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·upermachos y Los
A chados, Mafalda y Peanuts,
Charlie Brown y La Pequeña Lulú,
el comic Underground y el comix·-
arte ... Similitudes y
contradicciones de forma y de
fondo que son analizadas con
claro tino. Y nadie se escapa, ni el
Asterix Supergalo ni el Flash
Gordon ~ orteamericano . Leyendo
las pági~as de este libro, no nos
cabe la menor duda: El Comic es
algo serio ... ¡GULP!
LOS AUTORES:
David Alfie
Luis Arrieta Erdozáin
Phillipe Bac
Leobardo Cornejo
Ariel Dorfman
Marina Escobar
Mark James Estren
Cario Frabetti
Luigi Grecchi
Román Gubern
Jeffrey H. Loria
Armand Mattelard
Carlos Mosiváis
Rebeca Orozc·o
Orlando Ortíz
· Rafael C. Reséndiz
Zalathiel Vargas
Marta Watts
Prólogo de
Paco lngnacio Taibo 11
EL
COMI(;
EL
COMI<;
LOS AUTORES
David Alfie
Luis Arrieta Erdozáin
Phillipe Bac
Leobardo Cornejo
Ariel Dorfman
Marina Escobar
Mark James Estren
Carlos Frabetti
Luigi Grecchi
Román Gubern
Jeffrey H. Loria
Armand Mattelart
Carlos Monsiváis
Rebeca Orozco
Orlando Ortiz
Rafael C. Reséndiz ~Colección
Zalathiel Vargas
Marta Watts
vnicación
Prólogo de EDICIONES EUFESA
Paco Ignacio Taibo 11
INTRODUCCION 7
El editor
l
10 11
APRECIACIONES
TE O RICAS
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12
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1
1
14 ,.,1 Carlos Monsiváis 15
Y todo el mundo dijo ¡Gulp!
Personaje central: comics o "monitos" o historietas. Abher?), y asf sucesivamente, para mencionar algunos casos.
Ubicación social: los mass media o medios de comunicación masiva. Gran reavivamlento: A principios de ·los sesentas, cuando ya se
Mcluhaniana inferior (antes de que Mcluhan estuviese tan puesto decretaba la e.x tinción del comic, emerge con estrépito Jo pop, se
entre paréntesis por la crítica). "Los comics -dijo McLuhan- son deifica a ;fa onomatopeya (¡Santo CRASHI) y la manía del camp que
una forma altamente participaría de expresión, adaptada de modo glorifica a Bob Kane y su hazana de 1939 (primer episodio: Bruce
perfecto al mosaico del periódico. Proveen, también, de un sentido W ayne d~ciae v-engar a sus padres asesinados por un gángster) y
de continuidad de un día a otro". produce mtentos de renovación, como Marvel Comics de Stan Lee.
Adversarios (sin orden alfabético): Crisis existencial: Trascendida la manía camp, sobrev1ene una reva·
- desprecio/interés efímero/desprecio de los intelectuales que a) leración política del comic que ahora soporta una agonía de satura-
lo consideraron la absoluta negación de la lectura, b) lo redes- ción Y tedio, agravada por el avance fulmíneo de la televisión.
cubrieron como pop-art, y e) buscan situarlo como sujeto de mani - M_étodo ~xpo~itivo o de divulgación: Me utilizo como conejillo de In·
pulación ideológica. ?•as .. M1 pnmera experiencia con los comics, borrosa pero
- repetíción infinita de temas y situaciones (o ¿cuántos millones meqUJvoca, se da en un tiempo anterior al auge de la industria cul·
de toneladas de Kriptonita han quedado flotando cerca de la tierra, t~ral en México, en la déc~da de los cuarentas, cuando la experien·
Clark Kent?). c1a de la Segunda Guerra Mundial se asimilaba a través de las tiras
- falta de estímulos creativos (el anonimato del gigantesco proce- cómicas de los diarios.
so industrial). Obligadamente, estos comic-strips eran traducciones de las series
- falta de represión avivadora (la imposibilidad de afrentar a la no~tea_merican"s acreditadas: Pepita (Blondie), Educando a Papá
Permissive Society, Sociedad Consentidora o Sociedad de Manga (Bnngmg Up Father), Jorge el Hombre Relámpago (Flash Gordon),
Ancha). Jorge el Piloto (?milin' Jack), Mutt y Je{{, Mandrake el Mago
- TV (que le ve -afirma McLuhan- como un verdadero rival y no (Mandrake t~e Magician), El Fantasma (The Phantom), Dick Tracy,
como un complemento). Terry Y los P~ratas (Terry and the Pirates), Mamá Cachimba (Li'l Ab-
- pop-psicología (los analistas que a todo Batman y Robin les ad- ner), El Pat~ Donald, El Ratón Mickey, Anita la Huer{anita (Little
judican motivos de todo Osear y Lord Alfred, o que lesbianizan a Orphan Anme), Tarzán, El Príncipe Valiente. Es decir, nuestro ava-
Marvila). salla.nte ingreso visual al paraíso elemental de una burguesía y una
- su carácter de propaganda de un modo de vida que es apología ~ed1a en proceso de crecimiento internacional y en vísperas de
de un Sistema (casi cualquier comic, de Archie a Sleue Canyon) o el maugurar formalmente la Sociedad de Consumo.
hecho de que el medio continúe siendo, pese al pornocomic francés "Había aún -indica con mentira retrospectiva McLuhan- ado-
tipo Barbarella o a los ensayos de anacronismo de Aslerix, una lescencia ~n esos días, y todavía se daban los ideales remotos y Jos
contribución de Norteamérica a (o contra de) la humanidad . sueños pnvados y las metas visualizables" .
- estragamiento imaginativo (o los episodios donde Lois Lane se A. partir de mi primer contacto con el comic, supe confusamente
imagina lo que sucedería si se casase cori Lex Luther o la actualiza- (y s1_n enterarme de mi conocimiento) que allí se manifestaba una
ción de Batman en lenguaje o dibujo, mientras el Pingüino pretende realidad compacta, segura, limpia; una especie de claustro mater·
robar, con paraguas-helicóptero, una exposición de joyas). no. F~era del comic empezaba la otra realidad, la ya no previsible o
- pop-sociólogos (o ¿qué opina usted de las técnicas de escapis- reduc1ble a breves riesgos sucedidos de continuos happyendings·
mo y localización del cuadro de intereses de la clase media baja que empezaba la inseguridad, los recelos, el borracho tirado fuera de 1~
proviene de medios rurales?). escuela,_ las casas de mis compañeros o de mis amigos que no
- liquidación de los grandes talentos (o ¿quién pu ede res istir sin respond_1an a ~a amplitud y el confort de las casas de los personajes
mengua un trabajo tan absorbente e insaciable:> O ¿en qu é han ter· de com1cs. S1n saberlo, pero sólidamente, advertí en el comic el
minado el Milton Caniff de la prim~ra época de Tc rry y los Pira tas , el campo d~ ~na se~uridad, de una suerte de sueño programado don-
Will Eisner del Spiril, el Al Capp de los primero s años de Li'l de no ex1st1a el t1empo ni el trabajo ni la competencia y en donde
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aparecían villanos y gángsters para enriquecer las ventajas de mi se- c ión que le permitirá serlo) de los grados y las maneras en que se le
guridad. Antes de conocer Disneylandia la adiviné, el vasto metali- ha enajenado, manipulado, controlado. Ahora ya se reconocen los
zado sueño primario de la clase media, el territorio de exaltación de procedimientos que le infiltraron un código de valores que no le
la irrealidad e ilusiones. c orrespondían , que le entregaron indefenso al goce marginal del
En el comic lo hallaba todo: la conducta más recompensable, las consumo. Uno, víctima del colonialismo, ha forjado su sentido ima-
casas donde me interesaba vivir, las aventuras que consentían el de- g inativo y su sentido del humor en el cine, en la televisión , en la ra-
but de un niño como vicario o representante de los héroes. El senti- d io, en el comic . Examinarse es descubrirse cooptado, invadido de
do del medio nulificaba los riesgos: Flash Gordon podía ser comba - reflejos condicionados, dispuesto a decir smack! al saborear o
tido en el planeta Mongo con saña indecible , pero la perfección del plash! al caer el agua , receloso o indignado ante el desorden y cre-
dibujo restauraba la confianza. Tarzán en la selva o el Príncipe Va- yente en lo íntimo de que el Benemérito era un zagal oaxaqueño
liente en la corte del Rey Arturo no abandonaban por un instante su qu e, cuando decía la frase mágica "El respeto al derecho ajeno es la
expresión nítida , acogedora, clean. Los dibujos cuidadísimos los p az", se convertía en Benito Juárez, protector de los humildes,
volvían inmortales, más allá del peligro verdadero. 1SHAZAM! ¡BOOM!
¡Ahora, qué chiste! Ya soy consciente (y puedo participar en un Des mitificación: ¿Hacia dónde va este intento de reducir a la crisis
ciclo de conferencias debido a tal convicción) que entonces como los valores "sagrados " de una sociedad , entre los que se incluye el
ahora estas series , de apariencia tan deshilvanada, defendían con comic? La desmitificación debe separar el estudio del empobreci -
grave coherencia los valores clásicos de la familia, la propiedad pri- miento simbólico de una tradición iconológica del examen de
vada y el Estado, y desempeñaban, entre otras, una obvia misión aquello que podemos retener , como legítimo y operante, de entre
enajenante. Y desciende mi duda retrospectiva: ¿a qué otro cometi- lo que recibimos. Siempre, para el colonizado su herencia es
do respondían?; además de esclavizarlo, ¿liberarán el espíritu infan- una red de agujeros . ¿Qué debe conservarse? ¿O todo nuestro re -
til? Si para responder me fío del destino palpable y visible de los ni- pertorio visual, moral , intelectual es desechable y es preciso partir
ños de aquella época, la respuesta a esta última pregunta es -y con de cero en una renovación cultural que afirme que sólo tendremos
insolencia- negativa. En muy contadas ocasiones cumplieron los cultura cuando hagamos la revolución? El peso de la utopía o del
comics varias funciones al mismo t iempo. Es muy difícil, o casi im - wish(ul thinking se cierne sobre nosotros.
posible, apuntalar y enraizar las instituciones mientras se auspicia Quizá, antes de resolver las preguntas anteriores, correspondan
un espíritu creativo y/o crítico. inventarios anárquicos o sin sistema de aquello que juzgamos rete-
Paréntesis: Antes de proseguir, anotaré dos arrepentimientos inúti - nible . Con las consecuencias entendidas, uno debe admitir su
les: a) mi ceguera artística congénita me hacía ver en el comic un deuda con el cine de Hollywood o el mexicano, con los comics
vehículo estrictamente literario. Sin rr.anera de entender excelencia extranjeros y nacionales, con las influencias extrañas y las imita -
o deficiencias del dibujo, me concentraba obsesivamente en el tex- c iones extralógicas. Por supuesto , son abyectas la mayoría de las
to. Historietas como Flash Gordon de Alex Raymond, Tarzán de Ha- películas contempladas y basura irremisible la mayoría de los ca-
rold Foster o Terry y los Piratas de Milton Caniff se convertían en mies leídos. Pero también , en ese cine y en esa subliteratura ensaya-
contribución significativa : lecciones artísticas de primer rango; b) mos grandes aprendizajes. un western de John Ford o un filme poli-
He descubierto mucho después que los comics no entendidos por c ial de Fritz Lang o una comedia musical de Minnelli o una saga de
mí en esa época eran los mejores. Ejemplo: Spirit de Will Eisner, re- gángsters con Edward G. Robinson o James Cagney o una aparición
novador en su presentación, imaginativo, dotado de un extraño y de Humphrey Bogart podían a valar un estado de cosas , transmitían
efectivo sentido del humor. Fin del paréntesis. Se abre cuestiona- su mensaje ideológico , pero también significaban otra cosa: el des -
miento e indagaciones. c ubrimiento y el redescubrimiento del rostro humano, la captación
Las generalizaciones abruman o fastidian , gracias a su condición de atmósferas , el delirio filoborgiano que acumulaba criaturas y
de inevitables. ¿Verb i gracia? El latinoamericano de clase media, en c ontinent es, la crítica a pesar suyo, el resumen que de una cultura
este periodo de auge radical, es ya consciente (o posee la informa- proponía un close-up de Greta Garbo , una irrupción brillante de
18 Y todo el mundo dijo ¡Gulp! rlos Monsiváis 19
MarleneDietrich,ungestolascivodeJeanHarlow, todas grandesmitos. A pesar de su obvia atrocidad , Corazón de Niño, e l debut de Yo-
En cierta medida , lo mismo vale para el comic . Por un lado, ha nda Vargas Dulché , consagraba un procedimiento y establecía la
subrayado enlaces y vínculos del establishment (el hogar indiscu- !ida real del comic mexicano: ya que no podía competir en recu r-
tible , el valor reverencial de la riqueza, el apego medroso a la ley, el as artísticos o técnicos, su defensa era el exceso, la falta de límites·
desti no fatal de los marginados); ha nulificado a la mujer o la ha d 1 melodrama y la voluntad imitativa. Detrás del pretendido mexi -
vuelto una parodia dictatori¡:ll (Doña Ramona) o un plagio total de lo ni smo de los diálogos de Corazón de Niño, se movía el aparato
masculino (Marvila); ha robustecido la noción de "exótico" hacien- norteamericano de protección paternalista de las minorías. Tal
do que la acepten los propios perjudicados por tales descripciones rgía de sentimientos purificadores contrastaba con el universo im-
(latinoamericanos de grandes sombreros y pequeños burritos que o luto y aséptico de las tiras cómicas y le transmitía secretamente a
viven quietos esperando la emergencia salvadora de lo extranjero y los lectores una convicción : no le tengo miedo a las lágrimas ni a la
africanos de lanzas y tatuajes que huyen ante el hombre trepado en el xaltación , ni al sufrimiento. No son tu pena sino tu recompensa . El
árbol); ha falsificado, banalizándolo hasta lo grotesco, el sent ido de m elodrama es la compensación política a nivel individual de l drama
trabajo y relaciones humanas en cualquier nivel. omo destino nacional. Nada más congruente entonces que la
¿Lo rescatable? Ha propiciado, entre frenos y manejos, el de- Ma linda de M emín, la Chulapona , rezase todo el día frente a la Vir-
sar rollo de un sentido del humor; ha sido, en países carentes de tra- gen, ni que el niño mortalmente enfermo sanase al cabo de diez epi-
dición artística y museos, una oportunidad -mínima, pero sodios, ni que el padre del niño rico se volviese bueno. Todo lo que
puntual- de atender el arte popular; ha permitido un orden imagi- d esembocase en llanto era acomodable . Al trabajar en condiciones
nativo de alcance no determinado pero evidente. Ante el chiste ado- t écnicamente desfavorables, al comic mexicano le quedaban dos al-
cenado de Pepita o de Educando a Papá, el humor jovial , la inventi- ternativas: o fracasar en sus dóciles cop ias , como sucedió con
va cómica de Al Capp en Li'l Abner; ante las tediosas y sumisas Chicharrfn y el Sargento Pistolas de Guerrero Edwards, imitación de
aventuras de Mickey y Tribilín contra Pete Pata de Palo (transforma - Mull y Jeff. o asumir el primitivismo, el corazón en la mano.
do después en Pedro el Malo con las dos piernas íntegras, debido a No condenaré al Pepín en bloque. Allí apareció la primera histo-
la protesta de lisiados de la guerra); el fervor escenográfico de Flash ri eta de Gabriel Vargas , Los Super/ocas, con un personaje admi-
Gordon, en el comic y en las series de episodios; ante el vacío rable: Don Jilemón Metralla y Bomba, un ser rapaz y canallesco, un
esplendor académico de El Príncipe Valiente, los juegos de luces y cábula (el término es insustituib le) que usaba como bastón un pollo
sombras, la sabiduría, en el manej o de zooms y medium-shols de d esplumado y en cada dibujo cambiaba de sombrero (a semeja nza
Milton Caniff. de Groucho Marx en Du ck Soup ). Don Jilemón, e l genuino " vivales
Nota autobiográfica 11: Retorno a mi infancia para extraer datos ne- a la mexicana" (hábil , sin escrúpulos, convenenciero , estafador,
bulosos. En los cuarentas, el comic nativo recibía la denominación siempre a la disposición de las circunstancias) , fue mi contacto pri-
genérica de "pepines" (así se llamase Pepín, Chamaco o Paqufn) y migenio con una reproducción de la realidad que usaba el lenguaje
era, por lo común , de formato pequeño. Un periodista burlón y de todos los días, impregnándole de intención satírica. Por vez pri-
despreciativo lo combatía con tenacidad y, ciertamente, el sepia del mera , fuera del ámbito de la caricatura o la estampa de costumbres,
Pepín o el blanco y negro del Chamaco no generaban glamour que Vargas intentaba otorgarnos personajes clave, símbolos de un Méxi-
los recomendase. La mayoría me resultaban (debieron ser) banales co al alcance del comic . La sirvienta de Don Jilemón, Cuataneta,
y truculentas y hoy estoy enterado de su condición imitativa. Una , e ncarnaba en su chaparrez y su resignación a la sufrida mujer mexi-
Corazón de Niño, tuvo un éxito desaforado conmigo y e n general. cana . Su hermano , e l Güen Ca peruza , negro a fu e r de múltiples ca-
Rep roducía , adaptándola a México entre vahos la c rimógenos , el pas de mugre, e l ranchero imbañabl e y bravucón que todo lo
molde de La Pandilla (Our Gang), la se rie d e corto s cinematográfi- arreglaba a punta de plomazos , se enfrentaba con viole nc ia a las ar-
cos sobre un g r upo de niños. Incluso plagiaron las presencias d e un gucias citadinas de Don Jilemón . Había otros c a ract e res, casi de s-
niño rico y generoso y d e un negrito (Fa rin a en e l cine , M emín vanecidos en mi memoria : los Muchacho s, prototipo d e la dece ncia,
Pingüín en el comic, con p roblemas de discriminación y ajuste). equilibrio contra el triunfo y la simpatía de la d esvergüenza . A dis-
20 Y lodo el mundo dijo ¡Gulp! arios Monsiváis 21
tancia, y quizá forzando la exégesis, intuyo en la historieta (que apa- Halcón Negro y las inefables e intercambiables vidas de santos y hé-
reció de 1946 a 1950, aproximadamente) un retrato ligero, vivaz y roes. La sociedad de consumo se establecía. En forma acuciosa,
(de algún modo) exacto, del alemanismo. Don Jilemón, embauca- Irrefutable y demasiado didáctica, Ariel Dorfman y Armand Matte-
dor y transa, podría ser, al pie de la letra, el espíritu de un sexenio 1 rt en Para leer al Pato Donald (Comunicación de masas y colo-
de la prosperidad nacional. nialismo) han señalado el mensaje imperialista de algunos de estos
Concibo a los cuarentas como una etapa de oro del comic mexi- comics. "La amenaza -precisan con respecto a Disney- no es por
cano. Aunque ya había aparecido José G. Cruz, quien habría de er portavoz del American way o{ li{e, el modo de vida del norteame-
darle, primero con Carta Brava y luego con El Santo, un tono lú- ricano, sino porque representa el American dream o{ li{e, el modo en
gubre y ominoso al comic mexicano, entonces se consolidaron Los que los EE.UU. se sueña a sí mismo, se redime; el modo en que la
Supersabios de Germán Butze, Rolando el Rabioso de Gaspar Bola- metrópoli nos exige que nos representemos nuestra propia reali-
ños y A batacazo limpio de Araiza. El lazo común era el despropósi- dad, para su propia salvación". ¡ZAP!
to, la aventura vivida a partir de una preconciencia del subde- Falta concluir que, al vender estos comics de un solo golpe, siste-
sarrollo (los inventos de Los Supersabios que no funcionan; el ma y "proceso imaginativo", enseñaron a soñar en serio, mecani·
anacronismo autodenigrante que es fuente de humor en Rolando el zando las respuestas ante lo fantástico o lo desconocido. Los ca-
Rabioso), pero A batacazo limpio lo superaba todo. Típico autor na- mies renovadores no se traducían (Pogo, por ejemplo) o se
cional de comics, Araiza captó que sus deficiencias eran sus venta- traducían mal y de modo irregular (Li'l Abner, que siguió siendo ex-
jas; el mal gusto y la vulgaridad devenían sus diferencias específicas celente mucho tiempo, pese a la creciente conversión de su autor,
con el comic extranjero y, por lo tanto, se constituían en su atracti- Al Capp, a un conservadurismo semifascista). Los cincuentas en
vo. En el dibujo de Araiza, la visualización de la métafora es demo- América Latina son una década de aceptación, equilibrio y asimila-
ledora y literal: los ojos que persiguen por el suelo a una rubia, el ción. Con ánimo inexorable, el espíritu de la clase media norteame-
puño que atraviesa el estómago, los sesos que enmarcan al suicida. ricana cayó sobre nosotros. Con esta triste suerte nos vimos angus-
Araiza comentaba la actualidad: la lucha libre, los problemas de vi- tiados. La realidad y los puntos de vista sobre la misma se confec-
vienda, los ídolos de la música popular. cionaron a pedido de Suburbia; surgieron las series de armonías
Retrospectivamente, un estilo como el de Ara iza obligá a una pre- maritales(/ Love Lucy, Papá lo sabe todo); en el cine se acoplaron
gunta: ¿hasta qué punto fue desenajenante esta incursión guerrille- Rack Hudson y Doris Day. Los cincuentas y el convenio de los tran-
ra en lenguaje y costumbres? La respuesta, sumamente crítica, no quilizantes, la pérdida de la virulencia, la tradición de la inmovili-
invalida un grado de reconocimiento. En efecto, en un momento da- dad: Lorenzo y Pepita adquirieron calma y el perro de Pomponio se
do, los comics sirvieron como material obligado de lectura a las hizo con psiquiatría. En México, el vigor de los comics nativos pali-
grandes masas recién alfabetizadas. Pero -la liberación que deció, el combate obstinado de la "prensa decente" aniquiló al pepín
esclaviza- ese mismo comic retuvo victoriosamente a esas masas y al chamaco y sólo quedó La familia Burrón de Gabriel Vargas, surgi-
en el alfabetismo rt!al. Orden cumplida de la mediatización. El uso y da en el pepín como El Señor Burrón o Vida de perro.
la recreación del idioma cotidiano, cuando carecieron de intención
ajena al exhibicionismo, terminaron instrumentando la Close-Up. La enumeración se detiene
ramplonería ... Las masas, apenas ingresadas a la · lectura, se habi- Quisiera detenerme en La familia Burrón porque, durante un pe-
tuaron con rapidez a una facilidad que solía confirmar y adular ten- riodo de (aproximadamente) quince años, expresó de modo óptimo
dencias o costumbres (comic nacional) o que decretaba como único -antes de que el cansancio o la reiteración de procedimientos ate-
modo y válido de vida norteamericano. Por un lado, la moralización nuase o liquidase su eficacia- la convivencia simultánea en un mis-
de los vicios de clases. Por otro, el desclasamiento. mo comic de un proceso enajenante y uno desenajenador (conside-
A principios de los cincuentas, Editorial Nova ro y La Prensa lanza- rando tal coexistencia ·perfectamente posible). Por un lado, la final
ron los primeros grandes tirajes de comics: los de Walt Disney, devoción de este comic hacia el Sistema imperante y sus modos de
Bugs Bunny, El Pájaro Loco, Superman, Batman, el anticomunista El vida correspondientes. Por otra parte, la burla ardiente hacia ese
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mismo Sistema. Para empezar, su formato. Un examen rápido de La provista de una regocijante vanidad, a Borola ningún desafío la ha
familia Burrón podría concluir indicando su dependencia ideológica medrado; organiza peleas de box o encuentros de lucha libre entre
de los comics sobre la típica familia norteamericana (Fulanito, Pom· mujeres, convierte a su vecindad en una selva o en una plaza de to·
ponio) y su proyecto de crear una típica familia mexicana en la se· ros, hace rifas fraudalentas (en uno de sus mejores episodios pasa
cuela de Educando a Papá: el padre sufrido y dominable, la madre Junto a un carro último modelo, le coloca un letrero de "Se rifa",
imperiosa (soberbia para el esquema de una cultura maternalista· vende los boletos y se va). A vida, infatigable, moderna, fue además
masoquista) y tres hijos (el último adoptado), adolescentes banales 1 personaje con mayor alegría vital en nuestra magra literatura po·
los primeros y niño trabajador y esforzado el tercero. En el comic pu lar, ya sea como exótica -Brigitte Borolé que baila "El
norteamericano tradicional, de aventuras brevísimas que no de· Cuchichi"-, como mujer de negocios o como imagen esencializa·
sarrollan un tema sino una variante de las circunsatancias repetiti· da del político o la mexicana que se lanza como candidata a diputa·
vas, sólo se pretende contar un chiste, uniformar situaciones. La Fa· da contra Paquidermo Chilolo por el cienavo distrito. "La Revolu·
milia Burrón, carente de estructuras redondas, fue un mínimo pre- ción ha sido frenada por chipocludos intereses ... ".
proyecto de obra abierta: describía un proceso, el de la vida diaria En contrapunto a tal fuerza de la naturaleza, Vargas opone refle·
-obviamente deformada y ofrecida ad absurdum, hasta sus conse· xivamente al esposo, Don Regino: el orden y la propiedad. Aun sien-
cuencias enloquecidas- de la clase media baja, del proletariado, do clara la intención de apoyar lo representado por Don Regino, la
del lumpenproletariado y del ámbito de la vecindad y el multifami· violencia y el ímpetu de Borola, su actuación (curiosa e inevitable)
liar. Pobreza, apiñamiento, la lucha por las diarias alubias. inclinan la historieta a su favor. Ella es la bellaquería agradecible
¿Quiénes son los pérsonajes? No el empleado medio, el white que nos hace desear su triunfo, la catarsis elemental que reivindica
collar de una agencia de seguros o de publicidad, caricatura del y reexamina. Dada la índole de tales aventuras (la misma ley final
hombre-organización que los sábados en la mañana, en su casa de con castigo que norma a las películas sobre el robo perfecto), a pe·
Suburbia, extrae la podadora antes de iniciar la brega titánica del sarde su irresponsabilidad moral y de su genio financiero y organi·
baño del perro. El héroe es un peluquero, Don Regino Burrón, pro· zativo, Borola jamás obtiene la estabilidad y la cúspide. Genuino
pietario de "El Rizo de Oro", y la antiheroína es su esposa, Boro la pícaro, nunca se enriquece, retornando de modo invariable al punto
Tacuche de Burrón, mujer-en-el-mundo que disputa en el mercado de partida. Ella, para emplear expresiones que le fuesen afines, no
por el precio de unos jitomates (que roba) y se abastece en una cocí· ha sido la "logrera" sino la "luchona", dueña y conocedora de todos
na económica (donde le fían). El impulso popular que le arrebató a los oficios. Comete sus desmanes desquitándose por su sitio en la
los personajes la nítida seguridad del environment de clase media sociedad y con la gana de asegurarle una mejor posición a su fami·
(¿Quién trabaja · o quién se preocupa por la miseria en los comics lía. Por su condicón de venida-a-menos y por su añoranza del dinero
norteamericanos?) evitó el yugo ante las fórmulas adocenadas (la que tuvo, se identifica en más de un punto con otro símbolo del
adulación al jefe, la llegada inesperada de la suegra, el costo de los D.F .. la rotita, quien se instala en la presunción y en la miseria.
sombreros de las mujeres, etc.) y que se nutriesen de sí mismas, efi· ¿Qué es lo desenajenante en este caso? La exitosa forja de un
caces gracias a su capacidad de reproducir humorística y fielmente pícaro que no conoce la concienca de culpa, sin inserciones de re·
formas de vida alejada del registro literario. mordimiento. Lo intocable en medios como el mexicano ha sido el
En su génesis, La Familia Burrón ocupó cuatro o cinco páginas sagrado derecho de la propiedad. El derecho ajeno se ha definido
del pepín, se trasladó al comic book y, durante un periodo de tres o como la concentración de la propiedad y la frase se ha aplicado no
cuatro años, emitió semanalmente un episodio completo de cien respecto de la política exterior sino a los bancos y a los latifundios.
páginas (la historieta más larga que conozco). Su temática siempre Hasta hoy, tal sacralización ha sido totalizadora y en nuestra litera·
ha girado en torno a Borola, la mujer-caudillo, la versión femenina tura sólo han incursionado pícaros domados. El más famoso, El Pe·
de Don Jilemón Metralla. Borola es el pícaro que ejerce en los mer· riquíllo Sarniento de Lizardi, se empantanó en sermones y morale·
cados, Guzmán de Al{arache en una fiesta de vecindad o Gil Bias en jas. No creció literalmente debido a fa estrecha vigilancia del autor.
viaje de burócrata a Acapulco. Sin escrúpulos, desfachatada, cínica , Para Lizardi, el Periquillo no es celebrable sino censurable, es decir,
24 Y todo el mundo dijo ¡Gulp! Carlos Monsiváís 25
el proyecto del hombre que imprimió el virreinato. Condenado des· ellas; reciban a sus costrudos maridos aunque sea con agua calien·
de el primer momento, el Periquillo no ofende ni absorbe humor. te; ¿qué haría yo sin ti, mi cuerpo, cuerpo de perro hincado?"). Var·
Todo en él remata en una sentencia. En su oportunidad, Riva Pala· gas recreó los elementos más vivos (más hostiles) del habla popular
cío diseña en sus folletones a un pícaro, situado en el virreinato, y le confirmó intención a los clichés. Venía del caló y se beneficiaba
Martín Garatuza, quien, siendo menos doctrinado que Lizardi, no al· del albur. Apóyese el aserto con nombres. El humor aquí se revela
canza su libre albedrío: lo sujeta la Historia. No es un pícaro ge· como golpe de oído, acierto eufórico (y, si se quiere, sátira de las
nuino, sino un agente del cambio. En él no hay gratuidad, no hay el costumbres pochas). Sus personajes se llaman lrma Chona, Sara Si·
robo por la satisfacción de contemplar la cara de lo robado, no hay renia, Venus Tecla, Braulio Alcaparra, Diosa Iguana, Dick Epifanio,
la argucia ni la estratagema. En el siglo XX, sólo un autor, José Ru- O'Connor, Chachis Pachis Palomeque, Audrey Petra Chagoya, lmel·
bén Romero, ha difundido un pícaro, Pito Pérez, "bohemio" de pe· da Pachorra. De la experimentación fonética emerge un humor sin
queño pueblo, almanaque de refranes y sentencias. En Pito Pérez mayores exigencias, intraducible e irrepetible: "El joven Morongón
tampoco es consignable el gozo de la picardía, el ingenio o la inteli· ataca la chorrocientosava sinfonía debido a la canija inspiración del
gencia que desafían a la solemnidad que resguarda la propiedad p ri- maistro Gumersindo Birones, más conocido como el 'Maleas" o
vada. ¿Qué ha sucedido? Inflexible, el respeto hacia los dueños de· "Como otro regalo para la agasajada, las hermanitas Godínez bailan
tiene o paraliza a estos autores que se inclinan por el sermón, la la danza de los Matachines azotando graciosamente los botines". O
aventura o el romanticismo patético. La picardía continúa ausente los aciertos en nomenclatura de pueblos: San Cirindango' de las
de la literatura y omnipresente en la política, la industria y el comer· Iguanas, El Valle de los Conejos Teperingos, Sanajuato el Grande ...
cío. Borola, en un medio tan ignorado como el comic, se empeña ¿Cuáles son los elementos vencidos, conformistas de la histo·
contra estas prohibiciones, vive jubilosa de la trapacería , ignora el rieta? Los mismos que minaron y tapizaron su impacto: el afán mo-
remordimiento y la inhibición, es un logro del caos, una anarquista ralizante, la idea del equil ibrio entre barbarie y reposo, la figura de
en un medio de asentamientos y deferencias. Don Regino, que fueron disolviendo la acidez belicosa de Borola
Un sentido del humor propio o característico de nuestra sociedad hasta reducir el comic a la melancolía . Sobre la vitalidad, se impuso
(no idiosincrático, sino tan sólo originado en la observación regoci - la "tradicional hidalguía mexicana", la pobreza como galardón del
jada e inclemente de usos y costumbres) halla en el Gabriel Vargas pobre, el elogio de la virtud a base de la insistencia en la penuria. La
del periodo que va de mitad de los cuarentas a principio de los se· prédica de la resignación venció a los elementos subversivos.
sentas a un intérprete formidable, a la altura del mejor sketch de Ejemplo clásico de una historia reciente: Don Regino se niega a re·
carpa o teatro frívolo, donde la risa no se funda en el diálogo o el cibir de un millonario más de lo que le corresponde por pelar a su
retruécano sino en el movimiento del cuerpo y la expresión del perro. " Me ofende, señor, soy pobre pero honrado".
rostro, en una mímica que es confesión, denuncia y súplica. Can·
tinflas lo descubrió y lo olvidó: al cómico mexicano no lo arman sus Otro poco de historia
script-writers sino sus inflexiones, gestos y dengues. Todavía no se A mediados de los cincuentas, se define otro rumbo. El comic sufrió
ha dado un cómico verbal y corporal (un Groucho Marx) en un país entonces los embates de un freudismo inquisidor que perpetuó un
donde el uso público de la palabra es ritual y pétreo. Si el cantinflis· libro tristemente clásico: The Seducton of the lnnocents del doctor
mo operó fue porque a la incoherencia verbal la controlaba y medía Frederick Wortham. "Batman es como el sueño hecho realidad de
la coherencia corporal. El mito de Cantinflas se engendró de modo dos homosexuales que viven juntos. Bruce Wayne (Batman) y Dick
involuntario: él ignoraba lo que estaba diciendo pero era dueño de Grayson (Robin) son mostrados con frecuencia en un sofá: Bruce
sus movimientos. Cuando renunció a la mímica, se destruyó. reclinado y Dick sentado junto a él con su mano sobre el brazo de su
El humor eficaz de Vargas no se desprendió de los chistes, sino amigo ... , como las muchachas en otras historietas, Robin a veces es
de las situaciones, y de un empleo filoso del lenguaje, a la vez ofen- capturado por los villanos y Batman tiene que entregarse o 'Robin
sivo, cariñoso, adulador y distante; el idioma de la supervivencia en morirá. Robín es un muchacho bien parecido, un efebo, a quien se
el trato forzado, el insulto como relación ("Lárguense a cuidar sus muestra en su uniforme con las piernas desnudas. En estas historias
26 Y todo el mundo dijo ¡Gulp! Carlos Monsiváis 27
no hay de hecho ninguna mujer decente, atractiva, exitosa. La at- Hombre Araña, visitaba a su tía May. El estilo del dibujo se enlazaba
mósfera es homosexual y misógina". con la tradición móvil, de espacios absolutos y golpes tremendos de
Según Wortham, la contrapartida lesbiana de Batman eran las Alex Raymond en Flash Gordon.
historias de Wonder Woman y Black Cat... Tal macartismo sexual En México, el comic había descendido a lo último: las fotonove-
("Quien no está conmigo, está tras de mí") fue conducido a su las, José G. Cruz, las imitaciones. Una historieta, Chanoc, gozó de
clímax por un analista mexicano, quien revisando a Superman lo ca- enorme éxito popular gracias a que el argumentista, Zapián, apren-
lificó -más o menos- de homosexual inconsciente, ya que la ca- dió el estilo popular forzado en el futbol en torno a la televisión . Por
pa de la cual nunca se desprende no es sino un símbolo delator de accidente, aparecí durante un tiempo como personaje del comic, lo
protección anal. que, por supuesto, es lo único memorable en mi vida. En esa época,
Tan abrumadora sospecha no lesionó demasiado la reputación de Eduardo del Río, Rius, lanzó al mercado Los Supermachos, una re-
Superman o Batman y diez años después, el reconocimiento de los vista de sátira política y social. En Los Supermachos y luego en Los
objetos cotidianos emitidos por el pop-art, la asunción de valor es- Agachados, Rius ha lanzado campañas y fomentado un sentido del
tético de lo que siempre habíamos contemplado con indiferencia, humor crítico.
elevó su prestigio. Pero entonces mis preferencias en el comic se
modificaron vastamente al descubrir en 1955 ó 1956 la revista que
transformó el humor adolescente, Mad, la sátira para las masas que
inició Harvey Kutzman, la desenajenación comercial hecha al gusto
del consumidor. Mad, cuyo propósito era volverse el comic que aca-
base con los demás comics, terminó como otra historieta más, de
humor previsible y excelente, de ironía benévola y consagraroria .
