lo convence
de Isaac y Hannali, de soltera Ayscough. para que presente sus teon'as en un
nes a la hora de defenderee: «Cuando atacaba, agachaba la cabeza y
Esta, poco después de la muerte de su libro. Se trata del origen de los
cargaba>. Dicha ira pudieron vivirla en sus carnes personalidades niarido, vuelve a casarse y deja al Principia.
del siglo xvn como el científico Robert Hooke, el astrónomo John pequeño Isaac al cuidado de sus
Flamsteed o el filósofo y matemático Gottfried Wilhelm Leibniz. abuelos. 1687 Se publican los Philosophiae ■mturaMs
Por otra parte, tendió siempre a la soledad y el aislamiento. Solo en principUi mathematica (Princi.pios
1653 Su madre enviuda y regresa al hogar. matemálicos de laJUosofía naturaí).
su vejez, reconocido su genio y gozando de cargos institucionales,
Pronto, Newton ingresa en la escuela En esta obra Newton reordena los
se abrió un poco a los demás. de Granlham. Vive en casa deJ botieario conocimientos sobre mecánica celeste
Las aristas en la personalidad de Newton, lejos de desmentir Clark, cuya bíblioteca despierta su y gravitación universaJ y ofrece una
su genio, lo convierten en una figura aún más interesante. En las interés por la eiencia. explicación física a las mareas, la
próxiinas páginas se abordan todas las facetas de un personqje precesión de los equinoccios y otros
1661 Ingresa en el Trinity College de la fenómenos naturales. En definitiva,
uifiversal, que fue despedido por la sociedad inglesa con el boato
üniversidad de Cambridge. funda el sistema del mundo como lo
típico de un rey. Sin embargo, el verdadero protagonista será su conocemos hoy.
obra. En primer lugar, se hablará de la revolución del cálculo, que 1665 lina epidemia de peste asuela Inglaterra
se levantó sobre uno de los terrenos matemátlcos más sugerentes y Ia universidad cierra sus puertas. 1696 Es nombrado directorde la Casa de la
de la época: las series infinitas. A continuación, el libro se aden- Newton vuelve a su easa y, durante los Moneda.
dos años siguient.es, realiza sus grandes
trará en la contribución de Newton a la estructura del universo,
descubrimientos en óptica, astronomía 1703 Newton accede a !a presidencia de la
plasmada en su obra clave, los Principia, y que no varió hasta Ia y matemáticas. Este período es Royal Society, cargo que conservará
llegada de Einstein. El tercer capítulo, por su parte, se centrará conocido como atmus mirabüis hasta su muerte.
en su enorme contribución a la física, que no es otra que la teoría newtoniano.
de los colores. Por úJtimo, el capítulo cuarto relatará el descubri- 1704 Publica su Úptica, acerca de la luz y sus
1669 Es nombrado catedrático lucasiano propiedades, que incluye dos apéndices
miento del cálculo infinitesimal, que constituye otro de sus grandes
de matemáticas en el Trinity College, sobre matemáticas.
logros. Además, asistiremos a un completo retrato de Ias matemáti- en sustitución de Isaac Barrow. Escribe
cas de la época y de los decisivos cambios que se operaron en ella. De analysi. 1714 La Royal Society respalda a Newton en
la controversia sobre el descubiimiento
1672 Ingresa en Ja Royaí Society gracias a la del cálculo infinitesimal.
fama adquirida con su telescopio. Eim'a
a la sociedad un texto sobre su teorfa de 1727 Muere e! 20 de marzo (31 de marzo
los colores. Siu-gen las primeras según el calendario gregoriano). Es
acusaciones de plagio, que le enterrado con gran boato en la abadía
acompañarán toda la vida de Westminster.

I
i
INTROOUCCIÓN INTRODUCCIÓN 11
CAPÍTULO 1

La revolución científica
y las matemáticas

La aparición en 1543 del fibro De revoluíionibus,


de Nieolás Copémico, desencadenó una revolución
científica que caxnbió para siempre el mundo de las
matemáticas. Los dos siglos siguientes alumbraron,
entre otras discipfinas, la geometría analítica, el álgebra
simbófica, el estudio de los logaritmos, la geometría
proyectiva y el cálculo de probabifidades. Este contexto
fue, además, ei caldo de cultivo en el que floreció
una de las mentes más brülantes de la historia
de la ciencia: Isaac Newton.
Isaac Newton nació el 25 de diciembre de 1642 en Woolsthoipe,
una pequeña aldea del condado de Láncolnshire, en el norte de
Inglaterra. Su Uegada al mundo fue un tanto accidentada: nació
tres meses después de la muerte de su padre y, por si fuera poco,
de forma prematura. Según le contó su madre, nadie creyó que
fuese a sobrevivir, pues su constitucíón era tan frágil que habría
cabido «en una jarra de cuarto».
Muchos seguidores de Newton destacan que su nacimiento se
prodqjo el mismo año que la muerte de Galileo Galilei (1564^1642),
como si el destino hubiese fraguado un reievo entre los dos gran-
des científicos. Sin embargo, la coincidencia no es real: el calen-
dario que regía entonces en Inglaterra era el juliano y, según el
gregoriano, vigente en Italia, Newton nació el 4 de enero de 1643.
En cualquier caso, nadie discute que durante los ochenta años que
vivió Galileo y los ochenta y cinco de Newton tuvo lugar casi por
completo la que quizá sea la revolución cientffica más importante
de todos los tiempos.
E1 padre de Newton, también de nombre Isaac, provenía de
una familia de labradores que en el último siglo había mejorado
ostensiblemente su posición económica. Isaac Newton padre era
lo que se conocía como «lord» de su casa, rango superior a la con-
sideración de terrateniente. En abril de 1642 se casó con
Hannah Ayscough, perteneciente a una familia de mayor estatus

LA REVOLUCIÓN CIENTIFICA Y LAS MATEMÁTICAS


15
social, pero que, a lasazón, atravesaba grandes dificultades econó- de suponer un auténtica conmoción. Según uno de los principales
micas. Las penurias sufridas por Hannah condicionaron su carácter, biógrafos de Newton, Frank E. Manuel, la marcha de su madre
moslrándose muy estricta con los gastos durante el resto de su vida. generó en él un fuerte sentimiento de «angustia, agresividad y mie-
Desde su nacimiento, el pequeño Isaac fue considerado un do». Este suceso le marcó profundamente, convirtiéndole en un
niño con un futuro prometedor, ya que se pensaba que a los hijos feroz egocéntrico. Así, cada vez que alguien intentaba arrebatarle
póstumos les esperaba una vida de dicha y fortuna. De sus pri- lo que estimaba suyo, respondía con violencia y desmesura. Llegó
meros años apenas conocemos nada, salvo unos pocos datos a escribir un cuademo en el que, además de recoger minuciosa-
referidos por el propio Newton. De ello se deduc.e que no debió mente sus pecados, relataba su plan de quemar la casa de sus
de ocurrirle nada relevante, puesto que el científico inglés era padres con ellos dentro. Estos bandazos emocionales le acompa-
muy aficionado a tomar anotaciones de todo lo que le acontecía. ñarían hasta el final de sus días.
En aquella época, al menos entre las personas cultivadas, era
frecuente dejar constancia por escrito de cualquier detalle, por
nimio que fuese. Por ejemplo, el astrónomo Johannes Kepler «La naturaleza y sus leyes permanecían ocultas en la noche;
(1571-1630), en im estudio biográfico-astronómico escrito a los Dios djjo: ‘¡Hágase Newton!’, y la luz se hizo.»
veintiséis años, llegó a indicar el día y la hora en que fue conce- — Epitafio ptoptiBSTO pon Alexanüek Pope paea la tiimba oe Newton.
bido por sus padres.
Si su padre no hubiera muerto, es probable que Newton hu-
biese seguido los pasos de la familia patema, una estirpe de labra- Por lo que conocemos. Newton, a pesar de contar con tíos y
dores ricos, pero analfabetos. Por suerte, la rama matema, forma- primos que vivían cerca de su casa, padeció una infancia solitaria,
da por clérigos y universitarios, fue la encargada de encauzar la lo que le preparó para una vida de aislamiento.
formación del futuro genio. Tras la muerte de Bamabas, cuando Issac Newton tenía diez
años, su madre regresó a la casa familiar de Woolsthorpe. Lo
hizo acompañada de los tres hijos que había tenido con el cléri-
go: Marie, nacida en 1647, Beryamin, en 1651, y Hannah, en 1652.
EL PRIMER DESCONSUELO La madre también se trajo consigo Ia biblioteca del difunto Bar-
nabas. Seguramente este, que nunca evidenció interés alguno
La felicidad de Newton no iba a durar mucho: cuando contaba tres por los estudios, debió de heredarla de su padre, que también
años de edad, su madre se volvió a casar, con Bamabas Smith, un era clérigo. De hecho, había dado tan poco uso a una libreta
rector del cercano pueblo de North Witham. A pesar de sus sesen- destinada a sus reflexiones que Newton la llamó «el cuademo
ta y tres años, el clérigo llegó a tener tres hijos con Hannah. Su baldío», aprovechando el espacio libre para tomar sus propias
holgada situación económica, por otra parte, benefició a Newton, notas. Lo que parece seguro es que Newton halló suficientes
que vio ampliados sus dominios gracias a las tierras que Ie entregó lecturas en la biblioteca como para fundamentar sus propias
el padrastro. ideas religiosas.
E1 conflicto surgió al marcharse Hannah con su nuevo esposo La alegría por el reencuentro con su madre, no obstante, fue
a North Witham. Dado que Bamabas no quería cargar con Isaac, efímera: un par de años más tarde, cuando contaba doce años, fue
dejaron al pequeño al cuidado de sus abuelos. Para un niño sin enviado a estudiar a la escuela primaria de Grantham, a unos
padre ni hermanos, y tan apegado a su madre, la separación debió once kilómetros de su casa natal.

LA REVOLUCIÓN ClENTÍFICA Y LAS MATEMÁTICAS


LA REVOLUCIÓN CIENTÍRCA Y LAS MATEMATICAS
LOS PRIMEROS ESTUDIOS

Pese a que la infancia de Newton es im territorio casi desconocido WILLIAM STUKELEY


para los biógrafos, sabemos que comenzó a estudiar en las escue-
El cnédico londinense William Stukeley
las de los pueblos vecinos de Skillington y Stoke. (1687-1765) entabló amistad con Isaac
Aunque se carece de datos fehacientes, es de suponer que Newton poco antes de la muerte de este
fllli reaiizó los estudios básicos. En la época estos otorgaban un último. Años más tarde, Stukeley se tras-
ladó a Grantham. el pueblo en el que
papel preponderante al latín, idioma que permitiría a Newton re-
Newton había estudiado. donde se dedi-
lacionarse en el futuro con científicos de toda Europa. Otra ma- có a recopilar minuciosamente recuerdos
teria destacada era el estudio de la Bibiia, que, junto con las lec- y anécdotas de la estancia del genio en
el iugar. A su esfuerzo, junto con el del
turas de la biblioteca de su padrastro, posiblemente fomentó las
biógrafo de Newton John Conduitt, es-
desviacíones teológicas del pequeño Isaac. En cambio, la asigna- poso de la sobrina de este, Catherine,
tura de matemáticas se reducía por aquel entonces a una intro- debemos la mayoria de los recuerdos de
ducción básica que, como mucho, debía de incluir nociones de juventud del científico inglés. Stukeley
fue, además, quien dio a conocer el su-
aritmética. Resulta chocante que recibiera una instrucción tan puesto idilio que sostuvo Newton con la
escasa en matemáticas ei genio que, pocos años más tarde, aca- híja de la señora Clark. Pese a que New-
baría revolucionándolas. ton jamás menclonó esta relación. al mé-
dico se la contó la propia protagonista.
Mientras estudió en Grantham, Newton vivió en casa del señor
Clark, un farmacéutico cuya esposa era amiga de su madre. La
señora Clark tenía tres hijos de un matrimonio anterior, dos niños
y una niña. Aunque con los niños no congenió, con la hija mantuvo anécdota revela un rasgo crucial de su carácter: la capacidad de
un breve romance que terminó cuando se separaron sus caminos. superarse ante los rivales que consideraba inferiores.
Se trata de la úniea relación sentimental con ima mujer de la que En su nuevo hogar, Newton pudo disfrutar de la biblioteca
se tienen noticias en la vida de Newtoa científica del farmacéutico. Sus estantes, presumiblemente, per-
A1 parecer, Newton apenas se relacionaba con los niños de su mitieron al joven cientifico iniciarse en los rudimertos de la filo-
edad, y solo abandonaba su aislamiento en contadas ocasiones. sofía natural o, como se le llama hoy, física. Su interés por la cien-
Las únicas privilegiadas con su trato eran la luja de la señora Ciark cia era cada vez mayor, y no tardó en aplicar los conocimientos
y sus amigas, a quienes regalaba muñecas que hacía con sus pro- que iba adquiriendo. Durante una tormenta, por ejemplo, compro-
pias manos. Tampoco se tomabamuy en serio sus estudios, hasta bó que el viento le servía para dar saitos más largos de lo acostum-
el punto de que en clase, donde los aiumnos se sentaban según su brado. Poco después, ganó una carrera aprovechando lo que había
rendimiento, Newton se encontraba al fondo del aula. aprendido sobre la fuerza del viento.
Aquellos días tuvo lugar un episodio llamativo. Una tarde, al Otra de sus pasiones fue el dibujo, como atestiguan las pare-
salir dei colegio, se enfrascó en una pelea con un compañero que des de la casa del señor Clark, adomadas con retratos, animales,
le había golpeado. A pesar de que su adversario le doblaba en ta- flores y dibujos geométricos. En la vivienda tampoco escaseaban
maño, el muchacho logró derrotarle. No contento con ello, Newton los relojes de sol, por Jos que Newton sentía verdadera devocióa
quiso vencerle también con el intelecto y, partir de ese momento, Prueba de ello es que llegó a diseñar el suyo propio con tan solo
estudió día y noche hasta convertirse en el primero de la clase. La nueve años de edad.

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LA REVOLUCIÓN ClENTfFICA Y LAS MATEMÁTICAS
18 LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA Y LAS MATEMATlCAS
VUELTA A CASA

En 1659 la madre de Newtx>n decidió que su hijo no debía continuar EL CUADERNO DE MORGAN

con sus eswdios. Siendo terrateniente, teru'a el deber de regresar


Este cuaderno de Newton se encuentra actualmente en la bibl/oteca neoyor-
al hogar y consagrar el resto de sus días a las labores propias de quina Prerpont Morgan (en la imagen). Este documenta mucbas de las trans-
su rango. Sui embargo, como se sabe, al muchacho le aguardaba gresiones morales cometidas por el científico. Y es que en 1662, inmerso en
un penodo de intensa obsesión religiosa, decidió anotar todos sus pecados
un futuro bien distinto. en listas, de las que hoy se conservan dos. En la primera de ellas se recog/an
Las tierras que poseía le convertían en terrateniente, pero su las faltas que tuvieron lugar en Woolsthorpe y en Grantham, tales como «en-
mente se encontraba en otra parte. En lugar de vigilar las ovejas fadarme con m¡ madre». «pegar a mi hermana», «Teñir a los criados» o «llamar
mujerzuela a Dorothy Rose». En la segunda lista, confeccionada más tarde y
de la granja, se dedicaba a construir marjuetas de molinos de agua,
menos exhaustiva,
con lo que el rebaño terminaba escapándose e invadiendo los te- pueden encontrarse
rrenos vecinos. También era frecuente que, en vez de ir al merca- deslices de su estancia
en Cambridge. En ge-
do, mandase a un sirviente en su lugar mientras él se sumergía en
neral, son de carácter
los libros del señor Clark. más religioso que ios
Por fortuna, hubo varias personas que, además de advertir que anteriores: «descuidar
Newton no estaba hecho para las tareas rurales, detectaron el po- la oración». «pensar
más en el dinero y el
tencial científico del muchacho. Por un lado, el hermano de su placer que en el Se-
madre, William Ayscough, insistió en que debía continuar estudian- óor». «hacer tartas el
do para, más tarde, ir a la universidad. Para ello, contó como aliado domingo por la no-
che», «atender sin
con el hermano de la señora Clark, el clérigo Humphrey Babington, prestar atención a mu-
que acabaría entablando una grari amistad con Newton. Por otro chos sermones»...
lado, su maestro en Grantham, el señor Stokes, también lamentaba
que el joven malgastase su talento en labores que podía desempe*
ñar cualquier sirviente. Tan convencido estaba, que se mostró dis-
puesto a correr con los gastos escolares del muchacho y a acoger- EL TRINITY COLLEGE
lo en su casa hasta que terminase su formación.
Finalmente, Hannah dio su brazo a torcer y, un año más tar- Newton llegó a Cambridge el 4 de junio de 1661 y, un día más tarde,
de, aceptó que su hyo retomara sus estudios. Para ella, en reali- ingresó en el Trinity College, al que permanecería vinculado los
dad, debió de ser un descanso que Newton se fuera, porque todo siguientes cuarenta años. Los colieges eran colegios universitarios
hace suponer que su estancia en la casa había resultado un ver- que gozaban de cierta autonomía. La elección de este, considerado
el mejor de la ciudad, pudo deberse a varias razones. Por un lado,
dadero infiemo.
William Ayscough había estudiado en él y, por otro, Humphrey
Newton nunca abandonó la costumbre de recoger en sus notas
Babington era J'elUyw del centro. Los J'ellows eran posgraduados que
todo lo que se cruzaba por su mente. Sus cuademos podían con-
tem'an concedida una beca de investigación.
tener desde ideas, experimentos o dibujos hasta el dinero gastado
Newton se matriculó en el college como subsizar, pintoresca
en el propio cuademo. Tras conciuir la formación primaria, New-
categoría que designaba a los alumnos sin recursos que realizaban
ton se matriculó en ia universidad, dejando atrás un mtmdo rural
trab^jos para los estudiantes acaudalados. Básicamente, los sub-
por el que nunca había sentido el más nunimo interés.

LA REVOLUCIÓN CIENTlFICA Y LAS MATEMÁTICAS 21


20 LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA Y LAS MATEMÁTICAS

|
sizar eran sirvientes que, a diferencia de los sizars7 debían cos-
deshacerse de sus desordenados compañeros y fomiar un equipo;
tearse su propia comida.
No está muy clara la razón por la que el heredero de una im- lo cual hiaeron tan pronto como tuvieron ocasión, manteniendo esta
ahanza tanto tiempo como n\i padre pennaneció en eJ coUege.
portante hacienda empezó sus estudios universitarios de esta for-
ma Es posible que la madre, no siendo muy partidaria de que su
Los temperamentos de ambos compañeros debieron de com-
hijo estudiara, mostrase su enojo restringiéndole la paga. Por otra
plementarse bien, pues no hay constancia de otros alumnos con
parte, cabe recordar que, debido a ias privaciones de su infancia,
los que Newton trabase una amistad profunda. De hecho, aunque
Hannah ejercía un riguroso controi sobre los gastos, con io que
más adelante el coUege les ofreció disponer de cuartos individua-
quizá pensó que su hyo no necesitase más. Otros historiadores
les, ellos prefirieron seguir compartiendo habitación.
apuntan que, tal vez, entrara como subsizar del propio Babington.
En todo momento, Wickins se mostró como un compañero
Lo cierto es que, para alguien que estaba acostumbrado a tener
solícito, que ayudó a Newton a realizar sus experimentos y redac-
sirvientes, pasar de la noche a la mañana a servir a otros debió de tar sus investigaciones.
significar un trauma, potenciando aún más su aislamiento. La re- A todos los alumnos nuevos se les adjudicaba un tutor, que se
lación con los compañeros no fiie muy distinta de la que man tuvo encargaba de orientar a los alumnos y, especialmente, de propor-
en primaria Newton tema un par de años más que el resto de los cionarles los libros de labiblioteca que necesitasen. En el caso de
alumnos e intereses que no coincidían con muchos de ellos. Los Newton, le correspondió el profesor de griego Bei\jamin Pulleyn,
estudiantes de la época eran, en ocasiones, más amantes de la quien, aunque supo ver el potencial del joven, no ejerció gran in-
juerga y la bebida que de los libros. No ayudaba el hecho de que íiuencia sobre él.
Cambridge estuviera repleto de tabemas donde se podía conseguir
fácilmente alcohol y entablar relación con mujeres de dudosa re-
putación. Aunque la universidad había promulgado edictos prohi-
biendo la visita a esos lugares, ni alumnos ni profesores se toma- LOS ESTUDIOS UNIVERSITARIOS DE NEWTON
ban muy en serio la prohibición. No es de extrañar que solo se
graduara, aproximadamente, una terceraparte de los alumnos que Newton empezó estudiando la licenciatura en Artes, que consta-
llegaban a Cambridge. ba de cuatro cursos. En el primero se trabajaba la lectura, la es-
Una anécdota explica cómo fue la relación de Newton con sus critura y la retórica (el arte de la elocuencia). Se hacía gran hin-
compañeros. Debido a su estatus universitario, se veía obligado a capié en las leriguas clásicas, sobre todo en el latín y el griego,
compartir habitación con otro aJumno. Sin embargo, no soportaba pero sin olvidar el hebreo. E1 resto del año se dedicabaal estudio
a quien le habían asignado, por lo que cambió en cuanto pudo: el de la Biblia y la obra de Aristóteles, completándose con otras
afortunado fue John Wickins, con quien sí congenió a laperfección. materias como historia o poesía. Los dos cursos siguientes se
E1 hijo de este último relató años más tarde cómo fue el encuentro: centraban en la dialéctica, con lo que prácticamente se comple-
taba ei denominado «trivio».
La intimidad de mi padre con él se produjo por puro accidente. E1 cuarto año se profundizaba en la filosofía, que incluía me-
E1 primer compañero de cuarto de mi padre era muy desagradable tafísicfi, ética, física y matemáticas. En esta úliima materia se im-
de trato. Un día se fue a los paseos, donde se encontró con Mr. New- partía el «cuadrivio», que comprendía la aritmética de Cardano, la
ton, solitario y abatido. Cuando empezaron a hablar, se dieron cuen- geometría de Euclides, la astronomía de Ptolomeo y, por último,
ta de que la razón del malestar de ambos era ia misma, y decidieron música.

LA REVOLUCIÓN OENTlFICA Y LAS MATEMÁTICAS 23


22 LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA Y LAS MATEMÁTICAS
Pero mi reeJ01 ^ es la verdad». Pese a eBo, ambos fflósofos
LAS CARRERAS UNIVERSITARIAS EN EL RENACIMIENTO gnegos apenas eran meneionados en el cuademo, mientras que
abundaban os comentarios de autores más modemos como Des-
En los siglos precedentes al nacimiento cartes, Gaffleo, Robert Boyle, Hemy More, Hobbes o Gassendí
de Newton, el plan de estudios de las
Que el plan de estudios de la universidad se eneontrase anqui-
universidades era muy limitado, En el
Renacimiento, la universidad no aspira- losado no impedía que, regularmeme, Uegasen a eUa los úlümos
ba a ofrecer un conocimiento enciclo- übros cientiflcos que salían a la luz. De esta manera, Newton pudo
pédico, y la oferta se reducia. en primer consultar las obras más recientes e, incluso, comprar las.que más
lugar. a un estudio de las artes liberales.
le interesaban.
que incluian los clásicos trivio (gramá-
tica, dialéctica y retórica) y cuadrivio Y es que Newton fue uri autodidacta que devoraba todo lo que
(aritmética. geometria, astronomia y caía en sus manos. No se limitaba a tomar anotaciones: también
música). Posteriormente. los que obte- profundizaba en los aspectos que le resultaban más interesantes,
nian el bachiller en artes podian seguir
con estudios superiores. que ofrecían
reproduciendo incluso algunos experimentos. Esta forma de pro-
solo tres opciones: teologia, derecho y ceder no era nueva, pues ya se comportaba igual en la biblioteca
medicina. Los interesados en las cien- del señor Clark.
cias debían elegir una de las tres posi-
Una anécdota relatada por su biógrafo John Conduitt da fe de
bilídades. Por ejempio, mientras que
Descartes y el matemático francés
la tenacidad del joven:
Francois Viéte se graduaron en dere-
cho, Galileo se decantó por medicina. Compró la Geometría de Descartes y la leyó por sí mismo. Cuando
Esta ültima especialidad era. quizá. la
había leído dos o tres páginas, se sintió incapaz de seguir adelante.
que presentaba mayor afinidad con los estudios científicos, siendo la pre-
ferida entre los amantes de la filosofia natural. Aunque en el futuro las Empezó de nuevo y avanzó tres o cuatro páginas más, hastaüegar a
universidades fueron ampliando su abanico. en el siglo xvn seguian muy otro punto más difícil. Volvió a empezar y avanzó un poco más.
apegadas a los cánones clásicos griegos y latinos y a los conocimientos Y continuó así hasta convertirse en dueño de todo su signiflcado, sin
medievales.
haber recibido ningún tipo de ayuda o tenido un aprendiz^je.

La universidad en aquella época, pues, seguía anclada en un ASEGURÁNDOSE LOS ESTUDIOS


plan de estudios basado en patrones medievales. No es de extrañar
que no captara el interés de Newton, que siempre iba un poco más En esa época, la prioridad de Newton era continuar con sus estu-
lejos que sus contemporáneos. Según lo anotado en sus cuademos, dios indefinidamente, única manera de satisfacer sus ansias de
parece que no terminó las lecturas obligatorias, inclinándose por conocimiento. Para ello, debía lograr una beca (sckolarship) que
otras más actuales. asegurase su continitidad en el Trinity. Aunque hasta ese momen-
Esta preferencia queda patente en un cuademo al que llamó to no había destacado en los estudios, decidió probar suerte.
Quaestiones quaedam pkilosopkicae (Atgunas cuestion.es fdosó- En 1664 se convocaron las scholarships, oportumdad que no se
Jicas), que comenzó alrededor de 1664. En él aparece una de sus presentaba todos los años. Para prepararse aparcó sus estudios e
frases más celebres: «Piatón es mi amigo, Aristóteles es mi amigo, investigaciones paralelas, y se centró en los que debería estar si-

REVOLUCIÓN ClENTlFlCA Y LAS MATEMÁTICAS


24 LA REVOLUCIÓN ClENTlPICA V LAS HATEMATICAS
-— I zaba cuatro años más de estudios hasta conseguir el título de Mas-
ter of Arts, lo que equivalía a la ücencíatura en Artes.
ISAAC BARROW
Durante esta época, Newton había abandonado totalmente la
El teólogo y matemético londinense filosofía anstotélica y se había adentrado en la nueva fiiosofía me-
isaac Barrow 0630-1677) estudió en el cánica. Las anotaciones en el cuademo Quaestwnes reflejan los
Trinity College de Cambridge, donde se
asuntos que le interesaban, como el movimiento, lapresión, Laluz,
graduó en 1648, sobresaliendo en mate-
máticas. Més tarde, enseñó griego en la los colores, el espacio, ia gravitación o la materia. Se considerá
Untversidad de Cambridge. puesto del que fue por aquel entonces cuando la experimentación cobró un
que fue expulsado en 1655 por cuestio- papel protagonista en sus investigaciones.
nes políticas. Tras ser ordenado sacer-
dote en 1660. impartió clases de griego Newton se convirtió en un estudioso febrü que se olvidaba de
y geometría en el Gresham College En comer y de dormir. Su compañero de cuarto, Wickins, relata que
1663 fue elegido para la recién creada muchas mañanas se lo encontraba trabajando después de haber
cátedra Lucasiana en CamOndge. cargo
que ocupó hasta 1669. aóo en que la
pasado toda ia noche enfrascado en sus estudios. Por ejemplo, en
dejó en manos de isaac Newton. Desde 1664 dedicó varias noches en vela estudiando la aparición de un
1670 fue capellán del rey Carlos II, que cometa, anotándolo todo en su cuademo Quaestiones. Otra mues-
lo nombró. dos años después. director
tra de su actividad febril la constituye su investigación sobre los
del Trinity College. labor que desempeñó hasta su muerte. Fue el promotor
de su soberbia bibhoteca Es conoodo por ser uno de los precursores del colores, para la que se quedó mirando al Sol hasta verlos distorsio-
cálculo infinitesimal. Publicó dos volúmenes que recogfan sus clases en la nados. Su imprudencia le obligó a pasar varios días en la oscuridad
universidad: Lecoones de óptica y Lecciones de geometría. En ambas fue
para recobrar la vista normai. En otra ocasión, también estudiando
ayudado por Newton.
los colores, se introdujo im punzón entre el ojo y el hueso, presio-
nó el globo ocular para alterar la retina, y observó los círculos
coloreados que esta acción provocaba. Aunque hoy en día parezcan
prácticas insensatas, en la época era frecuente que los filósofos
guiendo. Su tutor, Pulleyn, le aconsejó examinarse con Isaac Barrow, cometieran este tipo de excesos. Por ejemplo, Robert Hooke, mien-
pensando que este sería el único capaz de reconocer las capacidades tras estucliaba ei mimdo microscópico, tuvo varios días sin comer
de Newton. Sin embargo, el plan no salió según lo previsto. a un piojo. A continuación, le permitió alimentarse de su sangre
Isaac Barrow. que después se convertiría en el alma máter de para ver cómo esta fluía por el aparato digestivo del insecto.
Newton en Cambridge. no eonocía las inclinaciones del muchacho, Por otra parte, en I66I3 Newton había descubierto ya las ma-
y lo examinó del temario oficiai. Es decir, los Elementos de Eucli- temáticas, en las que se volcaría con auténtica pasión. Así lo re-
des. Barrow no sospechaba que el aiumno dominaba a Descartes cordó más de treinta años más tarde en sus notas:
sin haber asimilado antes a Euciides, por lo que le preguntó por
este ültimo exclusivamente y Newton no pudo lucirse. 4 de juüo de 1699. A resultas de consultar unas notas sobre mis gastos
Sin embargo, el 23 de abriJ de 1664 Newton consiguió labeca. en C'ambridge, de los años 1663 y 1664, encuentro que, en el año 1664,
No sabemos si porque su genio acabó resultando evidente para un poco arnes de Navidad y siendo senior sophister [alununo de tercer
Barrow, o porque, como sospechan algunos, recibió ayuda por año), compré las Misceláneas de Schooteny la Geometría de Deecar-
parte de Babington. Su nuevo estatus le aseguraba un salario Qjo, tes (habiendo leído esta geometría y las Clavis de Oughtred más de
aparte de los gastos de manutención. Pero, sobre todo, le garanti- medio año antes), tomé prestaclos los trabajos de Wallis y, como con-

26 LA REVOLUCIÓN CIENTfFtCA V LAS MATeMATICAS


LA REVOLUCIÓN CIENTlFICA Y LAS MATEMÁTICAS 27
secuencia, escribí estas anotaciones a paitir de Schooten y Wallis, en a partir de febrero de 1664, fue Isaac Barrow y, según las anotacio-
inviemo, entre los años 1664 y 1666. En ese tiempo encontré el méto- nes de Newton, es posible que también asistiera a sus conferencias.
do de las series infinitas. Y, en el verano de 1665, viéndome obligado Estas pudieron abrirle un camino que hasta el momento, dado su
a abandonar Cambridge por Ia epidenüa, calculé el área de la hipér- desconocimiento de la matemática clásica, no había vislumbrado.
bola en Boothby, Lincolnshire, de 52 cifiras por el mismo método. En enero de 1665 Newton consiguió el título de bachiller en
Artes y empezó a prepararse para conseguir el de máster en 1668.
En poco más de un año, Newton había sido capaz de asimilar Entre medias, tuvo lugar un episodio que determinó no solo su
por sí solo todo el fundamento de análisis del siglo xvn y, a partir vida, sino la ciencia en generai
de ahí, seguir su camino, que le conduciría al descubrimiento del Ese mismo año una epidemia de peste negra asoló Inglaterra.
cálculo. Este interés repentino por las matemáticas coincidió en Esta enfermedad había causado estragos en Europa. Sin ir más
fechas con un hecho importante: en 1663 se creó la cátedra Luca- lejos, Inglaterra ya había sufrido una epidemia en 1625. Para evitar
siana en Cambridge, la primera dedicada a las matemáticas y la el contagio, se restringía el agrupamiento de personas, por lo que
filosofía natural de las ocho existentes en Inglaterra. Su profesor, en el verano de 1665 la urtiversidad cerró y se envió a los alumnos
a sus casas. Newton se marchó a Woolsthorpe, de donde regresa-
ría habiendo revolucionado la ciencia.

