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Cardiología 1 14

En la Figura 125 se recogen las pautas generales de actu ación en la sidera razo nabl e en casos as intomáti cos, con anatomía favorable para
estenosis mitra!. Habitualmente esta patología prog resa lentamente a va lvu loplastia percutánea, que asocian la existencia de predictores de
lo largo de 10-20 años antes de producir síntomas, pero cuando es- alto riesgo emból ico (fibril ación auricular de inicio rec iente, contraste
tos apa recen suelen evoluc ionar en pocos años con un marcado in- denso espontáneo ecográfico en la au rícul a izquierda o embolia pre-
cremento en la mortalid ad si no se actúa. Por eso, los síntomas con via) o indicadores de riesgo hemodinám ico (pres ión pu lmonar sistólica
la actividad ordi naria constituyen la base de la indicación quirúrgica en reposo mayor de 50 mmHg, necesidad de cirugía mayor de otro
(a unque hay que ind ividua liza r en cada paciente) . Asi mi smo, se con - tipo o deseo de embarazo).

Sospecha de estenosis mitral

t
Anamnesis
Seguimiento - 2
Exploración física ---~,.._ Área < 1,S cm
2
Área > 1,S cm
Considerar anticoagulación Ecocardiografía

t t

Tratamiento médico
· Restringir Na+, diurético, nitrato _ _ _ _ _ _ __,,._Disminuir congestión
· 13-bloqueo, calcioantagonista, dlgoxina Frenar respuesta ventricular
· Considerar anticoagulación Prevenir embolias

t
Hemodinámico Embólico
Anatomía favorable
PSP >SO mmHg FA reciente
Deseo genésico Embolia previa
Wilkins < 8 puntos
Necesidad de cirugía Contraste espontáneo
Escaso calcio ~No
Insuficiencia leve o nula
Ausencia de trombos
t
Anatomía favorable
No
Prótesis para valvuloplastia
Valvulopiastia
percutánea con balón* t Seguimiento
• Comisurotomía abierta Sí considerar ergometría
en casos seleccionados

Figura 125. Actuación genera l en la estenosis mitra!

ventrículo izquierdo), emplear diuréticos y asociar tratamiento


Ideas clave ii!S antitrombótico, especialmente en caso de fibrilación auricular.

" La estenosis mitra! se considera grave cuando el área valvular " Se indica la intervención mecánica en caso de síntomas im-
efectiva es menor de 1,5 cm 2/m 2 de superficie corporal (en un portantes (disnea) a pesar de tratamiento médico (disnea).
adulto de complexión normal, por debajo de 1 cm 2 ). También indican la actuación mecánica, aun en ausencia de
síntomas, la presencia de datos de pronóstico desfavorable,
" La causa más frecuente de estenosis mitra! es la secuela de la como la hipertensión pu lmonar (para evitar que esta se perpe-
fiebre reumática, siendo habitual la asociación con insuficiencia túe y se haga irreversible por cambios anatomopatológicos de
mitra! (doble lesión mitral). las arteriolas pulmonares), las arritmias auriculares, los antece-
dentes embólicos, la necesidad de cirugía mayor o el deseo de
" Los principales síntomas son secundarios al incremento retrógra- embarazo.
do en presiones pulmonares que origina disnea, sobrecarga del
corazón derecho (incluyendo insuficiencias valvulares derechas " La valvuloplastia percutánea con balón se indica cuando la ana-
por dilatación del anillo) e incluso insuficiencia cardíaca derecha. tomía valvular se considere favorable (básicamente, cuando no
haya trombos en aurícula, calcificación importante de la válvu-
" La fibrilación auricular es muy frecuente asociada a la estenosis la y/o aparato subvatvular ni insuficiencia mitra! asociada). Si es
mitra!, siendo esta asociación de riesgo embólico extremo. desfavorable (generalmente si existe alguno de esos tres crite-
rios), se indica el recambio valvular protésico.
" En la exploración, destacan las chapetas malares y el soplo que
se ausculta en ápex, con la campana, en diástole tras el chasqui- " La comisurotomía quirúrgica está en desuso en favor de la per-
do de apertura y con refuerzo presistólico (siempre y cuando el cutánea (valvuloplastia).
paciente esté en ritmo sinusal).
" Generalmente, las estenosis leves o leves-moderadas no requie-
" En el tratamiento médico es conveniente bradicardizar (al au- ren intervención quirúrgica pues los pacientes pueden perma-
mentar el tiempo diastólico, se permite una mayor precarga del necer en situación estab le muchos años.
Manual CTO de Med icina y Cirugía, 2. 8 edición

Mujer de 32 años, con antecedentes de fiebre reumática y disnea


Casos clínicos de esfuerzo desde hace 6 años, actualmente en fibrilación auricu-
lar con disnea de pequeños a moderados esfuerzos y ocasional
Una mujer de 44 años acudió al área de Urgencias de un hos- ortopnea de dos almohadas. Recibe tratamiento con digoxina y
pital por disnea y palpitaciones. La exploración física muestra acenocumarol. En el estudio ecocardiográfico se objetiva esteno-
ausencia de ondas a del pulso venoso. La auscultación car- sis mitral aislada con área valvular de 0,9 cm2 y valvas flexibles,
díaca es típica de la estenosis mitra!. ¿Cuál de las siguientes fusionadas, sin calcio y sin presencia de trombos en las aurículas.
respuestas es obligadamente FALSA en la exploración de esta Presión sistólica de arteria pulmonar SS mmHg. ¿Qué actitud, de
paciente? las propuestas, es más conveniente?

1) El primer tono cardíaco se oye fuerte. 1) Añadir diuréticos y valorar la evolución de la paciente.
2) La intensidad del pulso carotídeo, es variable. 2) Practicar comisurotomía mitra! abierta.
3) Puede auscultarse un chasquido de apertura, inmediatamente 3) Realizar cateterismo para valorar las lesiones valvulares y la ana-
antes del soplo mesodiastólico. tomía coronaria.
4) El soplo diastólico finaliza en una acentuación presistólica. 4) Realizar valvuloplastia mitra! percutánea.

RC: 4 RC: 4

Un paciente refiere disnea de moderados esfuerzos y se le aus- Una mujer de 42 años consulta por disnea de esfuerzo. La ecocar-
culta un primer tono fuerte, chasquido de apertura y soplo dias- diografía muestra una estenosis mitral reumática con área de 1
tólico con refuerzo presistólico, y en el ECG presenta ondas P con cm 2 • Las comisuras de la válvula están fusionadas y las valvas son
signos de crecimiento de la aurícula izquierda. El diagnóstico de móviles, no calcificadas y sin afectación grave del aparato subval-
presunción es: vular. El Doppler color no muestra insuficiencia mitral significati-
va. ¿Cuál es la mejor opción terapéutica?
1) Doble lesión mitra! en ritmo sinusal.
2) Estenosis mitra! en fibrilación auricular, probablemente severa. 1) Prótesis mitral biológica.
3) Insuficiencia aórtica en ritmo sinusal. 2) Valvuloplastia percutánea con catéter-balón.
4) Estenosis mitra! en ritmo sin usa l. 3) Prótesis mitra! mecánica.
4) Digital y diuréticos.
RC: 4
RC: 2
Enferma de 4S años, con antecedentes de fiebre reumática, que
presenta una historia clínica de disnea progresiva, palpitaciones Un enfermo con estenosis mitral moderada-severa, tratado habi-
y ocasional expectoración hemoptoica. La auscultación en el foco tualmente con digoxina, clortalidona y anticoagulación oral, acu-
mitral muestra primer tono fuerte, chasquido de apertura y soplo de a un servicio de urgencias con disnea intensa y edema agudo
de llenado mesodiastólico. Se plantea la posibilidad de cirugía o de pulmón. Se le observa una fibrilación auricular con una fre-
valvuloplastia con "balón". Para inclinarse por una u otra actua- cuencia cardíaca normal. ¿Cuál de estos medicamentos es el más
ción será imprescindible conocer si hay: útil para resolver su situación de urgencia?

1) Crecimiento importante de la aurícula izquierda. 1) Digoxina i.v.


2) Alteraciones de la repolarización del ventrículo izquierdo. 2) Diuréticos de asa.
3) Trombos en la aurícula izquierda. 3) Dobutamina i.v.
4) Fibrilación auricular crónica. 4) Amiodarona í.v.

RC: 3 RC: 2

14 · Estenosis mitral
Cardiología 1

Insuficiencia mitral

Actualmente esta valvulopatía mia avanzada, etc.) que produzca d il atación importante del ventrí-
es muy frecuente. Hay que culo izquierdo, de modo que al afectar al ani llo va lvula r y dilatarlo
centrarse en las diversas causas impide que los velos coapten completamente. En la miocardiopatía
que la producen, el manejo hipertrófica obstructiva en ocasiones aparece insuficiencia mitral
general de la enfermedad funcional secundaria al movimiento sistólico anterior del velo ante-
y las anomalías exploratorias
rior mitra l.
características.

Las principales causas de insuficiencia mitral aguda grave son la endocar-


ditis infecciosa, la isquemia miocárdica grave (síndrome coronario agudo
Tras la estenosis aórtica, la insuficiencia mitral (IM) es la segunda valvu- y rotura de papila r), la rotura de cuerdas tendinosas en el prolapso mitral
lopatía más frecuente en la actualidad dado el descenso en incidencia y y los traumatismos (incluida la iatrogenia).
prevalencia de la fiebre reumática en los países desarrollados.

15.1. Etiología

Se pueden distinguir tres t ipos de insuficiencia mitra l según su etio logía:


Insuficiencia mitral orgán ica degenerativa. Se produce por en-
fermedad propia de los ve los valvulares y el aparato subva lvular.
Es el tipo más habitua l, y como causantes destacan el prolapso de
válvula mitral (probablemente la más frecuente de todas), la calcifi-
cación idiopática degenerativa del anillo mitra l (que infi ltra la base
de los velos y dificulta su cierre, siendo excepcional que lim ite la
apertura, y que se asoc ia a la presenc ia de factores de riesgo ateros-
clerótico), la fiebre reumática, q ue suele producir doble lesión mi-
tra ! (estenos is e insuficiencia, siendo la ins uficiencia predom inante
en varones), la endocarditis infecciosa, síndrome de Marfan (aso-
ciado a prolapso con cierta frecuenc ia), síndrome de Ehlers-Danlos,
Figura 126.1magen ecocardiográfica en plano paraesternal (eje
pseudoxantoma elástico, t raumatismos, defectos congénitos ("vál- largo) en diástole mostrando el engrosamiento de los velos val vulares
vu la en paracaídas", defectos de los cojinetes endocárdicos, comu - mitrales (flechas) en un paciente con valvulopatía mitral orgánica
nicación interauricular tipo ostium primum), patologías del sistema (reumática) degenerativa
conjuntivo (lupus, artritis reumatoide, espondilitis anquilosante,
esc lerodermia), etc. (Figura 126).
Insuficiencia mitral isquémica. Puede aparecer en el seno de is- 15.2. Fisiopatología
quemia miocárdica aguda (síndrome coronario agudo, rotura de un
músculo papilar) o crónica (isquem ia que afecta y produce disfun-
ción del músculo papi lar, sobre todo el posterior, o alteración de la En la insuficiencia mitra! el ventrículo izquierdo en sísto le eyecta sangre
geometría y contracción ventricular que tracciona del aparato sub- hacia la aorta y hacia la aurícula izqu ierda, que tenderá a dilatarse. Ama-
va lvular e impide la coaptación de los velos). yor presión aórtica (poscarga), mayor vol umen de regurgitac ión. Asimis-
lnsuficiencia mitral funcional por dilatación del anillo valvular. mo, será más grande la regurg itación cuanto mayor sea el orificio mitral
Puede aparecer en cualquier enfermedad (miocard iopatías, isque- insuficiente. Este vol umen regurg itado volverá a entrar en el ventrículo
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en diástole, produciendo una sobrecarga crónica de vo lumen en el ven-


