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El documento analiza la obra "Una y tres sillas" de Joseph Kosuth desde la perspectiva de la distinción platónica entre el mundo sensible e inteligible. Explica cómo la obra ejemplifica la diferencia platónica entre una silla material, su representación y la idea abstracta de una silla, y cómo esto se relaciona con la distinción platónica entre lo real y lo aparente en la alegoría de la caverna.
El documento analiza la obra "Una y tres sillas" de Joseph Kosuth desde la perspectiva de la distinción platónica entre el mundo sensible e inteligible. Explica cómo la obra ejemplifica la diferencia platónica entre una silla material, su representación y la idea abstracta de una silla, y cómo esto se relaciona con la distinción platónica entre lo real y lo aparente en la alegoría de la caverna.
El documento analiza la obra "Una y tres sillas" de Joseph Kosuth desde la perspectiva de la distinción platónica entre el mundo sensible e inteligible. Explica cómo la obra ejemplifica la diferencia platónica entre una silla material, su representación y la idea abstracta de una silla, y cómo esto se relaciona con la distinción platónica entre lo real y lo aparente en la alegoría de la caverna.
Tomando como punto de referencia la división ontológica que
realiza platón sobre la teoría de las ideas en un mundo sensible y uno inteligible, se podría decir que la misma es la base del arte conceptual, movimiento al cual pertenece la obra de Kosuth. Al analizar la imagen es inevitable obtener la particularidad y ejemplificación que platón expone en el dialogo entre Sócrates y Glaucón, al mostrar como la idea de silla convive con la obra y la representación de la idea hecha por el artesano como llamaría Platón al carpintero (Pag 506 b).
Si bien la diferenciación entre los tres conceptos es evidente y en
cierto punto resulta obvia si se tienen como referencia la creación Kosuth, es indispensable establecer una conexión entre conceptos con la distinción que hace platón en la alegoría de la caverna sobre lo real y lo aparente, volveríamos así al principio de la distinción entre lo sensible y lo inteligible, viendo como el concepto de la pintura bajo una análisis meramente visual se instala como real, como el concepto propio de silla, o la representación de la idea de silla omitiendo así que lo real para platón o lo legitimo no concierne sobre la palabra o el concepto si no a idea de la silla, idea que pertenece a la mundo de lo inteligible.
Bajo estos parámetros trasladarnos al ion en donde platon expone
aun con el recelo que guarda hacia la figura del poeta en la entigua grecia la facultad del poeta mismo de mostrar las cosas como reales en apariencia aun cuando no lo son, mostrar la silla como la idea de silla aun cuando es una imitación, la cual nunca llegara a materializar la idea de silla ya que esto fue hecho ya por dios.