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El documento discute la relación entre la creatividad y la filosofía. Explica que aunque la creatividad no constituye un ámbito propio de la filosofía, conceptos filosóficos como la gnoseología e intuición han sido tratados de forma tangencial en relación con la creatividad. También señala que el origen del concepto de creatividad se remonta a raíces indoeuropeas y que la noción actual de creatividad es el resultado de una hibridación entre elementos bíblicos y la teoría platónica de la an
El documento discute la relación entre la creatividad y la filosofía. Explica que aunque la creatividad no constituye un ámbito propio de la filosofía, conceptos filosóficos como la gnoseología e intuición han sido tratados de forma tangencial en relación con la creatividad. También señala que el origen del concepto de creatividad se remonta a raíces indoeuropeas y que la noción actual de creatividad es el resultado de una hibridación entre elementos bíblicos y la teoría platónica de la an
El documento discute la relación entre la creatividad y la filosofía. Explica que aunque la creatividad no constituye un ámbito propio de la filosofía, conceptos filosóficos como la gnoseología e intuición han sido tratados de forma tangencial en relación con la creatividad. También señala que el origen del concepto de creatividad se remonta a raíces indoeuropeas y que la noción actual de creatividad es el resultado de una hibridación entre elementos bíblicos y la teoría platónica de la an
do, la creatividad no constituye un mbito propio de la filosofa, aunque, obviamente, la especulacin filosfica entendida de un modo ms amplio no ha dudado en tener en cuenta las apor- taciones al respecto de la psicologa, la pedagoga o de la misma la publici- dad. 2 En todo caso, no existe una teo- ra propiamente filosfica de/sobre la creatividad, al menos en su acepcin actual; en un sentido laxo, en cambio, el tema ha sido tratado de una manera vaga y tangencial por ciertas vertientes de la gnoseologa e incluso en la estti- ca (la teora romntica del genio, sin ir ms lejos). 3 Recordemos, aunque slo sea a ttulo de ancdota, que el trmino creatividad ni siquiera aparece en los diccionarios especializados de referen- TALAIA talaia La creatividad como problema filosfico 1 Ferran Sez Mateu 1 Este artculo reproduce, en lneas generales, la ponencia inaugural del III Simposium de profesores universitarios de creatividad publicitaria, que se celebr en Barcelona los das 24 y 25 de marzo en la Facultat de Cincies de la Comunicaci Blanquerna (Universitat Ramon Llull). 2 MARN IBEZ, R. La creatividad. Barcelona: CEAC, 1980, p. 5-10. 3 ARGULLOL, R. El Hroe y el nico. El espritu trgico del Romanticismo. Madrid: Taurus, 1982, p. 294-300. BAYER, R. Historia de la esttica. Mxico DF: FCE, cap. IV, II. cia, como el Ferrater Mora y otras obras similares. 4 En consecuencia, la mera transposi- cin de determinadas concepciones epis- temolgicas de origen filosfico al mbi- to mencionado el de la creatividad entendida en su sentido actual resulta- ra claramente abusiva. 5 Por otra parte, el carcter a veces ultratcnico de muchos conceptos filosficos puede llegar a yux- taponerse fatalmente al sentido habitual, coloquial o no especializado del mismo trmino. Por ejemplo, la palabra intui- cin tiene un uso relacionado con el campo semntico de la nocin de creati- vidad en el lenguaje comn, mientras que en Kant, en cambio, est vinculado a las condiciones de posibilidad del conocimiento sensible (definidas en la Crtica de la razn pura, concretamente en la Esttica trascendental). 6 Lo mismo podramos decir del trmino imaginacin (Einbildungskraft), que tambin se define en la Esttica trascen- dental como la reduccin en una sola imagen de la diversidad de la intui- cin. 7 El uso tcnico y el coloquial de esa nocin no tienen, literalmente, nada que ver. Con estos dos ejemplos quere- mos mostrar que el propsito de cons- truir o ms bien reconstruir una teo- ra de la creatividad basada en los ejes conceptuales de la gnoseologa clsica nos sita ante un campo minado. 8 Dicho esto, conviene recordar y subrayar que ningn concepto de envergadura como la propia nocin de creatividad surge ex nihilo. En gene- ral, este tipo de conceptos constituyen, en realidad, el resultado de un conjunto muy complejo de sedimentaciones y adherencias semnticas que a menudo se pierden en el tiempo. El origen ms remoto del trmino creatividad se remonta a la raz indoeuropea ker-, que en latn dio lugar al trmino creatio. 