trículo izqu ierdo, que adopta como mecanismo de compensac ión la dila-
tación para evitar el aumento de presión intracavitaria.
Cuando la insuficiencia m itra l es crón ica, la dilatación auricular aumen-
ta su distensibi lidad, evitando elevaciones importantes de la presión
auricular y en territorio venoso pu lmona r, por lo que predominan los
síntomas de bajo gasto sobre los de congestión (aparecerán tardía-
mente). La sobrecarga de volumen mantenida en el ventrículo izquier-
do que se dilata puede desembocar en su disfunción sistól ica. ···-· ---:;.·::?
¡

~~~~~::~~:··· /
\-./ .. /
'-----···· '·----·
En la insuficienc ia m itra l es característica una gran irradia axila
onda ven el registro de pres ión cap il ar pulmonar ob- _._;;::....;_
ten ido en el catéter de Swan-Ganz.
Recuerda
MT


53 MT
Cuando la insuficiencia mitral es aguda, la aurícula tiene una baja
d istensibilidad y, por tanto, la presión auricula r izqu ierda se eleva rá-
pidamente (con una onda v prominente), y la transm isión retrógrada
de esa presión hace que predominen los síntomas de congestión
•ll l l l l l l l l lil ' ií 11 1111111 1111111 11111111111111111111 • 1

Soplo de hiperaflujo
pu lmona r (edema agudo de pulmón).
Figura 127. Auscu ltación en insuficiencia mitral

1 S.3. Clínica El soplo sistólico se localiza en el foco m it ral y suele irradiarse a la axi-
la, aunque a veces lo hace hacia la base del corazón (según la direc-
ción del cho rro de reg urgitación). Es intenso y suele ser holosistól ico
En la insuficiencia mitral leve el paciente suele permanecer asintomático decrescente. En la insuficiencia m itral aguda grave la existencia de
toda la vida, pero si es grave, frecuent emente pueden aparecer síntomas un ori fic io muy am p lio y la rápida elevación de la presión auricu lar
sim ilares a los de la estenosis mitral pero co n ciertos matices. puede hacer q ue el soplo sea poco evidente y corto. En la insuficien-
cia mit ral isq uém ica crón ica t ambién suele ser de baja intensidad.
Los datos de co ngestión pulmonar (d isnea, o rtopnea, edema ag udo pu l-
monar) son llamativos en la in suficiencia m itra l ag uda pero suelen ser
tardíos en la insuficiencia crónica. Sin embargo, los datos de bajo gasto
El tercer ru ido en la IM ind ica que el vo lumen de re-
anterógrado (debilidad muscu lar, agotam iento, pérd ida de peso e inclu- gurgitac ión es alto, luego es bastante típ ico de la IM
so caquexia ca rdíaca) suelen ser más precoces que los congestivos en la aguda grave. Recuerda
insuficiencia crón ica, y pueden acompañar al edema agudo de pul món
en la aguda (shock card iogén ico).
Puede detectarse cuarto ruido en caso de mantener ritmo sinusa l, y
En casos de larga evolución con hipertensión pulmona r, los datos de fallo en ocasiones se oye un soplo d iastól ico co rto de llenado por hipera-
derecho son menos frecuentes que en la estenosis m itra l. Las embolias, flujo a través de la vá lvula m it ral.
hemoptisis y fibri lación auricu lar también son menos habitua les que en
la estenosis.
1 S.S. Pruebas complementarias
1 S.4. Exploración física
ECG. En casos crónicos pueden existir datos inespecíficos de cre-
cimiento de cavidades izqu ierdas o incluso derechas si hay hiper-
La presión arterial suele ser norma l, y en ocasiones existe un ascenso rápi- tens ión pu lmonar. Es probable que se detecte fibrilación auricular u
do del pulso arterial. Si se produce fallo derecho por hipertensión pu lmo- otras arritm ias.
nar, puede existir elevación de la presión venosa yugu lar. El latido de la Radiografía de tórax. Cuando la insuficiencia mitral es crónica pueden
punta inicialmente es hiperd inámico y cuando hay dilatación ventricular aparecer datos similares a la estenosis mitral, a los que se añade el creci-
se desplaza hacia el lateral y la parte inferior. miento del ventrículo izquierdo. La calcificación del anillo o la válvula en
ocasiones se detecta en la radiog rafía. En la insuficiencia aguda grave la
Los datos característicos de la auscu ltación son (Figura 127): silueta cardíaca suele ser normal, con signos de edema pulmonar.
Dism inución de la intensidad del primer ruido. Ecocardiografía. Detecta la insuficiente coaptación de las va lvas y
Cuando existe hipertensión pu lmona r puede aumentar la intensi- orienta hacia el mecanismo responsab le. La técnica Doppler, me-
dad del componente pu lmonar del segundo ruido y producir un d iante la integración de varias med idas, perm ite cuantificar el grado
desdoblam iento amplio del mismo. de insu fi cienc ia mitra l. Como idea general, la insuficiencia m itral se
El tercer ruido indica que el vo lumen de regurgitación es importante, cons idera g rave o"severa"si la fracc ión de reg urgitación es el SO% del
o lo que es lo m ismo, que la insuficiencia es grave. vo lumen te led iastólico (Figura 128).

15 · Insuficiencia mitra!
Cardiología 1 15
pacientes con indicación que se someten a cirugía . En el trazado de
presión auricular izquierda y/o capilar pulmonar se aprecia una onda
v prom inente.
Ventriculografía isotópica. También es út il para cuantificar el gra-
do de insuficiencia, el volumen y la función sistólica del ventrículo
izquierdo.

1 5.6. Tratamiento

Tratamiento médico
En la insuficiencia mitral orgán ica cróni ca los vasodi latadores, espe-
cia lmente los lECA, se han propuesto como parte del tratamiento
médico para reducir el volumen de regurgitación y mejorar la hemo-
dinámica, pero no existen pruebas sólidas sobre su beneficio, por lo
Figura 128. lmagen ecocardiog ráfi ca de Doppler color en proyección que estarán indicados únicamente en caso de ins ufi ciencia card ía ca o
apica l de cuatro cám aras, mostrand o una insuficiencia mitral disfunción ventricular, especialmente en pacientes que no sean can -
importante didatos a cirugía .

Asimismo, es fundamental evaluar el estado del ventrículo izqu ierdo Para disminuir la congestión pulmonar los diuréticos y nitratos pueden
(tamaño y función sistodiastólica) y la presión pulmonar. Para defin ir ser eficaces, así como la digoxina en caso de fibrilación auricular o insufi-
completamente la anatomía val vular con la finalidad de realizar una ciencia cardíaca.
intervención quirúrgica, especialmente para evaluar la posibi lidad
de reparación mitral, suele ser necesaria la realización de una ecocar- En la insuficiencia mitra! isquémica es prioritario evaluar las posibi lidades
diografía transesofágica (Figura 129). de revascu larización y llevarla a efecto si es posible, combinado con el
tratam iento habitual de la enfermedad coronaria .

En caso de disfunción ventricu lar, especialmente en insuficiencia mitra!


secundaria a dilatación de l an illo, est á indicado el tratamiento habitual
del fa llo sistólico avanzado (lECA, ~-bl oquean te s, espironolactona, resin-
cronización . .) que, además, es la actuación de elección antes de plan-
tearse un tratam iento quirúrgico en este tipo de IM.

La actitud ante la fibri lación auricu la r es análoga a la descrita en la es-


tenosis mitral, si bien el riesgo embóli co puede se r menor en la insu fi-
ciencia .

En casos de insuficiencia mitral aguda grave es necesario el tratamiento


intensivo con vasod ilatadores para reduc ir precarga y poscarga (nitratos,
nitroprusiato), diuréticos, inotropos (dopa mina o dobutam ina) y el balón
intraaórtico de contra pulsación en casos de shock.

Tratamiento quirúrgico
La intervención quirúrgica de urgencia está indicada en todos los casos
de insuficiencia mitra! aguda grave, pues el pronóstico sin cirugía es pé-
Figu ra 129. Imagen de ecocardiografía transesofágica en sístole de
un paciente con insuficienci a mitral de orig en isq uémico det ectada simo.
mediante Doppler color. Tambié n se ap rec ia un chorro de insuficiencia
tricuspíd ea leve El procedimiento general de actuación frente a la insuficiencia mitra! cró-
nica se expone en la Figu ra 130.
Como peculiaridad, la insuficiencia mitral isquémica puede presentar
un comportamiento dinámico y aumentar de forma llamativa su gra- En la insuficiencia mitra! orgánica crónica, la aparición de síntomas
do si aparece isquemia, hipertensión, arritmias o durante el ejercicio, congesti vos (disnea de esfuerzo, ortopnea, o disnea paroxística noc-
por lo que la ecocardiografía de estrés puede ser conveniente en al- turna) conl leva un empeoramiento pronóstico e indica la intervención
gunos casos, ya que en reposo se tiende a infraestimar su gravedad. quirúrgica. No obstante, la presencia de d isfunción ventricular "severa"
Cateterismo cardíaco. No suele ser necesario para el diagnóstico. (FEVI < 30% y/o diámetro telesistólico del ventrículo izquierdo superior
La coronariografía cobra especial relevancia ante la sospecha de a 55 mm) limita, en gran medida, el beneficio de la intervención qui-
insuficiencia mitral isquém ica y como evaluación preoperatoria de rúrgica, ya que la disfunción ventricular posoperatoria es la norma, por
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Sospecha de insuficiencia mitral


Anamnesis
Leve o
Exploración física - moderada - Seguimiento
Ecocardiografía

t
Definir etiología

Por dilatación
del anillo

~
Tratar
t
Tratamiento
de la insuficiencia
la isquemia
cardíaca sistólica
t ¡
FE > 30%
y DTS < 55 mm
FE < 30%
o DTS > 55 mm
FE < 60%
o DTS >45 mm
t
FE > 60%
yDTS < 45mm
!
Cirugía simultánea a la Si falla,
revascu larización coronaria
t . 1si la IM es moderada o grave
cons iderar
trasplante
Refractaria Fibrilación
a tratamiento médico auricular Considerar cirugía mitral aislada sólo si FE > 30%
o PSP > 50 mmHg y bajo riesgo quirúrgico
t 1

No t t Considera r la cirugía para pacientes asintomáticos


con IM grave y FEVI < 30% que son candidatos a
t Sí No
revascularización y con evidencia de viabilidad
t
Alta probabilidad de reparación
duradera, bajo riesgo quirúrgico
~

t
No
y presencia de factores de riesgo
(rotura de va lvas y DTSVI ;., 40 mm, - No - Segu imiento
Al ;;, 60 mi! m' o HTP;., 60 mmHg
t
! Considerar trasplante

Cirug ía
(intentar reparación - + - - - - - - - - - - - - - '
durante el ejercicio

t

si es posible)

Figura 130. Procedimiento de actuación en la insuficiencia mitral

lo que si esta es fact ible con un riesgo aceptable, especia lmente si hay la intervención en casos seleccionados de bajo riesgo qui rúrgico y alta
posibilidades técn icas de reparac ión va lvu lar, puede indica rse, pero en probabilidad de repa ración eficaz.
caso contrario, el paciente es cand idato a eva luación pa ra trasplante
cardíaco.
La IM "severa" suele deteriorar el VI rápidamente, por
Dado que la tolerancia clínica a la insuficiencia mitral orgánica crónica lo que hay que in tervenirla precozmente en cuanto
suele ser buena, y que los síntomas con frecuenc ia aparecen cuando ya empi eza el deteri oro, pues no se recupera la FEVI tras
existe deterioro ventricular significativo que, además, no suele ser rever-
la cirugía. Recuerda
sible tras la intervención, en pacientes asintomáticos es preciso rea lizar
un estrecho seguimiento clín ico y ecocardiográfico. En estos casos de Si un paciente se va a somete r a ci rugía de revascu larización corona-
pacientes asintomáticos el momento de la intervención es controverti- ri a y coex iste insuficiencia mitral isquémica "seve ra", está indicada
do. A favor de una intervención precoz estaría la predicción de posibi- la cirug ía mitral al mismo ti empo que la revascu larización, y si la in-
lidades altas de reparación valvu lar (dependiente de la experiencia del suficiencia es moderada tamb ién se realiza siempre que la vá lvu la se
equ ipo quirúrgico y de la anatomía del paciente) y el riesgo de disfunción considere reparable. Para pacientes a los q ue no se puede someter
ventricular persistente posoperatoria. En contra esta ría la mortalidad pe- a cirugía de revascu larización, con síntomas inva lidantes por la insu-
rioperatoria y las complicaciones derivadas de la prótesis en caso de ser fic iencia m itral y refractarios a t ratamiento méd ico, la cirugía mitral
preciso su implante. únicamente se contempla en caso de función ventricular aceptable
(> 30%) y escasa comorbi lidad que confieran riesgo perioperatorio ra-
En la actualidad se considera adecuada la intervención en pacientes zonable. Sin emba rgo, si el paciente presenta síntomas relacionado s
asintomáticos con insuficiencia mitral orgán ica crón ica, en los que se de- con su situación coronaria no revascularizable (ang ina grave), no se
tecta disfunción ve ntricular incluso incipiente (FEVI < 60% y/o diámetro debería indicar cirug ía sobre la vá lvula mitral, independientemente de
telesistól ico de ventrícu lo izqu ierdo > 45 mm). De no existir, es razona- su gravedad. En otros casos el paciente es cand idato a eva luación para
ble indicarla si aparecen datos de compromiso retrógrado signi fi cativo, t rasplante.
como la apa rición de fibrilación auricu lar o hipertensión pu lmonar (pre-
sión sistólica pulmona r > 50 mmHg en reposo). Para el resto de casos Para la insuficiencia mitra! funcional por dilatación del anillo el tra-
se recomienda el seguimiento clínico estrecho, pudiendo considerarse tamiento estándar es el mismo de la insuficiencia cardíaca, seguido de

15 · Insuficienc i a mitra!
Cardiología 1 15
trasplante si este falla. No obstante, en casos muy seleccionados puede De esta forma, la dilatación de l an il lo se corrige con el implante de un
plantea rse una cirugía reparadora mitra! combinada con técnicas de mo- an illo protésico (anu loplastia restrictiva) que permite disminuir su diá-
dificación de la geometría del ventrículo izquierdo, aunque los datos re- metro; el prolapso mitra! puede corregirse con resecciones parciales
cientes al respecto no muestran un beneficio significativo. Por ello, hoy del velo mitra! redundante y con reinserción de cuerdas tendinosas
en día no es una indicación aceptada en las principales guías de actua- acompañado o no de un anil lo protésico (Carpentier, Cosgrove) para
ción terapéutica . evitar la dilatación anular, as í como mediante com binac iones de estas
técnicas.
La técnica quirúrgica de elección es la cirugía reparadora de la válvu-
la, que en la actualidad se puede realizar con éxito prácticamente en la Tras una reparación valvular mitra! debe recomendarse el tratamiento
mitad de los casos, si se realiza por manos expertas. Algunas etiologías anticoagulante durante al menos tres meses, pasando después general-
como el prolapso mitra! la hacen mucho más eficaz que otras como la mente, a la antiagregación crónica.
reumática .
En la actualidad se están investigando, en pacientes seleccionados, di-
En ocasiones se evalúa el resultado mediante ecografía transesofágica versas técnicas de reparac ión mitra ! percutá nea, con clips o puntos de
intraoperatoria que, no obstante, tiende a infraestimar la gravedad de la sutura entre los bordes de los velos (Aifieri) o implante de anil los en seno
insuficiencia. La alternativa es el recambio valvular por una prótesis, pre- coronario.
servando la mayor pa rte posible del aparato subvalvular para no distor-
sionar la geometría del ventrícu lo.
15.7. Prolapso valvular mitral

En la insuficiencia mitra! se prefiere ci rugía conserva - El prolapso de la válvula mitra ! (PVM) o síndrome de Ba rlow se produce
dora a prótes is. En EAo sucede al co ntrari o.
por la deficiente coaptación de las valvas de la mitra !, con des plaza-
Recuerda miento de una de ell as (sobre todo la posterior), o de las dos, hacia
la aurícula durante la sísto le ventric ular, pudiendo provocar una insufi-
La cirugía de reparación mitra! se basa en múltiples técnicas que intentan ciencia valvu lar. Este trastorno suele cursar con pocos o ningún síntoma
corregi r la causa mecánica de la insufici encia (Figura 131 ). y es bastante habitual, con una prevalencia en torno al 2% de la po-
blación . Hace unas décadas, empleando crite rios menos rigurosos que
los actuales, se llegó a sob restimar el d iagnóstico por la presencia de
simples ve los mitra les redundantes y abombados, que en la actua lidad
deben co nsiderarse una varia nte de la normalidad. Generalmente pre-
domina en mujeres, si bien en el varón es más frecuente el desa rro ll o
de insuficiencia mitra! degenerativa. Existe un componente hereditario
en muchos casos.

Etiología

El pro lapso va lvul ar mitra! pa rece deberse, entre otros factores, a una
alterac ión en la formac ión de l colágeno tipo 111, co n degeneración
mixomatosa y acumu lac ión de mucopol isacáridos en el estroma de
las va lvas mitra les y, a veces, en el aparato subva lvula r. Puede asociar-
se a d iversas alterac iones hered ita ri as del tejido conju ntivo como el
sín drome de Marfan (donde es la anomalía ca rdiovascu lar más fre-
cuentemente encontrada), sín drome de Eh lers-Dan los, pseudoxa n-
toma elástico, lupu s eritematoso sistémico, panarter itis nodosa, po-
licondritis recid ivante, ost eogénes is imperfecta, mucopolisacaridosis,
o card iopatías congénitas (síndrome de Turner, síndrome de Noonan,
enfermedad de Ebstein, com unicación interauricular, enfe rmedad de
Uhl, persistenc ia del conducto arterioso, agenesia del pericardio, mio-
cardiopatía hipertrófica).

También puede existir asociación con otras anomalías como pectus ex-
cavatum. "espa ld a recta", esco liosis, hábito leptosómico, síndrome de
Wolff-Parkinson-White de loca lización izq uierd a, síndrome de QT largo,
etc.

No obstante, salvo las anomalías genéticas del tej ido conjuntivo, como
el síndrome de Marfan y el de Ehlers-Da nlos, no está claro si las asocia-
ciones descritas son puramente casuales dada la elevada prevalencia del
Figura 131 . Reparación de la vál vula mitra! sínd rome.
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Clínica va lvas y del aparato subva lvu lar y la existencia o no de in suficiencia


mitral (Figura 133).
La mayoría de los prolapsos va lvulares mitra les son asintomáticos, aun-
que pueden prod ucir insuficiencia mitral degenerati va prog resiva en tor-
no al 15% a los 15 años de seg uimiento, más probab le si existe soplo. 51
52
La rotura de una cuerda tend inosa puede provocar insufi ciencia mitra l
agudag rave.
~
~
.A
1 11111111111111111
Se ha descrito una incidencia elevada de ansiedad, que ta l vez se relacio-
na con el hecho de informar al pacie nte de la presencia de una ca rdiopa-

G
tía. Otros sín tomas clás ica mente asociados con el prolapso mit ral, como 51
52
la astenia, pa lpitaciones, ortostatismo, síntomas neu ro-ps iqu iátri cos, etc., -
no está cla ro cómo se relac ionan, si es que lo hacen (en estudios meticu-
.
losos no se aprecia esa asociación), con la anoma lía va lvu lar. ' 1 1111 111 11 111 11 11 11 111111 11111

El síntoma más frecuente es el dolor torác ico atíp ico (pi nchazos)

a
cuya causa no se conoce, au nque se ha propuest o un incremento 51
de tensión de las cuerdas sobre los m úsculos papilares. As imismo, se 52
.
describen síntomas propios de la insuficiencia m itra l cuando est a es
importante. \ . 1 Í ll// 1111111

Aunq ue el mecanismo no está cla ramente defin ido pueden aparecer


arritmias (sobre t odo extrasístoles o t aquica rdia paroxística supraventri- Figura 132. Va riaciones del sop lo del pro lapso va lvular mitral
cular) y existe asociación entre el prolapso mitra l y un int erva lo QT pro-
longado, así como un mínimo pero sig nifi cativo aumento de riesgo de
muerte súbita, sobre todo en pacientes que desa rrol lan insuficiencia mi-
tra l grave o con antecedentes de síncope o palpitaciones.

Exploración física

La auscu ltación puede ser norma l, pero frecuentemente presenta uno o


incluso los dos signos siguientes:
Clic o chasquido mesosistól ico o telesistólico.
Soplo sistólico en el ápex, que puede tener un ca rácter piante y que
generalmente aparece después del chasq uido, por esta razón se le
llama también síndrome del click-murmur.

Estos hallazgos en la auscu ltación se hacen más intensos y precoces


por motivos geométricos con las maniobras que reducen la precarga
o la poscarga (la dism inución de posca rga aminora el volumen del
ventrículo izquierdo) como ponerse de pie, la ma niobra de Valsalva o
la taquica rd ia. Las maniobras que au m entan la p recarga o la poscarga
originan que los fenómenos auscu ltatorios sean m ás tard íos y menos Figura 133.1magen ecoca rdi ográfi ca en proyección pa raesternal eje
intensos, como ocurre durante el ej ercicio isom étrico o la pos ición de larg o mostrando un p rolapso va lvular mit ra! (fl echa)
cuclillas.
Tratamiento
La ausc ultación es dinámica, de manera que en días d iferentes pue-
den encontrarse hallazgos distintos (Figura 132). A med ida que apa- En los casos asintomáticos no se precisa tratamiento, sin embarg o,
rece degene ración valvular e insuficiencia m it ral orgánica grave, sur- cuando se produce dolor torácico atípico o extrasístoles ventriculares
gen también sus hal lazgos auscu ltatorios, por lo que el soplo se hace sintomáticas se emplean 13-bloqueantes. En pacientes co n anteceden-
holosistólico. tes de accidente cerebrovascular, en ausencia de trombos visibles en la
aurícula o fibrilación auricular, se recom ienda la antiagregación e inclu-
Pruebas complementarias so la anticoagulación. El riesgo de endocard itis en ausencia de so plo es
mínimo.
ECG. Suele ser normal, pero puede haber alteraciones inespecíficas
del segmento ST y la onda T (a veces invert ida), sobre todo en deri- En la insuficiencia mitral orgánica crónica secundaria al prolapso se pro-
vaciones inferiores. cede como ya se expuso en el Apartado 16.6. Tratamiento. Los resultados
Ecocardiog rafía. Es de capital importancia para un diagnóstico de la reparación suelen ser buenos, sobre todo en el prolapso del velo
correcto. Muestra el prolapso, las alteraciones estructura les de las posterior.

15 · Insuficiencia mitra!
Cardiología 1 15
" El soplo de la insuficiencia m itra! crónica se ausculta mejor en el
Ideas clave RS ápex o la axila, es sistólico, y generalmente más largo cuanto más
grave sea la insuficiencia.
" En la actualidad la insuficiencia mitra! es la segunda valvulopatía
más frecuente después de la estenosis aórtica. Se distinguen tres " El tratamiento méd ico incluye diuréticos para la congestión, di-
tipos de insuficiencia m itra!: orgánica, isquémica y funcional. La goxina (inotropo pos it ivo) y vasod il atadores (lECA) que dism inu-
insuficiencia mitra! orgánica se produce por enfermedades que yen la precarga y la posca rga (para reducir el volumen de regur-
dañan la válvula y/ o aparato subvalvular, entre las que destacan g itación y aumentar el gasto anterógrado).
el prolapso valvular mitra! y la fiebre reumática (en esta asociada
a estenosis con frecuencia). " La cirugía se indica ante síntomas (generalmente disnea) o ante el
menor indicio de deterioro de la función sistólica ventricular (frac-
" La insuficiencia mitra! isquém ica aparece como consecuencia ción de eyección < 60% o d iámetro telesistólico de ventrículo iz-
de la disfunción isquém ica o rotura de un músculo papilar o por qu ierdo > 45 mm), pues cuando esta aparece, suele ser irreversible.
distorsión de la geometría ventricular, tras un infarto que altera
la posición espacial de los papilares y el aparato subvalvular, difi- " El tratamiento qui rúrgico de elección en la insuficiencia m itra !
cultando el cierre de la válvula. orgán ica es la reparac ión de la válvul a y el aparato subvalvular, y
si esta no es posib le, como sue le pasar en las de origen reumáti-
" La insuficiencia mitra! func iona l es la que se produce como con- co, se coloca una prótesis valvular.
secuencia de dilatación del anillo en cualquier cardiopatía que
curse con dilatación ventricular importante. " La disfunción sistólica grave secundaria a insuficiencia mitra ! ge-
neralmente contraindica la cirugía (considerar trasplante).
" La insuficiencia mitra! aguda grave suele deberse a endocarditis
infecciosa, rotura de un músculo papilar durante un infarto, ro- " La insuficiencia m itra ! de origen isquémico moderada o grave
tura de una cuerda tend inosa en el prolapso mitra! o a traumatis- debe tratarse en el m ismo acto qu irúrg ico si el paciente va a ser
mos, incluida la iatrogenia. sometido a una revascularización coronaria mediante bypass. El
tratamiento habitual de la insuficiencia mitra! por dilatación del
" Fisiopatológicamente, se suman los síntomas de congestión re- anillo es el de la insuficiencia cardíaca avanzada.
trógrada (por el volumen de sangre que regurgita a la aurícula)
con los de bajo gasto anterógrado ("falta sangre" hacia delante, " El prolapso valvu lar mitra! (síndrome de Barlow) suele prod ucir
toda la que regurgita). un clic o chasquido mesosistól ico, seguido de un soplo producido
por insuficiencia mitra! (síndrome del c/ick-murmur). Al disminuir
" La insuficiencia mitra! aguda grave suele cursar con edema agu- la precarga, se adelanta el cli c y se alarga la duración del soplo.
do de pulmón, shock cardiogénico y es frecuente el tercer ruido.
El soplo puede ser corto o no ser audible. " El pro lapso mitra ! que se asocia al sop lo t iene riesgo de degene-
rar en insuficiencia m itra ! orgán ica importante.

Mujer de 34 años, con historia de 4 años de palpitaciones in-


Casos clínicos termitentes y dolorimiento subesternal irradiado a espalda, de
presentación ocasional tras moderados esfuerzos y de unos 1O
Hombre de 65 años, con disnea progresiva, y cansancio, que acude minutos de duración. El dolor cede con el reposo. Exploración:
a la consulta porque, desde hace tres meses presenta disnea de pe- pectus excavatum, PA 80 lpm, TA 130/80 mmHg. Corazón: clics
queños esfuerzos y ortopnea. A la exploración se detecta un soplo mesosistólicos múltiples y soplo sistólico apical tardío. El soplo
pansistólico en foco mitra!, y por ecocardiografía se comprueba la se acentúa y los clics se desplazan hacia el primer ruido con la
existencia de una insuficiencia mitra! degenerativa con prolapso postura erecta, en tanto que en cuclilla s el soplo se hace inau-
del velo posterior por rotura de cuerdas tendinosas. La fracción de dible y los clics se desplazan hacia el segundo ruido cardíaco.
eyección ventricular izquierda era del 40% y el estudio hemodiná- ECG normal. Prueba de esfuerzo con protocolo de Bruce: con-
mico demostró que las arterias coronarias no presentaban lesiones tracciones ventriculares prematuras ocasionales que desapa-
significativas. Indique el tratamiento electivo en este caso clínico: recen de inmediato con el decúbito. Con mayor probabilidad,
esta paciente tiene:
1) Reparación de la vál vula mitra! mediante resección del segmen-
to del velo posteri or afectad o por la rotu ra de las cu erdas y anu- 1) Insuficienci a mitra! t rivial.
loplasti a m itra!. 2) Variante no obst ructiva de m iocardiopatía hi pertrófica .
2) Reparación de las cuerdas rotas. 3) Defecto sept al auricu lar tipo ostium primum.
3) Sust it uci ón de la válvul a mitra! por bioprótesis. 4) Pro lapso de la vá lvula mitra!.
4) Sustitució n de la válvul a mitra ! por prótesis mecánica.
RC: 4
RC: 1
Estenosis aórtica

ORIENTACIÓN Como en el resto de valvulopatías, hay que centrarse en las anomalías exploratorias, en las
características clínicas y en la indicación de tratamiento mecánico sobre la válvula, con sus
ENARM diversas opciones.

La estenosis aórtica (EAo) es la valvu lopatía más frec uente en occidente a la bicúspide congénita. Casi siempre se asocia a va lvulopatía
(en torno al S% de la población anciana), con predom inio en el sexo mas- mitral y, genera lmente, también a insuficiencia aórtica (doble
culino. lesión aórtica). Es la segunda etiología, en frecuen cia, en adultos
jóvenes.
El área valvular aórtica normal es de 3-5 cm 2, y su reducción dificulta el Carditis reumática: las secuelas cardíacas más frecuentes
vaciado del ventrículo izquierdo y crea un gradiente sistólico entre ven- de la enfermedad cardíaca reumática son la insuficiencia
trículo y aorta, de tal manera que si la función sistólica es normal, será mitral pura (19%), la doble lesión mitral (53%), la estenosis
mayor cuanto más reducida sea el área valvular. mitral pura (23%). La va lvu lopatía aórtica es mucho me-
nos frecuente que la mitral. Como secuela definitiva se
encuentra la in suficiencia sigmoidea pura (12%) y la doble
16.1. Etiología lesión aórti ca, in suficiencia asociada a estenosis (21%). En
la mayoría de los casos, la valvulopatía aórtica se asocia a
valvulopatía mitral y sólo en 2% de los eventos se presen-
Según la localización de la obstrucción se distinguen: ta aislada.
Estenosis aórtica valvular. Es la más habitual, y puede estar produ-
cida por (Tabla 64):
Estenosis aórtica congénita. Puede mostrarse funcionalmen-
te como estenosis grave desde el nacimiento (vá lvu las cupu li-
formes o unicúspides, causa más frecuente de estenosis aórtica
en menores de 30 años), o puede ser no estenótica pero co ngé-
nitamente anómala (válvulas bicúsp ides o, más rara, tricúspide
d isplásica) y co n el paso de los años su frir eng rosamiento, ca l-
cificación y ri gidez, y manifestarse en la vida adu lta (la aórtica
bicúspide degenerativa es la causa más común de estenosis en
adultos entre 30 y 70 años) (Figura 134).

Grupo de edad Etiología más frecuente


0-30 años Válvula unicúspide

30-70 años Válvu la bicúspide Figura 134. Imagen ecocard iográfica de una vá lvula aórtica bicúspide
o co n indicios de degeneración en ambos velos (plano paraesterna l eje
Más de 70 años Senil degenerativa o ca lcificada idiopática co rto)
Tabla 64. Causas más frecuentes de estenosis aórtica según la edad
Estenosis aórtica senil degenerativa o calcificada idiopá-
Estenosis aórtica reumática. La fiebre reumática puede pro- tica. Es la causa más común de estenosis aórtica en ancianos
voca r fusión de las com isuras y una morfología va lvular parecida (mayores 70 años) y en el g loba l de la población . La progresión
Cardiología 1 16
de la obstrucción es un proceso activo sim il ar a la aterosclerosis, Factores descartados de riesgo:
que puede desembocar en una estenosis "severa" (Figu ra 135). Tabaquismo.
Otras causas de estenosis aórtica valvular. Ocronosis, enfer- Cardiopatía hipertrófica.
medad de Paget, artritis reumato ide. Uso de anticonceptivos hormonales.
Exposición a medicamentos con efectos teratógenos.

16.2. Fisiopatología (Figura 136)

El principal mecanismo de compensación de la elevación de postcarga


izquierda es la hipertrofia concéntrica del VI para incrementar su contrac-
tilidad, lo que produce un progresivo aumento del gradiente transvalvu-
lar capaz de mantener el gasto cardíaco hasta fases finales de la enferme-
dad. Esto se acompaña de disfunción diastólica del ventrículo izquierdo,
por lo que en estos pacientes la contribución de la contracción auricular
al llenado ventricular es muy importante y la fibrilación auricular suele
causar un importante deterioro hemodinámico.

Como consecuenc ia del fallo diastólico se incrementa la presión auricular


izquierda, y de forma retrógrada en el lecho vascular pulmonar, y en casos
avanzados el desarrollo de hipertensión pulmonar puede acompañarse
Figu ra 135. Esquema que muestra fibrocalcificación y engrosamiento
de los velos valvulares, responsable de la restricción en la movil idad de fallo derecho. Asim ismo, se prolonga el periodo eyectivo del ventrícu-
y apertura de la válvula aórtica en un paciente con estenosis lo izquierdo para compensar la obstrucción.
degenerativa
En casos muy avanzados en los que aparece deterioro de la función sis-
Estenosis aórtica subvalvular. La forma más frecuente es la mio- tólica (y se reduce la FEVI) y el gasto cardíaco es reducido, y como conse-
ca rdiopatía hipertrófica obstructiva, pero también se puede producir cuencia, del grad iente ventriculoaórtico y del soplo sistólico dism in uyen.
por la presencia de membranas o de rodetes fibrosos debajo de la
vá lvula aórtica.
Estenosis aórtica supravalvular. Es poco habitual, y se suele aso- l§éMUf!.!im
cia rse a hipercalcem ia, retraso menta l y una típica "cara de duende'; t
for mando parte del síndrome de Will iams-Beuren . Obstrucción de flujo
de ventrículo izquierdo

El perfil característico del pac iente con EAo degene-


rati va sen il es una persona anciana con facto res de
ri esgo ateroscleróticos.

Factores de riesgo
i Volumen del VI -+-
Factores de riesgo:
Edad (aumento progresivo del riesgo a pa rtir de los 40 años).
Obesidad y sedentarismo.
Arteriosclerosis.
Enfermedad reumática.
Disfunción de VI
L -1- Suministro
de o, al miocardio
t
Endoca rditis.
Válvulas unicúspide, bicúspide, t ri cúspide y tetracúspide.
1 Isquemia
miocárdica
Calcificación de las arterias coronarias.
t +
Factores que reducen del riesgo de estenosis valvular aórtica:
Ejercicio. Figura 136. Fisiopatología de estenosis aórtica
Examen físico de rutina.
Control de sobrepeso.
Electrocardiograma en casos de sospecha. 16.3. Clínica
Telerrad iografía de tórax.
Qu imioprofi la xis de fiebre reumática.
Ecocard iografía en casos de sospecha. La estenosis aórtica puede ser asintomática durante muchos años, debi-
Doppler color para confirma r el diagnóstico. do a que el gradiente ventricu loaórtico puede mantener el gasto cardía-
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.8 edición

co hasta que el área aórtica esté muy reducida. Sin embargo, cuando apa- asociado al factor VIII (factor Von Willebrand) debido al flujo turbulento a
recen síntomas, la enfermedad progresa ráp idamente y el pronóstico se través de la válvula estenótica.
ve ensombrecido, con una supervivencia media sin tratamiento de dos o
tres años. Los tres síntomas más importantes de la estenosis aórtica son La válvula bicúspide en ocasiones se asocia a aneurismas de aorta aseen-
la angina, el síncope de esfuerzo y la disnea. dente o a coartación aórtica.

La angina (generalmente de esfuerzo) t radicionalmente se ha consi- Los síntomas de estenosis aórtica más comunes en niños son los si-
derado el síntoma más frecuente de la estenosis aórtica (30-60%), y se guientes:
debe al incremento de los reque ri mientos metaból icos del miocardio Fatiga.
(por la hipertrofia ventricu lar y el aumento de la tens ión parieta l) jun- Mareos al rea lizar un esfuerzo.
to con una disminución del aporte sanguíneo (por compresión de las Dificultad al respirar.
arterias coronarias por el miocard io hi pertro fi ado). Dado que en la ac- Latidos irregu lares o pa lpitaciones.
tual idad la principal etiología de la estenosis aórt ica es la degenerativa, Dolor en el tórax.
habitua lmente asociada a factores de riesgo card iovascu lar, no es in-
frecuente (hast a el 50%) la asociación co n ateroscleros is corona ria que
contribuye a la aparición de la angina, siendo co nven iente sospechar 16.4. Exploración física
enfermedad coronaria añad ida en caso de presentarse sin disnea de
esfuerzo.
Las anomalías del pulso arterial en caso de estenosis aórtica "severa" son
El síncope suele ser de esfuerzo, por la incapacidad de aumentar el muy características, de modo que la presión arterial puede ser normal o
gasto cardíaco con el ejercicio. Más excepcionalmente puede deberse baja y el pulso arterial periférico puede ser anácroto (parvus et tardus), de
a arritmias o a bloqueos de la conducción (conviene sospechar este escasa amplitud. Estos datos son típicos de individuos jóvenes con dis-
mecan ismo cuando el síncope se produce en reposo). Los pacientes tensibilidad arterial conservada. Sin embargo, dado que en la actualidad
con estenosis aórtica tienen más riesgo de mue rte súbita debida a la etiología predom inante es la degenerativa, propia de los ancianos, la
arritmias ve ntricu lares que la población general; pero este riesgo au- presión arterial y el pulso pueden parecer normales debido a la dismi-
menta de for ma expone ncial cuando la valvul opa t ía se hace sintomá- nución de la distensibi lidad arterial que acelera y hace más alta la rama
tica, siendo excepciona l (inferior al 1o/o al año) en los pacientes asinto- ascendente del pulso arterial, especialmente en individuos hipertensos.
máticos.
El impulso apical suele ser sostenido y habitualmente no está desplazado.
La disnea de esfuerzo por elevación de las presio nes de llenado y/o Puede ser doble debido a la contracción au ri cu lar activa en presencia de
disfunción ventricu lar trad iciona lmente se ha considerado el sínt oma fallo diastólico ventricular avanzado. En ocasiones, el soplo es pa lpable
de peor pronóstico, especialmente cuando prog resa a disnea en re- como frémito (thri/1) en la base, hueco supraesterna l y carótidas, sobre
poso, ortopnea, disnea paroxística noct urna, síntomas de insuficiencia todo en espiración y con el paciente incli nado hacia delante. En la auscul-
cardíaca derecha y otros debidos a bajo gasto card íaco. Sin embargo, tación destacan los siguientes signos exploratorios (Figura 137):
en la actualidad, debido a que la etiología más frecuente es la degene-
rativa, que acontece en personas ancianas (con otros fact ores asocia-
dos que contribuyen al desa rrollo de disnea de esfuerzo como hiper- Foco aórtico
tensión arterial, diabetes mel litus, fa llo diastólico ventricular izquierdo, 1rradia a carótid as
pérdida de distensibilidad auricular, etc.), y añadido a la posibilidad de
que aparezca disnea de esfuerzo como equivalente anginoso en esta
población, probablemente este síntoma, la disnea de esfuerzo, sea el
más frecuente de presentación de la enfermedad. Hace algunos años,
cuando la etiología predominante era la reumát ica, que afectaba a indi-
viduos jóvenes, se consideraba la angina de esfuerzo como el síntoma
in icial habit ual.

El orden de los síntomas de la EAo es: angina, sín cope _.._.-:.-,... 11


y di snea, y úni camente en fases finales, fa ll o derec ho. Fase inicial
Recuerda 54
l MT

En la estenosis aórtica pueden presentarse una serie de complicaciones,


como son la endocard itis infecciosa, las embolias sistém icas (especia l-
mente si hay fib ri lación auricular) o la hemorrag ia digestiva en el seno _____
iil il l lil l l l il llli ~ 11
Fa_s_e_av_a_n_za_d_a_ _ _ _ __ _ _ _ __ __ _ _ __ _
del sínd rome de Heyde: estenosis aórtica j unto con hemorragia digestiva Figura 137 . Ausculta ción de la estenosis aórtica
por angiod isplasia de colon . La ang iod isplasia de colon puede revertir
tras el tratamiento qu irúrgico de la va lvulopatía. Asimismo, se ha descrito Puede haber un clic de apertura de la válvu la aórtica en algunos
recientemente la asociación de estenosis aórtica con un tipo de enfer- niños y jóvenes con estenosis aórtica congénita, que desaparece
medad de Von Willebrand asociado a la descomposición del antígeno cuando la válvula se vuelve rígida y se calcifica.

16 · Estenosis aórtica
Cardiología 1 16
El componente aórtico del segundo ruido sue le estar disminuido Se considera una estenosis aórtica como "severa" cuando el área va lvu-
en intensidad por fibrocalcificación de los velos. Este componente lar es menor de 0,6 cm 2/ m 2 de superfi cie corporal (en genera l menor de
puede estar retrasado (segundo ruido ún ico o con desdoblamien- 1 cm 2 en adultos).
to paradójico).
Esto se corresponde en presencia de gasto cardíaco normal, con fracción
de eyección conservada, con un gradiente medio transvalvu lar sistólico
mayor de 40-50 mmHg (existen discrepancias en diversas fuentes sobre
En la EAo grave, el pulso típ ico es parvus et tardus
el punto de corte óptimo para definir una estenosis aórtica como "severa"
(parvo y tardo), suele disminuir la intensidad de l se-
gundo ruido por fibrocalcificación va lvula r y este en función del gradiente medio transvalvular estimado mediante ecocar-
puede mostrar desdoblam iento invertido. diografía Doppler) (Figura 138).

La fórmula empleada para el cá lculo del gradiente mediante Doppler es


Cuando el ventrículo se dilata y es d isfuncional puede haber tercer la ecuación de Bernoulli modificada:
ruido.
Puede existir cuarto ruido por la hipertrofia ventricular y fallo dias- Gradiente (mmHg) = 4 x (velocidad del flujo en m/s) 2
tólico.
El signo auscultatorio más importante es un soplo sistólico rudo, ás- En presencia de gasto cardíaco disminuido, genera lmente por disfunción
pero y de baja frecuencia, que comienza un poco después del pri- sistólica ventricular (FEVI < 40%), es difícil va lorar si un área va lvular pe-
mer ruido y tiene morfología rombo idal (crescendo -diminuendo). Se queña (congruente con el diagnóstico de estenosis "severa") simplemen-
localiza en el foco aórtico, pudiendo irrad iarse al hueco supraester- te muestra la incapacidad del ventrícu lo para abrir completamente la vá l-
na l y carótidas, y más raramente al borde esternal izquierdo y a la vu la (estenosis "pseudosevera") o una verdadera estenosis "severa·: ya que
punta (fenómeno de Gallavardin). la "debilidad" ventricular únicamente consigue producir gradientes bajos
(menores de 40 mmHg).

16.5. Pruebas complementarias En esos casos, la ecografía de estrés con dosis baja de dobutamina
permite desenmasca rar la gravedad (elevac ión del gradiente a un va-
lor mayor de 50 mmHg con sólo un pequeño incremento del área va l-
ECG vular, menor de 0,2 cm 2 ) o descartarla (gran aumento del área val vu lar
sin cambio significativo del gradiente), así como estudiar la reserva
Suele haber datos de hipertrofia ventricular y crecimiento auricu lar iz- contráctil (incremento mayor del 20% del volumen de eyección, que
quierdos, aunque se correlacionan mal con la gravedad de la estenosis. predice la mejoría de la FEVI tras la cirugía). Los pacientes con válvu-
No son infrecuentes los trastornos de conducción, sobre todo hemiblo- las muy ca lcificadas y gradientes que se elevan de forma significativa
queo anterior. en los controles periódicos (aumento de velocidad del flujo aórtico
superior a 0,3 m/s en un año) evolucionan más rápidamente hacia
Radiografía de tórax

Excepto en casos avanzados con dilata-


ción ventricular la silueta cardíaca suele
ser normal. Frecuentemente existe dila-
tación postestenótica de la aorta ascen-
dente. A veces puede apreciarse la ca lcifi-
cación de la válvula aórtica.

Analítica

Los niveles elevados de péptidos natriu-


réticos podrían ayudar a predecir la apari-
ción de síntomas en pacientes asintomá-
ticos con estenosis "severa':

Ecocardiografía

Muestra la morfología, calcificación (su


ausencia en adultos prácticamente des-
ca rta que la estenosis sea "severa") y mo-
vilidad de la válvula aórtica, mientras que
mediante Doppler se puede calcu lar el
gradiente sistólico y estimar el área valvu - Figura 138. Estimación de la gravedad de la estenosis aórtica mediante registro de la velocidad de
la r. Además, informa sobre la morfología la señal Doppler a través de la válvula en el plano apical de cinco cámaras. En el caso registrado, la
y función del VI. velocidad máxima era de 3 m/s (flecha) y se correspondía con una estenosis moderada
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2 .a edición

una estenos is grave sinto m ática. Se recomienda un segui mi ento se- torno al 1So/o). Sin embargo, si la disfunción sistólica se produce por otro
mestral. motivo como un infarto de miocardio previo, la presencia de reserva con-
tráctil detectada con la ecografía de estrés con dobutamina pronostica
Las ecocardiografías seriadas anuales son útiles en el seguimiento de la la recuperación de la fracción de eyección del ventrículo izqu ierdo, y su
función y de la hipertrofia ventricular izquierda. En pacientes con esteno- ausencia predice una mayor mortalidad perioperatoria, aunque con una
sis aórtica moderada, se considera prudente efectuar va loraciones seri a- tendencia a mejoría pronóstica.
das cada 2 años, y en pacientes con estenosis aórtica leve, los estudios
seriados pueden llevarse a cabo cada S años. Las mujeres en edad fértil Conviene hacer la sal vedad de que en niños y adultos jóvenes con este-
con estenosis valvular aórtica deben ser evaluadas 3 veces al año. nosis congénita severa sí tienen indicación quirúrgica, aunque estén asin-
tomáticos, por presentar un mayor riesgo de muerte súbita y disfunción
Ergometría ventricular progresiva.

En pacientes con estenosis "severa" sintomática está contraindicada esta La intervención mejora la supervivencia y la calidad de vida de los pa-
prueba. Sin embargo, en pacientes en los que es asintomática puede ser cientes sintomáticos. El tipo de intervención preferido se expone en la
eficaz para desenmascarar la presencia de síntomas que está n "ocultos" Figura 139.
(angina, síncope, disnea invalidante, arr itm ias ventricul ares, hipotensión
arterial con el ejercicio o cambios en el segmento ST) especialmente en
individuos jóvenes, porque el paciente limita su actividad (de forma cons-
Técnica quirúrgica en la estenosis aórtica
ciente o no) para evitar su apa ri ción .

Cateterismo
En la actualidad no está justificada la realización rutina ria de esta prue-
ba para el estud io hemodinámico de presiones y gradientes, sa lvo casos
muy puntua les. Sí se rea liza coronariografía previa a la cirug ía en los casos
- t
Valvuloplastia
con balón
Adultos

De elección:
prótesis
Alternativa:
· Com isurotomía
· Cirugía de Ross

en que esté indicado.


Este nosis si ntomática Inestabili dad hemodinámica Enfermedad coronaria "severa"
grave no cand idatos y alto riesgo quirúrgico o va lvulopatía mitral grave
a sustitución valvular
16.6. Tratamiento t t t
Tratamiento
Considerar
TAVI simu ltáneo
va lvuloplastia
de ambas
En pacientes sintomáticos el pronóstico es ma lo, con una supervivencia
media inferior a los dos o tres años. Debido a eso la cirugía en la esteno- Figura 139. Técn ica q uirúrg ica de preferencia en la estenosis aórt ica
sis aórtica "severa" está indicada con cualquiera de los síntomas clásicos
(angina de pecho, síncope o disnea), aunque sean leves o solamente des- El tratamiento de elección de la estenosis aórtica "severa" es el reempla-
enmasca rables mediante una ergometría (incluida la hipotensión arterial zo valvu lar por una prótesis. La mortal idad perioperatoria global ronda
con el esfuerzo), pues su presencia además aumenta notablemente el el 3o/o, aunque aumenta con la edad, el sexo femenino, la necesidad
riesgo de muerte súbita. Ni la edad avanzada, ni la presencia de enferme- de cirugía coronaria combinada, la disfunción ventricular, la mala clase
dad coronaria no revascularizable, ni la disfunción ventricula r g rave son funcional, la hipertensión pu lmonar, la cirugía cardíaca previa o la co-
motivo suficiente para no ofrecer la intervención a estos pacientes. morbi lidad. En los sujetos con enfermedad coronaria e ind icación de
revascu larización debe practica rse la derivac ión corona ri a en el mismo
En la estenosis aórtica "severa" asintomática el ri esgo de muerte súbita es acto quirúrgico.
bajo (inferior al 1o/o anua l) y no d isminuye con la corrección qu irúrg ica,
por lo que no está indicada. El deporte de compet ición incrementa ese En los niños con estenosis aórtica congén ita el tratam iento de elección es
riesgo. la va lvuloplast ia percutánea co n ba lón . La comi su rotom ía quirúrgica (úni-
ca mente en caso de estenosis aórtica no ca lcificada) es una alternativa,
La disfunción ventricular izqu ierda sistól ica suele ser t ardía (posterior al así como la técnica de Ross.
desarrollo de los síntomas), pero en el caso poco frecuente de disfunción
sistólica, en ausencia de síntomas y sin otra causa que lo justifique, es En los adultos los resultados de la va lvu loplastia percutánea son malos,
recomendable la intervención. As imismo, se ind ica la intervención en los con elevada tasa de comp licaciones (mayor al 1Oo/o) y aparición habitual
individuos que padecen est enosis aórtica moderada (á rea 1-1 ,S cm 2) o de reestenosis en solo unos meses, por lo que su uso se li mita a ser una
"severa" y se van a someter a cirugía sobre la aorta, coronari as u otra vá l- técnica pa liativa en pacientes hemodinámicamente inestables, sin po-
vula. También, es razonable aconsejarla en pacientes asintomáticos con sibi lidad de intervención qu irúrgica. Sin embargo, recientemente se ha
función sistólica normal si se demuestra una calcificación intensa de la desarro llado el im plante de prótesis aórtica por vía transarterial femoral o
válvula y una rápida progresión de la gravedad de la estenosis en el se- transapical sin necesidad de circula ción extracorpórea con elevada tasa
gu imiento. de éxito, que ya supone una alternativa a considerar para pacientes con
riesgo quirúrg ico extremadamente elevado, mostrando una tasa de mor-
Por otra parte, la disfunción ventricular, incluso grav.e, producida por la talidad que, aunque es elevada (en torno al S-1 Oo/o) es mucho menor que
estenosis aórtica habitualmente regresa tras la cirugía, por lo que no la de la cirugía abierta y, probablemente, que la no intervención en pa-
contraindica la intervención aunque el riesgo operatorio sea mayor (en cientes seleccionados.

16 · Estenosis aórtica
Cardiología 1 16
La operación de Ross consiste en el recambio de la vá lvu la aórtica por la ca, e incluso el nitroprusiato bajo control hemodinámico intensivo en al-
propia válvula pulmonar del paciente (autoinjerto de vá lvu la pulmonar), gunos casos de edema ag udo de pu lmón.
implantándose en el mismo procedim iento un homoinjerto para sustitui r
a la pulmonar. Esta operación obtiene buenos resultados en manos de La actuación general en la estenosis aórtica se resume en la Figura 140.
cirujanos expertos y se considera una excelente solución para jóvenes no
candidatos a valvuloplastia, ya que evita la sustitución por una prótesis
aórtica y los problemas derivados de esta. 16.7. Prevención
El tratamiento médico desempeña un papel muy limitado en la esteno-
sis aórtica grave. La de causa degenerativa t iene mecanismos de progre- Prevención primaria (promoción de la sa lud). Será necesario consi-
sión similares a la aterosclerosis, por lo que es muy recomendab le el trata- derar las siguientes actuaciones:
miento de los factores de riesgo aterosclerótico. Sin embargo, el empleo Informar a los pacientes acerca de los factores de riesgo en la
de estatinas no ha demostrado retrasar la necesidad de cirug ía o mejorar estenosis aórtica.
el pronóstico. El paciente debe someterse periódicamente a una evaluación
clínica orientada, cuando exista riesgo, complementada con
Actualm ente se investiga el empleo de los lECA por su papel protector una telerradiografía de tórax y un electrocardiograma en aqué-
cardiovascular. llos con soplo fu ncional sistólico.
El paciente debe realizar ejercicio físico moderado, unas 4 horas
En pacientes sintomáticos en espera de la cirugía o si esta no puede a la semana, en especial los adultos mayores, con obesidad y
realizarse, es posible administrar digoxina (cuando existe disfunción sedentarismo.
sistólica), dieta hiposódica y d iuréticos (con precaución para no dis- Mantener una alimentación adecuada y evitar el exceso en el
minuir el gasto cardíaco), evitar el ejercicio físico intenso y evita r los consumo de alcohol.
~-bloqueantes. Ac udir a consulta cua ndo aparezca disnea de esfuerzo u otros
síntomas cardíacos.
Los vasodila tad ores están generalmente contra indicados, debido a que
pueden disminu ir en exceso el gasto cardíaco, pero los lECA o ARA 11 son Prevención secundaria:
aconsejables en pacientes con di sfu nción sistólica e insuficiencia cardía - Realizar una historia clínica completa.

Sospecha de estenosis aórtica "severa"


· Síntomas
· Exploración física
· Ecocardiografía

FEVI <SO%

Area < 1 cm' (o < 0,6 cm 2/ m 2 ) Area < 1 cm 2 (o < 0,6 cm 2/m 2)
Gradiente medio > 40 mmHg Gradiente medio < 40 mmHg

•! 11
!
EAo "severa"
Ecografía con dobutamina

Niños EAo "pseudosevera"

Va lvuloplastia
con balón Síntomas Asintomático Seguimiento

Cirugía
(prótesis) - Angina
Síncope
Disn ea
~--------------FEVl < SO%
FEVI > SO%

EAo moderada o "severa" en pacientes Sí _ Calcificación intensa y rápida progresión de la ~ No


con indicación de cirugía cardíaca de otro tipo estenosis o estenosis muy grave (pico de velocidad > 5,5 m/ s)

Síntomas o hipotensión
con ejercicio Ergometría Normal Seguim iento semestral

Figura 140. Protocolo de actuación general en la estenosis aórtica


Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

Investigar la presencia de factores de riesgo de los pacientes, Paciente con probable


enfermedad cardíaca : niño,
los antecedentes y los estud ios realizados que pudieran hacer
adolescente o adulto joven
sospechar el diagnóstico de estenosis aórtica.

Prevención de endocarditis infecciosa

En los proced imientos denta les, la endocard it is bacteriana se evita


¿Hay datos de insuficiencia
med iante la aplicación p rofiláctica de amoxicili na, 3 g una hora antes,
cardíaca congestiva?
seguido de 1,S g, 6 horas después del proced im iento (eritromicina 1
g, 1 hora antes y O,S g, 6 horas después, en caso de alergia a la pen i-
cilina). Realizar y revisar:
telerradiograffa de tórax
1
Referir al médico
Electrocardiograma
especialista
En pacientes de alto ri esgo se aplica ampicil ina, 2 g por vía intravenosa Ecocardiograffa (solicitar a
unidad esRecializada)
o intramuscular, y gentam icina 1,S mg/kg de peso, vía intram uscular o
intrave nosa, 30 minutos antes de un a cirugía. Se recom ienda vancomi-
cina 1 g intravenosa, administrada en el transc urso de 1 ho ra y 1 hora ¿Se encuentran datos
de cardiopatía?
- - - -- - - - S í
i
previa a la cirugía, si hay alergia a la pen icilina.
1
No
En caso de cirugía gastrointestina l o del tracto gen itourinario debe aña-
dirse gentamicina 1,5 mg/kg de peso corpora l, intramuscu lar o intrave-
t
nosa . Observación periódica

Para mayor información sobre lo tratado en este capítu lo, se remite al Figura 141. Sig nos y sínto mas q ue hace n so spechar estenosis aó rti ca
lector a los siguientes algoritmos (Figuras 141, 142 y 143). durante la expl o ració n clínica de rutina

Sospecha
de estenosis valvular
aórtica

¿Presenta ¿Área Reemplazo


alteraciones < 1,0 cm 2 valvular
¡--¡ ecocardiográficas?
valvular?

Sí No

1 !
Seguimiento según

J
¿Velocidad las guías clínicas
aórtica < 2,5 mm/s? --sí- ACC/AHA > 1,5 cm 2
¿Presenta
insuficiencia aórtica
moderada?

r
1

¿Velocidad
aórtica entre Revisar el área
2,5 y4 mm/s? valvular aórtica
No
Valorar prueba

! de esfuerzo

Reemplazo valvular

Figura 142. Conducta clínica en la estenosis aórti ca

16 · Estenosis aórtica
Cardiología 1 16
Diagnóstico
de estenosis
aórtica grave

Valoración
del tratamiento

Realizar prueba de esfuerzo


¿Tiene cirugía ----------No------~1 con fracción de eyección
previa? del ventriculo izquierdo

¿Presenta
¿Tiene
---------Sí----------~ ~---------Sí------------ sintomatología
sintomatología?
en la prueba?

Seguimiento cllnlco
Educación del paciente

Figura 143. Conducta clínica en la estenosis aórt ica grave

" El soplo de la estenosis aórtica se ausculta en foco aórtico, se


Ideas clave f6 irradia a carótidas y huecos supraclaviculares (ocasionalmente al
ápex: fenómeno de Gallavardin), es sistólico y romboidal tras la
" La estenosis aórtica degenerativa del anciano es la valvulopatía apertura aórtica (que a veces puede oírse con un clic, sobre todo
más frecuente en países desarrollados, y se asocia con frecu encia en las válvulas bicúspides) y más largo cuanto más grave sea.
a la aterosclerosis.
" La esclerosis valvular aórtica sin estenosis es típica de ancianos
" La estenosis aórtica que aparece en edades medias de la vida hipertensos y produce un soplo de características similares (aun-
suele tener su origen en una válvula bicúspide que degenera que breve y poco intenso). Para diferenciarlos, conviene recordar
con el paso de los años, y la de los niños, congénita. que la estenosis aórtica grave suele acompañarse de disminu-
ción de la intensidad y desdoblamiento invertido del segundo
" Una estenosis aórtica se cons idera grave cuando el área valvular ruido y en ocasiones de pulso parvo y tardo.
es menor de 0,6 cm 2/m 2 de superficie corporal, que se correspon-
de en el adulto generalmente con un área menor de 0,75-1 cm •
2
" El tratamiento médico es de utilidad muy limitada en la esteno-
sis aórtica grave.
" Si la función sistólica y el gasto cardíaco son normales, la este-
nosis aórtica es grave cuando el gradiente medio transvalvular " En adultos con estenosis aórtica grave, cuando aparecen sínto-
sistólico supera los 40-50 mm Hg. mas o disfunción ventricular, está indicada la cirugía, que será
de elección el recambio va lvu lar por prótesis (ocas ionalm ente se
" Si existe disfunción sistó lica, el ventrículo no es capaz de abrir emplea la cirugía de Ross en jóvenes; en el adulto, los resultados
completamente la válvula y puede existir un área compatible de la valvuloplastia aórtica son malos).
con estenosis grave (pseudoestenosis aórtica) . La ecografía de
estrés con dobutamina permite eva luar el aumento de grad iente " En niños con estenosis valvular aórtica congén ita grave siempre
con escaso incremento del área valvular en los casos de verdade - se indica la actuación mecánica por presentar mayor riesgo de
ra estenosis aórtica . muerte súbita y disfunción ventricular progresiva. Los resultados
de la valvuloplastia con balón en niños son buenos, siendo el
" Los síntomas característicos de la estenosis aórtica grave se tratamiento de elección.
desencadenan con el esfuerzo (angina, síncope o disnea). En la
actualidad, dado el predominio de la etiología degenerativa del " En adultos con estenosis aórtica grave asintomática, el riesgo
anciano, el síntoma inicial predominante suele ser la disnea de quirúrgico supera el riesgo de muerte súb ita, por lo que en ge-
esfuerzo. neral no está indicada la cirugía (salvo en deportistas).

" El riesgo de muerte súbita en la estenosis aórtica crece expo- " La prótesis percutánea aórtica supone una alternativa para pa-
nencialmente cuando aparecen síntomas, estando indicada la cientes con estenosis aórtica grave e indicación quirúrgica, pero
cirugía. un riesgo quirúrgico excesivo.
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

eaS oS e1í ni eoS ~-=L -,'


disnea de mínimos esfuerzos y ortopnea de dos almohadas. Ex-
ploración física: TA 180/100 mmHg, presión venosa normal, aus-
cultación pulmonar con crepitantes b ibasales, auscultación car-
Un paciente de 80 años acude al médico t ras haber presentado díaca rítmica a 120 lpm con soplo sistólico eyectivo INI en foco
un síncope brusco mientras subía un tramo de escaleras. La ex- aórtico y tercer ruido. ECG: ritmo sin u sal y criterios de hipertrofia
ploración física muestra un soplo sistólico eyectivo 3 sobre 6, y ventricular izquierda. ¿Cuál de los siguientes es el diagnóstico
en el electrocardiograma se observa un ritmo sinusal normal y más probable?
signos de hipertrofia del ventrículo izquierdo. ¿Qué exploración
diagnóstica solicitaría en primer lugar? 1) Insuficiencia cardíaca congestiva en paciente con EPOC.
2) Estenosis aórtica en insuficiencia cardíaca .
1) Un test en tabla bascu lante. 3) Card iopatía isquém ica con disfunción sistólica.
2) Un Holter de 24 horas. 4) Card iopatía hi pertensiva en in suficiencia card íaca .
3) Una ecoca rdiografía-Doppler.
4) Un estud io electrofisiológico. RC: 4

RC: 3 Un paciente de 54 años presenta disnea de medianos esfuerzos


y dolor retroesternal con el ejercicio. La ecocardiografía detecta
Paciente de 75 años que refiere síncope de esfuerzo y en cuya ex- un orificio aórtico con área valvular de 0,70 cm2 y un gradiente
ploración física presenta un pulso arterial carotídeo anácroto, en transaórtico de 90 mmHg. ¿Cuál de las que a continuación se re-
el ápex se palpa doble onda a y en la auscultación soplo sistólico lacionan sería la conducta a seguir?
de eyección con 2. 0 tono aórtico disminuido. El diagnóstico será:
1) Rea lizar prueba de esfuerzo.
1) Miocardiopatía hi pertrófica obstructiva. 2) Reemplazamiento valvular inmediato.
2) Doble lesión aórtica con predomi nio de la insuficiencia. 3) Estudio hemodiná m ico y coronariografía previos al reemplaza-
3) Estenosis aórtica probablemente severa. miento valvular.
4) Hipertens ión arterial severa. 4) Tratamiento médico y evaluación ecocard iográfica dentro de 6
meses.
RC: 3
RC: 3
Un paciente de 57 años, fumador de 1O cigarrillos diarios, con
historia de tos y expectoración matutina habitual, consulta por

1) A stress test.
Case Study ~=~ 2) A coronariography.
3) An exercise echocardiogram.
Which examination would you advise in an 82-year-old patient 4) A Dopp ler-echocardiogram.
complaining of effort angina with auscultation revealing a systo-
lic ejection murmur of intensity 3/6? Correct answer: 4

16 · Estenosis aórtica
Carcliolngia_ •

Insuficien cia aórtica

ORIENTACIÓN En esta valvulopatía igualmente hay que centrarse en los aspectos clínico-exploratorios, así como
en conocer la indicación de tratamiento invasivo. Es recomendable repasar la actuación sobre la
ENARM aorta ascendente simultánea cuando esté indicada.

Consiste en la existencia de una deficiente coaptación de las valvas aór- Aguda Crónica
ticas en diástole, con lo que aparece regurgitación de sangre desde la Valvular Endocarditis infecciosa Fiebre reumática
aorta al ventrículo izquierdo (que padece una sobrecarga de volum en)
Por dilatación Disección de aorta Enfermedad de Marfan
en diástole (Figura 144).
del anillo

Tabla 65 . Ca usas principa les de in suficiencia aórt ica

La insuficiencia por afectación de los velos puede estar producida por la fie-
bre reumática (predomina en el varón sa lvo afectación concomitante de
la mitra!, en cuyo caso prevalece en la mujer), el prolapso de alguna de las
valvas en la vá lvula aórtica bicúspide y otras anomalías congénitas, con-
juntivopatías (enfermedades de Marfan, Ehlers-Danlos, espondil it is anqui-
losante, lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide, enfermedad de
Whipple, Crohn, etc.), degeneración mixomatosa de la vá lvula, o de forma
aguda, por endocarditi s infecciosa y traumatismos cerrados ca rd íacos.

Entre las causas de insuficiencia aórtica por dilatación del anillo valvular
destaca la dilatación o aneurisma de aorta ascendente (síndrome de Mar-
fan, necrosis quística de la media [ectasia anu loaórtica], aortitis sifilítica,
enfermedad de Beh<;:et, hipertensión arterial, osteogénesis imperfecta,
etc.), y de forma aguda, la disección aórtica de t ipo A que produce la
desinserción de uno o ambos ve los.
Figura 144. Esquema q ue m uestra el defecto d e coaptación centra l
en un caso de insuficie ncia aórti ca va lvular
17 .2. Fisiopatología
17 .1. Etiología
La sangre que durante la diástole regurgita desde la aorta hacia el ventrí-
cu lo izquierdo provoca una disminución del gasto cardíaco y un aumen-
La causa más frecuente clásicamente ha sido la fi ebre reumát ica. Sin em- to del volumen y presión telediastól icos en el ventrícul o.
bargo, en países desarrollados con escasa incidencia de esta enfermedad,
en la actual idad predomina la insuficiencia aórtica (IAo) asociada a enfer- En la insuficiencia aórti ca crón ica el principa l mecan ismo de compen-
medades de la ra íz de la aorta y la válvu la bicúspide. sación es una dilatación excéntrica del ventrículo, con lo que aumenta
la precarga (ley de Frank-Starli ng) y se mantiene el gasto card íaco hasta
Se puede diferenciar entre la insuficiencia aórtica producida por alteración etapas avanzadas evitando un excesivo incremento de la presión intraca-
de los velos valvulares o del anillo sobre el que se insertan (Tabla 65). vitaria (Figura 145).
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

El dolor torácico es frecuente, atíp ico por el latido hiperdinámico


del corazón sobre la pared torácica o t ípico por isquemia m iocárdica
(ang in a de esfuerzo progresiva o en reposo, con cierta frecuencia
nocturna y con resp uesta med iocre a nitratos). El síncop e es infre-
cuente.

En fases avanzadas pueden aparecer síntomas de bajo gasto anterógrado


(fatigabilidad, debilidad muscular, etc.) e hipertensión pulmonar con da-
tos de fallo derecho, como congestión venosa sistémica (hepatomegalia
congestiva, edemas maleolares y ascitis).

El ejercicio físico moderado suele tolerarse bien (a d iferencia de la esteno-


sis aórtica), pues la taqu icardización (acortam iento del tiempo d iastólico)
y reducción de resistencia periférica dism inuyen el volumen de regurgi-
tación.

En la insuficiencia aórtica aguda grave aparecen signos de bajo gasto


Figura 145. 1magen ecocardiog ráfi ca apica l de cinco cámara s cardíaco anterógrado (fria ldad, cianosis acra, o liguria) acompañando ha-
mostrando la dilatación del ventrículo izquierdo y de la raíz de la aorta bitualmente edema agudo de pulmón. Los signos en la pa lpación y en la
en un paciente con insuficiencia aórti ca g rave auscu ltación de hiperdinamia pueden estar ausentes, y el soplo d iastólico
es de menor duración (por igualación rápida de la presión diastólica ven-
Sin emba rgo, la sobrecarga del ventrículo term ina por deteriorar su fun- tricu lar con la de la aorta).
ción con el tiempo, produciéndose una disminución de la fracción de
eyección y del gasto anterógrado que puede preceder al desarrollo de
los síntomas. Durante la fase inicia l de compensación, el gasto cardíaco En la !Ao crónica, el ventrículo se adapta (mediante
en reposo suele ser norma l pero, con frecuencia, no aumenta lo suficien- di latación) al exceso de vo lumen, lo que hace que
--~;::..i;M"

te con el ejercicio. El incremento de presión diastólica (que d ificulta el el paciente tol ere b ien la situación durante mucho

aporte m iocárd ico de oxígeno) junto a la dilatación e hipertrofia (que au-


tiempo. Recuerda
menta las demandas) hacen que pueda aparecer angina sin enfermedad
coronaria.
17 .4. Exploración física
Cuando la insuficiencia aórtica es aguda, al no da r tiempo a esta adapta-
ción ventricular, se eleva considerablemente la pres ión diastólica ventri-
cu lar (que se traduce en un soplo diastólico más precoz y corto) y existe Pueden aparecer signos que son consecuencia de los latidos periféricos
una marcada caída del gasto cardíaco. hiperdinámicos (pulso magnus, celer et a/tus), como el signo de la danza
carotíd ea de Corrigan (elevación rápida del pu lso "en martillo de agua"
El volumen de regurgitación (y por tanto el soplo) aumenta si se incre- con co lapso también rápido), el de Musset (ba lanceo sincrónico de la ca-
menta la postca rga por aumento de resistencias periféricas (ejercicio beza con los latidos), Müller (pulsación de la úvula), de Rosenbach (pu lsa-
isométrico, vasoconstrictores, etc.) y d isminuye si bajan las resisten- ción del hígado), de Gerhardt (pulsación del bazo), de Quincke (pulsación
cias (vasodi latadores arteria les o mixtos). La brad icard ia también in- del lecho capilar de los dedos por transi lu m inación), de Duroziez (soplo
crementa el volumen de regurgitación, al "disponer" de un tiempo de sistólico y diastólico al comprim ir en la arteria femora l), de Traube (ruido
diástole más largo durante el que se produce el paso de sangre de la "en pistoletazo" en la auscultación de la arteria femoral), etc. En ocasiones
aorta al ventrículo izqu ierdo (esta es la razón por la que los fármacos el pulso es bisferiens.
cronotropos negativos deben utilizarse con precaución en esta enfer-
medad).

El pulso típ ico de la EAo es parvus et tardus, y el de la - ........~­


17.3. Clínica IAo magnus, celer et a !tus y, a veces, bisferiens.

Los pacientes con insuficiencia aórtica crónica suelen permanecer asin- La presión arterial sistólica suele estar elevada y la diastólica disminuida,
tomáticos durante años hasta que aparecen la dilatación y d isfunción aumentando así la presión d iferencial o de pulso, si bien en etapas avan-
sistólica del ventrícu lo izquierdo. No es excepcional que en esa fase de zadas es frecuente que se eleve la diastólica.
compensación el paciente note palpitaciones por la percepción de los
latidos hiperdinámicos. El impulso apical es hiperdinámico y se desplaza lateral e inferiormente
por la dilatación del ventrículo izqu ierdo.
El síntoma más importante que marca el deterioro de la función cardíaca
es la disnea de esfuerzo por congestión pulmonar, que posteriormente Puede pa lparse un frém ito por el soplo d iastól ico en el borde esternal
progresa e incluso aparece en reposo, ortopnea y cris is de disnea paro- izquierdo y/o el sistólico de hiperaflujo (en hueco supraclavicu lar y caró-
xística nocturna. tidas).

17 · Insuficiencia aórtica
Cardiología 1 11
En la auscultación destacan los siguientes signos exploratorios (Figu- Algunos soplos con "nombre prop io" son : Austin-
ra 146): Fii nt (algunas IAo), Graha m-Steell (insuficiencia pu l-
monar), Ca rey-Coombs (fiebre reumática aguda), Still
La intensidad del componente aórtico del segundo ruido suele estar
disminuida.
(n iños sanos) y Gibson (ductus pers istente). Recuerda
Puede haber tercer ruido y, a veces, cuarto ruido.
El soplo diastólico comienza inmediatamente después del segun-
do ruido, en decrescendo, de alta frecuencia, que se ausculta mejor 17 .S. Exploraciones
en espiración y con el paciente inclinado hacia delante en el foco
aórtico y el accesorio (foco de Erb), aunque cuando la insuficien-
complementarias
cia se debe a un aneurisma de aorta ascendente puede ser más
intenso en el borde esternal derecho. El soplo es en general más
intenso y más largo cuanto más grave sea la insuficiencia, en caso ECG
de ser crónica, pues en la aguda suele ser corto por la incapacidad
del ventrículo para adaptarse al aumento de volumen diastólico, Cuando la insuficiencia aórtica es crónica, suele haber signos de creci -
lo que origina una ráp ida igualación d iastólica de presiones en la miento ventricular izqu ierdo, implicando peor pronóstico la desviación
aorta y el ventrículo. del eje a la izquierda y el ensanchamiento del QRS. Cuando es aguda no
Puede existir un soplo mesosistólico por hiperaflujo en la vá lvula suelen existir signos de dilatación, pero sí pueden producirse cambios en
aórtica, sin que indique necesariamente estenosis aórtica orgán ica, el segmento ST y la onda T.
aunque sea intenso.
Puede mostrarse un soplo mesodiastól ico o pres istólico, con ca rác- Radiografía de tórax
ter de retumbo, localizado en la punta, por el choque del chorro
de regurgitac ión en la valva mitral anterior en algunos casos, de- El dato radiológico típico es la cardiomegal ia a expensas de la dilatación
nominado soplo de Austin-Fiint, que no impl ica estenosis mitra l del ventrículo izquierdo. Asimismo, la aorta ascendente puede estar dila-
orgánica . tada. La calcificación de la válvula aórtica es poco frecuente.

Cuando la insuficiencia es aguda predominan los signos de congestión


pulmonar con escasa dilatación.

Ecocardiografía
Foco de Erb Muestra la incompl eta coaptación de las valvas aórticas en diástole y me-
(aórtico accesorio) diante Doppler permite estimar la gravedad de la insuficiencia (Figura
Irradia a borde esternal
147).
izquierdo

il '11l ~l lil' ;íl l l l l l l l l l l l l l ~lllllllllil


Soplo de hiperaflujo Soplo de Austin-Fiint

Figura 146. Auscultación de la insuficiencia aórtica

El sop lo de Austi n-Fiint no es el sop lo de la insu-


fic ienc ia aórtica, sino el produc ido en algunos pa-
cientes en los que el chorro choca contra el ve lo l ~B$iJirrliJ
anteri or mitra l.

Figura 147. Imagen de ecocard iografía Doppler color en diástole


en proyección apical de tres cámaras mostrando el chorro de una
Existencia de hallazgos propios de la insuficiencia cardíaca y la hiper- regurgitación aórtica grave
tensión pulmonar.
Las maniobras que incrementan la regurgitación aumentan la inten- Se considera que la insuficiencia es grave cuando la fracción de regurgi-
sidad del soplo y las que reducen la regurgi tación también disminu- tación es superior al 50%, existiendo múltiples signos ecográficos para su
yen el soplo. evaluación (Figura 148).
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. 8 edición

Cobra gran importancia el estud io del tamaño y función del ventrículo Cateterismo
izquierdo y la eva luación anatómica de la válvula y aorta ascendente que
permita inferir la etiolog ía de la insuficiencia. Puede realizarse en los escasos pacient es en los que la ecografía no per-
mite confirm ar la gravedad o no de la insuficiencia . La corona ri ografía
Se puede apreciar aleteo de la va lva mitral anteri or en diástole, propio de con vistas a la cirugía se rea liza en caso de existir indicación.
pacientes con soplo de Austin-Fiint. En ocasiones se precisa la vía transe-
sofágica pa ra determinar mejor la anatomía.
17.6. Tratamiento

El procedimiento genera l de actuación frente a la insuficiencia aórtica se


recoge en la Figura 150.

Los pacientes sintomáticos con in suficiencia aórtica "severa" tienen indi-


cación quirúrgica, puesto que su supervivencia sin ci ru gía es inferior al
So/o a los diez años en algunas series.

El problema estriba en que con frecuencia los síntomas aparecen


cuando ya hay disfunción ventricular izquierda, y esta no se recupera
con la cirugía tan satisfactoriamente como en la estenosis aórtica, por
lo que los resultados son menos bri ll antes. Por ese motivo es necesa-
rio un seguimiento clínico y ecocardiográfico estrecho (generalmente
semestral) en pacientes con insuficiencia aórtica grave para detectar
Figura 148. Estimación de la gravedad de la insuficiencia aórtica signos incipientes de disfunción sistólica del ventrículo izquierdo
mediante el estudio Doppler del chorro de regurgitación en diástole (FEVI < 50%), que harían indicar la intervención aun siendo asinto-
máticos. En caso de disfunción ventricular muy avanzada incluso hay
Ventriculografía isotópica, que considerar el trasplante cardíaco si los resultados de la cirugía no
son buenos.
cardiorresonancia y TC
Los pacientes asintomáticos y con función ventricular preservada (FEVI
La ventriculografía isotópica puede calcu lar la fracción de regurgita- > 50%) tienen bajo riesgo de muerte súbita (0,2% al año) y un riesgo de
ción y la función ventricular izquierda, aunque su empleo suele ser desa rrollo de disfunción ventricular inferior al 1,3% al año. Sin embargo,
innecesario. la presencia de una gran dilatación ventricular (diámetro telesistólico
superior a 50 mm o ajustado a superficie corpora l superior a 25 mm/m 2;
La cardiorresonancia permite un estudio muy exacto de los volúmenes y o diámetro telediastólico mayor de 70 mm) predicen mala evolución
función del ventrículo izqu ierdo, y además permite el estudio detal lado clínica, luego en esos casos parece razonable indicar la intervención
de la aorta (Figura 149). La TC torácica también permite la eva luación de qu irúrgica.
la aorta.
Por tanto, los pacientes con insuficiencia aórtica grave asintomáticos, sin
Siempre que la insuficiencia se asocia a dilatación aórtica detectada en la disfunción ni dilatación ventricular izquierda, no tienen indicación quirúr-
ecografía (especialmente en aorta bicúspide y síndrome de Marfan) está gica dado que pueden permanecer en esta situación muchos años bajo
indicada la realización de TC o resonancia para su estudio. estrecho seguim iento clínico y ecográfico.

Mención especia l merece la dilata-


ción significativa acompañante de la
aorta ascendente (superior a 45 mm
en el síndrome de Marfan, mayor
de 50 mm en la vá lvu la aórtica bi-
cúspide y por encima de 55 mm en
el resto de pacientes), pues a partir
de esas cifras se incrementa signifi-
cativamente el riesgo de disección
o rotura, lo que justifica la cirugía
combinada (va lvu lar y aórtica) aun
en ausencia de síntomas, disfunción
sistólica o dilatación ventricu lar gra-
ve. Esas mismas cifras se proponen
Figura 149. 1magen de cardiorresonancia magnética que muestra la presencia de una aneurisma de aorta como límite para la indicación de
torácica (izquierda) y la insuficiencia va lvular aórtica por dilatación de la raíz aórtica (derecha) en un mismo cirugía sobre la aorta, incluso en
paciente. Tomado de: G• Fernández, G• Robles, Zamorano López: Manual de Imagen Cardíaca. CTO Editorial, 20 1O pacientes sin insuficiencia va lvu lar

17 · Insuficiencia aórtica
Cardiología 1 11
Cuando la insuficiencia aórtica acom-
Actuación
de la insuficiencia paña a la di latación de aorta ascen-
aórtica grave dente es necesario realiza r una cirugía
de reconstrucción de la misma, con
• Anamnesis
• Exploración física impla ntación de una prótesis tu bular
• Ecocardiografía aórtica y reimplantación de las corona-
rias. En estos casos es imprescindible
va lorar la integ ridad morfológica de
los ve los de la válvula aórtica, porque
si estos están da ñados, deberá utiliza r-
se un t ubo de aorta valvulado (técnica
de Benthal), mientras que si los velos
Nitroprusiato
Diurét icos están íntegros, puede emplearse una
lnotropos prótesis aislada de aorta ascendente y

¡ res uspender los ve los nativos de la vál-


vula aórtica (técnica de David).
Sin dilat ación Con dilatación Cirugía*
de aorta de aorta
En el caso de la insuficiencia aórtica
ascendente ascendente
aguda grave está indicado el trata-
t
¡ ¡ > 45 mm Marfan
> 50 mm bicúspid e
m ient o qu irúrg ico precoz. Los vaso-
dilatadores como el nitroprusiato, los
FEVI > 50% FEVI < 50% o > 55 mm resto diu réticos e inot ropos como las ami-
y DTS < 50 mm
(DTS < 25 mm/ m 2)
DTS > 50 mm
(DTS > 25 mm/ m 2)
lECA
t nas simpaticom iméticas pueden ser
de gran utilidad para estabilizar al pa-
DTD < 70mm DTD > 70mm

¡ ¡
~- B l oq u ea ntes ciente. Cua ndo el origen es endocardí-
(preca ución)
tico y el paciente permanece estable
¡
*- *
se inicia rá tratam iento antimicrobiano
intensivo, pero si existe el menor sig-
Seguimiento * Cirugía
estrecho no de inestabilidad hemod inám ica no
~
debe retrasa rse la sustitución va lvu lar.
1

*lECA o dihidropiridinas si hipertensión, insuficiencia cardíaca o contraindicación para cirugía


Respecto al tratamiento médico, no
Figura 150. Procedimiento general de actuación en la insuficiencia aórtica grave se ha demostrado que el empleo siste-
mático de vasod ilatadores para mejo-
aórtica, es pecialme nte si hay antecede ntes fam iliares de d isección o rar el flujo anterógrado (lECA o dihidropiridinas) en pacientes asi ntomáti-
rotura aórt ica o si la veloc id ad de creci miento es alta (más de S mm de cos con FEVI > 50% consigan retrasa r la necesidad de cirugía, por lo que
diámetro en un año). únicamente tienen indicación si hay coexistencia de hipertensión arterial.
Asim ismo, estaría ind icado un lECA si existe disfu nción ventricular antes y/o
El proced imiento qu irúrgico usualmente consist e en el recam bio va lvu lar después de la ci rugía o si esta está contra indicada, así como en presencia
por una prótesis, aunque en ocasiones (sobre todo en caso de insuficien- de di latación aórtica en el sínd rome de Marfan (en ese caso se reco mienda
cia secunda ria a dilatación del ani llo valvular o prolapso de alg uno de los el empleo asociado de P-bloqueantes pa ra retrasar la progresión de la di-
velos) puede rea lizarse cirugía reparadora, reduciendo el ani llo valvu lar latación, aunque si coexiste con insuficiencia aórtica habrán de emplearse
y/o corrigiendo la eversión de los ve los. con precaución, como ya se ha comentado ant eriormente).

" La sobrecarga d e volumen (po r la regurgitación d e sangre)


Ideas clave ,.€6 de l ventríc ul o izq uie rd o suele origina r dilatación y, a la lar-
ga, puede det eriorar la func ió n sistól ica (la fracción de eyec-
" La ca usa más frecue nte de insuficiencia aórtica en pa íses desa- ci ón).
rro llados es la asociada a aorta bicúspide y enfermeda des de la
aorta ascendente. " El pul so característico de la insuficiencia aórtica es magnus, celer
et a ltus, y a veces bisferien s (dos picos en sístole, como ocurre a
" Si consideramos sólo las etiologías de in suficiencia aórtica por veces en la mioca rdiopatía hi pertrófi ca obstructiva).
afectación directa de los velos va lvu lares, de evolución crónica
destaca la fiebre reumática, y de curso agudo las endocarditis " Es típica una gran diferenci a entre presión sistólica y diastólica
infecc iosa. (presión del pulso elevada). Ese gran pulso orig ina signos físicos
característ ico s (Co rri ga n, Musset, Quincke, etc.).
" Si consideramos las causas de insuficiencia aórt ica por afecta-
ción de l ani ll o valvular, de evolución crónica destaca la anul ec- " El soplo d iast ólico de la in suficiencia aórtica suele auscult ar-
tas ia aórtica (característica del síndrome de Marfan ), y de curso se mej or en d iást ole en el foco aórtico accesorio de Erb (tercer
agudo la disección aórtica . espacio intercosta l izqu ierdo paraest ern al) que en el verdadero
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. a edición

foco aórtico, con la membrana, y mejor en espiración y con el " La cirugía está indicada cuando aparezcan síntomas importan-
paciente inclinado hacia delante. tes o cuando se deteriore la función sistólica (FEVI < 50% o diá-
metro telesistólico mayor de 25 mm/m 2 de superficie corporal:
" Si el chorro de regurgitación se dirige hacia el velo anterior mi- unos 50 mm en un adulto).
tral, puede dificultar su apertura, lo que origina un fluttering (ale-
teo) mitral y a veces un soplo suave de estenosis mitral (soplo de " La coexistencia con dilatación de aorta ascendente implica la ci-
Austin-Fiint). rugía combinada sobre la misma si el diámetro supera los 45 mm
en el síndrome de Marfan, los 50 mm en la válvula bicúspide o
" Los síntomas combinan los efectos del bajo flujo anterógrado los 55 mm en el resto de pacientes.
con la congestión retrógrada.
" La técnica quirúrgica habitual es el recambio por prótesis cuan-
" El tratamiento médico incluye diuréticos para la congestión do la afectación es sólo valvular. En algunos casos puede inten-
pulmonar y puede emplearse digoxina como inotropo posi- tarse la reparación.
tivo.
" Cuando hay disección o gran dilatación de la raíz aórtica se em-
" El empleo de vasodilatadores no es eficaz para retrasar la plea la técnica de David (tubo de aorta ascendente con resus-
necesidad de cirugía, por lo que se recomiendan en caso de pensión de los velos nativos si la válvula está preservada) o la
disfunción ventricular, hipertensión arteria l o síndrome de de Benthal (implante de un tubo valvulado con reimplante de
Marfan. coronarias cuando la válvula nativa está muy degenerada).

Paciente varón de 29 años, jugador activo de baloncesto. En la ex-


Casos clínicos ploración física destaca pectus excavatum y aracnodactilia. Su pa-
dre falleció por muerte súbita a la edad de 47 años. En un estudio
Un hombre de 34 años, previamente asintomático, se somete a ecocardiográfico se detecta insuficiencia aórtica severa con diá-
una manipulación por un podólogo con ulterior infección (pana- metro telediastólico del VI de 75 mm y una fracción de eyección
dizo) en dedo gordo del pie. Diez días más tarde comienza con de 0,40. La aorta ascencente tiene un diámetro de 5 cm. ¿Qué ac-
afectación del estado general y fiebre de 38,5 oc, por lo que ingre- titud recomendaría en dicho paciente?
sa. En la exploración se encuentra una insuficiencia aórtica mode-
rada. Tres días después, aqueja disnea creciente, fiebre de 39,5 oc, 1) Recambio valvular aórtico aislado en ese momento.
30 rpm y TA de 130/50 mm Hg. Los tres hemocultivos tomados a 2) Tratamiento médico con calcioantagonistas hasta que aparez-
su ingreso son positivos, con crecimiento de Staphylococcus au- can los síntomas.
reus. Señale cuál de los siguientes hallazgos exploratorios es ME- 3) Tratamiento médico con ¡3-bloqueantes hasta que aparezcan los
NOS probable encontrar: síntomas.
4) Recambio de la válvula aórtica y la aorta ascendente con tubo
1) Soplo de Austin-Fiint. valvulado (operación de Bentall).
2) Aumento en la intensidad del primer ruido.
3) Tercer ruido. RC: 4
4) Clic sistólico de eyección.

RC: 2

17 · Insuficiencia aórtica
eardi o1o a"'--------- ..
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Valvulop atía tricuspíd ea

Hay que recordar que las insuficiencias suelen ser secundarias a valvulopatías izquierdas que
1

ORIENTACION
originan hipertensión pulmonar, que son el principal problema del paciente. No se debe olvidar
ENARM repasar las anomalías típicas del pulso venoso yugular.

18.1. Estenosis tricuspídea El soplo diastólico en el foco tricuspídeo es similar al de la estenosis mitral
aunque típicamente aumenta con la inspiración (signo de Rivera-Carva-
llo), con incremento inicial (o disminución cuando exista fibrocalcifica-
La incidencia de la estenosis tricuspídea (ET) es baja y está producida casi ción importante) en la intensidad del componente tricuspídeo del primer
exclusivamente por la fiebre reumática, con predom inio en mujeres y casi ruido.
siempre asociada a valvulopatía izq uierda, sobre todo mitra l. Otras cau-
sas que la originan son las congén itas (acompañando a comunicación
interauricular o interventricular) o el sínd rome carcinoide en el que es la
válvula más frecuentemente afectada. Signo de Ri vera-Ca rval lo: los soplos de cavidades de-
rechas au mentan con la inspiración.

Fisiopatología

Aparece un grad iente diastólico entre aurícula y ventrícu lo derechos que Exploraciones complementarias
aumenta en la inspiración. El resultado es la elevación de presiones au-
riculares derechas con onda a prominen te, si mantiene ritmo sinusal, y Suelen aparecer los datos de la va lvulopatía izquierda acompañante, a lo
datos de congestión si stém ica (presión yugula r elevada, hepatoespleno- que se añaden:
megalia congestiva, ascit is, edemas maleolares, anorexia, etc.). El gasto ECG. Es muy característico el crecim iento de la aurícula derecha sin
cardíaco puede ser reducido en reposo o con ejercicio sin incremento de desarrollo o hipertrofia del ventrícu lo derecho. No es infrecuente la
presión en el ventrícu lo derecho ni en las cavidades izquierdas. aparición de fibrilac ión o f!utter auriculares.
Radiografía de tórax. Destaca el aumento de tamaño de la aurícula
Clínica derecha.
Ecocardiografía . Va lora el eng rosamiento y la morfolog ía de la vál-
Entre los síntomas predominan los de la valvulopatía izquierda acompa- vula tricúspide, y cuantifica el gradiente diastólico. Se considera "se-
ñante, por lo que puede pasar desapercibida. Como curiosidad, en caso vera" si el gradiente medio supera los S mm Hg o si el área es menor
de valvulopatía mitral acompañante, la disnea que esta produce mejora de 2 cm 2 (aunque su estimación es compleja).
cuando se desarrolla la estenosis tricuspídea, pues "alivia" la congestión
pulmonar. Conviene sospecharla en pacientes "m it rales" cuando en au- Tratamiento
sencia de congestión pulmonar o hipertensión pu lmonar significativas
predominan los datos de congestión venosa sistémica y/o bajo gasto an- El tratamiento médico consiste en dieta hiposódica y diuréticos (furose-
terógrado (astenia, fatigabi lidad, etc.). mida, espironolactona, etc.) y el control de las arritm ias auriculares.

Exploración física La intervención mecánica se indica cuando haya persistencia de sínto-


mas a pesa r de tratam iento médico.
Es característica la onda a prominente en el pulso venoso yugular con
seno y disminuido en amplitud, en ausencia de otros datos de hiperten- Puede ensayarse una valvuloplastia con balón en casos de estenosis tri-
sión pulmonar, como el aumento de inte nsidad del segundo ruido. cuspídea aislada, aunque los resultados no suelen ser muy buenos.
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

En las estenosis moderadas o graves acompañando una valvu lopatía aurícula derechos que produce una sobrecarga crónica de volumen de
izquierda que va a ser operada se recomienda la intervención sobre la ambas cavidades, que tratan de compensarla mediante su dilatación,
tricúspide en el mismo acto quirúrgico. Si la anatomía lo permite, se pero que finalmente puede producir disfunción sistólica y aparición de
puede realizar una técnica conservadora mediante comisurotomía, síntomas de insuficiencia cardíaca derecha.
aunque la ausencia de tejido Aexible cas i siempre obliga a sustitución
valvular por u na prótesis. La prótesis biológica en posición t ri cuspí-
dea obtiene resultados de durabi lidad mayor a la posición izqu ierda,
lo que unido a una mayor trombogenicidad de prótesis mecánicas
en el lado derecho del corazón hacen preferible el empleo de b io-
prótesis.

18.2. Insuficiencia tricuspídea

Etiología

Conviene recordar que casi la mitad de la población muestra insufi-


ciencia tricuspídea "trivial" o leve que no precisa ninguna actuación
especial. El origen más frecuente de la in su fi ciencia t ri cuspídea (IT)
importante es funcional, por dilatac ión del ani llo tricuspídeo, secun-
Figura 152. Imagen ecoca rdiográfi ca en proyección paraesternal
dario a hipertensión pulmonar, que suele producirse por enfermedad
mostrando una verruga endocard ítica (Aecha) en la vá lvu la tricuspídea,
del corazón izquierdo (va lvulopatías, insuficiencia cardíaca, etc.) o me-
en un ind ividuo usuario de drogas por vía parenteral que originaba
nos frecuentemente por otras causas (cor pulmona/e, apnea del sueño, insuficiencia grave. Tomada de G• Fernández, G.• Robles, Zamorano López.
hipertensión pulmonar primaria, t rom boembolia pulmonar, etcétera) Manual de imagen cardíaca. CTO Editorial, 201 O
(Figura 151).
Clínica

Los síntomas de insuficiencia tricuspídea se deben principalmente a la


congestión venosa sistémica, a lo que se añaden los de la enfermedad
de base (valvulopatía izquierda) que la produce, que suelen ser los pre-
dom inantes.

Exploración física

Apa rece distensión de las venas yugu lares, con una onda v prominente
(incluso desaparición del seno x, que está invertido formando parte de la
onda v), y un seno y profundo.

En la ET hay onda a grande y en la IT onda v gra nde


con seno x pequeño, y seno y profundo.

Figura 151. Imagen ecocardiográfica de Doppler-color (proyección También puede presentarse reAujo hepatoyugular, hepatomegalia pu lsá-
apical de cuatro cámaras) de un paciente con hipertensión pulmonar til, ascitis, edemas, y otros signos de fa llo derecho. En caso de dilatación
grave e insuficiencia tricuspídea grave secundaria a dilatación del anil lo importante puede palparse el impulso del ventrículo derecho en el bor-
de esternal izquierdo.
La insuficiencia tricuspídea orgánica es poco habitual, y su causa más
frecuente es la endoca rditis, sobre todo en individuos ad ictos a las drogas
por vía parenteral, u otros trastornos como fiebre reumática, enfermedad Ante una va lvulopatía tr icuspídea hay que evaluar
de Ebstein, síndrome carcinoide, traumatismos, degeneración mixoide las válvulas izquierdas, pues con frecuencia su le-
en el síndrome de Marfan, o el infarto de los papilares de la tricúspide en sión acompaña o provoca la de la enfermedad tri-
cuspídea.
un infarto de ventrículo derecho (Figura 152).

Fisiopatología El soplo es holosistólico en foco tricuspídeo y aumenta con la inspiración


(signo de Rivero-Carvallo), con disminución de intensidad del compo-
La deficiente coaptación de las valvas tricuspídeas durante la sístole nente tricuspídeo del primer ruido. Es frecuente la fibrilación o el flutter
ventricular origina una regurgitación de sangre desde el ventrículo a la auricu lar.

18 · Valvulopatía tricuspídea
Cardiología 1 18
Exploraciones complementarias maño y la función ventricular derecha, pues otras técnicas (incluida la
ecoca rd iog rafía) t ienen lim itac iones para su eva luación.
En el ECG y la rad iogra fía de tó rax puede mostrarse crecimiento de ca vi-
dades derechas de las arritmias auricu lares, junto a los datos propios de la Tratamiento
enfermedad subyacente.
Habitualmente la insufi cienc ia tricuspídea grave se tolera clínicamente bien
La ecocardiografía confirma el diag nóstico demostrando la coaptación durante mucho t iempo, sin embargo, su presencia empeora el pronóstico
incompleta de las vá lvulas y la regu rgitac ió n, siendo im porta ntes la eva- principalmente por el riesgo de provocar disfunción ventricular derecha
luació n de la fu nció n del ventrículo derecho, la estimación de la presión irreversible. El tratamiento médico es análogo al de la estenosis t ricuspídea.
sistólica pu lmona r, la medición del diámetro del anillo valvular y la evalua -
ción de event uales va lvulopatías izq uierdas acom pa ñantes (Fi g ura 153). En la insuficiencia de origen fu nciona l el tratamiento de la enfermedad
ca usa l con frecuencia cons ig ue d ism inuir la g ravedad de esta valvulopa-
tía. No obstante, el elevado ri esgo de una reintervención qui rúrgica sobre
la t ricúspide t ras una cirug ía va lvu lar izq uierda hace que esté indicada la
ciru gía t ricuspídea simultá nea a la intervenció n co rrecto ra de una valvu-
lo patía izq uierda, en caso de in sufic iencia tri cuspíd ea modera da o grave,
cuando exista hipertensió n pulmo nar o d ilatac ión g rave del ani llo valvu-
lar (superi or a 40 m m o m ayor d e 21 m m/ m 2 de superfi cie co rpora l), o si
existe afectación va lvular o rgá nica. En la de orige n orgá nico la interven-
ción está ind icada en caso de síntomas a pesar de t ratamiento médico
siempre q ue no exista d isfunción ventricular derecha im portante (pues
esta no se suele recuperar t ras la intervención) .

La técnica de elección es la cirug ía repa radora mediante anuloplastia (técni-


ca de De Vega) o el implante de un ani llo protésico (q ue parece ofrecer me-
jores resultados a largo plazo). De no ser técnicamente facti ble se emplea la
sustitución valvular por una prótesis, preferiblemente biológica. En los, afor-
tunadamente ya infrecuentes, casos de endocarditis en drogad ictos convie-
Figura 153. Imagen ecocardiográfica de Doppl er-color (proyección apical ne evita r el recambio con prótesis por la elevada tasa de reinfección, siendo
de cuatro cá maras) de un paciente con insuficiencia tricuspídea moderada preferible el tratamiento méd ico intensivo e incluso la resección valvular, en
casos seleccionados, con colocación de una prótesis en un segundo t iempo.
Aunque la eva luación de la g raveda d es com pl eja, la insuficiencia "severa"
se ca racteriza, ent re ot ros, por la inversión sistólica del flujo en las venas En la Tabla 65 se muestran las caract erísti cas principales de la valvu lopa -
suprahepáticas. La cardiorresonancia puede ser útil pa ra eva luar el ta - tía tricuspídea.

Estenosis Insuficiencia

Causa más frecuente Reumática Funcional: hipertensión pulmonar


Orgá nica: endoca rditi s

Síntomas · De la va lvulopatía izquierda acompa ñante De la enfermedad ca usante


· Congestión sistémica Con gestión sistémica

Pulso yugular Aumento de onda a Au mento de onda v


Dism inución (inversión) de seno x