LA CATEDRA LUCASIANA

La cátedra Lucasiana fue creada por el LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA


parlamentario inglés Henry Lucas (ca.
1610-1663). en representación de la Uni-
versidad de Cambridge. entre 1639 y Las ideas de Newton revitalizaron un mundo científico que, lejos
1640. En su testamento, ordenó la com- del esplendor experimentado en la Antigua Grecia, había entrado
pra de unos terrenos cuyas cien libras de
en decadencia. Gracias a los sabios árabes se recuperó gran parte
renta se destinarían a una cátedra dedi-
cada a las matemáticas y a la filosofía de ese conocimiento, pero no fue hasta la invención de la impren-
natural, y que se convirtló en una de las ta cuando Europa lo descubrió de nuevo.
mejor dotadas de la época. Las exigen- Durante la época medieval, casi todos los saberes científicos
clas de la cátedra eran severas: impartír
una conferencia semanal sobre geome- permanecieron supeditados a los cánones griegos, con lo que la
tría. astronomla. óptica y estática, ade- ciencia apenas avanzó. A mediados del siglo xvn, en las universi-
más de otra disciplina matemática. Asi- dades aún se seguían planes de estudios herederos del esquema
mismo. cada año se debía entregar a la
universidad una copia de diez de esas
clásico y latino. Sin embargo, la ciencia volvió a florecer en el
conferencias. Lo cierto es que nadie se- Stephen Hawklng fue titular de la cátedra
Renacimiento. Desde mediados del siglo xvi, y durante un par de
guíe estas condiciones a rajatabla, espe- Lucaslana durante tres décadas. siglos, se desató en Europa una revolución científica que consti-
cialmente Newton. El primer titular de la
tuiría el nacimiento de la ciencia modema. En particular, esa re-
cátedra fue Isaac Barrow, quien en 1669 se la entregó a Newton. A él le susti-
tuyó su discípulo William Whlston. Entre los titulares de la cátedra se cuentan volución tuvo lugar entre la publicadón del De revolu ti onibus de
Charles Babbage. el gran matemático de la computación. y los físicos Paul Copérnico, en 1543, y los Principia de Newton, en 1687.
Dirac y Stephen Hawking. Este último la mantuvo entre 1979 y 2009. E1 nacimiento de la física modema estuvo unido al desarrollo
de la astronomía. Y es precisamente en ese campo donde todo

LA REVOLUCIÓN ClENTÍFlCA Y LAS MATEMÁTICAS 29


28 LA REVOLUCIÓN CIENTlFICA Y US MATEMATICAS

t
cambió. Los astrónomos griegos, árabes y cristianos, en su ma-
tíerra inmóvü en el centro, y el Sol y los planetas girando, de
yoría, habían aceptado la cosmología aristotélica y la astronomía
forma circular, alrededor de ella. Todo el sistema se dividía en
de Ptolomeo. Esta última se encargaba principalmente del cálcu-
dos partes; la terrestre, que comprendía la Tierra y los planetas,
lo, y la cosmología indicaba las leyes generales que regían el uni-
y la celeste, correspondiente a una esfera que albergaba a las
verso. Para Aristóteles, el universo era cerrado y finito, con la estrellas íyas.

«No es de gran interés el que demos una demostración absoluta,


NICOLÁS COPÉRNICO después haber visto que una perfecta demostración puede
ser dada. Concedo que debería aparecer en una forma clara,
Nicolás Copérnico (1473-1543) estudió
en la Universidad de Cracovia y durante ingeniosa y elegante, como en todos los trabajos de Arquímedes.
algunos años viajó por Italia, donde entró Pero lo primero y más importante es el método de
en contacto con la astronomía. Durante
la mayor parte de su vida ejerció como descubrimiento mismo.»
administrador y secretario de las autori-
— Chuistiaan Hiitgens, en Horologium OSCILLATORIVM.
dades eclesiásticas. Copérnico replanteó
la estructura del universo, pero no para
destruir la griega, sino para modificarla-
En la ciencia griega, especialmente en las matemáticas, lo im-
Para ello, se apoyó en los resultados del
sabio griego Aristarco de Samos, que fue portante era ofrecer resultados que se pudieran demostrar y justi-
el primero que colocó al Sol en el centro ficar. Los que no estaban bien fundamentados no Uegaban a ver la
del universo. Ya en 1514. Copérnico sos- luz. Pero en la época de la revolución científica los estudiosos
tuvo en un manuscrito que la Tierra gira-
ba alrededor del astro rey, afirmación
consideraban que inaugurar nuevos caminos era tanto o más inte-
que iba en contra de las sagradas escri- resante que demostrarlos rigurosamente. En este sentido, muchos
turas y de la cosmologia de la época. El texto. de solo una docena de páginas, matemáticos presentaron sus investigaciones indicando que care-
llevaba por tftulo De hypothesibus motuum coelestium a se constitutis com-
cían de la precisión del método clásico.
mentariolus (Breve exposición de las hipótesis acerca de los movimientos
celestes), y no llegó a ser impreso. Copérnico escribió posteriormente la obra Lln pensador que contribuyó al nuevo enfoque de la ciencia
que revolucionó la astronomía: De revolutionibus orbium coelestium (De /a fue Francis Bacon (1561-1626), fUósofo, escritor y polftico inglés
revolución de los orbes celestes). A pesar de las peticiones de amigos, e in- que, dada su importancia, fue nombrado lord Canciller del Parla-
cluso de las autoridades eclesiósticas, se negó rotundamente a publicarla. Por
fortuna. apareció en su vida una figura que le convencló de lo contrario: el
mento de Inglaterra. En 1620 publicó su obra Novum organum,
astrónomo austríaco Georg Joachim von Lauchen (1514-1574), conocido por en la que estableció las reglas que rigieron el método científico
su nombre latinizado. Rhetico. Ambos se volcaron en preparar la publicación experimental. La obrá obtuvo una gran repercusión y sentó las
de De revolutionibus, que veria la luz en la primavera de 1543. Copérnico llegó
bases del pensamiento científico modemo. Su fama fue tal que
a ver un ejemplar, pero pocos días antes de morir. El libro se difundió por toda
Europa. pero sus ideas no fueron bien recibidas. No obstante, incluso sus Jonathan Swift parodió sus ideas en Los viajes de Gulliver. No
detractores terminaron aceptando sus métodos de cálculo, muy superiores a obstante, ei mayor error de Bacon fue no ser capaz de intuir que
los de Ptolomeo. Hubo que esperar a la aparición de Kepler y Galileo para que las matemáticas, cuyo estudio reiegó, serían imprescindibles en la
sus teorfas tomasen fuerza; sin embargo, solo se consolidaron cuando Newton
estableció las leyes que regían los planetas. concepción modema de la ciencia.

J Como se ha dicho, los científicos potenciaron el conocimien-


to empírico y la experimentación, en detrimento de laformulación

30
LA REVOLUCIÓN CIENTlFlCA Y LAS MATEMATICAS 31
LA REVOLUCIÓN ClENTlFICA Y LAS MATEMATICAS
teórica y razonada de los resultados. Más que emprender nuevas
investágaciones científlcas, se echó la vista alrededor para aplicar
la ciencia en el entomo, actitud que quedó reflejada en la siguien-
te frase de Descartes: «He decidido abandonar la geometría abs-
tracta, es decir, la considerarión de cuestiones que solo sirven para
ejercitar la mente, para estudiar otro tipo de geometría que tiene
por objeto la explicación de los fenómenos de la naturaleza».
En dos siglos se sucedieron todo tipo de avances científicos:
Galileo creó la nueva mecánica con su estudio del movimiento; el
físico y matemático neerlandés Christiaan Huygens (1629-1695)
definió la fuerza centrífuga y calculó la ecuación exacta del perío-
do de un péndulo, que le condujo al cálculo exacto del valor de ia
gravedad; la teoría de los colores prosperó gracias a las aportacio-
nes de Hooke y del propio Newton; se inventaron el microscopio
y el telescopio, y Galileo revolucionó la astronomía con la obser-
vación de los cielos; Andrés Vesalio (1514-1564) expuso en 1543,
por primera vez, la anatomía humana al completo, a partir de la
observación de cadáveres; Marcello Malpighi (1628-1694) descu-
brió con ayuda del microscopio los vasos capilares y los alveolos
en vísceras como los pulmones; Anton van Leeuwenhoek (1632-
1723) fundó la microbiología al estudiar los seres microscópicos,
y fue el precursor de la biología celular...
Las ciencias de La Tierra comenzaron a describir las caracte-
rísticas de la corteza terrestre, siguiendo su evolución a lo largo
del tiempo. Se dieron los primeros pasos para la fundamentación
de la cristaJografía por Stenon y Bartholin. Asimismo, se comen-
zaron a relacionar los fósiles con las capas sedimentarias. Hooke
vinculó especies de Inglaterra con ias de los trópieos. Y, a finales
del siglo xvn, John Ray definió el concepto de especie biológica. Retrato d* Isaac
Newton raallzado
Gracias a Robert Boyle (1627-1691), Ia química comenzó a por Godfray
desarrollarse como ciencia independiente, desiigándose de lame- Knellar (1646-
1723), artlsta que
dicina. Por su parte, la alquimia potenció el trab^Jo de laboratorio, fuo plntor en lai
cortes de varloa
especialmente el manejo de balanzas y el proceso de destilación. monarcas
Por último, en 1675, Lemery consolidó la literatura química. Ingleses.
En tsta oüra al
Las labores de investigación y experimentación, por tanto, cientffico contaba
con cuarenta
abrieron horizontes hasta el momento desconocidos. Los cien- y sels anos
tíficos estrecharon más sus relaciones e, intercambiando ei re- de odad.

32 UA REVOLUCIÓN ClENTlFlCA Y LAS MATEMATICAS LA REVOLUCIÓN ClENTlFICA Y LAS MATEMATICAS 33


sultado de su trabajo, potenciaron el conocimiento de tal modo texto en Ia supertondad de la notacióa decimal frente a la nota-
que en un par de siglos se avanzó mucho más que en los quince cion sexagesunal, la mas usada en aquel momento. Y es gue los
anteriores. Es cierto que, al carecer del purismo de los clásicos, decimaies no se popularáaron hasta que el matemático flamenco
muchos de los resultados se revelaron erróneos. Pese a ello, des- Simon Stevin (1548-1620) publicó en 1585 De
brozaron el camino para el resto de investigadores, perfilando ia mo), un libro sobre notaciones matemáticas dirigidas a la nrác-
ciencia tal y como la conocemos hoy. tica económica. y
Viéte, además, fue el primero que comenzó a introducir ietras
para representar los valores y las incógnitas de una ecuación Uti-
lizaba letras latinas mayúsculas: vocales para representar las in-
EL ÁLGEBRA SIMBÓLICA cógnitas y consonantes para los datos del problema.
Aunque representó un avance significativo, el sistema de Viéte
Una de las ramas de la matemática que mayor evolución experi- aún se encontraba lejos de la notación simbólica tal y como se
mentó con la revolución científica fue el álgebra. Desde Grecia, las entiende hoy. Su método mezclaba palabras y abreviaturas. Así si
matemáticas se encontraban supeditadas a la geometría. Median- A era la variable, para indicar su potencia tercera, es decir, A\
te la geometría se representaban los números, las relaciones arit- escñbidiAcubus.
méticas y algebraicas, o el cáiculo de operaciones. Incluso René En la obra Historia general de las ciencias, de René Taton
Descartes (1596-1650), en pleno siglo xvn, hallaba raíces o resolvía (1915-2004;, se encuentra un ejemplode traducción de una ecuación
ecuaciones valiéndose de la geometría. modema Vléte escribía laecuadón xP-SbJc1* (Stf+djx-c+db+b3
Pese al impulso otorgado a principios del siglo xvi por los de la siguiente forma:
italianos Girolamo Cardano (1501-1576) y Niccoló Fontana (1499-
1557), más conocido por el nombre de Tartaglia («Tartamudo»),
Ecubus
el algebra seguía expresándose de manera literal. Es decir, la re- Csolido
solución de un problema se efectuaba a través de una explicación -B in E quar. ter.
escrita en la que no aparecían símbolos ni ecuaciones. Esto impe- aequabitur +Dplano inE
día que se pudieran ofrecer métodos generales, pues cada resolu- quadrato ter.
ción solo servía para un problema determinado. inE +Bcubo
+D plano
Esta situación comenzó a cambiar con el matemático francés
Frangois Viéte (1540-1603). Licenciado en Derecho, ejerció de abo-
gado y fue asesor de diversos reyes. Se especializó en descifrar Más tarde, otros matemáticos fueron perfeccionando la nota-
mensajes, por lo que fue tachado de brujo por sus enemigos. Es ción de Viéte y símplificándola. E1 inglés Thomas Harriot (1560-
un clásico ejemplo de científico que, pese a dedicarse a otra pro- 1621) sustituyó las letras mayúsculas por minúsculas, fue el pri-
fesión, sentía pasión por las matemáticas. mcro en usar los símbolos de ordenación < y > y popularizó el
Realmente, la renovación del álgebra surgió a partix de la símbolo =. Este, sin embargo, había sido creado por el también
trigonometría. En 1579 Viéte publicó una tabla de funciones tri- ínglés Robert Recorde (1510-1558), quien afirmó que no podía ha-
gonométricas con el título Canon mathematicus. La obra incluía ber nada más igual que dos líneas paralelas.
una parte teórica expresada en forma de tablas, lo que prefigura- Por su parte, el matemático francés Albert Girard (1595-1632)
ba la notación algebraica futura. Por otra parte, insistía en el fundamentó su teoría en las relaciones entre los coeficientes de

34 LA REVOLUCIÓN CIENTÍFlCA Y LAS MATEMÁTICAS LA REVOLUCIÓN CIENTfFICA Y LAS MATEMÁTICAS


una ecuación y sus soluciones, aspecto que ya había tratado Ha-
rriot. Fue el primero en utilizar Ias abreviaturas sen, cos y tan para
las razones trigonométricas. También dio por buenas las solucio-
nes imagmarias y las negativas, que eran rechazadas por la mayo-
ría de los matemáticos.
Cuando en 1637 Descartes publicó su Geometría como apén-
Bmíl-iy
se acerca bastante al valor de - =» lim
n/
dice al Discurso del método, la notación utilizada era ya total- Sin embargo, reaüzar los cálculos con esos valores
mente actual. Se trata de la primera obra matemática que un es- harto complicado. Por ello, ei dérigo y matemáüco mgléTlW
tudiante actual de bachillerato puede leer reconociendo todo lo Bnggs (1561-1630), conocido por ser el primer tituhr de Ia cáLta
escrito, salvo el signo de igual, ya que Descartes aún utilizaba el Saviüana de Geometría en Oxford, convenció a Napier de nuenL
símbolo =*>, difleara la base de los logaritmos trab^jando con el número 10
La importancia del paso del álgebra sintética al áJgebra sim- Aparecieron así los logaritmos decimales. Su compromiso fue tal'
bólica no se debió solamente a expresar relaciones con símbolos <,ue él mismo se encargo de crear una tabla para los 31000 primfr
fáciles de leer. E1 cambio, además de abordar problemas genéricos, ros números con 14 decimales.
permitió encontrar la solución de todas las ecuaciones dei mismo Por su parte, el matemático y relojero suizo Joost Bürgi (1552-
tipo, independientemente de los coeficientes que tuviesen. 1632), colaborador del astrónomo Johannes Kepler, publicó en
1620 una tabla de antilogaritmos. Estos permitían, conocido el va-
l°r deI logaritmo de un número, hallar ese mismo número. Bürgi
realizó la tabla muchos años antes que Napier.
LA INVENCIÓN DE LOS LOGARITMOS Para entender el coneepto de logaritmo, debe tenerse presen-
te la base con la que se trabaja. Si a es la base, para hallar el loga-
Lapopularízación de los decimales significó un importante impul- ritmo de un número cualquiera b debemos encontrar a qué núme-
so para la aritmética, pero aún más importante para el cálculo fue
r° debemos e,evar la base para obtener el numero buscado. Esto
la introducción de los logaritmos. expresado mediante símbolos es lo siguiente:
E1 escocés John Napier (1550-1617), barón de Merchiston, se
interesó sobre ramas concretas de las matemáticas, especialmen-
logab=n « an=b.
te la aritmética, y fue el creador de los logaritmos. A pesar de
descubrirlos veinte años antes, los dio a conocer en su obra Miri- Por ejemplo, el logaritmo en base 2 de 32 vale 5 (Jog32 = 5)
fici logarithmorum canonis descriptio, publicada en 1614. Su ya que 25 vale 32.
intención inicial era crear unas tablas de números que le permitie-
Igual que la diferencia es la operación inversa de la suma, y la
ran realizar con facilidad operaciones complicadas.
diyisión la operación inversa del producto, el íogaritmo es la opera-
Inicialmente, consideró una progresión de razón muy simple ción inversa de la potencia La única diferencia es que la suma y el
cercana a 1, en concreto 1 -10*7, y para no obtener muchos deci- producto son operaciones simétricas, es decir, da igual el orden en
males multiplicó por 107. Mediante interpolaciones, consiguió di- que se coloquen los sumandos o factores, mientras que la potencia
señar una tabla que se acercaba bastante a la actual. En ella se uo lo es. Por ese motivo, la potencia tiene dos operaciones inversas.
usan los logaritmos naturales o neperianos, basados en el número 1 *:enGir'0s un número p y un número q, supongamos naturales, po-
trascendente ey ya que la expresión
demos calcuíar p* multiplicando q veces el númerojp por sí mismo.

36 LA REVOLOCIÓN CIENTlRCA Y LAS MATEMATICAS


LA REVOLUCIÓÑ CIENTÍFICA Y LAS MATEMATlCAS 37
LA GEOMETRÍA ANALÍTICA
1
UA POTENCIA DE LOS LOGARITMOS
Otra importante herramienta descubierta durante la revolución

I
* La fuerza de tes logarltmos para raalizar célculos sa basa en tres propiedades:

* El logaritmo de un producto de dos números es ígual a la suma de los


logantmos de cada número.
científica fue la geometría anafiüca, que se esforzó en unix la Jo-
metría y el álgebra Esta consiste en considerar que toda ecuadón
en dos incogmtas elevadas a distintas potencias corresponde a
curvas algebraicas y, por tanto, toda gráfica geométrica Ueva aso-
log, (p ■ <7)=loga p+log,, q ciada una ecuación algebraica. Por ejemplo, en la figura 1 pueden
verse una recta y una parábola con sus correspondientes expre-
• El logaritmo de un cociente es igual a la diferencia del logaritmo del
siones algebraicas.
numerador menos el logaritmo del denominador,
Según la geometría analítica, toda gráíica corresponde a un
l09,(f)=l°9JP-,o9^ lugar geométrico formado por los puntos del plano que cumplen
una determinada ecuación. Por ejemplo, en el caso de la recta, la
• El logaritmo de una potencia es igual al producto del exponente por el
logaritmo de la base. gráfica corresponde a todos los puntos del plano de la forma (x, y)

«
que verifican que x-y=-l, es decir, los puntos (-2, -1), (0,1), (1,2),
logaP° = qr-logap
etcétera. De esta forma, para trabajar con los problemas geom¿

1
Los logaritmos, pues. simplifican la operación que debe hacerse: los productos
y divisiones se convierten en sumas y restas, y las potencias en productos. De
« esta forma, para dividlr dos números basta buscar en las tablas sus logaritmos
y restarlos, para luego hallar el antllogaritmo de la solución. En el momento
de la creación de los logaritmos. cuando no existian las calculadoras. esto
tenia una gran importancia.

Es decir, podemos encontrar e] número r resultado de esa opera-


ción: p°=r. Si conocemos el resultado r y el exponente q de la po-
tencia, y queremos calcular labase, deberemos resolver la ecuación
af-r, lo que equivale a calcular una raíz x - yfr. Por el contrario, si
lo que conocemos es la base de la potenciap y el resultado r, para
encontrar el exponente p* = r nos encontramos con la operación
ínversa, el logaritmo. En este caso, la solución sería x—logp r.
La invención de los logaritmos se díftmdió con rapidez, pues
suponía un gran avance para el cálculo. Por ejemplo, resultó muy
útil para los pesados cálculos astronómicos. E1 matemático Pierre-
Simon de Laplace (1749-1827) llegó a decir: «Con la reducción del
trab^jo de varios meses de cálculo a unos pocos días, el invento de
los logaritmos parece haber duplicado la vida de los astrónomos».

LA REVOLUCIÓN CIENTÍPICA Y LAS MATEMÁTICAS


LA REVOLUCIÓN CIENTlFICA Y LAS MATEMATICAS
nes de plagio el uno al otro. Hoy en dia se acema
cubrieron la geometría anaiítica de fonna inde^ndie^
con enfoques disüntos. Descartes acostumbra nartir ri f ’ ub'en
ciones geométricas.
geométrico.para.wdudiio al álgebrt, después simpimcaTe^
sión y, finalmente, la resuelve de forma geométrica Es dec¡r,I
«Siempre que er, una ecuación final aparezcan doscanttdades núenza con la curva y luego continua con sus ecuaciones Femlat
incó^tas tenemos un lugar geométrico, al descnbm el extremo por su parte, empieza por las ecuaciones y a continuación estudia
las propiedades de ia curva definida por ellas. En general la ceo-
de una de eilas una línea, recta o curva.»
metría analítica estudia, por un lado, la extracción de las écuacio-
_ PxiNCIPlO rUNDAMENTAl DE LA GBOMETRlA ANaUTICA SEGCN P.ER.E DB FeRMAT.
nes de los Iugares geométricos que dan lugar a una curva, y p0r
otro, las propiedades de esas ecuaciones. Descartes trabajó más
Yael científico francés Nicolás de Oresme (1323-1382) había Io primero, y Fermat, lo segundo.
trabajado con la idea de gráfica de una función. En su libro Trac- Tengamos presente que la geometría analítica no era tal como
tatus de latudinibus formarum, de 1362, sostiene: «Todo lo que hoy la conocemos. Por ejemplo, René Descartes nuncaplanteó dos
varía, se sepa medir o no, lo podemos unaginar como una cantidad ejes perpendiculares. De hecho, para él, las coordenadas de los
continua representada por un segmento rectilíneo». puntos no eran números, sino que representaban segmentos, de-
Como otras veces en la historia de la matemática, esta geome- bido a su gran fundamento geométrico. En su geometria no existían
tría fue descubierta por dos matemáticos que trab^jaban de forma fórmulas para hallar distancias, división de segmentos en partes,
independiente. Uno de ellos fue el francés Pierre de Fermat (1601- pendientes o ángulos entre rectas. En general, la exposición de
1666), que ejercía de magistrado y, como muchos otros, dedícaba Descartes es más bien teórica, sin intención de aplicarse en la
su ocio a las matemáticas, aunque nunca publicó nada en vida: toda práctica, por lo que no trabajó curvas nuevas. Solo calculó con
su obra fue editada tras su muerte por su hijo Clément-Samuel. Su exactitud un lugar geométrico relacionado con el Uamado «proble-
fibro Varía opera mathematica incluía el trabsqo Introducción a ma de las tres o cuatro rectas», propuesto por Apolonio de Pérga-
los lugares planos y sólidos, en el que presentaba su geometría. mo (ca. 262-ca. 190 a.C.), y que él llamó «problema de Pappus».
Por su parte, Descartes, que vivía de las rentas de su familia y tam- Tampoco se preocupó demasiado por la representación de las
bién se dedicaba a la matemática de forma no profesional, publicó curvas. Así, nunca llegó a aceptar las coordenadas negativas. Tam-
en 1637 su obra más famosa, el Discurso del método, donde expo- poco Fermat lo hizo.
nía la esencia de su filosofía Como apéndices de esta obra, el filó- La geometría de Fermat es más parecida a la actual, ya que él
sofo francés pubJicó tres más que recogían parte de sus descubri- sí consideraba normalmente los ejes perpendiculares. Sin embar-
mientos científicos: La dzóptrica, Los meteoros y La geometría. En go, no siempre utilizaba el eje vertical de las ordenadas. Además
esta última presentó los principios de la geometría analítica de estudiar numerosas ecuaciones, Uegó a la conclusión de que las
Más adelante se prodqjo una disputa acerca de a quién había ecuaciones de grado tres o cuatro se podían resolver por medio
que atribuir el descubrimiento de la geometría analítica Los his- de las cónicas, aspecto que también trató Descartes. Ambos tra-
toriadores suelen considerar que Fermat fue quien la descubrió, y b^jaron con lo que llamaban curvas geométricas o algebraicas, es
Descartes, el primero que la publicó. decir, aqueUas que estaban relacionadas con dos variables tales
Lo derto es que Fermat y Descartes, que estuvieron en con- que/(x,^) = 0 fuese una ecuación algebraica. Por otra parte, no
tacto a través del filósofo Marin Mersenne, se cruzaron acusacio- aPhcaron su método a las curvas mecánicas.

40 U REVOLUCIÓN CIENTIFICA Y LAS MATEMATICAS 41


LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA Y LAS MATEMÁHCAS
TEORÍA de números

LOS EJES CARTESIANOS ^ , . ,,auLas tambíén afprtA o


una de sus part.es más importantes: la aritmética. Ya los l
-naiftíra se basa en bacer corresponder a cada
La estructura de la 9*°™™ os («COOrdenadas cades.anas»). De esta ÜCOS griegos estudiaron ias propiedades de los números
punto del plano un oar de ntos ei prtmero llamado abscisa y llevó a su maxuno esplendor fue Diofanto de Aíejandría (
forma. ai <* referenaa formado
e, segundo, oroenada. Para *o.s*n*C"' perDe(>d.cular. se crucen en 234). Este publicó Arithmetica, una importante obra en trecev^
*** doS te'a^^arárTlascoOr^enadas (0.0). La primera iúmenes de los que solo se conservan los seis primeros En ellm
el punto ongen O honzontal y la segunda sobre el eje vertical. además del eálculo aritmético en si, también se incluyen eiememos
E^s dos e^es d.v.den ei plano en cuatro reg.ones ilamadas cuadrantes. Estas de álgebra. Se suele Uamar problemas diofánticos a aqueUos en ios
se numeran de i a IV. en e. senfdo contrar.o a las aguias del reloj. hac.endo que solo interesan las soluciones enteras.
corresponder el pr.mer cuadrante con las partes posit.vas de ambos ejes.
Durante el siglo xvn varios matemáticos trabajaron en la teo-
ría de números, centrándose sobre todo en los números primos
Por ejemplo, el francés Marin Mersenne (1588-1648) descubrió
A = (2.4) los que se conocen como «primos de Mersenne», que son aqueüos
de la forma 2M-1 que sean primos, como 3, 7,31 y 127. En los ül-
timos treinta y cinco años, los números primos más grandes sienv
B = (-3.2) pre han sido primos de Mersenne. En la actualidad, el núinero
P=(.xy) primo más grande conocido es 274 207 281- 1, que tiene más de 22
millones de cifras. Se debe tener presente que, actualmente, los
números primos son de vital importancia, dado que sirven para
-5 -■* -1 -3 -I 0 1 2 3 4 S encriptar mensajes. Esto permite, por ejemplo, garantizar la se-
guridad de las conexiones en intemet, así como la del dinero
C * (-2.-2) cuando se realizan transacciones digitales.
No obstante, el matemático más importante de la época fue
D = (2.-3)
Pierre de Fermat, al que se puede considerar el padre de la teoría
modema de los números. Aunque el genio llevó a cabo su trabqjo
en distintas ramas de las matemáticas, parece que la teoría de
IV
números fue su preferida.
Fermat, que trabajó con números primos, buscó una forma de
generarlos, un objetivo persegiúdo por muchos matemáticos. Con*
jeturó que los números de la forata 2“M+1 son todos primos, y lo
La geometría analítica fue importante para las matemáticas, eomprobó con los cinco primeros: desde n=0, hasta 4, obteniendo
pero también para la física. Tareas como los cálculos del caJenda- l°s primos 3, 5,17, 257 y 65537. Sin embargo, a partir de ahí, no se
rio, ias predicciones astronómicas, la dinámica de proyectiles o el cumple la propiedad, pues en 1732 el matemático suizo Leonard
diseño de lentes necesitaban unas herramientas cuantitativas que Euler (1707-1783) demostró que para n=5 se obtenía un número
se podían encontrar en la nueva geometria compuesto.

