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Rogelio Estrada García :: José Luis García Martín :: José Galán Arias
Tomás Emilio Díaz González :: Consuelo Vallina
X-XI CICLOS
DE CONFERENCIAS
DE LA SOF
2.ª época, 2012-2013
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tomó el agua de esta laguna para el pa- traerla encañada desde los manantiales
lacio que acababa de levantar al arrimo de El Campo del Moro en La Granda
de la iglesia del Salvador, porque, ade- del Anillo, en Los Arenales, que estuvie-
más de manar a nivel inadecuado para ron en servicio hasta finales del siglo xix.
su canalización, sus aguas, estancadas la Está muy documentado, recogido
mayor parte del año, estaban degrada- en los fondos del Archivo Municipal
das en exceso. El rey (que merece que le de Oviedo, que, durante muchos años,
demos el título de Mejor Alcalde Que El Fontán, «fuera de murallas», fue
Jamás Haya Tenido Oviedo), tuvo que una zona inhóspita por la fetidez que
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La laguna
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dios económicos, aunque también, por en mayo de 1801, por el Tercer Batallón
la oposición que hacían algunas órdenes del Regimiento de Infantería Asturias,
regulares locales. como cuartel. Operación en la que
Por la misma carencia de dinero intervino el conde de Agüera, quien,
para ejecutar las reformas de adaptación dando su palabra honor, garantizó
para seminario, quedó sin uso demasia- al obispo que la ocupación solo sería
do tiempo, lo que originó que aparecie- temporal. La historia nos explica que
sen síntomas de incipiente ruina en el no fue así, sino que, por el contrario,
edificio; aunque no fue esto lo peor, ya la apropiación continuó muchos años
que, ante la apremiante necesidad que más, hasta el punto de que sería bauti-
tenía el ejército de un cuartel para la zado de manera popular como «Cuartel
guarnición de Oviedo, el viejo colegio de la Compañía», guardando solo el re-
de la Compañía de Jesús fue ocupado, cuerdo de los jesuitas expulsos. Nunca
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más volvió a poder del obispo; años labrada, procedentes del derribo, lo
después, el viejo edificio pasó, sin más, que dio motivo a la natural protesta,
a depender de la Hacienda pública, y con la consiguiente suspensión tem-
cuando terminó la función cuartelera, poral de la demolición. Derribo, tam-
por desidia, entró en estado de ruina. bién, que, como otros muchos que se
A partir de 1853, el Ayuntamiento comenzaron a ejecutar en toda España,
estudia y proyecta construir una plaza fue origen del grave problema destruc-
en el solar que podría resultar del derri- tivo iniciado por el movimiento revo-
bo del colegio, petición que repite en lucionario, que afectaba en gran parte a
1860, en este caso de manera directa al valiosos edificios históricos procedentes
Ministerio de la Guerra. Un año des- de la desamortización. Fue la Primera
pués, Prim, en su calidad de ministro República quien tuvo que poner freno
de la Guerra, visita Oviedo. El Ayun- al desastre, al dictar leyes de protec-
tamiento le agasaja con generosidad, ción, prohibiendo a los ayuntamien-
hace fuegos artificiales en su honor, tos efectuar más demoliciones sin la
le da banquetes, hasta le proporciona debida autorización superior. Normas
una cariñosa serenata… y le pide el co- que llegaban a castigar a los alcaldes y
legió de San Matías para derribarlo y concejales que tal hiciesen, obligándo-
construir la plaza de abastos en el solar les incluso a efectuar la reedificación de
resultante. Lo de los fuegos artificiales, lo derribado, cargándoles, además, con
banquetes y serenata le parece bien al todos los gastos.
de Reus, pero lo de dar este edificio a Un año después quedaría el solar
Oviedo, ni por asomo. despejado, aunque habría que esperar
Hay que esperar a la Revolución hasta 1879 para que el Estado, que lo
de septiembre de 1868, la «Gloriosa», había valorado en 10.972 pesetas, lo ven-
para que la Junta revolucionaria esta- diese al Ayuntamiento de Oviedo para
blecida en Oviedo, extralimitándose construir el entonces moderno merca-
en sus funciones, autorice el derribo do (construido con empleo profuso de
del viejo colegio de San Matías, reser- hierro y cristal), que fue titulado «19 de
vándose Hacienda los materiales apro- Octubre», para conmemorar la defensa
vechables. Demolición que fue ejecu- hecha en 1836, en Oviedo, del trono de
tada por el Ayuntamiento, delegando la niña Isabel II, hija de Fernando VII,
en un concejal la dirección de la obra. frente a las apetencias absolutistas de su
En aquel tiempo, tan lejano a nuestros tío Carlos María Isidro.
días, ya se produjo la sospecha de la Volviendo a la llegada de los jesui-
desviación a particulares de unos carros tas a El Fontán, a finales del siglo xvi,
cargados de valiosos sillares de piedra cuando se había generado cierta ilusión
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al creer que sería un estímulo para me- que enlazaba la calle del Fierro con la
jorar el urbanismo de la zona y lograr del Rosal (ahora, casi de manera testi-
la eliminación de la charca, lo cierto fue monial, solo queda, con el nombre de
que esta suposición solo se cumplió en Cónsul, la parte del viejo camino que
cuanto al urbanismo, al eliminar nume- sirve de acceso a la plaza del 19 de Oc-
rosas edificaciones, de vieja y humilde tubre desde la calle del Rosal).
traza, del primitivo caserío para liberar El Consistorio, tras cerrar el paso
los solares sobre los que se construyó el de la secular calleja, entregó el suelo a
colegio y templo de San Matías; tam- los jesuitas para que pudiesen arrimar
bién se abrió, de nueva traza, la calle de al templo el edificio del colegio, lo que
Jesús, para aislar el templo por su cos- les facilitaba a los colegiales el acceso
tado norte del resto de las fincas (la rin- directo al coro de la iglesia sin salir del
conada que hay en la calle del Peso, en recinto (aún hoy puede verse desde la
la acera de los números impares, donde calle del Fierro la puerta tapiada por
terminaba la Casa del Concejo y estu- donde entraban al templo).