Seno y profundo

Auscultación · Soplo diastólico Soplo sistólico


· Aumento en inspiración Aumento en inspiración

Gravedad Gradiente medio > S mmHg Inversión de flujo sistólico en venas supra hepáticas

Tratamiento médico Restricción de sodio, diuréticos Restricción de sod io, diuréticos

Indicación de cirugía Simultánea a cirugía de valvulopatía izquierda Simult ánea a cirugía de valvulopatía izq uierda si insuficiencia moderada
si estenosis moderada o "severa" o "severa" que asocie:
Aislada si síntomas a pesa r de trata miento - Hi pertensión pul mona r grave
médico - Afectación orgánica
- Dilatación grave del anil lo
Aislada si síntomas a pesa r de t ratamiento médico con FEVD conservada

Técnica Prótesis biológica Anillo protésico


A veces co misurotomía Anuloplastia de De Vega
Va lvulopla sti a percutánea en algunos casos Prótesis bi ológica

Tabla 66. Características principa les de la va lvu lopatía tr icuspídea


Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

" El soplo de las valvulopatías derechas aumenta en inspiración,


Ideas clave RS por aumentar el volumen de sangre que circula por las cavida-
des derechas (fenómeno de Rivero-Carvallo) .
" La causa más frecuente de estenosis tricuspídea es la fiebre reu-
mática, por lo que es habitual que también esté afectada la vál- " En el tratamiento médico de la valvulopatía tricuspídea son úti-
vula mitra!. les los diuréticos para dism inuir la congestión, especialmente la
espironolactona.
" La causa más frecuente de insuficiencia tricuspídea es la dila-
tación del anillo valvular secundaria a dilatación del ventrículo " La valvulopatía tricuspídea suele operarse en el mismo acto qui-
derecho por hipertensión pulmonar de cualquier causa (típica- rúrgico que la valvulopatía izquierda que coexiste (característico
mente enfermedades del corazón izquierdo). de la estenosis tricuspídea) o que la produce (típico de la insufi-
ciencia tricuspídea).
" La insuficiencia tricuspídea orgánica típica es la asociada a en-
docarditis por estafilococos en los individuos usuarios de drogas " La valvuloplastia tricuspídea percutánea no suele dar muy buen
intravenosas. resultado, por lo que se prefiere la comisurotomía o la prótesis,
generalmente biológica.
" Tanto la estenosis tricuspídea como la insuficiencia tricuspídea
suelen producir síntomas de congestión sistémica. El pulso ve- " Para la insuficiencia tricuspídea se pueden emplear anuloplas-
noso yugular en la estenosis tricuspídea tiene una onda a gran- tias como la de De Vega o el implante de un anillo protésico
de y el de la insuficiencia tricuspídea una gran onda v con pérdi- valvular.
da del seno x.

18 · Valvulopatía tricuspídea
Cardj1llngía__ __ ----.

Valvulopatía pulmonar

O R 1 E íJ T P. C 1 O N De este tema, aunque es corto, hay que recordar, sobre todo, que la estenosis pulmonar suele
ser congénita y se trata con valvuloplastia percutánea, y que la insuficiencia pulmonar suele ser
ENARM secundaria a hipertensión pulmonar.

19.1. Estenosis pulmonar pul so venoso yugular, una atenuación progresiva del segundo ruido al
avanzar la gravedad (puede estar aumentado si la obstrucción es supra-
val vular), con desdoblamiento amplio, un cua rto ruido derecho, a veces
Suele ser congénita, aislada o con frecuencia asociada a otras cardiopatías un clic de apertura de la vál vula, seguido de un soplo sistólico en el foco
congénitas. La obstrucción suele afectar a los velos valvulares (con comi- pulmonar que aumenta de intensidad con la inspiración (signo de Rive-
suras fusionadas en diferentes grados que impiden la correcta apertura), ro-Carvallo).
pero puede aparecer a nivel subval vular (típico de la tetralogía de Fallot)
o supravalvular, por estenosis aislada de arterias pu lmonares, o incluso en En el ECG son ca racterísticos los signos de hipertrofia del ventrículo dere-
sus ramas periféricas (característico de la rubéola congénita, síndrome de cho al prog resar esta . En la radiografía torácica la sil ueta cardíaca suele ser
Williams-Beu ren o sínd rome de Alagi lle). La etiología adqu irida es menos normal o mostrar crecim iento de cavidades derechas.
frecuente, destacando la fieb re reumática y el sínd rome carcinoide como
responsables de la enfermedad. En la estenosis valvular es típica la d ilatación postestenótica de la arteria
pulmonar. En los casos graves existe d ismin ución de la vascularización
Aparece un gradiente sistólico entre el ventrículo derecho y la arteria pulmonar. El diagnóstico se confirma mediante ecoca rd iografía Doppler.
pulmonar, con hipertrofia ventricular compensadora y d ism inución de
su distensibil idad. En casos extremos (membrana imperforada) existe cia- El tratamiento de elección de la estenosis aislada es la valvu loplastia per-
nosis neonatal y se recom ienda mantener abierto el ductus arterioso con cutánea con ba lón (Figura 154) con resultados muy positivos a corto
prostagland ina El intravenosa hasta la
reparación.
Guía (en arteria pulmonar)
Cuando es g rave puede provoca r sín - Válvula pu lmonar estenótica
tomas de bajo gasto cardíaco, angina, Válvula tricúsp ide
hipoxemia, así como manifestaciones Catéter-balón
de fallo ventricu lar derecho con con-
gestión venosa sistémica. La presen-
Balón inflado
cia asociada de defectos en el septo
(como ocurre en la tetralogía de Fa-
llot) puede producir un shuntde dere-
cha a izquierda con cianosis. Los casos
de estenosis pulmonar aislada leves o
moderados suelen ser asintomáticos
durante toda la vida y es rara la pro-
gresión de la estenosis.

Los datos de la exploración física in-


cluyen una onda a prominente en el Figura 154. Valvu loplastia pu lmona r percutánea
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. 8 edición

y a largo plazo y con mínimo riesgo de reestenosis (en adu ltos se reco- Los datos exploratorios de la enfermedad subyacente suelen enmascarar
mienda cuando el gradiente supera los 50 mmHg en reposo). En caso de los de la insuficiencia pulmonar secundaria.
asocia rse a otras ca rdiopatías congénitas el tratamiento será el corres-
pondiente a las mismas. En el ECG pueden mostrarse signos de sobrecarga de cavidades derechas
y en la radiografía se aprecia su di latación y, en ocasiones, la de la arteria
pulmonar. La ecocardiografía y la cardiorresonancia magnética permiten
La va lvu lop lastia percutánea con catéter-balón es la visualizar la válvula, la dilatación del anil lo y de la arteria pulmonar (Figu-
técni ca de elecc ión para la estenos is pu lmonar con- ra 155).
gén ita, la estenos is aórti ca congénita infantil y la este-
nosis mitra ! con anatomía favo rab le. Recuerda

19.2. In suficiencia pulmonar

La insuficiente coaptación de las valvas pu lmonares en diástole produce


regurgitación desde la arteria pulmonar al ventrículo derecho. La etio-
logía más frecuente es la secundaria a dilatación del anillo valvular por
hipertensión pulmonar de cualquier causa, o más excepcionalmente por
anomalías congénitas del tejido conjuntivo que dilatan la raíz de la arteria
pu lmonar, como el síndrome de Marfan. En raras ocasiones la causa es
orgán ica: endoca rditis (la segunda más frecuente), traumati smos, reumá-
tica, síndrome carcinoide o asociada a estenosis pulmonar congénita en
vá lvu las displásicas.

La sobrecarga de volumen del ventrícu lo derecho hace que est e se di late,


pero con el paso de los años este mecanismo de compensación se vuel-
ve insuficiente, aparece disfunción del ventrículo derecho y síntomas de Figura 155. Imagen ecocard iográfica (proyección paraesternal eje corto)
insuficiencia cardíaca derecha. de Doppler-color mostrando un chorro de insuficiencia pulmonar

En la exploración, el dato más relevante es un soplo diastólico en el foco El estudio mediante Doppler permite detectar y evaluar la gravedad
pulmona r que se incrementa con la inspiración (soplo de Graham Steell) de la insuficiencia. El tratamiento es el de la enfermedad subyacente,
La intensidad del componente pulmonar del segundo ruido suele estar ya que la corrección qu irúrgica sobre la válvula pulmonar por insu-
disminu ida sa lvo en presencia de hipertensión pulmonar, en cuyo caso ficiencia aislada de esta es excepcional. Los diuréticos y la digoxina
puede permanecer aumentado e inclu so ser palpable, así como el im- pueden ser beneficiosos para controlar los síntomas de insuficiencia
pulso ventricula r derecho en caso de dilatación del mismo. card ía ca derecha.

" El soplo de Graham-Steele es el soplo de la insuficiencia pu lmo-


Ideas clave ~ nar.

" La causa más frecuente de estenosis pulmonar es congénita. " El tratamiento de la estenosis pulmonar grave habitualmen-
te se realiza mediante valvuloplastia percutánea con catéter-
" La causa más común de insuficiencia pulmonar es la hiperten- balón.
sión pulmonar, característicamente secundaria a enfermedades
del corazón izquierdo. " Para la insuficiencia pulmonar, cuando es grave, se realiza anu-
loplastia al mismo tiempo que se opera la valvulopatía izquierda
" Los soplos de la valvu lopatía pulmonar aumentan en inspiración que la originó.
(fenómeno de Rivero-Carvallo).

1) Estenosis pulmonar.
Casos clínicos ~---j 2) Estenosis aórtica.
3) Estenosis aórtica supravalvular.
En un paciente de 6 años, sin cianosis, con frémito supraesternal, 4) Estenosis infundibular.
clic sistólico, soplo romboidal que aumenta en inspiración y com-
ponente final del segundo ruido disminuido, debemos pensar en: RC: 1

19 · Valvulopatía pulmonar
_Cardio1ogi ___ _ _ _ _

Concepto de cardiomi opatía

Se debe conocer las indicaciones de cirugía en la endocarditis. Además, hay que recordar
ORIENTACIÓN cuándo se prefieren prótesis biológicas y cuándo mecánicas, y tener una idea clínica de las
ENARM complicaciones que pueden aparecer en las prótesis valvulares y el manejo de la anticoagulación
ante los procedimientos intervencionistas o la cirugía.

20.1. Concepto de cardiomiopatía enfermedad coronaria suficientes para causar el deterioro global sis-
tólico observado. No es necesaria la afectación del ven trículo dere-
cho para el diagnóstico.
Las enfermedades que afectan al músculo cardíaco se han clasificado Cardiomiopatía restrictiva: se caracteriza por la presencia de una
durante décadas en prima rias o idiopáticas (cuya etiología era desco- fisiología restrictiva en el llenado ventricular -con pequeños aumen-
nocida, llamadas cardiomiopatías) y secundarias (prod ucidas por causas tos de volumen se producen grandes aumentos de presión intraven-
identificables). Los avances en el conocimiento etiológico de muchos de tricular, por un incremento en la rigidez de la pared ventricular- en
los trastornos "primarios" y el hecho de que con frecuencia "primarias" y ausencia de dilatación o engrosamiento parietal anómalos significa-
"secundarias" compartan datos clin icopatológ icos similares, ha llevado tivos de los ventrículos.
recientemente a las principales sociedades científicas a modificar la clasi- La Tabla 67 recoge las principa les diferencias entre estas tres cardio-
ficación y nomenclatura de estas enfermedades. miopatías.
Cardiomiopatía arritmogénica del ventrículo derecho (que in-
Tradicionalmente se excluyen como causantes de "card iomiopatía" a la cluye la displasia de ventrículo derecho). Se caracteriza por la susti-
enfermedad coronaria, las valvulopatías, las ca rdiopatías congénitas y la tución prog resiva del tej ido miocárd ico normal por tejido fibroadi-
ca rdiopatía hipertensiva, al tener estas cuatro situaciones unas caracterís- poso, con predi lección por la región conocida como "triángulo de
ticas específicas en cuanto al diagnóstico, pronóstico y tratam iento, que la displasia" (tracto de entrada, ápex y tracto de salida del ven trícul o
hacen recomendable considerarlas entidades independientes. Por tanto, derecho), aunque se puede extender al resto del ventrículo derecho
se considera card iomiopatía a la evidencia de alteración estructural y fun- e incluso al izquierdo (pared posterolateral principalmente). El efec-
cional del miocardio en ausencia de cualquiera de esos cuatro trastornos to clínico es la formación de circuitos de reentrada intramiocárd i-
de suficiente entidad como para justificar las anoma lías detectadas (por ca en la zona de sustitución fibrograsa que facilita el desarrollo de
ejemplo, una hipertensión arterial leve puede justificar cierto grado de taquicard ia ventricular monomorfa sostenida, típicamente durante
hipertrofia ventricular izquierda, pero no una hipertrofia septal grave con el ejercicio, incluso antes de desarrollar anomalías morfológicas de-
asociación familiar y riesgo elevado de muerte súbita precoz, caso que tectables de la enfermedad, que hacen de esta cardiomiopatía la
define una cardiomiopatía hipertrófica). principal causa de muerte súbita en deportistas en algunas regiones
eu ropeas (como en Italia). En fases avanzadas, la afectación ventri-
La clasificación actual de estos trastornos incluye las tres cardiomiopatías cular derecha evoluciona hacia insuficiencia ca rd íaca derecha grave,
clásicas (hipertrófica, dilatada y restrictiva, que se exponen cada una en y en la afectación biventricular puede remedar una cardiomiopatía
su capítulo correspondiente) y otras: dilatada. Se ha propuesto una mayor susceptibilidad a la miocarditi s
Cardiomiopatía hipertrófica: definida por la presencia de un au- vírica en algunos pacientes.
mento en el grosor de la pared ventricular en ausencia de circuns- La etio logía es genética, habiéndose descrito múltiples genes impli-
tancias de trabajo anormal es -como hipertensión arterial o valvulo- cados relacionados con proteínas que forman los desmososmas car-
patías- suficientes para provocar dicha anormal idad. díacos (placofilina-2 -autosóm ica dominante-, placoglobina -enfer-
Cardiomiopatía dilatada: se define por la evidencia de dilatación medad de Naxos-, desmoplaqu ina -enfermedad de Carvajal-, factor
y disfunción del ventrículo izquierdo en ausencia de situaciones de de crecimiento TGFf33, etc.). Predom ina la herencia autosómica do-
trabajo anormales -como hipertensión arteria l o valvu lopatías- o minante, aunque existen formas recesivas asociadas a anomalías cu-
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. a edición

Hipertrófica Dilatada Restrictiva


Volumen VI -l--l--1- ttt =/t/-1-
Grosor VI ttt = o algo -1- = o levemente t
Disfunción Diastólica Sistólica Diastólica
Fracción de eyección =1 t -1- = 1 -1- leve
Clínica Asintomática Síntomas de insuficiencia card íaca Disnea de esfuerzo
Síntomas "SAD" Embolias a partir de trombos murales Insuficiencia cardíaca derecha
- Disnea Arritmias Embolias
- Angor Episodios de angina son raros
- Síncope y muerte súbita
Tabla 67. Diferencias entre la cardiomiopatía hipertrófica, dilatada y restrictiva

táneas como la enfermedad de Naxos (isla griega) o la enfermedad mú ltiples y progresivos los circuitos posibles, no ga rantiza evitar
de Carvajal. La enfermedad de Uhl (adelgazamiento idiopático de la la recu rrencia. El desfibrilador automático está indicado en super-
pared del ventrículo derecho con di latación) no es un t ipo de cardio- vivientes de muerte súbita y en ind ividuos de alto riesgo (como
patía arritmogénica de ventrículo derecho. los que muestran afectación del ventrículo izquierdo y aquellos
El diagnóstico se rea liza en función de la presencia de una serie de con taqu icardia ventricular, sobre todo si es recidivante pese a
criterios mayores y menores, recientemente revisados y actualizados tratamiento con fármacos antiarrítmicos y/o ablación con caté-
para incrementar la sensibilidad, que permiten hacer el diagnóstico ter). El tratamiento de la insuficiencia cardíaca derecha (diuréticos,
definitivo, detectar casos borderline o casos posibles. En los avan- restricción hídrica, etc.) se emplea en casos avanzados.
zados es sencillo, sin embargo, los casos incipientes suponen con
frecuencia un reto, máxime cuando el debut clínico puede ser un
episod io de muerte súbita.
La resonancia magnética es la prueba de imagen más sensible
para detectar anomalías (aneurismas, áreas de disquinesia o
aqu inesia segmentaria en la pared del ventrícu lo derecho junto
a dilatación de la cavidad) y la fibrosis intramiocárd ica (con téc-
nica de realce tardío con gadolinio). La ecocard iografía y ventri-
culografía con contraste son útiles también.
La biopsia endomiocárd ica, que no suele ser necesaria, confi rma
la degeneración fibrograsa, aunque el carácter segmentario de la
enfermedad puede producir fa lsos negativos, sobre todo porque
la reg ión miocárdica que se suele biopsiar con la máxima segu-
ridad (pa ra no prod ucir perforación miocárdica) es el tabique in-
terventricula r, que es la zona menos afectada por la enfermedad.
El electrocardiograma es muy útil aunque puede ser norma l o
casi normal en fases iniciales. La anoma lía más frecuente es la
presencia de ondas T negativas en precordiales derechas (V1-
V3) en mayores de 14 años (antes pueden ser normales como
patrón electroca rdiográfico infantil) en ausencia de bloqueo de
rama derecha. La más específica es la presencia de ondas E en
V1-V3 (señales de bajo voltaje en la porción fina l del QRS, que
suele estar levemente ensa nchado, expresión de la activación
ta rdía de las reg iones afectadas). También es frecuente el bajo
voltaje en derivaciones de miembros (Figura 156).
La presencia documentada de un episodio de taquicardia ventricu-
lar con imagen de bloqueo de rama izquierda (pues nace en el ven-
trículo derecho) y eje superior apoya fuertemente el diagnóstico.
Los antecedentes en familiares de primer grado de la enfermedad aVF

confirmada, la presencia ratificada de una de las mutaciones res- _J


ponsables o incluso el antecedente fa mil iar de muerte súbita acha-
Figura 156. ECG de 12 derivaciones de un paciente con displasia
cable a la enfermedad apoyan también fuertemente el diag nóstico. de ventrícu lo derecho, en el que se aprecian las ondas E (épsilon)
El tratamiento es básica mente sintomático. Los episodios de ta- (flechas) y las ondas t negativa s en preco rdia les derechas V1-V4
quica rdia ventricu lar monomorfa sostenida se trata n con card io-
versión eléctrica y/o fá rmacos antiarrítmicos si son bien tolerados Cardiomiopatías no clasifica bies, en la que se incluyen dos tipos:
o recurrentes. Para su prevención son eficaces los P-bloqueantes, Familiar/genético: cardiom iopatía espongiforme (miocard io no
el sotalol y la amioda rona. La ablación por catéter del circuito de compactado), en la que existe un defecto del desarrollo en lama-
reentrada de la taquica rdia entraña la limitación de que, al ser duración de los sinusoides de la pa red miocárdica del ventrículo

20 · Concepto de cardiomiopatía
Cardiología J 20
izquierdo, de manera que esta es muy trabeculada y con grandes cardiomiopatía dilatada, las de los que codifican proteínas de los discos
recesos intertrabeculares, proporcionando un aspecto esponjo- intercalares cardiomiopatía arritmogénica del ventrículo derecho, y las de
so a la pared ventricular. Los pacientes pueden evolucionar hacia los que orig inan enfermedades de depósito cardiomiopatía restrictiva.
formas dilatadas, y pueden debutar con episodios embólicos o
arrítmicos. Con mucha frecuencia es familiar, habiéndose descrito
varias mutaciones implicadas, y puede aparecer tanto de forma
aislada como acompañando a cardiopatías congénitas comple-
jas, a la anomalía de Ebstein, o a trastornos neuromusculares.
No familiar/no genético: cardiomiopatía Takotsubo (d isqui-
nesia o "balonización" apica l transitoria), inicia lmente descrita
en Japón, que suele afectar a mujeres postmenopáusicas tras
una situación estresante emocional o física (fallecimiento de
un familiar, procedimientos médicos, etc.) o una hemorragia in-
tracraneal, y que produce dolor anginoso y cambios eléctricos
(ascenso transitorio del segmento ST seguido de negativización
profunda difusa de la onda T) sim ilares a los de un infarto agudo
de miocardio en ausencia de enfermedad coronaria, junto a dis-
función sistólica apical y/o medioventricular. Está relacionado
con un incremento de la actividad simpática (card iom iopatía de
estrés) y suele regresar en unos días o semanas, siendo útil el Figura 157. Ventriculografía con contraste que muestra la dilatación
tratamiento ¡3-bloqueante (Figura 157). y disquinesia ("balonización") de la región apical del ventrículo
izquierdo en una paciente con cardiomiopatía Takotsubo
Canalopatías (consideradas un grupo de cardiomiopatías en la cla-
sificación americana). La Tabla 68 recoge los principales t ipos de cardiomiopatía.

Dentro de cada tipo se pueden distinguir la s de origen familiar/genéti- La clasificación propuesta en Estados Un idos d ifiere en algunos aspectos
co (por mutaciones identificadas o no) de las no familiares/no genéticas, de la europea, pues incluye los trastornos genéticos que predisponen a
pudiendo ser estas últimas idiopáticas o adquiridas, secundarias a diver- las arritmias card íacas (canalopatías) como un grupo específico de car-
sos trastornos. Los genes implica dos en las diversas clases de card iomio- d iomiopatías, a pesar de no mostrar disfunción mecánica sign ificativa en
patías presentan cierto grado de solapamiento, es decir, sus mutaciones la gran mayoría de casos, ya que se consideran la alteració n mecánica
pueden dar lugar a diferentes ca rdiomiopatía s definidas según se ha des- y/o eléctrica en la definición de cardiomiopatía. Asimismo, en esa clasi-
crito previamente. No obstante, y a modo de resumen, las mutaciones de ficación se refiere como "primaria" a la que afecta casi exclusivamente al
los genes que cod ifican proteínas sarcoméricas suelen producir card io- m iocardio y"secundaria"a la que la afectación miocárdica es solo una más
miopatía hipertrófica, las de los que codifican proteínas citoesqueléticas dentro de un cuadro clínico con afectación multisistémica.

Grupo Tipo Causas

Cardiomiopatía Familiar/genético Mutaciones que afectan a los genes de proteínas sarcoméricas


hipertrófica Ataxia de Friedreich
Síndrome de Noonan
Depósito de glucógeno (Pompe)
Depósito lisosomal (Anderson-Fabry)
Defectos del metabolismo de ácidos grasos

No familiar/no genético Obesidad


Hijo de madre diabética
Sobreentrenamiento atlético

Cardiomiopatía Familiar/genético Mutaciones que afectan a los genes de proteínas citoesqueléticas, sarcoméricas o de las bandas Z,
dilatada de la membrana nuclear, de los discos intercalares y algunas citopatías mitocondriales

No familiar/no genético Miocarditis infecciosa: Coxackie B, VIH, difteria, Chagas ..


Alcohol (cardiomiopatía enólica)
Arritm ias (taquicardiomiopatía)
Enfermedad de Kawasaki
Enfermedad de Churg-Strauss
Embarazo (cardiomiopatía periparto)
Tóxicos y fármacos (antraciclinas, ciclofosfamida)
Endocrinopatías (m ixedema)
Déficit nutricionales (carnitina, tia mina: beriberi; selenio: Ke-s han; hipofosfatemia e hipocalcemia)

Tabla 68. Clasificación etiológica de las card iomiopatías (continúa en la página siguiente)
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

Grupo Tipo Causas


Cardiomiopatía Familiar/genético Ami loidosis fami liar (transtiretina, apoli poproteína)
restrictiva Mutaciones que afecta n a los genes de proteínas sarcoméricas
Desm inopatías
Pseudoxa ntoma elásti co
Hemocromatosis
Enfe rmedad de Anderson-Fabry
En fermedades de depósito de glucógeno
No fa milia r/ no genético Amiloidosis AL (prealbúm ina)
Esclerodermia
Síndrome carcinoide
Daño posradiación
Fibrosis endom iocá rdica:
- ldiopáti ca
- Hipereosinofilia de Loeffl er
- Fárm acos: serotonina, ergota mínicos, metisergida, agentes mercuriales, bu sulfán
Antracicl inas (raro)
Metástasis
Li nfoma card íaco
Cardiomiopatía Fami liar/genético Mutaciones que afectan a los genes de proteínas de los desmosomas cardíacos
arritmogénica
No familiar/no genético No descritas
del ventrículo
derecho
Cardiomiopatías Fam iliar/genéti co Cardiomiopatía espongifo rm e (mioca rdio no compactado)
no clasificables
No fa mil ia r/no genético Cardiomiopatía Takotsubo (d isq uinesia o "balonización" apica l transitori a) o de estrés
Canalopatías Fam iliar/genético QT largo congénito, QT corto congén ito, Brugada, taquicardia ventricular catecolaminérgica familiar
No fam iliar/no genético QT largo "adquirido"

Tabla 68. Clasificación etiológ ica de las ca rdi o m iopatías (con tinuación)

dilatación o engrosamiento parietal significativos de los ventrí-


Ideas clave PS culos.

" Trad icionalmente se excluyen como causantes de cardiomiopa - " La cardiomiopatía arritmogénica del ventrículo derecho (que inclu-
tía a la enfermedad coronaria, las valvulopatías, las cardiopatías ye la displasia de ventrículo derecho) se caracteriza por la sustitución
congénitas y la cardiopatía hipertensiva. progresiva del tejido miocárdico normal por tejido fibroadiposo, por
mutaciones en proteínas que forman los desmosomas cardíacos.
" Se define cardiomiopatía como la evidencia de alteración es-
tructural y funcional del miocardio en ausencia de cualqui era de " La displasia de ventrícu lo d erecho típicamente produce arrit-
esos cuatro trastornos de suficiente entidad como para justificar mias ventricul ares con imagen de bloqueo de rama izquierda
las anomalías detectadas. desencadenadas por el ejercicio físico.

" Existen varios grupos de cardiomiopatías: hipertrófica, dilatada, " Son típicas de la displasia la onda épsilon (e) en el ECG (en la
restrictiva, arritmogénica de ventrículo derecho, no clasificabl es porción final del QRS, especialmente en Vl-V3) y las ondas T ne-
y canalopatías. gativas en precordiales derechas.

" Se pueden distinguir forma s genéticas (familiares) y adquiridas. " La cardiorresonancia magnética es la prueba más sensible para de-
Cuando existe un factor causante reconocible, suele hablarse de tectar las anomalías propias de la displasia de ventrículo derecho.
cardiomiopatía secundaria.
" El tratamiento de la displasia de ventrículo derecho incluye an-
" La cardiomiopatía hipertrófica se define por la presencia de un tiarrítmicos ( ~- bloqu ea ntes, sotalol o amiodarona) y, en ocasio -
aumento en el grosor de la pared ventricular en ausencia decir- nes, el implante de un desfibrilador automático.
cunstancias de trabajo anormales.
" En la cardiomiopatía espongiforme (miocardio no compactado)
" La cardiomiopatía dilatada se define por la dilatación y disfun- la pared miocárd ica del ventrículo izquierdo es muy trabecula-
ción del ventrículo izquierdo en ausencia de situaciones de tra- da y con grandes recesos intertrabeculares, proporcionando un
bajo anormales o enfermedad coronaria suficientes para cau sar aspecto esponjoso. Puede evolucionar hacia formas dilatad as, y
el deterioro observado. con frecuencia es familiar.

" La cardiomiopatía restrictiva se caracteriza por la p resencia de " La cardiomiopatía Takotsubo (disquinesia o "balonizaci ó n" apical
una fisiología restrictiva en el llenado ventricul ar en au sencia de transitoria) suele afectar a mujeres posmenopáusicas tras una si -

20 · Concepto de cardiomiopatía
Cardiología 1 20
tuación estresante; produce dolor anginoso y cambios eléctricos " El Takotsubo parece secundario a daño catecolam inérgico, por
similares a los de un infarto agudo de miocardio en ausencia de lo que en su tratamiento se emplean j3-bloqueantes.
enfermedad coronaria, junto a disfunción sistó lica apical y/ o me-
dioventricular. " Las cana lopatías son consideradas un grupo de cardiomiopatías
en algunas clasificaciones.
---·_ _ _ __C~
ardiolngia_

Cardiomi opatía dilatada

La clínica y el tratamiento frecuente, como causa de cardiomiopatía dilatada secundaria el consumo


de esta enfermedad son los excesivo de alcohol. Existen datos que sugieren que un porcentaje signi-
de la insuficiencia cardíaca ficativo de estos pacientes responden a un antecedente de miocarditis
con función sistólica vírica que puede pasar desapercibida o cursar de forma aguda con un
deprimida (capítulos 5 y 6). cuadro leve de catarro o gastroenteritis. Asimismo, parece que pueden
Hay que centrarse en las
estar involucrados fenómenos de autoinmunidad en algunos pacientes.
causas secundarias y sus
características especiales.
Es de destacar que algunas cardiomiopatías pueden ser reversibles par-
cial o completamente al corregir el desencadenante que la produce,
como la enólica, la taquicardiomiopatía, los déficit nutricionales o el hi-
La prevalencia de esta enfermedad es de aproximadamente 1/2.500 indi- potiroidismo. Recientemente se ha descrito que la asincronía mecánica
viduos. Se caracteriza por la presencia de d ilatación y d isfunción del ven- espontánea (por bloqueo de rama izquierda) o producida por la estimu-
trículo izquierdo en ausencia de situaciones de trabajo hemodinámico lación crón ica desde el ápex del ventrículo derecho con marca pasos pue-
anormales -como hipertensión arterial o valvu lopatías- o enfermedad de producir un fallo sistólico progresivo que remeda la cardiomiopatía
coronaria suficientes para causar el deterioro global sistólico observado. dilatada y que, tal vez, pueda prevenirse o revertirse mediante la terapia
No es necesaria la afectación del ventrícu lo derecho para el d iagnóstico, de resincronizac ión cardíaca.
aunque esta sea frecuente en fases finales y asocie un deterioro pronósti-
co y, en un porcentaje pequeño (1 0%), la disfunción sistó lica no se acom- Anatomopatológ icamente se muestran áreas de fibrosis, generalmente
paña de d ilatación. Las etiologías principales son: no subendocárdicas sino intramurales (a diferencia de la isquemia), con
Fa milia r/genética: esta etiología supone un 25% sobre el tota l. necrosis e infi ltración celular según la etiología. No obstante, el rendi-
Son mutaciones que afectan a los genes de proteínas citoesquelé- miento diagnóstico de la biopsia endomiocárdica es globalmente bajo.
ticas (desmina, distrofina -Duchenne-Becker con herencia ligada Además, es frecuente encontrar trombos en las pa redes de las cavidades
al X-, metavinculina, etc.), sarcoméricas o de las bandas Z (actina, dilatadas, sobre todo en regiones apica les.
~-miosina, etc.), de la membrana nuclear (lámina A/C, etc.), de los
discos intercalares y algunas citopatías mitocondriales.
Adqui rida: miocarditis previa o persistente (infecciosa: virus Coxac- 21.1. Clínica
kie 8, Chagas, etc., tóxica, autoinmun itaria), alcohol (cardiomiopatía
enólica), arritmias crónicas no controladas (taquicard iomiopatía),
enfermedad de Kawasaki, enfermedad de Churg-Strauss, embarazo Afecta principalmente a individuos jóvenes, con predilección por el sexo
(cardiomiopatía periparto), tóxicos y fármacos (antraciclinas, ciclo- masculino y la raza negra (en los que además parece más agresiva). Esta
fosfamida, cocaína, etc.), endocrinopatías (mixedema hipotiroideo), enfermedad es el paradigma de la insuficiencia cardíaca con función sis-
víricas (VIH), déficit nutricionales (carnitina, tiamina: beriberi, selen io: tólica deprimida, con todos los signos y síntomas propios de esa situa-
Ke-shan, hipofosfatemia e hipocalcemia). ción (Capítulos 5 y 6). Las embol ias se producen con más frecuencia que
en otras causas de insuficiencia cardíaca, probablemente en relación con
Cuando una investigación cuidadosa no detecta la etiología se habla de la gran dilatación de las cámaras cardíacas.
cardiomiopatía dilatada idiopática, lo que ocurre casi en la mitad de los
casos.
21.2. Exploración física
Aparentemente, el fenotipo de la cardiom iopatía d ilatada puede ser se-
cundario a trastornos genéticos (25%) o bien ser la expresión fina l del
daño miocárdico producido por multitud de circunstancias que conver- Puede presentarse debilidad y desplazamiento hacia abajo y hacia
gen en la disfunción y dilatación del ventrícu lo izq uierdo, siendo la más afuera de l impu lso apica l, así como tercer y/o cuarto ruidos, pulso
Cardiología 1 21
alternante, datos de hipertensión pulmonar y fallo derecho en casos
avanzados.

Frecuentemente existe soplo sistólico debido a insuficiencia mitra! por di-


latación del anillo, pero la presencia de soplo diastólico debe hacer sospe-
char que se trate de una valvulopatía. Los factores de riesgo cardiovascular
y las calcificaciones coronarias también van en contra del diagnóstico, aun-
que no lo excluyen.

21.3. Pruebas complementarias

ECG

Su estudio muestra alteraciones inespecíficas, entre las que destaca el Figura 158. Imagen ecocardiográfica apical de cuatro cámaras
crecimiento de cavidades, bajo voltaje, taquicardia sinusal, fibrilación mostrando la dilatación de ventrículo izquierdo y pérdida de la geometría
auricular, alteraciones inespecíficas de la repolarizac ión, bloqueo de ventricular normal en un paciente con cardiomiopatía dilatada
rama izquierda (hasta un tercio de pacientes en estad ios avanzados),
etcétera . Ergoespirometría

Radiografía de tórax Este estu dio permite evaluar el pronóstico mediante el cálcu lo de la ca-
pacidad del sistema cardiovascular para adaptarse a los requerimientos
Puede evidenciar diversas alteraciones, como cardiomegalia y signos de del ejercicio, pudiéndose medir con diferentes variables derivadas de
insuficiencia cardíaca, como son la hipertensión venosa pu lmonar y ede- esta prueba (como el consumo pico de oxígeno, umbral anaerobio, etc.),
ma intersticial y alveolar. muy útiles en pacientes en los que se plantea un trasplante cardíaco (Fi-
gura 159).
Ecocardiografía
Ventriculografía isotópica
Es la prueba diagnóstica fundamenta l y se ha de rea lizar siempre que se
sospeche esta enfer medad. Esta prueba diagnóstica puede detectar alteraciones parecidas a las de
la ecocard iografía. Se debe tener en cuenta que los falsos positivos en la
Permite comprobar la dilatación de las cavidades ventriculares y la dismi- gammagrafía de perfusión son relativamente frecuentes.
nución difusa de la función contráctil y el fallo diastólico acompañante,
así como cierto grado de insuficiencia mitral por la dilatación de su anillo Cardiorresonancia magnética
valvular.
Muestra los hallazgos propios de la enfermedad. Mediante la técnica del
Es característica la pérdida de la geometría ventricular izqu ierda, que en realce tardío se pueden eva luar las zonas ricas en tejido fibroso intramio-
casos avanzados adquiere un aspecto esferiforme. As imi smo puede de- cá rdico. Aunque en esta enfermedad, con cierta frecuencia, no existen
tectar la presencia de trombos murales. La alteración de la función con - zonas de fibrosis significativa en el miocardio, en ocasiones permite de-
tráctil del ventrícu lo derecho con lleva peor pronóstico (Figura 158). tectar áreas de fib rosis intramural pa rcheada que pueden ser asiento de

80 -~--~---+---4·~~~~~--+1

o~ o
01 :00 02:00 03:00 04:00 05:00 06:00 01 :00 02:00 03:00 04:00 05:00 06:00 01:00 02:00 03:00 04:00 05:00 06:00
-V' 02 (STPD) (1/ min]
1- V' E (BTPS) (1 / m inll 1- FC [1 / min] - V' 02/ FC [miJI - V' C 02 (STPD) [1/min]

Figura 159. Diversos registros obtenidos durante una ergoespirometría con análisis de gases en un paciente con disfunción sistól ica grave por
cardiom iopatía dilatada que alcanzó un consumo pico de oxígeno de 11 ml/kg/min, correspondiente con un 50% del valor predicho para su edad.
El paciente estaba siendo evaluado para trasplante cardíaco (continúa en la página siguiente)
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2 .a edición

Panel4 Panel S Panel6


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01 :00 02:00 03:00 04:00 05:00 06:00
• VC02 (STPD) (1/ min) (V02 (STPD) (1/ min))
• VE (BTPS) [1/ min) (VC02 (STPD) [1/ minll • FC [1 / min) (V02 (STPD) [1/ min)) 1-v• EN'02 [J - v• EN'C02 [JI

Pane l? Panel8 Panel9


1,8 ....---r--.,., 1,2 - AT RCP AT RCP
140 1 40

-+~\ V -
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01:00 02:00 03:00 04:00 05:00 06:00


• VT (BTPS) [1) (V' E (BTPS) (1/ min)) 1 1-RIR[JI Pet 02 [[mm Hg) - PetC 02 [[mmHgll

Figura 159. Diversos reg istros obtenidos durante una ergoespirometría con análisis de gases en un paciente con disfun ción sistólica grave por
card iomiopatía dilatada que alcanzó un consumo pico de oxígeno de 11 ml!kg/min, correspondiente con un 50% del va lor predicho pa ra su edad.
El paciente estaba siendo eva luado para trasplante ca rdíaco (continuación)

arritmi as ventriculares por reentrada (las zonas extensas de rea lce tard ío gura 161 ). Se recomienda la real ización de corona riografía para descartar
con gadolinio, de distribución subendocárdica o t ransmura l, sugieren la isquemia miocá rdica como causa de la disfunción ventricu lar en presen-
una etiología isquémica) (Figu ra 160). cia de factores de riesgo aterosclerótico (el empleo de angioTC coronaria
puede ser una alternativa en ciertos casos). En estados avanzados en los
que se plantea trasplante cardíaco interesa determ inar el grado y ti po de
hipertensión pul monar y el gradiente transpulmonar. La biopsia endomio-
cárd ica, generalmente, posee escasa rentabilidad diagnósti ca.

Figura 160. 1magen de ca rdiorresonancia magnética en un plano


de cuatro cámaras en diástole mostrando la di latación del ventrículo
izqu ierdo (A) e imagen obtenida con secuencia apropiada que muestra la
ausencia de zonas de rea lce tardío miocá rd ico (B). Tomada de G.• Fernández,
G.• Robles, Zamorano López. Manual de imagen cardíaca. CTO Editorial, 201 O.

Cateterismo
Esta prueba diagnóstica, además de dilatación de los ventrículos y dism inu-
ción de la función contrácti l mediante ventriculografía, detecta el aumento
de las presiones telediastólicas de ambos ventrículos y de las aurículas (Fi- Figura 161 . Ventriculog rafía de una ca rdiomiopatía dilatada

21 · Cardiomiopatía dilatada
Cardiología 1 21
21.4. Pronóstico deben evitar, mientras que el desfibrilador implantable tiene su lugar
en el tratamiento de los pacientes con arritmias ventriculares graves,
o como prevención primaria en aquellos con FEVI inferior al 35% y
En general, los pacientes evolucionan progresivamente (aunque pueden clase funcionalli-111, a pesa r del tratamiento médico. La ablación por
permanecer asintomáticos dura nte un periodo más o menos prolonga- catéter puede ser útil, especialmente en caso de arritmias vent ri cula -
do) hacia la insuficiencia cardíaca avanzada, si bien un porcentaje peque- res "curables" como la reentrada rama-rama .
ño (en torno al 25%) de debut reciente pueden resolverse espontánea- La res incronización está ind icada ante la presencia de clase funcional
mente. Es fundamenta l detectar las causas reversibles para ret irarlas en avanzada (111-IV, aunque existen datos rec ientes que indican benefi-
caso de estar presentes. cio en pacientes en clase 11, en térm inos de una disminución en los
episodios de descompensación de insuficiencia cardíaca, sin haber-
La mortalidad parece menor que la de la disfunción sistólica de origen se demostrado decremento en la mortalidad globa l respecto al tra-
isquémico, pero es elevada en pacientes en clase funcional avanzada (se tamiento habitual, que incluye el implante de un desfibri lador auto-
estima hasta del 50% a los cinco años). Las arritmias ventriculares malig- mático), FEVI inferi or al 35% y QRS ancho (mayor de 120 ms, aunque
nas, generalmente taquicardia ventricular rápida, el bloqueo cardíaco o pa rece que el beneficio es mayo r cuando es superior a 150 ms).
episodios de disociación electromecánica pueden producir muerte súbi- A pesar del eventual riesgo embólico, la anticoagu lación únicamen-
ta en casi la mitad de pacientes en fases avanzadas. En el resto, el falleci- te está indicada en caso de antecedente de embol ia o fibri lación/
miento suele ser por fallo sistólico progresivo. flutter auricular acompañante.
En casos muy particulares puede considerarse la cirugía sobre la in-
Los tratamientos actua les, principalmente los lECA, p-bloqueantes y los suficiencia mitral por dilatación del anillo. El trasplante cardíaco se
dispositivos del ritmo cardíaco (desfibrilador y resincronización) han per- aconseja en pacientes cuya insuficiencia cardíaca es resistente al tra-
mitido disminuir la mortalidad prácticamente a la mitad. tamiento médico y en los que no hay contraindicaciones.

A modo de repaso, en la Tabla 69 se exponen los efectos de los principa -


21.5. Tratamiento les fá rmacos ca rdi ovasculares en diversas enfermedades ca rdíacas.

El tratamiento de esta enfermedad es el de la insuficiencia cardíaca con 21.6. Algunas formas adquiridas
función sistólica deprimida (véanse Capítulos S y 6). No obstante, co nvie-
ne destacar los si guientes puntos:
de cardiomiopatía dilatada
El tratam iento farmacológico es el pilar fundamental: son de gran
utilidad los va sodilatadores (lECA, ARA 11, asociación de hidralacina y
nitratos), los p-bloqueantes y la espironolactona . Cardiomiopatía alcohólica
La digoxina y los diuréticos son eficaces para el tratamiento sintomá-
tico, aunque no mejoran la supervivencia. Constituye la forma más frecuente de cardiomiopatía di latada de causa
Los antiarrítmicos (a excepción de p-bloq ueantes y amiodarona) se identificable. Se asocia a un consu m o crónico excesivo de alcohol a lo

lECA Calcioantagonistas P-Bioqueantes Diuréticos

Insuficiencia Prolongan la supervivencia Tratamiento de la IC Mejoran la supervivencia Mejoran los síntomas


ca rdíaca y previenen el desa rrollo de IC diastól ica en el tratamiento de la IC de congestión de la IC
Cardiomiopatía en pacientes con disfunción No en sistólica Tratamiento de la IC diastólica No mejoran el pronóstico
dilatada ventricular
Cardiopatía Adm inistrados precozmente Antianginosos Antianginosos (dism inuyen 1 Útiles ju nto con los nitratos
isquémica en IAM previenen el desarrollo (disminuyen a contractilidad y la en el tratamiento de la IC
de IC y de reinfarto contractilidad y reducen frecuencia cardíaca) secunda ria a un IAM
En pacientes con una FE< 40% poscarga) En IAM reducen la mortalidad,
Previenen la dilatación Tratamiento de la angina la incidencia de muerte súbita,
ventricular vasospástica (Prinzmetal) reinfarto y angor

HtA De elección en HTA renal Muy útiles Reducen la morbimortalidad Reducen la morbimortalidad
y vasculorrenal salvo estenosis HTA en el anciano a largo plazo a largo plazo
bilateral Tratamiento de la disección Aconsejados en el tratamiento
HTA en diabéticos aórtica de la HTA en el anciano (tiazidas)
Arritmias Pod ría disminuir la FA Frenad ores del NAV Antiarrítmicos grupo 11
en pacientes con IC Antiarrítmicos grupo IV Tratamie nto de va ri as
Evitar en WPW con FA arritm ias
o flutter Frenadores del NAV
Tratamiento del QT largo
congénito, de la taquicardia
sinusal sintomática,
hipertiroidismo, etcétera

Tabla 69. Efectos de los fármacos principales en distintas enfermedades cardíacas


Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2 .a edición

largo de años. La interrupción del consumo de alcohol puede detener e insuficiencia cardíaca sistod iastól ica), m iocarditis y otras. Los nitra-
la prog resión o incluso revertir totalmente la enfe rmedad. En su génesis tos y los calcioantagonistas se han utilizado para tratar los efectos
pueden intervenir de forma predominante el efecto tóxico d irecto del tóxicos de la cocaína; los j3-bloqueantes deben evitarse durante la
etanol o su metabolito aceta ldehido en individuos genéticamente pre- intoxicación aguda salvo acompañados de a -bloqueantes como
dispuestos, el déficit de tia m ina que pueden tener los pacientes alcohó- ocurre en el feocromoc itoma.
licos (actualmente excepcional, que produce una insuficiencia cardíaca
de gasto elevado con vasodilatación periférica) y otras sustancias (fósfo- Cardiomiopatía del periparto
ro, calcio, etc.) e incluso ciertos aditivos empleados en algunas bebidas
como el cobalto. Con bastante frecuencia el debut de los síntomas graves Es de etiología desconocida y aparece en el último trimestre del emba-
se produce tras la entrada en fibrilación auricular. razo o en el puerperio (hasta los primeros seis meses tras el parto), y es
más frecuente en muj eres obesas mayores de 30 años, con historia de
preeclampsia, emba razo gemelar o t ratamiento tocolítico. La causa es
desconocida pero parecen implicados fenómenos autoinmun itarios por
Si se detecta a tiempo un a ca rd iom iopatía enóli ca _."""'":::::.;;;J" sensibilización contra antígenos de células hematopoyéticas fetales, mio-
puede ser reversib le. carditis y el propio estrés hemodinámico del embarazo.
Recuerda
Determinados autores defienden que en algunos casos la cardiomiopatía
Asimismo, el alcohol puede producir arritm ias, siendo las más frecuentes del embarazo o periparto es una forma de card iomiopatía dilatada de
las extrasístoles y la fibrilación auricu lar paroxística que se manifiesta, en origen familiar con una presentación clínica "acelerada" o desencadenada
ocasiones, después de una ingesta excesiva ("corazón del fi n de semana" por el embarazo; por eso podría ser recomendab le la realización de un
o "corazón de los días de fiesta"). estudio ecocard iog ráfi co a los fam iliares de primer grado de las pacientes
que presentan esta enfermedad.
Cardiomiopatía secundaria a fármacos
Su pronóstico está determinado fundamenta lmente por la regresión de
y tóxicos
las anoma lías en la función ventricular, siendo malo en aquellas pacientes
en las que persisten la disfunción ventricular o los síntomas más allá de
Antraciclinas (adriamicina, doxorrubicina). La toxicidad cardíaca es seis meses tras el parto, con una mortalidad g lobal en torno allS%.
más frecuente durante el empleo conjunto con cliclofosfam ida y ra-
dioterapia torácica izquierda, o asociada a t rastuzumab (herceptín, La incidencia de embolias es mayor que en otros t ipos de cardiomiopatía
que puede producir toxicidad ca rdíaca incluso en ausencia de antra- d il atada, y se desaconseja q ue tengan nuevos embarazos, en particular
ciclinas, aunque en proporción mucho más reducida), así como en en aq uellas pacientes en las que no existe una recuperación completa de
pacientes predispuestos como son los mayores de 70 años, hiper- la func ión ventricular.
tensos o con cardiopatía subyacente. La toxicidad parece menor con
la administración lenta . Cardiomiopatía en enfermedades
Aunque el mecanismo no está claramente establecido, parece neurOmUSCUiareS
intervenir un daño oxidativo producido por radicales libres de
oxígeno, por lo que se ha postulado el empleo de antioxidantes
com o la vitamina C para dism inuir su inc ide ncia, au nq ue los res ul- Dist rofia muscular de Duchenne-Becker. Puede producir insufi-
tados son controvertidos. Los j3-b loq ueantes y los lECA pa recen ciencia card íaca rápida mente progresiva con un cuadro de cardio-
ser eficaces. miopatía dilatada. En el ECG son características las ondas R altas en
Se recomienda el anál isis periódico de la función sistólica ventricular precordiales derechas y las ondas Q profundas en precordia les iz-
durante y después del tratamiento (en ocasiones debuta meses o quierdas. Las arritmias son frecuentes.
incluso años después) para detectar precozmente su aparición, pues Distrofia miotóni ca de St ei nert. En esta enfermedad son típicos
algunos pacientes han mostrado recuperación de la función cardía- los trastornos de la conducción en el sistema His-Purkinje, que pue-
ca cuando se suspende el fármaco y se instaura el tratamiento habi- den ocasiona r síncope o muerte súbita por b loqueo completo o por
tual de la insuficiencia cardíaca. De no actuar así, el cuadro suele ser taqu ica rdia ventricu lar rama -rama, por lo que en ocasiones precisan
progresivo y de mal pronóstico. la implantación de ma rcapasos o procedim ientos de ablación por
Ciclofosfamida. Puede producir insuficiencia cardíaca aguda . catéter.
Otros fármacos que pueden producir toxicidad cardíaca son el Distrofi a de las cintu ras y distrofia escapu loh umeral. La afecta-
5-fluorouracilo (dolor precordial y signos de isquemia miocárdica ción cardíaca es poco frecuente.
por vasospasmo coronario), arritmias secundarias a antidepresivos M iopatía s mit ocondriales. Pueden cursar con cardiomiopatía di-
tricíclicos (bloqueantes de canales de sodio y potasio), fármacos que latada, hipertrófica o coronaria d ifusa, así como en el síndrome de
prolongan el interva lo QT como las fenotiazinas (véase Capítulo 8), Kerns-Sayre se incluyen trastornos de conducción similares a los de
litio, plomo, emetina, algunos propelentes de aerosoles, arsén ico, an- la d istrofia miotónica.
t imonio, cloroquina (característicamente con t rastorno de conduc-
ción asociado) o ergotam ínicos. Infección por el VIH
Cocaína . El consumo crón ico de cocaína se asocia a d iversas comp li-
caciones cardíacas, como muerte súbita, espasmo y trombosis coro- Tras la afectac ión pericárd ica la disfunción ventricular izquierda es una
narias (que puede producir infarto agudo de miocard io o lesiones en de las manifestaciones cardiológicas más frecuentes del SIDA aunque su
ramas pequeñas con focos aislados residua les de fibros is parcheada etiología no está clara.

21 · Cardiomiopatía dilatada
Cardiología 1 21
Cardiomiopatía de las afecciones Panarteritis nodosa. Esta enfermedad puede producir arteritis co-
ronaria, con formació n de aneurismas y t rombos. Además, puede
del sistema conjuntivo
cursar con cardiomegalia e insuficiencia ca rdíaca, que en ocasiones
y otras enfermedades son secundarias a infartos o a la hipertensión arterial coexistente.
Sarcoidosis. Esta afección puede prod ucir derrame peri cárdico, al-
Lupus eritematoso sistémico. Aunq ue es más frecuente la afecta- teraciones electroca rdiográficas (característicamente trastornos del
ción del pericard io, tam bién se puede producir da ño del músculo ritmo y de la conducción), ca rdio miopatía dilatada, disfunción de
que evoluciona hacia la di lata ción ventricular. múscu los papilares, isquemia miocárdica o aneurismas ventriculares.

" Dentro de las de etiología conocida, la más frecuente es la enóli-


Ideas clave ~ ca, que interesa diagnosticar precozmente porque es reversible
si cesa el consumo.
" La cardiomiopatía dilatada es el paradigma de la insufi cienci a
cardíaca con función sistólica deprimida, por lo que todo loco- " La taquicardiomiopa tía se produce por frecuencias cardíacas
ment ado en el Capítulo S respecto al manejo clínico del paciente elevadas de form a mantenida y cu rsa como una cardiomiopatía
es válido en esta enfermedad. dilatada, que puede ser reversible al restablecer el ritmo normal.

" Así pues, el tratamiento de la cardiomiopatía dilatada es el des- " La estimulación permanente con marca pasos en el ápex del ven-
crito en el Capítulo S. t rículo derecho puede generar asincronía mecánica y en algunos
casos disfunción sistólica, que puede ser reversible con la terapia
" En la cardiomiopatía dilatada el ventrículo izquierdo se encuen- de resincroniza ción card íaca .
tra dilatado y con una fracción de eyección deprimida.
" La cardiomiopatía periparto y la enfermedad de Chagas pueden
" La causa más frecuente (casi la mitad de casos) de cardiomiopatía cu rsar con datos clínicos de cardiomiopatía dilatada.
dilatada son idiopáticos (tras excluir todas las causas conocidas).
" Las antraciclina s (adriamicina, doxorrubicina, etc.) pueden pro-
" En torno al 2So/o de casos son secundarios a mutaciones que afec- ducir card iomiopatía dilatada, por lo que interesa reevaluar la
tan a los genes que codifican diferentes proteínas del citoesque- función sistólica con ecocardiografía o ventriculografía isotópica
leto, otras proteínas del cardiomiocito o citopatías mitocondriales. antes, durante y tras los ciclos de quimioterapia.

en punta irradiado a axila. Hepatomegalia dolorosa y edema con


Casos clínicos fóvea en miembros inferiores hasta rodillas. ECG: taquicardia si-
nusal con bloqueo de Rl y extrasístoles ventriculares frecuentes.
Varón de 27 años con dolor en el hemiabdomen superior derecho Con más probabilidad, el paciente tendrá:
e hinchazón de piernas de diez días de evolución. Cuatro semanas
antes, y durante unos días, ha presentado odinofagia, mialgias y 1) Infarto de miocardio subagudo no transm ural.
fiebre, y las dos noches previas a la consulta actual ha dormido 2) Pericard itis aguda con derra me.
sentado en la cama. Bebe alcohol ocasionalmente, no fuma y no 3) Tromboembolism o pulmonar agudo.
hay antecedentes familiares de interés. TA 1 10/80 mm Hg. Presión 4) M iocardiopatía di latada.
venosa elevada, PA 1 1O lpm con contracciones prematuras aisla-
das. Estertores crepitantes en tercio inferior de ambos pulmones. RC: 4
Latido de la punta en 7. 0 espacio intercostal izquierdo en línea
axilar anterior. Se ausculta tercer tono y soplo holosistólico IIINI
.. -- ____ CarrlioJogia

Cardiomiopatía hipe rtróf ica

ORIENTAC IÓN Es de obligado estudio y habitual fuente de cuestiones. Es recomendable estudiar bien las características
ENAR M clínicas y exploratorias, así como el tratamiento, incluidos los factores de riesgo arrítmico.

La prevalencia de la enfermedad es de aproximada mente 1/500 ad ultos, En el25% de los casos existe una obstru cción dinámica mientras el pacien-
suponiendo probablemente el trastorno genético cardíaco más frecuente. te permanece en reposo, con gradiente en el tracto de salida del ventrículo
izquierd o secundario a la hipertrofia septa l, y en mayor o menor grado, al
Existe un aumento en el grosor de la pared ventricu lar en ausencia de movimiento sistólico anterior (SAM) de la valva anterior mitral contra el ta-
circunstancias de estrés hemodinámico anorm ales (como hipertensión bique, provocado por el efecto Venturi que origina la aceleración del flujo
arterial, valvu lopatías o ca rdi opatías congénitas) suficiente para provocar de salida de la sa ngre. Este porcentaje aumenta cuando se realiza la explo-
dicha anormalidad, y con lleva rigidez de la pared ventricular y disfunción ración con maniobras de provocación como la de Valsa lva. El SAM no es pa-
diastólica (Figura 162). tognomónica de la cardiomiopatía hipertrófica, pero suele existir siempre
que se acompaña de obstrucción en el tracto de sa lida ventricular.

Aunque lo habitual es la hipertrofia septal asimétrica, existen casos de hi-


pertrofia concéntrica y una forma específica que afecta a la región apical
(enfermedad de Yamaguchi, frecuente en Japón) que cursa con ondas
T negativas gigantes en precordiales y un curso clín ico habitualmente
benigno (Figura 163).

Figura 162. Esquema de una card iomiopatía hipertrófica


de predominio septal

El fallo diastólico parece afectar a las regiones con hipertrofia macroscó-


pica e incluso a regiones aparentemente sanas, eleva las presiones de
llenado izquierdas y ju stifica la congestión pu lmonar y la apa rición del
síntoma más frecuente: la disnea.

Existe predisposición a la isquemia por el incremento en la demanda de


Figura 163. Imagen ecocardiográfica (plano apical de cuatro cámaras)
oxígeno y las anomalías en arterias coronarias intramurales asociadas, en- con ecopotenciador (se aprecia un aumento de ecogenicidad
tre otros motivos. Únicamente un 5-10% evoluciona tardíamente a una en el interior de las cámaras ca rdíacas por el contraste) de un paciente
fase dilatada que remeda la cardiom iopatía dilatada. con cardiomiopatía hipertrófica de predominio apica l (flechas)
Cardio logía 1 22
22.1. Anatomía patológica ser más llamativos pues es más frecuente la presencia de gradiente
obstuctivo.

Además de la hipertrofia, existen grados variables de fibrosis y desorga- El síntoma más frecuente es la disnea, siendo también habitual la angina
nización de la histología miocárdica adoptando un patrón arremolinado, de pecho. La fat igabilidad, la insuficiencia cardíaca, el presíncope y el sí n-
así como alteraciones en las arterias coronarias intramurales que mues- cope (por diversos mecan ismos, desde neuromediado hasta producidos
tran engrosamiento en su pared y fac il itan el desarrollo de isquem ia mio- por obstrucción grave a la salida de la sangre o por arritmias ventriculares)
cárdica. Estos hal lazgos pueden apreciarse en otras fo rmas de hi pertrofia son menos habitua les. La exacerbación de los síntomas con el ejercicio
miocárdica, pero generalmente lim itados en extensión y gravedad. es muy característica. La fib rilac ión auricular es frecuente en la evolución
clínica y suele provocar un empeoramiento marcado de los síntomas.

22.2. Etiología
22.4. Exploración física
La asociación fa mil ia r se observa en más del 50% de los afect ados, con
tra nsm isión autosómica dominante y penetrancia va ri able. Se disti nguen La exploración puede ser normal excepto por la presencia de un cuarto
las sigu ientes causas: ruido y, ocasionalmente, de un impu lso apica l prominente y doble (por
Familiar/genética: mutaciones que afectan a los genes de pro- una gran onda a) y en escasas ocasiones triple (por protrusión sistólica
teínas sarcoméricas (cadena pesada de ~-m i osina -cromosoma tardía cuando el corazón está casi vacío).
14, la más frecuente-, troponina T, proteína e fijadora de miosina,
a-tropomiosina, etc., que generalmente producen hipertrofia sep- En los pacientes con obstrucción en el tracto de salida del ventrículo iz-
ta l asimétrica), síndromes específi cos (ataxia de Friedreich, Noonan, quierdo se ausculta un soplo sistólico rudo, loca lizado en el ápex y el borde
LEOPARD, Beckwith-Wiedemann, Swyer), enfermedades de depósito esterna l izquierdo, que puede irradiarse a la base del corazón pero no a las
de glucógeno (Pompe, etc.), enfermedades de depósito lisosoma l carótidas (a diferencia del soplo valvular aórtico). Asimismo, suele haber un
(Anderson-Fabry, Hu rler, etc.), defectos del metabolismo de ácidos pulso inicia lmente intenso y bisferiens y, si la obstrucción es intensa, desdo-
grasos (deficiencia de carnitina, deficiencia de fosforilasa 8 cinasa), blamiento invertido del segundo ruido. Si se evidencia insuficiencia mitral
citopatías mitocondriales, amiloidosis fami liar, etcétera. añadida, se pueden detectar también sus anomalías exploratorias.
Adquirida: entre las que se encuentran la obesidad, los hijos de ma-
dres diabéticas, sobreentrenamiento atlético, amiloidosis AL (prea l- Todo lo que disminuya la preca rga (man iobra de Valsalva, bipedestación
búmina). brusca, arritmias) y/o la poscarga (vasod ilatadores, ejercicio) o aumente
la contracti lidad (inotropos posit ivos, ejercicio físico) au menta el gradien-
A pesa r del origen genético, en muchos casos, la hipertrofia miocárd ica te y la intensidad del sop lo. Por el contrario, el soplo disminuye con el
suele desarrollarse en la adolescencia. El diagnóstico diferencial con la aumento de precarga (posición de cuclillas, con la elevación de las ex-
hipertrofia fisiológica del ejercicio que apa rece en atletas, en ocasiones es tremidades inferiores y con la expansión de la volemia) y/o poscarga (va-
complejo, pudiendo ser úti les técnicas de análisis de la fu nción diastól ica soconstrictores como la fen ilefrina, posición de cuclillas ... ) (Figura 164).
regional por medio de la ecoca rdiog rafía o la card iorresonancia mang-
nética.
Sop lo de ca rdi omiopatía hi pertrófi ca obstru cti va
Probablemente es la causa más frecuente de muerte súbita de origen (M HO):
cardíaco en jóvenes y en atletas de competición.
t Valsa lva, bipedestación, ejercicio isotónico, ni -
trito ami lo .
.J.. Cuclill as, ejercic io isométri co intenso, fe nil efrina .

22.3. Clínica

La mayoría de los pacien tes perma-


t
necen asint omáticos o sola ment e .l. Precarga (tiene menos volumen .l. Poscarga
1 Contractilidad del ventrículo
tienen síntomas leves. Lamentable- (empuja con más fuerza) que mandar y lo hace con más fuerza) (hay menos resistencia al flujo)
mente en algunos casos el debut
· Valsava
clínico es la muerte súbita, habitual- · Ejercicio · Vasodilatadores arteriales
· Bipedestación brusca
· lsoprenalina · Ejercicio
mente por arritmias ventri cu lares · Taquicardia
· Digital
· Nitroglicerina
polimorfas o fi brilación ventricular. El
diagnóstico de la enfermedad con- · Calcioantagonistas · Expansión de volumen · Cuclillas
traind ica el ejercicio y la práctica de- · 13-bloqueantes · t Retorno venoso · Fenilefrina
· Elevación de piernas
portiva intensos. En muchos casos, el
diagnóstico se alcanza en el estudio .l. Contractilidad t Precarga 1 Poscarga
familiar tras detecta r un caso de car-
diomiopatía hipertrófi ca. Cua ndo se
manifiesta en la edad adu lta (por en-
cima de 50 años) los síntomas suelen Figura 164. Variaciones del soplo en la cardiomiopatía hipertrófica
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

22.5. Pruebas complementarias ción como la de Valsa lva, y es característico el aspecto esmerilado del
tabique ventricula r (Figura 166).

ECG La función sistólica (fracción de eyección) es normal o incluso está au-


mentada, pero es habitual la disfunción d iastólica . Es frecuente la calci-
Habitualmente pone de manifiesto determinadas alteraciones, como ficación del anillo mitra l y la insuficiencia mitra l asociada a su desplaza-
distintos grados de hipertrofia ventricu lar izquierda y crecimiento de la miento sistólico (SAM) en caso de obstrucción . Es típico en el registro
aurícu la izquierda. Son características aunque infrecuentes las ondas Q Doppler del flujo en el tracto de salida del ventrículo izqu ierdo, en casos
patológicas en precordia les izquierdas en ausencia de infarto. En la for- con obstrucción, la presencia de un pico de velocidad máxima elevado y
ma apical destacan las ondas T negativas "gigantes" en precord iales, con característicamente tardío (Figura 1 67).
depresión del seg mento ST. Pueden
existir arrit m ias supraventricula res (es-
pecialmente fibri lación auricula r, casi
en la mitad de los casos a lo largo de
la evolución) y vent ri cu lares (las extra-
sístoles son frecuentes y se detectan
en la mayoría de pacientes. Las taqui-
card ias no sostenidas so n menos ha-
bitua les y tienen cierta relación, aun-
que limitada, con el riesgo de muerte
súbita) (Figura 165).

Radiografía de tórax

La silueta card íaca suele ser normal o


con leve cardiomegalia, sobre todo
a expensas de la aurícula izquierda
cuando está di latada. No es infrecuen-
te la calcificación del anil lo mitra l.

Ecocardiografía

Es la exploración más importante,


pues detecta la magn itud y la distri-
bución de la hipertrofia ventricu lar (e l
grosor diastólico normal del septo en
adu ltos es menor de 12 mm), la pre-
sencia del SAM (que incrementa la
obstrucción dinámica), permite esti- Figura 165. ECG de 12 derivaciones de un paciente con cardiomiopatía hipertrófica de predominio
ma r el gradiente del tracto de salida apical. Apréciese que se encuentra en fibri lación auricular, los voltajes elevados de los complejos QRS
basa l y tras maniobras de provoca- en precordiales y las ondas T negativas "g igantes" en precordiales izquierdas

Figura 166. Imagen ecocardiog ráfica en plano paraesternal eje largo (A) y eje corto (B) de un paciente con ca rdiomiopatía hipertrófica septal
asimétrica, mostrando el grosor excesivo del tabique interventricu lar (flechas)

22 · Cardiomiopatía hipertrófica
Cardiología 1 22
Cateterismo cardíaco

No suele ser necesario salvo para des-


cartar enfermedad coronaria asociada
mediante coro nariog rafía. Demuestra
el aumento de la presión diastólica y
el gradiente de presiones en el tracto
de salida del ve ntrículo izquierdo. La
potenciación (aumento) postextrasis-
tólica del g ra diente y el soplo es muy
característica. En las formas apica les, la
ventriculografía tiene una morfología
en "as de picas':

22.6. Pronóstico

La mortalidad anual ronda el 1%. La


causa más frecuente es la muerte sú-
bita, que suele estar producida por
arritmias ven triculares, generalmente
polimorfas, siendo el riesgo más ele-
Figura 167. Registro de Doppler del flujo de sa lida de la sang re por el tracto de salida del ventrículo
vado en los niños (hasta un 6% anual)
izq uierdo (se aprecia el ascenso lento de la velocidad característico de esta enfermedad) obtenido
desde el plano apical de cinco cámaras (i magen de arriba), en un paciente con ca rdi om iopatía en los que también aparecen impor-
hipertrófica septa l con gradiente máximo estimado de 38 mmHg tantes mecanismos hemod inámicos y
no sólo arrítm icos.
Ergometría
Existe una serie de factores que permiten identificar a los pacientes con
Permite apreciar síntomas o arritmias no presentes en reposo. La ca íd a de mayor ri esgo de muerte súbita (Tabla 70), de manera que la presencia
la presión arterial durante el ejercicio es un dato de m al pronóstico. de factores de alto riesgo hace recomendable el implante de un desfi-
brilador automático como prevención primaria. Es conveniente destacar
Gammagrafía isotópica que la relac ión entre la g raveda d de los síntomas (sal vo el síncope) y del
gradiente es discreta, aunque existe con el riesgo de muerte súbita .
Puede demostrar defectos de perfusión reversibl es incluso en pacientes
asintomáticos, que no implican necesariamente enfermedad coronaria
epicárdica sino mostrar la isquemia ca racterística de esta enferm edad. Factores de riesgo posibles
Factores de alto riesgo
en casos particulares

Card iorresonancia magnética Muerte súbita recuperada Fibrilación auricular


TV monomorfa sosten ida Isquemia miocárdica
Es útil en el estudio morfológico ventricular. Además el realce tardío con espontánea Gradiente obstructivo
gadolinio, indicativo de fibrosis im portante, parece asociarse a un mayor Historia famil iar de muerte Genotipos desfavorables
riesgo arrítmico (Figu ra 168). súbita prematura
Ejercicio físico intenso
Síncope de origen desconocido
Edad inferior a 30 años
(especialmente en niños)
al diagnóstico
Hipotensión arterial en
ergometría
Grosor septal > 30 mm
TV no sosten idas en Holter

Tabla 70. Factores relacionados con el riesgo de muerte súbita


en la cardiomiopatía hipertrófica

La fibrilació n auricular, aparte de empeorar los síntomas cuando aparece


en muchos pacientes, supone un elevado riesgo embólico e indica la ne-
cesidad de anticoagulación oral crón ica. Suele ser difícil el mantenimiento
del ritmo sinusal a largo plazo, tanto con antiarrítm icos (los del grupo le
Figura 168. Imagen de cardiorresonancia magnética mostrando
están contraindicados) como con procedimientos de ablación por catéter.
la hipertrofia septal (izquierda) y las zonas hiperintensas (en blanco,
marcadas con flechas) mediante la técnica de realce tardío propia
de las áreas fibróticas (derecha). Tomad a de G• Ferná ndez, G• Robles, La evolución a formas d ilatadas a largo p lazo es muy poco frecuente (5 -
Zamorano López: Man ual de imagen cardíaca. CTO Editoria l, 20 1O 10%). El em barazo sue le estar b ien tolerado.
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. 8 edición

22.7. Tratamiento cular monomorfa sosten ida y cardiomiopatía hipertrófica. Como preven-
ción primaria se indica en presencia de factores de alto riesgo de muerte
súbita (véase la Tabla 70).
El objetivo del tratamiento es producir la mejoría de los síntomas y dis-
minuir la incidencia de muerte súbita. En pacientes asintomáticos no Únicamente en caso de presentar gradiente obstructivo importante y
se ha establecido claramente la indicación de tratamiento médico con tras fracasar el tratamiento médico óptimo, se puede plantear una inter-
p-bloquea ntes, aunque lo proponen algunos autores. vención para disminuir o aliviar dicho gradiente.
La cirugía mediante la resección de una parte del tabique hipertrofia-
Tratamiento médico do, con o sin reparación va lvu lar mitra! asociada, si es pertinente, (o
incluso sustitución protésica en caso de degeneración valvular gra-
Los P-bloqueantes son el tratamiento de elección por su capacidad para ve asociada) ha demostrado mejorar los síntomas y la insuficiencia
disminuir la contractilidad y bradicardizar (ala rgando la diástole). Mejoran mitra! a largo plazo. Se indica en pacientes muy sintomáticos y con
los síntomas (fundamentalmente la angina y la disnea) en la mayoría de gradiente en reposo superior a 50 mmHg, especialmente si el riesgo
los pacientes, sin embargo, no está demostrado que disminuyan el riesgo quirúrgico no es elevado. En manos expertas es probablemente la
de muerte súbita arrítmica. actuación de elección sobre el gradiente cuando no se controla con
tratamiento médico.
Son eficaces como alternativa (en caso de contraindicación o inefica- Una alternativa terapéutica es la reducción septa l no quirúrg ica,
cia) el verapamilo o el diltiazem, si bien sus propiedades vasodilatadoras mediante cateterismo cardíaco y provocación de un infarto septal
pueden aumentar el gradiente. En casos refractarios incluso se pueden limitado, mediante la instilación de etanol de una rama coronaria
combinar p-bloqueantes y calcioantagonistas, vig ilando su efecto sobre septa l. Precisa de una anatomía de ramas septa les favorable y alta
la conducción auricu loventricular. experien cia. Una proporción significativa (5 -25 o/o) de pacientes su-
fren bloqueo completo tras el procedimiento y precisan estimula-
Los agonistas p-adrenérg icos, la digoxina y otros fármacos inotrópicos ción permanente con marca pasos, y existe cierta preocupación so-
están contra indicados. Los diuréticos empleados con precaución para bre el riesgo de arritmias ventricu lares tardías por la cicatriz creada,
evitar un excesivo descenso en la precarga que empeore el gradiente espec ialmente si existe gradiente residual. Los candidatos a esta
son útiles para la congestión pulmonar. intervenc ión son pacientes de alto riesgo quirúrgico con anatomía
favorable, especialmente si ya son portadores de marcapasos o
En el caso de arritmias supraventricu lares o ventricu la res, el antiarrítmico desfibrilador. La mortalidad intrahospitalaria del procedimiento no
de elección es la amiodarona, ya que además de su potencial antiarrítm i- es desdeñable.
co posee cierto efecto inotropo negativo y antiisquém ico. La implantación de un marca pasos de estimulación bicameral (DDD)
modifica la secuencia de despolarización ventricular, produciendo
La disopiramida o el sota lol podrían ser una alternativa. No está indicado el mejoría hemodinámica y sintomática en algunos pacientes a corto
tratamiento preventivo con antiarrítmicos para disminuir la muerte súbita. plazo, aunque en algunos estudios se equipara su utilidad a la del
placebo a la larga. Si existiese indicación de estimu lación por otro
Otras opciones de tratamiento motivo y contraindicaciones para el empleo de la s otras técnicas po-
dría ensayarse.
El desfibrilador automático implantable está indicado en los supervivien- El trasplante puede ser necesario en casos de evolución a formas
tes a una muerte súbita y en los escasos pacientes con taquicardia ventri- dilatadas.

" Los soplos que aumentan con maniobras que disminuyen la pre-
Ideas clave RS carga (Valsalva o bipedestación) son los de la cardiomiopatía hi-
pertrófica obstructiva y el del prolapso de la válvula mitra l.
" La cardiomiopatía hipertrófica afecta a una de cada 500 perso-
nas, siendo habitualmente de causa genética con herencia auto- " La mayoría de los casos son asintomáticos. Dentro de los sínto-
sómica dominante y penetrancia variable. mas, el más frecuente es la disnea motivada por disfunción ven-
tricular diastólica (ventrículo rígido poco distensible). El síntoma
" Las mutaciones más frecuentes que dan lugar a cardiomiopatía más temible es la muerte súbita, generalmente por arritmias
hipertrófica afectan a las proteínas sarcoméricas. ventriculares.

" En esta enfermedad se produce un engrosamiento anormal de " La cardiomiopatía hipertrófica probablemente sea la causa más
las paredes ventriculares en ausencia de causas hemodinámicas frecuente de muerte súbita en jóvenes deportistas.
que lo justifiquen.
" Los principales factores de riesgo de muerte súbita son los ante-
" La forma más frecuente es la hipertrofia septal asimétrica, en la cedentes familiares de muerte súbita prematura, el síncope de
que en un 25% de los casos existe gradiente en reposo en el trac- origen desconocido de repetición, la documentación de taquicar-
to de salida del ventrículo izquierdo (cardiomiopatía hipertrófica dias ventriculares (sostenidas o no sostenidas), la hipertrofia masi-
obstructiva) facilitado por la presencia de SAM (movimiento sis- va(> 30 mm de septo) y la respuesta hipotensiva en la ergometría.
tólico anterior de la valva mitra! anterior). El SAM no es patogno-
mónico, pero sí muy característico de la cardiomiopatía hipertró- " En caso de riesgo elevado de muerte súbita, o en supervivientes
fica obstructiva. a la misma, el tratamiento habitual es la implantación de un des-

22 · Cardiomiopatía hipertrófica
Cardiología 1 22
fibrilador automático. El tratamiento médico incluye fármacos miento méd ico correcto, el tratamiento de elección es la resec-
inotropos y cronotropos negativos (~-bloqueantes o calcioanta- ción quirúrgica de una parte del tabique asociado a reparación
gonistas) para alargar y mejorar la diástole, y diuréticos en dosis mitral si es posible.
apropiadas (evitando un excesivo descenso de la precarga) para
disminuir la congestión pulmonar. " En casos seleccionados se puede realizar la reducción del grosor
del septo mediante instilación de etanol en una rama coronaria
" Para disminuir la obstrucción y el gradiente y, por tanto, mejo- septal para provocar un infarto local izado.
rar los síntomas graves en caso de persistencia a pesar de trata-

Paciente de 38 años que consulta por disnea y palpitaciones en


Casos clínicos =~ relación con esfuerzos vigorosos. En la exploración tiene un so-
plo sistólico rudo que aumenta con la maniobra de Valsa lva, y en
Paciente de 22 años, fumador de medio paquete al día y diag- el estudio ecoDoppler presenta un engrosamiento severo de las
nosticado de soplo cardíaco en la adolescencia. Acude al hospital paredes del ventrículo izquierdo con un gradiente sistólico en el
por dolor torácico y disnea. En la auscultación se detecta un soplo tracto de salida del ventrículo izquierdo de 20 mm Hg. ¿Cuál de las
sistólico en mesocardio que aumenta con la maniobra de Valsal- siguie':ltes afirmaciones es cierta?
va. En el ECG está en fibrilación auricular rápida, tiene signos de
crecimiento ventricular izquierdo y ondas q en DI y aVL. La Rx de 1) La disnea está en rel ación con la gravedad del gradiente dinámi-
tórax demuestra la existencia de insuficiencia cardíaca y silueta co en el tracto de salida del ventrículo izquierdo.
normal. ¿Cuál es el diagnóstico más probable? 2) La disne9 está en relación con la mayor rigidez de la pared de
ventrículo izquierdo.
1) Estenosis aórtica congénita. 3) La disnea está en relac ión con disfunción sistólica del ventrículo
2) Infarto lateral alto. izquierdo.
3) Miocardiopatía dilatada. 4) La disnea está en relación con la regurgitación valvular mitral.
4) Miocardiopatía hipertrófica obstructiva.
RC: 2
RC: 4

1) Abandonment of competition.
Case Study o 2)
3)
Digoxin is good to reduce the subaortic gradient.
Be careful when using diuretic, better to avoid them .
A 26-year-old mal e patient, high-performance athlete, undergoes 4) Beca use of this pathology's inherited nature, screening must be
so me tests beca use of a brother's sudden death. Complementary performed on all direct fam ily members.
tests reveal an obstructive hypertrophic cardiomyopathy. Mark
the false option concerning this pathology: Correct answer: 2
Cardiología_

Cardiomiopatía restrictiva

Es recomendable centrarse
23.1. Clínica
en las diferencias con la
pericarditis constrictiva y en
las causas secundarías de Es sim ilar a la de la pericarditis constri ctiva, con disnea de esfuerzo, fati-
cardiopatía restrictiva. gabiliad y congestión venosa sistémica (hepatomegal ia, ascitis, etc.). La
obliteraci ón de la cavidad por trombos o por fibrosis progresiva (típico
en loca lización apical, sobre todo en la fibros is endomiocárd ica) puede
aumentar la resistencia al ll enado y hacer que los síntomas progresen. La
Mucho menos frecuente que la dilatada y la hipertrófica (en África t ropi- fibrilación auricular es muy frecuente, y hasta un tercio de los pacientes
ca l puede suponer hasta el 25% de los casos de insuficiencia cardíaca), la sufren episod ios embólicos.
cardiomiopatía restrictiva se caracteriza por la presencia de una fisiología
restrictiva en el llenado ventricular (con pequeños aumentos de volumen
se producen g randes aumentos de presión intraventricular por un incre- 23.2. Exploración física
mento en la rigidez de la pa red ventricular) en ausencia de dilatación
o engrosamiento parietal anóma los signifi cativos de los ventrículos. Por
tanto, se trata de una enfermedad que afecta de manera casi exc lu siva a Asimismo, la exploración física es simi lar a la que se aprec ia en la pericar-
la función diastólica del corazón, ya que sólo en algunas ocasiones existe ditis constrictiva, con elevación de la presión venosa, signo de Ku ssmaul,
un leve deterioro de la fracc ió n de eyección, que suele aparecer en eta- disminución en la intensidad de los ruid os, extratonos tercero o cuarto (no
pas tardías de la misma. obstante, la afectación auricular puede producir una disminución en su
función contráctil con ausencia de cuarto tono inclu so en ritmo sinusal),
En este trastorno, al igua l que en la pericarditis constrictiva (con la que es etc. En el pulso venoso yugular predomi na un seno y profundo y rápido,
necesario rea lizar diagnóstico diferencial, pues esta puede beneficiarse una onda a aumentada, de amplitud sim ilar a la v, y un seno x que también
del t ratamiento quirú rgico), la parte inicia l de la diástole no está compro- puede ser rápido adoptando una morfología en forma de "W': En la car-
metida, reduciéndose bruscamente la distensibilidad ventricu lar cuando diom iopatía restrictiva se palpa fác ilmente el impu lso apical aunque esté
llega al límite de su capacidad de relajación. Por el contra rio, en el tapona- dism inuido, cosa que no suele suceder en la pericarditis constrictiva.
miento ca rd íaco existe un compromiso de toda la diástole.

Se distinguen las siguientes etiologías:


Signo de Kussmaul (t PVY con la inspirac ión).
Fami liar/genét ica: am ilo idosis fam il iar (transtiretina, apol ipoproteí-
Pericarditis constrictiva.
na), mutaciones que afectan a los genes de proteínas sarcoméricas Infarto VD.
(troponina 1), desminopatías, pseudoxantoma elástico, hemocroma- Cardiomiopatía restri ctiva.
tosis, Ande rson-Fabry, algunas enferm edades de depósito de g lucó-
geno.
Ad quirid a: amiloidosis AL (prea lbúmina), esclerod ermi a, síndrome
carcinoide, daño postradiación, fibrosis endom iocárd ica (que puede 23.3. Pruebas complementarias
ser idiopática: enfermedad de Davies, hipereosinofilia de Loeffler, o
por fá rm acos: serotonina, ergotamínicos, metisergi da, agentes mer-
curiales, busulfán), ocasionalmente las antraciclinas, metástasis y lin- ECG
foma cardíaco.
Muestra hallazgos inespecíficos entre los que destacan la disminución de
La Tabla 71 recoge los principales diagnósticos diferenciales de la card io- voltaje, crecimiento auricu lar, trastorno de conducción, fibrilación auricu-
miopatía restrict iva . lar y anomalías inespecíficas en la repola rización.
Cardiología 1 23
Pericarditis Taponamiento Cardiomiopatía
Infarto VD
constrictiva cardíaco restrictiva

Clín ica

Signo de Kussmaul Sí Raro Ra ro Frecuente


i
Pulso venoso ¡ '\)yy
X
f'\f'Y X
t '\JY X y

Otros PULSO PARADÓJICO

Ecg
Bajo voltaje (a veces) Bajo voltaje Bajo voltaje Alt. ST:
1/ 3 FA ALTERNANCIA Alteración en la conducción Cara inferior (1 1, 111, aVF)
Precordiales derechas
(V3R, V4R)

Ecografía
Espesor pared ventricular Normal Normal Normal o leve i Normal

Espesor pericardio i Derrame Normal Normal

Calcificaciones 50% No No No

Variación respiración i i Normal Normal

Cateterismo

Pr. diastólicas igualadas Sí: dip-plateau o raíz cuadrada Sí, en las cuatro cavidades NO (PVI > PVD) A veces
Dip-plateau o raíz cuadrada

Otras BIOPSIA
ENDOMIOCÁRDICA

Tratamiento
PERICARDIECTOMfA PERICARDIOCENTESIS Tratamiento IC Expansión de volumen
+ tto. de la IC
Tabla 71 . Diagnósti co diferen cial de la ca rdio miopa tía restrictiva

Radiografía de tórax Es muy característica la gran dilatación b iauricu lar, que refleja la di-
ficultad pa ra el llenado del vent rícul o izqu ierdo, con pres iones en la
El tamaño de la silueta card ía ca suele esta r aumentado a expensas de las diástole elevadas q u e se tra ns miten a las aurículas produciendo su
aurículas, que casi invariablemente están dilatadas. d ilatación.

Es característica la ausencia de calci-


ficaciones pericárdicas que sugiera n
pericarditis constrictiva.

Ecocardiografía

Permite apreciar mediante estudio


Dopp le r el compromiso diastólico
ventricular, existiendo algunas téc-
nicas para diferenciarla de la cons-
tricción pericárdica. En ocasiones
existe un discreto engrosamiento,
habitualmente simétrico, de las
paredes de los ventrículos (Figura
169).
Figura 169. 1magen ecocardiográfi ca en pla no apica l de cua t ro cá m ara s (A) y en p la no subcost al (B)
La función sistólica (fracción de eyec- de un paciente afectado de amiloidosis cardíaca co n engrosamiento del mioca rdio con especial
ción ) es normal o casi normal. afectación del septo interventri cula r, que m uestra un aspecto brillante y m ot eado
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

Ventriculografía isotópica Formas específicas de cardiomiopatía


restrictiva
Puede aportar datos de disfunción diastólica con normalidad de la frac-
ción de eyección .
Enfermedad endomiocárdica eosinofnica (de Loeffler)
Cateterismo cardíaco
La eosinofi lia marcada (mayor a 1.500 eosinófi los/mm 3) persistente (sín-
Al igual que en la pericarditis constrictiva, la presión diastólica ventricular drome hipereosinofílico) puede producir la afectación de múltiples órga-
muestra una morfología en dip-plateau o "raíz cuadrada" con un descen- nos (pulmones, médula ósea, cerebro) y en especial del corazón, donde
so inicial prominente seguido de un ascenso brusco y mantenimiento aparece una endocarditis eosinofílica con fibrosis endom iocárdica de
en meseta. El gasto cardíaco disminuido y las presiones de llenado en Loeffier que marca el pronóstico de la enfermedad. La mayoría de casos
ambos ventrículos están elevadas, siendo característico que la presión de aparecen en países templados y su causa es desconocida .
llenado izquierda supere en al menos 5 mmHg la derecha (hecho infre-
cuente en la constricción, en la que son similares), acentuándose con la Además de la clínica derivada de la congestión venosa y pulmona r secun-
sobreca rga de volumen, el ejercicio o la maniobra de Va lsa lva. daria al com promi so del llenado de los ventrículos, son muy frecuentes la
formación de t rombos murales, especialmente en el ápex, y los fenómenos
Otras pruebas embólicos. Es habitual la afectación de la reg ión posterobasa l del ventrículo
izquierdo con implicación del velo posterior e insuficiencia va lvular mitra l. El
La biopsia cardíaca (es diagnóstica en el caso de la ami loidosis o la he- tratamiento es el de la insuficiencia cardíaca diastólica y la anticoagulación,
mocromatosis), la tomografía computarizada y la cardiorresonancia a lo que se pueden añadir corticoides e hidroxiurea o interferón. En algunos
magnética son técnicas muy útiles en el diagnóstico diferencial con la casos con fibrosis establecida la cirugía puede obtener buenos resultados.
pericarditis constrictiva, al permitir el aná lisis detallado del pericardio (Fi-
gura 170). Fibrosis endomiocárdica o enfermedad de Davies

Se produce fibrosis del endocard io, principalmente de los tractos de sa lida


23.4. Tratamiento y formas de los ventrículos y del ápex del ventrícu lo derecho, pudiendo llegar a una
marcada obliteración de las cavidades y, frecuentemente, con afectación
específicas valvular asociada. Se manifiesta sobre todo en niños y ad ultos jóvenes que
viven en áreas tropicales y subtropicales de Áfri ca. Puede acompañarse de
El tratam iento es básicamente sintomático. La anticoagu lación está indi- eosinofilia intensa, pero no en todos los casos. A la cl ínica general de la
cada en caso de fibrilación auricular, o incluso sin el la, si existe dilatación card iomiopatía restrictiva suelen añadirse disfunciones valvu lares. Son fre-
auricular importante o si el paciente ha presentado algún episod io em- cuentes los trombos mu rales tanto en las au rícu las como en los ventrículos.
bólico, hecho frecuente en esta enfermedad, especialmente en algunas
de sus formas secundarias. El tratamiento médico de la insuficiencia cardíaca es poco satisfactorio,
y en casos ava nzados, la resección quirúrg ica del endocardio fibroso con
Los diuréticos pueden aliviar los síntomas congestivos. Los 13-blo-quean- sustitución de las válvulas afectadas es la opción a eleg ir.
tes y los ca lcioantagonistas pueden mejorar la función diastólica al d is-
minuir la frecuencia card íaca, aunque su efecto inotropo negativo puede Amiloidosis
empeorar la situación en algunos casos. Es fundament al detectar ca usas
secunda rias potencialmente tratables, ta les como hemocromatosis o en- Es poco habitual que la ami lo idosis secundari a (amilo idosis sistémica [AA])
fermedad de Fabry. afecte al m ioca rd io, mientras que la cardiomiopatía es la causa más frecuen-
te de muerte en la am iloidosis primaria.

En esta (amiloidosis sistémica [AL]),


el corazón está afectado hasta en el
90% de los casos. Se puede producir
por cua lquier enfermedad hematoló-
gica en la que haya expansión clonal
de células B, ya que la proteína que se
deposita se corresponde con la cadena
ligera de las inmunoglobul inas, pero
hasta en un 80% de los casos aparece
en gammapatía s relativamente "benig-
nas': Es habitual la afectación de otros
órganos aparte del corazón (la enfer-
medad cardíaca aislada se produce tan
sólo en el So/o de los casos). La amiloi-
Figura 170. Imagen de cardiorresonancia magnética de una cardio miopatía restrictiva por amiloidosis
pri ma ri a, con engrosamiento de las pa redes vent ri culares (izquierda) y con rea lce ta rdío con gadolinio dosis puede producir cardiomiopatía
d ifuso subendocárdico co mpatibl e con enfermedad de depósito (derecha). Tomada de G• Fernández, G• restrictiva (lo más frecuente), cardio-
Robles, Zamorano López: Manual de imagen cardíaca. CTO Editori al, 20 1O miopatía dilatada en fases avanzadas,

23 · Cardiomiopatía restrictiva
Cardiología 1 23
en algunos casos hipertrofia ventricular (infrecuente en otras etiologías de Debido a su posible afectación multisistémica, la evaluación de un pa-
cardiomiopatía restrictiva), arritmias auriculares o ventriculares, trastornos ciente con enfermedad de Fabry requiere la participación coordinada de
de la conducción o hipotensión ortostática. La muerte súbita no es excep- un equipo multidisciplinar.
cional. La alteración muestra preferencia, al menos inicialmente, por las ca-
vidades derechas. El derrame pericárd ico es muy frecuente. Los pacientes generalmente se dividen en dos grupos principales, to-
mando como base la ausencia o la presencia de actividad residual de
Los depósitos focales de amiloide que aparecen habitualmente en el corazón la enzima. Se ha descrito una va ri ante clásica, una variante cardíaca, una
de los ancianos (amiloidosis senil) carecen de importancia clínica. Un dato variante rena l y formas atípicas.
ecocardiográfico característico es el miocardio con aspecto "moteado" bri-
llante con engrosamiento del septo interventricular. El tratamiento de la dis- En la variante clásica hay participación mu ltisistémica, de comienzo en la
crasia de células plasmáticas puede resultar eficaz en pacientes en fases ini- infancia, y afectación orgá nica grave en la tercera o cuarta década de la
ciales de la enfermedad, aunque el pronóstico globalmente es muy sombrío. vida. La cardiopatía, la enfermedad vascu lar cerebral, y principalmente la
afección renal, condicionan el pronóstico.
Fibroelastosis endocárdica
Es importante destacar que, de acuerdo al grupo de edad, la expresión fe-
Es una enfermedad propia del feto y el lactante, de etiología desconocida notípica de la enfermedad de Fabry es heterogénea e inespecífica, man i-
aunque parece relacionada con ciertos virus como la parotiditis y fenó- festándose algunos signos y síntomas en etapas tardías. Es fundamental
menos autoinmunitarios, y que cursa con depósito de elastina y coláge- hacer un diagnóstico temprano de la enfermedad debido a que el daño
no en el endocardio, desarrollando un cuadro de restricción inicia l que a los sistemas orgánicos es progresi vo.
evoluciona rápidamente a dilatación y con muy mal pronóstico.
Existen formas incompletas, con deficiencia enzimática parcial, de co-
Hemocromatosis m ienzo tardío, con afectación cardíaca y renal, y ausencia de otras mani-
festaciones clín icas clásicas.
Esta alteración hay que sospecha rla en pacient es con signos de insufi-
ciencia cardíaca asociados a alteraciones de la func ión hepática, d iabe- La variante clásica de la enfermedad de Fabry se presenta en los hom i-
tes y aumento de la pigmentación de la piel. También se puede producir cigotos (varones) y algunos heterocigotos (mujeres) . Produce afectación
daño cardíaco en las formas secundarias no genéticas por aumento del multisistémica y tiene como consecuencia la reducción de la esperanza
aporte de hierro (por ejemplo, por transfusiones mú ltiples). El cuadro clí- de vida. La edad de presentación de los diferentes signos y síntomas suele
nico suele ser mixto de disfunción sistólica y d iastólica (solapando datos ser más temprana en el sexo masculino (homocigotos) que en el femenino
de cardiomiopatía restrictiva, hipertrófica y dilatada) con frecuentes arrit- (heterocigotos). Las manifestaciones clínicas que se presentan durante la
mias asociadas. El depósito de hierro tiene predilección por el subepicar- infancia en la va riante clásica son dolor neuropático en manos y pies, dolor
dio. Pueden ser útiles las sangrías repetidas y la deferoxamina. abdominal asociado a diarrea, náuseas, malabsorción intestinal, sensación
de plenitud, hipohidrosis o anhidrosis que se re laciona con la intolerancia
Dentro de las formas específicas de cardiomiopatía restrictiva cabe des- al frío, al ca lor y al ejercicio, hipoacusia neu rosensorial y córnea verticilada.
tacar, por su re levancia, la enfermedad de Fabry, a la q ue se dedica el
siguiente apa rtado. La hipohid rosis o anh id rosis se atribuye a un daño en los nervios perifé-
ricos o al depósito intracitoplasmático de lípidos en los vasos capilares
que rodean a las g lándulas sudoríparas. Otros datos clínicos tempranos
23.5. Enfermedad de Fabry de inicio en la niñez son la fiebre de origen desconocido, las alteraciones
osteoarticulares y la proteinuria .

Definición En la adolescencia, además de continuar con los datos clínicos precoces,


se suele observar lesiones cutáneas características (angioqueratomas)
La enfermedad de Fabry es un trastorno de herencia recesiva ligada localizadas habitualmente en región periumbilical, genital y en la parte
al cromosoma X del metabolismo de los glucoesfingol ípidos. Es resul- proximal de las extrem idades inferiores.
tado de mutaciones en el gen que codifica para la enzima lisosomal
a -galactosidasa, situado en el cromosoma X (Xq22.1 ), que genera una En muchos casos, los datos clín icos precoces de la variante clásica de la
actividad deficiente o ausente de dicha enzima con la acumulación de enfermedad pasan desapercibidos hasta la edad adulta, situación que re-
globotriaosilceramida (GL-3) en células del endotelio vascu lar, con afee- trasa el diagnóstico y tienen una estrecha relación con el pronóstico.
tación progresiva principalmente del riñón, corazón, sistema nervioso
central, de los ojos y de la piel, lo que trae como consecuencia una dismi- Entre el 20-40% de los pacientes con enfermedad de Fabry tienen pre-
nución en la expectativa y calidad de vida del paciente. viamente un d iagnóstico erróneo, entre los que se incluyen artritis reu-
matoide, fiebre reu mática, artropatía crón ica inflamatoria, eritromelalgia,
Clínica síndrome de Raynaud, dermatom iositis, dolo res de crecim iento, insufi-
ciencia re nal crón ica de origen no determ inado, vasculitis sistémica y lu-
EI depósito prog resivo de GL-3 engruesa las células endotelia les vascu- pus eritematoso sistémico.
lares, ocasionando una disminución intra luminal que favorece eventos
trombóticos en órganos diana. Entre la tercera y cuarta década de la vida, Se sugiere investigar enfermedad de Fabry en niños cuando presentan do-
se pueden observar manifestaciones renales, cardiovasculares y en el sis- lor agudo o crónico en las extremidades que no responde a la analgesia
tema nervioso central. habitual, fiebre de origen desconocido, intolerancia al calor, al frío o al ejer-
Manual CTO de M ed icina y Ci rugía , 2.a edic ión

cicio, trastornos intestinales crónicos de origen incierto, angioqueratomas Las manifestaciones oftalmológicas que se presentan en la variante clásica
difusos, hipohidrosis o anh idrosis, proteinuria y opacidades cornea les. de la enfermedad de Fabry son: córnea verticilada, tortuosidad vascular
conjuntiva ! y retin iana, catarata subcapsular y fenómenos oclusivos reti-
Los datos clínicos neurológicos durante la etapa temprana de la enferm e- nianos. Las opacidades cornea les comienzan con un patrón difuso y pro-
dad incluyen dolor neuropático punzante, sensación de ardor bilateral en gresan hasta adquirir un patrón "radiado': Se encuentran de forma casi
las manos y/o los pies, de intensidad moderada hasta crisis g raves, que un iversal en los homocigotos, con la forma clásica de la enfermedad, y
no responde a analgésicos comunes. Habitualmente, el resto del examen en una alta proporción de las mujeres heterocigotos. Dichas lesiones no
neurológico es normal; alteraciones del sistema nervioso autónomo: gas- afectan a la visión y se deben investigar mediante microscopia con lám-
trointestinal (d iarrea y dolor abdominal cólico recurrente, náuseas, sen- para de hend idura.
sación de plenitud, vóm itos, estreñim iento), hipohidrosis o anh idrosis,
hipertermia, intolerancia al frío, al calor y al ejercicio, y cefa lea. Las manifestaciones gastrointestinales son resultado del depósito de glu-
coesfingolípidos en los vasos sanguíneos mesentéricos y ganglios autó-
El dolor neuropático es un ha llazgo clínico de gran relevancia en el pa- nomos. Se ha descrito diarrea, distensión abdominal, dolor abdominal
ciente con enfermedad de Fabry y constituye una importante causa de posprandia l, saciedad temprana, pérd ida de peso y en menor proporción,