LA REVOLUCIÓN CIENTlFICA Y LAS MATEMATICAS


LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA Y LAS MATEMÁTICAS 43
Fermat Ilegó a demostrar im resultado tan solo planteado como
coi\jetura por Albert Girard, Esta sostenía que los primos de la for- eltriángulo de pascal
ma 4w+l pueden expresaise como suma de dos cuadrados de forma
única Por ejemplo, para n=7, ei número 29=22+ó2. También aven- El triángulo aritmétíco, que durante muchos añnc
turó, aunque no demostró, otro resultado conocido como «pequeño hoy recibe el nombre de Pascal. es una distribución n T de TartaS'« V que
mación es muy simple. En la imagen de la izquiemaTÍ'Ca Cuya ,eV de?or!
teorema de Fermat». Si p es primo y a > 0 es un número primo con de Pascal y al lado una disposición en pirám^ para Verse el W*"90to
p, entonces aTl-1 es divisible porp. Esta coryetura fue demostrada sus propiedades. Vemos que cada fila, en este LZnZ**™ más féc^ente
más tarde por Gottfiried Wilhelm Leibriiz (1646-1716), pero nunca y termina en 1, siendo los restantes términos la co™*nza
la fila superior. nd ae ,os dos que están en
llegó a publicarla, cosa que sí hizo Leonhard Euler (1736).
T 1 1
' Í T*
4 5 6
■t 2 r?
10 15 21
'1 3 3 T?
EL CÁLCULO DE PROBABILIDADES 10 20 35
15 35
1 4 6 4 fíí
1 5 10 10 5 TS
Otra figura decisiva en la historia de las mat.emáticas fue Blaise 1 6 21
1 6 15 20 15 6 íí
Pascal (1623-1661). Con solo dieeisiete años escribió la obra En- 7 21 35 35 21 7 tn
sayo sobre las cónicas, en la que aparecía lo que se conoce como 8 28 56 70 56 28 8 T '
teorema de Pascal, que aborda la geometría proyectiva. Pero tam- Otra propiedad es que cada fila tiene como segundo y oenéltimn nw
bién estudió la presión atmosférica o la dinámica de fluidos. Al- el orden cte la «la correspondiente. Resulta evidente que ladispos cS, °
canzó gran notoriedad en su época al crear una de las primeras simetnca. Ademas, la suma de todos los elementos de la flla Kes? Aunque el
tnangulo aritmético se conocia desde hacía seis siglos. Pascal lo telacioXon
máquinas mecánicas de cálculo, la popular pasccdina. También
la probabihdad y descubno varias propiedades hasta entonces inéditas Por
fue inventor de una nueva rama de las matemáticas. ejernplo. s. se el.gen dos números cualesquiera consecutivos en una rmma füa.
E1 azar y sus juegos son conocidos desde el alba de los tiem- a Pr°P°fción. entre el mayor y el menor. es la misma que entreel número de
pos, pero su estudío sistemático no había tenido lugar hasta el term.nos que hay desde el mayor a un extremo de la fila respecto del equivalen-
te para el menor. Por ejemplo, si elegimos en la fila séptima el 21 y el 35. como
Renacimiento. En la década de 1560 Girolamo Cardano escribió desde el 21 a un extremo hay 3 números, y del 35 al otro hay 5. se verifica que
su Libro sobre losjuegos de azar, en el que reeogía el primer es-
tudio exhaustivo sobre las reglas que regían esos juegos. En él 35 _ 5
planteaba, por ejemplo, laley de los grandes números. En cualquier 21 = 3
caso, la obra fue publícada un siglo más tarde, cuando el cálculo Como puede verse, el triángulo aritmético está relacionado con los números
de probabilidades ya había sido descubierto y popuíarizado. combinatorios, y tiene una gran importancia en el desarrdlo de la potencia
Alrededor de 1654, el escritor francés (y jugador empedemi- de un binomio.

do) Antoine Gombaud, caballero de Méré (1607-1684), propuso a


Pascal un problema con el que se topaba en sus partidas: «¿Qué
es más probable, sacar al menos un 6 en cuatro lanzamientos de
Publlcaron nada, en 1657 vio la luz un breve estudio Ilamado
un dado, o sacar un doble 6 en veinticuatro lanzamientos de dos
obre los razonamientos relativos a los juegos de dados, que re-
dados?». Pascal consultó por carta el problema con Fermat y, en-
Cogía los resuitados incluidos en esa correspondencia. Lapublica-
tre los dos, crearon la modema teoría de la probabilidad. Aunque
ci°n fue posible gracias al matemático Christiaan Huygens.

44 LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA Y LAS MATEMÁTICAS 45


LA REVOLUCIÓN ClEMTÍFlCA Y LAS MATEMÁTICAS
Si tenemos una serie geométrica general
LAS SERIES INFINITAS

t mie sirvieron de base al cálculo mimitesi- ¿ r" =l + r+r2+r3 + r4 +


»20 *"»
Una de tes-herrai inflnitas, que son sumas de infini-
^ de IMJ»"*¡e números. En generai, ios mate- para sumar los primeros n términos basta multipUcar toda ia suma
*¡Z¡£Z preocuparon por aquellas sumas de infinitos témrnos porry restar
ramdabanlugaraunnúmeroflnito. Upnmerasumade mflmtos
Snin* en abordarse fue la que se conoce como <<sene geome- <S = l+r+r2+r3+r4+...+r"
ica» en laque se suman las distíntas potenc.as de un numero -r'S-r+r2+r3+rA +...+r**1
menor que la unidad. Ya existen soluciones para este Upo de senes S-r-S-l-rn*1
en el papiro de Rhind. Este papiro, también conocido como «pa-
piro de Ahmes» —Ahmes fue el escriba egipcio que lo copio—, y despejando se obtiene:
reúne una serie de problemas maiemáticos del siglo xix a.C.
En algunos de eüos ei cálculo resulta muy visual. Por ejemplo, 1 -r9*
S=
en la serie geométrica más común, cuyabase es 172, es fácil ver cuál 1 -r '
es lasolución de unaforma geométrica, es decir, representando ia

solución gráficamente, tal y como puede verse en Ia figura 2. En el caso de que r sea menor que 1 y calculemos la suma de infi-
nitos términos, la potencia rn'i se convierte en 0 y ia fórmula que-
da convertida en
i+íiY+riT+fiY+...=i+i+i+i+..,=i
2UJ UJ UJ 2 4 8 16

I fig ;
Los antiguos matemáticos griegos alcanzaron una gran per-
fección en geometría, pero trataron menos la aritmética y el álge-
1 bra, especialmente después de que Zenón de Elea (ca 490-430 aC.)
4 pusiera en entredicho la perfección de las matenráticas tras des-
cubrir los números irracionales y Ias paradojas al ínfinito. Estas
razones, entre otras, infundieron en ios matemáticos griegos mie-
do al mfinito y dejaron de estudiarlo. Solo Arquimedes lo trabqjó
Lrevemente, pues su método de exhaución implicaba un cierto
interpretadón
geométrica de I*
acercamiento al infinito. En su obra Sobre la cuadratura de la
1
serle geomítrlce
1
parábola, manejó la serie geométrica de base 1/4, fácil de calcular
tle base 1/2, en la 8
cual puede i 64 con la fórmula deducida anteriormente:
observarse que
es convergente, es
32
declr, su resultado
es flnlto.
128
L +
1
4

LA REVOLUCIÓN CIENTlRCA Y LAS MATEMATICAS


LA REVÜLUCIÓN CIENTlFICA Y LAS MATEMATICAS
En la Edad Media, especialmente los matemáücos dri
sintieron una gran fascinación por las series infcütas 1^°T’
de la serie geométrica p"tiendo
EL MÉTODO DE EXHAUCIÓN
innr Arauímedes fue debido al matemáti-
B método de exhaue.on empl d P Q consiste en aproximar el área
co griego EudoxodeXnK^^®^f travésdeáreas.mayoresy menores,que
desconocida que se de auiera El procedimiento se basa se comenzó a trabajar con la serie

5SE=SSi===?r==
d > n.ie su mitad v de lo que queda otra magmtud mayor que
stfmrtad y se rep.te continuamente este proceso, quedará una magnitud me
nor que la menor de las magnitudes dadas. Para hallar G'areadel
inscribe un cuadrado (con superficie mayor que la mitad del circulo) y se le
resta su área al círculo. De los segmentos circulares. se construyen triangulos cambiando la base y el exponente de Ia potencia. Esta serie se
sobre el punto medio y. luego. se le restan esos tnangulos. Esto ultimo se convertía en infinito salvo que r fuese negativo, que seria lo mismo
vuelve a hacer con los segmentos circulares restantes, y asi. sucesivamente, que considerar la serie
se llega tan cerca del área del circulo como se desee, En las figuras se aprecia
que la operación consiste en insertar, cada vez. polígonos con mayor numero
de lados. y cuya érea se encuentre, en cada ocasión, más cerca de la buscada. y(I)r
Se razona igual desde un cuadrado exterior. De esta forma. se acota progre- Á\nJ
sivamente el valor del área circular por arriba y por abajo.

con rpositívo. En ese mismo siglo, el francés Nicolás de Oresme


fue el primero que demostró que la serie armónica —la suma de
los inversos de los números naturales equivalente a sustituir en
la última serie r por 1— era divergente, es decir, su suma era in-
fiiuta. Su proceso fue agrupar términos y comprobar que Ias frac-
ciones obtenidas eran todas mayores que 1/2, por lo que la suma
tenía que ser infinita.

1111111
+ — + — -í-— -I—H-f-..
2 3 4 5 6 7 8
1/1 1W1 1 1 1\
2 \3 4/ \5 6 7 8)
1 7 533
” — +•-h-+...
2 12 840

Un acicate para introducirse en los algoritmos infimtos lo pro-


P°rcionó la búsqueda de los decimales exactos del valor de n, un
el° Perseguido por los matemáticos desde la Antigüedad clá-

LA REVOLUCIÓN CIENTlFlCA Y LAS MATEMATICAS


LA REVOLUCIÓN OENTÍFICA Y LAS MATEMÁTlCAS
f, B miicho roás tarde, en el siglo xvn, cuando La serie antenor fue redescubierta posteriormente oor ei
Sica. Sin embargo, tu ^ g| primer algoriimo infinito co- océS James Gregory (1638-1675). Es conocida como !serte t
Franíois Vietfi, en11 ’P ^valordenúmero. Paxahallar eibniz», y tae utilizada por Leibniz en sus investígacones sobre
1 cálculo. Uno de los pruneros resultados en
S5TS-área de un cuadrado y dei círcuio circunscrito,

coyo valor es
1 1 1
3 + 5 1^'"'

propuso el siguiente producto infinito:


que es im caso particular de la serie de Leibniz, sustituyendo x
por 1, que se llama «serie de Gregory».
2 ÍT ÍTTíT. 11ÍTTIT Los matemáticos del siglo xvn, inciuidos Newton y Leibniz
jr"\2 \2 + 2\l2 \2 + 2V2 2^2”' tenían un gran interés en aplicar los desarrollos infinitos en e¡
estudio de curvas. Así, en 1668 el alemán Nikolaus Mercator (1620-
1687) publicó su obra Logarithmo-technia, en !a que comenzó a
aplicar la técnica de las series convergentes. A1 parecer, para hallar
En este caso, si el factor n es el siguiente faetor es
el área limitada por la hipérbola convertía por di\isión

114-/.. 1
2 2
1+x
A parür de aquí, realizando operaciones se puede llegar a una
en una serie. A continuación, integraba término a término siguiendo
expresión como
el método del matemático inglés John Wallis (1616-1703). E1 proce-
so seguido podría ser el siguiente: se efectúa la división obtenién-
dose la serie
2 ^ yl2+J¿
—-l-x + x2-x9 +x4
1+x

E1 siguiente paso fue utilizar las series ilimitadas para aproxi- A continuación, se integra término a término, teniendo en cuenta
mar funciones. Anteriormente el matemático y astrónomo hindu que la integración de xn es
Madhavade Sangamagrama (1350-1425) ya había descubierto xn*1
muchas series infinitas, entre ellas las de las funciones trigono- n +1
métricas del seno y el coseno. También calculó la serie de la ar-
cotangente: Para n a 0, y así se obtiene la serie

r3 r6 r7 i n . x2 x3 x4
arctanar = x-+-——+
3 5 7'' ]nQl+x)‘X~Y+Y'T

LA REVOLUCIÓN CIENTlFlCA Y LAS MATEMÁTICAS LA REVOLUCIÓN ClENTfFICA Y LAS MATEMÁTICAS


WaJUs tamktón pirofundizó^er^as ^e^uno de^os'prb n

A""s qfrsSewton, y en él se calculabaB numerosas


merosbbrosque Recordemos que, en aquella epoca, y así sucesivamente. Para expbcar mejor el méiodo Newton in.
cuadraturas de fun mismo que el área limitada por cluyó en su carta vanos ejemplos. Uno de eUos es el siguiente

de las series de orden fc’ 7?7?.c + £!_£l + JÍ._^_


como él las Uamaba, que correspondia a
2c 8ca I6c* 128cr

que se obtendría de la fómiuiageneral, que es

Consiguló las cuadraturas de la función antenor cuamlo el ex- P-c2, Qm~j, w-12/n-2.
ponenteerafiraccionario y también generatoó las rundones ( U
v n -X)' Cuando intentó cuadrar el círculo, es decir. hallm el area
Aplicando el teorema, pudo desarrollar las funciones a las que
de la función Vuí5, ®u método le falló, Lo mismo le ocumo,
no liabia podido acceder Wailis. Así obtuvo
por otraparte, con Posteriormente, Newton conaguió ha-
Uai- la solución utilizando su teoreraa del binonuo.
X2 xA x6 X*

2 8 16 128

Para confirmar que el resultado era correcto, multiplicó la


EL TEOREMA DEL BINOMIO
serie p«>r sf misnta. obteniendo la expresión 1 - a&
Diez años después de la publicación del tibro de Wallis. en ltitíó. Empleíuido su método, Newton pudo caJcular los desarrolio9
Newton descubrió lo que, a su juicio, constituía su ntayor lojíro de functones como arcsenx, sen.r, cosr, etcétera, además de se-
matemático: el desarrotlo del binomio para potencias fracciona- nes analogas para los arcos de la elipse, e incluso para arcos y
rias. No Uegó a publicarlo aunque sí lo expresó en 1674 en una segmentos de la cuadratriz de Dinóstrato, la primera curva mecá-
carta enviada a Leibniz. En la misiva, conocida como Epistola nica conocida.
prior, respondía a las preguntas dei matemático alemán sobre las Gracias a estos cáJculos, Newton se convenció de que el aná-
series infinitas. E1 propio Newton explicó cónio debía desarroUar- lisis mediante series infinitas tenía la ralsma validez que eJ áJgebra
se el binomio P+PQ con exponente fraccionario. de cantidades finitas, y que ambos estaban regidos por las mismas
leyes generales. Por ello, el científico ingJés pianteó las series in-
finitas como una altemativa para deflnir funciones y no como una
(P + ^.P"'i + ™AO + ^BQt^CO + ^W + ... raera herramienta de aprojcimación. Para Newton, en defirutiva, el
ñ 2n 3n 4n
teorema del binomio se convirtió en un instrumento algoritmico
iraprescindible para su descubrimiento del cálcuio infirutesunal.
En él, los coeficient.es A, B, C, etcétera, representan, respec-
tivamente, el térnüno anterior. De esta manera,

52 l* REVOLUCION ClENTlRCA V LAS MATEMATICAS 53


LA REVOLUOON CIENTIFO V LAS KWTEMATlCAS
CAPÍTULO 2

Las lcycs niateináticas


del universo

Durante la revolución científica, muchos estudiosos


dirigieron la vista hacia el cielo para estudiar el movúniento
de los planetas y descubrir las leyes que regían sus órbitas,
que parecían contradictorias en una simple observación. ’
Tal empeño se hizo realidad gracias a Newton, una mente
genial que encontró la relación entre la atracción
de los planetas y la que experimentaban
los cuerpos sobre la Tierra.
Antes del siglo xvii existían muy pocos matemáticos profesionales.
Lo habitual era que personas que se ganaban la vida con otros
oficios, o que procedían de familias acomodadas, se dedicaran a
las matemáticas por vocación y no por necesidad. Así, Copémico
era administrativo, Viéte y Fermat trab^jaban de juristas, Napier
pertenecía a la aristocracia escocesa, Descartes se dedicaba prirv-
cipalmente a la filosofía, etcétera.
Por otra parte, desde el Renacimiento, los nobles europeos se
aficionaron a la ciencia y muchos se convirtieron en mecenas de
científieos. Suponía un grado de distinción apadrinar a intelectuar
les de renombre, que acostumbraban a realizar calendarios, pro-
nósücos astrológicos o informes sobre cualquier asunto que les
encargaran.
No obstante, durante mucho tiempo los científicos fueron tra-
bajadores solitarios que desconocían lo que se investigaba en otros
lugares. Por esta razón, era frecuente que distintos científicos Ue-
gasen a las mismas conclusiones de manera independiente. Aun
con la invención de Ja imprenta, los übros de ciencia y, especial-
mente, los de matemáticas, se diñmdían poco comparados con
°tros. Las obras se daban a conocer casi exclusivamente entre los
aficionados a la ciencia y sus resultados no obtenían larepercusión
deseable. Además, era usual que los libros apareciesen de forma
Póstuma, ofreciendo resultados que habían sido descubiertos dé-

LAS LEYES MATEMÁTICAS OEl UNIVERSO


ext£ndida a la óibita lvrnar -hab.endo descubierto cdmo
O£,ntarios oor otros autores. Esta situación
füeraa con la cual un globo, que gira dentro de ma «f h
sobre quién hahíasWo e, descubndor
la superfide de esta— a partir de la regla de Kepler JTPresiona
,os üempos periódicos de los planetas guardan una mZÜ 'a ^
de Te"- el Siglo xvn, todo cantbió con el surgumento quiáltera de sus distanciaa con respecto al centro dé^Tri!3'*'
de cicutey ¿edades que contaban con un uuportante medto de deduje que las fuerzas que mantienen a los planetl, '
difusión: Ias revistas científicas.
J 108 Oe sus distancias de^lM
centros alrededor de los cuaies giran. Por io cual, comparé la ft
necesaria para mantener la luna en su órbita con la fuena de eT*

annus mirabius
dad en la superficie de la Tierra, y descubri que estas eran muy T
recidas. Todo esto corresponde al período 1665-1666, los aflos de la
epidemia Porque en aquel tiempo me encontraba en la plenitud de
Tras abandonar Cambridge a causa de la epidemia de peste, New-
mi ingenio, y las matemáücas y la fllosofia me ocupaban más de lo
ton regresó a su casa natal en Woolsthorpe. Allí paso dos años
que lo harían nunca después.
sumergido en una frenética creatividad. También se quedó una
temporada en Boothby Pagneil, un pueblo cercano a cargo de
A1 regresar a la universidad, Newton ya había descubierto las
cuya rectoría se encontraba su amigo Humphrey Babington.
tres teorías que colocarían su nombre en el altar de las divinidades.
Como el propio científico indicó, fue durante aquella estancia
Con solo veinticuatro años, había cambiado radicalmente la cien-
cuando calculó el área de la hipérbola con una precisión nunca
cia y ya no volvió a investigar más. E1 resto de su vida lo dedicó a
antes alcanzada.
perfeccionar y corregir sus resultados.
Newton regresó a Cambridge en marzo de 1666, pues, al pare-
cer, la plaga había remitido y ia universidad abrió de nuevo sus Curiosamente, nunca quiso dar publicidad a sus logros. Aun-
puertas. Sin embargo, un par de meses después, la peste rebrotó que era consciente de la importancia de estos, no consideraba que
y se cerró la universidad hasta la primavera del año siguiente. pudieran tener interés para otros. A lo largo de su vida, siempre
E1 bienio formado por 1665 y 1666 es conocido como «los años minusvaloró sus descubrimientos, y solo los defendió cuando otras
maravillosos», pues füeron Jos más fructíferos en la historia de la personas intentaron arrebatárselos. Su afán perfeccionista, por
ciencia. Newton modificó Jos cimientos de la matemática y la físi- otra parte, le impedía dar a conocer nada que no hubiera trabajado
ca e inauguró la era de la ciencia modema. É1 mismo explicó, en hasta la extenuación. Todo lo que publicó fue siempre por petición
una nota escrita cincuenta años después, cómo realizó aquellos de sus amistades y después de muchos ruegos.
cruciales descubrimientos:

A comienzos de 1665 descubrí el método de las series aproximativas


y la regla para reducir cualquier dignidad de todo binomio en dichas Y DE LA MANZANA, ¿QUÉ?
series, En el mes de mayo del mismo año descubrí el método de las
tangentes de Gregory y Slusius, y en noviembre obtenía el de Pero antes del regreso de Newton a la universidad es obligado
las fluxiones. En enero del año siguiente desarrollé la teoría de los detenerse en la que es considerada su anécdota más famosa, es
colores y en mayo había empezado a trabajar en el método inverso ^e°ir, la que asegura que descubrió la ley de la gravedad mirando
de las fluxiones. Ese mismo año comencé a pensar en la gravedad a caída de una rnanzana.

LAS LEYES MATEMATICAS DEL UNIVERSO LAS LEYES MATEMÁTICAS DEL UNIVERSO
mercia de los cuerpos en movurüento. Mientras QUe ,
Ho^nnoce si el episodio es cierto o falso, varios de
„0 baldlo se limitaba a apuntar ideas que ie su^ el ^er-
„ g£££Z --—
john Conduitt (1688-1737):
10 relató'por *** " rtura, lo que anotaba ahora eran solv,ciones a i«* mante,a
‘1 de estudio altemativas. Así, desarrolió la iL? emas *
fue«ás en los impactos y perfeccionó lo que en el fute”!“
, , Y mientias meditaba en un jardín, le vino al pensanúento la idea
movimiento. las
IsuseitadB por la caida al soelo de una tnanzana- de que el poder ieyes «—

de laeravedad „ose Unntaba aunacierta distanciade laTierra, sino E1 estudio sobre los colores fue otro de
jyt»1''*-
sus fno™ ^
uc sUS lOCOS rto '
Ai parecer, tras estudiar ia obra sobre los colores de Rotnf”'
nue este poder debía extenderse mucho más aUá de lo que normal-
y la Micrographia de Robert Hooke, rechazó sus
mente se creía. «¿Por qué no hasta la luna?» Se djjo a st mismo. Y s¡
esto era así ese hecho deberia influir en su movimiento y, quúá, íanzó a formular una teoría diferente. Comenzó realizando IL1
retenerla en su órbita: lo que le llevó a ealcular cuál sería el eíecto rinientos con prismas y terminó planteando una teoría del cT,
que revoiucionó los conceptos vigentes en la época.
de esa suposición.
Sus investigaciones no le impidieron proseguir con su traba'
Newton contó esta historia cincuenta años después de haber- en la universidad. E1 2 de octubre de 1667 consiguió el título de
se producido, lo que hace sospechar que, tal vez, lo hizo para ali- mvnorfellow, nombre que recibian los becarios de investigación
mentar una imagen de genio que no necesitaba Ciertamente, no con baja especialidad. Ocho meses después alcanzó el nivel deTno-
parece propio de su carácter sacar conclusiones mjant.es después joi-feüow. Ese mismo año de 1668 obtuvo el título de Master of Arts
de una mera observación. Su método de trabajo se basaba en el que llevaba aparejada la obligación de ordenarse en la Iglesia angü-
rigor y la constancia, por lo que parece más probable que, tras cana en un plazo máximo de siete años. Esta situación le acarreó
observar la Luna durante meses, extrajese la hipótesis y luego la numerosos problemas, que casi le hicieron abandonar sus estudios.
demostrase mediante ecuaciones. Ya en 1664, según comentaba AI parecer, la relación con los compañeros, salvo con Wickins
Wickins, su compañero de cuarto, había pasado incontables no- siguió brillando por su ausencia. Resulta llamativo que, pese a vivir
ches en vela estudiando la aparición de un cometa, actitud que en el Trinity College durante veintiocho años, no dejara apenas
encaja mejor con la idea que tenemos de Newton. recuerdos en sus colegasfellmv. Posiblemente, mientras Newton
vivía obsesionado con sus investigaciones. Wickins contaba una
anécdota que da fe de la entrega de Newton: tenían un gato en la
habitación que llegó a engordar varios kilos solo con la comida
REGRESO A LA UNIVERSIDAD que el dentífico dejaba en el plato sin tocar.

A1 volver a la universidad Newton retomó el mismo ritmo de traba-


jo que se había impuesto en los meses anteriores a su cierre. Espo-
rádicamente, se ocupaba de varios problemas matemáticos en tor- EL ALQUIMISTA
no a tangentes y cuadraturas. A pesar de todo, a íinaies de 1666 dio
el trabajo por terminado y pospuso el asunto un par de años. Entre las obsesiones que robaban el sueño a Newton se encontra-
Durante ese tiempo, centró su mirada en otras materias. En ba el estudio de la alquimia. En 1669, en su primera visita a Lon-
su cuademo Quaestiones, bajo ei epígrafe Sobre el movimiento ^res, sus cuentas reflejan una importante adquisición de material
violetito, se adentró en la mecánica planteando el principio de la ^horatorio relacionado con aspectos químicos: un homo, un

LAS LEYES MATEMÁTICAS DEL UNIVERSO


LAS LEYES MATEMÁTICAS DEL UNIVERSO
«rimentos, su cabello se tomó blanco. Wickiiv» t
1’1““1™c°w,“a"'- en broma a qUe f*‘nsaba demasiado. ’ embar8°» lo
tratados alqufmicos. __ oontacto con la aJqnimia duran- ^ Aunque Newton mantuvo oculta su afición por k .
"te toda su
A c,» vidtq SUS PíV'ritn«
virla. Slla e«:ritos y
v los
lr,o la ^quimia
Esposibleque. ciark. yaque en aquellaépoca
te su estancia en caw jmotaoiones sobre productos y fónnulas U que estaba al comente de las diversas tendencias ^
alrvderior de 1670. según contó el V 'a y Que se carteaba con otros ^C’onados. n a ma"
rnedicinales. Lc' £» habitarión varios honios para realizar ter,i(ino de ellos fue el inglés Robert Boyle, quien ft* m fervj„.
«jnu.nx.sta, pero que, aJ mismo tiempo, es considerado el padre de
sssüsst »-«—• •«“* ■"« *— Z química modema. En su op.mon, los conocimientos sobte om
' úca alcanzados hasta aquel momento caredan de la consistenda
sUficiente para conformar una ciencia Por eso, en au obra princi-
paJ El químico escéptico, msLstía en la experimentación cientiflca
LA ALOUIMIA para convertir en verdaderas Jas teorías presentadas. También
Pese a que se considera oue la alqur- abogaba por emplear una terminología estándar para expl.car los
mia habia naodo en Chma. fueron los nuevos productos y las reacciones entre ellos.
crent.Ticos árabes los que potencra-
ron ei trabajo en laboratorio. El pnn-
cipio formuiado por Platón segun el
cual unos elementos se podtan con-
vertir en otros fue lo que dotó de EL GENIO SE DA A CONOCER
fundamento a esta disciplina. Por una
parte. I a alquimia llevaba a cabo ope-
raciones químicas habituales como Apesar de que Newton había revolucionado la ciencia, segiria sien-
evaporacíones. destilaciones o estu- do un estudiante desconocido. Soio las personas más cercanas,
dios de las propiedades de los ele-
mentos, pero por otra. seguia intere- aun sin saber de sus logros, percibían su valía, especialmente Ba-
sada en la transmutación de los rrow. Aunque sus primeros contactos no fiieron muy prometedo-
metales. la búsqueda del elixir de la res, ia relación entre Newton y Barrow fue estrechándose y, en
vida o la búsqueda de la piedra filo-
sofal. que permitía convertir el plomo 1669, este último le pidió que revisara un manuscrito sobre leccio-
en oro. A partir del siglo x«, su carác- nes de óptica que deseaba publicar. Newton cumplió con su co-
ter esotérico le valió el rechazo de los científicos. Se convirtió en una ciencia
metido, a pesar de que las teorías de su colega debieron de pare-
oculta, y los alquimistas tuvieron que trabajar en secreto. A pesar de todo, en
el siglo xvi la alquimia vivió un cierto resurgir: al aumentar la demanda de cerle desfasadas. EI trabajo satisfizo a Barrow, que, al año
productos industriales, crectó el estudio de los productos químicos y sus apl¡- siguiente, contó con él para revisar sus lecciones de geometría.
caciones. Contó con figuras de relieve como Paracelso (1493-1541), alquimis-
Todo indica que su relación debió de ser fluida y que Barrow co-
ta y médico suizo que usó conocimientos alquimicos en el mundo de la me-
dicina. Gracias a él, la industria farmacéutica comenzó a trabajar con nocía los descubrimientos de Newton.
preparados quimicos minerales, convirtiéndose en los primeros medicamentos Como se ha comentado anteriormente, en 1668 Nikolaus Mer-
artificiales producidos en laboratorios. Sin embargo. en el siglo xvim, los suce-
cator pubiicó Logarithmo-technica. En esta obra, además de estu-
sivos avances en el campo de la química, cada vez más rigurosa y racionaJ,
acabaron por desterrar definitivamente esta disciplina. diar los logaritmos, Mercator utilizaba series infinitas para hallar
el área de la hipérbola. E1 matemático inglés John CoLIins le envió
^ cjemplar a Barrow, quien le respondió que un amigo suyo ya

62 US LEYES MATEMATICAS DEL UNIVERSO matemáticasoeluniverso


LAS LEYES
pocos días se lo envió a CoUins, a través de
Lle quién era el autor y solicitándole, además ^
, nianuscrito una vez le.do. Collina se entusiasm^',^01^
JOHN COLUNS