vo muchos años El Peso de la Harina, Pero, si bien el urbanismo de la
es un vestigio del desaparecido camino zona se vio mejorado al construirse el
servidero de estos prados). Pero acaso colegio y templo de San Matías, otra
haya sido más trascendente para Ovie- cosa muy distinta fue lo que sucedió
do el ensanche por la parte de ponien- con el asunto de la eliminación de las
te, que se logró en la llamada entonces pútridas aguas y el cegado de la laguna;
Plaza Pública, cuando el Ayuntamiento antes bien, produjo el empeoramiento
aún estaba al comienzo de la calle del de la insalubridad de la zona, porque
Carpio (las casas consistoriales actuales los nuevos residentes del colegio ge-
se construirían a partir de 1622). neraron mayor cantidad de aguas re-
La ampliación de la plaza se consi- siduales, que evacuaban al arroyo que
guió gracias a una permuta de terreno surgía de la laguna. El conducto, que
entre los jesuitas y el Ayuntamiento. La discurría a cielo abierto, con poca agua
Orden de San Ignacio tenía que com- pero densa en excrementos, despedía
prar la casa-mesón, propia de Andrés malos olores que se añadían a los pro-
de Prada, para construir la iglesia, cuya pios de la putrefacta agua de la charca.
fachada se emplazaría retirada 45 pies Y aún tendría que empeorar, cuando
(12,63 metros), que cedían para am- en el siglo xvii, antes del desecado de
pliar la plaza pública. En realidad, la la laguna, los jesuitas consiguieron que
operación era una permuta de terrenos,
en la que se intercambiaban los 45 pies Fachada sur del templo, con la puerta tapiada
de la plaza por el terreno de la travesía de acceso del colegio al coro
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de que el que incumpliese la orden sería el título de «Cabeza del Principado, con
«preso y castigado». el que se presentaban los documentos
Ni qué decir tiene que esta orden oficiales del municipio de Oviedo.
de 1612 sería poco menos que papel Cierto es que el cargo no le permitía
mojado, desobedecida porque las «tie- algunas de las atribuciones que asumía,
rras» extraídas de los muladares, en ya que su función se circunscribía a pre-
general, gallineros y pocilgas adosados sidir las sesiones extraordinarias, don-
a las casas, eran un valioso abono, ne- de solo tenía voz, pero no voto ni, por
cesario para las huertas que se cultiva- supuesto, podía tomar decisiones de la
ban, incluso en el interior de la ciudad envergadura de lo que se propuso hacer
amurallada. en la laguna. Por el poder político que
La falta de interés municipal por El tenía, como representante del monarca,
Fontán en aquel principio del siglo xvii de ser una especie de virrey en Asturias,
resultaba evidente, si se tiene en cuenta era frecuente que se entrometiese en los
que hay que esperar a 1648 para que se asuntos locales, lo que fue, y seguirá
anuncie algo que tampoco se va a cum- siendo durante muchos años, motivo
plir: que se va a arreglar el primitivo de protesta ante el monarca, en especial
«caño» y el lavadero habilitados junto a partir del siglo xviii, cuando comen-
al prado de las monjas de La Vega. Lo zaron a gobernar los regentes, sucesores
curioso es que, transcurridos otros dos en cierta forma en el mismo cargo. En-
años, cuando vuelven a tratar el mismo tonces la intrusión fue mayor, hasta el
asunto en la junta municipal, toman la punto que el Ayuntamiento tuvo que
desalentadora decisión de dejarlo para acudir a veces al rey, en demanda de
más adelante: «Acordaron que el adere- amparo.
zo de la fuente del fontán… quede para Hubo ocasiones en que intromisio-
otro año». Este año, en principio, era nes como la de Lorenzo Santos de San
1655, pero no fue hasta el 25 de octubre Pedro resultaron beneficiosas para la
de 1657, y eso gracias al impulso que ciudad. El corregidor tuvo la suerte de
realizó el nuevo corregidor togado, Lo- tener una estrecha relación con el inte-
renzo Santos de San Pedro, tras la toma ligente arquitecto Melchor de Velasco,
de posesión del cargo. al que había contratado para fabricar la
Don Lorenzo resultó ser un gestor nueva vivienda (la popular «Casa de los
de buenas ideas, emprendedor y dis- Gobernadores», de la calle de Cimade-
puesto a eliminar la lacra que represen- villa), que sería después muchos años
taba el fangal de la laguna de El Fontán. vivienda del alto dignatario de Asturias,
Lo hacía en su calidad de alcalde mayor obra pagada por el Ayuntamiento, por-
del Ayuntamiento, que entonces tenía que una de las obligaciones que tenía la
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ciudad de Oviedo era la de proporcio- hacia el oeste; fue una falsa alarma, por-
narle casa-habitación, de la que el dig- que, aunque se halló un pequeño vene-
natario estaba obligado a pagar la renta, ro (el manantial que hacía el número
lo que satisfacía con puntualidad, pero tres), el aporte de agua más importante
no de su bolsillo, sino de la Caja de Pe- volvió a marcar otra vez origen sur. El
nas de Cámara. túnel fue suspendido a los 12 metros de
Desconocemos las razones que im- perforación porque el afloramiento de
pulsaron a don Lorenzo a complicarse mayor caudal que perseguían mantenía
la vida con la desecación de la laguna, tan leve pendiente que apenas si se ga-
aunque muy bien pudo haber sido naba altura.
para beneficiar a la ciudad que le aco- Hoy el viejo cañu, sin utilidad
gía; pero también cabe pensar que fue- práctica, es un testimonio que nos re-
se para librar la vivienda de los malos cuerda la forma de vida del Oviedo de
olores de la charca, que pudieran ha- hace siglos, cuando las fuentes y ma-
cer incómoda la estancia en su señorial nantiales eran la única manera que te-
mansión. nía el vecindario de aprovisionarse de
El proyecto de Melchor de Velas- agua. Pero, lo que es casi desconocido
co para modificar la fuente y desecar es el túnel, que si se pudiera visitar,
la laguna contenía siete condiciones proporcionaría una deliciosa sorpresa.