En los sesentas: el apogeo de los comics para adultos inteligentes
confiados en el talento de los niños (notoriamente Peanuts de
Charles M. Schulz), el predominio del camp y la premiere del culto
por la nostalgia. Modas decadentes o pérdidas de tiempo, antes de
extinguirse, incitaron a la proliferación de personajes, y el Superhé-
roe resultó un exceso y una saturación. Cada comic contenía ocho o
diez que disputaban entre sí, se amigaban, se repartían las dimen -
siones y los espacios infinitos. Vino al auge de una editorial, Marvel
Comics, la compañía dirigida por Stan Lee y el dibujante Jack
Kirby, que decidió revivir comics de los cuarentas: La Antorcha Hu -
mana, El Submarino, El Capitán América. Al abrigo de lo camp, Lee
y Kirby difundieron toda una protomitología: Los Cuatro Fantásti-
cos, La Mole, El Hombre Araña, Los Vengadores, El Doctor Centella.
El éxito de Marvel Comics se debió al derroche y a la fortuna: coin-
cidió con el principio de la era hippie y resultó que su sentido de la
aventura era un trip, el desplazamiento alucinante a tono con lo alu-
cinógeno: construcciones gigantescas, batallas por todo el infinito,
acción en términos de eternidad, historias que iban más allá de la
parodia . En un mismo episodio, los Superhéroes de Marvel trastor-
naban el cosmos, despedían rayos que extinguían a un individuo
hasta su cuarta generación, enloquecía la tierra y Peter Parker, el
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Ideología e historieta
Orlando Ortiz
30 Ideología e historieta Orlando Ortiz 31
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Entre las manifestaciones de la cultura contemporánea, la histo- definir la historieta como una "literatura de la imagen", cuya pro-
rieta es, a mi modo de ver, el patito feo. Una gran mayoría ve al pati· ducción se industrializa y, al llevarse al mercado, se convierte en
to, se divierte con las gracias o quizá se conmueve y emociona con mass-media, o sea, en medio de comunicación de masas. Así, tene·
Jos mensajes que le trae, pero ignora qué es en realidad. Otros, los mas que no pocas ciencias sociales podrían ocuparse del estudio de
"leídos", que, por ende, se supone conocen el cuento aludido, ven el
cisne detrás del patito y lo apapachan, lo miman con intención de
que pronto pierda su fealdad y se transforme; o también para distin·
la historieta, y que para comprenderla cabalmente y en toda su
complejidad, no pueden aislarse sus características y sus relaciones
para luego estudiarlas por separado. Nos obliga a considerar el to-
1
guirse de la azorada mayoría, y llegado el momento, ostentarse co- do, la estrecha interrelación que existe entre sus procesos, desde el
mo videntes. No falta quienes, conociendo el cuento, les importa de creación hasta el de consumo y más allá todavía, hasta el proce- /
poco lo que sea el patito y no esperan más que su canto, que según so mental que se realiza en el receptor del mensaje, las repercu-
las tradiciones sólo emite cuando agoniza, cuando su muerte es ya siones en su conducta y los aspectos ideológicos del conjunto de
inevitable. Y para completar la lista, consideramos también a los procesos concretos. ~
que no les importa si es pato por convertirse en cisne o cisne por A pesar del interés creciente que se ha despertado a últimas
convertirse en pato o ni pato ni cisne; sin embargo, les interesa por- fechas por el análisis de la historieta, no existe ese estudio integral,
que es algo vivo que debe estudiarse para saber con certeza qué es, exhaustivo, intensivo y totalizador que aquí se propone. Por lo pron-
cómo es, por qué y para qué está; en pocas palabras, averiguar to intentaré en este escrito aproximarme al binomio historieta-
cuanto a él se refiere y cuanto él refiera. ideología. Pero, ¿es que hay alguna relación entre la ideología y la
Quienes asumen esta última actitud podría decirse que son los es- historieta? Desde luego que sí; es una relación, además de estrecha,
tudiosos o los científicos. Entre ellos se encuentran desde los que se esencial, significativa y determinante. Esta relación se verá des·
concretan a estudiar cuántas plumas tiene un pato, el color y la pués, pues considero que no tiene caso decir nada si antes no se in·
distribución de las mismas, etcétera, hasta los que, a partir de un tenta definir qué cosa es la ideología.
conocimiento general del patito feo, se avocan a investigar qué fun- Pues bien, según el Pequeño I,.arousse Ilustrado, ideología es la
ción cumple, si es ornato puro, si su apariencia es acorde con su de- "ciencia de las ideas. Sistema que considera las ideas en sí, hacien-
sempeño real, o si tras él o con él viene algo con alguna intención. do abstracción de la metafísica". Creo que estarán de acuerdo con-
Con esto quiero expresar o insinuar que tomar la historieta como migo en cuanto a que estas dos acepciones del término no ayudan
objeto de análisis y estudio presenta una serie de complicaciones en nada, no hacen luz sobre la relación que pueda haber entre la his-
que jamás se imaginaría uno que existieran cuando ve que todo el torieta y la ideología. Insisto en diccionarios y consulto el Dicciona·
mundo lee "manitos", que en todas partes se venden (y ya aquí ha- río Marxista de Filosofía, en donde encuentro que ideología (del
ciendo distingos de clase, pues en las esquinas los voceadores ex- griego idea, aspecto, imagen, concepto; y logos, teoría) significa:
penden en sus puestos los "manitos" para el público grueso, para la "sistema de puntos de vista e ideas sociales. Tienen que ver con ella
masa; luego en Sanborn's y similares se ofrece una selección de lo las opiniones políticas, la conciencia jurídica, la moral, la filosofía,
"mejor" de los "manitos" que hay en los puestos callejeros -este la religión. Siendo una parte de la conciencia social, la ideología
"mejor" debe entenderse como las historietas de origen norteameri- tiene su base en las condiciones de la vida material de la sociedad,
cano ya traducidas al español- y algunos otros comics en inglés, refleja las particularidades del régimen económico. En la sociedad
para esnobs, o cosas por el estilo; su fuente de consumo está en al- dividida en clases, la ideología reviste inevitablemente un carácter
gunas librerías de la Zona Rosa, donde encuentran historietas en de clase. La ideología dominante en la sociedad es la de la clase que
inglés, francés, italiano y quizá en algún otro idioma). La realización gobierna, la cual utiliza todos los medios de que dispone para impo·
de estudios sociológicos a este respecto sería interesante. nerse a las demás clases".
Para no extraviarnos más, ¿a qué se debe la complejidad o la difi- Con los rasgos definitorios expuestos, ya se encuentran elemen-
cultad que presenta estudiar a fondo la historieta? Por principio, a tos que establecen la relación entre historieta como medio de co-
su carácter híbrido, ya que de una manera esquemática podríamos municación masiva e ideología. En efecto, lo primero que salta a la
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Si consideramos que no pocos estructuralistas pretenden hones- la esfera del comercio". En efecto, es bien sabido que la comunica-
tamente el " izquierdismo", seria interesante analizar las alternati- c ión en la actualidad es un espléndido negocio , lo cual implica,
vas que pueden dar a la historieta en un ámbito sociaL Yo sólo entre otras, dos cosas: primero, la dotación de características
vislumbro una -ignoro si por ahí han escrito más al respecto y se específicas a los medios de comunicación por .part.~ del sistema (e~
multipliquen las posibilidades-. Esta alternativa no puede ser otra to denota que la culturización o trascendentahzac10n de la comum-
que la de trascendentalizar o culteranizar los medios de comunica- cación masiva transgredería la especificidad ca racterística de ella).
ción masiva, para elevar las masas y llevarlas a la conciencia que les Segundo, que siendo los med ios de comunicación de masas a lgo
permita cambiar el sistema y dejar a un lado su condición de explo- mercantil y mercantilizado, no escapa a las relaciones de produc-
tados y manipulados. ¿Es correcto el planteamiento? De ninguna c ión e intercambio capitalista y, por lo tanto , no sólo están produ-
manera; o mejor dicho , es un planteamiento ideal ista desde el mo- c iendo un objeto para el sujeto , sino tamb ién -y eso es lo
mento en que está considerando que es la conci encia del hombre la dramático- un sujeto para el objeto; es decir, que en virtud de las
que determina su ser, cuando lo que ocurre es todo lo contrario, es relaciones materiales, los medios de comunicaci.ón.masiva, Y en es-
decir, que "es el ser social lo que determ ina su conciencia". En te caso particular la historieta, no sólo están produciendo una "cul-
ot ras palabras, que únicamente la participación activa en las luchas tura" para ras masas, sino qu~ a la vez están produciendo y condi-
de su clase, la práctica consciente, es la que dará a las masas la con- cionando a las masas para que consuman esa cultura .
ciencia social revo lucionaria , la conciencia de clase necesaria para Veamos ahora las cosas desde el otro ángulo. ¿Se debe rechazar
que emprendan la tarea de transformar la realidad que los oprime. la historieta por ser producto e instrumento de la ideología bur-
La alternativa mencionada estaría emparentada muy de cerca con guesa y del imperialismo? Sí y no. Sí, en tanto portadora. de
la de aquellos " intelectuales", ideólogos o viejitos académicos que ideología contraria a los intereses del p roletariado; no, en tanto Ins-
presuponen que la culturización de los medios de comunicación trumento factible de ser utilizado. Los " revolucionarios", que sin
masiva conlleva un cambio radical en la mentalidad de las masas y, más rechazan y estigmatizan la histo rieta, categórica, radical Y ob-
en consecuencia, una erradicación de todos los males que sufre tusamente, están funcionando en base a prejuicios, antidialéctica-
nuestro mundo. Esta proposición es completamente idealista y, por mente y muy alejados de la realidad y la objetividad que deben ser
lo tanto, alejada de la realidad. ¿Prohibir las series de televisión, las s us principios rectores.
historietas y el cine que tratan de violencia solucionará el proble- Fundados en prejuicios tales , necesariamente tendrían que recha-
ma? Desde luego que no, pues la violencia del medio social y de la zar también la novela, dado que es el género literario típicamente
realidad histórica en que se desenvuelve la masa es impuesta por la burgués, que nace como expresión de la burguesía y se ha de-
clase en el poder, emisora además de los mensajes emitidos por los sarrollado en torno a los avatares de la misma. Y llevando la compa-
medios dé comunicación masiva. ración a extremos g rotescos, tendrían que hacer la revolución prole-
Ahondando al respecto, puede decirse que esta proposición ta ria sin ese p roletariado que nace también con la burguesía Y que,
estaría señalando y pretendiendo atacar los efectos y no las causas. pa ra algunos y conforme a tesis de teóricos izquierdistas contempo-
Trataría de considerar censurable el producto y no el modo de pro- rá neos, es un proletariado aburguesado, lumpenizado, desclasado;
ducción que es, en última instancia, el determinante. n otras palabras, castrado y, por tanto , incapaz de engendrar la re-
Además, algo que en ocasiones se olvida es que, como escribió volución y crear la nueva sociedad.
Carlos Marx en Miseria de la filosofía, "llegó un tiempo -el actual- Si por un lado se censura la culturización de la historieta, y po r
en que todo lo que los hombres habían venido conside rando como otro se objeta el rechazo categórico, ¿qué posibilidad se of~ece?
inalienable se hizo objeto de cambio, de tráfico, y podía enajenarse. ¿Dejar las cosas tal cual? No. Categóricamente no. Es nece~ano en-
Es el tiempo en que incluso las cosas, que hasta entonces se tender que "tanto en la sociedad burguesa como en un~ soc1edad e~
transmitían, pero nunca se intercambiaban, se donaban, pero nunca tra nsición del capitalismo hacia el socialismo, el med1o de comum-
se vendían; se adquirían, pero nunca se compraban. Virtud, amor, ac ión masiva hace avanzar las conciencias más allá de las bases"*.
convicción, conocimiento, conciencia, etc., todo, en suma, pasó a n a lg una parte Lenin escribe que no debe despreciarse ninguna
• Matte la rt, Armand, et al. Comunicación masiva y revolución socialista, México,
1 16ge nes, 1972, p. 143.
36 Ideología e historieta Orlando Ortiz 37
forma de lucha para llegar al socialismo. En este caso, haciendo trata de llegar a masas y no a élites, como suele suceder actualmente.
una comparación burda y que quizá no venga a cuenta, el sindicalis- Es necesario precisar, aunque se insista en cierto modo, que "en
mo podría compararse con la historieta, en la medida en que ningu - la producción social de su existencia, los hombres contraen deter-
no de los dos pueden considerarse como objetivos revolucionarios minadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad , re-
esenciales, pero sí pueden y deben apreciarse tácticamente dentro laciones de producción que corresponden a una determinada fase de
de una estrategia revolucionaria. desarrollo de sus fuerzas productivas materiales . El conjunto de es-
Debemos considerar entonces que el establishment hace hasta lo tas relaciones de producción forman la estructura económica de la
imposible para preparar la conciencia de las masas para manipu - ociedad, la base real sobre la que se eleva un edificio jurídico y
larlas y hacerlas aceptar que no haya cambios sustanciales en la político y a la que corresponden determinadas formas de concien-
estructura social. En contrapartida, los medios y canales de comu- ia social. El modo de producción de la vida material determina el
nicación de raíz revolucionaria deben preparar y crear la concien- proceso de la vida social, política y espiritual en general" (Marx eh
cia, cuest ionar al establishment y encaminar a las masas para que 1 Prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política. ) Para
adopten una actitud dinámica que propugne y luche por realizar y decirlo de otra manera, las relaciones que los hombres contraen en
consolidar -llegando el momento- los cambios estructurales. la producción de su existencia, a más de necesarias, son ajenas a su
Pero, ¿de qué manera la historieta podría preparar y crear con - voluntad. Si a esto agregamos que el conjunto de estas relaciones
ciencia, encaminando a las masas hacic: esa actitud dinámica nece - forma la estructura económica social, que, a su vez, determina el
saria para lograr cambios en las estruCturas y consolidarlos? La res- proceso de la vida espiritüal en general, tendremos que la ideología
puesta, a grosso modo, sería: cambiándole de signo algebraico, n tanto expresión de esa vida espiritual -y por lo mismo ideal,
obligándole a dar un giro de 180 grados. Esto de manera alguna abstracta- es ajena a la voluntad de los hombres y, en cierta medi-
quiere decir que de la noche a la mañana Tarzán enviude -algo da, no factible de cambio en tanto ideología sin necesariamente
imprescindible-, se case con una mujer negra, sea feliz y engend re ambiar las relaciones básicas que establece la producción. Esto no
mestizos mientras, al mismo tiempo, la realidad africana se le va implica una inmovilidad, fatal permanencia histórica en un estadio,
imponiendo y aprenda de los nativos explotados y de intelectuales lo cual sería negar la naturaleza, la dinámica, la sociedad , la dialéc-
de color que es necesario transformar las estructuras y luche contra tica, el movimiento. Pero sí implica que es muy difícif -_por no de-
ellas denodadamente para implantar el socialismo, pensando c ir imposible- borrar de un plumazo los esquemas que la ideología
siempre que es preciso luchar si quiere legar a sus hijos un mundo imperante va plasmando en la mente de los hombres a lo largo de
mejor. o que de buenas a primeras, su'perman se percate de que ha u existencia y desde su nacimiento.
sido utilizado vilmente por los jerarcas de un sistema social inhu- Planteadas las cosas de esta manera, su~na irrisorio el intentar al-
mano, de que sus poderes han servido únicamente para afianzar en go que acelere el cambio a través de los medios de comunicación
el poder a una clase que, además de explotar a los obreros norte- masiva y, en part icular, de la historieta. El problema radica, como
americanos, sojuzga arteramente a los países del Tercer Mundo, y n todo, en saber precisar los objetivos a alcanzar y en valorar con
que en un acto de rebeldía -quiz~ también para comenzar a de- justicia los recursos con que se cuenta para obtener de ellos el má-
sahogar su conciencia- acude al llamado de Fidel Castro y, en po- ximo beneficio. Además, algo que no debe perderse de vista es el
cos minutos, gracias a sus superpoderes, logra que se realice la h cho de que a la ideología se contrapone la conciencia, y que la
zafra de los diez millones, posteriormente descubre varios complots onciencia sí puede y debe presentarse como motor d~ l cambio y,
fraguados por la ClA para asesinar al Primer Ministro cubano y, en por lo tanto, en el proceso mismo. Más adelante tocaremos este
un supremo arranque de indignación , saca de Guantánamo y a pata- punto y ya específicamente en torno al papel de la historieta con re-
das a los gringos. O que ... en fin, podrían hacerse tantas parodias 1 c ión a la conciencia. De momento es preciso saber , aunque sea en
como superhéroes, héroes y personajes de historietas hay. Pero f rma muy esquemática, qué elementos factibles de aprovecharse
sería eso , parodias, no giros positivos o cambios de contenido ide- nos ofrece la historieta y de qué manera deben utilizarse. Para ello
ológico. La solución no lleva ese camino, y mucho menos cuando se d bemos partir de algo muy concreto, como es la necesidad de con-
- ~ ~-, -
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38 Ideología e historieta 39
siderar todos los recursos del género para luego tratar de invertir su
sentido pe ro sin abandonar la función primaria. El abandono u ol v i-
do de la necesidad de cumpli r con esta función primaria de la histo-
rieta anularía toda posibilidad de utilización en una sociedad com o
la nuestra, particularmente la actuaL
De esta manera sintética se puede afirmar que la historieta, en
tanto literatura de la imagen , ofrece como elementos factibles d e
utilización todos los recursos -y a la vez limitaciones- de la litera-
tura en su género narrativo _ Ahora bien , en cuanto a la función pri -
maria, debe quedar muy claro que, a pesar de todo lo expuesto
sobre la ideología expresada en la historieta , ésta surgió como m e-
dio de entretenimiento y , como tal, debe continuar , aunque ell o
represente una fuerte limitación para los que propugnan la utiliza-
ción de este medio como instrumento para llegar a las masas y de s-
pertarles una nueva inquietud, cuestionarlas para que lleguen por sí El Comic
al cuestionamiento y sensibilizarlas políticamente para que asuman Luigi Grecchi
su papel histórico.
Terminaremos citando a Armand Mattelart, quien, al referirse a
las posibilidades de la historieta o comic , afirma que "no se trata d e
desvirtuar su función de e ntretenimiento , sino más bien de hacer lo
cumplir su misión dentro de un nuevo concepto del ocio, y en e l
contexto global del cambio utilizarlo como un agente que perm it a
el afincamiento y la 1nte rnalización de una nueva concepción d el
mundo y de las relaciones sociales ( ... ) Se trata paulatinamente d e
infundirle un sentido que hasta en la expresión gráfica remita a un a
realidad concreta y no a lo seudo realidad universal,'socialmente
amorfa, que proyecta míticamente la realidad del emisor imperialis-
ta y colonizador".
El Comic Luigi Grecchi 41
Conocido por todos, y prácticamente en todo el mundo, el comic Este "fenómeno", este "híbrido" , está cambiando rápida y. radi -
-que hasta hace pocos años era mirado con la misma desconfian za calmente. Es un hecho irreversible. Sentimientos y valores, todo lo
con que un astronauta miraría una híbrida forma extraterrestre- ha que forma los contenidos de la vida moderna (cine, pintura , literatu-
ido conquistando un lugar cada vez más i mp~rtan t e en la vida cu ltu - ra, etc.) observa hoy más que nunca al comic, siguiendo de cerca las
ral , comercial, publicitaria, erótica, periodística, familiar y finan - voluciones, los desequilibrios y, digámoslo también, los enriqueci-
ciera de la sociedad industrialmente desarrollada del Occidente (y mientos que ha comportado la dinámica de su crecimiento.
también, como veremos más adelante, en la sociedad oriental) gra- En el mismo ambiente académico, que aspira a sacudirse de enci-
cias al hecho de que, como todo elemento de las sociedades co n- ma la acusación de no andar al paso con el tiempo , se hospeda a es-
temporáneas basadas en el beneficio comercial, constituye, en p ri - te recién llegado (o último arribado) con una benevolencia a veces
mer instancia, una "mercancía". demasiado complacida . Y he aquí entonces el lenguaje esotérico
No es arte, no es cultura , no es artesanía : se puede discutir y aún Inspirado de preferencia en el psicoanálisis, en la economía, en la
despreciar a este híbrido de la narrativa contemporánea desde el informática; he aquí los esquemas semimatemáticos, con "mode-
punto de vista artístico, educativo, moral, religioso, etc. Pero desde los" y "conjunt os"; los discursos que oto rgan privilegio al plano de
el punto de vista social, es un hecho imponente, un fenómeno colo- las estructuras y de las formas. Hay quien hace el inventario del re-
sal que aplasta cualquier otra manifestación del género. pertorio "gestual" del comic (Brémond); quien examina con cuida-
Algunos lo han definido -infelizmente- como arte popular. Pe· do su "corte" técnico; quien analiza la "preponderancia de la página
ro no hay nada más ambiguo que la noción del arte popular. Presu- como autónoma entidad .de fábula" (Fresnault -Deruelle). De esta
pone la noción opuesta , si bien complementaria e integrativa, al ar- orgía de neoformalismo, permanecen inmunes sólo aquellos pocos
te oculto. Docto o ignorante, el arte siempre será arte expresión, co - autores que se preocupan más que nada por individualizar el conte-
mo se dice, de una necesidad primordial e insuprimible del espíri tu nido del comic y su función social efectiva (Duchet y Commar-
humano histórico. mond), así como sus resultados.
Pero hay una tercera clase de arte: el arte de los niños, muy si m i- En resumen, el comic se presenta como una síntesis fascinante
lar, en cuanto a la carencia o a la elementalidad de los presupuestos de todo el patrimonio cultural de la sociedad industrialmente de-
culturales, al arte "popular" . Mas, si se puede hacer un arte sin o sarrollada : dominio imperante de la búsqueda de lucro en el mundo
con poca cultura , ¿por qué -nos preguntamos- existe un arte c ul- de la cultura, explotación sistemática de los nuevos recursos co-
to? Se puede responder que el arte culto se hace "a pesar de la c u l- merciales ofrecidos por el acces·o de la nUeva generación al rango
tura " con el loable intento de recuperar la condición de ingenu idad , de consumidores autónomos, omnipotencia de los mass media
de espontaneidad, de bendita ignorancia del pueblo y de los niños. (McLuhan), contaminación de la reflexión intelectual por obra del
El pueblo es un niño: dejemos que juegue con el comic, con tal de esoterismo mundano, esfuerzo de "-modernización" de la Universi-
que no rompa nada; el arte, según opinión de muchos , es un juego dad, evasión con respecto de una realidad que se desespera no po-
tranquilo y tranquilfzante. der alcanzar, unifbrmidad ideológica tendiente a esfumar los con-
Por el contrario, y a despecho de sus detractores, el comic -que flictos reales introduciendo en el mercado un producto al alcance
es un producto del propio tiempo y del propio ambiente- ha sali do tanto del rico como del pobre, del joven como del adulto, del que
en cierto modo replasmado por los estudios psicoanalíticos a los sabe leer y escribir como del analfabeto.
cuales ha sido sobrepuesto; estudios a través de los cuales el com ic Como se ve, por tanto, lo del comic es un fenómeno humanístico
ha contribuido a crearse las estructuras indispensables a la p ro pia en su esencia y complejo en sus derivaciones; no es muy reciente,
vida y su desarrollo. pero es indudable que sólo hasta hace poco ha alcanzado el punto
De hecho, nadie puede negar que el aspecto asumido del fenó me- de saturación que ha hecho más impelente (imperiosa) la necesidad
no "comic" influya, o directament e condicione, determ ina das de estudiarlo.
expresiones de la vida humana : de las económicas a las cultural es, Tal necesidad imperiosa fue sentida también por Mao-Tse-tung.
artísticas, religiosas , sociales. E xistía en China una suerte de comic, a finales del siglo XIV, que
42 El Comic Luigi Grecchi 43
difundía la moral confuciana; y si bien se mira, nuestras propias. pin- fusamente. El comic puede tener funciones notablemente informativas.
turas clásicas siempre han tenido, en un ángulo del lienzo, frases o La pedagogía revolucionaria china lo ha comprendido. Las enor-
versos del autor, a los cuales se iban añadiendo comentarios y ver- mes masas que habían de ser educadas -como decíamos más
sos estimadores o de poseedores del cuadro. arriba- habían llegado apenas al umbral de la alfabetización, y la
Con los años, dentro o bajo la ilustración, la palabra ha conti · cultura precedente se había desarrollado de modo tal que era del to-
nuado revistiendo su papel de acompañante y guía de la imagen, do extraña. Por eso, el tipo de cultura transmitido y realizado por el
que nunca ha sido dejada sola. comic es, aun cuando su nivel sea el más bajo, la verdadera cultura,
Sin embargo, para lograr comprender los comics de la China po· la única posible y realizable.
puJar, debemos volver a una tradición menos antigua, pero absolu · Existe la conciencia del hecho de que, ahí donde es necesario
tamente válida y vital : la tradición de Yenan, centro principal de la pensar "en comic" , es una fase positiva para un pueblÓ que no
guerrilla comunista en China durante los años de la lucha armad a puede seguir pensando como "mandarín". El comic, pues, no es el
contra la invasión japonesa, primero, y contra el Koumingtang, des· envilecimiento de una escritura ya establecida : es la fundación ele·
pués (193 7 -1949). mental de un alfabeto.
En este periodo, numerosos intelectuales, impulsados por el Siempre en China, fuera de algunos fascículos expresamente diri-
patriotismo, por el deseo de acercarse al pueblo, por la simpatía por gidos a los niños, no hay distinción entre el comic para los
la lucha de los comunistas, abandonaron la ciudad para buscar las muchachos y el que es para los adultos. En el c.omic dedicado a los
bases de la guerrilla y compartir la dura vida de sus partidarios. escolares de primaria, las didascalias tienen ciertos ideogramas de
Y fue precisamente en Yenan donde, en mayo de 1942, se hizo un lectura más difícil, o aún no aprendidos en la escuela, con el fonema
congreso en el curso del cual varios centenares de estos intelec· relativo en caracteres latinos.
tuales discutieron con los dirigentes comunistas, con los soldados, La reforma de la escritura china, experimentada en la práctica ya
con los campesinos. desde 1951, y ahora introducida en las escuelas elementales, pide
En el discurso de apertura del congreso, Mao dijo: "El solo hecho que los niños aprendan, ante todo , los caracteres del alfabeto latino,
de que estos escritores y artistas hayan venido a Yenan no significa que constituyen las bases fonéticas para los ideogramas. En las di·
que hayan logrado fusionarse con las masas populares ... No obstan- dascalias de los comics para los pequeños, los fonemas se insertan
te, esta fusión es indispensable si queremos que nuestra labo r de modo que el sonido sugiera rápidamente el significado de la pa·
progrese. La conferencia que hoy inauguramos deberá ayudar a labra no comprendida .
transformar realmente la literatura y el arte en una parta integrante El objeto de la reforma es llegar gradualmente a la abolición de
del mecanismo general de la revolución , en un potente instrumenta' los ideogramas y a la romanización de la escritura. Ya los letreros
de unificación y de educación popular, en un arma temible que nos de las tiendas y de las calles son ideogramas acoplados a los carac·
permitirá derrotar al enemigo, en un medio capaz de apoyar al teres latinos; y mientras tanto, el apoyo del alfabeto fonético y la
pueblo en su lucha compacta contra el adversario" . simplificación d t:: los ideogramas permite reducir el analfabetismo
A falta de otros testimonios, sería difícil afirmar que tales aplica· que era, y es todavía, en gran parte debido a la dificultad de escribir
ciones literarias del lema maoísta "servir al pueblo" sea la fórmula y retener caracteres ideográficos complicados.
usada en China para elaborar el comic. Con éste, no obstante , nos Hay que recordar, en efecto, que si el chino hablado comporta no
encontramos frente a un esfuerzo inmenso realizado por el comu- menos de 1,600 palabras posibles, la lengua escrita , por el contra-
nismo chino para educar y para unificar culturalmente a las inmen· rio, tiene por cada monosílabo cincuenta significados diferentes y
sas masas apenas salidas del analfabetismo. también cincuenta ideogramas diversos para escribirlo. (¡El gran
La función específica del comic es en realidad la de "comunicar diccionario de Kang-Xi cataloga más de 47 ,000 ideogramas!)
un mensaje", de proporcionar una demostración: es decir, tiene un a El destino estereotipo que pesa sobre el comic puede, por lo tan·
función decisivamente pedagógica, en cuanto explica y ayuda a to, ser desafiado de muchas maneras, y el mismo comic occidental
comprender más fácilmente lo que todo el mundo sabe aunque con· ha demostrado a veces saberlo hacer. Un comic no es una forma
44 El Comic Luigi Grecchi 45
página de "Ciyto en el pais de los sueños coloreados": historia en comics para adultos, donde miedos ancestra·
les, fobias sexuales, violencia política y religiosa, angustia y terror a la muerte se mezclan a una exigencia mística de
~mor y de justicia. El viaje alucinógeno de la protagonista no es solamente el análisis de un grave fenómeno social,
como es el de las drogas, sino también la denuncia de la pérdida de la {e: un valor que el mundo contemporáneo ya
no sabe dar. (Publicada en Eureka , una de las principales revistas ilalia'nas de cultura y de información con
imágenes).
48 Semíología del comíc Davíd Al{íe 49
El comic es uno de los varios elementos impresos que en la actuali- Según Román Gubern, la lectura de comics se basa en un apren-
dad, como parte de los medios de comunicación, ha sido objeto de dizaje previo de un código que ha sido aceptado en forma conven·
numerosos estudios por parte de reconocidos comunicólogos. De cional, en el que se incluye el remitirse al balloon para conocer qué
los estudiosos que han abordado el tema de los comics con mayor es lo que dicen o piensan los personajes; el seguir la línea de indica-
seriedad destacan Umberto Eco (Apocalíptícos e íntegrados ante la tividad de la lectura para hilvanar lógicamente la historia; el
cultura de masas) y Román Gubern (El lenguaje de los comícs). Am- comprender el significado de los gestos; el valor de las onomatop~
bos autores, basándose en profundas investigaciones respecto de la yas; el valor de los signos cinéticos, etc.
historia, inicios, corrientes y situación actual del comic, han logra- Por otra parte, los procesos de comunicación en los cuales parti-
do crear las bases para una semiología (ciencia que estudia el papel cipa el lector de comics son, según Gubern, los siguientes: '
de los signos en el seno de la vida social , según ,la definición de Fer- a) la lectura de la imagen;
dinand de Saussure) de este medio de masas. b) la conversión de la escritura de los textos en mensaje fonético;
El presente artículo es una breve recopilación de los aspectos e) la integración de los mensajes fonético e icónico para obtener una
más importantes enunciados por Eco y Gubern, aspectos que comprensión global del pictograma; y
pueden tomarse como los fundamentos semiológicos del comic. d) el enlace lógico con el pictograma siguiente mediante una recre-
ación de los procesos a, b, y c.
EL COMIC Los procesos enunciados son realizados por el fruidor de comics
El comic nació de la integración del lenguaje icónico con el len- en forma casi automática y ·simultánea, sólo variando de un lector
guaje literario. "Es una estructura narrativa formada por la secuen - a otro según el grado de conocimiento que posea de los códigos uti-
cia progresiva de pictogramas, en los cuales pueden integrarse ele- lizados, y por el nivel sociocultural y económico al que estos lecto-
mentos de escritura fonética".l La estructura narrativa se forma me· res pertenezcan.
diante una concatenación de palabras -lenguaje oral o escrito- Mediante los procesos enunciados, el lector proporciona un con-
y/o gestos -comunicación no verbal o gestual-. "Los pictogramas tinuum espacio-temporal a lo que sucede en cada pictograma y a lo
son un conjunto de signos icónicos que representan gráficamente el que sucede en dos o más pictogramas consecutivos, eliminándose,
objeto u objetos que se trata de designar";2 y por signo icónico se gracias al lenguaje elíptico de los comics, las redundancias y tiem-
entiende "cualquier signo que en algunos aspectos ofrezca seme- pos muertos, ya que el lector "llena" mentalmente los espacios
janza con lo denotado" .3 vacíos que se presentan entre dos pictogramas contiguos. Es así co-
Umberto Eco afirma que el comic se halla ideológicamente deter- mo el fruidor de comics participa en un alto grado en la decodifica-
minado por su naturaleza de lenguaje elemental que se fundamenta ción y recreación de los mensajes que proporciona el comic. Ade-
en un código sumamente sencillo, pero rígido a la vez. De esta for- más, la estructura iterativa (que se basa en repeticiones y/o va-
ma, el comic está obligado a desenvolver su trama por medio de riaciones sobre un tema fundamental) facilita la operación de deco-
personajes standard, y está forzado, en gran parte, a servirse de for- dificación del mensaje y garantiza, en cierta forma, la popularidad
mas estilísticas que fueron introducidas por artes como la pintura, entre las masas al convertirse el comic en un medio de comunica-
la escultura y el cine, artes cuyos movimientos ya han sido "digeri- ción y consumo fácilmente asequible.
dos" por la masa del público, después de haber transcurrido un de-
terminado lapso, y haber sido aislados del contexto original en que
se presentaron, además de ser reducidos a simples artificios comer- LOS PERSONAJES
ciales. Esto implica , en cierta forma, que el comic sólo puede comu- Los personajes de los comics se fundamentan por lo regular en la
nicar contenidos ideológicos que la mayoría de las veces se inspiran existencia de una tipología caracterológica bien definida, basada en
en un conformismo absoluto al ser ideales de vida en los que se ig - estereotipos precisos que representan a personajes aventureros,
nora todo deseo de cambio, y los cuales, se piensa, son compartidos misteriosos, buenos, bellos, locos, irónicos, mordaces, perspicaces,
por todos los lectores de comics. tontos, etc.
