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ESQUEMA DE LA EXHORTACIÓN. X.

PIKAZA

Hablaré (hablaremos) de la exhortación a La alegría del evangelio, gente de pueblo, de un


barrio marginal-marginal de Salamanca, de unos pueblos otrora abundantes de mieses,
ahora a “trasmano” de la gran corriente de la globalización, para escuchar la voz del
Papa, para sintonizar con el evangelio.

Quizá otra vez presente el contenido general de mi charla, con los retos que plantea el
Papa Francisco, recreando y “elevando” las conclusiones del Sínodo del 2012 sobre la
Nueva Evangelización. Hoy sólo ofrezco un esquema de tipo general:

1. La EG (Evangelii Gaudium) es una Exhortación Postsinodal, pero el Papa


Francisco le ha dado un giro nuevo, quitando gran parte de las referencias
“sinodales”… y retomando algunos elementos básicos de la exhortación postsinodal de
Pablo VI, titulada Evangelii Nuntiandi, EN, hace 38 años (1976). La EN empezó teniendo
un eco inmenso en el conjunto de las iglesias, especialmente en América Latina, con la
Teología de la Liberación, pero su voz quedó luego en gran parte acallada con el
desarrollo posterior de la Iglesia, a partir de Juan Pablo II. Esperamos que la EG, que
retoma el hilo de le EN, tenga mejor andadura, un influjo mayor y más duradero.

2. El mismo Papa Francisco reconoce y presenta con toda honradez las tres
“fuentes” de su documento, en num 16:

(a) Acepté con gusto el pedido de los Padres sinodales de redactar esta Exhortación. Al
hacerlo, recojo la riqueza de los trabajos del Sínodo. ((El texto de la EG recoge algunos
elementos del sínodo, pero no se centra en ellos, y a veces les da un sentido distinto)).

(b) También he consultado a diversas personas (no estoy capacitado para indicar las
personas a las que ha consultado, como él mismo dice; pero es claro que su visión
eclesial y su teología dependen de un tipo de Iglesia... en la línea del documento de la
Conferencia del CELAM de Aparecida, 2007).

(c) y procuro además expresar las preocupaciones que me mueven en este


momento concreto de la obra evangelizadora de la Iglesia (Es clara la aportación
personal del Papa Francisco, su visión social, su teología… Claro es su estilo directo, más
influido por la literatura que por la teología. Benedicto XVI quiso ser y fue un papa teólogo.
Francisco viene más de la literatura, y se nota bien, por la forma en que escribe, por las
imágenes que utiliza).

(3) Hay un desfase creador entre las cuestiones que Francisco quiere desarrollar
que son siete, como indicaré a continuación, y los capítulos concretos del texto,
que son cinco.
Las cuestiones son siete, como dice en num. 16:

1. La reforma de la Iglesia en salida misionera


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((Francisco quiere que la iglesia salga de su recinto amurallado, de tentación de fortaleza
defensiva… Quiere que salgamos de la seguridad de un culto cerrado en sí mismo, de
una moral absoluta, de un orden inmutable. Nos quiere hacer “callejeros” de la fe, como él
mismo dice de los jóvenes)).

2. Las tentaciones de los agentes pastorales

((Más que los “sacerdotes” (obispos y presbíteros) le importan todos los agentes
pastorales, que son el fondo todos los bautizados. En esa línea dice, quizá en el número
más hermoso de la exhortación que “yo (tú) soy, somos, una misión, cada uno de
nosotros (num 273). En esa línea se sitúan los números dedicados a las mujeres (103-
104) donde afirman que los ministerios ordenados son un simple medio, que la dignidad y
grandeza de la vida cristiana pertenece a los bautizados. Retomar esos números y
recrearlos desde la dinámica de la exhortación nos ofrecería un rostro totalmente distinto
de Iglesia… una iglesia que hemos convertido en museo (num 95), una iglesia donde
muchos obispos-presbíteros parecen “generales derrotados” (num 96)… que se gozan de
serlo, en vez de volverse agentes de creación evangélica.

3. La Iglesia entendida como la totalidad del Pueblo de Dios que evangeliza

((A Francisco le gusta sobre todo la visión de la iglesia entendida como “pueblo”,
retomando la mejor inspiración de la Lumen Gentium del Vaticano II. Francisco quiere una
iglesia-pueblo, iglesia del pueblo, creadora de una cultura de cercanía humana, de
libertad generosa… Quiere una iglesia callejera, pero de calle donde pasan las ovejas,
donde se juntan los vecinos… no de calle de casas cerradas, protegidas. Francisco quiere
que dejemos de guardar tumbas, que dejemos de ser momias, que seamos capaces de
crear nuevos relatos para la nueva ciudad del pueblo de los hombres que ha querido
fundar Jesucristo).