9 La misma raz explica el origen de la diosa de la fecundidad agrcola, Ceres (de donde deriva cereal). 10 El verbo crecer tiene el mismo origen. La raz alude, pues, al paso o transicin de algo pura- mente embrionario a algo completo o consumado (como, por ejemplo, una semilla o un espermatozoide de ah proviene, por cierto, la extraa voz criadilla para referirse a los testculos). Ese sentido primigenio, literalmente arcaico, del trmino an nos resulta reco- nocible, pues, de alguna manera, todava consideramos el hecho creativo como la 208 TRPODOS 4 FERRATER MORA, J. Diccionario de Filosofa. Ed. revisada por J. M. Terricabras. 4 vols. Barcelona: Ariel, 1994. 5 COLLINGWOOD, R. Los principios del arte. Mxico DF: FCE, p. 126-134. 6 KANT, I. Crtica de la razn pura. Trad. de Pedro Ribas. Madrid: Alfaguara, 1984, vol. I, cap. 1, p. 65. 7 KrV, A-120. Ibid., p. 144-145. 8 Ese campo minado suele traducirse habitualmente en una lectura psicologi- cista de la teora del conocimiento de Kant. 9 ROBERTS, E. A.; PASTOR, B. Diccionario etimolgico indoeuropeo de la lengua espa- ola. Madrid: Alianza Diccionarios, 1996. 10 ASIMOV, I. Las palabras y los mitos. Barcelona: Laia, 1981. 209 transformacin de una idea difusa, oscu- ra y latente en un concepto ntido o defi- nido que puede ser comunicado e incluso aplicado. Ah tenemos la base, pero no el resultado final del concepto tal como ha llegado hasta nosotros. Para entenderlo correctamente debemos apelar a las dos bases de nuestra cultura: la tradicin gre- colatina y la judeocristiana. La prenocin de creatividad es decir, las coordenadas conceptuales tci- tas en las que se asienta ese concepto que ha atravesado la cultura occidental constituye, en este sentido, una deriva- cin espuria de elementos muy diversos. Bsicamente, supone una compleja hibridacin de ciertos pasajes cruciales y muy conocidos del Gnesis bblico con la teora de la anmnesis platnica (cuyo origen es anterior a Platn y cuyas deri- vaciones histricas posteriores trascien- den muy ampliamente la figura del fil- sofo griego, como en el caso de Freud). Es muy importante sealar que la mencionada hibridacin no explica ni pretende explicar qu es la creatividad, sino cul fue el punto de partida que a travs de diversas vicisitudes condujo al concepto actual, incluidas sus sutiles contradicciones. En este sentido, cabe sealar que no estamos haciendo pros- pectiva, sino arqueologa (sin la cual, por cierto, la prospectiva slo es un juego incierto que a veces conduce al descubrimiento del Mediterrneo). Una manera plausible de desglosar la prenocin de creatividad que tratamos es relacionar las siguientes cuatro ideas: a) La racionalidad creativa nunca es activada por la misma racionalidad, sino que requiere un oscuro trasfondo irra- cional que hace las veces de semilla o embrin. Eso queda perfectamente ilus- trado en el Menn de Platn, concreta- mente en el llamado episodio del escla- vo (cuyo reto es duplicar un cuadrado dibujado en la arena y cuya solucin pasa por el uso de la diagonal de la figu- ra, que conduce a raz de dos y que para los griegos era una magnitud irra- cional). Segn esta concepcin, crear es el resultado de una decisin, obvia- mente; pero a diferencia de la mayora de las acciones humanas, la creacin efectiva no depende slo de esa decisin. Hay algo dentro de nosotros, pero ese algo no puede ser activado a voluntad (cosa que s ocurre en otras actividades intelectuales humanas la mayora, como, por ejemplo, la memorizacin de un poema, la ordenacin alfabtica de un conjunto de palabras o la solucin de un clculo aritmtico sencillo). 11 La idea de inspiracin, codificada sobre todo en el romanticismo, pero perfecta- mente detectable en el Renacimiento y en el barroco bajo la forma de diga- mos melancola productiva, resume perfectamente esa actitud. Se presume la existencia de un resorte en el creador, pero nunca del creador. La nocin que est en juego es, pues, la de voluntad. De una persona que es incapaz de memori- zar un poema o una partitura diramos que o bien es un vago o bien es un tonto, pero jams acusaramos a nadie TALAIA 11 SEZ MATEU, F. Comunicaci i argumentaci. Barcelona: Trpodos, 2003, cap. III (Papers dEstudi). 