50 Semiología _del comic David Alfie 51
Los personajes que presentan características de personajes mito- r iniciar una y otra vez la narración de las aventuras de los superhé-
lógicos, como lo son Superman, Flash Gordon, Linterna Verde, Ato- roe s, con la posibilidad de presentar en un mismo comic, en tres
mo, los 4 Fantásticos, Aquaman, etc., se fundamentan en arqueti- d istintas aventuras, a Superniña, a Supermuchacho y a Superman,
pos, es decir, en compendios de determinadas aspiraciones colecti- sin que esto trastorne la lógica del mito del superhéroe. En cierta
vas que permiten inmovilizarlos en una fijeza emblemática que los fo rma, la noción confusa que se tiene del tiempo en los relatos de
haga fácilmente reconocibles. Además , por el hecho de ser comer- los comics de superhéroes es la única condición de credibilidad que
cializados los comics en el ámbito de una producción novelesca, pa- stos poseen.
ra un público consumidor el personaje debe de poseer ciertas Los superhé roes viven en un presente continuo y, por eso, cada
características, como son el ser un hombre común y corriente en la contecimiento que sucede se da en un continuum espacio-
vida pública en que se desenvuelve; que lo que le suceda sea tan temporal que es igual , y a la vez dist into, del acontecimiento prece-
imprevisible como lo que le puede suceder a cualquier otro hombre, dente, no existiendo concatenación ni contacto alguno entre diver-
etc. De esta manera , el personaje adquiere una universalidad que le as aventuras y episodios.
permite erguirse como arquetipo . Como ya se comentó , en los com ics es posible desplegar toda
Los comics, según Eco, son comprados por un público perezoso una ideología con respecto del universo de valores aceptado por el
que se aterraría ante un desarrollo infinito de los personajes y las superhéroe , por los creadores del mismo y por la cultura en que és-
aventuras que prefiere, desarrollo que le obligaría a guardar en su tos viven. Es así como son descubiertos y venerados va l ores "uni-
memoria , como en un gran banco de datos, lo que sucede en cada versalmen t e aceptados", como lo son el culto a la belleza, la viri li -
relato. Por este motivo, cada aventura finaliza al cabo de unas cuan- dad, la honradez , las buenas relaciones con la ley, la cordialidad pa-
tas páginas en las que se ha desarrollado y resuelto una trama que ra con los humildes, etc., valores todos que han sido tomados del
es, a fin de cuentas, intrascendente. (Es int eresante hacer mención A merican way of li{e, y que fomentan que el personaje y su historia
de ciertos comics novelados que ci rculan en la República Mexicana, se erijan en modelos ideales a seguir por el consumidor de comics.
los cuales no cumplen con la declaración anterior. Tal es el caso de Por estas razones, cada superhéroe es bueno, moral, decente, y se
Lágrimas, risas y amor, Fuego, Memín Pingüín, etc. Estos comics de- subordina con agrado a las leyes naturales, sociales y civiles , por lo
ben ser estudiados de acuerdo al contexto sociocultural en que se q ue es encomiable que emplee sus superpoderes con fines "benéfi-
desarrollan , ya que pueden ser considerados como subproductos cos" en favor del establishment. En este sentido, el mensaje pedagó-
cul t urales, creados para captar a un público masificado que los con - g ico de los comics es muy fácil de él (;eptar, y los episodios de violen-
sume debido a la estructura seudo-sentiment al y sado-masoquista c ia y maldad tendrían como finalidad la reprobación del mal y la
que estos comics poseen, estructura en la cual el público puede pro- aceptación del bien. Sin embargo, este valor desaparece cuando
yectarse e identificarse). uno se pregunta qué es el mal para los comics , encontrándose con
Retornando al tema principal que nos ocupa , Eco afirma que en q ue el mal se representa como un atentado contra la propiedad pri -
cada una de las historias en que toma parte un superhéroe, el tiem- vada, como sería el tratar de robar un banco, apoderarse de una for-
po de la narración entra en crisis en cuanto a la noción del tiempo t una en diamantes, o bien, tratar de destruir al superhéroe y lo que
que enlaza a un relato con otro. Es por esto que en un mismo comic , ste representa , pa ra posteriormente apoderarse de los bienes ma-
o bie·n en el siguiente tiraje, se puede iniciar una historia en un pun- te riales. Todo lo anteriormente enunciado es reflejo fiel de la si -
t o d istinto del que terminó la anterior, ya que si esto no ocurriera y t uación socio-cultural y económica actual, situación en la cual la in-
se i niciara en el mismo punto en que huhiese terminado la anterior, dustria de los comics (a excepción de ciertos comics vanguardistas)
el personaje daría un paso más hacia su envejecimiento , y con él , duca a un público heterodirigido y masificado en una pacífica in -
hacia su muerte. Quizá es por esta razón que todas las historias de movilidad y en una continua negación de las posibilidades de de-
superhéroes se desarrollan en un clima onírico que pasa inadvertido arrollo que se pudieran presentar. Es así como lo bueno , lo dese-
para el lect or. En ese clima es sumamente difícil distinguir qué ha able , es decir, lo estáblecido , es aceptar el presente co mo algo que
suc edido antes qe que se iniciara la historia, y los guioni stas pueden debe eternizarse; por tanto, los comics llevan en sí m ismos una ve-
52 Semiología del comic uid Alfie 53
lada invitación al conformismo respecto de la situación social exis· Si nos remitiéramos solamente a un criterio gráfico, la macrouni-
tente y supuestamente válida. d de montaje sería la página de comic; mas de acuerdo con un cri-
l río narrativo, esta macrounidad está dada por la secuencia que se
ELEMENTOS DEL COMIC d fine por su unidad de acción dramática. Según la secuencia, el
Las macrounidades significativas. Son aquellas que se refieren al montaje presenta ciertas técnicas narrativas como la narración line-
objeto estético en su totalidad, siendo la estructura que posee en sí 1, que se caracteriza por la progresión cronológica en unidades de
mismo el comic, como el número de páginas que lo componen, si 1 ción; otra técnica narrativa es la narración paralela, que permite
es de aparición semanal, si es a color, y los estilemas (rasgos cons- lternar dos o más acciones que ocurren en lugares distintos y que
tantes de un estilo) y grafismos personales del dibujante. suponen son simultáneas.
Las unidades significativas. Están constituidas por los pictogra· ''La unidad de montaje es la escena (la cual se define por su uni-
mas, que son la "representación pictográfica del mínimo espacio d d de tiempo y/o espacio), y en la cual se encuentran: a) las
y/o tiempo significativos que constituyen la unidad de montaje de uniones de continuidad correcta entre un plano y el siguiente, deno-
un comic"4. En cada pictograma, un espacio adquiere dimensiones minada raccord, la cual puede ser por corte, por espacios consecuti·
de temporalidad debido a que los signos icónicos estáticos que lo vos, mediante fusiones, apoyaturas, cartuchos y textos en o{{; b) las
componen adquieren esta dimensión de acuerdo con las conven- tructuras espaciales de montaje: ampliación, concentración y
ciones propias de su lectura. montaje analítico; e) las estructuras temporales de montaje: ralenti,
Es interesante hacer notar que tanto el espacio como el tiempo {lash-back y {lash-{orward; y d) las estructuras psicológicas de mon-
que se desean representar son factores que condicionan el formato taje: sueños, percepciones subjetivas y {lash-back y {lash-{orward
del pictograma que, no obstante ser por lo regular de forma rectan· psicológicos"6. ·
guar, también se le utiliza con forma circular, oval, cuadrada, rom- Es importante hacer hincapié en que el único tiempo verbal del
boidal, triangular. etc. lenguaje icónico es el presente de indicativo; por eso, cuando se uti-
Mediante la articulación de los pictogramas en el comic es po- liza el {lash-back o el {lash-{orward, al momento de iniciarse la
sible omitir espacios y tiempos intermedios que enlazarían en for- narración, ésta pasa a ser presente.
ma total e ideal el continuum narrativo, creándose de esta forma un La conexión de un pictograma con otro puede ser tanto lógica co-
lenguaje elíptico que nos remite a pensar en la existencia de una mo arbitraria. Formas de conexión lógica son: a) los espacios conti·
sintaxis específica. El comic desmenuza el continuum en unos guas, que son "una estructura de montaje que crea la ilusión de con-
cuantos elementos esenciales que son integrados por el lector en su tinuidad espacio-temporal en la acción, al mostrarse en pictogra-
imaginación, lo cual permite que la redundancia del mensaje emiti· mas sucesivos, espacios que se suponen contiguos"; 7 b) los fundi-
do por los pictogramas sea reducida en cuanto a su estructura inter- dos o fusiones, que son "una alteración progresiva de los valores to-
na y comunicación al,basarse en una relación que se cree, a priori, nales de la imagen en pictogramas sucesivos";8 e) la apoyatura, que
existirá entre la estructura del mensaje y los conocimientos que se s el "texto integrado en el pictograma que cumple la función de
espera posea el receptor de la comunicación, que es, en este caso, aclarar y explicar su contenido, facilitar la continuidad entre dos
el lector del comic. pictogramas, o bien reproducir -el comentario del narrador";9 y d} el
De la relación de un pictograma con otro surge el montaje, definí· cartucho, que es la "apoyatura ubicada entre pictogramas consecu-
do por Gubern como "la selección de espacios y tiempos significati· tivos" 10. En otras ocasiones, la conexión de dos pictogramas se re-
vos, convenientemente articulados entre sí para crear una narración aliza mediante sonidos o textos en off. que son enlaces acústicos
y un ritmo a.decuados, durante la operación de lectura. "5 Con el que representan sonidos procedentes de un lugar que no se muestra
montaje se crea el discurso sintagmático del comic, que es la com- n el comic, pero que se supone próximo.
binación de dos o más unidades significativas, misma que es, a su Del lenguaje del comic que han convenido entre sí creadores y
vez, una unidad dentro de la macrounidad total que sería el comic onsumidores sobresale un aspecto importante que se denomina
mismo, o sea, la estructura total. "línea de indicatividad", que es "una línea ideal que ordena el tra-
54 Semiología del comic David Alfie 55
yecto de lectura según el princ1p1o de prioridad de la izquierda los directores Robert Wiene, Lupu-Pick y Fritz Lang, sobre todo), y
sobre la derecha, y de lo superior sobre lo inferior, en lo que se re- del cine soviético (Pudovkin y Eisenstein). Las adjetivaciones inclu-
fiere a la cultura occidentaL La línea de indicatividad sirve tanto pa- yen los efectos que se lógran mediante la angulación (tomas en pi-
ra la lectura de lo que está en el interior de un pictograma, como pa- ada, contrapicada, etc.); y los efectos logrados mediante la ilumina
ra la lectura de la secuencia de unidades significativas que compo- Ión, como los claroscuros, sombras alargadas, altos contrastes, etc.
nen el montaje del comic, siendo su significado semántico el de una E. / balloon. pe acuerdo a lo expresado por Umberto Eco, el elemento
traducción del espacio a tiempo". básico de la semántica del comic es el balloon, que es un signo con-
Las microunidades significativas. Son todos los elementos que in - ve ncional que se halla delimitado en su contorno según el espacio y
tegran, componen y definen a un pictograma. Estos elementos son: onforme a lo que desee expresar el creador. Más aún, el balloon es
el encuadre (en el cual se influyen la composición, los decorados, el n sí mismo un metalenguaje, o una especie de señal preliminar que
vestuario de los personajes y la tipología); las adjetivaciones (como Impone la referencia a un determinado código para, de esta forma,
lo son la angulación y la iluminación); el balloon (que puede conte- hacer posible la decodificación de los signos contenidos en el inte-
ner palabras, sonidos inarticulados, fantasías, pensamientos y hasta rior del balloon.
visualizaciones metafóricas); las onomatopeyas; y, por último, los El balloon sirve para "integrar gráficamente el texto de los diálo-
signos cinéticos. gos y los pensamientos, fantasías, sueños, recuerdos, metáforas vi-
El encuadre. Es uno de los elementos semánticos que forman par- ualizadas, etc., de los personajes en la estructura de cada pictogra-
te de las convenciones del comic y que puede ser definido comp la ma. Así, puede definírsele también como el indicador visual del
delimitación bidimensional de un espacio que se refiere a dos órde- misar fonético"12_
nes de espacios distintos: el de la superficie del papel sobre el que El balloon posee una cauda que se dirige hacia la cara del que
se dibuja el pictograma o se imprime éste; y el del espacio figurati- habla, lo cual significa "manifestación hablada de dicho personaje".
vo que desea representar el diJ?ujante. uando esta cauda se halla uniendo el balloon con la cara del perso-
Basándose en la anterior definición, es sencillo comprender por n je mediante una serie de óvalos y circunferencias, significa que lo
qué existen comics de ínfima calidad respecto de su elaboración , que se encuentra en el balloon es pensado o imaginado , no expresa-
los cuales son prácticamente bidimensionales y aplanados, y por do verbalmente. Cuando el perímetro del balloon está dibujado con
qué existen comics de una calidad artística incuestionable, en los lfneas separadas, ángulos agudos (en forma de dientes de sierra),
que cada pictograma presenta una construcción sumamente elabo- te., esto significa indistintamente que el personaje tiene miedo,
rada y compleja. Ira, frío, agitación, etc., lo cual se complementará con el gesto que
Los tipos de encuadre que se utilizan en los comics se deben 'en 1 personaje tenga en el pictograma.
su mayoría a la técnica cinematográfica , por lo que tenemos un Uno de los elementos que aparecen con frecuencia dentro del
gran repertorio de vocablos cinematográficos que se utilizan en el b 1/oon son las metáforas visualizadas, cuyo conjunto forma una
lenguaje de los comics, como por ejemplo close-up, plano america - 1 onog rafía precisa, la cual debe de ser reconocida instantáneamen-
no , medium-shot, etc. t por el asiduo consumidor de comics. "La metáfora visualizada es
En el ámbito del encuadre, los factores semánticos se articulan una convención gráfica que expresa el estado psíquico de los perso-
en una serie de relaciones entre palabra e imagen, obteniéndose de n jes ' mediante signos icónicos de carácter metafórico"13.
esta forma un conjunto que se complementa. La palabra expresa jemplos de metáforas visualizadas son el foco o bombilla que sig-
una postura que el dibujo sería incapaz de explicar en todas sus nifica el haber tenido una idea repentina y brillante, y que aparece
implicaciones, obteniéndose una excedencia pleonástica de lo . obre la cabeza del personaje; el signo de interrogación que signifi-
expresado, que interviene continuamente para aclarar aquello que perplejidad o cuestionamiento; el corazón separado en dos par-
es de por sí explícito, y así lograr alcanzar con mayor eficacia a un significa el no ser correspondido por el ser amado; las estrellas
público consumidor. qLl "danzan" alrededor de la cabeza del personaje cuando éste reci-
Las adjetivaciones. Proceden del cine expresionista alemán (de b ' un fuerte golpe; el tronco que está siendo aserrado para signifi -
56 Semiología del comic David Al{ie 57
car que se está roncando, etc. ffsica y moralmente despreciable. Sin embargo, cuando se da el ca-
Otro elemento que con frecuencia es utilizado en el balloon es el o de que el héroe, debido a la propia estructura de la trama del co-
sonido inarticulado, el cual es producido por la cavidad bucal y, por mic, es desagradable físicamente (como sería, por ejemplo, el caso
lo tanto, no puede ser considerado como una onomatopeya . de Coloso, integrante de los 4 Fantásticos), entonces los creadores
Ejemplos de sonidos inarticulados son: auf, arragh, blagh, brrr, resaltan los valores morales y éticos del "buen monstruo" mediante
ejem. mmmh, sigh, etc. mil artificios (en el caso de Coloso, éste es amado por una joven
Las onomatopeyas. Son fonemas con valor gráfico que sugieren iega que percibe la pureza y valía del monstruo, como en el caso
al lector, en forma acústica visualizada, el ruido emitido por una ac- de la película del director francés Jean Cocteau, La bella y la bestia),
ción o el sonido producido por un animal. Ejemplos de onomatope - todos ellos válidos en función a la consigna: vender, vender, vender.
yas son el " sssss" de una pelota en vuelo ; el "crack" de una rama al Así hemos expuesto una semiología del comic, código que es pre-
quebrarse; el "suck" y "paff" de un puño al golpear; el "bang" de c iso establecer -como es necesario el establecer los códigos pro·
una detonación; el "snif" o "snob" de un sollozo; y el "gulp" de pios de cada lenguaje de comunicación- para poder decodificar
consternación o temor. perfectamente el mensaje de este apasionado medio de comunica -
En algunas ocasiones, las onomatopeyas poseen un significado pre- ció n social.
ciso en el idioma inglés, como son los casos de boom, mumble,
smash, pero, al ser traducidos los comics de un idioma a otro, pier-
den la significación inmediata que tenían y se transforman de signo
lingüístico que eran en equivalentes visuales de sonidos con una
Notas
simple función evocativa.
Los signos cinéticos. "Son la convención gráfica que denota la ilu - l. Gubern, Román. El lenguaje de los comics, p. 107.
2. Gubern, R. /bid. , p. 108.
sión de movimiento, o bien, la trayectoria de los móviles" 14.
3. /bid., p. 108.
Para finalizar con esta exposición de la semiología del comi c, 4. /bid., p. 115.
analizaremos una microunidad significativa que posee una gran im - 5. /bid. , p. 162.
6. /bid., p. 111.
portancia: /os gestos. Estos son, para los personajes de los comics,
7. /bid .• p. 164.
una de las principales formas de expresión, junto con el lenguaj e 8. /bid., p. 166.
verbal. Según lo señalado por Claude Brémond, "con un código 9. /bid.
10. /bid.
gestual tendremos gestos y actitudes que serán únicamente 'fun -
11. /bid. , p. 123.
cionales': serán efectuadas de modo idéntico por todos los persona - 12. /bid., p. 140.
jes cuando se encuentren comprometidos en la situación corres- 13. /bid. , p. 148.
14. /bid., p. 155.
pondiente, como sería el caso de la mímica de la cólera, del miedo,
15. /bid. , p. 136.
y de todos los sentimientos fundamentales" 15. Pero también exis·
ten gestos y actitudes que son "inic~ales", ya que caracterizan a un
tipo de personaje, independientemente de su participación en la tra -
ma del comic; tal es el caso, por ejemplo, de los mexicanos que son
dibujados con grandes sombreros de charro y bigotes tupidos, o de Bibliografía
los chinos que son dibujados con los ojos rasgados y la piel ama · Eco, Umberto. Apocalípticos e integrados ante la cullura de masas, Ed. Lumen , Bar ce·
rilla. lona , 1968.
Gubern, Román. El lenguaje de los comics, Ediciones de Bolsillo, Núm . 195, Barcelo-
Cada uno de los personajes de los comics debe de expresar con su na, ,1972.
aspecto físico y gestos su calidad moral; es así como el héroe , de Guiraud, Pierre. La semiología, 3a. ed., Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 1974.
acuerdo con los convencionalismos propios del medio, debe de ser Jeanne, R., el al. Historia del cine 1, Alianza Editorial, Madrid, 1974.
Moles, Abrahm, el al. La comunicación (y los mass media), Ediciones Mensajero, Bil·
alto, apuesto y moralmente bueno, mientras que el villano será bao, 1975.
58
Sería falso afirmar que Walt Disney es un mero comerciante. Sus Tío, cómprame un profiláctico •••
historias aparecen en cinco mil diarios, traducidas a más de treinta Lo primero que salta a la vista en la literatura infantil es la ausencia
idiomas y leídas en cien países. permanente de progenitores. Es un universo de tíos~abuelos, tíos,
Sus creaciones y símbolos se han transformado en una reserva in· sobrinos, primos y, en la relación macho-hembra, un eterno noviaz-
cuestionable del acervo cultural del hombre contemporáneo: los go. Dentro de esta genealogía hay además una preferencia mani-
personajes de Disney se han incorporado a cada hogar y, asim¡smo, fiesta por el sector masculino a despecho del femenino, y todas las
han invitado a los seres humanos a pertenecer a la gran familia uni - damas son solteras -al igual que sucede en el sector masculino-.
versal Disney. De esta manera, los personajes pasan a constituirse En la sociedad Disneylandia impera la prohibición arcaica de casar-
en el puente supranacional por medio del cual se comunican entre se entre sí (miembros de la misma tribu); de esta forma se ha ·aboli-
sí los seres humanos. Es por esto que cualquier insinuación sobre el do todo vestigio de un progenitor masculino o femenino. Esto, para
mundo de Dísney es recibida como una afrenta a la moralidad y a la los abogados defensores de Disney, son rasgos de inocencia y reca-
civilización; es tratar de socavar el alegre e inocente mundo de la n i- to. Sin embargo, creemos que el ocultarle la sexualidad normal a un
ñez, de cuyo palacio él es guardián y guía. niño es construirle un mundo aberrante.
Los personajes de Disney son tipos humanos cotidianos, que se Se ha dicho que uno de los atributos más encomiables de los
encuentran en todas las clases, países y épocas. Es por eso que es "monos" de Disney es su cotidianidad; sin embargo, para que el
posible que se dé un trasfondo moral: el niño aprende el camino éti- personaje funcione se le opera de toda posibilidad real y concreta al
co y estético adecuado por medio de estos personajes. suprimir la historia personal, el nacimiento que prefigura la muerte
A Walt Disney se le ha catalogado de puro, franco, leal, abiert o, y, por lo tanto, el desarrollo del individuo a medida que crece. Estos
popular, inocente, espontáneo, emotivo, como maestro que enseña personajes, al no estar engendrados en un acto biológico, aspiran a
a respetar la autoridad superior del padre, a amar a los semejantes y la inmortalidad.
a proteger a los más débiles, etc., etc. Al atacarlo, los responsables En la literatura de Disney ha sido mutilado todo aquello que en
del libro serán expulsados del Club Disneylandia. realidad pertenece al niño. Bajo la apariencia simpática de los ani-
Para las publicaciones infantiles, el niño suele ser un adulto en malitos están escondidos la crueldad, el chantaje, la dureza, el desa-
miniatura. Por medio de estos textos, los mayores proyectan una mor. El niño aprende en estas revistas a odiar socialmente, al no en-
imagen ideal de la dorada infancia, ya que el adulto difícilmente contrar ejemplos en los cuales encarnar su propio afecto natural;
podría proponer para su descendencia una ficción que pusiera en ja- así, Disney se nos propone como el peor enemigo de la colabora-
que el porvenir que désea para sus pequeños. Sin embargo, el adul - ción natural entre padres e hijos.
to, al proporcionarle dicha imagen ideal al pequeño, cae en una El universo de Disney es un universo rígido en el cual los persona-
tautología : se mira a sí mismo en un espejo creyendo que es una jes no tienen libertad para oponerse a los designios de sus
ventana a través de la cual ve jugq_r al niño. Así, el adulto produce la creadores-artistas. El personaje está condenado a ser un esclavo de
literatura infantil y el niño la consume. Es un círculo cerrado; los ni - los demás, tal como lo es de Disney. Pero, ¡cuidado! Ese universo
ños deben reproducir diariamente las características que la literatu - no debe hacerse visible: para que el orden funcione, no debe exage-
ra infantil jura que ellos poseen. Es precisamente por esto que la Ji . rarse el poder más allá de ciertos límites establecidos, los cuales, si
teratura infantil es el lugar donde mejor se pueden estudiar los son traspasados, romperán el equilibrio existente, tocando a los "ni-
disfraces y verdades del hombre contemporáneo, porque es donde ños" o a los animalitos-personajes pequeños la inevitable tarea de
menos se les piensa encontrar. restituirlo. Cuando el sistema falla, el niño se rebela, exigiendo la
La literatura infantil es la proyección del padre; sustituy~ y repre- restauración de los mismos valores que han sido traicionados,
62 Para leer al Pato Donald Armand Mattelart y Ariel Dor{man 63
reclamando la estabilidad de las relaciones dominante-dominado. mero escapismo: la válvula de seguridad corriente en toda cultura
Así, el futuro es igual al presente y éste es igual al pasado. (Recuér- masiva que exige un poco de reposo y ensoñación, imprescindibles
dese que el niño se identifica con su semejante dentro de la revista para la salud mental y física. Además, como los lugares a los cuales
y, por lo tanto, participa en su propia colonización. La rebeldía de "escapan" los personajes de Disney están habitados por "buenos
los pequeños personajes del cuento es sentida como propia y autén- salvajes", la relación hombre-naturaleza no se da en forma perfecta,
tica, en contra de la injusticia.) · sino contaminada. Esos buenos salvajes a los que se hace referencia
En el mundo de Disney existe una horizontalidad clasista, que es tienen gran semejanza y paralelismo con esos otros salvajes que se
la existente entre seres que tienen la misma condición y poder y, denominan niños(datocurioso).Espor estoque los niños de la ciudad
por lo tanto, no pueden ser dominados ni dominantes, quedándoles son niños sólo en cuanto a las apariencias. Tienen de niñbs la forma
tan sólo el competir entre sí, para "ganarle al otro, subir un escalón física y la estatura, la constante posición dependiente inicial, la su-
en la escala del mérito mercantil, y así ingresar al club de los domi- puesta buena fe, las actividades escolares y, a veces, los juguetes;
nantes". Por su parte, la mujer siempre lleva a cabo a la perfección pero, en realidad representan la fuerza que juzga y rectifica cada
su rol de humilde servidora -subordinada al hombre- y de reina desliz de los mayores, con los argumentos, racionalidad, perspecti-
de belleza siempre cortejada y nunca poseída -subordinando al va y preocupada madurez de los mismos adultos, conocimiento que
pretendiente- . A la mujer sólo se le conceden dos posibilidades: se encuentra en el "Manual de los cortapalos", compendio enciclo-
ser Blanca Nieves o ser la Bruja Malvada. Disney ha trabajado sobre pédico de la sabiduría tradicional que permite aplicar el conoci-
el fondo natural de la mujer, sobre su "ser esencial", aprovechando miento para que todo sea repetitivo: mañana igual que hoy igual
aquellos rasgos que acentúan su condición de objeto sexual inútil, que ayer. Esa es la consigna permanente.
buscado y nunca poseído . Así, pese a los defensores de Disney, en Es en la figura del Ratón Mickey donde mejor se concilian los ras·
sus revistas existe un modelo implícito de enseñanza sexual, y lo gos maduros e infantiles. Este perfecto adulto en modelo reducido,
único que se ha callado es el acto carnal. De esta forma, se ha cre- este niño detectivesco, paladín de la ley y la simpatía , ordenado en
ado un mundo sexual asexuado, notándose esto sobre todo en el di- sus juicios y desordenado en sus costumbres, ejemplifica la síntesis
bujo y no tanto en los diálogos. El sexo está pero sin su razón de ser, y simbiosis que Disney trata de transmitir inconscientemente.
sin el amor, sin la perpetuación de la especie, sin la comunicación .· En las historietas de Disney, al niño se le ofrecen dos alternativas:
puede elegir imitar a los sobrinos y a otros pequeños, emulando sus
Del niño al buen salvaje artimañas y, por lo tanto, vencer adultamente; o bien, puede seguir
El uso que hace Disney de los animales es para atrapar a los niños. al niño buen-salvaje que jamás se mueve ni gana nada.
Se les invita a un mundo en el que ellos piensan que tendrán liber-
tad de movimiento y creación; una vez dentro, no se dan cuenta Del buen salvaje al subdesarrollado
cuando los animales se convierten, sin perder su cuerpo zoológico, Para Disney, los pueblos subdesarrollados son como niños y deben
en monstruosos seres humanos, siendo, por tanto, el lenguaje de es- se r tratados como tales. Asimismo, son lugares a colonizar por los
te tipo de historietas infantiles una forma de manipulación. Ahora representantes plenipotenciarios de Disney-Patolandia. Los reyes
bien, el uso de los animales no es bueno ni malo en sí, sino que el ti- de esos países subdesarrollados -Aztecland, Inca Blinca, Esfinge-
po de ser humano que encarnan es el que debe ser determinado en landia .. Aridia, lnestablestán, etc.- deben aprender que se deben
cada uno de los casos. aliar a los extranjeros de Patolandia si desean conservar su poder y,
Los personajes de Disney, por otra parte, ansían el retorno a la na- para ello, les deben entregar todo el oro y dinero que posean (que de
turaleza, ya que la urbe es considerada como un infierno en el que el todas maneras a ellos, por ser subdesarrollados, no les es útil); es
hombre pierde el control de su propia situación. La metrópoli está as í como se e xplica, sin mayores trabas, el saqueo imperialista. Los
pensada como una base de operaciones de la cual hay que evadirse , s ubdesarrollados no tienen derecho a construir un futuro ; por lo
que histeriza a huir antes de que los desastres del universo tecnoló· tanto, el progreso que les llegue desde afuera , con sus múltiples ob-
gico absurdicen la existencia . Sin embargo, esto no es más que un je tos, es solamente un juguete: al buen salvaje se le prohibe civili-
64 Para leer al Pato Donald Armand Mattelart y Ariel Dor{man 65
zarse. Por otra parte, la oposición buenos-malos crea la alianza de costado esfuerzo alguno; se ha limpiado de culpa al objeto y, por
los nativos y extranjeros buenos contra los extranjeros malos, ga- tanto, se ha eliminado a aquel cuyo trabajo produce tal objeto: el
nándose así los buenos el derecho a decidir y ser creídos acerca de proletariado, clase que nace como fruto de las contradicciones de la
la distribución de la riqueza del país aliado. clase burguesa. Disney ha logrado el sueño de la burguesía: ri-
La libertad de los indios consiste en poder colocar sus productos quezas sin salarios, dolly-pen sin sudor, oro-fetichizado. La produc-
en el mercado extranjero. Se condena el robo directo, sin una ción se ha neutralizado y evaporado, permaneciendo los productos
mínima participación en las utilidades. Robar pagando no puede para ser consumidos obsesivamente.
considerarse como robar, sino como favorecer. Es por esto que ya Ahora bien, existen también personajes malos, prototipos ru-
no pueden escapar a nadie los propósitos políticos de Disney, al tra- fianescos, cuya función es robar infructuosamente, para ser apresa-
tar de encubrir, bajo una máscara de animalidad, infantilismo y dos y escapar eternamente de las cárceles. Estos villanos amenazan
buensalvajismo, una trama de intereses de un sistema social históri- a la riqueza por medio del robo. Así, estos personajes son delin-
camente determinado y concretamente situado: el imperialismo. cuentes al infringir la ley de la propiedad privada; son niños tra-
Lo que se dice delryiño, del buen salvaje y del subdesarrollado es viesos, "chicos malos", enfocados como antimodelos. El criterio
sólo un disfraz del verdadero protagonista: el proletariado. Lo ima- para dividir a los buenos de los malos es la honradez.
ginario infantil es la utopía política de una clase. El proletariado se
halla presente en la historia de Disney bajo dos máscaras: como La máquina de las ideas
buen salvaje y como criminal-lumpen, destruyendo ambos persona- Los personajes de Disney viven en un mundo de abundancia mági-
jes al proletariado como clase. ca, donde no existe la necesidad ni el hambre. Por eso, el trabajo no
es necesario para los personajes y el dinero sólo sirve para comprar
El gran paracaidista . lo superfluo. Además, los trabajos abundan y son fáciles de efec-
En las historietas de Disrrey, los personajes viajan siempre a lugares tuar. Donald es el representante del que busca continuamente un
remotos en busca de oro o fortuna-tesoros, que son objetos suma- trabajo; es el eterno cesante, cuya cesantía no es causada por la cri-
mente antiguos que se encuentran en lejanas tierras de buenos sal- sis estructural del sistema capitalista, sino. por la personalidad del
vajes, que no tienen interés en tales riquezas que pertenecieron a protagonista, cuyo verdadero trabajo es conservar el trabajo que ha
los moradores anteriores, no antepasados, de tales lugares. Los ac- logrado adquirir. No obstante su falsificación, Donald es sentido co-
tuales moradores nada tienen que ver con esos moradores ante- mo el representante auténtico del trabajador contemporáneo. Pero
riores; Disney los ha separado de su pasado, quitándoles así la posi- mientras éste necesita de verdad el salario, para Donald es prescin-
bilidad de imaginarse a sí mismos como un producto histórico. De dible; mientras el trabajador busca desesperado un trabajo, Donald
esta manera, nunca existe una referencia a la elaboración de la ri- lo encuentra sin problemas; mientras el primero produce y sufre co-
queza existente, siendo el propietario legítimo de la misma aquél a· mo resultado de la materia que se le opone y la explotación de que
quien se le ocurra ir en su búsqueda. Y como siempre, tales riquezas es objeto, Donald padece ilusoriamente el peso negativo del trabajo
van a dar al banco-alcancía de Tio Rico MacPato, pero no en forma como aventura. El trabajo gastado en la producción no existe en
de objetos, sino en forma de monedas-oro-billetes, perdiendo así Donald. En su sufrimiento y compensación fantasmagóricos, Do-
cualquier vestigio que pudiera ligar a la riqueza-objeto con perso- nald representa al dominado (el mistificado) y, paradójicamente, vi-
nas, lugares o tiempo. Termina por ser de estaforma solamente oro ve su vida como el dominante (el mistificador). La forma en que Do-
inod<;>ro sin patria ni historia. Así, Disneylandización significa dine- nald vive su ocio, que se transforma en aventura multicolor, multi-
rización. De esta manera velada se hace creer al niño que cada obje- movimiento y multivisión, es idéntica a la forma en que el consumi-
to carece de historia, que no fue producido, sino que la madre natu- dor del siglo XX vive su aburrimiento, que es desplazado por el alimen-
raleza lo prodiga. to espiritual de la cultura de masas. Es así como la clase social de
En el mundo de Disney, nadie trabaja para producir. Todos Disney ha moldeado el mundo de cierta manera bien determinada y
compran, todos venden, todos consumen, pero ningún producto ha funcionante. La fantasía no da la espalda a ese mundo; lo toma y,
66 Para leer al Pato Donald rmand Mattelart y Ariel Dor{man 67
pintándolo de inocencia, lo presenta a los consumidores, que pre- do ello sin límites.En esto no hay más complej idad de pensamiento.
sienten ahí un paralelo mágico, maravilloso, de su experiencia coti- No obstante, todo lo anteriormente expuesto sería invalidado si la
diana y conocida. r!tlca que Disney hace a los males de la sociedad actual fuera enca-
Por su parte, Rico MacPato representa el mito básico de la movili- minada hacia la resolución de tales problemas; sin embargo, se cri-
dad social en el sistema capitalista. Es el sel{-made-man, cuyos ras- tl para convalidar, para legitimar, para mostrar que es posible el
gos fundamentales son la soledad, la angustia de llegar a perder su lto mágico hacia otro tipo de ser humano, un ser reconciliado con
dinero y la avaricia. El ciclo individual de MacPato reproduce en ca- 1 pa raíso perdido. Moraleja: Se puede seguir viviendo en la ciudad
da acto de su vida el ciclo histórico de una clase. r 1 ntras persista un último refugio en el campo, mientras quede un
bl n natural. La revolución tecnológica necesita alimentarse con el
El tiempo de las estatuas muertas r to rno a la tribu: es una regresión cultural.