El ¡nglés John Colllns (1625-1683) contr.buyó a difundir por el continente


fa -nialidad de los metodos que se expbcaban 2 •?^scub*
Ltencia a Barrow, Collins descubrió que el auf" ' Tras m-
europeo los descubrimientos matemáticos de la. época. Tras la guerra c.vil
fnqlesa se dedicó a la navegación durante s.ete años. s.n deiar de profund.zar ¿o dio por sentado que Newton estL ***<»■
en as matemáticas. Posteriormente. ejerció de maestro hasta 1660. año en nocidos sus méritos, CoUins copió el manuscrito v 1 V6t tec°-
aue aceptó un puesto de administrativo. Fundador de una llbrer.a. se dedicó
tnsrlo sin permiso. Así, se lo envió a matemáticorcr,am0*
a publicar libros propios y ajenos. Entre los suyos f.guran obras sobre aritmé-
tica relojes de sol o trigonometría aplicada a la navegac.on. Publ.có las Lec- mantenía correspondencia, como David Gregnrv p , 08 qUe
cioñes de Barrow y el Álgebra de Wallis, asi como ediciones de obras de Giovanni Alfonso BorelÜ. Luego, escribió a Newton'^ 0
Apolonio y Arquimedes. Pero la labor por la que ha pasado a la hlstoria es por dole si podía leer la obra en una reunión de la Royal Soc^T^'
haber sido el nexo de unlón entre los matemáticos del momento. Desde su
puesto de bibliotecario en la Royal Society. enviaba libros recién publicados recibir la negativa del científico, Collins se dio cuenta d?' ^
a todo aquel que lo deseaba, acumulando una impresionante correspondenc.a habia extraiimitado y mantuvo en secreto las copias Z'fl?
entre matemáticos como realizado. la
Wallis. Barrow. Leibniz. \ \=---
Gregory o. por supuesto, Tanto CoUins como Barrow trataron de convencer a W
Newton, En 1712 la Royal de que pubücara su trabqjo. Ambos le sugirieron que el texto
Society compiló las mlsi- rase como apéndice de un libro de Barrow que estaba a punto de
vas y las publicó con el
ver la Iuz, pero el genio se mostró inflexible.
título de Commercium
epistolicum. La obra fue U práctica sugerida por Coilins y Barrow no era inusual
utilizada como prueba en Cuando un matemático publicaba un libro, solían añadirse apén
la polémica en torno al
descubrimiento del cál- dices con textos de otros matemáticos que guardasen relación con
culo entre Newton y el asunto de la obra. Esto sucedía así por la diflcultad que entra-
Leibniz. Pero, sobre todo, ñaba publicar un übro sobre matemáticas en aqueüa época.
fue la primera persona
que dio a conocer al En cualquier caso, los tímidos signos de apertura de Newton
mundo el genio de Isaac Entrada de !a Royal Society. en la que John Collíns tue fueron aprovechados por sus colegas. Barrow le pidió que revisara
Newton. bibllotecario y nexo de unión entre los matemáticos de la época.
y ima traducción al latín del Álgebra de Gerard Kinckhuysen
que pretendía pubiicar CoUins. Las observaciones que hizo Newton
aunientaron su fama entre los matemáticos. Sin embargo, una vez
más, exigió que su nombre no apareciera.
había hecho lo mismo hacía dos años. En cuanto tuvo noticias,
Gollins solicitó más información. Barrow, entonces, pidió a Newton
que pusiera por escrito sus resultados para enseñárselos a Collins
y reclamar su pateraidad. ROMPER el aislamiento
Newton escribió así De analysi per aequationes numero
terminorum infinitas (Sobre el análisis por series injvnitas). El aislanuento en que hasta entonces había permanecido Newton
En él demostraba que empleando el desarrollo en series de po- n° era ^fr^cuente. Durante el Renacimiento, la figura del estudio
tencias se podían calcular series armónicas mediante logaritmos. 80 matemático era más bien ia de un sabio soütario que investiga-

64
LAS LFy'ES MATEMÁTICAS DEL UNIVERSO
LAS LEYES MATEMATICAS DEL UNtVERSO
ba y en ocasiones, diwúgaba sus resultados. Eran pocos los mve*.
beadores profesionales que pudiesen vwu de las matematrcas.
ferI1BI grupo de Mersenne acabó fusionándose con .
Cuando mucho. alguno conseguía una cátedra que le perm.tfa
formado por los bibliotecarios reales Herre y Jacques IW,,!'™11”
d^roUar su labor docente nuentras invesügaba sus prop.as teo-
Lón constituyo el germen de la Academia de laa
ritscomo le sucedió a Newton. Hoy en dia, inmersos en la era de
Zís Un caso parecido fue el del círculo inglés smL “ de
la información, en la que cualquier hecho que octure en un Lugar
de la Tierra puede ser inmediatamente conoc.do en la otra punta, Jtiácono alemán Theodore Haak (160M690), conotíZc^
nuede resultar eompücado iniaginar el aislanuento de un científico Grupo 1645, y que más tarde dio lugar a laRoyal SociL
del pasado mfienio. En ia actualidad, cualquier científico puede Otro círculo relevante se formó alrededor del filósofo v .«a?
trabajar codo con codo con compañeros que se encuentran física- ftancés Nicolas Malebranche (1638-1715), sacerdote delacon!?
mente muy alejados, pero en el siglo xvi no era así. gación del Oratorio de San FeUpe Neri. Este se reunía en la
por otra parte, algunos cientificos que no ansiaban reeonoci- congregación con figuras de la talla de Pierre Varignon, el mamufe
miento, como Fermat o Newton, se resistían a publicar sus descu- de L’Hópital o Johaim BeraoullL Malebranche no solo dio a conocer
brimieñtos. No fue el caso de Güles de Roberval (1602-1675), quien los descubrimientos de Newton y Leibniz en Europa, sino que editó
ocultó sus logros por razones más prosaicas. E1 matemático fran- la obra de L’Hópital, la primera que se imprimió sobre el cálcuio
cés, uno de los precursores del cálculo, ideó el llamado «método
de íos indivisibles», que servia para calcular la cuadratura de las
superficies y el volumen de los sólidos. Sin embargo, no divulgó
su haliazgo durante cuatro décadas para no perder la cátedra Ra- LAS SOCIEDADES CIENTÍFICAS
mus en el Collége Royal. Gracias a ello, cuando debía defender su
plaza frente a otros candidatos cada tres años, siempre podíapro- Aunque los círculos científicos ayudaron a expandir ei conodmien-
poner problemas que estaba en disposición de resolver. No obs- to, su verdadera difusíón Uegó con la contmuación lógica de estos:
tante, ai no pubiicar apenas nada en vida, la autoría de sus descu- las sociedades científicas. La primera de la que se tiene noticia se
brimientos quedó en entredicho. creó en Roma en 1603 y era conocida como Accademia dei Lincei
Esto explica que las teorías pudieran tardar meses o años en (Academia de los Linces). Fue auspiciada por el príncipe Federi-
ser conocidas por otros cíentíficos. Sin embargo, la situación co- co Cesi y su labor se prolongó hasta la muerte de este en 1630. La
menzó a cambiar en ese mismo momento. En primer lugar, empe- figura más prominente de la academia fiie Galileo Galilei. En 1623
zaron a surgir los círculos, en los que una serie de científicos se esta publicó una de las obras mayores de Galilei, El ensayador,
reunían para intercambíar información sobre cualquier descubri- que incluía una de sus frases más celebres: «Las matemáticas son
miento del que tuvieran noticia, fuese suyo o de otros, Uno de los el alfabeto con el que Dios ha escrito el universo».
más conocídos fue el Círculo de Mersenne, un grupo matemático En 1657 el duque de Toscana, Femando II, y el príncipe
que se reunía en tomo al sacerdote francés Marin Mersenne, teó- Leopoldo crearon en Florencia la Accademia del Cimento (Aca-
logo, matemático y descubridor de los números primos que llevan demia del eccperimen to). A eUa pertenecieron dos discípulos de
su nombre. En su celda del convento de L’Annonciade de París se Galileo: EvangeUsta ToiTicelü, inventor del barómetro, y el físico
congregaban de forma periódica una serie de matemáticos para y matemático Vincenzo Viviani, a quien se debe el teorema que
intercambiar ideas y conocimientos. Aunque no todos podían asis- ^hhncia que la suma de las distancias desde un punto a cada uno
tir físicamente a las reuniones, al círculo pertenecieron, entre e los lados de un triángulo equüátero es igual a la altura dei triáiv-

LAS LEYES MAT£MÁTICAS DEL UNIVERSO matemáticasdeluniverso


LASLEYES
i cíentíficos entraron como profesores en el Grpcno ^
, ntTOS ¡ntegrantes fueron el físico y matemátíco Giovanm
gulo. Otros ínt g cQ Marcello Malpighi. dn ftindaron la Koyal Society of Londor, for the vrT
°Uege'
°1666 Jean-Baptiste Colbert, ministro de Luis XIV, ereó en T
knowledge (Real Sociedad de Londres para^ DT0tl°n of
En 1666 Jean P e Uevó a cabo sus actividades f conocimient0 natural). Durante Ios pnmeros qumcc ™0Clún
\l Revoiución francesa Entre los objetivos fundacionaies ft.
tosto Ia Revoluaon ^^ ^^ y conw
Ítecbor fue el matemabco aficionado lord Brouncker y a ““ S"
Íchó érdto rápidamente: solo entre el 20 de mayo
de las ciencias y sus aplicaciones». Entxe sus fon- C o de 1662 se mvito a 119 nuembros. y de
secontaban Descartes, Fermat oPascal. Como en otras jUJU A diferencia de otras academias, la Royal Society no cont.n
academias, incon»oró a núembros exti-anjeros. Así, en 1669 ingre. c0n respaldo económico de ningún tipo. Esto les hizo atrav^
saron en ella Bemoulli, Viviani y el propio Newton. con frecuencia apuros econoimcos, sobre todo al ptfeciniolZ
A gnaies del siglo xvi se creó en Berlín la Academia Prusiana cambio, no les afecto cuando menguaron las fuentes de fiLrt
de las Ciencias a instancias de Leibniz, su primer presidente. Pue ción, como les ocuirió a las academias italianas, 10 que contribu^"
respaldada por ei príncipe Federico HI. elector de Brandenburgo. asulongevidad.

A diferencia de las anteriores, esta academia se preocupo tanto de Desde el principio, uno de los intereses de la Royal Societv
las ciendas como de las humanidades, y a eUa llegaron a pertene- fue el estudio y el desaiTollo de las ciencias más experimentales
eer Voltaire, Diderot o Immanuel Kant. Su filosofía se resumía en el lema de la sociedad: Nulluis in ver-
ba (En palabras de nadie). Esto significaba que, con independen-
ciadel prestigío del investigador, soio se aceptaría aquello que
pudíera ser demostrado. Se planteó que en cada reunión se pre-
LA ROVAL SOCIETY sentaran varios experimentos y se creó Ia. figura del curator para
planificarlos, cargo que recayó en Robert Hooke. Asimismo, se
Pero, sin duda, la sociedad científica más importante que se creó nombró bibliotecario a John Collins y secretarío a Henry 01-
en esa época, y que sigue vigente en la actualidad, es la Royal denburg. Este último, que ocupó el cargo hasta su muerte, realizó
Society. una labor primordial haciendo de nexo de unión entre los cientí-
A principios de la década de 1650, había siu'gido en Oxford un
ficos de toda Europa. Todas las cartas le Ilegaban a Oldenburg,
círculo filosófico alrededor del clérigo naturalista inglés John
quien, tras guardar una copia, Ias remitía a sus destinatarios. De
Wilkins (1614-1672), a la sazón director del Wadham CoUege. En
esta manera, quedaba constancia de quién trataba por primera
sus propias dependencias se reunían una serie de científicos inte-
vez un asunto determinado, evitando disputas posteriores sobre
resados en debatir sobre la nueva ciencia, especialmente sobre el su autoría.
método experimental. A ese círculo pertenecían, entre otros, John
Wallis, Robert Boyle, Robert Hooke o el filósofo y teólogo alemán
Henry Oldenburg. Mención aparte merece el matemático y arqui-
tecto Christopher Wren, quien diseñó algunos de los mejores edi-
L0s MEDIOS DE DIFUSIÓN
ficios londinenses tras ei gran incendio de Londres de 1666.
Tras la restauración de los Estuardo (1660), el círculo de Fn I
Oxford se disolvió y muchos de sus miembros se instalaron en pro reuniones *a Royal Society se realizaban experimentos
Londres, donde siguieron las reuniones de manerainformal. Varios per^116^08 ^°r ios m^em^ros 0 P°r propío encargado de ex-
entos, y se leían cartas y manuscritos de los socios que

68
LAS LEYES MATHMATICAS DEL UNIVERSO

69
LAS LEYES MATEMÁTICAS DEL UNIVERSO
informaban de avances o consultaban dudas. Pero a esas reU.
niones no podían asistir todos Igs socios, ya que muchos vivían robert hooke

i jno de los científícos más completos del


lej°Este escollo lo salvó la aparición de las revistas científicas, íqlo xvii es el inglés Robert Hooke <1635-
con frecuencia vinculadas a las sociedades. La primera revista de 1703). abordó disciplinas como la
divulgación como tal fue el Journai des Sgavans, aparecida er\ tronomía. la química, la biologra, la
qeología, la anatomía. la cristalografía,
París en enero de 1665 y fundada por el asesor parlamentario De-
\d meteorologta. la mecánica, la óptica. la
nis de Sallo bajo los auspicios del ministi o de Luis XIV Jean-Bap- arquitectura, etcétera. Diseñó multítud
tiste Colbert En realidad, no era solo científica e incluía legislación de instrumentos científicos, algunos de
y necrológicas de personas influyentes. En eUa se pubücaron tra- los cuales se siguen utilizando en la ac-
tualidad. Comenzó su carrera científica
baios de Descartes, Huygens, Hooke o Leibniz.
como ayudante de Robert Boyle, hasta
que fue elegido curator de la Royal So-
ciety. También fue secretario, pero solo
«No hay nada más necesario para promover los avances de los durante un breve período, y trabajó
como arquitecto junto a Christopher
asuntos fílosóficos que la comunicación de los mismos.» Wren diseñando edificios para la recons-
_ HENUY OldENBUBG, EN LA CATTA DB mSENTACIÓV DE LAS PHlLOSOPBtCAL ThANSAWONS. trucción de Londres tras el incendio de
1666. Lamentablemente. muchas de estas obras se han perdido. Era un cien-
tífico con una ínventiva extraordinaria, pero abarcaba tantos temas que sufria
Un par de meses después, en marzo de 1665, apareció Pki- carencias en muchos de ellos, con lo que sus brillantes ideas no siempre lle-
gaban a buen puerto. Debido a ello, se vio erwuelto en numerosas polémicas
losophical' Transactions, que fue la cabeeera más importante de a lo largo de su vida. Si algún científico presentaba una nueva teorla, era
la época y que sigue editándose en La actualidad. Inicialmente, frecuente que a él se le hubiera ocurrido antes, aunque no la hubiese forma-
surgió como un encargo personal del secretario Henry Oldenburg, lizado. Eso fue lo que le ocurrió con Newton en sus disputas sobre los colores
pero más tarde se convirtió en el órgano oficial de difusión de la o la gravitación. También protagonizó sonoras polémícas con Oldenburg y
Huygens. La relación de Hooke con Newton recuerda. en ocasiones. a la de
sociedad. Salieri respecto a Mozart. £n este caso, sin embargo, Newton, a la muerte
Desde el principio, resultó patente la importancia de la revis- de Hooke, se encargó de hacer desaparecer prácticamente todo rastro de los
ta en la divulgación de la nueva ciencia. Fue el modelo en el que logros de Hooke. En cualquier caso, su valía como científico resulta innegable,
se fijaron las revistas científlcas que salieron después. En ella se y Hegó a ser bautizado como E! Leonardo de Londres.

incluían reseñas de publicaciones, semblanzas de matemáticos


faüecidos, cartas de los miembros o requerimientos de otros so-
cios. También fue laprimera en que se establecieron unas normas
de pubücación. DE ESTUDIANTE A PROFESOR
Por último, entre las publicaciones relevantes aparecidas en
el siglo xvn, también destacó Acta Eruditoru.m. Fue fundada por En 1669 Isaac Barrow decidió dejar la cátedra Lucasiana y propuso
el íilósofo y científico aiemán Otto Mencke, en 1682, a instancías aNewton para que lo sustituyera. Ciertos historiadores sospechan
de Gottfried Wilhelm Leibniz. Se trata de la primera revista que Que Barrow, al conocer la obra De anatysi, reconoció que su dis-
publicó, en 1684, un artículo sobre cálculo infinitesimal, en este ^ipulo era superior a él y prefirió dar tm paso atrás. Una segunda
caso escrito por el científico y fllósofo alemán. Pótesis sostiene que BaiTOw aspiiaba a puestos más elevados,

70 LAS LEYES MATEMATICAS DEL UNIVERSO 71


LAS LEYES MATEMÁTICAS DEL'UNIVERSO
™es al afío siguiente fte nombrado capeüan real, y tres años máa n ^ no tem'an obligación de asistir
LXdTectordc! Trinity CoUege. Sin embargo, no parece que fa*
n° se la tomaban muy en serio- y. cuando la
Sbtowrio renunciar a la cámdra para desempenar esas labores.
telU LO cierto es que la labor de profesor no constituyó „na
SU biografía de Newton, plantea una tercera posibiü-
« para Newton: en época escolar vffljaba con frecuencia auf'
ITesto es que Barrow se considerara mas teologo que cientfflco
fja asistir al Parlamento. A pesar de que durante cinco ®
v renunciara para dedicarse por entero a la teología. Fuese conto
tóidió en Cambridge, mantuvo su plaza hasta 1701 n°
Lese lo cierto es que Barrow designó a Newton para sustituirle en
la cáíedra y como entonces no existían oposiciones ru concursos

de méritos, 'la contratación fae directa y sin mtermediarios.


E1 catedrático lucasiano debía impartir una conferencia sema.
NEWTON, inventor
nal sobre matemáticas y otras diez aJ año. Barrow ya se había
saltado esta norma limitando las conferencias a un solo trimestre.
Apenas un mes después de que le concedieran la cátedra, Newton
Lo mismo hizo Newton, que solo entregó cuatro manuscritos. Es-
pasó en Londres un par de semanas. Allí aprovechó para realizar
tos, además, se paredan más a guiones de clase que a conferencias
totálmente estructuradas. Esta falta de interés quizá se deba a que compras de objetos relacionados con la óptica y la alquimia. Du-
estaba enfrascado en el estudio de los colores. Hay constancia de rante la visita tuvo ocasión de reunirse con el bibliotecario de la
que ei año anterior había comprado varios prismas con los que Royal Society, John Collins, al que comentó que, tras pulir lentes
estaba reaiizando experimentos sobre la luz. De hecho, las prime- y cristales con un método propio, había construido una suerte de
ras clases que impartió fueron sobre óptica. Conviene recordar catalejo. Este, a pesar de ser muy pequeño comparado con los de la
que por aquel entonces la óptica, así como la astronomía y la es- época, permitía conseguir hasta 150 aumentos. Collins le solicitó
tática, se consideraban parte de ias matemáticas aplicadas. que lo mostrase a la RoyaJ Society y Newton accedió.
Como profesor no se puede decir que Newton cosechara un Ya en su juventud, Newton se había caracterizado por su fa-
éxito apoteósico. A pesar de la fama que alcanzó como científico, cilidad para construir objetos con sus propias manos: maquetas,
muy pocas personas recordaban sus clase9, que contaban con muy relojes de sol y casas de muñecas para sus amigas, entre otras
poca asistencia. Es probable que las dedicase a los experimentos creaeiones. Esta habilidad no le abandonaríanunca, lo que le per-
o teorías que estaba desarrollando, con lo que casi nadie debía de mitió construir aparatos con los que pulir cristales con una perfec-
poder seguir sus razonamientos. E1 teólogo y matemático William ción insólita hasta entonces.
Whiston (1667-1752), discípulo de Newton y su sustituto en la cá- Incluso al final de su vida recordaba con orgullo aquella cons-
tedra, comentó que había asistido a algunas de sus conferencias, tcircción, y así se lo refirió a Conduitt, su biógrafo: «Le pregunté a
pero que apenas entendió nada. Por su parte, su ayudante, Hum* quien se lo había encargado y me djyo que lo había hecho él mismo.
phrey Newton, conflrmó su escaso poder de convocatoria: «Cuan- uando le pregunté dónde había conseguido las herramientas, me
do Newton impartía sus conferencias, eran tan pocos los que iban que las había hecho él mismo, y, riendo, añadió que si hubiera
a escucharie, y menos aun los que le entendían que, a menudo, a 0 TJe confiar en otras personas para que le hicieran sus he-
falta de oyentes, leía para las paredes». ^uúentas u otras cosas, nunca hubiera hecho nada».
No obstante, no parece que Newton se explicara mal, ya Que pre n Barrow asistió a una reunión de la Royal Society y
lo mismo le ocurría a la mayoría. E1 propio Barrow se había que'
asi^en^ telesc°Pio de Newton, que causó asombro entre los
jado de que a sus conferencias acudían muy pocos alumnos, y eutes. Taxnbién se lo mostró al rey Carlos n. Fue tal el revue-

LAS LEVES MATEMÁTICAS del universo


LAS LEYES MATEMAT.CAS DauN.VERSO
„ |3 estructura de la Via Láctea. E1 telescopio de GaUIeo estah
aue los socios ausentes no tardaron en pedir in-
innri
j“,3d0 por dos lentes: el objetivo, que es laqqese áin^T^
'que OC ^ r’ el aparato. U propia Royal Society, a fin de ase.
f observado, de forma convergente, y la ocular áonáfí f
^TnaTemidad del descubrimiento, elaboró un detailado
je ° ia vista, de forma divergente. e se c°lo-
T v fn envió a todos sus miembros. Tambtén contrataron a
^El astrónomo Johannes Kepler diseñó otro telescopio simii.
íorme y lo reproduiera el artefacto, pero fue un desas-
con ia perfección alcanzada aunque uubzando dos lentes convexas. Nuncallegóacon^o'
Lro, años mas tarde, lo hrzo el astrónomo alemán Chr^w
gcheiner (1575-1650), inventor del pantógrafo. Este tipode
P01 nTkiopio superó tan ampliamente a las herranúentas qUe
se tenían hasta el momento que permiüó a Newton entrar en la t0s son conocidos como «telescopios de refracción». U refracctón
es el cambio de direcctón que sufre un rayo de luz cuando pasa de
RoyaJ Society por la puerta grande.
un medio a otro de distmta densidad. Es muy fácil de observar
pues basta colocar un lápiz en un vaso de agua y comprobar cómó
este parece quebrado. En e) esquema básico del telescopio de re-
LA EVOLUCIÓN DE LOS TELESCOPIOS fraceión la lente ocular puede ser convergente, como en Kepler
(figura 1), o divergente, como en Galileo.
Acosrumbrados a los avances tecnológicos, parece que algunos Con idea de eliminar la aberración cromática, el astrónomo
nos hayan acompañado siempre. Es el caso de los telescopios. Sin y científico escocés James Gregory (1638-1675) diseñó un telesco-
embargo, los primeros de los que se táene constancia se remontan pio que sustituía las lentes por espejos parabólicos. Es conocido
a principios del siglo xvu, menos de setenta años antes de que que, en un espejo parabólico, los rayos paralelos que llegan a él
Newton revolucionara ia observación astronómica. convergen concentrándose en el foco. Este tipo de telescopio se
E1 primer teiescopio del que se tiene noticia se atribuye al Üama «de reflexión». E1 diseño de Gregory contaba con un espejo
óptico alemán Hans Lippershey (1570-1619), que inventó un apa- agujereado al que llegaban los rayos de luz y, al reflejarse en otro
rato. formado por una lente ftja y otra móvil, capaz de aiunentar el espejo secundario, se dirigían a la lente ocular. El esquema de
volumen aparente de objetos lejanos. Lippershey trató de patentar dicho telescopio es el que puede verse en la figura 2.
su aparato en 1608. pero no lo consiguió.
Pese a ello, la información llegó a oídos de Galileo Galilei. Este
dedujo cómo debía de ser el telescopio del alemán y diseñó el suyo
propio en una sola noche.
No obstante, el primero en dirigir el telescopio hacia el cielo
fiie Thomas Harriot (1560-1621), astrónomo y matemático a quien
se atribuye la teoría de la refracción y la creación de numerosos
símbolos matemáticos. En 1609, meses antes de hacerlo Galileo,
enfocó su telescopio hacia la Luna, lo que le permitió dibiyar crá-
teres y mares de la superficie lunar.
Pero quien mayor rendimiento le sacó al telescopio fue el prti*
pio Galileo, quien descubrió cuatro satéütes de Júpiter, las mon-
tañas de la Luna, estrellas desconocidas en Orión y las Pléyades,

74
LAS LEYES MATEMATICAS DEL UNIVERSQ
GresMiy diseñó su telescopio en 1663, pero no encontró a na.
die capaz de construirlo hasta diez años después. Quien lo hi20
posible fue Hooke, pero por entonces ya se habia dado a conocer
LENTES y aberración cromática

el de Newton. . , Las lentes, en general suelen ser de dos tipos: converaent


E1 dentífico inglés tuvo noticias del teleseopio disenado p0r En |a lente convergente, los rayos convergen hacia tes 0 divergentes
Gregory y, tras mejorarsu diseño, construyó uno con sus propi0s d0 detrás de ella; en la divergente, los rayos dlverqen 6 ‘3 'ente-W
un foco tfírtual colocado delante. Los rayos que °í‘ partieran de
medios. En el telescopio newtoniano, el espejo parabólico rio está
de la fente no se desvían. Los demás se refractan sea ln i . G6ntr° ópíie°
agujereado y el segundo espejo, de foma plana, está colocado en indica que es constante el producto del fndice de refra • de Snel1, que
diagonal. E1 esquema podría ser el de la figura 3. por el seno del ángulo que forman los rayos con la normal f?" de Una lente
de las lentes es que sufren de aberración cromática Cuano ^ Problema
incide en un prisma, se descompone en colores primario. i Mn.rayo'de ,uz
en los bordes de las lentes. Por eso, es casi imposible volveraT,niT.° 'T
res en un mismo lugar. y las imágenes terminan con una coroi* °*
alrededor que empaña su visión. Aunque se intentó ampliar
probar con distintos tipos de lentes, como hizo Kepler, la áberractón podfa
reducirse pero no elimmarse. 1 P°Qía

/1 Foco
r
ÜV
's'4 t—*
Lente convergente o biconvexa Lentedivergente ob¡cóncavaXsv
I1

^ La ventaja del aparato inventado por Newton es que, además


^vitar la aberración cromática, con menos tamaño conseguía
mas aumento. El primer telescopio que construyó teníaalrededor
Esquemas de los
diseños de ^ ' CITl ^go y, sin embargo, aumentaba la imagen cuarenta
los telcscopios
creados por en ^ámetro. Más de un siglo después, el astrónomo alemán
James Gregory en
1663 y por Isaac
consf111 ^ersc^e^ (1738-1822), descubridor del planeta Urano,
Newtor. Gracias a suvn ^ versión mejorada del telescopio de Newton. En el
Gsíe. el inglés
pudo entrar en la jarse f0 ^al3Ía esPeJ° plano, pero sí reflector, por lo que, al refle-
Roysl Society en
1672.
^' ra^os llria sola vez, se perdía mucho menos luz en la ob-

LAS LEYES MATEMAriCAS DEL UNIVERSO


MATEMATICAS del universo
LAS LEYES
NEWTON EN LA ROYAL SOCIETY . ¿o a conocer a Newton entre los cientiflcos
J'comenzóacaitear^e. europeo9,con|0g

U impresión que causó el telescopio de Newton en U R0yal


Society se aprecia en la carta que le envió el secretario de la socie. .pjo he podido aún ilcgar a deducir dc
dad, Henry Oldenburg: esas propiedades t le la gravcda
■y no mtagino hipótesis.»
Habiendo sido examinado y aplaudido por nuestros más emínentes ~ IHMl
especialisias en la ciencia y la práctica de la óptica, estos corwitU.^
necesiirio poner a salvo esta invención de usurpadoras numos ex- U* problemas surgieron cuando s.. leori,. emperf a r» k
tranjeras. (...] dichos especialistas han elaborado un esquema de crtnias- Ina <le las pnmeras provmo d.- Kob,-rt II, K,ke con¿™[
este primer ejemplar enviado por usted, (...| y han enviado d'irho do un expefto en opüca. Hste. a.u,,,ue destaoó su lnl(,rPS JT*.
esquema y descripción a través del secrelario de ia KoyaJ s<H*iety con dim-ra el tratado. indicando que las h.imiesLs de Newton no
en carta solemne, a París, al seftor Huygens, con cl objeto de pr**ve- q,„K|aban suílr.enlemei,te demosiradas. Newton respondió con
nir la usurpación de dichos extranjeros, quienes pueden hab**r|0 (inu. WUmando ,,ue I l.u.ke no habia enlendido nada de su tn.baio
visto aquí, o tal vez, con usied, en Cambridge, yu que es denuwiiulo ) qur era inH*«ib|e ,|,M- en tan I»s’o.s dias hubiese podido reprodu-
frecuente que los nuevos inventos y artefactos sean arrehauulos d<. órsu expenmet.ro Hsto era .lerto. y ei propio Kooke conlesó n.ás
sus verdaderos creadores por intrusos. rielaiue que solo habla dedieado tuias lioras a est udiar el arüculo
Enesud»p..U descm|>eftri m, papel Imponante Uldenlmrg
La carta refleja la preocupación por los plagii« antes mencio que rectbia las . artas de ambos. Uldenlmrg. enemistado eon
nada. Pero, sobre todo, es ilamativo el caráeter marcadamente H«>ke. «i» l«yo en pubb. o las cartas de Newlon, lo que levantó
nacionalista que recorre la misiva. A1 parecer, lo que más les pre* Us iras del optteo li.toke, entonces, deci.liri prescindir de 01-
ocupaba era que un extrai\jero pudiera eopiar el disefto. denburay es,-nb.r .Urertaimmle a Newton. Bnlacurtaderespiies-
Lo Lmportante, en cualquier caso, era que en la <*arta se invi* u 6g.uauna de b» fraaes n.as famosiLs (le Newton: .8i he Uegado
taba a Newton a fomtar parte de la Royai Society. lngresó en la a.vr nas ley»s, lu sido |«>r.|ue he subido a hombros de gigantes..
sociedad el 11 de enero de 1672 y, ntás tarde, fue su presidente sennm. .a, s.i. en,l>argo. rto es onmnal tle Newion, pnes ya en
durante casi cinco lustros.
"uglo \u h«tbhi apam ido c*n la obra Mt‘lu¡oqicont do Juan de
halLsl*ur>

—n.niftc iio iutTon las linica.**. c nnsuaan


^>gt'ns, tXHtadcrado cl mejor cicnlifico europeo de Li época, ala-
«A HOMBROS DE GIGANTES»
trand en 11,1 Pnnicr momenío. pero poco a poro fue enc<ín-
^ ° e f^paros. C^uizá ia dLsputa mas encendida fue la que sos-
Lln mes después de ser elegido socio de la Royal Society, Newton
envió al secretario de La sociedad un tratado sobre los colores. en ^ÜscÍDifl11 JeSUÍta Francis Hall. que se prolongó con sus
ei que elaboraba un esquema de su teoría apoyándose en tres ex- traS mu'*rle del sacerdrxe. La» críticaH coáKidian en
e ^ipbtesis las aseveraciones de Newton. Esto le eiw res-
perimentos. Oldenburg le contestó que la lectura de su tratado
babía tenido una gran acogida y que sería publicado en Philoso* ^^ndia °m° feZa Una 5115 max,ITias- Hyphotese* nonjingo,
phwal Transactiotis. Ese articulo, asi conto otro sobre su telescO’ ^Ue ^ no hipótesLs. Lo cuaL sin enibargo. no
pre era cierto.