210 de ser incapaz de redactar las tragedias de Shakespeare o de componer las can- tatas de Bach. La razn es bien sencilla: eso no depende slo de nuestra cons- tancia (es decir, de nuestra voluntad) ni tampoco de nuestro talento (los grandes artistas tambin se bloquean a menu- do), sino de un mecanismo oscuro, arbi- trario y errtico que afectaba a Shakes- peare o a Bach, pero que no perteneca a Shakespeare o a Bach. b) La actitud creativa constituye una forma de reminiscencia que ser inter- pretada segn la poca en distintas cla- ves. La diversidad de esas codificaciones puede llegar a confundir, aunque, como veremos a continuacin, todas estn atravesadas por un elemento comn perfectamente reconocible cuyo patrn es una muy determinada versin de la filosofa platnica. La penetracin del platonismo en la cultura occidental es un tema muy complejo que no vamos a desarrollar aqu. En todo caso, es evi- dente que una de las vas ms claras debe situarse en el agustinismo y sus mltiples derivaciones dentro del pensa- miento cristiano. Es importante sealar que la cosmovisin platnica trasciende el mbito cerrado de la filosofa especia- lizada y se transforma muy pronto en mentalidad. Vamos a comprobarlo comentando dos obras literarias muy conocidas y que, adems, fueron objeto de diversas transposiciones audiovisua- les: Robinson Crusoe, de Daniel Defoe (1719), y Tarzan of the Apes, de Edgar Rice Burroughs (1914). Crusoe y Tarzn se hallan en una situacin de aislamien- to que superan recuperando la tecnologa de la cultura de la que provienen y apli- cndola crea-tivamente a circunstancias para las que sta no haba estado previs- ta. Crusoe se salva justamente porque es capaz de recordar tcnicas que, como el propio personaje afirma, crea olvidadas (fabricar sogas, construir una mesa, etc.). Crusoe es creativo slo en la medida en que es capaz de recordar. El caso de Tarzn supone otro estadio, porque la memoria cultural es sustituida literal- mente por la memoria gentica o, mejor dicho, racial, de acuerdo con la mentalidad dominante de la poca. El Tarzn cinematogrfico de los aos treinta del siglo pasado momento lgido de las teoras racistas, y no slo en la Alemania nazi construye algo pare- cido a un apartamento neoyorquino, con un ascensor movido por un elefan- te, un ventilador accionado por un chimpanc, etc. Pero si Tarzn ha sido criado por los monos, cmo es posible que recuerde algo que en realidad no ha visto jams? La explicacin se da en clave racista: Tarzn es un blanco anglo- sajn y a esa condicin le es inherente una determinada manera de ser que va mucho ms all de las caractersticas fsi- cas. Se trata de una verdadera substan- cializacin de la memoria. Eso explica que sea capaz de crear una tecnologa pareci- da a la occidental y completamente ale- jada de la de sus vecinos de raza negra. 12 Desde una perspectiva absolutamen- te diferente, tambin Freud, en su obra TRPODOS 12 SEZ MATEU, F. La invenci de lhome. Barcelona: Prtic, 1998, cap. II. 211 Psicoanlisis del arte, explicar la creativi- dad a travs de una forma de reminis- cencia cuyo referente es el subscons- ciente. El artista no crea sino que en realidad reelabora una reminiscencia a menudo asociada a un acto onrico o a un recuerdo traumtico. En la explica- cin de su propia obra pictrica, Salvador Dal llevar esa explicacin a lmites delirantes. c) Tanto en la tradicin judeocristiana como en la grecolatina la creatividad se sita, por norma general, en el contexto moralmente ambiguo de la transgre- sin. 13 De hecho, los primeros eventos propiamente creativos que relata el Gnesis es decir, aquellos en los que se hace un uso eficaz o funcional de un objeto para una finalidad no prevista, y por tanto innovadora se hallan siem- pre en el contexto de la transgresin. Por ejemplo, Adn y Eva usan hojas para cubrirse (despus de haber cometido el pecado original) y Can hace uso de la quijada de un animal para dar muerte a su hermano Abel. De la misma manera que la tesis platnica, trascendi su con- texto histrico y acab siendo reflejada desde determinadas pticas modernas, el esquema veterotestamentario tambin tiene correlatos muy recientes. El ms conocido es, probablemente, el que recre Stanley Kubrik en la clebre escena de 2001, una odisea del espacio. La prime- ra conducta propiamente inteligente del homnido