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Alfredo Corvalan Orden Temple - Masoneria PDF
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Allfredo Corvalán
Dedicatoria:
CONTENIDO
Prólogo..........................................................
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Prefacio.........................................................
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La Orden del Temple y el Linaje Iniciático
Introducción...................................................
................
El Siglo de Hierro: la Degradación
del Vaticano.........
Fin del Milenio. Ordenes
Monacales.Las Cruzadas.......
El Nacimiento del Temple,su Misión
y Dimensiones.......
Proceso y Disolución de la Orden
del Temple..................
Esoterismo
Templario.......................................................
.
Los Origenes de la Masonería y los
Templarios................
“Pruebas” coincidentes contra los
Templarios.................
Los Templarios y la Búsqueda del Santo Grial
Introducción...................................................
....................
El Simbolismo y el Santo
Grial..........................................
La Historia del
Grial............................................................
La Esencia del Grial: lo
Esotérico.....................................
Fuentes Internas de la
Tradición.......................................
Las Formas y Virtudes del
Grial........................................
Los Templarios y el Santo
Grial........................................
El País de los Templarios y los
Cátaros...........................
El Santo Grial de la Catedral de
Valencia.........................
La Herencia del Santo Grial (la
“Sangre Real”)...............
Esoterismo Templario I
Introducción...................................................
................
Esoterismo
Templario....................................................
Los Origenes: el Templo de
Salomón.......................
Notre – Dame (Nuestra
Señora)......................................
El Culto a Nuestra Señora y las
Virgenes Negras.........
El
Baphomet......................................................
................
Los Sellos
Templarios.....................................................
.
La Bandera Templaria o “Gonfalón” o
“Bausán”........
Esoterismo Templario II
Introducción...................................................
..............
Los Lignum Crucis
Templarios....................................
Simbolismo de la Cruz
Patriarcal.................................
Simbolismo de la Cruz
Paté..........................................
La Cruz Paté y Cristobal
Colón.....................................
Abraxas.........................................................
...................
El Símbolo de la Pata de
Oca.........................................
Los Templarios y la Dinastía Mesiánica de
Jesús....................
Introducción...................................................
.................
Dinastía Mesiánica de
Jesús........................................
La religión de
Jesús......................................................
La Iglesia de
Roma.........................................................
María
Magdalena.....................................................
........
Los “Desposyni” Los Reyes
Merovingios....................
La Misión Secreta de la Orden
del Temple...................
Documentos
Secretos....................................................
VI. Síntesis y Reflexiones
Finales...................................................
Bibliografía.....................................................
.......................................
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Cuarta pag. Imp
PROLOGO
Pag. Impar
PREFACIO
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-----------------------------Pag. Impar
INTRODUCCIÓN
ESOTERISMO TEMPLARIO I
(Capitulo III)
INTRODUCCIÓN
ESOTERISMO TEMPLARIO
EL BAPHOMET
Cuando analizamos las fuentes a las cuales
debemos recurrir para analizar la dimensión
esotérica de la Orden del Temple destacamos
las actas del proceso inquisitorial al cual
fueron sometidos los templarios. Precisamente,
el arículo 46 del acta de acusación manifiesta:
“Que en todas las provincias tenían
idolos, es decir, cabezas en algunos casos con
tres caras y en otra con una sola, y se
encontraban algunas de ellas que tenían un
craneo de hombre”
Por otra parte, el artículo 47 precisaba:
“Que en las Juntas, y sobre todo en los
Grandes Capítulos. Adoraban a un ídolo tal
como si fuera Dios, como si fuera el Salvador,
diciendo que esta cabeza podía salvarles, que
concedía a la Orden todas las riquezas y que
hacía florecer los árboles y germinar las plantas
de la tierra”.
Las autoridades de la Inquisición ordenaron a
los interrogadores que preguntaban a los
Caballeros Templarios a este respecto y más
concretamente en lo que concernía a un “ídolo
que tenía la forma de una cabeza de hombre
con una gran barba”.
Efectivamente, algunos Templarios
testimoniaron acerca de este punto. Sus
manifestaciones no concuerdan en absoluto y
hacen pensar que no había una sóla y única
cabeza. Unos la vieron barbuda, otros la
creyeron tallada o afirmaron que se trataba de
un simple craneo.
Régner Larchant pretendía haberlo visto una
docena de veces, “con ocasión de los
Capítulos; en particular en París, el martes
después del último día de San Pedro y San
Pablo·, afirmaba:
“Es una cabeza con barba, la adoraban,
la besan y la llaman su salvador (...) No sé
donde la guardan. Tengo la impresión de que
es el Gran Maestre, o bien el que preside el
Capítulo, quien la conserva en su poder”.
Más tarde, volvió a precisar que exteriormente
era de madera plateada o dorada, y que tenía
una barba o una especie de barba.
Jean Cassanhas, natural de Toulouse, la
describió recubierta de una “especie de
dalmática” (túnica) y de cobre amarillo. Oyó
que hablaban de demonio al referirse a ella y le
dijeron:
“He aquí un amigo de Dios que
conversa con Dios cuando quiere. Dadle las
gracias de que os haya conducido a esta Orden
tal como deseabais”
Aunque uno la vió de plata, con una barba,
volvió a ser dorada en el testimonio de
Gaucerand de Montpezat, para quien tenía la
“forma barbuda” de un hombre, hecha “con la
figura de baffomet” (in figuram bafometi) y
que era indispensable para que el caballero
pudiera salvarse.