LAS LEVES MATEMATKAS DEL UNIVEUSO


n
LAS vSVES HATEMAKAS 0K JMVtHSO
„ue había vuelto a Cambndge tras la peste mós de doce afi«
u desesperaeión Se apoderó de Newton, que vela que las d6S se podían contar con los dedos de la mano las veCes nfu
. v,0lhahles le quitaban tiempo para lo fundamental-
^vteitado. En Woolsthorpe permaneció vaxios meses arregiam
sus eTmdL. Su enfado llegó al ptmto de que pidió a Oldenburg Üf os papeles de Ia herencia. Durante ese tiempo, aparcó
Z le dieran de baja de la EoyaJ Society, pero la peticion nunca Is y ejerció de terratemente poniendo al dfa sus asuntos y
se hizo efectiva. lando los contratos de arrendanuento. Su objetivo era dejarlo
en orden para centrarse de nuevo en la investigación.
4 a su regreso a Cambridge se resquebrajó otro de sus pilares
sn compañero de cuarto, Wickins, con quien había convivido des^
DE DESGRACIA EN DESGRACIA
de su llegada, fue nombrado rector de Stoke Edith y un año más
tarde abandonó el coUege. Aunque no hay constancia de conflicto
En 1677, las muertes de Barrow y Oldenburg sumieron a Newton
alguuo entre ambos, a partir de entonces su relación fue muy fría
en el aisíamiento. E1 primero fue su mentor, y el segundo, el único
e incomprensiblemente, apenas mantuvieron el contacto.
hilo que lo mantenía unido a la comunidad científica. Por otra
De pronto, Newton se encontró sin nadie a quien acudir en
parte, eon la intención de zaiyar la disputa sobre su teoría de los
caso de necesitar consuelo o consejo. Fue por esas fechas cuando
colores, decidió escribir una obra más completa que reuniese sus
múltiples experimentos y explicase definitivamente cuál era su mandó traer desde Grantham a Humphrey Newton, el estudiante
teoría óptica. Pero, por desgracia, después de haber terminado el que le sirvió de secretario y ayudante —labor que, hasta entonces,
manuscrito, $e prodiyo un incendio en sus habitaciones y perdió había realizado Wickins—. Sin embargo, en su vida aparecieron
todo su trabsyo. Newton se quedó tan afectado que tardó meses nuevas amistades. Sin duda, la más importante fue la que entabló
en recuperarse. Tanto es así que tardó veinticinco años en publicar con Edmund Haliey (1656-1742). Y es que, al convencer a Newton
de nuevo su teoría de la luz. de que diese a conocer su concepción del universo, le hizo entrar
En 1679 tuvo que regresar a su casa nataJ de Woolsthorpe, ya en la historia de la ciencia.
que su madre agonizaba. A1 parecer, su hermanastro Benjamin
había enfermado de unas fiebres malignas y su madre, mientras lo
cuidaba, se había contagiado. Durante los últimos días de su madre
Newton la cuidó con una entrega inédita en su relación. Según IA EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DEL UNIVERSO
cuenta su biógrafo John Conduitt:
Copémico había revolucionado la ciencia al plantear que el centro
Pasaba noches enteras sentado junto a ella, le daba él mismo las e ^verso era el Sol y que los planetas giraban en tomo a él. Sin
medícinas, curaba sus ampollas con sus propias manos y hacía uso
bl ,?°’ *eYes 9ue regían ese movimiento no se habían esta-
de su extraordinaria destreza manual para aliviar el dolor producido
ecip° con so^dez hasta que Uegó Newton.
por el terrible remedio que se emplea habitualmente en ias curas de
tada 6Se ^ *a teorra heliocéntrica de Copémico no fue acep-
esa enfermedad, con mayor entrega de la que nunca había demos-
ríonat^t0^OS’ S1 tuvo seguidores que, incluso, Uegaron aperfec-
trado en sus experimentos más interesantes.
^no f" ^°r e^einPto> et fiJósofo y sacerdote italiano Giordano
Ver acercarse el final de su progenitora debió de removerle la ^ateo E1 clérigo italiano fue el primero en diseñar
p*- cosm°lógica opuesta a la aristotélica, partiendo de los
conciencia y se volcó con ella como nunca había hecho. Y es que>
os c°pemicanos, pero defendiendo que el Sol era solo una

80 LAS LEYE5 MATEMATICAS DEL UNIVERSO

LAS LEYES MATéMATICAS DEL UNIVERSO

I
estrella más y que el universo era infinito y homogéneo. En su obra La Tierra es un circulo que es medida de todo Cim
La cena de las cenizas, planteó el movimiento de la Tierra con dodecaedro. EI círculo que lo circunscriba será
argumentos físicos, que solo fue superado con la Uegada de Gafi- a Marte con un tetraedro, el círculo que comprenda ,/*CUI^
leo. Desgraciadamente, no pasó a la historia por sus logros, sino ter. Circunscribe a Júpiter con un cubo. El círcui0 ***
porque la Inquisición lo quemó en la hoguera. Aunque las acusa- este será Satumo. Ahora inscribe en la 'Herra u,
ciones fueron principalmente de índole reiigiosa, su herética con- culo inscrito en este será Venus. Inscribe en Venus «T, B cfr'
cepción del universo contiibuyó a su triste finaL clrculo inscrito en él será Mercurio. Tíenes la raaón Aa . Q
Otra de las figuras imprescindibles de la segunda mitad del los planetas. nwnerode
siglo xvi fue el danés Tycho Brahe (1546-1601), que realizó las
observaciones astronómicas más perfectas hasta el momento. El Kepler poseía una poderosa intuición y creaba exceientes ar
rey de Dinamarca financió la construcción de lo que se considera pótesis de trabajo, pero defendía que cualquier teoría debía ser
como el primer observatorio astronómico de la historia. En la isla metida a La práctíca, es deor, a los datos que confirmaran esa teoA
de Hven se levantó el palacio conocido como Uraniborg, que al- Por otra parte, en astrononua no era raro que se seleccionaran los
bergabainstrumentos astronómicos diseftados por Brahe. Pese a datos que corroboraban una teoría y que se desechara el resto
que en la époea no existían los teiescopios astronómicos, Brahe Kepler era un excelente teórico, pero un deflciente observa
alcanzó una precisión en sus observaciones nunca igualadas. Era dor. De hecho, su obra anterior se basó en datos que, en parte
un pésimo teórico, pero un excelente observador, y contribuyó a resultaron erróneos. En este sentido, fue una suerte qlje entrará
la destrucción del cosmos aristotélico. Y ello a pesar de no ser en contacto con Tycho Brahe, que era justo lo contrario que él
copemicano. Brahe oponía al enfoque de Copémico uno propio Kepler estaba ampüando su obra El secreto del universo, pero para
según el cual la Tierra permanecía fija rodeada por la Luna y el eorroborar sus teorías, a pesar de llevar veinte aflos haciendo ob-
Sol, y los restantes planetas giraban alrededor de este. Sin ernbar-
servaciones, necesitaba más datos. Convertíise en coiaborador de
go, desde el punto de vista de las matemáticas, su sistema era
Brahe le permitió, tras la muerte de este, acceder a toda la infor-
similar al de Copémico. Brahe fue el primero que planteó que las
mación que acumulaba el danés. De esta manera, por ejemplo, fue
observaciones debían ser sistemáticas, y no reducirse a fenóme-
como descubrió que las órbitas de los planetas se ajustaban a una
nos extraordinarios.
elipse en lugar de a un círculo, como se defendia desde la antigua
Pero la figura más destacada en la astronomía del siglo xvi es,
recia. También comprobó que los píanetas se movían más rápido
sin duda, el astxónomo alemán Johannes Kepler (1571-1630). Des-
cuando se hallaban próximos al Sol.
de su infancia se interesó por los fenómenos del cielo y, con solo
En 1609 publicó su obra Astronomia nova, en la que aparecen
cinco años, observó el cometa que cruzó los cielos en 1577. Estu-
sus dos primeras leyes acerca dei movimiento planetario. La pri-
dió con el astrónomo y matemático Michael Maestlin, quien lo
mem de ellas reza que los planetas se mueven formando elipses
introdujo en la teoría heliocéntrica En 1596 publicó un primer li-
' h or ^ol, el cual se encuentra en uno de los focos de esas
bro, El secreto del universo, en el que defendía la teoría copemi-
cana y relacionaba ia creación de Dios con los planetas. Creía que rectaT' e^^cas' cuanto a la segunda, establece que una línea
fL (*Ue Sol con un planeta recorrería áreas equivaien-
solo existían los seis planetas que se conocían en ese momento
tiempos equivalentes.
porque estaban relacionados con los sólidos platónicos. Constru-
yó un sistema en el que cada poliedro regular se encontraba dentro £je e^n imagen de la figura 4, el planeta tardaría el mismo
J^Po en ir desde A hasta B que desde C hasta D, y las zonas se-
de una esfera y lo expiicó de ia siguiente manera:
"^adaa tendrían la misma área.

LAS L.EYES MATEMÁTiCAS DEL UNlVERSO

LAS LEYES MATEMÁTICAS DEL UNtVERSO


0 cometa fue viable durante cuatro meses _,
EsQuvmJ dti*
Mgunda ley d*l Observado por muchos cientfficos. E1 uso del t ° qUe pud<>
movímltnto
pUnetarlo d* fabía generaiizado entre los investigadores, sobre ?2fC°pi° w
Johtnnes Kepl«r-
Íejora* aportadas por; Newton. lo que penruüó que
L cometa ffiese segrnda con más precisión. Es co^ f ^011
¡enrifieo inglés siguió su trayectoria a diario ™c,Ue
Sin embargo, las características de estos cuemos
taban claras. Muchos cientfficos seguían considerandore?0 *
turaleza era más atmosfenca que celeste, es decir, que
más relación con el entomo de la Tierra que con el pLf,
EsU opúdón era defendida, por ejemplo, por Robert HookfT'0'
el astrónomo real John Flamsteed (1646-1719) Este últim PW
IUV0 una fuerte discusión con Newton sobre el cometa ,2
anuel año: mientras que él sostenía que el cometa había giral
La tercera ley de Kepler no apareció hasta 1619 en La armo- dentro de su órbira, antes de Uegar al Sol, Newton defendía flne ló
nia del mundo, su obra magna, que recogía muchos de sus traba- había rodeado antes de seguir su camino. H
jos sobre poliedros, música, astrología y astronomía. Sostenía lo Algunas anotaciones hacen pensar que, por esos años, Newton
siguiente: «E1 cuadrado del tiempo empleado por un planeta en aún no habia extendido sus fuerzas gravitatorias a todos’los cuer
recorrer su órbita es proporcional al cubo de la distancia media poscelestes. En esie sentido, es muy probable que no aplicase aún
entre ese planeta y el Soi». a los cometas las leyes de los planetas.
En esta ley se encuentra la fórmula 7*=k • cF, en la que T es el Poco ames. en 1679. Robert Hooke, nombrado secretarío de
tiempo de rotación medido en años, y d la distancia entre el pla- la Royal Society tras la muerte de Oldenburg, había escrito a
netay el Sol medida en uiúdades astronómicas (es decir, la distan- Newion para convencerle de que se caxteara con el resto de cien-
da entre el Sol y la Tierra). Según esta ley, cuanto más lejos está tíficos. En la misiva. además, planteaba aí genio una sugerente
el planeta del Sol, más lentamente recorre su órbita. cuestión: ¿cómo seríati las órbitas de pianetas afectados por la
inercia y por una atracción haeia el cuerpo que se hallaba en el
centro de su giro.’ Newton planteó una iey de inercia, según la cual
os merpos se desplazan en línea recta si ninguna fuerza modiflca
EL COMETA DE 1680
su movimiento. Además. desechó el concepto de fuerza centrífuga
> se centró en otra que denominó fuerza «centrípeta», que definió
A finales del año 1680, el cielo despertó el interés de numerosos como la que provoca que, en un movimiento circular, el cuerpo
dentíficos. Sin embargo, esta vez el asunto no tenía nada que ver
a hacia el centro de revolución.
con la religión, sino con la aparición de un «nuevo» cometa. E1
CHton respondió proponiendo un experimento para estudiar
primero en observarlo fue el astrónomo alemán Gottfried Kirch
^rotación de la Tierra alrededor de su eje. Tal vez por Ia rapidez
(1639-1710), que más tarde fue astrónomo real en el Observatorio
contestar, cometió la torpeza de suponer que los cuerpos que
de Berlín. También fue pionero en descubrir un cometa utilizando
cenCro de la Tierra Io harían trazando una espirai.
e! telescopio.
e» que detectó el enror de inmediato, sugirió que la trayecto

LAS LEYES MATEMÁTICAS D£L UNIVERSO


LAS LEYES MATEMATICAS 0€L UMIVEBSO
ria fuera una eüpse. Pese a que, en un principio, Newton rechp gorprendido, le preguntó como lo había sabido
la idea, más tarde se sirvió de ella para rehacer sus cálcul08. fontestó él. Sin embargo cuando HaUey le pi¿? ^
Jjgvvton aseguró que los habíaperdlclo, Efl >' ^Jer [0s cálculos
Jicharf S- WestfaU sosdene que aqueUa ex del ing^és,
eI1 la actualidad se consewan los manuscritosconl^ ya 0«e
EL GENIO DESPiERTA
cU|os. Seguramente Newton, dado su perfecci0^° C'Udos ««■
dispuesto a mostrar su trabqjo sin haberio revisado ’ n° e3taba
En el siglo xvn se habían puest» de moda en Londres los establ •
mientos para tomar café, surgidos a mediados del sigi0. gn
solían formarse tertulias y grupos de discusión sobre cualquier «La parte más importente de la revolucid
incMdalaciencia. No es de extrañar, pues, que, tras las sesiones á descubrimiento de la gravitación univer«,'a ,Clentíflca fue el
la Royal Society, los miembros que no tenían prisa en volver a casa ersal de Isaac Newton »
ERNUq Cohen, BIBTOUajxj, oe u
se reunieran en un café para continuar la conversación.
CtENClA.
En enero de 1684 en uno de estos locales tuvo lugar una
Eii cuaiquier caso, en noviembre Hailey recibió un h
riosa reunión. En él se encontraban Robert Hooke, Christopher
nuscrito de nueve págmas ütulado De motu corporum iT* m'
Wren y Edmund Halley, que sob'an debatir con frecuencia sobre el
{Mre H morim iento dr los cuerpos en una órbita). En él
. movimiento planetario. En aquella ocasión, discutían sobre una
loque esperaba y mucho más: un esbozo de una ciencin T?
propuesta de Hooke, que sostenía que el Sol atraía a los planetas
1« dinámica Halley recibió permiso de Newton para comen^t
con una fuerza inversamente proporcional al cuadrado de la dis-
Obra en la Koyal Socáety. También logró arrancarle el compromiÍ
tancia. Tanto Wren como Hailey se mostraban de acuerdo con
de revtsar el tra.ado para que fuera registrado en la soctedad N,
Hooke. E1 problema que se les planteaba era cuál podría ser Ia
obsiame. aquella revistón tardó másde loquepersabailallev puea
órbita que siguiera un planeta con la influencia de esa fuerza Am-
hemon pas.r dos años volcado en cuerpo y aima en la que iba a ser
parándose en las leyes de Kepler, imaginaban que la respuesta su obra magna: los Piindpia.
seríaunaebpse, pero carecían de herramientas para demostrarlo.
Tras solu itar a Flamsteed los datos que rtecesitaba para fun-
Siguiendo su costumbre, Hooke se jactó de tener la solución,
taemar sus resultados, se dedicó a antpliar el tratado añadiendo
pero se negaba a revelarla hasta que los otros no se diesen por
p , ° que habla av*nguado previamente sobre el mundo celeste.
vencidos. Tanto HaUey como Wren, impotentes, reconocieron su
bn el verano de 1686, Newton escribió a HaUey contándole que,
ffacaso. Sin embargo, pasaban los meses y Hooke no desvelaba el
tnte e insiemo, había terminado el primer libro pero, al alar-
secreto. HaUey, entonces, para salir de dudas, se decidió a pregun-
garse rnas de lo previsto, había decidido dividirlo en dos partes.
tar a otro de los mayores científicos de Inglaterra, Isaac Newton.
u«tn o consideró que el primer tomo estaba completo, encargó
E1 matemático francés Abraham de Moivre (1667-1754), amigo
de Newton y uno de los que mejor guardó sus recuerdos, fue tes- ciet que lo c°Piara en limpio y lo envió a la Royal So-
tigo del encuentro: «E1 doctor Halley le pidió su opinión sobre v ' ‘ 'que riene que la acogida fue magnífica, y los miem-
^cubrieron de elogios su labor.
como pensaba que sería ia curva descrita por los planetas, supo-
men o que la fuerza de atracción hacia el Soi fuese recíproca al lon M° ° Stante’ m incidente empañó en parte la alegría de New-
ra o de su distancia de este. Sir Isaac respondió inmediata- recü . entras se encontraba organizando el materiaJ del tercer übro,
en e que sería una ebpse». Tras la rápida respuesta, el doctor, ctbiraT ^ Carta para informarle del extraordinario re-
Ueut0 °btenido por el primero. De soslayo, también le comen-

LAS LEYES MATEMÁTJCAS DEL UNIVERSO

LAS LEVES MATEMATiCAS OEL LINlVERSO


87

L
Hn«ke aseguraba que muchas de las ideaa que aparec^ .hflexiones sobre la gravedad
to que Hooke aseg ^ dert0> pero solo en parte: Hooke haK
laobra.""0sibiUdades del movimiento planetario, pero ¡J
entrevisto las p denl0Stracl0nes y les otorgó erttídad.
NeT0nr,endo el temperamento del genio, es probable que su ra.uríiTÚentos que movían los
. . Tdera como uno de sus caideros alqumucos. No en van0 •“**> C¿«5«
Tpmnera reacción £ue abandonar la redacción del tercer libro nUe es de movinuento de Galilei. pier Y
1 ™ encontraba ya en proceso de revrsion. Afortunadamente * Tentras se encontrabaen Woolsthoppe, desarrolló la idea de
^ias a las táctícas diplomáticas de Halley, aceptó continUar 0Ue la Luna se veía atrTahaCla ,a TlelTa uue una manz»?
con el trabíyo. . ., Zm que I* distancia pahaba esa atracción tomándola casi inanre
A pesar de los problemas de fmanciacion que atravesaba en ^bie. Por la tnisma razon, esa fueraa de atracción debía de acer
ese momento la Royal Society, Halley consiguió el respaldo de Ia lospianetasaiSol.
sociedad para pubücar el Ubro. La única coridición fue que él nús- gstudiando las órbitas de los planetas concluyó también que
mo fuera quien se encargara de la pubUcación. Halley aceptó, con- „ fuerza se atenuaba en función del cuadrado de la distancia Para
virtiéndose
iéndose asi en eonui
editor uc los aPrincipia.
de iw ,— • Uegar a este resultado, partió de la fuerza centrifuga, es decir, la
— - de
En otoño j . tcoc. MnnrtAn hahía f’nru
1686 Newton había concluido el libro segundo, que provoca que un cuerpo en movimiento circular alrededor’de
en el que atacaba sin piedad las teorías cartesianas, sobi „„ objeto tienda a separarse de ese objeto. De esta forma, si se
filosofía natural. tiene un cuerpo de masa m que se mueve con velocidad v constan-
Halley tenía prisa en que el libro saliera a la venta porque era te alrededor de un centro, y sobre una circunferencia de radio r, k
consciente de la importante obra que tenía entre manos. Por este fuerza centrípeta es a la total (m • á) como el perímetro de la cir-
motivo, entregó el segundo tomo a un editor distinto para que cunferencia (2 • jt • r) es al radio. Como Ia aceleración es v/t, la fuer-
fuera editándose a la vez que el primero, operación que repitió za resultante es
cuando tuvo en su poder el tercer volumen.
Por fin, el 5 de julio de 1687, la obra vio la luz. Su grado de com-
■ ?- 71 r —» f
- ^ -2/m —.
plejidad excedía el de la media universitaria. Se cuenta que im estu-
mar t
diante, al cruzarse en Cambridge con Newton, comentó: «Ahí va el
hombre que ha eserito un libro que nadie, ni siquiera él, comprende». Como el tiempo t es el cociente entre el espacio reconido y
Halley presentó la obra final con una oda dedicada a Newton, lavelocidad,
en la que destaca esta apasionada estrofa:
. s 2 'Jt'T
t--m -,
Ala luz están los íntimos secretos del cielo revelado, v v
no se oculta ya la fuerza que hace girar el orbe más lejano.
En su trono ordena el Sol declinar en derredor el curso del universo, susütuyendo en la fuerza y simplificando llegamos a la fórmula de
pernutiendo que el rumbo de los astros, manifiesta su falsa derechura la fuerza centrífuga:
por el mmenso vacío, gire en órbitas certeras sobre su centro.
Se reveló ya la órbita curva de los terribles cometas, no nos asustamos
- m • v2
ya de estrellas barbadas.

u s LeY£s matemAticas oel universo 69


LAS LEYES MATEMATICAS OEL UN/VERSO
Newton alcanzó sus conclusiones sirviéndose de la ftw
anterior y de la tercera ley de Kepler. Y lo hizo de la forma ZT* epldÍet2-86 PaSÓ 41 eStUCÜO pe^1 S°bre
ta a continuaeión: si hay dos planetas con velocidades v¡yv ¡T1' >°s P„,.P en ese momento tenla sobre la Tierra „„ n los
dedor del Sol, y sus distancias medias con este son r, y r¡i ¿ *■ d»toS Lqs Cuando en 1675 se pubUcaron eálculos nú16 SaUan
üenen las fónnulas siguientes: ^ ItiÍmÍdas terrestres, realizadas por el astrónomo

(lfi20'l682)’ P”d0 retornal cálculos y compSr ®


se cumpban. Iiucialmente, se encontró con un
mcdedonde £_*Si‘v?• r.
I—12 Z Sidemr que la fuerza de atracción de un planeta esféSt
/i-
/2 m2 'vl-r,
Sd. C0m0 Sí.l0da la maf eStUViera concentradaen su
lo. Esto, que es aphcable a las fuerzas que se basan en cua<¿
Como lavelocidad es el cociente entxe espacio y tiempo, sien l Z. ¡nveisos, no es facil de demostrar. Planteó incluso varios ex
do T el período de revolución del planeta, Iriwenms con pénduios para comprobar cómo la fuerza influía
2 Jir L el movimiento; expenmentos que, más tarde, incluyó en ei pri-
i
wer libro de los Principia. Estos ensayos, y otros realizados con
esferas, le Eevaron a desechar el enfoque adoptado por Descartes
Aplicándolo a la fórmula anterior se eonvierte en: eniosvórtices.
Su visión del movimiento de los cueipos celestes siguió cam-
/1_Wi^2-r,u%'r1 T¡ biando y, a mediados de la década de 1680, Newton había genera-
/2 m2 ■ T? • r2 mz r2 Tf' Uzado la acción a distancia a casi todos los fenómenos de la natu-
raleza, según plantea Richard S. Westfall en su biografía del
Aplicando ahora la tercera regla de Kepler, si se considera una científico. Fueron los días en que el científico se encontrabainmer-
constante universal de proporcionalidad k, se verifica* so en la gran obra de su vida.

TLmk ±
T* rf
LOS PRINCIP/A
Esto último conduce a la expresión anterior.
Considerada una de las obras más importantes de la historia de la
f , ”h~n r¡_ ciencia, los Philosophiae naturalis principia mathematica (.Prin-
/2 k-r* m2 r? ’ tipios matemáticos de lafllosofía natural) se componen de tres
übros y se basan en los piincipios de la filosofía experimentai, seña
De esto se concluye, sin considerar el cociente de las masas de identidad de la revolución científica. Así lo expuso Newton en
ni la constante de proporcionalidad, que las fuerzas son inversa- el tomo tercero:
mente proporcionales al cuadrado de las distancias medias de los
planetas al Sol.
bn la filosofía experimental debemos recoger proposiciones verda-
En realidad, Newton había ido gestando su teoría del movi- deras, o muy aproximadas, inferidas por inducción general a partir
miento planetano a lo largo de los años. Así, en el período de la
de fenómenos, prescindiendo de cualesquiera hipótesis contrarias,

90
LAS LEYES MATEMATICAS OEL UNIVERSO
LAS LEYES MATEMATlCAS DEL UN.VERSO

A
r

hasta que se produzcan otros fenómenos capaces de hacer n


cisas esas proposiciones o snietas a excepciones. pc*

Es decir, se debe siempre corroborar las hipótesis a partir .


los datos y la experimentación.
En los Principia Newton fundamentó matemáticamente
movimiento en el universo. Escarmentado de polémicas y de 0h
jeciones de científicos que no consideraba a su altura, escribió ei
libro en latfn, de forma que solo pudiese ser leído por los miembros
flUe rornia^° - . . - -
del mimdo científico. e podía encontrar en un rio, simil ya em-
Ya en el pequeño manuscrito De motu corporum, gertnen de S leado en la antigua Grecia. Esos remolinos
P vórtices arrastraban a los planetas y eran
los Princlpia, Newton demostraba que la trayectoria que genera
los que provocaban el movimiento. El pro-
una fuerza de atracción inversamente proporcional al cuadrado de pio Descartes lo explica así: «Podemos asu- i.
la distancia es una cónica; en concreto, una elipse para velocidades mir, en este asunto de los cielos, que los
por debeyo de cierto lnnite. planetas se hallan girando sin cesar. en un
vórtice que tiene el Sol en su centro, que
En Los movimientos del cuerpo, el primer tomo de los Prin-
los ciue están más cerca del Sol se mueven
cipia, Newton desgranó las tres leyes del movimiento. La primera más rápidamente que los más alejados; y
ley afirmaba que todo cuerpo continúa en un estado de reposo, o queasítodos los planetas [...] siempre per-
de moviiniento en iínea recta, a menos que sea obligado a cambiar manecerán suspendidos con sus mismas
Detalle de una lámlrta que represi
partes en este asunto celestial. Porque solo
ese estado por fuerzas impuestas sobre él. La segunda, que el cam- vórtices carteslanos, Inclulda
por ello, sin ningún otro dispositivo, todos Prlnclplos de la fllosoffa.
bio de movimiento es proporcional a ía fuerza motriz impresa, y los fenómenos son muy fáciles de enten-
ocurre según ia línea recta en que se imprime dicha ñterza. Por der». Él supuso que el Sol estaba en el centro de uno de los vórtices y arras-
últámo, la tercera sostenía que a cada acción se opone siempre una traba a los planetas. que a su vez eran centro de otros vórtices más pequeños
que afectaban a los satélites, como la Luna. Fue su intento de explicar el
reacción igual y opuesta. Es decir, ia acción mutua de dos cuerpos,
movimiento en una época en que no se imaginaba que las fuerzas pudieran
el uno sobre el otro, es siempre igual y dirigida hacia las partes actuar a distancia. El problema reside en que esta concepción no explicaba
contrarias. Las dos primeras leyes las dedujo de las leyes de Gali- cómo se comportaban los cuerpos terrestres. Descartes imaginaba la Tierra
leo y Kepler, pero la tercera le pertenece por entero. Esta, aplicada como una inmensa centrifugadora, cuyo movimiento constante influia en las
partículas de la siguiente forma: «La fuerza con que la materia celeste. más
a la Tlerra y la Luna, demuestra que ambos cuerpos se influyen
ligera, tiende a alejarse del centro de la Tierra no puede tener su efecto $i las
mutuamente, lo que explica el fenómeno de las mareas condicio- partículas de la materia celeste que se alejan no alcanzan el lugar de algunas
nadas por el satélite. partes terrestres que descienden, al mismo tiempo. hasta pasar a ocupar el
Es en este libro donde Newton utilizó por primera vez la pa- lugar dejado por las particulas de la materia celeste».

labra «masa» en su significado actual: «La cantidad de materia es


aquella que surge por la conjimción de su densidad y magnitud. La
cantidad de un cuerpo con el doble de densidad en ei doble de
to oicna masa era proporcionaJ a su peso. trii concre-
espacio es cuatxo veces mayor. Designo esta cantídad por el nom-
’ * erza es igual a masa por aceleración.
re e cuerpo o masa». Es decir, la masa es ia cantidad de materia
aiubién definió la fuerza centrípeta: «Fuerza centrípeta es
P°sce un cuerpo independientemente de su volumen. Además,
aPor la cual ios cuerpos son arrastrados o intpelidos, o tien-

92
LAS LEYES MATEHATICAS DEL UNIVERSO

LAS LEYES MATEMÁTICAS DEL UNIVERSO


den de cualquier modo hacia un punto como hacia un Ce
Asimismo, se incluyen en el hbro los teoremas sobre la atr^0"
de esferas, experimentos a los que había dedicado gran aten Q°n
, pdll-OSOFiiií:
De ellos dedujo que la fuerza de atracción entre cuerpos esfé^0*1 hAturalis
debe producirse desde sus centros. Newton definía la cantid^C°S
movúrüento como el producto de la masa por la velocidad y ^ 1 pRlNCIPÍA
ese movimiento, incluía dos tipos de fuerza: la vis insita^ pr0 ’ ^
cional a la masa, que provoca que el cuerpo mantenga su estíT mATHEMATICA.
de reposo o movimiento rectilíneo, y la vis impressa, encarg' h°
de cambiar ei estado del cuerpo. Esta úlüma puede ser debido & "■ V. Tm- Coil. Cantab. Sot. Maclicleos
ivafw & SocicHtis Regilb Sodali.
un choque, una presión o la fuerza centrípeta- a
Finalmente, incluyó algunos de sus experimentos con la iU2
^PRIM A T U R.
dedicando una sección al movimiento de las partículas dimin utas ' p j p y s, &t. P R á S E S.
En el segundo libro se hallan pasajes que pueden consideraise i 7«ía í- |686.

como una introducción a la iüdrodinámica En éi trató la mecánica '


de los fluidos y la influencia de la fricción en el movimiento de los I
L 0 N D 1 N I,
cuerpos sólidos incluidos en un medio líquido. De ello dedtyo que la
jTvpL
... ,c TvpL J^^tr.
Jttcphi Str Jníht apu<¡
resistencia variaba con el cuadrado de la velocidad. También estudió ptoc alfcpjia.* mdclxxxvu.

la iorma que deben tener los cuerpos para ofirecer menor resistenda,
el movuniento ondulatorio y una fórmula para la velocidad del soni-
FOTO SUPSRiOH
do en el agua. En alguna proposición, como la XXIII, intuyó una IZQUIEROA
Portada de la
teoría cinética de los gases. Asimismo, dedqjo la iey fimdamental de prlmera edlcldn
de los Prlnclpla tíe
la velocidad expresada por la raíz cuadrada de la elasticidad entre la Newton, publlcada
en lattn (en inglds
densidad, lo que le permitió distinguir entre tres tipos de fluidos: el |
no aparecló hasts
comprensible, el incomprensible y el viscoso. décedas més
tarde).
E1 título del tercer libro es muy descriptivo: El sistema del , FOTO SUPFRlOR
DtnECI-A:
rmmdo. E1 propio Newton explicó lo que pretendía en él: Modelo del
slstema solar
según e/ llbro
En el [libroj tercero derivo de los fenómenos celestes las fuerzas de I dei astrónomo
JonannesKepler
gravedad, por las cuales los cuerpos tienden hacia el Sol y los distin- j £1 secreto del
un/verso
tos planetas. Luego, de esas fuerzas, mediante otras proposiciones , (Mysterium
cosmographkum).
que son también matemáticas, deduzco los movímientos de los pla-
netas, los cometas, la Luna y el mar. ( FOTO 'MrERlOR:
Reorejentaelón
de isaac Newton
como «goómetra
En cierta forma, Newton apiicó lo que planteaba en el primer del unlverso»,
obra del poeta.
‘bro al movimiento de los cuerpos celestes y al infliyo de la Luna | plntor y grabador
Jnglés Wllllam
en la periodicidad de las mareas. BlaKe 0757-1827).