discapacidad, absentismo laboral en población adulta y de hospitaliza- estreñimiento, náuseas y vómitos.
ción en la edad pediátrica. Es típico que el dolor, de gran intensidad, apa-
rezca de forma paroxística en las extremidades inferiores para después Dentro de las principales manifestaciones otorrinolaringológicas presen-
generalizarse, denominándose "crisis de Fabry; la cual se acompaña de tes, se incluyen hipoacusia progresiva o súbita (especialmente en fre-
fiebre y aumento de la velocidad de sedimentació n g lobu lar. cuencias agudas), acúfenos, mareos y vértigo.

Las manifestaciones neurológicas tardías incluyen déficit de la vasorreactivi- Otras manifestaciones menos comunes en estos pacientes incluyen bron-
dad cerebral, síncope, hipotensión ortostática, enfermedad vascular cerebral qu iti s crón ica, estridor, disnea por obstrucción alveolocapilar, anemia
(isquemia tran sitoria o infarto), infartos !acunares o de la sustancia blanca. regenerativa y alteracio nes musculoesqueléticas ocasionadas por el de-
pósito de GL-3 a nivel de las articulaciones interfa lángicas, causando li-
La primera manifestación de afección renal en los pacientes con enferm e- mitación de la extensión, pequeñas lesiones isquémicas mú ltiples que
dad de Fabry incluye microalbuminu ri a persistente. Posteriormente, se originan infarto de la cabeza del fémur, metacarpianos, metatarsianos y
observa red ucción de la fi ltración glomeru lar, proteinuria franca e in sufi- articulación temporomandibular.
ciencia re nal crónica.
Diagnóstico
Un grupo de pacientes no muestran síntomas ca rdin ales de la enfermedad
(angioqueratomas, opacidades cornea les, acroparestesias), sin embargo, En varones homocigotos el dato defi nitivo para el diagnóstico de la en-
presentan cardiomegalia o cardiom iopatía, denom inándose en ese caso fermedad es la ausencia o deficiencia de la actividad de la enzima en
variante cardíaca. Estos pacientes tienen actividad residual de la enzima plasma, leucocitos, lágrimas, y tejidos, obtenidos por biopsia o en cultivo
(1-5% del valor normal) y muestran hipertrofia ventricula r izquierda y tras- de fibroblastos.
tornos de la conducción entre la qu inta y la sexta década de la vida.
En caso de actividad enzimática normal o de no encontrarse mutación,
Las manifestaciones cardíacas incluyen hipertrofia de ventrículo izquierdo, deben valorarse los niveles de GL-3 en plasma y orina .
enfermedad valvu lar (especialmente insuficiencia mitral), dilatación de aor-
ta ascendente, enfermedad coronaria y anomalías en la conducción, que El d iagnóstico de enfermedad de Fabry en las mujeres es complejo. Si el
pueden producir insuficiencia cardíaca congestiva, arritmias e infarto de cuadro clínico es sugestivo, se debe demostrar el acúmulo del sustrato en
miocard io. Aquéllas presentes de forma temprana, antes de los 35 años, los tejidos (plasma, orina, tej ido renal, tejido cardíaco). El análisis mutacio-
incluyen trastornos de la conducción, bradicardia, intervalo PR corto y blo- nal es la manera definitiva de identificar a las mujeres portadoras. Se re-
queos. Aquéllas que aparecen de forma tardía, después de los 35 años, in- com ienda la eva luación oftalmológica, el análisis enzimático y el estudio
cluyen angina de pecho, disnea, palpitaciones, mareos, síncope, edema de genético de la mutación para potenciales portadoras.
miembros inferiores, hipertrofia ventricular izquierda, disfunción diastólica
del ventrículo izquierdo, arritmias, trastornos de conducción, alteraciones de En la mujer es esencial identificar el gen que se ha alterado debido a
la repolarización, insuficiencia valvular, dilatación de la raíz aórtica y disauto- que los niveles de actividad enzimática pueden permanecer en rangos
nomías. En la evaluación card iovascu lar de un paciente con enfermedad de de normalidad. En aquellos casos en los que el análisis de ADN no sea
Fabry se sugiere rea lizar examen clín ico cardiovascular, toma de pulsos y de concluyente, el estudio de GL-3 en orina y la presencia de la córnea verti-
presión arterial (de pie y sentado), electrocardiograma de 12 derivaciones cilada pueden ser de utilidad.
en reposo, medición del índice de Sokolov y rad iografía de tórax.
Una vez confirmado el diagnóstico, es fundamental documentar la edad
Las manifestaciones dermatológicas presentes en la enfermedad de Fabry al diagnóstico, la edad de inicio de los signos y síntomas, la etnia de pro-
incluyen angioqueratoma corporal difuso, telangiectasias en mucosas y cedencia y el árbol genealógico.
piel, alteraciones de la sudoración (hipohidrosis y anhidrosis). Es recomen-
dable investigar durante la exploración física la presencia de ang ioquerato- En la eva luación in icial del paciente con enfermedad de Fabry, el médi-
mas. Dichas lesiones vasculares cutáneas se caracteriza n por una coloración co de primer contacto debe solicitar hemograma y bioquím ica sanguí-
rojo-morado, no desaparecen con la presión y se encuentran d istribu idas nea (g lucosa, urea, creatinina, ácido úrico, electrólitos séricos, examen
principalmente en la reg ió n g lútea, en las ingles, ombligo y parte superior genera l de orina, depuración de creatinina y albúmina en la orina de 24
de las piernas. Las lesiones son planas o ligeramente elevadas. horas).

23 · Cardiomiopatía restrictiva
Cardiología 1 23
La interpretación adecuada de un examen general de orina requiere dos En la evaluación oftalmológica se debe investigar la presencia de córnea
aspectos básicos, en primer lugar, un aná lisis inmediato de la muestra vertici lada, tortuosidad vascular conjuntiva! y retina!, así como búsqueda
(dentro de los primeros 30 minutos), que limite el sobrecrecim iento bac- de catarata subcapsular mediante el examen de refracción, biomicrosco-
teriano y, en segundo lugar, evitar la refrigeración de las muestras, que pia, tonometría y eva luación de fondo de ojo.
puede inducir precipitación de crista les.
Ante la evidencia de trastornos de aud ición, se recomienda realizar un
Los hal lazgos presentes en el examen de orina se caracterizan por protei- examen otorrinolaringo lógico completo y un rastreo auditivo con emi-
nu ria, hematu ria y lipidu ria. A través de m icroscopio de luz polarizada se siones otoacústicas. Si éstas estuviesen ausent es, se debería considerar
observan glóbu los lipídicos birrefringentes con un aspecto característico el examen audiológico, audiometría tonal, logoaud iometría, acufenome-
de "cruz de Ma lta': Los estud ios de biopsia rena l muestran una acumu la- t ría, timpanometría, impedanciom etría, potenciales evocados auditivos y
ción difusa de lípidos en células g lomerulares, vasculares e intersticiales y electronistagmografía.
un compromiso tubular en asas de Henle y tú bulos contorneados distales.
Aspectos genéticos
En la evaluación neurológica se recomienda rea lizar estud ios electrofisio-
lógicos, un estudio cuantitativo sensorial, uno de respuesta simpática de Como ya se ha comentado con anterioridad, la enfermedad de Fabry es
la piel y biopsia de piel con cuantificación de termina les libres. hereditaria, ligada al cromosoma X, y se produce por la deficiencia de la
enzima lisosomal a-galactosidasa ácida (a-Gal-A), que afecta de forma
El médico experto debe evaluar de fo rma individua lizada la solicitud de predominante a los varones. Tiene alta penetra ncia y expresión fenotípica
los sig uientes estu dios de imagen: resonancia magnética convencional variable. El gen de la a-Ga l-A se encuentra localizado en el brazo largo
(secuencias T1-T2), ang iorresona ncia intracranea l y en casos pa rticulares, del cromosoma X (locus Xq22. 1). El gen codifica un pol ipéptido de 429
SPECT y PET Otros estudios de utilidad son la ecografía Doppler transcra- aminoácidos, incluyendo un péptido-seña l de 31 aminoácidos, tiene 12
nea l y la resonanc ia magnética con espectroscopia, así como un mapa de kilobases de largo y contiene 7 exones.
coeficiente de d ifusión.
Los padres afectados por la enfermedad no transmi t irán el gen defectuo-
Dado que la afección rena l en los pacient es con enfermedad de Fabry so a ninguno de sus hijos (no se presenta transmisión varón-varón) pero
es un factor que limita la sobrevida, se recomienda eva luar la tasa de sí a todas sus hijas.
filtración glomerular. En la edad pediátrica puede emplearse la fórmula
de Schwartz. Para valorar la función renal se debe realizar la búsqueda Algunos hombres con hallazgos clínicos de enfermedad de Fabry presen-
intencionada de microalbuminu ria persistente, proteinuria, disminución tan actividad enzimática residual (3-1 0%), por lo que tienen una expre-
del filtrado glomerular e insuficiencia renal crónica. Se sugiere solicita r sión moderada de la enfermedad. El diagnóstico es tardío, relacionado
ultrasonido rena l para evaluar los ca m bios morfológicos previos al inicio con manifestaciones clínicas de una card iom iopatía de etiología no co-
de terapia de sust itución enzimática (TRE). Se debe realizar biopsia renal nocida (variante card íaca).
a los pacientes q ue presenten m icroalbum inu ria y/o proteinuria antes de
iniciar el tratamiento. Sin emba rgo, es importa nte destacar que algunos Las mujeres portadoras que algunas veces presentan manifestaciones
de ellos presen tan alteraciones histológicas inc luso antes de observarse clín icas de la enfermedad, tienen una posibilidad del 50% de transmitir
manifestaciones clínicas o bioquím icas. La interpretación de la biopsia el gen defectuoso a sus hijos o hijas. Estas m ujeres pueden mostrar ma-
renal requiere de microscopia ópt ica, electrónica e in munofluorescencia. nifestaciones clínicas de la enfermedad de Fabry, que es posible explicar
por el fenómeno de !ionización, que supone la inactivación al azar de uno
En el paciente con angina, disnea, alteraciones de la repolarización, dis- de los cromosomas X que ocurre en todas las mujeres. Si el gen afectado
función ventricular por ecocard iografía, síncope o arritmias malignas, se se encuentra en el cromosoma X activo, entonces la mujer podrá presen-
sugiere realizar estudio de perfusión miocárd ica con radioisótopos de tar manifestaciones clínicas de la enfermedad.
reposo y esfuerzo. En el caso en que el estudio de perfusión miocárdica
resulte anormal, es de util idad solicitar tomografía coronaria de mú ltiples En hombres, el diagnóstico clínico se confirma por la deficiencia de la
cortes o coronariografía. enzima a-Gal-A. La gran mayoría tiene actividad enzimática nula o muy
d ism inuida (1-2% del promedio de los valores en individuos sanos) y pre-
Es recomendable realizar ecocardiografía en modo M y B (para medir el espe- sentan el fenotipo clásico de la enfermedad, con afección sistémica.
sor de la pared posterior y del septum interventricula r), índice de masa ventri-
cular izquierda y med ición de diámetros cavitarios. Se recom ienda la técnica Es necesario rea lizar el árbol genealógico en cada paciente que presenta
de Doppler pulsado y continuo (con el fin de eva lua r el patrón de llenado enfermedad de Fabry. Se debe investigar los famil iares susceptibles de
ventricular izquierdo, las insuficiencias valvulares y la fracción de eyección). padecer la enfermedad, ofreciéndoles la realización de un estudio clínico,
bioquím ico y molecular, así como la posibi lidad de efectuarse un diag-
En los casos que presenten palpitaciones, arritmias, trastornos de la conduc- nóstico prenatal si proced iese.
ción, mareos o síncope, es aconsejable real izar electrocardiograma ambula-
torio con Holter de 24 horas y calcular la variabilidad de la frecuencia cardíaca Las mutaciones causantes de este trastorno en su mayoría son exclusivas
como expresión de disautonomía. En los casos de preexcitación, taquicar- para cada familia. Se documentan mutaciones de novo, por lo que el no
dias paroxísticas, aleteo auricular, fibrilación auricular y arritmias ventriculares tener historia familiar no descarta el diagnóstico de Fabry.
malignas, se sugiere la realización de un estudio electrofisiológico.
La correlación genotipo: fenotipo es limitada y no es posible predecir la
La biopsia de piel requiere el análisis por microscopia de luz y la técnica gravedad o progresión de la entidad o el tipo de ó rganos involucrados, a
de inm unocitoq uímica. partir de las mut aciones. De las mutaciones documentada s en la litera tu-
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a ed ici ó n

ra, las loca lizadas en regiones codifica ntes son las más frecuentes (entre debe real izar estudio enzimático o aná lisis del ADN en las vellosidades
ellas las de sentido equ ivocado y las que genera n un codón de pa ro pre- corión icas (entre la novena y décima semana de gestación), o en cu ltivo
maturo). Siguen en frecuencia, los re-arreg los del gen y las de procesa- de amniocitos. Si la mutación familiar se conoce, es factible también rea-
miento del mensajero. liza r el diagnóstico preimplantació n. No existen pruebas de laboratorio
pa ra realiza r el diagnóstico prenatal de enfermedad de Fabry en mujeres.
El diagnóstico prenata l de la enfermedad de Fabry req uiere como primer Si se conoce la mutación familia r, es posible identificar a los fetos femeni-
paso determinar el sexo del feto. Los varones homocigotos pueden ser nos heterocigotos antes del nacimiento.
identificados antes de nacer, rea lizando ensayos pa ra establecer un feno-
tipo XY y mediante la determinación de la actividad de la enzima. En los A modo de resumen, las Figuras 171, 172 y 173 muestran varios algorit-
fetos mascu linos en ri esgo, con mutación ya identificada en la familia, se mos con diversos escena ri os de diagnóstico genético de esta enfermedad.

PACIENTE MASCULINO
CON SOSPECHA
DE ENFERMEDAD DE FABRY

Actividad enzimática
¿Actividad
disminuida Realizar análisis genético
enzimática normal?
para detectar la mutación
particular

DIAGNÓSTICO
CONFIRMADO

No Mutación
Análi sis de la secuencia +
del gen a-ga lactosidasa A Actividad
e identificación enzimática
de mutación disminuida 1.
Negat1va
+
No es portadora
Mutación Mutación
de la mutación
identificada no identificada
familiar

Realizar análisis Realizar análisis


genético para identificar genético para identificar
mutación particular mutación causal

Figura 171 . Escenarios de diagnóstico genético de la enferm edad de Fabry (1)

MUJER CON HISTORIA FAMILIAR POSITIVA


PARA ENFERMEDAD DE FABRY (MUTACIÓN NO IDENTIFICADA)

Realizar análisis genético


y búsqueda intencionada de daño ¿Familiar masculino
Sí-
a órgano blanco afectado disponible?

No
(familiares afectados no están vivos o no hay información)

1. Realizar examen ocular con lámpara de hendidura


2. Cuantificar análisis enzimático

Actividad enzimática normal Actividad enzimática normal Actividad enzimática normal


Exa men ocular positivo Examen ocular negativo

Probable portador
(realizar análisis genético)

Figura 172. Escenarios de diagnóstico genético de la enfermed ad de Fabry (11)

23 · Cardiomiopa tía restrictiva


Cardiología 1 23
MUJER SINTOMÁTICA SIN HISTORIA FAMILIAR DE ENFERMEDAD DE FABRY
(MUTACIÓN NO IDENTIFICADA)

Realizar examen ocular


con lámpara de hend idura

PORTADORA Di sminuida- Act ividad enzimática


(realizar análisis genético)

Actividad enzimát ica normal


Actividad enzimática normal
Examen ocular negativo
con examen ocu lar positivo
Examen físico negativo

Probable portador No hay datos para enferm edad de Fabry


(real izar aná lisis genético) (no se justifican otros estudios)

Figu ra 173. Escenarios de diagnóstico genético de la enfermedad de Fabry (111)

Tratamiento farmacológico Un ensayo clínico multicéntric o, aleatorio, placebo controlado, fase 111,
con seguimient o a 20 semanas, confirmó la seguridad y eficacia de
La administración de terapia de reemplazo enzimática (TRE) en pacientes agalsidasa beta, en dosis de 1 mg/kg, administrad a cada 2 semanas a
sintomáticos con enfermedad de Fabry, para prevenir el daño a largo pla- 58 pac ientes con enfermedad de Fabry. Al final del estudio la eli mina-
zo y los síntomas, produce efectos beneficiosos sobre el dolor, la función ción del depós ito de GL-3 en cél ul as endoteliales capilares del riñón,
ca rdiovascular y en la función neurosensit iva. La función rena l, evaluada corazón y piel fue significativa mente mayor en el grupo de pacientes
mediante la tasa de filtración glomerular, se estabil iza tras la adm inistra- que recibió el fármaco, 69% (20/29), frente al grupo q ue rec ibió place-
ción de la TRE durante un periodo de 6 meses. Existe evidencia de que la bo (0/29) (p < 0,001).
administración de TRE reduce el depósito de GL-3 en miocitos cardíacos.
Un ensayo clínico abierto, multicéntric o, fase 11, evaluó la eficacia, segu-
Se recomienda iniciar la administrac ión de TRE en portadores con ma- rid ad y farmacocinética de la administrac ión de agalsidasa alfa (0,2 mg/
nifestaciones clín icas sustanciales y en todos los va rones afectados, tan kg) en 22 pacientes con enfermedad de Fabry y fa llo renal (9 pacientes
pronto como sea posible, para prevenir el daño irreversible en órganos en diá lisis y 13 pacientes con historia de trasplante renal). Durante un se-
mayores. guimiento promedio de 12 meses, se observó una reducción significativa
de GL-3 a las 27 semanas de tratamiento (basa l 4,76 ± 0,47 nmol/ ml, con
El efecto de la administración de la TRE depende de la fase de la enfer- reducción a 2,73 ± 0,32 nmol/ml, p < 0,001 ). La reducción global fue del
medad en la que se encuentra el paciente, por lo que es aconsejable su 43%. No se observó una mejoría estadísticamente sign ificativa en la tasa
administración en aquéllos con fibrosis miocá rdica localizada de forma de filtración glomerular.
temprana, debido a que reduce la hipertrofia y mejora la función del ven-
trículo izquierdo. Se recomienda pautar una dosis de 0,2 mg/ kg de peso de agalsidasa alfa
cada 2 semanas. Las dosis iniciales se pueden administrar en un lapso
No existe suficiente evidencia en los estud ios de eva luación económica promedio de hasta 4 horas, siendo posible reducir este tiempo hasta un
sobre el coste-utilidad de la administrac ión de TRE en pacientes con esta mínimo de 40 minutos.
enfermedad; se asume que la terapia restaura el estado de sal ud y favore-
ce una esperanza de vida no rmal. La admin istración de aga lsidasa alfa en pacientes con enfermedad de
Fabry y fallo renal se tolera bien y t iene un perfi l de seguridad simi lar al
La administración de agalsidasa beta en pacientes con enfermedad de Fa- observado en pacientes con la enfermedad y sin afectación rena l. Existe
bry ha mostrado eficacia para reduc ir la acumulación de GL-3 en las células evidencia consistente de que la administrac ión de agalsidasa alfa reduce
endoteliales de capilares dérmicos superficiales, así como del nivel plasmá- el nivel plasmático y urinario de GL-3 dentro de los 3-6 meses de iniciada
tico de GL-3 (n ivel basal promedio de 15,9 ¡..tg/ml y reducción a la cuarta la TRE.
semana de 6,3 ¡..tg/ml (p = 0,001) [valor normal de GL-3 < 7,03 ¡..tg/ml]).
Los principales eventos adversos asociados con la TRE incluyen re-
La dosis recomendada de agalsidasa beta es de 1 mg/kg de peso cada 2 acciones asociadas con la infusión. Destacan por su frecuencia algunos
semanas. La dosis de adm inistración es de 1 mg/ kg de peso (en un vo- com o fiebre, ná useas, cefa lea, vómitos, congestión nasal, rin itis, dolor en
lumen de 500 m i, ca da 2 sema nas, con una velocidad de infusión de 15 tórax, prurito, temblor, disnea, somnolencia y acroparestesia .
mg/ hora, en un t iempo m ínimo de infusión de 2 horas). Se recomienda
la adm inistración de premedicación con ant ihistamín icos, analgésicos y Las reaccio nes post infusión de aga lsidasa beta genera lmente son leves
esteroides. La premedicac ión puede inclu ir paracetamol1 g por vía ora l, 1 y to lerables (fiebre, náuseas, cefalea, escalofríos y congestión nasal). Se
hora antes de la infusión. En caso de que el paciente experimente fiebre o observan entre la qu inta y séptima infusión, coincidiend o con la serocon-
escalofríos, puede emplea rse ibuprofeno 400 mg por vía oral. versió n.
Manual CTO de Medicina y Cirugía , 2.a edición

En relación al manejo de las reacc iones de hipersensibilidad leves (sen- segu imiento. Es im po rta nte destaca r que la prese ncia de ant icuerpos
sación de ca lor, lagri meo, congestión nasa l, urticaria menor o loca lizada, no afecta la eficacia de agals idasa beta a la rgo plazo, al demostrarse la
hormigueo periféri co y prurito), se debe: 1) disminuir la velocidad de la disminución pers isten te de GL-3 en plas ma, y la eliminación sostenida
infusión a la mitad, 2) adm inistrar dife nhidra mina, 50 mg por vía ora l o in- de GL-3 en capilares cutáneos y la preservación sostenida de la función
yectable en 5-1O minutos, ca da 12 horas, 3) si los síntomas desaparecen, re nal.
será necesa rio volver a la vel ocidad previa de forma esca lonada (15-30
minutos), y 4) si la gravedad de los síntomas aumenta, se detendrá la in- La adm inistración de TRE d urante 12 meses, en 9 pacientes con enfer-
fusió n. medad de Fabry y cardiomiopatía, demostró una dismi nución en el en-
grosam iento de la pared posterior del ventrículo izquierdo y del septo in-
Ante la presencia de reacciones moderadas (d isnea leve, urtica ria genera- terventricu lar (p < 0,001 ), así como reducció n de la rig idez del ventrículo
lizada, ná useas, vómitos, taquica rdia, prurito genera lizado, tos, sibilancias izqu ierdo con mejoría signifi cativa de la func ión d iastólica .
leves, enrojecimiento y ang iodema), se debe: 1) detener la infusión, 2)
adm inistrar dife nhidra mi na 50 mg, por vía oral o inyectable, 3) si hay sín- La frecuencia de reacciones postinfu sión de aga lsidasa alfa fu e del 29%,
tomas resp iratorios, se ad ministrará sa lbuta mol inha lado, y si persisten, encontrándose dentro de las principa les manifestaciones algunas como
ad renalina 1:1.000; 0,30 a 0,50 mi subcutánea (contraind icado en card ió- congesti ón nasal, náuseas, fi ebre, cefalea y esca lofríos. La evidencia es
patas), 4) hid roco rtisona, 100 mg inyect ab le, y S) se det end rá la infu sión si consiste nte con respecto a que la admini strac ión de TRE es segura y efec-
los síntomas aumentan en gravedad o persist en. t iva para red ucir el nive l plasmático y urinari o de GL-3, mantener esta ble
la función renal, y eliminar el depósito de GL-3 en el endoteli o vascular
Ante reacciones graves (disnea, obstru cción de vía aérea, arritm ias, hi- rena l. Otros estudios han documentado red ucción del dolor neuropático
potensión y choqu e), se debe: 1) detener inmediatamente la infusión, 2) y de las alteraciones de la sudoración .
ad mi nistra r adrena lina 1:1.000; 0,30 a 0,50 mi subcutá nea, en extrem idad
superior, 3) difenhidramina, 50 mg por vía intravenosa, cada 8 horas, 4) Las variables asociadas con prog resión renal, pese a la adm inistración de
hidrocortisona, 100 mg intravenosa; S) si existen síntomas respiratori os, agalsidasa beta, son edad superior 40 años, prot ein uria basa l mayor de
se debe emplear sa lbutamol (in halatorio/nebu lización), 6) administrar 2 gramos en 24 horas y esclerosis glomerular superior al 50% pretrata-
oxígeno suplementario, 7) lleva r a cabo un control estricto de líquidos y miento.
8) rea liza r rea nimación ca rdi opul mona r.
La disfu nción renal previa al inicio del tra tam iento en el paci ente con
Se ha documentado el desarrol lo de ant icuerpos isotipo lgG en un 53 a enferm edad de Fabry increm enta la proba bilid ad de progresión renal y
88% en los pacient es a los que se administra aga lsidasa beta, y en el 21% es un pred ictor de fallo re nal. En pacientes que no ti enen evidencia de
de los que recibe n aga lsidasa alfa. glomeruloescleros is extensa media nte biopsia renal y proteinu ria grave,
se reco mienda la administra ción de aga lsidasa beta ante un incremento
Con respecto a la segu ri dad a largo plazo de la adm inistración de agal- en la posibilidad de alcanza r la estabil ización efectiva de la función renal.
sidasa beta, en dos is de 1 mg/kg cada 2 sema nas, en 58 pac ient es, se
registró la presencia de anticuerpos lgG contra agalsidasa beta en el Habitualmente aún no es fact ib le recomendar la aplicación general en
89,7% (52/58). El tiempo promedio de seroconversión se presentó a las dom ici lio de la TRE. Las limitaciones observadas se re lacionan con la
6 semanas. difi cultad de tene r un acceso venoso, d isposición de consum ibles, el
ma nejo de reacc iones adversas y la admin istración de premedicación .
En pacientes en los que se docum enta se roco nve rsión, se ha observa do Sin emba rgo, es necesario y fact ibl e esta nda riza r su admini stración am-
una red ucción de 4 veces en el título de anticuerpos a los 30 meses de bulatoria.

En el pulso venoso yugular las ondas negativas x e y suelen ser


Ideas clave J!iS prominentes, con una morfología en "W".

" En la cardiomiopatía restrictiva el intersticio miocárdico se ve " La enfermedad endomiocárdica eosinofílica de Loeffier (carac-
infiltrado por sustancias extrañ as como amiloide, colágeno o hie- terísti ca de países templados) y la fibros is endomiocá rdica o en-
rro. Por este motivo, el ventrículo es rígido y no distiende ade- fermedad de Davies (típica de África tropical) cursan con cardio-
cuadamente, produciendo insuficiencia card íaca diastólica. La miopatía restrictiva.
disfunción sistólica, cuando existe, suele ser poco importante.
" En la amiloidosis primaria (amiloidosis sistémica AL), el corazón se
" La clínica habitual y la exploración fís ica son similares a la de la afecta hasta en el 90% de los casos, producida por casi cua lqu ier
pericard itis constrictiva, y recuerdan a la de los pacientes cirróti- tra storno clona l de células B productoras de inmunog lobu linas.
cos (edemas, ascitis, hepatomegalia congestiva ... ) con un signo
de Kussmaul frecuentemente positivo. " En la enfermedad de Anderson-Fabry (angioqueratoma corporal
difuso) existe déficit en la enzima lisosomal a -ga lactosidasa-A. La
" En el ECG son habituales el bajo voltaje d e las ondas y la fibrila- acumulación intracelular de glucoesfingolípid os confiere un as-
ción auricular. pecto al miocardio que recuerda a la cardiomiopatía hipertrófica.

23 · Cardiomiopatía restric t iva


Cardiología 1 23
Varón de 62 años, no hipertenso, que ingresa por episodio de
Casos clínicos insuficiencia cardíaca congestiva. En el electrocardiograma se
objetiva bajo voltaje y en la radiografía de tórax, cardiomegalia
Paciente de 63 años que refiere disnea progresiva desde hace 6 inespecífica. Se realiza una ecocardiografía bidimensional que
meses. Tiene antecedentes de diabetes mellitus y cirrosis hepá- demuestra una función sistólica biventricular muy levemente de-
tica; en la exploración llama la atención una marcada hiperpig- primida. Las aurículas están dilatadas y los ventrículos, sin estar
mentación cutánea, presión venosa elevada, estertores húme- dilatados, muestran un engrosamiento asimétrico y leve. El diag-
dos pulmonares bilaterales y ritmo de galope. La placa de tórax nóstico etiológico se debe enfocar hacia una:
muestra incipientes signos de edema pulmonar y un tamaño de
la silueta cardíaca aparentemente normal. ¿Cuál de las siguientes 1) Cardiomiopatía congestiva o dilatada.
cardiopatías se debe sospechar? 2) Cardiomiopatía hipertrófica.
3) Cardiomiopatía restrictiva.
1) Card iomiopatía restrictiva secundaria a amiloidosis. 4) Miocarditis tóxica.
2) Cardiomiopatía restrictiva secundaria a hemocromatosis.
3) Cardiomiopatía hipertrófica familiar. RC: 3
4) Cardiomiopatía hipertensiva.

RC: 2
• Cardiología

Miocarditis

Exploración física
Es recomendable conocer
bien las etiologías bacterianas Suele ser casi norma l o mostrar algún signo poco específico, como ritmo
con sus características clínicas de ga lope, d ismi nución de intensidad de los ruidos o soplo de insuficien-
especiales y la cardiopatía
cia m it ral. En casos graves presentan más datos de insuficiencia ca rdíaca.
chagásica.
Pruebas complementarias

ECG. Pueden aparecer alteraciones inespecíficas de la repolarización


La miocarditis son procesos inflamatorios del miocardio que pueden es- o los signos de la pericard it is acompañante, así como trastornos del
tar producidos por: ritmo (extrasistolia) o de la conducción.
Agentes infecciosos: casi la mitad de los casos se producen por el Radiografía de tórax. Suele ser normal en fases iniciales, o mostrar
virus Coxsackie B (las proteínas de su cápside tienen semejanza con aumento de la silueta cardíaca y signos de congestión pu lmonar en
la actina), pero también muchos otros (adenovirus, ecovirus, arbovi- casos graves.
rus, gripe, etcétera). Ecocard iografía. Puede mostrar engrosamiento difuso de la pared
Reacciones de hipersensibilida d, como la fiebre reumática vent ricular secundario a edema intersticial y alteraciones de la con-
aguda. t racti lidad, habitua lmente d ifusas aunque en ocasiones segmenta-
Otros agentes, como los físicos (radiaciones) y quím icos (fármacos ri as. El volumen de las cavidades suele ser normal o só lo levemente
y tóxicos). aumentado, a d iferenc ia de la card iom iopatía di latada.
Cardiorresonancia mag nét ica. Parece ser más sensible y específica
Cuando no se detecta un agente etio lóg ico responsable se denom ina q ue la ecoca rd iografía para la detección de los fenó menos inflama-
miocarditis primaria, que se asume que responde a un cuadro de etiolo- torios y el edema intersticial.
gía vírica o inducido por la auto inmunidad posvírica. La miocard it is pue- Laboratorio. Puede haber un aumento de los ma rcadores de ne-
de ser fulminante, aguda, subaguda o persistente. crosis como las troponinas o la CPK-MB, especialmente cuando la
evolución es aún corta.
Biopsia endomiocá rdica. Se debe considerar el patrón de referen-
24.1. Miocarditis vírica cia para el diagnóstico, aunque no suele ser necesaria.

Pronóstico
Clínica
La miocard itis suele ser una enfermedad autolim itada, pero en los raros
El antecedente a veces se detecta en los días previos, como una infección casos en los que es fulm inante progresa rápidamente hacia la muerte
vírica inespecífica de las vías respirato ri as altas o del aparato digestivo. en menos de dos semanas, aunque si se supera la fase ag uda, el cora-
Suele asocia rse a pericard iti s vírica (m iopericard it is), y predomi na la clíni- zón puede norm alizarse comp letame nte. Especial m ente en casos suba-
ca de la pericard it is. gudos o persist entes p uede evo lucio nar hacia ca rd iom iopatía dilatada
cró nica.
No obstante, en algunos casos produce signos y síntomas de insufi-
ciencia cardíaca por disfunción ventricular secundaria a la infi ltración Tratamiento
inflamatoria del miocardio y al daño m icrovascu lar, así como arritm ias
que pueden provocar incluso muerte súbita, sobre todo en mujeres Se recomienda reposo re lativo y se emplea tratamiento para la insuficien-
embarazadas y en lactantes. Puede igualmente evolucionar hacia car- cia cardíaca (d iuréticos, lECA y ~-b l oqueantes) cuando sean necesarios.
diom iopatía dilatada. En casos subagudos o persistentes que no mejoren con el tratam iento
Cardiología 1 24
habitual de la insuficiencia cardíaca se pueden emplear inmunosupreso- an imal con la picadura o la mucosa conjuntiva! originan la infección
res (glucocorticoides, azatioprina o ciclosporina). aguda por el protozoo.
Pocos pacientes con enfermedad de Chagas muestran una afecta-
En los casos fulminantes no se recomiendan los inmunosupresores y sí el ción cardíaca aguda (el 10%) pero, cuando acontece, puede ser rá-
tratamiento intensivo de la insuficiencia ca rdíaca, incluyendo el balón de pidamente morta l, con un cuadro de miocarditis aguda fulm inante
contrapulsación y/o asistencias ventriculares. por migración del parásito al miocardio con intensa re spuesta infla-
matoria local.
Cardiomiopatía por VIH Genera lmente tras una latencia de 20 años, hasta el 30% de pacien-
tes presentan afectación clínica, derivada del daño sobre los gan-
Aparece con relativa asiduidad en los pacientes con VIH, siendo general- glios y los nervios del sistema vegeta ti vo (el megaesófago o mega-
mente asintomática. Afecta con más frecuencia al ventrículo izquierdo, colon son frecuentes) y, con frecuencia, afectación cardíaca. El daño
parece que en algunos casos por afectación directa del VIH. miocárd ico parece ser mixto, por el propio parásito y por fen ómenos
de autoinmun idad con autoanticuerpos contra el retículo sarcoplas-
En otras ocasiones son gérmenes oportunistas los que aprovechan la in- mático, el receptor betaad renérg ico y otras estru cturas de la célu la
munosupresión para provocar miocarditis. As imi smo, favorecen el daño ca rdíaca. La denervación parasimpática por afectación de los gan-
miocárdico los déficit nutriciona les, los tóxicos o la medicació n emplea- glios es la norma.
da. Los trastornos de l ritmo so n frecuentes. La denervación vegetati-
va hab itualmente produce bradica rdi a sinusa l e insuficiencia cro-
notropa, inclu so en presencia de insuficiencia cardíaca franca. Es
24.2. Miocarditis bacterianas frecuente la afectación de l sistema de conducción con hemiblo-
queo anterior y bloqueo de rama derecha, que son marcadores
y parasitarias de afectación cardíaca. Las arritmias son relativamente frecuentes,
tanto la fibrilac ión auricu lar como arritmia s ventricu lares, sobre
La miocarditis bacteriana es poco frecuente. En genera l, surge como todo relacionadas con el ejercicio, y que pueden ser extrasístoles
complicación de una endocard itis infecciosa, formando abscesos cerca aisladas, taquica rdi as no sostenidas o sostenidas por reentrada en
de los anillos valvu lares sobre todo por S. aureus y enterococos. En casos las cicatrices miocárdicas, pud iendo producir muerte súbita (Fi-
excepcionales, la disem inación hematógena en cuadros sépticos, casi gura 174).
por cualquier bacteria, puede producir microabscesos intram iocárdicos La afectación miocárdica se caracteriza por la hipoquinesia de la
que suelen estar enmascarados por el resto de manifestaciones de la en- pared posterobasal del ventrículo izquierdo con preservación re-
fermedad. lativa del septo interventricular, formación de aneurismas princi-
Miocarditis diftérica (C. diphteriae). La afectación cardíaca es la cau- palmente apica les, con cierta frecuencia ocupados por un trombo,
sa más frecuente de muerte en la difteria. Puede producir cardiome- y con deterioro progresivo de la función miocárdica que remeda
ga lia con hipocontracti lidad miocá rdica, así como arritm ias y típica - una ca rdi om iopatía di latada. La dilatación de cavidades derechas
mente bloqueo au riculoventricu lar (la toxina diftérica presenta cierta secunda ri a a hipertensión pulmonar es el patrón habitual en fases
afinidad con el sistema de cond ucción). El tratamiento consiste en avanzadas.
administrar precozmente la antitoxina y antibióticos. El tratamiento de la afectación cardíaca es sim ilar al de la insuficien-
Miocarditis por toxoplasma (T gondii). En adultos aparece en pa- cia cardíaca crón ica con lECA, p-bloqueantes, diuréticos, etc. La an-
cientes inmunodeprimidos (en los niños suele apa recer en el con- ticoagulación es eficaz para preven ir las embol ias. El desfibri lador
texto de una toxoplasmosis congénita). En la miocarditis por t oxo- implantable t iene indicaciones sim ilares a las de otras card iopatías.
plasma existe dilatación cardíaca con insuficiencia cardíaca, derrame La am iodarona puede ser eficaz para prevenir las arritmias ventricu-
pericárdico con pericarditis y alteraciones del ritmo y de la conduc- lares. Los antiparasitarios son útiles en cuadros agudos, no obstante,
ción. su beneficio es muy limitado en la ca rdi opatía avanzada. La medida
Carditis de Lyme (Borrelia burgdorfferi). En esta enfermedad se pro- más conven iente es, sin lugar a dudas, la prevención y la desparasita-
ducen alteraciones cardíacas hasta en ell 0% de los casos, principal- ción de las áreas endémicas, con empleo de insecticidas para matar
mente bloqueo auriculoventricular en el nodo AV, que puede preci- al vector.
sa r la implantación de marcapasos aunque suele ser transitorio. La
insuficiencia cardíaca es excepcional.
La enfermedad de Whipple (Tropheryma whippleii). Puede afectar 24.3. Miocarditis de células gigantes
a las estructuras cardíacas, detectándose el agente causal en el mio-
cardio o las arterias coronarias, asociando isquemia macrovascular o
microvascular. Suele ser leve, aunque se han descrito casos de insufi- Es una enfe rm edad inflamatoria de l miocardio que puede cursar con
ciencia cardíaca manifiesta. insufic iencia cardíaca ráp idamente mortal y arritm ias, y en la que apa-
Enfermedad de Chagas (Trypanosoma cruzi). Esta enfermedad es recen en la biopsia endomiocárdica células multinuc leadas. Su etio-
endémica en América Central y del Su r y es un problema de salud de logía es desconocida y se asocia, en ocasiones, con pato logías au-
primer orden ya que se estiman más de 20 millones de personas in- toinmunitarias como la enfer m edad inflamatoria intestinal, el lu pus
fectadas. El protozoo T cruzi se aloj a en el tubo digestivo de la llama- eritematoso d iseminado, la tirotoxicosis, etc, o b ien con mi ocarditis
da "chinche asesina" que habita en tejados de paja en el medio rural infecc iosa.
de las zonas endém icas. Por la noche se descuelga para picar a los
humanos, principalmente niños, con frecuencia cerca de los ojos. La El pronóstico es muy malo a pesar del tratam iento con inmunosupre-
picadura en sí no es infectante sino que el contacto de las heces del sores potentes, por lo que en general, so n pacientes que, en ausencia
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

de contraind icaciones, deben ser


valorados para trasplante cardíaco.

24.4. Miocarditis
por radiación

Aunque el corazón es particularmen-


te resistente al daño agudo por radia-
ción, ocasiona lmente la radioterapia
puede inducir una pericarditis ag uda
o cuadros leves de disfunción sistólica
transitoria. En algunos pacientes, años
después de la exposición a la radiació n,
aparece la alteración cardíaca, que sue-
le ser en forma de fibrosi s miocá rdica.
Su comportamiento es similar a la car-
diomiopatía restri ctiva por alteración
de la microcirculación, con ocasional
ca lcificación y fibrosis va lvular acom-
pañante que produce insuficiencia
Figura 174. ECG de 12 derivaciones característico de la enfermedad de Chagas con afectación cardíaca . asociada. Asimismo puede producir
Apréciese el bajo voltaje de los QRS, el trastorno de conducción infrahisiano y las frecuentes extrasístoles tardíamente pericard itis aguda o este-
ventriculares nosis en las arterias coronarias.

" La enfermedad de Chagas, producida por el Trypanosoma cruzi,


Ideas clave Jf6 puede producir alteración cardíaca años después de la infección
inicial de comportamiento similar a la cardiomiopatía di latada
" La causa más frecuente de miocarditis es vírica, especialmente progresiva, con predi lección por la región posterobasal del ven-
por enterovirus (el Coxackie 8 muestra especial tropismo por el trículo izquierdo y formación de aneurismas (típicamente en el
miocardio). ápex) . La enfermedad de Chagas es muy frecuente en América
Central y del Sur.
" La mayoría de casos de miocarditis curan sin secuelas, aunque
existe la impresión de que algunos casos de card iomiopatía dila- " La cardiopatía chagásica con frecuenc ia prod uce arritmias, prin-
tada idiopática son secundarios a miocarditis vírica previa. cipa lmente bradicardia sinusa l por denervación ganglionar car-
díaca, fibrilac ión auricu lar y arritmias ventriculares.
" La miocarditis diftérica y la carditis en la enfermedad de Lyme
cursan característicamente con trastornos de conducción auri-
culoventricular.

24 · Miocarditis
Cardiología •

Enfe rmed ades del peric ardio

O R 1 í- í~ T A C 1 O N En este tema se suelen tratar los aspectos clínicos y exploratorios, y las diferencias entre el dolor
pericárdico con el de origen isquémico. Conviene repasar también el manejo del taponamiento
ENAR M y la clínica y el tratamiento de la pericarditis constrictiva.

25.1. Pericarditi s Clínica de la pericarditis aguda

Dolor. El síntoma más importa nte es un dolor retroesterna l que se


Es la inflamación del perica rdio. Se cons idera pericarditis aguda a la pre- origina en el pericardio parietal y presenta características pleuríticas,
sencia de signos y/o síntom as de inflamación pericárdica de una o dos aumentando de intensidad con la inspirac ión profunda, con la tos y
semanas de evo lución (menos de seis semanas). con el ejercicio, y disminuyendo al inclinarse el paciente hacia ade -
lante. Es importante d iferenciarlo de otras causas de dolor torácico,
Aunque más del 80o/o de los casos son idiopáticos, asum iéndose la etiolo- especialmente del infarto agudo de miocardio {Tabla 73). La irradia-
gía vírica en la mayoría de ellos, existen múltiples trastornos que pueden ción hacia uno o los dos trapecios es muy característica de la pericar-
cursa r con perica rditis {Tabla 72). ditis y muy poco habitual en el caso del infarto agudo de miocardio.

ldiopática {más del 80%)


Infecciosa
Virus: Coxsackie A y B, echovirus, adenovirus, mononucleosis infecciosa, varice la, hepatitis B, VIH
Bacterias: tubercu losis, neumococo, Haemophilus, estafilococo, estreptococos, gramnegativos, Borrelia, micobacterias
Hongos: Histoplasma, Coccidioides, Candida
Otros: amebiasis, toxop lasmosis
Infarto agudo de miocardio transmu ral (pericarditis epistenocárdica o metainfarto)
Insuficiencia rena l crónica
Tumores
Tumores metastásicos: cá nce r de pulmón, de mama, linfomas, leucemias, melanoma
· Tumores primarios: mesotelioma, lipoma
· Peri ca rditi s post radioterapia
Enfermedades autoinmunitarias: fiebre reumática ag uda, lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide, esclerodermia, panarteritis nodosa, enfermedad
de Wegener, sínd rome de Dress ler, pericard itis posperi card iotomía, etc.
Procesos inflamatorios: sa rcoidosis, amiloi dosis, enfermedad inflamatoria intestinal
Traumatismos: traumatismos ca rdíacos, reanimación cardiopulmonar, hemopericardio iatrogénico (implante de marca pasos o desfibriladores, angioplastia,
biopsia endomiocárd ica, abl ación por catéter, etc.)
Fármacos: hidra lacina, procainamida, difenilh idantoína, ison iacida, fenilbutazona, dantroleno, doxorrubicina, metisergida, penicilina, cromolín,
minoxidi l, etc.
Otras: mixedema, quilopericardio, aneurisma disecante de aorta, etc.

Tabla 72. Causas más frecuentes de enfermedad pericárdica


Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. a edición

No obstante, el dolor puede estar ausente en algunas pericarditis, del miocardio adyacente (miopericarditis). Puede aparecer también
como la tuberculosa, la neoplásica, la pericarditis por radiación y la elevación de marcadores inflamatorios (velocidad de sedimientación,
urémica. proteína e reactiva, leucocitosis leve, etcétera).

Pericarditis aguda La peri card itis aguda, el infarto agudo de miocardio,


ECG los aneurismas ventricula res y el síndrome de Bruga-
da producen ascenso del segmento ST. En la hiper-
tonía vaga l tamb ién puede aparecer en sujetos sanos
(patrón de repolar ización precoz).
ST Elevación difusa del Elevación loca lizada
segmento ST (cóncavo) (generalmente
con cambios recíprocos)
Formas específicas de pericarditis
PR A veces descenso Muy raro ascenso Pericarditis idiopática
Cambios Cuatro fases. T no negativa T negativa con ST todavía
evolutivos hasta que ST vuelve elevado, desarrollo ondas Q Es la causa más frecuente de pericarditis aguda y suele estar producida
isoeléctrico
por determinados virus, aunque no se realizan pruebas sistemáticas para
Dolor Pleurítico, punzante, Opresivo, asociado su detección. Es frecuente que en los días previos o simu ltáneamente exis-
cambios posturales, frecuentemente a cortejo tan signos y síntomas de infección de vías respiratorias altas o gastrointes-
irradiado a trapecios vegetativo, irradiación
tina l. Es característica de adultos jóvenes y, a veces, se asocia a pleuritis y/o
a MSI, mandíbu la, etcétera
neumonitis. Habitualmente no suele evolucionar hacia derrame impor-
Fiebre Frecuente en días previos Si se produce, tante con taponamiento cardíaco, o a pericard itis constrictiva.
o simultánea generalmente es en los días
posteriores ai iAM
Para su tratamiento generalmente suele ser suficiente con antiinflamato-
Tabla 73. Diagnóstico d iferencial entre la pericarditis aguda y eiiAM ri os no esteroideos (aspi rin a en dosis alt as, ibuprofeno, indometacina ... )
durante unas dos semanas y con descenso progresivo de la dosis. Excep-
cionalmente es preciso admin istrar glucocorticoides o co lchicina para la
El dolor isq uémico se irrad ia al brazo izquierdo por inflamación, o ana lgésicos opiáceos para el dolor. Deben evitarse losan-
el borde cub ita l (lo más frecuente) o la mandíbula (lo _._.;::,. o_ ticoagu lantes por el ri esgo de transformación hemorrágica. Suele curar
más específico). El pericardítico se irrad ia al trapec io . Recuerda sin secuelas.

El mayor problema es su tendencia a la recidiva (25% de los casos). La


Roce pericárdico. Recuerda al ruido que aparece al pisar la nieve. co lch icina es el fármaco de elección para la prevención de recaídas, aso-
Se suele oír mejor en el borde esternal izquierdo con el paciente in- ciado en la fase aguda a un AINE o en monoterapia. Cuando son muy
clinado hacia adelante y en espiración, preferentemente en sístole frecuentes puede est ar indicada la peri card iectomía.
(a veces en diástole durante el llenado precoz o la contracción auri-
cular). No es constante y puede ser intermitente según la postura u
otros factores.
La causa principal de pericard itis aguda es idiopática,
Puede existir fiebre o febrícula, que suele aparecer simultánea-
siendo la infección v írica el agente responsable en la
mente con el dolor; a d iferencia del infarto en el que, si hay fieb re,
suele ser tardía. La taquicardia y el malestar general son frecuentes.
mayoría de casos. Recuerda

Pruebas complemen tarias Síndrome de Dressler y pospericardiotomía

El ECG es la prueba d iagnóstica más útil. En él pueden mostrarse: El primero aparece genera lmente en las primeras semanas tras un infarto
Elevación de/segmento ST cóncava, hacia arriba y difusa en casi todas de miocardio, y el segundo después de cirugía o traumatismo cardíaco.
las derivaciones. A lo largo de los días, el segmento ST vuelve a la Ambos parecen tener una etiología autoinmunitaria y se caracterizan por
normal idad, y se negativizan las ondas T (que pueden permanecer manifestar fiebre, pericarditis, pleurit is, neumonitis y, a veces, artra lgias.
así semanas o meses). La evolución temporal es muy ca racterística, Frecuentemente aparecen anticuerpos anticardiomiocito.
aunque la secuencia comp leta apa rece en menos de la m itad de los
pacientes. El tratamiento es similar al que se utiliza en la pericarditis idiopática.
Puede haber disminución del voltaje del QRS o alternancia eléctrica Asim ismo, son habituales las recidivas, sobre todo si se han empleado
(variación en la amplitud de los QRS) cuando hay un gran derrame g lucocorticoides. Tras un infarto transmural o un traumatismo cardíaco
asociado. también puede existir pericarditis no autoinmunitaria (pericarditis episte-
Puede producirse descenso del intervalo PR, signo de afectación auri- nocárdica o meta infarto) en los primeros días de la evolución.
cular, muy específico aunque poco sensible. También aparecen arrit-
mias auriculares. Otras etiologías
La rad iografía de tórax y la ecocardiografía pueden ser normales sal -
vo derrame asociado importante. Es posible que exista elevación dis- La s enfermedades del tejido conjuntivo, sobre todo el lupus eritema-
creta de tropon inas card ioespecíficas, CPK y CPK-MB por afectación toso sistémico y la artritis reumatoide, con frecuencia cursan con derrame

25 · Enfermedades del pericardio


Cardiología 1 25
pericárdico asintomático, pero a veces se man ifiestan como una pericar- en el vértice de la escápu la izqu ierda cuando el derrame pericárdico es
ditis aguda. grande).

La fiebre reumática aguda con pericarditis suele acompañarse de pancar- Exploraciones complem entarias
ditis grave y soplo.
Radiografía de tórax. Puede ser normal o mostrar aumento delta-
La pericarditis piógena puede aparecer en la poscirugía cardiotorácica, maño de la silueta cardíaca, con rect ificación de los bordes cardíacos
en pacientes inmunodeprim idos, en roturas del esófago hacia el pericar- "en tienda de campaña" o en forma de "ca ntimplora" (Figura 175).
dio, por extensión de focos piógenos mediastínicos o pulmonares, o en
el seno de sepsis (a veces cursa con pericarditis inflamatoria aséptica).
Se trata de un cuadro con una mortalidad elevada, por lo que precisa de Dismi nución del pe nacho vascular
tratamiento precoz con fármacos intravenosos.

La pericarditis tubercu losa se manifiesta con dolor (que no suele ser


tan intenso como en la pericarditis id iopática), roce pericárdico y fiebre,
pudiendo acompañarse de otros datos de infección tuberculosa sistémi-
ca (anorexia, pérdida de peso, etc.). Otras veces se manifiesta como derra-
me pericárdico crónico asintomático o como una pericarditis subaguda
o crónica con tendencia a la constricción. Al tratam iento antituberculos o
se añaden antiintlamatorios no esteroideos y, en ocasiones, corticoeste-
roides para prevenir la evolución a constrictiva.

La pericarditis urémica es muy habitual (un tercio de pacientes con in-


suficiencia renal terminal, sobre todo en diálisis), suele ser subaguda y,
frecuentemente cursa sin dolor, aunque es habitua l que exista roce peri-
cárdico. El líquido puede ser fibrinoso o hemático. Su tratamiento incluye
antiintlamatorios y hemod iál isis. Si existe taponam iento, es preciso rea li- Si lueta aum entada en "tienda de campaña"
zar pericardiocentesis. Cuando la pericarditis es muy recurrente o persis-
tente, puede estar indicada la pericardiectomía. Figura 175 . Radiografía de un derrame pericárdico

Ecocardiog rafía. Es la prueba diagnóstica preferible, pues en ella se


25.2. Derrame pericárdico muestra un espacio libre de ecos y permite establecer la cuantía y la
d istribución del derrame, así como la existencia o no de signos de
taponamiento (Figura 176).
Normalmente hay una pequeña cantidad de líquido seroso (menos de 50 Anál isis del líquido pericárdico (pericardiocentesis diagnósti-
mi) entre las hojas pericárdicas, y se habla de derrame pericárdico cuando ca). El líquido muestra características similares al líquido pleural. Los
hay más cantidad. El derrame pericárdico puede ser asintomático, aso- derrames suelen ser exudados. Cuando sea sanguinolento, se debe
cia rse a síntomas de pericarditis o a signos y síntomas de taponamiento sospechar etiología tuberculosa o neoplásica, o a veces fiebre reu-
cardíaco. El que un derrame pericárdico produzca signos de taponamien- mática aguda, derrames postraumáticos, o causa urémica. En la rotu-
to cardíaco depende de la cuantía del derrame, de la rapidez con la que ra cardíaca postinfarto o iatrógena y en la disección de aorta proxi-
aparezca, de la d istensibilidad pericárd ica y de l grosor de l miocard io. mal que drena al pericard io apa rece sang re en la cavidad pericárdica.

El volumen del lí-


quido pericárd ico
no determ ina por Recuerda
sí solo la presencia
de taponamiento,
pues influye la ve-
locidad de instau-
ración y la flex ibili-
dad del pericard io.

Exploración

Puede apreciarse disminución de la


intensidad de los ruidos cardíacos,
roce pericárdico, disminución de la in-
tensidad del impulso apica/, o el signo Figura 176. Imagen ecocardiográfica de derrame pericárdico grave (DP) en plano apical de cuatro
de Ewart (matidez y soplos tubáricos cámaras (A ) y subcostal (B)
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. a edición

Derrame pericárdico crónico Fisiopatología


del taponamiento cardíaco
Generalmente suele cursar con pocos síntomas y con agrandamiento de
la silueta cardíaca.
Derrame perlcárdlco

Etiología

Tuberculosis. Es frecuente que se presente con datos de tapona-


miento y que evolucione hacia la pericarditis constrictiva. La pre-
sencia de concentraciones elevadas de adenosindeaminasa (ADA)
en el líquido pericárdico es muy sugestiva, aunque no patogno-
mónica. El rendimiento del culti vo de líquido pericárd ico es bajo
(30%), por lo que se prefiere real izar estud io y cu ltivo de biopsia de
pericardio. t Presión en cámaras cardíacas ..!. Gasto cardíaco
Mixedema. Puede producir derrame pericárdico importante, pero
es excepcional que induzca taponamiento.
Enfermedad pericárdica por colesterol. Consiste en la existencia
de derrame pericárdico rico en colesterol, que puede producir infla-
j • Descompensación
• Compensación
j
mación crónica y pericard it is constrictiva.
Otras. Neoplasias, lupus, artritis reumatoide, micosis, radioterapia,
infecciones piógenas, anemia crón ica grave, quilopericardio, etc. En
la enfermedad porVIH el derrame pericárd ico es la alteración card io-
lógica más frecuente, asociándose a estadios avanzados de la enfer-
medad (es un dato que empeora el pronóstico). Figura 177. Fisiopatología del taponamiento ca rdíaco
Se denomina derrame pericárdico crónico idiopático al que no
tiene causa reconocible, siendo infrecuentes los casos de evolución
hacia taponamiento.

25.3. Taponam iento card íaco Corazón normal


(el pericardio permite
la distensión ventricular)

Es el cuadro derivado de la acumu lación en la cavidad pericárdica


del suficiente líquido y con la suficiente rapidez como para com-
prometer el llenado de las cavidades ventricu lares por compresión
extrínseca.

Pulso arterial
Fisiopatología
Espiración Inspiración Espiración
La presencia de líquido en el pericard io aumenta progresivamente la pre-
sión en esta cámara, lo que constituye el principal factor fis iopatológi-
co (Figura 177). El incremento en la presión pericárdica comprime las
cámaras cardíacas (primero la aurícula derecha y el ventrícu lo derecho Taponamiento cardíaco
durante la diástole, que es cuando tiene la presión más baja) y produce (el líquido pericárdico
su colapso. Esto genera una dificultad para el llenado de las cavidades impide la distensión ventricular,
con lo que la presión se ejerce
derechas y un aumento de presiones del territorio venoso sistém ico (por sobre el tabique)
ello, en los derrames crónicos se produce congestión sistémica) y una
caída del gasto cardíaco que puede causar hipotensión arterial y signos
de bajo gasto anterógrado.

Al encontrarse todas las cámaras rodeadas por el saco pericárdico, el in- Pulso arterial

cremento de volumen en estas se traduce en aumentos de presión que Espiración Inspiración Espiración
se compensan por la interdependencia de las cámaras (Figura 178). De
esta forma, durante la inspiración retorna más sangre hacia las cámaras Figura 178. Interd ependencia de las cám ara s en el taponamiento
derechas, y para albergar este aumento de volumen en unas cavidades pericárdico
"comprim idas", se produce distensión del ventrículo derecho a expen-
sas de "comprimi r" el izquierdo por el septo, lo que puede generar pu lso El organismo se adapta activando mecanismos de compensación aná-
paradójico. En esta situación se ve comprometida toda la diástole (a di- logos a los de la insuficiencia cardíaca: activación del simpático y del
ferencia de la pericarditis constrictiva, en la que no se afecta la primera eje renina-angiotensina-aldosterona, que pretenden aumentar el gasto
parte). cardíaco y mantener la perfusión periférica. En casos de taponamiento

25 · Enfermedades del pe ricard i o


Cardiología 1 25
agudo (disección de aorta, rotura cardíaca, etc.), el aumento de presión
La altern ancia eléctri ca (vari ac ió n de amplitud de las
intraperi cá rdica es tan rápido que se agotan las posibil idades de com-
o ndas del ECG) es ca racterística de la presencia de
pensación. derrame pericá rdi co cuant ioso.

En caso de derrames de instauración lenta es posible que se mantenga


una situación de compensación tempora l, aunque pequeñas elevaciones Radiografía de tórax. La silueta cardíaca puede ser normal, o si el
de presión ad icionales pueden desencadenar un taponamiento florido. derrame es muy grande estar aumentada de tamaño o con forma de
Los factores que determinan la aparición o no de signos de taponamien- "cantimplora': con campos pulmonares "lim pios", con escaso o nulo
to pericárdico están en relación d irecta con la cuantía y rapidez de instau- infiltrado alveolointersticia l.
ración del derrame y la rigidez del pericard io parietal, y en relación inversa Ecocardiografía. El colapso diastólico de cavidades derechas y los
con el grosor miocárdico. cambios llamativos en los fluj os de llenado ventriculares con la respi-
ración son signos ecográficos de taponamiento (Figura 179).
Etiología Asimismo, en inspiración puede existir aumento del diámetro del
ventrículo derecho, disminución del diámetro del ventrículo izquier-
Cualquier pericard itis potencialmente puede se r causa de taponamiento do y dismin ución de la apertura de la mitra l.
cardíaco. Las más frecuentes son las neop lasias, la pericarditis idiopática Cateterismo. No suele ser necesario para el d iagnóstico, pero
(es poco habitual que produzca taponam iento, pero como es la causa muestra:
más frecuente de pericarditis, representa una proporción alta dentro del Aumento de la presión en la aurícula derecha con onda x promi-
global de los taponam ientos), la etiología urémica y la iatrogénica (en nente y disminución de la onda y. La presión intrapericárdica es
procedimientos intervencion istas o cirugía cardíaca) . similar a la de la aurícu la derecha.
Igualación de presiones: son muy parecidas las presiones teJe-
Clínica diastólicas de la aurícula derecha, del ventrículo derecho, de la
arteria pulmonar y presión de enclavamiento pulmonar.
La clínica se deriva de la d ism inución del gasto cardíaco y la congestión
venosa: hipotensión art erial, t aqu icard ia y o lig uri a, aumento de la presión Tratamiento
venosa central, disnea con ortopnea, congestión hepática, etc. En la ex-
ploración física destacan : Es eficaz expand ir el volumen sanguíneo con sueros o sangre para dis-
Presión venosa yugular aumentada, con seno x prominente y un minuir el colapso de las cavidades, y está contraindicado el uso de diuré-
seno y disminuido o casi ausente. Matidez en la percusión de la parte ticos, pues al reducir el volumen circulante aumenta el colapso y puede
anterior del tórax. inducir un estado de shock.
Suele existir pulso paradójico (disminución inspiratoria de la pre-
sión arterial sistól ica en más de 1O mmHg). Este signo no es patog- El tratamiento consiste en evacuar el líquido pericárdico y, de esta mane-
nomón ica, pues puede verse en la pericard it is constrictiva (un tercio ra, reducir la presión intrapericá rdica. En los casos extremos debe practi-
de los casos), en la miocardiopatía restrictiva, shock hipovolémico, carse de inmediato pericardiocentesis ya que se t rata de una auténtica
asma o enfermedad pulmonar g rave, y otras situaciones con com- emergencia .
promiso diastólico del ventrículo derecho.
La evacuación del derrame se puede realizar mediante dos técnicas:
Punción pericárdica (pericardiocentesis). Bajo anestesia local se
introduce una aguja larga conectada a un electrodo precord ial del
En el taponamiento es muy-frec uente el pulso paradó- ECG (también es posible la punción ciega o guiada por ecocardio-
jico y en la constricción, el signo de Kussma ul.
grafía), de forma que al tocar el epicardio se aprecia ascenso del seg-
mento ST en esa derivación. El punto de penetración habitual es el

El signo de Kussmaul es característico


de la pericarditis constrictiva, pero pue-
de aparecer en el taponamiento cardía -
co, sobre todo si hay un componente
de constricción pericárd ica .
El roce pericá rd ico es infrecuente y, si
aparece, sugiere la posibil idad de que
exista constricción pericárd ica añad ida.

Exploraciones
complementarias

ECG. Puede existir disminución de la


Figura 179. (A) Imagen ecocardiogáfica (proyección apical de cuatro cámaras) mostrando
amplitud del complejo QRS, así como un derrame pericárdico grave (DP) en un caso de taponamiento pericárdico. (B) Imagen de la señal
alternancia eléctrica de las ondas si el Doppler del flujo transmitral mostrando amplia s variaciones respiratorias en la velocidad del flujo
derrame es cuantioso. de llenado diastólico.
Manua l CTO de Medicina y Cirugía, 2. a edición

ángulo entre el apéndice xifoides y el arco costal izqu ierdo, d irigien- ruido, que se corresponde con un chasquido o golpe (knock) pericárdico,
do la aguja hacia el hombro izquierdo. que no se debe confundir con el tercer ruido; es muy frecuente el signo
Puede dejarse colocado un catéter pericárd ico durante varias horas de Kussmau l, el seno y del pu lso yugular es rápido, seguido de un ascen-
o incluso algunos días, lo que posibilita el d renaje continuo y evita la so veloz y una meseta posterior, con aumento de la onda a y en ocasio-
necesidad de una nueva pericard iocentesis. En algunos casos tam- nes también un seno x prominente.
bién puede ser útil para rea lizar el tratam iento médico loca l intra-
pericárdico. Se debe tener en cuenta que existe riesgo de punción Exploraciones complementarias
indeseada de cavidades cardíacas, pleura u otras estructuras.
Ventana pericárdica. Esta técnica se indica en aquellos enfermos ECG. Puede mostrar una disminución del voltaje del QRS, aplana-
que necesitan "algo más" que una simple punción. Cuando hay tabi- miento e inversión de las ondas T y frecuentemente existe P mitra\ y
cación, derrame purulento o etiología urémica, es el procedimiento fibrilación auricu lar (un tercio de los pacientes).
de elección. Radi ografía de t órax. En el 50% existe ca lcificación del pericardio,
Se rea liza por vía subxifoidea o por toracotomía izquierda . Este dre- aunque ésta no siempre produce constricción.
naje quirúrg ico t iene la ventaja de que a men udo es más completo Ecoca rdiograf ía. Generalmente se aprecia engrosam iento del pe-
y perm ite tomar una biopsia del pericardio. As im ismo se rea liza con ricard io, pero si es norma l no descarta el d iagnóstico. También es
visión directa, lo que permite liberar adherencias y derrames locali- normal la func ión sistólica. Son muy llamativas las variaciones res-
zados. El riesgo de la intervención es mínimo y el resultado a largo piratorias de la velocidad de flujo en la vá lvu la mitra!, tricúspide y
plazo es más eficaz que el de la punción. en la entrada de las cavas a la aurícula derecha (con la inspiración
aumenta n la velocidades en las cámaras derechas y disminuye en la
mitra!, y con la espiración se produce el proceso inverso). Los análisis
25.4. Pericarditis crónica constrictiva detallados de la función sistodiastólica basal, en respuesta a ciertas
maniobras, pueden permitir el diagnóstico diferencial con la cardio-
miopatía restrictiva a veces resu lta complej o.
Es el resultado de la obl iteración de la cavidad pericá rdica con tejido de TC y cardiorresonancia magnética. Con estas técnicas diagnósti-
granulación, fibros is y calcificación en el peri card io (el proceso fibroso cas se detecta más fiab lemente que con la ecocardiografía el engro-
puede extenderse al miocardio adyacente), que es probable que ocurra sam iento pericárdico (no obstante, el que exista eng rosamiento no
después de una pericarditis aguda o subaguda, o como evolución de un indica necesariamente constricción) (Figura 180).
derrame pericárdico crónico, y produce un "aprisionamiento" del corazón,
obstaculizando la diástole.

La dificultad al llenado ventricular casi no existe en la fase in icial de la


diástole, interrumpiéndose bruscamente el llenado ventricu lar cuando
se alcanza el lím ite de elasticidad del pericardio (a diferencia del tapo-
namiento, que compromete toda la diástole). El volumen sistólico de
eyección ventricular está dism inu ido, y aumentan casi al m ismo nivel las
presiones telediastólicas en los dos ventrícu los, las presiones medias de
las aurículas, y las de venas pulmonares y cavas.

Etiología

La mayoría de las veces son de origen desconocido y, entre las conocidas,


una de las más frecuentes es la pericarditis tubercu losa.

Otras causas son los episod ios recu rrentes de pericard itis urém ica de la
insuficiencia rena l, la cirug ía cardíaca y la radioterapia med iastín ica.

Clínica

Predominan los datos de congestión sistémica: ingurgitación yugular, he-


patoesplenomega lia, edemas, etc. La hepatomega lia se suele acompañar
Figura 180. Imagen obtenida mediante TC de un paciente con
de ascitis y disfunción hepática, por lo que puede ser confundida fácil- pericard itis constrictiva mostrando la intensa calcificación pericárdica.
mente con la cirrosis. Por ello, ante un paciente con signos de disfunción Tomada de G• Fernández, G• Robles, Zamorano López. Manual de imagen
hepática y congestión sistém ica con ingu rgitación yugu lar, siempre hay cardíaca. CTO Editorial, 2010
que pensar en la pericard it is constrictiva.
Cat et erismo. Esta técnica no suele ser necesa ria, aunque en algunos
Es muy poco frecuente la disnea, aunque es posible que exista debilidad casos se rea liza para distingu irlo de la ca rd iomiopatía restrictiva. Los
y signos de desnutrición (la congestión sistémica puede producir una en- senosxe y de la presión de ambas aurículas son prominentes y la onda
teropatía con pérdida de proteínas). Otros datos que es probable detec- a suele estar aumentada, obteniéndose un contorno en forma de"M':
tar son : disminución del impulso apical y de la intensidad de los ruidos La descendente y es la onda más llamativa y profunda, y está interrum-
cardíacos, a veces aparece un sonido, inmediatamente tras el seg undo pida por una ráp ida elevación de la presión (denominada onda h).

25 · Enfermedades del pericardio


Cardiología 1 25
La morfología en raíz cuadrada o dip-plateau de la gía debe llevarse a cabo en estadios relativamente tempranos. El grado
presión diastólica ventri cul ar es típica de la pericardi- de atrofia del miocardio (que también se relac iona con el tiempo de evo-
tis constrictiva y de la miocardiopatía restrictiva. Recuerda lución), el nivel de deterioro general y de la función hepática y renal son
los facto res que más influyen en el resultado de la cirugía. La mortalidad
operatoria ronda el 5- l 0%.
En el ventrícu lo, la presión diastólica adq ui ere una morfología en
"raíz cuadrada" o dip -plateau, pues la presión aumenta rápidamente Los beneficios derivados de la decorticación cardíaca completa suelen ser
cuando se llega al límite de la distensibil idad del pericardio, para lue- llamativos y prog resivos, debiendo pasar varios meses antes de que se ob-
go mantenerse en una meseta (Figura 181 ). serve una mejoría completa y la presión venosa yugu lar vuelva a la norma-
Este patrón de presiones es muy similar al de la miocardiopatía res- lidad. A largo plazo, el resu ltado suele ser muy bueno.
trictiva (en raras ocasiones se precisa biopsia endomiocá rd ica para
diferenciarlos). Las presiones de llenado izquierdas suelen superar a El tratamiento médico consiste en restricción salina, prescripción de
las derechas en más de 5 mmHg en la restricción (no en la cons- diuréticos, digitálicos y, en ciertos casos, perica rdiocentesis repeti-
tricción que suelen ser prácticamente iguales), diferencia que se das. Debido a que un gran porcentaje de perica rditis co nstrictivas
magnifica con maniobras como la de sobrecarga de vo lumen o la de son de origen tuberculoso, ha de tratarse antes de la interve nción
Valsa lva en la restricción. Unos va lores muy elevados de BNP podrían quirúrgica si se sospecha o no puede descartarse esta etiología. En
apoyar el diagnóstico de restricción. caso de fibr il ación auricu lar est á indicado el tratamiento anticoagu-
lante.

Enfermedad constrictiva oculta

Es un trastorno en el que los pacientes presentan síntomas de fatiga, dis-


nea y dolor torácico inexplicados, y cuando se procede a la administra-
25 ción de un litro de suero sa lino fisio lógico intravenoso se obtienen las
20 ca ra ct erísticas hemodinám icas de la perica rditis constrictiva .

15 Tratamiento
10
Si la enferm edad es sintomática, se realiza resección del perica rdio. Si es
S asinto mática, es preferible el t ratamiento méd ico comentado en la peri-
o ca rd itis constrictiva.

l Aumento brusco de la presión


ve nt ricular (dip-plateau)
25.5. Otras enfermedades
del pericardio
Figura 181 . Registro de presiones intracavitarias de los ventrículos
en un paciente en fibri lación auricular y con pericarditis constricti va
Agenesia total de pericardio. No produce clínica evidente.
Tratamiento Agenesia parcial del pericardio izquierdo. A veces, el tronco de
la arteria pulmonar y la au rícula izquierda pueden protruir y herniar-
La pericardiectomía (decorti cación del corazón) es el único tratamiento se por el defecto, y excepciona lmente, su estrang ulación producir
definitivo de la peri carditis constrictiva . Consiste en incidir longitudina l- muerte súbita.
mente el pericardio, buscar un buen plano de disección y proceder a la Quistes pericárdicos. Se localizan sobre todo en el ángu lo cardio-
extirpación del mismo, tomando precauciones para evitar desgarros mio- frénico. Son asintomáticos, salvo casos excepcionales que se sobre-
cárdicos o lesiones de los vasos coronarios. Si existe infi ltración calcá rea infectan; no obstante, pueden producir problemas de diagnóstico
grave del epicardio, es preferible deja r lagunas pericárdicas que correr diferencial con otras masas mediastínicas.
riesgos con su extirpación completa. Tumores pericárdicos. Genera lmente se manifiestan por un derra-
me pericárdico insidioso, la m ayoría de las veces de origen hemático.
El éxito de la operación está en relación inversa al tiempo de evolución Pueden ser secundarios (metástasis de otros tu mores, sobre todo de
de la constricción, pues en casos muy evolucionados es muy compleja la pulmón, de mama, linfomas y melanomas) o menos frecuentemente
decorticación y la mejoría obten ida es sólo parcial. Por ese motivo la ciru- primarios (mesotelioma).

" El ECG de la pericarditis muestra ascenso del segmento ST cón-


Ideas clave RS cavo hacia arriba (en el infarto agudo de miocardio lo es hacia
abajo), inversión de ondas T (tardía, a los dos o tres días del inicio
" La pericarditis aguda suele ser idiopática-vírica y el dolor que del cuadro, a diferencia del infarto en el que aparece desde el
produce aumenta con la respiración o la tos, al tumbarse hacia principio) y descenso del segmento PR (signo poco sensible pero
atrás, irradiándose al trapecio. La pericarditis urémica y la tuber- muy específico).
cu losa suelen cursar con escaso o nulo dolor pericardítico.
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2 .a edición

" El derrame pericárdico puede producir un aumento de la mati- " En el taponamiento predomina el seno x en el pulso venoso yu-
dez torácica a la percusión anterior del tóra x o en el vértice de la gular, y en la pericarditis constrictiva predomina el seno y.
escápula (signo de Ewart, que implica soplo tubárico a ese nivel)
o roce pericárdico (sistólico y/o diastólico). " La pericardiocentesis evacuadora urgente se indica únicamente
cuando existe taponamiento clínico (hipotensión, taquicardia,
" El derrame pericárdico puede rectificar los bordes de la silueta oliguria .. .) y no ante datos ecográficos de compromiso hemodi-
cardíaca en la radiografía de tórax "en tienda de campaña'; pero námico leves sin traducción clínica (colapso auricular, etc.). Una
la ecocardiografía es la prueba que se emplea para confirmar su alternativa a la pericardiocentesis es la realización de una venta-
existencia y evaluar su cuantía . na pericárdica.

" Como ~orma general, las características del líquido pleural y del " En la pericarditis constrictiva predominan los síntomas de con-
líquido pericárdico son muy similares, tanto en circunstancias gestión hepática y sistémica. Por eso es frecuente que la diag-
normales como en las diferentes enfermedades que producen nostique el gastroenterólogo. Para detectar calcificaciones en el
derrame pleural o pericárdico. pericardio, la mejor prueba de imagen es la TC.

" El pulso paradójico suele aparecer en el taponamiento, y el signo " La pericarditis constrictiva puede operarse (pericardiectomía
de Kussmaul en la pericarditis constrictiva, aunque ambos pue- quirúrgica) obteniéndose buenos resultados, sobre todo en las
den manifestarse en cualquier enfermedad con compromiso fases precoces de la enfermedad.
diastólico del ventrículo derecho.

Ingresa en el servicio de Urgencias un paciente que ha sufrido un


Casos clínicos grave accidente de tráfico. Se encuentra en un estado de agita-
ción, pálido, ansioso, hipotenso, con frialdad y discreta sudora-
Mujer de 74 años, hipertensa, que ingresa en Urgencias por epi- ción fría de los miembros. La presión venosa está aumentada. A
sodio sincopal. Su tensión arterial es de 80/40 mmHg y la frecuen- la auscultación hay estertores en ambas bases. ¿Qué diagnóstico,
cia cardíaca de 11 O lpm, con una saturación de oxígeno del 91%. de los siguientes, le parece más probable?
Presenta ingurgitación yugular, sin otros hallazgos significativos
en la exploración general y neurológica. En el ECG realizado se 1) Fracturas costales con síncope vasovagal y gran ansiedad.
objetiva taquicardia sinusal con alternancia eléctrica. ¿Cuál de las 2) Posibilidad de que alguna costilla rota haya lesionado el pulmón.
siguientes pruebas complementarias solicitaría primero? 3) Su cuadro se debe a un shock hipovolémico.
4) Hay que descartar la existencia de un taponamiento cardíaco.
1) Gammagrafía ventilación/perfusión.
2) TC torácica. RC: 4
3) Hemograma.
4) Ecocardiografía. En un paciente con pericarditis aguda se instaura bruscamente
un cuadro de ortopnea, elevación extrema de la presión venosa,
RC: 4 hipotensión arterial y pulso paradójico. La actitud que el médico
debe tomar inmediatamente es:
Un paciente de 22 años, sin antecedentes patológicos ni hábitos
tóxicos, presenta un cuadro de 8 días de evolución de fiebre y do- 1) Administración de diuréticos por vía intravenosa y observar al
lor centrotorácico intenso que aumenta con la inspiración y los paciente durante las próximas 12 horas.
movimientos respiratorios. En la ecocardiografía se objetiva un 2) Administración de antiinflamatorios o aumento de la dosis, si el
derrame pericárdico importante, sin signos de compromiso he- paciente los tomaba previamente.
modinámico. ¿Cuál sería su primer diagnóstico? 3) Realización urgente de una ecocardiografía y a continuación pe-
ricardiocentesis, si se confirma la sospecha clínica que Vd. tiene.
1) Pericarditis aguda idiopática. 4) Administración de digoxina por vía intravenosa para reducir la
2) Pericarditis tuberculosa. frecuencia cardíaca.
3) Pericarditis purulenta .
4) Taponamiento cardíaco. RC: 3

RC: 1 Varón de SS años, con dolor de semanas de evolución en hipocon-


drio derecho e hinchazón de los pies. En la exploración presenta
Una mujer de 46 años consulta por disnea progresiva de días de hepatomegalia dolorosa, ascitis y edemas maleolares. Los vasos
evolución hasta ser de mínimos esfuerzos. Unos meses antes ha- venosos del cuello están distendidos y a la auscultación cardíaca
bía sido tratada de carcinoma de mama metastásico con quimio- aparecen tonos apagados y hay pulso paradójico. El electrocar-
terapia y radioterapia. Tiene ingurgitación yugular hasta el ángu- diograma muestra bajo voltaje del QRS. ¿Cuál es el tratamiento
lo mandibular y pulso arterial paradójico. El electrocardiograma de elección para este paciente?
muestra taquicardia sinusal y alternancia en la amplitud de las
ondas P, QRS y T. ¿Cuál es el diagnóstico más probable? 1) Reposo, antiinflamatorios no esteroideos y tuberculostáticos.
2) Corticoides intramusculares y ventana pericárdica.
1) Fibrosis miocárdica postradioterapia. 3) Pericardiectomía urgente por riesgo de taponamiento.
2) Pericarditis constrictiva postradioterapia. 4) Pericardiectomía y epicardiectomía de ambos ventrículos.
3) Miocardiopatía por adriamicina.
4) Taponamiento cardíaco por metástasis pericárdicas. RC: 3

RC: 4

25 · Enfermedades del pericardio


Cardiología 1 25
1) ldiopathic acute pericarditis,
Case Study " ', 2) Tuberculous pericarditis.
3) Purulent pericarditis.
A 22-year-old patient, with no pathologic hist ory and no t oxi c 4) Autoimmune pericard it is.
habits. Presents since eight days ago, fever and int ense m id-t ho-
racic pain increasing with inspiration and breat hing movements. Correct answer: 1
Echocardiogram reveals an important pericardial effusion . What
would be your first diagnosis?
..--._ _ _ __.-Jocai!I..IJrdi o1o gia_

Hipertensión arterial

Este tema hay que dominarlo bien. Se debe conocer la técnica correcta de medida de la presión
arterial, identificar las causas de HTA y las características específicas de cada una de ellas, los
estudios complementarios generales y específicos para detectarlas, y es fundamental conocer
el tratamiento más apropiado del paciente hipertenso, con especial énfasis en la elección del
fármaco adecuado a cada situación clínica. No hay que olvidar repasar las definiciones que se
exponen en el capítulo.

26.1. Hipertensión arterial Definiciones

Por consenso, se define HTA en el adulto como la presencia de PAS


La hipertensión arterial (HTA) es uno de los problemas de salud más im- superior a 140 mmHg (HTA sistólica) y/o de PAD mayor de 90 mmHg
portantes, pues t iene una prevalencia en torno al 20% de la población (HTA d iastólica). No obstante, este punto de corte es arbit rario pues
(variable en diferentes reg iones del mundo), una incidencia q ue perma- existe re lación co n el riesgo ca rdiovascu lar desde va lores más bajos,
nece estable, y co nstituye uno de los facto res primord iales de riesgo para especialmente en pacientes de alto ri esgo ca rd iovascu lar. Es priorita-
las enfermedades ca rd iovascu lares, que son la principa l causa de muer- rio detecta r el nive l de ri esgo tota l del paciente y no sólo la medida
te en los países desarrollados. Tanto la elevación de la presión sistólica de la PApara va lorar la actu ació n t era péuti ca idónea (esto se rea liza
(PAS) como la de la d iastólica (PAD) muestran una re lación continua con mediante tab las de estimación del riesgo cardiovascu lar, como el ín-
el riesgo card iovascu lar de ictus, de enfermedad corona ria, insu fi ciencia d ice de Fram ingham o el Euroscore). La clas ificación de va lores de PA
cardíaca, insuficiencia rena l y enfermedad arteria l periférica. En persona s más empleada se expone en la Tabla 74.
ancianas la presión de pulso (sistólica menos d iastólica) también guarda
estrecha re lación con la enfermedad cardiovascu lar.
Grupo PAS(mmHg)
Ópt ima < 120 y < 80
La pres ión arteria l sistólica es la q ue marca el manó- Normal 120-129 y/o 80-84
metro cuando acontece el primer ruido de Korotkoff ---~~ Normal-alta 130- 139 y/o 85-89
(cuando emp ieza a o írse el latido), y la diastólica el
cuarto (cuando deja de oírse) mientras se rea liza su HTA grado 1 140-159 y/o 90-99
desinflado. HTA grado 2 160-179 y/o 100-109
HTA grado 3 ;?: 180 y/o ;?: 110

No obstante, existen problemas añadidos como el hecho de que se esti- HTA sistólica aislada ;?: 140 y ~ 90
ma que más de la mitad de la población mundial hipertensa desconoce Tabla 74. Clasificación de los valores de presión arterial
su situación, y que siguiendo los criterios de cifras tensionales objetivo
están correctamente contro lados menos de la mitad (quizá solo la cuarta En la clasificación estadoun idense del Joint Nationa! Committee 7 se
parte) de los pacientes tratados (aunque cualqu ier descenso en la presión fusionan la normal y la norma l-a lta denom inándolas prehiperten-
arterial puede tener repercusiones beneficiosas). Por otra parte, sobre sión, dado el mayor riesgo de desarrollar HTA en los años sig uien-
todo por el incremento de la obesidad, el sedentarismo y la alimentación tes en esos pacientes (aunque es mayor cuanto más se aproxima a
inadecuada, está aumentando la prevalencia de HTA infantil y juvenil. Por 140/90 mmHg). En pediatría se habla de hipertensión ante valores
todo ello la Organización Mund ial de la Sa lud ha citado a la HTA como la de PA superiores al percentil 95%, ajustado a edad y sexo, conside-
primera causa de muerte en el mundo. rándose prehipertensión a cifras que oscilan ente el percentil90 y 95.
Cardiología 1 26
La HTA sistólica aislada, propia del anciano se caracteriza por cifras La HTA de "bata blanca" o hipertensión aislada en la clínica
superiores a 140 mmHg de sistólica e inferiores a 90 mmHg de dias- define pacientes con medidas normales de PA fuera de la consul-
tól ica y también se correlaciona con la morbimortal idad. ta médica (determinada mediante MAPA, véase más adelante) y,
La HTA en fase maligna define a pacientes con cifras muy elevadas sin embargo, con cifras elevadas persistentemente en la consul-
de PA (genera lment e PAD superior a 140 mm Hg) que se acompaña ta. Afecta al 15% de la población Supone un riesgo de lesión de
de lesión vascula r grave, especia lmente edema de papila en el fondo órganos diana menor que la verdadera hipertens ión arterial, pero
de ojo. Aunque su causa más frecuente es la hipertensión arteria l parece que mayor en ind ividuos normotensos, por lo que requie-
esencia l no tratada, hay que estudiar minuciosamente las causas se- re seguimiento estrecho e incluso considerar la administración de
cundarias de HTA. El pronóstico sin tratamiento es de una mortali- tratamiento si el riesgo vascular es alto o hay indicio de lesión de
dad del 50% al año. órganos diana.
La HTA enmascarada o HTA ambulatoria aislada es el fenómeno
contra rio (med idas norma les en consulta pero elevadas ambulato-
rias), es igua l de preva /ente que la aislada en la clín ica y se asocia con
frecuencia a lesión de algún órgano diana por lo que precisa una
La HTA maligna se define por el edema de pap ila.
actitud sim ilar a la de la HTA.
La HTA de ejercicio se caracteriza por PA normal en reposo pero
con un incremento excesivo durante el esfuerzo (PAS superior 230
El término HTA en fase acelerada se emplea para pacientes que no mmHg), y podría asociarse un mayor riesgo de desarrolla r lesión de
llegan a tener edema de papila pero sí otros datos de daño vascular órganos diana en pacientes que sufren HTA leve o PA normal-alta.
grave, como hemorragias o exudados retinianos. Resulta controvertido si la HTA de ejercicio aislada, por sí misma, su-
La emergencia hipertensiva describe la elevación de la presión pone un mayor riesgo card iovascular, aunque de serlo, su importan-
arterial que se acompaña de lesión aguda grave de órganos dia- cia parece escasa.
na que amenaza la vida del paciente (encefalopatía, sínd rome
coronario agudo, insuficiencia cardíaca aguda, disección aórtica, Medida de la presión arterial
accidente cereb rovascula r isquémico o hemorrág ico, crisis de
feocromocitoma, drogas como cocaína, anfetaminas o éxtasis, La medida correcta de la presión arterial ya se expuso en el Capítulo
eclampsia o hipertensión perioperatoria). Formalmente hablan- 1. El diagnóstico de HTA precisa de varias medidas elevadas en va-
do, si la elevación de la presión arterial /o que produce es el agra- rios días, salvo casos extremos. Se debe considerar la posibilidad de
vamiento de una lesión previa de órgano diana no se trata de una que se trate de una "pseudohipertensión'; típica de pacientes que
ve rdadera emergencia hipert ensiva, si b ien la actuación debe se r padecen aterosclerosis, que es una falsa elevación de la cifra de la
simila r. PA producida por una arteria braquial ríg ida que se comprime con
El comprom iso orgánico obliga a reduc ir la presión arterial en menos dificultad por el manguito; esta se sospecha por el signo de Osler
de una hora, pero hay que evitar red ucciones demasiado intensas y (palpación de la arteria radial después de la desaparición del pulso al
rápidas por el riesgo de isquem ia cerebra l, miocárdica o renal aso- inflar el manguito).
ciada. La determinación de la presión arterial ambulatoria con dispo-
Las crisis hipertensivas son elevac iones de la PAS superiores a sitivos automáticos (MAPA) que realizan múltiples medidas a lo
180 mmHg y/o PAD mayores de 110-120 m m Hg. Pueden provocar largo del día puede ser de utilidad en determ inados pacientes, por
compromiso orgánico agudo grave (emergencia hipertens iva) o ejemplo para va lorar el grado de control de las cifras de PA en los
lim itado (urgencia hipertensiva). Si el compromiso orgánico es mí- momentos "valle" de acción de los fármacos empleados, para el diag-
nimo o está ausente es preferible reducir las cifras de PA a lo largo nóstico en pacientes con efecto "HTA de bata blanca" o efecto place-
de unas 24 horas. bo, o para la detección de pacientes non-dippers en los que la curva
Se denom ina hipertensión resistente o refractaria a la que no de ca ída de la PA durante el sueño está amortiguada y que parecen
consigue re d uci r las cifras a niveles desea dos a pesa r de cambios presentar un mayor riesgo. No obstante, conviene conocer que los
del estilo de vida y al menos tres fármacos (incluido un diurético). valores de PA media obtenidos con este método son inferiores a los
Puede suponer hasta el 15% de los pacientes y las causas prin- obten idos en consulta, por lo que el diagnóstico de HTA no se realiza
cipales son el inadecuado cumplimiento de medidas higiénico- con cifras superiores a 140/90 mmHg sino con valores por encima
dietéticas, el empleo de sustancias hipertensoras (regaliz, AINE, de 125-130/80 mmHg, 130-135/85 mmHg diurnos y 120/70 mmHg
esteroides, coca ína, etc.), apnea de l sue ño, causa secunda ria no nocturnos.
sospechada, lesión irreversib le de órganos diana o sob recarga de La automedida de presión arterial en el domicilio (AMPA) con
vol umen (ingesta de sodio, dos is in sufic iente de diuréticos, insu- aparatos automáticos correctamente calibrados también es de
ficiencia re nal progresiva o hiperaldoste ronismo). En estos casos utilidad en ciertos pacientes, pues aporta el beneficio de evitar el
conviene descartar la h ipertensión de "bata b lanca", la pseudohi- efecto "bata blanca" y permite conocer la evolución de las cifras de
pertens ión o el emp leo de un manguito más pequeño del apro- PA tras, por ejemplo, modificar el tratam iento farmacológico. En este
piado. contexto también las cifras de PA normales son menores que las
determinadas en la consul ta, de fo rma que va lores por encima de
130-135/85 mmHg se corresponden con valores superiores a 140/90
mmHg en la consulta.
No es obligatori o rea li za r una ecocardi ografía a to- - -o::..'"'" En la anamnesis es fundamental describir el t iempo de evolución de
dos los hipertensos. la HTA, detectar indicios de causa secundaria, investigar la presencia
de factores de riesgo asociados y la de síntomas propios de lesión de
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. a edición

los órganos diana (corazón, riñón, vasos sanguíneos, sistema nervio- Dentro de los factores ambientales destaca el consumo elevado de sal
so cent ral y retina) . en la dieta, re lacionado no sólo con el conte nido en sod io, sino también
En la exploración fís ica debe medirse la frecue ncia card íaca, el pe- con el de cloro (no obstante, no todos los hipertensos esencia les son sen-
rímetro abdomina l y el peso y tal la pa ra calcu lar el índice de masa sibles a la sal). Otros factores ambientales pueden ser el bajo contenido
corpo ral, así como realiza r una investigació n d irig ida de lesión sobre de potasio, calc io y magnesio en la d ieta, niveles bajos de vitamina D, un
los órganos diana de la HTA. elevado co nsumo de alcohol, dieta con bajo conten ido en ácidos grasos
Deben incluirse en el estudio de todo paciente hipertenso para poliinsaturados, la obesidad, el estrés, el sedentarismo, los niveles eleva-
descartar complicaciones y etiología secundaria va rias evaluaciones dos de renina o la hiperactividad del sistema simpático, etc. Asimismo
comp lementarias básicas (Tabla 75). existen algunos factores que se asocian a una mayor repercusión orgáni-
ca de la HTA, como el tabaquismo, la hipercolesterolemia, la intolerancia
hidrocarbonada, el sexo masculino, la raza negra, la aparición en edades
Recomendables para todos los pacientes
jóvenes, etc. Los nive les plasmáticos de ren ina en la HTA esencial suelen
Analítica sanguínea: glucemia en ayunas, colesterol y sus fracciones, ser norma les, pero pueden encontrarse aumentados o disminuidos.
trig licéridos en ayunas, potasio, ácido úrico, creatinina, hemoglobina
y hematocrito. Estimación del acla ramiento de creatinina o de la tasa
Cua ndo la hipertensió n arteri al se produce por enfermedades orgánicas
de fi ltrado glomerular mediante fórmulas apropiadas
concretas identificables se denomina HTA secundaria (Figura 182).
Analítica de orina: examen microscópico y detección
de microalbuminuria (tira reactiva) Para etiquetar la HTA como esencial, deben excluirse las causas de HTA
Electrocardiograma: para valorar la presencia de arritm ias y de signos secundaria (más probable cuando apa rece antes de los 30 años o des-
de hipertrofia ventricular izquierda pués de los SO).

Recomendables en muchos pacientes


Ecocardiografía (medida de la hipertrofia ventricular)
Ecografía carotídea (medida del grosor íntima-media)
Radiografía de tórax
Fármacos
fndice de presión arteri al tobil lo/brazo
Fondo de ojo
Medición de proteinuria si la tira reactiva fue positiva para
microalbuminuria
Aterosclerosi s
Prueba de la tolerancia a la glucosa si la glucemia es mayor Ins uficienci a aórtica
e 100 mg/dl
MAPA y/o AMPA
Fístulas Alteraciones
Cálculo de la velocidad de la onda de pulso
arteriovenosas suprarrenales
Tabla 75. Exploraciones complementarias en el paciente
hipertenso

Alteraciones rena les

Las ca usas más frecuentes de HTA secundaria son las


renales (vasculares o parenqu imatosas).

Existen otra serie de pruebas que se rea lizan planteadas por la sospecha
clínica de causa secundaria o para valorar el daño orgánico de forma
deta llada.
Figura 182. Causas de hipertensión arterial secundaria

26.2. Etiología Las principa les enfermedades causantes de HTA secundaria se exponen
a continuación:
Ca usas renales. Son, en su conjunto, la causa más frecuente de
En la mayoría de los casos (más del 90%) la causa de la hipertensión HTA secundaria en niños y adultos, e incluyen alteraciones vascu-
arterial es desconocida y se denomina HTA esencial, primaria o idio- lares (HTA renovascular) o parenquimatosas (infartos renales, pielo-
pática . nefritis crónica, glomerulonefritis, poliquistosis renal, tumores pro-
ductores de renina , etc.). La estenosis vascular renal puede deberse
Suele aparecer entre la adolescencia (más a partir de los 30 años) y los a aterosclerosis de las arterias renales (más frecuente a edades
SO años. En este caso, la elevación de PA se produce, sobre todo, por avanzadas, sobre todo en varones) o a d isplasia fib romuscular (más
aumento de las res istencias perifé ri cas secundario a vasoconstri cción, comú n en m ujeres j óvenes). La impl icación renovascu lar debe sos-
aunque inicialmente pa rece jugar un papel import ante una elevación pecha rse en el agravamiento brusco de un paciente hipertenso
del gasto cardíaco. Constituye un conjunto de d istintas alteraciones en previamente bien co nt ro lado. Para su tratam iento, en la actual idad
las que se incluyen factores hereditarios (here ncia poligénica) y am- se utilizan con más frecuencia las técn icas de ang ioplastia percutá-
bientales. nea que la cirugía .

26 · Hipertensión arterial
Cardiología 26
Es fundamental comprobar que las lesiones vasculares son la causa 26.3. Repercusiones orgánicas
de la HTA, para lo que existen determinadas pruebas, entre las que
destaca la medición de la concentración de renina en ambas venas
de la hipertensión arterial
renales. Si el resultado de la medición en la vena del riñón con lesión
es superior a 1,S veces la de la vena contra latera l, sugiere evidencia La mayoría de los pacientes hipertensos no present an síntomas secunda-
de que un proced imiento sobre esa arteria puede ser eficaz para me- rios a la HTA. No obstante, cuando estos aparecen, suelen ser secu ndarios
jorar el control de la presión arterial. a lesión de órga nos diana.
Causas endocrinológicas. Anticonceptivos orales, emba razo, hipe-
raldosteronismo, síndrome de Cushing, hipertiroidismo, mixedema, Repercusiones cardiovasculares
feocromocitoma, síndrome carcinoide, acromegalia, hipercalcemias
(hiperparatiroidismo), etc. La causa endocrinológica más frecuente La HTA puede ocasionar hipertrofia e hiperplasia de las células muscu-
de HTA secundaria ha sido tradiciona lmente el empleo de anticon - lares lisas y un aumento de la producción de t ejido colágeno y elastina.
ceptivos ora les, sobre todo los más antiguos, de modo que esta fue, Todo ello produce un aumento del grosor de la pared arterial con una
posiblemente durante años, la causa concreta m ás habitual de HTA d isminución de la distensibilidad y de la luz de la arteria (y, a su vez, un
secundaria. En la actua lidad parece haber sido superada por el hi- aumento de las resistencias periféricas) . En la capa íntima, la HTA produce
peraldosteronismo primario, que afecta especialment e en la edad sobre todo lesiones en el endotelio. Estos cambios en la pared de las arte-
pediátrica y parece ser la causa endocrinológica de HTA secundaria rias pueden ocasionar aneurismas de aorta y la disección de los mismos,
más frecuente. así como enfermedad arterial periférica. Existen alg unas alteraciones que
Este trastorno se debe sospec har en todo paciente hipertenso son más típicas de las arterias pequeñas, como hialinosis, microaneuris-
que presenta hipopota semia (en genera l leve) con alca losis, en mas de Charcot-Bouchard, necrosis fibrinoide, arteriolosclerosis hiperplá-
ausencia de tratamiento diurético. En el60-70% de las veces está sica (con imágenes histológicas "en piel de cebolla"). La necrosis fibrinoi-
provocado por un adenoma que suele ser unilateral en la mayor de y la arteriolosclerosis hiperplásica son muy características, aunque no
parte de los casos. Los métodos diagnósticos se basan en una exclusivas, de la HTA maligna.