de ejecución, de las que las seis prime- Lo impide el acceso, que solo puede
ras trataban del traslado del cañu para hacerse entrando por un estrecho orifi-
construirlo de nueva planta, con el gri- cio (mejor diríamos «una gatera», aho-
fo a mayor altura, para facilitar la toma ra tapada con cemento), deslizándose
de agua con las ferradas. Pero, después de cabeza hasta que las manos llegan
de excavar unos treinta metros a cielo al suelo. Una vez dentro, tras recobrar
abierto, al llegar al límite del terreno la verticalidad, resulta sorprendente
propiedad de la ciudad, lugar donde se encontrarse con un estrecho túnel de
podía levantar el nuevo (y actual) cañu, dos metros de altura que, al recorrerlo,
solo se había conseguido un aumen- permite ver el alumbramiento de los
to de cota muy pequeño, con lo que cuatro manantiales, con sus areneros de
el chorro seguía alumbrando incómo- decantación, los canales que recogen el
damente demasiado bajo. Intentaron agua para conducirla al caño de salida,
ganar altura buscando el manantial donde, cuando la temporada de lluvias
principal, practicando un túnel que se- era excesiva y superaba la capacidad de
guía la falla de la roca. A los seis metros salida por el caño, un aliviadero con-
encontraron dos pequeños manantiales, ducía las sobrantes por un encañado
al tiempo que el caudal mayor giraba supletorio. También hay un sorpren-
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Situación del nuevo cañu con los pequeños manantiales que quedaban alimentando la laguna
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Plano original con el trazado de las vías de drenaje. Archivo Histórico Provincial
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dente prisma pétreo que, mostrando En julio de 1658, una vez termi-
la capacidad de trabajar por presión, nado el trasladado del cañu al nuevo
sostiene la carga de esquina del palacio, emplazamiento y retirados de la charca
edificado en 1723, 66 años después de los aportes de agua de algunos peque-
abrirse el túnel. ños manantiales (que se incorporaron
El entorno del cañu de El Fontán, al principal del cañu), se pudo com-
a consecuencia de una recuperación probar que la laguna mantenía casi
tristemente maltratada, es ahora, más constante el nivel, fluctuando algo en
que nada, un pozo, porque la servi- función del aporte de la de lluvia. Fue
dumbre de paso que estableció en su cuando se acometió la séptima con-
día el arquitecto Miguel de la Guardia dición del proyecto de desecado de
(que informó y después proyectó la co- la laguna y pavimentación de toda la
chera del marqués de San Feliz) redujo plaza, elaborado un año antes por el
el más amplio espacio primitivo, que arquitecto Melchor de Velasco, para
tenía unos bancos de piedra adosados a conseguir la vieja pretensión de me-
diados del siglo xvi, de convertirla en
el muro de contención, convertido en
la plaza «cuadrada á regla y cordel, y se
mentidero popular por las mujeres que
den sitios al rededor de ella donde se
esperaban turno para cargar de agua sus
edifiquen casas».
ferradas.
La tarea comprendía rellenar su
Ahora, en las visitas guiadas que
hondura con «piedra y cascajo», aun-
recorren Oviedo, en la visita al cañu no
que fuese «piedra crecida», lo que hace
explican que, tras el pequeño monu- suponer que sería de cantera. Seguiría el
mento de piedra, hay un túnel, también empedrado «en todo lo demás sitio de
cargado de historia, cuyo acceso resulta la dicha plazuela, desde la esquina de la
prácticamente imposible por la difi- casa del Colegio de la Compañía y la
cultad de la entrada. Abrir una puerta calzada que va a la fuente hacia el Ro-
rasgando el ventanuco tapiado parece sal», lo que estaba previsto hacer levan-
una solución aberrante, porque el his- tando la cota del pavimento, añadien-
tórico monumento no se debe alterar do broza y tierra. Luego, se colocará un
en absoluto. Pero, con algo de imagi- empedrado bien hecho, al canto, con
nación y con los medios audiovisuales cintas y cadenas que se concebían en
modernos, podría disponerse de una el proyecto con una separación de seis
grabación del interior para mostrarla a en seis pies (1,55 m) «para conseguir el
los visitantes que recorren Oviedo. Que adecuado discurrir del agua, de manera
los responsables municipales del asunto (que) viertan al desagüe del caño prin-
tomen nota. cipal de la plaza», todo ello para dejar
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la plaza «enjuta y más limpia», aunque, manera, la buena obra impulsada por
al ejecutar la obra, a las cintas y cade- don Lorenzo Santos de San Pedro, que
nas de piedra se les daría una separación creó la hermosa plazuela tras la dese-
mucho mayor, de nueve metros, con el cación de la pestilente laguna, sería
fin de facilitar un mayor desahogo al destrozada algunos años más tarde por
discurrir de las aguas de lluvia, embo- el regente don Carlos Simón Pontero
cándolas de manera directa a los imbor- (1791-1795), al construir una plaza por-
nales del desagüe del caño principal que ticada donde no cabía, diseñada por el
discurría por el lindero de los prados de arquitecto Pruneda, acaso el funciona-
los jesuitas (ahora fachadas del palacio rio más incapaz que tuvo Oviedo a lo
del Duque del Parque y biblioteca pú- largo de su historia.
blica).
El Fontán entonces era el confín
entre lo urbano y lo rural, ya que aun- Las primeras construcciones:
que por el este estaba el caserío de la las casas de Leyguarda y Pontigo
calle Magdalena (en la que la trasera de
las calles daba a la calle del Fierro) y al Una vez eliminada la laguna, el pri-
norte el colegio de los jesuitas, el resto mer desarrollo urbano de la zona que
del perímetro estaba compuesto por resultó tras la desecación se produjo por
prados: al sur, el que habían compra- la iniciativa privada, acaso de manera
do los jesuitas a las monjas benedicti- un tanto especulativa, llevada a efecto
nas del monasterio de Santa María de por una especie de sociedad formada
la Vega (ahora palacio del Duque del por dos matrimonios: Pedro Suárez
Parque y biblioteca pública) y por el Leyguarda, casado con Magdalena Váz-
oeste, con otro pastizal propiedad de la quez Hevia Inclán, y Juan de Pontigo y
cofradía de La Balesquida, ahora arco su esposa, Ana González, regidores per-
de Los Zapatos. petuos en el Ayuntamiento de Oviedo
El Fontán, que con el cegado de (oficio que habían comprado al rey, con
la laguna había perdido la razón del el derecho de incorporarlo al patrimo-
nombre, se convertía en una esperan- nio familiar como una propiedad más,
za (frustrada en parte) de ser un lugar lo que les permitía transmitirlo a sus
adecuado para celebrar los mercados hijos por herencia; de ahí que, duran-
periódicos, además de los eventos im- te siglos, el Ayuntamiento de Oviedo
portantes, como el anuncio de las bodas fuese patrimonio particular de algunas
reales, el nacimiento de los príncipes o familias importantes).
el anuncio de las victorias guerreras, y En 1664 ambos matrimonios cul-
decimos frustrada porque, de alguna minan las gestiones con los jesuitas
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para hacerse cargo de la finca (que los final hacia El Fresno (hoy plaza de la
«canónigos regulares», a su vez, habían Gesta).