94
LAS LEYES MATEMÁ7ICAS DEL UNIVERSO
LAS LEYES MATEMÁT'ICAS D£L UNIVERSO
Por otro lado, dediyo que la Tierra estaba achatada p0r i
polos, loque contradecíaaRené Descartes, ya que el filósofo
defendíajusto lo contrario. La cuestión se dilucidó un sigi0 despuéS
En 1733, Ia Academia de las Ciencias de París envió dos expediciS' P^fuerza no influye a lanora de que los planetas desc
nes, una a Laponia y otra a Perú, para medir los dos meridian0s ^ Járbitaelíptica, ru tampoco enque los cuerpos cai¿
elias participaronj entre otros, los españoles Jorge Juan y Antorü
'l’ierra-
de Ulioa, y los franceses Charles Marie de La Condamine y l0uí?
Godin. Después de sufrir un sinfín de penalidades, corroboraron l0s
postulados de Newton. En este sentido, Voltaire le comentó a La
Condamine: «Usted lo ha encontrado después de largos ensayos lAs matemáticas en LOS PRINC/PIA
mientras que Newton lo encontró sin salir de su casa».
De hecho, no solo calculó con precisión los equinoccios, sino pefinitivamente, los Principia eran una obra difícil de entender.
también el radio entre el eje de la Tierra y su diámetro en el ecua- I £„ el último libro, el propio Newton reconocía que ese hermetismo
dor. Debido a la forma de la Tierra, Newton demostró que la atrac- , delaobraera deliberado:
ción no era constante en su superficie y calculó el movimiento
cónico del eje terrestre. Explicó cómo obtener el valor de la raasa Considerando que aqueUos que no hubiesen entendido correctamen-
del Sol y del resto de los planetas en función de la masa de la TiemL te los principios no podrían fácilmente discemir el aicance de las
Además, fue el primero que trabajó el moviiniento de los co- consecuencias, ni dejar de lado los prejuicios a los que habían esta-
metas como si fuesen planetas girando alrededor del Sol. do acostumbrados durante años, y para prevenir las disputas que
E1 haüazgo más destacado del tercer libro fue aplicar una fuer- podrían derivarse de ello, decidí reducir el contenido de este libro
za común a todos los fenómenos terrestres y celestes, que deno- en forma de proposiciones de corte matemático, las cuales solo po-
minó «ley de gravitación universal» y que deíinió así: dián ser leídas por aquellos que previamente hubiesen dominado los
principios establecidos en los libros precedentes.
Dos cuerpos cualesquiera se atraen con una fuerza que es propor-
cional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cua- Inicialmente, Newton había previsto que el tercer libro fuera
drado de la distancia entre ellas. más asequibie. Sin embargo, tras las discusíones con Hooke, de-
cidió complicar la parte matemática, quedando así fuera de las
Su expresión sería capacidades de este último. Aunque en sus descubrimientos em-
pleara el nuevo cálculo, las demostraciones de los Principia las
izo sirviéndose de la geometría clásica, que consideraba más
precisa y elegante. De todas formas, el segundo libro también
contiene aspectos anahticos.
donde G es la constante de gravitación universal. Fue calculada
Por descontado, los Principia albergan en sus páginas mu-
empíricamente por prímera vez en 1798 por el físico inglés Henry
a ^terctática. Destaca el estudio de las secciones cónicas,
Cavendish (1731-1810).
c-6 eseiíta dos maneras de generarlas por medio de intersec-
En el planteamiento de Newton de fuerza centrípeta, gracias
nna ^ móviles. Esto le conduce a la construcción de
a la cual, recordemos, los planetas no se salen de sus órbitas, no
C°úica que debe cumplir cinco condiciones: pasar por cinco

LAS LEYES MATEMATlCAS DEL UNIVERSO


LAS LEVÉS MATEMAT.CAS OEL UNIVERSO
y

puntos, ser tangente a cinco rectas, pasar por dos pUntos


tánger.te a tres rectas... Para estas apltcactones utilUa, Por
p)o un cuadrUátero formado por cuatro rectas cualeSquieJ,em'
O-azar las cónicas tangentes a esas rectas, sus centros pasan 41
urta recta que, además, atraviesa los puntos medios de las ri°r
gonales del cuadrilátero. Esa última recta se conoce como
tadeNewton».
En laproposicíón XXVII del primer libro, Newton se prop0
construir una cónica que toque a cinco rectas dadas, y ia acoL^
ña con la imagen de la figura 5. En ella aparecen las rectas abq
BCF, GCD, FDE y EA.
También demostró el conocido como «problema de las cuatr
rectas» de Pappus, que ya había demostrado parcialmente Descar
tes. Newton aclaró que su solución «no consiste en un cálcuio
analítico, sino en una composición geométrica tal como exigían
los antiguos». Este problema lo planteó en el lema XIX, cuya de-
mostración puede verse gráficamente en la figura 6:

Encontrar un punto P desde el cual, si cuatro líneas PQ, PRt PSyPf


son txazadas hasta otras tantas rectas AB, CD, AC y BD dadas por
posición, cada una a cada una, en ángulos dados, el rectángulo
PQ-PR, bqjo dos cualesquiera de las líneas trazadas, mantendra con
elrectángulo PSPT, bqjo ias otras dos, una razón dada.

Como ejemplo concreto del razonamiento matemático que


Newton aplicó en los Principia puede extraerse el presentado por
el cientíñco inglés en la primera sección del primer libro, donde
expuso su método de las primeras y últimas razones de cantidades
aplicándolo en una serie de proposiciones. Este es el lema n con
su demostración (figura 7):

su numero aumentando infinitamente, afirmo que las últimas razones


Si en cualquier figura.áaE, delimitada por las líneas rectas Aa, AE y
^ guardarán entre la figura inscrita AKbLcMdD, la figura circuns-
la curva acE, se ínscribe cualquier número de paralelogramos Ab,
^tita AalbmcndoE y la figura curva AabcdE son razones de igualdad.
Bc, Cd, etcétera, comprendidos bajo bases iguales AB, BC, CD, etcé-
Porque la diferencia de las figuras inscritas y circunscritas es lasuma
íera, y lados Bb, Cc, Dd, etcétera, paralelos al lado Aa de la figura, y
de los Paralelogramos KL, Lm, Mn, Do. esto es —por la igualdad de
se completan los paralelogramos aKbl, bLcm, cMdn, etcétera, si la
tf)das sus bases—, el rectángulo bqjo una de sus bases Kb y de altu-
anchura de esos paralelogramos se supone que Lrá disminuyendo y
ia suma de sus alturas Aa, esto es, el rectánguío ABla. Pero este

98 USLEVES
MATEMATICASDELUNIVERSO
LAS LEYES MArEMATlCAS DEL UNIVERSO

A.
rectángulo, dado que su anchura^ñ

na 7 supone disminuida infinitameute Se


•I
menor que cualquier espacio dad0 \ ^
tanto —según el lenia I— las figUraa Por
critas y circunscritas se hacen en últi^
instancia iguales entre sí, y ntucho
figura curva intermedia. Quod eraí
monstrandum.

P°r último, el lema I sostenía qUe


4as cantidades, y las razones de can , diferencia de otros que solo lo mtuyeron, él se valió de las ma

üdades, que en cualquier tiempo ffiú' Lftieas pa™ demostrar que sus leyes enrn krefutables. Su cons-
to tienden continuamente a la igllai- LCión fue tan precisa que, hasta la Uegada de Einstein, todo se

dad, y antes de terminar ese tiempo jigió por las pautas establecidas por Newton. Pero no fue este su
se aproximan una a otra más qUe foia, logro. Además, el genio inglés revolucionó el mundo de las
ninguna diferencia dada, acaban ha- mateniáhcas gracias al cálculo mfinitesimal y planteó unateon'a
ciéndose en última instancia iguales» sobre ia luz que fue la prioritaria durante todo el siglo xvni.
Véase otro ejemplo tomado del
tercer libro, en este caso el lema n.
En él, se pide lo siguiente:

Cortar txes líneas rectas dadas en posición con una cuarta línea rec-
ta que pase por un punto dado en cualquiera de las tres de forma que
sus partes interceptadas estén en razón dada entre sí. Sean AB, AC,
BC las tres líneas rectas dadas en posición, y supóngase que D es el
punto dado en la línea AC. Trácese DG paralela a AB, encontrándo-
se con BC en G; ilevando GF a BG en la razón dada, trácese FDE, y
FD será a DE como FG a BG.

En este lema, cuya representación gráfica puede verse en la


figura 8, también incluye la opción de demostrarlo por la vía trigo-
nométrica; «En el triángulo CGD están dados todos los ángulos y
el lado CD, con lo que se determinan los otros lados, y las líneas
GF y BE están también dadas por las razones dadas».
Newton tuvo ia feliz idea de unir el comportamiento de los
cuctpos sobre laTierra con el movimiento celeste. Estructuró ala
pe ección el comportamiento de los cuerpos en movimiento-

100
tAS LEYES MATEMÁTICAS OEL UNlvgRso
101
LAS LEYES MATEMATICAS DEL UMlVERSO

1
CAPÍTULO 3

Una teoría luminosa

Es fácil ser consciente de la importancia de


la luz y de la diversidad de colores que existen en la
naturaleza. Basta echar un vistazo a unapaleta de colores
para comprobar, por ejemplo, la inmensa variedad de
rojos o verdes disponibles. A diferencia de hoy en día, en el
siglo xvn aún no se conocía con exactitud la composición de
laluz ni su comportamiento. Los experimentos de Newton
pusieron fln a años de controversia en la materia.
A pesar del reconocimiento de que gozan en la actualidad, duran-
te la década de 1670 las teorías de Newton estuvieron sqjetas a
múltiples controversias. EUo fue alejándole poco a poco del mun-
do dentífico, iimitándose a rebatir por carta a los que discutían
sus logros. En sus cartas a CoUins y Oldenburg aludía sin cesar al
tiempo que le restaban estas disputas. En una de elias confesó que
había pospuesto un tratado sobre los colores porque unos «asun-
tos propios» ocupaban casi todo su tiempo. Se refería ai estudio
de la alquimia y la reUgión.
Newton mantema en secreto sus trabajos alquímicos, pero aún
más sus creencias religiosas. Cabe suponer que en su infancia
tomó contacto con la religión a través de la biblioteca de su pa-
drastro Bamabas. Newton se crió en pleno auge del puritanismo,
una rígida corriente religiosa que surgió en Inglaterra cuando triun-
fó la revoiución de CromweU. Sus príncipales características eran
laausteridad, la creencia en Dios, la pasíón por ei trabajo y ia re-
presión de los instintos. Por su forma de comportarse, Newton
debió de ser un convencido puritano.
Newton nunca dejó de creer en Dios. En los Principia, por
ejemplo, atacaba duramente las teorías de Descartes, que intenta-
ban explicar la naturaleza sin la necesidad de un ser divino. Su
obsesión por ia BibUa fue tal que Uegó a leerla en su versión he-
rea‘ Aplicando ios mismos razonamientos que en sus estudios

UNATEORÍALUMINOSA
K>5
cientfflcos, liegó aJ convencumentó de que las Sagradas W
habían sido manipuladas entre los siglos m y iv por san Ata^>
y qUe el niisterio de la Santísima Trinidad era falso. dSl°, neWTOn en el parlamento
Alrededor de 1670, Newton se convirtió al arrianismo te 1689. gracias a su defensa de la auto- ^ ..
doctrina, fundada por el sacerdote alejandrino Arrio (260^ nnmía universitaria frente a las ínjeren-
defendía la unicidad de Dios y que Jesucristo, pese a haber SJ' as del rey Jacobo II. Isaac Newton fue (A I. /
%Q\do miembro del Pariamento bntá- ■.-& Jf.I
creado por Dios Padre, no era etemo ni procedía de la mis
jco A P©sar de su ^S'Stencra a varjas
sustancia. En el Conciüo de Nicea del año 325 fue considerada ^ sesiones parlamentarias. no tenía por f ri fcCTgM
herejía. costumbreparticiparen losdebates.Sín J 11

En inglaterra se prohibió a los seguidores del aniarüsmo ei embargo, su única intervención parla- «
mentaría acabó pasando a los anales de M
cer cargos públicos. Esto supuso un grave problema para Newto la historia- Sus biógrafos cuentan que el Yffm
Los feüowships como él debían tomar órdenes religiosas o abaí qenio se levantó durante una sesíón y.
donar el puesto a los siete años de su nombramiento. Newton en medio de un silencio expectante. rea- jtrM
estuvo a punto de renuncíar a su trabgjo como profesor en Cam
l,zó la siguiente petición: «Perdón, ¿po- IJFfi i ' i|
dr¡¿ algu«en cerrar aquella ventana? Hay 1 9
bridge, pero, posiblemente con el respaldo de Barrow, consiguió comente de aire y se me puede caer la BS Jfiil.l 5¡ W 7IJ
una dispensa que le permitió seguir con su labor sin ordenarse peiuca» Tras este episodio, nunca más
sacerdote. volvió a tomar la palabra. De todas for-
mas. su faita de ímplicación en los debates no ímpidió que más tardp f„ae
nomb,** Afasrer of the Mint,, es decir, director de la Casa dela MoneJa

DE CAMBRIDGE A LONDRES

se creó un Parlamento provisional para elaborar las leyes que de-


Desde que en el siglo xvi el monarca Enrique VIII rompiera con la bían regir la nueva situación poiítica. Para ese Parlamento fue
Iglesia católica, los encontronazos entre esta y la protestante fue- eiegido Newton entre otros representantes universitarios.
ron continuos en Inglaterra. Cuando subía al trono algún rey que A causa de la notoriedad alcanzada tras su paso por el Parla-
tenía especial predilección por la religión católica, brotaban los mento, a su vuelta a la Universidad de Cambridge directivos dei
enfrentamientos por muchos frentes. Algo de esto ocuitíó durante college o nobles de la ciudad solicitaban reunirse con él. Por otra
la época de Isaac Newton, aunque, desde finales de la década de parte, en Londres había tenido la oportunidad de relacionarse con
1650. en que tuvo lugar la restauración de los Estuardo tras Ia re- científieos a los que consideraba sus iguales, lo que resultaba im-
volución puiitana de Oliver Cromwell, los reyes católicos estaban posible en la universidad.
muy controlados por el Parlamento, que ostentaba un gran poder. (
Newton había cambiado. Su estancia en Londres y los con-
En 1685, tras la muerte de Carlos II, accedió al trono de Ingla-
&ctos que allí había entablado lo tomaron más extrovertido, y
terra Jacobo n, católico recalcitrante, quien tuvo numerosos en-
volvió a relacionarse con científicos y eruditos. Así, por esa época
contronazos con la Universidad de Cambridge al amenazar la so-
reunió en varias ocasiones con Christiaan Huygens, al que de-
berama académica con varias de sus decisiones. Newton fue
10 con°cer en una reunión de la Royal Society. También entró
especiaimente activo en contra de la intervención real. Tras el |
^ contacto con el filósofo John Locke (1632-1704), con quien
exilio de Jacobo n y la toma del poder de su sueesor, GuiUermo IU.
^bivo una nutrida correspondencia. Esta giró en tomo a asun-

UNA TEORlA LUMlNOSA


UNATEOfil* LUMINOSA
tos religiosos y, en especial, sobre sus creencias arrian^
compartía con Locke. nicouasfatiodeduillier
En la misma época se relacionó con una de las personag n,
más mfluyó enél Nicolas Fatio de Duillier. Es probable que , ^fpmático y astrónomo suizo Nicolas
É de Duilüer (1664-1753) viajó por
ore^entaran el mismo día que conoció a Huygens, pues Fatio hah °
F3tl oa para aprender matemáticas y.
trabado amistad con este en los Países B<yos. ^ BUr°solodieciocho años. realizó estudios
Airededor de 1691 Newton trabó conocimiento con quien * w° astronomía en el Observatorio de Pa-

uno de sus principales seguidores, David Gregory (1659-1708) ^ de n el astrónomo real Giovanni Cassi-
pescubrió un complot contra Guiller-
que recomendó para la cátedra Saviliana de Astronomía de Oxf0’J
™ de Orange que le abrió las puertas de
Lo hizo en detrimento de Halley, que también aspiraba al pUesto "Vnrte con lo que viajó a Inglaterra al
13'-u _i . n. a iií i_
Otro eientífico que trató por esas fechas a Newton fue WilJia^ scceóer al trono el rey Guiflermo. Alli in-
Whiston (1667-1752), que se convirtió en profesor acUunto dei aresó en la Royal Society y conoció a
fJewton. de cuya obra se convirtíó en
nio en la cátedra Lucasiana. Whiston posefa las rrusmas mclinacio- espeoal'Sta Tanto es asi. que trabajó en
nes religiosas que Newton, pero no fue tan discreto como él: tras un3 nuewa ed>c*ón de los Principia, pero
hacerpúblicas sus creencias, fue acusado de hereje y apanado de esra nynca iiegó a ver la luz. Mantuvo una
Astrecna re¡ac»ón con Newton durante
la enseñanza.
cas* un lustro No pocos historiadores
sub'ayan ei fue'te componente senti-
rr#r-x* Que ¡a caractenzó De hecho. cuando Fatio enfermó. Newton le ofreció
viv.r con e%. aonque no hay constancia de que este aceptara el ofrecimiento
EL ANNUS HORRIBILIS Pese a e¡¡o. y por razones desconocidas. en 1694 su amistad se truncóy los
dos matemat^cos se d«stancaron. Sin embargo. Fatio desempeftó un papel
^noorta^te en ¡e ooiénmca del cálculo No en vano. fue el prímero que reprochó
Tras una larga temporada dedicado en exclusiva a los Principia, a Le*ty>«2 aue no mencronara a Newton al publicar sus textos, llegando indu-
Newton retomó sus trabajos en el campo de la óptica y la alquimia so a acusar.o de olagio. Por desgracia. Fatio cayó bajo la influencia de una
Recopiló todos sus experimentos sobre la luz y los colores en un secta Drotestar>te Hamada Camisards que arruinó su prestigio científico, con
lo que muy pocos de sus escritos fueron publicados.
solo volumen. Sin embargo, ni siquiera trató de publicarlo, con lo
que hubo que esperar al siglo siguiente para que la obra viera la
luz. También escribió varios textos sobre aJquimia, induiclo el que
se considera su trabajo más importante sobre el asunto, titulado La primera. fechada el 13 de septiembre, iba dirigida a
Praxis.
Samuel Pepys, uno de los políticos que estaban gestionando su
Aunque las causas últimas no están claras, parece que en tor- futuro puesto administrativo, y con ella rompía varios meses de
no a 1693 Newton vivió una serie de acontecimientos que menos* silencio. En la misiva confesaba que se encontraba en un estado
cabaron su estado de ánimo. La tensión por la autoría del cálculo, e “gran turbación» y que no había comido ni dormido apenas
el trabajo de laboratorio extenuante que acarreaba su pasión por
^ os últimos meses, por lo que se sentía incapaz de «recuperar
la aiquimia y, sobre todo, la brusca ruptura de su amistad con
eza» de su «entendimiento». No menos preocupante resul-
Fatio condqjeron a Newton a una tensión psíquica que desembocó
es^ párrafo: «Creo que es mejor que abandone su amis-
en un estallido de locura. EJ episodio se refleja en un par de cartas
y fiue no vuelva a verle, rti a usted ni al resto de mis amigos,
escritas en el mes de septiembre. nunca más».

UNA tEOR(A LUMINOSA


UNA TEOfllA LUHÍHOSA
Más drástica füe 1» carta dirigida a Locke días después
que mostraba pulsiones en verdad inquietantes: enia b F f,.e Robert Hooke, quien se convirtió en oi ^ vl-
de la luz. Afirmó que (a se m^ur3°>' *
C'reyendo que había usted intentado embroUarme con mujerps I» de un cuerp0 SÓIld0’ COmo m cnstal, qu.rt ^
pi^comoelagua. ’ traves de
otros medios, me senti tan afectado que cuando aiguien me dqó
estaba usted enfermo y que no sobreviviría, respondi que mejor 6 “n° S embargo, quien llevó más (ejos esta teoría, más cerca
taria muerto. (...) Le ruego que me perdone tantbién por d ^ Lad que la de NeWt°n’ Ue HuygenS' ^guiendo a Desc^l
pensar que habia un complot (...) para confundirme. 0 el movimiento de la luz de forma sinülar a las ona '
lf^ otorgando un fundamento matemático defmitivo
as, otorganuu ueil™tivo aa|«£
las le.
Los amigos de Newton comenzaron a preocuparse: ni pep 'Tlc
por^
% la reflexión y la
larefracoon. quedl
refracmon. No obstante, sus ideas que<¿
ni Locke tenían idea de a qué venían esas cartas. Todo indica que eClipsadas por las de Newton y no fueron valoradas hasta el
ronec
por aqueUos días? Newton debía de sufrir una grave depresión n, X3X
ílX.
Araízdesu crisis mental, su proverbial inventiva pareció agotan*
y sus investigaciones se estancaron. A partir de ese mornento no
descubrió nada nuevo y el resto de su vida lo dedicó a recopiiar
investigaciones antiguas para su publicación. | elgenioexperimental

1 Segun la teoría de Newton, la luz estaba formada por pequeñas


partículas, Uamadas «corpúsculos», que se movían a ia velocidad
LA LUZ Y SUS DISTINTAS TEORÍAS i imprimida por los cuerpos emisores de dicha luz.
Newton comenzó muy pronto a estudiar los colores, como
Como es sabido. los dentíficos que precedieron a Newton también 1 refleja su cuademo Quaestiones, de principios de la década de
se habían mostrado fascinados por la luz y habían intentado des- 1660. En él cuestionó los planteamientos expuestos por Descartes,
cubrir sus secretos. Uno de los primeros en estudiar sus propieda- recordando que «la luz no puede producirse por presión, ya que
des fiie Euclides, que en su libro de óptica planteaba diversas hi- entonces veríamos por la noche tan bien o mejor que durante el
pótesis sobre ia naturaleza de la luz y su desplazamiento en línea día>». Asimismo, ponía en entredicho los argumentos de Hooke.
recta Sin embargo, se desconocía cómo se construían los colores Mientras este defendía en su Micrographia —publicado en 1665
o ia propia luz. Una teoría defendida por muchos aseguraba que y considerado el primer bestseller científico— que los colores pro-
ios colores eran una mezcla entre la luz y la oscuridad. cedían de las presiones de distinta. forma sobre el ojo, Newton los
De todos modos, uno de los primeros en presentar una teoría
atribuía al movimiento de los globos oculares.
sobre la luz fue Descartes, quien expuso su visión sobre el asunto
Descartes había recuperado el uso de los prismas para el es-
en La dióplrica, aparecido como apéndice del Discurso del in¿-
tudio de la iuz, procedimiento que fue retomado por Newton, Ro-
iodo. Descartes creía en la existeneia de un fluido transparente y
^rt Boyle y Hooke. Descartes y los dos últimos hicieron pasar un
más liviano que el aire, llamado éter, en el que flotaba toda la
j^yo de toz a través de un prisma obteniendo una manclia de luz,
materia. Afirmaba, asimismo, que ia luz era una presíón transmiti-
^ramente circular y coloreada en los bordes.
da a través del éter mediante vórtices. La visión de los objetos
Newton hizo lo mismo, pero alejando el prisma. Asf, dejó la
y c°t°res provenía, así, de dicha presión sobre el ojo.
‘taeión en completa oscuridad salvo una pequeña rendya por

UNA TEORÍA LUMíNOSA


UNA TEORÍA IUMINOSA
donde entrabalaluzy, tras pasar estapor el prisma, Iarecogió *
una pared a 22 pasos de distancia. De esta forma, obtuv0
pectro que eracinco vecesmás largo que ancho. Ensu Ubro
oa aparece un gráfloo de aquel expenmento (flgura 1).
Newton cuestionaba con eUo la teona imperante en ese I
_aC. ,wir nue la luz era homogénea y que los colores

^délmoviimento ondulatorio. En el primer experimento p'eZ


que la consecución de esa especie de elipse oblonga podía dePen ¡
der de irregularidades en el prisma. Esto le condujo a utilizar otro
prisma con el que obtuvo un haz redondo, y a organizar lo qUe él
Uamó el Expeñmentum crucis.
En otro de sus experimentos colocó una lente tras el prisma,
que recogía los colores refractados. Según donde colocara un ta- I'
blero destinado a recoger dic.hos colores, se obtenían distintos
resultados. Si el tablero estaba cerca, se obtenía el espectro de
luz inicial (lo cual puede verse en la primera línea HI de la figU- I
ra 2); si lo alejaba un poco, los colores volvían a refundirse (en la )
segunda línea de la misma figura); por último, si lo retiraba m
tanto, se obtenía el espectro alargado inicial, pero invertido (ter- 1
ceralínea).
Incluso colocó una rueda más allá de la lente, de forma que
los radios recogieran colores individuales refractados por el pris-
ma A1 girar la rueda con la suficiente velocidad, los colores volvían
a producir la luz blanca. |
Continuó su investigación ampliando el número de prismas
en línea por los que se refractaba la luz: al mover la pantalJa, los des\iación que se produce en la luz aJ pasar por un cueipo opaco
colores de los prismas se mezclaban y se producía un nuevo haz | o por una abertura muy pequeña.
de luz de color blanco. Siete años más tarde, Newton terna üsto un texto más extenso
sobre su óptica, pero se perdió en el incendio de sus aposentos.
Por otra parte, a principios de los años 1690 había reunido todo su
s^her sobre el asunto en un libro, pero finalmente decidió no pu-
LA ÓPTJCA DE NEWTON * blicarlo.
i A diferencia de sus escritos sobre el cálculo, el materíal que
En ei año 1670 Newton tenía prácticamente completada su teoría c ^ewton presentaba en esta ocasión contaba con treinta años
sobre la luz. Las objeciones planteadas por ei resto de científicos e ^ñtigüedad. Sin embargo, como nadie había reproducido su
no le hicieron variar sus supuestos. E1 único aspecto que incorp0* 1 ^ esta obra significó igualmente una revolucíón en el mundo
ró a la obra tras las críticas fue el de la difracción, es decir, la i científico.

ia UNA TEORtA LUMINOSA


UNA TEORlA LUMINOSA
i
I
T

. .¡aimente, U obra iba a componerse de cuatro lihm»


^ tirninw el cuarto, que iba a dedicar a los J ’Pero

El EXPERIMENTUM CRUCIS

Para Hevar a cabo el Experimentum crucis. Newton oscureció una habitación


e hTzo un agujero en la pared por el que entraba un rayo de sol. que era re-
hactado en un primer prisma. Detrás de este. coloco un tablero con otro
1 conw^6 la supresiór' incluyendo unasen^ea!°S
áe '1 forma de preguntas en las ültimas páginas de la T»
tiones e" pecha que se decanto p0r esta fórmula
¡gj**» habíasido capaz de demostrarsus asercione^
, ° a'

aguiero que dejase pasar solo parte de la luz refractada. Esa luz iba a dar a
otro tablero con un nuevo agujero. con lo que la luz resultante pasaba por un CÜaXm2 de 13 naturaleza dela luz y de los colores, el libro
segundo prisma que la refractaba y. finalmente, era proyectada en ia pared. *Ketton abordaba muy vanados asuntos: las lentes, la cons-
Girando ei primer prisma. Newton conseguia que fueran diferentes lo$ rayos
de luz que se refractaban. proyectándose en disttntos lugares de la pared. De eriór de SU telescopio, la vismn humana (recuérdese su e*
todo ello, dedujo que la luz consistia en rayos con distinta refrangibilidad. lento introduciéndose un punzón en el ojo), el nervio ópti’
¡¡fw reflejos o la difracción. Por último, no reparó en incluir
aspectos menos relacionados con la óptica como cuestio-
esfllosóflcas, historias bíblicas e, incluso, una interpretación
del sueño de los locos.
EI libro tercero lo completó con las preguntas antes citadas.
Enlaprimera, de un total de 31, planteó que los aspectos ópticos
exlgían una serie de fuerzas que actuaran a distancia, como la
gravedad: «¿Acaso los cuerpos no actúan a distancia sobre la Luz
y, con su acción, curvan los rayos; y acaso esta acción (caeteris
paribus) no es más fuerte a menor distancia?». En la úitima cues-
tíón, el genio llevaba más lejos que nunca sus especulaciones so-
bre estas fuerzas: «¿No poseen las pequeñas partículas de los
cuerpos ciertos poderes, virtudes o facultades con los que actúan
En 1704, cuando apareció su Óptica, Newton explicó en la adistancia no solo sobre la luz, reflejándola, refractándola e in-
introducción por qué, pese a haberla escrito años antes, no Ia había flexionándola, sino también unos sobre otros, para producir una
publicado hasta ese moraento: «He demorado hasta ahora la im- gran parte de los fenómenos de la naturaleza?». En palabras de
presión afinde evitar enzarzarme en disputas sobre estas cuestio- subiógrafo Westfall, este argumento constituye «el producto más
nes, y aún la habría demorado por más tiempo de no haber sido avanzado de laquímica teórica del siglo xvii».
por la insistencia de mis amistades». No fueron pocos los que le-
yeron entre líneas y sospecharon que las disputas a ias que hacía
referencia eran laque había mantenido con Robert Hooke, muerto
en el año anterior.
LAS MATEMÁTICAS DE LA ÓPT/CA
A diferencia de los Principia, se trata de un texto más ase-
quible, con gran profusión de experimentos y dibujos. Y es que,
foate° a^^nc^ces del übro de óptica, Newton incluyó dos textos
prescindir de complicados planteamientos mateniáticos, podía
^matiGQs. El primero, probablemente redactado una década
ser entendido por cualquier persona medianamente culta.
evaba por título De qu adratura curvarum, y en él desarro-

114 UNA TgORlA LUMINOSA


ns
UNA TEORiA LUMINOSA
llaba su método de cálculo. Comoélrrusmo aclaró, se había6n
trado con copias dc sus trabajos y queria dejar constancia de)
terial original. E1 otro texto, Uamado Enumemtio linearum tertt
ordinis, es decir, U clasifimiión detoj cúbtaas, había sido esci1 ’
poco antes de 1670, pero aún no habia visto la luz.