En las historietas infantiles todo se mueve, pero nada cambia. Exis- Por otra parte, Disney pretende, por medio de la incorporación de
te una compulsión por moverse hacia donde sea y en lo que sea. Los 1 rtos temas, dar a sus publicaciones una apariencia democrática.
objetos debidos a la ciencia y que están siempre en el campo de la A r, se habla de la solidaridad ante las catástrofes nacionales (y se
comunicación, sea física-turística (aviones, submarinos, barcos, lvlda que los más castigados son familias proletarias), de la conta-
etc.) o cultural (televisores, radios, discos), aparecen para ser borra- minación atmosférica, las drogas, etc. Esta democratización es sólo
dos de inmediato. Así, la tecnología es concebida como moda, que une fachada que encubre la verdadera censura; es el impedimento
sirve para dar una falsa impresión de mutabilidad. La tecnología es p re que emerjan los elementos susceptibles de desenmascarar las
un ingrediente pasivo que solamente decora la acción. b es de esta falsa libertad de opinión y pensamiento.
El protagonista de la historieta de Disney sale de su rutina , se re-
vuelve en la aventura o en la absurdización de su vida cotidiana, onclusión: ¿El Pato Donald al poder?
chisporrotea como fuegos artificiales y retorna a la placidez de su , 1 mpre se ha rechazado a Disney como propagandista del Ameri-
reposo recompensado. Así, el momento incial y el momento final ,. n way o{ li{e, pero la verdadera amenaza no es el ser portavoz del
son el mismo, y el movimiento es evidentemente circular. Desde el rn do de vida del norteamericano, sino porque representa el Ameri·
reposo alcanzado se pasa a la próxima aventura donde, convertido e· n dream o{ li{e.
en el descanso habitual del héroe, abastece a ésta. Pa ra capturar el mensaje central de Disney es imprescindible pre-
La carrera en que participan los personajes de Disney es la carre- ¡untarse la relación real entre base y superestructura, ya que así se
ra por el dinero, por el prestigio, por la fama. Esta última es el segu- mprenderá cuál es la forma en que se representa la realidad en
ro puerto al que lleva el trabajo. La fama es el obtener todos los be- mundo de fantasía. El de Disney es un mundo inmaterial, donde
neficios del trabajo productivo en el reposo. La imagen que el famo- desaparecido la producción en todas sus formas (industriales, se-
so irradia le asegura su sustento; se vende a sí mismo para siempre. xu les, trabajo cotidiano, etc.) y donde el antagonismo nunca es so-
Para que esto ocurra es necesario constituirse en noticia, ser propa- l l. La única infraestructura que le queda a Disney, en ausencia del
lado por los medios.masivos de comunicación y reconocido por la tor secundario , es el sector terciario, el cual le permite encontrar
opinión pública. ún tipo de cuerpo a su fantasía y que representa, en forma auto-
Lo que diferencia a Disney de aquellos comics donde el su- rn~ tica, la vida económica de los personajes. Es por esto que no
perhombre vive en un mundo regido por la ley y el orden es el recha- 1 u de haber antagonismo entre superestructura e infraestructu ra
zo al esquematismo burdo y explícito de la adventure-strip, el recha- n 1 mundo de Disney. Los personajes se mueven en el mundo del
zo a representar la fuerza represiva en forma abierta. El único movi - > •lo y, por lo tanto, en un mundo donde no existen las necesidades
miento que se da en la adventure-strip es desde lo cotidiano a lo su- rn te riales. En ese mundo, la única forma que toma la materia es
perior y de vuelta, pero nunca dentro del mundo de lo habitual; en r conciencia, la forma de la historia es ser tiempo libre, la forma
cambio, Disney coloniza el mundo diario, al alcance del hombre y 1 trabajo es la aventura sensacionalista, la forma de la cotidiani-
sus problemas comunes, con el analgésico de la imaginación infantil , d es la novedad informativa.EI mundo de Disney es una super -
68 Para leer al Pato Donald 69
Indudablemente nuestro siglo puede ser calificado como el de las mo funcionalmente existe el kitsch en las cosas), si no tenemos al
comunicaciones visuales. Los medios impresos primeramente, al menos una noción de la sustbncia a la que altera o de la esencia que
hacer repetibles las imágenes (tipográficas e icónicas) que podían la soporta.
ser reproducidas por la imprenta; la fotografía, desde sus comien-
zos hasta el día de hoy; las tiras cómicas que, evolucionadas, se El código del comic
transforman en los comics que adornan los quioscos de hoy día; la Si los comics pueden concebirse como la resultante concreta de un
irrupción del cine, el medio de proyección de imágenes dotadas de código comunicativo (así conjugue en su base varios códigos prima-
movimiento; y, finalmente la presencii:l de la TV, formación electró- rios de diferente clase), podemos ubicarlo en la clasificación prácti-
nica de imágenes mediante un barrido de pantalla, justifican apa- camente exhaustiva de los medios d~ comunicación en cuanto a la
bullantemente lo afirmado en los primeros renglones. naturaleza de su código llevada a cabo por Eric Buyssens en 1943 y
Galeb Gattegno en Hacia una cultura visual nos muestra, funda - que es citada por Georges Mounin en Claves para la lingüística:
mentalmente, cómo se ha llevado a cabo esta transición y qué efec- a) Medio de comunicación a-sistemático, es decir, aquéllos en los
tos ha arrastrado consigo. Marshall McLuhan, por su parte, no se cuales no se perciben ni unidades ni reglas estables de composición
queda atrás en lo que a agudeza de percepción se refiere y nos de mensaje a mensaje. En un anuncio publicitario, por ejemplo, se
habla, tanto en La comprensión de los medios como extensiones del pueden descubrir reglas psicológicas, estéticas y tipográficas, pero
hombre, en La galaxia de Gutemberg, así como en La aldea global, de no unidades y reglas semiológicas propias, reutilizables de mensaje
la metamorfosis del hombre lineal de la "era mecánica", resultante a mensaje. Cada cartel-anuncio contiene en sí mismo su propio có-
del impacto de la imprenta sobre los hábitos comunicativos, a la digo coherente.
"era electrónica" en que se mueve como estandarte tecnológico la b) Medios de comunicación sistemáticos. Serían todos los me-
computadora cada vez más avanzada. • dios de comunicación en los que los mensajes están formados por
La aldea global no hubiese sido posible tal cual la conocemos unidades aislables, formalmente s iempre idénticas de mensaje a
hoy, si no se hubiese descubierto la validez universal -en el plano mensaje, y donde estas unidades estables constituyen los mensajes
de la evocación de significados- de los signos icónicos visuales según reglas de combinación estables entre ellas mismas. Las len-
(símbolos) y de sus grandes propiedades cinestésicas para provoca r guas naturales (idiomas) son el ejemplo más típico de estos siste-
las asociaciones con signos de otra naturaleza. Si se hubiese conti- mas a través de la historia.
r.lUado con la prehistórica política comunicacional de apoyarse en e) Medios de comunicación en los que la relación entre signifi-
códigos sígnicos (basados en la convencionalización arbitraria en las cante y significado es intrínseca. Por ésto se entiende unidades de
relaciones significado-significante), en lugar de códigos simbólicos código tales que haya al menos un rudimento de relación analógica
(en los que existe una relación de analogía -así sea rudimentaria - entre la forma del significante y su sentido (observación de Buys-
mente- entre el símbolo evocante y el significado derivado de la sens en la que se demuestra, una vez más, la importancia del conti-
imagen-connatural o conceptual del referente aludido), nuestro ac- nente en la función y alcance del contenido, concediendo una rele-
tual panorama comunicacional sería una utopía. Sólo con un códi- vancia axiológica determinante a la morfología de los significantes
go dotado de proyecciones universales tendría sentido una comuni- en su relación con la "geografía" de los campos semánticos de los
cación vía satélite. Sólo con instrumentos a priori connotativos y a significados aludidos): cuando una silueta de bicicleta significa bi-
posteriori denotativos (la imagen visual, por ejemplo) podría ser po- cicleta, una cabeza de caballo da a entender expendio de carne de
sible establecer un sólido marco de referencia común entre un chi- caballo, un dibujo de cuchara y tenedor entrecruzados significa res-
no y un australiano, entre un ruso y un mexicano, entre un español y taurante, etc. El tipo de unidades en que se apoyan estos códigos
un inglés. son los que se denominan con el nombre de símbolos.
La razón por la que aludo a estos conceptos en un artículo que d) Medios de comunicación en los que la relación entre signifi-
versa sobre el kitsch y su presencia en los comics obedece, funda- cante y significado es extrínseca. En este caso, las unidades const i-
mentalmente, a que no es posible hablar de un accidente (que es co- tutivas son tales que no hay ningún lazo natural analógico e nt re s u
78 Las relaciones extramaritales entre el comic y el kitsch Luis Arrieta Erdozáin 79
forma y su sentido. Se dice entonces, desde Saussure, que el signo matopeyas e interjecciones conceptualizadas, mediatizadas y con-
es arbitrario; lo que quiere decir, no que cada hablante pueda vencionalizadas (el "aghh" que indica asfixia; el"guau" y el "miau"
emplearlo o incluso inventarlo a su gusto, sino que la relación entre que reproducen los sonidos producidos por el perro y el gato, res-
su significante y su significado es puramente (totalmente) contin- pectivamente; el "gulp" que indica una forma de angustia o de pre-
gente y convencional, sin ninguna alusión natural analógica de uno sencia de lo inesperado, etc.), además de los que apunta Umberto
a otro. Un ejemplo de esto sería la colocación de una cruz roja en las Eco en su ensayo titulado Cuidadosa aproximación a otros códigos,
farmacias, la ubicación de una bandera amarilla en la parte poste- incluido en el libro Los comics de Mao: En "un comic ... jugamos con
rior del último vagón de un tren que señala un tren suplementario, varios niveles (lo que he llamado, en el presente escrito, "códigos
etc. Lo mismo ocurre en los Iesemas de las lenguas naturales: la primarios" y que corresponde, en este sentido, al concepto de nivel
prueba de que no hay ninguna relación intrínseca, natural y simbóli- sintáctico para Eco), desde la gramática del recuadro a la sintaxis
ca entre el animal que denominamos "puerco" y el concepto o sig- del montaje, desde la pura connotación verbal a las sugestiones ico-
nificado correlativo, y su nombre español, es que en otras lenguas nográficas, hasta llegar a las estructuras narrativas y las oposi-
se le denomina en forma distinta (cochon, maiale, pig, schwein, ciones entre personajes y valores que son comprensibles sólo a tra-
khanzir, choiros, etc). vés de un profundo análisis".
e) Medios de comunicación directos en oposición con los susti- Y esto con sólo aludir al aspecto formal, al contenido manifiesto
tutivos. En el primer caso se encontraría la forma del lenguaje ver- iconográfico del comic como estructura codigal. Mucho nos
bal humano (lenguas madres, lenguas naturales), y en el segundo, llevaría, a estas alturas, abordar el tocante al contenido latente, por
1
todos aquellos que transcodifican solamente las unidades formales lo que prefiero recurrir a una síntesis que al respecto efectúa el mis-
(a nivel de significantes) de los primeros en un segundo sistema de mo Eco, ubicada en el ensayo que hemos citado: "Podemos resumir
unidades. En esta situación encontramos todas las escrituras, el así las bases ideológicas de los comics actuales: en el mundo exis-
Morse, el Braille, el lenguaje gestual de los sordomudos, etc., que ten múltiples problemas, pero siempre quedan resueltos individual-
son sistemas de comunicación sustitutivos. mente por un héroe carismático, cuya entrega a la comunidad es el
En base a lo dicho, los comics, en su consideración semiológica fruto de una selección excepcional, compensada por la gloria y apo-
de códigos, presentan un caso comparable al del cine, al ser resul- yada en una buena dosis de narcisismo; este héroe trabaja siempre
tante del juego interactuante de dos o más códigos primarios. Esto solo y no representa a nadie, ni cumple órdenes de sus iguales (has-
es: el signo final, formalmente hablando, que se ofrece como base ta el punto que le basta su propia identidad para subrayar su singu-
para la codificación y decodificación de mensajes, es un signo com- lar esencia frente a la comunidad). El objeto principal de sus esfuer-
puesto, que se alimenta de códigos primarios menos sofisticados. zos es la defensa de la propiedad y el orden establecido; los enemi-
Este signo compuesto-base, como resultante, es radicalmente gos de la sociedad son los ladrones; el que vence a los ladrones y
opuesto a aquellos de los cuales surgió. Por ejemplo: el signo del salva la propiedad de su dueño es un héroe; si, en algún caso, al-
comic que toma elementos del código de la escritura (transcodifica- guien no posee nada, es misión del héroe darle una limosna; por lo
dora del lenguaje verbal), del de la fotografía y la pintura (en las tanto, la riqueza se posee o se adquiere, de pocas proporciones y
imágenes visuales que utiliza}, del cine (en cuanto a la perspectiva y temporalmente, por decisión espontánea de un benefactor; sólo es
encuadre de las figuras}, de la teoría del cinetismo aplicada a figu- héroe, naturalmente, quien lleva a cabo empresas inauditas; los de-
ras objetivamente estáticas (el paralenguaje utilizado para indicar más son ciudadanos comunes y, por ello, carecen de personalidad y
cambio de posición espacial del personaje u objeto comprendido en destino junto con una voluntad".
el encuadre mostrado: el montaje en el comic); el antropo o cosmo- Esto nos da una idea tan sólo del maremagnum de juegos in-
morfización de los globos o "bocadillos" (con una función evidente- tercruzados de variables que son exigidas en la elaboración y reela-
mente connotativa y conceptualizadora icónicamente de los esta- boración (decodificación) de un comic. Este universo de comunica-
dos de ánimo, traducidos en configuraciones convencionalizadas), ciones, encerrado en aquel por muchos considerado deleznable
la utilización -prácticamente con funciones idiolécticas- de ono- "cuadernito", conforme a lo dicho por Buyssens y en alguna manera
80 Las relaciones extra'!laritales entre el comic y el kitsch Luis Arrieta Erdozáin
81
reforzado por Eco, nos hace distinguir al comic , en cuanto al código como patrimonio cultural común de un grupo. Nuestro universo hu-
que maneja, como un medio de comunicación sistemático en cuanto mano a~tual, a raíz de la "explosión de la información" y fenómenos
a las figuras estereotipadas de los personajes (que permite, en su concomitantes y paralelos, no es un universo de significados surgi-
base, la distinción de los mismos respecto del resto de figuras inter- dos de ~xperiencias con referentes reales (en la mayoría de los
vinientes y posibilita los mecanismos de identificación o rechazo casos), smo de la abstracción conceptual que de ellos algunos ha-
con ellos), a las letras del mensaje escrito en el "bocadillo" o en el cen Y comunican en "capsulitas culturales" a través de los mass me-
recuadro superior o inferior, y a los comics con estructuras de mon- dia. Dado este hecho, la experiencia derivada de la lectura de un co-
taje em i nentemente redundantes (seis u ocho cuadros por página, mic no es la del morfema del significante éon la imagen del referen-
generalmente del mismo tamaño). Como a -sistemático en cuanto a te real, sino con la imagen individualizada por el dibujante de fa
los paisajes de fondo , las situaciones (aun y cuando nos conduzca n lmage~ me~tal _del objeto, resultado de su percepción sensorial y su
a un final irremisiblemente previsto: el héroe o personaje central de Juego Imagmativo sobre el referente real: es la imagen visualizada
la historieta -sea en la forma que sea- saldrá avante), los artifi - de la imagen percibida del ser u objeto. Por tanto, el lector de fa his-
cios psicológicos, reparto de volúmenes, la gradación, intensidad o torieta ha~e una lectura _simbolizante de un hecho (lo contado y su
ausencia de uno o más colores , los tamaños y anchuras de los tipos cómo) evidentemente simbolizado. Por ello es que afirmamos fa
(sobre todo en la representación visual de sonidos originalmente connotación de lo denotativo en el comic y lo calificamos finalmen-
inarticulados, caso de las onomatopeyas). En cuanto a las relaciones te como un medio de comunicación que puede ser sistemático 0
extrínsecas e intrínsecas entre significante y significado, podemos asistemático, dependiendo del "nivel" de código considerado cu-
apuntar que en el aspecto visual , el comic guarda relaciones ~as _relaciones entre significante y significado son preferentem~nte
intrínsecas. En lo referente a los códigos arbitrarios, con origen en mtnnsecas Y cuya gestación no es de apoyo, de sustitución sino de
la convencionalización, que también maneja, nos encontramos con carácter directo. '
el fenómeno de que, siendo inicialmente una relación extrínseca, la
fuerza del hábito , la potencia de la costumbre, así como la asimila- La función estética de los lenguajes y su relación con el
ción y aplicación prácticamente instantáneas de las normas de Kitsch en los comics
decodificación por parte de lectores de la historieta, ha hecho Ahora bien, resulta prácticamente imposible hablar del kitsch en al-
que en muchos casos la relación extrínseca efectúe una metamor- go que resulta por completo independiente o ajeno al mundo del
fosis que la convierta en intrínseca, en la medida en que. la deno - hombre, ~s decir, de todo aquello que pueda ser calificado como un
·tación enraizada, revalorizada y superutilizada, tiende a convertirse he_cho cultur~I.- ~uchos afirman -y me sumo a su opinión- que el
en connotación con el paso del tiempo. Esta última afirmación p_nm~r. Y defmi~Ivo hecho cultural fue la creación de un lenguaje
se basa en el hecho de que La Lectura de un comic (así como la del simbohco (segun Cassirer, Aranguren y algunos más, antes que
cine, la televisión o la fotografía) es una experiencia netamente sim - "animal racional", el hombre es un symbol maker). Partiendo de es-
bólica, aun con el paso del tiempo. ta ~ase,_ Mounin en . el plano lingüístico y Pierre Xiraud (La
El hecho se explica de la siguiente forma : en las comunicaciones semwlogta) en la amplia perspectiva comunicacional de la semióti-
normales del hombre del siglo XX , en la gran mayoría de los casos , ca, extienden Y formulan las siguientes funciones del(los)
sus connotaciones surgen de una experiencia intelectual que deriva en lenguaje(s):
La sensible y no de una experiencia sensible que derive en una intelec-
tual (que es la forma más natural -esta última- de cristalización a) Fu~ci~n de comunicación, cuyo objeto consiste en permitir el es-
de una connotación: por experiencia sensible directa). Este es el ca - tablecimiento de vínculos interhumanos inmediatos. Es la función
so de cuando hablamos de la estratósfera, del Polo Norte, de los ele- más importante de todo el lenguaje y sin la cual éste no tendría ra-
mentos constitutivos de una célula de nuestro cuerpo, etc., cosa s zón de existir.
con las cuales , de factum , no hemos tenido una experiencia sensible
directa, sino que han sido adquiridas -y como tales se manejan - b) Función expresiva, mediante la cual el emisor -y en su caso, el
82 Las relaciones extramaritales entre el comic y el kitsch 1 11/. Arriela Erdozáin 83
destinatario- manifiesta su afectividad voluntariamente, a través Pera las particulares pretensiones de este trabajo, esta última fun -
de lo que dice. Para esto se sirve del ritmo, de la fuerza proporciona- t Ión adquiere importancia desmesurada. ¿Por qué? La razón es sen-
da por la posición estructural de un significante a determinada altu- t 111 : el fenómeno del kitsch se encuentra estrechamente vinculado
ra de la cadena construida durante la elaboración del mensaje, etc. n el significado estético de los eventos aludidos. El kitsch nace,
1 1 ual , como un hijo bastardo del arte: como un ladrón que, en su
e) Función apelativa, por la cual el hablante trata de provocar en su 1 ¡norancia, desvincula a los estilemas de un mensaje de su contexto
oyente algunas tonalidades afectivas, sin que él mismo participe en o rl lnal que los refuerza; como el depauperador fehaciente de las
ellas (caso del mentiroso, del hipócrita, del actor u orador). Innovaciones de la vanguardia; como el mercader de las formas que
¡u ta vender sucedáneas en lugar de originales. El kitsch, concebi-
d) Función de elaboración y soporte del pensamiento, resultante de J n esta forma, subvierte la función poética del lenguaje disfra-
la interacción lengua, pensamiento, realidad y génesis de la cultura, 'l ndose con ella, ataca como cáncer la agudeza de la sensibilidad
mediante la cual el pensamiento consigue elaborarse gracias a la l us ingenuos o corruptos consumidores. Si, pues, los lenguajes
redundanciación de la entropía inicial del pensamiento por el len- n tuvieran la posibilidad de generar mensajes universales, inalte-
guaje, a la vez que le ofrece un vehículo para plasmarlo en un men- 1 bi es en su riqueza al cambiar las circunstancias (resumidas éstas
saje perceptible por otro (s) y que rompa la esfera de una estricta co- n los conceptos de tiempo y espacio), a través de los lenguajes, el
municación intrapersonal. kit h, por lo menos en principio, no tendría razón de ser.
e) Función metalingüística (o metasemiótica), por la que el lenguaje 1 comic como arte popular
sirve para hablar del lenguaje mismo (cuando decimos "Dorfles es o nsiderando lo anterior, aceptamos con Román Gubern (en Ellen-
un apellido, correspondiente a la categoría gramatical de nombre o ¡u !fe de los comics y La literatura de la imagen) que "el comic es un
sustantivo propio" o cuando explicamos "4", numéricamente, a tra- rt popular, con sus propios medios de expresión ... no es una
vés de una relación visual en la que un par de números "2" están se- lmple historia ilustrada". Detengámonos un momento y analice-
parados por un signo de "+ "). mos el grado de verdad de esta frase. Primero, ¿es un "arte" en re-
lldad?; segundo, ¿de dónde deriva su carácter "popular"? Enfren-
f) Función {ática, gracias a la cual el lenguaje permite mantener t ndonos al primer aspecto y contraviniendo un poco la clasifica-
entre los interlocutores una sensación de contacto ac ústico, visual , ló n de niveles de cultura de McDonald, reproducida por Umberto
táctil, olfativo, etc. (Ejemplo: "Hola, ¿cómo estás?" o la gesticula- 1 o en Apocalípticos e integrados ante la cultura de masas, el comic
ción de un abrazo, entrelazando las manos quien la hace, para dar a t rróneamente está ubicado como lowbrow-cult (o mass-cult), por
entender no verbalmente a su destinatario que desea saludarlo, que J bajo de la high-cult (o alta cultura) y la middle-cult (o la cultura me-
está con él, o invitándolo a levantar su ánimo), o de contacto psico- tll ). Las razones que se aducen, entre otras, son que su naturaleza
lógico, de proximidad agradable en la generalmente vacua charla mi ma (código redundante por excelencia en la mayoría de las pro-
social o la conversación de los enamorados, que dicen nonadas, por du ciones conocidas), sus "préstamos" expresivos tomados de
mencionar algunos ejemplos. o tros códigos (por ejemplo, del lenguaje cinematográfico), la es-
1 ndarización de estereotipos (sobre todo en los comics de marcada
g) Función estética o poética, en la que la preocupación dominante 1 ndencia ideologizante), así como sus requerimientos de tipo eco-
es la generación de un mensaje en que las relaciones formales entre nó mico, considerando al comic en su naturaleza de bien de consu-
los componentes derivan en una experiencia mediana o plenamente rn en la Industria de la Cultura (requiere de la respuesta adquisitiva
bella. En esta función se cifra el cómo del mensaje y se le observa el parte del mercado potencial de lectores para poder sobrevivir), lo
desde la perspectiva de que funge como continente de lo dicho. En {' nvierten en un medio de expresión depauperado, cuyos alcances
la mayoría de los casos, el continente poético sublima las posibilida - 1 nas si sobrepasan los de la estricta diversión (con importantes
des sensibles, semánticas e intelectuales de lo contenido. ndicionamientos ideológicos) y sus fórmulas comunicativas ma-
84 Las relaciones extramaritales entre el comíc y el kitsch Luis Arríeta Erdozáín 85
nejan los efectos estrictamente comprobados. Ante estas afirma- 1 ndolos pasar por antiguos", mientras el verbo verkítschen, que
ciones, tenemos que señalar que los contenidos de los medios no ¡ule re decir "vender barato", tiene una existencia limitada por sus
son necesariamente su marca, ni determinan su signo. Esto es, el pro pias carencias de nacimiento. Dorfles nos advierte en EL kitsch,
comic no es lowbrow-cult por naturaleza, sino por el tipo de mensa- 1nlología del mal gusto que el kitsch es "una materia tan delicada y
je que ha elaborado. Pero aquí, como contrapunto, manejemos la util que, sin embargo, quema las manos y deja endebles cicatrices
concepción de McLuhan que confiere el título de arte popular al co- té ticas; es un arte de signo contrario: un quid que tiene las
mic, dando una razón coherente para los contenidos "degradantes" racterísticas extrínsecas del arte, pero que es su negación".
que muchas veces soporta: "El arte amable es una especie de repeti· La existencia, proliferación y euforia del kitsch en nuestra época
ción de las acrobáticas hazañas especializadas de un mundo in- bedecen al florecimiento conjunto del fenómeno bautizado como
dustrializado. El arte popular es el payaso que recuerda la vida y las " ultura de masas" (sobre el cual Ortega y Gasset en su excepcional
posibilidades que hemos omitido en nuestra rutina cotidiana. Se nsayo La rebelión de Las masas expresaba su justificada angustia
aventura a poner en escena la rutina especializada de la sociedad , nte el previsible advenimiento del fenómeno aludido). Sin embar-
actuando como lo haría un hombre íntegro. Pero el hombre íntegro 1 , el kitsch hubiera tenido una efímera existencia, aun y cuando
es totalmente inepto en una situación especializada. Esta es, al me- hubiese sido intensa, si no se hubiera presentado un fruidor ad hoc,
nos, una manera de llegar al arte de las historietas y al arte del paya- nsumidor por excelencia del "hijo bastardo del arte" . Este tipo
so, junto con lo que esto implica". 1 rticular de sujetos los conoceremos con el nombre de kitsch-
Además, en el mismo Understandíng Medía afirma: "La violencia m nsch (hombre kitsch), entendiendo por ello al fruidor de mal gus-
de un medio ambiente industrial y mecánico tenía que vivirse y pro- to, e sto es, el modo de entender, de saborear, de tomar partido fren-
porcionar un sentido y motivos a los nervios y vísceras juveniles. Al l a la obra de arte, tanto si es buena como si es mala, por parte del
vivirlo y experimentarlo día con día, proporcionamos a los jóvenes h mbre de mal gusto.
una jungla de asfalto estremecedora y bronca junto a la que cual - Como se podrá percibir el kitsch-mensch está más vinculado con
quier selva tropical animal sería algo tan apacible y domesticado 1 fe nómeno de la fruición que con el de la creación (situación expli-
como una conejera. A esto lo llamamos normal. Pero cuando .las in - ble por la evidente diferencia cuantitativa entre el número de emi-
dustrias de la diversión, particularmente la del comic, intentaron res y el público receptor de los mass media).
proporcionar un facsímil razonable de la violencia urbana corriente, Dos buenas pistas para descubrir el kitsch en un objeto estandari-
hubo quien se admiró". 1. do que se nos presenta son las siguientes:
) Cuando prevalecen las razones de la moda por encima de las
El fenómeno del kitsch d 1 arte;
A pesar de todo lo dicho , hagamos un espacio en nuestra locución b) Cada ocasión en que un elemento particular, o toda una obra
para centrarnos en lo que hemos de considerar como kitsch para rte, es transferida de su auténtico rango y adaptada a un fin dis-
después, con más propiedad, atribuirlo o deslindarlo de los márge· tinto de aquél al que estaba destinado.
nes de acción del comic. En sus orígenes mismos la palabra k!tsch O tra de sus características, aludiendo más al plano del fruidor-
(vocablo de origen alemán), según Ludwig Giez en L a /dls h que de la naturaleza de lo "fruído", es que el hombre de sen-
fenomenología del kitsch, data de la segunda mitad del siglo XIX llllidad alienada fetichiza lo que se presenta como modelo a seguir
cuando los turistas norteamericanos que deseaban adquirir un ( n el caso concreto de los comics: a héroes, personajes, si-
cuadro barato, en Mónaco, pedían un bosquejo (sketch). De ahí tu iones y ambientes), confiriéndoles un valor real fuera de su
vendría el término alemán para designar la vulgar pacoti lla 1< l te ncia imaginaria. Esta situación en alguna manera es canse-
artística, destinada a compradores deseosos de fáciles experiencias ' u ncia de uno de los efectos más enfermantes de la cultura de ma-
estéticas. Sin embargo, en el dialecto de Mecklemburg ya existía el . : la ausencia de una auténtica experiencia vivida, hecho que
verbo kítschen, equivalente a "ensuciarse de barro por la calle". 1 u de ser controlado por el que lo quiera en sí mismo. La visión de
Otro significado del mismo verbo es también "amañar muebles ha- lrn ge nes reproducidas -a través de la fotografía, del cine, de la
86 Las relaciones extramaritales entre el comic y el kitsch Luis Arrieta Erdozáin 87
TV, de las revistas- no puede transmitirnos una experienc ia verda- t ntemente a los métodos más primitivos, quizá hasta burdos.
deramente vivida, aunque permita un rápido y pronto a l macena- Por ello "todos los periodos históricos -afirma Broch- en los
miento de nociones, como ha sido ampliamente demostrado. De ¡ue los valores sufren un proceso de disgregación son periodos de
ahí que por los mecanismos psicológicos de identificación, proyec· ra n florecimiento del kitsch. Las épocas caracterizadas por una
ción y desdoblamiento -sobre los que hemos de volver más J rdida defin i tiva de valores (caso concreto: la actual cultura de ma-
tarde- el lector tenga experiencias sucedáneas, mediatizadas , d iri · s) se apoyan en el 'ma l' y en la angustia del 'mal' , y un arte que
gidas, en suma kitsch, a través de cualquier elemento-resorte co nte- qui era ser expresión adecuada de las mismas también ha de ser
nido en el comic en turno . Por esto no resultará raro que, teniendo xpresión del 'mal' que en ellas existe " .
alma de mercader y conducta cínica permanente, la cultura de m a·
sas haya hecho que, para muchos, el kitsch sea más ubicuo y tri un· 1 comickitsch
fador que el mismo arte. Ejemplo de ello sería cuando se llega a L presencia del kitsch en los comics es una certeza potenc ial que se
considerar más " artística" una copia fotográfica con colores ret ra- v c onfirmada en muchos dolorosos casos . Esto a pesar de que co-
bajados -s i n respeto alguno a las tonalidades o escala de matices rn o medio de expresión sea originalmente neutro.
del original- que la misma primigenia obra de arte de la que se sa· La neutralidad de la ciencia (de los medios cognosc itivos, por
có la reproducción. o nsiguiente, también de los medios de comunicación) es un
Naciendo, pues, como intento malogrado y tendencioso de la fu n- J ro blema que tiene unas profundas raíces t eóricas; la neutralidad
ción estética de los lenguajes, el kitsch se ha mostrado voraz y ha d los instrumentos científicos es, por el contrario , un problema
empezado a invadir otros campos de acc ión (el pornoki t sch , estu· ¡u e se resuelve en el plano de la prax is: la bomba atómica es neutral
diado por Ugo Volli, el kitsch en el cine, la arquitectura y hasta en ... •n el sentido de que su significación y su func ión dependen del que
¡la política! -ensayo de Clement Greenberg), enervando todo lo 1 p osee y de cómo fa utiliza. Pero para fortuna de pocos y desgracia
susceptible de ser considerado como hecho cultural. Así, en su sen - l muchos, su destino se encuentra en manos de los mercaderes de
tido más amplio , la concepción del kitsch se enfoca a la calidad de 1 " Industria de la Cultura" . Para ello es que Jean Chesneaux, en su
equivalente , de imitación, de pretexto sentimental , de tosca y p re· nsayo titulado Los comics chinos considerados como contracullura,
tenciosa " imagen". bse rva que "el comic como cualquier otro elemento de la sociedad
Variando un poco nuestro ángulo de percepción, concebim os al ntemporánea fundamentado en el beneficio es , en primer lugar,
kitsch como efectismo -puro -para-efectistas: "Es la prefabricación e u na 'mercancía' ".
'impos-ición del efecto '' confiesa Eco, a lo que añade Hermann T odavía a estas alturas se vislumbra una alternativa tras el sucesi -
Broch: "Por lo tanto, los instrumentos que sirven para obtene r el v juego fallido de disyunciones binarias en el devenir fatal de los
efecto siempre son fruto de la experimentación; ésta es la razón p or mies como bien de consumo:
la cual lo que ya ha existido, lo que ya se ha probado y experimenta- ) Elevar el "nivel" cultural de las obras destinadas al público po·
do está destinado a reaparecer invariablemente en el kitsch( ... ) y uti - p ul ar;
lizará vocablos prefabricados que con su poder se hacen rígid os b ) Que las obras literarias y artísticas fueran accesibles a todos ...
hasta convertirse en clisés" . Es por esto que -como hemos dicho- afortunadamente , ni uno ni otro se llevaron a cabo y se malin-
siendo el sistema de imitación que es, el kitsch se ve obligado a co - rp retó, sobre esto, el segundo objetivo, depauperando y mediati-
piar los rasgos específicos y propios del arte. Pero el acto creat ivo ndo los ricos contenidos de obras maestras en los distintos
del que surge la obra de arte no se puede imitar metodológica m ente n Iones del arte, con el argumento de que se estaban haciendo
(simplemente porque es único y expresión sublimada de lo más sub· esibles para todos " .
jetivo del creador . En términos de Boris de Schlozer, " plasma su
'yo mítico ' en la obra de arte" ): solamente se pueden imitar sus for- dificultad de determinar la presencia del kitsch en el comic
mas más simples. Es bastante significativo y característico el hecho A r sar de todo, resulta difícil determinar, de entrada, la presencia
de que, a falta de una fantasía prop ia, el kitsch debe recurrir co ns- d 1k itsch en las historietas, sobre todo porque la lectura del comic,
88 Las relaciones extramaritales entre el comic y el kitsch. Luis Arrieta Erdozáin 89
así como el proceso de decodificación llevado a cabo tras ella , la belleza de ciertas imágenes es depauperada con el tamaño en que
amén del carácter "abierto" que como símbolo caracteriza a la ima - on impresas para su divulgación, lo cual confiere al comic una con-
gen, conduce a una experiencia personal en la lectura, derivada de notación más mass-cult que potencialmente poética.
la naturaleza de los medios impresos, que permiten una subjetiva y Además, se trate de que los comics basados en la anécdota de un
libre adjudicación de significados connotativos a las imágenes y filme o de una obra teatral deben adoptar el criterio del resumen,
textos decodificados, en base al funcionamiento natural de los m e· del digest, con todas las superficialidades del caso.
canismos propios de nuestros aparatos de percepción sensible. Por Por supuesto, las exigencias de tipo técnico derivadas del código
lo tanto, y estando de acuerdo en el fondo con Barthes (en el senti do particular que maneja el comic hace casi indispensable, según Ro-
de que todo "significante es abierto"), el kitsch, con¡o lo diría Po- mán Gubern, la "yuxtaposiciól) o montaje de viñetas, expresión ca-
lanski de la "pornografía", está fundamentalmente en la mente de da una de ellas de una selección mínima de espacio-tiempo, del
los que califican como tal a un mensaje o que lo paladean por mon - ontinuum narrativo, la cual está basada en el principio de elipsis,es
golización de su sensibilidad . Con esto no pretendo afirmar que el dec ir, en la omisión de espacios-tiempos intermedios de escaso in -
mensaje esté desposeído de un "signo" objetivo (kitsch o poético), terés narrativo, que idealmente enlazarían en continuidad dos vi·
impreso por el autor del mensaje, pero sí que el recreador, recept or netas consecutivas . El montaje elíptico sirve para suprimir redun-
o destinatario es el adjudicador final de la ruta del mensaje asum i· dancias y tiempos muertos en la articulación de viñetas significati·
da, cuando menos para sí mismo. vas , a la vez que permite al lector la restitución ideal del continuum
Sin embargo, la referencia que nos podrá dar una pista para re sol - narrativo, al suplir mentalmente los ·'vacíos' entre viñetas consecuti·
ver el renglón estético de un mensaje deriva de la posesión com ún vas, dándoles así congruencia".