adquirido a las monjas benedictinas del Lo del mesón era, además, una vie-
monasterio de Santa María de la Vega): ja necesidad de Oviedo, porque hacía
un prado con extensión capaz de pro- casi un siglo que la ciudad había per-
ducir seis carros de hierba, que se había dido el prestigioso mesón de Prada,
segregado de una finca más extensa. Lo demolido para construir sobre su solar
primero que hacen es dividir la finca el templo de San Matías y para agran-
en cuatro lotes, tomando como base los dar la plaza del Ayuntamiento. Pero la
doscientos pies de línea fronteriza con necesidad de un buen mesón fuera de
la nueva plaza; dos de los lotes, los más murallas era importante para Oviedo,
cercanos al cañu, los reservaban para porque recibía muchos peregrinos que
levantar las casas para sus viviendas venían a venerar el tesoro espiritual que
(años más tarde, derribadas estas casas, representaban las valiosas reliquias de la
se construiría en el mismo sitio el pala- Cámara Santa catedralicia. Solían llegar
cio del Duque del Parque). Por sorteo al atardecer, cansados por el mucho an-
le había correspondido a Juan de Pon- dar, casi siempre después del toque de
tigo el solar más cercano a la fuente y a oración vespertino que señalaba el cie-
Pedro Suárez Leyguarda el que limitaba rre de las puertas de la muralla, lo que
con la actual biblioteca. les imposibilitaba acceder al interior de
Aunque no existe detallada infor- la ciudad, obligándoles a buscar aloja-
mación de lo sucedido entonces, se sabe miento donde mejor podían, fuera de la
que el proyecto de los emprendedores cerca defensiva, expuestos a ser víctimas
matrimonios fue más allá de la mera de los albergueros desaprensivos.
construcción de las casas para vivienda El Ayuntamiento también tenía en
propia, ya que presentaron en el Ayun- aquel tiempo el problema del teatro.
tamiento la posibilidad de construir un Desde antaño, su arte venía represen-
edificio para mesón en los 100 pies de tándose en el patio de la casa de Diego
la segunda parte de la finca. La idea fue Miranda de Tamargo, de la calle de San
aceptada en el Consistorio, que enten- Francisco, que alquilaba la ciudad en
día beneficioso para la ciudad disponer las festividades religiosas de Navidad,
de un mesón de propiedad municipal, Corpus, o de Santa Eulalia de Mérida
además de cerrar con una línea de fa- (proclamada en 1639 Patrona de Astu-
chadas el tramo comprendido entre el rias, de la Diócesis y los concejos astu-
nuevo cañu y la actual calle de Quinta- rianos y, de manera especial, de Ovie-
na, entonces camino rural que se dirigía do, como Cabeza del Principado). En
hacia la calle del Rosal, en su recorrido 1651, cuando aún no se había iniciado la
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un ligero momento de duda, los espec- Roque. Años después, a partir de la re-
tadores estallaron en una prolongada forma de 1847, cuando se acondicionó
aclamación, que el tenor, muy emocio- como teatro, los socialistas fundaron
nado, supo agradecer desde el escena- allí su partido en Oviedo (donde Pablo
rio. Iglesias pronunció emotivos discursos).
El patio de comedias, después casa Lo que no fue obstáculo para que las
de comedias y luego teatro «a la italia- familias de la más notoria burguesía
na», fue además un lugar de encuentro
tuviesen reservados palcos, con abono
de diversas actividades en el Oviedo
para toda la temporada, para las fun-
decimonónico. En lo político fue sitio
ciones en verso o de ópera, o que la
de reuniones dispares: allí, en pública
asamblea, las tertulias patrióticas, los siempre dispuesta juventud organizara,
esperanzados revolucionarios de 1820, con el patrocinio municipal, tradicio-
se reunieron para leer y comentar los nales bailes de Navidad, de San Mateo
periódicos, y pedir con ardor que «se o de Carnaval, en los que, desplazando
quemen los ignominiosos maderos de los complejos pasos de los rigodones, se
la horca», y que se arrasasen las piedras comenzaba a valsiar, para terminar la
(picotas) de la Plaza Mayor y de San sesión con el frenético galop, en el que
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María la Lloca era capaz de agotar a lostruido el edifico previsto para mesón,
más afamados bailarines locales. casa de comedias y hospicio, la parte
La actividad del teatro puede de- prevista para acoger niños no llegó a
cirse que terminó en 1892, con la cons- terminarse. Lo explica el iv duque del
trucción del Nuevo Coliseo, como se Parque (consorte) en la oferta que envía
llamó en principio el Teatro Campoa- al Ayuntamiento, cuando intentó aforar
mor; el de El Fontán duró algún tiem- el local: «desde su construcción en 1678,
po más, pero con los altibajos que pro- nunca se utilizó, porque está sin termi-
ducía el gobernador, que lo clausuraba nar». Y sin uso continuó en lo sucesivo,
por su mal estado, aunque permitía pese a la evidente necesidad de dispo-
usarlo, bajo presión pública, para volver
ner de un lugar adecuado para criar los
a cerrarlo poco después, por su evidenteniños expósitos de Oviedo, desoyendo
peligro de ruina. las llamadas de apremio para hacerlo,
En 1901 ya se piensa en destinar como la que contenía la carta que re-
parte del solar del viejo teatro para casa
cibe el Ayuntamiento en 1694, urgien-
de socorro y parque de bomberos, al do la construcción de uno para «niños
que, en 1927, con motivo de una pro- huérfanos y pobres baldados».
funda remodelación del Servicio de In- Hubo que esperar al año 1751 para
cendios, se le dotó de una curiosa torreque el regente don Isidoro Gil de Jaz
para el secado de las mangueras. iniciase la fábrica del que sería el hos-
picio de toda Asturias (actual hotel de
La Reconquista). Por cierto, en la Real
El hospicio Cédula se pedía también que la ciudad
construyese un cementerio municipal,
A mediados del siglo xvii, cuando
lo que tardaría bastantes más años en
se inició la construcción del mesón,
conseguirse.
casa de comedias y hospicio municipal,
los niños abandonados eran entregados
a matronas, generalmente miembros El arco de Los Zapatos
de familias campesinas asentadas en los
alrededores de la ciudad, para criarlos La siguiente construcción (casi si-
en sus casas, percibiendo por ello una multánea a la construcción del patio de
cantidad de dinero que aportaban las comedias, mesón y hospicio) de la línea
arcas municipales. perimetral de la nueva plaza fue pro-
Hay poca información sobre este movida por el activo ovetense Andrés
primer intento de tener un hospicio de la Vega, que pide permiso municipal
en Oviedo; se sabe que, una vez cons- en 1660 para construir cinco casas (las
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del arco de Los Zapatos), a poniente con el fin de evitar el duro esfuerzo
de la plaza, en la «huerta de la bales- de los costaleros, que en la tradicional
quida» que había aforado a la benéfica procesión a la capilla de Santa Ana de
cofradía. Era una inversión con mucho Mexide, de Vega, tenían que portar la
sentido, que se adelantaba por poco imagen a hombros por los caminos en-
tiempo a la pretensión de otros pro- fangados por las lluvias de invierno y
motores, tal como podría considerarse primavera.