«En su día, no hubo en el mundo matemático más dotado ni más


ampliamente vemado; ninguno era más apto en álgebra, más
diestro en geometría, más habilidoso ni más sabio en las
sutüezas de la variación infinitesimal.»
_D.T. Whiteside, HISTORIADO» BtlTANICO.

Descartes había reaüzado ya, en La gevmetría, una exhausti-


va clasificación de las cónicas, que son aquellas curvas cuya ex-
presión generai es una ecuación de segundo grado en dos incóg-
nitas x ey. Básicamente, todas las cónicas provienen de la
ecuaciónatf+bif+cxy+dx+ey+f^O. Segúnse otorguen valores
a los coefidentes a, b, c, d, e yf, se obtienen las distintas cónicas.
Entre ellas, se cuentan la circunferencia, la elipse (íigura 3 izquier-
da), la parábola y la hipérbola (figura 3 derecha).

estudió 72 tipos de cúbicas, olvidando solo una media docena de


LA CLASIFICACIÓN DE LAS CÚBICAS casos. En 1717, uno de los que fue discípulo de Newton, el mate-
mático eseocés James Stirling (1692-1770), publicó un trabsyo de-
Como Descartes antes que él, Newton se embarcó en la magna mostrando la mayor parte de los resultados de su maestro, así
tarea de clasificar las cúbicas, aquelias curvas cuya ecuación es como ampliando en cuatro cúbicas la iista de este. Este trabzyo
un polinomio de tercer grado con variables x e y. contribuyó como ninguno a popularizar la obra de Newton.
Ai comenzar su tarea, se conocían cinco ejemplos de cúbicas: En la Enumeratio, Newton partió de lafórmula general de las
la cisoide (figura 4 izquierda), del griego Diocles, el tridente y el cúbicas dada por la expresión:
folium (figura 4 derecha), de Descartes, y las parábolas cúbica y
semicúbica, que, entre otros, habían tratado John WalJis y William Ar5 + By*+Cx^y + Dxy2+Exy+Fx2 + Gy*+Hx+Ky+L=0.
Neill (1637-1670).
La jEnumeratio de Newton está considerada como la primera En ella realizó un complicado cambio de coordenadas para
obra dedicada en exclusiva al estudio de las representaciones grá- eüminar las potencias mayores de la variable y, con io que consi-
ficas de curvas pianas de grado superior en álgebra. E1 cientifico
reducir todas las cúbicas a los siguientes cuatro casos.

116 UNA TEORÍA LUMINOSA


UNA TEORfA LUMINOSA
E1 primero incluye las cúbicas hiperbolicas, es decir,
D*a,^W1+ey=a*,+b:*+CX\d- . ... <. ■ — »
Ún ejemplo conocido de esta dase de cubrcas es la U ..
p *•* 2¡)1t¿'r^- •K-fWñ
«Braia de Agnesi», una curva en honor de la matemáüca itau”
mtrx. 'Wal v Ct_
SaJZ Agnesi (1718-1799) que puede verae en ,a
E1 caso segurdo comprende las cubicas txidentes: Z) = o Q ñ
yZ>0, xy-atf+brf+ex+<L Por ejemplo, la representación <¿j¡ ft t {•* *
V- » *■ ¿tk*. a/
puede verse en la figura 6.
-i* *JLa¿
Más adelante se desarroUará con más amplitud el tercer cas
«/ «^ vjU~ ■
En el cuarto se encuentran las cúbicas parabólicas. En ellas, cua! *7 *rf- **u /*■ oSJy
doD=G=E=0,se\leg&ay = a3? + boc? + cx+(i. Un ejemplo’de las * H 4
eurmJrvx.
mismas puede verse en la figura 7.
Véase ahora, con un poco más de detalle, el tercer caso Este ^
+< ^
abarca las denominadas «cúbicas parabólicas divergentes», cuando
D^OyGtO^tf^atf+btf+cx+d. En este conjunto de cúbicaT
Newton encontró «una parábola cuyas raraas infmitas están al "j-i tr,2JL J
mo lado del eje de ordenadas, extendiéndose en direcciones opues- «7«. y1
tas. Su diámetro es el eje de abscisas y no tiene asíntotas (rectas con p’ * / Z? ^ Va ~*rV4 r>^M
las que coincide la gráfica en el infinito). A veces aparece un óvalo» ^ f?rr lr> vr-J ^Hi
?¿w£/o r/'»

£;•«

rOTOSUPSRiOR
1Z0UÉR0A-
llustración que
muestra uno de
los etperlmentos
que con la luz
realizó Isaac
Newton.

FOTO SUPERIOR
OERECHA:
Pigina del diario
de isaac Newton
donde pueden
observarse sus
reflexlones sobre
la vhión humana
y el famoso
experimeoto
con el puzón.

R)TO iNPERiOR.
=9- ix
Dibujo realizado
por Newton que
muastra la
demostración de
la refracción de la
luz bianca a través
de unos prismas.

UNA TEORlA LUMINOSA

n9
ÜNA TEORlA LUMNOSA
T

69: Bn esta ocasión, se obtíene una


Newton realizó el estudio en este bloque atendiendo al
fútn*. SjjTe) óvaio es inflnitamente pequeno, prácCS'
ro de soiuciones de la ecuación axi + bx¿ icx + d = (). Como
> entre
los casos 1 y 2, había mostrado 66 especies distintas, en este I lfecíable
jnaP1
empezó por la 67.
F.gpede 67: Cuando las tres raices de Ia ecuación son reale
desigoales, Se obtiene una parábola divergente caxupaniforme CoJ
un óvalo.

y3 =x* -x2

ggpecie 70: Si las tres raíces son iguales, se obtiene la parábo-


la «acuminada» en el vértice; es la conocida como «parábola se-
micúbica».

En el caso de que dos de las solucíones sean iguales, se obtie-


nen dos espeeies distinías:

Newton presentó 65 especies del primer tipo, una del segundo,


CÍriC0 iercero, y una del cuarto. En total, 72.
Su óptica significó una gran revolución, pues, aunque ya eran
conocidos muchos de sus resultados, aún no habían sido asimila-
desarrollados por nadie más. Por otra parte, su Enumeratio
y2 = AT* - 5at + 2
lon Causó sensación. Siguiendo la estela de Descartes en lo

120
UNA TEORlA LUWINOSA
121
unateor/auuminosa
CAPÍTULO 4

que se refiere a las cónicas, Newton afrontó el desafío, inédj|


¿asta entonces, de clasificar todas las cubicas. Casi l0 l0gr™';0
que solo se le escaparon seis casos. Fue, además, una de las ’ „
meras ocasiones en que se utiüzaron los dos ejes de cootdena^"
que se trabajaron indistintamente con los valores positivos y T'
gativos de las variables. Pese a todo, aún existe otro campo en ei \j3, renovacion de las m ate ni átic as
que el genio mostró lo mejor de sí: el eálculo.

purante la revolución científica, al poderoso árbol de las


matemáticas le crecieron nuevas ramas. Entre elias se
encontraba una, el cálculo mfirutesimal, que iba a pemiitir
a esta ciencia expandirse de una forma inimaginable hasta
entonces. Uno de sus principaies creadores fue Newton,
pero muchos de sus contemporáneos aportaron también
su talento para que este avance fuera posible.

122 UNA TEORÍA LUMINOSA


A finales del siglo xvn Charles Montagu (1661-1715), duque de Hali
faxy gran amigo de Newton, fue nombrado eancillerparalaHacien-
da Real. Como otros de sns compañeros, Uevaba tiempo intentado
conseguir un puesto en Londres para su amigo. No debe extrañar
por tanto, que Newton accediera poco después, en abril de 1696 ai
puesto de inten entor de la Casa de la Moneda. Esto supuso una
mejora sustancial en su estatus, tanto económico como social.
AJ contrario que sus predecesores en el cargo, Newton se
tomó muy en serio su labor. Como interventor, llegó a encarcelar
aun centenar de falsificadores. Para lograrlo, organizó unared de
informadores repartidos por toda la ciudad, especialmente en las
iabemas, donde trababan amistad con los posibles inffactores.
E1 genio conservó el puesto hasta su muerte. Sin embargo, con
laprecaución que le caracterizaba, no abandonó su cátedra Luca-
siana hasta 1701, dejándola en manos de William Whiston, su sus-
btuto mientras vivió en Londres.
Su tarea como interventor, no obstante, no le alejó dei mundo
J^atemático. En este, por aquellos días. estaba de moda retarse
^08 a otros con ejercicios de difícil solución. De esta manera, los
atemáticos se ponían a prueba y demostraban su propia valía
cie Kfi 1696 Johann Bemoulli (1667-1748), a través de la revista
cq» caActa Eruditorum, lanzó un desafío matemático asus
hallar el camino por el que un cuerpo pesado descendería

LA RENOVAClON OE lAS MATEMÁTICAS


1

más rápidamente desde un punto a otro que no estuviera pCió al frente de la entidad casi cinco lustroa m-
niente debajo. Este dilema era conoe.do como el «probler¡^ l^iores presidentes, en general, no solian
baquistócrona». E1 ptoo ftado por Bemouü, expiró sin *1
rarecibido ningunasolución. Poco después, sin embargo , ub¡' 8Í()S' , anuellos días la sociedad se encontraba Pn
le escribió para informarle de que lo había resuelto. Tan.h;*11’1 P0,'s,Ütimas décadas, el número de socios se habtw,^38'
pedia que ampüara el plazo hasta Ia Pascua de 1697 para „ 1 * la entidad carecía de la seriedad cientffiS deí'-110
dieranparticiparcientíficosdeotrospaíseseittopeos AsUu' - volcó en cuento y alma en la
Bemoulli, que añadió otro problema encontrar una curva ° .rlugar, aswtio a todas las reuxuones mientras fue
propiedad de que cualesquiera que fueran los segmentos de°n ’
linea trazada para interceptarla, sumados y elevados a cuai ^
<,“* »• bi*r " rdr~“' ***££&
1 lció la figura del encargado de experimentos, puest0 2
potencia, fuese constante.. qui< £ ocupado Inicialmente Robert Hooke, nombrando a va^
La solución era una cicloide invertida y solo fue present paxa que los resultados presentados fuesen más diversos
correctamente por cinco personas: los hermanos BemouiU Let e interesantes-
niz, LHópital y un cientffico que mandó la respuesta de f0 ' Tambíén hizo limpicza de los miembros que no estaban al día
anónima. Ai leer esta última, Bemoulli exclamó: «por sus delas cuotas y promovió la incorporación de socios extraqjeros.
se conoce al león». Efectivamente, el autor de aquella contestai * por otra parte, no descuidó la vertiente diplomática, e invitó a la
era Isaac Newton. sociedad a muchos príncipes y nobles interesados en la ciencia.
Porúlwno, bajo su mandato se Uevó a cabo el traslado de la Royal
“ -— * gociety a su sede actual.
duimió hasta que lo hubo A1 año siguiente de baber sido elegido presidente de la Royal
Ia madrugada. Society, Newton presentó aüí su Óptica. E1 texto, gracias a la fama
Por derto, no parece casual que todos los que haUaron la so- alcanzada por Newton, tuvo una gran acogida. Su primera edición
lución poseyeran conocimientos de los nuevos métodos de cáicu- estaba escrita en inglés, con un lenguaje mucho más asequible que
lo aportados por Newton. los Piincipia. Basta decir que, durante la vida de Newton, se pu-
blicaron dos ediciones en francés y dos en latín, para que pudieran
leerla científicos de otros países.

EL PRESIDENTE DE LA ROYAL SOCIETY

A pesar de que seguía en contacto con sus colegas, Newton ape- NUEVOS FRENTES DE DISCUSIÓN
nas frecuentó la Royal Society mientras vivió en Londres. En una
de sus escasas visitas, mostró un sextante de navegación en el Los éxitos de Newton se sucedían, pero también las polémicas. E1
que había estado trabajando, Sin embargo, tras asegurar Hooke dentífieo inglés había contado con la ayuda del astrónomo real
que él ya había inventado uno similar treinta años antes, dejó de Flamsteed en la elaboración de los Principia. Como terua en
asistir.
mente revisar el libro y necesitaba más datos, le propuso a su
Cuando en 1703 murió Hooke, Newton fue elegido presidente c°lega mterceder ante el príncipe Jorge, miembro de la Royal So-
de la Royal Society, cargo que ocuparía hasta su muerte. Newton ciety> Para que se publicara su catálogo de estrellas. Flamsteed se

127
U RENOVACIÓN OE LAS MATEMATICAS LA RENOVACIÓN D£ LAS MATEMATICAS
„rión de la obra, denunctó que el resultado estaba
negó porque no queria peixler el control sobre la obi^ p
l'^ lres. U desesperacion ante lo ocurrido le condmo
negativa. Newton. con el respaldo de la Royal Societ ? ^ a ^
'>ieZ0s los ejemplares que cayeron en sus manos. Más
comisuSn que revisó los papeles del astrónomo con la una
una postenor puWicación. eXcUsa ^ >',gr, ó en una segunda edición que se ajustaba a sus de-
>, irl,b,;i 0bra no vio la luz hasta seis años después de su
TodoeUo provoco que las relaciones entre Newton v Fl
pis. I,cf0
desembocaran en un auténnco enfrentamiento. No av h
¡¡ufde' en que Newton trató a John Flamsteed no pudo ser
1710. U reina Ana de Gran Bretaña nombrase una nueva ° qUe’en
Wforn cruel. Como ya hizo con Hooke, trató de restarle
dirigida por Newton. para supervisar el Observatorio
borrar su legado. Por ejemplo, eliminó casi todas
GreenwKh. con lo que Flamsteed vio fiscalizado todo su trah -^ ^
su mayor enemiijo. irabqj° p<jr ipipoi^101 . astrónomo en las posteriores ediciones de los
lfl5n?ferencia&
En 1712 se publicó por fin la Historia coetestis brit
ftindPia‘
{Historia brttánica de tos cieios). Flamsteed, al que excl071^0

reedición de los principia


JOHN FLAMSTEED
uella época, Newton acometió la revisión de los Principia
John Plamste«d 0646-t7i9l estud«i as-
tror»om«e de fomra au^od'dacta y co^ el lanzar una segunda edición. En la primera, atribuyó las ca-
apoyo de Henry Oldenburg secretano ^ias en el estudio lunar a Flamsteed, que le habia entregado
de ta Roya' Sooety. fue nomfyr&iQ pn.
concuentagotas la información soiicitada. Ahora que ya disponía
mer astrónomo real oe lr>g¡atema Como
ta< se encargó oe la creec»ón del Obser- deella, podía intentarlo de nuevo.
vatorio Reai de Greenw*ch, cuyo d*seAo Para la labor contó con el patrocinio del director del Trinity
cornó a cargo de! oentif*co y arqu«tecto
Coüege, Richard Bentley (1662-1742), nn reputado filólogo y hele-
tngles Ovtstopher Wren A! no rec*b»r los
fondos necesarios para ei matenai, se v»o nista. Este encargó el trabajo a Roger Cotes (1682-1716), un cien-
obligado a adQu<nr!o con sus propios tífico que ocupaba la cátedra Plumiana de Astronomía. Cotes tra-
medk» En 1680. predijo oue el conoodo
bqjó con Newton varios años, siendo conocida en análisis
como «gran cometa» —el pnmero oue
pudo verse con telescopio-. volveria a numérico la fórmula de Newton-Cotes para un tipo interpolatorio
verse meses después aiejándose dei Sol. de integración numérica. Pese a ello, Cotes no recibió ninguna
También fue de k>s pnmeros cientificos
remuneración por el trabajo y las ganancias se Ias Uevó Bentley.
que realizó observaciones del pianeta
Urano. Pue ordenado sacerdote y encar- Porá fiiera poco, ni siquiera se reconoció su labor en la edición,
9ado de una parroquia en Surrey. cergo que. junto con el de astrónomo real, yaque un prefacio en el que Newton agradecía sus correcciones
mantuvo hasta su muede. La obra princtpa) de Flamsteed, que trabajó duran- no fue incluido.
te treinta y cinco aftos en el Observatorio Real. fue un catálogo de estreüas
La segunda edición salió a la venta en 1713. Las polémicas en
c rno br,tánico que tr,P|'CÓ el número de astros dasif»cados hasta entonces.
n 2 apareoó su monumental Histona caelestis britanmca (.Hístoria britá- p 010 a I0 Prioridad del cálculo impidieron que se pubUcara antes.
ntca de tos o'e/os), financiada por la Corte.
n cualquier caso, al igual que la primera, fue un éxito inmediato,
ta el punto de que en los años sieuientes aparecieron diversas
^riones pirata.

128 LA RENOVAOÓN OE LAS MATEMATICAS


129
LA RENOVAOÓN OE LAS MATEMÁTICAS
iriisin® carta, anadía un nuevo cnptograma sobre el
la guerra por el cálculo infinitesimal
En ncovecesmásextenso.PuedeparecerqueNewtou^
retorcido, pero incluir mensajes cifrados era
Uno de Ios pasíyes más negros de la historia de la cienci
ra<7n ia época. Sin ir mas lejos, Hooke también solía em
gloxvmfiieia cruel disputa por el descubrimiento del c$i* fel si'
Newton había creado su método de cálculo a meciiaci °
pl^-84 Leibniz publicó en la revlstaActa Eruditorum el
década de 1660. Le mostró su manuscrito De analysi a John ? ^,a
quien, antes de devolvérselo, lo copió sin su penniso g En^tícido en el que se mencionaba el cálculo diferencial que
Leibniz, que un año antes también había descubierto el cál
su propio método, viíyó a Londres. En casa de Collins tomó ° ^
riones sobre las series infinitas que aparecían en De analysiT^'
cuademo de Leibniz no figuran notas sobre el cálculo de Ne ** ^ fi0rrFR|ED WILHELM LEIBNI2
pues, al contar con su propio método, no debió de interesaIirt°n>
Poco tiempo después, trascendió que Leibniz había enc igibniz 0646-1716) nació en la ciudad
.le,nana de Leipzig, en el estado de Sa- ^
do un método general para los problemas del cálculo, p0r
a Abarcó multitud de disciplinas y en . , ^0*^.
Collins animó a Newton a que se escribiera con él. Así ese nv ^ lodas aportó su genio. Así. fue matemá- ' .
año, Newton envió una breve carta a Leibniz, conocida eomo ■ m
tola prior, donde le explicaba su método para desarroliar la^
t¡co filósofo. historiador. diplomático,
¡rtqeniero, diseñador. geólogo, bibliote-
cario... Es considerado como el último
W—
9
m
y

tencia de un binomio de cualquier exponente. También le mosüa^ qenio universal. No en vano, descubrió I L J
ba resultados de sumas de series, pero sin especificar los métodos de forma independiente el cálculo infini- ■ M
que había seguido. tesimal a mediados de la década de 1670. M
Leibniz quedó asombrado de los conocimientos de Newton y Durante la mayor parte de su vida. fue
consejero de los duques de Hanóver.
le escribió solicitándole más información. E1 científico inglés le
Para ellos escribló una historia de la Casa í ^\%L
remitió entonces la conocida como Epistola posterior, la carta de Brunswick-Luneburgo, a la que perte- . ■ W
más extensa que escribió nunca sobre matemáticas. En ella le ex- necía el duque. Consiguió para el ducado fcky ..■•^
plicaba todo lo que sabía sobre series infinitas. Aunque estuvo a de Hanóver un electorado, que otorgaba -"
potestad para elegir al emperador. T am-
punto de contarie sus secretos sobre el cálculo, al final se contuvo bién utilizó sus dotes diplomáticas para
y le envió un criptograma. En la carta decía: lograr que la princesa Sofía, esposa del
elector. fuese reconocida como sucesora al trono de Gran Bretaña (su híjo
No puedo seguir ahora con la explicación, de modo que prefiero Jorge Luis reinaría con el nombre de Jorge i). Ademés del cálculo, realizó
varias aportaciones a las matemáticas. En este sentido, sistematizó el sistema
ocultarla así: Gaccdae i 3eff7í319n4o4qrr4s8t 12vx binario, desarrolló la teoría de determinantes y trabajó en la resolución de
sistemas, elaboró aspectos de probabilidad y aplicó la combinatoria a aspec-
E1 propio Newton le explicó a Leibniz en una carta posterior tos jurfdicos y filosóficos. Por otra parte, se dedicó a diseñar recursos para
optimizar la extracción de material en las minas del Alto Harz, utillzando lo
cómo desentranar el significado del criptograma. La clave radica-
que hoy llamamos «energías renovables». Asimismo, fue pioneroen geología
ba en el número de veces que cada letra aparecía en una frase V Paieontología con su obra Protogaea, en la que avanzó la teoría de la evo-
oculta en latín. Esta era la traducción: «Dada una ecuación en que oción. Por último, destacó en el estudio de la fisica. desarrollando las leyes de
estén envueltas cuantas cantidades fluyentes se quiera, dar con las conservación de la energfa.
fluxiones y viceversa».

u RENOVACIÓN DE LAS MATEMATICAS


LA RENOVACIÓN OE LAS MATEMÁTICAS
llevaba por título «Nova methodus pro maxi et;its pour fflnteUigence cles lignes courbes (Aná-
que tangentibus». Dos afios más tarde, aparecióS H ■ men.te pequeños para el entendimiento de las
geometria recondita et anatysi indivisibüium 1°**° ^uló T anterior, unido a que el método de Leibniz era
donde presentaba su cálculo integral. En él Va t<lUe uibJe, hizo que las matemáticas en el continente
lo de la S estilizada, que sustituía a la abreyi^^3 e| s»>nb más que en Inglaterra, que quedó rezagada du-
entonces, la palabra omn. A pesar de qUe era c 3 USada hJ^ de un siglo.
Newton poseía otro método igual de potente de qf ite n1®5
una sola vez. Un error que empañó sus últímos (h ° menci°uó «hos segundos inventores no cuentan para nada.»
Cuando el matemático inglés John Wallis pum- , — ISAAC NewTON.
tercer volumen de su Obra matemática, incluyó 1 ? , 6n 1699 el
tolar entre Newton y Leibniz, lo que levantó una grgj6 . 11 ePis-
primera piedra la lanzó el suizo Fatio de Duülier ¡^Témíca-U tualidad se considera que Newton descubrió el cálcu-
Leibniz conocía el trabqjo de Newton e insinuandoqnehahde?Ue E,lla íniz fue el primero en publicarlo. Además, los dos ma-
giado al maestro rngles. Mas tarde, en 1708, apareciero ^ P ^P^^descubrieron sus métodos de formaindependientey
leniáticos ^ exactamente iguales. Por un lado, el método de New-
de artículos en la revista de la Royal Society tildando a I^ih T* son
plagiario. En este caso, escritos por John KeiU (1671-172 siruilar al que utilizamos hoy en día. Por otro, se usa la
tonesmas
de los seguidores de Newton. oíro creada por Leibniz, mucho más clara y manejable.
notación
Por su parte, Leíbniz, acuciado por los hermanos Bemoulli
publicó una crítica anónima del libro Óptica, en la que aseguraba
que el cálculo de fluxiones de Newton no era más que el cálculo
diferencial con otro nombre, y acusaba a Newton de plagio. LOS PROBLEMAS DEL CÁLCULO
Apartir de ahí, la situación fue caldeándose hasta elpuntode
que, en 1711, Leibniz exigió por carta a la Royal Society que me- Elcálculo que originó aquellas disputas no se refiere, como una
diara en el conflicto y decidiera quién tenía razón. Teniendo en persona poco versada en matemáticas podría suponer, a las ope-
cuenta que el presidente de la sociedad era Newton, no fue una raciones numéricas básicas que se aprenden en la escuela y que
decisión muy atinada Este formó una comisión que, integradapor solemos utilizar a diario. Esa parte de la matemática es la que se
sus seguidores más cercanos, publicó un informe conocido como denomina aritmética. Ya los antiguos matemáticos griegos diferen-
«Commercium epistolícum». AI parecer redactado por el propio daban entre esta última, que era la teoría abstracta de los números,
Newton, en él se apoyaban totalmente sus tesis y sentenciabaque ylalogística, que eran los cálculos numéricos aplicados.
él había sido el inventor del cálculo. Resulta conveniente, pues, aclarar qué se entiende por cálcu-
La polémica continuó incluso a la muerte de Leibniz, derivan- jo- Desde el siglo xvn, el cálculo, conocido a partir de Newton y
do en un enfrentamiento entre Inglaterra y el continente. Así, rtíen- ibniz como cálculo infinitesimal, es el estudio relacionado con
tras Inglaterra siguió los pasos de Newton, el resto de Europa CUrv,as’ decir, las gráficas de las funciones, sean del tipo que
respaldó las tesis de Leibniz. Estas últimas fueron amplianiej^ nem'^StaS comenzaron a estudiarse desde un punto de vistaci-
desarrolladas, entre otros, por los hermanos BemouIIi, J^bj en atlco °»to que es lo mismo, considerándolas como un punto
Johann, y por el marqués GuiJlaume de I’Hópital (166M7°4), de Ci^1It0em°, lo que hizo que se ampliara mucho el panorama
pnmero en publicar un libro dedicado al nuevo cáiculo: Vanaly
con respecto a los griegos antiguos.