conduce al asesinato de un congnere. El fmur utilizado se transfor- ma lentamente en una sofisticada nave espacial mientras la rotunda y turbulenta msica de Richard Strauss da paso a la amable ligereza de un vals de Johann Strauss. Esa metfora visual y sonora del paso de la animalidad a la civilizacin asocia la nocin de creatividad a la de transgresin, y sta a la idea de progreso entendido en un sentido trgico (es decir a la manera de Spengler, no de Hegel). Esta constatacin nos lleva directamente al cuarto y ltimo punto. d) El resultado de la creacin nunca es inocuo debido a que altera un orden previo considerado natural (en el sen- tido aristotlico del trmino, no en el moderno o newtoniano). En el contex- to griego, ese esquema se concreta en la paridad hybris/nmesis (es decir: trans- gresin/restitucin del orden csmico- natural). Eso es aplicable a caro y su intento de volar a travs de un uso crea- tivo de la racionalidad instrumental, y contina en lo que algunos autores lla- man la tradicin fustica. El Dr. Fran- kenstein de Mary Shelley ha pasado a la historia gracias a las innumerables pel- culas de terror no siempre de una cali- dad excelsa que adoptaron la breve novela. En su origen, el Dr. Frankenstein representa el destino trgico del hroe romntico, que se aleja de la racionali- dad newtoniana, de la ciencia conven- cional, y toma partido por una creativi- dad transgresora que rompe el orden natural de las cosas, en este caso la posibilidad de dar vida a un cadver. En el mbito de la creatividad publicitaria, ese esquema subyace todava a nivel TALAIA 13 SEZ MATEU, F. Dislocacions. Valncia: Edicions 3 i 4, 1999, cap. IV. 212 popular por medio de la nocin de subliminal, aplicada a contextos donde ese trmino resulta claramente abusivo. Hay docenas de leyendas urba- nas referidas al carcter perverso de cier- tos logotipos, como, por ejemplo, el de los cigarrillos Camel. Otras, incluso, creen ver mensajes satnicos ocultos en ciertos textos, etc. Es muy importante insistir en que los cuatro puntos que acabamos de des- glosar no constituyen algo as como una teora fundacional de la creatividad. En un sentido estrictamente filosfico, esa teora no existe. Pero tambin resul- ta obvio que la confluencia de esas cua- tro prenociones ha dado lugar a una determinada mentalidad (en el sentido preciso de entramado de ideas no for- malizado) que ha marcado genrica- mente la cultura occidental. El trmino occidental, por cierto, resulta aqu fundamental. No es nada anecdtico que en las dcadas de 1960 y 1970 las industrias japonesas o coreanas fueran tratadas despectivamente de meras imi- tadoras incapaces de ir ms all de los modelos tecnolgicos occidentales de crear, en definitiva. De alguna mane- ra, con ese juicio de valor los occidenta- les remarcbamos el carcter problem- tico pero a la vez fructfero de la trans- gresin, que en Oriente parece slo aso- ciada al caos y la catstrofe (al menos eso es lo que se desprende del cine cl- sico japons, por ejemplo). La prenocin de creatividad que hemos desglosado, entendida como un extrao hbrido de transgresin y remi- niscencia, slo es interrumpida a partir de principios de los aos setenta del siglo pasado, por dos razones que aca- ban confluyendo casualmente aunque no tengan nada que ver entre s. En pri- mer lugar, la mente humana pasa a ser interpretada desde la metfora del tel- fono a la del ordenador (mucho antes la mente haba sido un mecanismo pre- cisin Descartes, despus una mquina de vapor con su correspon- diente vlvula de escape Freud, etc.). 14 La metfora informtica trans- forma el cerebro en una conjuncin de hardware (determinado genticamente) y software (condicionado culturalmen- te). Esta nueva metfora parece ms cientfica que la anterior; pero, como ha sucedido siempre, slo es una nueva metfora adaptada al entorno tecnol- gico. 15 En segundo lugar, la emergente contracultura de aquella poca asocia la idea de transgresin a lo ldico (psi- codelia, etc.) as como a la idea de auto- rrealizacin personal. La creatividad entendida como un componente de la racionalidad instrumental susceptible de ser mercantilizada trasciende abso- lutamente las expectativas de esa poca. 14 SEZ MATEU, F. Qu (ens) passa? Barcelona: Proa, 2003. 15 SEZ MATEU, F. Una derivaci anmala del racionalisme: impostures de la cincia contempornia. Lespill, nm. 11. TRPODOS