sospecha cuando existe una elevación de aldosterona en pre-
senc ia de re nina baj a y se suele confirmar con TC o resonanc ia La HTA representa un aumento de la poscarga cardíaca . El mecanismo de
magnética. compensación que utiliza el corazón es una hi pertrofia concéntrica de
Causas neurológicas. Psicógena, hipertensión intracraneal, sín- la pared ventricu lar izquierda. No obstante, a diferencia de la hipertrofia
drome diencefálico, disautonomía fam ilia r (síndrome de Riley-Day), que tiene lugar en los atletas, la hipertrofia de la HTA cursa con un au-
síndromes de sección medular, pol ineuritis, apnea/hipopnea del mento de la producción de tejido colágeno, hecho que condiciona que,
sueño, etc. a largo plazo, las consecuencias sean un deterioro de la distensibilidad de
Causas cardiovasculares. Arteriosclerosis de las grandes arterias, la pared ventricular (disfunción diastólica) y secundariamente auricular
coartación de aorta, insuficiencia aórtica, persistencia del conducto por aumento de presiones de llenado que predispone a la FA, y en fases
arterioso, fístulas arteriovenosas, y otras causas de aumento de volu- avanzadas, una alteración de la contractil idad (disfunción sistólica) con
men sistól ico, como la fiebre y la anemia. dilatación de la cavidad y aparición de insuficiencia cardíaca e incluso de
Causas farmacológicas. Además de los anticonceptivos orales, arritm ias ventriculares. Además, la hipertrofia de la pared ventricular in-
también pueden producir HTA la ciclosporina A, el tacrolimus, los crementa las demandas miocárdicas de oxígeno, lo que junto al aumento
esteroides, los antiinflamatorios no esteroideos, los antidepresivos, de incidencia de lesiones coronarias (por trata rse la HTA de un factor de
la eritropoyetina, la cocaína, las anfetam inas, otros simpaticomiméti- riesgo para la arteriosclerosis), favorecen que la hipertensión arterial pue-
cos, el alcohol, etc. da provocar isquemia miocárdica (Figura 183).
La mayoría de estas causas secundarias producen HTA sistólica y
diastólica, aunque algunas pueden cursar con HTA sistólica ais-
lada, como la arteriosclerosis de grandes vasos, la insuficiencia
La ca rdi opatía hipertensi va suele cursar con hipertro-
aórtica, la persistencia del conducto arterioso, las fístulas arte- fia y fallo diastóli co, pero en fases ava nzadas puede
riovenosas, los aume ntos del vo lumen sistó li co o el hipertiroi- producir dilatac ión y disfunción sistólica.
dismo.

La hipertrofia ventricular izquierda es un factor de riesgo independien-


te de morbimortalidad cardiovascular. En la exploración física se puede
Las cifras elevadas de presi ón arterial sistó lica son ha-
apreciar un impulso apical prominente y desplazado, con un cuarto ruido
bituales en situaciones con volumen- latido incremen-
tado (fiebre, anem ia, hipertiroidismo o bradicardias). frecuente por fallo diastólico y un tercer ruido en fase dilatada, y es muy
común auscultar un soplo sistólico eyectivo aórtico por esclerosis aórtica
acompañante (aument o de la rigidez en la base de los velos aórticos sin
En los ancianos, la HTA tiene mayor prevalencia que en el resto significación hemodinám ica, aunque ocasiona lmente puede evolucionar
de los grupos de edad, y posee pecul iaridades, como un gas- a estenosis degenerativa).
to cardíaco menor y unas resistencias periféricas superiores, una
disminución de la elasticidad de las grandes art erias, una elevada En el ECG son frecuentes los signos de hipertrofia ventricu lar izquierda
frecuenc ia de HTA sistól ica aislada, una menor actividad de re ni- por sobreca rga de presión (Figura 184). Se ha descrito que la relación de
na plasmática, una mayor prevalencia de hi pe rtrofia vent ricu lar iz- la HTA con los episod ios corona rios es menos marcada que con el riesgo
quierda y de hipertensión secundaria a enfermedad vascu lar renal, de ictus, pero en muchas regiones el exceso de muertes producidas por
y un mayor riesgo de ictus. la HTA es debido principalmente a la cardiopatía.
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

o isquémicos por aterotrombosis o


ateroembo li a.

Asim ismo, son de etiología isqué-


mica los infartos !acunares y la en-
fermedad de la sustancia blanca, la
enfermedad de Biswanger y, posible-
mente, algunos casos de hidrocefalia
normotensiva. Hay varias formas de
demencia q ue son más frecuentes
en individuos hipertensos que en
norm otensos, y existen algunos da-
tos que sugieren que el tratam iento
de la HTA puede mejorar algunas
variab les de la función cognitiva y la
memoria, así como disminuir el ries-
go de ictus, por lo que el deterioro
cognitivo es indicación para iniciar
tratam iento farmacológico en los in-
dividuos hipertensos.

Figura 183.lmagen ecocard iográfica en dos dimensiones (a rriba) y en modo M (abaj o) que muestra
hipertrofia ventricular izquierda en un paciente con hipertensión arteri al. Tomada de G.• Fernández, G• La encefalopatía hipertensiva consis-
Robles, Zamorano López: Manual de imagen cardíaca. CTO Editorial, 201 O te en deterioro del nivel de concien-
cia, convu lsiones, edema de papila e
hipertensión intracraneal coincidien-
do con elevación grave de la PA. Son
poco frecuentes los signos de focali -
dad neu rológica.

Repercusiones
sobre la retina

La HTA produce alteraciones sobre los


vasos retinianos, que se han clasifica-
do en cuatro grados (Keith-Wagener-
Barker) (Tabla 76).

Las lesiones retinianas pueden desa-


rro llarse de forma aguda por eleva-
ciones bruscas importantes de la PA,
siendo en este caso reversibl es al nor-
malizarla .

Figura 184. ECG de 12 derivacio nes de un paciente hipertenso con hipertrofia ventricular izqu ierda Las lesiones q ue se desarrollan de for-
y alteraciones secundarias de la repolarización ma aguda se producen en gran par-
te por vasoconstricción y, son sobre
Repercusiones sobre el sistema nervioso todo, exudados y hemorragias. Sin embargo, las lesiones producida s por

central arteriosclerosis se ocasionan lentamente, son prácticamente irreversibles


y están rep resentadas, sobre todo, por los cruces arteriovenosos.

La HTA puede producir síntomas inespecíficos (cefaleas occipitales Efectos renales


matutinas, inestabilidad, vé rtigo, acúfenos, alteraciones visua les o in-
cluso síncope) . Las alteracio nes en la visión pueden ser un síntoma Con respecto a las consecuencias rena les, la HTA puede ocasionar ne-
precoz de HTA maligna. Otras consecuencias neurológicas más graves froang ioesc lerosis por arteriosclerosis en las arte ri o las aferente y eferente
son los accidentes cerebrovascu lares y la encefalopatía hipertens iva; y de los g loméru los, q ue pueden producir alteraciones func ionales, como
de hecho, la HTA parece gua rd ar una relación más estrecha con los disminución de la filtrac ión g lomerular con insuficiencia renal, proteinu-
accidentes cerebrovascu lares que con la cardiopatía. Estos pueden ria, hematuria o incluso disfunción tubular. La microa lbuminuria parece
ser de tipo hemorrágico (por el desarrol lo de aneurismas de Charcot- ser un marcador temprano de daño renal. Estas alteraciones se detallan
Bouchard y, sobre todo, en elevacio nes muy importantes de la PA) en la Sección de Nefrología .

26 · Hipertensión arterial
Cardiología 1 26
Grado 1 Estrecham iento y esclerosis arteriolar moderada de forma regu lar (por ej emplo 30 minutos d iarios), pues este
Grado 11 Cruces arteriovenosos t ipo de ejercicio (no el isométri co intensivo como las pesas, que pueden
incrementarla) ha demostrado red ucir laPA sistólica y diastólica unos 2-3
Grado 111 Exudado y hemorragias
mm Hg. No obstante, la dificultad para mantener estas med idas a largo
Grado IV Edema de papila plazo, y el hecho de que no hayan demostrado preven ir las complicacio-
Tabla 76. Retinopatía hipertensiva. Clasificación de Keith-Wagener- nes cardiovascu lares hace que no deban retrasar la decisión de in iciar tra-
Barker tamiento farmacológ ico cuando esté indicado, sobre todo en pacientes
de riesgo alto.

26.4. Tratamiento de la hipertensión En ind ividuos hipertensos hay que tener precaución con el empleo de
los AIN E, pues producen retención de sod io y pueden desencadena r fa llo
arterial prerrenal, especia lmente en aq uellos que rec iben t ratamiento fa rmaco-
lógico.
El objetivo terapéut ico de la HTA es dism in uir la morbimorta lidad car-
diovascular a largo plazo, y para ello se debe actu ar sobre los factores de Tratamiento farmacológico
riesgo coexistentes e intentar alcanza r unas cifras de PA por debajo de
los niveles objetivo. En general, este es mantener la PA en valores inferio- En un enfoque moderno y global, para decid ir si iniciar tratamiento far-
res a 140/90 mm Hg, siendo menor de 130/80 mm Hg pa ra pacientes de maco lógico no solo hay que fijarse en las cifras de PA, sino en el riesgo car-
muy alto riesgo (diabéticos, disfunción renal, p roteinuria, ictus o infarto diovascula r global, de manera que en pacientes de riesgo vascular muy
de miocard io previo). La hipertensión sistó lica aislada del anciano debe elevado se recomienda iniciar los fármacos incluso con va lores de PA
recibir una actuación similar a la sistodiastó lica . por debaj o de 140/90 mm Hg (por ej em plo, en ind ividuos diabéticos con
valores por encima de 130/85 m mHg, o en pacientes con enfermedad
cardiovascu lar o rena l establecida, con cifras superiores a 120/80 mmHg).

Para tratar la HT A se prefieren fá rm acos de vida me-


dia larga y admini stración úni ca di ari a a fin de mej o- _ _.;::::,..;.,.. En la Tabla 77 se recogen las recomendac iones de la Sociedad Europea
rar el cumplimiento terapéutico. de Cardiología, a modo de ejemplo, para decidir la actuación terapéutica
óptima en func ión del riesgo ca rdiovascular g loba l de cada individuo.

As imismo, cuando la HTA sea secu ndari a a una eti olog ía identificable El beneficio del t ratam iento fa rmaco lógico se debe fundamentalmente a
debe hacerse, si es posible, un t rat amiento seg ún el ori gen de la enfer- la disminución de la presión arterial en sí mism a.
medad; por ej emplo, en el caso de la hipertensión renovascular, puede
estar indicada la angioplastia de la arteria responsab le o su reparación Se aceptan como fármacos de primera línea en el tratamiento de la
quirúrgica, aunque en el caso de displasia fibromuscular de la media, sue- HTA cinco grupos farmacológicos: ~ - bloqueantes, tiazidas, calcioantago-
le permanecer estable y no se precisa tratamiento mecánico si la PA se nistas, lECA y ARA 11.
controla mediante trata miento farmacológ ico (cuando la displasia fibrosa
es subadventicial, suele ser progresiva y precisa r ang ioplastia o cirugía). En principio, de no existi r ningún dato en el perfil clín ico del paciente
que haga preferible el empleo de uno u otro grupo, se puede iniciar el
El tratamiento de la HTA incluye unas med idas generales (medidas higié- tratamiento con el fármaco que se desee, en función de las preferencias
nico-dietéticas) y, no en todos los casos, un t ratam iento farmacológico. del méd ico o del paciente. No obst ante, con mucha frecuenc ia existen
factores que hacen recome ndable em plear y/o evitar algún grupo con-
creto (véase más adelante: aspectos prácticos del tratamiento de la HTA).

Antes de elegi r el fá rm aco antihipertensivo, hay que _ _.;::::,..;.,... En esas últimas recomendaciones, y dado que la mayoría de los pacien-
valorar la comorb ilidad del pac iente. tes no consiguen el control de cifras de PA con un solo fármaco (menos
del 30%), se permite elegir entre in iciar un fármaco en monoterapia o la
asociación de dos fá rmacos a menor dosis, preferiblemente en una sola
Medidas generales toma diaria para favorecer el cumplimiento terapéutico. El control de laPA
deberá rea lizarse de forma gradual, pero en caso de riesgo cardiovascu lar
El aspecto más importante de la diet a de un ind ividuo hipertenso es la alto será preferible in iciar una combinación de fármacos para conseguirlo
restricción de la ingesta de sal a cifras infe ri ores a 5 g al d ía o incluso me- más ráp idament e. Si no se alca nza el objetivo, se irán incrementando las
nos, pues además de ayudar a controlar la PA (d ism inuye de promed io dosis o el número de fármacos hasta conseguirlo.
unos 5 mmHg), incrementa el efecto hipotensor de los fármacos. Una de
las situaciones más frecuentes de refractariedad del control de las cifras Los principales grupos farmacológicos d ispon ibles para tratar la HTA son
de presión arteria l con fármacos es la ingesta de sa l. (Tabla 78):
Calcioantagonistas: dihidropi ridinas, verapam ilo o dilt iazem.
Otras indicaciones a tener en cuenta son el abandono del hábi to del ta- lnhibidores de la enzima conversora de angiotensina (lECA):
baco, reducción y esta bilización del peso en caso de sobre peso, dism inu- captopril, enalapril, lisinopril, quinapril, tra ndolapril, ram ipril, et c.
ción de la ingesta de alcohol, modifi car la dieta (a umentar el consumo Vasodilatadores arteriales directos: hidralacina, diazóxido, nitro-
de frutas, verduras y pescado, y reduc ir las grasas tot ales, saturadas y co- prusiato (útiles en las crisis hipertensivas graves), minoxid il (que tam-
lesterol), así como la realiza ción de ejercicio físico aeróbico de intensidad bién se emplea loca lment e para la caída del cabello).
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. 8 edición

Presencia de factores
Presión arterial
asociados
Otros factores de riesgo,
NORMAL NORMAL-ALTA HTAGRADO 1 HTAGRAD02 HTAGRAD03
lo o enfermedad
Sin otros factores Ninguna Ninguna intervención Cambios de estilo Cambios de estilo
de riesgo intervención respecto a la PA de vida durante varias de vida +tratamiento
respecto a la PA semanas, seguido farmacológico
de tratamiento inmediato
farmacológico si la PA
no está controlada
De 1 a 2 factores Cambios de estilo Cambios de estilo Cambios de estilo Cambios de estilo Cambios de estilo
de riesgo de vida de vida de vida durante varias de vida durante varias de vida +tratamiento
semanas, seguido semanas, seguido farmacológico
de tratamiento de tratamiento inmediato
farmacológico si la PA farmacológico si la PA
no está controlada no está controlada
Igual o más Cambios de estilo Cambios de estilo Cambios de estilo Cambios de estilo Cambios de estilo
de 3 factores de riesgo, de vida de vida y considerar de vida + tratamiento de vida +tratamiento de vida + tratamiento
SMoiO tratamiento farmacológico farmacológico farmacológico
farmacológico inmediato
Diabetes Cambios de estilo
e vi a + tratamiento
farmacológico
Enfermedad Cambios de estilo Camb1os de estilo Cambios de estilo Cambios de estilo Cambios de estilo
cardiovascular de v1da +tratamiento de vida + tratamiento de vida+ tratamiento de vida +tratamiento de vida + tratamiento
o renal establecida farmacológico farmacológico farmacológico farmacológico farmacológico
inmediato 1nmed1ato inmediato inmediato inmediato
Ht: hipertensión arterial, Lo: lesión subclínica de órganos, Pa: presión arterial, Sm: síndrome metabólico

Factores de riesgo Enfermedad cardiovascular


Lesión subclínica de órganos diana
o renal establecida
Edad (varón >55, mujer> 65) Hi pertrofia de ventrículo izquierdo en Cardiopatía: angina, infarto, revascu larización
Tabaquismo electrocardiograma o ecocard iografía previa o insuficiencia cardíaca
Dislipidemia: Grosor íntima-media carotídeo > 0,9 mm Enfermedad cerebrovascu lar: ictus isquémico,
o placas ateroscleróticas carotídeas hemorragia cerebral o accidente isquémico
- Colesterol total > 190 mg/dl
Velocidad de pulso carotídeo o femoral transitorio
- LDL > 115 mg/dl
> 12 m/s Nefropatía: nefropatía diabética, proteinuria
HDL varón < 45 mg/ dl, mujer < 46 mg/dl
rndice tobillo/brazo< 0,9 > 300 mg/24 h o disfunción renal (creatinina:
Triglicéridos > 150 mg/dl varón > 1,S mg/dl, mujer> 1,4 mg/dl)
Creatinina levemente elevada:
Glucemia en ayunas 102-125 mg/dl Enfermedad arterial periférica
- Varón > 1,3-1 ,S mg/d l
Tolerancia anormal a la glucosa Retinopatía avanzada (hemorragias, exudados
- Mujer 1,2-1,4 mg/dl
Perímetro de cintura varón > 102 cm, mujer o edema de papila)
Aclaramiento de creatinina estimado
> 88cm
< 60 ml/min
Antecedente familiar de enfermedad
cardiovascular precoz (varón < 55, mujer< 65) Tasa de filtrado glomerular estimada
< 60 ml/min/1 ,73 m 2
Microalbuminuria 30-300 mg/24 h

Diabetes mellitus: presencia de glucemia en ayunas > 126 mg/dl repetida o glucemia tras sobrecarga oral > 198 mg/dl
Síndrome metabólico: presencia de 3 de los siguientes S datos: perímetro abdominal aumentado, trigl icéridos elevados, HDL bajo, PA > 130/85, glucemia
en ayunas> 100 mg/dl o diabetes tipo 2

Tabla 77. Procedimi ento d e actua ción terapéutica frente a la HTA según las reco mendaciones de la Sociedad Europea de Cardiología

Bloqueadores de receptores adrenérgicos periféricos: ~-bloqueantes Antagonistas del receptor AT1 de la angiotensina 11 (ARA 11): lo-
(propranolol, atenolol, metoprolol, bisoprolol, etc.), a-bloqueantes (fen- sartán, candesartán, irbesartán, va lsartán, etc., cuyo efecto es similar
tolamina, fenoxibenzamina, prazosina, doxazosina ... ) y a-~ - bloqueantes al de los lECA, pero con escaso riesgo de provocar tos o angioe-
(carvedilol y labetalol). dema. Estudios recientes demuestran que posiblemente sean más
Otros antiadrenérgicos: antiadrenérgicos de acción centra l (cloni- protectores que los tratamientos clásicos (~-bloqueantes o tiazidas)
d ina, guanabenzina, guanfacina, metildopa), b loqueantes posgan- en algunas situaciones.
gl ionares (reserpina, guanetid ina) o bloqueantes gang lionares (tri- Aliskiren es un nuevo fármaco que actúa inhibiendo la ren ina en su
metafán). punto de activac ión y que ha demostrado reduc ir eficazmente las ci-
Diuréticos: tiazidas (clorta lidona, hidroclorotiazida, etc.), d iu réticos fras de PA solo o asociado a una tiazida y podría poseer propiedades
de asa (furosemida, tora se mida, etc.) o diuréticos ahorradores de po- antiprotein úricas, aunque no parece aportar beneficio ad icional al
tasio (espironolactona, triamtereno y ami lorida). de los lECA o los ARA 11.

26 · Hipertensión arteria l
Cardiología 1 26
Principio activo Dosis recomendada Presentación Tiempo (periodo de uso)

Hidroclorotiazida 12,5-100 mg/día Tabletas 25 mg Indefinido


Clortalidona 25-100 mg/día Tabletas 50 mg Indefinido

Captopril 50-150 mg/día Tabletas 25 mg Indefinido

Ena lapril 10-60 mg/día Tabletas 1O mg Indefinido


Nifedipino 30-60 mg/día Tabletas 30 mg Indefinido

Vasilato de amlodipino 5- 10 mg/día Tabletas 5 mg Indefinido

Verapamilo 80-480 mg/día Tabletas 80 mg Indefinido

Clorh id rato de propranolol 20-240 mg/día Tabletas 1Oy 40 mg Indefinido

Tartrato de metoprolol 50-300 mg/ día Tabletas 100 mg Indefinido


Clorhidrato de prazocina 1-6 mg/día Tabletas 2 mg Indefinido
Losartá n potásico 50-200 mg/día Tabletas 50 mg Indefinido
Felodipino 5-10 mg/día Tabletas S mg Indefinido
Hidra lazina 50-100 mg/día Tabletas 50 mg Indefin ido

Ácido acetilsalicílico 150 mg/día Tabletas efervescentes 300 mg Indefinido

Tabla 78. Fármacos indicados en el tratamiento de la HTA sistémica

Los únicos fármacos que demostraron hace años una mejoría en la su- También son muy úti les en presencia de disfunción ventricu lar sistólica,
pervivencia, en ensayos clínicos aleatorizados frente a placebo, son los si hay antecedentes de infarto de miocardio o de síndrome metabólico.
~-bloqueantes y las tiazidas. La primera vez que se empleó t ratam iento
farmacológico para la HTA (con tiazidas) fue en 1957. Los más modernos En el tratamiento de la HTA del feocromocitoma suelen utilizarse los
no lo han demostrado por ser éticamente incorrecto diseñar un estudio a-bloqueantes (fentolamina y fenoxibenzamina). Estos pueden ser útiles en
frente a placebo, aunque los resultados en morbimortalidad de los otros el t ratamiento de pacientes con dislipidemia incontrolable o con hiperpla-
grupos de primera línea son sim ilares a los de ~-bl oquea nte s o t iazidas, e sia de próstata, aunque estudios recientes muestran que pueden asociarse
incluso podrían ser mejores en algunas circunstancias. a un incremento en el riesgo de insuficiencia ca rdíaca, respecto a otros gru-
pos fa rmacológicos, por lo que no se consideran fármacos de primera línea.

En pacientes de raza negra los calcioantagonistas y los diuréticos parecen


Los fármacos que han demostrado red uci r la morta li-
ejercer más protección que los otros tres grupos de primera línea.
dad frente a placebo en la HTA son los ~-bloqueantes
y los diuréticos.
En la hipertensión sistólica aislada del anciano son de elección los calcioan-
tagonistas o las t iazidas, aunque pueden emplearse el resto de fármacos de
Aspectos prácticos en el tratamiento primera línea, evitando descensos demasiado bruscos de la PA y vigilando
la hipotensión ortostática, con objetivos similares al resto de hipertensos.
farmacológico de la hipertensión arterial
En la hipertrofia ventricu lar izquierda y en el síndrome metabólico son de
La Tabla 79 recoge alg unas situaciones que favorece n el empleo de los d i- elecció n los lECA, ARA 11 o calcioantagonistas.
versos fármacos antihipertensivos. Aunque los diuréticos y ~- bloqueantes
disminuyen la morbimortalidad, tienen un potencia l efecto pernicioso En pacientes con antecedentes de ictus son válidos, en principio, cual-
sobre el perfillipídico y sobre el control de la diabetes mellitus, y sus efec- quiera de los fármacos.
tos secunda rios son importantes. Datos rec ientes avalan además que los
~-bloqueantes solos o en combinación con tiazidas no deben emplear- En las urgencias hipertensivas no es necesario el ingreso hospitalario. El
se como primera opc ión en pacientes con sínd rome metabólico o alto tratam iento inicial se rea liza con fármacos por vía oral, como el capto-
riesgo de desarrollar diabetes, salvo q ue estén indicados por otro motivo pril (sublingual quizá sea el tratamiento de elección), la furosemida o
(i nsuficiencia cardíaca, infarto de miocardio, etc.). No obstante con carve- el amlodipino. Se debe evitar el uso de nifedipino de acción rápida, ya
dilol este riesgo no está tan establecido. qu e puede producir un cuadro hipotensivo y desencadena r isqu emia
miocá rdica.
Los ~- b l oq u eantes están especialmente indicados cuando hay una hipe-
ractividad cardíaca con taquicardia, si hay enfermedad corona ria asocia- La emergencia hipertensiva precisa el tratamiento inmediato con fárma-
da, así como en la insuficiencia cardíaca. cos intravenosos en una unidad de cuidados intensivos, evitando realizar
un descenso demasiado intenso de la PA para preven ir la hipoperfusión
Los lECA y los ARA 11 son de elección en la HTA de origen renovascular, de órganos vitales. El nitroprusiato, la nitroglicerina, la furosemida, el ura-
aunque están contraindica dos cuando la estenosis de la arteria renal es pidilo y ellabeta lol son fármacos muy conven ientes en este contexto.
bi lateral, o en pacientes monorrenos con estenosis arterial. Hay que intro-
ducirlos con precaución en pacientes con deterioro de la función renal, Respecto al embarazo conviene recordar que en el segundo trimestre
aunque son de elección en caso de coexistir diabetes, microalbuminuria las cifras de PA disminuyen unos 10-15 mmHg, volviendo a los valores
o proteinuria y, probablemente (aunque no está ta n fundamentado), en basales en el te rcer trimestre. Para el diagnóstico de HTA durante el em-
presencia de nefroangioesclerosis si n diabetes ni proteinuria asoc iadas. barazo se emplea el punto de corte el valor superior a 140/ 90 mmHg, si
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. a edición

bien la determinación de MAPA pued e ser más precisa. Se reco miendan pecialmente metopro lo l, con escaso riesgo de crecim iento int rauterino
medidas higiénico-d ietéticas incluyendo supervisión estri cta y li mitación ret ardado).
del ejercicio físico (no se aconseja la restricción de sod io en el emba razo,
la pérdida de peso, ni los suplementos dietéticos). Está n contraindicados los lECA y los ARA 11 debido a sus potenciales efec-
tos teratógenos. Cifras superiores a 170/11 O m m Hg son una urgencia que
En presencia de hipertensión gestacio nal con o sin proteinuria se reco- req uiere hospita lización, empleá ndose nitroprusiato o labetalol int rave-
mienda el empleo de fá rmacos a partir de cifras de 140/ 90 mmHg. Son nosos, metildopa o nifed ipino orales, habiéndose abandonado la hidra-
de elección la a.-metildopa, el labetalol o, menos frecuentemente, los lacina por presentar mayor riesgo perinatal que otros fármacos. Si existe
calcioantagonistas (pueden retrasa r el parto) o los ~ -b l oqueantes (es- edema pu lmo nar, la nitroglicerina es de elección.

Fármaco Aconsejable Desaconsejable


~-b l oqueantes Enfermedad corona ria As ma
Taquiarritmias Brad iarritmias
Insuficiencia ca rdíaca Claudicación grave
Hi pertiroidismo Riesgo de diabetes
Emba razo (segu nda línea) Síndrome metabólico
Tiazidas Insuficiencia cardíaca Gota
Ancianos Riesgo de diabetes
Raza neg ra Síndrome metabólico
lECA o ARA 11 1nsuficiencia cardíaca Emba razo
Disfunción sistólica Estenosis bilateral de arteri a renal
Diabetes Hi perpotasemia
Proteinuria
Insuficiencia renal crón ica
HTA vasculorrenal
Raza negra
Síndrome metaból ico
Hi pert rofia vent ri cular
Calcioantag oni stas Angina de pecho Dihidropiridinas en monoterapia en la isquemia miocárdica
Ancianos Estreñim iento
Claudicación intermitente
Síndrome metaból ico
Hipertrofia vent ricular
Emba razo (segunda línea)
a -bloqueantes Hipertrofia benigna de próstata Insuficiencia cardíaca
Feocromocitoma Hipotensión ortostática
Tabla 79. Situaci o nes q ue favorecen o hacen desaconsej able el empleo de diversos fárma cos para la HTA

" La causa más frecuente de hipertensión arte ri al es la ese n-


Ideas clave J6 cial (tradicionalmente de inicio entre 30 y 50 años, aunque
con tendenc ia a aparecer en individuos más jóvenes, incluso
" La hipertensión arterial tiene una alta preva lencia (15-20%), una adolescentes). En i nd ividuo s jóvenes hay que descartar cau -
incidencia que permanece estable, prácticamente la mitad de sas secundarias como la coartación de aorta, y en ancianos
personas con hipertensión desconoce la situación y a pesar de conviene descartar otras etiología s como la ateroscl erosi s
los avances terapéuticos, el control óptimo se alcan za en menos renal.
de la mitad de los pacientes, por lo que es un p roblema de salud
pública de pri mera magn itud. " La causa más frecuente de hiperte nsión arteria l secundaria es la
de origen renal (vascular o parenqu imatoso) .
" Tanto la elevación de la presión arterial sistólica como de la diastó-
lica se re lacionan con la enfermedad cardiovascu lar, y en pacientes " Los riñones intervienen como víctima (sufren la nefroangioes-
ancianos también parece que la presión del pulso (sistólica menos clerosis) y verdugo (están implicados en la patogenia) en la hi-
diastólica) también guarda relación con estas enfermedades. pertensió n arterial esencial.

" La medida correcta de la presión arterial se basa en la ausculta- " Muchos fármacos (vasoconstrictores, faci litadores de la reten-
ción de los ruidos de Korotkoff. La pseudohipertensión que apa- ción hidrosa lina como los anti inflamatorios, etc.) y enfermeda-
rece en la ateroscleros is se puede so spechar ante la palpación de des endocrinometabólicas (hipertiroidismo, síndrome de Cu s-
la arteria rad ial con el manguito inflado (signo de Osler). hi ng, etc.) producen hipertensión arterial.

26 · Hipertensión arterial
Cardiología J 26
" Los estudios complementarios básicos a realizar en todo paciente " Los únicos fármacos que han demostrado estadísticamente
hipertenso incluyen la analítica de sange y orina y el electrocar- frente a placebo disminuir la morbimortalidad son diuréticos
diograma. Otras pruebas como la ecocardiografía, la radiografía y P-bloqueantes. Los fármacos más modernos no lo han he-
de tórax, el índice tobillo-brazo, la ecografía carotídea, o el fondo cho por no ser ét ico diseñar nuevos estudios contra placebo.
de ojo se recomiendan en muchos pacientes, así como pruebas
específicas para evaluar causas secundarias cuando se sospechen. " Se consideran fármacos de primer escalón y puede emplearse el
que se desee en la hipertensión arterial sin comorbilidad signi-
" Los principales órganos "diana" donde la hipertensión arterial ficativa como primera opción: los diuréticos, los p-bloqueantes,
produce daño orgánico son el sistema nervioso central (típica- los lECA, los ARA 11 y los calcioantagonistas.
mente accidentes vasculares cerebrales), el corazón (h ipertrofia,
isquemia miocárdica o arritmias), los riñones (insuficiencia renal " Dado que el tratamiento en monoterapia raramente consi-
por nefroangioesclerosis) y la retina (retinopatía hipertensiva). gue el control de las cifras de presión arterial, es razonable
iniciar tratamiento de entrada con una asociación de fárma-
" La cardiopatía hipertensiva suele presentar hipertrofia ventri- cos, especialmente en pacientes de riesgo cardiovascular im-
cular y fallo predominanteme nte diastólico, aunque en fases portante.
avanzadas en casos de hipertensión arterial grave puede origi-
nar dilatación y disfunción sistólica ventricular, remedando una " Los lECA son de elección en presencia de diabetes mellitus, hi-
ca J iomiopatía dilatada. pertensión renovascular, nefropatía diabética o de otro origen,
disfunción sistólica ventricular o insuficiencia valvular grave,
" La fibrilación auricular es la arritmia que más se relaciona con la antecedente de infarto de miocardio o riesgo alto de desarro-
hipertensión arterial, por aumento retrógrado de presiones iz- llar diabetes. La alternativa en caso de tos o angioedema por
quierdas. Además, la hipertensión arterial es un factor de riesgo lECA son los ARA 11, que son útiles cuando hay hipertrofia ven-
embólico en la fibrilación auricular. tricular importante.

" Todos los hipertensos deben cumplir medidas higiénico-dietéticas " Los p-bloqueantes se prefieren en pacientes coronarios, con fi-
(d ieta sosa, evitar el sobrepeso, realizar ejercicio, evitar los antiinfla- brilación auricular rápida u otras taquiarritmias, hipertiroidismo,
matorios .. .) y controlar los demás factores de riesgo cardiovascular. insuficiencia cardíaca, a veces en la migraña o si hay temblor
esencial. No parecen la mejor opción en caso de alto riesgo de
" Para decidir cuándo iniciar tratamiento farmacológico para la hiper- desarrollar diabetes (síndrome metabólico).
tensión arterial no es suficiente, sa lvo casos extremos, con las cifras
de presión sistólica y diastólica, sino que es preciso evaluar la pre- " Los calcioantagonistas se prefieren en casos de HTA sistólica ais-
sencia de lesión establecida clínica o subclínica en los órganos diana lada del anciano, angina de pecho con contraindicación para P-
y estimar el riesgo cardiovascular global (que incluye el análisis de bloqueantes, fibrilación auricular rápida o a veces en pacientes
la presencia y situación de otros factores de riesgo cardiovascular). migrañosos.

" Por ese motivo, cuando existe enfermedad cardiovascular o re- " En el embarazo se prefiere la a -metildopa. En el feocromocito-
nal establecida se recomienda tratamiento farmacológico con ma, los a-b loqueantes. En la hipertrofia benigna de próstata,
cifras por encima de 120/80 mmHg, y en pacientes diabéticos a-bloqueantes (aunque pueden ser menos seguros que otros
por encima de 130/85 mm Hg. antihipertensivos en monoterapia). En pacientes de raza negra,
diuréticos y calcioantagonistas parecen ofrecer más protección
" El objetivo terapéutico del tratamiento de la hipertensión arte- que los otros grupos farmacológicos.
rial es disminuir la morbimortalidad del paciente, para lo que se
emplea un objetivo operacional encaminado a disminuir la pre- " En las emergencias hipertensivas, es recomendable no disminuir
sión arterial a valores inferiores a 140/90 mmHg en general, sien- las cifras de presión arterial demasiado intensamente, y se em-
do más bajos (inferiores a 130/80 mmHg) en caso de diabetes o plean potentes antihipertensivos intravenosos como nitropru-
enfermedad renal o cardiovascular establecidas. siato, labetalol o urapidil.

Nos avisa la enfermera porque, al tomar la tensión arterial a un


Casos clínicos · hombre de 47 años, que acudía al ambulatorio por las recetas de su
madre, presentaba cifras de 160/100 y a los 15 minutos 164/98. El
Un hipertenso de 45 años, hasta entonces con buen control, ex- paciente se encuentra bien. En su historia, el último registro es de
perimenta cefalea intensa, disminución de la visión, malestar pro- un catarro hace cuatro años, y no viene reflejado nada llamativo en
fundo y marcado ascenso de las cifras tensionales a 240/140. En sus antecedentes personales. ¿Cuál sería la actitud más adecuada?
la exploración física presenta edema de papila, hemorragias en
llama y estertores húmedos en las bases pulmonares. En el curso 1) Administrar nifedipino sublingual y actuar en función de la res-
de una semana, la urea ha aumentado a 150 mg/dl y en la orina se puesta.
detecta microhematuria. Este cuadro tiene una lesión histológica 2) Administrar una tiazida y programar para estudio de su hiper-
vascular característica. Señálela: tensión arterial.
3) Programar al menos dos citas para realizar depistaje de hiperten-
1) Hipertrofia de la capa media de arterias y arteriolas. sión arterial.
2) Necrosis fibrinoide. 4) Recomendar dieta hiposódica, ejercicio aeróbico 30 minutos al
3) Panarteritis exudativa. día, consumo limitado de alcohol, evitar situaciones estresantes
4) Hialinosis de la media . y programar cita para estudiar su hipertensión arterial.

RC: 2 RC: 3
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

Los fami liares t raen a Urgencias a una mujer de 63 años, con una dent es de int erés, y en la exploración física se detect a un soplo
historia antigua de hipertensión y diabetes, porque en las últi- sistólico 11/VI en foco aórtico con segundo ru ido normal. El ínci-
mas 24 horas está incoherente. En la exploración, se observa a de de masa corporal era de 31. La presión arterial es de 166/100
una paciente desorientada con TA 230/160 mm Hg, frecuencia mmHg. Respect o a la actuación con est e paciente señale la res-
respiratoria de 25, pulso de 11 O 1/m y temperatura 36,7 oc. En la puest a incorrect a:
auscultación pulmonar hay crepitantes bibasales, y en la cardíaca
sólo se evidencia un cuarto tono. No hay organomegalias ni fa- 1) Debe evitar el consumo de sal en la dieta.
calidad neurológica. Sólo está orientada respecto a personas. La 2) Es recomendable que evite el empleo de antiinfiamatorios no
fami lia refiere que había dejado de t omar los hipotensores hacía esteroideos.
varias semanas. Se monitoriza a la enferma y se inserta n vías arte- 3) Se recom ienda rea lizar un electrocardiograma .
rial y venosa. Una TC craneal excluye hemorragia y m asa intracra- 4) Es recomendable realizar una angiorresonancia aórtica para des-
neal. ¿Cuál de los siguientes es el paso más adecuado q ue debe cartar coartación de aorta.
darse a continuación?
RC: 4
1) Observar a la enferma durante una hora en una habitación, tran -
quila antes de dar medicación . La analítica detectó diabetes mellit us y microalbuminuria. Res-
2) Esperar los resultados de laboratorio antes de decidir el trata - pect o al ECG real izado (véase imagen), cuál de las siguientes afir-
miento específi co. maciones es falsa:
3) Administrar nitroprusiato sódico en infusión i.v.
4) Administrar diazóxido sódico en bolos i.v.

RC: 3

Se diagnostica HTA moderada a una muj er de 49 años, m enopáu-


sica desde hace 3. Tiene antecedent es de migraña desde los 20
años y asma intrínseco desde los 41. ¿Cuál de los siguient es fár-
macos NO estaría indicado en el trat amient o de su HTA?

1) P-bloqueantes.
2) Diuréticos.
3) Antagonistas del calcio.
4) lECA. 1) Está en ritmo sinusal.
2) Hay datos de crecimiento de aurícu la izquierda.
3) Existe un hemibloqueo anterior izquierdo.
RC: 1
4) Existe un bloqueo AV de segundo grado.
Un paciente de 66 años, fumador de 20 ciga rrillos diarios, con cri-
RC: 4
terios clínicos de bronquitis crónica y antecedentes de hiperpla-
sia prostática benigna, gota e hipercolest erolemia, consult a por
cifras medias de TA de 168/96 mmHg, a pesar de restricción sali- ¿Cuál de las siguientes opciones le parece incorrecta respecto al
na. ¿Cuál sería, de los siguientes, el tratamiento de elección pa ra manejo de este paciente?
su hipertensión arterial?
1) Tiene indicación absoluta de emplear aspirina a dosis antiagre-
1) lnhibidor de enzima de conversión de la angiotensina . gante.
2) Calcioantagonista. 2) En la elección del fármaco antihipertensivo los lECA son una
3) buena opción .
P-bloqueante.
4) a -bloqueante. 3) La realización de un ecocardiograma permitirá estimar la masa
ventricular izqu ierda y el grado de hipertrofia existente.
RC: 4 4) Si aparece fibril ación auricular, existe indicación de anticoagula-
ción crónica para alcanzar un INR 2-3.
Un paciente de 47 años acude a consulta por sensación de disnea
RC: 1
de esfuerzo de varios meses de evolución. No tiene otros ant ece-

What would be t he most efficient treatment to slow down t he


Case Study progression of t his patient's type 2 diabetic nephropathy?

A 58-year-old female visits her physician t o cont rol her diabe- 1) Angiotensin receptor blockers.
tes mellitus and hypertension. She feels good but confirms she 2) Calcium antagon ist.
has stopped taking verapamil beca use of constipation. She pre- 3) Alfa blockers.
sents intolerance to ACE (Angiotensin Converting Enzyme) inhi- 4) Beta blockers
bitors because of cough. The examination reveals blood pressu-
re 156/92 mmHg. Analysis: creatinine 1.6 mg/dL, 24-hour urine Correct answer: 1
protein excretion 1.5 g/day and creatinine clearance 45 mll m in.

26 · Hipe rtensión arterial


_C_aafio~lo~g~ía_________

Detección de cardiopatías
, .
congenltas ·- mayores
en n1nos
de 5 anos, adolescentes y adultos

ORIENTACIÓN Tema complejo y extenso, por lo que es recomendable centrarse en las cardiopatías congénitas
que alcanzan la vida adulta (CIA y coartación aórtica) y de las "infantiles" el ductus, tetralogía de
ENARM Fallot y la transposición de grandes arterias.

27 .1. Factores de riesgo Factores personales: ser portador de cromosomopatía, o cualquier


malformación congénita. Cerca del 50% de los pacientes con sín-
de cardiopatía congénita drome de Oown, Noonan, Williams o Turner presentan cardiopatía
congén ita. Por tanto, será necesario referir a todo paciente con los
En primer nivel de atención médica se deben implementar acciones de síndromes citados, sin valoración ca rdiológica reciente, y a todos
detección de cardiopatías congénitas en niños y adultos. Es convenien- aquéllos con antecedentes fam il iares (padres o hermanos) con car-
te buscar también intencionadamente aquellos pacientes que ya tienen diopatía congénita.
antecedentes de corrección quirúrgica de malformaciones cardíacas para
envío a segundo nivel. Las cardiopatías congénitas afectan al 1% de los recién nacidos vi vos.
Su origen suele ser mu ltifactoria l, aunque el 5-10% apa recen en el con-
Existe evidencia de que solo el 60% de los nacidos vivos con card iopa- texto de síndromes pol imalformativos, cromosomopatías o mutacio-
tía congén ita (CC) son diagnosticados al nacim iento. Con base en que nes de genes únicos (síndrome de Oown, síndrome de Turner, entre
existe una proporción de pacientes con cardiopatía congén ita que no otros).
es susceptible de ser diagnosticada en las primeras 24 horas posparto,
y otra proporción en que se om ite el diagnóstico, el médico de primer La cardiopatía congén ita más frecuente es la comunicación interventri-
contacto debe identificar grupos de riesgo para hacer la búsqueda di- cular (CIV), siempre que se excluya la válvula aórtica bicúspide (que es
rigida. aún más frecuente, entre el 0,5-2% de la población, en ocasiones con he-
rencia autosómica dominante y escasa penetrancia).
El defecto septal atrial tipo primum o secundum se identifica tardía-
mente con mayo r frecuencia. El retraso en el d iagnóstico se pre- La más frecuente dentro de las cianóticas en el rec ién nacido es la O-
senta inclusive en pacientes que tienen factores d e riesgo cuya aso- transposición de grandes arterias, pero a partir del año la cianótica más
ciación con la presencia d e card iopatías congé nitas es muy cono- común es la tetralogía de Fa llot (Tabla 80).
cida.

Para incrementar la detección de niños, adolescentes y adultos con car- Lesiones (%) De todas las lesiones

diopatía congénita, tratada y no tratada, es necesario investigar factores CIV 25-30


relacionados con: CIA (ostium secundum) 6-8
Antecedentes familiares:
Ductus 6-8
Familiares consanguíneos portadores de cardiopatía congénita.
Coartación aórtica 5-7
Hay un riesgo del2-7% cuando existen fam iliares de primer gra-
Tetralogía de Fal lot 5-7
do con ca rdiopatía congén ita .
Estenosis de válvula pu lmonar 5-7
Enfermedades o expos iciones maternas (edad materna avan-
Estenosis de válvula aórtica 4-7
zada, diabetes, enfermedad de la colágena, fenilcetonuria;
O-transposición de grandes arterias 3-5
exposición a fármacos, agentes antiinfecciosos, agentes físi-
cos). Tabla 80. Epidemiolog ía de las card iopatía s congénitas
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. 8 edición

Ma lfo rmaciones ca rdíacas características: observar la cianosis en la piel, por lo que se recomienda buscarla princi-
Rubéo la congénita ~ Ouctus, estenosis pu lmonar palmente en labios y lechos unguea les, y mucosas. A partir de los S años
suprava lvu lar. se puede observar el hipocratismo d igital, mej or conocido como "dedos
Síndrome de Turner ~Coartac ión de aorta.
en pa lillo de tambor" (secundario a la hipoxemia crónica).
Síndrome de Noonan ---+ Estenosis pul monar.
Síndrome de Di George---+ Tronco arterioso .
Síndrome de Down ~Ca n a l AV. Los niños frecuentemente se adaptan a las li mitacio nes que les impone el
Hijo de mad re d iabética ---+ H ipertrofia septa l asi- problema ca rdíaco y suelen negar disnea o fat iga de esfuerzo, por lo cual
métri ca. se recom iend a establecer la comparación entre lo que puede hacer de
ejercicio el paciente y lo q ue pueden hacer sus compañeros de clase. La
pregunta clave es si se cansa antes q ue sus compañeros.
27 .2. Generalidades
En todo paciente con datos de insuficiencia cardíaca sin causa aparente,
habrá que rea lizar acciones de detección de ce (factores de riesgo y eva-
Un tercio de los niños que nacen con cardiopatía congén ita desarrollan luación clínico-rad iográfica) e investigar intervenciones cardíacas previas.
síntomas en los primeros días de vida extrauterina. El 80% de los niños
con enfermedad crítica se manifiesta con insuficiencia ca rdíaca congesti- Las palpitaciones son la autopercepción de los latidos del corazón. Es
va (es frecuente que du rante su ali mentación presenten taqu ica rdia, su- probable la existencia de una ca rdi opatía, cuando se presentan en repo-
doración y retracción subcosta l). so o se acompañan de datos de bajo gasto (pa lidez, lipotimia o síncope).
Si se aprecian en pacientes con antecedente de intervención cardíaca, su
En escola res y adolescentes, las CC no cianóticas se man ifiestan princi- significado es más grave. No conviene olvidar que su origen puede ser
palmente por insuficiencia cardíaca congestiva y estatura menor a la es- extracardíaco como, por ejemplo, el hipertiroidismo.
perada en func ión de la edad. Las CC cianóticas se manifiestan esencial-
mente co n datos de hipoxia y se afect a tanto el peso como la esta tura. Basándose en que todos los soplos d iast ólicos son orgán icos, se reco-
A la exp loración física, los signos de insuficiencia ca rdíaca so n ga lope y m ienda remitir al paciente al segundo nivel de atención médica. Si el so-
esterto res pulmonares. La presencia o ausencia de sop lo ca rdíaco no es plo es sistólico, y el paciente no tiene antecedentes de ser cardiópata, no
determinante como base de la detecció n de CC. Soplos tra nsitori os son presenta cicatrices de ciru gía en el tórax, no existe cianosis, ni datos de
frecue nteme nte escuchados en niños sin anoma lía s ca rdíaca s y en mu- in suficiencia ca rdíaca con el rest o de exploració n física normal, es muy
chos defectos ca rdía cos graves no ex ist e sop lo, por ej emplo, la atresia probable que se trate de soplo func iona l. En ese caso habrá que indicar
tricuspídea, la coartac ión de la aorta y la transpos ici ó n de los g randes rad iog rafía de tórax y electroca rdiograma, y en caso de que sean norma-
vasos. les, se continu ará con atención usua l en medicina fam il iar. Si existen ano-
malías en la rad iog rafía o el electrocardiograma, o se acompaña de otras
En niños con algunos defectos obstructivos del lado izquierdo del co- manifestaciones sugestivas de soplo orgánico, se rem itirá al paciente al
razón, el pulso femora l puede ser palpable, pero uno o ambos pulsos segu ndo nivel de atención médica.
braqu iales pueden no serl o. En aquéllos con coartación de la aorta, los
pulsos femorales pueden esta r presentes al nacim iento pero pueden En todo paciente con fiebre superior a 38 OC, con antecedente de ser
desaparecer o dism inuir con el cierre del conducto arterioso de los 3 a card iópata con o sin intervención quirúrgica cardíaca previa, se debe sos-
14 días de edad. pecha r endocard itis bact eriana. En el caso de pacientes con fiebre mayor
de 38 oe, datos de insuficiencia cardíaca y soplo orgán ico, se sospechará
En la exp lo ración física es importante observar el fenotipo en busca endoca rd itis bacteriana . Ante esa suposición, no habrá que ind icar anti-
de rasgos sindrómicos (p. ej., fe notipo de síndrome de Down, Turner, biótico y se remit irá al paciente a urgencias.
Ma rfan, etc.). Igualmente, es fundamenta l buscar sig nos dismórficos (p.
ej., observa r la fo rm a de los pá rp ados y la pre sencia de luxació n de El estado hemod inámico del paciente se puede infer ir a partir de lo si-
cri stalino en los ojos, altu ra y simetría de los pabellones auri culares, fi - gu iente:
sura labiopa latina, pa lada r oj iva l, alterac io nes periana les, deformid ades Trabajo respiratorio aumentado con taquipnea: es probable la
torácicas, hiperlaxitud artic ul ar, cue ll o "a lado", malformació n d e dedos insuficiencia card íaca .
o manos, etc.). Se aprecia el choque del ápex y se observa desplazado: puede
indica r ca rdiomegali a.
En la reg ión precordial se puede encontrar deform idad ósea, y es posible Presencia de cianosis o diaforesis: trabajo respiratorio aumentado.
ver o pa lpar el choq ue de la punta del corazón (ápex), el cual se puede En los niños co n CC es frecuente la desnutrición por la insuficiencia
encontrar desplazado hacia afuera. cardíaca crón ica.

Asimismo, se debe examinar si existe presencia de soplo ca rdíaco y des- Se debe medir la presión arterial en ambos brazos, determ inar los pul-
cribir su localización, la fase del ciclo cardíaco, su intensidad e irradiacio- sos carotídeos, humerales y femorales. Pulsos amplios en las cuatro ex-
nes. Igua lmente es necesario observa r la presencia de d isnea de esfuerzo, tremidades, en pacientes sin cianosis, sugieren persistencia del conduc-
inadecuado desarrollo pondoestatural, infección repetitiva de vías aéreas, to arteri oso o in suficiencia valvular aórtica; en pacientes con cia nosis lo
cia nosis, pa lpitacio nes (percepción del propio latido card íaco), taquica r- más probable es la atresia pulmonar con insuficiencia aórtica, y un poco
dia y síncope. menos frecue nte el tronco arterioso. Si los pu lsos está n disminuidos en
femo rales y aumentados en hu merales, el diagnóstico de coartación es
En abdomen se debe buscar hepatomega lia y ascit is. Exp lo rar los pu lsos muy pro bable, sobre todo si se combina co n hipertensión en miembros
de las cuatro extremidades. En pacie ntes de piel morena es más difícil superi ores.

27 · Detección de cardiopatías congénitas


en niños mayores de 5 años, adolescentes y adultos
Cardiología 1 27
En el hueco supraesterna l y cuel lo debe buscarse el thri/1 (soplo palpable), o flutter atípico) o ve ntriculares (taqu icard ia ventricular), incrementando a
que sug iere obstrucción por alguna forma de estenosis aórtica. Al palpar largo plazo el riesgo de muerte súbita en algunas de ellas.
el área precordial es posible saber si el corazón es hiperdinámico o está
quieto; en el segundo espacio intercosta l izqu ierdo se puede palpar el La ecocard iografía bidimensional es muy útil para el diagnóstico de car-
cierre de la vá lvula pu lmona r. En la exploración física se debe buscar es- d iopatías congé nitas, incluso prenatal, y en la actualidad tamb ién la re-
tertores crepitantes en las bases que pueden traducir edema pulmonar. sonancia magnética, la tomografía computarizada y la ecocardiografía
tridimen sional permiten un estudio anatómico muy detal lado de lascar-
Las CC pueden producir síntomas desde el nacim iento o en las primeras d iopatías congé nitas complejas, que ha sustituido en la mayoría de casos
horas de vida, en la niñez o incluso debutar en la edad adulta. Existen al estudio invasivo mediante cateterismo.
varias formas de clasificarlas (Tabla 81 ).
Clínicamente es importante recon ocer si existe o no cianosis, sobrecarga
A diferencia de la mayoría de cardiopatías adquiridas del adulto, en muchas de cavidades izquierdas o derechas y si hay un exceso o un defecto de
congé nitas suele ser su repercusión sobre el árbol vascula r pu lmona r y las fl ujo hacia el lecho art erial pu lmonar (Figura 185).
cavidades derechas la que marca la evolución clínica y los síntomas predo- La s cardiopatías congénitas con hiperatlujo (plétora) pulmonar
minantes, así como el pronóstico. La sobreca rga de trabajo del miocardio (por un cortocircuito o shunt de sangre del lado izqu ierdo al derecho
facilita el desarrollo de arritm ias, sobre todo auriculares (fi brilación auricu- del corazón : shunt 1-D) pueden producir infecciones respiratorias re-
lar), que además suelen desencadenar un deterioro clínico significativo. currentes, signos y síntomas de in suficiencia cardíaca (por fallo de las
cavidades derechas o de las izquierdas, sobrecargadas de trabajo), e
Por otra pa rte, las cicatri ces de las incisiones rea lizadas en las intervencio- hiperten sión pu lmonar.
nes qu irúrg icas de las cardiopatías co ngén itas, en general son un sustrato La hipertensión pulmonar inicialmente es un proceso pasivo y reac-
ideal pa ra el mantenimiento de circuitos de reentrada au ri cula res (a leteo tivo, pero co n el paso del t iempo aparecen cambios anatomopato-

l. Generales
Transposición corregida congénitamente de las grandes arterias
Malposiciones cardíacas
Bloqueo cardíaco congénito completo
2. Acianóticas con cortocircuito izquierda-derecha

Comunicación interauricular (CIA)


Conexión venosa pulmonar anómala parcial
Comunicación interventricular (CIV)
Rotura del aneurisma del seno de Va lsalva
Fístula arteriovenosa coronaria
Origen anómalo de la arteria corona ri a izquierda en el tronco pulmonar
Ventana aortopulmonar
Persistencia del conducto arterioso (PCA)
3. Acianóticas sin cortocircuito

Anomal ía s del llenado de la Al: estenosis de las venas pul monares, estenosis mitra l. y cor triatriatum
Insuficiencia mitra l: defecto de los cojinetes endocá rdicos, t ransposición correg ida congénitamente de las grandes arterias, origen anómalo
de la coronaria izquierda en el t ronco pu lmonar y otras
Fibroelastosis endocárdica primaria dilatada
De la aorta: estenosis aórtica, insuficiencia valvu lar aórtica, coartación de aorta
Anomal ía de Ebstein
De la pulmonar: estenosis pulmonar, insuficiencia pul monar, dilatación idiopática del tro nco pulmonar
4. Cianóticas

Con aumento del flujo pulmonar: Con flujo pulmonar normal o disminuido:
Transposición completa de las grandes arterias - Atresia tricuspídea
Doble salida del VD tipo Ta ussig-Bing - Anomalía de Ebstein con cortoc ircuito derecha-izquierda
Tronco arterioso - Atresia pu lmonar co n tabique interventricular intacto
Conexión venosa pu lmonar anómala total - Tetralogía de Fal lot (estenosis o atresia pulmonar co n comunicación
- Ventrículo único sin estenosis pulmonar interventricular)

Tetralogía de Fallot con atresia pu lmonar e incremento del flujo arterial - Estenosis pulmonar con cortocircuito derecha-izquierda
colateral - Tran sposición completa de grandes vasos y estenosis pulmonar
- Atresia tricuspídea con gran comunicación interventricula r y sin - Doble salida del VD y estenosis pulmonar
estenosis pulmonar - Ventrículo único con estenosis pulmonar
- Hipoplasia del corazón izquierdo Fístula arteri ovenosa pulmonar
- Comunicación entre la cava y la Al

Tabla 81. Clasificación de las cardiopatías congénitas


Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

Acianóticas Cianóticas

~ ~ ~ ~
Flujo pulmonar Flujo pulmonar Flujo pulmonar Flujo pulmonar
Normal o disminuido Aumentado Normal o disminuido Aumentado

/~ /~ /~ /~
HVD HVi HVD HVi o mixta HVD HVI HVD HVI o mixta

t t t t t
Tetralogía
t
Atresia
t t
Estenosis Coartación CIA CIV TGV Truncus
pulmonar aórtica, estenosis Ductus de Fa llot Anomalía tricuspídea DVAT Ventrícu lo
aórtica suprava lvu lar de Ebstein SVIH único
y/o subvalvu lar

Figura 1 85. Clasificación fisiopatológ ica de las cardiopatías congénitas

lógicos en las arteriolas pu lmonares (Tabla 82) que las hacen esca- nitas cianóticas complejas, debiéndose realizar profilaxis de la m isma con
samente reactivas y, finalmente, puede convertirse en irrevers ible. El antibióticos, como se ha comentado con anterioridad.
riesgo de desarrollo de hipertensión pu lmonar importante guarda
estrecha relac ión con el grado de hiperaflujo pu lmonar, que se mide Para el tratamiento del síndrome de hiperviscosidad, la eritroféresis (san-
mediante el cociente entre el flujo que discurre por el lecho arterial gría terapéutica sustituyendo la sangre extraída por suero salino) puede
pulmonar (Qp) y el flujo que discurre por el lecho arteria l sistémico ser de utilidad al mejorar los síntomas si el hematocrito supera el 65%,
(Qs). Un ind ividuo sano tiene un Qp/Qs = l. Va lores de Qp/Qs supe- pero no debe realizarse más de tres veces al año por riesgo de ferrope-
riores a 1,4-1,S suponen un riesgo alto de progresión hacia hiperten- nia. Si el paciente presenta ferropenia está ind icada la repos ición pero de
sión pulmonar grave. manera gradual, ya que la sobrecarga excesiva de hierro puede provocar
un agravamiento de la eritrocitosis. No se recomienda el t ratamiento an-
ticoagulante preventivo salvo que haya presencia de factores de riesgo
Hipertrofia de la media embólico (arritmias auriculares, embolia previa, etc).
Proliferación de la íntima

Fibrosis de la íntima (irreversible)


27 .3. Estudios de gabinete
Lesiones plexiformes (irreversible)
Tabla 82. Grados de la lesión vascular pulmonar por hiperaflujo
Frecuentemente la rad iografía de tórax en proyección posteroanterior
En esos casos ava nzados, el au mento de presión en el circu ito de- (PA) y lat eral, es el primer estud io que alerta al clínico sob re la presencia
recho puede supera r al del circ uito izqu ierdo, invirtiendo el sentido de una ca rdiopatía co ngén ita o una anomalía de los grandes vasos.
de l shunt (que se transforma de derecha a izq uierd a: shunt D-1), apa-
reciendo cianosis por el paso de sangre venosa al circuito sistémico. Mediante este estud io se puede determ inar el contorno del corazón y del
Este proceso se conoce como situación o fis iología de Eisenmenger, mediastino, la vascu larización pu lmonar y la presencia de calcificaciones.
que comparte muchos datos con las cardiopatías congén itas que des- La radiografía de tórax es indispensable para descartar enfermedad pul-
de el inicio cursan con shunt D-1. Esta situación, genera lmente con- monar y sirve para defi nir la posición del corazón y valorar el tamaño de
traindica la cirugía correctora, el embarazo (sa lvo casos especiales), éste, la situación del arco aórtico y el patrón de vascu larización pulmonar,
y los pacientes son candidatos a recibir tratamiento específico para este último refleja el estado hemodinámico.
la hipertensión pu lmonar (antagonistas de receptores de endotel ina
como bosentán o sitaxentán, inhibidores de la fosfodiesterasa-5 como Es poco probable que un niño presente una CC grave cuando permane-
sildenafi lo o tadalafilo, epoprostenol-prostaciclina- o sus derivados, o ce estable clínicamente y con una radiografía de tórax y un electrocardio-
combinaciones de ellos) o incluso a plantearse el tra splante pulmonar grama de ca racterísticas normales. En todo paciente que se sospeche CC
con corrección del defecto cardíaco o card iopu lmonar. y que se encuentre hemodinámicamente estable, será necesario solicitar
En las cardiopatías congénitas cianóticas (con o sin hipoaflujo telerradiorafía de tórax y electrocardiograma; posteriormente se le remiti-
pulmonar) el cuadro clínico suele estar dom inado por la presencia rá al segundo nivel para continuar su evaluación.
de hipoxemia y cianosis (la escasa oxigenación sanguínea produce
una saturación de hemoglobina reducida de forma crónica, lo que Si existen man ifestaciones de insuficiencia card íaca, endocarditis bacte-
provoca la coloración azu lada de la piel y mucosas). En casos graves riana o descompensación hemodinámica, se debe referir al paciente a
puede ser rápidamente mortal, pero en condiciones menos graves el segundo nivel de atención médica sin rad iog rafías ni electrocardiograma .
mantenimiento de la situació n puede originar el llamado síndrome
de hipoxemia cró nica (que también se desa rrolla en la situación de Ei- Cuando se sospec he CC se deberá rea liza r un electrocardiograma, sin
senmenger), cuyas características principales aparecen en la Tabla 83. embargo, si la probabil idad de CC es alta, un electrocardiograma normal
no descarta el diagnóstico.
En algunos casos pueden aparecer crisis hipoxémicas agudas (tetralog ía
de Fallot). El riesgo de endocarditis existe en todas las cardiopatías congé- La Figura 186 resume los proced imientos anteriormente expuestos.

27 · Detección de cardiopatías congénitas


en niños mayores de 5 años, adolescentes y adu ltos
Cardiología 1 21
Característica Mecanismo

Intolerancia al ejercicio Disminución de resistencia vascular sistémica en ejercicio que incrementa el shunt
y la hipoxia tisular

Infecciones Infecciones respiratorias en Eisenmenger por aumento del líquido pulmonar (indicadas
vac unas de la gripe y del neumococo)
Endocard itis en cardiopatías congénitas cianóticas, que precisan profilaxis
Absceso cerebral por embolias sépticas paradójicas a través de shunt D-1
Eritrocitosis y síndrome de hiperviscosidad. Se agrava Incremento de eritropoyetina secundario a la hipoxemia. Cursa con cefalea, mareo,
por la deshidratación y la ferropenia, que altera la forma alteraciones visua les, parestesias, t orpeza mental, astenia, mialgias y debilidad muscular
de los hematíes (esferocitosis) dificultando su paso
por los capilares

Tromboembolias (especialmente accidente cerebrovascular) Embolias paradójicas a t ravés del shunt 1-D
Arritmias auriculares, que son frecuentes
Trombos is in situ en arterias pu lmonares principales en el Eisenmenger que pueden
provocar embolia o infarto pu lmonar

Hemorragias Tromboc itopenia secu ndaria a la escasa fragmentac ión en el lecho pu lmonar
de los megacariocitos circu lantes al "saltar" el filtro pulm~nar por el shunt D-1
Dilatación de arterias pu lmonares o bronquia les que se pueden romper produciendo
hemoptisis en el Eisenmenger

Disfunción renal con proteinuria (es un importante marcador Aumento de resistencia en la arteriola eferente por la hiperviscosidad, que modifica
de mal pronóstico) la histología glomerular y provoca proteinuria y fa llo renal

Osteoartropatía hipertrófica (acropaqu ias) lmpactació n capilar de megacariocitos que liberan factor de crecim iento plaquetario p
y prol iferación de tejido conjuntivo y periostio

Litiasis biliar Aumento de síntesis y excreción de bilirrubina por la eritrocitosis y el consiguiente


aumento del número de eritrocitos destruidos por un idad de tiempo

Tumo res neuroendocrinos Incremento en su incidencia provocado por la hipoxe mia crón ica

Tabla 83. Características del sínd rome de hipoxemia crón ica

NIÑOS MAYORES DE 5 AÑOS,


ADOLESCENTES Y ADULTOS

Pacientes Niños con deficiente Paciente


asintomáticos desarrollo con cromosomopatías
pondoestatural o malformaciones
sin causa aparente extracardfacas

Interrogar exposiciones
maternas, antecedentes
familiares de ce

Buscar presencia
de disnea, cianosis,
No ápex desplazado

~
hacia fuera, soplos,
arritmias, dificultad
respiratoria,
Conti nuar atención méd ica hepatomegalia, pulsos
habitual humerales o femorales
anormales

No
Interrogatorio
y exploración física No
dirigida a ce


¡ j
Continuar atención médica Continuar atención médica
habitual de atención médica habitual

Figura 186. Detección de cardiopatías congén itas en niños mayores de 5 años, adolescentes y adultos
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. 8 edición

Las Tablas 84 y 85 muestran las exposiciones maternas que incrementan Esta clase de cardiopatías pueden dividirse en tres grupos (Figura 187):
la probabilidad de cardiopatías congénitas en el feto. Tipo ostium secundum, de loca lización medioseptal, no deriva de
defectos de los cojines endocárdicos y son las más frecuentes (hasta
el60% de las CIA). Hay que diferenciarla del foramen oval permeable,
27 .4. Cardiopatías congénitas variante normal presente hasta en un terci o de la población.
Ti po ostium primum, en la porción más baja d el septo interauricu lar,
acianóticas con cortocircuito por encima de las dos válvulas au riculoventricu lares (AV), y que se
arteriovenoso (1-D) suele asociar una hendidura o cleft en la valva anterior mitral capaz
de producir insuficienc ia mitra l, en muchos casos grave. La CIA os-
tium primum se puede considerar como una forma parcial de canal
Comunicación interauricular {CIA) y canal AV común, derivada de un defecto en los cojines endocárdicos. El ca-

auriculoventricular {AV) común nal AV completo (también llamado defecto septal auriculoventricu-
lar) comprende una CIA ostium primum, una CIV en la zona basal del
septo y una válvu la AV común, pasando libremente la sang re entre
La comun icación interauricular es un defecto en el septo interauricular las cuatro cavidades cardíacas, aumentando el flujo y las presiones
que comunica las dos aurículas entre sí. Genera lmente, predomina en el pulmonares y con cierto grado de shunt derecha-izquierda (D-1) y
sexo femen ino. cianosis (se asocia al síndrome de Down).

'
Exposición durante la gestación Defecto Rango medio
Fenilcetonuria Cua lquier defecto >6
Diabetes pregestacional Cua lquier defecto 3,1-18
Defectos conotroncales 5,5
lsomerismos derecho o izquierdo 8,3
O-transposición de las grandes arterias 3,8-27,2
Defecto del septum auriculoventricular 10,6
Defecto septal 2,9-20,3
Síndrome del corazón hipoplásico izquierdo 3,9
Defectos del tracto de salida 3,7-17,9
Persistencia de conducto arterioso (sólo productos con peso > 2.500)

Enfermedad febril Cualquier defecto 1,8-2,9


Defectos conotroncales 1,55
Cualquier defecto obstructivo derecho 2,2-2,9
Atresia tricuspídea 5,1-5,2
Cualquier defecto obstructivo izqu ierdo 2,7
Coartación aórtica 2,7
Defectos del septum ventricular 1,8
Influenza Cualquier defecto 2,1
Defectos conotroncales 1,74
D-transposión de las grandes arterias 2,1
Todos los defectos obstructivos derechos 2,5
Todos los defectos obstructivos izquierdos 2,9
Coa rtación aórtica 3,8
Defectos del septum ven tricu lar 2,0
O-transposición de las grandes arterias con septum ventricular intacto 2,2
Atresia tricuspídea 4,3

Rubéola Cua lquier defecto No disponible


(+)
Defectos del septum ventricular +
Persistencia del conducto arterioso +
Anorma lidades de la vá lvu la pulmonar +
Estenosis pulmonar periférica +
Epilepsia Cualquier defecto +
Fuente: Jenkis KJ, Correa A, Feinstein J, et al. Noninherited Risk Factors and Congenital Cardiovascular Defects: Current Knowledge. A Scientific Statement from
the American Heart Association Council on Cardiovascular Disease in the young. Circulation 2007; 115:2995-3014. **Se redujo el riesgo cuando la madre tomó
ácido fálico simultáneamente

Tabla 84. Exposiciones maternas que incrementan la probabilidad de cardiopatías congénitas en el feto (1)

27 · Detección de cardiopatías congénitas


en niños mayores de 5 años, adolescentes y adultos
Cardiología 1 21
Exposición durante la gestación Defecto Rango medio

Fármacos

Anticonvulsivos Cualquier defecto 4,2


Tocólisis con indometacina Persistencia del conducto arterioso (+)
lbuprofeno 1,86
Cualquier defecto
O-transposición de las grandes arterias 2,5
Defecto del septum atrioventricular (síndrome de Down) 2,4
Defectos del septum interventricular 1,9
Válvula aórtica bicúspide 4,1

Sulfasalazina Cualquier defecto 3,4


Talidomida Cualquier defecto
Vitamina A 0,0-9,2
Defectos del tracto (salida)
Defectos del tubo neural (cardíacos y no cardíacos) 0,7-4,8
Estenosis pulmunar y defectos no cardíacos 0,5

**Trimetoprim asociado a sulfametoxazol Cualquier defecto 2,1-4,8

Derivados de la vitamina A/ retinoides Cualquier defecto (+)


Drogas

Marihuana Defecto del septum ventricular 1,9


Anomalía de Ebstein 2,4
Exposiciones ambientales

Solventes orgánicos Defectos conotroncales 2,3-3,9


Síndrome del corazón izquierdo hipoplásico 3,4
Coartación aórtica 3,2
Estenosis pulmonar 5,0
O-transposición de las grandes arterias con septum ventricular intacto 3,4
Tetralogía de Fallot 2,7
Retorno venoso pulmonar anómalo total 2,0
Defecto del septum atriventricular no cromosómico 5,6
Anomalía de Ebstein 3,6

Defectos del septum ventricu lar


Fuente: Jenkis KJ, Correa A, Feinstein J, et al. Noninherited Risk Factors and Congenital Cardiovascular Defects: Current Knowledge. A Scientific Stament from the
American Heart Association Council on Card iovascular Disease in t he young. Circulation 2007; 115:2995-3014. **Se redujo el riesgo cuando la madre tomó ácido
fólico simultáneamente
Tabla 85 . Exposiciones maternas que incrementan la probabil idad de cardiopatías congénitas en el feto (11)

Tipo "seno venoso': Están situadas ce rca de la desembocadura de la


Aorta cava superior (lo más frecuente) o inferior, y que se asocia cas i siem-
Vena cava Arteria pulmonar
superior pre drenaje anómalo de las venas pu lmonares derechas. Es poco fre-

/ Defecto se no venoso
cuente (1 Oo/o).

Para algunos autores podrían cons iderarse como un cuarto grupo las
anomalías del seno coronario, en las q ue existe un defecto en la pared
venosa (es conven iente recordar que drena en la aurícu la derecha) que la
comunica con la aurícula izquierda, si bien el cortocircuito en esos casos
es derecha-izquierda. El síndrome de Lutembacher consiste en la asocia-
ción de CIA con estenosis mitra l.

Fisiopatología

La comun icación interauricular establece un shunt 1-D a n ivel au ricular,


Vena
pulmonar con sobrecarga del ci rcuito pulmonar y de las cavidades derechas.

Clínica
Vena cava Defecto ostium
inferior primum
La mayoría de las CIA son asintomáticas en la infancia, descubriéndose
por casua lidad en el estud io por soplo. El hiperafluj o pu lmonar ocasiona
Figura 187. Tipos de comunicación interauricu lar un aumento de las infecciones respiratorias. Según el grado de shunt 1-D,
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. 8 edición

en general, al llegar a la edad adulta (30-40 años) comienzan la hiperten- Cateterismo. Solamente se emplea ante dudas diagnósticas, para es-
sión pulmonar e insuficiencia cardíaca, pudiendo desarrollar un síndrome tudiar lesiones asociadas o hipertensión pulmonar grave, o cuando se
de Eisenmenger. El t ipo ostium primum puede producir insuficiencia car- real iza un procedimiento de cierre percutáneo. Se aprecia salto oximé-
díaca antes si la insuficiencia mitral es importante. En el canal AV común trico en la aurícu la derecha (aumento de la saturación de oxígeno de
la sobrecarga pulmonar suele derivar en insuficiencia card íaca y cianosis la hemoglobina al entrar en la aurícu la derecha desde la cava).
precoces.
Pronóstico y tratamiento
En la auscultación hay un primer tono fuerte con soplo sistólico de hi-
peraflujo pulmonar, y es característico el desdoblamiento amplio y fijo La mayoría de las CIA tipo ostium secundum pequeñas (inferiores a 7 mm)
del segundo ruido (por desaparición de las va riaciones recíprocas de los se cierran espontáneamente en el primer año. La corrección del defecto
retornos venosos pulmonar y sistémico con la respirac ión que, al com- se recomienda entre los 3 y 6 años de edad (antes si produce síntomas)
pensarse a través del defecto, mantienen constante el flujo pulmonar). si el cortocircuito 1-D es importante con una relación entre el flujo pul-
El desdoblamiento del segundo tono puede hacerse menos evidente, monar (Qp) y el sistémico (Qs) superior a 1,4-1,5 o si existe sobrecarga
o incluso desaparecer, si surge hipertensión pu lmonar. En cortocircuitos ventricula r derecha, hipertensión pu lmonar o embolias pa radójicas. El
importantes puede oírse soplo diastólico de hiperaflujo tricuspídeo. En el cierre del defecto no está indicado si es peq ueña (menor de 5 mm) y/o si
ostium primum es frecuente el soplo ho losistólico de insuficienc ia mitra l el cortocircu ito 1-D es leve (Qp/Qs < 1,5), ni en los ra ros casos de ad ultos
asociada, que es aún más llamativo en el ca nal AV comú n. q ue sufran vascu lopatía pu lmonar grave en sit uación de Eisenmenger.

Exploraciones complementarias Actua lmente es de elección para el t ipo ostium secundum el cierre percu-
táneo med iante el empleo de un dispositivo de cierre, como el "oclusor
ECG. En el tipo ostium secundum muestra sobrecarga del ventrícu lo septa l Amp latzer'"" (Figura 189).
derecho con eje derecho y bloqueo incompleto de rama derecha
(rSR' en V1 ). En el ostium primum, el eje suele ser izqu ierdo y en oca-
siones asociado a bloqueo AV.

Ad ulto + desdob lamiento fi jo del 2R + bl oqueo de


rama derecha hay que pensa r en una CIA tipo ostium
secundum .
Recuerda
·Radiografía de tórax. Se presentan signos de plétora pulmonar con
hiperaflujo y, con el paso del tiempo, di latación de las cavidades de-
rechas y de la arteria pulmonar.
Ecocardiografía. Es la técnica de elección para el diagnóstico y
seguimiento de laCIA y ha sustituido al cateterismo. La transesofá-
g ica es especialmente valiosa para describir la anatomía de la CIA,
sobre todo si se planea un enfoque de tratam iento percutáneo y
para descartar una CIA del tipo seno venoso o asociada al seno
coronario, que no se suelen apreciar en el estudio t ranstorácico. La
angioTC y la ca rdiorresonancia magnética también son muy úti les Figura 189. Cierre percutáneo de la comun icación interauricu lar
(Figura 188). mediante el dispositivo oclusor septa l Amplatzer®

Figura 188. Imágenes ecocardiográficas de comun icación interauricular t ipo ostium secundum. (A) Plano apical de cuatro cámaras transtorácico
en el que se aprecia la solución de continuidad en el tabique (asterisco). (B) Imagen transesofágica determinando el diámetro del defecto
(entre cruces). (C) Imagen transesofágica con Doppler color mostrando el paso de sangre a través del defecto

27 · Detección de cardiopatías congénitas


en niños mayores de 5 años, adolescentes y adultos
Cardiología 1 21
Es preciso que el remanente de septo interauricular tenga bordes suficien- peraflujo pulmonar. Las CIV pequeñas pueden presentar únicamente
temente grandes para fijar el dispositivo. La cirugía (de elección en el os- un soplo que es pansistólico y rudo o áspero, de alta frecuencia, aus-
tium secundum no candidato a cierre percutáneo y en el resto de t ipos) cultándose mejor en la región paraesternal izqu ierda cuando dismi-
consiste en el cierre del defecto suturándolo directamente, o si el defecto nuye la resistencia pulmonar. En las CIV grandes puede existir insu-
es grande, mediante un parche de pericardio autólogo o sintético, con una ficiencia cardíaca desde la primera infancia . El soplo puede ser muy
morta lidad menor al1 o/o y unos resultados excelentes. En el ostium primum ll amat ivo en CIV pequeñas, y puede desaparecer con el desarrollo
hay que reparar la válvula mitra l hend ida (med iante sutura o empleo de del síndrome de Eisenmenger. Los defectos grandes suelen produ-
parches con o sin anillo protésico asociado), precisando en algunos casos cir un sop lo menos llamativo. La CIV perimembranosa localizada in-
el recambio valvu lar. La reparación mitral en el ostium primum se asocia en mediata mente bajo la vál v ula aórtica puede ocasionar insuficiencia
un 10% a estenosis subaórtica a largo plazo. El canal AV común debe inter- aórtica progresiva.
venirse de forma precoz (su mortalidad al año es del 50%), la mayor parte
de las veces antes de los 6 meses, corrigiendo laC IA, CIVy las vá lvulas AV Exploraciones complementarias

Comunicación interventricular ( CIV) ECG. Puede mostrar hipertrofia biventricular y de aurícula izquierda.
Radiografía de tórax. Puede apreciarse cardiomegalia con plétora
Es la presencia de un defecto en el septo interventricular que permite la pulmonar.
comunicación entre ambos ventrícu los. El defecto puede ser único o múlti- Ecocardiografía, TC y resonancia magnética. Muestran la ampli-
ple, y puede presentarse aisladamente o formando parte de otras card iopa- tud y número de las CIV.
tías complejas. El septo interventricu lar consta de cuatro compartimentos: Cateterismo. Si se rea liza (no suele precisarse), muestra salto oximé-
el membranoso, el de entrada, el trabecu lado y el de salida o infundibular. trico en el ventrículo derecho.

Pronóstico y tratamiento

La intensidad del sopl o puede ser muy importante en El 30-50% de las CIV musculares pequeñas, generalmente cercanas al
las CI V de peq ueño tamaño (restri ctivas). ápex (CIV tipo Roger), se cierran espontáneamente en el primer año de
Recuerda vida. Según el tamaño e intensidad del cortocircuito pueden ser asin-
tomáticas en la infancia (similar a la CIA) o producir clínica desde la lac-
Los defectos más frecuentes son los del septo membranoso, y no es raro tancia . El riesgo de endocarditis es inferior al 2% (más frecuente en la
que presenten cierta extensión hacia regiones adyacentes (comunica- adolescencia) independientemente de su tamaño.
ción interventricul ar perimembranosa) . La CIV muscular y la infundibular
son menos frecuentes (Figura 190).
La cardiopatía congénita más frec uente es la vá lvula ,...- ~,

aórtica bicúsp ide, le sigue en frec uenc ia la com uni- u~


cación interventricu lar. Dentro de las cianóticas, la ~
Subaórtica subpulmonar
más hab itual en el rec ién nac ido es la tra nsposición Recuerda
de grandes vasos, y a pa rtir del primer año de vida
será la tetralogía de Fall ot.

Perimembranosa

El sop lo de la CI V es rudo y pansistó li co en región


paraesternal izqui erda.
:L~
~
Recuerda

El tratamiento de las CIV depende del grado del shunt 1-D, de su repercu-
sión clínica y en la circulación pulmonar.

Como hasta la mitad de las CIV (sobre todo las musculares, a veces las
Defectos
musculares membranosas) se cierran en los primeros 3 años de vida, pudiendo ser
útiles los lECA mientras se espera el cierre espontáneo, ún icamente se
recomienda cirugía (cierre del defecto con un parche mediante un abor-
daje desde la aurícula derecha por atriotomía), generalmente, entre los 3
Vá lvula y los 9 meses de edad en presencia de:
tricúspide Shunt izquierda-derecha significativo (Qp/Qs mayor de 1,5) en au-
Figura 190. Tipos de comunicación interventricular sencia de hipertensión pulmona r irreversible (e l desarrol lo de hiper-
tensión pulmonar indica la reparac ión para evitar llegar a esa situa-
Fisiopatología y clínica ción).
Síntomas de insuficiencia cardíaca, disfunción o dilatac ión ventri-
En los defectos pequeños no hay prácticamente repercusión clínica, cular, o retraso del crecimiento que no responde al tratamiento
mientras que en los grandes el shunt 1-D de alta presión origina hi- (lECA y diuréticos). Si responde al tratamiento inicial, se prefiere
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. 8 edición

demorar la cirugía, ya que el tamaño de la CIV puede dism inu ir o ciencia mitra! resultante por isquem ia papilar, pero algunos casos logran
desaparecer. llega r hasta la vida adulta sin síntomas, especialmente si se desarrollan
colatera les desde la coronaria derecha. Incluso puede ser causa de muer-
te súbita, sobre todo durante el ejercicio, por la isquemia. En el ECG pue-
de presentarse imagen de infarto anterolateral antiguo o de isquemia (en
En la CIV se trata a todos los pac ientes sintomáticos y
ocasiones evidenciada en una ergometría).
a los asintomáticos con un cortoc ircuito sign ificativo,
con un cociente de flujos QP/QS superior a 1,5 . ~
El diagnóstico se establece mediante aortografía con coronariografía.

Actualmente se puede realizar el cierre percutáneo, en casos selecciona- La angioTC es una herramienta muy útil para el d iagnóstico no in-
dos, con dispositivos específicos para CIV (con mejores resultados en las vas ivo de las anomalías del origen de las coronarias. El tratamiento
CIV muscu lares, pues las perimembra nosas tienen más riesgo de daña r es qu irúrgico, rea lizando la anastomos is de la coronaria anómala a
estructuras va lvula res o el sistema de conducción). la ao rta.

La cirugía paliativa (cerclaje o banding de la arteria pulmonar) para re- Ductus arterioso persistente
ducir el fluj o pulmonar y aliviar la insuficiencia cardíaca queda limitada a
circunstancias excepcionales como CIV múltiples o estados de marasmo El cond ucto arte ri oso pers iste nte (DAP), o ductus, es la persiste ncia
que dificultan la reparac ión completa . de una comun icac ió n entre la aorta (d ista l a la subclavia izqu ierda)
y la arte ri a pulmonar (en la pu lm onar izquierda proximal), que está
prese nte durante la v ida fetal y que habitualmente se cierra en las
27 .5. Cortocircuitos desde la aorta primeras 1O a 15 horas tras el nac im iento, como respuesta al paso de
sangre ri ca en oxíge no desde la aorta a la arteria pulmona r (por vaso-
al circuito derecho constricción, pues la fibrosis y pro liferación de la íntima que produ-
cen el cierre defin it ivo suele tardar unas semanas), aunque en niños
prematuros puede permanecer abierto por periodos prolongados. Es
Aneurisma de un seno aórtico de Valsalva más frecuente en niñas, en prematuros, en casos de hipoxemia rela-
tiva (altitud elevada) y se asocia a la infección materna por rubéola.
El aneurisma se forma por debilidad de la pared de la aorta proxima l (se- Puede presentarse de forma aislada o comb inada con otros defectos,
nos de Valsa lva) y se suele romper en la tercera o cuarta décadas de la siendo los más frecuentes la coartación de aorta, la presencia de vál-
vida. Generalmente el seno derecho se rompe hacia el ventrículo dere- vula aórtica b icúspide, la comunicación interventricular y la estenosis
cho (a veces la aurícula derecha), y produce dolor precordial, un soplo pulmonar (Figura 191 ).
continuo (sistodiastólico) y sobrecarga de volumen en las cavidades de-
rechas y en el lecho pu lmonar.

Ductus arterioso
El diag nóstico se establece por ecoca rdiografía, resonancia magnética,
cateterismo o aortografía, y el tratamiento para reparar el defecto esqui-
rúrgico.

Fístula arteriovenosa coronaria

Existe una com unicación entre una art eria coronaria y una cavidad ca r-
d íaca, generalmente la coron ari a derec ha y el ventrículo derecho. Se es-
tablece un cortocircuito 1-D que suele ser poco importante en cuanto a Arteria
pu lmonar
volumen, pero puede cursar con complicaciones como isquemia mio-
cárdica, trombosis, endoca rditis y rarament e hipertensión pulmonar por
hiperaflujo e insuficiencia card íaca. En la exploración apa rece un soplo
continuo en el borde esterna l.

El diagnóstico se establece con ecocardiog rafía, ang ioTC coronaria, o de


forma invasiva mediante coronariografía. Puede tratarse en ocasiones de
forma percutánea, o bien mediante cirugía si es importante hemodiná-
micamente o cl ínicamente.

Origen anómalo de la coronaria izquierda


en la arteria pulmonar Figura 191. Ductus arteri oso persist ente

Fisiopatología
Puede producir un infarto de miocardio anterior o anterolateral en la
primera infancia por la isquemia miocárdica grave (la sang re venosa no Se establece un shuntde aorta a arteria pu lmonar con hiperaflujo pulmo-
oxigenada es la que irriga el miocardio) que es capaz de origin ar insufi- nar y sobreca rga de t rabajo de las cavidades izquierdas.

27 · Detección de cardiopatías congénitas


en niños mayores de 5 años, adolescentes y adultos
Cardiología 1 27
Clínica Aurícula Arteria aorta

Los signos y síntomas dependen del tamaño. Si es importante, el pulso


arterial es rápid o y saltón, y se ausculta un soplo continuo (soplo en ma-
quinaria o de Gibson) en foco pulmonar que se irrad ia a la región infracla-
vicular izquierda. En los pacientes que desarrollan hipertensión pulmonar Ventrícu lo izq uierdo
puede aparecer la inversión del shunt y cianosis en la parte infe ri or del
cuerpo (cianosis diferencia l).

El soplo del ductus también se denom ina "sop lo


de G ibson" y su localizac ión es infrac lavicular iz-
quierda. Vena cava inferi or

En el ECG se muestra sobrecarga de las cavidades izquierdas, en la radio-


grafía de tórax se aprecia plétora pulmonar y cardiomegalia a expensas Catéter
a través
de cavidades izquierdas, con botón aórtico prominente.
del ductus

La ecocard iografía, la tomografía computa ri zada o la resonancia magné-


tica confirman el diagnóstico.

Figura 192. Cierre percutáneo del ductus arterioso persistente


El sop lo del ductus es continuo en maqu inaria (re-
cuerda el rui do de la maq uinari a de un tren).
ReCUerda 27 .6. Lesiones obstructivas
Pronóstico y tratamiento del corazón izquierdo

Si es pequeño, puede cerra rse espontáneamente durante la lactancia; si


es grande y no se cierra de forma espontánea, puede orig inar insuficien- Coartación de aorta (CoAo)
cia cardíaca.
En los niños prematuros la presencia de DAP es lo habitual; por ello, Consiste en un estrechamiento de la luz aórtica. Puede localizarse a cual-
en los pacientes asintomáticos no es necesario realizar ninguna in- quier nivel, incluso por debajo del diafragma, pero la mayoría se sitúa
tervención, ya que el cierre espontáneo tardío es lo más frecuente. tras la salida de la subclavia izquierda, justo distal al ductus o conducto
Únicamente si presenta insuficiencia cardíaca o sínd rome de dificu l- arterioso (la forma más frecuente o forma "del adulto" es la posductal; ge-
tad respiratoria que no responde al tratamiento es necesario el cie- neralmente a modo de un entrante en la luz aórtica en la cara opuesta al
rre. Como primera medida se uti liza indometacina o ibuprofeno, que ductus), o proximal al conducto arteri oso (menos frecuente, forma "infan-
obtienen éxito hasta en el 90% de los casos (el 10% restante precisa ti l" o preductal).
intervención, generalmente qu irúrgica dado el bajo peso). Cuando
interese mantenerlo abierto, es útil la prostaglandina E, intravenosa
(consigue retrasar el cierre unos 4 o S días).
En los niños a térm ino la cirug ía se puede diferir en ocasiones hasta La va lvulopatía congénita más frecuentemente aso- •.¡.::;.~~~;;:¡;},
ciada a la CoAo es la vá lvu la aórtica bicúspide.
los 2 años si no existe insuficiencia cardíaca. Si aparece endarteritis,
es recomendable esperar va rios meses pues el conducto puede ser
muy friable.
La presencia de DAP con soplo actualmente constituye una indi- Esta con stricción dificulta el flujo sanguíneo hacia la parte inferior del or-
cación para el cierre, incluso en los conductos arteriosos pequeños ganismo, de forma que los pulsos y la presión arterial son mayores en los
asi ntomáticos, debido a la posibilidad de endarteritis infecciosa, aun- brazos que en las piernas (Figura 193).
que si no produce soplo (hallazgo en ecocardiografía) no suele ser
necesario.
La técnica quirúrgica consiste en la toracotomía izquierda, con li-
gadura o colocación de cl ips metálicos, y sección del ductus. En El tipo de CoAo más frecuente es el posductal.
la actualidad se prefiere realizar, si es posible, el cierre del DAP de
forma percutánea con dispositivos específicos, pues el éxito con
este procedimiento es superior al 90% en centros experimentados,
reservando la cirugía para casos especia les (conductos arteriosos Es una de las cardiopatías congénitas más frecuentes. Predomina en el
de gran tamaño, muy bajo peso, fracaso de cierre percutáneo, etc.) varón, aunque las mujeres con síndrome de Turner padecen frecuente-
(Figura 192). mente coartación .
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2 .a edición

Exploración

La clave del d iagnóstico res ide en la disminución y el retraso del pulso


femo ral compa rado con el rad ial o el humera l. Característicamente existe
hi pertensión en las extrem idades superi ores, y pu lsos débiles con pre-
siones más bajas en las inferiores (d ife rencias mayores de 10-20 mmHg),
asociados a manifestaciones de insuficiencia arterial (como claud icación
y frialdad).

Los m iembros superiores y el tórax pueden estar más desarrollados que


los inferiores.

El principal dato clíni co es el retraso y dismin uc ió n


Coartación aórtica preducta l Coa rtación aórtica posdu ctal de la amp litud de los pul sos femo rales .

Figura 193. Tipos de coartación de aorta


Es característico el desarrollo de vasos colaterales con el objeto de aportar
Aunque puede ocurrir como defecto aislado, con frecuencia se acom- sangre al territorio postestenótico, y así estos vasos colaterales agranda-
paña de otras malformaciones ca rdíacas en la forma preductal, o bien dos y pulsátiles se pueden pa lpar en los espacios intercostales anteriores,
se asocia a otras anomalías en la posductal (la más común es la válvula en la axila o en el área interescapu lar, y pueden reducir el flujo a través del
aórtica bicúspide), y otras son ductus permeable, estenosis aórt ica congé- segmento coa rtado y dism inuir el grad iente.
nita, comunicación interventricu lar, enfermedad coronaria debida a la hi-
pertensión, riñón poliqu ístico, síndrome de Turner, síndrome de Noonan, Estos vasos colatera les pueden orig inar un signo característico de la coar-
dilatación aneu rismática de las arterias del polígono de Will is (10%), entre tación, consistente en la presencia de muescas en la superficie inferior
otros. de las costillas, en su tercio externo, debidas a la erosión que produce
la tortuosidad de las grandes arterias intercostales (muescas de Rósler)
Clínica (Figura 194).

La forma preductal suele producir man ifestac iones precozmente, a ve-


ces desde el nacimiento, pero generalmente coincid iendo con el cierre
espontáneo del ductus, que induce un aumento brusco de poscarga iz-
quierda e insuficiencia cardíaca grave, de manera q ue m uchos niños no
sobreviven al periodo neonatal.

El pronóstico es mucho mejor en la forma posductal. La mayoría de los


niños son asintomáticos y la enfermedad puede pasar desapercibida has-
ta la edad adulta.

Los síntomas suelen presentarse en torno a los 30 años, y se deben a la


hipertensión arteri al y al hipoaflujo en m iembros inferi o res, siendo los
más frecuentes cefa lea, epistaxis, fria ldad en las extrem idades inferiores
y claudicación interm itente. Son poco habitua les los síntomas debidos
a insuficiencia ventricu lar izqu ierda, endocard iti s, rot ura o d isecció n
aórtica, o hemorrag ia cerebral por rotura de aneurismas de l po lígono
deWillis.

Se sospecha que en algunos casos la coartación forma parte de un com-


plejo trastorno que afecta a todo el arco aórtico, dada su asociación con Figura 194. Muescas costa les en la coartación de aorta
la vá lvu la aórtica bicúspide o aneurisma de aorta ascendente. Asimis-
mo, a veces se asocia a estenosis mitra! congénita suprava lvu lar con una Frecuentemente se ausculta un soplo mesosistólico en la parte anterior
membrana, vá lvu la mitra! en paracaídas y obstrucción subaórt ica, produ- del tórax, espa lda y apófisis espinosas, que puede transforma rse en con-
ciendo el síndrome de Shone. t inuo si la luz está lo basta nte estenosada como para producir un chorro
de alta velocidad du rante todo el ciclo ca rdíaco. Otros soplos sistólicos y
continuos en la pared latera l del tórax pueden reflej ar el aumento del flu-
jo en los vasos colatera les d ilatados. El latido del ápex es intenso. En casos
La asociación de CoAo con los aneu rismas en el po- _..""'"'~.,... avanzados, con insuficiencia cardíaca izquierda por disfunción ventricu-
lígono de W illis. lar sistólica secundaria a la sobrecarga mantenida de poscarga, pueden
Recuerda apreciarse los signos propios de esta situación.

27 · Detección de cardiopatías congénitas


en niños mayores de 5 años, adolescentes y adultos
Cardiología 1 21
Exploraciones complementarias Ecocardiografía. Es muy útil tanto para el d iagnóstico como para
el seguimiento posterior, permitiendo estimar el gradiente existente
ECG. Se muestra desviación del eje eléctrico a la izquierda y signos en el área estenosada, su extensión, y evaluar las eventuales anoma-
de hipertrofia ventricular izqu ierda. lías asociadas (especia lmente en la válvula aórtica).
Radiografía de tórax. Son ca racterísticos el signo de Rósler y el sig- Aortografía. Permite confirmar el d iag nóstico, va lorar la importan-
no del "3" en la aorta, consistente en la escotadura de la aorta en el cia hemodinámica de la obstrucción y la circulación colateral y orien-
lugar de la coartación y la d ilatación preestenótica y postestenótica tar el tratamiento quirúrg ico. Generalmente no es necesaria para el
de la misma (Figura 195). d iagnóstico, puesto que pruebas no invasivas como la angioTC o la
Otro signo es el de la "E" en el esofagograma con bario, producido resonancia magnética tienen gran fiabilidad. En los adultos está indi-
por la curvatura del esófago alrededor de los segmentos preestenó- cada para realizar la corona riografía .
ticos y postestenóti cos.
Pronóstico y tratamiento

Las complicaciones pueden afectar a la propia aorta (aneurisma disecante,


rotura aórtica o aortitis infecciosa en el segmento estenótico) o a estruc-
turas ajenas a la aorta (hemorragia cerebral , endoca rdit is bacteriana sobre
vá lvula aórtica bicúspide, insuficiencia cardíaca congestiva, entre otra s).

La mejor edad para interveni r la CoAo es la inferior


a los S años.

Si no se realiza ningún tratamiento, la supervivencia media es de unos


40-50 años. La cirugía reparado ra genera lmente tiene buen resul tad o, y
es la técnica de elección en niños.
En los neonatos en situación crítica por coartación preductal, la ciru-
gía de re sección del segmento coartado con anastomosis será pre-
coz, aunque con mayor mortal idad y mayor riesgo de reestenosis
(hasta el 10% en los operados antes de los 3 meses).
En los casos no urgentes, la indicación vendrá dada por un gradiente
de presión transcoartación superior a 20-30 mmHg o si existe hiper-
tensión arteri al; se realiza tan pronto se confirme el diagnóstico para
evitar la hipertensión arterial residual (q ue es muy frec uente si se
int erviene cuando la edad es superior a S años). La mortalidad qu i-
rúrgica es inferior al 2% y el riesgo de reestenosis es menor que en
los operados en los primeros 3 meses de vida . Las técn icas que fre-
cuentemente se emplean son la resección y anastomosis término-
terminal (Crafoord ), y la aortoplastia con colgajo de subclavia (Wald-
haussen) o con parche de ampliación. No es ra ro que en la evolución
aparezca recoartación del segmento (mayor cuanto más tardía sea
la intervención) o formación de aneu ri smas en la zona, por lo que se
precisa seg ui miento periód ico con técnicas de imagen . En algunas
ocasiones, si la anatomía es favorable, los pacientes se someten a
ang ioplastia con balón.
En el adulto hay que tener en cuenta una mayor mortalidad quirúr-
gica (5 -l 0%), así como el alto riesgo de hipertensión residual, que
parece estar en relació n con la duración de la hipertensión antes de
la intervención .

La angioplastia percutánea, con o sin stent, ofrece buenos resultados en


adolescentes y adultos, disminuyendo en gran medida el 0,5% de riesgo
de pa ra plejia que presenta la cirugía. No puede emplearse si el segmento
coa rta do es largo y muy hipoplásico. As im ismo, la ang ioplastia es muy
útil para el trata mien to de la reestenosis en pacientes operados.

Figura 195. Radiografía torácica posteroanterior (a) y lateral (b) Son posibles compl icaciones los aneurismas en el lugar de la dilatación
de un paciente adulto con una coartación aórtica. Se aprecia el signo o dista les a ella y la d isección aórtica, quizá menos frecuentes con el em-
de ''3" en la imagen lateral pleo de stent.
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

Interrupción del arco aórtico derecha con frecuente bloqueo de rama derecha, y preexcitación si
hayWPW.
La aorta no se ha desa rrol lado a la altura del cayado y existe una g ran CIV
y un ductus por el q ue pasa sa ngre desde la arteria pu lmona r a la m itad
inferior del organ ismo. Produce cianos is neonata l, plétora pulmonar y so-
brecarga intensa de las cavidades ca rdíacas, com portándose de for ma
similar a la coa rtación preductal. El t rat am iento consist e en la correcció n
qu irúrgica precoz co n cierre de la CIVy el ductus y reco nexión de la aorta
ascendente y descendente.

Estenosis valvular aórtica congénita


Aurícula derecha

Se expone ampliamente en el Capítulo 76.

27.7. Otras anomalías


Vent rícu lo
derecho
Corazón triauricular ( cor triatriatum) atria lizado

Generalmente las venas pulmo nares (cor triatriatum sinistrum) se d iri gen
a una especie de colecto r comú n que drena en la aurícu la izq uierda a
través de un orificio que puede tener un tamaño variable y, habitu al- Ventrícu lo
derecho
mente, ocluido parcialmente por una m em brana o septo que le confiere
apariencia de poseer tres aurículas. Est a alteració n es excepcio nal en la Figura 196. Anomalía de Ebstein
aurícula derecha. Asimismo, es frecuente que se asocie a ot ras cardio-
patías congénitas, aunq ue existen casos aislados que pueden llegar a la El t ratam iento qui rúrgico cons iste en la sustitución o reparación, si es