132
LA renovación DE las matemAticas 133
LA RENOVACIÓN DE LAS MATEMATlCAS
Antes de descubrir el cálculo, sin embargo, m,Jchnv .(mpica, el lanzador de martiUo da vueltas sobre sí m-
Kos estutUarou diversos aspectos de este, enfrentán^'1’»^.
^<{¡1 círCUl0 61T'"0 En CUant0 lanzador S
variados probtemas. Se a riiUy S,nosigne girando, smoquesaie volando en ladrp
^lÍtangente-Urectaque esperpendicular a la recí^
,No considero las magnitudes matemáticas comQ formadas de ‘ el punto de tangenaa se Uama «recta norinal, eI ''
en ópdca, pues cuando un rayo de luz toca e„ unaZ
por partes, por pequeñas que estas sean, smo descritas p0r
la ley de refracc.on debe tenerse en cuenta ei 2
un movimiento continuo.»
>f- ^Jficadvo, que es el que forma el rayo de iuz con la nomtal'
_ iíAiC NlflW. QGAMATV*A CVBVAMVM.
^mercer problema era el calculo de medidas, en concmto la
H rt de una IWea curva, el area btyo una ftmción y el volumen
E1 primero se encontraba directamente relacioiiado c l0,lgI Tuetpo. También se buscaba haliar el centro de gmvedad de
vimiento: cómo hallar la velocidad y aceleración en cualq^1 ^ así como Ia atracción gravitatoria de un cuerpo sobre
tante conociendo ia distancia que recorre un cuerpo en m T ^ # ^cular la longitud de trna cuiva era aplicable, por ejemplo, a
determinado. Si una persona hace un viaje y recorre, por eJempo ^hlemas físicos como hailar ia distancia recomda por un planeta.
225 kilómetros en dos horas y media, una simple divisiónl Pf0bantiguos griegos habían sido precursores, caiculando áreas y
que habrá circulado a una velocidad media de 225/ 2,5=gOkm/K9 enes de muchas figuras con el método la exhaución.
Pero eso no quiere decir que en todo momento haya ctfculadl/ V° Tl cuarto y úitimo problema consLstía en el cálculo de máxi-
esa veloddad de manera constante. Unas veces habrá ido más * y nunimos de una función. Este también tenía muchas aplica-
pido y otras, más lento. La dificultad estriba en calcular cuál ha sido ciones piácticas, como la posibilidad de estudiar la máxima y mí-
la velocidad instantánea en un determinado momento. nima distancia de un planeta ai Sol, o la máxima altura y distancia
Esto es imposible, ya que el cociente entre el espacio recorri- a ja qUe podía llegar un proyectil disparado por un cañón, proble-
do y el tiempo en un instante arrojaría el resultado 0/0, Iguai de maque resolvió Galileo. Pero existían, incluso, aplicaciones más
confiictivo esel problema inverso: conociendo la velocidad en un prácticas. Kepler publicó en 1615 un libro titulado Estereometría
instante y el tiempo del visye, tampoco se puede saber la distancia delos (xmeLes de vino, en el que abordó el problema de optunizar
recorrida, pues esa velocidad no es uniforme y varía a lo iargo laforma de un barril. Como curiosidad, el matemático alemán
del recorrido. La dificultad reside en que, para pasar de ia veloci- tuvo la idea de este estudio al comprar unos barriles para su boda
dad media, fácil de calcular, a la velocidad instantánea, es necesa- y comprobar que la medida del vino que conteman no guardaba
rio el paso al límifce, operación desconocida en aquellos momentos. relación con ia forma de los barriles.
E1 segundo gran problema es obtener la tangente a una curva
en un punto dado. Para los griegos, la tangente era una iínea recta
que tocaba en un solo punto a una curva y dejaba toda la función
a un iado. Esto servía para las secciones cónicas, pero como ei LOS PRECURSORES DEL CÁLCULO
panorama de las curvas se había ampliado considerablernente en
el siglo xvn, ese problemase había agudizado. Además, este cálcu* Más allá de los grandes nombres, fueron muchos los matemáticos
lo tenía aplicaciones directas en la física cotidiana. Es el caso de Pusieron su grano de arena en el desarroilo del cálculo. Por
un cuerpo cuando se encuentra en movtmiento: su dirección es ejemplo, el francés Pierre de Fermat inventó im método propio
siempre ia de la tangente a su recomdo. Por ejempio, en una corti' haliar tangentes o calcular máximos y mínimos. E1 problema

LA RENOVAClÓN Dg LAg MATEMATlCAS LA RENOVACIÓN DE LAS MATEHÁTICAS


es que seguía siendo un procedimiento muy depend’
!.laigualdade'6=2'a'e+e2' En eUa’ ^divjdeporev
geometría y servía solo para casos especiales. Véase uiTente de la a J C°mo e es una cantidad minúscula, se^espren
con un caso concreto: partiendo de im segmento AB*^^ t^Z. 2-a. Esdecir, paraobtener el áreamáxima el^?ay
propuso dividirlo en dos partes, de forma que el rectá ’ Ferrnat $e qaedfl b.caise justo en la mitad del segmento. ’ mto C
lados fuesen esas dos medidas tuviese la mayor área r U1° Cüy°s ^Kprinier cientffico que dio un paso importante para ei descu
te, consistía en encontrar C de forma que el rectán basicajtten. del cálculo fue Bonaventura Cavalieri (1598-1647,
fuese de área máxima (figura 1). gul°
6fl,“ de Galileo, quien ideó un método similar al de Kepler r
E1 método es el siguiente: se llama b a la medid
Írf intentó recuperar el método exhaustivo de demostractón
A5yala del segmento AC la llamamos a, por lo que CB^
f, sgriegos. Fue el creador de las «indivisibles», una serie de
Se desea, pues, optimizar el producto a • (6-a) = Q 5 medira 6-a.
mentos básicos
— que formaban
......todas las flguras. Pueron preseu
pxcsen-
siguiente es aumentar el primer segmento en una medid ^ El Pas° das en su übro Geometna indivisibilibus (1635). En él incluía
queña, e, y disminuirla en el segundo, con lo que ia mprrh mUy ^
formadas por una mfinidad de puntos, las áreas por un
tángulonuevo sería (a +e)■ (b-a-e) = a■ b-a2-a.e + ^ del rec'
coryunto de segmentos paralelos y los volúmenes por áreas para-
Comparándola con la expresión del primer rectángulo6 \b"e'a"é¿-
lelas. Por ejemplo, al conjunto de elementos que formaban un área
nuevo debe ser casi nulo si ia ampliación es peaueñá ° haya
h por lo que los llamaba omnes Lineae (todas las líneas). Básicamente, para
Irallar un valor sumaba todos los indivisibles.
En su libro Exercitationes geometricae, de 1647, explicabaque
unalínea estaba compuesta por puntos, como un collar de perlas-
unplaro estaba constituido por líneas, igual que un vestido de fibra,
y unsólido estaba formado por áreas planas, como las páginas de
ur libro. Cualquier área está formada por un número indefinido de
segmentos paralelos, como puede verse en el ejemplo de la figura 2.
Con la ayuda de estos elementos enunció el Uamado «principio
deCavalieri»;

Si dos figuras planas (o sólidas) táenen igual altura, y las secciones


hechas por rectas paralelas (o planos paralelos) a las bases y a igual
distancia de ellas están siempre en una misma razón, entonces las
Soras planas (o sólidas) están siempre en esa razón.

p0r este P^cipio, si, como vemos en la figura 3, se cortan


*Pl<c*cion*» c°rtes^u riParatet°S ^ cono y uria pirámide, y las áreas de esos
eoncrMas dc los
>n*todos de Pi*rre el mismov^0 se Puec*e concluir que las dos figuras tienen
<!• fermat y
Bonivnnturj
Cavallwl. yas dej los iudivisibles, Cavalieri obtuvo el área de las cur-
Uegó a derno* ^ ení:re ® y 9. Utilizando la expresión actual,

136

137
LA RENOVACIÓN DE LA5 MATEMÁT1CAS
liHri por rectángulos de amplitud muy pequeña - .
áe rectángulos
nf0 de -; de —la misma anchura y
—micnura y partía
partíJriT *
^>t0
i(Uljnt
eV el „1 área
ñrea bajo
baio la
la función
función podía
noriífl acercame aiadelsu-
4rea ¿
"l'gulos. Paraello, iba aumentando elnúmero
^t°de
teraan raenor rpütuA Cuand°ei «utoSi:
se hacía muy grande, ia suma de sus fa*
<eC*81' mentói al área bíyo la funcion. Quería haUar el áL k
<*££**•■^
l^actualesseexpresanaasn
«-«¡C,1;

Consideraba n rectángulos de amplitud e (figura 5). por tanto


rectánguto correspondiente al rectángulo de la posición í teníá
j hase e y de altura el valor de la parábola en su abscisa í ■ e. En
^nsecuencia, su área será e • (t-e)2 = í2 ■ e3.
coi
Si se sumaban todos los rectángulos, ei área era:
Otro de los discípulos de Galileo, Evangeiista Torricem (mz.
1647), utilizó un método similar a Cavalieii pero, en lugar de tir A=e‘e*+e-(2e)2 + e-(3e)2+... +e-(n-e)2=
zar líneas, ias sustituyó por otxos elementos geométricos. Fue e) = #+&*++ ... + n2 • e3 = e3 • (1 +4 + 9 +... +U2).
primeroque representó la ftmción logarítmica (figura 4), de Ia que
calculó varios elementos: área, asíritota, ordenada y voíumen de!
sóüdo de revolución. También publicó en 1644 el libro De cLimen-
sione parabolae, en el que, además de aportar 21 demostraciones
-- . distintas de la cuadratura de la pará-
bola, aparecían como apéndice la cua-
dratura y el cálculo de ia tangente a ia
cicloide. Como muchos de los mate-
máticos de la época, dio preferencia a
la geometría frente al planteamiento
algebraico. De no haber muerto de for-
ma prematura, podría haber sido el
inventor del cálcuio.
Una figura también relevante fue
la del francés Gilles de RobervaJ (1602-
1675), miembro de la Academia de las
Ciencias de París. Sustituyó Ias líneas

LA RSNOVACtON
°E US MATEMATICAS 139
LA RENOVACIÓN DE LAS MATEMATICAS
0* + l2 + 22= Ami+1
La suma de los cuadrados de los números era ya cono^ 12 ” 3 12’

-4-h —. nsidera que había cuatxo líneas, las medidas en el trián-


3 2 6 Sise c , 2 y 3, y las del cuadrado, todas 4, Era la imagen de
0eian 0.'btenía ia siguiente fracción:
Como el valor a era la suma de las n anchuras de los
gulos, es decir, a=n e, por tanto e = y la expresión
convertía en la siguiente: 11 n°fse
02+12+2z + 3z _ 11 = 1?.+A_I+J_
36 36 36 3 12'
/ 3 n n n
71 n2

J* Y 3na 2n3 6w3 = «3-í¿+-L+ 1 \


6j
\3 2n 6?í,2]'
Tomando un número muy grande de rectánguIos (n) ^ f jOHNWAUUS
ciones con n en ei denominador pueden despreciarse, lo que
.„«¡deradoei más importante matemá-
implícitaunaaproximación al paso al límite, y queda que el ér* Consio _. ™ Mm.iton lr>hn Wa-
ggSffranteno»a Newton. John Wa- v ‘M
bqjo la parábola es a ocupó la cátedra SavlNa- WU . M
q3 nadeGeometría en Oxford. Tambien fue i'W m
iptógrafo real. y escribió sobre teolo- f 7,.U U d, W *
3 ’ aíalógica, filosofía y gramatica. Ade- ' U /J <
más fue uno de los creadores de la Ro- • m ^ 9* U
Curiosamente, Roberval encontró la tangente y la cuadratura yal Society, asi como el introductor en -. .jL JA J
de la cicloide antes que Tonicelii. Sin embargo, Torricelli lo publi- inglaterra del lenguaje de sordomudos.
Su libro más importante fue Añthmetíca jpP L / ._ J
có antes que él, lo que generó ima nueva poLémica en tomo a la infínitorum, publicado en 1656. en el que f ,
autoría del descubrimiento. Una vez más, es probable que cada presentó su método de cuadraturas ba-
uno de eüos hallara la solución de forma independiente. sado en los indivisibles de Cavalieri. Am- f'B mM W ■ Jy>
Otxo nombre fundamentai para la evolución del cálculo fue plió el cálculo de potencías hasta las de K gw U M j
exponente fraccionario y fue el primero y K CV U m ¡ i
John Wallis. Utilizó un método similar a los infinitésimos, aunque en hablar de fracciones contínuas. Junto I M SV M M / &
su presentación era más aritmética que geométrica. con su discipulo William Neile (1637- %
Por ejemplo, para hallar el área de la parábola, y =a?, entre 0 1670) rectificó la parábola semicúbica
y 1, tomó un triángulo rectángulo isósceles y un cuadrado de la xJ=a yí, planteando un método general
que permitía calcular la longitud de una gran cantidad de curvas. Fue el pr¡-
misma base, y vio la proporción de sus líneas. Si solo consideraba mero en utilizar el símbolo oo para representar el mfinlto dentro de nuestro
dos líneas, la primera del triángulo valdiia 0 y la segunda, I. Como contexto actual. En su Tratado de a/gebra admitió las raices negativas y
en el cuadrado las dos valdrían 1, se obtendría la igualdad. complejas. práctica que no se aceptaba en la época, Era un nacionalista inglés
furibundo, con que no debe extrañar que apoyara ardientemente a Newton
02 + l2 1 1 11 y atacase a Leibniz. Su patriotismo era tal, que llegó a defender que la
9eometria analítica de Descartes la había plagiado del matematico mgles
la+l3 + Thomas Harriot (1560-1621), afirmación carente de sentido.
Si se consideraba que tenían tres líneas, sus medidas en el
triángulo eran 0,1 y 2, y todas las del cuadrado, 2.

u RENOVACIÓN oe LAS MATEMÁTICAS


LA RENOVACIÓN OE LAS MATEMATICAS
r

Se observa que el resultado era siempre la fraeción 1/3, m.


otrafracción que se iba haciendo cada vez mas pequeña a medi^
aue aumentaban ias líneas. Por lanto, s. se anipliaba indcfini(1.
mente el número de líneas, el vaior del área temunaba sicndo 1/3
Así calculó Wallis lo que hoy se escribiría con.o

La aportación al cálculo de Isaac Barrow Lanibién resulió


ineludible. Y es que el maestro de Newton fue quúfi niás se acercó
al descubrimiento del cálculo inftnitesimal entrv Ukíos Ios pred<?u
cesores de Newton y Leibniz. En sas Ischonrs opticac < 1669) y
Lectioncs geometricae (1670) recogia sus clases en la c .Ucdra Lu-
casiana y, con la ayuda de Newfon. presí*nií» su rnen xío de cáleu-
lo, principaimente geométriro. La esencia d<*l cál« ulo se enconira-
ba allí, especialmente en el segundo libro. En él .se aparecen
trazado de tangentes, diferenciación del produetri y cocien.e de
funciones, diferenciación de potencias íle .r. re«-t ifU-nción de cur-
vas, cambios de variable en una integrai definida o diferenciarión
de funciones implícitas.
Barrow tuvo en cuenta, además, el teorema fundamental del
cálculo, queestablece que la diferenciación y la integración son
operaciones inversas. Lamentablemente, solo lo planteaba en al-
gunos casos y no lo generaiizó. Este resultado, fundamental para
esarrollo del cálculo ínfinitesimal, pasó desapercibido para los
matematieos de la época.

142
LA R6NOVAQ6N DE LAS MATEmAt*CAS LA RENOVACló*< 06 LAS MATEHÁOCAS UJ
«oadcbboblcAlculo
LOS

Algunos *»*.*•» !-»• r «“-Üí® oa» ser


«fondadores» del cáiculo porque, como
conS*jp1lcubridores hiibo varíos antes de eüos. A1 ü-ab«y7
T^fmm^áe^nx^b^coqnegeométnoo^
LTltoaue no dieron sus predecesores.
F„ primer lugar, encontraron un método general que pemi(ía
trabaiar con cualquier üpo de problema; en segundo, establecier0„
TTos problemas de tangentes (denvadas) y cuadraturas (j^
ZL eran inversos: bastaba resolver uno para invertir el proce.
S v hallar el otro. Este resultado es lo que se conoce como
renia fundamental del cálculo». Barrow y Gregory habían intuido l. —-~~
este teorema, pero nunca Uegaron a estructurarlo.
A pesar de la polémica suscitada entre Newton y Leibniz, sus mán aventajó al inglés al apostar por la notación. Leibniz siempre
raétociostenían diferencias claras. Para comenzar, para el primero se preocupó por fijar una notación para los conceptos que fuese
las curvas eran puntos en movimiemo. mientras que el segundo clara y manejable.
consideraba que las funciones estaban formadas por infinitos seg- En el cálculo actual, las aportaciones de ambossiguen vigen-
mentos rectilíneos infinitesimales. cada uno de los cuales daba tes: nuestra concepción del cálculo resulta más cercana a lo pro-
lugara unatangente a la fimción (figura 7). puesto por Newton, pero se utiliza la notación propuesta por
Además, para determinar la derivada, Newton utilizó incre- Leíbniz.
mentos muy pequeños de las variables. recurriendo a Ia idea de
límite del cociente de los incrementos cuando estos se hacían in-
finitamente pequeños. En cambio. L^ibniz trabajó cie forma direc-
ta losincrementos infinitamente pequeños, lo que, para él, eran Jos EL CÁLCULO DE NEWTON
diferenciales.
E1 primer manuscrito en el que Newton abordó el cálculo fue De
Por otra parte, Newton trabajó las derivadas e integrales en
analysi, publicado en 1669. En él, Newton partía del área enceira-
términos de cambio relativo entre las variables, mientras que
da por una función y calculaba la ecuación de Ia curva que a a
Leibniz enfocabasu trabcyo mediante las sumas de térmínos para
lugar a esa área. Por ejemplo, tomaba el área
hallax áreas y volúmenes. E1 ertfoque de Newton era más físico,
haciendo hincapié en la idea de cambio continuo, y el de Leibniz 2
—x/2.
no abandonaba la idea fiiosófica de las partículas minúsculas o 3
monadas. En cuanto a la forma de representar las funciones, New-
Newton consideraba una cantidad infinitesimal que represen
ton prefería las series, y Leibniz, su expresión generai.
mediante o, a lo que llamaba el momento de la vana e, y due
En algunos aspectos el sistema de Leibrüz era superior al e
el incremento de la abscisa x. De esa manera, el ea uuci
Newton. E1 sabio alemán planteó fórmulas y reglas de derivación,
crementa en el rectángulo curvilíneo de vértices x, x + o,
extremo que nunca preocupó a Newton. Pero, sobre todo, ei e-

la renovación oe las matemAticas 145

U ^VAOÓN OE LAS MATEMÁTICAS


r
_ - luego el rectángulo de lados o y v, cuya área S(1 H , se consideraba que el incremento o en ^
Ql,e «» 81 áR'a amplÍada 31 incrementar U igual a cero, se po<ba elir.nar ios snos™TapZZ
o. Además, en ese caso, resultaba que v-y, y> por lo
^eTJXse obtem'a la expresión: -4f*+ 0J =4farJ + jnuJa anterior se transformaba en ’ r
°V,
de donde se lograba:
4 %
i** ■3^,
% = -at^ + o v.
f^^-3
Elevando al cuadrado, se obtenía: ¿e donde, despejando, quedaba la función 2/ =
2 % La segunda gran obra de Newton sobre el cálculo, escrita en
i(tr+o) -X2 + ov 1671, pero publicada en 1736, se tituló De methodis seriemm et
3
jl'iixionum. En ella utilizo ya abiertamente las coordenadas, tratan-
E1 siguiente paso era desarroilar las potencias y ehminar los do hasta nueve tipos diferentes, contando las poiares y las bipolares.
sumandos iguales de ambos miembros. Resultaba la igualdad: En el libro, Newton cambió su enfoque e introdqjo su concepto de
«fluentes», que hoy se denominan variables, y «fluxiones», que equi-
^(3#2o+3.ro2+03)*= ^Av+oV'. valen a Ias actuales derivadas de esas variables. Así lo explicaba:

En esa igualdad, se divide por o, y resulta Llamaré cantidades fluentes (...] a estas canfcidades que consídero
aumentadas gradual e indefinidamente; las representaré mediante
4 /„ .2.o_„2\ 4 las últimas letras dei alfabetoV,x, y,z. [...) Representarécon las
(3#2 + 3a;o + o2) = - x/2v+o v2
rriismas últimas letras coronadas por un punto v,x,y,z las velod-
dades con que las fluentes aumentan por el movimiento que las pro-
duce y que, por consiguiente, se pueden Uamar fluxiones.

A continuación, Newton proponía los dos problemas principa-


les del cálculo. E1 primero consistía en, dada la relación de las can-
tidades fluentes, determinar la relación de las fluxiones. E3 segundo,
en cambio, proponía lo siguiente: cuando una ecuación para las
fluxiones de cantidades es dada, determinar la reiación de las can-
tidades. Es decir, lo que en la concepción actual equivale a hallar
derivadas e integrales.
Véase otro ejemplo empleado por Newton. E1 objetivo era e-
rivar la expresión implícita J-aJ+axy-y3^^.
En la expresión anterior, se sustituía x por x+xo y a v

V P°Primero, se desarroUaba la expresión siguiente y después se

_j eliminaba la ecuación inicial:

147
LA RENOVACtóN DE LAS MATGMÁTICAS

LA RENOVACIÓN de LAS matemáticas


Por su parte, en De analysi, Newton proporciona urta serie de
ejemplos sobre cómo medir curvas mediante ima serie infinita
Al flnal, después de haber dlvidido todos los ténninoa pot 0_ de términos. Para ello comienza con ima serie de reglas y ejemplos
para clarificar esos cáiculos.
quedaba:
l£i prixnera regla indica que, si se tiene la función y = axfn/'n,
3¿c^2aix*Si,y2t3C¿y-ox-aM +o+tlyXi.
eritonces el área Iimitada por la función, es decir, el área ABD

*aáy-S(j),oít+(^V**Í»-(jr)3o2 -0. serísc


an i*
^
n
s¡ flcontinuación, se eUininaban todos los términos que tenIail n+m *
„ 8e obtenía la derivada de la función implícita irüeial:
esto equivale a la primera regia de integración. Si se integra la
3¿r2 - 2 axx+3 yy2 + ayx + axy = 0. potencia xf, su primitiva sería:

En el libro De quadratura curvarum, publicado como apén-


-J— x**1.
P+1
dice de la Óptica, se encuentra un ejemplo sencillo del cálculo de
una derivada utilizando los métodos anteriores. Newton quiere Basta sustituirp por m/n para liegar a la expresión anterior.
calcular la «fluxión» de af1. En la segunda regla Newton aplica lo que constituye la aplica-
En el tiempo en que x va «fluyendo» en x+o (es decir, al variar ción de la integración a la suma de funciones. Si tenemos una
x hasta x+o), af se eonvierte en (x+ó)n. A continuación, aplica el expresión que es una suma de varias funciones, su área correspon-
rnétodo de las series infinitas para desarrollar la potencia, y utiliza de a la suma de las áreas de cada función. Este el ejemplo que
el símbolo «&c» para indicar que la serie continúa indefinidarnente; elige:

(a?+.oJ* = xn + noxT' —oV'2


2

Newton prosigue indicando que la relación entre el incremen-


to de la variable o y el incremento de la función, es decir,

nox”~l +———o2xn~2 + &c,


2
9

es el mismo que existe entre 1 y nxn~l +—-—ox + &c,

lo que equivaie a dividir por o el incremento de la función. La tarea


que restaporhacer es despreciar los términos que aún tengan o,
términos que, en palábras de Newton, lo que hacen es desvanecer-
se, y así conduye que la fliudón de xH es nxfA. Esta derivada es la
primera que se ünparte en cualquier curso de oálculo infinilesimal.

tA RENovaoón de us matematicas LA RENOVACIÓN DE LAS MATEMÁTICAS 149


SiBF = Fy FD-x%, Newton aplica la pnrnera regia -ratorios le obligaron a trasladarse al campo, donde mejoró
y ob- f nsiblemente. Sin embargo, sus dolencias fueron agravándose, y
tiene que
^urió el 20 de marzo de 1727 (el 31 de marzo según el calendario
AFB * -ar8, y Que AFD «= f
gregoriano).
Newton falleció rico y con un alto estatus social. Era una de
las personas más conocidas y respetadas de toda Inglaterra, lo que
por lo que el área total ABD es la presentada al principío. ratificó su fastuoso funeral. Su féretro, expuesto en la abadía de
Entre aquellos primeros ejemplos, aparecen integrales de fim Westminster, fue acompañado hasta el santuario por duques, con-
ciones polinónücas. Por ejemplo, indica que el área linütacla des y altos dignatarios ingleses.
la función ar1 es por

«No he sido sino un muchacho que juega a la orilla del mar,


\x4-xs.
3 4 que se distrae de cuando en cuando al encontrax un guijarro
más liso o una concha más bella que las habituales, mientras
el gran océano de la verdad se extendía ante mí
INFATIGABLE HASTA EL FINAL
aún por descubrir.»
— ISAAC NEWTON.

A pesar de sus éxitos en el campo del cálculo y de la ciencia en


general, Newton prefirió retomar en sus últimos años sus estudios E1 filósofo Voltaire, que se encontraba en Londres por esas
sobre teología. Estudió a fondo la cronología de las profecías y feehas, comentó admirado: «Inglaterra honra a un matemático de
escribió textos sobre antiguas herejías o religiones paganas. la misma manera que los súbditos de otras naciones honran a su
La prmcesa de Gales tuvo conocimiento de la cronología en rey que ha desempeñado su cargo satisfactoriamente».
la que estaba trabajando Newton y le solicitó que Ie enviara lo que En el momento de su muerte, el mundo se parecía poco al que
llevase escrito. Para salir del paso, Newton escribió un extracto lo había visto nacer. En parte, gracias a él: ofreció una explicación
conocido como Breve cronología. racional de la naturaleza, así como múltiples claves que pernutie-
Un año después de la muerte de Newton, en 1728, Conduitt ron a los científieos del siglo xvm inaugurar la ciencia modema.
publicó el volumen completo llamado Th¿ Chronology of Ancient A pesar de los siglos transcurridos, sus descubrimientos siguen
Kingdoms Amended, (Cronología corregida de Los reinos de la vivos y generando debate, lo que no siempre ocurre en el mundo
ntigüedad). Pese a que la obra cosechó un éxito rotundo, muy de la ciencia. Así, no es irunerecido que ocupe un lugar preeminen-
pocos adviitieron en ella las inclinaciones religiosas del autor. te en la historia de la ciencia y, por tanto, de la humanidad.
am íen vio la luz póstumamente su obra Observaciones sobre Ins
vro etuis de Daniel y el ApocaMpsis de san Juan.
sufri' de estudio religioso, la salud de Newton
cálcm^r C0afi(ierable menoscabo. A problemas menores como
.eS ° ^eb^dad de los esfínteres, se le sumó unain-
0n Pülnioriar y m severo ataque de gota. Los problemas

LARENOVACIÓN DELAS LA RENOVACIÓN OE LAS MATEMATICAS 151


MAT6MATICAS
I
Lecturas recomendadas

Boyer, C.B., Historía de la matemática, Madrid, Aiianza, 2010.


DurA>j; a.J., Historia, conpersonajes, de bs conceptos del cáteuto,
Madrid, Alianza, 1996.
_. jji polémica sobre la invencio'n del cálculo injinitesiwxd, Bax-
celona, Crítica, 2006.
—: Newton. La ley de La gravedad. Lafuerza más atractiva del
universo, Barcelona, RBA, 2012.
Muñoz Santonja, J., Leibniz. El cálculo infinitesirrml. La física
api'ende un nuevo idioma, Barcelona, RBA, 2013.
Newton, 1., Analysis per quantüatum series, fluxiones, ac diffe-
rentias, edición facsimilar y crítica con traducción al caste-
llano de J.L. Arantegui y notas de A. J. Durán, Sevilla, Real
Sociedad Matemática Española y SAEM Thales, 2003.
—: Óptica, edición en español con introducción y notas de Carlos
Solís, Madrid, Alfaguara, 1977.
—: Principios matemáticos de laJilosofia natural, Madrid, Tec-
nos, 2011.
Westfall, R.S., Isaac Newton: una vida, Cambridge, Cambridge
University Press, 1996.
índiee

Actñ Eruditorum 70,125,131 116,122,123,129-136,138, 140-


álgebra 8,13, 34,36,39, 41,43, 53, 142,144,145,147-150,153
64,65,116,138,141, 144 diferencial 8,131,132
alquimia 32, 61-63, 73,105, 108 infinitesimal 7, 10,11,26,53,70,
Aristóteles 23,24, 30 101,116,123,130,131,133,
Arquímedes 31, 47,48, 64 142,144,145,148,153
astronomía 11,23, 24, 28-30,32, 71, integral 8,132,142
72, 82-84, 108, 109,129 calendario 11,57,151
Ayscough, Hannah (madre de gregoriano 11,15,151
Newton) 11,15, 20, 21 juliano 15
Casa de la Moneda 8,11,107,125
Bacon, Francis 31 cátedra Lucasiana 26,28, 71,108,
Babington, Humphrey 20-22,26,58 142
Barrow, Isaac 11, 26,29, 63-65, Cavalieri, Bonaventura 137-139,141
71-73, 80, 106, 142, 144 Ciark, Wiiliam 11,18,19,20,25,62
Barton, Catheríne 126 cicloide 126,138,140
Bemoulli, Johann 67, 68, 125, 126, Collins, John 63-65,69, 73,105,130
132 cometa 27,60,82, 84,85,88,96,128
Boyle, Robert 25,32,61,63,68,71, Conduitt, John 19,25,60,73,80,150
111 Copémico, Nicolás 8,13,29,30,57,
Brahe, Tycho 82,83 81,82
Bruno, Giordano 81 Cotes, Roger 129
cúbicas8,116-118,122
cálculo 7, 8,10,11, 13, 26,28,30,
32,34,36,38,43,44,46,51,53, De annlysi 11,64, 71,130,132,145,
66,67, 70,98,101,108,109,113, 149
Huygens, Ciuistiaan
OemetHochsMU 71 70 'm . jgervatorio Real de Greenwich Stukeley, William 19
Demomc°<V°™mS''92 79, 97,107,1^
De quadrotvra cuttwí’uíh 11 >, 134, tangente 8,58, 60, 98,134,135,138,
.¿enburg, Hcmy 68-71,78^0,85,
148 fndice derefracción 74 7k . 140,142,144
119,135 ’ ^.Ul, 106,126
Oe revolutionibus13,29,30 ,a8 11,26,28,63,71,72,78-80, telescopio 10,32,73-78,82,84,85,
derivadal44,147,148 mftnitesimales 144
5ÜÍ08-Í15.121,127,132, 135,148, 115,128
Descart.cs, René 8,25,26,32, 34,36, infiiütésümos 140
teologfa 24, 72,150
40.41,57,67,68,70. 91,9i3,96, infinito 46, 47,49-52 82 110 153
Tierra 30-32, 55,59,60,66,82-85,
105,110,111.116,117,12 1,141 141,144 ' ,1I8>132,
89,91-93,96,97,101
ascal Blaise 44,46, 67, 68
67.82,105,106 integral 8, 132,142, I44, U7> ^ Trinity College 11,21,26,61,72,129
hilosophical Tmnsafitions 70, 78
itágoras. Teorema de 7 Universidad de Cambridge 9,11,
Euclídes 23,26,48,110 Keill, John 132
latón 24,62,82 21,22,26-28,58,73,78,81,88,
EnumeraUo 116,117,121 Kepler, Johannes 8,16 106,107,153
30, 37,59 trincivia mathematica 8,10,11,
Experimentu'ni crvcis 112,114 75, 77, 82-84,86, 89
90,92.95, 29 79,87,88,91-98, 105,108,
135, 136
109,114,115,127,129 Urano 77,128
Fatio de Duillier, Nicolas 108,109,
.rinrinio de inercia 60, 61
132 Venus 83
Fermat, Pierre de 8,9, 40,41,43, 51,52,64,67.68,70,109 Viéte, Fran$ois 24,34,35, 50,57
44,57,66-68,135-137 130-133, 141-145, 153 Voltaire 68,96,151
revolución científica 8,10,13, 15,
física8,10,11,19,23,29,42,66, 91, ley de gravitación universal 29-31,34,39,43, 55, 68,85,87, vórtice 91,93,110
131.134.153 96, 97
90,91.97,105,113,121,123
Flamsteed, John 10,85,87,127-129 l’Hópital, marqués de 67,126 139 Roberval, Gilles de 9, 66,67,138, Wallis, John 27, 28,51-53,64,68,
fluente 147 límite 92,134, 140,144
140 116,132,141,142
fluxión 8,58,130,132,147, 148 Locke, John 107
Royal Society 11,64-69, 71-74, 76, Westfall, Richard S. 10,72,87,91,
fuerza 8,19,30,32,38,59,61,86, logartimo 8, 13,36-38, 63-64 78,80,85-88, 107,109, 126-128, 115,143
86,88-97,115,153 Lucas, Henry 28
132 Whiston, WiUiam 28,72,108,125
centrífuga 52, 85,89,97 Luna 59, 60, 74,82,89,91-93, 96,129 Whiteside, D.T. 116
centrípeta 85,89,93,94,97 luz 8, 9, 11,17, 25,27.30,31,45, Satumo 83 Wickins, John 22,27,60,61,63,81
65, 72, 75-77, 80. 88, 93,94, ’ series 8,10, 28,46, 49-53, 58, 63, 64 Woolsthorpe 11,15,17,21,29, 58,
Galilei, Galileo 8,15,67,74,75 101, 103, 108-116,119,129,135, Smith, Bamabas 16,17 80,81,89
Grantham 11,17-21,81 150 Sol 27,30, 31,81-93,96,128,135 Wren, Christopher 68, 71, 86,128
gravedad 7,36,58-61, 79, 89, 93,
115.135.153 mareas 11, 92, 93
Gregory Marte83
David 64,64,108 masa 89-96
James 51,75,76 Mercurio 87
Mersenne, Marin 40,43,66,67
HaHey, Edmund 11,81,86-88, 108 microscopio 37
Herschel, WiUianr 76
Moivre, Abraham de 86
Hooke, Robert 10,27,32,61,68-71. Montagu, Charles 125
76,79,85,86,88,97,111 114
126,127,129,131
Newton, Humphrey 72,81

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