4. La homilía y su preparación.

((Resulta muy significativo el interés que Francisco tiene por la homilía, es decir, por la
palabra cercana de los ministros y del pueblo en la celebración. Le interesa menos la
“gran teología”, que tanto preocupaba a Benedicto XVI, cosa de eruditos… Ciertamente,
le importa en buen hacer de los teólogos, con sus diversas visiones del evangelio… Pero
lo que más le interesa es la “homilía”, la palabra directa para el pueblo y con el pueblo. A
su juicio, la homilía no es un espectáculo, ni una lección teórica, sino una conversación,
un diálogo cercano desde el evangelio. De esa forma se eleva en contra de una iglesia
esquizofrénica que ha prohibido teologías… pero ha abandonado la homilía que es la que
crea iglesia, la que une a los cristianos)).

5. La inclusión social de los pobres.


((Francisco tiene una clara y fuerte conciencia social, que es capaz de dialogar con la
economía y la política, pero que brota de la raíz del evangelio y de la vida concreta de los
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hombres y mujeres que viven marginados, aplastados, sin medios de vida suficientes, en
medio de una sociedad opulenta. En ese contexto ha ofrecido algunos de sus símbolos y
análisis más impresionantes. Recojo simplemente algunas de sus palabras:

‒ no a la cultura del descarte


‒ no a una teoría del derrame
‒ no al fetichismo del dinero
‒ no a la inequidad… que engendra violencia y después condena a los violentos que
nacen de ella
‒ no a los que culpan a los pobres de ser pobres….
‒ no a la falsa teoría de la buena-mano del mercado)).

6. La paz y el diálogo social.

((Francisco interpreta la paz como don… y como resultado de un diálogo en el que todos
intervienen… y en el que tienen primacía los más pobres:

‒ En ese contexto de diálogo pone de relieve la sabiduría del pueblo, más que las
elaboraciones de la gran filosofía (que tanto gustaban a Benedicto XVI
‒ El diálogo exige la conversión de las parroquias (comunidad de comunidades), de los
obispados (cuya función parece no ver clara, pues tienen a convertirse en aduanas u
oficinas de buenos administradores, de muchos papeles, pero de poco cristianismo).
‒Francisco está convencido de la necesidad de buenos empresarios, al servicio del bien
común, y de buenos políticos… No demoniza la empresa ni la política, para bien de todos.
Pero condena un tipo de política y empresa que destruye a los pobres)

7 Las motivaciones espirituales para la tarea misionera.

(Quizá lo que más me ha impactado en este campo es el deseo de volver al nivel


“artesanal”, es decir, al nivel concreto de la vida hecha mano a mano, cuerpo a cuerpo:

“Tenemos que recordar siempre que somos peregrinos, y peregrinamos juntos. Para eso,
hay que confiar el corazón al compañero de camino sin recelos, sin desconfianzas, y mirar
ante todo lo que buscamos: la paz en el rostro del único Dios. Confiarse al otro es algo
artesanal, la paz es artesanal. Jesús nos dijo: «¡Felices los que trabajan por la paz!» (Mt
5,9). En este empeño, también entre nosotros, se cumple la antigua profecía: «De sus
espadas forjarán arados» (Is 2,4)” (EG 244).

Para otro momento dejo el tema de las motivaciones espirituales concretas… y el


desarrollo posterior del texto, que consta de cinco capítulos (misión, crisis, anuncio,
dimensión social, espiritualidad). No sé si Francisco se ha “despistado” o su despiste es
un buen modo de decirnos que los siete propósitos se centran en cinco temas.

Cinco elementos de la misión (num 24)

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Debería terminar aquí mi exposición, pero no puede acabar sin poner de relieve las cinco
palabras clave del programa de Francisco. Gran parte de nosotros, que venimos de la EN,
hemos puesto siempre de relieve tres palabras: Anuncio, compromiso social y
celebración. Francisco añade dos y pone cinco, que están marcando la vida de la iglesia:

1. Primerear, tomar la iniciativa. Jesús ha primereado en el amor (cf. 1 Jn 4,10); y, por


eso, la Iglesia sabe adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a
los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos.

2. Involucrarse. Jesús lavó los pies a sus discípulos. El Señor se involucra e involucra a
los suyos, poniéndose de rodillas ante los demás para lavarlos La comunidad
evangelizadora se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, así tiene
que «oler a oveja».

3. Acompañar. La Iglesia debe acompañar a la humanidad en todos sus procesos, por


más duros y prolongados que sean. Sabe de esperas largas y de aguante apostólico.

4. Fructificar. La comunidad evangelizadora siempre está atenta a los frutos, porque el


Señor la quiere fecunda. Cuida el trigo y no pierde la paz por la cizaña.

5. Festejar. Por último, la comunidad evangelizadora gozosa siempre sabe «festejar».


Celebra y festeja cada pequeña victoria, cada paso adelante en la evangelización. La
evangelización gozosa se vuelve belleza en la liturgia en medio de la exigencia diaria de
extender el bien.

Conclusión. Buen día a todos por hoy

‒ Yo voy a celebrar y disfrutar esta tarde, en el aniversario del Papa, con Emiliano Tapia
(párroco), con Maximino Cerezo (artista y amigo)… y con otros muchos compañeros de
las parroquias de Buenos Aires, de Florida y Pino de Tormes, recordando al Papa
Francisco.

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