vida adu lta sin síntomas. No obstante, lo habitua l es que se produzca un posible, de la vá lvu la tricúspide, con ligadura y "marsupia lización" de la
cuadro de insuficiencia cardíaca congestiva grave en el periodo neonata l porción "atri al izada" del ventrículo derecho o sin el la. Puede ser necesa-
con elevada morta lidad. ria la sección de las vías anómalas. Si el defecto es pequeño, no precisa
corrección quirúrg ica, pero sí puede precisar ablación por catéter de
El proced imiento de actuación será la cirugía, resecando la membra na las vías accesorias. Defectos importa ntes con hipoplasia marcada del
obstructiva y repara ndo las aurículas. ve ntrícul o derecho son cand idatos a la interve nción de Fontan (véase
más adelante).
Anomalía de Ebstein
Anillos vasculares
Se caracteriza por un desplaza miento hacia el ventrículo derecho del velo
septa l (y a veces el posterior) de la válvula tricúspide, que además sue- El doble arco aórtico se fundamenta en la d ivisión en dos ramas de la
le tener cierto grado de ma lformac ión. El velo anterior no acostumbra aorta ascendente (una izqu ierda que suele ser más fina y una derecha)
a estar desplazado, pero no es raro que esté parcialmente restringida su que rodean cada una por un lado a la t ráquea y el esófago, y se vuelven
movilidad por bandas musculares o cuerdas tendíneas. La insuficiencia a unir en el mediastino posterior. La intervención siempre está indicada y
tricuspídea es frecuente, y una parte variable del ventrícu lo derecho está consiste en resecar la rama de menor tamaño.
"atrializado" (con la pared adelgazada).
La ba nda o sling arterial pulmonar co nsiste en el nacim iento anómalo
La mayoría de los pacientes sobrevive al menos hast a el tercer decenio de de la rama p ulmo nar derecha desde la izq uierda, at rapando a la t ráquea
la vida. Este defecto se asocia a comunicació n interauricular en la m itad entre la arte ri a pu lmo nar principal (por d elant e) y la d erecha (por de-
de los casos, co n frecuente cianosis, ya q ue la presión en la "cá mara auri- trás). El t rata m iento cons ist e en reinsertar en su luga r la arteria pul mo-
cu lar derecha" est á elevada por la insuficiencia t ricuspíd ea (Figura 196). nar anó mala.

Las manifestaciones clín icas son va riables, no obsta nte, lo más ca racterís- La arteria subclavia derecha anómala nace en la aorta descendente y
tico es la existencia de cianosis progresiva (cuando asocia cortoci rcuito comprime por detrás el esófago. La cirug ía consiste en re insertar en su
D-1), los síntomas derivados de la insuficiencia tricuspídea, la d isfunción lugar la subclavia, que se rea liza si produce síntomas.
del ventrícu lo derecho y las taqu iarritm ias pa roxísticas, generalmente
asociadas a la frecuente (25%) presencia de vías accesorias derechas y lsomerismo
sínd rome de Wolff-Pa rki nson-White (WPW) y taquica rdias por reentrada
antidrómica, o incluso con vías accesorias múltiples y reentrada "duodró- Consist e, a g randes rasgos, en la prese ncia de dos m itades derechas o
m ica" entre dos vías accesorias. izq uierdas en el o rga nismo que son imagen especular una de la otra.

La radiografía pone de man ifiesto ca rd iomega lia p rogres iva a expen- La afectación de otros órganos es muy impo rtante (por ejemplo, en el
sas de la aurícu la derecha . El ECG muestra sobrecarga de la aurícu la isomeri smo derecho ambos pu lmones t ienen tres lóbu los y no existe

27 · Detección de cardiopatías congénitas


en niños mayores de 5 años, adolescentes y adultos
Cardiología 1 21
bazo, lo que facilita las infecciones recurrentes; en el izquierdo suele entre ambas (foramen oval permeable, CIA, DAP y/o CIV) con mezcla
haber polisplenia y mal rotación intestinal). En el corazón se diferencian de sangre oxigenada y venosa para que sea posible la supervivencia
por existir dos orejuelas iguales derechas (triangulares de base ancha) o tras el nacimiento (en la vida intrauterina supone un problema menor
izquierdas (a modo de "dedo de guante"), y asocia con frecuencia otras pues la sangre se oxigena en la placenta y llega a las cavidades de-
anoma lías: el isomerismo derecho suele asociar canal AV común o ven- rechas, pasando a la izquierda por el foramen oval y el ductus, desde
trículo derecho de doble salida. El isomerismo izquierdo es menos gra- donde se di stribuye por la aorta al territorio sistémico). En ocasiones
ve, aunque puede presentar ausencia de nodo sinusal o de vena cava asocia otras anomalías como una estenosis pulmonar y una gran CIV,
inferior suprahepática. El tratamiento es quirúrgico según la anomalía que en cierto modo protegen del hiperaflujo pulmonar y puede ser
asociada. mejor tolerada.

Corazón en criss-cross

De forma simplificada, se fundamenta en una rotación de las cámaras


Arteria aorta Arteria pulmonar
cardíacas que produce una relación anatóm ica de vecindad de la aurí-
cula derecha con el vent rículo izquierdo y de la aurícula izqu ierda con el
ventrículo derecho. Si las conexiones AV son norma les, no suele producir
defecto func iona l significativo.

Levotransposición (L-transposición)
de grandes arterias CIA Ventrículo
izquierdo

Consiste en la asociación de una transposición de grandes arterias (la


aorta nace desde la posición anterior del corazón y la arteria pulmonar
desde la posterior) acompañada de una transposición de los ventrícu-
los (el ventrículo morfológicamente derecho, de paredes más finas y
trabeculadas, está en posición izquierda y posterior y conectado a la
arteria pulmonar, mientras que el ventrículo morfológica mente izquier-
do está en posición derecha y anterior y conectado a la aorta). Por eso
también se la denom ina transposición de grandes arterias congénita -
Ventrículo derecho
mente corregida . Si no existen otras anomalías asociadas (son bastante
frecuentes), la hipertrofia compensadora del ventrículo derecho anató- Figura 197. Transposición de las grandes arteri as
mico consigue que los pacientes no experimenten síntomas hasta fases
avanzadas de la vida en las que aparece d isfunción del ventrículo dere- Clínica
cho y/o insuficiencia t ricuspídea. Las lesiones asociadas suelen producir
problemas más precoces. Presentan cianosis intensa desde el nacim ient o, que aumenta al cerrar-
se el foramen oval y el ductus (que es vital q ue permanezca permeable
si no existe CIV, por lo que se emplea prostag landina E1). El ECG puede
27.8. Cardiopatías congénitas ser norma l o reflejar sobrecarga ventricular derec ha. La radiografía de
tórax muestra hipera fl ujo pulmona r, con la base card íaca más estrecha,
cianóticas con plétora pulmonar apareciendo el corazón ovalado con un pedícu lo estrecho por la su-
perposición de las grandes arterias en sentido anteroposterior. La con-
firmación del diagnóstico se puede rea lizar mediante ecocardiografía,
Dextrotransposición (O-transposición) angioTC o resonancia magnética. El cateterismo no suele ser necesa-
rio, pero permite confirmar el diagnóstico de la d iscordancia arterial y
de grandes arterias
muestra una presión en el ventrículo izquierdo que es menor que en el
derecho y, además, permite realizar técnicas paliati vas, como la atrio-
La aorta se origina en el ventrículo derecho (anatómico y morfológico), septostomía u otras en caso de otras anomalías asociadas (val vuloplas-
a la derecha y por delante de la arteria pu lmonar. La arteria pulmonar se tia pulmonar, etc.).
origina en el ventrículo izquierdo (anatóm ico y morfológico) por detrás
de la aorta (Figura 197). Pronóstico y tratamiento

Es la cardiopatía congénita cianótica más frecuente al nacim iento. Si no se trata esta alteración fallecen más del 90% de los pacientes en el
Predomina en los varones. Habitualmente asocia CIA. en muchos ca - primer año de vida. Se debe intentar mantener el ductus permeable con
sos también DAP y algu nos CIV. La sangre que surge de l ventrícu lo infusión de prostaglandina E,.
izquierdo acaba en territorio pulmonar y regresa por las venas pulmo-
nares a la aurícu la izquierda; la sang re que sa le del ventrículo derecho La creación o el aumento de la CIA (atrioseptost omía percutánea de
se dirige por la aorta al te rritor io sistémico y regresa por las cavas a la Rashkind) es un procedimiento "sencillo" para proporcionar una ma-
aurícu la derecha. Este proceso provoca la existencia de dos circu lacio- yor mezcla intracardíaca de sang re venosa periférica y sangre oxige -
nes en pa ralelo, por lo que es necesaria la ex ist enc ia de comun icació n nada.
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. 8 edición

Se logra mediante un catéter-balón insertado por vía venosa femoral que el ventrículo derecho con las arterias pulmonares) entre el primer y quin-
se infla en la aurícula izquierda y se retira bruscamente a la aurícula dere- to año de vida, en ocasiones precedida de una fístula de Blalock-Taussig
cha, con el fin de rasgar el septo interauricular. (conexión de la arteria subclavia a la arteria pulmonar) para evitar el hipo-
aflujo pulmonar.
Actualmente, la corrección anatómica en una sola etapa, med iante
switch arteria l de Jatene, es el procedim iento de elección. Conviene rea-
lizarla antes de 2 o 3 semanas para evitar la atrofia del ventrículo izquier- Arteria aorta
do sometido a bajas presiones, y consiste en la desinserción y adecuada v ena cava
reimplantación de las grandes arterias en su lugar correspondiente, con Arteria
reimplante de las coronarias en la neoaorta, con excelentes resultados pulmonar

(Figura 198). Sus complicaciones potencia les son la estenosis supraval-


vular de la arteria pulmonar en la zona de sutura, que puede trata rse de Venas

forma percutánea, y la insuficiencia de la válvula aórt ica, que general-


mente es leve.

Previamente se han ut ilizado (y sig uen siendo conven ientes en pacientes


no cand idatos a la correcció n de Jatene por d iag nóstico ta rdío, anoma lías
coronarias, etc.) los switch auricu lares, siendo el preferido en la actua li-
dad el de Musta rd, en el que se reseca el septo int era uricular y se crea
uno nuevo con un parche que se d ispone de manera especial, de fo rma
que el flujo venoso de la circulación sistém ica, que alcanza la aurícu la
derecha, se dirige a la válvula mitra! y al ventrículo izquierdo y la arteria
pu lmonar, en tanto que el flujo venoso pulmona r se dirige, a través de
la válvula tricúspide, al ventrículo derecho y a la aorta (Figura 199). Con
esta técnica, de uso electivo hasta hace unos años, se han obtenido re-
Aurícu la
sultados de un 80% de supervivencia a 20 años. La técnica de Senn ing ha
derecha
caído en desuso.

En los pacientes con estenosis pulmonar y gran CIV asociadas se puede Vena cava inferior

utilizar la operación de Rastelli (cierre de la CIV con parche para dirigir


el ventrículo izquierdo a la aorta, acompañado del cierre de la vá lvula Figura 199. Corrección fisiológica de la transposición de las grandes
pulmonar y colocación de tubo va lvulado u homoinjerto que comunica arterias (técnica de Mustard)

Tronco arterial común


(truncus arteriosus
persistente)

Es una ma lfo rmación en la que una


única g ran arteria sa le de la base del
corazón por una única válvula semilu-
nar y da lugar a las arterias coronarias,
el tronco o ramas de la arteria pu lmo-
nar y la aorta ascendente.

Ao rta Se suele acompañar de una gran CIV de-


Pu lmonar bajo de la vá lvula semilunar común. La
válvula puede ser tricúspide o cuatricús-
pide en un tercio de casos. El truncus es
frecuente en el síndrome de Di George
(con atrofia del timo, déficit de linfoci-
tos T y malformaciones faciales, renales
o intestinales asociadas). La cianosis es
leve y predomina la plétora pulmonar.

La m itad de los casos t ienen el cayado


aórtico a la derecha.

Sin cirugía, la mayoría de los niños


Figura 198. Corrección anatómica de la transposición de las grandes arterias (técnica de Jatene) fa llecen dentro del primer trimestre.

27 · Detección de cardiopatías congén itas


en niños mayores de 5 años, adolescentes y adultos
Cardiología 1 21
Precisa corrección precoz (antes de 2 meses) para evitar la hipertensión
pulmonar, mediante el cierre de la CIV y colocando un tubo valvulado o
un homoinjerto desde el ventrículo derecho a la arteria pulmonar (no es
extraño que precise de recamb io a lo largo del crecimiento del niño por
quedarse "pequeño").

Si la vál vula truncal es insuficiente, puede ser necesario repararl a o Venas pulmonares

sustituirla por una prótesis. Algunas variantes anatómicas del tronco


arterial sólo son tributarias de trasplante cardíaco.

Drenaje venoso pulmonar anómalo


Coronaria
En esta malformación, las venas pulmonares (las cuatro, si es total, o izquierda
sólo alguna, si es parcial) desembocan, d irecta o indirectamente a tra- VI
vés de un conducto, en la au rícula derecha o en las venas de la circula-
ción general (cavas o seno coronario), en lugar de hacerlo en la aurícula
izquierda.

Si es total, como todo el retorno venoso vuelve a la aurícula derecha, la


CIA es una parte esencial y necesaria de la ma lformación para que sea
compatible con la vida .
Figura 200. Hipoplas ia de cavidades izqu ierdas
Seg ún el lugar donde se establece la conexión anómala, se dividen en
supracardíacos (l os más frecuentes, que drenan en la cava superior), car- Ventrículo derecho de doble salida
díacos (drenan en la aurícula derecha o en el seno coronario) e infradia-
fragmáticos (lo hacen en la cava inferior). Más de la mitad de la superficie de ambas válvu las semi lunares se origi nan
en el ventrículo derecho, con diversos grados y localizaciones de una gran
Puede aprecia rse el "signo de la cimitarra" en la radiografía torácica. CIV acompañante subpulmonar (anomalía de Taussig-Bing, que se compor-
ta hemodinámicamente de forma similar a la O-transposición de grandes
El t ratamiento quirúrgico consiste en cana liza r el retorno venoso pu lmo- arterias) o suba órtica (de comportamiento parecido a la tetralogía de Fa llot).
nar anómalo hacia la aurícula izquierda (generalmente el colector co-
mún), y en el cierre de la comunicación interauricular. Si es parcia l y no El tratamiento quirúrgico de reparac ión de los defectos es de elección,
ti ene una relació n Qp/Qs importante, no suele precisar tratamiento y, co n realizándose técnicas paliati vas si no es posible (véase la Figura 201 en
frecuencia, es un hallazgo asintomático. la página siguiente).

Síndrome de hipoplasia de cavidades


izquierdas 27 .9. Cardiopatías congénitas
cianóticas con isquemia pulmonar
Este término designa un grupo de ano malías card íacas parecidas que
se ca racterizan por hipodesarrollo de las cavidades cardíacas izquierdas,
atresia o estenosis del orificio aórti co, mitral, o ambos, e hipoplasia aórti- Estenosis pulmonar
ca . El ventrículo izquierdo no es funcionante y la circulación se mantiene
a expensas del ventrículo derecho (anatómicamente no preparado para Se expone ampl iamente en el Capítulo 19.
soportar grandes presiones), la CI A y el ductus (que si se cierran suelen
provocar la muerte) (Figu ra 200). Tetralogía de Fallot

El tratamiento médico ra ra vez perm ite la supervivencia más allá de los Con este nombre se designa un complejo malformativo con cu atro com -
primeros días de vida y es frecuente causa de aborto. La cirugía está in- ponentes: la alineación anormal de la comunicación interventricular, la
d icada en los primeros días de vida, mediante la técnica de No rwood obstrucción al flujo del ventrículo derecho (estenosis pulmona r infu ndi-
(cierre del ductus y conexión de la arteria pulmonar al arco aórtico para bular, val vular y/o de las ramas pulmonares), el acabalgam iento anterior
aportar sangre desde ah í al territorio sistémico; se amplía la CIA y seco- de la aorta que nace sobre el defecto septal ventricular entre el ventrículo
nectan las ramas de la arteria pu lmonar al ventrículo derecho a través de izq uierdo y el derech o, y la hipertrofia del ventrículo derecho (Figura 202).
un conducto restricti vo para evitar el excesivo hiperaflujo), seguida de las
fístulas de Glenn y de Fontan en dos tiempos (descritas más adelante en Es muy común que la válvula pulmonar sea bicúspide y estenótica, aun-
el apartado del ventrículo único). que la obstrucción predominante sea el infundíbulo. Un 5% de los casos
asocian anomalías del nacim iento de las coronarias. Es la segunda car-
A pesar de ello tiene elevada mortalidad, muy dependiente de la expe- diopatía congén ita cianótica más frecuente al nacimiento y la primera
rien cia del equipo de cirugía cardíaca y reanimación, por lo que en mu- a partir del año de edad. Suele ser esporád ica pero existen casos asocia-
chos centros el trasplante ca rdíaco sigue siendo una alternativa. dos a microdeleciones en el cromosoma 22q. Si añade CIA, se denomina
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

Aurícula izquierda Aurícula izquierda


Ao rta

Vena cava superior Vena cava superior


Arteria pulmonar Arteria pulmonar

Ventrículo derecho
Ventrículo derecho

Figura 20 1. Ventrículo derecho de dobl e sa lida. Varia ciones según la disposición de la comunicació n interventricular

penta logía de Fallot Se llama trilogía de Fallot a la combinación de CIA, Fisiopatología


estenosis pulmonar e hipertrofia del ventrículo derecho.
El cortocircu ito entre ambas circulaciones a través de la CIVes de derecha
a izqu ierda (luego hay cianosis) debido a la estenosis pulmonar (que ge-
neralmente es de predom in io infund ibular).

Acabalgamiento
La d ism inución de las resistencias peri féricas (ejercicio, llanto, etc.), es-
pasmos infund ibulares (dolor, aumento de catecolaminas ... ) o aumen-
to brusco del retorno venoso (h iperventilación, "rabietas"... ) aumentan
el cortocircuito derecha-izquierda, y la hipoxemia y acidosis resultantes
tiende a perpetua rlo, provocando crisis hipoxémicas o cianóticas que
pueden dar lugar al síncope, convu lsiones, accidentes cerebrovasculares
por hipoxia, o incluso la muerte. La hipoxia crónica conduce a la polici-
CIV
tem ia, con riesgo de trombosis vascular (y cerebral a nivel de los senos
de la duramadre) o diátesis hemorrágicas. Existe riesgo incrementado de
endocard itis bacteriana.

Clínica

Está marcada por el grado de estenosis pulmonar. Si es leve, solamente


presentan cianosis con el eje rcicio, aunque la progresión de la estenosis
por hi pertrofia infundibular (q ue crece con el niño) hace que al año de
edad, cas i todos los pacientes padezcan cianosis en reposo.

Las crisis hipoxémicas son más frecuentes a partir de los 5o 6 meses. En


ciertas ocas iones se puede comp licar con infartos y abscesos cerebrales
Hipertrofia ventrículo
derecho producidos por embol ias paradójicas a través del cortocircuito derecha-
izquierda.
Figura 202. Tetralogía de Fallot
La exploración puede mostrar cianosis, acropaquias y retraso en el cre-
cimiento. Se ausculta un soplo de estenosis pulmonar de duración e in-
La ca rdiopatía cianótica más común en recién na- tensidad inversamente proporcional al grado de obstrucción (esto es lo
ci dos es la transposición de los grandes arteri as. La contra rio de lo que ocurre en la estenosis pu lmonar va lvular pura), por lo
cardiopatía cianótica más común en la infancia es la que puede d isminuir en las crisis hipoxém icas al reducirse mucho el flujo
tetralogía de Fallot. Recuerda que atraviesa la válvu la pulmonar.

27 · Detección de cardiopatías congénitas


en niños mayores de 5 años, adolescentes y adultos
Cardiología 1 21
El ECG muestra un crecim iento de las cavidades derechas con eje dere- consiste en la creación de una anastomosis arterial sistém ico-pu lmonar
cho, y el bloqueo de rama derecha (muy frecuente tras la ciru gía) sue- (la más frec uente es la fístula de Blalock-Taussig mod ificada, conectan-
le ser más ancho cua nto más disfunción ventricu lar derecha exist a. La do la arteria subclavia a la arteria pulmonar) y proceder, en un segundo
radiografía de tórax pone de manifiesto una silueta cardíaca en forma tiempo, a la corrección total con menor riesgo durante la niñez o la ado-
de "zueco o bota" por elevación de la punta del ventrículo derecho, con lescencia .
una depresión ("signo del hachazo") en el borde izquierdo, donde debería
visualiza rse la arteria pulmonar. En ocasiones (25o/o) se aprecia el cayado Ventrículo único y atresia tricuspídea
aórtico a la derecha.
Se produce cuando existe una única cavidad ventricu lar que rec ibe la
La ecocard iografía, la TC o la resonancia magnética confirman el diag- sangre de las dos aurícu las. En la mayoría de los pacientes, el único ven-
nóstico. El cateterismo se debe realizar previo a la cirugía para evaluar trículo se parece morfológicamente a una cavidad ventricular izquierda
el estado hemodinám ico y la presencia de colaterales aortopulmonares y lo que no existe es el ventrículo derecho (q ue suele ser una pequeña
(típicos de casos con atresia valvula r pulmonar asociada) que precisan cámara residual, no conectada a la aurícula derecha en la atresia tricuspí-
actuación en la ci rugía. dea) (Figura 203).

En pacientes operados, a larg o plazo puede prod ucirse muerte súbita


(So/o) debida a arritmias ventricu lares por reentrada, ocasionadas por las
cicatrices q ui rúrg icas ventriculares, especialmente si existe disfunción
ventricular (derecha o izquierda) . Ductus arterioso

Tratamiento

El t rata miento de las crisis hipoxém icas comprende la adm inistración


de oxígeno (vasodilatador pulmonar y vasoco nstrictor sistém ico), vaso-
CI A
constrictores como la noradrena lina o la colocación del niño en posición
genupectora l o agachado para aumentar la resistencia vascular aórt ica y
revertir parcialmente el cortocircuito, morfina, bicarbonato si existe aci-
dosis, y ~ -bloqueantes para relaja r el infundíbulo pu lmonar. La apa rición
de crisis hipoxém icas, así como la cia nosis intensa, implican la indicación
de cirugía (paliativa o correctora) sin demora.
Atresia vá lvula
pul monar
En casi todos los pacientes con tetralogía de Fa llot se recom ienda la co-
rrección quirúrgica completa entre los 3 y los 6 meses de edad.

Esta cirugía consiste en cerrar la CIV a través de atriotom ía derecha con


un parche pa ra que la aorta quede conectada ún icamente al ventrícu-
lo izquierdo, y ampliar la salida del ventrícul o derecho (antiguamente
Septo íntegro
por vía transventricular derecha infundibu lar, actualmente a través de
la arteria pulmonar o de la atriot omía) mediante la resección del tejido
muscu lar infund ibu lar y com isurotomía de la vá lvula pulmona r si mues- Figura 203. Atresia tricuspídea con septo interventricular íntegro
tra estenosis, intentando respetar el anillo valvular. Cuando este es muy
estrecho, es necesario ampl iar el infundíbulo con un parche transanular Las dos aurículas se comun ican por una gran comunicación interauricu-
va lvula r (era la técnica habitual hace años) que interrumpe la integridad lar (puede ser útil la atri oseptostomía de Rashkind), y la arteria pulmonar
del anil lo va lvula r y produce insuficiencia pulmonar significativa q ue no nace junto a la aorta desde el ventrículo único. La mayoría de las veces
suele ser problemática a corto plazo, pero que en ocasiones precisa, en asocia estenosis pulmonar, que empeora la cianosis pero protege del hi-
la adolescencia, del implante de una prótesis, pues fo menta la disfunción perafluj o pu lmonar.
del ventrículo derecho y las arrit mias ventriculares (potencialmente mor-
tales) tardías. La corrección del defecto suele rea lizarse en varias etapas: en el primer
mes de vida, si la cianosis es muy intensa por una gran estenosis pulmo-
na r, se realiza una derivación de Blalock-Taussig (se conecta una rama de
la aorta, como la arteria subclavia izqu ierda, a una rama pu lmonar y así
En la tetralogía de Fa llot son caracte rísticas las crisis _.......,.;:::,...;;.,. se consigue mejorar el aporte de sangre a los pulmones). Si no existe
hipoxémicas. estenosis pu lmo nar (menos de l 20o/o) y hay una g ran plétora, se realiza
un banding para provocar una estenosis artifi cial que proteja del excesivo
hiperaflujo.
El factor más importante pa ra determ inar si un paciente es candidato a
la reparación completa es el tamaño de las arterias pu lmonares, pues su En torno a los 6 meses se deriva la vena cava superior (recoge la sangre de
hipoplasia consid erable constituye una contraindicación relativa para la la mitad superior del cuerpo) a la arteria pulmonar derecha sin pasar por
cirugía correctiva precoz. Cuando existe esta últi ma, se recom ienda uti- el corazón (fístula de Glenn bid ireccional). Alrededor de los 3 o 4 años se
lizar una cirugía paliativa d iseñada pa ra au mentar el flujo pulmonar, que deriva la cava inferior a la arteria pu lmona r (operación de Fontan).
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. a edición

Con esta técnica el paciente queda con una circu lación pecul iar (circu la- Ventrículo de doble entrada
ción de Fontan) en la que la sang re no pasa por el corazón derecho y circu la
por el lecho pulmonar de forma pasiva, y el ventrícu lo único (izquierdo) Generalmente el ventrículo izquierdo recibe la conexión AV de am-
no está sometido a sobrecarga excesiva de trabajo, con lo que el paciente bas aurículas, produ ciendo un cuadro clíni co similar a la atres ia tri-
puede llevar una vida relativamente normal y alcanzar la edad adu lta. cuspídea.

rauricular. Los datos clínicos incluyen crecimiento de cavidades


Ideas clave 16 derechas, bloqueo de rama derecha, eje eléctrico derecho y des-
doblamiento amplio y fijo del segundo ruido.
" Es necesario implementar acciones de detección de cardiopa-
tías congénitas en niños y ad ultos en el primer nivel de atención " Lo característico de la comunicación interauricu lar ostium pri-
médica. mum es que afecta a la porción baja del tabique e implica una
hendidura o cleft de la va lva anterior mitra!, que justifica la pre-
" Para incrementar la detección de niños, adolescentes y adu ltos sencia de insuficiencia mitra!, que es la que domina el cuadro
con cardiopatía congénita, tratada y no tratada, es necesario in- clínico (en el ECG existe crecimiento del ventrículo izquierdo y
vestigar antecedentes familiares (fami liares consanguíneos por- eje del QRS desviado hacia la izquierda).
tadores de cardiopatía congénita, enfermedades o exposiciones
maternas) y factores personales (portador de cromosomopatía o " Lo típico de la comunicación interauricular tipo seno venoso es
cualquier malformación congénita). que se asocia a drenaje venoso anómalo parcial.

" En escolares y adolescentes, las cardiopatías congénitas no cia- " Actualmente la mayoría de las comun icaciones interauriculares
nóticas se manifiestan principalmente por insuficiencia cardíaca tipo ostium secundum se cierran de forma percutánea con dispo-
congestiva y estatura menor a la esperada en función de la edad. sitivos tipo Amplatzer®, sin necesidad de cirugía abierta.
Las cardiopatías congénitas cianóticas se presentan esencialmen-
te con datos de hipoxia y se afecta tanto el peso como la estatura. " La mayoría de las CIV pequeñas se cierran en el primer año de
vida.
" Frecuentemente la radiografía de tórax en proyección poste-
roanterior y lateral, es el primer estudio que alerta al clínico so- " El conducto arterioso persistente (unión entre la aorta distal
bre la presencia de una cardiopatía congénita o una anoma lía de a la subclavia izquierda y la arteria pulmonar) se puede inten-
los grandes vasos. Sin embargo, la ecocardiografía bidimensio- tar cerrar farmacológicamente con anti inflamatorios no este-
nal es muy útil para el diagnóstico. ro ideos (la prostaglandina El puede ser útil para retrasar su
cierre) y si no se logra, habitualmente se sella de forma percu-
" La cardiopatía congénita más frecuente es la comunicación in- tánea o, en ocasiones, mediante toracotomía. Es característico
terventricular. Dentro de las cianóticas, la más común al naci- el soplo continuo en maquinaria (soplo de Gibson) cerca del
miento es la transposición de grandes arterias, y al año, la tetra- foco pulmonar.
logía de Fallot.
" La localización más común de la coartación aórtica es distal a la
" Las cardiopatías congénitas con cortocircuito izquierda -derecha subclavia izqu ierda o posductal.
cursan con plétora o hiperaflujo pulmonar que, con el paso del La anomalía más frecuente asociada a la coartación aórtica es la
tiempo, motivará la aparición de hipertensión pulmonar que válvula aórtica bicúspide (la mitad la tienen) y otras llamativas
puede llegar a hacerse irreversible. como el síndrome de Turner o Noonan, riñón po liquístico, aneu-
risma s del polígono de Willis, etc.
" El síndrome de Eisenmenger cons iste en el desarrollo de una
hipertensión pulmonar tan grave que supera la presión arterial " Típicamente, en la coartación, los pulsos de extremidades infe-
sistémica, y que invierte el cortocircuito o shunt previo. Cuando riores están disminuidos y retrasados en comparación con los
esto ocurre, se contraindica la cirugía correctora y el tratamiento de extremidades superiores. A largo plazo, la coartación aórtica
suele ser paliativo o trasplante cardiopulmonar. produce hipertensión.

" La indicación quirúrgica en card iopatías congénitas con corto- " En la radiografía de tórax de la coartación de aorta son caracte-
circuito izquierda-derecha existe cuando aparecen síntomas, o rísticas las muescas costales (signo de Ri:isler). Habitualmente el
en caso de que el flujo pulmonar supere al sistém ico en 1,4-1,5 tratamiento es quirúrgico en el niño y percutáneo en el adu lto (si
veces (Qp/Qs > 1,4-1 ,5) para evitar el desarrollo de Eisenmenger. la anatomía es favorable).
En la anomalía de Ebstein, el velo septal tricuspídeo tiene una
" Las cardiopatías congénitas cianóticas, con o sin hipoaflujo pul- inserción anorma lmente baja en el tabique y una porción del
monar, producen hipoxemia y policitemia y a la larga el síndro- ventrículo derecho está "atrializada'; siendo frecuentes las vías
me de hipoxem ia crónica . accesorias auriculoventriculares.

" El síndrome de hipoxemia crónica se caracteriza por la presencia " La O-transposición de grandes arterias origina dos circulacio-
de eritrocitosis y síndrome de hiperviscosidad, infecciones (en- nes en para lelo, por lo que es imprescindible que exista mezcla
docarditis y neumonías), tromboembolias y hemorragias, acro- de sangre a través de un defecto (comunicación interauricula r,
paquias, insuficiencia renal y litiasis biliar entre otros. La sangría interventricul ar o ductus arterioso permeable) para mantener
terapéutica puede ser de utilidad en algunos casos. la vida .

" La comunicación interauricu lar más frecuente es la de tipo os- " En el tratamiento de la O-transposición de grandes arterias inte-
tium secundum que afecta a la porción media del tabique inte- resa mantener abierto el ductus con prostaglandina El y, si existe

27 · Detección de cardiopatías congénitas


en niños mayores de 5 años, adolescentes y adultos
Cardiología 1 27
cianosis importante, crear o aumentar la comunicación interau- posición genupectoral o agachado para aumentar la resisten-
ricular mediante atrioseptostomía percutánea de Rashkind, has- cia aórtica .
ta poder realizar la cirugía correctora definitiva (de intercambio
arterial o switch de Jatene). " El soplo de la estenosis pulmonar infundibular es menor cuanto
más grave sea la estenosis y disminuye, por tanto, en las crisis
" La tetralogía de Fallot presenta cuatro componentes: comuni- hipoxémicas.
cación interventricular, acabalgamiento de la aorta sobre la co-
municación interventricular, obstrucción al flujo de salida del " El tratamiento del Fallot es la cirugía correctora completa y, si no
ventrículo derecho (generalmente infundibular) e hipertrofia es posible, la realización de una fístula sistémico-pulmonar como
del ventrículo derecho. Son típicas del Fallot las crisis hipoxé- la de Blalock-Taussig (anastomosis entre arteria subclavia y arteria
micas, en cuyo tratamiento puede ser útil colocar al niño en pulmonar) para aumentar el flujo de sangre hacia los pulmones.

eje a la derecha con patrón rSr' en precordiales derechas. Indi-


Casos clínicos que, entre los siguientes, el diagnóstico más probable:

Niña de 4 años asintomática, con antecedentes de ingreso neo- 1) Comunicación interauricular.


natal durante dos meses por prematuridad. Presenta un buen 2) Estenosis mitra!.
estado general y de desarrollo ponderoestatural, tiene pulsos ar- 3) Hipertensión pulmonar primaria.
teriales aumentados y se le ausculta un soplo continuo en región 4) Pericarditis tuberculosa.
subclavicular izquierda. ¿Cuál es, de los siguientes, el diagnóstico
más probable? RC: 1

1) Comunicación interventricular. En una revisión médica realizada a un niño de 5 años se descubre


2) Tetralogía de Fallot. una comunicación interauricular (CIA) tipo ostium secundum. Se
3) Conducto arterioso persistente. cuantifica el shunt izquierda-derecha, que resulta ser de 1,2 a 1.
4) Comunicación interauricular. LaTA es normal. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones, respecto a
la cirugía, es correcta?
RC: 3
1) Está indicada siempre en la CIA.
A una mujer de 53 años, asintomática, se le realiza una radiografía 2) No está indicada por tratarse de un tipo de defecto que no llega
de tórax por haber sido diagnosticado su marido de tuberculosis a producir nunca hipertensión pulmonar.
pulmonar y tener Mantoux de 17 mm. La radiografía muestra car- 3) No está indicada con la cifra actual de shunt, por lo que se debe
diomegalia con dilatación de la arteria pulmonar y sus ramas y vigilar al niño periódicamente para ver si aumenta.
aumento de la trama vascular. En la auscultación cardíaca se en- 4) No está indicada mientras el shunt no sea de grado 3 a 1.
cuentra un soplo sistólico eyectivo pulmonar con desdoblamien-
to amplio y fijo del segundo tono. El ECG muestra desviación del RC: 3

1) Tetralogy of Fallot.
Case Study 2) Pulmonary stenosis.
3) lnterauricular communication .
An EKG is performed on an asymptomatic teenager showing sinus 4) lntraventricular communication.
rhythm and right bundle branch block. On physical examination,
auscultation shows a second heart sound and chest X-ray reveals Correct answer: 3
an enlarged pulmonary arch. Which diagnosis do you suspect?
• Cardiologia_

Recommended reading 1

A 60-year old patient, with a history of dyslipidemia and hypertension, Given the severity of the signs (dyspnoea, cracking sounds, hypoten-
visits the Emergency Room due to dyspnoea and oppressive thora - sion), angioplasty wou ld be preferable to thrombolysis as a reperfusion
cic pain that radiates to the upper left extremity, which began at rest treatment.
approximately one hour ago. lt is accompanied by perspiration and
sensation of nausea. Upon arrival, the blood pressure is 80/40 mmHg,
with 89% saturation. The physical examination detects the presence of
cracking sounds in both lower lung fields, as well as a third sound. An
ECG is performed, with the findings shown in the attached image. We
have an ECG from a routine check-up two months ago, which is abso-
lutely normal. Mar k the INCORRECT answer for this patient [Figure la]:

l. In this situation, primary angioplasty wou ld be preferable to fibri -


nolysis, in the event that it is available.
2. lt could be an acute myocardial infarction.
3. lt would be indicated to begin treatment with aspirin.
4. The image shows ventricular tachycardia, possibly caused by re-
entry.
S. lt is possible that, at this time, troponin values are normal.
Figure la.
In the face of clinica l signs such as th ose mentioned, it is im perative
to perform an electrocard iogram. In it, we find a clea r QRS w idening,
although it is not ventricular tachyca rdi a (a nswer no. 4 is false). Note th at,
aside from the wi den ing, we observe that all the QRS are preceded by
a P wave; therefore, the rhythm does not have a ventricular origin. The
reason for the widening is a cond uction disorder; specifica lly, complete
left bundle bra nch block (note the RR' pattern in the left precord ialleads).
Below, we show a genu ine monomorph ic ventricu lar tachycardia, which,
amongst other etiologies, may appear in the chron ic phase of a myocar-
dial infarction dueto re-entry mechanism .

In an acute coronary syndrome with ST-segment elevation, reperfusion Figure 1 b. Taquicardia ventricular monoforma.
therapy wou ld be clearly indicated. However, it wou ld also be indicated
when we observe a newly-appeared left bund le branch block, as in this Fuente: Ga rcía Macarrón J. Casos clínicos en imágenes. Madrid. CTO Edi-
case (hence the insistence on the normal ECG in a previous check-up). toria l, 2012
Cardiología •

Recomm ended reading 2

A 32-year-old male, who smokes one pack a day, visits the Emergen- The electrocard iogram shown is qu ite typical of acute pericarditis. Note,
cy Room due to left thoracic pain that radiates to the shoulders for in particular, two details:
the past 48 hours. The pain has been getting p rogressively worse and The ST-segment elevation affects many leads. In the case of acute
increases with deep inspiration and in the decubitus position. Mareo- coronary syndrome, we usually find it only in the leads that face the
ver, the patient reports that, during the past few days, he had suffered portian under infarction (for example, in 11, 111 and aVF, in the event that
symptoms of respiratory infection with oesophagodynia, for which it affected the inferior portian).
he had taken, on his own initiative, amoxi cillin and paracetamol. An In th e case of acute pericarditis, the morphology of the ST segment is
ECG is performed, and the attached image is obtained. As reg ards the usually concave.
symptoms suffered by this patient, it is FALSE that [Figure 2a]: On the contrary, an ST-segment elevation of ischaemic origin usually
presents convexity. Some books describe it as a "dolphin back': Pure
l. The etiology of the symptoms is usually idiopat hic. poetry. Other authors have compared it toa "shark fin': In any event, it
2. lt is advisable to request troponin levels in the laboratory test, in is convex rather than concave.
order to assess the myocardial damage. Another fact that is suggesti ve of acute pericarditis is the PR depres-
3. Given the electrocardiographic findings, a cardiac catheterisation sion. lt is infrequent, but very specific when it appears.
should be performed as soon as possible. In pericarditis, specular changes are usually not observed.
4. In the event of recurrence, corticoids should not be used. In the case of pericarditis, the ST segment is usually more elevated in
S. The treatment of this patient's pain is based on NSAIDs. lead Dll than in lead Dl ll.

Acute pericarditis

ECG

ST Diffuse ST-segment Localized elevation (generally


elevation (concave) with reciproca! changes)

PR Sometimes depression Rarely elevation

Evolutionary 4 stages. Non-negative Negative T wave with ST


changes T wave until the ST segment still elevated,
segment returns to the development of Q waves
isoelectric baseline

Pain Pleu ritic, sharp, posture Oppressive, frequently


changes, radiated to the associated with autonomic
trapezoids symptoms, radiation to the
ULE, jaw, etc.
Figure 2a.
Fever Frequent in previous lf it appears, it generally does
Th e characteristics of th e pain, or t he recent respi ratory infect ion, are in days or simulta neous so in the days fol lowing the
AMI
no w ay suggestive of acut e coronary syndrome, despite the patient's to-
bacco habit. The most probable diagnosis is acute pericarditis, the elec- Figure 2b. Differential diagnosis between acute pericarditis and AMI.
trocard iogram whereof is somewhat similar to that of acute coronary
syndrome, which is w hat the question intends to confu se us w ith. Re- Fuente: García Macarrón J. Casos clínicos en imágenes. Mad ri d. CTO Edi-
member that pericardial friction is not always present. toria l, 20 12.
• Cardiología_

Recomm ended reading 3

During the pasttwo weeks, an 84-year-old m ale has suffered, on several Sinus bradyca rdia. The depolarisation freq uency is lower than 50-60
occasions, episodes of loss of consciousness. An electrocardiogram is bpm and does not accelerate w it h normal st imu li, such as exercise,
performed, and it shows a sinus bradycardia of 52 bpm. Subsequently, anxiety or t he adm inistrati on of atropine.
the heart rate is monitored (24-hour Holter), and the following fin- Sinus pause or arrest . There is an absence of impulse generation and,
ding appears simultaneously with a pre-syncope [Figure 3a] and the therefore, of the P wave in the ECG.
following finding simultaneously with a syncope [Figure 3b]. What Bradycardia-tachycardia syndrome. The two aforementioned alte-
would be the definitive treatment? rations altern ate w it h paroxysma l episodes of supraventicular tachy-
card ia, the most frequent being au ricular fib rillation and flutter.
l. Angioplasty and stent placement.
2. Bypass surgery. The most frequent clin ical symptoms are paroxysmal vertigo, pre-synco-
3. Prosthetic aortic valve replacement, preferably with a biological pes and even syncopes, produced by the sinus pauses or sinoauricular
valve. blocks. In t he bradyca rdia-t achycard ia syndrome, we cou ld fin d palpita-
4. Permanent pacemaker. tions. In order to make t he correct d iagnosis, w hat is most important is
5. lmplantation of anAl D. t he corre lati on between the symptoms and the ECG data. For this rea-
son, the Holter monitor is the habitua l tool to eva luate the sinus node
function. lf it is confirmed, t he treatment involves placement of a perma-
nent pacemaker.

Bifascicular or trifascicular On ly when there are secondary


block symptoms to bradyca rdia (asthenia.
Sinus node dysfunction repeated episodes of syncope
First-degree AV block or presyncope)
Second-degree AV block, Occasionally, in order to subsequently
type 1 treat the patien's disea se with "braking"
drugs

Figure 3a. Second-degree AV Always


block, type 11
"High-degree" AV block
Third-degree AV block
Alternating bundle
branch block

Other situations Carotid sinus hypersensitivity


Pure neu rally-mediated cardioi nhibitory
Figure 3b. syncope
Ventricula r arrhythmias due
The symptom s correspond toa sick sinus node syndrome. Under norm al to bradyca rdi a
conditions, t he sinus node is t he hea rt's pacemaker, since it has a higher Cardiac re-synchronizati on therapy
depola ri sation freq uency than t he rest of t he stru ctures of t he ca rdiac Figure 3c. Genera l indicat ions for pacemakers.
cond uction system. In this cond ition, the sinus node ce lls lose t he capa-
city for automatic excitation, there is sinoa uricu lar block or both. Three Fuente: García Macarrón J. Casos clínicos en imágenes. Mad rid. CTO Edi-
events may occur in the sick sin us node syndrome: to ri al, 20 12.
Cardiología •

Recomm ended reading 4

A patient with an inferior acute myocardial infarct ion, evolving for 40


minutes, has been administered fibrinolytic treatment. Twenty minu-
tes later, the electrocardiogram shows what appears in the attached
image. What would you suspect? [Figure 4a]:

1. That the infarction has extended to the lateral portion .


2. That a pulmonary thromboembolism has developed .
3. That it is becoming complicated with heart failure.
4. That the diagnosis was erroneous.
S. That the coronary artery is repermeabi lised.

What th is image shows corresponds to an accelerated idiovent ri cular


rhythm (AIVR). As the na me ind icates, it is a rhythm of ventricular origin
and, therefore, expresses a wide QRS. What the AIVR expresses is myocar-
dial irritability, with the appearance of ectopic automatism, the frequency
whereof is lower than that which wou ld appear in a VT (in this case, about
80 bpm).

Habitually, the appearance of an AIVR is a sign of reperfusion (answer no.


S is correct). lt is usually self-limiting and only exceptionally does it pro-
duce significant symptoms or haemodynamic alterations. lt usually does
not require treatment. Figure 4a .

Arrhythmia Treatment Secondary prevention Primary prevention

VF during the first Defibrillation Reperfusion Reperfusion


24-48 hours P-bl ockers P-blockers
Amiodarone 24-48 hours

Poorly-tolerated VF or Defribillation/cardioversion Revascularization if indicated Reperfusion


SMVT beyond 48 hours lmplantation of an AID P-blockers
Treatment of the heart fai lure Treatment of the heart failure
Amiodarone or ablation in special cases lmplantation of an AID if:
- LVEF < 40%, inducible NSVT and SMVT
- FC 11-111 and LVEF < 35%
- FC 1 and LVEF < 30%

Well-tolerated SMVT with Card ioversion P-blockers Reperfusion


normal or quasi-normal Anti-arrhythmic drugs VT ablation P-blockers
LVEF (procainamide Consider AID Treatment of the heart fa ilure
or amiodarone)
Am iodarone in special cases

Figure 4b. Treatment of vent ricular arrhythm ias in ACS-STE.(continued on the next page)
• Cardiología

Recomm ended reading 4

Arrhythmia Treatment Secondary prevention Primary prevention


Symptomatic NSVTs ~-bl ockers ~-b l ockers Reperfusion
Amiodarone in refractory Amiodarone or ablation in special cases ~-b l ockers
cases Assess w hether an AID is indicated as Treatment of the heart fai lure
pri mary prevention
Asymptomatic NSVTs ~-blocke rs ~-blockers Reperfusion
or ventricular extrasystoles Avoid lc-group anti- Treatment of the heart fai lure ~-b l ockers
arrhythmic drugs Assess w hether an AID is indicated Treatment of the heart failure
as primary prevention
Torsade des pointes · Defribillation if sustained Reperfusion Reperfusion
Magnesium Correct electrolytes
QT shorten ing (pacemaker, isoproterenol)
Correct electrolytes
AIVR No (it indicates reperfusion) No No
Figure 4b. Treatment of ventricula r arrhythmias in ACS-STE.(continuation)

Fuente: Ga rcía Macarrón J. Casos clínicos en imágenes. Madrid. CTO Editorial, 20 12.
,
Cardiología 1
1

Vídeo 3. Doppler venoso normal


(Por cortesía del Dr. Agustín l. Rodríguez Bias, Jefe del Área de Radiología
Vascular e Intervencionismo del HJM)

Vídeo l. Implante de prótesis aórtica percutánea por vía femoral

Vídeo 2. Arteriografía. Obstrucción de arteri a carótida interna


(Por cortesía del Dr. Agustín l. Rodríguez Bias, Jefe del Área de Radiología
Vascular e Intervencion ismo del HJM)
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. a edición

Bibliografía
Cardiología
1

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enfermedad cardiovascular de la Sociedad Europea de Cardiolo-

Bibliog rafía
Manual CTO
de Medicina y Cirugía

2.a edición

Cirugía cardiovascular

Revisores
Emmanuel Isaac Vázquez Ávila
David Calleja Crespo

Autores
Rafael Salguero Bodes
Alfonso Jurado Román
Roberto Martín Asenjo

Grupo CTO
• • Editorial
NOTA

La medicina es una ciencia sometida a un cambio constante. A medida que la investigación y la experiencia
clínica amplían nuestros conocimientos, son necesarios cambios en los tratamientos y la farmacoterapia.
Los editores de esta obra han contrastado sus resultados con fuentes consideradas de confianza,
en un esfuerzo por proporcionar información completa y general, de acuerdo con los criterios aceptados
en el momento de la publicación. Sin embargo, debido a la posibilidad de que existan errores humanos
o se produzcan cambios en las ciencias médicas, ni los editores ni cualquier otra fuente implicada
en la preparación o la publicación de esta obra garantizan que la información contenida en la misma sea
exacta y completa en todos los aspectos, ni son responsables de los errores u omisiones ni de los resultados
derivados del empleo de dicha información. Por ello, se recomienda a los lectores que contrasten dicha
información con otras fuentes. Por ejemplo, y en particular, se aconseja revisar el prospecto informativo
que acompaña a cada medicamento que deseen administrar, para asegurarse de que la información
contenida en este libro es correcta y de que no se han producido modificaciones en la dosis recomendada
o en las contraindicaciones para la administración. Esta recomendación resulta de particular importancia
en relación con fármacos nuevos o de uso poco frecuente. Los lectores también deben consultar
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No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, su tratamiento Informático, la transmisión
de ningún otro formato o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro
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© CTO EDITORIAL, S.L. 2016

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ISBN Cirugía cardiovascular: 978-84-16527-15-1


ISBN Obra completa: 978-84-16527-11-3
Depósito legal: M-26880-2015
Cirugía cardiovascular

Manual CTO
de Medicina y Cirugía

2.a edición

Grupo CTO
Editorial
_Cir_ug ía eardi ovas_
e_u1ar_-----.

Tratamiento del fallo miocárdico


grave

El balón de contra pu lsación tiene sus indicaciones principales en pacien-


Es recomendable centrarse tes con shock cardiogénico, pacientes que tras cirugía cardíaca presentan
en las indicaciones,
bajo gasto cardíaco, los que presentan angor inestable resistentes al tra-
contraindicaciones
y funcionamiento del balón tamiento médico en preparación para corona riografía urgente, los que
de contrapulsación, y conocer presentan complicaciones mecánicas después de infarto agudo de mio-
los aspectos básicos ca rdi o y como puente al trasplante ca rd íaco (Figura 1).
del trasplante cardíaco.
Est e método está co nt raindicado si existe insuficiencia va lvular aórtica
importante o si se sospecha disección aórtica u otra enfermedad grave
de la aorta.
Cuando se llega a una situación de fal lo miocárd ico grave que no respon-
de al tratamiento méd ico habitual se deben adoptar med idas invasivas
de soporte cardíaco.
Ba lón de contra pulsación
intraaórtico (BCIAo)

1.1. Balón de contrapulsación


intraaórtico

El balón de contra pulsación intraaórtico es una técnica eficaz de circula-


ción asistida percutánea que se puede colocar con el paciente conscien-
te. Se introduce un catéter provisto de un balón alargado, de 30-40 cm,
se avanza hasta la aorta torácica inmediatamente
en la arteria femo ral y
distal a la arteria subclavia izquierda.

El balón se se desinfla en sístole (por lo


infla en diástole con hel io y
que req uiere mon itorizar la señal de l ECG, de la p resión invasi va o de
ambos para sincronizar el inflado y desinflado) de man era intermiten-
te, con lo que, cuando funciona de manera adecuada, el gasto car- Diást ole Sístole
díaco aumenta en 0,5 o 0) litros/minuto, aument ando la perfusión
miocárdica en diástole y disminuyendo la poscarga al desinflarse du- Figura 1. Balón de contra pulsación intraaórtico
rante la sístole. Su empleo correcto produce un descenso en la pre-
sión arterial sistólica y un ascenso en la diastólica (e levando la presión
arterial media). 1.2. Asistencias ventriculares
y "corazón artificial"
Las contraindicaciones del ba lón de contrapu lsación
intraaórtico son las siguientes: Son disposit ivos de soporte miocárdico. Para ello, extraen sangre de una
Insufici encia valvular aórtica (IAo) importante. aurícu la y la envían por la arteria correspon diente (pu lmonar o aorta,
Disección aórtica (AO ).
ya sea una asistencia d erecha o izq uierda, o ambas a la vez). Necesitan
Problemas de acceso por gran enfermedad vascular
periférica. ser implantados en quirófano. Están indicados en el shock ca rdiogénico
poscirugía y en otras situaciones, como puente al trasplante cardíaco, así
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.8 edición

como en las m ioca rditis ag udas gra-


ves. Funciona n dura nte días-semanas
(y en algún caso, meses). Existen d is-
J
tintos modelos con d iferentes t ipos de
func iona miento.

Actua lmente se encuentran en de -


sarroll o d ispos it ivos t otalmente im-
plantables dentro del organismo,
que se colocan en posición abdo-
m inal preperitoneal, perm itiendo in-
cluso med iante una conexión percu-
tánea recarga r las bate rías. Con estos
d ispositivos, los pacientes, ade m ás,
pueden ser dados de alta y espera r
el traspla nt e cardíaco en su dom i-
ci lio. Se explora actualmente la po-
sibil idad de util izarlos en pacientes
con fallo miocárdico ava nzado que
no son candidatos a trasplante. No Asistencia univentricular Asistencia biventricular
obstante, su empleo a largo plazo
asocia un elevado riesgo de compli- Figura 2. Asistenc ias ventriculares
caciones (sa ngrado, tromboembo\ia,
infección, etc.) (Figu ra 2). encuentran est ables (hasta un tercio son t rasplantados de este
modo).
Criterios de inclusión y contraindicaciones. Los requisitos más
1.3. Trasplante cardíaco importantes son la compatibil idad ABO y de tamaño entre donante
y receptor, el carácter negativo de las pruebas cruzadas linfocitarias,
la ausencia de hipertensión pulmonar grave que no sea reversible
En 1967, el Dr. Christian Barnard efectuó el primer trasplante de corazón con tratamiento farmacológico, y evitar donaciones de órganos cito-
en Sudáfrica. Desde entonces constituye una medida terapéutica muy megalovirus posit ivos en receptores negativos. Otras contraind ica-
eficaz en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca termina l. Los resu l- ciones se recogen en la Tabla 2.
tados son buenos, no sólo en supervivencia sino también en ca lidad de Crit erios de selección de donantes. Los criterios de selección de
vida (80% en clase func iona l \). donantes se recogen en la Tabla 3.
Indicaciones. La mayoría de los pacientes propuestos pa ra tras- Técnica quirúrgica. En la técnica está nda r, el corazón del donante
plante ca rdíaco lo son a causa de m iocardiopatía di latada de origen es extraído seccionando las venas (cavas y pulmona res) y los grandes
isq uémico o idiopático (prácticamente en proporciones iguales), vasos (arteria pu lmonar y aorta), manten iendo las aurículas intactas.
aunque existen otras indicaciones como las cardiopatías congénitas El corazón del receptor se explanta seccionándolo cerca del surco
(especialmente en niños), va \vu\opatías graves, arritm ias ventricula- auricu \oventricu lar, manten iendo una parte de ambas aurículas. El
res mal ignas incontrolables o angina refractaria intratable. Las ind ica- implante se rea liza abriendo la pared posterior de las aurículas del
ciones se recogen en la Tabla 1. donante y suturándolas a las del receptor, para proseguir con la su-
Un retrasplante por fallo primario del injerto tiene prioridad . Los tura de la arteria pulmonar y la aorta. Existen otras técnica s menos
pacientes en shock cardiogénico (dependientes de inotropos por empleadas, como la técnica bicava. A pesar de la protección miocár-
vía intravenosa y de balón intraaórtico de contra pu lsación) t ienen d ica con una solución cardiopléjica (rica en potasio) y con el frío, los
preferencia (se consideran "urgentes") sobre los pac ientes que se t iempos de isq uemia deben ser inferiores a cinco horas (Figura 3).

Absolutas (en pacientes apropiados en clase funcional avanzada) Relativas Insuficientes

Shock cardiogénico refractario Consumo pico de oxígeno de 11 FEVI muy deprimida


Dependencia documentada de soporte inotropo i.v. para mantener a 14 ml/kg/min (o menor del 55% Clase funcional 111-IV
una adecuada perfusión tisular del predicho) en clase funcional
Consumo pico de oxígeno
avanzada
Consumo pico de oxígeno menor a 1O ml/kg/min alcanzado superior a 1S ml!kg/min (o mayor
el umbral anaerobio Isquemia recurrente irresoluble con del 55% del predicho)
otra intervención
Arritmias ventriculares sintomáticas incontrolables a pesar de todas
las medidas terapéuticas posibles Inestabilidad recurrente del balance
hidrosalino a pesar de un adecuado
Síntomas isquémicos muy lim itantes, refractarios a todas las medidas
cumpl imiento terapéutico
terapéuticas (incluida la revascularización)
Pacientes con cardiopatías congénitas en mala clase funcional
y cuando no son candidatas para una corrección quirúrgica

Tabla 1. Indicaciones de trasplante cardíaco

01 · Tratamiento del fallo miocárdico grave


Cirugía cardiovascular 1 01
Edad > 65 años (relativa) Complicaciones del t rasplante cardíaco. En la actualidad la mor-
Incompatibilidad ABO talidad precoz en el primer mes ronda el 16%. La causa más frecuen-
te de muerte tras el trasplante cardíaco es la infección (17%). No obs-
· Absolutas: sepsis, VIH, VHC yVHB activas
Infecciones tante, en el primer mes es el fa llo agudo del injerto y, a largo plazo,
· Relativas: infección activa
la enfermedad vascu lar del injerto o muerte súbita. Otras causas son
Neoplasias malignas Hasta cinco años tras remisión completa
los tumores o el rechazo agudo.
EPOC o restricción graves Insuficiencia cardíaca derecha por hipert ensión pulmona r.
Infarto pulmonar o tromboembolia Es la complicación más peligrosa en el posoperatorio inmediato,
reciente responsable con cierta frecuencia del fallo agudo del injerto. Los
Hipertensión pulmonar grave (y gradiente vasodi latadores pulmonares selectivos (óxido nítrico, sildenafilo,
tra nspulmonar medio> 15 mmHg)
prostaciclina, etc.) se pueden emplear en su manejo, aunque los
no reversible con fármacos
resultados no suelen ser buenos.
Aclaramiento de creatinina < SO ml/kg/min Rechazo. Anatomopatológicamente se habla de rechazo cuan-
Insuficiencia hepática
(relativa, además se puede plantear trasplante
o renal graves do existe un infiltrado de linfocito T en el endocardio, tejido
combinado de corazón y riñón)
conjuntivo, alrededor de los vasos, etc. Existen varios grados de
Enfermedad Diabetes con lesiones graves
rechazo según la cuantía y distribución del infiltrado y según
multisistémica
con afectación
exista o no necrosis miocárdica asociada. El sistema de rechazo
multiorgánica se ha simplificado, tanto en sus categorías como en las indica-
ciones de tratamiento. Con la clasificación actual (Tabla 4) se in-
Toxicomanía, alcoholismo activo, falta
de cooperación, trastorno mental grave dica tratamiento del rechazo en los grados iguales o superiores
Otras no controlado, enfermedad vascular periférica a 2R, incluso aunque el paciente no presente datos clínicos de
o cerebral importantes, úlcera péptica activa, rechazo. En el caso de que exista clínica de IC o datos de afecta-
otras enfermedades con mal pronóstico ción de la función ventricular en las pruebas de imagen, se suele
Tabla 2. Contraindicaciones para el trasplante cardíaco utilizar el tratamiento por vía intravenosa.
Clínicamente, existen varias formas de presentación del rechazo:
Hi pera g udo: actualmente es raro, y consiste en una lesión
Selección/exclusión de donantes endotelial grave por presencia de anticuerpos preformados
Edad Sexo Peso frente al sistema ABO o HLA. Por ello tiene tanta importan-
cia la realización de un estudio pretrasplante para descartar
Si son mayores de 55 años, No criterio (si es El peso del donante
en casos determinados, se mujer, hay más +1- 25% peso del la presencia de anticuerpos preformados en el receptor.
podría plantear la realización posibilidades de receptor Ag udo: existe un infiltrado linfocitario que suele aparecer
de coronariografía rechazo agudo) después de la primera semana del trasplante y antes del
Exclusión primer año. Aunque puede manifestarse como insuficien-
cia cardíaca, no suele haber signos clínicos llamativos, pu-
VIH, VHC, HbsAg (+)
diendo estar presentes tan sólo síntomas menores, como
Neoplasias extracraneales
fat iga o febrícula, arritmias, o incluso ser asintomáticos. En
Infecciones activas
la mayoría de los centros, el estudio del rechazo agudo se
Diabetes mellitus dependiente de insulina
realiza mediante biopsia transyugular que se va espaciando
Cardiopatías, ondas Q en ECG, CPK elevados
según va pasando el tiempo.
Parada cardíaca
Crónico: aparece más tardíamente y consiste en un daño
Tabla 3. Criterios de selección de donantes de la circulación coronaria, pudiendo estar impl icados fac-

Tras pl ante
Tras pl ante
con técnica bicava
con técnica estándar

Figura 3. Técnicas quirúrgicas para el trasp lante cardíaco


Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

-Grado O
Grado 1A

Grado 1B
No rechazo. Miocardio sin lesiones
1990

Rechazo leve focal. Infiltrado linfocitario focal (perivascular o intersticial) sin miocitólisis, en una o más piezas

Rechazo leve multifocal. Leve. Infiltrado linfocitario disperso difuso sin miocitól isis, en una o más piezas
2004
No rechazo (O)

Rechazo ligero (1 R)

Grado 2 Rechazo moderado focal. Infiltrado agresivo focal con miocltólisis o distorsión de miocardio. Infiltrado compuesto
por linfocitos, linfocitos grandes, y a veces eosinófilos

Grado 3A Rechazo moderado multifocal. Infiltrados agresivos con miocitólisis multifocal, en una o más piezas. Rechazo moderado
Puede haber eosinófilos. Miocardio normal entre los infiltrados (2R)

Grado 3B Rechazo moderado-grave. Inflamación agresiva difusa con miocitólisis. Puede haber PMF, eosinófilos, hemorragia Rechazo grave (3R)
Grado4 Rechazo grave. Inflamación difusa agresiva con miocitólisis, endotelitis y vascu litis, hemorragia, PMF y eosinófilos

Tabla 4. Clasificación del rechazo en el trasplante cardíaco

tores como una respuesta inmunológ ica contra el endo- (VHS), virus de Epstein-Barr (VEB), virus de la va ricela zóster
telio vascu lar, una infección por citomega lovirus (CMV), (WZ), Pneumocystis carinii, actualmente llamado Pneumo-
trastornos plaquetarios y otras alteraciones. Como se ha co- cystis jiroveci, legionela, hongos (como Candida, Aspergi-
mentado es, junto con los tumores, la causa más frecuente 1/us y criptococo), tuberculosis, toxoplasmosis, nocardiosis
de mortalidad tardía en el paciente trasplantado. y otras, por ello se recomienda el tratamiento profiláctico
con trimetropim-sulfametoxazol los primeros 12 meses
Los fármacos inmunosupresores se utilizan desde el momento postrasplante.
del trasplante (inicialmente en dosis altas) y ya de por vida (con Más allá del sexto mes postrasplante, los pacientes pue-
dosis menores de mantenimiento) como tratamiento crónico. El den sufrir las mismas infecciones que las que aparecen en
tratam iento crónico considerado estándar hasta hace unos años enfermedades crón icas debilitantes.
incluía la ciclosporin a A, la azatioprina y los glucocorticoides (tri-
ple combinación). Sin embargo, actua lmente, se utiliza más la Enfermedad vascular del injerto (aterosclerosis coronaria del
combinación de tacrolimus (que es un antagonista de la calci- injerto). Es la primera causa de muerte más allá del primer año
neurina como la ciclosporina) y el micofenolato mofetilo asocia- de trasplante. Parecen favorecer su aparición los episodios repe-
dos a corticoides. En la evolución es frecuente la introducción/ t idos de rechazo, la infección por CMVy la hiperlipidemia (por lo
sustitución de otros inmunosupresores (inhibidores de la seña l que está ind icado un tratamiento agresivo de la hiperlipidem ia
de proliferación) como rapami cina (sirolimus) o everolimus, que en los pacientes trasplantados).
parecen tener utilidad, sobre todo en aquellos pacientes que Se afectan tanto las arterias coronarias principales como las ra-
presentan enfermedad vascu lar del injerto. La inmunosupresión mas dista les. Frecuentemente se observa un patrón en el que
crónica conlleva una incidencia incrementada de infecciones, llaman la atención la escasez o d ism inución grave del ca libre de
tumores y otras comp licaciones. las ramas secundarias y terciarias, ya que la afectación es más
Actualmente, tras el trasplante ca rdíaco es muy frecuente general (menos foca l) que la que se produce en la afectación
emplear la terapia inmunosupresora de inducción durante de los pacientes no trasplantados. La coronariografía puede in-
los primeros días para evitar el rechazo agudo del injerto, em- fraestimar la gravedad del engrosamiento intima!, por lo que la
pleándose anticuerpos antil infocitarios policlonales, globulina técnica de elección en su diagnóstico es la ecografía intracoro-
antilinfocítica o antitimocítica de conejo, anticuerpos mono- naria (IVUS), si bien la angiografía mediante escáner multicorte
clonales murinos contra el antígeno de superficie CD3 de los parece una alternativa prometedora. Podrían ser útiles en su
linfocitos (muronomab-OKT3), o anticuerpos monoclonales prevención el tratamiento con estatinas de la hipercolestrole-
humanizados contra el receptor de la interleucina 2 (CD25) de mia, regímenes in munosupresores con everolimus, rapamicina
linfocitos T (daclizumab o basiliximab, que son los que más se o micofenolato frente a azatioprina. La angina es excepcional
emplean en la actualidad) ya que, a diferencia de los primeros, aunque existe evidencia de reinervación, al menos pa rcial, en
no conllevan un aumento de las infecciones por CMV y tienen muchos pacientes trasplantados, y puede man ifestarse con
muchos menos efectos adversos. cierta frecuencia como muerte súbita o un infarto silente.
Complicaciones infecciosas. El paciente trasplantado está ex- Tumores. Los más frecuentes son el cáncer de piel (espinocelu-
puesto a tener infecciones graves y por gérmenes oportunistas. lar y basocelular) y los linfomas (sobre todo linfomas no Hodgkin
En estos pacientes, el tratamiento de las infecciones debe ser de tipo B, extraganglionares, relacionados con la infección por el
precoz y agresivo. VEB, y que responde a ciclosporina, a aciclovir y al everolimus).
Durante el primer mes postrasplante existe un riesgo Otros tumores frecuentes en los trasplantados son el sarcoma
máximo de infecciones, pues el paciente está sometido a de Kaposi, el carcinoma de vulva, etcétera .
dosis elevadas de inmunosupresores. En esta etapa son fre- Osteoporosis. Los pacientes trasplantados tienen mayor inci-
cuentes la infección de la herida quirúrgica, las infecciones dencia y g ravedad de osteoporosis que la población normal,
relacionadas con catéteres, las infecc iones urinarias y neu- probablemente debido al tratamiento crón ico con glucocorti-
monías, que en esta etapa suelen ser bacterianas. coides y ciclosporina A.
Entre el primer mes y el sexto mes postrasplante, las Otras complicaciones. Están relacionadas con los efectos se-
infecciones suelen producirse por gérmenes oportunis- cundarios de los fármacos utilizados, como hipertensión arte-
tas, como citomegalovirus (CMV), virus del herpes simple rial (por la ciclosporina, tacrolimus y los glucocorticoides), in-

01 · Tratamiento del fallo miocárdico grave


Cirugía cardiovascular 1 01
suficiencia renal (por toxicidad de la ciclosporina y tacrolimus), Técnicas no invasivas: ninguna ha conseguido igualar los re-
complicaciones neurológicas, gastrointestinales, metabólicas, su ltados de la biopsia endom iocárd ica, aunque se investigan
etcétera. técnicas ecocard iográficas, resonancia mágnética, marcadores
séricos, etc.
Seguimiento del paciente trasplantado: Otras pruebas: el ECG de l paciente trasplantado cardíaco
Biopsia endomiocárdica: es la prueba más fiable para moni- suele mostrar un ri t mo sin usa ! a una frecuencia de 100-11 O
torizar el rechazo. A los pacientes trasplantados cardíacos se les lpm, y puede presentar dos ondas P (de l donante y del re-
realizan biopsias endom iocá rdi cas periódicas pa ra detectar pre- ceptor).
cozmente esta complicació n. Se suelen hacer en el ventrículo Ecocardiografía: es la prueba que actualmente se uti liza de
derecho por vía transvenosa. elección pa ra la monitorización de la función del injerto.

" Se indica el trasplante cardíaco en cardiopatías avanzadas en las


Ideas clave ~ que se prevé una muy alta mortalidad a corto plazo, sin existir ya
opciones de mayor grado de optimización de tratamiento médi-
" El balón de contrapulsación intraaórtico se infla en diástole y se co ni qu irúrgico.
desinfla en sístole, por lo que aumenta la perfusión coronaria y
periférica (eleva la presión arterial media y la diastólica), y se dis- " La causa más frecuente de muerte en el trasplante cardíaco a
minuye la poscarga. largo plazo es la enfermedad vascular del injerto, que consiste
en una aterosclerosis difusa de las arterias coronarias.
" El contrapulsador permite mejorar la hemodinámica en situa-
ciones críticas como el shock cardiogénico, la insuficiencia mitra! " La terapia inmunosupresora "clásica" en el trasplante cardíaco es
aguda grave o la angina incontrolable. Está contraindicado en una combinación de ciclosporina, azatioprina y corticoides. Ac-
los síndromes aórticos agudos y la insuficiencia aórtica grave. tualmente, el tacrolimus y el micofenolato mofetilo sustituyen a
la ciclosporina y a la azatioprina, respectivamente, en muchos
" Los dispositivos de asistencia ventricular están indicados en pa- casos, y la rapamicina puede ser especialmente útil en caso de
cientes inestables como puente hasta el trasplante cardíaco, en enfermedad vascular del injerto.
casos de miocarditis fulminante y, actualmente, se investiga su
empleo en otras circunstancias.

1) Iniciar tratam iento con dopamina.


Casos clínicos 2) Realizar cateterismo cardíaco urgente.
3) Introducción de balón de contra pulsación aórtico.
Hombre de 50 años, con infarto anterior extenso. En la ecocar- 4) Introducción de catéter de termodilución para monitorización
diografía se aprecia depresión grave de la función ventricular, de gasto cardíaco y presiones endocavitarias.
insuficiencia aórtica grave y no se aprecian alteraciones en aorta
ascendente. Presenta hipotensión importante y cuadro compa- RC: 3
tible con edema agudo de pulmón, y ha presentado varias crisis
de angor postinfarto durante el ingreso en la unidad coronaria.
¿Cuál de las siguientes actuaciones NO sería correcta?
______ _irug ía cardiovascular

Cirugía de la endocarditis
y prótesis valvulares

Se debe conocer las indicaciones de cirugía en la endocarditis. Además, hay que recordar
ORIEr~TACIÓN cuándo se prefieren las prótesis biológicas y cuándo mecánicas, y tener una idea clínica
ENARM de las complicaciones que pueden aparecer en las prótesis valvulares y el man ejo
de la anticoagulación ante procedimientos intervencionistas o cirugía.

2.1. Cirugía en la endocarditis de la vá lvu la. En caso de insuficiencia valvula r grave incluso se re-
comienda la cirugía sin síntomas de insuficiencia cardíaca cuando
infecciosa hay datos asociados de disfunción ventricular o hipertensión pul-
monar grave; de no existir síntomas ni datos de gravedad es preci-
Aunque la endocarditis infecciosa se expone en detalle en la Sección de so un seguimiento clínico estrecho y valorar, tras la resolución de
Enfermedades infecciosas, es labor del cardiólogo y del cirujano cardíaco la infección, la indicación de actuar sobre la insuficiencia residual
promover la educación del paciente con elevado riesgo de desarrollar la como en otras etiologías (cirugía electiva: al menos después de dos
enfermedad para tomar las med idas preventivas conven ientes, entre las semanas de antibioterapia).
que destacan una adecuada hig iene ora l y revisiones odontológ icas, así
como la exqu isita asepsia en proced im ientos con ma ni pulació n de caté-
teres o material intravascular o proced imientos invasivos. Cardiopatías con mayor riesgo Procedimientos con mayor
de endocarditis infecciosa riesgo de bacteriemia
1

Las indicaciones para el empleo profiláctico de antibióticos se han li mita-


do únicamente a individuos de riesgo muy alto (en el resto de cardiopa- Válvula cardíaca protésica Procedimientos dentales
o material protésico para con manipulación gingival
tías va lvulares ya no se recomienda la profilaxis antibiótica) y solamente
la reparación valvular o periapical (endodoncia,
ante procedimientos de muy alto riesgo de bacteriemia (en presencia de raspados dentarios)
Antecedente de endocarditis
infección activa). Todas ellas se recogen en la Tabla 5. previa Procedimientos respiratorios,
Cardiopatía congénita cianótica gastrointestinales,
La base del tratamiento de la endocarditis infecciosa es el tratamiento anti- compleja si: genitourinarios,
biótico. Sin embargo, casi en la mitad de los pacientes existe ind icación para dermatológicos
Hasta seis meses tras
o traumatológicos: sólo
una intervención quirúrgica precoz, que básicamente incluye tres situaciones: la reparación completa
está ind icado cuando existe
Aparición de insuficiencia cardíaca. Es la comp licación más fre- Sin reparación qu irúrgica evidencia de una infección
cuente y grave de la endoca rd it is infecciosa . Es más habitua l en o si existen defectos activa (absceso, etcétera)
la endocard itis aórtica q ue en la m it ral. La ca usa más común es la o cortocircuitos residuales
o conductos pal iativos
destrucción de tejido que produce una insuficiencia va lvular aguda,
pero otras veces es el desarrol lo de una fístu la o una gran vegetación Tabla S. Indicaciones actua les para el tratamiento antibiótico
que obstruye el paso de la sangre o dificulta la coaptación de los profiláctico de la endocarditi s infecciosa
velos. La ecocardiografía urgente, generalmente transesofágica, está
indicada pa ra su diagnóstico. Presencia de infección incontrolada. Puede presentarse con
Es recomendab le la cirugía de emergencia (en las pri meras 24 ho- persistencia de la fiebre y hemocu lt ivos positivos después de 7-1 O
ra s) en caso de edema agudo de pulmón o shock card iogén ico. En días de tratam iento antibiótico correcto y t ras excluir otras causas
casos menos graves de insuficiencia cardíaca pers istente se reco- de fiebre. La extensión periva lvula r de la infección con formación
mienda la cirugía urgente (en los primeros días) si es secu ndaria a de abscesos, pseudoaneurismas o fístulas es habitua lmente la cau-
insuficiencia mitral o aórtica graves, fístu las intracardíacas o vege- sa. Esto ocurre con mayor frecuencia en las válvu las protésicas y en
taciones de gran tamaño que producen estenosis funcional grave las nativas en posición aórtica . La extensión septal puede producir
Cirugía cardiovascular 1 02
un bloqueo auricu loventricular. Aun que en casos excepciona les los
pequeños abscesos pueden reso lverse con tratam iento antibiótico
bajo vigilancia estricta, generalmente está ind icada la cirugía de ur-
gencia. A pesar de ello, la mortal idad en esos casos es elevada.
La persistencia de ciertos microorgan ismos res istentes que rara vez
pueden curarse con tratam iento antibiótico (especialmente los hon-
gos) o la presencia de vegetaciones en aumento también suelen re-
querir la intervención.
Prevención de episodios embólicos. Hasta la mitad de los pacien-
tes pueden sufrir embolias, pero el tratam iento antibiótico disminu-
ye el riesgo a menos del 20%. Dado que el mayor riesgo embó lico se
produce en las primeras dos semanas de evolución, muchos pacien- Figura 4. Prótesis biológ ica (izquierd a) y mecánica (derecha)
tes ya han sufrido la embolia cuando acuden al hospital. El riesgo es
mayor cuanto mayor sea el tamaño de las vegetaciones (mayores de
1O mm) y su movilidad detectada con ecocardiografía.
Se indica la cirugía urgente ante la presencia de episodios embólicos
a pesar del tratamiento antibiótico correcto, y ocasionalmente en ve-
getaciones muy grandes (más de 15 mm).
El tratamiento quirúrgico en todos estos casos irá encaminado a
restituir la dinám ica valvula r alterada. Se procederá a la resecc ión del
materia l infectado y, si es posible, a la reparación valvu lar (incluso
Biológica Mecánica disco
empleando parches autólogos para reparar el velo afectado) espe- enjaulado
cialmente en posición mitral o tricuspídea. En casos más complejos,
a la extirpación de todo el tej ido infectado y el desbridamiento de
áreas abscesificadas le sigue la sustitución por prótesis de las vál-
vulas lesionadas. El bloqueo de rama izquierda postoperatorio suele
ind icar la necesidad de marca pasos permanente.

2.2 . Clasificación de las prótesis


Mecánica Mecánica bola
valvulares monodisco enjaulada

Existen dos t ipos de prótesis valvulares: mecánicas y biológ icas (Figura 4).
Alrededor del 75% de las prótesis utilizadas actua lmente en el mundo
son mecánicas.
Mecánicas. En un primer momento se introd ujeron las "prótesis de
bola'; que fue ron las más utilizadas hasta la década de los setenta,
pero por problemas hemodinámicos y de trombogenicidad se susti-
tuyó la bola por discos. En la actualidad, las prótesis está n fabricadas
con carbón piro líti co, y las bidisco se util iza n más que las monod isco Mecánica doble disco
(Figura 5).
Biológicas. Existen va rias opciones: Figura 5. Tipos de prótesis valvulares
Autoinjerto: una válvula del propio individuo (como la válvula
pul monar que sustituye a la aórtica en la técnica de Ross), con
mínima trom bogen icidad y excelente durabi lidad (au nque la Salvo contraindicación para anticoagu lar o edad
bioprótesis en posición pu lmonar sí puede deteriorarse). Exis- avanzada, se prefieren las prótes is mecánicas, pues .---=:.-,.,.,,,. .
ten datos que sugieren que el autoinjerto puede incluso crecer su duración es prácticamente ili mitada.
con el niño.
Homoinjerto o aloinjerto: vá lvula aórtica de donante cadáver
de la misma especie, t ratada y criopreservada que, si bien existe
lim itación en su dispon ibil idad, puede ofrecer menor riesgo de 2.3. Elección del tipo de prótesis
trombogenicidad y endocarditis, por lo que se emplean en la
endocarditis aórtica complicada.
Heteroinjerto: son vá lvulas de otras especies, y son las que se El problema de la elección del tipo de prótesis tiene una difícil respuesta.
emplean habitua lmente. Genera lmente se sustentan sobre un
armazón de distintos materiales, aunque también existen sin La principal ventaja de las vá lvulas biológicas sobre las mecánicas es su
soporte. Pueden ser de válvula aórtica porcina extraída directa- tasa reduc ida de tromboembolia (no hay necesidad de anticoagulación
mente y convenientemente tratada, o fabricadas sobre un anillo oral de por vida, sino solamente los primeros tres meses hasta la endote-
de soporte con pericardio bovino. lización del material protésico con un INR (lnternotionol Normolized Ratio)
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

objetivo de 2-3. En cambio, presentan el inconveniente de su duración Las m ujeres jóvenes que deseen descendencia y precisen una prótesis
limitada (se ha descrito la necesidad de recambio de bioprótesis porcinas suponen una situación compleja, pues presentan mayor riesgo de trom-
de hasta el 30-50% de los pacientes a los 15 años, con una morta lidad bosis protésica sin o lvidar el riesgo de embriofetopatía por dicumarínicos
perioperatoria de hasta el 10-15%). y, sin embargo, el deterioro de la bioprótesis es elevado en este grupo
de edad. Suele preferirse la bioprótesis, aunque hay que ind ividualizar la
Alg unas situac iones favorecen la degradación de la bioprótesis, como la decisión.
edad inferior a 40 años (en mayores de 65 años el riesgo de degeneración
es mucho menor, en torno al1 0% a los 1Oaños), la hipercolestero lemia, la
insuficiencia renal crónica (no obstante, la li mitación en la expectativa de 2.4. Complicaciones de las prótesis
vida puede hacer preferible aun así la bioprótesis en estos pacientes) o el
hiperparatiroid ismo. Para detectar la d isfunción de las prótesis biológicas valvulares
está indicado el estudio ecocardiográfico periódico a todos los pacientes
(Figura 6).
Endocarditis protésica
La endoca rditis sobre prót esis valvulares acontece en el 0,5-1% por pa-
ciente/año, supone el20% de todas las endocarditis y tiene mal pronósti-
co, con una morta lidad en torno al 30%.

Es conveniente d istinguir entre endocarditis protésica precoz (general-


mente por m icroo rga nismos adqu iridos perioperatoriamen te) y tardía
(por m icroorganismos adquiridos de forma secunda ri a a bacteriemias,
cas i un tercio en re lación con maniobras instrumentales sanitarias). Aun-
que no existe unani m idad en la definición tempora l de cuándo conside-
rar una endoca rd itis protésica precoz o tard ía, en la actua lidad se estable-
ce en el año desde la intervención. Los m icroorga nism os más frecuentes
en la precoz (hasta el SO%) son los estafi lococos (S. epidermidis más fre-
cue nte que 5. aureus), segu idos de hongos y baci los gramnegativos. En la
tardía son los estreptococos y enterococos. Típicamente la infección de
prótesis mecánicas afecta al an illo va lvu lar y con frecuencia produce la
dehiscencia de la prótesis co n insuficiencia asociada.

Figura 6. Prótesis biológica degenerada El d iagnóstico es con frecuenc ia complejo, sobre todo en la fase precoz,
por sumarse los datos inflamatorios de la cirugía reciente, j unto a una
La durabilidad en la práctica de las prótesis mecánicas es ilimitada, pero mayor proporción de pacientes con hemocu lt ivos negativos y/o sin ha-
su mayor riesgo embólico obliga a anticoag ulación permanente. Existe llazgos en la ecocard iog rafía transesofágica (Figura 7).
consenso en que niveles de INR por encima de 4,5 incrementan de forma
excesiva el riesgo de sangrado. En general, el valor de INR objetivo en Las indicaciones de cirugía en la endocarditis protésica son similares a las
pacientes con prótesis mecán icas oscila entre 2,5 (entre 2 y 3) y 3,5 (entre de la endocarditis sobre vá lvula nativa, con la peculiaridad de que los casos
2,5 y 4), favoreciéndose los niveles más elevados en casos de prótesis es- de endocarditis protésica precoz suelen estar producidos por microorga-
pecia lmente trombogén icas, en posición m itral o derecha, y en pacientes nismos agresivos y resistentes, por lo que la cirugía suele estar indicada.
con alto riesgo embólico (fibrilación auricular, embolias previas, disfun-
ción ventricular, dilatación marcada de aurícu la izquierda o ecocontraste La intervención incluye la exéresis de todo el material protésico previo
espontáneo denso). y la co locación de una nueva prótesis, genera lmente de tipo biológico
(incluidos los aloinjertos). La endocarditis tardía no estafilocócica sin
Por todo ello existen datos que favorecen el empleo de uno u otro t ipo de compromiso hemod inámico puede tratarse de forma conservadora con
prótesis (Tabla 6), aunque la decisión deberá individualizarse en cada caso. seguim iento estrecho.

Prótesis mecánica Prótesis biológica


Ausencia de contraind icaciones para anticoagulación crónica Dificultades o contraind icaciones para la anticoagulación
Pacientes con ind icación de anticoagulación por otro motivo o alto riesgo crónica correcta (a lto riesgo hemorrágico, estilo de vida
embólico (fibrilación auricular, prótesis mecánica en otra válvu la, disfunción u ocupación, problemas de cumplimiento, etc.)
sistólica izquierda grave, antecedente emból ico, estados de hipercoagu labilidad, Reoperación por trombos is protésica con mal control
etcétera) de anticoagulación demostrado
Riesgo elevado de degeneración va lvu lar (h iperparatiroid ismo) Esperanza de vida limitada, edad superior a 65-70 años
Menores de 65-70 años con buena esperanza de vida o comorbi lidad grave
Pacientes en los que la reintervención tendría elevado riesgo (disfunción Mujer joven con deseo de embarazo
ventricular izquierda, cirugía de bypass previa, prótesis mú ltiples) Deseo expreso del paciente informado
Tabl a 6. Factores favorables al empleo de cada tipo de prótesis valvular

02 · Cirugía de la endocarditis y prótesis valvulares


Cirugía cardiovascular 1 02
Para trombosis no ocl usivas que ya han producido una embolia, si el ries-
go quirúrg ico no es excesivo y el trombo es grande (superior a 1O mm) se
recomienda la cirugía y, si es pequeño, puede optimizarse el tratamiento
anticoagulante y seguir estrechamente su evolución hasta su reso lución,
pero si no se produce, estaría indicada la intervención.

Si aún no ha provocado embol ias se intensifica el tratam iento anticoag u-


lante y únicamente se indica la cirugía ant e la persistencia de un trombo
g rande en pacientes sin alto ri esgo quirúrgico.

Embolia

Las prótesis mecán icas, particularmente en posición m itral, son altamen-


Figura 7. Ecocard iografía de una endocarditis sobre prótesi s mitral te embolígenas. Asim ismo, el primer mes t ras la intervenc ió n es un perio-
(verrug a en cara auricular, entre cruces) do de mayor riesgo, por lo que se suele iniciar la anticoagu lac ión precoz-
mente con heparina sódica co m o puente hasta consegu ir niveles de INR
apropiados con anticoagulantes orales.

La endocarditi s precoz (inferior a un año tras cirugía)


suele estar producida por estafil ococos, espec ialmen - _._.;::,..,.. A pesar de pautar un tratamiento anticoagulante correcto, en las próte-
te epidermidis, y la ta rdía (superior a un año) por es- sis mecánicas existe una incidencia embólica anua l del 2-3o/o en posición
treptococos y enterococos. mitral y del 1-2o/o en posición aórtica. El INR recomendado, como ya se
expuso anteriormente, oscila entre 2,5 y 3,5 en general, o incluso más alto
en casos de riesgo particu la rmente elevado (2,5-4). Ante la presencia de
Trombosis episod ios emból icos co n niveles correctos de anticoag ulación, una vez
descartada la trombosis protésica, se recomienda agregar ácido aceti lsa-
La trombosis protésica aguda se debe sospecha r ante la aparición de una licílico (AAS) en dosis bajas (1 00 mg al día) al tratam iento anticoagulante,
embolia o de disnea. Es co nvenie nte proceder a su diagnóstico median- que debe mantenerse en el rango alto del objetivo. También se indica
te ecoca rdi ogra fía (genera lment e transesofág ica) o incluso radioscopia ag rega r AAS en caso de enfermedad coro naria o vascu lar asociadas.
directa.
Cuando sea necesario revertir la anticoagu lación crónica, la actitud a se-
Suele acontecer (aunque no exclusivamente) en prótesis de d isco bas- guir dependerá de la gravedad de la situac ión. En hemorragias graves
culante, loca lizándose en los puntos de basculación de los mencionados puede ser preciso emplear plasma fresco y vitamina K intravenosa, si bien
discos protésicos, llegando a bloquea rl os comp letamente. En general, se esto supone un mayor riesgo de trombos is. Si la situación lo permite, lo
produce en pacientes que no tienen un tratam iento de anticoagulación ideal es esperar a la normalización espontánea deiiNR que sucede a los
adecuado (Figura 8). dos o t res días, empleando vitamina K por vía oral en casos seleccionados.
Los sa ngrados con INR terapéutico suelen ser secundarios a una causa
subyacente que conviene estudiar y corregir.

Si el paciente se va a someter a una intervención se recomienda, si es posi-


ble, no interrumpir la anticoagulación crón ica y mantener eiiNR en el rango
inferior terapéutico (en torno a 2), lo que permite realizar la mayoría de inter-
venciones quirúrg icas menores o con eventua les hemorragias, fáci lmente
controlables con escaso riesgo. Si el peligro de sangrado es elevado (cirugía
mayor), debe interrumpirse la anticoagu lación oral, sustitu irse por heparina
sódica, que se mantiene hasta seis horas antes del procedimiento, y se re-
anuda entre las seis y doce horas tras el m ismo. La heparina de bajo peso
molecu lar a dosis altas puede ser una alternativa en casos seleccionados.

Las bioprót esis no precisa n tratamiento anticoagulante pasados los tres


primeros meses del postoperatorio, sa lvo que exista indicación por otro
motivo. Aunque con frecuencia se recomienda, no hay evidencias de que
Figura 8. Trombosis protésica aórtica la antiagregación crón ica sea beneficiosa si no existe otra indicación para
emplearla que la presencia de la bioprótesis.
Si existe inestabi lidad clínica, el t ratamiento es la cirugía inmediata de
reemplazo va lvular. Si esta no estuviese disponible, o el riesgo quirúrgico Anemia hemolítica
fuese muy alto por comorb ilidades del paciente, la alternati va es la fibri-
nólisis (en ocasiones tras su eficacia apa rece retrombosis; datos recientes Se produce por el choque conti nuado de hematíes contra la prótesis, sien-
apoyan que se puede repet ir su empleo en casos seleccionados). En pró- do más acusada con las mecánicas. No suele tener importancia y no preci-
tesis derechas la eficacia es mayor y el riesgo de la fibrinólisis es menor sa tratamiento. Las hemólisis clínicamente importantes casi siempre están
por lo que suele preferirse inicia lmente. asociadas a dehiscencias periprot ésicas que será necesario investigar.
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2 .a edición

t ación (suele ser lo predominante), estenosis o ambas cosas. Casi siempre


La hemólisis cróni ca produ cida por la prótesis suele
ser leve. Si es importante, hay que desca rtar disfun- ......-;:>;;.oor la inst auración es gradua l, lo que permite su detección co n ecografía an-
ción protésica . tes de que el cua dro sea grave.

Se recom ienda la reintervención ante la presencia de disfunci ón proté-


Disfunción protésica sica significat iva, si ntomática o asintomá tica, si la d isfunción es grave y
existe bajo riesgo pa ra la operación.
La disfunción prot ésica puede ser consecuencia de diversos procesos,
como fal lo estru ctu ral, dehi scencia va lvular y fo rmación de trombos. Ruidos protésicos

En fases precoces, t ras implante de válvulas mecán icas, generalmente se Las prót esis metá licas prod ucen un clic con la apertu ra y cierre de la
produce por defectos en la técnica operatoria (dehiscencia de las suturas, misma, al choca r el element o móvil con los elementos fijos. Este ruido
fístulas, etc.). Es la causa más frec uente de la repetición de operaciones en el metá lico es audi ble en ocasiones por el propio paciente y no tiene sig-
primer año tras la ciru gía, por lo que debe suponerse cuando un paciente nificación patológ ica . También es coveniente conocer que las válvulas
no hace progresos significativos después de la intervención. De forma tar- protésicas suelen ser moderadamente restrictivas, lo que produce un
día debe sospecharse ante un cuad ro, que puede ir desde gradual a súbito, discreto grad iente que origi na un soplo audible du ra nte el periodo del
de deterioro (insufic iencia ca rdíaca, fatiga bilidad, angina, síncope o shock). ciclo cardíaco en el que están abiertas. Los va lores norm ales de esos gra-
dientes varían seg ún el modelo y tipo de vá lvu la imp la ntada. Cua ndo son
Cua ndo fa lla una prótesis biológ ica, habit ualmente ha sufrido degenera- muy elevados, hay que sospec har mismatch (desproporción, individuo/
ción espontánea con perforación o ca lcificac ión, produciéndose reg urgi- prótesis demasiado pequeña).

" Las prótesis mecánicas requieren anticoagulación cróni ca para


Ideas clave RS conseguir un INR objetivo entre 2,5-3,5, especialmente la próte-
si s mitra! o en posiciones derechas.
" Es recomendab le conocer las ind icaciones actua les de profilaxis
antibiótica de la endocarditis infecciosa . " Las prótesis biológ icas únicamente precisan anticoagulación
(objetivo de INR entre 2 y 3) los tres primeros meses hasta la en-
" La endocard itis requiere cirug ía cuando aparezcan complicacio- dotelización del material protésico.
nes de tres tipos: insuficiencia cardíaca, infección incontrolada o
episodios embólicos. " Es conveni ente conocer los factores que hacen preferible el em-
pleo de una prótesis mecánica o biológica, aunque la decisión
" La infección incontrolada puede progresar a la formación de debe ser individualizada .
abscesos que en ocasiones producen alteraciones en la conduc-
ción del impu lso (b loqueos). " Las principales complicaciones de las prótesis valvulares son la
endocarditis protésica (precoz o tardía), trombosis (que preci-
" Suelen precisar cirugía los ca sos producidos por gérmenes muy sa cirugía o fibrinólisis), la disfunción protésica (que requieren
destructivos (estafi lococos), resistentes (Brucella, Coxiel/a ... ) o cirugía cuando es importante), las embolias y la hemólisis (por
con vegetaciones muy gra ndes o en crecimiento. rotura de hematíes debida al choque de los elementos de la pró-
tesis, poco frecuente con los modelos actuales, salvo disfunción
" Las prótesis biológicas en posición izqu ierda (m itral y aórtica) protésica) .
presentan riesgo de degenerar a largo plazo y requerir una rein-
terven ci ón . En posición derecha, el riesgo es menor. " Las prótesis mecánicas característicamente producen un clic
metálico en su apertura y su cierre que es normal.
" El riesgo de degeneración es mayor en caso de insuficiencia re-
nal, hiperparatiroidismo, edad menor de 60-65 años o de hiper- " Casi todas las prótesis son levemente restrictivas y producen un
colesterolemia . soplo similar a la presencia de una estenosis leve de la válvula
correspondiente.

1) Ant icoag ulación oral durante 3 meses pa ra mantener INR entre


Casos clínicos 2,5-3,5 y, posteri ormente, cl opidogrel, 1 com pri mido al día, sus-
pend iendo la anticoagu laci ón ora l.
Mujer de 55 años que es sometida a recambio valvular mitra! me- 2) Anticoagulación oral pa ra mantener INR entre 4-5, de forma in-
diante una prótesis mecánica bivalva. El postoperatorio cursa de defin ida.
forma normal, la paciente es dada de alta al séptimo día en rit- 3) Anticoagulación oral para ma ntener INR entre 3-4, de forma in-
mo sinusal y con una ecocardiografía de control que muestra una defi nida.
prótesis normofuncionante y una función ventricular izquierda 4) Anticoagulación ora l para mant ener INR entre 2-3 más AAS 125
conservada. ¿Qué régimen de anticoagulación y/o antiagrega- mg/24 h, de forma indefin ida.
ción recomendaría a largo plazo en dicha paciente?
RC: 3

02 · Cirugía de la endocarditis y prótesis valvulares


Cirugía cardiovascular 1 02
A un paciente de 70 años, con buen estado general y diabetes 3) Se puede optar por la biológica o por la mecánica, pues en am-
mellitus tratada con antidiabéticos orales, le ha sido indicada la bas es imprescindible la anticoagulación.
sustitución valvular aórtica por estenosis severa. Señale la afir- 4) Se puede optar por la biológica o por la mecánica, si no hay con-
mación correcta respecto a la válvula protésica: traindicación para la anticoagulación.

1) La indicada sería exclusivamente una biológica por su edad. RC: 4


2) Sería mejor una mecánica que no necesita anticoagulación.
Tumor es cardía cos

ORIENTAC I ÓN Centrar el estudio en el mixoma Mixoma


y la actitud ante las metástasis
ENARM cardíacas Es el tumor cardíaco primario más frecuente y suele ser esporádico, aun-
que a veces (en torno al 10%) tiene una herencia autosómica recesiva,
constituyendo el comp lejo de Carney (mixoma, pigmentación cutánea
segmentaria e hiperactividad endocrina), formando los síndromes es-
3.1. Tumores cardíacos secundarios pecífi cos NAME, LAMB y otros, asociándose en estos casos a lén ti gos,