a los regidores perpetuos Pedro Suárez El gran amor por su esposa movió
Leyguarda y Juan de Pontigo, que ha- a Juan Rojo a fundar capellanía, que
bían aforado el prado de los jesuitas dotó y que colocó bajo la advocación
para levantar casas en el lado sur (ahora de Santa Susana, en honor de su esti-
ocupadas por el palacio del Duque del mada mujer. Pero quiso la fatalidad que
Parque y la biblioteca pública). al hacer la traza de la actual de Santa
El proyecto para las casas del arco Susana, en 1857, esta discurriese preci-
de Los Zapatos, ideado por Marcos de samente por donde estaba la ermita, lo
Velasco, el mismo técnico que había que determinó su obligado traslado a
trasladado el cañu, desecado la laguna la esquina de las calles de Santa Susana
y pavimentado toda la superficie, cui- y Pérez de la Sala. Pasados 90 años, en
daba el orden urbano, marcando que 1947, esta pequeña capilla también fue
la última de ellas, la que fronteaba con demolida y su solar aprovechado para
«el prado del Colegio de la Compañía», construir parte del edificio actual que
debería dejar una separación de «siete hace esquina a las calles de Santa Susa-
pies y medio de tercia (2,09 m), para na y Pérez de la Sala.
que con otros tantos que se espera dará Cuando se autorizó la construcción
el dicho Colegio se haga una Calle (la del arco de Los Zapatos tenía mucho
actual calle de Quintana) que vaya del sentido dejar dos metros libres a cada
dicho Fontán hacia Santa Susana». lado de la vieja senda que llevaba a la
Hay que aclarar que la capilla de capilla (así se completaban los cuatro
Santa Susana estaba entonces en lo metros que tenían de ancho las calles de
alto de la calle del Rosal, justo donde la ciudad); también se eliminó la «salta-
comenzaba el camino de El Fresno. dera» que impedía la salida de los cer-
El eremitorio había sido construido dos que hocicaban en libertad por todo
hacia 1616, por la caridad cristiana de El Fontán, o entrar las vacas que pasta-
Juan Rojo, para abrigo de la imagen de ban en los prados inmediatos. El viejo
Nuestra Señora de la Esperanza, que, camino perdió entonces la condición de
hasta entonces, solía dejarse a la intem- senda para convertirse en la travesía del
perie, al pie de un crucero de piedra, Teatro, por la lógica condición de tener
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ción á limpiarlo á su costa los dueños table éxito, lo que le facilitó, siempre al
de ellas, y si no lo hicieren todas las ve- servicio de la Corona, una importante
ces que sea necesario se pueda hacer á progresión: consultor del Reino de Si-
su costa de los dueños de dichas casas». cilia (1649), regente del Consejo Cola-
Leídas las condiciones de la escritura, teral de Nápoles (1652), miembro del
queda la duda de si habrán prescrito Consejo de Italia (1653) y, ya en España,
o, por el contrario, debe exigírseles el en el Consejo de Castilla (1664).
cumplimiento. Pero, aun siendo importante esta
El gobernador, como alcalde ma- excelente progresión de funcionario
yor de Oviedo, que es quien aprueba alto ejecutivo, lo que le abrió las puer-
la obra, agrega que tienen que pagar la tas de los principales salones de la aris-
redacción del proyecto por mitades al tocracia napolitana, mayor parece haber
arquitecto Marcos de Velasco, una por sido la fortuna que le proporcionó su
el maestro constructor que ha de hacer vida matrimonial, ya que se casó en
la obra y la otra por los dueños de di- primeras nupcias con Teodora Carrillo
chas casas. de Albornoz (marquesa de Torralba),
hermosa señora entrada en años, quien
profesó al asturiano un profundo amor.
El palacio del Duque Fallecida en el parto de su única hija
del Parque Josefa (que se casaría con el marqués de
Valdecarzana y vizconde del Infanzado,
El palacio del Duque del Parque formando línea sucesoria separada de
tiene su origen en el deseo de don Be- la de su padre), dejó a Benito Trelles, la
nito Trelles Coaña y Villamil de fijar hija, una considerable fortuna y el títu-
su residencia en Oviedo, en un Fontán lo de marqués de Torralba (consorte),
recién pavimentado, tras la desecación que usó toda su vida.
de la laguna. Don Benito volvió a contraer ma-
Don Benito había nacido en 1613, trimonio en segundas nupcias con Isa-
en Boal, hijo de labradores adinerados bel Agliatta Lanza (ii duquesa del Par-
que, como la mayoría de los asturianos, que), perteneciente también a una de
poseían la calidad de hidalguía. Pudo las familias más pudientes de Nápoles,
estudiar en Salamanca, en el Colegio con la que tuvo un hijo único, Gonzalo
San Salvador de Oviedo, donde termi- Trelles Agliata (iii duque del Parque).
nó sus estudios en 1643 como alumno A lo largo de lo que le quedó de vida,
aventajado, consiguiendo de inmediato Benito fue acrecentando su fortuna, ne-
la plaza de Oidor de Santa Clara (Ná- gociando con habilidad la práctica de
poles), donde ejerció el cargo con no- prestar dinero, no solo a particulares
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sino también a entidades municipales o padre, fue adquirir la vieja casa alquilada
provinciales, primero en Italia, después a los herederos de Pontigo, condonando
en Madrid y por fin en Oviedo, donde, el préstamo del censo de 32.376 reales
tras fundar mayorazgo, van a discurrir otorgado años antes. Será el primer paso
los últimos años de su vida, hasta 1682, firme para levantar el palacio, que aún
en que fallece. tardará bastantes años y pasarán varias
Puede deducirse que a don Benito generaciones de herederos antes de que
debió de gustarle El Fontán de manera se haga realidad el pensamiento de don
especial, porque en este sitio fija su resi- Benito Gonzalo Trelles. Gonzalo, que
dencia, tras arrendar la casa construida entretanto se casa con su prima carnal
por Juan de Pontigo (al que, junto con Luisa Antonia de Valdés (hija de un her-
Pedro Suárez Leyguarda, había hecho mano del propio don Benito) de cuyo
un préstamo para la compra del prado matrimonio nace doña Isabel María
de los jesuitas y para ejecutar la cons- (iv duquesa del Parque), primogénita
trucción de dos casas, primeras que y heredera en 1707 de cuantiosos bie-
tuvo aquel lugar). Su amor parece que nes a la muerte de su padre, que por ser
fue inculcado a sus descendientes, que menor de edad para asumir la posesión
convirtieron casi en obligación vivir en del patrimonio, queda bajo la tutoría
esta parte de Oviedo. de su madre hasta la edad de 14 años.
