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MODULO 2
COMPRENSIÓN DEL TERRITORIO E IDENTIDAD LOCAL

LECCIÓN 2.2 Procesos de construcción de la identidad local

¿Cómo se forjan las identidades locales?, ¿a partir de qué elementos? En esta segunda
lección revisaremos la idea de procesos en la construcción de identidades, entendiendo
que éstas son un producto histórico-social.

La identidad local muchas veces es difícil establecerla en singular. El plural es lo más


común y responde a distintas identidades que emergen de procesos, historias, situaciones
y una serie de otros factores que interactúan en el plano local.

La articulación entre lo local, los territorios administrativos que están en juego, las
diferentes características socioculturales, entre otros elementos, es la que permite esbozar
procesos identitarios. Estas identidades se entienden siempre en formación y mutación, en
diálogo con situaciones y procesos de diversa complejidad.

Construcción de identidad y características socioculturales 2

Los procesos de construcción de identidad asociados al territorio o espacio local, tienen


directa relación con las características socioculturales arraigadas en ese espacio. Dichas
características dicen relación con todos aquellos valores y representaciones de los
habitantes que influyen en su relación con el espacio, en sus formas de entender su vida
cotidiana.

Estos valores acontecen en espacios físicos: en las viviendas, que se insertan en un


barrio, en una ciudad y en una región, realidades espaciales donde se desenvuelve la vida
cotidiana. Y, de acuerdo a lo revisado en la lección anterior, este espacio no es neutral, ni
homogéneo, ni unitario, sino el resultado dinámico de interacciones y disputas entre
grupos sociales

Esto le quita la simpleza de considerar al espacio como una realidad física y material, y nos
obliga a observar el entramado de sujetos y relaciones que conforman su complejidad
social. Como afirma el sociólogo chileno Patricio De La Puente el ser humano es un ser que
“no sólo percibe los elementos del ambiente, sino que también los conoce y los valora, y al
valorarlos orienta su comportamiento hacia el logro de metas y a la disposición de objetivos
valiosos”.
La noción de lugar

De este modo, se va conformando el lugar, concepto que expresa la relación entre sujeto
y entorno. En el lugar concurren tres elementos: un individuo, una colectividad y el
medio físico-construido que habitan.

La relación significativa que el sujeto establece con el espacio que habita debe ser
comprendida desde la historia y densidad de experiencias cotidianas. Esta importancia de
la variable tiempo confirma la idea que el lugar es un proceso, ya que ocurre en un
momento y ciclo de vida singular.

En la adaptación y construcción del territorio, el espacio físico acondiciona y es


condicionado por la dimensión social. De este modo, entre ambas dimensiones existe una
relación dinámica, ya que “en la medida que toda sociedad requiere de una estructura
físico espacial para expresarse, el espacio físico resulta producto de una elaboración
consiente e histórica, y por lo tanto socio-cultural” por lo que la construcción del territorio
es histórica, contextual y está constantemente transformándose.

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Identidad, integración social y pertenencia

En el proceso de construcción del territorio, los sujetos necesitan darle forma, uso y
significación particular. Dentro de esta construcción, se reconocen tres componentes que
están en juego y estrechamente relacionados: la identidad, la integración social y la
pertenencia

La identidad se define como un proceso en el cual los individuos o los grupos de


individuos se diferencian y se interrelacionan, en virtud de las características particulares
que comparten, que los unen y los distinguen de otros individuos.

En relación a esto, el sociólogo chileno Jorge Larraín señala que la identidad “se refiere a
una cualidad o conjunto de cualidades con las que una persona o grupo de personas se ven
íntimamente conectados.” En este sentido la identidad tiene que ver con ciertas
características o singularidades con las que individuos y grupos se definen a sí mismos y
buscan ser reconocidos.

Por su parte, la integración social supone una red de relaciones que conforma una
identidad colectiva, actuando como soporte espontáneo entre personas y colectivos,
confiriendo el sentido de comunidad.
Por último, la pertenencia es entendida como la adscripción y vinculación de un sujeto
a un grupo social diferenciándose de otros, permitiéndose definir un territorio como
propio a través de una delimitación físico espacial.

La relación entre habitantes y sus territorios

Al momento de analizar la relación que los habitantes construyen con sus territorios,
debemos observar las interacciones entre los sujetos con el espacio que los rodea, y cómo
con sus historias y emociones van desarrollando un lazo con el espacio. Esto supone poner
atención a varios aspectos:

En primer lugar, el aspecto simbólico: este hace referencia a cómo los sujetos dotan de
significado los espacios que habitan, a partir de una historia, contexto pasado,
emocionalidad e identidad particular. Así, puede ser entendido como: elementos
espaciales, apropiados y significados, que permiten a los individuos que conforman un
grupo percibirse como iguales en la medida en que se identifican con ese espacio y, al
mismo tiempo, como diferentes de otros grupos en relación con el espacio y los elementos
por ellos simbolizados y apropiados.
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En segundo lugar, el aspecto identitario, que permite fortalecer el desarrollo de una
identidad con el lugar. Este lugar representa un conjunto de significados y símbolos con
los que las personas pueden identificarse, a la vez que representa también una expresión
de su identidad.

Finalmente, el aspecto del apego: implica desarrollar un sentimiento de pertenencia y de


cariño hacia el lugar que se habita, un amor por el espacio. Este apego se explica con
frecuencia a partir del tiempo de residencia, la percepción que tenemos de las
características físicas del entorno y nuestra implicación en la red social de nuestro
territorio.

Conclusión

Al apropiarse del espacio, las personas se sienten identificadas con el lugar que habitan, y
desarrollan de este modo una identidad a su alrededor.

En este sentido, la identidad debe considerarse como un concepto dinámico, donde los
miembros de una colectividad no necesariamente comparten una sola cultura. Más bien, se
concibe una multiplicidad de identidades, donde los individuos asumen ciertos rasgos y
pautas para diferenciarse y distinguirse dentro de un mismo espacio.
Sobre el espacio urbano se dan procesos a través de los cuales los individuos se identifican
con ciertos espacios, lo que supone una distinción con quienes no comparten el mismo
grado de pertenencia, valores, costumbres o formas similares de relacionarse como grupo
al interior de este espacio. Esto implica que para reafirmar la identidad con el territorio, se
necesita de otros con quienes mantener la diferencia y reafirmar la distinción.

Este estrecho vínculo entre la construcción del territorio y la identidad local nos permitirá,
en el módulo siguiente, discutir el rol que tienen los procesos socioculturales a la hora de
enfrentar y prevenir situaciones de catástrofe, y desarrollar procesos de reconstrucción de
los territorios.

Para citar este material educativo:

Salgado Vargas, Marcela y Fuster Farfán, Xenia (2015) Obra acogida a licencia de
“Procesos de construcción de la identidad local”. Material del Creative Commons Atribución-
curso "Vulnerabilidades ante desastres socionaturales", No Comercial- CompartirIgual
impartido en UAbierta, Universidad de Chile. 4.0 Internacional.
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