hi perplasia suprarrena l, fibroadenomas mamarios, tumores testiculares,
o metastásicos adenomas hipofisarios y otras alteraciones. Los mixomas que aparecen
en estos síndromes suelen ser mu lticéntricos, más recid ivantes, y surgen
Son más comunes que los primarios y suelen ser metástasis de cáncer de en pacientes más jóvenes.
mama o de pulmón, aunque el cáncer que más frecuentemente metas-
tatiza al corazón es el melanoma. Estos tumores suelen ser ún icos, y se originan de forma pediculada en el
tab ique interauricu lar (li mbo de la fosa ova l) hacia la aurícula izquierda
Las metástasis al corazón suelen ser nodulares, aunque a veces se produ- (Figura 9), produciendo signos y síntomas de estenosis m itra ! grave, in-
ce una infiltración difusa. Se afecta más frecuentemente el pericardio, se- cluido el síncope, de forma intermitente (modificables con la postura del
guido del miocardio. Suelen ser asintomáticas, aunque pueden producir paciente al prolapsar la masa sobre la vá lvu la m it ra!). A veces se auscu lta
pericarditis, taponam iento cardíaco (si invaden el epicard io), insuficiencia un ruido en la d iástole al "encaj ar" en la m it ra! ("plop"tumora l).
cardíaca, arritmias, trastornos de conducción, etc.

En cuanto al diagnóstico, el ECG sólo aporta datos inespecíficos y la radio-


grafía, a veces, un aumento irregular de la sil ueta cardíaca. La ecocardio-
grafía perm ite detectar el derrame secundario y, en ocasiones, visualiza
las metástasis.

Otras pruebas diagnósticas eficaces para del imitar su extensión son la TC y la


card iorresonancia magnética. También son úti les las pruebas con isótopos,
la angiografía y el análisis del líquido pericárdico, que suele ser hemático.

El procedimiento de actuación suele ser paliativo, con pericardiocentesis


cuando existan signos de taponam iento cardíaco, asociado al tratamien-
to apropiado del tumor primario. En caso de recurrencia del taponamien-
to puede ser úti l la pericardiotomía percutánea con balón o la ventana
pericárd ica.

3.2. Tumores cardíacos primarios

Se originan a partir de estructuras cardíacas. Suelen ser benignos histoló-


gica mente (75%), pero "malignos" por su localización. De los benignos, el
que se presenta habitualmen te es el mixoma. Figura 9. Mixoma auricu lar izquierdo
Cirugía cardiovascular 1 03
Los mixomas pueden provocar embolias sistémicas en el 30% de los ca- El hemangioma es excepciona l y suele ser intramural.
sos, y síntomas constitucionales extracardíacos (parece que se producen
por niveles elevados de int erleucina-6), como fieb re, pérd ida de peso, El mesotelioma del nódulo auriculoventricular puede cursar con bloqueo
artralgias, erupciones cutáneas, acropaqu ias, fenómeno de Ray-naud, AV por localizarse en la región del nodo AV.
anem ia, poliglobulia, leucocitosis, trombocitopen ia o trombocitosis, hi-
perga mmag lobuli nemia, elevación de la velocidad de sed imentación y Tumores malignos primarios
de proteína C reactiva, etcétera.
Los tumores mal ignos suelen ser sarcomas (ang iosarcoma el más fre-
El diag nóstico p uede esta blecerse con ecoca rdiog rafía, aunque existen cuente, incluido el sarcoma de Kaposi, afectando en general a ind ivi-
otras técnicas útiles, como la TC y la card iorreso nancia magnética (con las duos j óvenes o de edad media), sobre todo en la parte derecha del
que se obtiene la caracterización más deta llada de los tu mores). El catete- corazón, con un pronóstico muy m alo. El rabdo miosa rcoma es el más
rismo puede provoca r em bolias sistém icas, por lo que no suele rea lizarse común en la infancia, segu ido del fibrosarcoma . Otros más raros, con
(Figura 10). pred il ección por la aurícu la izquierda pero características morfológicas
que permiten diferenciarlos fácilmente del mixoma, son el osteosarco-
EI tratam iento es la resecc ión q uirúrg ica com pleta del tumor, que suele ma, fibroh istiocitoma ma ligno, leiomiosarcoma o el sarcoma mixoide.
ser curativa, au nque en ocasiones se prod ucen recidivas, sobre todo si Los linfomas suponen el So/o d e los tumores ma lignos, habitualmente
persisten restos. infiltrantes de células B, aunq ue en ocasiones pueden producir masas
intracardíacas (Figura 11 ).

En el mixoma es característico el " pl op" tumoral y el


soplo de estenosis mitra! modificable con la postura.
Recuerda

Otros tumores benignos

El fibroe lastoma pa pilar afecta al endotelio va lvu lar y tiene aspecto ra-
mificado, pudiendo ser compleja su difere nciación morfológ ica de una
verruga endocardítica .

El lipoma sue le ser asintomát ico y un hallazgo en estud ios necróp-


sicos.

La hipertrofi a lipomatosa del tabiq ue interauricular es un hamartoma


propio de mujeres obesas.

El rabdom ioma es el más frecuente en la infa ncia. Generalmente son tu-


mores pequeños, y pueden producir bloqueo auriculoventricular; están
relacionados con la esclerosis tuberosa, y en la m itad de los casos regre-
san espontánea mente.

El fibroma también es ca racterístico de la infancia. Suelen ser tumores


volum inosos y co n ca lcificaciones, y pueden ser causa de insuficiencia Figura 11. Imagen ecocardiográfica obtenida por vía transesofágica
ca rd íaca y muerte súbita del lacta nte. Se relaciona con el síndrome de (plano de cuatro cámaras) en la que se aprecia una gran masa (M) que
Gorlin (carcinoma basocelular nevoid e). ocupa el septo intera uricu lar y rotruye hacia cavidades derechas

Figura 10. (A) Imagen ecocard iográfica en plano apical de cuatro cámaras (arriba) de un mixoma (Mx) auricular, (B) y la misma imagen obten ida
tras la inyección de un ecopotenciador. (C) Imagen ecocardiográfica del mismo paciente (plano subcostal)
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

" En el mixoma, los niveles elevados de citocinas pueden producir


Ideas clave f6 fenómenos sistém icos como fiebre, pérdida de peso, Raynaud,
elevación de la velocidad de sedimentación, etcétera. Es caraca-
" Los tumores card íacos secundarios o metastásicos (de mama en terístico el plop tumoral diastólico en la auscultación.
la mujer y de pulmón en el varón) son mucho más frecuentes
que los primarios. " El tratamiento del mixoma ca rdíaco es quirúrgico. Los tumores
primarios cardíacos malignos suelen ser sarcomas, y su pronós-
" El mixoma es el tumor cardíaco primario más común y se loca- tico es malo.
liza habitualmente en el septo interauricular hacia la aurícula iz-
quierda.

" Desde el punto de vista histológico el mixoma cardíaco habitual-


mente es benigno. Al ser un tumor de consistencia friable, pue-
den embolizar fragmentos.

sonido diastólico precoz de baja frecuencia con soplo diastólico


Casos clínicos en ápex que se atenúa o desaparece con el decúbito. Con mayor
probabilidad, la paciente tiene:
Mujer de 58 años con historia de fiebre de 3 semanas de evolu-
ción. Hace 6 meses tuvo un episodio de amaurosis derecha de 1) Estenosis mitral reumática crítica.
unos 2 minutos de duración y, desde entonces, refiere disnea 2) Endocarditis bacteriana subaguda.
y febrícula. La disnea mejora cuando descansa tumbada en la 3) Mixoma auricular izquierdo.
cama. Exploración: frecuencia cardíaca 92 lpm regular y rítmico, 4) Prolapso de la válvula mitral.
TA 110/70 mmHg, T 38,3 oc y lesiones petequiales en piel. Auscul-
tación cardíaca: primer tono reforzado con segundo tono normal, RC: 3

03 · Tumores cardíacos
Cirugía cardiovascular 1

Aneurism as y enfermed ades


de la aorta

En este tema es recomendable estudiar bien la etiología de los aneurismas en sus diversas
localizaciones y los algoritmos de actuación general que se muestran en el Capítulo. El síndrome
aórtico agudo, en especial /a diseccción aórtica, se deben repasar con frecuencia, así como
sus características clínicas y el algoritmo de manejo.

La pared aórtica está formada por tres capas: íntima (fina capa constituida los aneurismas pueden ser saculares, si solamente afectan a una porción
por el endotelio y subendotelio), media (formada por capas opuestas de de la circunferencia del vaso, o fusiformes si afectan a toda su circunfe -
tejido conjuntivo, muy rico en fibras elásticas dispuestas de forma espira l, rencia.
y algo de colágeno junto a fib ras muscu lares lisas) y adventicia (la fina
capa externa de tejido conj untivo rica en colágeno, desde donde pene-
tran los vaso vasorum que nutren la mitad externa de la pared).

La med ia es la más impo rtante desde el punt o de vista mecán ico, res-
ponsable de la mayo r pa rte de la resistencia a la tens ió n y diste nsibi-
lidad que tiene la pa red aórtica. La aorta ejerce u n papel activo en el
transporte de la sangre hacia el territorio sistémico, dado que part e de
la energía mecá nica desa rrollada por el ventrículo izqu ierdo se tra nsfor-
ma en energía potencial por diste nsión de las pa redes aórti cas, y que
permite que el efecto de retracción elást ica d urante la diásto le co ntri-
Ane uri sma verdadero Aneuri sma disecante Pseudoan eurisma
buya al avance de la sangre. Con el paso de los años la m ed ia t iende a
ver desestructurada la disposic ión de sus capas elásticas y aumentar su Figura 12. Diferenci as entre aneurisma y falso aneurisma
contenido colágeno, responsable de la pérd ida de elasticidad aórtica
asociada a la edad. Pueden aparecer en cua lquier arteria o vena del organismo (Figura 13),
pero los más frecue ntes e importantes son los de la aorta . La re levancia
Asimismo, en la aorta ascendente y el cayado existen ba rorreceptores si - de los aneurismas de la aorta estriba en sus posibles compl icaciones: la
milares a los del seno carotídeo, de forma que un incremento brusco de formación de trombos potencialmente embolígenos, la compresión de
presión produce una respuesta parasimpática con bradicardia y vasodi- estructuras vecinas, la disección de aorta y la rotura del aneurisma con
latación. hemorragia masiva y muerte.

Etiología del aneurisma aórtico


4.1. Aneurismas
La causa más frecuente del aneurisma aórtico es la aterosclerosis. La lo-
calización habitual es la aorta abdomina l infrarrena l, y rara vez aparecen
Se definen como una dilatación anormal loca lizada en un vaso. El aneu- antes de los 50 años, siendo mucho más usuales en hombres, con una
risma verdadero es aquel en el que se encuentran afectadas las tres capas relació n de 5:1 a 10:1 respecto a las mujeres (a unq ue estas t ienen mayor
de la pared arterial, lo que le distingue del llamado pseudoaneurisma o riesgo de rotura), especia lmente en fumadores. Los del arco aórtico, aorta
aneu risma fa lso, en el que hay una solución de continu idad que afecta a torácica descendente o abdominal suprarrenal suelen ser de origen ate-
las capas íntima y med ia, estando envuelto por la adventicia, por los tej i- rosclerótico. Más del1 Oo/o de pacientes presentan aneu ri smas múltiples y,
dos adyacentes o por un coág ulo peri vascu lar (Figura 12). Por su forma, en ocasiones, hay asociación fa miliar poligénica .
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

Aneurisma en fresa 4.2. Aneurismas de la aorta


abdominal

Por orden decreciente en frecuencia, los aneurismas ateroscleróticos se


loca lizan en la aorta abdom inal infra rrena l (?So/o), la aorta toráci ca descen-
Enfermedad dente, la arteria poplítea, la aorta ascendente y cayado aórtico.
deTakayasu
El de aorta abdom ina l infrarrenal es el más habitual, y suele ser fusiforme.
Aneu risma
sifi lítico Est e tipo de aneurisma puede pa lparse a nivel epigástrico o mesogástri-
co, justo a la izq uierda de la línea med ia. Suelen ser asintomáticos, por lo
Enfermedad
que en la exploración rut inaria de pacientes mayores de SO años debe in-
cluirse la pa lpación abdom inal cu idadosa en busca de una pu lsación en
Aneurisma la reg ión periumbilica l. Los síntomas por compresión de estructuras ve-
de arteria cinas son mucho más infrecuentes que en los de aorta torácica. Durante
renal
los periodos de expansión rápida producen dolor constante e intenso en
la parte baja de la espa lda, el abdomen o las ingles. La presencia de ese
Aneurisma dolor, de una masa pulsátil pa lpable y de hipotensión deben hacer sos-
esp lénico pechar una rotu ra del aneurisma. La rotu ra hacia el retroperitoneo (80o/o)
suele ser inicia lmente contenida por el tejido, pero la ocasionada hacia la
cavidad peritoneal suele producir shock inmed iato.
Aneu risma
Vasculitis
arterioesclerótico con d ilatación
aneurismática Los pacientes con aneurismas grandes tienen acortado su pronóstico vital,
consecuencia principalmente del riesgo de rotura, que está relacionado
con el diámetro máximo del aneurisma (principal factor de riesgo), la hiper-
tensió n arterial, el tabaquismo activo o el sexo femenino (tri ple de riesgo
que el varón). La mortalidad de los pacientes con aneurismas abdominales
Figura 13. Tipos de aneurismas vasculares sin t rata miento de más de 6 cm de d iámetro es del SOo/o en un año.

No se conocen los motivos por los que en algunos individuos la ateros- Otro factor asociado al ri esgo de rotura aneurismática es la presencia de
clerosis en la aorta abdominal t iende a producir aneu ri smas, mientras síntomas, fundamenta lmente el cuad ro conocido como "a neurisma en
en otros, la evolución cursa hacia un cuad ro de obstrucción progresiva. expansió n" (dolor continuo, preferentemente lumbar, en el mesogastrio,
No obstante, la inflamación de la pared con deg radación de la matriz e hipogastrio o en la pelvis), con hasta un 30o/o de roturas al cabo de un mes
infiltración linfocitaria parece fomentar la formación del aneurisma, ha- y un 80o/o en el primer año tras el diagnóstico.
biéndose detectado en muchos casos signos de infección por Chlamydia
pneumoniae que, además, facilita la prog resión rápida del mismo. Dado que en muchos de los casos coexisten factores de riesgo cardio-
vascular y enfermedad aterosclerótica difusa, con elevada frecuencia es
Los de aorta ascendente pueden deberse a necrosis quística de la me- la gravedad de la afectación coronaria la que determina el pronóstico de
d ia, sífi lis, infecciones bacterianas, enfermedad de Takayasu, arteritis de estos pacientes.
células g igantes, artritis reumato ide, espondilitis anquilosante u otras en-
fermedades inflamatorias de base inmunológica, siendo ra ras veces por Diagnóstico
aterosclerosis.
La palpación ti ende a sobreestimar el tamaño del aneurisma. El d iag-
Clínica nóstico puede sospecharse por la imagen de una masa en la radiografía
abdom inal con el borde ca lcifi ca do del aneurisma (?So/o). La ecog rafía ab-
Genera lmente, el aneurisma no roto es asintomático y se descubre de for- domi nal es la primera exploración empleada (amplia d isponi bi lidad, no
ma casua l, ya sea en una exploración de rutin a (como una masa pa lpable, invasiva, fiab le, económ ica) pa ra confi rmar el diagnóstico de sospecha
pulsátil y no dolorosa), o bien al objetivar una di latación de la imagen aór- de aneurisma abdominal y para eva luar periódicamente su tamaño. No
tica en una rad iog rafía de tórax o abdomen. Sin emba rg o, su crecimiento obstante, es limita da en la valoración de la extensión pélvica o cefálica,
y expansión pueden producir síntomas debidos a: por lo que es insuficiente para planificar la cirugía. Se eva lúa la utilidad del
Rotura parcial (que suele producir dolor intenso) o completa con empleo como "screening poblacional" en pacientes de riesgo.
hemorragia masiva, fístula arteriovenosa grave, etcétera.
Protrusión hacia estructuras adyacentes según su loca lización: La angioTC con contraste y la angiorresonancia magnética tienen mejor
disfonía por afectación del nervio recurrente laríngeo, ronquera o resolución espacial, delinean el aneurisma con mayor precisión y permi-
disnea por compresión de la tráquea, disfagia por compresión eso- ten evaluar la afectación de las ilíacas, por lo que suelen ser suficientes
fágica, obstrucción de la vena cava superior, erosión de vértebras o la plan ificación de la intervención. La aortografía con contraste puede
del esternón .. infrava lorar el tamaño en presencia de trombos murales, aunque es ex-
Embolia periférica desde un trombo mural, formado por la combi - celente para la va loración de los troncos arteriales regionales, pero en
nación de en fermedad en el endotelio del aneurisma y el trastorno la actua lidad no suele ser necesa ri a para la intervención, pues además
del flujo que produce. con lleva riesgos debido a su naturaleza invasiva.

04 · Aneurismas y enfermedades de la aorta


Cirugía cardiovascular 1 04
Tratamiento En los asintomáticos, la ind icación viene dada por la presencia de un ries-
go elevado de rotura. Este se estima importante si el diámetro es superior
El tratamiento va encaminado a prolongar la supervivencia del paciente a 5,5 cm, o si la velocidad de crecim iento es mayor a 0,5 cm al año (hasta
y evitar la rotura del aneurisma, pues si la intervención qu irúrg ica progra- el 80o/o crecen con el t iempo y el 15-20o/o lo hacen de forma rápida). Algu-
mada t iene una morta lidad de entre el 2o/o y el 6o/o, cuando es urgente nos autores consideran la intervención por encima de 5 cm en pacientes
alcanza el 20%, y si es por rotura supera el SOo/o. La actuación ante un de bajo riesgo qu irúrgico.
aneurisma de aorta abdom inal se recoge en la Figura 14.
En los aneurismas de menor tamaño se debe realizar seguimiento perió-
dico entre los tres y seis meses con ecografía, o preferiblemente, angioTC
o resonancia (pues son más precisas en la medida del tamaño) para eva-
Sospecha de aneurisma
de aorta abdominal luar la velocidad de crecimiento.

Ecografía La cirugía consiste en la resecc ión del aneurisma e implantación de una


para confirmar prótesis sintética (casi siempre de Dacron" o Gore-Tex") tubu lar o exten-
Angio-TC o ang1o-RM d ida hacia las il íacas si están afectadas. En aneurismas grandes puede
para estudio
detallado m inim izarse el tiempo de pinza miento aórtico (y con ello el riesgo quirú r-
gico) dejando gran parte del tejido aórtico en su sitio, sin resecar comple-
tamente el aneurisma.

En pacientes de edad muy avanzada o comorbilidad importante, que ele-


f va de forma significativa el riesgo quirúrgico, la alternativa es el implante
Angio-TC 5,0-5,5 cm <5cm
endovascular, por vía femoral, de una endoprótesis tubular expansible,
Considerar: Considera r Seg uimiento que puede extenderse hacia las ilíacas si están afectadas, de manera que
· Ang io-RM
· Aortografía
f intervenció n cada 3-6 m ese~
excluye del torrente circu latorio el aneurisma, trombosándose la región
Riesgo Riesgo si baj o riesgo co n pruebas
quirúrgico quirúrgico quirúrgico de imagen externa a la prótesis y dism inuyendo el riesgo de rot ura. Las limitaciones

~
baj o alto
de la técnica es que no más del 60% de casos t ienen anatomía favorable
J t t para su empleo, existe riesgo de "endofugas" que deben ser reparadas

*Preferente
si no hay
rotura
--
Si no es
factible para evitar que el aneurisma siga expand iéndose y que, a largo plazo, esta
opción no ha demostrado mejoría en la supervivencia g lobal (sí presenta
menor mortalidad que la cirugía abierta a corto p lazo), si bien la mala
situación habitual de los pacientes en los que se suele emplear puede
Figura 14. Procedimiento de actu ació n ante el aneurisma de la aorta ser responsable de este hecho. Actualmente se investiga la utilidad de la
abdo minal endoprótesis en fases menos avanzadas de la enfermedad.

Es fundamenta l el abando no de l tabaco y el tratam iento de los fac-


tores de riesgo ateroscle rótico. Los p-b loquea ntes pueden dism inu ir 4.3. Aneurismas de la aorta torácica
el crecimiento de los aneurismas importantes. En el estudio de estos
pacientes y en la eva luación p reoperatoria se p resta especia l énfa-
sis a examinar la presencia de cardiopatía isquémica (principal causa Pueden involucrar uno o más segmentos de la aorta. El 60% afectan a la
de muerte en el postoperatorio) mediante ecocardiografía de estrés, aorta ascendente, el 40% a la torácica descendente (el 1Oo/o se extienden
gammagrafía o incluso corona riografía (casi el 20% tienen enferme- hacia la aorta abdominal: aneu risma toracoabdominal) y el 1Oo/o al caya-
dad coronaria grave revascularizab le), y si existiese, pa rece recomen- do.
dable, si la situación lo perm ite, un tratamiento adecuado previo a
la cirugía (incluida la revascu larizac ión en casos de riesgo alto) si es La etio logía más habitua l en los de aorta ascendente es la degeneración
posible. Se aconseja n los p-bloqueantes porq ue reducen el riesgo de q uistica de la media, con frecuente afectación de la ra íz aórtica que pro-
infarto perioperatorio. duce insuficiencia va lvu lar (ectasia anu loaórti ca). Son habituales en el
síndrome de Marfan y el de Ehler-Dan los, y se asocian a cardiopatías con-
génitas (válvula aórtica bicúspide y coartación), a enfermedades inflama-
torias (Takayasu, arteritis de células gigantes, artritis reumatoide, etc.) y a
Sobre los aneurismas de aorta descendente:
La etiología princ ipa l es la aterosclerótica. enfermedades infecciosas (sífi lis terciaria). Los del cayado y descendente
La principal local ización es en la aorta abdomina l, suelen ser ateroscleróticos.
por debaj o de las arterias renales.
Suelen ser as intomáticos. Prácticamente la mitad son asintomáticos al diagnóstico, pero en el resto
La primera exp loración a rea li zar es una ecocardio-
puede haber síntomas debido a la insuficiencia aórtica o insuficiencia car-
grafía .
Abstenció n terapéut ica en los < S cm as intomáti- díaca secundaria. Los del arco y aorta descendente pueden provocar, con
cos. mayor frecuenc ia, fenóme nos compresivos mediastín icos.

La expansión o la rotura del aneurisma produce dolor súbito, intenso y a


El paciente con un aneurisma sintomático por rotura parcial o total o veces pulsátil. La rotura suele desarrollarse hacia la pleura izquierda o el
compresión de estructuras adyacentes tiene indicación quirúrgica. mediastino y cursa con hipotensión y/ o shock.
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. 8 edición

El diagnóstico se puede realizar con aortografía o, en la actualidad, habi- Los aneurismas del cayado se consideran quirúrgicos por encima de 5,5
tualmente mediante angioTC o angiorresonancia (que permite eva luar cm de diámetro, y en la aorta torácica descendente la indicación se ha
mejor la válvu la aórtica) que, además, suelen emplea rse para el segu i- fijado clásicamente en diámetros superiores a los 6 cm, si bien en pacien-
miento y delimitación del tamaño (Figu ra 1S). La ecoca rdiografía trans- tes con enfermedades genéticas del tejido co njuntivo o en candidatos a
torácica es muy útil pa ra eva luar la raíz aórtica pero pobre para visualizar reparación med iante endo prótesis se suele considerar con un d iámetro
el cayado y la aorta descendente, por lo que la ecocard iografía transeso- superior a 5,5 cm. La t écn ica en la aorta ascendente es la resección del
fág ica sería necesaria para eval uar esos segmentos. aneurisma y sustitución por un tubo protésico, de manera que en casos
de afectación de la vá lvu la aórtica, siendo los velos normales y con in-
suficiencia por dilatación de la raíz, se trata de respeta r la vá lvu la nativa
implantándola en el injerto de Dacron® o reestructurando la raíz aórtica
para resuspender los velos valvulares (técn ica de David), pero cuando no
sea subsidiaria de reparación suele emplea rse un tubo de Dacron®, con
una vá lvula protésica en su extremo, con reimpl ante de las arterias coro-
narias en el tubo (repa ración aórtica compuesta o técnica de Benta ll). En
el caya do, la prótesis debe incluir la sa lida de los troncos supraaórti cos, y
en la aorta descendente es tubular.

La mortalidad quirúrgica en cirugía programada es del 3- 14%. En la aorta


torácica descendente es de destacar un riesgo de paraplejía en torno al 5%,
que se ha reducido de forma notable conservando la perfusión aórtica distal
durante la cirugía, mediante enfriamiento espinal, disminuyendo el periodo
de pinza miento transversal aórtico y reimplantando las arterias intercostales
(mención especial requ iere la gran arteria radicu lar descrita por Adamkiewi-
cz, que se origina entre la D9 y D12 en el 75% de los pacientes). El empleo de
endoprótesis en la aorta descendente en pacientes con anatomía favorable
Figura 1S. Aneu ri sma de aorta ascendente (en torno al 60%) y elevado riesgo qu irúrgico es una alternativa eficaz, aun-
que el riesgo de paraplejía parece simi lar al de la cirugía abierta.
La actuación en el aneurisma aórtico torácico se expone en la Figura 16.

Los pacientes diagnosticados deben recibir tratamiento ~-bloq ueante, 4.4. Aneurismas arteriales periféricos
especialmente los que sufren síndrome de Marfan, y un control de los
factores de riesgo cardiovascu lar, principalmente la hipertensión arterial.
Se recomienda evitar ejercicio isométrico intenso (levantar pesas) para El aneurisma arterial periférico más frecuente es el poplíteo, siendo ha-
dism inuir el riesgo de comp licaciones. bitualmente de etio log ía aterosclerótica; otra causa es la degeneración
qu ística adventicia!. La mayoría de los pacientes están asintomáticos y
La velocidad de crecimiento suele ser menor que en los aneurismas de suele detectarse en la exploración fís ica como una masa pulsátil en el
aorta abdom inal, y es mucho más variable en cada caso. Los factores que hueco poplíteo, confirmándose el diagnóstico con ecografía.
asocian más riesgo de rotura son la presencia del síndrome de Marfan, el
sexo femenino, el dolor asociado con el aneu ri sma, la edad avanzada y la Cabe dest acar dos aspectos importantes de este aneurisma, por una par-
enfermedad pulmonar obstructiva crónica. La rotura sin síntomas previos te el que es bilatera l en más del 50% de los casos y, por otra, que suele
es más infrecuente que en los abdominales. Así pues, la presencia de sín- tener asociado uno o más aneurismas en otros lugares, sobre todo en la
tomas o insuficiencia aórtica grave son indicación para la cirugía. aorta abdom inal (más del 40% de los casos), por lo que se aconseja la
exploración de ambas extrem idades y abdomen para descartar distrofia
El otro factor principal relacionado con el riesgo de rotura es el tamaño, polianeurismática.
de manera que en la aorta ascendente un diámetro superi or a 5,5 cm se
considera subsid iari o de ci ru gía, así como una progresión mayor de 0,5 Si no se trata, conduce frecuentemente a complicaciones tromboembó-
cm al año. Ciertas situaciones que asocian mayor riesgo de rotura o di- licas graves (25%), en cuyo caso con lleva la pérdida de la extrem idad en
sección hacen indicar la intervención con d iámetros menores. De esta más de la mitad de los casos, por lo que el tratamiento de elección es
forma, en presencia de síndrome de Marfan u otras alteraciones gené- la cirug ía electiva (independ ientemente del tamaño y de los síntomas)
ticas del tejido conjuntivo, asociación fam iliar, vá lvu la aórtica bicúspide antes del desarrollo de comp licaciones. La técni ca quirúrgica de elección
o coartación se indica la cirugía por encima de los 4 o S cm, según la consiste en ligar la arteria poplítea proximal y distalmente al aneurisma,
presencia de otros factores de riesgo (resulta útil dividir el área aórt ica con lo que se excluye éste de la circu lación, y posterior implantación de
máxima en cm 2 entre la altura en metros, y los va lo res por encima de un bypass femoropoplíteo (preferentemente de vena safena invertida.
diez apoyan la indicación qui rúrg ica). En el caso del síndrome de Loeys-
Dietz se recom ienda con diámetros m ayores a 4,5 cm. En muj eres con
sínd rom e de Ma rfan que deseen un embarazo se considera la cirug ía
Ante un aneurisma pop líteo, no se puede pasar por
previa al mi smo si la aorta m ide más de 4 cm de diámetro. En pacien-
alto despista r aneurismas en la pop lítea contra latera l
tes sometidos a cirugía por insuficiencia va lvular aórti ca con d ilatación y en la aorta abdom inal. El tratamiento ante un aneu-
aórtica asociada se recomienda su reparación si el d iámetro supera los risma poplíteo es quirúrgico, dé o no síntomas.
4,5-5 cm.

04 · Aneurismas y enfermedades de la aorta


Cirugía cardiovascular 1 04
Aneurisma síntesis del colágeno 111), el síndrome
de la aorta torácica de Loeys-Dietz (con fenotipo similar
al Marfan y típicamente úvula bífida o
· Seguimiento semestral
del tama ño paladar hendido, por mutaciones del
Sintomático · Tratar factores de riesgo receptor ~ del factor de crecimiento

¡
Evitar ejercicio intenso
~-b l oq u ea ntes
transformante), mutaciones que afec-
tan a las cadenas pesadas de miosina
o las cadenas a de miosina de tipo 11
Cirugía urgente del músculo liso. En ocasiones, a pesar
Considerar de no tener el resto de manifestacio-
endoprótesis Factores de alto riesgo nes del síndrome de Marfan, se sos-
en aorta descendente de rotura o disección:
con alto riesgo
pecha que la degeneración quística
· Enfermedad del tejido conju ntivo:
quirúrgico Marfan, Ehler Dan los, Loeys-Dietz ...
de la med ia responde a mutaciones
*Si enfermedad
· Aorta bicúspide, coartación, del tej ido co njuntivo, que producen formas "frustadas" del
Turner, Noonan ... cons idera r síndrome. La degeneración precoz de
· Asociación famili ar end opró tesis
la med ia conlleva el que la disección
si > 5,5 cm

• •
t t aórtica sea la causa principal de mor-
*S i alto riesgo bilidad y mortalidad en pacientes con
quirúrg ico,
síndrome de Marfan . Otras alteracio-
Considerar cirugía Cirugía si cons iderar
end oprótes is nes genéticas asociadas a aneurismas
si > 4-S cm > 5,5 cm
o progresión de aorta ascendente son la poliquisto-
área máxima (cm' ) > > 0,5 cm/año sis rena l, el síndrome de Turner, el de
10
altura (m)
Noonan y el de Alagille.

• Cirugía en Marfan previo


a embarazo si > 4 cm El embarazo parece fomentar la debi-
• Cirugía en Loeys-Dietz lidad de la capa med ia y las cardiopa-
si mayor de 4,5 cm
tías congénitas, como la vá lvula aórti-
Figura 16. Procedimiento de actuación ante el aneurisma de la aorta torácica ca bicúspide y la coartación aórtica, al
menos en algunos casos, parecen res-
ponder a un trastorno difuso de la formación de la pared aórtica proximal
4.5. Aneurismas arteriales viscerales que facilita el desarrol lo de la degeneración de la media.

La necrosis quística de la med ia causa un tipo peculiar de aneurisma de


El aneurisma arterial visceral más frecuente es el esplénico, seguido del tipo fusiforme que afecta a la aorta ascendente y a los senos de Val salva
hepático. La mayoría son pequeños y asint omáticos. El riesgo de rotura es (ectasia anu loaórtica), pud iendo producir insuficie ncia aórtica al afectar-
mayor si el d iámetro sobrepasa los 2 cm y en el embarazo. se dichos senos y el anillo valvu lar aórtico. La rotura de aorta y la disec-
ción son relativamente frecuent es en este proceso.

4.6. Necrosis quística de la media No existe tratam iento específico más allá de tratar la hipertensión con
cifra s objetivo, al menos, sim ilares a los de otros hipertensos o idealmente
inferiores, emplea r ~-b l oq u eantes en pacientes con sínd rome de Marfan
Este proceso se caracteriza por la pérd ida de células musculares lisas de y aneu ri sma aórtico para d isminu ir la progresión y el riesgo de rotura o di-
la lámina elástica (en algunos casos de o ri gen genético hay hiperplasia sección, y tratar el aneurisma si existe o el síndrome aórtico agudo, como
focal de las mismas, pero con pérdida de su disposición normal pa ralela se expone en los apartados correspond ientes.
a la luz vascu lar), fragmentación y desestructuración de las fibras elásti-
cas y degeneración mucoide, en ocasiones, a modo de quistes llenos de
contenido mixoide (rico en proteoglucanos), que se acompaña de áreas 4.7. Aneurisma micótico
de fibrosis. Acontece en mayor o menor medida de fo rma prog resiva aso-
ciado a la edad, especialmente en presencia de factores de riesgo ca r-
diovascular, principalmente la hipertensión arteria l. Recientemente se ha Un aneurisma micótico resulta de la penetración de bacterias en la pa-
descrito un cierto grado de actividad inflamatoria de esas zonas, siendo red arterial, siendo, por tanto, d ichos aneurismas de origen bacteriano y
además importante en su génesis ciertas metaloproteasas de la matriz no fúngico, como parece indicar su nombre. Por eso, en la actual idad es
(MM P-2 y MMP-9), enzimas fabricadas por el músculo liso capaces de de- preferible el término aneu ri sma infectado. Estos suelen ser de tipo sacular
gradar la elastina . con mayor frecuencia que fusiforme.

En personas jóvenes son importantes las enfermedades genéticas del te- La endocarditis infecciosa era el cuadro usua l en el que aparecían, pero
jido conjuntivo como el síndrome de Marfan (mutaciones que afectan en la era antibiótica es más frecuente en presencia de bacteriemias no
a genes de la fibr ilina- 1, que fo rma parte de las microfibrillas elásticas), asociadas a endocarditi s sobre una íntima aórtica enferma, principalmen-
el de Beals (aracnodactilia congénita contractura!, por mutaciones en el te por aterosclerosis, pues el endotel io indemne es resistente a la inva-
gen de la fibrilina-2), el de Ehler-Dan los vascular (por alteraciones en la sión. Los agentes infecciosos más frecuentes son Staphylococcus aureus
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. 8 edición

y Salmonella, pero casi cu alquiera pu ede producirlo, especialmente en En la d isecció n aórti ca cl ásica penet ra la sa ng re en la pared de la aorta a
sujetos inmunodeprimidos. través de una solució n de continuidad en la ínt ima (desgarro int imal) has-
ta la ca pa med ia que suele est ar enferm a (n ecrosis quística), y se propaga
El cuadro clíni co incluye fi ebre en picos por bacteri emia, si bien los he- lo ngit ud inalmente en sentido anterógra do y/o retróg rado, d iseca ndo la
mocu lt ivos no siempre son posit ivos. Es habitu al det ecta r el aneurisma pared por la capa med ia y fo rm ando un ca nal lleno de sa ngre (fa lsa luz)
co m o foco de la infección. El pron óst ico es malo, pu es co n frecuencia dentro de la pared aórtica. El desga rro int imal se loca liza en la aorta as-
aca ban prod uciendo invasión de la pared y rotura aórti ca . cendente (60%) m ás que en la descendente (20%).

Se necesita trat amiento anti biótico int ravenoso pro longado y resec- El hematoma intra mural aórti co se sospecha q ue se orig ina por el sa n-
ción quirúrg ica, restituye ndo el fl uj o sa ng uíneo med iante una prótesis g rado de los vasa vasorum de la ca pa med ia, form ando un hematoma
o bypass extraanatóm ico (sin atravesa r la zona infect ada) para evita r la que pu ede prog resa r de fo rm a similar a una d isecció n de aorta y que, en
infecció n del injerto, aunq ue en algunos casos sin extensió n importante alg unos casos, se acom pa ña de rotura de la íntim a, siendo la ca usa inicial
de la infecc ión pu ede hacerse la recon stru cc ió n in situ. del desa rrollo de una d isecció n t ípica .

La úlcera penetrante puede acontecer en lesio nes at eroscl eróticas de lapa-


4 .8. Aneurismas sifilíticos red aórt ica, de modo q ue una rotura de la ínt ima hasta capas más externas
de la pa red (med ia y/o advent icia) puede progresar fo rm ando un hema-
to ma int ra mural, o incluso un pseudoaneurisma co n alto riesgo de rotura.
Las ma nifestaciones clíni cas más im portantes de la sífi lis a nive l cardio-
vascular son: insuficiencia aórt ica, est enosis del ostium de los orificios Los sínto mas, diag nóstico y t rata miento de los tres cuadros son muy si-
coro narios (angor) y fo rmació n de un aneurisma ca lcificado en la aorta m ilares, aunque co n alg una pecu lia ridad respecto a la d isección clásica
to rácica ascendente. Todo esto suele ocurrir en el periodo de sífi li s ter- (Tabla 7).
ciaria, 15-30 años despu és de la infecc ió n in icial, y si bien antaño fueron
frec uentes, en la actua lidad son excepciona les. El trata miento co nsist e la
administració n de penicili na, y su resecció n quirúrgica est á sujeta a las Hematoma Aórtico
Úlcera Penetrante
m ismas co nsideracio nes que los aneurismas de otras ca usas. lntramural
1

Etiopatogen ia Sa ngrado de los vasos Rotura intima!


adventiciales hacia secundari a a lesiones
4.9. Aortitis reumática y rotura la media ateroscleróticas
Más frecuente en la Más frecuente en aorta
traumática de la aorta aorta descendente descendente
Epidemiología Pacientes mayores con los mismos factores de riesgo
que la disección aórt ica
Se ha comprobado la presencia de aort itis en pacientes con distintas enfer-
Diagnóstico Ang ioTC, ang ioRM o ETE en aorta torácica
medades reumáticas, como la enfermedad de Takayasu, arteritis de células gi-
gantes, enfermedad de Beh<;:et, artritis reumatoide, espondilitis anqu ilosante, Tratamiento Similar a disección Sim ilar a disección tipo B
aórtica Cirugía si:
artritis psoriásica, síndrome de Reiter, polico ndritis recidiva nte y enfermedad
inflamatoria intest inal. El proceso afecta principalmente a la aorta ascendente - Inestabilidad
hemodinámica
y puede producir una dilatación aórt ica con aneurisma, co n la consiguiente
insuficiencia aórtica, y con ocasional afectación del sistema de conducción. - Pseu doaneuri sma
- Rotura aguda

La rotura traumáti ca de la aorta suele producirse en tra umatismos de alta - Dolor continuo
energía, como accidentes autom ovil ísticos o ca ídas desde una alt ura, en - Embolización distal
los q ue la bru sca desaceleración de todo el contenido de la cavidad to rá- Tabla 7. Hematom a intramural y úlce ra penetrante
cica cizalla la aorta justo dist al a la subclavia izq uierda, por ser este istmo
aórt ico el luga r en que se unen la aorta descendente (con muy escasa Las clas ificaciones em pleadas clásicamente pa ra la d isecció n de aorta
movilidad) co n el cayado y la ascendente (porción mucho más móvil). son la de Stanford, aplica bl e a todos los síndromes aórt icos ag udos, y la
La morta lidad es m uy elevada, y los pocos pacientes q ue sobreviven lo de De Bakey (Tabla 8).
hacen gracias a la form ació n de un pseudoa neurisma que, caract eríst ica-
mente, es sacular, co n hemat o ma peri aórtico y precisa ciru gía urgente.
Clasificación de De Bakey

Desga rro en Ao ascendente y se extiende


4.1 O. Síndrome aórtico agudo a descendente

11 Desga rro en Ao ascendente (confi nado a ésta)

Defi ne un g rupo de situaciones en las q ue la capa media de la pa red 111 Desga rro en Ao descendente

aórt ica sufre un debilitamiento q ue co nlleva riesgo de rotura y otros pro- Clasificación de Stanford
blemas. Lo conforman tres entidades: A (proximales) Afectan a Ao ascendente
Disecció n aórti ca (80%).
B (distales) No afectan a Ao ascendente
Hema to ma intram ura l aórtico (15%).
Úlce ra aterosclerótica penetrant e (5%). Tabla 8. Clasificació n de la disecció n de aorta

04 · Aneurismas y enfermedades de la aorta


Cirugía cardiovascular 1 04
rencia del dolor de origen coronario). El dolor suele ser centrotorácico
Según la clasificación de Stanford, el síndrome aór- en disecciones de aorta ascendente o interescapular si se afecta la aorta
tico agudo de tipo A "Afecta A Aorta Ascendente" y _._.;;::,...,..,
descendente, y puede irradia rse a d ifere ntes áreas. En el 25o/o de casos
precisa ci rugía urgente. El tipo B no afecta a la aorta
ascendente y el tratamiento indicado suele ser con- el dolor es migratorio, ava nzando con la disección. No es infrecuente el
servador. Los tipos 1y 11 de De Bakey se corresponden debut con un sín cope.
con el tipo A de Stanford, y el tipo 111 con el B.
Diagnóstico

Etiología Hasta un tercio de los pacientes con síndrome aórtico agudo inicialmen-
te son incorrectamente diagnosticados de otro trastorno que cursa con
El síndrome aórtico agudo se asocia en un ?So/o de los casos a HTA que dolor torácico, por lo que es importante mantener un elevado nivel de
es, con mucho, el agente etiológico identificable más importante. No sospecha. Hasta el lSo/o de casos debutan con situación de shock.
obstante, el fenómeno de la degeneración o necrosis quística de la capa
media es el principal factor predisponente que subyace en la mayoría de En la exploración física se puede apreciar una reducción asimétrica de la
casos de disección aórti ca. La degeneración quística de la capa fomenta amplitud del pu lso arteria l (en el 20o/o), como consecuencia de la oclu-
la debil idad de la pared, lo que explica la asociación entre el desarrollo de sión parcial o completa de las ramas aórticas principales. En la radiografía
aneurismas de aorta ascendente y disección aórtica (hasta el 20o/o de los de tórax se aprecia un ensanchamiento del mediastino hasta en el 60o/o
síndromes aórticos agudos aparecen en pacientes diagnosticados pre- de los casos (Figura 17), o derrame pleural izquierdo por extravasación
viamente de aneurisma aórtico). de sangre, pero hasta en el 20o/o de casos es rigurosamente normal. Si la
disección compromete las arterias coronarias, pueden aparecer signos
El desgarro de la íntima es la otra parte crucial para el desarrollo de la electrocardiográficos de isquemia miocárdica (en torno al lSo/o de las di-
disección aórtica en la mayoría de casos, y suele tener lugar en las zonas secciones) y elevación de marcadores de necrosis.
donde es mayor la fricción mecánica : en la pared lateral de la aorta ascen-
dente (más de la mitad de los desgarros se loca lizan en sus dos primeros
centímetros), o bien en el istmo aórti co, justo por debajo del origen de la
arteria subclavia izquierda . En ocasiones se ident ifica el factor precipitan-
te de la rotu ra intima! como un traumatismo de alta energía, la hiperten-
sión (esencial o secundaria a empleo de cocaína u otros estimulantes o
una crisis de feocromocitoma), o un ejercicio fís ico intenso y bru sco.

Los pacientes con hematoma intramural (por hemorragia de los vaso va-
sorum) o úlcera penetrante suelen tener más factores de riesgo ateros-
clerótico y ser mayores que los que sufre n disección, y la loca lización, a
diferencia de esta, es predomi nantemente en la aorta descendente.

Clínica

El sínd rome aórtico ag udo predomina en el sexo mascul ino y en torno a


los 60 años, pero antes de esa edad en pacientes con síndrome de Mar-
fan. Figura 17. En sanchamiento mediastíni co en disección de aorta
ascendente
Las man ifestaciones clín icas se deben a la d isección en sí (prod uce dolor),
a la extensión de la disección a troncos supraaórticos, arteri as coronarias, Marcadores modernos en sang re como las cadenas pesadas de miosina
re nales, mesentéricas o ilíacas, produciendo su obstru cc ión e isquemia (útiles en las primeras seis horas de evolución) o los dímeros-O (a partir de
secunda ri a (isquem ia miocá rdica, cerebra l, etc.), a la alteración del apara- las seis horas) pueden ser de utilidad.
to va lvular aórtico por distorsión de la un ió n sinotubu lar aórtica o incluso
disección del ani llo con insuficiencia va lvu lar aórtica aguda (acontece en La aortografía se consideró du rante muchos años el patrón de referencia
casi la mitad de las disecciones de aorta ascendente y se acompaña de para el diagnóstico pero t iene una tasa elevada (20o/o) de falsos negativos,
soplo diastólico precoz), o a la extensión a través de todo el grosor de especia lmente en el hematoma intramural o en disecciones trombosa-
la pared aórtica, produciendo una rotura externa de la aorta que puede das.
provocar derrame masivo por el hemopericardio y taponamiento cardía-
co o derrame pleural genera lmente izquierdo. Actua lmente ha dejado de ser la técnica de referencia. La ecocardiogra-
fía transesofágica (ETE), la tomografía computa rizada (TC) y la resonancia
La disección de una coronaria puede provocar un síndrome coronario magnética (RM) muestran exactitudes d iagnósticas prácticamente super-
agudo, y es fundamental el d iagnósti co diferencial pues deben evitar- ponibles y cercanas al 1OOo/o.
se el tratam iento fibrinolítico y el anticoagu lante en el síndrome aórtico La TC es la técn ica más utilizada por su elevada d isponibilidad y
agudo. rapidez. Entre sus desventajas constan la exigencia de traslado del
paciente, la necesidad de contraste nefrotóxico, la exposición a ra-
El síntoma más frecuente y precoz del síndrome aórtico agudo (superior diación y la menor capacidad de evaluación de la afectación valvular
al95o/o) es el dolor torácico lancinante, intenso y de inicio brusco (a dife- aórtica (Figura 18).
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

La evolución del hematoma intramural es variable. El pronóstico global es


mejor que el de la disección, pues redondeando, un tercio se reabsorbe
espontáneamente, un tercio evoluciona a disección clásica y otro tercio a
una rotura aórtica contenida por la adventicia. Por eso, la actuación reco-
mendable es similar a la de la disección clásica. Conviene destacar que, a
diferencia de la d isección, las complicac iones del hematoma intramural
se desarrollan característicamente en la fase subaguda, por lo que precisa
un seguimiento estrecho con técnicas de imagen.

La úlcera penetrante tiene un riesgo de rotura aórtica igua l o mayor que


las otras formas de síndrome aórtico agudo, con ocasional evolución ha-
cia aneurisma, por lo que también se recomienda una actuación similar
a la de la d isección.

Tratamiento
Figura 18. Imagen de TC con reconstrucción anatómica que
muestra una disección (las flechas indican la falsa luz parcielamente La loca lización de la d isección es cruc ial pa ra su clasificación puesto que
trombosada) implica diferencias en el tratamiento (Figura 19).

La ETE aporta valiosa información sobre la afectación de la vá lvu la


aórtica y localiza con más frecuencia la puerta de entrada en la aorta
Disección tipo A Arteria subclavia
torácica, pero no permite el estudio de la aorta abdominal (en el1 Oo/o (aorta asce nd ente) izquierda
de casos se localiza ah0 y es más limitada en el estudio de la afecta-
ción de troncos arteriales y el sangrado periaórtico.
La RM tiene la lim itación de precisar del traslado del paciente y su
duración mayor y el aislam iento parcial durante su rea lización, por lo Desga rro
de la íntima
que se suele reservar para pacientes estables con dudas d iagnósti-
cas en las otras técnicas.

Por todo ello, en la actualidad se recomienda realizar una TC combinada


con una ecocard iografía transtorácica, y en caso de inestabilidad hemo- Luz ve rdade ra - - -- -
dinámica o afectación valvular aórtica, complementarse o sustituirse por
una ETE.

Falsa luz
El hematoma intramura l puede no ser visible en la primera exploración,
Disección tipo B
por lo que conviene repetirla en 24-48 horas. La TC no precisa contraste (n o afecta a la aorta
para su diagnóstico. ascend e nte)

La úlcera penetrante se visualiza mejor mediante técnicas con contraste


(aortografía o TC), pero las de localización aórtica pueden clasificarse co-
rrectamente (como placa ateromatosa complicada limitada a la íntima, o
verdadera úlcera que penetra hasta la media o la adventicia) med iante ETE.

Pronóstico

El pronóstico del síndrome aórtico agudo es ma lo, con una mortalidad


superior aiSOo/o en la primera semana. La disección de la aorta ascenden- Figura 19. Clasificación de la disección de aorta
te (tipo A) no sólo es la más frecuente, sino también la de peor pronóstico,
considerándose que la mortalidad es del 1o/o por hora en las primeras 24- El tratam iento médico debe ir dirigido a la dism inución de la contractili-
48 horas. De ahí la importancia de obtener un diagnóstico ráp ido, ya que dad del miocardio y de la presión arterial para reducir la tensión sobre la
el tratamiento precoz mejora la supervivencia, si bien la morta lidad sigue pared de la aorta, con la finalidad de intentar interrumpir o evitar el pro-
siendo superior al30o/o. Marcan peor pronóstico la edad avanzada, la insu- ceso de la d isección. Para ello se adm inistran P-bloqueantes intravenosos
ficiencia rena l, las complicac iones asociadas (taponam iento, insuficiencia (incluido labetalol) hasta consegu ir una frecuencia cardíaca en torno a 60
aórtica, obstrucción de troncos arteria les) y el hematoma periaórtico. lpm, siendo alternativas el verapam ilo o el d iltiazem intravenosos, aso-
ciando, en caso de persistencia de pres ió n sistólica mayor a 120 mmHg,
En las disecciones de tipo B (no afectan a la aorta ascendente) no com- vasodi latadores como un lECA intravenoso, nitroprusiato o reserpina
plicadas, la mortalidad se estima en un 1Oo/o en el primer mes, aunque la (para evitar taqu icard ia refleja que facilite la progresión es importante
presencia de insuficiencia renal, comprom iso hemodinámico, afectación administrar 13-bloqueantes antes de los vasodilatadores). Es capital la se-
de troncos arteriales o datos de rotura contenida la eleva por encima del dación y el alivio del dolor, empleándose opiáceos habitualmente. Están
30% y requieren intervención. contra indicados el diazóxido y la hidralacina, ya que por ser vasodi lata-

04 · Aneurismas y enfermedades de la aorta


Cirugía cardiovascular 1 04
dores di rectos pueden au m enta r el desgarro y propagar la d isección y,
sobre todo, no deben emplearse anticoagulantes.

El trata miento genera l del síndrome aórt ico agudo se expone en la


Figura 20.

Cabe decir que en la actua lidad la cirugía urgent e (mortalidad del


15-30%) está ind icada y es de elección en el sínd rome aórtico agudo
(disección, hemat oma intramura l o úlcera penetrante) de tipo A (afec-
tando a la aorta ascendente), sa lvo en presencia de cont raind icac iones
formales.

El tratamiento qu irúrg ico cons ist e en la reparac ión y reconstrucción de la


aorta distal j unto a la exclusión de la puerta de entrada de la disección,
con resección de t oda la extensión proximal de la disección y sustitución
de la aorta ascendente y el arco aórtico, si es preciso, por un injerto de
Dacron®. Si es posible, se debe respetar la válvula aórtica nativa del pa-
ciente mediante la téc nica de David, pero si las alteraciones va lvulares o Figura 21. Tratamiento quirúrgico de la disección tipo A
del anillo no perm iten su repa ración, se prefiere emplear un tubo va lvula-
do con reimplante de coronarias (técn ica de Bentall) Situaciones especiales

La persistencia de flujo en la fa lsa luz d ista l al tubo protésico con lleva Disección aórt ica. El pronóstico puede ser favorable en las disecciones de
un peor pronóstico, por lo que es m uy importante eli minar la puerta de tipo A retrógradas (el desgarro intima! no se loca liza en la aorta ascendente)
entrada y no sólo la reparac ió n de la aorta ascendente. Du rante la cirugía trombosadas, habiéndose propuesto un tratam iento conservador, sin ciru-
es fundamental la protección cereb ral co n diversas técn icas y med iante gía, de esos casos si existe edad avanzada y comorbilidad asociada impar-
hipoterm ia (Figura 21 ). tan te que incremente el riesgo quirú rgico. Por otro lado, la presencia de le-
siones viscerales graves irreversibles (especialmente cerebrales) contraindica
El t ratamiento médico exclu sivo inicial se reserva para el síndrome aór- la cirugía. Asimismo, en los escasos pacientes con disección no compl icada,
tico ag udo de t ipo B (sin afectació n de la aorta ascendente), proced iendo li m itada al cayado aórtico, puede ser razonable el tratamiento médico inten-
a la intervención en caso de inestabilidad hem od inám ica, crec im iento sivo dada la mayor dificu ltad técn ica de la reparación quirúrgica, así como en
rápido del diámetro aórti co o de hem atoma periaórtico, signos de rotura casos de disección aórtica crónica estable detectada de forma casual.
inminente o isq uem ia de ram as arte-
ria les (renales, ilíacas o mesenté ricas),
y dado el eleva do riesgo quirúrg ico Tratamiento del síndrome aórtico agudo
en estos casos (m ortalidad cerca na al
50% y riesgo de paraplejía del 30%) es
· Dolor y signos/slntomas ti picos en hiperte nso
de elecció n el trat amiento intravascu- · Ensanchamiento mediastlnico
la r, co n im plante d e una endoprót esis
percutánea para cerrar la puerta de
entrada y excluir del fluj o la fa lsa luz · Considerar angio-RM si estable
· Realizar m si insuficie ncia aórtica o si inestabilidad ara el traslado
(morta lidad del 1Oo/o y ri esgo de para-
plejía m enor al 3%). En alg unos casos
· Opiáceos. Evitar anticoagulación
co n afectación de una raíz arterial (por
- · 13-bloqueantes o calcioa ntagonistas: FC objetivo < 60 lpm
ejemplo, en presencia de isq uemia · Vasodilatadores: lECA o nit roprusiato (si PA sistólica > 120 mmHg)
mesentérica grave), en los q ue no sea
posible cerra r la puerta de entrada ni t t
colocar un stent en el ostium del vaso,
puede ser de utilidad realizar una fe- t t
nestración percut ánea, con ba lón, de Cirugía urgente Datos de alto riesgo:
la falsa luz a nivel infra rrena l pa ra des- · Inestabilidad hemodinámica
· Conside rarla tras estabilización · Crecimiento rápido
ca rgar la presión y evitar la progresión
(24-72 h) sólo si: · Hematoma periaórtico
de la disecció n. - Disecció n ret rógada trombosada estable · Isquemia en ramas arteriales
- He matoma intram ural estab le con aorta
< 50 mm y hematoma < 1O mm
El tratamiento a largo plazo co nsis-
te en el cont rol de la presión arteria l, · Contraindicada si daño cere bral irreversible
siendo necesario el seguimiento con
·Con side rar manejo méd ico si: t t
técnicas de im agen ca da 6 a 12 meses - Disecció n crónica Conslderar.engoprót~s
para va lora r la aparición de redisec- - Limitada estab le e n cayado
*Fenestración e n algú n caso
ciones o aneurismas localizados que
puedan requerir otra operación. Figura 20. Procedimiento de actuación ante el síndrome aórtico agudo
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. a edición

El síndrome de Marfan hace recomendable la intervención. Hematoma intramural. Los de t ipo A con datos de pronóstico favorable
(si n afectación hemodinám ica, con diámetro aórtico inferior a 50 mm,
grosor del hematoma menor de 10 mm y sin disección localizada) pue-
den estabilizarse médicamente y proceder a cirugía no urgente en las
Varón de 60-70 años, hipertenso, con dolor desga-
mejores cond iciones clínicas posibles. Los hematomas intramura les tipo
rrador torácico irradiado al área interescapular, que
presenta un ensancham iento mediastínico en la ra- B con datos de alto riesgo (dilatación aórtica superior a 60 mm, signos
diografía de tóra x: sospechar síndrome aórti co agudo de rotura aórti ca inminente o mala evolución clínica o hemod inámica,
hematoma periaórtico o derrame pleu ral) son cand idatos a cirug ía.

" La operación de Bentall se emplea en los aneurismas de aorta


Ideas clave J!!!5 ascendente con insuficiencia aórtica asociada y consiste en im-
plantar una prótesis aórtica valvulada con re implantación de las
" El aneurisma arterial más frecuente es el de aorta abdominal in- arterias coronarias.
frarrenal. Es más frecuente en varones, su etiología es la ateros-
clerosis y con frecuencia es un hallazgo casual. Los principales " El tratamiento antihipertens ivo de elección en pacientes con
factores de riesgo para su rotura son la diámetro del mismo, la Marfan son los b-bloqueantes.
hipertensión arterial, el tabaquismo activo, el sexo femenino y la
presencia de síntomas (aneurisma en expansión) . " El aneurisma periférico más frecuente es el poplíteo. Suele ser
bilateral y, si se trombosa, existe riesgo importante de pérdida
" El diagnóstico de los aneurismas de aorta abdominal se realiza de la extrem idad afectada, por lo que el tratamiento es quirúr-
habitualmente mediante una ecografía abdominal. No obstante, gico, con exclusión del aneurisma e implantación de un bypass
en caso de sospecha de aneurisma complicado o con vistas a la femoropoplíteo.
intervención quirúrgica, son técnicas más útiles la angioTC o la
angiorresonancia magnética con contraste. " La rotura traumática de la aorta suele ocurrir en accidentes au-
tomovilísticos o precipitados y se localiza justo distal a la arteria
" La aortografía con contraste radioopaco puede infraestimar el subclavia izquierda.
diámetro del aneurisma en caso de presencia de trombo mural,
pero es excelente de cara a evaluar los troncos arteriales adya- " EL síndrome aórtico agudo comprende tres entidades: la disec-
centes. Actualmente gracias la angioTC y la angioRM no suele ser ción clásica de aorta, el hematoma intramural aórtico y la úlcera
necesaria con vistas a la intervención. aórtica penetrante. Los aspectos clínicos y terapéuticos de los
tres cuadros son prácticamente superponibles.
" En la evaluación de estos pacientes es fundamental el estudio
de la cardiopatía coronaria asociada, que en muchas ocasiones " El principal factor etiológico predisponente en la disección aór-
marca el pronóstico y el riesgo quirúrgico del paciente. tica es la hipertensión arterial, y la localización del flap intima!
más frecuente es la aorta torácica ascendente en sus 2-3 prime-
" Las indicaciones de cirugía son la presencia de síntomas, la velo- ros centímetros.
cidad de crecimiento mayor a 0,5 cm al año o la presencia de un
diámetro aórtico superior a 5,5 cm (S cm en pacientes de bajo " La clínica de la disección aórtica suele consistir en un dolor toráci-
riesgo quirúrgico). co brusco, intenso, transfi xiante, de características migratorias. Se-
gún la extensión de la disección, la afectación de troncos arteriales
" La cirugía de elección es la aneurismectomía y colocación de puede producir síntomas de isquemia del territorio afectado.
prótesis sintética tubular con extensión a las ilíacas si están afec-
tadas. En pacientes de alto riesgo quirúrgico una alternativa en " Un hallazgo físico típico de la disección aórtica es la reducción
casos con anatomía favorable es la implantación de una ende- asimétrica de los pulsos en extremidades superiores y el soplo
prótesis por vía percutánea. de insuficiencia valvular aórtica.

" El aneurisma del cayado aórtico o de aorta descendente toráci- " La clasificación de Stanford divide el síndrome aórtico agudo (y
ca suele ser de etiología aterosclerótica. El de aorta ascenden- la disección aórtica) en tipo A o proximales: si afectan a la aorta
te puede aparecer por necrosis quística de la media (típica del ascendente (son las más frecuentes, de peor pronóstico y de tra-
síndrome de Marfan, Ehler-Danlos o asociado a válvula aórtica tamiento quirúrgico); y tipo B o distales: si no afectan a la aorta
bicúspide) o sífilis terciaria. ascendente (menos frecuentes, mejor pronóstico y tratamiento
en principio médico y, si aparecen complicaciones, de elección
" El diámetro a partir del cual los aneurismas de aorta ascendente es el implante de una endoprótesis).
tienen indicación de cirugía es de 5,5 cm, así como la presencia
de síntomas o una velocidad de progresión superior a 0,5 cm al " El diagnóstico del síndrome aórtico ag udo sólo puede confi r-
año. En caso de asociarse a válvula aórtica bicúspide, coartación marse con técnicas de imagen, y las realizadas habitualmente
aórtica o a síndrome de Marfan la indicación se establece con son una angioTC torácica y una ecocardiografía transtorácica
diámetros menores (4-5 cm) según la presencia de otros factores para evaluar la válvula aórtica.
de riesgo de rotura asociados.
" En todos los pacientes con síndrome aórtico agudo se debe con-
" En pacientes que se someten a cirugía valvular aórtica que trolar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, habitualmente
coexiste con dilatación de aorta ascendente también se reco- con nitroprusiato y (3-bloqueantes intravenosos o bien con la-
mienda la intervención sobre la aorta con diámetros menores betalol. Si la disección es de tipo A, requerirá también abordaje
(4,5-5 cm). quirúrgico urgente. La anticoagulación está formalmente con-
traindicada.

04 · Aneurismas y enfermedades de la aorta


Cirugía cardiovascular 1 04
Un paciente de SO años, fumador e hipertenso, acude a un servi-
Casos clínicos . cio de Urgencias por haberle aparecido, dos horas antes, estando
en reposo, un dolor retroesternal intenso, irradiado al cuello. En
Un paciente varón, de 80 años, refiere tener dolor lumbar muy la exploración, el paciente está sudoroso, mal perfundido, con
intenso, de instauración brusca, en reposo y sin modificación con una TA de 120/80 y una frecuencia cardíaca de 120 lpm. El resto
Jos movimientos ni la palpación lumbar. En la exploración física de la exploración no ofrece hallazgos relevantes. El ECG muestra
destaca hipotensión arterial y la existencia de una masa abdomi- un ritmo sinusal, sin alteraciones en la repolarización. La deter-
nal pulsátil. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones son ciertas en minación de CPK es de 400 mU!ml (normal hasta 160), con una
relación con el diagnóstico y tratamiento del paciente? fracción MB de 3% (normal: inferior a 3,7%). En la primera hora de
evolución, el paciente desarrolla un cuadro de afasia y hemipare-
1) El cuadro clínico sugiere disección aórtica, y debe hacerse de in- sia derecha. ¿Cuál sería su planteamiento inicial?
mediato una aortografía.
2) La masa abdominal sugiere un aneurisma aórtico abdominal, 1) Intentaría el traslado inmediato a una Unidad Corona ria, con vis-
pero no explica el dolor lumbar del paciente. tas a tratamiento fibrinolítico o revascularización precoz.
3) Se debe realizar tratamiento analgésico y diferir el estudio de la 2) Solicitaría una TC craneal para valorar la indicación de anticoa-
masa abdominal para hacerlo de forma reglada ambulatoria en gulación.
días posteriores. 3) Solicitaría una TC craneal urgente para un eventual drenaje de
4) Se debe realizar estudio inmediato con TC abdominal por pro- hematoma.
bable existencia de aneurisma aórtico abdominal complicado y 4) Solicitaría una TC torácica o una ecocardiografía transesofágica
valoración quirúrgica urgente. urgente para descartar patología aórtica.

RC: 4 RC: 4

Hombre de SS años con hipertensión arterial severa mal contro- Varón de 70 años, con enfermedad pulmonar obstructiva crónica
lada. Acude por dolor interescapular intenso con tensión arterial con restricción moderada, insuficiencia renal crónica, con creati-
200/110 mmHg. Se realiza TC torácica en el que se aprecia disec- nina sé rica de 3 mg/dl, infarto de miocardio antiguo y aneurisma
ción aórtica aislada a nivel de aorta torácica descendente desde de aorta abdominal de 7 cm de diámetro, asintomático. ¿Cuál es
la arteria subclavia. Se confirma mediante ecocardiografía tran- la actitud correcta?
sesofágica un desgarro intima! de 2 cm, distal a la subclavia, con
imagen de disección aórtica desde el desgarro hasta unos S cm 1) Resección quirúrgica del aneurisma e interposición de injerto
por debajo. ¿Cuál es la actitud terapéutica más adecuada? aórtico.
2) Medicación antiagregante plaquetaria por alto riesgo quirúr-
1) Control estricto de la tensión arterial con labetalol endovenoso. gico.
2) Intervención quirúrgica emergente de sustitución de aorta des- 3) Anticoagulación con dicumarínicos y controles con resonancia
cendente. magnética.
3) Control estricto de la tensión arterial, con hidralacina endove- 4) Cirugía extraanatómica (bypass axilobifemoral) por menor
nosa. riesgo.
4) Intervención quirúrgica programada en breve plazo de repara-
ción mediante parche de la zona de desgarro. RC: 1

RC: 1

1) Computerized tomography.
Case Study 2) Transesophageal echocardiography.
3) Magnetic resonance imaging.
You are faced with a SO-year-old patient with clinical suspicion 4) Aortography.
of acute aortic dissection type A (Stanford classification) in an
unstable situation (acute precordial pain, slight hypotension and Correct answer: 1
intense anxiety). Jndicate the pertinent diagnostic test to confirm
the diagnosis and identify the anatomic details prior to surgery:
• Cirugía cardiovascular

Enfermed ades arteriale s

ORIENTACIÓN Es muy importante estudiar el manejo de la enfermedad arterial periférica y las diferencias entre

ENARM oclusión aguda trombótica y embólica, así como sus peculiaridades en el tratamiento. Se debe
conocer muy bien la tromboangeítis obliterante o enfermedad de Buerger.

5.1. Enfermedad arterial periférica mitente, que se define como la aparición de dolor, ca lambre o entumeci-
miento en los músculos, que se presentan con el ejercicio y desaparecen
rápidamente con el reposo. A igualdad de pendiente, la distancia a la que
El síndrome de isquemia crónica (conocido también como enfermedad aparece el dolor tiene una reproducibi lidad casi exacta.
arterial periférica: EAP) es el conjunto de síntomas y signos producidos
por una inadecuada irrigac ión arterial que, de fo rma prog resiva, se ha es- El d iagnóstico diferencia l se debe establecer con causas de dolor muscu-
tablecido en las extremidades. Afecta casi al 20% de individuos mayores lar, articular o neurológ ico (como la llamada "pseudoclaudicación" debida
de 70 años, y además multiplica por cinco el riesgo de mortalidad cardio- a estenosis del canal vertebral lumbar), diferenciándose en que los dolo-
vascular. res musculares suelen ser m(gratorios en su localización y afectar a gru-
pos no implicados en la marcha; los articulares suelen reproducirse con
Etiología la movilización pasiva de la extremidad y los neurológ icos no se alivian al
detenerse y requieren sentarse o tumbarse para mitigar los síntomas, que
La causa habitual de enfermedad arterial periférica es la aterosclerosis. además desaparecen de forma más lenta y progresiva.
Afecta más frecuentemente a varones, aunque en edades muy avanza-
das tiende a iguala rse en ambos sexos. La prevalencia aumenta de forma La claud icación es distal a la localización de la lesión obstructiva (Figura 22).
marcada con la edad, siendo superior al 50% en mayores de 70 años. El
tabaquismo mu ltiplica por 16 el riesgo de enfermedad arterial periférica, Lo más frecuente es el dolor en la pantorril la, pues la obstrucción más ha-
y el abandono del hábito asocia una d isminución del riesgo pero nunca bitua l es femoral o femoropop lítea (generalmente en el canal de Hunter).
lo iguala al de los no fumadores. La diabetes es muy importante en la EAP En ese caso el pulso femora l es normal, pero no se palpan los pulsos o
pues aparte de incrementar su preva lencia, la enfermedad en las perso- están d ism inu idos en la arteria poplítea, tibia ! posterior y pedía.
nas diabéticas es más d ifusa y afecta a territorios d ista les, lo que con lleva
un mayor riesgo de amputación y, además, puede producir fa lsos nega- Si el dolor lo refiere en el muslo ind ica oclusión ilíaca, y si es más alto (en
tivos en las pruebas funcionales. La hipertensión arteria l mu ltiplica por ambos glúteos y acompañado de incapacidad para la erección estable)
dos el riesgo de EAP La d islipidem ia, hipercolesterolemia, hipertriglice- la oclusión es casi con seguridad ilíaca bilateral o aortoil íaca (síndrome de
ridem ia, aumento del colesterol LDL, descenso del HDL, aumento de li- Leriche), t ípica de pacientes jóvenes (35-55 años), en la que hay ausencia
poproteína (a) e hiperhomocisteinemia elevan el riesgo, y su tratam iento o dism inución de todos los pulsos.
frena la progresión de la enfermedad. La insuficiencia rena l también se
asocia con frecuencia a la EAP. La oclusión infrapoplítea produce claudicación en la planta del pie, es
más frecuente en ancianos, diabéticos y en la tromboangeítis obliterante.
Clínica Existe ausencia o d ism inución de pu lsos dista les a la arteria poplítea. El
pronóstico es peor, ya que hay menos posibilidades de establecer una
La isquemia puede estar ausente en estado de reposo y apa recer ún ica- buena circu lación colatera l y de solución qu irúrgica.
mente con el ejercicio ante el aumento de las demandas metabólicas del
múscu lo (como ocurre con la angina estable), denom inándose a esta si- La cicatrización de las heridas en estos pacientes es deficitaria, pues la
tuación isquem ia funcional, y que se man ifiesta con la claud icación ínter- reparac ión t isu lar requ iere un mayor aporte sangu íneo, especialmente en
Cirugía cardiovascular 1 05
diabéticos, lo que facilita los cuadros d e infección persistente o gra ve. La dedos y, en ocasiones maleola res, muy dolorosas (salvo en diabéticos) y
Figura 23 recoge los principales datos clínicos según la localización. expuestas a infección.

La evolución de la enfermedad puede describirse, según la clasificación


de Fontaine, en cuatro fases o estad ios (tablas 9 y 1O). La isquemia crí-
ti ca equi valdría a los grados 111 y IV. La toleranc ia clínica, al ser un proceso
lentamente progresivo con frecuente desarrollo de circulación colateral,
es mucho mejor que en la obstrucción arteria l aguda.
Subclavia (7%)

Fontaine Rutherford

Humeral (15%) Estado Clínica Grado Categoría Clínica

Asintomático o o As intomático

11 Claudicación Claudicación leve


Ilíaca (17%) leve

llb Claudicación Claudicación


2
moderada moderada
a grave
Claudicación
Poplítea (1O%) 3
grave

111 Dolor isquémico Dolor isquémico


4
de reposo de reposo

IV Úlcera Pérdida menor


11 1 S
o gangrena de tej idos

Gangrena IV 6 Úlcera o gangrena

Fuente: Dormandy RB, for t he TransAtlantic lnter-Society Consensus (TASC).


Figura 22. Loca li zación de la ateroscleros is Working group

Tabla 9. Clasificación de la enfermed ad arte rial periférica: estad ios


de Fontaine y ca teg oría de Ruth erford
Localización Sintomatología

Oclusión aórtica

Oclusión ilíaca

Estenosis ilíaca
Claudicación lumbar
de muslo y cadera

Claudicación glútea
de muslo y cadera

Frémito y soplo femoral


Disminución de los pulsos
Con diagnóstico
previo de EAP
Sin diagnóstico
previo de EAP
Asintomáticos

26%

48%
- 62%

46%
. Claudicación

13%

6%

Oclusión hipogástrica Impotencia sexual Tabla 1O. Porce ntaje de los pacientes co n enferm ed ad arterial
bilateral periférica que presentan claud icac ión interm itente

Oclusión Claudicación y atrofia


de las femorales de los músculos del muslo Exploración física
común y profunda

Oclusión de la femoral Claudicación sural La anamnesis y la exploración física son de extrema importancia para es-
superficial y de la poplítea tablecer en gra n número de casos el d iagnóstico de isquemia de una
extremidad y para valorar su gravedad y topografía .
Oclusión tibia/ Claudicación sural y pedia
y peroneal Dolor de reposo
Trastornos tóficos La maniobra más importante en la exploración fís ica es la palpación de
los pul sos arteriales (Tabla 11 ).
Figura 23. Clínica de la ocl usión art eria l crón ica según la loca lización
de la lesión La ausencia o disminución de amplitud de alguno de estos pul sos hará
pensa r en una afección arterial. Siempre hay que proceder a la au scul-
En casos avanzados existe isquemia incluso en reposo, denominándose ta ción de los vasos, ya que una lesión estenótica puede ser cau sa de un
isquemia crítica. Puede aparecer dolor en reposo, de predominio noc- soplo sistólico. Debe aplicarse el estetoscopio con delicadeza, pue s una
turno, que se ali via colocando la extrem idad en declive al aumentar la excesiva presión puede compr imir la arteria y provocar turbulencias au-
perfusión, por lo que a veces los pacientes duermen sentados o con las dibles como soplo, en ausencia de estenosis.
piernas colgando. Son t ambién ca racterísticas de este estadio las pareste-
sias en el antepié y los dedos y, en algunos casos, aparece rubeosis cutá- La integridad de la circulación de los arcos palmares de la mano se explora
nea extrema con el declive por vasod ilatación cutánea ("pie de langosta"). con la maniobra de Allen modificada: se compri men simultáneamente la
En fases fina les aparecen lesiones trófica s cutáneas, generalmente en los arteria radia l y la cubital m ientras que el paciente abre y cierra la mano rítm i-
Manual CTO de Medicina y Ciru gía, 2.a edición

ca mente. Se produce una palidez de toda la palma de la mano. La liberación que sea la obstru cc ión cró nica la que progrese gradualmente hasta una
alternativa de una de las dos arterias permite visual izar un enrojecimiento isquemia irreversible desarrolla "gangrena seca".
progresivo de toda la palma en menos de 1O segundos. Si tarda más de 15
segundos, hay que sospechar que el arco palmar no es permeable. Exploraciones complementarias

Aunque el diagnóstico de la enfermedad oclusiva arteria l casi siempre se


Localización Arteria hace mediante la historia clín ica y la exploración física, se comp lementa
Bajo el ligamento inguinal Femoral con técnicas func ionales no invasivas para la va loración obj etiva de la
Hueco poplíteo Poplítea gravedad de la enferm edad.

Retromaleolar interno Tibial posterior


La más importante es el índice tobillo/braquial o tobillo/brazo (ITB), que
Dorso del pie Pedia
se determina mediante la medida de la presión sistólica en la arteria hu-
Supraclavicular o retroclavicular Subclavia meral (habitualmente mediante auscultación tras inflar el manguito del
Axila Axi lar esfigmomanómetro por encima de la presión sistólica, y durante el desin-
Sobre el pliegue humeral med ial Humeral flado, al aparecer el primer ruido de Korotkoff) y en la arteria tibial poste-
rior o pedia (tras infla r el manguito en el tobillo al aparecer el flujo arterial
Borde radial de muñeca (volar) Radial
detectado mediante una sonda Doppler). Se considera un valor normal
Borde cubital de muñeca (volar) Cubital
por encima de 0,9. Un ITB inferior a 0,9 es diagnóstico de enfermedad
Tabla 11. Loca lización de los principales pulsos arteriales arteria l periférica. En presencia de claudicación, la presión arterial de la
pierna disminuye y d icho coc iente suele situarse entre 0,9 y 0,4. Una rela-
Son importantes también los cambios de co loración cutánea y la determi- ción inferior a 0,4 correspon de a una isquem ia grave con dolor de reposo
nación del t iempo de llenado venoso. Dichos cambios se pueden apreciar y pérdida de tejido. En personas diabéticas, o en insuficiencia renal con
espontáneamente o provocar elevando la extremidad a explora r, apare- ca lcificació n arterial que hace el vaso no compresible, puede dar lugar a
ciendo palidez cadavéri ca en la superficie plantar del pie afecto elevado, y va lores fal samente normales.
en posición de decl ive un rubor secundario a la hiperemia reactiva.
La claud icometría (en una cinta ergométrica sin fin, siendo normal la ele-
En presencia de una isquem ia crónica, la extrem idad afectada puede apa- vación de la pre sión en el tobillo tras el ejercicio) puede mostrar el des-
recer fría y pálida en comparac ión con la contra latera l, y en etapas avan- censo en el ITB tras el ejercicio en caso de lesión obstructiva no evidente
zadas puede observarse atrofia de la piel, caída del vello, engrosam iento en reposo, siendo la caída de la presión y el tiempo de recuperación pro-
y fragilidad de las uñas de los pies. Las caracte rísticas de las úlceras son porcionales al grado de enfermedad. Una disminución de 15% del ITB
una buena clave para el diagnóstico diferencial con las úlceras por estasis después del ejercicio es d iagnóstica de enfermedad arteria l periférica.
venosa (Tabla 12). Las producidas por arteriosclerosis son muy dolorosas
(salvo diabetes) y aparecen en las partes dista les de los dedos, alrededor Las medidas de las ondas de volumen del pulso a lo largo de la extremi-
del lecho ungueal, o sobre prominencias óseas como las cabezas de los dad con pletismografía (especialmente útil en calcificaciones arteriales y
metatarsianos, el talón o los maléolos. para el territorio distal del pie) y el registro de la forma de onda velocimé-
trica medida con Doppler tamb ién aportan va liosa información.
Por el contrari o, casi nunca hay una ulceración por insuficiencia venosa
debajo del nivel del maléolo y, aunque a veces son dolorosas, nunca lo Las técnicas de imagen se indican cuando se cons idera la reparación
son tanto como las arteriales. quirúrg ica.
La ecografía Doppler permite la visua lizació n del trayecto de los
Cuando una oclu sión arterial aguda progresa hast a la gangrena, est a vasos med iante ecog rafía en modo bidimensiona l y el aná lisis de
suele ser "húmeda': con edema, bullas y co loración violácea. En caso de las velocidades de flujo por la onda obtenida mediante la técnica

Características Úlcera en insuficiencia arterial Úlcera en insuficiencia venosa Úlcera neurotrófica (diabetes mellitus)

Localización Dedos de los pies, maléolos externos; Distal mente en pierna, por encima Sobre los puntos de presión; áreas
puntos de presión del meléolo interno de sensibilidad disminuida por neuropatía
periférica
Piel circundante Piel atrófica y brillante Pigmentadas, a veces fibrótica Con hiperqueratosis y alteraciones
en la sensibi lidad
Presencia de dolor Intenso, al iviado en posición decl ive No intenso o sin dolor, alivia No dolor, es asintomático
con la elevación de extrem idad

Presencia de isquemia Puede presentarse Ausente Ausente


Evidencia de hemorragia Poca o ninguna Puede sangrar fácil mente No y frecuente infección
Morfología Pulsos disminuidos, palidez Edema, pigmentación ocre, Disminución de la sensibilidad y reflejos
en la elevación, rubor en posición exudativa Deformidad del pie
de pie, excavada

Tabla 12. Diagnóstico diferencial de la úlcera isquém ica

05 · Enfermedades arteriales
Cirugía cardiovascular 1 05
Doppler. En presencia de una estenosis, la ve locidad aumenta de Pronóstico
forma proporcional al grado de obstrucción. Es muy útil en arterias
grandes, pero es li m itada en territorio infrapoplíteo. Los pacientes con claudicac ión interm itente pueden perm anecer esta·
La arteriografía cons iste en el reg istro de la imagen radiológica de las bies durante la rgos periodos de tiempo. Su supervivencia est á limitada (a
arterias t ras la administración de un contraste. Por ser una exploración los 5 años es del 70%) por la presencia de enfermedad aterosclerótica a
invasiva con ciertos riesgos no debe emplearse como pru eba de rutina, otros nive les: al menos el 50% ti ene enfermedad en las coro narias y hasta
pero es un método diag nóstico muy va lioso para que el cirujano plani- un 20-30% padece aterosclerosis ca rotíd ea o ce rebral. Por este motivo,
fique la estrategia quirúrg ica, por lo que se suele lleva r a cabo antes de parte esencial del tra tamiento de la EAP es la disminución del riesgo car-
una posible intervención de revascularización (Figura 24). diovascular total, independ ientemente de la actuación sobre la propia
isquemia de miembros inferiores.

Claudicación intermitente

Pronóstico Mortalidad aprox.


extremidades afectadas 20-30% en S años

t
Claudicación Necesidad
!
Estables Amputación Enf. coronaria
avanzada cirugra
75% 5% Enf. cardlovascular
15%aprox. 10%aprox.

Figura 26. Pronóstico a 5 año s en la claudicac ión intermitente

En el 1Oo/o de los pacientes se req uiere una intervención de revascula ri-


zación y el So/o sufre fin almente una amputación (Figura 26). Estas cifras
son mucho más elevadas en los pacientes que continúan fumando y en
los diabéticos (en los que se puede llega r a una tasa de amputación de
Figura 24. Arteriog rafía mostrando una obstrucció n completa
de la arteri a ilíaca co mún derech a. Apréciese la abundante circulación hasta un 20%).
colateral existente
Educación para la salud
La angiografía obtenida por angioTC de alta reso lució n o median-
te angiorresonancia magnética t iene una gran ca lidad, y su sensibili- A todos los pacientes con hábito tabáqu ico se les deberá insistir de forma
dad y especificidad son muy parecidas a la de la ang iog rafía co nven- repetitiva en la convenienc ia de suspender el consumo de t abaco. Todos
ciona l, y aportan información adicional sobre las ca racterísticas de la aq uéllos que fuman deberán recibir sustitutos de nicotina y/o un progra-
pared arteria l, por lo q ue co n frecue ncia creciente son técn icas muy ma de apoyo para suspender el hábito.
empleadas para el diagnóstico y pl anteamien to qu irú rg ico. La calci-
ficación o la presencia de stent metálicos dificu ltan la interpretación, Todos los pacientes con hipertensión deberán tener un control de su pre-
especialmente de la angioTC (Figura 25). sión arterial entre 140/90 mmHg o 130/80 mmHg.

Aque llos individuos dia béticos con enfermedad vascu lar periférica debe-
rán tener un co ntro l estricto de sus nive les de g lucosa, con una hemog-
lobina g lucosila da menor de 7%, o 6% si es posible.

Los pacientes co n hiperlipidem ia deberá n mantener sus niveles de coles-


terol LDL en niveles inferiores a 100 mg/dl.

La modificación de la dieta deberá ser la intervención inicia l para el con-


t ro l de los lípidos.

Tratamiento

Tratamiento no farmacológico

Entre las medidas de higiene arterial se encuentran las sigu ientes:


No utiliza r ropa ajustada.
Figura 25. 1magen arteriográfica mostrando una oclusión compl eta Mantener las extremidades proteg idas del frío (no aplicar ca lor local
de la ilíaca izquierda y un bypass extraanatómico femorofem oral cruzado ni bolsas de agua ca liente).
Manu al CTO de Medicin a y Cirugía , 2. 8 edició n

No elevar las extremidades. Etiología


El ejercicio supervisado debe estar d isponible como parte del trata-
miento inicial de todos los pacientes con enfermedad arterial peri- Existen dos mecan ismos principales de obstrucción arterial de miembros
férica. inferiores: la embolia (más frecuente) y trombosis in situ (véase Tabla 14
Esta indicado realizar las sesio nes de ejercicios 3 veces por semana más ade lante). Casi el 90% de las embolias en las extrem idades inferiores
durante 3 meses y efectuar eva lu ación médica al térm ino de los 3 se originan en el corazón por diversas causas: fibrilación auricular (la más
meses. frecuente), estenosis m itra!, infarto miocárdico, etc. Menos comú n es la
Uso de ca lzado especial. embolia paradójica, en la que trombos venosos profundos embolizan a
Suspensión del hábito tabáqu ico. la circu lació n arterial a través de una conexión venoa rterial (que suele ser
un foramen ova l persistente, o bien ca rdi opatía s congén itas con corto-
Tratamiento farmacológico circuito).

El tratamiento fa rmacológico está dirigido específicamente a mejorar los Los émbolos suelen localiza rse en la bifurcación de arterias principales
síntomas de claudicación intermitente y al control de la comorbilidad por la disminución del calibre arterial en esos puntos, principalmente
asociada (véase Tabla 13, más adelante). El medicamento de primer línea en la arteria femora l (la más frecuente), seg uida de la il íaca, aorta, arteria
pa ra la claud icación intermitente es el cilostazol, a una dosis de 100 mg poplítea o tibioperonea. La trombosis suele aco ntecer en pacientes con
cada 12 horas, durante un periodo de 3 a 6 meses. isq uemia arterial cró nica, en po rtad ores de injertos o prótesis endovas-
culares o como resultado de manipulación intravascular (iatrógena). En
Como segunda línea de tratamiento está la pentoxifilina, en dosis de 400 ausencia de estos antecedentes es poco frecuente, aunque puede apare-
mg cada 12 horas, durante 3 a 6 meses. El ácido acetilsa licílico en dosis de cer en situa ciones de hipercoagu labilidad, como el déficit de proteína C
80-150 mg al día y el clopidogrel, en dosis de 75 mg al día, son antiagre- o S, el síndrome antifosfolípido o la trombopenia inducida por heparina.
gantes plaquetarios indicados en el manejo y contro l de enfermedades La tro mbosis iatrógena se ha vuelto un problema habitual, como conse-
ca rdiovascu lares asociadas. La pravastina es adecuada para el control de cuencia de la introducció n percutánea de catéteres para la utilización de
la hiperli pidem ia como factor de riesgo de la EAP. diversas técnicas.

Tratamiento quirúrgico Clínica

El tratamie nto de revascularización quirúrg ica con injertos auto lógos El cuad ro clín ico de la oclusión arteri al aguda se sintetiza en la regla mne-
o sintéticos está indicado en aqu ellos pacientes cuyas lesiones arte- motécnica de las cinco "p": pain, paresthesias, paliar, pu/selessness, paralysis
riales estenóticas u obliterantes sean ca ndidatas a este manejo, como (dolor, parestesias, palidez, ausencia de pu lso y parálisis). El dolor es muy
lo son la enfermedad aortoilíaca, femoropoplítea y de vasos dista les, agudo y est á presente en la mayoría de los pacientes.
siempre y cuando los lechos de sa lid a sea n los adecuados. El trata-
m iento de revascularización endovascular está indicado en aquellos La pa rálisis y las parestesias son los signos más importantes para evaluar
pacientes cuyas lesiones estenóticas u o bliterantes pre senten las ca- la gravedad de una isquemia. La relevancia de estos signos se debe a
racterísticas adecuadas para este tipo de procedim iento, es decir, le- que las term inaciones nerviosas periféricas son los tej idos más sensibles
siones cortas no calcificadas y que cuenten con adecuados vasos de a la anoxia. La última de las "p" en apa recer es la parál isis, debido a que
salida. La simpatectomía lumbar es un tratamiento qui rúrgico paliati- las fibras motoras son más resistentes a los efectos de la isquemia que
vo indicado en isquem ias críticas como una alternativa al manejo de las sensitivas. Por tanto, una extremidad con parálisis y parestesias casi
úlceras isquémicas. siempre desarrolla gang rena, mientras que si las funciones motora y sen-
sitiva están intactas aunque haya signos de isquemia, es improbable que
Las Figuras 27,28 y 29 y la Tabla 13 recogen, a modo de recapitulación, ocurra. La palidez es otro signo importante, ya que indica disminución
el diagnóstico y el tratamiento de la enferm edad arterial periférica. de la circulación. Junto con ésta, también se produce sensación de frío
en la extremidad. Cua ndo la isquem ia se prolonga, la pa lidez progresa
hasta origina r una coloració n cianótica y jaspeada de la extrem idad que
5.2. Oclusión arterial aguda va seg uida de hinchazón y decoloración.

Entre los signos que se pueden encontrar, el más importante se detecta


La oclusión arterial aguda es el síndrome resultante de la interru pción al realizar la pa lpación de los pulsos, ya que la ausencia de los mismos
más o menos brusca del flujo arterial en un territorio, ya sea por una em- confirma el diagnóstico y permite loca lizar el punto de oclusión arterial.
bol ia, una trombosis u otra causa. La instauración aguda produce una La clínica puede ser mucho menos aparente en los pacientes con isque-
isquemia grave de los tejidos situados distal mente a la obstrucción, por lo m ia arterial crónica, en los que la circulación colateral mitiga los daños de
que constituye una emergencia médica de primer orden (es la urgencia la isquem ia ag uda. En ellos, la trombosis aguda puede cursar como una
vascu lar más frecuente). disminución brusca de la d istancia de claudicación o un aumento del
dolor o de la palidez.
La gravedad vendrá dada por la velocidad de instauració n, la riqueza
de circu lac ión colateral, la localización y la prog resión del trombo en el Diagnóstico
árbol arteria l. No se incluyen aquí las obstrucciones arteria les ag udas
de la s coronar ias (q ue producen el síndrome coronario ag udo) ni las El cuadro clínico es tan sugestivo que el diagnóstico se realiza fácil-
vasculares cerebra les (expuestas en la Sección de Neurología y neuro- mente. La distinción entre embol ia y trombosis podrá ser determi-
cirugía). nada por la existencia o no de un foco embolígeno, la instauración

05 · Enfermedades arteria les


Cirugía cardiovascular 1 05

Paciente acude Factores de riesgo:


a atención inicial 1. Tabaquismo
Refiere a
2. Dislipidemia interconsulta
3. Diabetes mellitus a segundo nivel

11 4.HTA cirugía general


y/o angiologfa
• Positivo
• Oclusión venosa grave
• Slndrome compartimenta! crónico
Identificación • Enfermedades lumbares
de factores de riesgo y estenosis espinal
con la historia clínica • Osteoartritis
• Enfermedades inflamatorias
de los músculos
· Ciática
Indicaciones sobre
f:::\ Realizar detección
¿nene factores
de riesgo?
._V_.. oportuna
en 1 año • lndice tobillo-brazo (ITB)
• Sensibilidad 95%
• Especificidad > 97%
• Limites deiiTB: arteriopatla
- Grave < 0,49
- Moderada 0,5 a 0,69
- leve 0,7 a 0,9

Buscar slntomas de:


• Claudicación intermitente
Anamnesis • Fatiga o dolor en músculos
del padecimiento de las extremidades inferiores
(pantorrilla, muslos o glúteos)
inducido por ejercicio
y que cede con reposo
Refiere
a angiologla
y cirugla vascular

Pasa a algoritmo
de manejo
(Figura28)

Medicina familiar Buscar:


·Ausencia de vello
Realiza examen • Piel delgada y brillante
físico vascular • Uñas engrosadas
• Dedos "en garra" Contrarrefiere a
• Atrofia muscular
en los distintos compartimentos
• Palidez al elevar la pierna
• Hiperemia al dejarla en declive
medicina familiar
y valoración
en6meses
0
• Gangrena seca o húmeda
• Úlceras "en sacabocado"
dolorosas y secas
• Disminución
de la temperatura
• Retardo en el llenado capilar
• Pulsos periféricos
sobre trayecto de la arteria

Figura 27. Diagnóstico inicial de la enfermedad arterial periférica


Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2 .a edición

Medidas preventivas:
• Suspender tabaquismo
• Dieta para mantener colesterol
ylfpidos
Valoración angiologfa
• Ejercico supervisado
tercer nivel
• Caminata de 30 a 60 min
• Antiagregantes plaquetarios
(AAS 80-160 mg/dfa)

Manejo en caso de ser


revascularizable:
Médico de familia • Revascularización
prescribe indicaciones quirúrgica o endovascular
para modificar
factores de riesgo Tratamiento quirúrgico
para revascularización
J • Simpatectomfa lumbar

No revascuiarizable:
amputación
Indicaciones sobre
Continúa bajo
¿Existe vigilancia Algoritmo
mejoría? del médico de familia de tratamiento
quirúrgico (Figura 29)
Revascularización

Solicitar
exámenes de QS
con colesterol,
triglicéridos y BH

Envio a valoración
a drugla general
y/o anglologla
en segundo nivel

Continúa bajo
vigilancia
del médico de familia

Figura 28. Manejo médico de la enfermedad arteria l periférica

05 · Enfermedades arteriales
Cirugía cardiovascular 1 05
1

Paciente a angiología
para determinar
extención
y tipo de lesión

Env1o urgente
al ang1ólogo y cirujano vascular

Valorac1ón
del riesgo anestésico
y quirúrg1co

C1rug1a de de11vac1ón
(Bypass)
TASC C PREFERENCIA
TASC D ELECTIVA

Figura 29. Manejo medicoquirúrgico de la enfermedad arterial periférica

de la clínica, la localización de la isquemia y el estado de los pulsos están conservados en la contralatera l sugiere etiología embólica, mientras
arteriale s. que la ausencia de pulsos en ambas sugiere un fenómeno trombótico.

Se sospecha embolia arterial cuando existe una fuente cardíaca potencial, La loca lización de la obstrucción es indispensable para establecer el tra-
por lo que es práctica habitual la realización de un ECG en todos los pacien- tamiento. Este diagnóstico topográfico se realiza mediante la localización
tes con oclusión arterial aguda. La isquemia de inicio agudo y brusco tam- del dolor y la presencia o ausencia de pulsos (falta rán por debajo de la
bién sugiere un origen embólico. El antecedente de claudicación sugiere un lesión). El Doppler suele ba sta r para facilitar un diagnóstico del nivel de
origen trombótico. La ausencia de pulsos en una extremidad mientras que la lesión, pero hay ocasiones en las que se debe recurrir a la arteriografía.
Cl
tn

Principio activo Dosis recomendada Presentación Efectos adversos Interacciones Contraindicaciones


m

-
::::1

< tl

3 Cilostazol 100 mg/12 h Tabletas 100 mg De 3 a 6 Cefalea, palpitaciones, náuseas, diarrea El cilostazol es metabolizado Hipersensibilidad conocida
<tl
0.. meses extensamente por las enzimas sospechada al fármaco o a cualquiera
Q)
0.. del citocromo P-450, por lo que se de los componentes de su formulación.
<tl
en debe tomar precauciones cuando Insuficiencia cardíaca.
Q) se administra con fármacos que son No utilizar durante el embarazo
.....
~

<tl inhibidores de estas enzimas, tales


Q)
como la eritromicina o el ketoconazol
<tl
en
Pentoxifil ina 4117 400 mg/12 h Tabletas 400 mg De 3 a 6 Cefalea, mareos, náuseas, vómitos y dolor Aumenta el efecto Hipersensibilidad a cafeína, teofilina
meses gastrointestinal de los antihipertensivos, y teobromina. Pacientes ...,
e
de los anticoagulantes con hemorragia. Lactancia (Q

y de la insulina i:ii'
!"
Blufomedil 300 mg/1 2-24 h Tabletas 150 y De 3 a 6 Vértigo, mareo y tinnitus No se ha descrito incompatibilidades Insuficiencia renal, embarazo Ql

CD
300mg meses ni interacciones con otros y lactancia: hemorragias graves a..
medicamentos (cerebral, periférica); niños menores (')

de 18 años; hipersensibilidad al fármaco o-


:J

Ácido 103 80 -1 50 mg /24 h Tabletas Indefinido Prolongación del tiempo de protrombina, La eliminación del ácido Úlcera péptica o gastritis activas
acetilsalicílico efervescentes tinnitus, pérdida de la audición, náuseas, acetilsalicílico aumenta Hipersensibilidad al fármaco
300 mg vómitos, hemorragia gastrointestinal oculta, con corticoides y disminuye Hipoprotrombinemia
hepatitis tóxica, equimosis, exantema, asma su efecto con antiácidos. Incrementa
bronquial el efecto
de hipoglucemiantes orales
y de anticoagulantes orales
o heparina

Clopidogrel 4246 75 mg/24 h Tabletas 75 mg Indefinido Neutropenia, trombocitopenia, dolor Aumentan sus efectos adversos Hipersensibi lidad al clopidogrel
abdominal, diarrea, dispepsia con anticoagulantes orales, heparinas o a cua lquiera de los componentes
y ácido acetilsalicíl ico. lncrementa de la fórmu la. Sangrado activo
los efectos adversos de analgésicos
no esteroideos

Prosta ciclin a 0,5 a 2,0 mg de Solución para De 2 a4 Rubefacción facial y cefalea. Durante la infusión Inhibe la función plaquetaria, Embarazo, lactancia, hipersensibilidad
iloprost/kg peso infusión semanas prolongada puede aparecer malestar general, su uso con heparina o anticoagulantes a los componentes del preparado.
corporal/m in 0,067 mg 2000 náuseas, vómitos, dolores espasmódicos cumarínicos, que afectan a otros Enfermedades en las que los efectos
abdominales, diarrea, sudoración, sensación mecanismos hemostáticos en teoría, de iloprost sobre las plaquetas puedan
de calor y debilidad. Se ha observado dolor puede aumentar el riesgo aumentar el riesgo de hemorragia
en la extremidad afectada, parestesia, de hemorragia, efecto adictivo sobre (p. ej., úlceras pépticas activas,
cansancio, hipertermia, fiebre, escalofríos, la actividad antihipertensiva traumatismos, hemorragia intracraneal).
estados de confusión, apatía, sedación, de los ~-b l oqueantes, los antagonistas Cardiopatía coronaria grave o angina
agitación, descenso o elevación de la presión del calcio y los vasodilatadores, así inestable, infarto de miocardio en los