A la muerte de don Benito, en Isabel María contrae matrimonio, en
1682, su hijo Gonzalo Trelles Agliata 1710, con Francisco Antonio de Cañas
(iii duque del Parque) hereda los títu- Acuña, Silba y Guzmán, que, además de
los y propiedades, incluido el mayo- caballero de la Orden de Santiago, lle-
razgo, que don Benito mantenía en su gará a ser gentil-hombre de Cámara de
poder, ya que la otra hija, Josefa, había Su Majestad y notario mayor del Reino
recibido los bienes correspondientes a de León, tal como, según el estilo de la
la herencia de la primera esposa. En lo época, encabezará los documentos, en
sucesivo, los descendientes de su segun- los que, además de la extensa relación
do matrimonio, por derecho directo y de su sonoro apellido, añade los títulos
los políticos por afinidad, utilizarán con de marqués de Vallecerrato, duque del
preferencia el título de duque del Par- Parque y príncipe de la Sala de Partini-
que, anteponiéndolo a otros a los que co, que le corresponden como consorte
también tenían derecho de uso, como de la titular, su esposa Isabel.
príncipe de la Sala de Partinico o mar- El matrimonio de María Isabel y
qués de Torralba. Francisco Antonio pudo convertir en
Una de las primeras decisiones to- realidad la idea de construir el hermo-
madas por Gonzalo, tras la muerte de su so palacio, a partir de 1723. Una edi-
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Palacio del Duque del Parque después de la Guerra Civil, sin el popular cañu
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que, al cabo de siete años, en 1866, sus- prarlo; el caso fue que el palacio salió a
pendió definitivamente la elaboración, subasta, ganando la puja, en las 81.751
dejando sin empleo nada menos que a pesetas de salida, el adinerado político,
450 trabajadores, la mayoría mujeres. oriundo de Pravia, Pedro López Grado
El palacio del Duque del Parque y Salas Omaña, como único licitador.
quedaba una vez más vacío, pero en El nuevo propietario, obviando la
esta ocasión, los herederos del difunto calidad artística de la construcción, par-
duque del Parque, por medio de Luis cela las habitaciones y salones para de-
José Fernández de Villavicencio Corral dicarlo a alquiler. Sabemos de algunos
Cañas, deciden vender el edificio en arriendos, como el que hizo a Correos
pública subasta, con un precio de salida en 1871: «dos habitaciones en la plan-
de 32.700 escudos (81.750 pesetas). La ta baja, principal y dos cuartos», por
noticia es acogida en el Ayuntamiento 1.750 pesetas al año, unas 146 pesetas
de Oviedo con cierta ilusión, porque mensuales. Un salón lo arrienda a la
abrigaban la esperanza de adquirirlo Sociedad Musical Santa Cecilia, don-
para sede municipal. En aquel tiempo de se reunirán los jóvenes aficionados
de fuerte convulsión política, en la que para ensayar sus funciones líricas. Tam-
gobernaba la decadente monarquía de bién se instala allí la entidad cultural
Isabel II, que sería derrocada dos años El Liceo (que, en una de las primeras
más tarde, en un pleno municipal se reuniones, pide al Ayuntamiento que
acordó facultar a los concejales Ignacio arregle el popular cañu de El Fontán).
Herrero Buj y a José González Alegre, La botillería Friera se traslada desde la
ambos expertos prestamistas, para ne- calle de la Platería al palacio, al que se
gociar con la familia vendedora, tratan- refiere en el contrato por su viejo nom-
do de impedir la puja, para venderla de bre de «casa de armas».
manera directa al Ayuntamiento por Cuando López Grado adquiere el
el precio de salida. Pero se complicó el palacio, lo hace también con el lote de
asunto por la intromisión de la Diputa- las fincas que lo rodean. Eran prados
ción Provincial, que también pretendía que confinaban con las actuales calles
el palacio en las mismas condiciones de Santa Susana y Campomanes; uno
que ofrecía el Ayuntamiento. El asunto, de estos prados lo arrendó para instalar
con sus discusiones, tuvo entretenido un circo al popular Lesaca, variopinto
al vecindario de Oviedo durante algún empresario que, además de dedicarse
tiempo, para no llegar a acuerdo algu- al negocio de acarreos (postas a Ma-
no, posiblemente (aunque no se dijese drid o fusiles desde la fábrica de armas
de manera clara) porque ambas insti- a varios puntos de España), fue alma-
tuciones carecían de dinero para com- cenero guardamuebles y, en lo político
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desde entonces, el espacio había ido que podía apreciarse una sorprendente
cerrando su perímetro con edificios plaza, libre de obstáculos.
de hermosa fachada: al mediodía con En 1777 ya parecía haber una in-
el palacio del Duque del Parque y su cipiente intención de hacer algo en
típico cañu, seguía la del mesón y del aquella amplia extensión pavimenta-
hospicio (con su casa de comedias agre- da, en la que el procurador general del
gada al fondo), para interrumpirse con Ayuntamiento de Oviedo pedía colocar
un camino medio rural, que pronto ha- unos tejadillos, a la parte de mediodía,
bría de ser popularizada como «calleja para «ocupar especialmente en tiempo
del Teatro (calle de Quintana desde de llubias e ynbierno entre las perso-
1880); al otro lado, a poniente, comen- nas que concurren a bender pan, gra-
zaban las casas bautizadas como arco nos, frutas y otras cosas comestibles»;
de Los Zapatos, porque allí se vendían también quería poner «unos cajones en
«los Zapatos de Noreña en la esquina similitud de los de Madrid», para los
de los soportales acia la Casa de Co- puestos de venta fijos, «con informa-
ción del precio de cada uno de ellos».
medias».