Emisor-Destinatario de un código semejante (tanto para el proceso Es así como un medio inicialmente entrópico termina por conver·
de codificación, como para la decodificación). tirse en funcionalmente redundante, tras el proceso no necesa-
Así como el kitsch ha logrado perpetuar raíces en el comic , se ha riam ente lineal en que se habrán de efectuar los siguientes pasos:
convertido en su ideología, confirmando su sumisión (por mero in s- a) Lectura de la imagen de la viñeta ;
tinto de supervivencia en la sociedad de consumo) a la cultura de b) Lectura de un texto (conversión de la escritura en mensaje fo-
masas. De este modo comunica tácticamente la postura existencial nético);
de la no complicación, del "asegúrate", del vivir en un ingenuizado e) Integración de los mensajes fonéticos e icónicos para una
hedonismo, del escape por el escape mismo en una diabólica estan· omprensión global de la viñeta, recreando el lector e l tiempo
darización, mecanización y fehaciente desvirtuación del "loisir" en r presentado en ella en función de la extensión y de la acción ex-
el sentido de que lo maneja Dorfles en Nuevos ritos, nuevos m ilos, puesta, y
quitándole toda connotación de productividad para el sujeto que lo d) Enlace lógico con la viñeta siguiente a través de las nuevas
utiliza o para su entorno físico o humano (en contraposición co n el o peraciones a, b y e (R. Gubern).
armónico concepto griego que prescribía la compensación ocu pa· Debemos reconocer que el estancamiento, poca creatividad, in·
cional. El " loisir" de la cultura de masas, adoptado por la gran guridad y utilización de fórmulas probadas han dado por resulta-
mayoría de los comics, convierte el "loisir" en sinónimo de "tiempo do una redundanciación de ese código extremadamente i nformati-
dedicado a la diversión", entendida ésta en su nefasto sentido o rigi · v en sus inicios .. . y no es por falta de recursos potenciales que se
nal: "desviación alienante de la atención". El mismo Francois Truf· ha atascado el proceso ...
faut advierte este hecho cuando comenta : "Si el libro da lugar a 1
discusión, la imagen es tan sugestiva que comporta una manipul a· Le kitschización de los contenidos de los comics en base al apro-
ción muy peligrosa ". ) vechamiento de los mecanismos de la percepción
Pero éste no es ni el primer ni el último obstáculo a que se ha d D sde su origen, los comics tuvieron como público lector a una
enfrentar el comic para recuperar su privilegio de ser considerad o v stísima y muy heterogénea masa. Fueron, en pocas palabras, un
como arte, ya que la experiencia de Claude Molitern i demuestra qu xlto comercial. La existencia de unos bien codificados estereotipos
90 Las relaciones ex tramaritales entre el comic y el kitsch Luis Arrieta Erdozáin 91
rígidos , fieles a determinados principios narrativos, ha de at r ibu ir- El arte de los comics
se, pues, a la estandarización propia de la industria cultural, respon - " Entendido en un sentido amplio, el arte es siempre el retrato del
sable también de la conservadora autocensura sobre unos produc - hombre de su tiempo, y si el kitsch es mentira (muchas veces -y
tos dirigidos hacia un público muy vasto y heterogéneo, al que c on - on razón- se lo ha considerado así), dicha mentira recaerá sobre
viene capta r COJ!lO clientela y, sobre todo , importa no ofende r ni 1 hombre que lo necesita , es de~ir, sobre quien se sirve de este es-
agredir en sus creencias (hecho que vino a romper la corriente de pejo tan respetuoso para poderse conocer en la imagen desfigurada
los underground comix, para beneficio del propio medio, con Robert q ue le devuelve y para poderse confesar (con un placer, dentro de
Crumb y su Fritz the Cata la cabeza). Ello implica la dominante con - iertos límites, sincero) con sus propias mentiras" (Hermann Broch
servadora que ha gravitado durante años sobre la industria respon - n Poesía e investigación) .
sable de las literaturas de la imagen. Es así como los comics , que Si bien las funciones sociales que se abren ante el comic son múl-
tomaron por base el estereotipo, finalmente acabaron por conver- tiples y variadas , desde el tradicional esparcimiento y evasión hasta
tirse en medios estereotipados y estereot ipantes. la provocac i ón moral y de subversión ideológica, propia de los ca-
Dicha estrategia obtuvo notorios buenos resu ltados económi cos mies contraculturales , no debemos excluir las aplicaciones pedagó -
debido a que, en una forma consciente o no, utilizó mecanism os g icas del género. No hay que olvidar que el comic tiene ventajas
psicológicos de profundo arraigo en las directrices de la conducta rtísticas nada deleznables, derivadas de los instrumentos-base
humana , mismos que son aceptablemente representados por Edgar obre los que operan sus códigos primarios conjugados . De esta for -
Morin en el siguiente cuadro tomado de su libro El cine o el hombre ma , si la fotografía condiciona el naturalismo de sus imágenes, en
imaginario (en donde " magia " es un concepto correlativo al de "fe- cambio el dibujo permite libérrimas recreaciones iconográficas:
tichización", utilizado en nuestro ensayo): desde las escenografías más insólitas e imaginativas hasta la distor-
ión grotesca propia del lenguaje de la caricatura , así como ciertas
DE LA PARTICIPACION A LA MAGIA convenciones simbólicas usuales en el lenguaje de los comics . Con
sto, a mi modo de ver, se posibilita , al igual que en el cine, una
Participación c orriente de " autor" en el género, misma que de hecho se anima por
Zona
de las participaciones
/ '\..
Proyección - Identificación
una explíc ita voluntad " de hacer arte" y de afirmar con orgullo la
significación estética del medio. Así, el comic, por ej emplo , no es el
! !
afectivas mismo antes y después del Pop-Art. El hecho lo constata Gubern en
u Literatura de la imagen al comentar que en Francia "durante los
ños sesenta fue el clamoroso descubrimiento cultural y revaloriza-
Zona mixta Antropo - Cosmomorfismo
ión del comic por pa rte de las minorías intelectuales. Este fenóme -
Zona mágica
l i
Desdoblamiento - Metamorfosis
no se inició con la creación , en 1962, del Club des Bandes D essiné-
s, con Francis Lacassin como presidente y el director de cine Ala in
Resnais como vicepresidente, por las mismas fechas en que el movi-
Cabe hacer notar que, a diferencia de los grandes mitos emana- miento pictórico Pop-Art adopta personajes y onomatopeyas de las
dos de las viejas religiones de culturas primitivas, el público lector ti ras dibujadas como material expresivo" .
sabe perfectamente que sus admirados personajes son fictic ios, Así, a medida que las necesidades de supervivencia comunicativa
producto de la tinta china sobre papel y no reales . Sin embargo, la de l medio redundante por excelencia lo fueron requiriendo , su
fuerza de este fenómeno psicológico lleva a atribuir una entidad ca - ódigo-base se fue complicando, a fin de proporcionar mayores po-
si real a un personaje dibujado y , a sabiendas de su condición fi cti - ·ibilidades de expresión en los campos de la denotación y la conno -
cia, reviste enorme interés social y se basa en los mecanismos de la l c ión, dando una sólida base que permitiera levantar a este género
identificación y la proyección del " yo" de los lectores sobre los p~r v rbo -visual a alturas insospechadas.
sonajes del relato. Al respecto, Lu Hsun, uno de los más importantes escritores chi -
92 Las relaciones extramaritales entre el comic y el kitsch Luis Arrieta Erdozáin 93
nos modernos, en octubre de 1932, comenta en atinado artículo: dos, llega el comic. Esto explica -pero no justifica plenamente-
"En las historias del arte a las que estamos acostumbrados no en- la simplicidad de los mismos. La revolución cultural china, por
contramos reproducciones de los fascículos de comics; sin emba r- ejemplo, no hubiera sido posible sin la presencia activa de los co-
go, las exposiciones de las obras de notables artistas nos muestran mics, tal como se ha comprobado.
Roma en el crepúsculo o El lago occidental hasta el oscurecer. Evi - Además observamos, con McLuhan, que debemos estar cons-
dentemente, los comics están considerados de poca categoría co- cientes de que "el súbito atractivo del comic constituye un índice
mo para formar parte de una biblioteca que se precie un poco. Pero seguro de cambios profundos en nuestra cultura . Nuestra necesidad
si visitáis El Vaticano -no habiendo tenido el placer de viajar por actual es entender el carácter formal de lo impreso, la historieta y la
Italia, sólo he visto fotografías de El Vaticano-, veréis que, en la caricatura, como un reto y un factor de cambio en la cultura. No hay
práctica, todos aquellos espléndidos frescos son diseñados en seri e una manera única de resolver un problema tan complicado respecto
del Antiguo Testamento y de Los Hechos de los Apóstoles. Cuando del cambio de la percepción humana, hasta hoy".
un historiador del arte produce uno de ellos bajo el título de La cre-
ación de Adán o La última cena, los lectores no lo considera n
vulgar ni insensible".
Conclusiones
En base a lo comentado, citado o aludido, hemos intentado dar una
panorámica, objetivamente hablando, del comic . Este medio de co-
municación es el punto final de una operación programada para ll e-
ga r mentalmente a las masas: a donde no llega la novela, d.e lec t ura
fatigosa y para mucha gente todavía objeto cultural inaccesible, y a
donde no llega el teatro y el cine, por ejemplo a los pueblos ais la-
94 95
Antecedentes
del comic underground
Mark James Estren
'
96 Antecedentes del comic underground Mark James Estren
97
Les agrade o no (y a muchos caricat uristas underground les ag ra- formato upsidedown po r formatos más convencionales . (Artista se-
dará muy poco), los comics underground son el último eslabón de rio, Verbeek abandonó eventualmente el trabajo en los periódicos Y
un p roceso que tiene cerca de 5000 años , y que empezó cuando los se dedicó a la pintura; varias exhibiciones de su ob ra se presentaron
egipcios se entretenían con ca ricaturas de animales dibujadas sobre en Nueva York antes de su muerte en 1937).
papiro y arcilla. En Norteamérica, las caricaturas surgieron hacia George Naimark, al escribir acerca de Verbeek , cita a Martín
1747, cuando Benjamín Franklin hizo un dibujo sobre un pedazo de Gardner (que realiza enigmas matemáticos y demás entretenimien-
madera para ilustrar el panfleto Plain Talk. Siete años después, en el tos para la revista Scienli{ic American) al decir: "Cómo se las ingenió
Pennsyluania Gazette, Franklin inventó la caricatura con balloon, en Verbeek para trabajar todo esto , sin volverse loco, sobrepasa a todo
un panel llamado "Join or die", que posteriormente se convirtió en e ntendimiento" . Esta observación puede utilizarse, aunque en tér-
el estandarte de los patriotas durante la guerra de independencia . minos más modestos , para el trabajo de muchos caricaturistas un-
Por lo regular se afirma que la primera tira cómica moderna fue derground actuales, aunque nadie menciona a Verbeek como una
The Yellow Kid de Richard Outcault, la cual apareció en el New York influencia en el estilo, y hay personas que han sugerido que las
World de Joseph Pulitzer, en 1895. El Kid fue un éxito accidental , mentes de los actuales caricat uristas underground han estallado.
habiéndose iniciado junto con una p rueba para la utilización de un Incidentalmente, la mayoría de los estudios afirman que el primer
nuevo tipo de tinta amarilla para imprimir. Feo, casi mongoloide en libro-comic que se publicó fue Famous Funnies, publicado en 1934
su apariencia , y comunicándose a través de mensajes escritos sobre (29 años después de la colección de Verbeek). Este comic pue_de
su camisón de dormir en lugar de en balloons, extremadamente sar- considerarse también como un antepasado de los actuales com1cs
cástico y satírico, el Kid es el primer antepasado directo de los ac- underground, ya que fue un fracaso financiero instantáneo; sin em-
tuales comics underground. bargo, Famous Funnies continuó apareciendo, y para su séptimo nú-
Si la tendencia satírica del Yellow Kid le coloca como el primer mero se encontraba bien instalado en las sombras (un patrón se-
antepasado directo de los personajes de caricatura underground, el g uido por algunos, aunque de ninguna manera por todos los moder-
singular carácter del primer comic publicado en forma de libro lo nos comics underground).
convierte en el verdadero ancestro del libro-comic underground. El Pocos años después de Famous Funnies, apareció otro ancestro
libro al cual me refiero , ahora extremadamente raro de encontrar, directo de los actuales comics underground: The Eight Pagers (tam-
es una colección de 25 tiras realizadas por un sorprendente y poco bié n llamado Tijuana Bibles), que era un comic sumamente crudo,
conocido a rtista llamado Gustave Verbeek, quien produjo 64 extra- de l tamaño de una billetera, cuyo contenido era primordialmente
ordinarias tiras cómicas, con frecuencia semanal, entre 1903 y exual, y que nunca se vendió directamente en el mercado de los ca-
1905 para el New York Herald. La colección en forma de libro-comic mies. Nadie sabe con certeza dónde surgió, pero su nombre implica
apareció a mediados de 1905, y tal pa rece que no se conserva q ue la fuente fue Tijuana, México , donde las actitudes liberales con
ejemplar alguno en la actualidad. r s pecto del sexo atraían supuestamente a los turistas norteameri-
El trabajo de Verbeek fue extraordinario, ya que fomentó el ir nos adultos.
más allá de las fronteras nominales que existían para las tiras cóm i- Eight Pagers presentaba un gran número de personajes: famosos
cas entre los años 1903 y 1905. Verbeek, como todos los demás en h mpones norteamericanos, actores y actrices cinematográficos, y
el Herald, estaba limitado a un panel secuencial de seis dibujos por h sta copias de comics "straight" (rectos). El trabajo artístico va-
semana. No satisfecho con esto, Verbeek realizó historias que pri- ri a ba mucho, pero las mejores muestras del género comunicaban
mero fueran leídas en el modo tradicional , y después fuesen giradas un verdadero sentimiento por mostrar al personaje fuera de bamba-
para leerlas de nueva cuenta. Cada parte de los cuadros debía de ser linas, tal cual era en realidad. En general estos comics estaban
significante al ser rotado el cuadro 180° -¡y además debía de man - h c hos para satisfacer las fantasías sexuales de los adolescentes, Y
tener una secuencia narrativa!-. Todo el proyecto es tan difícil de ran por tanto la expresión real de los particulares sentimientos
alcanzar que parece imposible; pero Verbeek se las ingenió para 1 i a rtista , tal como sucede con los actuales creadores de los co-
producir estas tiras 64 veces consecutivas antes de abandonar el rn i s DC y Marvel. No obstante, los Eight Pagers lograron la no poco
98 Antecedentes del comic underground M. 11 k J am es Es lren 99
considerable proeza (para la Norteamérica de la pre-Segunda bu ca do "Vivo o muerto, preferentemente muerto". Bugs, por su
Guerra Mundial) de promover puntos de vista nihilistas y antiautori- rt , no sabe que es buscado; Elmer lo encuentra y le lee una lista
tarios, no satirizando las fuerzas del bien, sino colocándolas al m is- 1 ca rgos en su contra: resistencia al arresto, perturbar la paz ,
mo nivel que las fuerzas del maL Estos comics contenían con fre- e r un a moles t ia pública, ser un vagabundo callejero, presentar una
cuencia detalles dignos de más sofisticados tratamientos en años o ncl ucta que lo convertirá en waqbit (intraducible), etc., lo cual nos
posteriores por otros comics. u rda a Chicago-seven, The Gainesville Eight y 1984. Bugs ridicu-
De vez en cuando, los artistas de Eight Pagers daban con una idea E lmer, lo hace tonto, roba y destroza su uniforme pieza por
sarcástica y anarquista , que treinta años después sería pensada in - p le •1 , pero finalmente se entrega . Es llevado rápidamente a ejecu-
dependientemente por un caricaturista underground. El mejo r t.l r r1 n te un pelotón de fusilamiento, pero se da un final insólito. Al
ejemplo que se puede dar es el siguiente: un Eight Pager reveló qu e Inquirir a Bugs acerca de un último deseo, éste comienza a cantar " 1
Superman, el compendio del buen parecer, el superheroísmo y la wl., h 1 was in Dixie", y todo el repa rto (Bugs, Elmer y el pelotón de
asexualidad, poseía en realidad un órgano sexual muy pequeño; es- 111 11 miento) aparece de repente con las caras pintadas de negro en
ta revelación es exactamente igual a la proporcionada por Gilbert 11lq ún lugar del sur de los Estados Unidos. Pero el mensaje básico
Shelton en su parodia de Superman, Wonder Wart-Hog, en Zap Co- ele • 1 caricatura, que la ley es arbitraria, severa y tonta , es tan claro
mix No. 4 . e 1)l'f10 el cristal (quizá más claro de lo que deseaban los productores
El tiempo sobrepasó a los unidimensionales Eight Pagers, aunque de• 1 caricatura).
en 1970 Krupp Comic Works sacó un catálogo en el tamaño y esti lo L interesante destacar que Charles M. Jones, quien dirigió las
de los viejos Eight Pagers. Una serie de nuevas influencias apareci ó , 11 1 i tu ras de Bugs Bunny y muchas otras de la Warner Brothers
en el estilo de las ca ricaturas. La importancia de las caricaturas ci - d1 11 ante casi veinticinco años, perdió de vista por completo este as-
nematográficas, especialmente aquéllas de Bugs Bunny, Daffy p e•< t de los personajes. En una entrevista para Funnyworld número
Duck y demás personajes, no puede ser subestimada . Suena un ta n- 1 1 (p rimavera de 1971 ), Jones comentó lo siguiente: "En realidad,
to a menti ra afirmar que estas caricaturas (que sus hijos pueden es- 1l u g era un contrarrevolucionario , no un revolucionario . El no
tar observando en estos momentos en su televisor, ¡Cuidado!) •IP r d a para molestar a las personas; eran éstas las que l o molesta-
t ienen mucho que ver con el moldeo de sentimient os anti- ¡, 1n a él y , por ello, él peleaba con ellas. Pienso que los contrarrevo-
establishment de bastantes jóvenes. Si usted se ríe de esta propos i- lu ·lanarias son a simple vista más intrigantes que revolucionarios" .
ción , su sentido del humor está fuera de lugar; estas caricaturas in- 1 r sta definición, quizá todos los caricaturistas underground que
va r iablemente combaten por la causa del subperro, apoyan al pe- t, 1 ntan molestados (y cuyos teléfonos quizá estén intervenidos)
queño hombrecito en contra de la sociedad que le rodea , y frecuen - p r Norteamericanos Plus, son contrarrevolucionarios . Quizá la
temente hacen comen tarios (no necesariamente con conocimient o ln flu ncia .que Jones puso en las caricaturas no es la misma que la
de causa) acerca del actual estado de la sociedad. Por ejemplo, en d los caricaturistas underground; de cualquier forma la influencia
una car icatura de Bugs Bunny todo el público que asiste a una fun - d u gs Bunny puede ser visualizada, agrandada y distorsionada en
ción de cine corre a la sala de espera cada vez que Bugs enciende el 1 narquismo social y político de tantos comics underground.
letrero de "intermedio" , y corre de regreso a sus asientos cada vez Antepasado también de los comics underground son las caricatu-
que lo apaga , no obstante que Bugs hace esto una y otra vez. Aho ra r d 1 Correcaminos , en las cuales el pájaro en sí es irrelevante, en -
bien, ¿alguna vez ha existido un comentario más directo de la escla - fot ndose toda la atención en el Coyote , cuyo sistemático e i nteli-
vitud del hombre ante sus máquinas? Hasta conciencia política, 1 nt ataque para capturar a l pájaro falla debido a su extraordinaria
incluyendo sentimientos antipolicías, emergen de estas sob resa- rn1 l o~ suerte. (De acuerdo con el caricaturista e investigador del
lientes caricaturas. En una de ellas, Bugs es perseguido por El.mer l l hr ) -co mics, The Mad Peck, se ha corrido con insiste ncia un rumor
Gruñón (el prototipo del pequeño propietario conservador) que en eh· '1 ue la armada (Army) tenía una caricatura en la cual el Coyote fi -
esa producción pertenece a la Real Policía Montada Canadiense. n lm nte capt uraba al pájaro y se lo comía, y que esta caricatura
Los cartelones de "Se busca " que se observan dicen que el conejo fu proyectada a las tropas de combate la noche ant erior de su em -
100 Antecedentes del comic underground M ark James Estren 101
barco hacia Corea). El Coyote es el producto de la sociedad mecan i· mostró también cuál era el camino para ser entretenido e irreveren-
zada, quizá víctima más directa de las máquinas que el público d e t a la vez, lo cual es algo por lo que los ca ricaturistas underground
cine que mira la caricatura de Bugs Bunny. lu chan constantemente . Sin embargo, existe una diferencia funda·
Sin embargo, todas estas influencias son más de espíritu que de mental: Kelly siempre trabajó con animales antropomórficos ,
letra impresa. Los actuales comics underground tienen muy pocas m ientras que los caricaturistas underground prefieren dibujar gente,
semej anzas con sus antepasados, desde los 'Tijuana" .... hasta los mostrando las características animales que ésta presenta. Es algo
del mundo " rec t o ". Muchos comics underground surgieron de una f como voltear a Pago de adentro hacia afuera, mientras que se
sola mente y son , por tanto, únicos, tanto como lo puede ser esa m antiene el corazón en el mismo lugar.
mente (la cual, por cierto, puede ser muy extraña). Otros comics un· Jules Feiffer es otro caricaturista overground cuyo trabajo ha
derground son , en cambio , muy parecidos a posters pop, contenie n· Influido en los comics underground. Sin embargo , las directas imita-
do por lo general un panel de piezas en lugar de h istorietas secue n· Io nes de Feiffer -que han sido muchas- no han sido exitosas, ya
ciales (aunque en ocasiones se puede desarrollar un continuum por• q ue el ingenio acerbo y sutil de Feiffer no puede ser imitado, no im·
la metamorfosis de un panel en el sigu iente). po rtando qué tan simples puedan parecer sus dibujos. Las imita"·
Esos comics personales y poster- orientados no tienen parientes Io nes de Feiffer tienden a ser más complejas en el estilo y menos
directos entre los comics decentes ni entre las caricaturas . Pero en utiles en lo escrito. La influencia de Feiffer, al igual que la de Kelly ,
general los caricaturistas underground están influidos por ciertas ti· basa en el hecho de mostrar qué tan lejos puede llegar un artista
ras decentes tanto del presente como del pasado. El finado Wal t no underground, mientras que les riza los cuernos a los políticos y
Kelly, uno de los más abiertamente declarados caricaturistas r formadores sociales que se hacen tont os a sí m ismos.
políticos "rectos", escrib i ó frecuentemente palabras que los comi cs Algunos car icaturistas underground han comenzado a ser
underground pusieron de moda. Así, leemos en el Pogo's Sunday In fluidos por ciertos comics del mercado masificado, tales como
Punch lo siguiente: ... "esto no es exactamente un manojo de piezas l oonesbury, pe ro esos comics en sí mismos muestran influencias
acerca del Nunca-nunca, ni siquiera acerca del Quizá -quizá. 'D ent ro d comics underground y es muy d ifícil est ablecer quién influyó a
de un tenue disfraz que no llegaría más lejos de la esquina de una q ui én y cuándo lo hizo.
mesa, esta trunca tajada de la vida se refiere al ahora " . O habland o O tra influencia importante de los car icaturistas underground es el
más directamente acerca de los caricaturistas underground que co· vi jo Krazy Kat, el cual, de hecho, ha sido recogido e imitado por un
nació en Potluck Pago: "Dénos el poder y nos revolveremos y mic underground llamado Dirty Duck. En éste, al igual que en las
destruiremos .. . Será necesario mostrar que hay una parte del m a· Im itaciones de Feiffer, se pie rde la magia de los originales; sin em·
torra! de alguitrán en nosotros, además de un poco de fango que 1 rgo , la influencia de Krazy Kat va mucho más allá de la evidente
hay a lo largo del río y algo de la escoria que flota junto a las pla , destacando claramente.
corrientes de otros países". Krazy Kat destaca grandemente por sobre cualquier otra tira
Muchos caricaturistas underground admiten abiertamente su ha hoy día . Tira hilarante , de un lenguaje único, cambiando en
deuda para con Kelly, y su admiración por lo que pudo hacer dentro t da cuadro los fondos, de personajes comunes , pero con suficien·
de los confines de los periódicos "rectos" . Sin embargo, Kelly fue g iros como para dar a las tramas una verdadera importancia filo ·
tan severamente criticado por sus lectores y editores que se vio obl i· f ica, Krazy Kat es hoy día tan fresco y gracioso como lo era cuan-
gado a proporcionar tiras de repuesto en días en que sus mensaj es su creador George Herriman murió en 1944.
políticos se volvían más ofensivos que los usuales. En esto, el car i· Krazy K at ha proporcionado incentivos a muchos de los actuales
caturista underground es compañero de Kelly. La mayor influenci a t rlca turistas , siendo el más sobresaliente el antes mencionado
que logró ejercer Kelly fue la de mostrar hasta dónde permitían lle· W lt Kelly, quien en varias ocasiones homenajeó a Herriman al in-
gar los medios " rectos" a la sátira política y social. Esto les propo r· t rpo lar bits del Krazy Kat Coconino Country dentro del Okefeno·
cionó una idea definitiva acerca de cuáles campos debían de ser k Swamp de Pago. Así , al fi'nal de un homenaje especialmente ex·
explotados, y que el análisis era quizá demasiado moderado. Ke lly t n ·o en el cual Howland Owl deseaba golpear en la cabeza a la t or·
102 Antecedentes del comic underground Jltlark James Estren 103
tuga Churchy La Femme (usando la lógica de que lo que era gra- un mundo que continuaba tan fresco como cuando treinta años an-
cioso en Krazy Kat lo sería en Pogo), Kelly dibujó un ladrillo que t s había sido creado.
había sido arrojado desde afuera del cuadro por la parte izquierda, y El inspirado sentido del sinsentido de Herriman ha permitido a
que le pegaba a un gato que se hallaba también fuera del cuadro en s caricaturistas underground darle a sus imaginaciones extrava-
la parte derecha. l! ntes giros fantásticos. La poco usual profundidad de los persona-
Los tributos de caricaturistas underground a Krazy Kat son me- l s en Krazy Kat, que obliga l~er la tira a varios distintos niveles,
nos directos que Dirty Duck, pero más profundamente enraizados. proporcionaron al artista underground un prototipo para la multiex·
Algunos artistas, como es el caso de Denis Kitchen (Mom's Home- posición en su trabajo. (¿Qué tan profundos eran los pensamientos
made Comics), reconocen abiertamente una gran deuda para con d Herriman? Es una cuestión extremadamente discutible. En un
esta tira; y otros, como Paul Buhle (director general de los Radical nsayo realizado en 1946 y reproducido por Grosset y Duncan en la
America Komics), están más interesados en restarle importancia a olección que apareció en 1969 de Krazy Kat, el poeta e.e. cum-
Krazy Kat. Buhle alega que la tira de Herriman es poética y, por ta n- rnlngs ha sugerido irónicamente que Krazy representa el ideal de-
to, "mierda" hasta que redefinamos la palabra "poesía". Pero ya sea mocrático y que la tira es una extensa parábola acerca de la de-
amando a Krazy Kat, u odiándolo (odiándola, dependiendo del esta· mocracia). El arte tan personal de Herriman dio a los caricaturistas
do de ánimo de Herriman en ese día), los caricaturistas underground underground un concepto del fondo como una parte independiente
no pueden escapar a su influencia. Si ellos no admiten abiertamente d 1 cuadro, ya que en Krazy todos los fondos eran siempre de tipo
su adeudo para la tira , alguien más lo hará a nombre suyo, como en urrealista , por lo general no relacionados cori lo que sucedía al
la introducción de Paul Krassner para la edición de la Viking P ress fr nte del cuadro, y cambiando constantemente en distintos decora-
de los Head Comix de R. Crumb: "Si R. Crumb fue el hijo ilegítimo dos por ninguna otra razón más que los caprichos de Herriman.
de Krazy Kat, entonces ... él es el responsable de tronar al bueno de 11 rriman plantó algunas semillas de irreverencia y de poco respeto
Charlie Brown con LSD". 1 r las convenciones establecidas para el dibujo y el lenguaje de las
La influencia de la tira de Herriman en los comics underground se ricaturas. Cuando Krazy afirma que un ojo de vidrio debe tener la
manifiesta en varios niveles, un hecho que puede parecer más claro posibilidad de ver, si es que está hecho de espejo (looking glass -o
después de una breve descripción de la trama del propio Krazy Kat. " lookin-gless", si nos remitimos a la forma de hablar de Krazy), o
En pocas palabras, Krazy ama al ratón lgnatz, quien odia al gato y bi n se apresura a capturar las sombras de la noche cuando éstas
vive sólo para arrojarle ladrillos a él/ella. El representante de la ley y o mienzan a caer, tenemos frente a nosotros las semillas del humor
el orden, que posee un estilo propio, Offissa Pupp, ama a Krazy y l los comics underground.
trata constantemente de evitar que lgnatz continúe arrojándol e Algunas otras tiras han influido a varios caricaturistas; tal es el
ladrillos al gato. Al fallar, que es por lo general lo que sucede, arres- o de The Katze,Yammer Kids, de quien el Capitán dijo en cierta
ta y encarcela al ratón . sión: "Para esos niños, la realidad es nada", y también es el caso
En la tira existe un giro especial que le proporciona al todo un sig· tiras tan disparatadas como Barnaby y La Pequeña Lulú. Un cier-
nificado filosófico fundamental: para Krazy, los ladrillos que lgnatz número de caricaturistas afirman que fueron influidos por Carl
le arroja son muestras de amor, no de odio y, por tanto, se pone de rks, quien dio origen a Donald Duck y a algunos otros de los per-
acuerdo con el ratón, en lugar de ponerse de acuerdo con quien lo najes iniciales de Disney. El estilo de Barks era especialmente ta-
quiere proteger, es decir, con Offissa Pupp. Existe toda una l ntoso y hábil. También se ha presentado la influencia de una tira ·
mitología acerca del arrojar un ladrillo (mitología que se remonta a l l nominada Little Nemo in Slumberland, que presentaba las coti-
antiguo Egipto y que Herriman postula como un mensaje de amo r); tll nas aventuras de un niño en un mundo de imaginación
esto ayuda a explicar en algún grado los diferentes significados que b llisimamente dibujado, un mundo que con el transcurrir de los
el gato y el ratón le dan al acto. El giro a esta trama es ilimitado y no n s el niño llegó a dominar más ampliamente y del que sólo salía
dio muestras de concluirse cuando George Herriman inurió en 1944 ti .bido a las llamadas de su madre para despertarlo. Little Nemo
y se llevó consigo su maravilloso y sutilmente surrealista mundo, Ir ce en su lectura casi todo, incluyendo la idea de que era una tira
104 Antecedentes del comic underground Mark James Estren 105
manifiestamente freudiana, en la cual la madre representaba el luz nuevos comics. Tal es el caso, por ejemplo, de la Fables
principio de realidad al cual todos debemos sujetarnos. Publishing Company (posterior a la lnternational Comics), la L.L.