arterial, taquicardia, arritmia, extrasístoles como un efecto potenciador últimos 6 meses, insuficiencia cardíaca
e inquietud. Por lo general, todos los efectos de la actividad antihipertensiva congestiva aguda o crónica (clases II-IV
secundarios desaparecen con rapidez tras de los inhibidores de la ECA de la NYHA), arritmias de significación
la disminución de la dosis. Pueden aparecer pronóstica, sospecha de congestión
artralgias y reacciones alérgicas pulmonar

Tabla 13. Fármacos indicados en el tratami ento de la enferm edad arterial periféri ca
1

Principio activo Dosis recomendada Presentación Efectos adversos Interacciones Contraindicaciones


1

Estreptoquinasa 173S Intravenosa. Adultos: Solución inyectable. De48a Hemorrag ia, arritmias por reperfusión, Los antiinflamatorios Hipersensibilidad a estreptoquinasa
inicial 2SO.OOO Ul, Cada frasco ámpula 72 h hipotensión arterial, reacciones no esteroideos pueden aumenta r Hemorragia interna. Cirugía
seg uido de una con liofilizado anati lácticas el efecto antiplaquetario o neoplasia intracraneana
infusión de 100.000 contiene: de la estreptoq uinasa
Ul/h, durante 24 -72 h. estreptoquinasa
Niños: inicial1.000 a natural
S.OOO Ul/kg de peso o estreptoq uinasa
corporal, seguido recombinante
de una infusión de 400 7SO.OOO Ul Envase
a 1.200 Ul/kg de peso con un frasco ámpula
corporal!h

Uroquinasa Adu ltos, niños y Frasco ámpu la durante 12 Hemorragias, equ imosis, púrpura Antiagregantes plaq uetarios, Fibrilación auricular, flutter, estenosis
neo natos: 100.000 Ul y 2SO.OOO a72h anticoagulantes, AINE, mitra! o cualquier otra enfermedad
4.400 IU/kg, Ul sulfinpirazona card íaca que aumente la posibi lidad
administrados de una embolia pulmonar.
en 10 min, seguido Hipertensión arterial grave
de una infusión
intravenosa continua
de 4.400 IU/kg/h

Alteplasa (factor S107 Intravenosa (bolo Solución Inyectable. 30min Hemorragias, arritmias, náuseas, vómitos, La administración previa Antecedentes de diátesis hemorrágica.
activador del seguido de infusión). Cada frasco ámpula máximo hipotensión arterial o simultánea de anticoagulantes Tratamiento con anticoagulantes
plasminógeno) Adu ltos: 1S mg con liofilizado 2h e inhibidores de la agregación orales. Antecedentes de enfermedad
en bolo y luego contiene: alteplasa plaquetaria aumentan el riesgo vascular cerebral. Retinopatía diabética
SO mg en infusión (activador de hemorragia hemorrágica. Hipertensión arterial
durante 30 min, del plasminógeno grave, no controlada. Insuficiencia
seguido de 3S mg tisular humano) SO hepática
en infusión durante mg. Envase CJ

60 min (máximo 100 con 2 frascos ámpula


....
e::
mg). En pacientes con liofilizado, c.c
con peso corporal 2 frascos ámpula Q)

menor de 6S kg, con disolvente n


Q)
administrar 1,S mg/kg y equipo esterilizado
de peso corporal para su reconstitución c..
o
<
Q)

Acenocumarina 624 Oral. Adultos: inicial Tableta. Cada De 3 a 6 Aumento de transaminasas sé ricas, Barbitúricos, carbamazepina, Hipersensibi lidad al fármaco, lactancia, en
n
12 mg, 2° día 8 tableta contiene: meses hemorragia colestiramina, anticonceptivos tuberculosis e::
mg, 3.er día 4 mg; acenocumarol 4 mg. hormonales, glutetimida
subsecuentes 2-8 Envase con 20 o 30 y rifampicina disminuyen el efecto
....
Q)

mg/día, según el tabletas anticoagu lante

=
resu ltado del tiempo
de protrombina

Tabla 13. Fármacos indicados en el tratami ento de la enfermedad arteri al periférica (continuación) Cll
o 1

CJ1

Principio activo Dosis recomendada Presentación Efectos adversos Interacciones Contraindicaciones

(")
3
ro
c..
Warfa rina 623 Oral. Adultos
y niños mayores
Tableta. Cada tableta
contiene: warfa ri na
De 3 a 6
meses
Hemorragia, náuseas, vómitos, diarrea,
alopecia, dermatitis
La mayoría de los medicamentos
aumentan o disminuyen el efecto
Embarazo. Hemorragia activa.
Intervenciones quirúrg icas
d
Q) Cl..
c. de 12 años: sódica S mg Envase anticoagulante de la warfarina, o tra umatismos recientes. Úlcera CD
ro
1Oa 1S mg/día, durante con 2S tabletas por lo que es necesario reajustar péptica activa. Amenaza de aborto. $
Q) CD
~ 2-S días; después la dosis de ésta, con base Discrasias sanguíneas. Tendencia Cl..
.......
ro 2-1 Omg/día, en el tiempo de protrombina, cada hemorrágica. Hipertensión arterial (")

de acuerdo al tiempo vez que se adicione o se suspenda grave ::l


"'ro de protrombina la toma de un medicamento
tl.l
-<
en
(")
...,
Enoxaparina 4224 Subcutánea profunda. Solución S días Hemorragia por trombocitopenia, Los antiinfiamatorios Endocard itis bacteriana aguda. e
ce
lntravascu lar (línea inyectable. Cada equ imosis en el lugar de la inyección no esteroideos y los dextranos Enfermedades de coagulación ili'
arterial del circuito). jeringa contiene: aumentan el efeáo anticoagulante, sanguínea graves. Úlcera
Adultos: 1,S mg/kg enoxaparina 60 mg mientras la protamina gastroduodenal activa. Enfermedad !"
de peso corporal, Envase con 2 jeringas lo antagoniza cerebrovascu lar. Trombocitopenia CD
Cl..
en una sola aplicación, de0,6 mi con agregación plaquetaria positiva (")
o 1 mg/kg de peso in vitro. Hipersensibilidad al fármaco o-
::J
corporal, en 2
aplicaciones diarias

Nadropa rina 21SS Subcutánea. Adulto: Solución S días Fiebre, reacciones anafilácticas, Los antiinfiamatorios no esteroideos Endocarditis bacteriana aguda.
2.8SO Ul AXa/día, 2 inyectable. Cada trombocitopenia, dermatitis, diarrea, y los dextranos aumentan Enfermedades de coagulación
h antes de la cirugía; jeringa contiene: hipoprotrombinemia el efecto anticoagulante, mientras sanguínea graves. Úlcera
después, cada 24 h nadroparina cálcica la protamina no antagoniza gastroduodenal activa. Enfermedad
durante 7 días 2.8SO Ul AXa. Envase cerebrovascular. Trombocitopenia
Cirugía ortopédica: con 2 jeringas con agregación plaquetaria positiva in
100 a 1SO Ul AXa/kg con 0,3 mi vitro. Hipersensibilidad al fármaco
de peso corporal/día,
10 días

Hepari na no 622 lnravenosa. Adultos: Solución inyectable. S días Fiebre, reacciones anafilácticas, alopecia, Los anticoagulantes orales Hemorragia. Úlcera péptica activa.
fraccionada inicial S.OOO Ul; Cada frasco ámpula osteoporosis, trombocitopenia, dermatitis, producen acción sinérgica. Insuficiencia hepática: hipertensión
subsecuente S.OOO contiene: heparina diarrea, hipoprotrombinemia Con salicilatos aumenta el efecto arterial grave
a 10.000 Ul/6 h, hasta sódica equivalente anticoagulante, no usarlos
un total de 20.000 Ul a 2S.OOO Ul asociados
diariamente de heparina. Envase
y de acuerdo con SO frascos
a la respuesta clínica ámpula con S mi
(S.OOO Ul/ml)

Pravastatina 6S7 Oral. Adultos: iniciar Tableta. Cada De6 Molestias gastrointestinales, erupción Colestiramina, colestipol, Hipersensibilidad al fármaco.
con 10-40 mg 1 vez tableta contiene: meses a 1 cutánea, miopatía, estreñimiento, ciclosporina, warfarina Disfunción hepática. Embarazo.
al día, administrada pravastatina sódica año alteración de pruebas de función hepática Lactancia
por la noche 10mg
Envase con 30
tabletas

Tabla 13. Fármacos indicados en el tratamiento de la enfermedad arterial periférica (continuación)


Cirugía cardiovascular 1 05
Embolia Arterial Trombosis Arterial Aguda
Anamnesis Cardiopatía embolígena (FA) Historia de isquemia crónica de MMII (antecedente de claudicación
intermitente)
Factores de riesgo arteriosclerosis obliterante Raros Frecuentes
Instauración del cuadro Bru sco/agudo Brusco/progresivo (ag udo/subag udo)
Síntoma predominante Dolor Dolor/parestesias(+++)
Hallazgos de isquemia crónica de MMII Ra ros Frecuentes (disminución o ausencia de pulsos arteriales
en extremidad contra lateral)
Hallazgos arteriográficos Imagen "STOP" (cúpula) Imagen "STOP" irregu lar
Mínima arteriosclerosis Lesiones arteriales arterioscleróticas seg mentarías
Escasa ci rcu lación colateral Abundante circulación colateral
Tabla 14. Diagnóstico diferencial entre embolia y trombosis

Tratamiento Vena cava

En esta urgencia médica es fundamental anticoag ular al paciente con


heparina intravenosa para prevenir la propagación loca l del t rombo y evi-
ta r embolias de repetición, además de co loca r la extremidad afectada en
reposo y en una posición levement e decli ve. Deben ad ministrarse anal-
gésicos para el dolor.

En caso de isquemia grave con riesgo pa ra mantener la viabilidad del


miembro, el único tratamiento eficaz pa ra evitar la progresión hacia la
gangrena es la cirugía, y el tipo de intervención depe nde de la etiología
de la obstru cció n. Se practicará embolecto mía arterial con sonda de Fo-
garty en los casos de embolia (Figura 30), o tromboendarterectomía en
Arteria ilíaca externa
caso de trombosis.

El tratamiento fibrino lítico intraarteria l pod rá estar indicado en oclu siones Figura 30. Tromboembolectomía con sonda de Fogarty
trombóticas de vasos ateroscleróticos o en un bypass si el estado genera l
del paciente contrai ndica la cirugía, o bien si la oclusión afecta a vasos
muy dista les que, por su pequeño ta maño, no son accesibles quirúrgica- Oclusión arterial periférica
mente. Se emplean la estreptoq uinasa, la uroq uinasa o los derivados del
activador t isular del p lasminóge no recom binante. Si se ha establecido la
gangrena del miembro, es necesaria la am putac ión.

La Figura 31 recoge el algoritmo de actuación.


Sospecha embolia Sospecha trombosis arterial aguda
No antecedentes vasculares Historia de claudicación
5.3. Ateroembolia Pulsos contra laterales conservados o enfermedad vascular

La ateroembol ia es un subtipo de oclusión arteria l periférica en la que


Cardiopatía No card iopatía
¡
numerosos microémbo los de co lesterol y materi al trombótico surgen de embolígena embolígena - ..___A_rt_e_ri_
og; .r_af_la_ __.
placas ateroscleróticas de la aorta o arterias principa les im pactando en
arterias de pequeño ca libre. Ocu rre en pacientes con una aorta ateroscle-
rótica o con aneu ri sma abdom inal tras procedim ientos intervencionistas
co n catéter, tras la resección de aneurismas o fibrinólisis.
Isquemia mal tolerada Isquemia bien tolerada
(alteración sensitiva (sin alteración sensitiva
Se man ifiesta co n dolor unilate ral o bilateral en las extremida des, de- y motora) o motora)
dos cianóticos en presencia de pu lso d istal pa lpable (síndrome del
"dedo azul")./ivedo reticularis o diversas lesiones p urpúricas y equ imó-
ticas.

No existe tratam iento específico dado la multipl icidad, compos ición y


F1brinólisis
localización dista l de los émbolos. En lo posible se procederá a la eli mi-
nación de la fuente de fragmentos de ate roma ju nto a la antiagregación Considerar
Si alto riesgo
para preven ir nuevos episodios. La anticoagulación o fib rin ó lisis pueden
precipitar la embolia, por lo que no están indicadas. Figura 31 . Protocolo de tratamiento de la oclusión arterial aguda
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2 .a edición

S.4. Arteritis de Takayasu Anatomía patológica

Las lesiones son segmentarias y comienzan habitualmente en las arterias


La arteritis de Takayasu, que se expone en la Sección de Reumatología, se de mediano y pequeño calibre de localización periférica. Afecta tanto a
caracteriza por la predi lección por el cayado aórtico y sus ramas. Por este las extrem idades superiores (por debajo de la arteria braqu ial en genera l)
motivo, se suele denominar síndrome del cayado aórtico o enfermedad como a las inferiores (por debaj o de la poplítea habitua lmente), a diferen-
sin pulsos (por la frecuente obstrucción de las arterias subclavias). Es muy cia de la aterosclerosis, que habitualmente respeta las superiores. La afec-
característica la ausencia de pulsos carotídeos y de extremidades supe- tación aguda se caracteriza por una infiltración de polimorfonucleares en
riores, con preservación de los de las extremidades inferiores ("coartación todas las capas de la pared vascular y trombosis mural u oclusiva de la
invertida" de la aorta). La angiografía muestra paredes vasculares irregu- luz. A medida que progresa la enfermedad, los neutrófi los son sustituidos
lares con áreas de estenosis, dilataciones postestenóticas, formac ión de por cé lulas mononucleares, fibroblastos y cé lulas gigantes. Como estadio
aneurismas, oclusiones y signos de circu lación co latera l. final se produce una fibros is que engloba arteria, vena y nervio.

La evolución es variable, desde la remisión espontánea hasta cuadros de Clínica


obstrucción arterial progresiva que se compensan con abundante circu la-
ción colateral. En fase aguda son útiles los corticoides y los inmunosupre- Suele debutar como claudicac ión intermitente progresiva de territorios
sores. La anticoagu lación puede prevenir la trombosis y oclusión completa d ista les (pantorril las y pies y/o antebrazos y manos) hasta hacerse de re-
de una arteria importante. También se han rea lizado con éxito endarterec- poso, y que evoluciona a la aparición de úlceras y gangrena de uno o más
tomías y derivaciones quirúrgicas de arterias con estrechamientos críticos. dedos y, finalmente, de todo el pie o la mano precisando amputación. La
gang rena, si aparece, es en partes acras por ser las arterias d igita les las
que sufren más a menudo el proceso, aunque puede observarse en la
S.S. Tromboangeítis obliterante rad ial o la cubital.

El dolor es muy intenso y d ificu lta el descanso nocturno, aliviándose al


La tromboa ngeít is obliterante (en fermedad de Buerger) es una enferme- situa r la extrem idad afectada en decl ive. Los pulsos braq uiales y poplí-
dad vascu lar inflamatoria oclusiva q ue afecta a las arteri as de pequeño y teos suelen esta r respetados y fa ltan o está n reducidos el rad ial, cubita l o
mediano tamaño y a las venas de las extrem idades inferiores y superiores, tibia l. Puede acompaña rse de signos de isquemia crónica, como pérd ida
y cuya patogen ia no se ha determinado, aunque pa rece estar un ida ínti- del vello de los dedos, atrofia de la piel, uñas frág iles y rubor al bajar la
mamente al tabaco. extrem idad. En ocasiones se acompaña del fenómeno de Raynaud y de
t rombofl ebitis migrat oria de las venas superficiales.
Las manifestaciones clínicas comprenden la tríada de claudicación de la
extremidad afectada, fenómeno de Raynaud (40% de los casos) y trom- Estas man ifestaciones clínicas son muy típicas de la enfermedad de Buer-
boflebitis migratoria de las venas superficia les. La Tabla 1 S recoge las ger, pero tamb ién pueden aparecer en enfermedades del tejido conjun-
principa les diferencias con la aterosclerosis obliterante. tivo como el síndrome CREST, el lupus sistémico, la artritis reumatoid e
asociada a vasculitis o la enfermedad mixta del tejido conjuntivo.
Etiología

La enfermedad de Buerger comienza antes de los 35-40 años de edad en


la mayoría de los pacientes, con un claro predominio en el sexo mascul ino. Fumador joven+ Raynaud +tromboflebitis migratoria+
+ claud icac ión = Enfermedad de Buerger.

El tabaquismo de 20 o más cigarri llos al día es la causa más frecuentemente


relacionada con la enfermedad, hasta el punto de que las remisiones y re-
caídas están relacionadas con la interrupción y reanudación del hábito de Diagnóstico
fumar. Se sugiere la existencia de una predisposición genética por la preva-
lencia elevada de los antígenos HLA BS y A9. Puede que algunos fenotipos El diagnóstico de la enfermedad suele ser clín ico, precisándose estudios
susceptibles sean hipersensibles a los productos del tabaco y que la hiper- angiográficos para eva lua r las posibilidades de una reconstrucción arte-
sensibilidad mediada por células inflamatorias contribuya a la lesión vascu lar. rial. Son ca racterísticas de la arteriografía las lesiones segmentarías con

Aterosclerosis Obliterante Tromboangeítis Obliterante

Edad En general mayores de 50 años Jóvenes menores de 45 años


Presión arterial Por lo general, hipertensión A menudo hipotensión
Síndrome de Raynaud y flebit is migratoria No Presentes con frecuencia
Colesterolemia Alta Normal o baja

VSG Normal Alta

Rayos X, arteriografía Arterias duras, ca lcificadas, deformadas, Arterias rectilíneas de ca libre fino y sin calcificaciones
sinuosas y ca libre irregular Aorta no esclerosa
Aorta ateromatosa

Tabla 1S. Diagnóstico diferencial entre aterosclerosis y tromboangeítis obliterante

05 · Enfermedades arteriales
Cirugía cardiovascular 1 05
afilamiento de vasos distales con contornos lisos (a diferencia de la ate- (síndrome costoclavicu lar) o la inserción anormal del músculo pectoral
rosclerosis que suelen ser irregu lares) y la presencia de colaterales en las menor pueden producir la compresión del paquete neurovascular.
áreas de oclusión vascular. El d iagnóstico definitivo a veces requiere una
biopsia para el examen de los vasos afectos. Clínica

Tratamiento En general, la compresión de una de estas estru cturas predomina en el


cuadro clínico. Los síntomas neurológicos se deben a la compresión del
El abandono del tabaco habitua lmente detiene la progresión de la enfer- plexo braq uial y suelen producir un cuadro sensitivo con dolor y pares-
medad, por lo que es la medida más importante. El desarrollo de nuevas tesias y sensación de adormecimiento (de predom inio cubita l), siendo
lesiones debe hacer sospechar que el paciente no ha conseg uido la des- poco habit uales la debil idad, la pará lisis muscular o la atrofia de los mús-
habituación. La administración de nicotina en ch icles o parches puede culos.
ser suficiente para mantener la enfermedad activa.
La compresión transitoria de la arteri a subclavia cau sa claud icación con
En casos seleccionados se pueden real iza r derivaciones de los vasos de el ejercicio, pa lidez, sensación de frío, adormecim iento o parestesias. En
mayor cal ibre, así como desbridamiento loca l en las heridas. El t ratamiento casos cró nicos se producen cambios ateromatosos en la arte ria que, a
anticoagu lante no ha tenido los beneficios esperados y el uso de esteroi- veces, causa n embo lias d ista les o aneurismas postestenóticos. Pueden
des ta mpoco ha resu ltado útil. En algunas ocasiones es necesaria la ampu- aparecer episod ios interm itentes de vasoconstri cción sim ilares a los que
tación, que suele ser más limitada que en la aterosclerosis obliterante. se observa n en la enfermedad de Raynaud.

La compresión interm itente de la vena subclavia puede causar signos de


5.6. Síndrome de compresión hipertensión ve nosa en la extremidad superior, con edema y aparición de
varicosidades. La llamada "trom bosis de esfuerzo" es una trombosis aguda
de la salida del tórax de la vena subclavia que puede produci rse en algunas ocasiones.

Se produce por la compresión del paquete neurovascular (plexo braquial, Diagnóstico


arteria y vena subclavias) a nivel del estrecho torácico superior, en la base
del cue llo. La exploración suele ser normal, siendo útiles maniobras de provoca -
ción para reproduc ir los sín tomas y sig nos (parest esias, dolor, desapa-
Etiología y anatomía regional rición del pulso dista l, etc) . La aparición de alterac ión neurovascu lar en
individuos sanos es frecuente en estas maniobras, por lo que son poco
La arteria subclavia sa le del tórax pasando sobre la primera costilla entre específicas.
el músculo escaleno anterior por delante, y el esca leno medio por detrás.
Luego pasa debajo de la clavícu la pa ra entrar en la axi la bajo el múscu lo La maniobra de Adson pa ra el sínd rome del esca leno anterio r consiste
pectoral menor. El trayecto del p lexo braq uial es casi para lelo al de la arte- en la rotación de la cabeza y ascensión del mentón hacia el lado de
ria subclavia. La vena subclavia se diferencia en que pasa por delante del la compresión, al tiempo que se in spira profundamente. El sínd rome
músculo esca leno anterior (Figura 32). costoclavicular se pone de manifiesto al desplazar los hombros hacia
atrás y abajo. La man iobra de hiperabd ucció n consiste en la abducción
comp leta del b razo por encima de la cabeza . Deben obtenerse placas
radiológicas para demostrar anoma lías óseas tales como costillas cervi-
ca les, costillas bífidas, fus ión de la primera y segu nda costil las o defor-
macio nes clavicu lares.

Tratamiento

La mayoría de los pacientes se tratan de forma conservadora . Si los sín-


tomas guardan relación con factores desencadenantes o posiciones du-
rante el sueño, deben el im inarse o cambia r ta les pautas. Pueden ser úti les
los ejercicios para fortalecer los músculos del cue llo o del cinturón es-
capular. Únicamente en casos poco habitua les, con molestias intensas y
persistentes, se indica cirugía mediante sección del tendón del escaleno
anterior, exéresis de la costilla cervical o de la primera costilla según sea
la etiología.

5.7. Síndrome del robo de la subclavia


Figura 32. Anatomía de la región de la sa lida del tórax del paquete
vasculonervioso del miembro superior
Consiste en la oclusión de l tronco de la subclavia antes del origen de la
Las anoma lías de inse rción del músc ulo esca leno anterior, la presencia arteria vertebra l y, como consecuencia, disminución del pulso del lado
de costillas cervicales, la proxim idad de la clavícula a la primera costilla correspond iente e in suficiencia vertebrobasi lar (Figura 33).
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.8 edición

frecuentes, como consecuencia de un traumatismo penetrante, iatro-


Arteria basilar
geni a, tumores, de la enfermedad de Rendu -Osler o incluso creadas
Arteria carótida
con finalidad terapéutica, como para proporcionar un acceso a la he-
interna
modiálisis.

Clínica

Las man ifestac iones dependen de la localización y el tamaño de la fís-


tula . En las de alto débito y larga evolu ción, el aumento de la presión
venosa puede orig inar edema periférico, insuficiencia venosa crónica
con dil atación, alargam iento y pérdida de las vá lvu las venosas (aspecto
varicoso).

En la porción distal de la extremidad pueden producirse manifestaciones


de isquemia. Si la fístula se ha establecido ant es de la pubertad puede
cond ucir a hipertrofia de la extrem idad afecta. En caso de grandes fís-
tu las puede aparecer insuficiencia ca rdíaca con gasto ca rdíaco elevado.
Las fístulas arteriovenosas complicadas pueden producir sa ngrado con
consecuencias graves en loca lización visceral (pu lmonar, sistema nervio-
so central, etcétera).

Figura 33 . Síndrome del robo de la subclavia Diagnóstico

La circulación colateral (arterias intercosta les, tronco t irobraq uiocefálico, Las malformaciones vasculares cutáneas suscitarán la sospecha de la exis-
etc.) estabiliza en reposo el fluj o de la extremidad superior, pero al hacer tencia de fístulas arteriovenosas subyacentes, al igual que la asimetría de
esfuerzos con el brazo se produce flujo retrógrado desde la art eria ver- las extremidades, especia lm ente en caso de fístu las congénitas, o la loca-
tebral hacia la subclavia, dism inuyendo el flujo cerebra l y ca usa ndo un lización atípica d e dilataciones va ricosas.
síndrome de insuficiencia vertebrobasilar transitoria (con vértigo, ataxia,
ca íd as, defecto de visión, etc). Son infrecuentes la apa rición de acciden- Es típica la existencia de una masa pulsáti l y palpable, con frémito y soplo
tes cerebrovasculares agudos, sa lvo en presencia de enfermedad arteri al cont inuos. La compresión de la arteria proximal a la fístula hace desa-
oclusiva asociada significativa. El diagnóstico se rea liza med iante arterio- parecer el soplo y el frémito, y en alg unos casos produce una disminu-
grafía. El tratamiento consiste en restablecer las cond iciones hemod iná- ción refleja de la frecuencia ca rdíaca. Se puede demostrar su presencia
micas norma les mediante endarterectom ía o derivación qu irúrgica. med iante ecog rafía Doppler, que permite estimar el débito de la fístula,
y la arteriografía confirma el diagnóstico, demostrando la presencia de
arterias y venas dilatadas y permit iendo estimar el t amaño de la fístula.
5.8. Síndrome de atrapamiento
Tratamiento
de la arteria poplítea
En pacientes sintomáticos, el tratamiento consiste en la obliteración qui-
Aparece claudicación interm itente de pantorrill as, causada por una re- rú rgica de la comun icación entre la arteria y la vena, ligando el conducto
lación anormal de la arteria poplítea con el músculo gemelo interno comunicante sin interceptar la circulación troncular de la arteria y la vena.
que provoca isquem ia de la pierna; el traumatismo repetido de la arteri a En caso de fístulas congénitas con comunicaciones múltiples y extensas
causa cambios ateroscleróticos con estenosis y trombosis. Aparece n dis- puede realizarse la embolización con agentes hemostáticos por catete-
minuidos o ausentes los pulsos poplíteo, tibia! posterior y pedio, espe- ri smo selectivo.
cia lmente durante la flexión dorsal del pie. El diagnóstico precoz es muy
importante pues la corrección de esta malformación (mediante diversos
tipos de miotomía del gemelo) permite prevenir ca mbios irreversibles en 5.1 O. Fenómeno de Raynaud
la arteria que precisen una reconstrucción más complicada. Con cierta
frecuencia es bilateral.
Consiste en episodios recurrentes de vasoconstricción en los dedos (por
lo general, de las manos) producidos por exposición al frío o emociones
5.9. Fístula arteriovenosa intensas.

Etiología y clasificación
Etiología
Es importante distinguir la enfermedad de Raynaud del fenómen o de
La s fístula s arter iovenosas (conexión arteriove nosa sin pasar por el Raynaud. Se habla de enfermedad de Raynaud cuando el fenómeno
lecho capilar) pueden apa rece r en cua lquier lug ar del organ ismo, apa rece sin asociarse con ninguna enferm edad de ba se (idiopático), su-
bien de forma co ngénita (poco habitual, por pers istenc ia de vasos poniendo más de la mitad de los casos, con predilección por mujeres
embriona rios no dife renciados en arteria s y venas) o adqu irida, más jóvenes y habitua lmente con formas leves del fenómeno. Por el contrario,

05 · Enfermedades arteriales
Ci rugía cardiovascular 1 05
el fenómeno de Raynaud puede ser secunda rio a algún trastorno sub- dolor. Suele tener una evolución ben igna, pero en casos crónicos de larga
yacente (Tabla 16), a menudo algún proceso que causa lesiones orgá- evolución pueden aparecer alteraciones tróficas (esclerodacti/ia).
nicas en la pared arterial, como la enfermedad de Buerger. el síndrome
del túnel del carpo, el sínd rome de compresión de la salida del tórax o la Diagnóstico
aterosclerosis. También puede ser consecuencia de traumatismo menor
recurrente, como en pianistas, mecanógrafos y personas q ue trabajan La producción de la secuencia característica de pa lidez, cianosis y rubor
con instrumentos vibrantes, como motosierras o martillos neumáticos. en ambas manos, después de introducirlas en un recipiente con agua
Acompaña a algunas enfermedades del tejido conjunti vo, como el lupus helada, establece el diagnóstico. Una vez confirmada la presencia del fe-
eritematoso sistémico, la dermatomiositis, la esclerodermia o artritis reu- nómeno de Raynaud es necesario descartar la existencia de los trastornos
matoide, o a ciertas discrasias sanguíneas como la macroglobulinemia asociados, recomendándose, en caso negativo, el seguimiento del pa-
de Wa/denstróm, trastornos mieloproliferativos, criog/obulinemia y otros. ciente a Jo largo de varios años por la posibilidad de desarrollo posterior
Asimismo están implicados varios fármacos, como Jos ergotamínicos, la de la enfermedad subyacente.
metisergida, los 13-bloqueantes. la bleomicina, la vinblastina y el cisplati-
no. En ocasiones se asocia a m igraña y angina de Pri nzmetal, lo que su- Tratamiento
giere una causa común que predispone al vasospasmo.
La mayoría de Jos pacientes con episodios leves y poco frecuentes no
Es conveniente recalcar la relac ión del fenómeno de Raynaud con la es- necesitan tratamiento específico. Se les debe instruir para evitar el frío
clerodermia, pues aparece casi en el 90% de los pacientes y puede prece- ambiental mediante el uso de guantes y calcetines gruesos, y evitar los
der meses o años la aparición de las alteraciones cutáneas. microtraumatismos mecánicos. El tabaco está contra indicado por su
eventual acción vasoconstrictora. En casos graves puede administrarse
tratamiento vasodilatador con fármacos, recomendándose los antago-
Enfermedad ldiopatía nistas del calcio, y si no responden puede planearse la simpatectomía
de Raynaud quirúrgica, aunque el beneficio suele ser transitorio.
Esclerodermia
Lupus eritematoso sistémico
Art ri tis reumatoide 5.11. Acrocianosis
Diabetes mellitus
Dermatomiositis
Crioglobulinemia, macrog lobulinemia de La acrocianosis es un fenómeno arterioespástico de causa desconocida,
Discrasias sanguíneas li mitado genera lmente a la piel, con el resultado de frialdad y cianosis per-
Waldenstróm, trastornos mieloproliferativos
Síndrome de la mano del ma rtillo sistente y simétrica de las manos y, menos frecuentemente, de los pies.
1

Traumatismos Lesiones por vibración El trastorno suele observa rse en mujeres jóvenes que sufren de continuo
Descarga eléctrica una sensación de frío en los dedos y en las manos, junto con una colora-
ción violácea de las extrem idades durante muchos años, a menudo con
Ergotamínicos
síntomas menos graves en los dedos de los pies. En ambientes cálidos,
Fármacos 13-bl oq ueantes
la cianosis suele ser menos evidente, pero no desaparece por comple-
Bleomicina, vincristina, cisplatino
to. La exploración muestra pu lsos periféricos normales, humedad de las
Siringomielia pa lmas de las manos y no se observan cambios tráficos q ue indiquen
Alteraciones
Síndrome del tunel del carpo una isquemia tisu lar crónica. El d iag nóstico d iferencial principal es con la
neurológicas
Poliomielitis enfermedad de Raynaud, de la que se diferencia por ser los cambios de
Tabla 16. Enfermedades en las que aparece fen óm eno de Raynaud color de la piel persistentes y no episód icos, por la ausencia de palidez y
de signos de isquem ia.
Clínica
El único tratamiento consiste explicar la benignidad del trastorno y en
Las pacientes suelen ser mujeres jóvenes que ha n experimentado e piso- evita r, en lo posible, la exposición al frío.
dios de vasoconstricción secundarios a la exposición al frío o a una ten-
sión emociona l, con una secuencia característica que consiste en:
Pa lidez, secundaria al intenso vasospasmo de las arterias dig ita les. Al 5.12. LivedO f€tÍCU/QfÍS
principio de la enfermedad se observa ún icamente en las fa langes
distales y posteriormente en todo el dedo.
Cianosis tras varios m inutos, consecuencia de la presencia de sangre Se caracteriza por un color rojo o azulado, moteado o reticulado, y persis-
desoxigenada en cap ilares y vénulas. tente de la piel de las ext remidades, no solo manos y pies sino también
Rubor, por una fase de hiperemia reactiva tras la resolución del va- brazos y piernas. El aspecto moteado se magnifica con la exposición al
sospasmo, en que aumenta el flujo en las arteriolas y cap ilares. frío. La livedo primaria o idiopática (la más frecuen te) raramente se acom-
paña de comp licaciones, de modo que sólo constituye un problema
Estos cambios en la colo ración persisten durante unos minutos y suelen estético, pero la livedo secundaria o sintomática (como la consecutiva
afectar a uno o varios dedos a la vez, pero raramente a toda la mano o a ateroembolia) se acompaña, a veces, de ulceración isquémica en las
el pie. Aunque la respuesta trifásica es típica, algunos pacientes sólo de- yemas de Jos dedos. No suele precisar tratamiento más allá de evitar la
sarrollan pa lidez y cianosis; otros ún icamente presentan cianosis. Aparte exposición al frío, pudiendo ser útil/a simpatectomía en casos poco habi-
de los cambios de color de la piel, puede acompañarse de parestesias y tuales, con síntomas graves y úlceras locales.
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. 8 edición

5.13. Pernio (sabañones) El trastorno es ben igno, y evitar el ca lor es la med ida terapéutica más
conveniente. En las formas secundarias a trastornos mieloproliferativos
(policitemia vera, trombocitosis... ) puede ser útil el ácido acetilsa licíl ico.
El pern io es un trastorno vascula r asociado a la exposición al frío, que
apa rece en pacientes con una se nsi bilidad especial a él. Las lesiones con-
sisten en una necrosis de la piel, prod uci da por una combinación de es- 5.1 S. Congelación
pas mo y de prolife ración endotelial de las arteri olas y peq ueñas arteri as.

Se ca rac teriza por la aparición de lesiones elevadas eritematosas en el La exposición a t emperaturas cercanas al punto de congelación durante
tercio inferior de las piernas, t obillos, pies y en los dedos. Ta mbién pue- varias horas, en un ambiente vent ilado y húmedo, con ca lzado moj ado
den presentarse en otras zonas acras como en manos, nariz y orejas. Estas especialmente asociado a inmovilización, produce lesión ti su lar tanto por
lesiones cursan con prurito, sensación de quemazón y pueden adq uirir la congelación como por vasoconstricción. Inicialmente ocasiona moles-
forma de vesícula y ulcera rse. Las úlceras suelen cicatrizar espontánea- tias leves, pero si se mantiene, la extremidad se vuelve insensible y dura,
mente, dejando cicatrices pigment adas y a menudo deprimidas. Las le- sin mucho dolor. Cuando se recalienta n los tej idos adquieren un color
siones apa recen tras la exposición al frío, si bien la temperatura no t iene rojo, edema y formación de habones y vesícu las por vasodi latación y au-
que ser extremadamente baja ni la exposición prolongada. mento de permeabilidad capila r.

El tratamiento se basa principa lmente en la protección contra el frío. Las El edema alcanza su máximo a las 48 horas y tiende a desapa recer en
úlceras se deben mantener limpias y protegidas. En algunos pacientes varios días. La sensación persistente de frío y adormecimiento en una
pueden ser efi caces los fármacos simpaticolít icos. zona, mientras q ue los tej idos vecinos se vuelven edematosos, calien-
tes y dolorosos sug iere ga ngrena. La extens ión de la mis ma puede ser
menor de lo inicialmente esperado po r afect ar un área cutánea más
5.14. Eritromelalgia ext ensa que la subc utánea, por lo q ue la amputac ió n debe pos po nerse
hast a que la gang rena se haya defini do por completo (a veces va ri as
se manas).
Es una enferm edad poco habitual, caract eriza da por la presencia de ex-
trem idades de color rojo, ca lientes y dolorosas. La erit romelalgia puede El trat amiento inicial es el reca lentam iento con co mpresas o ag ua
ocurrir a cualqu ier edad, pero es más frecuente en las edades med ias. ca liente entre 40 y 44 ae, colocando la ext re mida d lesio nada en una
Es completamente opuesta a la enfe rmedad de Raynaud, pues cursa en posición elevada para evitar el edema. De manera sistemática se ad-
crisis de hiperemia desencadenadas por el ca lor, con enroj ecimiento, do- m inistra t ratamiento antibiótico junto con suero ant itetánico. Tras la
lor, hormigueo, ca lor local e hiperhidrosis. El paciente suele aprender a recupe ración, la extrem idad afectada puede mostrar una mayor sen-
yugular los ataques exponiendo las extrem idades al frío. sibilidad al frío.

mejoran la claudicación disminuyen el riesgo de episodios car-


Ideas clave ~ d iovascu lares), y en ocasiones fármacos que mej oran la distancia
recorrida hasta la claudicación, especialmente cilostazol (o de
" La isquem ia arterial crónica de extremidades, tambi én conocido froma menos contrastada pentoxifi li na) .
como enfermedad arterial periférica, se debe a la at eroscl erosis
y afecta de forma predominante a miembros inferiores en per- " La revascularización arterial se indica ante la presencia de sínto-
sonas de edad avanzada, produciendo clínica de claudicación mas de claudicaci ón inval idantes para la vida ordinaria del pa-
intermitente. La presencia de isquemia crónica en miembros ciente, dolor de reposo o alteraciones tróficas (estadios llb, 111 y IV
inferiores se detecta por la presencia de un índice tobillo/ brazo respectivamente de la clasificación de Fontaine).
inferior a 0,9.
" En el sector aortoilíaco el trat amiento qui rúrgico de elección
" Según la localización de la obstrucción arterial se distinguen tres consiste en la realización de un bypass arterial anatóm ico
formas clínicas: el síndrome de Leriche u obliteración aortoilíaca aortoilíaco o aortofemoral unilateral o bilateral. En casos con
(claudica toda la pierna, glúteos y, si se trata de un varón, suele riesgo quirúrgico muy elevado como alternativa se emplean
tener disfunción eréctil), la afectación femoropoplítea (la fo rma bypass extraanatómi cos como el axilofemoral o femorofemoral
clínica más frecuente, con claudicación de la pantorrilla) y la cruzado.
afectación del territ orio tibioperoneo.
" Para estenosis localizadas en una arteria il íaca sin oclusión com-
" La localización más frecuente de la obstrucción ateroscl erótica pleta el t ratamiento percut áneo mediante angioplastia ofrece
en miembros inferiores es en el canal de los adductores o de buenos resultados y suele emplearse como primera opción .
Hunter, localizado en el muslo (producirá, por tanto, una claudi-
cación femoropoplítea). " En el sector femoropop liteo la estenosis suele ser muy largas, por
lo que el procedimiento percutáneo ofrece resu ltados peores,
" El tratamiento méd ico consiste en adoptar unas medidas higié- siendo li mitado a estenosis no obstructivas cortas de la femora l
nico-dietéticas (la más importante es el abandono del tabaco superficial. En este t erritorio de elección es el bypass anatómico,
y rea lizar ejercicio físico adaptado), la antiagregación crónica empleando injertos autó logos de vena safena.
(parece que clopidogrel puede ser discret amente superio r a la
aspirina en término s absolutos), estatina s, los lECA (a unque no

05 · Enfermedades arteriales
Cirugía cardiovascular 1 05
" La etiología más frecuente de la isquemia arterial aguda es la isquémica en territorios distales, fenómeno de Raynaud y trom-
embolia debida a la fibrilación auricular, y su tratamiento de boflebitis migratoria.
elección es la embolectomía .
" En el síndrome del robo de la subclavia, la oclusión se localiza en
" La tromboangeítis obliterante o enfermedad de Buerger se re - la subclavia antes de la salida de la arteria vertebral y produce
laciona fuertemente con el tabaquismo y produce claudicación síntomas de insuficiencia circulatoria cerebral vertebrobasilar.

1) Tratam iento vasod ilatador y anti coag ula nte.


Casos clínicos 2)
3)
Bypass aortobifemoral.
Endarterectomía global aortoilíaca.
Paciente de 80 años con lesiones necróticas recuperables en pie 4) Bypass axilobifemoral.
derecho, dolor de reposo que le impide el sueño, hipertenso, car-
diópata y con enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Presen- RC: 4
ta obstrucción completa de arterias ilíaca primitiva y externa de-
recha, con revascularización en arteria femoral común derecha. Un enfermo de 72 años, fumador habitual, consulta por la apa-
¿Qué tratamiento sería el de elección? rición de una ulceración de 2x3 cm a nivel del maléolo lateral
externo. La arteriografía demostró oclusión de la arteria femoral
1) Puenteo aortofemo ra l derecho. superficial a nivel del túnel de los aductores. Aunque la arteria
2) Puenteo femorofemora l cruzado. poplítea parece muy afectada, no se aprecian hallazgos patológi-
3) Endarterectomía iliofe moral derecha. cos distal mente. ¿Cuál sería el tratamiento correcto?
4) Puenteo axilobifemoral.
1) Cortocircuito (bypass) mediante vena safena autóloga .
RC: 2 2) Simpatectomía lu mbar ipsilateral.
3) Administra ci ón de vasodil atadores y anticoagulantes.
Paciente de 85 años de alto riesgo quirúrgico por patología aso- 4) Resección del segmento ocluido y reconstrucción mediante pró-
ciada. Presenta un síndrome de isquemia crónica en M Mil en gra- tesis heteróloga.
do IV de Fontaine por obstrucción iliofemoral bilateral. ¿Cuál es la
actitud terapéutica correcta? RC: 1
1 Cirugía cardiovasc.ulaL

Enferm edade s de las venas

ORIENTACIO N Es muy importante estudiar el manejo de la enfermedad arterial periférica y las diferencias entre

ENARM oclusión aguda trombótica y embólica, así como sus peculiaridades en el tratamiento. Se debe
conocer muy bien la tromboangeítis obliterante o enfermedad de Buerger.

6.1. Anatomía funcional de las venas


Sistema venoso profund o
El sistema venoso es un sistema de "capacitancia': pues las paredes de las
ve nas profundas poseen escasas fibras musculares, lo que permite su di la-
tación y el que hasta el 70% de la vo lemia se encuentre dentro de las venas.

La circulació n de la sang re por el sistema venoso es mucho m ás compleja


que por el territorio arterial, y un tercio de la energ ía necesa ri a para la
circu lación es proporcionada por la co ntracción muscu lar que eleva la
presión en el compartimento subapo neurót ico y comprime a las venas
profundas ("bomba muscu lar").

La dirección centrípeta de la corriente viene asegurada por las vá lvulas que


existen en el trayecto de las ve nas, tanto superficiales como profundas, que
suelen ser bicúspides, fina s y muy resistentes. Del funcionamiento correcto
de dicho sistema valvu lar depende la apari ción de muchos de los síntoma s
de la insuficiencia venosa crón ica. Las venas cumplen una función primor-
dial en la adaptabilidad de la volemia dispon ible ante diversas circunstan-
Sistema de venas comuni ca ntes
cias clínicas (ejercen una función de "reservorio" de sa ngre).

Las ve nas de las extrem idades inferiores confo rman t res sistemas: las ve-
nas profundas, las superficiales y las perforantes (Figura 34). En cond icio-
nes fi siológ icas, la sangre venosa de los tegumentos y del tejido ce lular
subcutá neo discurre por las venas superfi ciales, y la sa ngre de los mú scu-
los y huesos se recoge en el sistema venoso profundo.
Las venas profundas (subaponeuróticas) t ienen como función ca-
nalizar las tres cuartas pa rtes del retorno venoso desde los pies has- Figura 34. Anatomía del sistema venoso de los m iembros inferiores
ta la cava. Acompañan a las art erias respectivas: peroneas, tibiales
posteriores, poplítea, femoral e ilíacas. La enfermedad del sistema La pared de las venas superficiales posee una capa muscular más
venoso profundo producirá clínica de insuficiencia venosa. Sin em- potente, por lo que se pueden emplear para rea lizar injertos de de-
bargo, en m iembros superiores la mayo ría de la sang re discurre por rivación arteria l. La safena interna nace en el borde interno del pie,
las venas superficial es. d iscurre superficia lmente por la ca ra interna de la pierna y el muslo y
Las venas superficiales tienen una misión diferente, pues constituyen va a desembocar en la ing le, en el cayado de la safena interna.
una especie de reservorio de sangre para momentos en que sea necesa- La sa fena externa nace del borde externo del pie y sig ue un trayecto
rio un flujo ad icional. Este sistema lo forman la safena interna y la externa. posterior en la pantorri lla para desembocar en el cayado de la safena
Cirugía cardiovascular 1 06
externa en el hueco poplíteo. La enfermedad de las ve nas superfi- En la actua lidad estas técn icas han sido superadas por los métodos de
cia les puede dar lugar a signos clínicos precoces y fl oridos (por su d iagnóstico incruento, co m o la pletismografía de impedancia y en espe-
situación, la inspección y la palpación resulta n mucho más fáciles), cial la ecocardiog rafía Doppler. En algu nos casos se comple menta con la
pero ra ramente determinará insuficiencia venosa ma nifiesta. La vena venografía con contraste.
de Giacom ini co munica ambos siste mas superficiales y cobra im por-
ta ncia en situaciones con enfermedad en uno de ellos.
Las venas perforantes (com unicantes) perm iten el drenaje de las 6.3. Trombosis venosa profunda
venas superfi ciales en las profundas, y están provistas de vá lvu-
las orientadas de forma que impide n el paso de la profundidad a
la superficie. Su fluj o es, por tanto, unidireccional, pero cuando se Esta enfermedad ta m bién es conocida como t rombofl ebit is profunda.
lesionan sus válvulas se hace bidireccional y la sa ngre del sistema Consist e en la formac ión de trombos en las venas del sistema profundo
profundo pasará a las venas superfi ciales, que se d ilatarán y se torna- con oclusión total o parcia l de la luz, y se estima que afecta a uno de cada
rán va ri cosas. En el pie las válvulas t ienen una disposición co ntrari a 1.000 adu ltos/a ño.
(permiten el fluj o de profundo a superficia l).
La trombosis ve nosa profunda (TVP) produ ce inva riablemente cambios
A pesar de que las enfermedades del siste ma venoso son mucho más fre- infl amatori os de su pared. Es importante princi pa lmente por t res mo-
cuentes que las del sist ema arteri al, su estudio ha sido tradicionalmente t ivos:
relegado a un segu ndo pla no, lo que hace que el conoc imiento sobre la Es la causa m ás frecuente de embol ia pulmonar (hasta el SO% de las
fisiopatolo log ía venosa sea mucho más limitado y los tratamientos médi- TVP no tratadas pueden producir em bo lia pu lm ona r, que puede ser
cos y quirúrg icos disponibles ta mbién lo sean. responsable hasta del 1O% de muertes intrahospita larias).
Su diagnóstico puede ser difíci l y puede pasa r desapercibida.
Una consecuencia de la TVP es el desarrollo de insuficiencia veno-
6.2. Exploración clínica del sistema sa cró nica (véase más adelante). Al ser una entidad potencia lmente
g rave, requ iere ing reso y tratam iento rápido.
venoso
Etiología
En la exploració n clínica se valorará la distribuci ón, la forma y el co lor de
la red venosa superfic ial, la presencia de edemas, la temperatura cutánea La tríada de Virc how (estasis: enl entecim iento del flujo, hipercoagulabili-
y se pa lparán los t rayectos venosos. dad y traumatism o) sigue siendo un resumen muy adecuado de las situa-
ciones que se pueden asociar con TVP. La Tabla 17 recoge las principales
Las principa les maniobras diag nósticas clásicas para la va loración funcio- situaciones asociadas con su desarrollo.
nal de los sistemas venosos y la competencia de sus vá lvulas se basan
principalmente en la com presión en d iversos puntos del sistema, e in-
cluyen : Inmovi lización (parálisis, secuela de ictus, tratamiento de problemas
La prueba de Perthes (para explora r el sistema venoso profundo): ortopéd icos, largos viajes en avión: síndrome de la "clase turista'; etc.)
se co loca un t orn iquete superficial en el tercio medio del mus lo, de Cirugías: sobre todo la ortopéd ica mayor de miembros inferiores (en
modo que en caso de li mitada permeabil idad del sistema profundo, la cirugía de cadera se puede producirTVP hasta en el SO% de casos) y
abdominal
la dea mbulación producirá dilatación de la s venas superficiales bajo
el torn iqu ete. La prueba de Ochsner y Malhorner consiste en rea- Ingreso hospitalario por causas médicas

liza r esta maniobra co n el t orn iquete co locado a diferentes alturas Antecedente de TVP o embolia pulmonar

para explora r la permeabilidad de las comunicantes. Embarazo, posparto, anticoncepción hormonal o terapia hormonal
sustitutiva
La maniobra de la oleada o de Schwartz (pa ra va lora r el sistema
Insuficiencia cardíaca o infarto de miocardio
superfi cia l): la percu sión digital en una ve na va ri cosa se propagará
Obesidad
en sentido ascendente en todo caso, y ta mbién descendente si hay
incompetencia en las vá lvulas venosas. Hipercoagulabilidad congén ita o adqu irida: déficit de antitrombina
11 1, de proteína C y S, síndrome antifosfolípid o, sín drome
La prueba de Trendelenburg (para va lora r la competencia va lvu lar
nefrótico, res istencia a la proteína C activada (factor V Leiden),
de las perforantes y de la unió n safenofemoral): tras vacia r las venas disfibrinogenemias, etc.
superfi ciales elevando la extrem idad, se rea liza compres ió n man ual Neoplasias: páncreas, ovario, pulmón, mama, etc. (a veces se asocian
en el cayado de la safena interna (Trendelenburg) o se coloca un a trombosis superficial o a tromboflebitis migratoria como síndrome
torniquete bajo el cayado (prueba de Bernstein) y se hace incorpo- paraneoplásico: sínd rome de Trousseau)
ra rse al paciente y dar unos pasos. Si las varices no se rellena n sug iere Dispositivos o catéteres intravasculares (venosos) transitorios o
origen periférico de la sa ngre y f uncio nam iento normal del sistema permanentes (marca pasos, desfibriladores, catéteres centrales para
qu imioterapia o hemodiálisis, etc.)
venoso (Trendelenburg nulo o normal). Si se rellenan ráp idament e
al solta r el torniq uete indica incompeten cia de l cayado de la safena Tabla 17. Situac iones que asocian riesgo de trombosis venosa
(Trendelenburg positivo). Si se hacen manifiestas rápidamente, al profunda
ponerse en pie sin soltar el torniquete, indica incompetencia de las
vá lvulas de las perfora ntes (Trendelenburg negativo). Se denom i- Clínica
na Trendelenburg doble al re lleno producido al incorporarse, que
se hace más llamativo al libera r el to rniquete (implica fallo en perfo- Si la TVP afecta a las venas proxima les la cl ínica suele ser m ás evidente,
rantes y en la safena). aunque co n frecuencia es d ifíci l de detectar sa lvo que exista un alto gra-
Manual CTO de M edicina y Cirugía, 2.8 edición

do de sospecha. Frente a una TVP confirmada se debe estar alerta ante la piernas, medias elásticas de compresión gradual o empleo de botas de
posibilidad de desarrollo de una embolia pulmonar. compresión neumática intermitente de las piernas (que es el procedi-
miento de elección si la anticoagu lación profi láctica está contra indicada).
El síntoma más común es el dolor referido a la pantorrilla y con la palpa- Aunque el ri esgo de TVP en un viaje de avión es bajo, en pacientes con
ción de los planos musculares profundos, pero también puede aparecer especial riesgo y viajes de va rias horas de duración es recomendable la
tumefacción con "empastam iento" (endurecimiento del tejid o subfascial ambu lación, la contracción intermitente de la musculatura y una adecua-
a la palpación, que se acompaña de fóvea si hay edema en la hipodermis), da hidratación.
o di latación de las venas superficia les de la extrem idad afecta. A veces, la
estasis venosa produce una disminución en el porcentaje de satu ración En cuanto a la profilaxis fa rm acológica, se ind ica de forma rutinaria el em-
de oxígeno de la hemoglobina que proporciona un tinte cianótico a la pleo de anticoagu lantes a dosis bajas (no es preciso un nivel de anticoa-
extremidad afectada, cuya piel aparece brillante, ca liente y tensa, deno- gulación tan elevado como para el tratamiento de la TVP o la embolia de
minándose flegmasia cerulea dolens. Si la presión en los capi lares aumenta pu lmón). Para la prevención de TVP, tanto las heparinas de bajo peso mo-
mucho, se puede producir el dato contra rio (palidez), que es conocido lecular en dosis bajas, como la ambu lación completa son más eficaces y
como flegmasia alba dolens. de administración más cómoda que la heparina convenciona l. En Europa
se suele emp lear una inyección subcutánea una vez al día, y en Estados
El clásico signo de Homans (do lor en la pantorrilla con la flexión dorsa l Unidos cada doce horas.
del pie mientras la rodilla está flex ionada 30°) es de muy escasa especifici-
dad, por lo que aporta poca información para el diagnóstico. Otros signos En la cirugía ortopédica de miembro inferior suele extenderse el empleo
como el de Ollow (dolor a la palpación de un cordón venoso en la zona hasta cinco semanas después de la intervención, especialmente tras el
poplítea) pueden ser más específicos, aunque la utilidad d iagnóstica de im plante de una prótesis de cadera.
todos los signos clínicos es escasa.
Trombosis de vena subclavia. Suele ser secundaria a un catéter ve- Son alternativas vá lidas el fondaparinux subcutáneo una vez al día y los
noso. También puede producirse en atletas (trombosis por esfuerzo). nuevos anticoagu lantes o rales de acción d irecta sobre la trombina (dabi-
Los síntomas característicos afectan al miembro superior y, en oca- gatran) o sobre el fa ctor X activado (rivaroxaban, apixaban, etc.), que po-
siones, a la cara lateral de l cuello si involucra a la yugular. drían asoc iar ventajas sobre las heparinas de bajo peso molecular, como
Tromboflebitis migratoria. Se denomina así a la aparición de trom- son la adm inistración ora l y un eventua l menor riesgo de sangrado.
bos venosos superficia les o profundos, a menudo múltiples, que ca-
racterísticamente se solucionan o cronifican, y reaparecen en otras Tratamiento
localizaciones. Este proceso habitualmente se observa en pacientes
con cáncer visce ral, como el de páncreas, pulmón o colon, y es un En la Figura 35 se recoge el procedimiento genera l de actuación en la
síndrome paraneoplásico. TVP.
Durante la fase aguda, el paciente ha de permanecer en reposo y
Diagnóstico con la extremidad afectada elevada hasta la resolución de los signos
inflamatorios, manteniendo un elevado nivel de alerta ante la sospe-
La prueba más frecuenteme nte utilizada es la ecografía Doppler, con cha de desarrollo de embolia pu lmonar.
sensibilidad y especificidad muy elevadas en el caso de trombosis Probablemente lo más importante del tratam iento es la prevención
proximales, permitiendo visua lizar el trombo y/o detectar trastornos de la embolia pu lmona r mediante anticoagu lación a largo plazo.
en el patrón del flujo venoso (sensibilidad de 95%). Para venas más Para ello se suele iniciar el tratamiento con heparina convencional o
distales la sensibilidad dism inuye hasta el 50-75%, pero conserva un de bajo peso molecu lar. Estas últimas tienen igua l o mayor eficacia y
elevado va lor predictivo negativo. se asocian con menor frecuencia a hemorragias y trombopenia, por
La pletismografía de impedancia (evalúa el flujo sanguíneo median- lo que actua lmente suelen ser las que más se emplean.
te el registro del cambio de impedancia eléctrica de la pierna tras el Simultáneamente se acostumbra a iniciar la anticoagulación o ral
inflado intermitente de un mangu ito de presión en el muslo, cambio con dicumarínicos hasta alcanzar nivel terapéutico (INR entre 2 y
producido por la acumulación de líqu ido propia de la trombosis ve- 3), momento en el que se puede suspender la heparina. En la ac-
nosa profunda) ha sido desplazada por la ecog rafía Doppler por ser tualidad se está eva luando la supe ri o rid ad, o al menos la equiva-
menos sensible y específica, y además tiene escasa fi abilidad en las lenc ia, de los nuevos anticoagula ntes orales como la antitrombina
oclusiones dista les. o antifactor X activado, dada su evidente mayor comodidad para
La angioTC y la angiorresonancia magnética perm iten visua liza r el el paciente (se emplean a dosis fija y no precisan controle s de INR,
trombo con bastante exactitud en loca lizaciones proximales. e interfieren con muchas menos sustancias y fármacos que los di-
La venog rafía (angiografía venosa) es la técnica de referencia, pero cu marínicos).
actualmente se reserva para casos dudosos o discordantes. Si tras un estudio exhaustivo la causa de la TVP es desconocida o si
La normalidad en la concentración plasmática de dímeros-O, deter- el factor desencadenante es reversible, se considera indicado man-
minada con una técnica de alta sensibilidad, posee un elevado valor tener la anticoagu lación entre tres y seis meses. En pacientes en los
predictivo negativo para la presencia de embolia pu lmona r y/o TVP. que la causa de la TVP no es reversib le o bien es recurrente se reco-
mienda la anticoagu lación oral de por vida.
Profilaxis La trombó lisis mediante estreptoqu inasa, uroquinasa o derivados
del activador tisu lar del plasminógeno se ha empleado con cierto
La profilaxis ha de considerarse en las situaciones clín icas en las que exis- éxito en la d isminución del desarrollo del síndrome de insuficiencia
te un gran riesgo de TVP. Los métodos físicos propugnados compren- venosa crónica, por permitir una mayor preservación del funciona-
den movilización precoz con ejercicios activos y pasivos, elevación de las miento de las vá lvulas venosas, pero no es superior a la anticoagu-

06 · Enfermedades de las venas


Cirugía cardiovascular 1 06
Factores de riesgo
Las manifestaciones clín icas se dis-
(encarnamiento, cirugía, obesidad .. . ) tinguen fácilmente de la trombosis
de venas profundas, ya q ue son más
profusas pues el trombo se localiza en
Profilaxis

· Movilización precoz
· Compresión (medias
j Tumefacción
una vena superficial y es fác il detec-
tarlo y visua lizarlo. En la exploración se
pa lpa un cordón indurado y doloroso
o compresión neumática CLfNICA Dolor
intermitente) Cianosis o palidez a lo largo del trayecto de la vena afec-
· Heparina no fraccionada Edema ta, así como rubefacc ión y calor local.
· Heparina de bajo peso
molecular
· Fondaparinux j En algunos casos se asocia a infección
· Fármacos antitrombina
o fármacos antifactor X
activado orales Ecografía Doppler
Dímeros-O
Alternativas E Ang iorresonancia magnética
Pletismografía
Venografía
Angio-TC
con síntomas sistémicos (tromboflebi-
tis séptica).

El tratamiento de la t rombosis venosa


superficial no complicada consiste en
elevar la extremidad afectada varias
Anticoagulación
veces al día para disminuir el edema
y mejorar el retorno venoso, la aplica-
ción de calor local y mantener reposo
Búsq ueda otros
diagnósticos
Contraind icaciones
para anticoagulación
Recurrencia
embo lia pulmonar j
Resolución relati vo. Se aconseja el uso de medias
de compresión elástica pues reducen

l
pese a tratamiento
el dolor, así como el t ratamiento con

Filtro vena cava J A-nt-ic-o-ag


...;.u- la- c-ió-n""'
crónica
'---;.....;;..--'-'---'
antiinflamat orios no esteroideos. No
obstante, debe corregirse la causa si
es posible. Es muy frecuente en pa-
cientes hospita lizados secundaria a
una vía venosa, siendo precisa su re-
Causa reversib le · Causa no reversible tirada. Las pomadas con heparinoides
3-6 meses Recidiva pueden aportar cierto beneficio.

Anticoagulación El cuadro clínico sue le tardar días en


indefinida resol verse completa mente y no es
raro que los síntomas resurjan al sus-
Figura 35. Protocolo de t ratamiento de la trombosis venosa profunda (TVP) pender el tratamiento antiinfla mato-
rio, por lo que conviene insistir al pa-
!ación aislada en la prevención de embol ia pulmonar. Su empleo no ciente sobre la benignidad de l cuadro, aunque a veces la respuesta al
sustituye a la anticoag ulación a largo plazo. t ratam iento sea solamente moderada. Como el riesgo embólico es prác-
En los pacientes en los que exist en contra ind icaciones para la anti- ticamente nu lo, no se aconseja trat am iento anticoagu lante salvo casos
coagu lación y en aquellos en los que existe embolia pulmonar o pro- de trombosis en la vena safena interna a nivel de su desembocadura. Los
gresión del cuadro clín ico pese a tratamiento anticoagu lante, puede antibióticos se reserva n para casos de tromboflebitis séptica.
esta r indicada la colocación de un fi ltro en la vena cava inferior. La
permeabilidad de la cava inferior a largo plazo suele estar compro-
metida, pero no es habitua l que produzca problemas clín icos por el 6.5. Venas varicosas
desarrol lo de colaterales. La ligadura de la vena cava se reserva para
los raros casos de embolias pulmonares múltiples asociadas a trom-
boflebitis séptica de origen pélvico. La s va ri ces son venas ano rmal mente d il ata d as y tortuosas que se en-
cuentran con gran f recuenc ia en la práctica clínica. Aunque puede
afecta rse cualquier vena del cuerpo, la loca lizac ión más común es en
6.4. Trombosis de las venas la s ve nas superficiales de las piernas, siendo mayor en territorio de la
safena interna que en el de la externa . Su gravedad osci la desde un
superficiales sim ple problema estético hasta la aparición de insuficiencia venosa
con incompetencia valvu lar. La varices que afectan a diversos órganos
La trombosis de las venas superficiales no produce embolias pulmonares (sa l- intern os (esofág icas, hemorroidales .. ) se exponen en los capítulos co -
vo quizá algunos casos de afectación proximal del cayado de la safena interna rrespondientes.
con extensión al sistema profundo) ni insuficiencia venosa crónica. En extre-
midades superiores la causa más frecuente es la inyección intravenosa de lí- Las va ri ces de menor tamaño que afectan a ramas colaterales se denomi-
quidos irritantes, y en las inferiores las venas varicosas. Con menor frecuencia nan varículas, y las pequeñas ramas venosas subcutáneas dilatadas, sobre
puede aparecer tromboflebitis superficial en la t romboangeítis obliterante o todo en muslos, hueco poplíteo y tobillos, se denominan telangiectasias
el síndrome de Trousseau (tromboflebitis migratoria asociada a cáncer). o arañas vascu lares.
Manua l CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

Etiopatogenia dos estos síntomas empeoran si la persona está sentada o en pie por
t iempo prolongado y mejoran con la elevación de las piernas por encima
Las venas va ricosas pueden ser primarias (enfermedad exclusiva del sis- del nivel del corazón. No es raro que el paciente achaque a sus varices
tema venoso superfi cial, siendo las más frecuentes) o secundarias (afec- síntomas producidos por otros trastornos acompañantes como artrosis,
tando también a comunicantes y sistema profundo). Las va rices secu nda- ost eoporosis o enferm edad arterial periférica que hay que eva luar.
rias se producen por incompetencia de sus vá lvulas del sistema venoso
profund o, con frecuencia prod ucida por una trombosis venosa profunda, Diagnóstico
lo que orig ina con el estrés ortostático (a l ponerse en pie) que la sangre
irrumpa en el sistema superficia l por las perforantes, dilatando progresi- Si se coloca al paciente de pie, pueden observarse áreas venosas dilata-
vamente las venas superficia les. Así pues, las va rices son una manifesta- das, tortuosas y elongadas. La inspección muchas veces es suficiente para
ción más del síndrome de insuficiencia venosa crón ica (Figura 36). llega r al diagnóstico del síndrome varicoso, valorándose la distribución, la
forma y el color de la red venosa superficia l. Pa ra averiguar la loca lización
de las vá lvulas incompetentes, son apropiadas determinadas pruebas
como la de Schwartz, la de Trendelenburg y la de Perthes. Ocasionalmen-
te, la venografía o el Doppler pueden ayudar a aclara r las características
anatómicas.
Flujo venoso normal --~==

Complicaciones
Válvula cerrada competente Las complicaciones de las varices son frecuentes y numerosas, aunque
de trascendencia clínica generalmente limitada. Aparecen trastornos
tráficos cutáneos secundarios a la estasis venulocapilar, como un simple
edema local con cianosis, dermatitis, hipodermitis, aumento de pigmen-
Válvu la abierta incompetente tación (dermatitis ocre, principa lmente en regiones supramaleolares), etc.
Flujo retrógado
En casos avanzados aparece induració n suprama leolar o maleo lar inter-
na, cuya cronicidad faci lita la apa rición, típi camente en esa loca lización,
de una úlcera venosa que suele ser muy persistente y precisar de fre-
Vena normal Vena varicosa cuentes curas loca les e incluso el empleo de sustancias cicatrizantes para
facil itar su curación.
Figura 36. Incompetencia del sistema va lvular venoso
De mayor trascendencia son la tromboflebitis o la rotura (espontánea o
La etiología del proceso varicoso primario no está clara (aunque en algu- traumática) de la vena va ricosa con varicorragia, que si bien se controla
nos casos existe malformación y debilidad congénita del aparato va lvular fácilmente con compresión, en ocasiones es muy persistente.
venoso, como ocurre en algunos trastornos ta les como el sínd rome de
Klippei-Trenaunay o la angiodistrofia), si bien se reconocen una serie de Tratamiento
factores que favorecen su desarrollo.
La mayoría de los pacientes con varices pequeñas o iniciales se va n a
La causa más importante parece ser postura!, pues si las piernas están beneficiar de med idas fís icas, como elevar las piernas periódicamente
en declive y sin movimiento (la contracción muscu lar ejerce un efecto (puede ser conven iente alza r levemente los pies de la cama), evitar estar
de bombeo hacia arriba en el sistema venoso profundo) por periodos mucho tiempo de pie o sentado, realizar ejercicio físico regu lar, evitar el
prolongados, con frecuencia asociado a ciertas ocupaciones, se favorece sobrepeso y ropas ajustadas, realizar masajes manuales y el uso de me-
la estasis sanguínea en el sistema venoso profundo que conduce al paso dias de compresión elástica g radual (con compresión más intensa en te-
excesivo de sangre al sistema superficial y a la aparición de edemas de rritorio distal que d ism inuye en sentido proxima l).
predominio vespertino.
Si las medidas conservadoras fallan pa ra contro la r los síntomas o si apa-
La mitad de los pacientes con venas va ri cosas primarias tienen ante- recen comp licaciones secunda rias a la estasis venosa, como dermatitis,
cedentes familiares, siendo mucho más frecuente en el sexo femen i- sangrado, trombosis o ulceración superficial, los pacientes serán candi-
no. También predisponen al desarrollo de varices otras circunstancias datos a un tratamiento más intensivo.
como el embarazo, la obesidad, el sedentarismo, el empleo de ropa
ajustada, las masas tumorales que d ifi cultan el flujo del retorno venoso, Cuando las varices aparecen en segmentos cortos de pequeñas venas
etcétera. tributarias (arañas venosas o varicosidades reticulares) manteniendo in-
demne el sistema valvular de la unión safenofemoral y de las principales
Clínica perforantes (en caso de incompetencia es fác il que se reproduzcan las va-
rices tratadas o en otra loca lización) es útil la fl eboesclerosis o esclerote-
Los pacientes con va ricosidade s suelen consu ltar por la deformidad es- rap ia, que consiste en la inyección dentro de la vena va ricosa de agentes
tética de sus piern as, especialmente en el sexo femen ino. El síntoma más esclero santes (suero sa lino hipertónico u otras susta ncias hiperosmola-
frecuente es un dolorimiento inespecífico, con sensación de pesadez res, diversos agentes químicos irrita ntes como el aetoxiesclerol, o ciertas
de las piernas que puede atribuirse a congestión en el sistema venoso espumas), seguida de un periodo de compresión elástica de la zona que
superficial. En ocasiones se asocian parestesias o hiperestesia cutánea, produce la irritación de la íntima, con reacción loca l que provoca la escle-
calambres nocturnos, edema vespertino e incluso trastornos tráficos. To- rosis definitiva de las varices tratadas.

06 · Enfermedades de las venas


Cirugía cardiovascular 1 06

Figura 37. Fleboextracción de safena interna derecha

Cuando las va rices son extensas (troncula res q ue afecta n a la safena in- Criterios de referencia
terna y/o externa) es preferibl e el tratamiento quirúrg ico, que cons iste en
Referencia a segundo nivel de atención
una fleboextracción de la vena safena interna o externa mediante la téc-
Se recomienda que el paciente con insuficiencia venosa crónica (IVC)
nica de stripping: mediante una incisión en la región del maléolo se liga
sea referido al segundo nivel para ser atendido por el servicio de cirugía
la vena en distal y se introduce el fleboextractor en sentido ascendente general en los siguientes casos:
hasta el nivel deseado, procediendo a otra incisión por la que se aboca Ausencia de mejoría después de un periodo de 6 meses de medidas
a la piel, se ligan mediante incisiones adiciona les todas las colaterales y de alivio venoso y compresoterapia
perforantes incompetentes a nivel del muslo y de la pierna en posición IVC complicada
subaponeurótica, y se procede a la extracción del tronco venoso, gene- Etapa clínica (C), 4 de acuerdo a la clasificación de CEAP
ralmente de proximal a distal. El riesgo de la intervención es escaso y las Varices recidivantes
únicas complicaciones suelen ser loca les (dificu ltad para la cicatrización) Es recomendable derivar a segundo nivel de atención a los pacientes que
(Figura 37) . requieren tratamiento quirúrgico una vez que se cumpla con lo siguiente:
Control de la obesidad cuando esté presente
En algunos casos se puede rea lizar el tratamiento con la aplicación de Aceptación por parte del paciente para llevar a cabo las medidas de
láser endovascular para evi tar la fleboextracción. Conviene sopesar la in- higiene venosa
dicación qu irúrgica en cada caso, máxime dada la eventua l necesidad Consentimiento del paciente para someterse al proced imiento
de emplear el sistema venoso de la safena interna para la rea lización de quirúrgico
bypass en territorio arterial en el futuro. Ausencia de contraindicaciones para la cirugía
Referencia a tercer nivel de atención
Antes de someter al paciente a la operación de fleboext racción debe ga- Se recomienda derivar a tercer nivel de atención a los pacientes con IVC
rantizarse la indemnidad del sistema venoso profu ndo pues, en caso de en los sigu ientes casos:
su obstrucción, la vena safena interna no se debe extraer, ya que puede Sospecha de causa congénita de la IVC
ser un importante vaso para la circulación co lateral. · Úlceras recurrentes a pesar del tratamiento compresivo o quirúrgico

La Tabla 18 expone los cr iterios de referencia del paciente a atención Contrarreferencia a primer nivel de atención
especializada y de contrarreferencia a atención primaria.
Se recomienda contrarreferir a primer nivel de atención los siguientes
casos:
Tras la intervención q uirúrgica es conveniente seguir las siguientes reco- Pacientes con patologia de envío ya atendida médica o
mendaciones: quirúrg icamente
Alta a planta tras la anestesia cuando lo estime oportuno el aneste- Pacientes que no necesiten manejo por cirugía vascular
siólogo. Pacientes con IVC cuyo tratam iento quirúrgico debe diferirse por no
Alta domici liaria a las 24 horas si no existen complicaciones. encontrarse en condiciones óptimas pa ra la cirugía
Cambio de apósito cada 24 horas hasta la retirada de los puntos. Pacientes que no aceptan tratamiento quirúrgico
Retirada de los puntos a los 7-1 O días de la cirugía.
Revisión con el cirujano en 2-3 semanas. Tabla 18. Criterios de referencia a atención especializada (segundo y
Contrarreferencia al primer nivel de atención a los 3 meses. tercer nivel) y de contrarreferencia a nivel primario
Manual CTO de Medicina y Cirugía , 2.8 edición

6 .6. Síndrome de insuficiencia venosa demostrada, se admin istrará el antibiótico adecuado. A veces hay que
rec urri r a injertos de pie l en caso de úlceras grandes.
crónica
En casos muy avanzados puede ser necesa ria la cirugía, consistente en
Es el resu ltado final de la insuficiencia va lvular de las venas, lesionadas ge- la interrupción, mediante ligadura subaponeurótica, de las venas comu-
neralmente como consecuencia de una tromboflebit is previa o bien de nica ntes incompetentes, siendo una alternativa la escleroterapia (parece
causa primaria, como se comentó previamente. El síndrom e está consti- tan efectiva al año de la intervención como la fl eboextracción. En casos
tu ido por diversos signos y síntomas que incluyen edema, dolor, ca mbios seleccionados de obstru cción limitada al sector femoroi líaco, con permea-
en la piel (pigmentación ocre, eccema, induración) e incluso ulceración bilidad del lecho distal, puede ser conveniente la rea lización de bypass sa-
(ú lcera flebostática) de la extrem idad inferior. fenofemoral cruzado (intervención de Palma). La reparación quirúrgica del
aparato valvu lar del sistema profundo o el empleo de homoinjertos veno-
Etiología sos con sus válvulas intactas son, en la actual idad, líneas de investigación.

Después de una trombosis de una vena profunda, cerca del 50% de los
pacientes desarrollan un síndrome posflebítico, que se man ifi esta como Poco dolorosa Dolorosa
insuficiencia venosa crónica. El proceso subyacente consiste en reca nali-
zación de las venas profundas trombosadas con deformidad e insuficien-
cia de las vá lvulas venosas, de tal forma que son incapaces de im ped ir el
flujo retrógrado de la sangre.

En estas circunstancias, el descenso de la presión venosa que habitual-


mente se produce con la marcha no aparece, por lo que el ejercicio pue- venosa crónica

de aumentar la hi pertensión venosa y producir dolor isquémico cono-


cido como "claudicación venosa': La presió n hidrostática elevada en el
territorio capilar fo menta la aparición de trasudación de líquid o hacia el
compartimiento extravascular, con formac ión de edema .

Clínica

El cuadro clínico es muy característico y cursa con la hinchazón crónica


de la pierna. En una primera fase el edema es blando, se reduce con la
Úlcera venosa Úlcera isquémica
elevación de las piernas y va aumentando a lo largo del día en relación
con el ortostatismo, pero con el t iempo se convierte en duro e irreduc- Figura 38. Diagnóst ico diferencial entre úlce ra s venosas e isquémicas
tible.

La típica pigmentación ocre de la piel se debe a la extravasación de eri- 6.7. Obstrucción de la vena cava
trocitos, con el consiguiente depósito de hemosid erin a. Las úlceras de es-
tasis venosa que se producen son característicamente indoloras o poco
supenor
dolorosas y de bordes húmedos. Su localización habitual es en la región
del maléolo interno o justo por encima, siendo infrecuente en la región La obstrucción de la vena cava superior ocasiona un síndrome cara cte-
externa y en el pie, dato que las d iferencia de las úlceras por isquem ia rístico que se presenta, con frecuencia, de forma brusca y comprende
arterial que habitualmente comienzan en los dedos, en correspondenc ia dolor de cabeza, edema de la cara, parte superior del tórax y de los brazos
con las partes más distales del árbol arteria l (Figura 38). (edema en esclavina) e ingurg itación venosa (Figura 39).

Tratamiento Etiología

El t ratam iento precoz y vigoroso de la trombosis venosa profunda puede En la mayoría de los casos (90%), la obstru cción se debe a una cau sa
ayudar a prevenir el desarrollo de la in suficiencia venosa. Una vez estable- ma ligna. El tumor más frecuente es el carcinoma broncogén ico (espe-
cida, el paciente deberá llevar medias elásticas durante el día y mantener cialmente microcítico) con invasión del mediastino, aunque también
la pierna elevada durante la noche. Se debe evitar la bipedestación o es- es característica de tumores mediastínicos como linfomas o metástasis.
tar sentado de forma prolongada, y se aconseja ejercicio físico moderado Causas poco habituales son la fibrosis mediastínica idiopática, los gra-
(caminar trayectos largos). nulomas mediastínicos (infecciosos, sarcoidosis, etc.) o el aneurisma de
aorta torácica.
Como tratamiento farmacológ ico se pueden emplear, con eficacia dis-
creta y variable, preparados flebotón icos que dismin uyen la permeabili- Clínica
dad capilar y aumentan la resistencia de la pared venosa (bioflavonoides).
Con una obstrucción moderada, los síntomas más frecuentes son cefalea,
Las úlceras deben tratarse mediante reposo, con la extremidad elevada, edema de los párpados, edema de cara o ensanchamiento del cuello.
limpieza del lecho de la m isma, desbridamiento de zonas necróticas, apli- Con una obstrucción completa aguda aparecen síntomas más serios de
cación de apósitos húmedos y vendaje compresivo. En caso de infección congestión cerebral, incluyendo adormecimiento y visión borrosa.

06 · Enfermedades de las venas


Cirugía cardiovascular 1 06
Si la obstrucción se produce por debajo de la entrada de la vena ácigos,
los síntomas son más intensos y se necesitan vías colaterales amplias so-
bre el abdomen para poder drenar en el sistema de la vena cava inferior.
Cuando existe obstrucción por encima de la vena ácigos las colaterales
se abren a ese sistema y la sang re puede segu ir fluyendo en la vena cava
superi or.

Diagnóstico
El diagnóstico de obstrucción de la vena cava superior suele ser eviden-
te a la inspección, confirmándose con técnicas de imagen. En los fuma-
dores, sobre todo los varones, el diagnóstico es casi siempre cá ncer de
pulmón.

Tratamiento

El tratamiento viene dado por la ca usa . En la mayoría de los pacientes con


una enfermedad neoplásica, la obstrucción de la cava ind ica que la lesión
ya no es resecable y empeora el pronóstico de forma muy importante,
por lo que se recomienda eleva r la cabecera de la cama, considerar los
diuréticos y administrar el tratam iento apropiado de la neoplasia, consis-
tente en corticoides, rad ioterapia y/o quimioterapia paliativa, que suelen
acompañarse de una mejoría sign ificativa en los síntomas. En algunos
casos se puede realizar una dilatación percutánea con o sin el empleo de
stent para aliviar los síntomas.

En caso de obstrucción de ca usa benigna, dado que habitualmente los


Figura 39. Paciente con edema en esclavina síntoma s mejoran o desaparecen una vez que se desarrolla la circula-
ción colateral, la cirugía o la dilatación percutánea por catéter se suelen
Progresivamente se va n desarrollando vasos colaterales venosos, lo que retrasar hasta con firmar que los síntomas no mejoran con el paso del
provoca distensión de las venas superfi cia les de los brazos, cuello y tórax. ti empo.

" La úlcera de origen venoso suele afectar al maléolo interno,


Ideas clave ~ presenta una base húmeda y es menos dolorosa que las de ori-
gen arteria l (que además sue len afectar al territorio distal de
" La trombosis venosa profunda (tromboflebitis profunda) es la los dedos).
causa más frecuente de embolia de pulmón. Sus factores pre-
disponentes son la estasis sanguínea, la hipercoagulabilidad y el " En el tratam iento de la insuficiencia venosa crónica, aparte de la
traumatismo (tríada de Virchow). terapia apropiada en la fase aguda de la trombosis venosa pro-
funda, se emplean medias de compresión, evitar la bipedesta-
" En la actualidad, en muchas ocasiones es secundaria a la inmovi- ción prolongada y, en ocasiones, fármacos flebotónicos de efica-
lización en pacientes que precisan ingreso hospitalario por cau- cia variable y discreta.
sas médicas, quirúrgicas o traumatológicas-ortopédicas.
" La trombosis venosa superficial, a d iferencia de la profunda, no
" El diagnóstico suele confirmarse mediante ecografía-Doppler, y produce embolia de pulmón ni insuficiencia venosa crónica. El
el tratamiento consiste en reposo, elevar la extremidad afectada tratam iento cons iste en reposo relativo, medias elásticas y anti-
para evitar el edema y anticoagulación para evitar la progresión infl amatorios. No requiere anticoagulación oral.
y el desarrollo de embolia pulmonar, que debe mantenerse du-
rante 3-6 meses (en caso de ser recurrente o si la causa no es " Las venas varicosas pueden ser consecuencia de la insuficien-
reversib le, de por vida) . cia venosa crónica tras una trombosis venosa profunda, o por
debilidad del aparato valvular venoso, muchas veces de origen
" Para la profilaxis de la trombosis venosa profunda se emplea la famil iar. Cuando son pequeñas el problema principal es estético,
ambulación completa precoz, las medias de compresión neumá- pero cuando son grandes varices tronculares pueden ser subsi-
tica y los anticoagulantes a dosis bajas. diarias de intervenció n quirúrgica (fleboextracción).

" La insuficiencia venosa crónica suele ser consecuencia de una " La causa más frecuente de obstrucción de vena cava superior
trombosis venosa profunda en cuyo proceso de reso lu ción pro- so n los tumores, especialmente el de pu lmón microcítico, e im-
voca insuficiencia del aparato valvul ar venoso y reflujo de sangre plica que este ya no es resecab le.
hacia el sistema venoso superficial a través de las venas perfo-
rantes.
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2. 8 edición

3) Debe realizarse, siempre que sea posible, una gammagrafía pul-


Casos clínicos monar.
4) El tratamiento de elección en la fase aguda es la heparina de
Un hombre de 50 años acude al servicio de Urgencias con dolor bajo peso molecular.
e hinchazón de la pierna derecha en los últimos dos días. Fuma
2 paquetes de cigarrillos al día y está algo obeso. Recuerda que RC: 3
se dio un golpe en la pierna contra una mesa 3 días antes y se
hizo una herida. La temperatura es 38 oc y la pierna derecha está Paciente de 65 años, intervenido de fractura de cadera derecha
visiblemente hinchada hasta la ingle, con moderado eritema. Los 15 días antes, que consulta por dolor e hinchazón en miembro
pulsos son normales y el signo de Homans es negativo. ¿Cuál de inferior derecho. En la exploración, destaca aumento de la tem-
las siguientes afirmaciones es correcta? peratura local con edema hasta la raíz del miembro. ¿Cuál de las
siguientes considera que es la actitud a seguir?
1) La ausencia de un cordón palpable y un signo de Homans nega-
tivo hacen el diagnóstico de trombosis venosa profunda poco 1) Realizar una gammagrafía pulmonar de ventilación-perfusión . Si
probable. fuera negativa, indicar tratamiento con heparina subcutánea en
2) El paciente debe comenzar con anticoagulantes con heparina dosis profiláctica.
inmediatamente. 2) Indicar la colocación de un filtro de la cava inferior, dada la con-
3) Dado que no hay evidencia de tromboembolismo pulmonar, el traindicación de establecer un tratamiento anticoagulante por la
paciente puede comenzar con anticoagulación oral (acenocu- proximidad de la cirugía.
marol) sola. 3) Solicitar una radiografía de la cadera intervenida.
4) Debe realizarse una flebografía intravenosa en 24 horas. 4} Solicitar una ecografía-doppler color para confirmar el diagnós-
tico de trombosis venosa profunda, e iniciar tratamiento con he-
RC: 2 parina de bajo peso molecular en dosis terapéuticas.

Mujer de 30 años, con antecedentes de un aborto espontáneo, RC: 4


que acude a Urgencias por una trombosis venosa profunda limi-
tada a la pantorrilla derecha, sin factor desencadenante. ¿Cuál de
las siguientes afirmaciones NO es correcta?

1) Estará indicada la utilización de medias elásticas tras el control


del episodio agudo.
2) La duración del tratamiento anticoagulante no debe ser menor
de 3 meses.

1) Venous echo-Doppler of the lower extremities.


Case Study -_- 2) Arteriography.
3) Ankle-arm index.
A 70-year-old female, suffering from hypertension and diabetes 4) AngioCT.
has always worked as a salesperson. She presents interna! ma-
lleolus tension in her right leg with intense pain throughout the Correct answer: 3
day, which worsens during the night. Examination reveals un-
complicated varicose cord-like appearance in both lower extre-
mities and normal femoral popliteal pulses with absence of distal
pulse. Which examination should we initially perform?

06 · Enfermedades de las venas


Cirugía cardiovascular •

Enfermedades de los vasos


linfáticos

vo con engrosamiento grave de piel y tejido subcutáneo que afecta


Tema de menor relevancia
O R 1 E r~ T A C 1 Ó N que el resto. Hay que conocer a miembros inferiores y escroto). La enfermedad es transmitida por

ENARM las principales causas


de linfedema y su tratamiento.
mosquitos, y la producen principalmente los nematodos filariásicos
Wuchereria bancrofti, Brugia ma!ayi, y Brugia timori, que portan una
bacteria simbiótica en su interior del género Wolbachia, y que pa-
rece responsable de buena parte de la respuesta inmunitaria a la
infección y el desarrollo de la enfermedad. En consecuencia, en la
7.1. Linfedema actua lidad se emplea el tratam iento antibiótico con doxiciclina, que
al destruir la bacteria produce la muerte del nematodo o lo hace
estéril reproductivamente.
Ellinfedema es la acumulación excesiva de linfa en las extremidades, ge- Traumatismos.
neralmente en las inferiores. Puede estar causado por anomalías o blo-
queo de los vasos linfáticos o por procesos patológ icos de los ganglios. El Diagnóstico
edema persistente produce un aumento de tejido fibroso intersticial. Las
secuelas de esta alteración son un aumento del volumen de la zona afec- En el diagnóstico de esta entidad t ienen mucha importancia los aspectos
tada, aspecto en "piel de naranja" de la piel, úlceras e induración leñosa clínicos, ya que rara vez se util iza la linfografía. La linfogammagrafía se
cutáneas. Tiene implicaciones estéticas y psicológicas importantes, ade- puede emplear para detectar el punto de bloqueo del drenaje linfático,
más de las molestias (pesadez, dolorim iento y parestesias) que orig ina en y es una técnica úti l en oncolog ía para descubrir el "gang lio centinela"
la extremidad afectada. donde drena el tejido enfermo y planear la cirugía.

Etiología El linfedema, a diferencia de los edemas de otra etiología, produce un


aspecto de "piel de naranja" a la zona superficial de la parte afecta, es de
Ellinfedema puede ser primario (idiopático) o secundario. El primario pue- consistencia dura (leñosa) y tiene muy escasa respuesta a la adm inistra-
de deberse a agenesia, hipoplasia u obstrucción de los vasos linfáticos. Las ción de diuréticos o al reposo. En el linfedema secundario, los conductos
mujeres se ven afectadas con más frecuencia que los varones. Se puede suelen estar dilatados y es posible determinar el nivel de la obstrucción.
asociar a los síndromes de Turner, Noonan, síndrome de las "uñas amari- Por el contrario, en el primario, los cond uctos linfáticos están ausentes o
Itas'; linfang iectasia intestinal y linfangiomiomatosis. Puede aparecer desde son hipoplásicos o ectásicos.
la infancia o desarrollarse más tarde, a veces después de un traumatismo.
Tratamiento
Ellinfedema secunda rio puede surgir por distintos mecanismos:
Extensión de tumores malignos con obstrucción de vasos o ganglios Los objetivos fundamentales en el tratamiento dellinfedema son controlar
linfáticos, como el cáncer de próstata y los linfomas. el edema (son eficaces el masaje linfático superficial, suave y aplicado de
Intervenciones quirúrgicas radicales que extirpan grupos de gan- distal a proximal, la cinesiterapia y otras técnicas; hay que evitar cualquier
g lios linfáticos regiona les, como la disección axi lar de la mastectomía elemento que comprima la extremidad, las punciones venosas, el ejercicio
radical. En ocasiones aparece años después de la intervención . intenso o los traumatismos en la extremidad afectada, que debe mantener-
Fibrosis posterior a radiación. se el mayor tiempo posible por encima del corazón), conservar la piel sana
Infecciones, siendo causa frecuente de linfedema las li nfangitis y limpia, y evitar e intervenir precozmente en las complicaciones como ce-
bacterianas recidivantes, generalmente debidas a estreptococos lulitis o erisipela y la linfangitis. Es recomendable la elevación de los pies en
del grupo A. Otras causas menos habituales son la tuberculosis o la cama, el uso de medias elásticas y vendajes compresivos tras el vacia-
el li nfogranu loma venéreo. En todo el mundo (principalmente en miento del edema mediante drenaje manual; o botas de masaje neumáti-
África tropical), la causa más común de linfedema secundario es la co secuencial durante el día. Especialmente en ellinfedema tras cirugía de
filariasis, que a la larga conduce a la elefantiasis (linfedema progresi- mama se han descrito buenos resultados con la terapia láser de bajo nivel.
Manual CTO de Medicina y Cirugía, 2.a edición

La aparición de ru bor, dolor y edema suele sign ifi car una celulitis o una ~- h e m o líticos del grupo A, y en menos ocas iones, estafi lococos coagu-
linfa ngitis (se reco noce como una infl amación linea l a lo largo de la pier- lasa-posit ivos.
na). Los orga nismos etiológ icos comunes son estafi lococos o estreptoco-
cos ~ - h emo l íti cos que exigen un t ratamiento vigoroso, casi siempre con La inflamación suele extend erse a los tejid os pe rilin fát icos, sie ndo
antibióti cos por vía venosa. En linfedemas crónicos se puede desa rroll ar a veces m uy exte nsa la reacc ió n circ undante, y el proceso se con-
excepcionalmente un linfangiosarcoma. vierte en ce luliti s o en abscesos foca les múltip les . Cas i siem pre hay
afectació n de los ga nglios linfáticos reg io nales, co n el resu ltado de
La ciru gía se rese rva para casos graves que no responden al tratamiento linfade niti s ag ud a. Clínicamente, la linfang iti s se ide nt ifi ca por la
médico y consiste en la escisión del tejido hipertrofiad o y la práctica de apa ri ció n d e líneas subcután eas roja s qu e nace n en la puerta de
anastomosis linfove nosas para recanalizar el flujo desde un vaso li nfático entrada de la infección y se dirigen, sig ui end o el trayecto de los
obstruid o al sistema venoso. lin fát icos, ha sta los ganglios reg ion ales, aparec iend o estos t ume-
factos. Si los ga ng li os no impiden la di se m inac ió n d e las bact er ias,
es tas p ueden ll egar al sistema venoso y pro du cir un a bacte ri emia o
7 .2. Linfangitis septi ce mi a.

El tratamiento es el del agente cau sa l, basá ndose en la ad min istración de


Es una infla mación ag uda, en raras ocasiones crónica, de los vasos li n- los antibióticos más adecu ados.
fáticos. Los agentes etiológ icos más frecuentes son estreptococos

miento (cirugía con exéresis de nodos linfáticos o rad ioterap ia


Ideas clave PS con fibrosi s del sistema linfático) .

" La causa más frecuente de linfedema a nivel mundial, principal- " La aparición de dolor, rubor y calor en una extremidad con lin-
mente en África tropica l, es la filariasis que produce la obstruc- fedema suele in dicar la existencia de sobreinfección (celulitis o
ción de conductos linfáticos por los nematodos y la respuesta linfangitis bacteriana) .
inflamatoria correspond iente, que conducen a la elefantiasis.
" Los agentes etiológ icos que con mayor frecuenc ia producen lin-
" Un motivo frecuente de linfedema son los tumores, tanto por fangit is bacterianas son los estreptococos ~-hemolíticos del gru-
infiltración li nfática de las células malignas como por el trata- po A y los estafi lococos coagulasa positivos.

07 · Enfermedades de los vasos linfáticos


_Girugja_c_ardiovascutar_ _ _

Recomm ended reading 1

A 68-year-old male, with a history of poorly-controlled hypertension,


visits the Emergency Room with a sharp, harrowing central thoracic
pain that radiates to the back. The blood pressure is 200/ 11 O mm Hg.
The chest X-ray shows what appears in the attached image. In regards
to this case, the most correct attitude would be [Figure 1a]:

1. Admit him into the lntensive Care Unit, control the hypertension
and perform electrocardiographic monitoring.
2. Perform a CT and subject him to percutaneous treatment.
3. Administer fibrinolytic agents.
4. Perform a CTwith contrast ora transesophageal echocardiogram,
in add ition to informing the cardiovascular surgeon.
S. Perform a thoracic CT and admit into the lntensive Care Unit

In the face of these clin ical signs, the first thing yo u shou ld consider is an
aortic dissection. Remember that, in an acute aortic syndrome, there is Figure 1a.
a connection w it h HBP in approxima-
tely 75% of cases. In fact, in th is case,
the poor control of the hypertension
is emphasised. From the examination
standpoint, it is very typical to find
asymmetric pulses, w hich in thi s case
are not menti oned.

The attached clin ical image shows a


clea r mediastina l widening. This is the
most frequent radiologica l finding
when a chest X-ray is performed on
this type of patients. Sometimes we
may also find pleural effusion, usually
on the left side, due to blood extra-
vasation . Do not forget that. in up to
20% of cases, the chest X-ray may be
absolutely normal.

As answer no. 4 indicates, we shou ld


perform a CT with contrast and notify Figura 1b. CT image with anatomical reconstruction, w hich shows a dissection in the false lumen (arrows).
the hea rt surgeon, since it is most likely
that this is an ascending aortic dissection (Stanford type A), the treatment Remember that, if it is a type-B dissection, the treatment is conservative.
whereof is surgical. In the event that a CT is performed, we could find an
image as that shown below. Pay attention to the arrows, which show the Fuente: García Macarrón J. Casos clínicos en imágenes. Madrid. CTO Edi-
false lumen wherein the dissection is shown. torial, 2012.
• Cirugía cardiovascular

Recommended reading 2

67-year-old patient, without any history of interest, visits the Emer-


gency Room dueto an intense 4-hour-long thoracic pain that radiates
to the neck. The ECG is the one shown below. What would be the opti-
mal strategy to treat this patient? [Figure 2a]:

l. Thrombolytic therapy with intracoronary tissue plasminogen ac-


tivator only.
2. Thrombolytic therapy with intravenous tissue plasminogen acti-
vator plus acetylsalicylic acid (ASA).
3. Thrombolytic therapy with intravenou s TNK plus heparin.
4. Primary angioplasty. Figure 2a.
5. Low-molecular-weight heparin
in therapeutic doses and ASA.
SUSPICION OF ACS-STE
The clinical signs presented could
ANAMNESIS
be summarised asan acute corona ry EXAMINATION - - - - - Evaluate V3R, V4R, V7-V9
syndrome with ST-segment eleva- ECG (< 10 minutos)
tion (ACS-STE), wh ich, as you may
observe, is elevated in V3, V4 and, ------- + --------- -------.
Consider ECHOCARDIOGRAPHY
ALTERNATIVE
to a lesser extent, in VS . Therefore, it DIAGNOSES

corresponds to an anterior AMI. The t


Pertinent
SERIATION NECROSIS MARKERS
t
treatment of choice is primary ang io- Tests
Actions PERSISTENT ST-SEGMENT ELEVATION
Treatment
plasty. Fi brin olysis must be cons ide- LEFT BUNDLE BRANCH BLOCK
red if angioplasty is not avai lable, al- t
beit limiting its use with t ime criteria. ECG monitoring
Rest
On the other hand, we must al so use
Oxygen
anti-aggregation drugs, combin ing Anti-emetic opiaceous agents
ASA and cl opidogrel, since this com- Monitor BP and peripheral perfusion
ASA
bination has been shown to improve
REPERFUSION THERAPY
surviva l as compared to the use of a
single anti-agg regation agent. An- VES
t
-+- Primary PTCA possible in less than 2 h? -+- NO
swer no. 5 wou ld have been suitable
in the face of an acute coronary syn-
drome WITH OUT ST-segment eleva- Contraindications?
VES -- FIBRINOLVSIS - NO
tion.
t
FIBRINOLVSIS
EFFECTIVE -+-- (extrahospitalary or - INEFFECTIVE
hospitalary)
t t
Fuente: García Macarrón J. Casos clíni- CONSIDER RESCUE PTCA
CORONAROGRAPHV 3-24 H
cos en imágenes. Madrid. CTO Editorial,
2012. Figure 2b. lnitial action in ACS-STE
Cirugía cardiovascular 1 Bibliografía

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Cirugía cardiovascular

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