Y aunque entonces no se llevó a efecto
En el lado norte, con la calle de El
el proyecto, quedó la idea. Pero quiso
Fontán por el medio, estaban las escue-
la casualidad que aquel mismo año, un
las públicas y el colegio de la compañía,
mes antes de la propuesta de los tejadi-
dedicado a cuartel (tras la expulsión de
llos, se hubiese contratado como arqui-
España por Carlos III, en 1767); por
tecto municipal a Francisco Pruneda,
oriente, la superficie quedaba limitada al que la Corporación municipal, por
por la calle del Fierro y por las traseras su falta de habilidad técnica, tenía en
de las casas de la calle Magdalena y el pésima consideración; tanto es así que,
palacio del Marqués de Vistalegre. siendo el oficial fontanero encargado
Cualquiera que se hubiese situado del encañado, le tenían prohibido hacer
entonces en el centro de aquella am- obra en él, por miedo a que lo desbara-
plia superficie disfrutaría de una despe- tase; hasta una vez que hubo que actuar
jada visión, en un giro completo. Fue con urgencia en la traída, se encargó la
posible hacerla casi doscientos años tarea a su colega que ejercía la misma
después, cuando se derribó la plaza función en Avilés. También fue muy
porticada para hacer la reconstrucción comentada la impericia demostrada en
actual; por cierto, he visto una foto- la construcción de la escalera de las ca-
grafía (que me fue imposible localizar sas consistoriales.
después), de cuando la plaza estaba de- Que Pruneda estuviese en Oviedo
rribada y retirados los escombros, en la fue la primera de una serie de circuns-
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oficio– las fueron adquiriendo de dos sistencia que les permitieran construir
en dos, aunque debemos citar alguna un piso corrido sobre todas las tiendas.
excepción, como el canónigo Francis- Aunque el Ayuntamiento se mostró re-
co Rodríguez Castañón, que habitaba nuente a consentir la reforma, tuvo que
precisamente enfrente, en la calle Mag- claudicar ante las muchas protestas en
dalena, teniendo su casa vistas a la pla- 1834, permitiendo dos años después dar
za recién construida, casi debajo de sus el piso que reclamaban, lo que ejecuta-
ventanas, quien compró las números 39 ron solo algunos propietarios. Fue una
y 40, para dedicarlas a alquiler. condescendencia desafortunada, por-
En 1797, con motivo de la desa- que sobre los nuevos tejados abrieron
mortización de Carlos IV, que afectaba otras buhardillas, cada cual a su gusto
a los bienes pertenecientes a hospicios, y medida, creando un mayor caos urba-
cofradías, hospitales, casas de misericor- nístico, si cabe.
dia, de reclusión y de expósitos; memo- Este piso corrido obligaba a dispo-
rias, obras pías y patronatos de legos, las ner de una escalera que sustituyera la
seis tiendas de la Obra Pía de Mieres de mano que se utilizaba hasta enton-
se pusieron en subasta, que fue ganada ces, lo que llevaba a eliminar algunas
por el comerciante Méndez Vigo, que tiendas para convertirlas en portales,
ya tenía dos tiendas, con lo que, con con las dimensiones determinadas en
ocho, se convertía en el segundo máxi- la Ordenanzas Municipales.
mo propietario de tiendas, detrás de Fue lo que sucedió en 1856, de ma-
Rubiano, que tenía diez, aunque poco nera casi general, pese a la oposición de
tiempo después aumentaría con las dos Andrés Coello, el inteligente arquitecto
del canónigo Castañón, y con cuatro municipal, persona muy capacitada, de
más, en tiempos sucesivos, hasta llegar grandes luces y probidad profesional,
a ser propietario nada menos que de que informó en contra argumentando
catorce. poderosas razones; una de ellas era que
Los años siguientes a la inaugura- permitir las nuevas alturas rompía aún
ción de la plaza fueron de desaforada más el ya degradado equilibrio arqui-
anarquía por la reforma de las buhar- tectónico de la plaza, además de que no
dillas. Tanto los propietarios como los se fiaba de que aquella fuese la última
arrendadores comenzaron a agrandar petición de dar más alturas. Pero le fue
las buhardillas, en ancho y alto, con un impuesto cumplir lo acordado por los
resultado caótico por la falta de unifor- regidores, y se dio una segunda planta,
midad. Esta situación alarmó al Ayun- de la que queda aún en pie la esquina
tamiento, que también recibía presión que da a la calle del Fierro y plaza de
de los propietarios, pidiendo con in- Daoiz y Velarde.
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La plaza porticada y la calle del Fierro, en 1836, con un solo piso corrido sobre todas las tiendas
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La plaza porticada y la calle del Fierro, en 1856, donde los pisos se acumulan en altura:
dos pisos corridos, otro superior, más reducido, y el correspondiente desván con su buhardilla
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cuatro plantas aludido, sino que hizo la bía convertido, no ya la idea de 1556 de
reconstrucción de la casa que frontea al hacer sobre terreno público municipal
arco de Los Zapatos (parte de ella sobre una «plaza cuadrada á regla y cordel»,
el paso al interior del cuadrilátero), a la sino del proyecto ejecutado en 1792 de
que proporcionó unos balcones en lige- las 40 casillas de planta baja, con las
ro relieve, dotados de apoyos formados cuatro viviendas en las torrecillas de las
con redondos de hierro, que agredían esquinas.
de manera notoria la racional unifor- Porque lo que realmente resultó es,
midad de los huecos de las fachadas del en realidad, un monumento a la espe-
resto de la plaza. culación, y así deberían explicarlo los
La última actuación urbanística guías, si quieren ser rigurosos con la
en la plaza de El Fontán fue la espec- historia, al mostrarlo a los turistas que
tacular demolición de casi todas las nos visitan; es más, tan grave ha sido el
casillas, de las que solo se salvó la ya despropósito general, que hasta se ha
citada esquina de la calle del Fierro con perdido el derecho de la propiedad mu-
la plaza de Daoiz y Velarde. La magna nicipal del suelo y los vecinos sufren las
obra emprendida con el derribo vino molestias, no ya solo de los mercados,
a consolidar el pastiche en que se ha- más o menos tradicionales, sino de la
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exitosa invasión de terrazas de los bares, de los que era dueño absoluto, del di-
que ocupan la plaza interior y los ándi- recto y del útil. No es mi deseo mentar
tos, en los que desde que se fabricaron, los desvanes correspondientes a estos
en 1793, siempre estuvo prohibida su pasos, por no complicar más las cosas.