Algunos caricaturistas underground le rinden tributo a Al Ca pp, Publishing Co. (posterior a Land of the Lost), y la Tiny Tot Comics
mas no al actual, sino al de hace veinticinco años, ya que fue el pri- lnc. (posterior a Tiny Tot Comics).
mer caricaturista que adoptó el elemento satírico de los Eight Pa - En esa época se comenzó a gestar una tendencia hacia los comics
gers a las caricaturas conocidas en el mundo "recto". Capp llevó a de crímenes y de aventuras, y la EC se encont raba a la cabeza , aun-
cabo su famoso enunciado de propósitos: "Crear la sospecha de , y que permaneciendo también en el terreno de los comics de amor y
el no respeto por, la perfección de todas las instituciones establec i- de historias del Oeste. El especial estilo de los comics EC emergía
das" , prolongando los prototipos de la vida real a la ciudad de Dog- rápidamente a la par que menguaban los cuarentas. Era un estilo
patch, y posteriormente alterando sutilmente a los personajes de que nunca se tomó a sí mismo con completa seriedad; cuando un
otros caricaturistas, satirizándolos. El mejor y más famoso ejem plo comic de aventuras no funcionaba , tras de que se hubiese probado
fue Fearless Fosdick, que se parecía más a Dick Tracy que el pro pio con tres títulos diferentes (Moon girl and the prince, posteriormente
Dick Tracy y que ganó tal popularidad por derecho propio que lle gó Moon girl, y después Moon g irl {ights crime), era transformdo en un
aparecer en anuncios de tónico para el cabello; eventualmente este comic sentimentalo ide con decorados y pe rsonajes completamente
personaje persiguió el objetivo de autosatirizarse al ser parodiado diferentes, pero con un títu lo singularmente familiar : A moon, a
por Bill Elder en Mad. Por su parte, Capp no envejeció graciosam en · g irl .. . Romance. (Por cierto, en Moon girl número 5 , apareció una
te, y sus más recientes trabajos en cont ra de todo aquello que h ue le historia con un título que visualizaba el futuro, los magníficos ca-
a progresista ha causado que los caricaturistas underground repu· mies de horror de años por ven ir; el título de la historia era The
dien su influencia. Denis Kitchen denomina al actual Capp como e l orpse with Will Power). Cuando otro comic había sido puesto en la
"símbolo sexual del DAR". li sta para ser descontinuado de la línea , un joven caricaturista lla-
No obstante todo lo que se ha escrito, no he mencionado la má s mado Al Feldstein dibujó la historia final del último número, en la
directa influencia de los caricaturistas underground: la vieja línea de ual él y el editor Gaines aparecían como personajes que trabajaban
los comics EC , los cuales, hasta que aparecieron los comics un · para un mít ico T. Tot (el com ic fue publicado por la Tiny Tot Ca-
derground, fueron, por mucho, los mejor escritos, más originales e mies, lnc.). La historia, escrita por Paul Krassner, se componía de
inteligentes libro-comics que habían sido escritos. EC original men - una serie de chistes acerca del negocio de las publicaciones, muy
te surgió como Educational Comics, un grupo que durante los por encima de las sátiras de los conceptos de las historietas de
cuarentas publicó una gran variedad de libro-comics educativos ba- mor. En casi todos los cuadros aparecían editores y escritores riva-
jo la dirección de M.C. Ga ines. Estos libros educativos presenta ban le s, y la historia terminaba cuando un amigo de Gaines y Feldstein,
historias ilustradas de la Biblia (tanto del Viejo como del Nuevo Tes· 1cual era dibujado como un of{ice boy, tomaba el mando del nego-
tamento) , de la historia de Norteamérica y mundial , y de ciencia. Al io T. Tot , ya que todos los demás se habían suicidado al perder
mismo tiempo, M.C. Gaines desarrolló una línea de com ics de millones de dólares en inversiones puestas en un comic llamado
entretenimiento, dirigidos especialmente a niños pequeños, con Modern Lave, de agosto-septiembre de 1950.
títulos como Anima(Fables, Dandy, Fat & Slat, y Animated Comics. Es claro que la línea EC fue algo único en el campo de los libros-
La influencia de EC comienza, en realidad , tras la muert e de M.C. ·omics. Mientras que los comics de crímenes crecían en popular i-
Gaines y la toma de la dirección del negocio por su h ijo Willia m M. d d , en el año de 1949 la EC introdujo algo novedoso, Tales o{
Gaine,s. Fue entonces, a finales de los años cuarenta , que los comic f, rror, realizadas por Feldstein, en War Against Crime número 1 O y
EC come nzaron a desarrollar el part icular estilo que tuvo un impa c· rime Palrol número 15. La primera historia se refería a The Vault o{
to perdurable en sus lectores, incluyendo a muchos de los actua le lf rror, la segunda a The Crypt o{ Terror. Ninguna de estas historias
caricaturistas underground. Bajo la vigilancia de otras co mpañía t: ntenía elementos sobrenaturales, pero cada una de ellas e ra pre-
de publicaciones -compañías que obtuvieron renomb re una vez ntada por un fantasmagórico y monstruoso se r que se ocultaba en
que los comics de M.C. Gaines dejaron de aparecer- salie ron a 1 1! ún lugar del cuadro, fuera de la visión del lector. Un clásico de
106 Antecedentes del comic underground fvfark James Estren 107
los libros-comics hacía esfuerzos por nacer y, seguramente, a prin - cuarto título de horror que debía de aumentarse a la línea EC (revi-
cipios de 1950, la línea EC cambió su foco de atención de las histo- viendG el título The Crypt o{ Terror), apareció un editorial en la parte
rietas de crímenes por las historietas de horror , como The Vault o{ posterior de la portada de Tales {rom the Crypt que decía, en parte,
Horror, The Haunt o{ Fear y The Crypt o{ Terror (renombrada Tales lo siguiente: "Como resultado de los histéricos, insidiosos e infun-
{rom the Crypt), que surgieron totalmente moldeadas por el pensa- dados cargos en contra de los comics de crimen y horror, muchos
miento colectivo de la EC. detallistas y mayoristas de todo el país han sido intimidados para
Los libros de horror de la EC florecieron durante aproximada - que se rehusen a expender este tipo de revistas ... Económicamente,
mente cinco años, al término de los cuales los primeros números nuestra situación es crítica . Las revistas que no llegan a los puestos
eran considerados como clásicos de gran valor. .Estos comics no se venden. Estamos siendo forzados a capitular . Nos rendimos .
habían reunido excelentes narraciones con grotescos y aterradores ¡Nos han vencido!"
trabajos artísticos, utilizando tramas que se encontraban tan cerca- Palabras fuertes, pero no lo suficiente como para prevenir que la
nas a la realidad como para congelar el líquido raquídeo de los lec- línea EC degenerara en una serie de supuestas revistas para adultos
tores en las oscuras horas de la noche. Las historias dejaron una (llamadas picto-fiction)y una serie de libro-comics convencionales
huella perdurable en los que las leyeron y, entre sus seguidores, se cuyos títulos reflejan su contenido: lmpact, Valor, Extra! Ace High,
contaban casi todos los actuales caricaturistas de comics, que en Psychoanalysis y fvfD, ninguno de los cuales apareció más de cinco
aquel entonces se encontraban en la edad en que los comics co- veces, reduciendo la línea EC a una sola publicación: Mad.
mienzan a ser un interesante objeto de lectura. De hecho, en varias Los caricaturistas underground jamás olvidaron la lección de la
ocasiones, EC adaptó historias cortas de Ray Bradbury a la form a ruina de EC. Desarrollaron una aversión i mperdonable hacia el có -
del libro-comic, y era notable observa'r qué bien se sujetaban losar- digo de Comics de las Autoridades de Estados Unidos, que se había
gumentistas de las historias de EC a las escritas por Bradbury. creado en el rezago del Subcomité de Investigación del Senado para
Los comics EC contenían muchos de los temas con los que los ac- censurar los futuros libro-comics. Posteriormente, los caricaturistas
tuales caricaturistas underground se encuentran obsesionados , es - underground trataron de imitar a los comics EC (en la actualidad
pecialmente el caso de la violencia matizada frecuentemente por el uno de los comics underground lleva el nombre de Extra!, tal y co-
horror, involucrando a gente inocente . La línea EC hizo una oca - mo se llamó uno de los fracasados comics de EC; asimismo, Bogey-
sional incursión en el área política, como es el caso de una historia man se inició como una clara imitación de la línea de horror de EC),
en la cual un periodista es acribillado por miembros del Ku Klux o al menos le rindieron homenajes a la línea EC por los temas y los
Klan. Sin embargo, la temática social y política no era bien vista du - tratamientos que les daban a sus propias historias.
rante la época de Joe McCarthy, y la violencia en los comics propor- La línea EC ejerció otra influencia directa sobre los caricaturistas
cionó un muy conveniente punto ~de ataque por una gran variedad underground - y de todas las influencias ésta fue la más importante.
de censores, intereses creados y simples extravagantes . E l más exitoso comic de la línea EC de todos los tiempos y el único
J El Subcomité Senatorial sobre la Delincuencia Juvenil investi gó que sobrevive es Mad, ahora conocido como Mad Magazine. Los ca-
el área de los comics, y el doctor Frederick Wortham publicó un ricaturistas underground citan con frecuencia los primeros números
libro llamado Seducción de los inocentes , en el cual atribuía virtu al- de fvfad como los más importantes moldeadores de sus propios esti-
mente todos los crímenes y el mal existente a la influencia de los co - los y actitudes. Esto significa que citan a Harvey y Kurtzman, editor
mics. Los censores votan, los niños no. Los editores de EC lucharon d la primera docena de Mads, de dos comics de guerra de la EC
en contra, publicando editoriales en que condenaban la investi ga - (Two-Fisted Tales y Frontline Combat) y de algunos comics de
ción del Senado, y en los que pedían a sus lectores , o los padres de .lencia-ficción. Es en Kurtzman en quien primero piensan los cari·
los mismos , que escribieran al Subcomité y apoyaran el derecho del turistas cuando se les pregunta cuál ha sido la más fuerte y dura-
editor a sacar a la luz su trabajo. Pero todo fue en vano. Los editores d ra influencia que han recibido. No es díficil comprender por qué
dependen de la distribución, y los constantes gritos contra los CO · 1 caricaturistas recuerdan tan favorblemente a Kurtzman. Los pri -
mies pusieron a los repartidores en contra . Tal y como si fuera un rn ros comics de fvfad eran un foro de argumentos disparat ados y
108 Antecedentes del comic underground Mark James Estren 109
dibujos locos, donde artistas como Wally Wood, Bill Elder, Jack Da- por el erudito el libro-comics Maurice Horn en un comic un-
vis y el propio Kurtzman permitieron a sus imaginaciones y a su s derground que revivió algunas de las viejas historias del personaje, y
inst-rumentos de dibujo alocarse. Mad institucionalizó los ojos de- que expuso los nuevos puntos de vista de Eisner con respecto de su
sorbitados y los efectos humorísticos agolpados en un cuadro en reación: "El Spirit, en su ya eterna y a la vez fugaz búsqueda de la
una u otra forma , supuestamente secundarios a la historia base , p e- j usticia , en su irónica indagación por los valores que se supone él
ro frecuentemente más graciosos y explícitos que la trama princi - posee, es un héroe trágico, más cercano al Philip Marlowe de Ray-
paL Los ojos desorbitados que Kurtzman denominó " Chochkes " mond Chandler, o al Sam Spade de Dashiell Hammett, que a Super-
fueron, de hecho, la marca de registro de Bill Holman ("Smokey man o a Batman, cuyas infantiles motivaciones y grotesco sentido
Stover" ), muchos años antes de ql,le Mad saliera al mercado, pero de la propia rectitud provee el necesario contraste por la desenga-
aun los caricaturistas underground que conocen el trabajo de Hol- flada filosofía del Spirit" .
man asocian los ojos desorbitados con Mad. Otra de las situacion es Sin ser tan filosóficos al referirse a este comic, muchos caricatu-
que desarrolló Mad fue el poder de las sombras para nublar las men- ristas underground citan el desapego irónico de Eisner para con super-
tes de los hombres; a tal grado llegó la eficacia de Mad que otro co- onaje y sus ocasionales toques de humor negro, como influencias
mic EC dejó de aparecer después de doce números -no obstante el a sus propias formas de acercarse a sus caricaturas. En lo que se re-
ser tan gracioso y salvaje como el propio Mad- y que se encontra - fiere al propio Eisner, él siente que los comics underground han pro-
ba bajo la dirección de Al Feldstein , quien se encargó de Mad de s- porcionado una nueva y valiosa salida para el talento caricaturesco,
pués de que Kurtzman abandonó a la organización EC Combinand o una salida en la cual él mismo se siente fe.liz de participar: "Libera-
buena voluntad y entusiasmo por el nihilismo, lo irreverente , y sati - do de las restricciones económicas , de la dictadura de un editor
rizando los temas con dibujos fuertemente influidos por los trabajos sclavizado por un auditorio masificado, el caricaturista un-
de artistas como Will Eisner (The Spirit) y Jack Cote (Plaslic M an), derground puede dirigirse a un segmento de la audiencia con liber-
Mad fue único con su época por el deseo de impresionar junto co n tad y sin miedo" .
otros comics (incluyendo aquellos de la línea EC) a los políticos, a Por supuesto, algo de carácter de The Spiril ha desaparecido de
los medios masivos de comunicación y hasta a las autoridades del E isner (¿o es al revés y él está consciente de que existen límites
Código de Comics (lo que se observa disimulado en el Mad núm e ro problemáticos, no importando qué tan liberal se sea? De hecho, él
16). Su éxito se ha prolongado. ha encontrado que la libertad particular del caricaturista un-
A despecho de su popularidad entre jóvenes y adolescentes, Mad de rground es , en cierta forma, un problema, aunque no insolu-
era un libro-comic para adultos, una publicación virtualmente úni ca ionable, tal como se ha comprobado).
en el presente. Sólo queda por agregar que hay ciertas cosas en la obra de Eisner
Casi todos los caricaturistas underground se autodenominan co- que los caricaturistas underground refieren como influencias. Ade-
mo admiradores de Mad y ; más específicamente, admiradores d e más de su actitud general para con sus personajes, está la sobrepre-
Kurtzman ("Kurtzmaníacos", como afirmó cierto caricaturista). , ntación de la identidad secreta de The Spiril, que utilizaba un
No obstante lo anterior, sería un error asumir que Kurtzman es e l imple antifaz y ningún disfraz; las ocasionales explosiones de
único que continúa afectando las mentes de los caricaturistas un - xuberante alegría que llevaban a Eisner a romper el ritmo a la mi-
dergro und de hoy . Al menos otro caricaturista de la generación de l d de ciertas historias; y hasta la localización de la guarida secreta
Kurtzman ha continuado ejerciendo su influencia sobre los com ics de su personaje en un cementerio. Agréguese a estas
underground, llegando hasta dibujar algunos de ellos; nos referi mos racterísticas un humor seco y torcido, y un trama sagaz, y se ob-
a Will Eisner ; cuya creación de un misterioso luchador en contra d el ndrá un producto que encaja bastante bien en el formato de los
crimen llamado Th e Spirit causó un poco de sensación en 1940, y ha o mics underground, tal y como los entusiastas de este género lo
tenido un impacto duradero hasta en caricaturistas que no habían •nc ontraron en The Spiríl, que reapareció a principios de 1973.
nacido cuando Th e Spiril vivió sus últimas aventuras en 1952.
Lo qu e era único e influenciante en Th e Spiril ha sido most rad o (1:: te texto está tomado del libro A Hislory o{ Underground Comics publicado en San
l· rancisco, California, por Straight Arrow Books en 1974. Es un fragmento del se-
ou ndo capítulo, "Whence they Com eth", y fue traducido por David Alfie).
11 o 111
APRECIACIONES
PRACTICAS
112
~0b4 ~~~/
Los espacios antecitados configuran una " topografía del pelig ro",
1 nto si son espacios naturales (precipicio, lago subterráneo) como
1 tratara de escenografías artificiales (palacio de Ming, pozo de
1 > horrores, tanque de tortura). Estos espacios enumerados están
1e b lados por seres semihumanos o humanoides y por bestias te-
S~~ r lbles. Los primeros se dividen en dos categorías: en amigos o ene-
SE ODIAN r 1 os del protagonista. Su inventario es el siguiente:
A MIGOS:
R y Jugrid (hombre-león)
l' rl nc ipe Thun (hombre-león)
h >rn bres-leones
Pr nc ipe Barin (hombre amarillo)
homb res amarillos
1 N MIGOS:
FLASH------- AMA------- 1 mp rador Ming
/o ¡1 (sumo sacerdote de Ming)
o ldados de Ming
Pese a la relación conflictiva entre Ming y su hija, en la viñeta 204 hom bres-monos
Aura decide advertir a su padre de la conspiración de Flash Gordon hc11nb res-tiburones
contra él. Aura es, por lo tanto, el personaje más ambiguo de la sa-
l rasgos llaman profundamente la atención en estos censos: la
ga, dislocado entre el amor a Flash y la fidelidad filial.
1 d li dad de Raymond a los sistemas y jerarquías monárquicos en el
Señalado el mecanismo motor de la aventura, pasemos a inventa - pi 11 ta Mongo (emperador, rey, príncipe), que connotan arcaísmo y
riar a continuación los elementos territoriales y escenográficos q ue 111 legendaria, y la persistencia en la aventura de los hombres-
componen la "geografía de la aventura":
nlm les, de tanta raigambre en las viejas mitologías de todos los
ESPACIO PRINCIPAL: Planeta Mongo e nnt lnentes.
SUBESPACIOS PLANETARIOS:
1 1 b stiario de Mongo también es muy característico y concurre
cielo
e111 1 condición arcaica y legendaria antes señalada. En efecto,
palacio de Ming
1 ym ond ha compuesto su fauna con monstruos de evocación mi -
pozo de los horrores tole') 1 a y prehistórica, que en todos los casos actúan como enemi-
interior de astronaves J 1 protagonista. Estas bestias temibles son:
túnel del terror
templo de Tao
pasadizo secreto
lago subterráneo
ciudad submarina
palacio submarino
precipicio
túnel subterráneo
118 Una lectura de Flash Gordon Román Gubern 119
ticas características monstruosas, ya que se trata de una "planta pularidad de la aventura a escala internacional. En primer lugar,
constrictora" que ataca a Aura en las viñetas 174-179. nsignemos el tema de la "rebelión contra una autoridad despóti-
Todavía más interesante es el repertorio objetual propuesto por ", actitud en la que coinciden, por motivos diversos, Flash y Dale,
Alex Raymond en la saga de Flash Gordon que configura, con p ro también la princesa Aura, ya que su poderoso padre se opone a
impregnación del Art Déco de la época, el industrial design de la era u relación amorosa con Flash. El tema genérico de la "rebelión
fantasiosamente imaginada por él. En el campo de la tecnología ntra una autoridad despótica'' estuvo emocionalmente apuntala-
destacan, en el primer lugar, los vehículos: por los esfuerzos por preservar la unión de la pareja Flash-Dale
Ir nte a las maquinaciones de Ming para destruirla. Y un plante-
Cohetes ' lento de conflictos y de reivindicaciones tan genéricos y univer-
Girocópteros (precursores del diseño de los platillos voladores) 1 s permitió que la saga fuese utilizada como propaganda antifas-
Cohete submarino 1 ta durante la Segunda Guerra Mundial , pese a la equívoca
Hidrociclo (submarino) tipología del protagonista y de las connotaciones racistas de la
Topo eléctrico (bólido subterráneo) v ntura espacial.
El arsenal de armas propuestas por Alex Raymond es especial- La universalidad de la saga de FlashGordon se expandió, por otra
mente vistoso y en él se mezclan los ingenios futuristas con las más p rte, merced al curioso equilibrio arcaísmo-futurismo propuesto
tradicionales armas blancas. El heterogéneo arsenal es el siguiente: J r sus viñetas. En efecto, sus astronaves y rayos desintegradores
Rayo eléctrico fu ron compatibles con espadas, látigos y dragones ancestrales,
Rayo de acetileno mi ntras toda !¡:1 quincallería elect rónica aparecía puesta al servicio
Gases tóxicos d déspotas y tiranos de corte medieval o teocrático. Esta gigantes-
Espada fntesis de épocas de vestuarios (la princesa Aura viste como una
Mazo a lisca "Made in Hollywood") y de mitos confirió potencia y uni -
Red rsalidad a la saga y es todavía hoy uno de sus más eficaces meca-
Cañón desintegrador ni mos de fascinación.
Rayo de luz magnética La inmensa popularidad de Flash Gordon inspiró un serial ra-
Proyector de Tayos 11 fónico y varias películas. Inútil decir que la radio mutiló la exu-
Fusil congelador 1 rante dimensión iconográfica de su aventura, que es esencial pa-
Fusil lanza-rayos r la existencia del mito. En el cine, el atleta Larry "Buster" Crabbe
Puñal envenenado Inco rporó a Flash Gordon en tres seriales consecutivos: Flash Gor-
Látigo lon ( 1936), rodado en trece episodios por Frederick Stephani (fue
Y junto a los vehículos y a las armas figura un variopinto repe rto- t el serial más caro de la anteguerra, pues costó 350 mil dólares
rio instrumental compuesto por: e a aprovechar algunos decorados de Bride o{ Frankenstein); en
Espaciógrafo (visor televisivo) l ·h Gordon: Trip to Mars (1938), en quince episodios rodados por
Proyector de pensamiento rd Beebe y Robert Hill, y en Flash Gordon Conquers the Universe
Máquina deshumanizadora (que despoja de sentimientos al sujeto) ( 1 40), en doce episodios dirigidos por Ford Beebe y Ray Taylor.
Escafandras submarinas autónomas ro este trasvase del mito a la pantalla reveló las diferencias esen-
Láminas de acero transparente 1 1 s entre el lenguaje de los comics y del cine en tres aspectos bá-
Drogol (medicina) s:
Armadura a prueba de rayos l . La líbertad iconográfica no tiene equivalente en la producción ci-
Los inventarios de unidades humanas, an imales y objetuales qu matográfica, basada en el instrumental fotográfico. Ni el físico de
aparecen en las primeras 256 viñetas de la saga planetaria de Flash actores restituía las imágenes dibujadas por Raymond, ni las
Gordon develan los mecanismos de fascinación que asentaron la nografías ni efectos especiales de la industria del cine podían
120 Una lectura de Flash Gordon 121
La investigación semiótica de Calzonzin, en Los Supermachos, y n este caso), en el cual se encuentran los personajes (Calzonzin,
Gumaro, en Los Agachados, nos permite comprender los fenó m • Chon, Arsenio, Perpetuo, Plutarco, Fiacro, Gedeón, Emerenciana y
nos sociales como procesos de comunicación. otros habitantes de San Garabato; así como Gumaro, Nopalzin, Cé-
Los acontecimientos sociales que realizan los personajes pone n firo, Cambujo, Trastupijes, Tecla, Don Ruco, Hans, Matías y otros
al descubierto los signos icónicos que ellos manifiestan y, a la vez, personajes, que aún retumban en él pueblo de Chayotitlán), con
ocultan. En interrelación con otros personajes, en cada historieta s caracterología e ideología, por un lado, y el autor de dichos perso-
dejan ver problemas económicos, políticos y sociales como reflej o najes, por el otro. Se logra en las historietas una verdadera lucha de
de una realidad. En la historieta se conceptualiza lo real y lo imagl · Jases: los personajes interactúan en base a una ideología bien defi-
nario, o una parte de ello, transformado, a través del trabajo, en si g· nida y de acuerdo a intereses muy concretos. Son fenómenos subje-
no icónico y lingüístico, al diseñar el argumento e ilustrarlo en s · tivos que se refutan o apoyan en relación a lo real, económico,
cuencias de imágenes, lo que va a darnos a conocer un autor, Riu . político y social. Forman un todo único que es el mensaje, histórica-
Una historieta está formada por viñetas que se interrelacionan , mente determinado por las condiciones de existencia.
página tras página, y se comprenden por medio de la decodificación En estas historietas se presenta un universo humano, reducido a
y lectura participante del texto y de la imagen por parte del lector. un estereotip€> en microgrupo, donde los grupos sociales y sus inte-
El es un cómplice de la historia narrativa, ya que de seis en seis vi · reses se personalizan: los líderes y los intelectuales son como Cal-
ñetas por página, se va compenetrando y comprometiendo en la ac· zonzin y Gumaro; los caciques, políticos, terratenientes, etcétera,
ción y relación de todos y cada uno de los personajes: su e parecen a Don Perpetuo y al Lic. Trastupijes. Emereciana y Tecla
fisonomías, vestimentas, sentimientos, pensamientos y encuadre pe rsonalizan a los grupos retardatarios, mochos, reprimidos, pre-
son objeto de cualquier estudio semiótico que se jacte de interpre· juiciados y propagadores de rumores. Los usureros, prestamistas,
tar la cultura y sus manifestaciones artísticas en nuestra sociedad . a nqueros, arrendadores, acaparadores y demás explotadores están
p rsonalizados en Plutarco y Fiacro.
Ilustración lingüística del mensaje icónico de la viñeta
Así se va creando una historiografía de México a través de lo real
¡No diga nombres! y lo imaginario. En esa combinación de imágenes y palabras se evo-
Globo Explicación n problemas de nuestra realidad ... En sí, la historieta da forma a
(= parte suplementaria: una comunicación de masas en un país con un alto grado de analfa-
PALABRAS b tismo y cumple con una función de información irónica. Esto
común al "Los que incitan
dibujo---+------+------+- al pueblo a 1 uede servir de escape o de reflexión.
y al la revolución En este análisis, se pasa del mundo de la comunicación escrita al
texto) DIBUJO son esos presi- d la escrito-icónica en un universo que se consume temporalmente
dentes municipa- p r las masas. Esta temporalidad propicia cambios sustanciales en
les que se roban lgunos aspectos tanto del contenido de la comunicación como de
los dineros del
u forma. Los textos ilustrativos y formativos son elementos sutiles
pueblo"
forma cambiante. Pero constituyen problemas vivenciales y de
Perpetuo Sudando ompromiso político, los que permanecen y cambian en su presen-
1
t c lón, como la dependencia económica, la burocracia, la corrup-
Frenault-Derrulle, Pierre: "Lo verbal en las
lón, la explotación, la política mexicana, y otros temas. En sí, es la
historietas", ·en Análisis de las imágenes,
Comunicaciones No. 15, Buenos Aires, 1 ción de los códigos entre el emisor (autor de la historieta) y su
Tiempo Contemporáneo, 1970, p. 199. nifestación, palpada a través del análisis semiótico de los perso-
J s. El mensaje visto desde estas perspectivas es histórico, ya que
Las historietas están formadas por códigos que se superpone n, roporciona elementos de la realidad, conceptualizaciones y jul-
uno tras otro, en un sistema de convenciones culturales (mexicane Ios críticos e irónicos sobre México.
124 Semiótica de Los Supermachos y Los Agachados de Rius Leobardo Cornejo 125
126 Semiótica de Los Superma~hos y Los Agachados de Rius Lcobardo Cornejo 127
VINETA No. 59
STATUS Inspector
El mito de Rarotonga
Rafa el C. Reséndiz
SIGNIFICANTE SIGNIFICACION
La imagen de la mesa y los personajes hace ver Interés de Don Perpetuo por sacarle información
que están en la cantina. a Calzónzin.
Conocimiento de fondo de las situaciones de los
pueblos y de las personas en relación con sus ac·
tos.
130 El mito de Rarotonga H 1 t'l C. Reséndiz 131
El mito como sistema semiológico segundo 1 rlrn ro : al establecer en términos generales la estructura básica
Sería necesario, primero, cor"lsiderar aspectos generales del mito. 1 1 mito, encontraremos en ello las relaciones funcionales y actan-
En última instancia, el mito es una narración, y hay que admiti r la 1 1 • de los partícipes y, segundo: que las relaciones diegéticas del
afirmación de Barthes, quien dice: "Lo que es preciso asentar firme- di t ur o, desprendidas a su vez del mito, permitirán establecer las
mente desde el principio es que el mito es un sistema de comunica- p ull aridades ideológicas que se conforman dentro del relato
ción, es un mensaje".2 Pero, ¿qué tipo de mensaje? 111111 o , pues se considerará a éste como metalenguaje secundario,
El mito se edifica -como lenguaje- a expensas de un lenguaj e 1 r lv do de un lenguaje primario o realidad. Así, pues, la estructura
preexistente, apunta Paramio. Se le puede calificar de metalen- 1 1 e del relato nos permitirá descubrir las relaciones entre los ac-
guaje, ya que opera, en cuanto sistema, apoderándose de los signos y sus funciones en el discurso.
de un sistema preexistente y utilizándolos como signific:;antes de los
signos de su propio sistema. 3 1 mito Ideológico de Rarotonga
Sin embargo, al hacer el análisis de Rarotonga es necesario tener 1 1 c uliaridades mitagógicas de Rarotonga permiten precisar una
en cuenta los aspectos motivacionales que permiten la mitificación r 1 de cuestiones ideológicas. Podría, pues, establecerse un canal
de ese relato dentro de la sociedad de masas; motivaciones que to entre mitagogía e ideología. Para esto será necesario expli-
pueden ser de índole social e individual, pero que, a la vez, la dialéc - base de uno y otro concepto. En la sociedad actual existen for-
tica ideológica de la cultura de las masas permite que social e indi· d "conciencia" que justifican la perpetuación de ese sistema.
.vidualmente se vuelvan reforzantes recíprocos para la existencia de formas de "conciencia" son las que podríamos denominar
los mitos y, en este caso, de Rarotonga . o log ra y el proceso que ésta implica.
Desde un punto de vista estructural-semántico, las condiciones 1 n una tarea como la que ahora nos proponemos, el problema ra-
básicas del mito aparecen cuando las relaciones o fundaciones que l h no en descubrir la estructura del conjunto de relaciones de in-
lo componen se agrupan en pares de signos opuestos. Esto quiere 1 1 mbio en base al análisis de u n relato mítico, sin poner al descu-
decir que un discurso mítico es aquel relato formado por un conjun- bl r l la verdadera estructura que no puede ser ev idenciada por la
to de oposiciones b inarias compuesto por las relaciones (funciones onsideración de las relaciones sociales. Es preciso, por el
de los actantes) del discurso. Así, pues, se puede decir que la p ro - r io, llegar a descubrir la estructura oculta de la cual las rela-
piedad básica del discurso mítico es la estilística formada o estruc- • Ion sociales visibles son sólo una manifestación.
turada por la iteración. El discurso mítico resulta altamente iterati - C mo lo señala Lévi-Strauss: "La estructura social no puede ser
vo, entendiendo por esto la acumulación de acontecimientos de un r dll Ida, en ningún caso, al conjunto de relaciones observables en
mismo tipo en base a la repetición. Esta repetición cumple una fun- c iedad determinada (sino que debe ser obtenida como mode-
ción propia, que es la de poner de manifiesto la estructura del mito. nstruido de tal manera que su funcionamiento pueda dar
"Todo mito posee -dice Lévi-Strauss- una estructura como de • 11 rll de todos los hechos observados ". Luego añade: " Un modelo
múltiples hojas, que en el procedimiento de repetición, y gracias a 11 lqul era puede ser consciente o inconsciente sin que esta condi -
él , transparentea en la superficie, si cabe decirlo así". 4 1 11 f cte su naturaleza. Sólo es posible decir que una estructura
La repetición de una estructura es, pues, la forma más elemental 11 m rg lda en forma superficial en el inconsciente hace más pro-
de iteración. Con esto se busca captar la atención del receptor en el 1 1 1 1 existencia de un modelo que la oculta , como una pantalla
mensaje y cimentar la naturaleza mítica del mismo. Esta frecuenci a 11 1 o nciencia colectiva ... Cuanto más nítida es la estructura ma-
iterat iva revela un mecanismo estilístico de semantización. De tal nl ll l tanto más difícil se vuelve aprehender la estructura profun-
forma , lo que aparenta ser una serie de mensajes es en realidad un 1, usa de otros modelos conscientes y deformados que se in-
mismo mensaje emitido en varios segmentos y actúa como un men- 1 1po n n como obstáculos entre el observador y su objeto" . 5
saje único en la memoria del receptor. 1 11 h e a lo anterior, y como una medida operacional para este
Por ese motivo, la elección de un solo episodio del relato m ítico 11 1 , se rá necesario establecer una definición de ideología. La
Rarotonga no obstaculi za en lo más mínimo el análisis, debido a que, lo fa es tá constituida por aquellos modelos aparentement e
134 El mito de Raroto ng a N.r~ 1 C. Reséndiz 135
\
conscientes cuya estructura manifiesta enmarca la estructu ra ocul · L primera secuencia -objeto de este análisis- está constituida
taque de alguna forma la origina, así como que determina su apari - p r 12 iconogramas. La segunda ( i ntento de muerte) se compone
ción . Esto implica que la presencia de una estructura manifi esta, y d 5 viñetas. La tercera secuencia se estructura con 14, y la disyun -
en apariencia consciente, dificulte el conocimiento de la estructur 1 n (amor imposible) se presenta como conclusión en la última vi·
latente, la cual, en última instancia, permite descubrir las verd ad r'\c t . Tal y como están est ructuradas las secuencias -su montaje-,
ras dimensiones de la estructura manifiesta. En síntesis: la s re la· t adquieren una total coherencia ante el lector.
ciones formales dentro de una estructura disfrazan ideológicam en t
las relaciones reales de un sistema . Tal definición se acopla al análl · 1 o / pía discursiva de la primera secuencia: Rarotonga, lujosamente
sis de un sistema de signos y , en este caso,del relato mítico de Raro- t v iada, inicia la danza ritual. Los ojos de los hombres de la tribu la
tonga en forma más precisa. ¡ufan expectantes por todas partes si n perder uno sólo de sus mo-
De tal modo, si se considera que las características mitagó g ica v lml ntos. Sólo Koro, que era el más fuerte, permanecía tranquilo.
de un relato como Rarotonga responden a cualidades peyo rativa Mt cl itaba sobre la posibilidad de que alguno de los otros se convir·
del discurso, y que al clasificarlo así el relato posee factore s miti · t 1 n su rival y quisiera arrebatarle el amor de Rarotonga . Sin em·
zantes o, mejor, fetichísticamente mitizantes , 6 resulta claro q ue tO· b r o, se obstinaba en que ella sólo sería suya. Entretanto, a la luz
do lo mitagógico es ideológico. En efecto, toda mitagogía propo r· le 1 hoguera, Rarotonga danzaba con aire de tragedia. El frenesí
ciona un falso modelo de una contradicción de la estructura social. d 1 baile se iniciaba con la incitación: tan pronto se inclinaba hacia
Este falso modelo no permite revelar la contradicción, en tanto qu d 1 nte y sus brazos acariciaban la tierra, como de repente se quebra-
no expone sus relaciones reales , sino las puramente observab le ; t h c ia atrás la espalda en extraña agitación excitante. Su boca
por lo tanto , tiende a perpetuar la existencia del conflicto y, en con · nt r abierta provocaba el deseo : inv ·taba al beso y a la muerte. En
secuencia, ese falso modelo mitagógico resulta ideológico. 11 11 c titud de reto hacia los hombres de la tr i bu que la observaban ,
Desde esta óptica, el mito mitagógico de Rarotonga revela definl · o ntlnuaba la danza en un afán provocativo. Los hombres alargaban
tivamente características ideológicas en su estructura. Así, pues, 1 u m anos ansiosos de acariciarla , pero ella , jugandó, los esquiva-
presencia de un falso modelo, cuyo conocimiento superfic ial n 1 , repente , comenzó a girar vertiginosamente buscando el éxta-
descubre en nada la estructura real y verdadera del relato, es un m o· 1 , Los tambores callaron. Rarotonga est aba de rodillas invocando
do de manifestación ideológica y , por consiguiente, de impli c · 1 luna .
ciones ocultas que justifican su existencia y su presencia. El o bj etl ·
vo concreto de este análisis es descubrir la estructura verdadera d 1 ln ltlfj málica iconográfica y semá ntica viñ eta por viñeta
relato que, saneado de ideología, permita revelar los patron l 'tlm er viñeta . Mensaje lingüístico: "Lujosamente ataviada, Raro-
estructurales y mitagógicos que han permitido la aprehensión y 1 1111 Inició la danza ritual " . Frenéticamente baila una danza nativa.
explicación de mitos en ese nivel y con ese propósito. jita c on el cuerpo tenso . Entre ella y los hombres de la tribu se
1o n una gran fogata que humea el paisaje.