Jean Taillefer habló de una figura humana
colocada sobre el altar de la capilla con ocasión
de su recepción, y Raymond Rubey dijo que
estaba pintada en una pared, en forma de
fresco... Jean de Tour la vió pintada también,
pero en un trozo de madera, y “la adoró en el
transcurso de un Capitulo, al igual que los
demás”.
Raoul de Gisy aportó algunas precisiones:
“He visto la cabeza en siete
Capítulos distintos: Se asemeja al rostro de
cierto demonio, del maldito; y todas las veces
que ponía los ojos en ella, se apoderaba de mí
tal espanto que apenas si podía mirarla; esta
cabeza era adorada en los capítulos”.
Algunos templarios manifestaron que no la
habían visto jamás, “pues no asistía a los
capítulos generales”. Otros no había oido
hablar incluso nunca de ella.
Guillaume de Herblay declaró:
“En cuanto a la cabeza, la ví con
ocasión de dos capítulos celebrados por el
hermano Hugues de Pairaud, visitador de
Francia. Vi a los hermanos adorarla. Yo
aparentaba adorarla también; pero nunca de
corazón. Creo que es de madera, plateada y
dorada exteriormente (...) Tiene una barba o
una especie de barba”.
Las prácticas que acompañaban la aparición de
la cabeza no parecían tampoco ser uniformes.
Con la capucha echada hacía atrás, los
hermanos besaban el ídolo tal como se besan
las reliquias y le decían: “Deus adjurame”.
Luego se tumbaban en el suelo para adorarla.
“Adorad esta cabeza, pues es vuestro Dios, es
vuestro Mahoma”, decían algunos, y la
comparaban a una vieja momia “de ojos
brillantes como la claridad del cielo”, como
“piedras preciossas que iluminan el Capítulo”.
He aquí muchos elementos dispares, pero
algunos pueden explicarse. En primer lugar,
hubo ciertamente varias cabezas. Por otra
parte, se observan algunos puntos que
aparecen regularmente; el metal o la madera,
o mejor dicho, ambos asociados. Está también
la vellosidad. Si se da el caso de que la cabeza
no sea barbuda, es porque tiene dos caras,
una de ellas lampiña. Señalamos también que
conversa con Dios, que proporciona la riqueza
a imagen de un cuerno de la abundancia, que
es el salvador y quienes miran su rostro se
sienten aterrados por él.
Rodriguez Mariño, en la obra antes citada,
efectua un profundo analisis del símbolo
“baphomet”. Además de sus valioso aportes
personales en el tema, cita la opinión del
celebre alquimista Fulcanelli y del sabio y
erudito filosófo Pedro Dujois.
Fulcanelli en su obra “Las Moradas Filosofales”
(año 1929) expresa, entre otros conceptos, los
siguientes:
Esta imagen (el “baphomet”), sobre la cual no
se poseen más que vagas indicaciones o
simples hipótesis, jamás fue ídolo como
algunos lo han creído, sino tan sólo un
emblema completo de las tradiciones secretas
de la Orden, empleado sobre todo
exteriormente como paradigma esotérico, sello
de caballería y signo de reconocimiento. Se
reproducía en las joyas, así como en el frontón
de las residencias de los comendadores y en el
tímpano de las capillas templarias.
Se componía de un triangulo isósceles con el
vértice dirigido hacia arriba, jeroglífo del agua.
Un segundo triangulo semejante, invertido con
relación al primero, pero más pequeño, se
inscribia en el centro y parecía ocupar el
espacio resevado a la nariz en el rostro
humano. Simbolizaba el fuego y, más
concretamente el fuego contenido en el agua o
la chispa divina, el alma encarnada, la vida
infusa en la materia. En la base invertida del
gran triangulo de agua, se apoya un signo
gráfico semejante a la letra H de los latinos,
pero más ancha y cuyo vástago central cortaba
un círculo. En estenografía hermética este
signo indicaba el espíritu universal, el espíritu
creador, Dios. En el interior del gran triangulo,
un poco por encima y a cada lado del triangulo
de fuego, se veía a la izquierda, el circulo
lunar, con el creciente inscripto y, a la derecha,
el círculo solar de centro aparente. Estos
circulitos se hallaban dispuestos a la manera de
los ojos. Finalmente soldada a la base del
triangulito interno, la cruz rematando el globo
completa así el doble jeroglífico del azufre,
principio activo, asociado al mercurio, principio
pasivo y disolvente de todos los metales. A
menudo, un segmento más o menos largo,
situado en la cúspide del triangulo, aparecería
cruzado de líneas de tendencia vertical, en las
que el profano no reconocía en absoluto la
expresión de la radiación luminosa, sino una
especie de barbichuela.
Así presentado, el “baphomet” afectaba a una
forma animal grosera, imprecisa y de
identificación problemática. Eso explicaría sin
duda, la diversidad de las descripciones que de
él se han hecho, y en las cuales se ve el
“baphomet” como una cabeza de muerto
auroleada o como un bucáneo, a veces como
una cabeza de hapi egipcio, de buco y, mejor
aún, el rostro horripilante ¡ de satán en
persona!. Simples impresiones muy alejadas de
la realidad, pero imágenes tan poco ortodoxas
que, por desgracia, han contribuido ha lanzar
sobre los sabios Caballeros de Templo, la
acusación de satanismo y brujería, que se
convirtió en una de las bases del proceso y en
uno de los motivos de su condena.
ESOTERISMO TEMPLARIO II
(Capítulo IV)
INTRODUCCIÓN
ABRAXAS
INTRODUCCIÓN
LA RELIGIÓN DE JESÚS
MARIA MAGDALENA
DOCUMENTOS SECRETOS
BIBLIOGRAFÍA
PÁGINA 5