ocupación con enseres, bultos, o perso- Ni quiero extenderme en algunas ideas
nas paradas que estorbasen el tránsito y, descabelladas sobre la plaza porticada,
en especial, con los bancos y mesas de como la ocurrencia de un concejal que
los fogones que ofrecían la fabada que en 1890 propuso derribar toda la pla-
recuerda el manido verso: za porticada para construir en su lugar
las nuevas casas consistoriales. O la del
Adiós, plaza del Fontán
consuelo de mi barriga alcalde Ladreda, en 1925, de cubrir la
donde por dos cuartos dan plaza porticada; repetida, sin éxito, hace
fabes, tocín y morcilla. pocos años. Tampoco del proyecto, en
el tiempo de regiones devastadas, de de-
En un tiempo en el que un cuarto rribar parte de la plaza para trazar una
equivalía a cuatro maravedíes y 34 ma- calle que comunicase la de Fruela con
ravedíes equivalían a un real de peseta. la de Arzobispo Guisasola, entonces ca-
Para ser rigurosos con la historia, rretera de Castilla
debemos advertir que, si bien lo que Hay que reconocer que el conjunto
puede hacerse sobre los ánditos está urbano mejoró al quitarle la lamentable
sujeto a las normas municipales, según cuarta planta a la casa de la plaza de
las Ordenanzas al uso, el espacio, de Daoiz y Velarde, y hasta resulta simpá-
evidente propiedad particular, aunque tica la falta de uniformidad de las altu-
con la servidumbre pública adquirida ras que quedan de las reformas de 1836,
por los muchos años de uso, no pue- 1856 y 1893. Todo ello, aunque poco
de ser ocupado por nadie, ni aun con académico, casi entrañablemente rústi-
permiso municipal, que debe cumplir co, y muy literario, relatado en novelas
la ley y sus propias ordenanzas. Otra como Tigre Juan, o algunos versos repe-
cosa son los cuatro pasos al interior de tidos con humor a lo largo del tiempo,
la plaza, que por su condición vial nun- tal aquel que se quejaba del músico ca-
ca fueron adquiridos por particulares. llejero que «ejecutaba» (en la más pura
Esto lo sabían muy bien los propieta- expresión del vocablo), acompañado
rios de las tiendas, porque, cuando el con música de acordeón:
Ayuntamiento les obligó a costear el Un vecino del Fontán
enlosado de las zonas cubiertas, exigie- que toca el armoniflú
ron a la ciudad que fuese de su cargo tan mal lo hace, tan mal,
la obra de los cuatro pasos al interior, que a Dios lo llama de tú.
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El cañu, en 1892, cuando Sarri tomó posesión del palacio del Duque del Parque
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En 1896 se procedió a enterrar el viejo «cañu», con lo que la cochera del palacio tuvo acceso franco, y gratis
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rios que formaban parte de la Oficina rato sepultarlo que demolerlo, la obra
Técnica Municipal, podían hacer traba- se limitó a cubrir con tierra el pequeño
jos particulares, pese a que tenían que monumento. Gracias a ello, pudo recu-
emitir el perceptivo informe de viabi- perarse, tal como estaba a principios del
lidad, que ellos mismos redactaban y siglo xx, cuando se tapó.
que, este caso, como era de esperar, fue Si bien el arquitecto municipal,
favorable a enterrar el cañu. don Miguel de la Guardia, fue elemento
Puede decirse que la contratación clave en la desaparición del cañu, otro
del arquitecto municipal de entonces arquitecto municipal, el señor Uribe, re-
(el señor De la Guardia) fue amplia- sultó el feliz recuperador del monumen-
mente favorable para los intereses del to. Pasados 83 años, un día de octubre
marqués, a la vez que perjudicial para de 1987, a este funcionario municipal le
la ciudad; porque lo que realmente lo- llamó la atención una vieja fotografía en
gró el señor Sarri fue eliminar dos pro- la que se estaba sepultando el cañu, lo
blemas de carácter particular a la vez: que le hizo pensar en la posibilidad de
quitaba la molestia vecinal de las reu- que el viejo monumento podría seguir
niones en la fuente, que perturbaba la allí debajo, entero, sin apenas daños.
tranquilidad de sus señoriales salones, Propuso excavar para encontrarlo, con
y conseguía el uso de terreno público la suerte de que apareciese casi intacto.
para el paso a la cochera, porque la ciu- Esto sucedía cuando Antonio Masip
dad, en 1904, tuvo que ceder gratis la iniciaba su segundo mandato como al-
servidumbre de paso de los vehículos, calde de Oviedo, quien, al aparecer el
que será imposible de recuperar. Esta viejo cañu recuperado en casi su tota-
última circunstancia es la que obligó lidad, encargó la operación al entonces
a proyectar el actual entorno del cañu teniente de alcalde Avelino Martínez,
de manera raquítica y empozada, muy quien, consiguientemente, siguiendo el
distinta del proyecto que había iniciado orden de competencia en el asunto, la
el inteligente arquitecto, de grata me- trasladó al jefe del Servicio de Aguas,
moria para todos, don Joaquín Suárez. Esteban Carreño, de grato recuerdo
Dicen los documentos que el mar- para todos, que asumió la tarea de sa-
qués de San Feliz colaboró en parte en near el entorno.
el pago de la obra; faltaría más, pero En la historia debería constar tam-
hasta en esto estuvo renuente, como bién el topógrafo Areces, que levantó
explican las quejas por no cumplir testimonio planimétrico de lo hallado.
lo prometido en su día. Y, miren por Es más, guiados por él, junto con el ar-
donde, hasta fue una suerte que no lo quitecto Pepe Rivas (que ejecutó valio-
hiciese. Porque, como resultaba más ba- sos dibujos del túnel), pudimos entrar
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en el túnel que conduce a los manantia- hasta tocar con las manos en el suelo.
les. Un acceso bastante difícil, porque Una vez dentro, la generosa altura del
había que introducirse de cabeza por un pasadizo permitía el cómodo desplaza-
hueco de tamaño poco mayor que una miento.
gatera (ahora está tapiado con cemen- En efecto, una vez dentro, puestos
to), para descender al interior del arca en pie, se podía contemplar un túnel de
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El derribo de la plaza tuvo que hacerse empleando maquinaria porque la debilidad de la estructura
de los pisos y sus paredes de escasa consistencia hacían temer que se derrumbasen como un castillo de naipes,
lo que representaba un serio peligro para los obreros
Ramón Pérez de Ayala «La plaza del lado lado las citadas «casas corcovadas,
mercado en Pilares está formada por caducas, seniles…».
un ruedo de casas, vencidas ya de la He de decir que, sin tomar partido
edad buscan una apoyatura sobre las por nadie, hay que recordar lo dicho
columnas de los porches», quedará de- respecto al señor Sarri, cuando se que-
fraudado al no encontrar por ningún jaba de las molestias que ocasionaban
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