La sintagmática del discurso l t primer encuadre, dadas las características connotativas tan-
El análisis de Rarotonga tuvo como objeto de estudio sólo un epi s 1 1 1 · nográficas como lingüísticas , presenta dos alternativas:
dio del relato completo. Dadas las características iterativas del di ) ' b i n , que Rarotonga es una esclava para deleite de la tribu, o
curso , y por las consideraciones antes señaladas, se puede deci r qu 1) qu es el centro de atención permanente del grupo por alguna
este episodio constituye una estructura sintagmática (una isotop f ) 1 n sp ecífica , que puede ser política o religiosa .
completa. De tal modo, el relato parcial se dividió, para fines op er l 1 n laje es aparentemente claro en este sentido. Al deci r " inició
tivos, en cuatro secuencias: 1 n za ritual", el pretérito del verbo iniciar nos remite de algún
1 do la es pera de la danza. Pero la danza es ritual, lo que nos
1. La danza ritual 3 . Reclamo de amor m ás a la segunda alternativa: Rarotonga como centro de
2. Intento de muerte (suicidio) 4. Disyunción: amor imposibl n p o lítica o religiosa, lo cual aún no se especifica. Lo reli-
136 El mito de Rarotong a Rafael C. Reséndiz 137
gioso radicaría en la espera de la danza ritual por parte de la tribu , y betársela. La seguridad de la posesión de Rarotonga por Koro es in-
lo político porque sólo ella podría realizarla . 1 rta, y sí, en cambio, puede perderla. Aquí la mujer está en dispu-
Segunda viñeta. Tres hombres, dos de color y uno blanco, la mi ran 1 , es el objeto de lucha. Se puede (o se debe) luchar físicamente por
asombrados. Al fondo, las antorchas alumbran el cielo nocturno . 11 , sin contemplar otras alternativas.
Aquí, la segunda alt€\rnativa del primer encuadre se refuerza. Raro· ( 'ua.rta viñeta. El rost ro de Koro en primerísimo plano. Destaca la
tonga no es una esclava porque su participación sería costumb re; 1 ro fundidad y la nobleza de su mirada, la grandeza y la brillantez de
en este caso es esperada . Es el centro de atención . Es un mito reli · u ojos, así como el largo de sus pestañas. Koro se encajona en el
gioso o político no frecuentemente al alcance de la tribu. " Los oj os tereotipo del mulato ideal, no del negro. En este encuadre, el close-
de los hombres la seguían sin pe rder uno sólo de sus movimientos". 11/> busca un efecto psicológico. La prufundidad de la mirada se
El asombro de los espectadores revela su falta de costumbre an te la njuga con el pensamiento de Koro , lo cual plantea varios cues-
presencia de Rarotonga. La lujuria en los ojos que la siguen re vel a t l namientos y suposiciones:
que Rarotonga es un mito-fetiche de la tribu: un algo ajeno y qui zá ) que es indudable la competencia de Koro con otro hombre por la
divino para ellos que no están acostumbrados a mirarla, y men os a p esión de Rarotonga;
verla danzar. Otra connotación que descarta la primera a lte rn at iva b) que esa posesión conducirá a una lucha física; y
es la presencia física de los hombres: dos negros (al menos de co lor, t ) q ue existe indiferencia de Rarotonga hacia Koro y que éste halle-
pero no de rasgos) y un blanco (ojos claros , rubio y barbado). Esta 1 do a la obsesión.
denotación connota elementos que descartan aún más la pri mera Wulnta viñeta . En la obscuridad de la noche, sólo alumbrada por la
alternativa . La presencia del hombre blanco entre los miembros de l1u de la luna y la fogata. Rarotonga continúa su danza frenética. Su
la tribu le da un rol de esclavo. Si Rarotonga fuera esclava, com o lo l lu ta inquietante se bambolea ante la mirada asombrada de los
sustenta la primera opción , el esclavo blanco , por afinidad de si· " 11 g ros " de la tribu . " A la luz de la hoguera, Rarotonga danza con
t uación , sentiría una cierta compasión , y más aún en un contexto ra· Ir de tragedia ", reza el mensaj e l i ngüístico. Este mensaje apo rta
cial en donde el esclavo blanco representa el código de ayuda , com · 1111 nuevo elemento al código: la tragedia futura de la posible dis-
pasión , misericordia y salvación . Mas no es así, ya que el blanco mi · yun ión. Asimismo , si se conjunta el contenido de las viñetas ante-
ra con asombro a Rarotonga. rlt r s se descartan las dos alternativas iniciales del baile, o sea, la
Terc era viñ eta ; Aparec e Koro "más fuerte que los demás". El mul ato po íbi l idad religiosa o política de la danza . Las referencias ante-
mira atento, pero impasible , el baile de Rarotonga. Al fondo , part r lor s hablan de la lucha entre K oro y otro personaje por la poses ión
de la tribu y sus antorchas. La fortaleza fí sica lo distingue de los d · d Rarotonga; aquí ella baila con aire de tragedia , que no es reli-
más . Aquí el mensaje lingüístico nos ofrece características itera tl · lo , porque la t ribu buscaría la oración y no la lujuria; tampoco es
va s del relato general : " .. . medía a sus posibles rivales que t ratarían 1o lfti c a, puesto que el pensamiento de todos se centra en la bellaza
de arrebatarl e el amo r a Rarotonga " . Esto connota el serna am or. 1 1 mujer. La tragedia , por lo tanto , está alrededor de Rarotonga.
K o ro es e l enamorado de la danzarina: no e l amante ni el amad o , si· • /¡ viñ eta. Rarotonga continúa en el frenesí de la danza. El humo
no só lo el enamorado . Se explica inmanentemente que él la am , 1 1 hoguera se eleva hacia lo alto. Las llamas enmarcan su cuerpo
pe ro aún no se sabe si ella le corresponde . Su amor -hasta 1 lU e sigue mov iendo con la agresividad y voluptuosidad del rit-
mom ent o - es sincero y noble , asexuado. Koro sabe control ar su r 10 . B razos extendidos, piernas entreabiertas, cabezas hacia atrás.
im p ulsos, sus in stintos. Mide más a sus posibles rivales que a 1 unqu e estático el encuadre, el código iconográfico presenta diver-
cualida des fís ico-eróticas de Rarotonga. El sólo mira con at ención , t nnotaciones: movimiento rítmico , cadencia del cuerpo , lumi-
pero co n rese rv a. Además de ser el más fuerte , es el más ec uánim . 11 Id d c éntrica proveniente de la fogata , éxtasis de la bailarina ,
Otro indi ca do r c onnotativo derivado del anclaje es la disputa por m t i nuidad de la danza , asombro de los espectadores. Aún más, el
Rarotonga, pu es ahí podrían surgir posibles rivales. La est ructur 1 j e lingüístico nos conduce y nos ubica dentro del mensaje
lingüística reve la la in seg uridad del amor de Rarotonga hacia él. N 1 ráf ico: " Tan pronto se inclinaba hacia adelante y sus brazos
es ni se g uro, ni mu c ho m enos posible . Los rivales tratarían de arr i ba n la tierra .. . como se quebraba hacia atrás en extraña
138 El mito de Rarotong a N,,fa 1 C. Reséndiz
agitación". El ambiente exótico está finalmente denotado, la c on· l l ngO istico trata de ubicarnos cada vez más en la intención de la
notación superficial juega aquí un papel de suspense, en tanto qu d n za. Ahora ya no sólo son los movimientos hacia adelante y hacia
la connotación real nos va ubicando dentro de la estructura verda· I r ; la incitación al beso de la boca entreabierta , sino que se aña·
dera de la danza ritual: baile de amor o de muerte, lucha de sexo , d : " ... aquel maravilloso cuerpo de ébano alumbrado por los rayos
cuestión sentimental y no política ni religiosa (y no hay que olvi dar d • p lata de la luna en el cén it". Ya no es tan sólo la danza con aires
que en una eiapa de las culturas lo religioso implicaba un conteni do 1• tragedia . No es la tradición ritual del ba i le, sino la mitificación
altamente político, y más aún en el contexto sociocultural en el qu xual de la danza y la mujer. Es la incitación cada vez mayor de Ra·
supuestamente se desenvuelve Rarotonga). El éxtasis de la dan za s ro l nga hacia la tribu de espectadores. Es un punto anterior al
aproxima. Su cuerpo se contorsiona hacia adelante y hacia atrá s. Su 1 ma x incitador y represor de la protagonista . Hasta aquí, Raroton-
rostro, besando la tierra o elevado al cielo, se conjuga con la ca den· 1 no es tan sólo el personaje central de una trama, sino también la
cia de su cuerpo que evoca a los hombres. Al no ser religiosa ni rn lllficación del sexo reprimido y represor, llevado a sus grados más
política, la danza extrovierte las necesidades repr i midas, subli m a· 1 vados de incitación inmanente.
das en el papel de mujer objeto. Ahora, el deseo, la incomprensión y Nov na viñeta. Rarotonga sigue danzando ante las manos ansiosas
la insatisfacción salen a flote . J los miembros de la tribu que pretenden acariciarla. ''Se acercó
Séptima viñeta. "Su boca entreabierta era una invitación al beso y ... 1" vocativa a los hombres, que alargaron sus manos ansiosas de
¡a la muerte!" El rostro proyecta la llama del placer y del deseo: oj o riciarla ... pero ella, esquiva , en aquel juego pelig roso que le
cerrados de largas pestañas, lunar en la frente ... La tragedia si gu ¡r daba, escapaba ". Rarotonga es un mito y un rito para la tribu .
presente. La disyunción es casi obvia : tragedia y muerte. El m en s • to talmente ajena a ellos. Tan es así que al primer instante que
je lingüístico y el iconogrMico del sintagma confirman y rea firm an n n, quieren tocarla, acar icia r la. Rarotonga los pro voca , pero ella
el contenido explícito e implícito de los encuadres ante r iores: 1 pa " ante aquel juego peligroso que le agradaba " . Con esto,
danza no es ritual , ni mucho menos un llamado general a la tri bu. pu , se demuestra -por un lado- que el la no es un símbolo
Es un rito individual apolítico y pagano de Rarotonga, quie n bu s po lft ic o para la tribu, y sí, en cambio, un mito sexual. Ella puede ser
en la danza el anhelo perdido. "Su boca entreab ierta ... " refu erza 1 1111 sacerdotisa o una reina que basa su poder en el embrujo se x ual ,
situación de Rarotonga en el contexto de todo el relato . La muj 1 qu s el que domina y convence a la t r ibu. La in c itación de Raro ·
busca y proyecta el deseo. Ella -como mujer objeto- tiene la f Io n a va de menos a más. Ante la danza, rito y mito para la s c ultu·
cultad de provocar e incitar al beso . Su concentración se fin ca en l 1 1 de una época , busca encontrar el éxtasis en otro sentido.
búsqueda extrasensorial de ese beso perdido o nunca encon trad o, l>• •• lrn a viñ eta. En el centro de un remolino de luces , Rarotong a gira
El beso, introducción del placer, provocaría la muerte. Hasta ah or , un c on los brazos extendidos. El perfecto cuerpo d el fetich e y su
es la única mujer rodeada por hombres. Es el símbolo, mito y f Vl' lli g inosa danza desbaratan el aire en un halo virginal qu e enmar-
tiche de toda la tribu . Ella incita al beso y al deseo, pero, p 1 t 1 anatomía de la mujer. Habiendo llegado al punto culminante
desgracia de todos, también a la muerte. Rarotonga cada ve z m á l 1 xtasis y la provocación sexual dosificada , regr esa al c en tro y
el objeto hembra que incita, pero que también imposibilita la sall 1 rnp e el encanto reprimido de la mayoría. La fogocidad del ro stro
facción del deseo. Es el objeto erótico que busca con el beso im a 1 vuelve frialdad e indi ferencia . El clímax ha llegado. Ahora, ¿qu é
nario el placer canalizado en la danza represora. Por lo tan to, Raro u ·de con los personajes?
tonga es la manifestación sexocultural de la represión, la m ercan i11 1 ' e lm oprimera viñ eta. Los tambores danzaban en el aire; ah ora, en
que se ofrece, pero que no se consume. 1 lre se detienen. Código iconográfico bien signifi c ad o . Los t am-
Octaua viñeta . Rarotonga, con los brazos tensos y extendido s, con t lor bailaban al frenesí de la danza , la danza termina y , por su-
núa la danza. Parece dirigirse hacia nosotros con pasos fi r m es y 1 fllt l o, los bombos se aqu ietan. Es el punto culminante e ntre un a
tadores que forman parte del ritmo del baile. En segundo p lano, ¡, 1 u nc ia y otra . La "danza ritual" de amor y de tra gedia ha termi-
hoguera. Al fondo (alrededo r), la tribu. En este encuadre , com •11 " do . E l c ódigo de la música está claro: es estati sm o y no m ov i-
los anteriores, la función de anclaje y de relevo del m en 1 ' 1 11 nto de los tambores . El paradigma es obvio: si sobre los tamb o
140 El milo de Rarolonga Rafael C. Reséndiz 141
del encuadre anterior, es una consecuencia obvia y lógica de la i m · n la viñeta número 9 se observa esta clara proximidad entre Ra-
potencia física y social para retener o aún atrapar a Rarotonga. La ' to nga·y la tribu, no sólo física sino también significada. El lexema
relación funcional-actancial entre Koro y Rarotonga no es más q ue J ste encuadre (provocación) manifiesta el reto de la mujer a los
la dialéctica manipulada del individuo, así como la imposibilida d de ho mbres. El serna denotado, ofrecimiento/engaño, revela esa moti·
un acontecimiento real entre el sexo masculino y femenino. M oti · V i ó ~/represión presente explícitamente en toda la primera se-
vos que no son ni religiosos ni políticos, ni mucho menos sentim en · u ncra . El serna connotado , incitación/represión, es la significa-
tales , prohiben el acercamiento de Koro a Rarotonga . Los serna s de ! n p~rmanente e intencional de toda la danza. Desde que el baile
la obsesión: denotado, posesividad/pérdida ; connota do , inrcra, comienza la incitación directa a la tribu ; la represión es la
aceptación/ rechazo ; y el significado, amor/indiferencia, proyectan puesta obvia y necesaria frente a la danza de Rarotonga. La en-
la total frustración amorosa y social de Koro ante la tribu y su ama - a/chantaje significa la burla ideológica entre unos y otros. Raro-
da . La función de Koro dentro de esta prime ra secuencia no da m ás 1 Hl a va desde el frenesí, el paganismo y la dominación hasta su
elementos que los aquí expuestos. El resto se encuentra en la co nti · ' Ir c imiento a la tribu. El chantaje es, pues, de ella mism~ manifes-
nuación del relato. 1 do a través de la sublimación sexual y no tanto del " engaño " a la
El último actante de esta primera secuencia es la tribu. Su part ici · trlt u manifestado a través de un burlado ofrecimiento.
pación dentro de esta porción del relato queda establecida en la se·
gunda viñeta del le xema expectación. En última instancia , la dan za tructura general de la primera secuencia
ritual no va dirigida sino a canalizar esa expectación de la tr ibu : danza
luego , la relac ión entre Rarotonga y la tribu es más directa qu e
entre aquélla y Ko ro (el amante); aun así, la proximidad entre K oro y Incitación (Rarotonga) vs lujuria (la tr ibu)
la t ribu es más fuerte que entre aquél y Rarotonga , quedando rota 1) mor (Koro) vs indiferencia (Rarotonga)
por pura relación ase x uada y de competencia entre la tribu y el l. 1 otopía estructural
amante, es decir, Ko~o . mantema de la secuencia inicial
1
Serna Connotado Serna Significado
No.
. Rarotonga -- danza expectación tribu --~--- 1 Dan za ritua l frenesí/ritu alidad religiosid ad/pa ganism o
}. reinado/sacerdocio
E xp ec tac ió n respet o/irreverencia
ritual sexo 1 Tranqu il idad
admiración/l ujuri a m o ti vac ión/represión
fo rtaleza/ecua nimidad noble za/ rebeldía ca ute la/i ngenuidad
4 Obses ió n posesividad/pe rdida acepta c ió n/rec ha zo amo r/i ndife rencia
~ Inc itac ión traged ia/in fel icidad nec ro filia/ bi o fil ia
no a m o r/ muerte
u E xc itac ió n r i tmo/fri vo lid ad moti vaci ó n/re presió n éx tasi s/frustración
sexo 1 Deseo a m o r/muerte t ragedia/infelicidad excitación/sublimac ión
11 Reto provocac ió n/ recha zo estimula c ió n/inhibició n a gres ió n/ represión
1) Provocación
frenesí- nobleza/rebeldía..,..._________ Koro 10 Extasis
o freci mi ent o/e ngaño
anhe lo/ f ru st ración
inci tac ió n/re presión entre ga/c hant aje
frivo lidad/ friald ad e nca nto/d esencanto
11 Pas iv idad c inético/estático desenfreno/ap ac ig ua m iento p rincip io/fin
1.• In vocació n súp lica/reto po te nc ia/impotenc ia v ida/ mue rte
La dan za ritual del actante 1 (Rarotonga) como motivación sexu
ti e ne d os significados para cada uno de los otros dos actantes: par
la tribu, co mo para Koro, a través del le xema expectación se proy l"f AS:
tan dos d ive rsas connotaciones bipolares: para la tribu , el sexo 1~ m i t imos al l~ctor a la exposición original de estos preceptos apuntados por u.
abierto y m ot ivado a través de la adm i ración y la luju r ia ; para K or 1 <o n Apocaltpttcos e mtegrados ... , Barcelona, Edit. Lumen, 1968, pp. 153-210.
11 1thes, R. Mithologies, París, Edit. Le Seuil, 1957, p. 215.
se connota la nobl eza y la rebeldía. La admiración de la t ribu y 1' 1' r m io, L. Mito e ideología, Madrid, Edit. Comunicación Serie B, 1971, p. 32 .
no b leza de Koro se c ontraponen a la lujuria del grupo y la rebe ldl 1 1 vi·Strauss, C. La antropología estructural Buenos Aires Eud.,ba p 209
del amante como manifestación extrapolada de su ideología reprl /Ir/d. ' ' - ' · ·
mida por razo nes desconocidas. 1 tll fl s, Gillo. Nuevos ritos, nuevos milos, Barcelona, Edit. 'Lumen, 1964, P. 17.
144
145
La acción comunicativa del comic es posible gracias a dos códigos: 1 q ue c onsiste en la capacidad del hombre para percib ir el es-
el icónico y el verbal. El primero es transmitido a través de la ima- t ra vés de sus sentidos. Finalmente, tenemos el nivel micro-
gen, el segundo a partir de las palabras. ullur 1 q ue trata sobre la estructura del espacio como una modifi-
Estos dos elementos, que en forma simple podríamos llamar di- t 1"'> 11 d la cultura.2
bujos y letras, se presentan dentro de viñetas consecutivas y nos ~ no resulta interesante el estudio de la proxemica porque per-
dan la idea de que la acción de los personajes se desarrolla en un nocer la forma en que el hombre estructura y usa su espacio
tiempo y espacio determinados. Asimismo, nos transmiten la a factores genéticos, perceptivos y culturales .
impresión de movimiento, de sonido y de vida. 1 análisis de los comics mencionados, tomaremos en cuen ·
Esto significa que los personajes se presentan de tal manera que rce r nivel principalmente, sin olvidar su interdependencia
llegamos a creer en ellos y a sentir que realmente viven e interac- 11 11 1 dos primeros.
túan entre sí. Por otra parte, Hall ha afirmado que el uso que el hombre hace
Creemos en que Mafalda se queja del fatídico mundo, compren- 1 1 pecio es comunicativo.3
demos la soledad de Charlie Brown, sentimos la amistad que se da 1 d el punto de vista comunicativo, la proxémica permite que
entre los personajes infantiles. 1 Ind ividuo se sitúe a sí mismo dentro de una interacción y pueda
Pero ... ¿cuáles son esos componentes del mensaje icónico que, n > r y predecir el comportamiento de su interlocutor. Eisenberg
junto con los signos verbales, dan "vitalidad" al comic? y rnlth4 sostienen que las relaciones proxémicas reflejan la cultura
Podríamos contestar que no nos hemos dado cuenta de ellos 1 1 1 d una sociedad. Si a esta idea 'añadimos el hecho de que el co·
conscientemente. Cuando recibimos el mensélje de un comic, rara 1 tlt umple una función social (esparcimiento, evasión, aplicacio-
vez nos fijamos qué tanto contacto visual se da entre los personajes 11 p dagógicas, subversión ideológica, etc.) y que, por lo tanto, es
o qué tipo de contacto físico manifiestan o cuáles son las distancias 1111 1 fl j o de la cultura de donde proviene, podremos afirmar que
que guardan al dialogar. En pocas palabras, no conocemos la forma 1 r 1 c lones proxémicas manifiestas en los comics representan
y
en que los personajes estructuran manejan su espacio. Y precisa- 11 n s culturales propios.
mente es la ciencia de la proxémica la que estudia el uso del espacio 1 11 M f alda y Peanuts sus respectivos caricaturistas, Schulz y
interpersonal. u ln , c túan como emisores de sus respectivas culturas .
En los comics encontramos manifestaciones proxémicas trans-
mitidas a través del código icónico. Estas, aunque por medio de di- A qu~ se debe que cada cultura refleje un estilo propio de proxémica?
bujos, son un reflejo del grupo humano a partir del cual fueron crea- 1odo p rte del hecho de que cada grupo humano trata de definir la
dos y concebidos. 1111 q n d e los límites del yo personal. Cada cultura define de dife-
Si Mafalda y Charlie Brown surg ieron a partir de dos grupos so- 1 nt m a nera esta imagen: unas la tienen bien limitada ; otras , en
ciales diferentes, encontraremos que su proxémica se adecuará a • rnb l , poseen un concepto indefinido al respecto.5
cada una de sus respectivas culturas: la latinoamericana y la norte- ulturas del primer grupo son muy permisivas en sus prácti-
americana. fo rmación de los niños, concediéndoles el ordenar libremen-
11 r rma de vida y expresar sus sentimientos. Estos grupos tam -
Sobre la proxémica ••• n ducan al niño para que acepte un código de valores definido y
La proxémica es el estudio de las formas en que los humanos • 11 11 1 1 to, válido dentro del grupo.
estructuran y usan el espacio. 1 l'ot tra parte, los grupos que no cuentan con una imagen clara
Hall brganizó un model o para clasificar el comportamiento proxé- lo limites de su cuerpo muestran una tendencia a aplicar prácti-
mico en tres niveles: muy rígidas en la crianza del niño y a endoctrinarlo en un siste-
El primero es el infracultural y se refiere al comportamiento espa- 1 1 d v alores complejos y, la mayoría de las veces , contradict orio.
cia l independientemente de la cultura y teniendo su base en el pasa - 1 1 r c to de estos dos sistemas es el fin de fomentar una g ran
do filogenético del hombre. En segundo lugar, tenemos el nivel p re· p 1lu r expresiva en los grupos con límites definidos y un gran en -
148 La proxémica en Ma{alda y Peanuts M t/111 Escobar, Rebeca Orozco y Marta Watts \'\ 149
Rasgos proxémicos encontrados en los comics mln do. No da Mafalda la posibilidad para que emita una respuesta. Su-
Por lo dicho anteriormente, estamos conscientes de que los patrones prox · nlt ha perdido el interés en la conversación .
micos se dan particularmente en cada cultura. Por lo tanto, los nortea m . l n los cuatro casos mencionados anteriormente existieron razones para
ricanos usan y estructuran su espacio de diferente forma que los latino . qult r la vista del interlocutor, pero se puede establecer que en la mayoría
Analizaremos este aspecto a través de las tiras cómicas de Peanuts y Ma· de 1 conversaciones presentadas en Mafalda se atiende con interés a los
falda, estableciendo comparaciones. p r onajes con los cuales se departe.
Para los latinos, una conversación bien llevada es aquella en la que se d
un contacto visual continuo entre los interactuantes. El hecho de voltear 1
vista en otra dirección significa falta de interés.
En la figura 1 podemos observar cómo Mafalda mira hacia arriba al sen·
tirse desconcertada por la respuesta de Susanita: la conversación ha dej a·
do de tener sentido para Malfalda y, por tanto, pierde el interés.
Una situación similar a la anterior se presenta en la figura 2. En este ca·
so Mafalda se voltea disgustada, dando la espalda a Manolito. De esta for·
ma muestra su desacuerdo con la respuesta de su amigo y da pie a que s
suspenda la interacción.
3
En el siguiente caso, Manolito ha dejado de ver a Felipe, pero la íazón
distinta a las anteriores: Manolito muestra su preocupación externamenl •,
dejando en lugar secundario el contacto visual con Felipe. Su mirada
torna reflexiva ante un suceso no presente en el cuadro. 4
En la figura 4 suceden dos hechos: el contacto intervisual no se ll eva 1
cabo debido a la presencia de un objeto del que se habla; por otra part ,
cuando Susanita se voltea y se va, está diciendo que la conversación ha l 1
152 La proxémica en Ma{alda y Peanuts Marina Escobar, Rebeca Orozco y Marta Watts 153
¿Y HABÍA iDO A
bA 'FACULTAD,
Y TODO? jESTOY DE
VUELTA!
6
lo complejo de la vida . En el último cuadro, la interacción se personaliza:
se habla concretamente de Sally y de lo que ésta sabe de la vida. El contac-
to visual surge entonces necesariamente.
Varios autores han escrito que el contacto visual se da en menor propor-
ción en la cultura norteamericana que en la latina (Watson 1970, David
1971, Goffman 1957), y ésta es la razón por la cual en una interacción los
La figura 5 es un modelo de interacción típico de Mafalda; el contacto latinos sienten a los norteamericanos carentes de interés en las conversa-
visual se da con freCuencia. ciones. Esto es una muestra del choque entre dos patrones proxémicos dis-
Encontramos en Peanuts una situación similar. Los personajes de la fi- tintos.
gura 6 actúan en forma análoga a los de la figura 5: se da la comunicación Pero... ¿se manifiesta claramente esta diferencia en los dos comics que se
cara a cara . analizan?
Pero además de mostrarse continuamente de perfil (frente a frente), va- Se puede afirmar que en Mafalda el contacto visual es frecuente y deno-
rias de las situaciones de Peanuts presentan a los personajes en una inLerac- ta atención e interés por el tema o interlocutor.
ción hombro con hombro que, de ningún modo, muestra falta de interés En Peanuts nos damos cuenta de que este contacto también se da con
como en la cultura latina. En la figura 7 los tres primeros cuadros frecuencia; la gran cantidad de cuadros que contienen dos personajes cara
muestran carencia de contacto visual, debida a su posición reflexiva ante a cara lo comprueban (figura 8).
154 La proxémica en fvla{alda y Peanuls Marina Escobar, Rebeca Orozco y fvlarla Walls 155
i SI ESCOGE ESTE
1-l)"--RAC\J CALA~,
LA VEQEM..>s '
LO QUE TÚ USAS
ES UN fOCO R;\¡a),
ow;?l.IE BKUV~
l•MIRA L/NI/S, MIPI/PAlf){t i Q{JIEA.I SÓlO HABlA
E:STI( W E/. 1/IRé 1 DE 'lA PACIEAICIA DE ... ¿QUÉ ES 7
/r5liCIT4ME1 JO,J~"ft~Jf'$8
S~ u
156 La proxémic'a en Ma{alda y Peanuts M_arina Escobar, Rebeca Orozco y Marta Watts 157
Además encontramos que en Peanuts se dan desplazamientos visuales €N REALIDAD~ OfSIA SI NO FUERA FORQVE RE·
por razones exactas a las de Ma{alda: dar la espalda significa dar por fina- VENIR AL!CINE ...TfNOO GALAN DVLCES A LOS
lizada la conversación (figura 9);'1a presencia de un objeto obstaculiza el TA.r<?EA QVE HACER ... PRIMEROS MIL Q()INifiJTOS
Nlrilo$, NO ~l)81ERA VENIDO
contacto visual (en la figura 1O el objeto que interfiere es un papalote).
A partir de lo anterior se puede deducir que en los dos comics se presen-
ta el contaco visual, pero en Peanuts también se da una relación hombro
con hombro que resulta natural para los norteamericanos y de ningún mo-
do fría. En Ma{alda este tipo de relación aparece con menor frecuencia.
Ahora analizaremos la distancia en la interacción. Se dice que la distan-
cia que guarda el norteamericano es mayor que la del latino. En su libro
sobre proxémica, Watson (1970) menciona que unos inmigrantes latinos
sintieron que los norteamericanos observaban mayor distancia en sus con-
versaciones que ellos. Esta situación sería calificada en América Latina co-
mo fría. Un estudiante de Ecuador dijo que hacer cola para comprar bole-
tos en Estados Unidos lo ponía nervioso por el espacio que se guarda entre
persona y persona. Vemos en la figura 11 una cola hecha por los personajes
de Peanuts, y las distancias que guardan entre sí. No se tocan; respetan
cierta área personal.
Cada caricaturista ha creado áreas diferentes de conversación, los cuales
se repiten constantemente a lo largo de las historietas. A Quino le gusta
que sus personajes hablen y reflexionen sentados en la banqueta de la
calle; a Schulz, recargados en una barda.
¿Qué rasgos proxémicos encontramos en estas áreas de conversación?
Al encontrarse Charlie y Lino platicando en la barda (figura 12), sólo en
un cuadro o viñeta se da el contacto visual. El hecho de estar recargados, o
atrás de la barda, propicia una tendencia a mirar al frente (hay algo más
allá de la barda). El espacio entre estos dos personajes se respeta.
En el caso de la banqueta (figura 13), Mafalda y Manolito se sientan de
tal manera que puedan verse mutuamente a pesar de la horizontalidad de
la banqueta (que propiciaría una relación de hombro con hombro). En
ningún cuadro voltean al frente (no hay algo más allá de la banqueta).
En la figura 15, Lucy y Charlie son presentados en una relación horizon-
tal y a una distancia uno del otro mayor que la normal. Para un latino, es-
ta situación refleja independencia del área de conversación y, por lo tanto,
menor grado de intimidad.
Por otra parte, si comparamos la flexibilidad de las pequeñas sillas de
Ma{alda con la banqueta mencionada anteriormente, concluiremos que
las primeras acercan más a los personajes y los sitúan en un ángulo más ac-
cesible para la acción comunicativa (figura 14).
158 La proxémica en Mafalda y Peanuts Marina Escobar, Rebeca Orozco y Marta Watts 159
En las figuras anteriores es clara la influencia de los objetos en la proxé-
mi c a humana. ¿TE Ol>.S CU~NTA,SUSANiTA?
;.APRENDEREMOS A
En la figura 16 aparece un pequeño puesto psiquiátrico. ¿Cómo afecta LIO:~R.,A !;.SCRiBiR,
A HACE-R CUGNTAS.~ .
la interrelación entre Lucy y Charlie?
El hecho de que Lucy se encuentre detrás del cajón y sea solicitada por
Charlie para que le "brinde" sus servicios le da autoridad. Esto significa
que Charlie se encuentr~ bajo su dominio. Cuando Lucy' no está en su
puesto, es sólo una amiga a su mismo nivel.
Otro ejemplo de la interferencia de objetos en el acercamiento interper-
sonal es la famosa frazada de Lino (figura 17). 14
¿Qué actitud asume Lino cuando Viola comienza a hablarle? De indife-
rencia (viñeta 1). Y en el segundo cuadro, ¿al escuchar una pregunta de su
amiga? De indiferencia. Sólo en el tercer cuadro deja su frazada y contesta.
En el cuarto cuadro vuelve a su posición indiferente.
Violeta se enfrenta no sólo a Lino sino a la frazada de Lino, y ambos for-
man una barrera comunicativa .
En las siguientes figuras se muestran varias situaciones iguales en cuanto
a la distribución de espacios personales en las dos tiras.
Podemos observar que la primera pareja está sentada de una forma más
rígida que la segunda. Entre Charlie y su amiga hay un espacio ligeramen-
te mayor que entre Felipe y Mafalda. Estos últimos muestran posiciones
más f lexibles y relajadas y por lo tanto transmiten menor formalidad.
En cuanto al contaco físico, en Peanuts sólo se manifiesta en situaciones
tales como una presentación, un secreto o una felicitación. Estos contactos
15
son meramente superficiales.
Ma(alda, a diferencia de Peanuts, manifestó varios despliegues de afec-
to y calidez.
Cuando se presentan situaciones hostiles en los dos comics, tiende a
cerrarse el espacio interpersonal a medida que se avanza en la discusión.
E n los dos casos se trata de agredir invadiendo el territorio.
En ocasiones llega a tal grado la agresividad que se invade el terri torio
de l d o m i nio en forma brusca.
En estas figuras, la hostilidad se manifiesta no invadiendo el territorio si-
no cance lando el contacto físico con el interlocutor de manera brusca y
o fensiva.
16
Marina Escobar, Rebeca Orozco y Marta Walls 161
160 La proxémica en fVla{alda y Peanuts
hombro con hombro otras no significa, de ningún mod , que la segunda
A manera de conclusión posición denote menor interés que la primera, como sucedería entre los la-
En fVla{alda el contacto visual es requisito indispensable para el intercam- tinos generalmente.
bio verbal. Este contacto se perderá solamente cuando, a partir de la si-
Los patrones proxémicos de cada uno de los comics se manifiestan de
tuación, surjan estados de desconcierto, disgusto, preocupación o falta de
forma diferente, a pesar de que en sus áreas de interre lac ión existan obje-
interés_ En Peanuts el contacto visual no adquiere la trascendencia que en
tos materiales semejantes. Ejemplo: barda de Peanuts y banqueta de fVla-
Ma{alda y el hecho de que los sujetos se encuentren cara a cara unas veces y {alda.
• Aunque exista el mismo nivel de amistad y trato entre los personajes
de ambos comics, los de fVla{alda tienden más a acercarse entre sí y a tener
un mayor contacto físico. Esto se debe a que la cultura latinoamericana es
más permisiva en este aspecto. Para los norteamericanos el afecto se
muestra respetando el área personal ; para los latinos, éste se muestra más
tfi) lL
bien por medio del contacto físico. Son dos diferentes puntos de vista y no
podemos afirmar que los personajes de un comic se "lleven mejor" que los
j TIJ ¡.¡~Jot.AA!O LES DA PALM~
TASA LOS PAJA~rroS EN1A CABE/.4' del otro comic.
• El contacto físico por hostilidad se presenta en ambos comics. Particu-
larmente podemos observar la invasión del territorio personal y el contacto
v·h~ -~ M~
~
físico brusco cuando aparece Lucy, el personaje más agresivo.
• En ambos comics, el hecho de abandonar bruscamente el espacio
compartido entre dos personas significa rechazo .
• Lo que para los personajes de fVla{alda podría parecer una interacción
fría o falta de interés, para los de Peanuts resulta una relación normal y
cotidiana.
• Al igual que encontramos diferencias en los patrones de uso del espa-
cio en los dos comics, también podemos observar que en algunos casos la
proxémica funciona de igual manera.
A través de los puntos anteriores, nos percatamos de la influencia que
tienen los patrones culturales en la forma en que el emisor refleja en sus
personajes el uso y estructuración del espacio. Entonces, el comic es una
manifestación de los modos de interacción pertenecientes al grupo humano
de donde proviene.
162 La proxémica en Ma{a/da y Peanuts Marina Escobar, Rebeca Orozco y Marta Watts 163
NOTAS:
1. Michael Watson da esta definición en su libro Proxemic behavior: a cross-cu/lwa/ sludy,
París, Ed. Mouton The Hague, 1970, p. 16.
2. Hall es el creador del término proxémica y pionero en el estudio de su importancia en la
i TE DAS CUWTA DE QUE lA WITE interacción humana y animaL La idea citada aparece en The hidden dimension, New
ANDA DiCIENDO ()UE TWGO UN HE~ York, Double Day and Company lnc., 1966, pp. 95-122.
MANO ".ACARICIA-PÁJAROS" 2 iESTO 3. Hall. Op. cit., pp. 1-6.
Sf TIENE QUE ACABAR 1 ¿ME O'r'fS 7
i BASTA YA 1 4. Eisenberg. Abne and Smith, Ralph. Nonverbal communicalion, The Bobbs-Merril Series
in Speech Communication, 1971, p. 28.
5. Seymour, Fisher. Bod.y lmage and Personalily, New York, Van Mostrand Rinehold, 1958,
pp. 277-297.
6. Hall , Op. cit. , pp. 116-125 y 156.
165
Asterix supergalo
Phillipe Bac
166 A s lerix superga l 1 hillipe Bac 167
Fue necesario que se diera en Francia el fenómeno Asterix para que el co- c omics mundiales, fenómeno por demás conocido y comprobado.
mic se convirtiera en centro de interés para los sociólogos. De hec ho, lo 1fenómeno Asterix sólo puede entenderse si se le mira como un cons·
medios masivos de comunicación son, hoy en día, objeto de preocupac ió n t <:~nte reforzador de una cultura: la francesa, evidentemente. Cultura que
de toda una corriente investigadora. Era entonces predecible que el com í s transmite en los salones de clase -la clase de historia- a partir de la
fuese estudiado de acuerdo con sus propias características . frase " Nuestros ancestros los galos ... "; cultura alimentada e influida por
Pero más que un nuevo campo de análisis, se trata en primer término d ' v ri as invasiones -los bárbaros, los romanos, los nazis-; cultura plena-
un mito: los estudios y las investigaciones se sitúan más en la imaginación m nte identificada con su historia, con las manifestaciones de esa historia;
del público que en los estantes de las bibliotecas. Sería difícil encont rar ultura que se sabe cultura y que gusta de mostrarlo cuando se le permite
una docena de obras, en el sentido formal, dedicadas a esta form a d e hacerlo concretamente.
expresión que tiene ochenta años de existencia (el primer comic aparece en A sterix (pequeño guerrero rubio y con bigotes, vivo y sagaz) y sus com-
1897 en Estados Unidos: The Kalzenjammer Kids, de Rudolf Dirks). La pa ñeros Obelix (el productor y repartidor de menhires), Panoramix (el ve-
razón de este silencio se debe a que un prejuicio desfavorable -hay que n rabie druida de la aldea, inventor de la poción mágica que da una fuer-
admitir que en ocasiones bien fundado- pesó por mucho tiempo sobre los z sobr~humana), Abraracourcix (el jefe de la t ribu), Assurancetourix (el
llamados comics. Algunos investigadores sostienen que esa técnica, q ue enial bardo), representan algo más que personajes fantásticos del mundo
consiste en combinar de determinada manera el texto, bajo forma de g lo - irreal del comic. Son estereotipos que hacen resaltar el carácter de los ha-
bo (a veces rectangular) y la imagen, es el origen de auténticas obras de ar- b ita ntes de este pequeño país en forma de hexágono.
te. La biblioteca Alberto !ero en Bruselas le dedica al comic dos célebres Cuando Abraracourcix, el jefe de los irreductibles galos, levanta los bra-
exposiciones (1967 y 68); un cineasta como Alain Resnais declara haber sa- zos y dice con una voz que podemos imaginar solemne: "¡Galos, galas! .....
cado sus ideas acerca del montaje de los cuadros de la serie americana Dick (el general De Gaulle decía "¡Franceses, francesas!" al empezar sus discur-
Tracy (de Chester Gould); Jean Renoir es presidente del Club Francés de la os), se está dirigiendo a ese público nuevo del comic al que antes nos refe-
BD (Bande Dessinée, o comic); y conclusiones como ésta se dejan ya oír: rimos. Hace dos mil años, hechos sorprendentes acontecieron en la Galia
"El comic es el único arte que permite reconstruir el Infierno de Dante en que sólo un adulto fue capaz de entender su trascendencia histórica. En
el planeta Marte con imágenes, granC.:iosas escenografías que los costos o la sos tiempos los precios conocían la inflación; Lutecia, la capital, era una
impotencia de la técnica le prohiben al cine ... " iudad sobrepoblada pródiga en embotellamientos y en la cual sus habi-
En Francia, a mediados de los años sesenta, aparece en la revista Pi/ole, ta ntes vivían en tensión ... Asterix sirve de pretexto para una parodia de los
dedicada exclusivamente al comic, una tendencia que poco a poco cam bia tiempos modernos, tiempos que curiosamente no presentan gran diferen-
el dibujo de las historietas. La sátira invade los comics que se burlan de sí ia con el fresco costumbrista que nos pintan Uderzo y Goscinny.
mismos. Pi/ole, bajo la influencia doble de la·s revistas Mad y Hara -Kiri, Y si los tiempos no cambian, o no quiero que cambien, si mi personali-
destruye con agresiva alegría el comic tradicionalmente realista: el dibujo dad, mi sentido del humor no sienten la erosión de los años, es que soy
se esquematiza, pierde su configuración real; la innovación gráfica , la prácticamente indestructible. Asterix y sus compañeros son invulnerables
fantasía y el humor dan a la palabra "comic" su primer sentido. En su ma, radas a la poción mágica que ingieren antes de cada batalla contra los ro-
aparece un nuevo tipo de comics y, mientras que los cartoonisls norteame· m anos: su aldea resiste "todavía y siempre" al invasor, sea éste bárbaro, ro-
ricanos producían historietas en función de un público extremadamente mano o nazi, o bien cualquier imperio cultural extraño a la cultura gala.
flexible desde el punto de vista de las edades, sus colegas franceses pensa· A sterix afirma su identidad al no dejarse vencer, al mantenerse firme en su
ron que a un público adulto correspondía un dibujo con temática adu lta, nhelo de irreductibilidad.
hasta erótica en ciertas ocasiones. V ni, Vi di, Vici .. . ¡y ellos se ríen!
Pero 'los hechos suelen ser contradictorios: los comics destinados en un Aunque la aldea de Asterix, enclavada en Armónica, represente en super-
principio a los adolescentes hicieron las delicias de los padres de esos j óve- fi ie una ínfima parte del territorio galo, contiene personalidades de rasgos
nes ... Y así, Las aventuras de Asteri.x el galo, de Uderzo y Goscinny, naci - pi na mente determinados que son la síntesis del carácter ya no local, sino
das en la revista Pilote y dirigidas por su tema fácil y "naif' a los jóvenes, s n c ional, plenamente galo.
convierten en el más sonado éxito editorial que se registra en el campo d A sterix y Obelix son la alegre caricatura del francés -clase media, por
.
168 Asterix supergalo Phillipe Bac 169
supuesto; no podía faltar la alusión masiva-, y el francés se reconoce en d8d héroe-antihéroe, privilegio de una cultura que con actitud politizada
ellos sin mucha dificultad. "Somos valerosos, no le tememos más que a una se tropieza con la historia, salta el obstáculo y se dirige al siguiente, sobre-
cosa: que el cielo nos caiga sobre la cabeza; nos gusta reír; nos gusta comer a le con un sabroso humor en cada uno de los cuadros del comic.
bien y beber bien; somos desagradables y quejumbrosos; somos indiscipll·
nadas y peleoneros; queremos a nuestros amigos ... Somos ga los". Tlmeo Danaos et Dona Ferentes
Los autores presentan, a lo largo de los 23 álbumes, situaciones que no Mas si los personajes de Asterix poseen cualidades determinadas, es necesa-
muestran otro interés que el de hacer sobresalir estas características del sa- rio compararlas a las cualidades (y defectos) de otras culturas. Así, Uderzo y
voir {aire galo. Toda la historia va dirigida a recrear, gracias a la excusa de Goscinny, no satisfechos con mostrar que los galos son así, se lanzan a ana-
la invasión romana, la capacidad de adaptación del pueblo francés a todo lizar todos los pueblos susceptibles de tener algún contacto con ellos.
tipo de accidentes históricos, sin que por ello pierda la identidad. Así, los Asterix viaja con frecuencia, con el fin de exportar una muestra embo-
autores colocan a Asterix y a Obelix en situaciones adversas, de las cuales tellada, sólida, de su carácter galo. Un turista exagera sus rasgos cuando se
siempre salen ilesos de$de el punto de vista de sus conformaciones cultura· ncuentra en un país extraño, para así asegurar su validez; y el francés es
les. Esas experiencias no parecen aportarles nada en especial, sino una me· se espécimen que exige cerezas en Buenos Aires durante el mes de julio,
ra oportunidad de señalarle al lector cómo se comportaría, él mismo, en una copa de Chateauneuf-du-Pape en una fonda tabasqueña y que busca
dichas situaciones, cómo hablaría, qué gestos haría, con qué humor galo punto de comparación entre la Costa Azul y el Caribe ...
reafirmaría su pertenencia al grupo social, cómo rechazaría, con una xe- Asterix y Obelix, de la misma manera, afianzan las expectativas que el
nofobia feroz, elementos extraños a su orgulloso marco perceptual, cómo 1 ctor tiene de ellos, comportándose en forma exageradamente gala cuan·
desafiaría la evidencia de una invasión o de una fuerza superior lla mada do las circunstancias los llevan a Bretaña, a Egipto, a los países escandina-
Julio César, el Tercer Reich o General Motors. vos, a la península ibérica. Aquí es donde un deseo insatisfecho e incons·
Asterix se mantiene a medio camino entre el héroe y el antihéroe. Es un dente de imperialismo, por parte del francés, aflora de manera casi obvia.
héroe puesto que, con la poción mágica preparada por Panoramix, el si m· Los personajes no sólo se conforman con ser simples espectadores del de-
pático, sabio y prudente druida, muestra una fuerza sobrehumana utiliza· errollo de otras culturas, sino que colaboran directamente, y sin permiso
da únicamente para hacer el bien, se entiende ... Y el bien, en su caso, es previo, en la formación de esas culturas.
defenderse de las guarniciones romanas. Y vemos así cómo llevan el té a Bretaña (que se hizo "Gran" gracias a las
Pero también presenta características de antihéroe por su carácter tan profundas huellas que dejan nuestros amigos los galos); cómo construyen
perfectamente galo, tan obviamente terrepal, que lo vuelve competitivo y palacios en Egipto y son los causantes de que la Esfinge pierde su nariz. ("Si
significativo para el sentir popular. ', lgún día necesitan construi r un canal entre el Mar Rojo y el Mediterrá-
¿Quiere decir esto que en cada uno de los franceses lectores de Asterlx n o, llámenos ... ", le dice Asterix a Cleopatra al despedirse). Vemos cómo
existe esta dualidad héroe-antihéroe? No existe un fránces de edad avanze· n tauran las corridas de toros en Hispania, cómo violan los cofres en los
da que no haya luchado en alguna batalla de la Gran Guerra ("Estuve en b neos de Helvecia, cómo invaden a los temibles godos (¿venganza antici-
Verdun, yo, señor ... "); no hay francés adulto que no haya participado, d p da?). Sorprende verlos apoderarse del símbolo máx;i mo del imperio ro-
una manera o de otra, ya sea combatiendo, ayudando a un judío (o precl· mano, la corona de laureles del César, para prepar-ar un delk'ioso estofa·
pitando su caída, que también es una forma de acción), colgando un map d . Resulta que son ellos los que descubren América (el supersónico Con-
de Europa en su habitación, alimentando maquisards (guerrilleros ... Ast • rde no lo ha logrado aún por completo), los que ganan en los juegos
rix es uno de ellos), o sacándole la lengua a un oficial alemán en el metro llmpicos y los que causan la decadencia de Roma ...
durante la ocupación nazi: y no aparece por ningún lado un joven que n Poco a poco nos vamos enterando que el mundo gira, en el año 50 antes
se haya entregado, en menor y mayor grado, a los acontecimientos de me· 1. Cristo, alrededor de una aldea pequeña como Francia misma, y de un
yo del 68 en Francia. hombre pequeñito llamado Asterix, casi tan pequeño como Napoleón Bo-
Asterix, que vive plenamente su momento histórico, ya que resiste y n n parte, figura histórkamente enorme.
se deja vencer por los hechos (de hecho crea los hechos), reúne una serie d •ste intercambio que sostiene Asterix con seres extranjeros es siempre
características que lo hacen más francés que el queso camembert: la du 11 unll teral. En efecto, los galos promueven innovaciones (léase "expansión"
170 Asterix supergal
~
cintura. No obstante el presentar un sinnúmero de síntomas neuróticos, los
Peanuts lo saben sobrellevar en forma por demás magnífica.
Los chicos se encuentran en muy contadas ocasiones presionados por las
adversidades de la vida, ya que poseen válvulas de escape para las angus-
tias causadas por sus propios malos ratos. Por ejemplo, Lucy exalta su fe- Implemente, descanse su Por supuesto esto es silencioso.
cabeza en el plano del aguo. ya que arruinaría por completo
mineidad para poder sobrellevar más fácilmente la vida. Charlie Brown
~- ~:~'~
come sandwiches de crema de cacahuate cuando se siente solo, y Frieda se
autoelogia para restaurar su fe en ella misma y en su pelo rizado por natu-
raleza. Snoopy, sin sentirse avergonzado, se autoconfina a su perrera y se -=o
deshace mentalmente de todo aquello que no es capaz de manejar. .,...."".
Todas estas defensas ayudan a los personajes de Peanuts a sobrevivir en
un mundo imperfecto. Cada personaje ha creado su propia manera de vi-
vir en una sociedad repleta de represiones y problemas.
Lino ha desarrollado una particular filosofía denominada "runnism "
(alejarse corriendo), que emplea cuando se le presenta un problema persa·
nal y complejo.
La filosofía de Lino es la que muchos norteamericanos utilizan hoy en
día. Y se utiliza ampliamente, ya sea porque la gente le huye a lavar los
{ Esta es mi particular )
trastos, no se decide a casarse, o bien, dude respecto de un nuevo negocio. \_ filosofía.
Ningún problema es tan grande
ni ton complicado como para no
El adulto de hoy debe de encarar grandes presiones de negocios y proble- poder huir de él.
tratar a Charlie, ya que "a los cinco años tu carácter está en la ruta Mira Linus. tú no le vas a enseñar a
ninguna de mis hermanas el sentarse
correcta de ser establecido", dice ella. por ahí abrazando una frazada.
Charlie, como muchos de los niños de cinco años actuales, ha de -
sarrollado un sinnúmero de fantasías caracterológicas, lo mismo
que algunos verdaderos problemas. Sin embargo, la falta de con-
fianza en sí mismo está bien fundamentada, ya que pierde todos los
partidos de beisbol que dirige, lo mismo que los juegos de damas en
que se enfrenta a Lucy; además, nunca ha podido volar su papalote
sin enredarlo en algún árbol, y sus amigos hacen constantes y tajan -
tes referencias respecto de él en su propia cara.
En una asediante consulta con su psiquiatra, Charlie aumentó su
deuda a $143.00. "¡Y decepcionado, continúo teniendo las mismas
faltas!", afirma Charlie cuando escucha la suma. Miles de personas
invierten millones de dólares y meses de tiempo para encontrarse a
sí mismas en el mismo predicamento que Charlie en el momento en
que el tratamiento ha terminado. Ningún cambio notable, ninguna
-~--
· ·
mejoría significativa.
Existen muchas personas como Charlie para quienes la
psiquiatría no es la solución. Como no saben con seguridad en dón-
de encajan, nunca están contentas. Tratan una cosa, después otra.
Podrán saltar de una ciudad a otra, de un trabajo a otro, de un com-
pañero a otro; es más, podrán hasta cambiar de personalidad, de-
sarrollar acentos extraños y dedicarse a tontear, en un esfuerzo por
evadir el pensar en su situación. Algunos encuentran seguridad al
depender de otros. En un grupo, por ejemplo, el sentimiento de
inestabilidad que tiende a manifestarse, en muchos de los integran-
tes de la Generación Perdida tiende a minimizarse.
En su búsqueda de una filosofía con la cual vivir, y un lugar en
donde vivir, la gente confía con frecuencia en las estrellas. En-
cuentra una cierta seguridad en los horóscopos y en las predic·
cienes astrológicas. Así, la lectura de la palma de la mano, de las
hojas de té, la numerología y las consultas con el brujo preferido,
pueden ser una visión del placer absoluto, y del sentimiento de ser
amado que experimenta Snoopy cuando encuentra una porción de
su helado favorito cerca de su plato de comida.
AA AA~-tAHAHAAA
El jyguetear, el hacer dinero o la búsqueda de la fama no siempre
proporcionan seguridad y felicidad. Hasta el propio Charlie Brown ,
que anhela una tarjeta de San Valentín, o una tarjeta de sus amigos
para asistir a una fiesta, sabe esto. Los libros de historia están reple·
tos de gente que tenía una necesidad psicológica de ser reconocida.
Algunas de estas personas encaminaron sus esfuerzos hacia el bien,
176 ¿De qué se trata, Charlie Brown? Je{{rey H. Loria 177
contribuyendo con extraordinarios logros al campo de las artes, las
ciencias y el gobierno. Pero otras personas, como Adolfo Hitler y e l
filósofo germano Nietzsche, dirigieron sus energías hacia fines
destructivos y mal encaminados. El análisis de Lucy seguramente
sería que "sus caracteres estuvieron mal establecidos"..
¿Cuál es la respuesta? ¿Cómo encuentra uno la felicidad y la se-
guridad? Los Peanuts se conocen a sí mismos bastante bien. Po r
ejemplo, Charlie explica que él es el tipo de persona de la cual la No, ¡.!radas Vio/e fa •snif * no M is prohlemas se encuentran
gente abusa. Y Lucy, quien odia el admitir algo, muestra un definit i- hay nada que puedas hacer. pn~fundamente enrai:;:.ados.
Q~
vo autoentendimiento.
Lino, por su parte, comprende su extravagancia psicológica. Está
bastante consciente acerca de su necesidad por la frazada pa ra
enfrentar las severas realidades de la vida, y está consciente ta m-
bién de que su frazada representa la seguridad interna de que care-
ce. Así, está de acuerdo con Lucy cuando ella afirma que la frazad a
es un "torniquete espiritual". Hasta ha tratado de dejarla, que es al -
go más de lo que muchas personas harían, ya que no toman un
avión porque no se han subido a uno, o no pueden dormir sin una
pastilla somnífera , ya que han tomado una cada noche durante los
últimos seis años.
Snoopy tiene sus propios hábitos pero, como Lino, está completamente
consciente de ellos. En ocasiones Snoopy se para debajo de un chorro de .\'unca falla .. . sálo soslaya t¡ue
algunos d<' sus ¡Jrohlemas e..,ún
agua para calmarse y "abrillantar" su exterior, aunque eventualmente este en ellos mismos. y se l'l/(~iarún
placentero pasatiempo se convierte en una terrible amenaza. "Me he con-
vertido en un compulsivo parado debajo del chorro de agua", afirma.
"Una vez que inicio algo, siempre me sobrepaso".
Snoopy se ha dado cuenta de lo fácil que es convertirse en un adicto a al-
go agradable como un plato de agua o un helado. Pero también sabe que
sus necesidades no son distintas de las de un alcohólico, un fumador empe- ¡Deho COfl ·
l•C•'
alguna ayuda del exterior para poder sobrellevar su "refrescante" tenta- ~-
ción. Afortunadamente, Lucy logra liberarlo.
Snoopy, Lino y todos los Peanuts necesitan una mano del exterior que ~-
.vi
Para la mayoría de las personas, la perspicacia de Lucy conlleva más re- bien ... cuándo ... no sé ...
alidad de la que es posible soportar. El hecho más importante de la
psicología de los Peanuts es que afrontan la realidad. Hasta pagan cinco
centavos por los duros, fríos y reales hechos.
Los Peanuts pueden adaptarse a vivir en nuestra sociedad, ya que acep- .
tan sus limitaciones personales, mientras que buscan continuamente auto-
entenderse y comprenderse. No se admiten a sí mismos el autoengañarse
cuando se les pregunta ¿De qué se trata?.
De repente todo
- -
pareció tan vano
f
180
181
Se tiende a considerar inmediatos los mensajes del cine, del comic y otras
formas de expresión basadas en la imagen. Inmediatos en el sentido de que
no requieren un esfuerzo de interpretación -o, más exactamente, de
descifrado- como un mensaje escrito, que para ser entendido exige un
aprendizaje previo que permite la conversión de signos convencionales en
palabras para lograr la comunicación.
Desde luego, las imágenes son, en general, más inmediatas que los tex·
tos, pero sería un error pensar que sólo es necesario aprender a leer el len-
guaje escrito y que el icónico vierte de forma directa su contenido en el ob-
servador. Incluso, sería apresurado afirmar que aprender a leer imágenes
es más fácil que aprender a leer textos. De hecho, el niño (el que tiene oca-
NO TUVE NINGUNA
sión de hacerlo, se entiende) se alfabetiza en poco tiempo, mientras que el DIFIC ULTAD PARA ATARLO
SABIA MUY BIEN QUE NI EL
aprendizaje de la lectura de imágenes es un proceso continuo que debe SONIDO DE LA ASPIRADORA
PODRIA LLEGAR
adaptarse a códigos distintos y en constante evolución. Lo que ocurre es
A TOB I.
que se trata, en gran medida, de un aprendizaje inconsciente, por lo que
tendemos a considerar inmediatos a los mensajes icónicos que en realidad
exigen un sofisticado proceso de decodificación basado en el conocimiento
previo de unas claves de interpretación a menudo complejas.
En el comic, aparte de tener que leer los textos de los "bocadillos", lo
que hace obvio de entrada el carácter no inmediato del mensaje, también
la imagen requiere un proceso de interpretación basado en convencionalis-
mos que hay que conocer. Y no me refiero sólo a los convencionalismos re·
COMPADEZCO A ESE
lativos, a la forma de estructurar las imágenes o a los que determinan la re· MAGO POR TENER
QUE VIVIR COMO
)ación imagen-texto, sino también -lo que es menos evidente- a la lectu- SAPO AL HABERSE
TRANSFORMADO EN
ra.de la imagen misma. UNO DE ELLOS.
tando, etc.
•
Pero lo cierto es que en el comic, así como en otras formas de expresión
gráfica, se utilizan técnicas de esquematización que sólo son viables en fun-
ción de un determinado contexto cultural, del que inconscientemente to-
mamos las claves de lectura que nos permiten convertir mentalmente un
conjunto de trazos elementales en, por ejemplo, un rostro humano lleno de
expresión significativa.
2
\_
3 '-' '
~ 5
A 6
Análisis de Lavinia 20 16
Román Gubern
Román Gubern .\ 189
188 Análisis de Lavinia 20 16
mporánea de la escuela de Barcelona en cine.
Lavinia 2016 ocupa un lugar muy singular en nuestra historia del
Para articular su fantasía de un modo tolerable tanto para la censu·
comic y difícilmente puede ser entendido desconociendo el pecu·
r oficial como para la dimanante de las élites catalinistas, Enrie Sió
liar contexto histórico-cultural en el que Enrie Sió generó su serie. staba obligado a recurrir a un severo expediente distanciador, que,
Iniciada a finales de 1976 y concluida en 1968, Lavinia 2016 apa re·
de hecho, se plasmó en tres recursos distintos, pero complementa·
ció en un momento en que el despegue público de la cultura catala·
rlos:
na a través de u_nos restringidos canales de difusión (editoriales, re·
1) Inscribiendo la serie en la categoría de política/ficción, como
vistas, Nova Caneó, etc.), y a partir de la primera "apertura" expresl·
utopía irrealista ubicada, a la vez, en el pasado ("Lavinia") y en el fu-
va de Fraga lribarne ( 1962), había llegado a una situación lo sufi ·
turo (año 2016), pero con personajes del presente , utilizando unos
cientemente nutrida y pluralista en el plano ideológico como pa ra
parámetros que ubicaban a su relato en un mundo "disparatado".
admitir las ironías y las referencias más o menos irreverentes a sus
2) Reforzando la condición "disparatada" antedicha mediante el
productos y a sus figuras más señeras. Desde el deshielo de 1962
grafismo caricaturesco, muy especialmente en la articulación de las
-año que se convertirá en nombre de una editorial catalana pione·
fisonomías de los grandes protagonistas de la cultura catalana
ra y de gran prestigio- a 1967, la perspectiva alcanzada sobre la
(M_aría Aurelia Campmany, Joaquim Molas, Castellet, Triadú, Sal-
cultura y la historia política catalanas era suficiente como para que
vador Espriú, Pedrolo, etc.). Al señalar un expediente similar en la
su ala izquierda pudiera avanzar en sus primeras formulaciones
e ntonces reciente serie francesa Les aventures de Jodelle (1966),
autocríticas, como lo fue el resonante y polémico estudio de Jordi
otro relato de política/ficción que Sió tuvo presente.
Solé-Tura Catalanisme i revolució burguesa, aparecido también en
3) Mediante el uso de unos códigos de significación que hacían del
1967. En esta línea de revisión autocrítica y postcatacumbística de
lenguaje iconográfico y de la hipoformalizada estructura narrativa
la cultura catalana, se inscribió también, aunque en un plano distin-
de Lavinia 2016 un comic muy libre y "heterodoxo", es decir, refor-
to, la serie autocrítica o autocaricaturesca de Sió, cuyos límites y
zando su condición de "disparate" en el plano de la expresión
aceptabilidad social estaban avalados por un parco de catalismo tan
lingüística (nótese, por ejemplo, la heterodoxa integración de varios
ortodoxo y poco sospechoso como la revista Oriflama, de patroci nio '
estilos y sistemas iconográficos en las últimas láminas de la serie,
eclesiástico. ·
que son las más desinhibidas).
Por todo lo antedicho, Lavinia 2016 adquirió al nacer solamente
Pero bajo el prudente camuflaje del "disparate" caricaturesco,
la singularísima condición de ser el primer comic político publicado
Lavinia 2016 se proponía nada menos que la sorprendente fábula
bajo el franquismo y desde una perspectiva opuesta a la de las cla·
de un Estado-Policía que ha prohibido el uso de la palabra a sus
ses dominantes centralistas, sino que aparecía también investido de
ciudadanos y contra el que se acaban sublevando los poetas, enca-
una condición satírica hacia la propia cultura que se reivindicaba,
bezados por Raimon, y tras ellos toda la juventud. Es cierto que el
condición que hace de Lavinia 2016 un producto tan extraordina·
potencial subversivo evidenciando por este breve resumen verbal
riamente singular. Esta actitud irónica de Sió no puede desligarse,
está amortiguado y domesticado en el comic por los tres recursos
por último, de un adulto despertar producido en la élite cultural bar·
que acabamos de enumerar. Pero pocos catalanes al leer la serie
celonesa a raíz de su fructífera confrontación con los intelectuales
podían ser insensibles al significado de la "sustracción de la pa·
italianos del Grupf>o. 62, en 1967, y la consiguiente aparición bajo
labra", sustracción histórica que se inició en Cataluña el 27 de ene-
su estímulo de la revista La Mosca (1968) -de cuyo consejo de re·
ro de 1939 con el bando militar que prohibió el uso público del cata-
dacción formó parte Sió-, símbolo elocuente de nuevas preocupa-
lán. Obligado es señalar, por otra parte, la adopción de un esquema
ciones y planteos culturales que reflejaban una evolución de los su·
represivo arrebatado por Sió al Ray Bradbury de Fahrenheit 415
puestos autárquico-heróicos en que había sido hibernada desde
(1953), novela fantacientífica que Francois Truffaut acababa de lle·
1939 la inteligentzia barcelonesa. Lavinia 2016 fue, a su modo, un
var a la pantalla (1966) y había comenzado a exhibirse en Europa
puntual testimonio de la "crisis del realismo" y de su complementa-
c uando Sió abordó su serie.
rio "entusiasmo vanguardista o iconoclasta" que caracterizó a los
La "catalanidad" de Lavinia 2016 quedó implantada en el comic,
mandarines culturales barceloneses en 1967-1968, eclosión con·
190 Análisis de Lavinia 20 16 191
al margen de sus personajes, merced a un abundante repertorio de Ir trnd ujo e n la cuarta lámina un homenaje gráfico a la pistolera
signos plásticos y verba les estereotipados y architópicos de la cul- 1 o nn l Pa rke r, arrancada del filme Bonnie and Clyde (homenaje
tura catalana: desde el edificio de la Sagrada Familia en la prime ra r 11 r do e n la entrega siguiente). Si bien la muchacha de la maxi-
viñeta de la serie, hasta los angelotes con barretina (lámina octava) 1 11 convirtió en agente represor de la insurrección popular y li-
o la irreverente versión de San Jorge sobre el dragón-cocodrilo de la que, además de reclamar el fundamental derecho a la pa-
la última lámina. 1 br , os te nta un emblema pacifista, exhibe Ia efigie del comandan-
Y en el plano verbal, desde "La pell de brau", de Salvador Espri ú, JU va ra y proclama su repudio de la puritana maxifalda (lámina
sobre el pecho de María Aurelia en la tercera viñeta, a "La vaca ce- , 11 rta ). E l tono libertario de las propuestas populares (que habría
ga", poema de Joan Maragall, en la décima viñeta, pasando por e l r ull do intolerable en una narración "seria") encuentra su lógica
cerebro del poeta catalán expuesta en la tercera lámina. Más sign ifi- c eH) lusión en la esperanza paidocrática del desenlace, con el collage
cativas resultaron , en su momento, las referencias de Sió a s i- d lmpatía ácrata que expresa el final feliz de la " revolución ju-
tuaciones recientes y conflictivas de la vida pública catalana, como v nll ". E l año 1968 fue, no se olvide. e l año del eufórico mayo fran-
el episodio de Joan Manuel Serrat y la Eurovisión (tercera lámina), , q ue sacudió al mundo occidental.
la tumba dedicada al "multado desconocido" (sexta lámina) o la re- n 1968, que fue un año crucial en la reorientación de ciertos in-
ferencia a la atomización de los grupos de oposición política en Ca- r ses para la cultura catalana, Lavinia 2016 apareció como una
taluña (octava lámina). Con esta abigarrada y jocosa concentración n1u stra modélica del comentario político de la realidad a través del
de s ignos típicos y tópicos de la "catalanidad", que operan como mic, un medio de expresión que, a lo largo de treinta años de
guiño malicioso y cómplice al lector, Sió consiguió el nivel paród i· Ir nquismo, había permanecido confinado en el ghetto aséptico del
co que hacía de Lavinia 2016 una serie-tolerable para la censura ofi- " ntretenimiento" (aunque a veces hubiera conseguido rebasar los
cial (amortiguando con 'su disparatado nonsense los elementos de limites impuestos por e l corsé oficial). El nonsense y la parodia des-
denuncia política), a la vez que simultáneamente podía herir a algu- bellada ofrecían una cobertura suficiente para referirse a un
nos estamentos conservadores catalanes, por su irrespetuosidad e n tado-Policía estructurado en base a un Partido Unico (lámina sép-
la manipulación de "nuestras cosas" más serias. tima), a una oposición clandestina (lámina primera y octava, en es-
No obstante, la "catalanidad" de Lavinia 2016 no funcionó sólo a l p cial) y a una insurrección articulada con slogans tales como "las
niv.el relativamente superficial que acabamos de describir. Más sut il pa labras son el signo visible de nuestra libertad" y "queremos decir
me parece, y congruente con la ética de la serie, el haber elegido a lo que sentimos". Pero como valiosa y necesaria contrapartida, La-
M·anuel de Pedro! o como personaje activo, como outsider fugitivo y v/nía 2016 ofrecía también una mirada desenfadada y satírica hacia
buscador de la salvación colectiva. Tal elección viene obviamente la realidad político-cultural catalana del momento, capaz de ofen-
determinada, en primer lugar, por la condición de Pedrolo como de r a algunos "espíritus sensibles" de la derecha catalana (en la ter-
autor de novelas policiales, lo que hacía de él un idóneo "detective" e ra lámina, Sió se autocondena por su atrevida irreverencia). Lavi-
(octava viñeta). Pero parece muy significativo haber otorgado este nia 2016 abrió, en 1968, un nuevo camino al comic político durante
carácter protagónico a Pedrolo en un momento (inicios de 1968) e n 1 franquismo, cuyos frutos sólo comenzarían a recogerse
que la novela policiaca era un género social y culturalmente desva- tím idamente cinco años más tarde, con el boom del humor político
lorizado (subcultura de masas) como propuesta cultural reivindica- n a lgunas revistas españolas.
tiva por parte de Sió y cuya discriminación es explicitada a l final de
la séptima lámina: recordemos que en el número quinto de La Mos-
ca (1968) aparecía publicado el excelente texto de S.M. Eisenste in
"El género policiaco" y en el mismo año publicaba Editorial Lum en
Apocalípticos e integrados ante la cultura de masas, de Eco. Dos con-
vergencias oportunas y preñadas de significado iconoclasta y de in-
te nción cultural antiaristocrática. De un modelo congruente, S ió
= =·- •
~: -- -- ' A
192 193
LOS AUTORES
194 195
INDICE
198
Pág in a
Introducción 7
Prólogo
Paco Ignacio Taibo 11 8
APRECIACIONES TEORICAS
Y todo el mundo dijo ¡Gulp!
Carlos Monsiváis 13
Ideología e historieta
Orlando Ortiz 29
El Comic
Luigi Grecchi 39
Semiología del comic
David Al{ie 47
Para leer al Pato Donald
Armand Mattelart y Ariel Dor{man 59
El comix-arte
Zalathiel Vargas 69
Las relaciones extramaritales entre el comic y el kitsch
Luis Arrieta Erdozáin 75
Antecedentes del comic underground
Mark James Es tren 95
APRECIACIONES PRACTICAS
Una lectura a Flash Gordon
Román Gubern 113
Semiótica de Los Supermachos y Los Agachados de Rius
Leobardo Cornejo 121
El mito de Rarotonga
Rafael C. Reséndiz 129
La proxémica en Mafalda y Peanuts
Marina Escobar, Rebeca Orozco y Marta Watts 145
Asterix Supergalo
Phillipe Bac 165
¿De qué se trata, Charlie Brown?
Jeffrey H. Loria 171
Semiótica de la Pequeña Lulú
Cario Frabetti 181
Anáiisis de Lavinia 2016
Román Gubern 187
LOS AUTORES 193
INDÍCE 197